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Thursday, December 3, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de los Ángeles o del Cañón, Finlay (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Texto publicado en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  


Foto/Blog Gaspar, El Lugareño (by Carlos Peón)
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El callejón de los Ángeles está definido por la cuadra que enlaza a la calle de La Reina y la de La Merced. Lasqueti asocia su nombre a la presencia en él de muchachas cuya hermosura era comparable con la de los ángeles, al tiempo que reconoce como primigenio del Cañón, avalando su permanencia a finales del XIX “por tener uno de los de grandes dimensiones sirviendo de guarda cantón en una de sus esquinas”. 

La primera polémica que se establece en el modo de nombrarlo está relacionada con su tipología y es protagonizada por los vecinos, según anuncia la prensa local el 25 de enero de 1888:
No es callejón. Pedimos que al Callejón de los Ángeles no se le llame callejón porque aunque de poca extensión, tiene la amplitud necesaria para que se le concedan los honores de calle. Muchas de este pueblo no son tan anchas. En cuanto a llamarle de los Ángeles, concedido, porque viven por allí muchas muchachas bonitas y graciosas. Llámesele, pues, Calle de los Ángeles.
¿Estaría detrás de este reclamo el quehacer de Lasqueti? Téngase en cuenta que su obra se publica justamente ese año.
El reconocimiento en esta calle al eminente científico Carlos J. Finlay tiene como punto de partida oficial la sesión del Ayuntamiento celebrada el 27 de agosto de 1915, cuando se da lectura de una carta enviada por vecinos y propietarios del callejón en la que comunican:
Que uno de los medios más usuales de que los pueblos se valen para perpetuar la memoria de aquellos de sus hijos que de alguna manera le han dado honra y prestigio a la patria, es sin dudas, designando algunas de las calles de la ciudad con el nombre de aquel a quien se requiere consagrar; y habiendo fallecido recientemente en La Habana el Dr. Finlay, hijo de este pueblo, que tanto se distinguió por sus éxitos científicos y sus sentimientos humanitarios parece indicado se consagre su memoria a la posteridad por el medio indicado. Se añade a dicho comentario la solicitud de que se sustituya el nombre del callejón por el de calle llamándola «Finlay» en lugar de Callejón de Los Ángeles o Del Cañón, como generalmente se le conoce”.
La carta está fechada el 23 de agosto y firmada por Pedro Garciarena, Juan Mandri, Francisco Duque Estrada, Carlos Guerra y otros. La propuesta se aprueba por unanimidad con la recomendación de colocar “dos planchas, una a la entrada y otra a la salida con el nombre “Finlay” para lo cual se vota un crédito de seis pesos con cargo al Capítulo de Imprevistos”. El acuerdo fue avalado por el alcalde municipal Félix de Quesada el 2 de septiembre de 1915. 

Importantes antecedentes existían en los lazos de la municipalidad y el científico, recuérdese que el 6 de noviembre de 1907 en su seno se designó al Dr. Eugenio Sánchez Agramonte para que representara a la municipalidad en el solemne acto de entrega de la medalla Mary Kingsley al sabio cubano, ocasión en la que el alcalde primero, Dr. Antonio J. de Moya, propuso la adquisición de un buen retrato del Dr. Finlay para el salón de sesiones del Ayuntamiento.

Pero tampoco resultaba el callejón de los Ángeles un espacio muy digno para recordar a una figura de la talla de Carlos J. Finlay pues si bien el 3 de diciembre de 1943 el Club de Leones de Camagüey había colocado una placa en la fachada del ecléctico inmueble número 15 moderno, considerada entonces como su casa natal, en la que se destacaba el médico como “descubridor del agente transmisor de la terrible fiebre amarilla” y “gloria de las Américas, a quien tanto debe la humanidad”; otra postura asumirían los miembros del Ayuntamiento unos meses después, el 10 de mayo de 1944, cuando acordó poner su nombre a la plaza de La Merced, ya rebautizada como Charles A. Dana, transfiriendo el nombre del norteamericano al callejón de los Ángeles.

De la resonancia del científico Finlay en la toponimia urbana internacional consta la comunicación enviada a la cámara municipal el 10 de febrero de 1947 que informa que “el Boletín Rotario de La Habana publicó la noticia de que el Club Rotario de Tegucigalpa, Honduras, le dirigió petición al Consejo del Distrito Central de la Ciudad el darle el nombre del camagüeyano Dr. Carlos J. Finlay a la calle que pasa por frente a la Dirección de Sanidad y a la Plaza contigua El Carrusel. Petición no solo confirmada por el Ayuntamiento sino también agradecida mediante correspondencia. Pero la suerte ya estaba echada y aunque pequeño resulta cotidiano reconocer este callejón con el nombre Finlay, mientras de los Ángeles o del Cañón han quedado como una curiosidad histórica cultural. Por otro lado, su valor patrimonial se reforzó al desbordar su integración al CH para convertirse en uno de los derroteros del área PCH. 

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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, August 20, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Gabriel o San Mateo, Magín Díaz (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.

La calle San Gabriel nace en la calle de la Carnicería o Contaduría, en una pintoresca plazuela a la que da nombre. En su trayectoria da cierre al callejón de las Peñas (I) y corta las calles San Pedro Alcántara u Honda, Santa Catalina, San Ildefonso, del Desengaño o de la Cruz y muere en del Camposanto. 

Aunque ha pasado a la historia con el nombre San Gabriel, según acotación en el Fondo de Anotaduría de Hipotecas creado en 1734, parece haber iniciado su existencia con el de San Mateo. Bajo la advocación del primero, considerado el más importante de los arcángeles, príncipe del fuego y el espíritu que predomina sobre los truenos y la maduración de la fruta, podrían haber puesto su obra tanto los artesanos que trabajaban el metal como los que se dedicaban a la agricultura; bajo el patrocinio del segundo estarían los de oficio contador o recaudador de impuestos. Para los que veneraban a san Gabriel de fiesta estarían en su nombre el 29 de septiembre; mientras que para los de san Mateo celebrarían el 21 del mismo mes. 

Los primeros pasos en su rebautizo aparecen en el seno del Ayuntamiento el 4 de enero de 1924, fecha en que el alcalde municipal comunica a sus miembros la solicitud que le han hecho varios vecinos de esta calle “interesando se cambie el nombre de dicha calle, poniéndole el de Capitán Zúñiga”. Entre los vecinos firmantes se encontraban el coronel del EL Braulio Peña Cruz, los comandantes Ramón Cisneros Zayas y Antonio Arango Tan, los capitanes Federico de Varona, Sacramento Cisneros, Porfirio Padilla Ávila, Antonio del Río Aguilar y el teniente Emiliano Agüero Varona. A esta solicitud respondió el Ayuntamiento el 27 de febrero, comunicando a los interesados que el nombre Capitán Zúñiga había sido ya colocado a la calle 8va. del Reparto Garrido. Como muestra de desconocimiento de sus acuerdos en la sesión del 24 de abril se reitera la misma solicitud. 

No se han localizado las circunstancias que acompañaron la toma de acuerdo para colocarle el nombre Magín Díaz con que se registra en el índice de calles del Archivo Histórico Provincial. En San Gabriel o San Mateo apostaron los camagüeyanos por recordar al general de brigada Luis Magín Díaz Zayas-Bazán (1839-1873), estomatólogo que integró el grupo de los principeños que se alzaron en Las Clavellinas el 4 de noviembre de 1868, quien participara en el ataque a Guáimaro, en los combate de Bonilla, Arroyo de Piedras, La Luz, Potrero de Cacahual, La Horqueta, San Ramón de Pacheco, El Salado y Jacinto, entre otros; aquel que con el grado de comandante y bajo el mando del mayor general Ignacio Agramonte participara del asalto a Puerto Príncipe. Fue ascendido a general de brigada postmortem.

San Gabriel, como se reconoce desde la memoria colectiva es uno de los derroteros del área Patrimonio Cultural de la Humanidad, comprende las cuadras entre de la Carnicería o Contaduría y San Pedro Alcántara u Honda, y llega hasta el callejón del Camposanto las del Centro Histórico. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, August 13, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de Fundición, del Huerto, Comandante José Cruz Pérez (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.


De Fundición es el nombre primigenio del callejón que enlaza al de las Alegrías con la calle San Fernando. Acerca de su nombre, el Fondo de Anotaduría de Hipoteca lo distingue también como del Huerto y el Registro de la Propiedad en su índice refiere “Callejón del Huerto, antes de Fundición”. Lasqueti lo denomina “De la fundición”, debido a la ubicación en él de un establecimiento de fundición de cobre que pertenecía a don Miguel Rodríguez. Mientras que lo del “huerto” puede estar en función de una de las vegas urbanas que como signo de ruralidad proliferaban hasta bien entrado el XIX.

Su rebautizo encuentra como antecedente el informe del DSAMC del 12 de marzo de 1928, donde muestra su potencialidad para rendir homenaje a una personalidad de la localidad; pero no será hasta los años 50 que se inscriba en dicha problemática. La propuesta se manifiesta el 6 de febrero de 1951 por iniciativa del concejal Hernández Medina, quien manifiesta interés en homenajear al comandante José Cruz Pérez “en reconocimiento a los méritos y memoria de tan digno cubano”, lo reitera en la sesión del día 12 y tras ser aprobada ese día fue firmada por el alcalde el 12 de marzo; aunque cinco meses después, el 17 de julio, el concejal Carlos Recio Domínguez criticaba la falta de tablillas que indicasen el cambio de nombre en esta calle. Se intentaba perpetuar en de Fundición o del Huerto la memoria del camagüeyano José Nicanor Cleto Cruz Pérez (Santa Clara, 1875 - La Habana, 1950), el revolucionario que ingresó al Ejército Libertador el 4 de octubre de 1895 y prestó servicios en el Cuartel General como corneta de órdenes. La relación de este patriota con el Camagüey le hizo merecedor de la declaración de Hijo Adoptivo de la Ciudad en 1931.

Por su ubicación Fundición no forma parte del área Patrimonio Cultural de la Humanidad pero si del Centro Histórico.


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, August 6, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de Francisquito, Doctor Jorge Rodríguez (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  


Según el plano de la villa de 1814 el callejón de Francisquito nacía en Santa Rosa y tras cruzar Reina culminaba en San Juan. En la segunda mitad del siglo, con la construcción de la cárcel de la ciudad en 1859, se prolongó al este dando cierre a los callejones de Owen (D) y de la Cárcel (D); a la calle Jesús María (D) y terminaba en Nuestra Señora del Rosario. Pero su extensión no culminó ahí, pues en 1939 absorbió el callejón de Quiñones, que de forma independiente y con raíz en el camino de Hato Arriba ya existía a finales del siglo XVIII. En este nuevo tramo el callejón otorgó cierre a las calles de la Palma y Verges, para terminar en Avenida Central del reparto La Norma. Con la urbanización del reparto Boves se hizo presente bajo el nombre Prolongación de Francisquito irrumpiendo en Santayana para cortar las calles de la Carnicería o Contaduría y San Ildefonso, y finalizar en Roosevelt.

Acerca de su nombre Lasqueti apunta que se debe al hecho de haber vivido en este callejón un artesano llamado Francisco, a quien los vecinos reconocían por su diminutivo. Los documentos atesorados en el Archivo Histórico Provincial indican otra posibilidad: el Fondo de Anotaduría de Hipotecas reconoce en su índice el nombre de Cano, información que encuentra argumento en el uso de ese apellido entre los que tenían en él propiedades, como es el caso, entre 1838 y 1842, de don Manuel Cano. 

Los primeros pasos para modernizar su nombre se ponen de manifiesto en 1911, a consecuencia de la intención del concejal Armando Labrada Cantos de sumarse a la celebración por el aniversario de la instauración de la República, el 20 de Mayo. Una vez logrado algunos cambios en la sesión del 18 de abril, aparece la propuesta de cambiar Santa Rosa, Popular (callejón de la Merced), San José y de Francisquito, correspondiendo a este último General Rayan. El 14 de junio retoma el tema el concejal Mario Boza Masvidal en unión de Roberto Waring, mas vuelve a quedar pendiente hasta la sesión de dos días después, el 16 de junio, donde se acuerda colocar el General Rayan a San José y a de Francisquito Brigadier Reeve. Pero el acuerdo quedó engavetado.
 
Ocho años más tarde, en la sesión del 21 de mayo de 1919, el concejal Emilio Varona Lastre sugiere “conmemorar la memoria de los que en vida fueron médicos queridos de esta localidad, y que fallecieron a causa de la pasada epidemia de la influenza y se le pongan a las calles de Jesús María y José y Francisquito, ambas de esta población, los nombres de Pablo Lombida y Jorge Rodríguez, respectivamente”. De manera inmediata se tomó el acuerdo que fue firmado por el alcalde municipal Andrés Morán el 26 de mayo; de modo que las placas de Francisquito pasaron a llevar el texto Dr. José Rodríguez “para recordar a ese joven médico camagüeyano fallecido el 13 de octubre de 1918 a los 26 años, víctima de la influenza que contrajo mientras luchaba por arrebatar de la muerte a los atacados por esa enfermedad”. 

Los nombres Francisquito y Quiñones siguen orientando a vecinos y forasteros. De sus cuadras solo las limitadas por Santa Rosa y de la Palma participan del Centro Histórico.

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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, July 30, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Francisco, Antonio Luaces (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  

Foto/Flickr by Harukoa
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En sus inicios nacía en la puerta de la iglesia adjunta al convento de San Francisco de Asís, pero con posterioridad a su demolición en el primer cuarto del siglo XX su origen pasó a ser San Fernando para en su trayectoria dar inicio a las calles San Juan (D), Plaza de San Francisco (D) y San Adriano (I); cortar a la de la Reina en su proyección de línea quebrada, primero a la derecha y luego a la izquierda; a San Pablo, de la Candelaria y culminar en la de la Mayor. Su nombre lo otorga el convento, obra iniciada por el fraile Francisco Amado, de la orden franciscana, quien arriba a la villa para establecer un convento en la segunda mitad del XVII. 

Su legitimidad crece desde lo cotidiano en la medida en que importantes vecinos financian proyectos que engrandecen la construcción como don Gaspar Alonso Betancourt y don Tomás Gerardo Cisneros y, por tanto, majestuosas celebraciones debían colmar esta calle cada 4 de octubre, día de su festividad.

El rebautizo de su nombre fue propuesto y aprobado en sesión del Ayuntamiento del 29 de mayo de 1907 con el objetivo de honrar la memoria del patriota Antonio Luaces Iraola y la sugerencia tiene por base el hecho que en ella naciera el homenajeado. El 3 de junio, por sugerencia del Sr. Maya se define que las tablillas lleven como texto “Dn. Antonio Luaces”. Más allá de la estrecha relación existente entre Antonio Luaces y esta calle, ¿qué connotación alcanza en el ámbito histórico y sociocultural? El Diccionario enciclopédico de historia militar de Cuba, ofrece significativas referencias sobre ello. 

En primer orden es preciso salvar el error del apellido del patriota, en tanto su nombre legítimo es Antonio Lorenzo-Luaces Iraola (1842-1875). Lorenzo-Luaces participó en la Guerra de Secesión norteamericana y por ejercer la cirugía fue designado médico de la división de Camagüey, subordinado al mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz y nombrado, en julio de 1869, jefe de Sanidad de Oriente, cargo que se le ratificara mediante decreto presidencial el 4 de abril de 1870. Dentro de sus hazañas militares se destaca su participación en el rescate del brigadier Julio Sanguily el 8 de octubre de 1871 y los combates de La Sacra, Palo Seco y Las Guásimas. Diana María Díaz Luaces lo valora en un sentido más humano: “Noble es la labor de un médico que desafiando en los campo de batalla la ira de las balas se reclina sobre el lecho del herido para curar sus heridas; noble también la actuación del patriota que abandonándolo todo se sacrifica por su patria”. 

Luaces, como se reconoce cotidianamente este eje, pertenece íntegramente al área Patrimonio Cultural de la Humanidad.


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, July 23, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle del Ferrocarril, Paseo de Pueyo, Avenida de Bélgica, Avenida Finlay (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  


Del Ferrocarril es un topónimo que debe su nombre, según Lasqueti “porque corre paralelo á él”. El paseo de Pueyo, por su lado, tiene su génesis en las transformaciones urbanas que realizan los comerciantes en el Puerto Príncipe del siglo XIX en diálogo con la Calzada O´Donell que embellece el tramo entre la iglesia Santa Ana y la Plaza de La Habana. 

Se extendía desde la Plaza del Paradero hasta el río Hatibonico. En el presente nace en la calle San Juan y en su trayectoria da lugar a la calle del Cuartel de Infantería (D), a Bellavista (I), al callejón del Cuartel de Infantería o Prolongación de Bellavista (D), a Prolongación de Teniente Cañón (D), a Nuestra Señora del Rosario (D), a la calle C del reparto Las Mercedes (D) y a la Avenida de Las Palmas (I); corta la calle A, que a la derecha se integra a Las Mercedes y a la izquierda a La Guernica y a partir de ella se convierte en derrotero de los repartos José Martí, Los Ángeles, por el lateral derecho, y La Guernica, por el izquierdo. En el primero de ellos se encuentran los ejes Teniente Joaquín Collar (D), Mariano Barberán (D) y Chino Manuel (D); en el segundo la Calle B (D) y Calle C (D) y; en el tercero, Calle B (I), Calle C (I) y Calle D (I) y Calle Pineda (I); por el lateral izquierdo se encuentra la Avenida de Saratoga. En su prolongación la calle del Ferrocarril o del Paseo de Pueyo cruza el puente que da entrada al reparto Puerto Príncipe donde da inicio a las calles Avenida Ignacio Agramonte, Primera, Tercera, Quinta, Séptima, Novena y Cacocún, todas por el lateral derecho; mientras que por el derecho se encuentra un camino al que popularmente se le llama la Entrada de Nitrógeno. Luego este eje cruzará la circunvalación y tras la línea del ferrocarril a Nuevitas penetra en San Francisco, El Lenin y otros barrios hasta el Aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte y Loynaz. 

En relación con su nombre, en las reflexiones que hace Gerardo Castellanos en torno a la permanencia de la toponimia urbana apunta: “Repito que hay excepciones, cual la calle Puello, aquel mal patriota dominicano y pésimo general español”; mientras Vidal Morales en Hombres del 68 tras la derrota causada a Eusebio Puello por la división de Camagüey al mando de Ignacio Agramonte el 1ro. de enero de 1870 la describe: “llegó a Nuevitas, para donde se retiró en un estado, sobre toda ponderosa lamentable”. Gustavo Sed, por su lado, da muestra de la permanencia de su nombre al referirse al reparto José Martí como “antiguo de Pueyo”; y en este caso el referente, no el militar español sino el vecino Pueyo, dueño de un aserradero ubicado con frente a la Avenida Las Palmas. 

La modernización del nombre de esta calle encuentra su génesis en el acontecer político internacional entre 1914 y 1917 y su repercusión en Alemania y la isla de Cuba. La motivación es una correspondencia recibida por Andrés Morán Cisneros, presidente del Ayuntamiento fechada el 5 de febrero de 1919, que remite Fernando Souignie, periodista y oficial de la secretaría de gobernación encargado de divulgar en La Discusión “los actos de barbarie cometidos por las tropas alemanas en los territorios invadidos, esencialmente en Bélgica, donde, en su criterio, el crimen llegó al cálculo frío de premeditación y el estudio”(1). Souignie traza el proyecto de perpetuar en las principales ciudades del país dicha barbarie, colocando el nombre Avenida de Bélgica a uno de sus principales ejes; de ahí que envíe comunicación no solo a las capitales de provincias, sino también a ciudades como Cienfuegos y Cárdenas y, en una especie de estrategia, informa con sutileza el proceder de los diferentes Ayuntamientos, creando así un compromiso moral con el proyecto. De La Habana, donde se elige con este fin la calle Monserrate, comenta por ejemplo: “el consistorio habanero aprobó por unanimidad esta petición, por lo que no dudo sea secundado por esa cámara municipal”. Por su parte, hijo de su tiempo, comenta el propio Souignie: “Abundan en nuestras ciudades calles con nombres coloniales y frailunos a quienes la picota del progreso debe modificar por otros más en consonancia con nuestra vida republicana. Y al sustituirse esos nombres de antigualla que evocan un pasado de expoliación y de luto, ¿qué sustitución mejor podría llevar que el nombre de Bélgica, símbolo de dolor, de patriotismo y de fe?”.

Para mayor familiarización del tema entre los miembros del Ayuntamiento camagüeyano el 3 de marzo se distribuye entre los concejales el proyecto y en sesión del día siguiente el concejal Salvador Paisán propone para el cambio el Paseo de Pueyo; se acuerda el 28 de febrero de 1919 y es corroborado por el alcalde municipal el 4 de marzo. 

Una reescritura cargada de camagüeyanidad surge en la década del 40, de la cual el informe leído ante los concejales el 3 de noviembre de 1944 ofrece importantes claves: “El Gobierno central ha construido un parque en los terrenos de la antigua Plaza de Vapor, frente al Hospital General, en el cual ha erigido un monumento a la memoria del sabio camagüeyano Dr. Carlos J. Finlay. // El propio Gobierno está construyendo una avenida de doble vía que comunica la ciudad con el aeropuerto internacional Ignacio Agramonte en los terrenos Avenida de Bélgica, antes del paseo de Pueyo. // Es oportuno asignar a ambas obras nombres que reflejen el sentir local y que representen valores de nuestra región, que los han producido en todos los órdenes”. Como premisa, en primer orden, fue necesario revocar el acuerdo que en 1919 dio el nombre de Avenida de Bélgica al antiguo Paseo de Pueyo. 

En cuanto a la renovación de los referentes Finlay y Agramonte, emblemáticas figuras del Camagüey, se sumaron varias personas e instituciones entre las que aparecieron con sus sugerencias: la Sociedad Popular deSanta Cecilia, con Avenida de las Américas; el habanero Andrés Núñez, vecino de Reina no. 361, con Francisco Agüero Arteaga y Mateo Aponte; Landelina Agüero y Veloz, vecina de Popular no. 113, “que se considera con derecho a solicitar por el hecho de venir yo de la familia camagüeyana que más patriotas había aportado a la causa de la libertad de Cuba”, sugiere para la avenida el nombre de Presidente Batista, tomando como base la manifiesta preocupación de Fulgencio Batista por la realización de esta obra; la Asociación de Defensa de Veteranos e Hijos de Veteranos propone que se cambie por Avenida de los Héroes; mientras el doctor Francisco Martínez de la Cruz se empeña en hacer partícipes del cambio toponímico a la población mediante un discurso que titula “¿Por qué la Avenida del Aeropuerto debe llamarse Avenida Finlay?”, texto que culmina con la aseveración: “Es un error de apreciación separar el nombre de una Avenida del nombre de su plaza terminal”.164 El término “doble vía”, empleado en la presentación del problema jugaría un insospechado papel en la tradición oral. 

Por mayoría de votos los concejales tomaron el acuerdo de llamar a esta avenida Carlos J. Finlay el 24 de noviembre de 1944. Para unos sería solo Avenida Finlay; para otros, más centrados en la Modernidad que en el patriotismo, Doble Vía. Finlay constituye el referente cultural del prestigioso científico cubano Carlos J. Finlay y Barres, principeño que según Jorge Juárez Cano naciera en Minas de Bayatabo, Camagüey, el 3 de diciembre de 1933, al que los habaneros rindieron tributo al designar su nombre como topónimo de la calle Zanja, por cuyo costado se ubicaba la Escuela de Medicina.
Está separada del Centro Histórico.


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1. El proyecto comprende, además del cambio de nombre de una calle principal, una colecta pública cuyos fondos deberán ser enviados al embajador, el excelentísimo Sr. Charles Renoz, ministro de Bélgica con residencia en Malecón 85 (altos), con destino a los ciegos de la Orden Belga de San Juan de Jerusalén y los pobres pequeñuelos a quienes la guerra ha dejado huérfanos.


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, July 16, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Fernando, Bartolomé Masó (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 

Foto/Marius Jovaisa
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Su punto de partida está en la intercepción de la calle de los Pobre y San Cipriano. En su trayectoria cierra el callejón de Muñoz o de Corona (D), inicia San Francisco (I) y San Diego (I); cierra los callejones de Keyser (I) y de Triana (D); cruza el de Tío Perico e intercepta a los De la Montera (D), de Castellanos (I) y de Fundición o del Huerto (D); corta a la calle de la Soledad, el callejón de Jaime, las calles San Esteban y San Martín, y culmina en San Juan. 

¿Por qué San Fernando? Los referentes para llamar así a esta calle pueden ser de diferentes naturalezas. Geográficamente, existe en la provincia de Cádiz, Andalucía, una ciudad que lleva este nombre y, para sorpresa nuestra, se describe en Espasa —Calpe con una base económica de cultivos de cereales, frutales y vid, además de ganado bovino y porcino; mientras arquitectónicamente se destacan en ella las iglesias del Carmen, de San Francisco y el convento de Carmelitas Descalzas. ¿Procedían de ese territorio algunas de las familias que se avecinan en esta calle? Por su lado, también resulta probable la advocación a san Fernando, basta acotar que entre la primera mitad del XVIII e inicios del XIX tienen propiedad en esta calle siete presbíteros: don Francisco Keyser, don José Antonio Suárez, don Marcos Iraola, don Melchor Valera, don Bartolomé Paulino López y don José María Cabrera.

La modernización del nombre de la calle tiene como pretexto el aniversario de la instauración de la República en 1911. En conmemoración al 20 de Mayo el concejal Armando Labrada Cantos propone en la sesión del Ayuntamiento del 11 de abril cambiar el nombre a San Fernando para rendir con ello homenaje a Bartolomé Masó. La aprobación, que requirió suprimir el acuerdo que prohibía la modificación de nombres de las calles, emitido el año anterior a propuesta del padre Gonfaus, se confirmó el día 18 “por haber sido Masó el presidente de la República cubana en la guerra de Independencia”. 

A partir de 1911 se recordaba en San Esteban a Bartolomé Masó Márquez (Manzanillo, 1830-1907). Mayor general nacido en una finca próxima a Yara, quien ingresó en 1867 a la comisión ejecutiva de la Junta Revolucionaria de Manzanillo y se encontraba entre los participantes en la reunión preparatoria de la guerra en el ingenio Rosario el 6 de octubre de 1868. Participó en la alzamiento de La Demajagua junto a Carlos Manuel de Céspedes. De los vínculos con el Camagüey y su patriciado la biografía revela su respaldo a Salvador Cisneros ante la sedición de Laguna de Varona el 26 de abril de 1875. El manzanillero lo acompañó a ese campamento para instar a los sublevados a deponer su actitud. Por otra parte, en la Asamblea Constituyente de Jimaguayú el 13 de septiembre de 1895 lo eligieron vicepresidente de la República en Armas, aunque renunció para continuar ejerciendo el mando de las tropas y en la de la Yaya, el 10 de octubre de 1897, fue electo presidente y tomó el cargo el día 30. Otros rasgos, de marcada connotación en la historia de Cuba, que distinguieron la vida de Bartolomé Masó serían su rechazo al Pacto del Zanjón el 10 de Febrero de 1878. Estuvo en el combate de Dos Ríos, donde cayó José Martí el 19 de mayo de 1895 y la consigna “independencia o muerte” que acentuara en el Manifiesto de Sebastopol el 24 de Febrero de 1898. Juárez Cano cerraría su biografía citandole: “Queremos la independencia para todos”.

A pesar del reconocimiento a Masó, el Directorio Social de 1916 mantenía el nombre San Fernando para ubicar la herrería Los dos hermanos, de Fernando de Lara; la tienda de víveres La Feliz, de Damián Monjo y la mixta El Llavín, de Ventura Rodríguez; postura que seguiría el Directorio Social de Camagüey en 1960 en relación con la Farmacia Ginferrer al citarla en “Estrada Palma y San Fernando”. San Fernando pertenece íntegramente al Centro Histórico y las cuadras delimitadas por el callejón de Keyser y la calle de los Pobres están contempladas dentro del área Patrimonio Cultural de la Humanidad. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, July 9, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Esteban, Oscar Primelles (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  


 


Nace en San Ildefonso y en su recorrido rebasa las calles de la Carnicería o Contaduría, San Ramón y de la Merced; recibe el callejón de la Merced (D) y corta a de la Reina, San Juan, San Fernando y de los Pobre; da apertura a Jesús María (I), traspasa el callejón del Pintor, la calle Nuestra Señora del Rosario y de la Palma. En el siglo XX se prolongó en dirección al río Hatibonico; primero, cruzando las calles Verges y de los Lanceros; y más tarde dio inicio a la calle General Roloff (D), a un callejón sin nombre (D) y la Avenida Central del reparto La Norma (I) y parecía encontrar fin una vez cruzado el río, en Avenida 26 de Julio, pero cortó la Avenida Camagüey y bajo un giro se reconoció como Prolongación de San Esteban en el barrio La Zambrana donde dio cierre a la Calle Cuba, cortó la del Aserradero y finalizó en una especie de plazuela.
Su nombre pudiera atribuirse a la advocación de los principeños por san Esteban, uno de los protomártires del cristianismo que estuvo entre los siete diáconos elegidos por los apóstoles debido a la fortaleza de su fe, particularidad que, unido a la elocuencia y facilidad para lograr conversiones, lo enlazan con los hijos de esta región. Téngase presente que es común en el patriciado de la localidad la elección de uno de sus miembros por el sacerdocio. Un segundo sendero, unido indirectamente al primero, sería el hecho de que se avecinara en este eje un individuo procedente de San Esteban de Gormaz, actualmente municipio de la provincia de Soria en Castilla y León, cuya actividad económica tenía entre sus renglones principales, como en Puerto Príncipe, la ganadería. En cualquiera de los dos casos ¿los vecinos realizaban fiesta el 26 de diciembre en conmemoración a su santo patrón?
La incorporación de esta calle al proceso de su rebautizo aparece como respuesta a la propuesta hecha por Walfredo Rodríguez en sesión del Ayuntamiento el 20 de abril de 1910. Este, en base al tradicional nombre de la calle de los Pobres, llama la atención acerca del serio problema y trascendental que se manifiesta en la isla con la división de las razas, al extremo de haberse descubierto por el Gobierno una conspiración de carácter racista, y no existiendo en Camagüey germen alguno favorable a esa horrible y malhadada idea, el Ayuntamiento, que representa al pueblo camagüeyano, como una prueba de la unión y concordia que reina entre todos sus habitantes, sin distinción de colores, debe, en estos momentos, mejores que en ningún otro, poner a esa calle el nombre de La Fraternidad; en esta ocasión se coloca Narciso López a de los Pobres y el de La Fraternidad a San Esteban. Pero este acuerdo quedó anulado cinco días después ante la propuesta que establece el padre Gonfaus el 2 de mayo: “no se varíen más los nombres de las calles por los grandes entorpecimientos y perjuicios que trae para los propietarios y vecinos en sus relaciones con las oficinas públicas especialmente con lo que se refiere al Registro de la Propiedad”.

Un segundo momento aparece al año siguiente, en el ámbito de las celebraciones por el 20 de Mayo. Bajo esta festividad y el criterio de sumarse al entusiasmo reinante en los preparativos, el concejal Armando Labrada Cantos solicita el 11 de abril de 1911 que se considere por esta cámara la anulación de la prohibición de los cambios de nombre a las calles con el fin de cambiar los de Soledad, San Fernando y San Esteban, al tiempo que sugiere para esta última Oscar Primelles. El día 18 se somete a votación y queda aprobado definitivamente el 24 de abril, fecha a partir de la cual, en el marco oficial, el nombre católico sede espacio al patriótico. 

En la céntrica San Esteban perpetuarían los camagüeyanos la memoria de Oscar Primelles Cisneros (1868-1895), el principeño que nació en Cisneros esquina a Rosa la Bayamesa.150 Este médico alcanzó el grado de teniente coronel y gozó del mérito de haber sido el primero del territorio en alzarse en la Guerra del 95 en la zona de Nuevitas, al tiempo que lideraba los 20 hombres que se incorporaron el 9 de junio al mayor general Máximo Gómez, oficial que le reconoció el grado de comandante. La postura combativa de Primelles le conllevó a preferir las operaciones militares antes que el ejercicio de la Medicina. Murió el 9 de diciembre de 1895, cuando dirigía una carga contra una guerrilla española en los cañaverales del ingenio Congreso.

Culturalmente, como testigo de la memoria colectiva, resulta recomendable para el forastero que no quiera perder un encuentro en esta calle el uso del topónimo San Esteban, pues el de Oscar Primelles apenas es reconocido como referente urbano. Dista del área Patrimonio Cultural de la Humanidad, mas íntegramente forma parte del Centro Histórico. 



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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, July 2, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de Domingo Castillo, Brígida Agüero y Agüero (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su nuevo libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 




Nace en el callejón de Jaime y se extiende hasta la calle de la Soledad. Su nombre está asociado a don Domingo Castillo, propietario de los terrenos donde se edificaron las construcciones que allí existían en 1888, según apunta Lasqueti. En la primera mitad del siglo XIX el Fondo de Anotaduría de Hipoteca relaciona entre los vecinos de este eje a Catalina Castillo y Lucía Castillo, probablemente descendientes de don Domingo. El 3 de noviembre de 1864 don Salvador Fon posee “una casita oculta por el callejón de Domingo Castillo” que pertenece a la no. 36 de la calle Soledad, la que su propietario presenta para cubrir $ 4300 de don Martín Serra y Hermanos, construcción que está grabada a $ 200 del convento de San Francisco y está ubicada en la esquina izquierda siguiendo la dirección de Jaime a Soledad. 

En cuanto a su cambio de nombre no es hasta el 21 de diciembre de 1927 que el DSAMC revela su potencialidad al incluirlo dentro de los ejes que mantienen su topónimo tradicional; pero la propuesta para su rebautizo no se presentó hasta la década del 50 y estuvo a cargo de la Orden de la Gran Logia de la Perseverancia. El portador del acuerdo de La Perseverancia fue el concejal Manuel Hernández Medina, quien en sesión del 16 de marzo de 1955 informa el interés de la logia de homenajear a la poetisa Brígida Agüero y Agüero. Se toma entonces el acuerdo de que el concejal se informe bien acerca de los méritos de la fémina para merecer este homenaje. 

Hernández Medina cumple con el acuerdo en sesión del 21 de marzo de 1955 e informa que la señora Brígida Agüero y Agüero “fue hija del distinguido poeta Francisco Agüero y Estrada, la que heredó el sentimiento poético de su papá y fuera alumna sobresaliente de las clases de literatura de la Sociedad Filarmónica de Puerto Príncipe, habiendo cosechado grandes éxitos en el año 1861”. Para apoyar su propuesta el concejal refiere la obra de Lasqueti y acota que “el nombre de Domingo Castillo, que hasta hoy ha tenido ese callejón, se debe a que el dueño de esa parcelación se llamó Domingo Castillo, sin tener ninguna historia digna de mención”. 

A pesar del aval presentado la sugerencia despierta serias polémicas entre los miembros del Ayuntamiento. El principal opositor, el concejal Serrano Ferrer, opina que el cambio de nombre de las calles de esta ciudad, “tiene perdido a los policías y los carteros, y a todos los que se dedican al servicio público, sin saber dónde dirigirse”, argumenta, también que, “si respeto merece la tradición de los pueblos, esas calles no deben cambiársele los nombres, pues hay bastantes repartos nuevos a quien ponérselos”; reitera “además, ya en Camagüey no hay cartero ni policía que pueda rendir un servicio adecuado por el cambio de nombre a cada paso”. Haciendo uso de democracia el presidente somete a votación nominal el asunto y es aprobado por mayoría el cambio de nombre. 

Así, desde 1955 rindieron los camagüeyanos homenaje a Brígida Agüero y Agüero (Puerto Príncipe, 1837 — 1865), la hija del poeta Francisco Agüero y Estrada, El Solitario la autora de “Retrato de una señorita” (1858); “Ecos del alma”, “Inspiración”, “La fe cristiana” y “Flores del alma” (1859); “Lo Bello”, “A la señora doña Gertrudis Gómez de Avellaneda”, “A la Virgen”, “El encuentro” y “Las Artes y la Gloria” (1860), entre otras. Domingo Castillo o Brígida Agüero, como se reconoce indistintamente, dista del área Patrimonio Cultural de la Humanidad, pero forma parte del Centro Histórico. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, June 25, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón del Desengaño o de la Cruz, Eugenio Sánchez (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.   

Foto cortesía de Joop Siroop
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Nace en Carretera Central Oeste y en su trayecto ofrece fin a la calle del Matadero cruza San Gabriel o San Mateo, San Rafael y San Clemente; da cierre a San Isidro (D) y a la del Santo Cristo para cortar luego a San Luis Beltrán, del Cielo, San Lorenzo, San Diego y el callejón de Sedano para disolverse en San Ramón. 

Juan Torres Lasqueti argumenta en su obra que se le reconoce como Desengaño “porque pasa por delante del cementerio”. Documentalmente aparecen referencias de su existencia como calle de la Cruz entre 1813 y 1817, período muy cercano a la inauguración del Cementerio General (1814), por lo que debió ser el tramo recorrido en el traslado de los cadáveres el que le diera el popular nombre que alude a la Cruz, símbolo de la muerte de Jesús de Nazaret para los seguidores de Cristo, signo de la profunda religiosidad de los camagüeyanos que interpretaban en la muerte un acto de liberación. Recordemos que carente de una gran montaña en la que erigir un monumento a este icono religioso se encargaron los principeños de colocarla en las fachadas de aquellas casas que participaban del Vía Crucis en Semana Santa. Asociado a este criterio, de profunda raíz popular, se encuentra el apelativo Desengaño con el que también se reconoce esta calle, sentido que pudiera asociarse al epitafio que acompaña la tumba de Dolores Rondón, una de las más hermosas leyendas de la región:
Aquí Dolores Rondón
finalizó su carrera,
ven mortal y considera
las grandezas cuales son:
el orgullo y presunción
la opulencia y el poder,
todo llega a fenecer
pues solo se inmortaliza
el mal que se economiza
y el bien que se puede hacer.
Curiosamente también el centro de Madrid posee una arteria con el nombre Calle de Desengaño y como explicación se cuenta la leyenda en la que dos caballeros que iban a batirse en ella, al parecer por el amor de una dama, en el momento de cruzar los aceros se hizo presente una misteriosa sombra negra a la que los dos hombres siguieron, olvidando su querella. Después de una larga búsqueda encontraron sobre una tapia un repugnante cadáver que provocó en los espadachines la frase: “¡Qué desengaño!”. 

El cambio de nombre de este eje está entre los primeros finalizado el dominio colonial español y aparece bajo solicitud de sus vecinos, cuando el 6 de marzo de 1899 se lee en sesión del Ayuntamiento una instancia en la que pide el cambio de Desengaño por el de Eugenio Sánchez. No se han localizado las circunstancias en las que se tomó el acuerdo por parte de los concejales del Ayuntamiento. Un análisis de las coordenadas de este período hace suponer que fue de manera inmediata. Por su lado, informe suministrado por secretaría el 4 de marzo de 1919 a solicitud del concejal Salvador Paisán N. de la Cabada, indica que el cambio se había aprobado, rindiendo homenaje así a Eugenio Sánchez Agramonte (Puerto Príncipe, 1865-La Habana, 1933), el general de brigada y médico cirujano que ingresó al EL el 6 de junio de 1895 bajo el mando del mayor general Máximo Gómez y que fuera nombrado jefe superior de Sanidad Militar el 4 de diciembre, desde cuyo cargo elaboró el proyecto de la ley orgánica militar que aprobara el consejo de gobierno semanas después y renovaría en marzo del año siguiente, ambos implementados personalmente a lo largo de toda la isla. Fue uno de los nueve generales cubanos invitados por los norteamericanos a la ceremonia del cambio de poderes en la isla el 1ro. de enero de 1899 y secretario de Agricultura del gabinete del segundo gobierno del presidente Mario García Menocal entre 1917 y 1921.

Gerardo Castellanos, en Pensando en Agramonte, la refiere dentro de sus reflexiones: “¿Por qué suprimir su nombre a la calle de Alegrías y a la de Desengaño, y a la de Micaelita, y a la Palma, y a la de Ángeles, y a la Arrieta, y así a otras de clásico colorido local?”. 

De Desengaño, como se le llama cotidianamente, pertenecen al Centro Histórico las cuadras limitadas por San Gabriel o San Mateo y Sedano.



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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, June 18, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Diego, Martí (por Marcos A. Tamames-Henderson)


Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.   

 


San Diego es un eje estructurador de la ciudad, uno de los primigenios por estar en torno a la plaza de la Mayor. Parte de San Fernando, y en su recorrido supera San Juan; intercepta a la calle Plaza de San Francisco (I) (frente de la antigua casa de Tomás Pío Betancourt); corta la de la Reina, recibe el callejón de las Apodacas (D) y a la calle San Pablo (D) en el vértice de un triángulo que define la calle Plaza de Isabel II; traspasa los ejes de la Candelaria, de la Mayor, de la Carnicería o Contaduría, San Antonio, del Hospital o Nuestra Señora de Loreto con su plazoleta (I) y Honda o San Pedro Alcántara; se desliza lateral a la plazoleta del Pozo de Gracia o de Bedoya (D); limita los callejones de la Miseria (D) y de la Risa (I); da inicio a la calle del Carmen (D) y corta San Ildefonso, los callejones del Desengaño o de la Cruz y de Sedano; ofrece apertura a la Calle A del reparto Oliverio (D); corta el callejón de las Damas y da inicio a San Juan Bosco (D) para una vez traspasar la Carretera Central Oeste convertirse en derrotero de los barrios la Ceiba y Sánchez Soto: por el lateral izquierdo parten Cinco Metros, Cuba Libre y Pasaje C del primer barrio; mientras por la derecha ofrece límite a las calles A, B, C, D y tras cruzar el puente las calles E y no. 17 del segundo. Finaliza en Avenida Madame Curie. 

San Diego responde a la cosmogonía religiosa de los principeños desde las primeras centurias. ¿Cómo establecer una relación entre el santo y Puerto Príncipe? El punto de partida podría encontrarse en uno de los momentos claves en la conformación morfológica de la villa, en este caso la construcción del convento de san Francisco de Asís, cuyo templo abrió sus puertas en 1734 y otorgó nombre a la calle, mientras que a su paralela, la nombraron San Diego ¿Acaso en conmemoración del monje franciscano san Diego de Alcalá? Por la misión caritativa para con los pobres y su milagrosa obra con los enfermos, la vida de san Diego entronca con los rasgos identitarios de los principeños en el período en que se crea y consolida la toponimia urbana. ¿Celebrarían los vecinos su fiesta cada 12 de noviembre? 

Su rebautizo estuvo entre los primeros tras el cese del dominio colonial español sobre la isla. En enero de 1899 se propuso en el seno del Ayuntamiento nombrarla José Martí y el 27 de febrero se informaba que, vencido desde el día 25 el plazo fijado para alegar algo en contra de ello, debía informarse del cambio a la población y al Registro de la Propiedad. De la calle Martí se desprenden dos topónimos al mismo tiempo. Los inmuebles que están a la izquierda utilizan como referente el nombre de San Juan Bosco; mientras que los que están en la primera cuadra de la acera derecha, lo hacen bajo el referente de Calle A del reparto Santa Rosa. 

José Julián Martí Pérez (1853-1895), mayor general, abogado y periodista; el cubano que con elevadas cualidades de pensador, orador y poeta legó a la humanidad una extensa obra. No estableció lazos directos con la región camagüeyana, sin embargo, su matrimonio con una de sus hijas, Carmen Zayas Bazán, y los vínculos con otros principeños, tanto en la isla como en el extranjero, le permitieron hablar del carácter de los de esta región. En San Diego rindieron tributo los camagüeyanos al Maestro, al Apóstol de la Independencia, al Héroe Nacional.

Del total de sus cuadras pertenecen al área Patrimonio Cultural de la Humanidad las que limitan los ejes San Fernando y San Ildefonso y al Centro Histórico desde San Fernando hasta Sedano.


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, June 11, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de las Damas, Capitán Sabino Montes (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.    

Foto/Blog Ala y Raíz
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Se origina en Jesús, María y José, y en su recorrido corta Santa Ana o del Calvario y Santa Inés o del Medio; intercepta Pasaje de Sedano (I), corta de Santiago u Horca y limita a los callejones B (I) y B (D); supera a San Ramón y a Calle 2da. del reparto Santa Rosa; obstruye a Calle 1ra. (D), troza San Diego y cierra San Lorenzo (I) para luego cruzar la Carretera Central Oeste. En su prolongación da límite al callejón Benítez (D), pasa Cinco Metros y Cuba Libre; cierra el callejón Teniente Riberón (I), el Pasaje C (D) y el callejón de Robirosa (I) para fundirse luego con la calle del Cielo y desaparecer en la carretera de Vertientes. 

Su primigenio nombre está asociado a la femineidad, ya sea por la hermosura o por distinguirles particulares modales, educación o zalamería de las que allí vivían o, tal vez, por ser este el género predominante entre sus habitantes, como apunta Lasqueti. Resulta curioso que precisamente la primera calle de La Española, Santo Domingo, fuera reconocida popularmente como “Calle Las Damas” y que sobre ello los historiadores argumenten al hecho de que al principio de la colonia las damas se paseaban por ella. Construida durante el gobierno de Nicolás de Ovando, el eje conectaba la Torre del Homenaje y el Alcázar, de ahí su nombramiento oficial como calle de la Fortaleza o a partir de 1659, por orden del Ayuntamiento, calle Colón; pero a todo ello ha sobrevivido el de calle de las Damas, un discurso que cualifica el conjunto que fuera declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. 

El rebautizo estuvo a cargo de Emiliano Agüero Varona, teniente del EL con residencia en Joaquín Agüero no. 23 en el reparto La Vigía, quien en representación de una comisión de veteranos de la independencia de Cuba dirige al Ayuntamiento una carta fechada el 20 de febrero de 1929 en la que suplica “le concedan cambiarle el nombre al callejón que hasta hoy se nombra Las Damas y que hoy es una calle bastante habitada, ponerle el nombre de un patriota cubano que luchó en las dos guerras, que falleció el 21 de marzo de 1928 a la edad de 73 años: Sabino Montes Barreto”, bajo el título Capitán Sabino Montes. 

El 7 de mayo el Dr. Domingo de Para, en funciones de alcalde municipal, firmó un documento en el que comunicaba a los concejales que “el Callejón Las Damas hasta la fecha carece de nombre nuevo”, el cual fue leído en la sesión del día 24, sin embargo, no fue hasta meses después, el 16 de agosto, que definitivamente se toma el acuerdo del cambio de nombre, publicándose para conocimiento de la población en el Boletín Oficial de la Provincia de Camagüey correspondiente al martes 10 de septiembre de 1929.

De sus cuadras solo corresponden al Centro Histórico las comprendidas entre Jesús, María y José, y San Ramón. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, June 4, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón del Chumbo y Avenida Del Casino Campestre, Humboldt (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.   


En la historia de este callejón podrían encontrar los urbanistas un ejemplo del papel jugado por la praxis en la conformación de la cultura local, en tanto la yuxtaposición de expresiones culturales crea en Puerto Príncipe una estratigrafía sumamente compleja. 

A pesar de que el Fondo de Anotaduría de Hipoteca da muestra de la existencia del callejón del Chumbo entre 1829 y 1833 con trámites de importantes patricios entre los que se relacionan Gerónimo Cisneros, María del Carmen Gelabert y Pedro Nolasco Betancourt; debió configurarse en la segunda mitad del XVIII y, según el Registro de la Propiedad en 1920, se describe limitado por la calle de La Caridad y San Joaquín, teniendo por borde la plaza de Marte; los documentos del registro evidencian también que en febrero de 1931, Manuel Carvajal y Lastre vende las cuatro propiedades que allí posee al Estado Cubano. Su nombre original lo sugiere la Enciclopedia Ilustrada, de Espasa-Calpe en una de las acepciones del término chumbo: “Chumbo, ba: m. y f. Cuba. Nombre propio familiar por Jerónimo, Jerónima”. ¿Debe Puerto Príncipe el nombre de este callejón a tener allí sus propiedades don Gerónimo Cisneros?

Inscripciones fechadas en 1904 describen la avenida del Casino Campestre entre San Joaquín y del Paso Chiquito en su lateral este, mientras al oeste encuentra por bordes al puente de La Caridad y la calle del Paso Chiquito; su nombre ubica el origen de esta avenida en 1846 con la adquisición de los terrenos por parte del Ayuntamiento para el Casino. El callejón del Chumbo ocupaba una cuadra y la avenida del Casino Campestre otra. La demolición de los inmuebles, cerca de la Plaza de Marte, dio origen al espacio que ocupa en el presente el parque Enrique José Varona, al tiempo que en su lateral este se unificó bajo un único nombre, probablemente entre el segundo lustro de los años 1930 o los 40. 

No contamos con las coordenadas que acompañaron su bautizo con el nombre del Barón de Humboldt para rendir homenaje a Federico Alejandro Humboldt y Colomb (Alemania 1769-1859), autor de la obra Ensayo político de la isla de Cuba, pieza considerada por el Ayuntamiento de La Habana en 1827 como “apreciabilísima […] pero sobremanera peligrosa entre nosotros, por las opiniones de su autor acerca de la esclavitud, y, más que todo por el cuadro tanto más terrible, cuanto es más cierto que presenta a las gentes de color su inmensa fuerza en esta Isla y su preponderancia decisiva en todas las Antillas y las costas del continente que nos cerca”.

Los topónimos Chumbo, Casino Campestre y Humboldt apenas son conocidos y en los planos de la ciudad no se le coloca nombre alguno. El Bar Casino y el Instituto de Segunda Enseñanza funcionan como hitos arquitectónicos y puntos de orientación. Ambas cuadras integran el Centro Histórico de la ciudad. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, May 28, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón del Cura o del Silencio, Víctor M. Caballero (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  


 
Ubicado en la barriada de La Caridad comprende la cuadra que se extiende desde el callejón de Arrieta hasta el de Pancha Agramonte, paralelo a las calles Cuba y de la Glorieta. Este callejón no debe confundirse con el que está localizado entre las calles del Cielo y San Luis Beltrán, considerado como el más estrecho de la ciudad al medir unos 52 m de largo y solamente 1,40 m de ancho.

No se han localizado informaciones en torno a su rebautizo por el de Víctor M. Caballero Varona. ¿Se trata de Víctor Caballero, patriota de la Guerra del 95 que perteneciera a la 3ra. Brigada de la 1ra. División del 5to. Cuerpo, considerado teniente y muriera en acción de guerra el 3 de mayo del 98 en Jovellanos? En los planos recientes aparece el topónimo del patriota y en la cotidianidad se reconoce indistintamente con el nombre oficial y el popular. Dista del Centro Histórico y no se integra, por tanto, al área Patrimonio Cultural de la Humanidad.



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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, May 21, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón del Cuerno o de San José, Manuel de Quesada (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  


Nace en San Pablo y culmina en la calle de la Candelaria. Su nombre oficial parece haber sido callejón de San José, pero el popular, del Cuerno, se impuso incluso en los registros de anotaduría de hipotecas y encuentra argumento en su morfología, una especie de cornamenta curva, estrecha en un extremo y ancho en el otro.

La modernización de su nombre aparece por iniciativa de sus vecinos, quienes en comunicación escrita el 9 de noviembre de 1916 proponen al Ayuntamiento colocarle el nombre Manuel de Quesada con el argumento de que “con ello se evitarían confusiones —como ha ocurrido muchas veces debido a que en esta ciudad hay otra vía que lleva el nombre San José—, y, además, se honraría la memoria de uno de los camagüeyanos que dieron lustre a las armas cubanas en la Guerra del 68, y por lo tanto, colocarían muy en alto el emblema de nuestro patrio suelo”. Romualdo de Varona, Aurelio Batista, Florida viuda de Varona, Donato García, Carmen Mestre de Zayas, Concepción Martínez y Carolina Delgado viuda de Romero firman la solicitud, que es aprobada por unanimidad por los concejales.

A partir de 1916 comenzaron los camagüeyanos a honrar en del Cuerno o San José al mayor general Manuel de Quesada Loynaz (1833-1884), al que le distinguió ser miembro de la organización secreta independentista nombrada Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe, de ahí su actitud de secundar el alzamiento de Joaquín de Agüero en 1851; aquel que en México organizara el cuerpo de caballería Lanceros de Quesada con el que defendiera a Puebla de los franceses, y en la Asamblea de Guáimaro fuera nombrado general en jefe del Ejército Libertador. El presidente Carlos Manuel de Céspedes, su cuñado, lo nombró agente especial del gobierno cubano en el extranjero con la misión de adquirir recursos para la guerra, mientras el gobierno de Salvador Cisneros lo destituyó. 

Entre Manuel de Quesada y callejón del Cuerno la población prefiere llamar Cuerno a este irregular eje que forma parte del área Patrimonio Cultural de la Humanidad.

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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, May 14, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle Cuba (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.   

 
Anterior al surgimiento de la barriada de La Caridad su imagen no sobrepasaba la de una vereda a la cual se llegaba pasado el río Hatibonico y con posterioridad a la urbanización en el XVIII quedó como un eje secundario que encuentra hoy origen en Carretera Central Oeste y en su trayectoria inicial deviene derrotero entre el reparto de La Caridad y Vista Hermosa; tramo en el que intercepta al callejón de la Candelaria (I) y Calle 4 (D); de Alonso Frutos (I) y Calle 6 (D) y a de Sifontes (I) y Calle 10 (D); luego traspasa de Arrieta, de Pancha Agramonte, del Coronel Gutiérrez, del Coronel Bringas, Sociedad Patriótica, callejón María del Rosario, Padre Felipe, Ojo de Agua, origina el callejón de Monteagudo (I) y termina por disolverse en Carretera Central Este. 

El origen del nombre de esta calle está relacionado con el camino creado a lo largo de toda la isla para comunicar entre sí a las villas primigenias por tierra e indica específicamente la dirección hacia el oriente de la isla, en busca de la villa Santiago de Cuba; de ahí popularmente el nombre de Camino Real de Cuba, entendiendo por Cuba a la villa que devino un importante centro político administrativo. Lasqueti apunta en su obra: “porque termina donde empieza el camino real de Santiago”.

El hecho de que su nombre aparezca en el informe del DSAMC confeccionado el 21 de diciembre de 1927 entre los ejes que no ha modificado su topónimo con posterioridad a 1902, revela a esta calle con potencialidad para rendir homenaje a una persona que se destacara en los diferentes ámbitos de la historia, la ciencia o la cultura. Así, en sesión del Ayuntamiento del 9 de septiembre de 1953, el concejal Rosendo Arteaga Sánchez, evaluando que su nombre “no ha sido motivado por ningún hecho histórico que trascienda, sugiere a la Cámara que la expresada calle se le denomine Coronel Serapio Arteaga Betancourt”, parecer ante el cual la junta acuerda rendir dicho homenaje en otra calle, por considerar que esta lleva “el nombre de nuestro país desde hace siglos”. 

Lejos estaban sus miembros de asociar el término de Cuba con la ciudad de Santiago de Cuba. De cualquier modo pasó a ser uno de los pocos ejes que escapó a un rebautizo en Camagüey. La calle Cuba se integra al CH en el tramo limitado por Carretera Central Oeste y el callejón María del Rosario.


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, May 7, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle del Santo Cristo, Alfonso XII, Ignacio Agramonte (por Marcos A. Tamames-Henderson)


Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.   



Nace en la calle de la Mayor y en su recorrido ofrece cierre al callejón del Templador o de Pedro Bruno (I) para luego traspasar de la Carnicería o Contaduría, San Antonio, Nuestra Señora de Loreto o del Hospital y San Pedro Alcántara u Honda; dar inicio a Santa Catalina (I), cortar San Ildefonso y culminar en del Desengaño o de la Cruz. 

Particular definición le ofrece la construcción de la ermita del Santo Cristo en 1723 por gestión del presbítero don Emeterio de Arrieta. En 1777 es un eje en el que se destaca el templo como referente para el nombre de la calle, según indica una nota del acta capitular de la sesión del 20 de marzo en la que se indica que el señor Domingo José Correas es dueño de la casa no. 31, “situada en la calle que corre de la Parroquial Mayor a la iglesia del Santo Cristo, donde funciona una pulpería a cargo de Patricio Vázquez”. Lasqueti para argumentar la razón de su nombre opina: “porque va directamente al Santo Cristo”. 

Su primer rebautizo está vinculado con la incidencia de la Ilustración decimonónica en el Príncipe, hecho que coloca a este eje en la vanguardia de entonces. Del Santo Cristo fue uno de los primeros ejes en modificar su imagen bajo un proyecto integral cuando en 1874, en plena Guerra de Independencia, el brigadier Juan Ampudia se empeña en empotrar las ventanas voladas predominantes en sus edificaciones y colocar una acera corrida en toda su trayectoria. Para darle a la calle un cierre digno se empeñó el militar en construir un parque en la plaza del Cristo, en la que coloca sobre pedestales unos leones como símbolo del dominio español. Ante esta modernización propone el brigadier al Ayuntamiento colocar a esta calle el nombre de Alfonso XII, quien ocupaba el trono español por aquel entonces.

Recién finalizada la Guerra del 95, se propone el 23 de enero de 1899 cambiar el nombre de Alfonso XII por el de Martí. La respuesta de sus concejales es rica en matices de conveniencia a la hora de renombrar las calles de Camagüey y, al mismo tiempo, permite reflexionar acerca de la funcionalidad y permanencia de los nombres establecidos desde el catolicismo. El acuerdo del 13 de febrero aprueba el cambio de otros ejes principales de la ciudad: “con excepción de la de Alfonso XII que volverá a tener su antigua denominación de Cristo, en atención esto último a manifestación de algunos señores concejales que estiman poco adecuado esa calle para llevar el nombre del señor Martí, proponiendo que más bien se le pusiera a la calle de San Diego”. 

Nuevos cambios se auguran en su nombre el 9 de marzo de 1923, cuando en sesión del Ayuntamiento, el concejal Ramón Espineta solicita se acuerde variarle el nombre por el del comandante Gustavo Caballero, propuesta que recibió el rechazo de los vecinos mediante carta enviada al Cabildo con más de 80 firmas:
Camagüey, marzo 12 de 1923 // Sr. Presidente del Ayuntamiento y Sres. Concejales // Ciudad // Sres.: // Los que suscribimos, propietarios y vecinos de la calle Del Cristo en esta ciudad, exponen: // Que protestan de la moción presentada al Ayuntamiento, por el concejal Sr. Espineta, en la que solicita cambiar el nombre de la Del Cristo, que ostenta desde remotos tiempos, por el del general Gustavo Caballero, cuya memoria puede perpetuarse en otra forma, o en alguna de las nuevas calles que aún no lo tienen. // Desde tiempos muy antiguos ese era el nombre que esta calle ostentaba, el que en tiempos de España fue cambiado por el de Alfonso Doce y al constituirse la República siendo alcalde de esta Ciudad el Sr. Pedro Mendoza Guerra fue sustituido por el que primitivamente tenía y ha seguido teniendo, respetado por todos los Ayuntamientos constituidos desde esa fecha y a pesar de haberse cambiado los nombres antiguos de casi todas las calles de la ciudad. // En tal virtud suplicamos que teniendo en cuanta la solicitud que presentamos a ese honorable Ayuntamiento se tenga en cuenta al someterse a la consideración de esa Cámara la moción a que nos referimos. // Respetuosamente Pbro. Pablo Gonfaus // Eugenio Sarduy P.
Dos días después, en reunión del 14 de marzo se somete a votación el asunto quedando sin aprobación la propuesta por mayoría de votos. Estuvieron a favor de su permanencia los concejales Salvador Paisán N de la Cabada, Jesús María Arango Tan, Dr. Isidro de la Herrán Varona, José Amado López, Dr. Antonio Mesa Martínez, Juan Pérez Cristía, Ramón Puig Arará, Agustín Tomé Varona y el presidente, Abelardo Chapellí; los cuatro que se opusieron serían Francisco Herrero Ortiz Marató, Dr. Manuel Tomé Varona, Rafael Zayas Bazán Villanueva y Ángel Ortiz Álvarez. 

Por la posición que ocupa en la defensa del PC, mayor significación merecen las palabras del presidente del Ayuntamiento quien “entendía que debía respetarse la tradición al igual que interpretar los sentimientos de este pueblo del cual un gran número de vecinos se habían dirigido por escrito a él pidiendo no se llevase a cabo dicho cambio de nombre, en cuanto a la calle Del Cristo se refiere”. Para suerte de la membresía a esta sesión no asistió Ramón Espineta, concejal interesado en perpetuar en del Cristo la memoria de Gustavo Caballero. En el futuro se buscaría otro eje de la ciudad para ello.

El centenario del natalicio de Ignacio Agramonte, el 23 de diciembre de 1941, trajo al topónimo de esta calle nuevos desafíos. Ante la toma de acuerdo del Ayuntamiento de nombrar a la calle del Cristo con el nombre del Mayor, protesta la Logia Camagüey el 19 de diciembre; Osvaldo Agramonte el 20, quien además propone que para rendir homenaje a Ignacio Agramonte se tome la calle Independencia, postura que secunda al día siguiente la Delegación de la Asociación de Veteranos de la Independencia, con sede en Lugareño no. 417, y los socios de la Orden Caballeros de Colón. El día 22, apenas a un día de la celebración, el Club Rotario de Camagüey informa: “Que la calle Cristo, por su nombre divino y piadoso entiende el Club que es imposible de sustituir, además de indicar la tradición profundamente religiosa de este pueblo, que debe ser considerada, para mantener en lo posible, todo lo que aun atesoramos de legendario”. Solicitud con la que coincide el alcalde municipal el 24 de diciembre de 1941. 

De modo que, si oficialmente la calle lleva el nombre de Ignacio Agramonte, es usual se reconozca por Cristo. Todas sus cuadras pertenecen al CH y al área declarada PCH, las limitadas por las calles de la Mayor y Nuestra Señora de Loreto o del Hospital. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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