Showing posts with label Florencia Guglielmotti. Show all posts
Showing posts with label Florencia Guglielmotti. Show all posts

Sunday, June 15, 2025

Coppelia (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


Coppelia  es un ballet con coreografía de Arthur Saint-Leon, con argumento del propio Saint-Léon y Charles Nuitter, sobre un cuento de E.T.A. Hoffmann titulado Der Sandmann (El hombre de arena), publicado en 1815. La música fue creada especialmente por el compositor francés Léo Delibes.

El ballet se estrenó el 25 de mayo de 1870 en la Ópera de París, con Giuseppina Bozzachi interpretando a la joven Swanilda. Fue un gran éxito pero la Guerra franco-prusiana y el consecuente Sitio de París (entre mediados de 1870 y mediados de 1871), pospuso sus representaciones. Sin embargo, se convirtió en uno de los ballets más interpretados por la Ópera de París. Este fue el primer ballet en incluir danzas folclóricas, como czardas, mazurcas y polcas, dando realce al color local y otorgándole realismo a la acción dramática.

El equipo formado por Saint-Leon y Nuittier ya había conseguido un éxito anterior con el ballet La Source (1860), en el que Delibes había contribuido con una parte de la música.

Es un ballet en tres actos que se desarrolla en Cracovia (un pueblo Polaco)

En el primer acto, Swanilda, la joven más linda del pueblo, está de novia con Franz. Cierto día, Franz queda maravillado con una joven que todas las tardes se sienta a leer en la ventana de la casa del Dr. Coppelius, un viejo fabricante de juguetes, inventor con fama de brujo. Franz trata de llamar la atención de la joven de todas las maneras posibles: le hace gestos, la invita a bailar, le tira besos, pero no recibe ninguna respuesta. Swanilda ve a su novio en semejante actitud y termina interpelándolo al respecto.

Más tarde, en la Plaza del pueblo, los campesinos danzan una mazurca, Swanilda y Franz se ven forzados por sus amigos a reencontrarse.

Franz y sus amigos deciden hacerle una broma al Dr. Coppelius, que termina por perder la llave de su casa. Accidentalmente Swanilda la encuentra y decide ingresar a la casa junto a sus amigas.

Durante el segundo acto, Swanilda y sus amigas llegan a una sala llena de personas, pero nadie se mueve. Descubren que son muñecos mecánicos de tamaño real, les dan cuerda y se quedan observando cómo se mueven. Mientras tanto, Swanilda encuentra a Coppelia, la joven que leía en la ventana, detrás de una cortina y descubre que ella ¡también es una muñeca!

El Dr. Coppelius entra y las encuentra urgando entre sus cosas. Varios muñecos todavía están bailando. Coppelius se enoja y las reta por la intromisión. Rápidamente las echa y comienza a ordenar todo. Sin embargo, Swanilda se queda atrapada junto a Coppelia.

Lo que más desea el inventor, es darle vida a Coppelia, por eso cuando ve que Franz ingresa en su casa, lo invita a pasar y le da una bebida mágica que lo adormece, con la idea de transferir su espíritu a Coppelia.

Mientras tanto, Swanilda se ha puesto la ropa de la muñeca y finge ser ella. Cuando Coppelius la busca para darle vida, ve que la muñeca comienza a moverse y a bailar. Swanilda intenta desesperadamente despertar a Franz y, cuando lo consigue, le da cuerda a todos los muñecos para facilitar la huida. El Dr. Coppelius queda confundido y triste al encontrar a Coppelia, sin vida, tras una cortina.

Finalmente, en el tercer acto, Swanilda y Franz están listos para casarse cuando aparece el Dr. Coppelius furioso, reclamando por los daños ocasionados, llega el intendente y le da una bolsa con dinero a Coppelius para tranquilizarlo. Finalmente Swanilda y Franz se casan y todos en el pueblo celebran.


------------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, June 8, 2025

“New dance” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.



La obra “New dance”, con coreografía de Doris Humphrey y Charles Weidman, fue estrenada el 3 de agosto de 1935 en el Bennington College, ubicado en Vermont, Estados Unidos. La música fue compuesta por Wallingford Riegger y el vestuario diseñado por Pauline Lawrence, quien trabajaba frecuentemente con la Humphrey-Weidman Company. En el día de su estreno, la obra fue protagonizada por los propios coreógrafos y estuvieron acompañados por su compañía.


“New dance” está estructurada en un único acto con seis cuadros: Preludio, Primer Tema, Segundo Tema, Tercer Tema, Procesional y Celebración. El Preludio y el Tercer Tema fueron coreografiados por Weidman y los cuatro cuadros restantes por Humphrey. A lo largo de la obra, vemos alternarse duos, cuartetos y danzas grupales, al ritmo preciso de la música de Riegger.


Al igual que gran parte de las obras de danza moderna de la época, “New dance” no cuenta una historia, sino que desarrolla un tema. Según dichos de la propia coreógrafa, la obra representa un mundo ideal, donde cada persona tiene una relación harmoniosa con las otras especies. Esta obra forma parte de una trilogía, que se completa con “Theater piece” y “With my red fires” (ambas estrenadas en 1936), aunque nunca se representaron las tres partes en un mismo espectáculo. Tienen como factor aglutinante la exploración de las relaciones humanas pero vistas a través de un cristal utópico. Toca incluso temas que hasta el momento parecían inabordables por la danza moderna, tal el caso de “With my red fires” que trata sobre el amor romántico.


“New dance” fue representada por la Humphrey-Weidman Company y, luego de su disolución, Humphrey realizó el montaje de la obra en diversas oportunidades para sus estudiantes de la Juilliard School. En 1972, Weidman junto a Edith Orcutt y Beatrice Seckler (ambas bailarinas del elenco original) realizaron la reconstrucción de la pieza, siendo representada y filmada el 30 de junio de ese año, en el Connecticut College.









------------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, June 1, 2025

Ballet “Rodeo" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


“Rodeo” es un ballet en un acto con coreografía de Agnes de Mille, cuyo estreno fue el 16 de octubre de 1942 en el Metropolitan Opera House. La música fue compuesta por Aaron Copland, el diseño de escenografía estuvo a cargo de Oliver Smith y el de vestuario de K. Love. En el elenco original loos roles principales fueron interpretados por Frederic Franklin, Casimir Kokitch, Milada Mladova y la propia de Mille. Este ballet le fue encargado a Agnes de Mille, novel coreógrafa en esos días, por los Ballet Russes de Montecarlo que, a raíz de la segunda Guerra Mundial, se trasladaron a Estados Unidos. Ella fue quien eligió a Copland para la realización de la música original, debido al éxito de su creación previa para ballet con temática similar, “Billy the Kid” con coreografía de Eugene Loring (1938).

De Mille estaba convencida, como tantos otros en esa misma época, que la danza académica, particularmente el ballet ruso tradicional, estaba alejada del público y carecía de contacto con la realidad. Por eso decide encarar un ballet que represente el “ser estadounidense”, con temática “cowboy”, incorporando a la coreografía tap (también denominado claqué o zapateo americano), danzas folclóricas nativas y danzas de salón, además de movimientos estilizados relacionados con la monta de caballos y el enlace de ganado.


Desde el subtítulo de la obra, "The Courting at Burnt Ranch" (Cortejo en Burnt Ranch), se sugiere una historia de amor entre jóvenes que se encuentran en un rancho. Así es como la primera escena nos muestra a una joven vaquera que actúa como hombre para ser aceptada entre los muchachos del rancho, pero está enamorada del Jefe Wrangler. Ella se les acerca, los sigue, pero representa una molestia para todos, incluso para el Jefe, que solo está interesado en un grupo de chicas citadinas de visita en el rancho.


Durante el rodeo de exhibición para los invitados, Wrangler presume y se muestra ante las señoritas, al tiempo que la Vaquera, en un ataque de celos, decide enfrentarlo montando un caballo. Lamentablemente no sale como ella pensaba, se cae y todos se ríen, por lo que se va llorando. Al finalizar el rodeo, la Vaquera regresa con la intención de llamar la atención del Jefe Wrangler, pero él quiere a la Hija del Ranchero, con quien se retira. La Vaquera queda sola, bailando, hasta que cae triste y contrariada.


En la segunda escena asistimos a un baile en el que participan todos, la gente del rancho y las visitas. Roper, el campeón de enlazado, se acerca a la Vaquera, bailan y se divierten hasta que llega el Jefe Wrangler junto a la Hija del Ranchero. La Vaquera nota que todas las señoritas están con ropa social, mientras ella está en ropa de trabajo. Sale y rápidamente regresa con un vestido. Finalmente atrae la mirada del Jefe Wrangler y éste se da cuenta de que con Roper compiten por su atención. El Campeón, al advertirlo, besa a la Vaquera y ella siente que ha encontrado su verdadero amor. Finalmente, el Jefe regresa con la Hija del Ranchero y todos juntos bailan alegremente.


“Rodeo” fue el puntapié inicial del suceso de De Mille como coreógrafa. La producción original de la obra realizó una exitosa gira, aunque a veces los productores tuvieron problemas para encontrar reemplazo para el rol de la Vaquera. De Mille, coreógrafa y primera intérprete del papel, tenía voto sobre cualquiera nueva puesta de su obra, lo que complicó las reposiciones. Sin embargo, “Rodeo” fue interpretada, entre otros, por el Ballet Theatre (1950), el American Ballet Theatre (1973), el Joffrey Ballet (1976) y el San Francisco Ballet (1989).



-----------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, May 25, 2025

Ballet "La Sílfide" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


La Sífide, con coreografía original de Filippo Taglioni, música de Jean Schneitzhöffer, fue estrenada el 12 de marzo de 1832 en la Académie Royale de Musique de Paris. El libreto de Adolphe Nourrit está basado en el relato de Charles Nodier llamado Trilby (o Le Lutin d'Argail), pero modificó el género de los protagonistas: en el cuento eran un duende y la esposa de un pescador, y en el ballet un espíritu femenino del bosque y un agricultor. En la ocasión, el rol de la Sílfide fue interpretado por Marie Taglioni y el de James por Joseph Mazilier.

El 28 de noviembre de 1836, fue nuevamente coreografiada por el danés Auguste Bournonville, con música de Lovenskjöld (ya que no consiguió los derechos de la composición de Schneitzhöffer), para el Royal Danish Ballet, respetando el libreto original, y recibió el nombre de  La Sílfide y el escocés. En el estreno fue interpretada por Lucile Grahn y el propio coreógrafo, en los papeles de la Sílfide y el escocés respectivamente. Esta versión es la que se mantiene en el repertorio del Royal Danish Ballet.

En 1892, Marius Petipa repuso la obra original de Taglioni para el Ballet Imperial, con una variación adicional compuesta por Riccardo Drigo, para la bailarina Varvara Nikitina, que hoy es utilizada en Paquita, Gran Pas Classique por la primera bailarina, interpolada por Anna Pavlova en 1904.

La versión original de Taglioni se perdió al dejar de representarse y pasó al olvido, hasta que Pierre Lacotte pudo recomponer la obra gracias a impresos, notas, dibujos y materiales de archivo de la época, conservado la música de Schneitzhöffer. Si bien se sabe que la coreografía no es la misma, sí se puede asegurar que mantiene el estilo de movimientos de la época. Esta versión fue estrenada en 1972 con una producción para televisión, con Ghislaine Thesmar (la Sílfide) y Michael Denard (James).

Ballet en dos actos

1° acto:

James Ruben espera el amanecer del día de su boda con Effie dormido en un sillón cerca de la chimenea, en su casa-hacienda de Escocia. Aparece una sílfide (o espíritu del bosque) que danza alrededor de su sillón, lo besa, él se despierta abruptamente y ella desaparece. James se enamora de esta mágica criatura pero no logra distinguir si es real o parte de su imaginación, le pregunta a su amigo Gurn si vio algo mientras él dormía. Pero Gurn no vio nada y le recuerda a James que está muy cerca su casamiento con Effie. James descarta el hecho y promete olvidarlo. Llega Effie con su madre y luego sus amigas, James se muestra distraído, cree ver a su sílfide en las sombras. La vieja bruja Madge llega a la fiesta para ofrecer sus bendiciones a la pareja y le lee la fortuna a varios de los invitados; cuando es el turno de Effie le dice que se casará pero no con James, sino con Gurn, quien también está enamorado de ella. James, furioso, la echa de la casa. Cuando Effie, junto a sus amigas, va a vestirse para la boda, James se queda solo en la sala. La sílfide se materializa nuevamente frente a sus ojos y le confiesa su amor. James permanece indiferente al principio pero termina por rendirse ante su etérea belleza y la besa. Gurn, que estuvo espiando en las sombras, lo ha visto todo y corre para contárselo a Effie. Sin embargo, cuando ella, sus amigas y amigos llegan, luego de escuchar la historia de Gurn, la sílfide ha desaparecido. Los invitados creen que Gurn simplemente está celoso y se ríen de él. Todos danzan celebrando la boda, pero la sílfide vuelve a aparecer en el salón, sólo visible para James, interfiriendo en su danza con Effie. Luego, mientras James se mantiene aparte, observando el anillo de bodas que le dará a Effie, la sílfide se lo quita, se lo coloca en su propio dedo y huye al bosque. James sale corriendo rápidamente detrás de ella, los invitados quedan sorprendidos por la súbita partida, Effie rompe en llanto con el corazón destrozado y se refugia en los brazos de su madre. Gurn, aprovecha la oportunidad, y le propone matrimonio.

2° acto:

En la niebla, en la espesura del bosque, Madge se reúne con otras brujas para danzar alrededor del caldero y preparar una poción mágica. Una vez lista, saca un hermoso y mágico chal, Madge lo guarda entre sus ropas y parte. Mientras tanto, James llega al bosque persiguiendo a la sílfide, que le muestra su gracia bailando casi sin tocar el suelo, al igual que sus etéreas hermanas que se suman a la danza. James está disfrutando del divertimento hasta que se queda solo, cuando todas las sílfides vuelan hacia otra parte del bosque. Intenta seguirlas pero no puede alcanzarlas. En ese momento aparece Madge, le muestra el chal y le dice que con él podrá atrapar a la huidiza sílfide y que no podrá volar nunca más. Le da instrucciones de cómo debe colocárselo y se lo entrega. James sale en busca de su sílfide. Cuando se encuentran, ella ve el hermoso chal y se lo pide. Finalmente, James se lo coloca tal como Madge le había dicho. La sílfide, tras perder sus alas, agoniza, le devuelve el anillo y muere en brazos de James. Él se lamenta por la pérdida e increpa a la bruja por lo que hizo. Ella le señala a lo lejos el cortejo nupcial de Effie y Gurn, con lo que la predicción de Madge se concreta. James queda destrozado y solo, ha perdido a sus dos amores, el terrenal y el sobrenatural.






------------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, May 18, 2025

Ballet: “Le spectre de la rose” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.



Con coreografía de Michel Fokine, “Le spectre de la rose” (en español “El espectro de la rosa”) fue estrenado en el Théâtre de Monte Carlo el 19 de abril de 1911, inaugurando la tercera temporada de los Ballet Russes de Sergei Diaghilev en Europa Occidental, con interpretación de Tamara Karsávina, en el rol de “La Joven”, y Vaslav Nijinsky, como el “Espectro de la rosa”. La música original, orquestada posteriormente por Hector Berlioz en 1841, es una pieza para piano de Carl Maria von Weber, llamada “Aufforderung zum Tanz” (“Invitación a la danza”) creada en 1819. Léon Bakst, parte fundamental del equipo creativo de los Ballet Russes, fue el encargado del diseño de los vestuarios y decorados. 




Este ballet breve, en un acto, tiene argumento de Jean-Louis Vaudoyer quien, a su vez, se inspiró en el poema “Después del Baile”, del poeta romántico Théophile Gautier, que en sus primeros versos dice: Je suis le spectre de la rose/que tu portais hier au bal (Yo soy el espectro de la rosa/que ayer llevabas en el baile). Es así como la obra nos muestra a “La Joven” que regresa a su habitación luego del baile, rememorando los momentos felices que vivió en la velada. Pero está cansada, se sienta en el sillón, huele profundamente el perfume de la rosa que lleva consigo y se queda dormida. Por el gran ventanal ingresa el “Espectro de la rosa” que danza alrededor de la joven dormida, luego la alza para bailar juntos y, finalmente, la vuelve a dejar en el sillón para partir por la misma ventana por la cual ingresó. “La Joven” despierta, recuerda algo del su sueño pero no está segura, ve la rosa, la toma, recuerda al “Espectro”, y va hacia el gran ventanal que continua abierto.



Para Nijinsky, la obra significó su total consolidación ya que requiere del bailarín, desde el punto de vista técnico, grandes y vigorosos saltos pero, a la vez, una gran delicadeza en los movimientos de los brazos, cosa que Nijinsky manejaba a la perfección. Además de la reconocida actuación de Vaslav Nijinsky, se pueden destacar las interpretaciones de Rudolf Nuréyev (1979) y de Manuel Legris (1990).


La obra fue repuesta por las principales compañías de danza, como el American Ballet Theatre, el Sadler´s Wells Ballet, el London Festival Ballet, el Bolshoi Ballet, el Joffrey Ballet y el Ballet Kirov. Así mismo, se han realizado varias versiones coreográficas de este ballet, entre ellas la de John Neumeier para el Ballet de Hamburgo (1986), la de Angelin Preljocaj para su propia compañía (1993), la de Thierry Malandain para el Malandain Ballet Biarritz (2001) y la de Jorma Elo para el Alberta Ballet (2002).






-----------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, May 11, 2025

Ser madre es maravilloso, ser bailarina también (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


El ballet, la danza en general, ha abordado los más variados temas para sus argumentos, historias e inspiraciones. Desde la mitología greco romana, como en los primeros ballets de la época de Luis XIV, hasta las intrincadas consecuencias políticas de la Primera Guerra Mundial, como en la obra La Mesa Verde de Kurt Joss (1932), pasando por supuesto por obras literarias y teatrales tradicionales, como La bella durmiente, El Cascanueces, Don Quijote o Romeo y Julieta por mencionar algunos.

Sin embargo, raramente se aborda el tema de la maternidad. El nacimiento de la Princesa Aurora en el ballet La bella durmiente es una excepción digna de mención, simplemente por ser, precisamente eso, una excepción ya que no aporta nada desde el punto de vista argumental. Sí hay unas cuantas madres en los ballets que podemos recordar, pero generalmente desarrollan roles de demi-caracter, sin cómpromiso técnico, sino solo mímico e interpretativo, como el caso de la madre de Giselle del ballet homónimo, la del príncipe Sigfrido de El lago de los cisnes, la reina madre de Aurora (antes mencionada), la madre de Clara en El Cascanueces o, la más histriónica, madrastra de Cenicienta.

Sería dable preguntarse por qué la maternidad en sí misma no es un tema “danzable”. Podemos especular con la dificultad de representar escénicamente el momento del nacimiento, pero el rol de la madre en términos globales se presenta como más amigable en ese sentido y, sin embargo, queda siempre relegado. Quizás el motivo sea otro, más relacionado con las intérpretes que con la creación.


La maternidad entre las bailarinas es un tema complicado. Para quienes nuestro cuerpo es a la vez nuestra herramienta de trabajo, cualquier situación que genere un cambio produce incertidumbre y hasta temor, además de una interminable serie de interrogantes que nadie puede responder a ciencia cierta, simplemente porque cada experiencia es única e irrepetible, y esto aplica para una operación en la rodilla, pero también para el embarazo. “Cuánto tiempo voy a dejar de bailar?” es la primera pregunta, seguida de cerca por “cómo me va aquedar el cuerpo después?” y sin olvidar “voy a tener tiempo para tomar clases, ensayar y bailar con un bebé?”.

Las preguntas son justas. Es por eso que algunas bailarinas profesionales posponen la maternidad hasta luego que se retiran, aunque están también las que asumen el desafío y son madres más tempranamente, dividiéndose entre las dos tareas. Antes o después, lo importante es decidirlo responsablemente y con convicción. Ambos roles pueden convivir en armonía: ser madre es maravilloso, ser bailarina también.



------------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, May 4, 2025

Alvin Ailey (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


Alvin Ailey nació el 5 de enero de 1931 en Texas. Fue criado por su madre, Lula Elizabeth Ailey, ya que su padre, también llamado Alvin, abandonó a la familia cuando Alvin tenía seis meses. Junto a su madre tuvieron que mudarse repetidamente puesto que durante la Gran Depresión resultaba difícil para una madre soltera afroamericana conseguir trabajo. Era una época de segregación racial, que incluía violencia física y linchamientos contra afroamericanos.

En 1942 se muda a Los Ángeles. Al tiempo que estaba terminando sus estudios secundarios, practicaba canto en la iglesia, escribía poesías y asistía regularmente a espectáculos en el Teatro Lincoln y en el Teatro Orpheum.


En 1949 comienza sus estudios de danza con Lester Horton, quien resultaría ser la principal influencia de Ailey, convirtiéndose en su mentor. En su escuela se formó en una amplia gama de estilos y técnicas: ballet, jazz y danzas nativas americanas. Al igual que todos los estudiantes de Horton, Ailey también estudió pintura, actuación, música, escenografía y vestuario. Cabe destacar que la escuela de Horton fue la primera escuela multi-racial de danza en los Estados Unidos.

A los 22 años, Ailey comenzó a estudiar tiempo completo en la escuela de Horton y ese mismo año (1953) se unió a la compañía, Lester Horton Dance Theater. Durante este período Ailey también actuó en varias películas de Hollywood.

Horton murió trágicamente en noviembre del ’53. La compañía quedó sin director artístico y con varios contratos pendientes. Fue Ailey quien asumió el compromiso y, pese a su juventud y falta de experiencia, comenzó a coreografiar y a dirigir.

En 1954, fue invitado a Nueva York a bailar en un espectáculo de Broadway, “Casa de las Flores” de Truman Capote, protagonizada por Pearl Bailey y Diahann Carroll. Participó también en varias producciones más y allí se dio cuenta que la escena de la danza moderna de Nueva York, por esos años, no era de su agrado. Tomó clases con Martha Graham, Doris Humphrey y José Limón, pero sentía que la danza de Graham era «melindrosa y extraña» y las técnicas de Humphrey y Limón no le gustaban. Al no poder encontrar una técnica similar a la de Horton comenzó a crear sus propias obras.


Así fue como en 1958 formó su propio grupo, Alvin Ailey American Dance Theatre, cuyo debut fue el 30 de marzo de ese mismo año. Entre sus primeros trabajos destaca “Blues Suite”, una pieza creada a partir de canciones de blues. Ailey insistió en una experiencia teatral completa, con acento en los trajes, la iluminación y el maquillaje. Una obra de intenso atractivo emocional que expresa el dolor y la ira de los afroamericanos, no solo fue un éxito instantáneo, sino que definió el estilo de Ailey.

Otro de sus trabajos más reconocidos, si no el más importante es “Revelations” (1960), donde Ailey trabajo sobre el blues, el spiritual y el gospel. Esta combinación derivó en la creación de su obra más popular y aclamada por la crítica. Originalmente, Ailey pretendía que esta danza fuera la segunda parte de una obra mayor, que incluyera el mayor repertorio de música afroamericana posible y que comenzó con “Blues Suite”.


Ailey creó 79 trabajos para su compañía, de la cual estaba orgulloso por ser multirracial. Si bien quería dar oportunidades a los bailarines negros, que a menudo eran excluidos de las compañías, también quería superar el tema de la negritud. En su compañía siempre se emplearon artistas basándose únicamente en el talento artístico y la integridad, independientemente de su etnicidad.


Ailey valoraba el eclecticismo, por lo que utilizaba la combinación de técnicas que mejor se adaptasen a ese momento en particular. Es por ello que más que una técnica, creó un estilo. En sus bailarines buscaba líneas largas, con pies hábilmente articulados y el tipo de preparación física general que aporta el ballet, combinado con un torso dramáticamente expresivo, típico de la danza moderna.


Ailey murió a los 58 años, el 1 de diciembre de 1989, producto del SIDA. Es uno de los grandes pioneros en la inclusión cultural, su trabajo es una importante contribución a la cultura estadounidense en particular y al mundo de la danza en general. Tras su fallecimiento, la compañía quedó bajo la dirección artística de Judith Jamison hasta el 2011, cuando asumió Robert Battle, quien continúa con el legado de Alvin Ailey.






---------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, April 27, 2025

Doris Humphrey (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


Doris Humphrey nació el 17 de octubre de 1895, en Oak Park, Illinois (Estados Unidos). Inició sus estudios de danza en la ciudad de Chicago, primero aprendió danzas folclóricas y de salón, y luego ingresó a la Francis W. Parker School donde tomó clases de danza clásica con Josephine Hatlanek. En 1913 comenzó a enseñar danzas de salón pero cuatro años más tarde, en 1917, lo dejó y se mudó Los Ángeles para ingresar a la Denishawn School donde rápidamente ingresa a la compañía, desempeñándose como bailarina principal y asistente de Ruth Saint Denis.


En 1928, junto a Charles Weidman, abandonan la Denishawn y forman una compañía independiente en New York. De este período se destacan obras como "Water Study” (1927), “The Shakers” (1931), “New Dance Trilogy” (1935-1936) o “Passacaglia and Fugue in C Minor” (1938). En ellas encontramos una fuerte impronta característica de Humphrey: coreografías despojadas de virtuosismo y de grandes solos, donde el principio regente es bailar de adentro hacia afuera, esto es crear movimientos especialmente para expresar estados emocionales y físicos específicos. Sus obras intentan trasmitir la necesidad de solidaridad y empatía entre todos los hombres para conseguir que el mundo sea un lugar mejor, de allí que prevalezcan las coreografías grupales. Hay que tener en cuenta el momento en que estas coreografías son creadas, en el marco de las Guerras Mundiales, el nazismo y las consecuencias que tuvieron sobre la sociedad.


A causa de una artritis severa, Humphrey debió retirarse de los escenarios en 1944, para dedicarse íntegramente a la docencia y a la coreografía. Así, entre1946 y 1957 fue directora artística de la compañía de José Limón, y en 1954 fundó la Juilliard Dance Theatre, compañía adscrita a la Juilliard School (Nueva York), donde estrenó “Down in New York” (1956) y “Descent into the Dream” (1957).

En cuanto a su técnica, no está codificada ni plantea parámetros fijos, sino que establece principios que rigen los movimientos. Cada secuencia, cada movimiento debe ser acorde y surgir del sentimiento que lo genera. Humphrey estudió diferentes movimientos habituales (como la caminata y la respiración) y notó que siempre hay un momento de suspensión en contra de la gravedad seguido por otro movimiento opuesto, de caída, a favor de la gravedad. A partir de allí elabora el principio rector de sus coreografías, el principio de caída y recuperación, que ella define como un “arco entre dos muertes”, es decir el puente existente entre dos puntos estáticos, uno antes y otro luego de la caída. En 1959 publicó “El arte de crear danzas” donde pone de manifiesto sus ideas sobre la danza, su creación, los intérpretes y requerimientos para ser coreógrafo.


Doris Humphrey falleció en Nueva York, a los 63 años, el 29 de diciembre de 1958. Sus obras son representadas en la actualidad por gran cantidad de compañías, fundamentalmente norteamericanas, y sus trabajos y enseñanzas influyeron fuertemente en la siguiente generación de creadores, como en Merce Cunningham, José Limón y Alvin Ailey.





------------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO)

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, April 20, 2025

John Neumeier (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


John Neumeier nació el 24 de febrero de 1942 en Milwaukee, Estados Unidos. Allí comenzó su formación en danza clásica y continuó, entre 1957 y 1962, en la ciudad de Chicago, de la mano de Bentley Stone y Walter Camryn. Ese mismo año también comenzó a estudiar danza moderna con Sybil Shearer y luego participó de su compañía desde 1960 hasta 1962, cuando viajó a Londres para continuar sus estudios durante dos años en la Royal Ballet School.

En 1963 ingresó en el Stuttgart Ballet como bailarín solista, contratado por John Cranko, donde permaneció hasta 1969. A la par de su carrera de intérprete, comenzó con su labor coreográfica, creando para la compañía las obras “Aria da Capo” con música de Francis Poulenc (1966), “Haiku” con partitura de Claude Debussy (1966) y “Separate Journeys” sobre la música de Samuel Barber (1968). 

Con solo 27 años, en 1969, fue contratado como director artístico del Frankfurt Ballet, allí creó “Pájaro de Fuego” de I. Stravinsky (1970), “Romeo y Julieta” de S. Prokofiev, “Cascanueces” de P. I. Tchaikovsky (ambas de 1971), “Daphnis und Chloe” de M. Ravel, “Unterwegs” con música de Modest Mussorgsky, “Le Sacre” de I. Stravinsky, “Don Juan” con música de Ch. W. Gluck y “Dämmern” de Aleksandr Scriabin, todas de 1972, entre otras.


El Ballet de Hamburgo lo nombró Director Artístico en 1973, puesto en el que continua desde entonces y por el cual ya tiene contrato firmado hasta 2023, y en 1978 también fue nombrado como Director de la flamante Escuela del Ballet de Hamburgo. Para la compañía creó gran cantidad de obras, entre ellas, "Kinderszenen" con música de R. Schumann (1974), “Third Symphony” sobre la obra homónima de G. Mahler (1975), “A Midsummer Night's Dream” con música de F. Mendelssohn (1977), las versiones de “La Bella Durmiente” (1978) y de “Petrouchka” (1982), “Othello” (1985), “Shall We Dance?” con música de G. Gershwin (1986), “Windows on Mozart” (1991), “Ondine” sobre la partitura de H. W. Henze (,1993), “Bernstein Dances” (1998), “ Nijinsky” (2000), “At Midnight” con música de G. Mahler y Rückert-Lieder (2013), la obra “Ghost Light” con música de Franz Schubert, estrenada en marzo de 2021, y “Beethoven Project II” a estrenarse a fines de mayo del presente año. 


Además de las obras que realizó para los ballets a los que perteneció, John Neumeier trabajó para las compañías más importantes del mundo, creando para ellas “La Dama de las Camelias” (1978) y “Un Tranvía llamado Deseo” (1983) para el Stuttgart Ballet; “Epilogue” (1975) y “Der Fall Hamlet” (1976) para el American Ballet Theatre; “Fourth Symphony” (1977) para el Royal Ballet; “Lieb' und Leid und Welt und Traum” (1980) para el Ballet Siglo XX; “Hamlet” (1985), “1963: Yesterday” con música de The Beatles (1988), “Death in Venice (2003) y “The little mermaid” (2005) para el Royal Danish Ballet; “Magnificat” (1987) y “Sylvia” (1997) para la Ópera de París, entre tantas otras obras.


En la actualidad es también Director General de la Ópera del Estado de Hamburgo. Ha sido galardonado con el Premio Dance Magazine (1983) y el título de las Artes y las Letras francesas (1991).


John Neumeier coreografió más de un centenar de ballets, en ellos conviven la más estricta tradición académica con la renovación técnica, abarcando todos los estilos y todas las temáticas, basando sus obras en las más variadas partituras. John Neumeier es un renovador ballet y puso al Ballet de Hamburgo en el mapa de las grandes compañías del mundo.




------------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, April 13, 2025

Svetlana Zakharova (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


El 10 de junio de 1979, en Lutsk (Ucrania), nacía Svetlana Zakharova. A los 6 años comenzó a estudiar danza, principalmente danzas folclóricas, y a los 10 ingresó a la Escuela Coreográfica de Kiev, donde estudió con Valeria Sulegina. A los 15 años participó del Concurso de danza Vagánova, en San Petersburgo, donde obtuvo el segundo premio. Ese reconocimiento le valió una invitación a la Academia Vagánova de Ballet (de esa misma ciudad), donde ingresó directamente para cursar los años de perfeccionamiento, único caso en la historia de la Institución.


Inmediatamente Zakharova llamó la atención y comenzó a participar en las funciones junto a la compañía, incluso realizando roles de solista, como la Reina de las dríades, del ballet “Don Quijote”. Tras estudiar dos años con Elena Evteeva, se graduó con 17 años y rápidamente ingresó a la compañía del Teatro Mariinsky. Allí, Olga Moiseeva la tomó bajo su tutela y Svetana debutó en roles protagónicos en el ballet “The Fountain of Bakhchisarai” (en 1996), interpretando a María, luego “El corsario” (1997), como Gulnara, y “Las Sílfides” (en el mismo año). Pero el verdadero reconocimiento de público y crítica llegó con su interpretación de Giselle en el ballet homónimo, en 1997.


Con tan solo 18 años fue nombrada primera bailarina del Teatro Mariinsky. En su haber se conjugaron roles del repertorio clásico con obras de George Balanchine, Kenneth Mac Millan y John Neumeier. Su nombre empezaba a resonar internacionalmente, tanto así que en 2001 fue invitada por la Ópera de París para protagonizar “La bayadera”, siendo la primera vez en 30 años que una bailarina de una compañía rusa bailaba en la capital francesa. Las invitaciones internacionales no cesaron y bailó en el Metropolitan Opera de New York, en el London Covent Garden, en el Teatro Colón de Buenos Aires, en el Bayerische Staatsoper de Munich, en el Teatro di San Carlo de Napoli, la Ópera de Vienna y el National Theater de Tokyo, entre otros. También firmó un largo contrato como bailarina invitada con el ballet de La Scala y recibió el título de etoile, en 2008, siendo la primera bailarina procedente de Rusia en recibir tal distinción.


Tras siete años en el Ballet Mariinsky, en 2003, es contratada por el Ballet Bolshoi de Moscú, donde estará bajo la tutela de la reconocida Ludmila Semeniaka, quien le agregará a su danza fluidez y lirismo. En la compañía moscovita debutó en el estreno de la versión de Pierre Lacotte de “La hija del faraón”, interpretando a Aspicia. Como miembro de la compañía, también participó de todos los grandes ballets del repertorio, como “Giselle”, “Raymonda”, “Carmen” y “El lago de los cisnes”, entre otros.


Zakharova, en 2006, formó parte del Consejo presidencial de Arte y Cultura. Entre 2008 y 2012 fue electa como diputada por el estado de Duma. Recibió gran cantidad de reconocimientos, como el Benois de la Danza (2005 y 2015), el State Prize de la Federación Rusa (2007) y Artista del pueblo ruso (2008), entre otros.


Svetlana Zakharova es considerada una de las mejores bailarinas del mundo desde inicios del siglo XXI, poseedora de una técnica límpida, un cuerpo de líneas perfectas y una gran expresividad.




------------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, April 6, 2025

"Ballet des nonnes - Robert le diable" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


“Robert le diable” es una ópera con música de Giacomo Meyerbeer y libreto en francés de Eugène Scribe y Casimir Delavigne, estrenada el 21 de noviembre de 1831 en la Ópera de París. Es considerada la primera Grand Ópera ya que cuenta con cinco actos.

La historia parece tener poca relación con la leyenda medieval homónima. En la ópera, el demonio sedujo a la duquesa de Normandía, fruto de cuya relación nace Roberto, quien por su estilo de vida se ganó el apodo de "el Diablo" y es desterrado a Sicilia. Allí tampoco es muy querido pero sostiene un amor correspondido con Isabel, princesa de Sicilia. En ese reino aparece Alicia, hermana de Roberto, e intenta entregarle el testamento de su madre; él decide no leerlo hasta ser merecedor del privilegio. Durante un torneo organizado para ganar la mano de la princesa, Roberto, inducido por su extraño amigo Bertram, pierde el dinero, el caballo, la lanza y la armadura en una apuesta de juego, haciendo imposible su participación en el ansiado torneo que le permitiría unirse a su amada.

Isabel lo provee de armas para que pueda ganar el torneo pero, nuevamente Bertram se interpone y no puede participar, aunque es desafiado a un duelo con su rival, el príncipe de Granada. A la hora señalada, en medio del bosque, se dispone en batalla con un falso príncipe, un fantasma manipulado por Bertram, que le gana.

Bertram, acosado por los demonios que quieren que se deshaga de Roberto antes de la medianoche, le cuenta sobre una rama maravillosa que le permitirá vencer a príncipe consorte y recuperar a Isabel. Para ello, ambos van a las ruinas de un antiguo convento. Allí Bertram resucita a unas monjas libertinas, alzándolas de sus ataúdes, lideradas por su abadesa, Helena; juntos organizan una bacanal para obtener la rama de Santa Rosalía -este fragmento, que se desarrolla en el segundo cuadro del tercer acto, es el denominado “Ballet des nonnes” (Ballet de las monjas)-.


Gracias a la rama, Roberto duerme a toda la corte e ingresa a la habitación donde Isabel se prepara para casarse con el príncipe de Granada. Él intenta llevarla por la fuerza pero ella confiesa estar enamorada del príncipe. Confundido, Roberto rompe la rama y, con ella, el hechizo. Toda la corte despierta al tiempo que él huye del colérico príncipe.

Logra refugiarse en una iglesia. Allí Bertram confiesa ser su padre, el diablo, y le pide llevar su alma al infierno para no tener que separarse nunca más. Abatido por el abandono de su amada, Roberto acepta y, en ese momento, aparece nuevamente Alice y lo obliga a leer el testamento en el que su madre le advierte, justamente, de esta situación. Alicia lucha con Bertram por el alma de Roberto cuando suenan las doce campanadas indicando la medianoche, momento en que se vence el plazo para la misión de Bertram. Éste se dirige, solo, hacia el infierno, mientras Roberto cae en los brazos de Isabel.


Tanto la música y la trama, como los efectos sucedidos en la escena, especialmente el "Ballet de las monjas", hizo de esta ópera un éxito inmediato y ubicó a Meyerbeer como el compositor de ópera líder de su época. Tal fue el suceso que Edgar Degas le dedicó una obra, “El ballet de Robert le Diable” (1876, óleo sobre tela).

Particularmente el cuadro del "Ballet de las monjas" tiene una importancia única dentro de la historia de la danza ya que plasmó las bases del romanticismo en la danza: los seres sobrenaturales, etéreos, maximizado esto por el uso de trajes vaporosos (confeccionados con gasas y tules) y la zapatillas de punta, siendo la primera vez que eran utilizadas en escena. La portadora de tal honor fue la famosa bailarina Marie Taglioni, hija de Filippo Taglioni, coreógrafo de la obra, que interpretó a Helena, la abadesa. A esta primera aparición de las zapatillas de puntas siguió, un año más tarde y en la misma casa teatral, el ballet “La Silphide”, también protagonizado por Marie Taglioni, aunque en este caso se trata de un ballet completo, independiente de la ópera, tan en boga en aquel entonces y que siempre incluía algún cuadro danzado.


Del “Ballet de las monjas”, actualmente se representan las reconstrucciones realizadas por Pierre Lacotte, para la Ópera de París, o por Alberto Méndez, para el Ballet Nacional de Cuba, y la versión más actual de Lionel Hoche, para el Royal Ópera House. Sea cual fuera la versión que se prefiera, este cuadro danzado debería ser más representado en los repertorios de las compañías de ballets dada la trascendencia y el significado intrínseco de las zapatillas de punta en el alma de la danza académica.





------------------
Ver en el blog:
La Sílfide (por Florencia Guglielmotti)
---------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, March 30, 2025

Ballet “Sylvia o la ninfa de Diana” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


El 14 de junio de 1876, en el recientemente inaugurado Teatro Nacional de la Ópera de París, fue estrenada la obra “Sylvia o la ninfa de Diana” (“Sylvia ou la nymphe de Diane”, su título original en francés), con coreografía de Louis Mérante, primer maestro de ballet en aquella época, y música de Léo Delibes, ya conocido por su composición para el ballet “Coppelia”, estrenado con esa misma compañía. El argumento, una adaptación del poema de Torquato Tasso “Aminta”, publicado en 1573, fue realizado por Jules Barbier y el Barón de Reinach. La escenografía fue realizada por Jules Chéret, August Rubé y Philippe Chaperon, y el diseño de vestuario por Eugène Lacoste. Los roles protagónicos estuvieron a cargo de Rita Sangalli, como Sylvia, y del propio Mérante, como Aminta.


El ballet original estaba estructurado en tres actos y cinco cuadros. El primer acto inicia con las criaturas del bosque adorando a Eros, dios del amor. Llega Aminta, un humilde pastor, e interrumpe su ritual. Sylvia, una ninfa que sirve a la diosa de la caza, Diana, llega junto a un grupo de cazadoras para mofarse de Eros. Aminta, que estaba enamorado de Sylvia, se esconde pero es descubierto por ésta. Sylvia, enojada, dispara su flecha contra Eros, pero Aminta se interpone y termina mal herido, Sylvia se esconde en el bosque.



Aparecen ahora los cazadores y los campesinos, entre ellos el malvado Orión, que estaba escondido observando la acción. Cuando estos se dispersan, vuelve Sylvia que se lamenta por Aminta. Al verla sola, Orión aprovecha la oportunidad y la secuestra.


Los campesinos regresan, se afligen por la muerte de Aminta. Aparece un extraño viejo que, tras una serie movimientos y gestos, revive al pastor. Ante el asombro de todos, el viejo revela su verdadera identidad: es Eros. Informa a Aminta sobre lo sucedido con Orión.


El segundo acto se desarrolla en una cueva en la Isla de Orión. Éste trata de tentarla con joyas y vino pero ella se niega, continúa afligida por Aminta y sólo implora por ser liberada. Orión comienza a beber hasta emborracharse y Sylvia aprovecha para invocar a la diosa Diana y pedirle que la rescate. Cuando Diana aparece, le muestra a Sylvia que Aminta está esperándola. Amabas parten de la isla en una embarcación.


En el último acto vemos el Templo de Diana donde se desarrolla una bacanal. Llega Aminta y, poco después, arriban Sylvia y Diana. Todos están felices hasta que aparece Orión intentando recuperar a Sylvia. Aminta lucha con Orión para defender a Sylvia, que termina por ocultarse en el templo. Diana, agraviada por la impertinencia de Orión, termina con la disputa matándolo de un flechazo y prohibiendo la unión entre Aminta y Sylvia. Ambos le suplican en vano que cambie de opinión. Pero llega Eros que le presenta una visión de cuando una joven Diana se enamoró de Endimión, que también era pastor. Ese recuerda la hace cambiar de opinión y así, Sylvia y Aminta se unen con el beneplácito de ambos dioses.


Este ballet no despertó gran interés en la época, el argumento era débil y el gusto del público se volcaba hacia otro tipo de espectáculo, lo único que la mantuvo viva fue la calidad musical. Sin embargo, la obra despertó el interés de otros coreógrafos que realizaron sus propias versiones de “Sylvia”, actualizando el argumento o reduciendo su duración, pero siempre respetando la partitura de Delibes. Entre ellas se destaca la de Sir Frederick Ashton, estrenada el 3 de septiembre de 1952. Toda la coreografía tiene un fuerte énfasis en el rol principal femenino, pensado íntegramente para ser bailado por la primera bailarina del Sandler´s Wells Ballet, Margot Fonteyn, quien fue acompañada en el rol de Aminta por Michael Somes. Esta versión es la más representada por las compañías actualmente.



------------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com
Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!

Gaspar, El Lugareño Headline Animator

Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!