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Friday, August 30, 2024

Miami Open Arts Fest, una celebración del teatro y las artes. (por Wilfredo A. Ramos)


Del 13 de septiembre al 13 de octubre, la ciudad de Miami será escenario de un evento que desde su creación hace ya siete años, ha tenido como objetivo festejar al teatro y su relación con las demás manifestaciones artísticas, por lo que sus organizadores en Artefactus Cultural Project, se han preocupado por elaborar una variada muestra, que atraiga a un público deseoso por disfrutar de un polisémico ambiente cultural, nos referimos al Miami Open Arts Fast (MOAF), el cual en esta oportunidad, bajo el lema “Arte en movimiento” se lanza a celebrar al arte local.

Bajo la dirección general y artística de Eddy Díaz Souza -dramaturgo, escritor, director de escena- y Carlos Arteaga en la producción, dicho evento propone una programación que junto al teatro para adultos y niños, incluye artes plásticas, música y literatura, todo siempre al amparo de una sala teatral como escenario.

El festival tendrá su inauguración el viernes 13 de septiembre, a las 8:00 pm, con la exposición “Desatadas emociones: un viaje de color”, de la artista de la plástica Bibiana Cervantes, velada que contará con la actuación de la pianista Hilda Oramas y como maestro de ceremonia al también artista visual Carlos Artime, quien entre interpretaciones musicales dialogará con la expositora.

Para el domingo 15, a las 5:00 pm, se realizará el foro “Voces Femeninas en la Literatura Infantil en Miami”, en el que participarán las escritoras Jenny Lizárraga, Rita Rosa Ruesga, Maricel Mayor Marzán, Maylén Domínguez, Mayra Sablón y Cristina Keller, estando dicho encuentro bajo la conducción de Betty Quintero, bajo la colaboración de la Fundación Cuatrogatos que dirigen Antonio Orlando Rodríguez y Sergio Andricaín.


El teatro descorrerá el telón los días 20, 21 y 22, con la compañía Miami Factory Theater, subiendo a escena la pieza “No Exit”, basada en la obra del conocido intelectual francés Jean Paul Sartre “A puerta cerrada”, con dirección y trabajo de dramatúrgico de Erom Jimmy, contando con las actuaciones de Osmel Poveda, Ismael Requejo, J.J. Paris y Lauren Santos, en una producción de Nabilah Fernández. Obra de teatro existencialista, que explora el concepto de las influencias de las miradas ajenas en la psique individual, así como las consecuencias de vivir a expensas de los juicios externos, temas muy propios de la sociedad actual.

La obra “Asesinos”, drama psicológico que se adentra en los turbios rincones de la mente humana y las manipulaciones del poder, cuestionando términos como verdad y justicia, escrita y dirigida por Raul Acosta, tendrá su estreno mundial en una producción de Dreki Theater -agrupación que inicia sus andar teatral- protagonizada por Dairín Valdés, Renato Campilongo y José Carlos Bermejo. Esta puesta podrá ser disfrutada los días 27, 28 y 29.

Artefactus y la Fundación Cuatrogatos presentan sendos encuentros con la literatura, el primero el viernes 4 de octubre un diálogo con Garcilaso Pumar, venezolano radicado en esta ciudad, fundador de los sellos editoriales Lugar Común, El Estilete y Alliteration, los cuales han tenido como premisa la promoción de la literatura hispanoamericana, mientras que para el sábado 5 a través de las voces de los actores Mabel Roch y Juan David Ferrer, se podrá disfrutar de escogidos momentos de la literatura erótica y de amor escritos en la lengua de Cervantes. Ambas actividades tendrán entrada libre.

El teatro para niños sube a las tablas el domingo 6 a las 5:00 pm, en una función gratuita, con la producción conjunta entre Artefactus, Parabajitos y la Fundación Cuatrogatos, con la puesta en escena de la obra “La cucarachita Martina y el ratón Pérez”, dirigida por Sara Miyares, con las actuaciones de Yani Martin, Steven Salgado y Grettel Barreiro.


Cerrando esta séptima edición del festival los días 11, 12 y 13 de octubre, subirá a escena la obra “Cintas de seda” con dirección de Jorge Luis González Herrera, en una versión del drama poético homónimo de Norge Espinosa, contando con las actuaciones de Betsy Rodríguez, Yani Martin y Jorge L. González Herrera. En esta puesta la presencia de la escritora Sor Juana Inés de la Cruz y la pintora Frida Kahlo, se cruzan a través de sus obras, las palabras, el amor y sus trascendencias, para mostrar un imaginario diálogo de fantasmas, alucinaciones e imágenes donde la muerte para ambas mujeres es la representación de la vida.

Como es habitual todas las actividades del Miami Open Arts Fest se desarrollarán en la sede de Artefactus Cultural Project, que se encuentra en el 12302 SW 133rd Ct, Miami, Fl 33186

Teléfono 786.704.5715

Para entradas: www.artefactus.us

Horarios de funciones:: viernes y sábados a las 8:30 pm y domingos a las 5:00 pm



Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, agosto 29, 2024

Thursday, August 29, 2024

"Las señoras de la casa"... teatro alemán en Miami. (porWilfredo A. Ramos)



“Nada fortalece más a la autoridad que el silencio”.
Leonardo da’Vinci.

“El silencio es el arma suprema del poder”
Charles de Gaulle.




Artefactus Cultural Project, conocido también por algunos como el “teatro del fin del Mundo”, por encontrarse ciertamente algo alejado del centro de la ciudad de Miami, ha estado presentando durante todo el presente mes de agosto -un hecho para celebrar- la obra “Las señoras de la casa”, bajo la dirección de Eddy Díaz Souza. Dicha puesta fue el resultado de un fuerte trabajo de modificación dramatúrgica sobre un texto de la reconocida escritora alemana Dea Loher, escrito originalmente bajo el título de “El tercer sector”, cambiado posteriormente para su publicación por parte de la autora por el de “Anna y Martha” (Anna Und Martha), llevado a cabo por el propio Díaz Souza. Dicha obra tuvo su estreno mundial en el año 2001, en el Teatro Thalia de la alemana ciudad de Hamburgo.

La autora posee una Maestría en Filología Alemana y en Filosofía, otorgados por la Universidad de Munich, habiendo estudiado también en la Escuela Superior de Arte Dramático de la Universidad de Berlín, donde fue alumna del conocido dramaturgo, poeta, director de escena y ensayista alemán Heiner Muller, figura destacada de la dramaturgia contemporánea y el teatro postdramático. Desde sus primera obras estrenadas en 1992 -El espacio de Olga y Tatuaje- su producción ha estado vinculada a una nueva mirada del teatro político en las postrimerías del siglo XX, indagando y estimulando la reflexión y el debate, abordando estos temas desde una mirada hiperrealista, por lo que su labor ha recibido múltiples premios y obteniendo rápido reconocimiento nacional e internacional, donde su obra ha llegado a escena en más de una treintena de países de Europa e Hispanoamérica. Ha incursionado en la narrativa y la novela, así como en la escritura de un libreto para ópera -Licht (Luz)- estrenada en la Opera de Berlín el 19 de agosto del 2004. Desde el año 2013 es miembro de la Academia Alemana de Lenguaje y Poesía.

La obra de Loher basa su discurso en la opresión social, hecho que no sólo se hace presente mediante la temática de las diferencias de clases, sino también a partir de las diversas actitudes que dentro de la cotidianidad toman los seres humanos en sus relaciones unos con los otros. Es por ello que a través del transcurso de la acción se muestran los diversos planos de poder que se van estableciendo entre los personajes que habitan dentro de una casa en específica, lugar que será el universo escogido para contar esta historia.

El texto original consta solamente de los personajes de Anna (costurera), Marha (cocinera), Xana (mujer de limpieza) y Meir Ludwig (chofer y perro), mientras que en la producción que nos convoca, a estos se le sumarán el de la señora de la casa -personaje inferido en el original- el cual recibirá el nombre de Rosa y un segundo personaje masculino que va a ejercer como narrador de los acontecimientos. Para esta propuesta su director hubo de hacer además cambios en los nombres -excepto en el caso de Martha- para acercarlos más al público receptor, sustituyendo Elena por Anna, Solana por Xana y Mateo por Meier Ludwing.

Al enfrentarnos a dicha escritura dramática salta a la vista una relación evidente con “Las criadas”, conocida obra del francés Jean Genet en especial y con otras obras literarias que tienen a la servidumbre en el centro de sus historias, tema por medio del cual aparte de denunciar la opresión de los distintos estatus de poder, se procura sacar a la luz de igual manera, la problemática del valor y ganancia que se obtiene por el trabajo y como ello delimita el estatus humano, rodeando a la obra de un marcado ideario político.

En “Las señoras de la casa”, la cuestión sobre el dinero se deja a un lado para adentrarse en la del poder, sin importar el estatus social o económico de quien trate de ejercerlo, ya que como bien se muestra en el transcurso de la obra, siempre habrá alguien dispuesto a tratar de imponerse a otra persona, a través de un juego de poderes constantes, lo mismo que ocurre cotidianamente en nuestro entorno. Tanto en el texto original como en la puesta de Souza, el ambiente creado por estos personajes en lucha constante por imponer ‘su poder’ en escena se mueve en condiciones que muestran algo de caricaturas esquemáticas y vulgares, quienes mueven la acción entre senderos del teatro del absurdo y de la crueldad.

Si bien en el texto de la autora alemana, el ama de la casa al no aparecer de cuerpo presente, se convierte en tan solo una referencia, en la propuesta miamense, su presencia en escena se transforma en una imagen fantasmal que persigue e interfiere con el resto de los personajes de manera obvia, haciendo que la misma tome una mayor relevancia dentro de la historia, provocando que el desenlace, aunque anunciado muy sutilmente desde un inicio, tome por sorpresa al espectador que no haya tenido en cuenta ciertos textos repetidos durante el transcurso de la obra y que como el famoso ‘hilo de Ariadna’ de la leyenda griega, lo lleven hasta lo que fue un desenlace anticipado.

Algo que sella esta ‘transformación dramatúrgica’ realizada por Díaz Souza lo encontraremos señalado desde el propio título de su pieza al otorgarles a ambas mujeres -cocinera y costurera- el título de ‘señoras’, otorgándoles con ello una definida categoría de poder, poder el cual se verá reflejado en el trato hacia el resto de la servidumbre y entre ellas mismas.


La concepción escénica concebida por el director, refleja una atmósfera realista, haciendo referencia al sótano de una gran y acaudalada mansión, donde los elementos escenográficos utilizados serán los indispensables para crear la ambientación requerida. No obstante el cambio de la nevera utilizada en el texto original, por un contenedor de basura, aunque resuelve la situación para lo que va a ser utilizado, le resta el impacto que posee tal artefacto en la dinámica de la obra.


Con respecto al trabajo de los actores, hay que decir que el nivel de incorporación y entrega hacia sus personajes por cada uno de los mismos es total, estando en presencia de un nivel parejo de trabajo, lo que le confiere a la pieza un acabado perfecto y una orgánica construcción teatral. La labor de las dos protagonistas, Belkis Proenza y Miriam Bermúdez, es destacable debido a que ambas se apropian con firmeza de sus personajes, haciendo una excelente concepción de los mismos, donde con cada gesto, cada diálogo, magnifican y hacer crecer sus presencias en escena, portando con toda naturalidad sobre sus hombros el peso del desarrollo de la acción.


En cuanto al resto de los intérpretes, Tamara Melián asume a Solana, mujer encargada de la limpieza -la cual convierte su labor en obsesión pues según sus propias palabras “para eso le pagan”- como un personaje inmaduro, que actúa con desparpajo, indiferente al acontecer de los demás de la mansión, haciendo muestra de soltura y solidez interpretativa. Mención aparte merece su momento protagónico, cuando a manera de un prólogo silencioso, la actriz sentada como niña en el piso, juega con unos ladrillos mientras se produce la entrada del público a la sala. Su concentración en dicha acción invita a seguir con atención la misma, como si de ello dependiera entender el camino de la historia.


Vivian Morales y Betsy Rodríguez, son las encargadas de incorporar a la dueña de la casa, personaje introducido físicamente en escena, quien bajo el nombre de Rosa, dado por el director/autor de esta propuesta, ofrecen dos maneras diferentes de asumir el mismo personaje. La primera, entrega una mujer madura, más consciente de su papel de ama absoluta, segura de su nuevo estatus -antes fue prostituta según dice una de las mujeres de la servidumbre- y que disfruta de esta nueva posición que le brinda nuevos poderes, mientras que la segunda ofrece una ama de casa algo más superficial acorde con la juventud que proyecta. Ambas al ser parte física de la escena en esta propuesta, enriquecen la narrativa de la historia. Consideración aparte merece que el director haya decidido doblar un personaje en estos tiempos, con el esfuerzo extra que ello significa.

Incorporando tres personajes, Mateo el chofer, el perro y el amo de la casa -personaje este último referido en el libreto original- Steven Salgado enfrenta un trabajo construido sobre muy apropiadas características externas que definen a cada uno de ellos. Con un mínimo de textos, muchos silencios y bien precisas acciones, el actor obtiene un muy comedido, logrado e interesante desempeño sobre el escenario.


Finalmente, otro de los personajes incorporados con gran acierto a esta representación, es el del omnipresente ‘narrador’, incorporado por José Carlos Bermejo, quien como un maestro de ceremonia sutil y misterioso, nos irá introduciendo a los hechos por venir. Creado a partir de la ironía, el cinismo, la desvergüenza y algo de maquiavelismo, este personaje nos traslada a las concepciones actorales del famoso director estadounidense Quentin Tarantino. Bermejo, se mete en su piel con arrogancia, descaro, rompiendo la ‘cuarta pared’ continuamente para hablarle a los espectadores sin prejuicios, haciendo así patente su poder de conductor de los hilos de esta historia y proyectando una fuerte imagen de prepotencia.

Un aspecto a destacar en esta puesta de “Las señoras de la casa”, es la composición y utilización de su banda sonora, formada por “Koop Island Blues” y Strange Love”, del grupo sueco Koop; “Nightcall” y “Hoxton Glitch” ambas de la arpista inglesa Jermina Philips; “On the Nature of Daylight” del compositor y pianista alemán Max Richter; “Mad About You” de la banda belga Hooverphonic; “Beautiful Tango” de la intérprete franco-marroquí Hindo Zahra; “My Love”, de la cantante neerlandesa Sharon Kovacs, así como una pieza de la banda también alemana Two Lanes. Todas estas excelentes y virtuosas piezas en sus respectivos estilos musicales, se convierten por su fuerza y oportuno de su aparición en un decisivo pilar en la construcción dramatológica de esta puesta en escena. Aprovechando dicho oportuno ambiente musical, la incorporación de sencillas elaboraciones coreográficas buscando reforzar el discurso grupal, resulta un notable agregado a la elaboración escénica en su conjunto, aportándole cierta flexibilidad a la rigidez de la historia.

El mensaje que nos deja esta propuesta escénica es aquel que nos tendría, como seres humanos, que preocupar, poner a pensar de manera detenida y profunda. Cuando en el final de la obra, después de haberse liberados supuestamente todos del poder opresor que los humillaba, uno de los personajes lanza al aire la pregunta “... y ahora qué haremos con nuestra libertad?”, se está dejando por sentado el dudoso alcance de dicha real posibilidad.


Sin duda alguna ha resultado interesante que una obra de la dramaturgia alemana suba a nuestros escenarios, donde el teatro europeo, a no ser algo del español -principalmente de Lorca, Juan C. rubio o algún otro casual autor- es uno de los grandes ausentes de nuestras tablas, por lo que debemos agradecer a Artefactus Cultural Project, su director Eddy Díaz Souza y su productor Carlos Arteaga, quienes a través de estos ya más de quince años de trabajo continuado, se han interesado en procurar diversidad -en el sentido intelectual y artístico de dicha ya bastante gastada palabra- a los escenarios miamenses, tratando de abrir el abanico del conocimiento cultural hacia otras regiones del teatro, que por lejanas y diferentes, no dejan de ser bienvenidas.

Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, agosto 27, 2024.

Fotos/Wilfredo A. Ramos, Alfredo Armas y Jorge Ferrer Vincench.


Wednesday, August 21, 2024

Marti Productions hace bailar a Miami. (por Wilfredo A. Ramos)



El pasado sábado 17 de agosto el Big Five Club de Miami, institución creada en 1967, casi desde el mismo comienzo de la llegada a este país de los exiliados cubanos y que ha sido un importante centro de reunión para dichas familias, ofreció un espectáculo musical el cual se convirtió en un tributo al recuerdo de esa tierra que se ha tenido que dejar atrás. Producido por Martí Productions este espacio presentó el espectáculo musical “Del Mambo al Cha Cha Chá”, que contó con la participación de la Julio Montalvo Big Band, la agrupación PartyZone305 Dance Company y la conducción de la actriz Eugenia Sancho, todos bajo la dirección artística de Manny Albelo y la producción general de Tania Martí.

El que fuera escogida dicha orquesta para la realización de este evento viene avalado al gran trabajo y prestigio de la misma y de su director Julio Montalvo, quien además de ser uno de los más destacados trombonistas cubanos, igualmente es compositor, arreglista y cantante, interesado en la mezcla de los ritmos afrocubanos al jazz y siendo uno de los cultivadores del mundialmente conocido New Latin Jazz. Montalvo ha participado en diversos festivales de jazz a nivel internacional, compartiendo escenarios con músicos de la talla de Mike Mossman, Mark Nightingale, Claudio Rodti, Dominique D’Piazza, Edmundo Carneiro, entre otros. A partir del 2013 crea su propia orquesta al estilo de las legendarias agrupaciones musicales de las décadas de los años 40 y 50, integrada por una veintena de músicos, contando entre ellos a una mujer en la nada simple ejecución del trombón. El repertorio de dicha orquesta está compuesta por alrededor de ciento treinta números en repertorio, entre los que se encuentran tanto ritmos latinos, como otros pertenecientes a la música pop y rock norteamericana.

Por su parte la agrupación danzaria PartyZone305 Dance Company, con veinte años sobre los escenarios, fundada por Maritza Espín, quien produce y dirige sus espectáculos, deleitó al público por medio de sus interpretaciones coreográficas. Estos artistas se han presentado en diversos espectáculos, tanto a nivel local como a través de todos los Estados Unidos, llevando sus trabajos incluso a nivel internacional. Aunque dicha compañía está compuesta por diez bailarines, para es esta ocasión se presentaron solamente dos parejas formadas por la propia Espín, Eduardo de Jesús Prieto, Linet González y Joan Morell, quienes expusieron ante el público asistente una vez más, el por qué de la popularidad internacional de que siempre han disfrutado los ritmos y bailes cubanos.

Eugenia Sancho por su parte, conocida actriz española asentada en esta ciudad y con una carrera igualmente reconocida en el teatro dramático, en el de variedades como en el de la música, ejerció doblemente como maestra de ceremonias y cantante, lo que junto a las interpretaciones de Montalvo, y de los excelentes intérpretes de la orquesta, Coco Freeman y Alberto Alberto, deleitaron al los presentes no solamente con conocidas piezas de mambo y chachachá, sino de siempre recordados boleros, números musicales todos que fueron muy bien recibidos por el público.

Este espectáculo dedicado a mantener vivos esos ritmos de la música cubana que le dieran la vuelta al mundo y mediante los cuales se hicieran famosos gran cantidad de artistas de la isla, contó con sendos concursos de baile, donde entusiastas parejas se lanzaron hacia la pista a competir por los respectivos premios, terminando la noche -como no podía ser de otra manera cuando de cubanos se trata- con una exuberante conga habanera que hizo levantarse de sus asientos hasta al más remolón de los presentes. La noche tuvo su complemento en una deliciosa cena, tragos y una ‘barra libre’ de Café La Llave, compañía patrocinadora de dicho evento. Todos estos elementos hicieron de la noche un reencuentro no sólo entre amigos, sino también y a nuestro entender lo primordial, con las añoranzas de un país perdido, que sólo vive ya en nuestros recuerdos.

Se hace inevitable felicitar una vez más a Tania Martí, por su constante tenacidad y amor con que enfrenta cada proyecto artístico a realizar, no importa sea de carácter lírico, popular o teatral, pero llevándolo a los escenarios con el propósito de mantener con vida la cultura cubana, haciendo que aunque lejos de sus raíces perdure en su trayectoria hacia el futuro.



Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, agosto 20, 2024

Tuesday, August 20, 2024

Disonancias en las tablas de Miami. (por Wilfredo A. Ramos)



Como es costumbre el Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami (FITHM) en su treinta y ocho edición culminó su andadura con la obra que para esta oportunidad subió a escena Teatro Avante -compañía que carga con la responsabilidad de ser quien convoca a dicho evento- nos referimos a “Disonancia”, un texto con firma del dramaturgo cubano residente en España, Abel González Melo, bajo la dirección de Mario Ernesto Sánchez, director de esta agrupación teatral y del propio festival. El elenco de la misma estuvo integrado por Julio Rodríguez, Marilyn Romero, Claudia Tomas y Daniel Romero, todos actores de origen cubano.

Abel González Melo, es graduado de Teatrología en el Instituto Superior de Arte de la Habana, Cuba, quien además posee un Máster en Teatro y un doctorado en Estudios Literarios por la Universidad Complutense de Madrid, España, ha tenido, la oportunidad de nutrirse de múltiples experiencias para su formación en diversas instituciones tales como el Máximo Gorki Theater de Berlín, Alemania, Panorama Sur de Buenos Aires, Argentina, Royal Court Theatre de Londres y Teatro Home de Manchester, estas dos últimos en Reino Unido. Como profesor ha impartido cursos en diversas instituciones académicas, entre las que se encuentran el Instituto Superior de Arte, en Cuba y el Aula de Teatro de la Universidad Carlos III de Madrid, España. Actualmente se desempeña como coordinador artístico en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares

Con casi una treintena de obras teatrales escritas, desde la primera, “La ganza de plata”, en 1992, muchas de las mismas han sido publicadas o subido a los escenarios en diferentes países como Alemania, Argentina, Brasil, Cuba, Eslovenia, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, México, Turquía, Uruguay y Venezuela. Igualmente ha escrito guiones para cine y tiene publicados libros de poesía, cuentos y ensayos. Por algunas de sus obras ha recibido el Premio Nacional de Crítica Literaria, Premio Alejo Carpentier, Premio Villanueva de la Crítica Teatral, Mención y Premio Casa de las Américas, entre otros, todos ellos en Cuba, así como también el Premio Cultura Viva, en Madrid, por el conjunto de su obra. Ha mantenido una estrecha relación como editor con la habanera Editorial Casa Tablas-Alarcos, dedicada al quehacer escénico nacional y muchos de sus escritos han aparecido en diversas publicaciones cubanas y de otros países. También se ha desempeñado como asesor dramático de algunas agrupaciones teatrales de la isla.

Durante cinco años, las obras de González Melo, han sido llevadas a escena por Teatro Avante, bajo la dirección de Mario Ernesto Sánchez -después de haber sido nombrado dramaturgo residente de dicha agrupación- para la cual ha escrito “En ningún lugar del mundo” (2018), “Bayamesa” (2019), “Ubú Pandemia” (2021), “Mejor me callo” (2022) y “Disonancia”, la obra que ha subido en este 2024 a las tablas, obra que como las anteriores han clausurado el FITHM. Pero el andar de las obras escritas por este autor sobre los escenarios miamenses se remonta a mucho más tiempo atrás, pues varias de ellas ya habían sido estrenadas en esta ciudad, teniendo por director de las mismas a Alberto Sarraín -Chamaco en el 2009, Talco 2010, Nevada 2013- siendo dicho director -siempre mucho más interesado en la dramaturgia que se escribe dentro de Cuba que en la realizada fuera de ella por escritores cubanos- quien introdujo la dramaturgia de Melo en nuestra ciudad.

Haciendo un recorrido por los títulos de autores cubanos en general que han tenido el ‘privilegio’ de poder presentar sus obras en los escenarios de Miami, posiblemente, González Melo resulte el escritor que más obras ha visto subir a nuestras tablas, a lo que tendrían que sumarse los posibles trabajos por llegar como resultado de su actual vínculo con Teatro Avante, vínculo que llama la atención teniendo en cuenta la relación tan activa que mantiene dicho autor con las instituciones cubanas -incluso con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)- las mismas que reprimen y censuran por igual tanto a aquellos artistas que se atreven desde el propio país a pensar diferentes, como aquellos otros que logran escaparse del mismo convirtiéndose en traidores. Aunque abogamos sin duda por la libertad artística, y vivimos en un país donde al menos por ahora ella existe, aspectos como éste llaman la atención de una parte del gremio teatral cubano que desde hace ya más de seis décadas conforma el exilio, y que en el caso de sus dramaturgos, ve como sus obras son ignoradas una y otra vez a cambio de llevar a las tablas textos de escritores residentes dentro de la isla o como es el caso en cuestión, viviendo fuera de ella, pero manteniendo una estrecha relación de camaradería con las instituciones del régimen cubano, a lo que se suma el que sean pagados con el dinero procedente del ‘enemigo’.


Si hemos querido hacer énfasis sobre los anteriores aspectos relacionados con lo político, es porque el contenido de “Disonancia”, la obra que nos ocupa, se encuentra marcada por dicha realidad. En la obra en cuestión, su autor trata de vendernos la tesis de que aquellos pueblos que se han visto sometidos a cualquier tipo de dictadura, deben valorar si su reacción a ella, una vez dejada atrás la misma, deba ser la venganza o el perdón, y aunque el autor -de manera oportunista- haya pretendido presentar dicho tema de manera general, el texto no puede ocultar que hace referencia directa a la situación que ha vivido y aún vive Cuba bajo el tiránico régimen castro-comunista. Esta actitud de manipulación del mensaje, muestra una doble moral, que poseen una considerable parte de artistas e intelectuales cubanos que viviendo aún fuera de las fronteras insulares, mantienen una estrecha relación con sus instituciones culturales, donde sin duda se ven reconocidos, publicados, premiados y aplaudidos. Esta actitud en la jerga popular cubana se define como el “jugar con la cadena pero no con el mono”, lo que se traduce en criticar pero hasta el punto de no llegar a enfrentarse con el ejecutor del mal para así evitar posibles desencuentros. Para estos personajes, las espaldas siempre hay que cuidarlas,

Este texto dramático, como podemos apreciar, no tiene el objetivo centrado en denunciar o condenar hechos de trascendencia humana que violan los más elementales derechos de un pueblo, sino en lanzar a rodar la malsana idea del perdón hacia aquellos que causaron el dolor, mensaje éste promovido por los propios verdugos, de algún tiempo a esta parte, desde las mismas instituciones cubanas y compartido vilmente por aquellos alabarderos que tanto apoyo brindan al despótico régimen caribeño. El hecho que tanto la promoción a la obra como ella misma, se haya construido sobre el discurso de exponer al público ante dicha opción de la venganza o el perdón es una muestra del maniqueísmo con se pretende enfrentar tan delicado asunto.


¿Por qué el autor antepone esos dos conceptos? ¿Por qué su intención de no utilizar la palabra exacta que debiera sustituir -con todo derecho- la palabra venganza? Sin duda alguna justicia sería el término correcto que encaja en esta ecuación. Cambiar uno por otro arrastra consigo una fuerte carga de demagogia a favor del verdugo, mientras que inflige un demoledor golpe a las esperanzas de sus víctimas.

En cuanto a la la relación del texto con la puesta en escena del mismo, durante las siete escenas sobre las que se construye la obra, la narración hace derroche de lugares comunes de la vida socio-política cubana, de una manera tan esquemática que no permite a los intérpretes construir sus personajes con algo más de credibilidad. Este cargante discurso político, con más de folletín que de teatralidad, obliga a los actores a reaccionar de manera no muy convincente, aunque por supuesto dejando ver en escena una diferencia notable entre la proyección de las dos parejas que integran la pieza -las cuales nunca entran en contacto- aunque dejándolos a todos con muy pocas opciones artísticas.

La primera dupla de actores, ambos jóvenes, formada por Daniel Romero y Claudia Tomás, quienes desde su llegada a esta ciudad han gozado del privilegio de subir con frecuencia a los escenarios, muestran el por qué de dicha posibilidad. Sus desempeños, a pesar de las limitaciones de sus personajes, tratan de ofrecer veracidad a unos diálogos donde se habla casi todo el tiempo por medio de consignas, frases hechas y demasiado escuchadas en el discurso político-social cubano. Con buena proyección y articulación de sus voces e intenciones dramáticas, como de costumbre, defienden sus roles, siendo los encargados de proyectar las bases de un desenlace que no llegará.

Del otro lado, Rodríguez y Romero, son dos actores de larga trayectoria en nuestros escenario quienes incorporan a dos ancianos, que no serán otros que aquella otra pareja de jóvenes pasado el tiempo. Resulta desacertado que estos actores asuman su trabajo a partir de caracterizaciones llenas de estereotipos y clichés en la construcción de dichos personajes. Existen elementos, además del maquillaje -en este caso también excesivo- que permiten la transformación de un actor en personas de avanzada edad, sin necesidad de acudir a lugares comunes que transformen sus trabajos en caricaturas de los que debieran ser. Pero es aquí, sin duda alguna, donde se extraña la mano del director que sepa trabajar sobre esos imprescindibles detalles que requieren ser modelados, para ayudando al actor, contribuir a la construcción de los personajes. Si comparamos el trabajo de cada una de las dos duplas actorales que componen el elenco en esta puesta podemos observar dos estilos de trabajos muy diferentes, como si estuviéramos en presencia de dos estilos diferentes de puestas en escena.


Para ofrecer los cambios de tiempo y espacio, que propone todo el tiempo el texto dramático, el director acude un reiterativo y monótono movimiento de muebles -una mesa y dos sillas- que al terminar cada una de las escenas, los actores que las terminan tienen que realizar dejando preparado el espacio a los que entrarán en la próxima escena, así sucesivamente hasta el final. De igual manera, no se entiende el por qué los actores al terminar cada una de sus escenas tienen que quedarse semi-escondidos entre la escenografía, amortiguados por un ambiente de luz más bajo, pero a la vista del público, donde incluso en el caso de la pareja de actores jóvenes, los mismos se ven obligados a hacer cambios de vestuarios. Este trabajo ensucia las escenas y distrae la vista del espectador.

Para situar una historia que se mueve a través del tiempo y el espacio, el concepto escenográfico, ideado por el equipo de escenógrafos formado Jorge Noa y Pedro Balmaseda -habituales en los trabajos de Teatro Avante- estos recurrieron una vez más a llenar todo el espacio escénico con una gigantesca construcción arquitectónica toda en color gris, procurando ser lo más neutra posible según palabras de los propios creadores, formada por enormes columnas -con arquitrabes incluidos- enormes ventanales y un innecesario nivel más alto al fondo del escenario, al que se accedía por tres escalinatas casi utilizadas de manera forzosa e injustificada por los actores en el desarrollo de la acción. De nuevo la propuesta escenográfica se ‘traga’ a los actores en escena, tomando un protagonismo que le es restado a los actores. Esto que no es un problema nuevo en las obras de Teatro Avante, vemos que se repite una y otra vez en cada una de sus propuestas.


El que esta agrupación teatral, que para colmo es la única que se ve representada en un festival que proclama que su realización contribuye al desarrollo del teatro en Miami -cosa que ningún miembro del gremio teatral de esta ciudad percibe así- ignore no solo a las agrupaciones teatrales sino también a la totalidad de dramaturgos hispanoamericanos que viven dentro del territorio de este mismo país, repitiendo una y otra vez a escritores foráneos, especialmente que vivan o que mantengan coloquial relación con instituciones oficiales cubanas, provoca un profundo malestar entre los artistas, principalmente entre los de origen cubano, quienes se ven menospreciados, hecho este que ha venido siendo planteado desde mucho tiempo atrás.

Una obra como “Disonancias” nunca debió haber subido a las tablas en esta ciudad, hogar de miles de víctimas de un régimen político que tantos crímenes ha venido cometiendo desde hace ya demasiado tiempo sin pretender pedirles perdón alguno a las mismas, llegando al cinismo extremo de pedirles a aquellas que perdonen a sus verdugos. Que a estas alturas los escenarios de Miami sean testigos de una obra de teatro con tal tipo de mensaje, es una afrenta a más de seis décadas de dolor exigiendo justicia, no venganza.




Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, agosto 12, 2024.

Fotos cortesía de Teatro Avante.

Monday, August 12, 2024

Valioso reconocimiento para un museo dedicado al arte de la danza. (por Wilfredo A. Ramos)


Como ya es costumbre del Festival Internacional de Ballet de Miami, cada año se hace entrega del Premio a la Trayectoria “Crítica y Cultura del Ballet”, el cual le ha sido otorgado a destacadas personalidades del periodismo, la crítica y la investigación danzaria mundial, tales como Clive Barnes, Roger Salas, Alfio Agostini, Rene Sirvin, Patricia Aulesti, Orlando Taquechel, Jean Pierre Pastori, entre otros. Para esta XXIX edición, el evento ha querido reconocer la labor de Perfecto Uriel, fundador y director de Casa de la Danza de Logroño, institución radicada en dicha ciudad, capital de la comunidad autónoma española de La Rioja.


Perfecto Uriel, un apasionado de la danza, pasó durante su juventud de los bailes regionales al teatro y de este último a estudiar danza en The Rose Bradford College y en la London Contemporary Dance School, en el Reino Unido. Igualmente obtuvo un máster en Pedagogía en Danza Clásica, especializado en niños, por el Ballet de la Ópera Nacional de Varsovia, Polonia, además de haber cursado estudios de Historia y Literatura Francesa en la Universidad de la Sorbona de París, Francia.

En su incansable interés por el conocimiento, se dedicó a perfeccionar sus estudios sobre el arte de la pantomima y la expresión corporal a través de las enseñanzas del mimo argentino Julio Castronuovo (1932-2013) y la uruguaya Marta Schinca (1940), profesores ambos de la Royal Higher School of Dramatic Art and Dance de Madrid, llegando más tarde a convertirse en ayudante de escena del propio Castronuovo.


A la ciudad de Logroño, Uriel llega en compañía de su esposa, la bailarina María Victoria Romanos, en espera de su hijo, estableciéndose y al poco tiempo, aparejado a su labor pedagógica como profesor de teatro, comenzar a gestarse en él la idea de crear un espacio donde salvaguardar la memoria danzaria universal, lo que luego de muchos esfuerzos, encuentros y desencuentros, nace como Casa de la Danza de Logroño, llegando a convertirse en un museo e importante centro de documentación e información acerca de dicha manifestación artística.


Esta institución que se erige no tan sólo como un museo donde se exhiben piezas de vestuario, calzados, zapatillas, accesorios, pinturas, fotografías y otros elementos relacionados con este mundo, ofrece igualmente la posibilidad de acceder a información variada, como publicaciones, partituras, música y videos de obras danzarias, los cuales se encuentran a disposición de todo sus visitantes. También el centro organiza actividades con niños y jóvenes, donde se trata de introducirlos en el conocimiento, disfrute y vocación por dicha expresión cultural.

Como forma de cooperar en la formación de jóvenes bailarines, el centro ha creado la Beca Hormigón-Torrado -la cual es otorgada cada tres años- en homenaje a la pareja de bailarines españoles formada por Laura Hormigón y Oscar Torrado, quienes durante una década integraron las filas del Ballet Nacional de Cuba, dentro del cual llegaron a obtener la categoría de Primeros Bailarines. Otros de sus proyectos lo han constituido la entrega del “Galardón Amigo de Honor”, con carácter bi-anual, que es un reconocimiento a un par de profesionales con una trayectoria destacada, así como el “Galardón Biloba”, dirigido a poner en valor el trabajo desempeñado por la ‘pareja artística’ en la danza, otorgado también cada tres años.


Desde el 2009, esta institución, en conjunto con el ayuntamiento de la ciudad crearon el Bosque de la Danza, lugar donde se han plantado cerca de un centenar de árboles -de once especies diferentes- dedicándole cada uno a un reconocido artista de la danza, entre los cuales se encuentran nombres como el de Ana Pavlova, Margot Fonteyn, Nureyev, Alicia Alonso, Tamara Rojo, Antonio “El Bailarín”, Lucía Lacarra, Mijail Baryshnikov, entre otras importantes figuras. Finalmente y como otro de los empeños de Uriel al frente de esta institución, nos quedaría mencionar la existencia de la revista Danza en Escena, la cual alcanza ya las cincuentas ediciones, habiendo sido en un principio publicada en papel, pero más tarde para poder subsistir -al igual que muchas otras publicaciones- adopta el formato digital. Por medio de dicha publicación se ha podido dar a conocer el trabajo de Casa de la Danza de Logroño en todo el mundo, así como contribuir a la promoción de esta manifestación y sus artistas, lo cual lamentablemente no goza de muchas posibilidades, al no existir demasiadas publicaciones ni bibliografía interesada en ello.

El que el Festival Internacional de Ballet de Miami haya seleccionado a Perfecto Uriel para hacerle tal reconocimiento por su trabajo, no fue un suceso que dejara de tomarlo por sorpresa -según sus propias palabras- teniendo en cuenta la distancia que separa a su ciudad del evento realizado en Miami, pero lo ha sumido como un galardón a la labor de muchas personas que de una forma u otra han contribuido al nacimiento y desarrollo de este importante proyecto danzario.

En el encuentro tenido con este infatigable creador, en los salones del Miami Hispanic Cultural Arts Center, sede del Cuban Ballet of Miami, él mismo condujo al público allí reunido por medio de una amena explicación, a través de la historia y los proyectos de Casa de la Danza de Logroño, ilustrando su charla por medio de un video donde se pudo disfrutar una visita virtual a tal impresionante instalación, situada por demás en una antigua construcción cargada de historia para los pobladores de la ciudad.

Fotos/Wilfredo A. Ramos
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La actividad sirvió para que desde la ciudad de Miami se le hiciera un aporte a la colección permanente del museo, al hacerle entrega de vestuarios personales por parte de dos figuras de la danza internacional residentes en esta ciudad, la bailora española Estrella Morena -quien cedió dos de sus hermosas batas de colas usadas por ella en antiguas presentaciones- así como la bailarina cubana Rosario Suárez “Charin”- la que donó uno de sus trajes, correspondiente a la escena de las danzas rusas del III Acto del ballet "El lago de los cisnes",  diseñado por el internacionalmente reconocido crítico e investigador de danza cubano residente en tierras ibéricas, Roger Salas- piezas todas que junto a otras pertenecientes a Ana Pavlova, Bárbara García, Angel Pericet, Agripina Vaganova, Carmen Amaya, Carlos López, entre otros artistas de todas las disciplinas danzarias, enriquecerán el patrimonio museológico de Casa de la Danza de Logroño.

La entrega del Premio Crítica y Cultura del Ballet, a la trayectoria de Perfecto Uriel contó con el marco de la gala de clausura de esta XXIX edición del Festival Internacional de Ballet de Miami, en una función realizada el pasado domingo 11 de agosto, en el Jackie Gleason Theatre, de Miami Beach, donde participaron bailarines procedentes de Uruguay, Francia, Gran Bretaña, México, Bulgaria, Italia, Alemania, Colombia, Chile, España y Estados Unidos, quienes a lo largo de casi un mes ofrecieron su trabajo en diferentes escenarios de la ciudad, por medio de las cuales se pudo disfrutar de presentaciones de profesionales de ballet clásico y moderno, así como de niños y jóvenes que se encuentran comenzando el largo y arduo aprendizaje en el arte de Terpsícore.

Fotos/Wilfredo A. Ramos
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Haber contado con la posibilidad de compartir y escuchar de primera mano los testimonios de este gran acto de creación que ha convertido en lo que es hoy en día Casa de la Danza de Logroño, directamente de boca de su fundador y director, Perfecto Uriel, ha sido un verdadero lujo, una posibilidad de valorar el entusiasmo y amor que la danza puede provocar, mientras que al mismo tiempo ha despertado la necesidad de que tal institución cultural reciba el apoyo de artistas y agrupaciones danzarias de todo tipo a nivel mundial, para aumentar los fondos de este importante centro. La convocatoria queda abierta.



Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, agosto 12, 2024.

Fotos cortesía de la Casa de la Danza de Logroño.


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