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Wednesday, December 10, 2025

Monseñor Valentín Zubizarreta, primer obispo de Camaguey (1914-1922). Por Carlos A. Peón-Casas.


El primer obispo de la naciente diócesis camagueyanensis, que fue creada en 1912, Mons. Valentín Zubizarreta y Unamunzaga[1] recibió su consagración el 8 de noviembre de 1914, en la Iglesia de la Merced, el hecho era consecuencia de su pertenencia a la orden carmelitana de la Provincia de Castilla, asentada en aquella, y de la que fungió como visitador. Entre los años 1903 y 1906 ya había estado de visita allí. [2]

La recién nacida diócesis carecía de fondos propios suficientes para su mantenimiento. Se juzgó necesario el envío de unos 9000 dólares para asegurar su sostenimiento, de ellos: seis mil para sustento del prelado y otros tres mil para las necesidades diocesanas. La primera residencia episcopal le costaba unos 130 dólares en concepto de alquiler, y se ubicaba en el número 130 de la calle Independencia.

Escudo episcopal de Mons. Zubizarreta,
en el Salón del Trono. Arzobispado de Camagüey
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En la ciudad agramontina el prelado contaba con 6 parroquias a saber: la Catedral con 8000 fieles; la Soledad con 7000, San José con 12.000, Santa Ana con 15.000, Santo Cristo con 18.000 y la Caridad con 12.000.[3]

Dos órdenes religiosas masculinas ya estaban presentes en la ciudad a su llegada: los padres escolapios y los carmelitas descalzos. En 1917 llegarían a su pedido los salesianos, quienes permanecerían desde entonces tomando a cargo la parroquia de La Caridad, y dando después comienzo al Colegio de Artes y Oficios[4], que para entonces se consideraba uno de los mejores de América Latina[5]

Entre las congregaciones femeninas ya instaladas a su llegada como obispo se incluían las Ursulinas de Santa Ángela de Merici, las Reparadoras y las Siervas de María.

Por la preocupación del prelado respecto a las necesidades educativas de la grey a su cargo, facilitó la entrada a la diócesis de dos congregaciones con ese carisma: la Compañía de Santa Teresa de Jesús (Teresianas) y la de las Hermanitas de los Niños Pobres.

Los miembros del clero diocesano de ese minuto no pasaban de una docena de sacerdotes. Dada la escasa presencia de aquellos en los pueblos de campo, más de uno debía asumir las labores de dos parroquias. Aún así algunas de aquellas carecían de párrocos[6], como las de San Jerónimo, Arroyo Blanco y Cubitas. En algún minuto hubo de clarificar los límites de algunas de aquellas, como fue el caso de la de Santa Cruz, a la que le hizo coincidir su extensión con la del territorio civil de municipio del mismo nombre. En otro caso hubo de segregar una parte de la parroquia de Santa Ana, para adicionársela a la de San José, en específico la gran barriada de La Vigía que se promovió con la llegada del ferrocarril a la ciudad.[7]

La diócesis no podía sostener por entonces un seminario diocesano ante la ausencia de un edificio capaz para albergarlo, y las rentas pertinentes para su mantenimiento. En el año 1920, siete seminaristas locales[8] cursaban estudios en el de La Habana. Hasta ese minuto el obispo sólo había ordenado a un sacerdote.

Si partimos del hecho de que los más de 200.000 habitantes de la provincia y diócesis de Camagüey en 1914 se declaraban católicos, y un número muy ínfimo se confesaban miembros de otras iglesias protestantes, y muy difícilmente alguno que otro ateo, dadas las convenciones de la época, el nuevo prelado, podía considerarse dichoso de aquella grey tan populosa y a la vez seguidora de los preceptos de la Santa Madre Iglesia.

Sin embargo, la realidad parecía de ser de otro tenor. La vida moral de aquellos católicos dejaba mucho que desear, y ante tal constatación así lo hacía saber el obispo en su primera Relación a la Santa Sede: “Mores populi sunt depravatissimi”[9]. Y completaba su aseveración con una lista de los males morales más evidentes: la obscenidad, la injusticia en los negocios y la indiferencia religiosa.

En cuanto a la práctica religiosa, eran muy pocos los que observaban el precepto dominical, y menos aún los que se acercaban a los sacramentos de la confesión y la comunión. Quizás en la ciudad el número era algo superior.

Los matrimonios civiles eran los más abundantes, e igualmente había una alta tasa de concubinatos. Muchos de los nacidos de tales uniones eran fruto de tales uniones.

El bautismo de los recién nacidos dentro de la primera semana, eran raros, igual se le retrasaba hasta el año del nacimiento, y se daban casos que no los bautizaban jamás.

La educación cristiana dentro de los hogares era muy pobre. Sólo la que se impartía en los colegios religiosos, pues la escuela primaria no la impartía. Aunque la doctrina cristiana se explicaba cada domingo en las iglesias eran pocos los padres que enviaban a sus hijos a recibirla.

Las sectas masónicas acogían a muchos católicos que no sentían que su condición fuera óbice para pertenecerá aquellas. El espiritismo estaba muy extendido y se daban casos de feligreses y feligresas que acudían a la primera misa de las parroquias, para luego encaminarse sin ningún escrúpulo a las sesiones espiritistas en los bien conocidos “centros” esparcidos por la ciudad, aunque tal comportamiento estaba muy extendido por toda la feligresía del país:
El Padre Marciano García, carmelita cubano, nos trae el caso de las Terciarias carmelitas del Carmen de Matanzas quienes salían de la misa de 5.30 de la mañana para asistir a la sesión espiritista de las siete”[10]
Para el recién llegado obispo nada de aquella situación quedaba ajena a su celo de pastor. Algunas de sus primeras disposiciones estuvieron en relación con exaltar la piedad de los fieles:
Por una circular del 14 de enero de 1919 ordena a los párrocos y rectores de la iglesias la celebración de un triduo solemne en honor de San José (…) a rezar el públicamente el Santo Rosario en sus respectivas iglesias todos los días del mes de octubre a la hora se juzgue más conveniente para la mayor asistencia de fieles, y exhortándoles a promover el rezo diario del Rosario en las familias.[11]
Otras circulares fueron ya alusivas a aspectos más jurídicos:
como aquella que recuerda las condiciones exigidas por la Iglesia para ser padrino de bautismo, o aquella otra en que se regulan los día de ayuno y abstinencia para los católicos de Cuba, diferentes para los de raza blanca y para los negros y mestizos[12]
Sus Cartas Pastorales fueron igualmente ejemplares. La primera de aquella con motivo de su Consagración Episcopal, cuyo contenido abundaba sobre la verdadera religión, y la explicación de su lema pastoral Pax multa.

La segunda dedicada al espiritismo, data de 1915, que como ya se ha explicitado en otro sitio, era una verdadera plaga que hacía estragos en el territorio de su diócesis camagüeyana. El texto era un llamado a precaverse de aquellas para no ver socavada la fe de sus diocesanos.
individuos de inteligencia extraviada procuran arrancar la fe de los creyentes y corromper las costumbres de los cristianos prácticos. Con cuatro ceremonias ridículas y algunas gesticulaciones no siempre honestas pretenden obtener respuestas de los espíritus, y no consiguen más que una espantosa batahola de martillazos, que ellos se encargan de interpretar como mejor les convenga”[13]
Una Instrucción breve a propósito del proyecto de ley del divorcio, fue hecha pública por el obispo en 1918, con motivo de la introducción de la ley por el presidente Menocal aquel mismo año. El texto discurre sobre tres apartados que versaban sobre el matrimonio cristiano como verdadero sacramento, su indisolubilidad, y la gravedad de quienes solo lo contraen por la vía civil sin luego validarlo ante la Iglesia.

Durante el período que fungiera como obispos diocesano Mons. Zubizarreta dio a conocer otras Cartas[14], como la que firmó en ocasión de la celebración de la Cuaresma de 1918 sobre la necesidad de ser hijos fieles de la Iglesia católica y de aprovechar los medios que ella nos suministra para nuestra perfección. Estaba dirigida al clero secular y regular, a las religiosas, religiosos, y a los fieles de las entonces dos diócesis encomendadas a su cuidado, la de Camagüey y la de Cienfuegos.

Un detalle singular allí esbozado iba en la línea de denunciar y poner en ridículo el supuesto respeto humano que alejaba a muchos quienes se decían católicos:
El ser católico práctico no es deshonra sino una gloria ante el concepto de la buena sociedad. El pertenecer de lleno a la Iglesia Católica y recibir con frecuencia los sacramentos no es humillante sino glorioso[15]
En esa misma línea hay que prestar atención a otro texto suyo, esta vez un discurso que pronunciara con ocasión del Primer Congreso Eucarístico de La Habana en 1919. Aquel convite fue promovido por el obispo habanero Mons. González Estrada en ocasión del Cuarto Centenario de la fundación de la capital habanera. Mons. Zubizarreta hizo esta vez un celebrado elogio de la Eucaristía, poniendo de manifiesto sus saberes teológico y litúrgico, a la par que disertó “sobre la catolicidad práctica de muchos que se decían católicos”:
No es católico el que no cumple con los deberes que le impone la ley del Señor y de la Iglesia para el mejor cumplimiento de aquella. No lo es el que deja de cumplir los preceptos de oír misa y confesión y comunión; los que pertenecen a sectas condenadas por la Iglesia… Y así no está en su lugar decir: fulano es buen católico, aunque no va a cumplir con el precepto pascual, vive maritalmente sin contraer matrimonio católico…Decir de uno que es buen católico cuando vive en concubinato o pertenece a la masonería o al espiritismo, condenados por la Iglesia, o no va a misa los domingos, etc., es decir lo que no es cierto como católico”16]
En 1920, el obispo llevó a cabo su visita “ad limina” al Vaticano. En su viaje desembarcaba por el puerto de Santander en España, pasando por San Sebastián en camino a Roma. El viaje duró de junio a septiembre de aquel año. Un año después viajaba también a los Estados Unidos por razones médicas, y fue recibido en la Clínica de los Hermanos Mayo en Rochester Minessota[17].

Fue relevado de sus funciones como obispo de Camagüey el 24 de febrero de 1922, y nombrado obispo residencial de Cienfuegos. El D. Enrique Pérez Serantes, hasta entonces Gobernador Eclesiástico de Cienfuegos fue nombrado obispo de Camagüey.

Enrique Pérez Serantes
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Para muchos, aquel relevo, tenía un signo de particular referencia, desde 1916, el nuevo obispo Pérez Serantes había sido su fiel colaborador en aquella diócesis cienfueguera, cuando ante la renuncia del también obispo carmelita Mons. Aurelio Torres Sanz, Mons. Zubizarreta había asumido la función de Administrador Apostólico, llevando sobre sus hombros la tamaña tarea de simultanear sus responsabilidades entre dos ciudades distantes por seis años.

En el sentir de los diocesanos cienfuegueros y camagüeyanos, aquel sacerdote gallego de grandes dotes evangelizadoras, era “hechura de Mons. Zubizarreta”[18] Su impronta camagüeyana cargada de grandes sentidos evangélicos, lo llevarían luego a suceder a su antiguo obispo, cuando fuera designado Arzobispo de Santiago de Cuba, a la muerte de Mons. Zubizarreta quien había regentada aquella sede desde el año 1925.





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[1] Nació el 2 de noviembre de 1862 en el caserío de Arnorixa, país vasco. Entró al noviciado carmelitano de Larrea en 1879. En 1880 emitió sus votos simples de obediencia, pobreza y castidad. Recibió el presbiterado en 1894. Fungió como profesor de Filosofía en el Seminario de Burgos y Prior del convento de Vitoria. Nombrado Definidor Provincial y Visitador de las casas de América en 1897. Viajó por Chile, Cuba y Estados Unidos. En 1906 era Prior de Burgos y Visitador General de la Provincia de Aragón-Valencia. Obispo de Camagüey en 1914, y Administrador de Cienfuegos desde 1916 hasta 1922, en ese año asumió como obispo aquella diócesis. Arzobispo de Santiago de Cuba desde 1924 hasta su fallecimiento en 1948. En Mons. Valentín Zubizarreta. Carmelita, Obispo, Teólogo. Antonio Unzueta Echevarría. Ediciones El Carmen. Vitoria-Gasteiz, 2006.
[2] Entre 1903 y 1906, visitó las casas de la orden en América. Un interesante informe suyo de cuanta de la visita a la de la congregación camagüeyana: “La ciudad de Puerto Príncipe tiene unos 40.000 habitantes de todos los colores: blancos, negros, mulatos y chinos; con 30 sacerdotes: 20 regulares, entre escolapios y carmelitas y los demás seculares. Posee once iglesias: 6 parroquiales, 3 conventuales, una de un hospital y una ermita llamada La Candelaria. Una de las iglesias conventuales (la de S. Francisco) está regentada por los PP. Escolapios y otra (la del Carmen) está ocupada por las religiosas ursulinas. La asistencia a la iglesia es muy escasa, y por más que se hace alarde de piedad, está no pasa de pura palabra, pues casi la totalidad de las iglesias se encuentran completamente vacías aún los días de fiesta. Nuestra iglesia de la Merced era una excepción en este punto pues la concurrencia solía ser siempre grande, sea por el culto que allí es más esmerado, sea por su situación céntrica.”. Ibíd.p.138
[3] Las otras nueve incluían la de San Eugenio de Ciego de Ávila (45.000), la Candelaria de Morón (35.000), la Virgen de la Caridad de Nuevitas (15.000) y Santa Cruz (18.100) entre las más relevantes. Había otras tres parroquias sin iglesias San Jerónimo, Arroyo Blanco y San Miguel de Cubitas, la de Guáimaro también era de ese grupo, pero tal época se terminaba su construcción. Ibíd. p.152
[4] La instalación de los padres salesianos se debió al ofrecimiento de la Srta. Dolores Betancourt, quien deseó construir a sus expensas una Escuela de Artes y Oficios para niños pobres, para lo que había destinado, como para otras importantes obras y mejoras eclesiales y educativas, todo su caudal.
[5] Ibíd. p.160
[6] Había “procurado que todos los párrocos tengan su propia casa cural. No se les permite que tengan ama de llaves”Ibíd, p.156
[7] Ibíd.
[8] El obispo pagaba por ellos “238 dólares mensuales, sin contar el vestido, los libros, las matrículas, etc; en total unos 300 dólares mensuales.”Ibíd.
[9] Ibíd.
[10] Ibíd. p.157. Citado de GARCIA, M., Introducción a la espiritualidad cubana. En “Espíritu y Vida” 1 (1994) 136
[11] Ibíd. p.158
[12] Ibíd. En año III, 1919, pp.68-71, las dos circulares fechadas el 19.02.1919
[13] Ibíd. p.288
[14] Otras de este período serían su Carta Pastoral en la Cuaresma de 1920 sobre la modestia cristiana, la carta Pastoral Colectiva de los Sres. Arzobispo y Obispos de Cuba, dada en La Habana el 13 de junio de 1921, y la Carta Pastoral con motivo de la toma de posesión de la diócesis de Cienfuegos, el 24 de febrero de 1922. Ibíd. pp.2291-292
[15] Ibíd. p.290
[16] Ibíd. p176
[17] Allí se le practicó una exhaustiva revisión médica que descartó padeciera un cáncer de garganta.
[18] Ibíd. p.180

Sunday, November 16, 2025

Mons. Dionisio García, Arzobispo de Santiago de Cuba: "... nuestro pueblo está pasando momentos muy difíciles de pobreza, de escasez y en muchos casos de miseria. Todo hace falta. Desde medicina hasta el alimento, todo hace falta"


Palabras de Mons. Dionisio G. García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba, al terminar la eucaristía del Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario. Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, 16 de noviembre de 2025


Hermanos,


Quisiera agradecer tanto gesto de solidaridad humana, cercana, de familia, de vecinos, con ciudadanos nuestros y otras personas que están dispuestos y están ayudando a nuestro pueblo en este momento difícil.

Si me preguntan qué necesitan, yo les diría todo. Porque nuestro pueblo está pasando momentos muy difíciles de pobreza, de escasez y en muchos casos de miseria. Todo hace falta. Desde medicina hasta el alimento, todo hace falta.

Por eso les doy las Gracias. A ustedes, les doy gracias a las instituciones internacionales, a los grupos de apoyo, a esas personas que se dedican a ayudar en estos momentos trágicos, a los gobiernos que también tratan de ayudar si hace falta.

Pero hace falta mucha oración porque las cosas materiales ayudan, pero no resuelven. Ayudan y resuelven un poco, pero lo más importante es encontrar la seguridad, la esperanza en el corazón. Y para eso hace falta la oración y la generosidad de todos. ara mí ha sido un ejemplo la comunidad de cristiana, padeciendo ellas mismas de tantas dificultades, sin embargo, han salido a ayudar a los demás.

Lo que necesitamos es tanto que no se puede contabilizar, ¿no es verdad? Y muchas veces las ayudas que parecen más grandes, en realidad son ayudas queridas y agradecidas, pero siempre son muy limitadas, siempre. Y digo, la iglesia como siempre se ha brindado y lo está haciendo, no porque se haya brindado ahora, sino que lo hace siempre a través de Cáritas.

La iglesia trata de ayudar a los demás en la medida de sus posibilidades. Hemos recibido ayuda aquí en la arquidiócesis y en otras diócesis. Que si Siempre, como le dije, llegan a un por ciento. La iglesia no recibe dinero. La iglesia recibe recursos. Y esos recursos trata de repartirlos con la mejor disposición, tratando de llegar a los más necesitados, y aquí todo el mundo es necesitado, hermanos.

Con esto le digo, que ojalá sigamos recibiendo mucho más y la iglesia está dispuesta a recibirlo para darlo. ¿Vamos a dar oro y plata? No. Así lo dicen los Hechos de los apóstoles. Vamos a darte a Cristo muerto y resucitado, que murió en la cruz por nosotros. Eso es lo que vamos a darle. Y junto con eso, nuestra cercanía, nuestra ayuda y todo lo demás.

La iglesia ha tenido tantas dificultades y tiene tantas dificultades como el resto de nuestro pueblo. Pero estamos dispuestos a levantar el ánimo. Al principio, no sé si lo dije, pero quería decirlo, ¿cuántos ciclones han pasado? Y siempre hemos tratado de levantarnos.

Pero pongamos las condiciones objetivas para que el pueblo sepa levantarse con sus esfuerzos, con su trabajo, como dice la carta de Pablo. Hermanos, que Dios nos acompañe a todos. Sintámonos unidos. Y que el Señor les bendiga. Amén.

Quiero decirles que con nosotros con alegría, hoy nos acompaña el padre Miguel. El padre Miguel, un sacerdote polaco de la diócesis de Tarnów que viene a acompañar a otros hermanos de él, sacerdotes que trabajan aquí en una zona que fue muy devastada, que es la parte de Guamá. Allá en la costa, entre la sierra y el mar yendo hacia el occidente. Y él llegó precisamente ayer para ayudar a evangelizar a nuestro pueblo. Es decir, a que Jesucristo sea conocido. ¿Para qué? Como dice el texto, para alabar a Dios y reconciliarnos con Dios, obedecer a Dios y seguir su palabra.

Porque Él sabe que ahí es donde está la salvación y la felicidad. Que Dios nos acompañe.


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Texto y foto tomados de la página de Facebook del Arzobispado de Santiago de Cuba.

Friday, November 14, 2025

Nota informativa de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, sobre la 166 Asamblea Plenaria Ordinaria



1. Los Obispos Católicos de Cuba han celebrado su 166 Asamblea Plenaria Ordinaria en la Casa Sacerdotal “San Juan María Vianney” de La Habana, del 10 al 13 de noviembre de 2025. Han participado 9 Obispos, el Administrador Diocesano de Ciego de Ávila y el Nuncio Apostólico.

2. Hubo tres Obispos, Mons. Dionisio García, Mons. Emilio Aranguren y Mons. Juan de Dios Hernández, de Santiago de Cuba, Holguín y Pinar del Río, respectivamente, que no pudieron participar, por estar aquejados por los virus que afectan a tantos cubanos ahora mismo.

3. En esta ocasión, recibimos la grata visita de Mons. Lizardo Estrada Herrera O.S.A., Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano, quien animó una mañana de oración para los Obispos cubanos y tuvo posteriormente, un intercambio sobre la labor del CELAM y su contribución a la comunión y misión de las Conferencias Episcopales del continente. Su presencia estos días entre nosotros, ha sido signo elocuente de la comunión de la Iglesia en Cuba con sus hermanos y hermanas de América Latina y el Caribe.

4. Los Obispos también recibieron a:

- Representantes de la Soberana Orden de Malta.
- El Sr. Christopher Huber, de la Arquidiócesis de Colonia, Alemania.
- El Rvdo. P. Leopoldo Pérez, O.M.I., del Subcomité para América Latina de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos.

Todos los intercambios estuvieron marcados por el clima de fraternidad, solidaridad y auténticos deseos, por parte de los interlocutores, de seguir ayudando a la Iglesia y el pueblo cubanos.

5. Los Obispos de las diócesis afectadas por el huracán Melissa pudieron ilustrar las difíciles situaciones que están viviendo y al mismo tiempo, los gestos de ayuda y caridad que han estado recibiendo desde los primeros momentos del impacto del ciclón.

6. La Directora de Cáritas Cuba, Carmen María Nodal, expuso también toda la labor que realiza la Cáritas Nacional en colaboración con las Cáritas Diocesanas, sobre las ayudas que se han ido recibiendo, o se van a recibir desde todas la diócesis del país, desde las Cáritas de otros países y de Iglesias hermanas.

7. Se ha conocido que, fruto del amor fraterno de la Arquidiócesis de Miami, se ha recibido ya un avión con recursos para la Arquidiócesis de Santiago de Cuba. El próximo sábado 15 de noviembre llegará otro avión a Holguín para ayudar a los hermanos afectados de esa diócesis.

Más adelante, se esperan otros 2 aviones: uno para la diócesis de Guantánamo – Baracoa, y el otro para Bayamo – Manzanillo.

8. En las próximas semanas, se espera poder concretar la ayuda ofrecida por la Administración de los Estados Unidos, cuya tramitación y distribución se realizará con la colaboración de las Cáritas de ambos países.

9. Los Obispos Católicos de Cuba agradecen a todos los que, con prontitud y generosidad, han vuelto a mirar con afecto a este pueblo y están contribuyendo a mitigar tanto dolor. Gracias también, por todas las facilidades y la colaboración que hemos encontrado, para que las ayudas desde el exterior, sean recibidas y distribuidas con eficiencia y con la respetuosa comprensión a la identidad y misión propias de la Iglesia. Gracias, igualmente, por los testimonios ecuménicos de servicio común que se han ido manifestando en estos días.

10. Los Pastores han dedicado tiempo de la Asamblea a revisar la vida pastoral de la Iglesia en Cuba, teniendo como inspiración el 40 aniversario de la celebración del Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC. Feb. 1986-2026) y lo han vuelto a “leer” a la luz de la Sinodalidad. Asimismo, han agradecido al Señor por las celebraciones Jubilares en las distintas diócesis, fuente de renovación eclesial y ardor misionero.

11. Se han acogido y discutido varios Informes de distintas Comisiones Nacionales de Pastoral:

- Comisión de Liturgia.

- Comisión para la Cultura del Cuidado.

- Comisión de Adolescentes y Jóvenes.

- Comisión de Misiones.

- Comisión de Catequesis.

- Comisión de Cultura y Educación.

12. Los Obispos han revisado atentamente el funcionamiento de la Pastoral Penitenciaria, constatando las luces y sombras en las Iglesias locales, pues las posibilidades y la acogida de esta acción pastoral son muy desiguales en las diversas provincias.

13. Cada 5 años, los Obispos de una Conferencia Episcopal deben realizar una peregrinación a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo; y encontrarse con el Santo Padre y con los responsables de los Dicasterios de la Santa Sede, para orar y mirar juntos la vida de la Iglesia en esa Nación o región. Este acontecimiento se conoce como visita “Ad limina” y tendrá lugar del 16 al 21 de febrero de 2026 para el episcopado cubano. Durante estos días, se ha trabajado en la preparación de dicha visita.

14. El sábado 22 de noviembre llegará a Cuba el Cardenal Ángel Fernández Artime, SDB, ProPrefecto del Dicasterio para los Institutos de vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. Días después lo hará la Hermana Daniela Leggio, responsable de la Sección de promoción y formación de la Vida Consagrada. Vienen a conocer más de cerca la labor de los religiosos en Cuba. Su visita es expresión del afecto del Papa y la gratitud de nuestra Iglesia por la Vida Consagrada en nuestro país.

15. En medio de las situaciones tan difíciles que experimentamos cotidianamente, los Obispos agradecen a Dios por el testimonio de fidelidad, entrega generosa y disponibilidad para servir de tantos hijos e hijas de esta Iglesia y pueblo.



P. Ariel Suárez Jáuregui
Secretario Adjunto de la C.O.C.C.
La Habana, 14 de noviembre de 2025.

Wednesday, November 5, 2025

El tiempo de Dios. Alusiones a una foto memorable desde Santuario del Cobre. (por Carlos A. Peón-Casas)

Foto tomada de internet.
Desconozco el nombre del autor
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La instantánea a no dudarlo será viral. El cronista siente esa vibración especial que se explicita en esa imagen tan vivida.

Un pedazo de la esfera del reloj, que desde la cima de la torre de la Basílica de nuestra Madre en el Cobre, marcaba el tiempo terrenal de cobreros y peregrinos, hasta el paso del temible huracán Melissa, yace bajo el altar de la ermita como un signo de algo más que el tiempo humano que nos pertenece, y explícita la duración de lo Eterno, de ese tiempo inconmensurable que es sólo de Dios.

En minutos de desolación y desesperanza, luego de la temible andanada de despropósitos que trajo la tormenta, hay sin embargo un hálito de incuestionable esperanza, que sin dudas ya resurge en el corazón de todos los cubanos que habitan la Isla, de cada uno de los millones de damnificados en toda la región oriental cubana, pero también en el de los que miramos y sentimos como propio ese dolor desde otras regiones de la Isla y más allá…

Y no será solo el esperanzador gesto de suplir las innombrables carencias, que dejó el vendaval, pero igual o peor, las que han lastrado la vida del cubano de a pie por décadas interminables... sino esa certeza sanadora que intuye que la Providencia, sabedora de cada y una de aquellas, regala a la Patria de todos, un tiempo nuevo, que hace brillar sobre esa especial región de la Patria donde amanece primero, y sobre toda Cuba, ese Sol inmortal que en la frase martiana resuena en esta hora de esperanzas imbatibles:

“Más bella que la luz del sol sobre la tierra, es la de una buena acción sobre el rostro del bueno"

Monday, November 3, 2025

(Huracán Melissa) Comunicado de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, ante el ofrecimiento de ayuda de carácter humanitario de la Administración de los Estados Unidos.



1. Son ampliamente conocidos las dificultades y desafíos que atraviesa el pueblo cubano.

2. Tras el paso del huracán Melissa, nuestros hermanos del Oriente del país viven una situación catastrófica, muy dolorosa y triste.

3. La Iglesia Católica en Cuba, en comunión con todas las Iglesias del mundo, se sabe llamada para anunciar el Evangelio, dar el culto debido a Dios, comunicar la gracia de la salvación a través de los Sacramentos y servir en la caridad a todos, especialmente a los más pobres y necesitados.

4. Hoy quiere seguir respondiendo a su vocación, en las nuevas circunstancias que la historia nos depara.

5. Hemos recibido un ofrecimiento de carácter humanitario de la Administración de los Estados Unidos, que pasa a través de instituciones de la Iglesia Católica en ese país, para ayudar directamente a los damnificados por el huracán Melissa, con tres millones de dólares en recursos.

6. Los Obispos Católicos y la Cáritas de Cuba están dando los pasos necesarios y sosteniendo conversaciones útiles y positivas con todas las partes, para que este ofrecimiento se pueda convertir en realidad.

7. Reiteramos nuestra petición a la oración y a la solidaridad, de modo particular, para los que más sufren en las diócesis de Santiago de Cuba, Guantánamo, Bayamo y Holguín. (cf. Mensaje de la Conferencia de Obispos Católicos del pasado 30 de octubre de 2025).

8. Contamos igualmente con sus plegarias para que estas gestiones en curso y todas las ayudas que se van ofreciendo a nuestro pueblo, por diversas vías, alcancen un resultado satisfactorio y contribuyan al bienestar de los afectados y a generar la esperanza, que Cuba anhela y necesita.

9. Que la Virgen de la Caridad del Cobre nos conceda lo que le cantamos con tanta frecuencia y devoción: "¡Todos tus hijos a ti clamamos, Virgen Mambisa, que seamos hermanos!"


Secretariado General de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.

La Habana, 2 de noviembre de 2025.

Saturday, November 1, 2025

(Huracán Melissa) Mensaje del Card. Juan García Rodríguez, Arzobispo de La Habana


Queridos hijos e hijas de San Cristóbal de La Habana:

Todos estamos contemplando, con profundo dolor, las imágenes de los desastres que aún está causando el huracán Melissa en el Oriente de nuestro país.

Frente a este panorama desolador, primeramente quisiera enviar a nuestros hermanos, a las religiosas, misioneros, sacerdotes y obispos que sirven allí, un profundo mensaje de fraternidad en Cristo Jesús y asegurarles mi oración personal por todos y cada uno de ustedes.

En nuestra Arquidiócesis muchos están dispuestos a ayudar a nuestros hermanos con sus escasos recursos. En Cáritas Habana contamos con una buena cantidad de ropa y zapatos para enviarlos a las provincias afectadas lo antes posible, por eso, en este primer momento lo más práctico es no hacer colecta de ropa. Pero como en estas situaciones "todo hace falta", hacemos un llamado a la generosidad de todos los fieles católicos y personas de buena voluntad a donar según sus posibilidades:

- Alimentos no perecederos
- Artículos de higiene personal
- Productos de limpieza
- Útiles de cocina

Estos donativos serán recepcionados en nuestras parroquias y capillas a partir de mañana domingo 2 de noviembre.

Aquellas personas que deseen y puedan hacerlo, pueden entregar donativos monetarios que serán enviados a las Cáritas de las provincias afectadas. Recuerden que "toda ayuda cuenta si viene del corazón".

Agradecemos a Dios Padre, que no se hayan reportado hasta hoy pérdidas de vidas humanas. Agradecemos a Dios Hijo, por la perseverancia en la oración y el bien obrar de nuestro pueblo. Agradecemos a Dios Espíritu Santo, por los innumerables ejemplos de solidaridad y amor demostrados y por los corazones que tocará, dentro y fuera de la Isla, para continuar asistiendo a los damnificados.

Rogamos a la Virgen María de la Caridad del Cobre, "madre de los cubanos", que interceda por nuestra patria.


Con la bendición del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo,




+ S.E.R. Juan de la Caridad Card. García Rodríguez
Arzobispo de La Habana.

1ro de noviembre de 2025
Solemnidad de todos los Santos

Thursday, October 30, 2025

Un Ángel caído y el Corazón de Jesús en su lugar... A propósito de una foto del paso del huracán Melissa por el Santuario del Cobre. (por Carlos A. Peón-Casas)

Foto tomada de Facebook. 
No conozco el nombre del autor
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Siempre pensé para mis mientes, confieso no se lo comenté a nadie más, que si el violento huracán Melissa se enfrentaba con la costa sur de la provincia santiaguera, lo haría más menos por la misma zona donde finalmente se estrelló con su furia desenfrenada.

La razón se la debo a esa confianza que me da mi poca pero persistente fe, que nuestra Virgen de la Caridad del Cobre, Madre de Dios y madre de todos sus hijos cubanos, velaría porque el inminente choque de la implacable tormenta, fuera directamente contra la parte más recia y alta de la Sierra Maestra, el menos malo de todos los posibles escenarios para su temible desembarco de furiosos vendavales y un gran diluvio.

Aunque así aconteció, las consecuencias inevitables de la tormenta siguieron tierra adentro.  Asolaron con inmerecida saña ciudades y pueblos de la región oriental de la patria cubana.

Tampoco el bendito hogar de nuestra Patrona quedó a salvo, el templo votivo del poblado del Cobre, donde el creyente y el que no, acuden a rendirle veneración y tributo, a pedir en la oscura hora de desolación, o a ofrecer con algún tributo de lo que tienen o no, acaso sólo con un gesto, con flores o con rezos, las gracias por un milagro conseguido, por un sueño realizado, por un deseo cumplido… vio también llegar como otras veces, la furia del meteoro, la destrucción y el desamparo, la hora de oscuridad y tristísimo minuto de penurias y carencias multiplicadas

De todas las imágenes posibles del desastre hay una foto tomada en las afueras del templo que muestra la efigie de un Ángel que ha sido arrancado de su pedestal y ha quedado totalmente destruido.

A su lado otra escultura como la suya ha resistido y aún guarda el camino que lleva a la casa de nuestra Cachita.

Pero si se mira la misma perspectiva de la foto, y un poco más de fondo, otra imagen se mantiene erguida: es la del Sagrado Corazón de Jesús. El vendaval no pudo con ella. Y de paso con lo que representa.

Si no es un signo, una señal para esta hora donde la fe flaquea y busca explicaciones fallidas de un por qué, y no de un para que, no encuentro desde mi humilde perspectiva de creyente, un mejor signo de Esperanza.

(Huracán Melissa) Obispos Católicos de Cuba: "Apelamos a la solidaridad de las Iglesias y Caritas hermanas. A los cubanos de otras partes del mundo y de todo el país. A todos los que, con buena voluntad, quieran y puedan ayudarnos"



1. Como se ha sabido por los medios de comunicación, un potente huracán ha azotado nuestra patria en la zona Oriental del país. Lo hizo antes en Jamaica, a cuyo pueblo e Iglesia queremos hacer llegar toda nuestra solidaridad y la certeza de nuestra oración.

2. En Cuba hemos vivido una catástrofe de enormes proporciones.

3. Hay muchos poblados, en el Oriente de Cuba, donde las inundaciones han sido grandes. Un millón de personas están afectadas en mayor o menor medida por el paso del huracán.

4. Muchas familias han perdido totalmente sus viviendas; otros, los techos, los colchones, los equipos electrodomésticos.

5. En muchos pueblos todos los postes telefónicos o de la electricidad están en el suelo.

6. Hay imágenes de zonas montañosas que parecen arrasadas, como secadas por el viento.

7. El Santuario Nacional de la Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad en El Cobre muestra signos de destrozos grandes, no estructurales, pero sí hay vitrales y ventanas rotos, las farolas, la pintura exterior del templo considerablemente dañada. Otros templos y casas de religiosas han perdido el techo o quedaron cubiertos por las aguas.

8. La situación de tragedia nacional en la que nos deja el ciclón se suma ahora a la ya difícil realidad cotidiana de nuestro pueblo, con escasez de los bienes primarios, cortes eléctricos prolongados y frecuentes, virus y enfermedades propagándose de modo creciente.

9. Agradecemos a Dios que, hasta el momento, no se hayan reportado pérdidas de vidas humanas. Damos gracias también por todos los que acogieron en distintas instituciones, casas familiares y templos, a aquellos que tenían más riesgos de afectación.

10. Apelamos a la solidaridad de las Iglesias y Caritas hermanas. A los cubanos de otras partes del mundo y de todo el país. A todos los que, con buena voluntad, quieran y puedan ayudarnos.

11. Se necesitará de todo: alimentos, ropa, colchones, útiles del hogar, techos...para socorrer a muchos hermanos, especialmente a tantos ancianos solos y a todos los que viven esta hora con natural tristeza y desánimo.

12. Agradecemos de antemano la solidaridad que nos puedan ofrecer. Asimismo agradecemos las palabras del Santo Padre León XIV al final de la Audiencia General ayer, cuando se refirió a Jamaica y Cuba e invitó a la oración y a la movilización de la caridad. Gracias a los hermanos Obispos de Honduras que inmediatamente nos han hecho llegar su palabra de aliento y fraterna cercanía.

13. La Caritas Nacional de Cuba está en la mejor disposición de canalizar las ayudas que buenamente quieran ofrecernos.

14. Al Señor de la Historia y su Madre, la Virgen de la Caridad, confiamos este momento difícil y triste, conscientes de que la Gracia y la Bondad de Dios no nos abandonan. Y el Amor ha triunfado ya sobre el mal, con la Resurrección de Cristo.


Secretariado General de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
La Habana, 30 de octubre de 2025.

Wednesday, September 24, 2025

Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey, presidirá la misa dominical en la Ermita de la Caridad. Será concelebrada por el P. Castor Alvarez.


Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey, presidirá la misa dominical en la Ermita de la Caridad. Será concelebrada por el P. Castor Alvarez.

Domingo, 28 de septiembre, a las 3:00 p.m. Ermita de la Caridad. Miami.

Saturday, September 13, 2025

Homilía del Arzobispo Thomas Wenski durante la celebración eucarística por la Fiesta de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. Miami, 8 de septiembre de 2025.

 
“Con desesperanza y sin alegría no hay futuro para ningún pueblo”. Delante esta realidad dolorosa y apremiante que experimenta el pueblo de Cuba desde ya hace demasiado tiempo, acudimos a esta pequeña Ermita, la casa de la Madre, implorando a la Virgen Mambisa, la Madre de la Caridad, para que ella ayude a los cubanos, dondequiera que se encuentren, a no tener miedo ni tampoco darse por vencido, porque como dicen los obispos de Cuba, “hay que hacer algo para salvar a Cuba y devolvernos la esperanza.”

Aquí en Miami, estamos rodeados de islas y tierras de mucho dolor y sufrimiento. Cuba, por supuesto, pero también Venezuela y Nicaragua, sin olvidar a Haití y también otros países de nuestro continente donde la pobreza y la falta de un Estado de derecho conspiran para privar a sus ciudadanos de un futuro de esperanza.

Y aquí en Estados Unidos, y en este estado, y en esta ciudad y condado, hay tantos inmigrantes que buscaron en estos lares un futuro de esperanza, pero que sin un estatus legal permanente viven en la desesperación y el miedo, presos de la incertidumbre y la confusión ante un presente trágico y un futuro incierto.

En este Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad, se abrieron las puertas para todos los devotos de la Virgen; gente creyente y fiel de todos los pueblos de Hispanoamérica sigue acudiendo a diario para visitar agradecidos a la virgen morena, que extiende su manto para acogernos a todos.

Hace poco se instalaron aquí en los terrenos de la Ermita dos nuevas obras de arte. Ambas nos recuerdan que no debemos dejarnos llevar por la globalización de la indiferencia, sino redescubrir la solidaridad, acoger al extranjero como hermano o hermana, y mostrar hospitalidad. En una, se ve una barca sobrecargada de inmigrantes y refugiados de toda la tierra y de todos los tiempos, y la otra presenta una figura que por un lado parece un pobre extraño y por el otro lado parece un ángel. Así, estas obras nos recuerdan una cita de la Carta a los Hebreos 13: 2 que dice: "No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles".

San Lucas, después de contarnos la escena donde el ángel Gabriel le anuncia a María que ha sido elegida para la importante misión de ser el puente en el que Dios y el hombre se encuentran, y así dar inicio a la obra de la redención, nos dice que ella se puso inmediatamente en camino hacia la casa de su anciana prima; una visita impulsada por fidelidad a Dios, que le ha dado un signo: el humanamente imposible embarazo de Isabel. Una visita también motivada por el gran servicio que podrá ofrecer a su prima, en los últimos meses de la gestación de Juan.

El evangelista, nos ha descrito a una mujer valiente, fuera de serie, que dialoga de tú a tú con Dios; que decide personalmente, y sin esperar por la aprobación de una figura masculina como era costumbre en aquellos tiempos. María aparece en la historia dentro del marco de lo extraordinario, con una fidelidad y una confianza a toda prueba que la convierte en modelo para todo creyente; en ejemplo para todo aquel que decida seguir los planes de Dios, aún sin comprender casi, o nada, de lo que el Señor tiene entre manos.

Y es que María de la Caridad no deja de interceder por nosotros. Como en las bodas de Caná, ella sigue diciéndole a Jesús: Hijo, les falta el vino de la esperanza; necesitan regresar a los valores del espíritu; no permitas que les falte la alegría, ni el don de la solidaridad; no permitas que olviden sus raíces o que las frustraciones, el tiempo y la distancia, les amarguen el corazón.

Ella ha llegado hasta nosotros para escucharnos, para consolarnos, para compartir nuestras penas y nuestras alegrías. para arrimar el hombro y darnos una mano; para estar a nuestro lado en todo momento y en todo lugar.

Así la encontraron aquellos tres jóvenes, flotando serenamente sobre las aguas después de la tormenta. Llegó a Cuba como una celestial misionera balsera, empinada sobre un frágil madero; milagro de la delicada providencia de Dios.

Santa María de la Caridad, desde la bahía de Nipe subió a las montañas del Cobre y de ahí a los hogares y a la vida de todos los cubanos. No sólo vino a visitarnos, sino que vino para quedarse para siempre en todos los eventos del devenir de un pueblo en ciernes.

Ella, pequeña y callada, pero firme y tenaz, ha mantenido vivo el fuego de una fé que ninguna de las tormentas que ha azotado al pueblo cubano ha podido apagar. Ni siquiera la más agresiva campaña atea del gobierno comunista pudo sacarla del fondo del corazón de su pueblo, que hoy la aclama con las palabras de Santa Isabel: ¡Bendita tú entre todas la mujeres y bendito el fruto de tu vientre!

Pequeña como los pobres de la tierra y mestiza como su pueblo, nos dice una y otra vez, con toda la fuerza de su amor, señalando al hijo que lleva en sus brazos: ¡Hagan lo que él les diga!

Como hijos desterrados de Eva, debemos caminar por los desiertos de este mundo. Hay muchos desafíos: situaciones de dolor, guerra, desigualdad e injusticia en todo el mundo.

Pero también, somos hijos de la nueva Eva, de Maria, la doncella de Nazaret, quien al decir “sí” al Señor en la Anunciación abrió las puertas del mundo a la esperanza. Y así, como hijos de Maria peregrinamos por este “valle de lágrimas” confiados en la victoria de Jesucristo, la esperanza que nunca nos defraudará.

Una vez más pedimos a la Patrona de Cuba que interceda ante su hijo Jesucristo por todo el pueblo de Cuba y los pueblos vecinos que también sufren. Santa María de la Caridad, escucha al pueblo que esta noche te ha venido a visitar una vez más, y adelanta para Cuba la hora de la reconciliación en la verdad, acompañada de la libertad y la justicia.

Que este pueblo decida reclamar sus derechos y que ponga la proa de su destino rumbo a la libertad. Es un pueblo que parece haber perdido la esperanza, porque se ha cansado de vivir en cadenas, que es vivir, como nos recuerda el Himno Nacional de Cuba, en afrenta y oprobios sumidos.

Madre de la Caridad, revivifica la esperanza de este pueblo noble y emprendedor, que quiere vivir sin miedos ni vigilancias, en una nación donde no se persiga el pensamiento ni se ahoguen los sueños.

Como dicen los obispos de Cuba en su mensaje en el Año Jubilar: “Con desesperanza y sin alegría no hay futuro para ningún pueblo… hay que hacer algo para salvar a Cuba y devolvernos la esperanza!”

Wednesday, September 10, 2025

Radiografía del Catolicismo en Camagüey en 1944 (por Carlos A. Peón-Casas)

Iglesia de la Caridad
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Las notas que me sugieren este aparte, recogidas en una publicación de la época, constituyen en si mismas una importante revelación de los pormenores de las actividades religiosas católicas en la Diócesis de entonces.

Asi la describía el cronista:
El solar de tradiciones que es la ciudad de Camaguey demuestra de modo palpable, la pujanza cristiana que late en la entraña del pueblo cubano, que espera tan solo el impulso germinal que cuaje, en florecimiento, la vitaludad potencial que años de liberal indiferencia, de escepticismo y de apatía, han cubierto sin lograr, sin embargo, esterilizarla completamente.
Regida bajo los mandatos de su segundo obispo Mons. Enrique Pérez Serantes preconizado obispo en febrero de 1922, y; asumido su mandato en septiembre, ya había cosechado frutos de su temprana y sustanciosa labor misional. Así se nos lo recuerda en este texto tan revelador:
pastor celoso afanado por todas las ovejas de su rebaño, recorre día trás día, año tras año, las sabanas y los montes, las colonias y los potreros de su extensa Diócesis, buscando la perdida oveja para ingresarla al redil.
Para el año 1941, habia organizado el Congreso Eucarístico Diócesano, celebrado del 9 al 12 de Enero de aquel año y que se recuerda como el acto católico de más estupenda grandeza entre los celebrados en Cuba, logrando que toda la ciudad estuviese llena de Cristo y no faltando quien la llamara por ello la ciudad eucarística

Para entonces así lucía el inventario de las parroquias, iglesias, conventos y asociaciones religiosas:

Sagrario de la Catedral, La Soledad, La Caridad, El Cristo del Buen Viaje, Santa Ana, San José, La Merced, El Sagrado Corazón de Jesús (San Francisco), Nuestra Señora del Carmen, San Juan de Dios, San Lázaro, De la Mosca, Capilla de las Madres Reparadoras y de las Siervas de María, Asilos del Amparo de la Niñez (con su iglesia), Padre Valencia y San Juan Nepomuceno; colegios de los Padres Salesianos, Madres Teresianas (para niñas), y Madres Salesianas; asociaciones religiosas en la Catedral: Archicofradía del Santísimo, Cofradía de San Benito, Cofradía de San Cayetano, Cofradía de Lourdes, Conferencia de Sras. De San Vicente Paul; en La Merced: Archicofradía del Niño de Praga, Cofradía de la Semana Devota, Cofradía de San José, Guardia de Honor, Venerable Orden Tercera de Hombres y Mujeres del Carmen; en la Soledad: Hijas de María y Jueves Eucarístico; en el Sagrado Corazón; Pia Unión del Sagrado Corazón, Asociación de San José Esposo; Asociación de San José de Calasanz; Venerable Orden Tercera de los Dolores, y Confetencia de Caballeros de San Vicente; en La Caridad: Doctrina Cristiana, Hijas de María y San Vicente de Paul.

Entre los sacerdortes entonces en activo, y reseñados en este artículo, se contaba el presbítero Miguel Becerril Blázquez Cura Ecónomo de la Soledad Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad. Su biografía era ya un testimonio de su empeñada labor sacerdotal:
Nació en la finca El Caimito barrio de Agramonte de la ciudad de Camaguey en el año 1906. Es doctor en Filiosofïa y Teología, habiéndose graduado en la Universidad Gregoriana de Roma y ordenado Sacerdote en 1928. Dijo su primera Misa en la iglesia de las Madres Reparadoras de Roma. Está al frente de la parroquia de la Soledad desde el año 1932 y dirige con entusiasmo y acierto las cofradías Jueves Eucarístico, Doctrina Cristiana y las Asociaciones Caballeros Católicos, Damas de Acción Católica, Federación de la Juventud Católica Cubana y los grupos María Auxiliadora, San Luis Gónzaga y Asociación de Hijas de María. El Dr. Becerril Blázquez es un joven sacerdote consagrado a su ministerio y de amplios horizontes en la carrerra eclesiástica.

Otro sacerdote bien recordado lo fue el padre Juan de la Cruz,
natural de Salamanca, donde nació en 1888. Se ordenó en 1912 y vino a Cuba en 1922. Desde el año 1939 se encuentra en Camagúey habiendo desempeñado la superioridad de la Orden de Carmelitas Descalzos, de la Iglesia de Nuestra Señora de Nuestra Señora de las Mercedes. Destacaba entonces en la parroquia de La Caridad como párroco, el padre Francisco Erdei S.S. natural de Hungría que lleva 15 años de ejercer su sagrado ministerio en Cuba habiendo sido ordenado sacerdote por Monseñor Jorge Caruana, Delegado Apostólico de S.S. en Cuba. El Padre Francisco está actualmente construyendo la torre de la iglesia  de La Caridad con la cooperación del vecindario.

En la parroquia de Santa Ana servía entonces según se nos sigue narrando, el distinguido y culto Presbítero D. Francisco Domínguez González es originario de Orense y se ordenó sacerdote en 1924 en la Catedral de Camagüey por el Excelentísimo Señor Obispo Monseñor Pérez Serantes y dijo su primera Misa el 25 de diciembre del citado año. Fue diácono profesor del Seminario de Orense, desde el 25 de enero de 1925 coadjutor de Nuevitas, coadjutor de Morón en 1926, cura interino de Florida en ese mismo año, y el 27 de junio de 1927 fue nombrado párroco de la iglesia de Santa Ana. El 1ero de septiembre de 1933 fue nombrado párroco de Santa Cruz del Sur, y desde el 1936 volvió a hacerse cargo de la parroquia de Santa Ana, por segunda vez. Mantiene y dirige las congregaciones Unión de Caballeros Católicos número 78, Damas de Acción Católica, Juventud de Acción Católica, masculina y la femenina, Asociación de Catecismo y del Santísimo Sacramento. El padre Dominguez y González es un consagrado fervoroso de su santo ministerio, y su vida ejemplar dotada de plenas virtudes, es muy admirada. 


Otra referencia del cronista, era para el Pbro. Ignacio Hualde Azcárate, párroco de Santa Cruz en ese minuto.

Natural de Sagua la Grande en 1911, quien cursó sus estudios primarios en España, y luego era ordenado sacerdote en Roma en1936. Cantó su misa solemne en la Catedral de Camagüey el 25 de octubre de ese año. Desde 1938 asumía la parroquia de Santa Cruz.

Monday, September 8, 2025

(Miami. Septiembre 8, 1961) Exilio cubano recibe la imagen de la Virgen de la Caridad

El 8 de septiembre de 1961, en el Miami Stadium, unos 30,000 exiliados cubanos se congregaron para recibir la imagen de la Virgen de la Caridad, que llegó ese mismo día desde la Isla.

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Para conocer los detalles de la manera que trasladaron la imagen de la Virgen de la Caridad, desde La Habana a Miami, en el Diario Las Américas


 

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Ver
La devoción a la Virgen de la Caridad en Miami (por Mons. Agust­ín Román)

Friday, September 5, 2025

Fotos de los inicios de la Ermita de la Caridad y su mural

 Mons. Agustín Román, presenta la maqueta de la Ermita
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 La obra en sus inicios
La primera piedra fue bendecida el 20 de mayo de 1967.
 La Ermita fue inaugurada en el año 1973.

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Teok Carrasco, creador del mural de la Ermita, 
durante la realización de la obra.
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Testimonio del artista:
El mural tiene 747 pies cuadrados, donde aparecen 63 figuras (...) Empecé por el Niño Jesús y la Virgen que lo sostiene...
Venía cada noche con mi ayudante y buen amigo, Orlando Cabañas. Pintaba, después de pintar todo el largo día y no me sentía cansado. Esta obra la he hecho con tanto amor que me mantenía la inspiración todo el tiempo.
Leía la historia de Cuba y la escuchaba de la boca de las personas más autorizadas de nuestro pueblo. Quiero agradecer a todos aquellos que me facilitaron datos y me hicieron más fácil el conocimiento que precede la composición de un cuadro.
A veces pinté hasta la una de la mañana y he pintado 364 horas. (Leer texto completo en el website de la Ermita de la Caridad)

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Agradezco a Anthony Suárez, quien tuvo la cortesía de facilitar la publicación de estas históricas fotos. Las mismas pertenecen al archivo de La Voz Católica 

Sunday, August 31, 2025

¡No abandones, oh Madre! A tus hijos. (por el P. Gaztelu)

En la Novena de la Virgen de la Caridad del Cobre, les dejamos la transcripción de la Homilía a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, escrita por Monseñor Ángel María Gaztelu y Gorriti, Párroco que fuera de la Iglesia del Espíritu Santo en La Habana Vieja. El Padre Gaztelu fue Miembro Fundador del “Grupo Orígenes”, de permanente trascendencia en la vida espiritual y cultural cubana en el siglo XX.

El documento original es del escritor e historiador cubano Alejandro González Acosta, residente en México, quien ha tenido la gentileza de ofrecérmelo para su publicación en Gaspar, El Lugareño. Teresa Fernández Soneira

Reproducción facsimilar de un grabado de la Virgen de la Caridad del Cobre, Imprenta del Gobierno y Capitanía General, Habana: 1852. Es una especial contribución del querido amigo, cubano apasionado, Don Emilio Cueto, residente en Washington, y que me obsequió una reproducción del original impreso, proveniente de su espléndida colección particular, que mucho agradezco. Alejandro González Acosta.
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Nota: Realicé algunas levísimas correcciones ortográficas, pero respeté puntualmente los subrayados originales del texto, que responden a la intención del autor. Alejandro González Acosta, Tlalpan, 31 de agosto de 20

Vista de la Villa y Santuario del Cobre,
 lámina del siglo XIX.
 Imagen de la Internet.
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Homilía -Nuestra Sra. de la Caridad del Cobre. -



- No concedió privilegio igual a ninguna otra nación- Non fecit taliter…

La Santísima Virgen María, desde que Ntro. Señor Jesu-Xto, momentos antes de expirar en la + la legara como Madre de todos los hombres en la persona del evangelista S. Juan, no ha cesado nunca de velar solícita y maternal sobre todos ellos, prodigándoles a manos llenas, su amparo, protección y auxilio a través de todos los tiempos, circunstancias y vicisitudes personales e históricas.

Estos cuidados, tan amorosa y solícitamente maternales, los ha venido manifestando de modo especialmente sensible en sus prodigiosas y múltiples apariciones que, con emoción y piedad hondas, con flor de leyenda, registran históricamente las tradiciones de los pueblos cristianos.

Evoquemos –ajustándonos a los límites de una simple homilía- algunas de estas aludidas apariciones, iniciando su evocación con la que la primitiva tradición cristiana estima como “primicia y flor” de todas las apariciones de la Virgen María, siendo ésta la visita que en “carne mortal” antes de su Asunción al cielo, hizo al apóstol Santiago, en un pilar, orillas del Ebro en Zaragoza. Mas, por razón de lo indicado antes, viéndonos obligados a pasar por alto las múltiples, sucesivas, imponentes y portentosas apariciones marianas a los distintos pueblos cristianos, … resaltemos algunas de las que más de cerca, en tiempo y devoción, nos impresionan, siendo éstas la de Guadalupe y las más recientes las de Lourdes y Fátima; y sobre todas ellas –por obvias razones religiosas y cubanas, la de su “poética” aparición sobre las azules aguas de la bahía de Nipe, signada con el augusto nombre de la Caridad, y cuya fiesta, hoy día de su Natividad, con honda emoción y filial piedad, celebra como a su tutelar Patrona el pueblo cubano.

El hermoso mensaje que encierra y señala el título y nombre de su aparición diciendo: “Yo soy la Virgen de la Caridad”, nos hizo recordar el versículo del salmo, citado al inicio de esta plática: No concedió privilegio igual a ninguna otra nación; pues ciertamente, la Virgen María en sus numerosas apariciones a ninguna otra nación se apareció, señalándola y honrándola con tan excelso título y hermoso nombre, cual es el de Caridad, Amor. Buenas pruebas de esto nos las dan S. Juan evangelista, afirmando: “Dios es amor”, y S. Pablo, cuando en su exaltado himno –verdadera rapsodia- al Amor, canta: “Si yo hablara todas las lenguas de los hombres y los ángeles, y me faltara el amor, no sería más que un bronce que resuena y campana cuyo tañido se lo llevara el viento. El amor nunca pasará… Ahora mientras pasamos por esta vida tenemos fe, esperanza y amor, los tres. Pero el mayor de los tres es el amor".

-Así, en efecto, para que nuestra vida sea real, verdadera y auténticamente cristiana nos son del todo necesarias la Fe, la Esperanza y el Amor, y en el modo y medida que creamos, esperemos y amemos en esta vida a Dios y a nuestros hermanos, lograremos nuestra salvación eterna.

Penetrados de las excelencias espirituales que encierran el título y mensaje de Amor con los que la Virgen María quiso la venerara y honrara el pueblo cubano, recordemos, una vez más, con emoción y devoción filiales, su prodigiosa aparición sobre las aguas de la bahía de Nipe.

De los varios datos históricos que, con plena veracidad, garantizan la aparición de la Virgen de la Caridad, citaremos, por cuanto de excepcional valor verídico tiene, la declaración jurada, que como testigo ocular del portento, depuso ante el juez competente, Beneficiado Juan Ortiz Montejo, el negro esclavo, Juan Moreno –el popularmente llamado, “negrito del bote de la Caridad del Cobre”- cuya declaración la hizo, a los 75 años de acaecida esta aparición –hacia 1604 y 16 12 años, contando él a la sazón 85 años de edad, en los términos siguientes: “Que siendo niño de 10 años de edad, fue por ranchar a la Bahía de Nipe en compañía de Rodrigo de Hoyos y Juan de Hoyos, hermanos e indios naturales, los cuales iban a coger sal y habían ranchado en Cayo Francés que está en medio de la Bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar en calma salieron de dicho Cayo Francés antes de salir el sol los dichos Juan y Rodrigo Hoyos y este declarante Juan Moreno embarcados en una canoa para dicha salina, apartados de dicho Cayo Francés, vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua y acercándose les pareció un pájaro. Dijeron estos indios parece una niña y en estos discursos llegados, reconocieron y vieron la imagen de Ntra. Sra. la Santísima Virgen con un Niño Jesús en los brazos sobre una tablilla pequeña y en dicha tablilla unas letras grandes, las cuales leyó el dicho Rodrigo Hoyos y decían: Yo soy la Virgen de la Caridad."

Así es, tal cual nos narran estas sencillas, verídicas y en medio de su espontánea ingenuidad poéticas palabras, dichas por el negro esclavo, testigo presencial del prodigio, cómo quiso, cual aurora naciente, bella como la luna y escogida como el sol”, aparecerse la Virgen María al pueblo cubano, marcándole en señal de su maternal protección con el sello de oro de la Caridad, del amor: esencia y corona de la Fe cristiana y prenda salvífica de vida eterna.

-Que la caridad en su doble y complementaria vertiente de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, defina y selle todos nuestros pensamientos, actos y deseos.- Que, a plena luz, el mensaje de la Virgen del Cobre, sea el ideal que inspire existencialmente nuestras vidas y que su fiel y filial seguimiento nos una y reúna, cada vez más estrechamente, con tan amorosa Madre; a fin de que por su eficaz intercesión alcance de su divino Hijo, la salvación de Cuba y de todos sus hijos.

- “Si de Cuba en las comarcas – erigiste, Señora, un altar – para hacer la mansión de prodigios – y a tus hijos de dicha colmar – No abandones, oh, Madre a tu pueblo –salva a Cuba de llanto y afán – y tu nombre será nuestro escudo –nuestro amparo tus gracias serán”.







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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas. En el verano del 2022 publicó La Bella Cubana, rostros de mujeres en la Cuba del siglo XIX (Alexandria Library Pub. House, Miami) que recoge 150 daguerrotipos del siglo XIX de mujeres cubanas de todas las edades y razas, acompañados de poemas de la época. Es un homenaje a la mujer cubana de todos los tiempos. Relatos y Evocaciones. Antología 1986-2023.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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