Debido al inesperado fallecimiento del escritor cubano Armando de Armas, ocurrido el pasado 8 de octubre, la comunidad intelectual cubana del exilio se ha visto una vez más fuertemente golpeada ante la pérdida de otro de sus destacados miembros, quien no solamente supo cultivar la prosa literaria y periodística, sino que de igual manera fuera un vertical luchador anticomunista y un tenaz denunciante de la situación de Cuba bajo la dictadura castrista.
Armando, nacido en la provincia de Santa Clara, se graduó de Filología en la Universidad Central de esa región del país. Desde la década de los noventa se incorporó al movimiento por los Derechos Humanos, enfrentando por ello las consecuencias de dicha determinación, la cual lo llevará a escapar en un barco camaronero cuyo patrón era su propio suegro, en el cual viajaron casi un centenar de personas, rumbo hacia los Estados Unidos, acción que se viera agravada debido a la persecución y ataque con armas de fuego llevadas a cabo por embarcaciones de la guardia costera del régimen cubano, sucesos estos que a modo de una extensa crónica fueron publicados por la revista alemana Lettre International, en 1999.
De su labor literaria comenzada en la isla, Armas trajo consigo los originales de su libro de relatos Mala jugada y su extensa novela La Tabla, el primero publicado rápidamente en esta ciudad de Miami en 1996, mientras que la segunda después de una intensa depuración -de cerca de mil páginas fue reducida casi a la mitad- alcanzó por fin la luz en el 2008, siendo publicada por la Fundación Hispano-Cubana en Madrid. Para 1997, junto con otros cuatro escritores -Ángel Cuadra, Indaniro Restano, Octavio Costa y Reinaldo Bragado- forma parte del proceso de creación del capítulo del PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio y en el 2007 integró la delegación compuesta por destacadas figuras del exilio cubano y legisladores del gobierno de los Estados Unidos, invitada por el presidente polaco Lech Kaczynski a firmar el Acuerdo por la Democracia en Cuba.
Armas combinaba a la perfección su labor literaria con la de luchador político, actividad esta última que realizaba consecuentemente en cualquier foro al que fuera invitado. Hombre de profundas convicciones y gran cultura, era un genuino ‘discutidor’, lo cual hacía con aplomo y una contundente seguridad en sus argumentos, los cuales eran respaldados por hechos e informaciones imposibles de negar. Conversador locuaz, no tenía mejor tribuna para compartir con sus amigos que la que venía acompañada de unos tragos de por medio, los cuales le aportaban paradójicamente, una mayor profundidad a su oratoria, a la vez que convertía cualquier posible discusión de conceptos en una charla camaraderil, no exenta de algún que otro chiste o anécdota aplacadora.
Su obra se encuentra formada por relatos recogidos en los libros Mala Jugada, Carga de caballería, Luces en el cielo, Dedos, Escapados del paraíso; las novelas La Tabla, Capitán Caín, Caballeros en el tiempo, El guardián en la batalla, así como en textos ensayísticos tales como Mitos del antiexilio, Los naipes en el espejo, Realismo metafísico, un texto mistérico acerca de la creación literaria y Avellaneda al atardecer. Historia del amor oculto, algunos de los cuales han sido merecedores de premios y traducidos a otros idiomas, textos todos que muestran no solo su hondura intelectual, sino igualmente su profunda visión del mundo que nos rodea.
Una vez conocida la infausta noticia de su fallecimiento producto a una casi repentina dolencia, amigos, conocidos y colegas, dejaron saber el dolor que los embargaba y la pérdida que para todos significaba. Por ello no fue de extrañar que el también escritor Luis de la Paz anunciara que su habitual espacio literario Viernes de Tertulia, se abriría a rendirle tributo al mismo, quien en varias oportunidades había pasado por allí presentando algunas de sus propias obras. Fue ante dicha convocatoria que el día 18, algunos familiares, amigos y escritores -a pesar del impertinente mal tiempo- colmaron el habitual salón del Miami Hispanic Cultural Arts Center para recordar al intelectual, al luchador anticastrista, al filósofo, tanto por medio de lecturas de fragmentos de sus obras, como de anécdotas y recuerdos que todos llevaban en sus mochilas personales, para finalmente brindar como el mismo Armas hubiera hecho: descorchando botellas de buen vino.
Al día siguiente, sábado 19, nuevamente familiares, escritores y amigos se dieron cita en la Ermita de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, para participar de una misa de recordación en su nombre, en la cual el propio rector de la institución, el padre José Joaquín Espino, al frente de la misma, exaltara los valores humanos y patrióticos de un Armando de Armas, que aunque no se encuentre físicamente ya más entre nosotros, nos permitirá poder seguir disfrutando a través de su obra su eterna presencia.
El luto cubre nuevamente las letras exiliadas cubanas.
Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, octubre 2i, 2024.
Fotos: Luis de la Paz y Wilfredo A. Ramos.