Showing posts with label Mariem Gómez Chacour. Show all posts
Showing posts with label Mariem Gómez Chacour. Show all posts

Tuesday, September 17, 2024

El viejo parque de Cascorro, su leyenda. (por Mariem y Marum Gómez Chacour)


Es el parque viejo lo primero que vemos de nuestro pueblo si llegamos en trayectoria hacia Oriente.

Quimérico sería el pensamiento... ni un mínimo acercamiento a “Los Jardines de Versalles” ni de “Los Jardines del Retiro de Madrid” mucho menos del “Bosque de Fontainebleau”, ni como el parque “Casino Campestre” de Camagüey, ni siquiera como cualquier otro parque de ciudad...

Pero es el nuestro, el de siempre, el del obligado paseo de noche, sobre todo los sábados y domingos, cuando allá por los años cincuenta del siglo XX los muchachos lo recorrían en una dirección y las muchachas lo hacíamos en otra... y era inevitable el encuentro. Entonces, tal vez, nos sentábamos a conversar con las estrellas... porque todos tenemos nuestra historia con un parque.

Y esta es la historia del nuestro(1).


En diciembre de 1928, conociendo ya, que la Carretera Central llegaría al pueblo, setenta y un vecinos firmaron una petición que elevaron al ingeniero Francisco J. Sola pidiendo la construcción de un Parque de paseo. Encontramos este detalle en la respuesta de Sr. Alcalde de Cascorro, Carlos Sánchez Espinosa, el 29 de diciembre de 1928 que, entre sus párrafos, dice: “Distinguido Señor: - Es en mi poder su atento escrito de fecha 26 del corriente mes, donde me informa que le haga saber a los vecinos que firmaron un escrito solicitando la construcción de las aceras y arreglo de las calles Somonte y Agramonte, así como el Parque... que la solicitud fue elevada para consecuente análisis...”

Las demás comunicaciones son del año siguiente 1929, y por las mismas se aprecia que ya el equipo de construcción está en el pueblo realizando los trabajos correspondientes. Es fácil imaginar la conmoción de alegría y entusiasmo que la construcción de la Carretera Central provocó en la vida del pequeño grupo poblacional donde el trabajo u ocupación diaria giraba alrededor de lo agropecuario.

Sin embargo, hay referencias e inclusos testimonios fotográficos que, por aquellos lejanos años, los jóvenes que luego conoceríamos como hombres de cierta edad muy respetables, hicieron sonreír la vida con variados entretenimientos. Conformaron equipos de pelotas cuyos nombres eran los de colores: verde, azul... y organizaron juegos en un muy buen terreno(2) que, a partir de los años 20, el alcalde que siguió a Sánchez, el Sr. Miguel Pedroso Vega, cercó de un muro de cemento con escalinatas en sus cuatro esquinas, alrededor del cual se sembraron los Almendros(3). En este espacio, entre el campo y la calle, se construían especies de graderías rústicas. Desde aquellos puestos, las damas con sus largos vestidos y los caballeros con trajes observaban los juegos. Siempre, hasta los años sesenta del siglo XX se le denominaba “Parque de pelota”.

También, en años posteriores, existió un movimiento muy fuerte sobre el juego ciencia de Ajedrez, además de bailes y reuniones en el edificio de la Sociedad y del grupo de teatro creado por muchas personas prominentes desempeñándose como actores, que daban funciones en el cine teatro Campoamor. Qué decir de la celebración de los San Juanes(4) en el propio junio al unísono con toda la provincia. Realmente es admirable, y mucho más si comparamos épocas, lo emprendedor y alegre de aquel pueblo rural, en aquella época cuando sólo existía la radio desde 1922 y donde las distancias se salvaban en coches de caballos la mayoría de las veces.
Cascorro, mayo 16 de 1929

Sr. Francisco J. de Sola
Ingeniero Jefe de la Quinta División de la Carretera Central, Camagüey.

Señor: - Teniendo en consideración su escrito de fecha 9 del mes actual, en contestación del mío de fecha 3 del mismo mes, tengo el honor de informar a Ud. que me entrevisté con el Sr. Ingeniero Ramón Salazar(5), y nos pusimos de acuerdo por donde debe ser el cruce de las carretas, por ser el lugar que a mi juicio sea mejor, como así mismo lo ha visto el Sr. Salazar, por ser el lugar de más tráfico de carretas y del ganado, que está la calle del Bloqueo que se une con la de Vicente Somonte.

Adjunto tengo el gusto de enviarle un croquis donde le describo el lugar y en él verá un triángulo que nos queda entre la Carretera Central, la calle de V. Somonte y el pedazo de la calle de Cisneros, que se llamará esta Calle, Carretera Central.

Y viendo el lugar tan pintoresco que forma el triángulo en la entrada de este poblado, lo he consultado con todos los vecinos de este Poblado y todos mirarían con gusto que se hiciera un Parquecito en ese triángulo; pero necesitaríamos que usted, nos ayudara para darle realce a este Poblado con el mencionado parquecito; y es en lo siguiente que, las aceras las siguieran por donde van marcados los puntos en el croquis, y nos quedaría cerrando el Triángulo para el Parquecito.

De Ud. Atentamente Carlos Sánchez, Alcalde de Barrio.

 

Camagüey junio 5 de 1929

Sr. Carlos Sánchez-
Alcalde de Barrio
Cascorro.

Muy Sr. mío:

Correspondiendo a su atento escrito de (ilegible) acompañando croquis para la construcción de un pequeño (ilegible) a la entrada del pueblo de Cascorro, formado en la intersección de la Carretera Central con la calle Somonte, ruego me informe quien es el propietario del terreno triangular que será ocupado por el pequeño parque. También ruego me informe si esa Alcaldía a su digno cargo, se hará cargo de la construcción de la parte interior de dicho parque comprendido dentro del triángulo de aceras, y su manutención.

De Ud. Atentamente (la rúbrica del ingeniero con tinta)

Francisco J. de Sola
Ingeniero Jefe de la V División de la Carretera Central

 

Cascorro, junio 16 de 1929

Sr. Francisco J. Sola
Ingeniero jefe de la Quinta División de la Carretera Central
Camagüey.


Respetable Señor: -

Contestando a su atento escrito, señalando Exp.168 ASUNTO –Crucero, de fecha 5 del mes actual.

Al no haber contestado antes ha sido en espera de lo que el Sr. Alcalde Municipal me contestara relacionado con el parquecito del que he llamado su digna atención; y no habiendo tenido todavía contesta alguna del Sr. Alcalde Municipal, me complazco en contestar a Ud. su atento escrito.

Me pide Ud. le informe quien es el propietario del terreno triangular que será ocupado por el pequeño parque, y puedo informarle que aquí los terrenos que se ocupan para Fabricarlos no son de propiedad solo la casa que hace el que solicita el solar hasta la fecha por que los terrenos fueron accedidos por los propietarios antiguo para que se poblaran el que quisiera fabricar; el terreno triangular lo tiene el Sr. Aurelio Pedroso Vega(6), y tiene allí un ranchito viejo inservible, y yo antes de dirigirme a Ud. solicitando su ayuda con la acera, hable con el Sr. Pedroso para que accediera el mencionado terreno para que luego no anduviera con reclamaciones y él lo accedió y me dijo que si se podía hacer el parque.

Cuanto lo que me pregunta si esta Alcaldía se hacía cargo de la construcción de la parte interior de dicho parque comprendido dentro del triángulo de aceras y su manutención, he allí por lo que se esperaba la contesta del Sr. Alcalde Municipal, porque esta Alcaldía, al momento no podría hacer esos trabajos, lo que se podría hacer por ahora limpiarlo y emparejarlo con relleno y se le irían sembrando plantas de jardín mientras se pudiera hacer el parquecito, si el Sr. Alcalde Municipal lo tiene a bien.

De Ud. muy atentamente Carlos Sánchez
Alcalde de Barrio.
Con el paso de los años crecieron los laureles, que luego a causa de temporales, etc. fueron sustituidos... instituciones como La Logia de “Caballero de la Luz”, establecimientos de comercio y otros, lo rodearon de bancos y flores. Un busto de Martí lo honró y en su ángulo occidental se erigió un conjunto escultórico dedicado al Dr. Ramón Pereda y a su hijo, fallecidos en accidente automovilístico en Camagüey, hecho que conmovió al pueblo, porque fue un luchador contra la corrupción de la época. En aquel entonces, el conjunto protegido por una cadena (que desapareció en décadas posteriores a 1959) fue rodeado de plantas ornamentales y era la propia puerta de entrada al pueblo.

En el centro de su conglomerado material, también en la Carretera, Cascorro cuenta con otro pequeño parque que, a partir de los años ochenta se dedicó al Teniente coronel Miguel Maceo, herido mortalmente en el asalto del 18 de abril de 1874 cuando el General Gómez ordenara sobre el pueblo. El joven Maceo temerariamente se acercó al fuerte El Principal y una bala de los francotiradores cegó su valiosa vida. No murió en el pueblo, fue llevado a la serranía de Najasa, a un lugar conocido como “Plátano Morado”, en Sitio Arriba y allí falleció a pesar de los cuidados de Teófilo Borrero.

La leyenda

Un día, nos encontrábamos un grupo de vecinos, sentados precisamente en el parque en una retreta de la Banda Municipal de Guáimaro y el profesor Alfonso Neira, defensor del patrimonio socio-cultural del pueblo, narró la leyenda sobre el nombre del lugar.

Muchos cascorreños, se cuentaan más de doscientos, marcharon al combate en la guerra necesaria de Martí(7). A través de los años quedaron algunos nombres de aquellos héroes en las calles que a diario transitamos, ellos sobresalieron como paradigmas de honor y valor... otros no regresaron nunca y ... quedaron como leyenda de amor.


Los mambises enterraban los cuerpos de los compañeros caídos para evitar las aves de rapiñas y los perros jíbaros, esos nombres trascendieron como bajas de combates en diarios personales, partes oficiales y escalafones. Sin embargo, otros quedaron prisioneros o desaparecidos en aquellos parajes incomunicados y desolados de violencias ... “lo apresaron y se lo llevaron muy lejos... allá donde no hay rastros de vida y regreso” ... Las ejecuciones de ambos bandos, luego de un juicio sumario, eran la mayoría de las veces en el mismo lugar del combate, finalizado éste, exceptuado cuando los soldados españoles llevaban algún jefe u otros a los poblados o ciudades como escarmiento público. Como cuando llevaron a Puerto Príncipe a los implicados en el alzamiento de Joaquín de Agüero en 1851 y los fusilaron en la Sabana de Méndez. También, en el propio Cascorro, cuando fusilaron a Manuel Torres en el cementerio viejo(8) en abril de 1868.

Cuando se terminó de construir el parque una anciana octogenaria, que vivía sola, pasaba horas, días y hasta noches sentada en un banco, mirando hacia la Carretera, porque decía que ya su esposo, perdido en la guerra, tenía un camino seguro para regresar al pueblo...

No escuché nombres en la versión, pero la quimera hace más amable la niebla de la sabana... Así muchos repitieron el nombre “Parque de sola” como adjetivo por la anciana, cuando en realidad comenzó a denominarse así por el recuerdo agradecido hacia el ingeniero Francisco J. de Sola. Escuché pronunciar ese apellido como Solá, con acento ortográfico en la a final, como palabra oxítona o aguda, no obstante, en los documentos revisados ese apellido no tiene acento incluyendo la propia firma del ingeniero.

¿Importan los nombres? Corresponden más los sentimientos de los que tejieron la leyenda, palabras monumentos para evocar la tristeza y la grandeza de los que no volvieron a los suyos y en el silencio de las formas grandes ofrendaron lo único que poseían, su vida.

Silencio de sentimientos que no tienen palabras, como ese, cuando retornamos hacia donde sale el sol cada mañana y, antes de la curva definitiva del camino, vemos desde lejos nuestro parque, el viejo parque, entonces a pesar de lejanías ... ¡llegamos a casa!


Porque... “Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida...”(9)





----------------
1. Tratamos de transcribir lo más fielmente posible las comunicaciones intercambiadas por el Alcalde de Cascorro y el Ingeniero Jefe de la Quinta División de la Carretera Central. Esas comunicaciones todas están hechas en máquina de escribir mecánica.

2. Entre la Carretera Central y la calle Agramonte. Rectangular con las medidas actuales de un campo de futbol. Hubo malestar en muchas personas del pueblo cuando el terreno se utilizó arbitrariamente para construir edificios de viviendas que pudieron ubicarse en otro terreno. Lo propio con el edificio de la Sociedad La Alianza que debido a un mal cálculo en la arquitectura de reconstrucción quedó inutilizada por excesiva resonancia en la acústica.

3. Se eligieron eso árboles porque no son pródigos en cambiar sus hojas, así daban sombras y se cuidaba el ornato público.

4. Fiestas de carnaval

5. Ingeniero jefe de obra

6. Veterano mambí con los grados de Comandante.

7. Ibídem. Están todos los nombres que añadimos como apéndice.

8. Donde hoy se encuentra el templo católico en la Carretera Central.

9. Versos de Armando Tejada

Monday, September 16, 2024

De los trillos a la carretera. Carlos Sánchez Espinosa, un alcalde de Cascorro. (por Mariem y Marum Gómez Chacour)

En el tramo de Carretera de Cascorro, el puente sobre el otrora río Cascorro.
------------------------



Agradecimiento

Gracias, muchas gracias a Saadia y a Roldán Sánchez Serra por el privilegio concedido... dádiva de amistad es poder tener, ordenar en el tiempo y transcribir los documentos del abuelo paterno: Carlos Sánchez Espinosa, quien fuera veterano mambí y alcalde de Cascorro a finales de los años veinte del siglo pasado. Sobre él recayó abrir los “espacios métricos” de la Carretera Central por nuestra sabana y … ¡qué bien lo hizo!

Gracias, por esos papeles amarillos de tiempo y bendiciones... Es revalidar la tradición de vecindad, de cariño... ¡qué bien por aquellos abuelos que fundaron sin adelantos de época! Es asombroso analizar lo rápido de las comunicaciones... sin concurrir las grandes velocidades, sin electrificación total... ni teléfonos por aquellas zonas rurales... Pero de ningún modo la soledad o indiferencia acomodaron la miseria en la vida.

Gratifica la comprensión sin reserva de aquellos cubanos que se unieron para construir, como la del ingeniero Francisco J. Sola que, sin nacer o vivir en el pueblo, tuvo la suficiente generosidad y preocupación de escuchar, ayudar y conceder... Se ganaron bien, no sólo las retribuciones económicas, sino una estela de orgullo patrio para el homenaje en todo tiempo.

Los “Hombres de la Carretera” pavimentaron caminos, levantaron puentes, conformaron rutas con los denominados Cruceros... Venciendo inconvenientes tremendos, tan sólo en cuatro años unieron la geografía Insular hasta el día de hoy. Juan de las Cuevas en su obra “Quinientos años de construcción en Cuba”, califica a la “Carretera Central” como la obra más importante del siglo XX(1).

Gracias Saadia y Roldán por la confianza y el cariño... y en sus personas a toda esa gran familia, que en unión de otras tantas prodigaron el tiempo bueno compartido. Que estos párrafos sirvan de homenaje a todos los que nos precedieron en el gentilicio del pueblo que nos acunó y a los “Hombres de la Carretera”, que construyeron futuro.

Preludio

El vocablo camino puede asumir varias acepciones, desde la más simple de la Real Academia, hasta la más compleja de un análisis técnico matemático: “Tierra hoyada por donde se transita habitualmente” “Vía que se construye para transitar” “Espacio topológico”...

Muy curiosa la descripción de trillos y caminos vecinales encontrada en un informe militar de tiempos de la colonia, del año 1881(2).

El folio No. 57 del manuscrito, tiene el siguiente título: “Vías de Comunicación”.
El terreno de la Isla, por demasiado blando y llano, en su mayor parte ha hecho que las verdaderas vías de comunicación esto es, las carreteras, cuyo trazado sería fácil, pues se reducirían a evitar en lo posible el curso de las aguas, no habiendo alturas, ni pasos difíciles que salvar, existen en tan reducido número, que en la provincia de que nos ocupamos no hay ninguna.

Cuando los primitivos Ayuntamientos fueron mercedando las tierras, los intérvalos que fueron quedando entre las cercas de las fincas constituyeron los caminos para ir de una a otra, y más tarde y hoy ha mismo, los caminos que los llamaron reales para ir de un pueblo a otro, resultando de todo esto que hoy por hoy, en tiempo de seca, todos los caminos son buenos; en cualquier dirección (...) en cambio en tiempo de aguas, los llamados caminos reales, que son, como es natural, los más transitados, se ponen a los pocos días de empezar la estación de las aguas en un estado tal, que hay que recurrir a lo que llaman en el país los “desechos”, esto es apartarse de derecha a izquierda y abrir nuevo camino en terreno que como no está trajinado resiste algunos días más; con las continuas aguas no tarda tampoco en estropearse. De todo ello resulta que los caminos no tienen un trazado pues el que tenían al empezar la estación de las aguas difieren mucho al concluir las mismas, áun en la seca quedan muchos malos pasos (...) Y como por otra parte, la vegetación es tan exuberante en este país, apenas se abandona un trozo de camino, se cubre de maleza o manigua en términos que áun á los ojos de los mismos naturales, les es difícil adivinar su antigua dirección. (sic)
Era el año 1823, cuando unos españoles que llevaban unos tigres hacia Holguín se desviaron de su ruta y tomaron por otra senda más al norte, hallaron un grupo de pobladores no previsto. No habían salido aún de su asombro, cuando al continuar viaje divisaron otro. Cruzaron el río y llegaron a una vecindad de treinta casas de barro, techadas con guano o yaguas. Allí los recibió como autoridad don Juan Nepomuceno Gómez.

Regresaron de Oriente y contaron a las autoridades coloniales la noticia de la existencia de otros asentamientos humanos en la llanura bajo su dominio, que no figuraban en sus obsoletos mapas. Fue entonces que el Camino Real se bifurcó en dos hasta Sibanicú y Cascorro(3). Don Jacobo de la Pezuela enumera al cuartón cascorreño en el padrón realizado en 1827, en el cual se contabilizaron 38 casas, en estado deplorable, y un trapiche(4).

La Carretera Central fue construida entre 1927 y 1931 por el presidente Gerardo Machado y Morales quien también levantó el Capitolio Nacional. Está considerada como una de las siete maravillas de ingeniería civil de Cuba. Lo prueba el hecho de que hoy día, a cien años de construida, es la principal vía de vehículos automotores que atraviesa la Isla. En el Capitolio Nacional, debajo del salón de Los Pasos Perdidos un valioso diamante de 24 quilates marca el punto 0. Desde ese punto se bifurcan hacia el Oriente y hacia Occidente los 1, 139 kilómetros de la Carretera Central con un ancho de 6 metros(5).

En la segunda licitación o subasta del Congreso, para la Carretera Central, efectuada el 30 de noviembre de 1926, se adjudicó la construcción a la Compañía Cubana de Contratista y a la estadounidense Warren Brothers Company, ambas bajo la dirección general del ingeniero cubano Manuel A. Coroalles(6).

"El diseño de la ruta se propuso conectar los principales centros de población y aprovechar al máximo el trazado de las calzadas y caminos existentes, decisión que ahorró tiempo, dinero y evitó expropiar terrenos"(7). "Así, en la medida de lo posible, la Carretera Central siguió el antiguo trazado de los Caminos Reales... No obstante, un total de 680 km cruzaron zonas por donde no existían más que caminos vecinales"(8).

Con palabras propias

Uno de los papeles amarillos que nos fueron confiados, es un documento con membrete oficial de La Secretaría de Obras Públicas de la República de Cuba, dirigida al Alcalde de Barrio de Cascorro, Carlos Sánchez Espinosa, con fecha 24 de octubre de 1928, que dice:
Señor: Sírvase enviar a esta Jefatura, a la mayor brevedad posible, un plano de su pueblo, el que me ha sido pedido con urgencia por el Sr. Secretario para los efectos de la trayectoria de la Carretera Central. En espera de que Ud. se tomará por este asunto el mayor interés queda,

De Ud. atentamente, Francisco J. de Sola
Jefe de la Quinta División de la Carretera Central(9).
La respuesta del Señor Alcalde no se hizo esperar y con fecha 27 de octubre de 1928, le envía una comunicación al ingeniero Francisco J. de Sola, Jefe de la Quinta División de la Carretera Central, la que dice textualmente:
Señor: Consecuente con su comunicación de fecha 24 del mes actual, donde me pide Ud. le envíe con toda urgencia un plano del poblado de Cascorro por solicitárselo así el Sr. Secretario para los efectos de la trayectoria de la Carretera Central por dicho pueblo, tengo el gusto de adjunto remitirle a Ud. un croquis aproximándose al plano del poblado de Cascorro hasta donde son sus terrenos; fue hecho en el papel que va por no tener de momento otro papel. Quedando de Ud. muy atte.

Carlos Sánchez Espinosa
Alcalde de Barrio
Bosquejo de la vida del Alcalde

El Sr. Carlos Sánchez Espinosa no nació en Cascorro. Cuando Cuba se despertaba del letargo de la azarosa guerra de Independencia contra España, a finales de enero del año 1899, llegó a Cascorro un destacamento de la Guardia Rural, el primero, bajo el mando del sargento Carlos Bueno Zaldívar designado como jefe de puesto, su segundo era el cabo Severo Sarduy Machado y los soldados Oscar Pereda Pulgares, Elpidio González, los hermanos Carlos y Miguel Cruz Reyes, Julio C. Constantino Rey... y el cabo Carlos Sánchez Espinosa(10). Todos eran veteranos mambises con los grados ganados en la Guerra de Independencia.

La primera noche durmieron en una especie de construcción aún sin paredes. Posteriormente establecieron el cuartel de la guardia rural en la calle que hoy se nombra Maceo, esquina Vicente Somonte, que luego sería la casa de Nicolás Pedroso. Al poblado lo custodiaban por aquel entonces dos policías: don Felipe Ruiz Risco y don San Segundo Expósito, también veteranos de la guerra contra España(11).

El 20 de diciembre de 1912, se hizo efectiva la compra venta de una casa en la calle nombrada en aquel tiempo Castillo, por la cantidad de doscientos pesos oro español, no tenía número.

El comprador fue Carlos Sánchez y allí se estableció con su familia. La esposa de Carlos, fue María de la Piedad Agripina Torres y Gopar. Con mucho cariño todos la nombraban Piedad... honraba el nombre porque añadía a su manera de ser suave, calmada, amable, una singular nobleza, contrapunto del esposo, al que la guerra, de la cual no gustaba hablar por la violencia presenciada, le hizo adusto y autoritario de carácter, tanto que se hacía tratar por todos sus familiares de “señor”.

Era el tiempo de las familias patriarcales... Apellidos que se asentaron y crecieron en buena vecindad donde el respeto era el pilar de la seguridad y de la confianza en el apacible convivir de la rústica sabana camagüeyana.

Por allá... por las décadas de los años 40 y 50 del siglo XX del pueblo ... ¿Quién no conoció la barbería de Fidel y Adriano? ¿Quién no escuchó la música del traga-níquel del bar de Marcelino? ¿Quién no comió cremitas de leche de la casa de Erastos? Ellos fueron cuatro de los hijos de don Carlos Sánchez, junto a Clodomiro, Enriqueta, Carlos, Enrique, María Leonida, Pablo y Nérida.

Don Carlos Sánchez, quizá fue el primer dentista del pueblo. Se armó de un instrumento y en su familia era el que remediaba los dolores con la extracción de la pieza dañada. Dos de las nietas de aquel mambí con aristas de estomatólogo, optaron por esa profesión(12).

De su carácter honrado da fe un inventario de alcaldía realizado cuando renunció al cargo el 5 de noviembre de 1929. Muy cuidadoso, dejó copia de todo documento que firmó, gracias a ello conocemos detalles de la historia del pueblo que hubieran quedado perdidos en la niebla de la sabana.

Carlos murió resultado de un accidente en Holguín el 24 de abril de 1939.


El nombre de la calle

Cascorro, mayo 3 de 1929

Sr. Francisco J. de Sola

Ingeniero Jefe de la V División de la Carretera Central Camagüey.

Señor: -

Habiéndose echado el concreto desde el Poblado de Martí hasta el Poblado de Cascorro, sin haber dejado cruce en la Carretera para las calles que salen a la Carretera con dirección a Marti, tengo el honor de informarle a Ud. que en la actualidad, si hay que llevar un cadáver al cementerio de este Poblado de Cascorro(13), no tenemos por donde pasar por la Carretera, porque las cunetas nos impiden el paso: El concreto ha parado en la esquina de la calle Oscar Primelles, en este Poblado, y según me he informado esa Calle es para el cruce de las Carretas, pues no tenemos tampoco por done las Carretas puedan cruzar por el Poblado de un lugar a otro.

Yo le ruego no nos eche en olvido con respecto a las calles que por necesidad tenemos que cruzar por la Carretera para ir a Martí,

De Ud. Atentamente Carlos Sánchez
Alcalde de Barrio.
Comunicación timbrada con membrete de Secretaría de Obras Públicas de la República de Cuba. Caminos y Puentes.

Exp. 168

ASUNTO: -Cruceros


Camagüey, mayo 9 de 1929

Sr. Carlos Sánchez
Alcalde de Barrio
Cascorro.

Muy Sr. mío:

Correspondiendo a su atento escrito de mayo 3, en atención a las razones que alude me es grato informarle que en el día de ayer he ordenado la construcción de un crucero por la Carretera Central del camino que va al Cementerio, a fin de facilitar el tráfico al mismo y a cuyo efecto se hará en breve el replanteo de este trabajo.

En cuanto al cruce de carretas por la trayectoria de la Carretera Central en ese poblado, se ha dejado tentativamente por la calle Oscar Primelles considerando que este sea lugar apropiado; de no resultar así le ruego tenga la bondad de ponerse de acuerdo con nuestro Ingeniero encargado Sr. Ramón Salazar, e indicarle el lugar donde a su juicio deba ser construido.

De Ud. atentamente.
La rúbrica en tinta del ingeniero Francisco J. Sola con el cuño oficial.

Es por todo eso, que la calle que entra hasta las puertas del Cementerio de Cascorro lleva el nombre de Carlos Sánchez Espinosa.

Pero no sólo eso, siempre se ha reconocido que, el replanteo del ingeniero Sola favoreció a pavimentar(14) de nuevo el tramo de Carretera desde Cascorro hasta Martí y nunca han existido grandes baches que impidieran el tráfico normal o implicaran grandes trabajos de reconstrucción.



Continuará con la historia del Parque de Paseo. 


-----------------
1. Artículo del periodista Ciro Bianchi.

2. “Bosquejo geográfico militar de la Provincia de Puerto Príncipe” de 1881, realizado por el Comandante del Cuerpo del Estado Mayor en la Isla de Cuba, don Leopoldo Barrio y Carrión. Editado en Barcelona, España, también pertenece a la colección “Cuba” de la Universidad de Harvard (USA).

3. Mariem Gómez Chacour “Un soplo de niebla en la llanura”.

4. Ibídem.

5. Trabajo del periodista Ciro Bianchi sobre la Carretera Central.

6. Medios digitales.

7. Y cuando hubo necesidad de hacerlo se realizó un reconocimiento público para los donantes. Carta adjunta.

8. Información de medios digitales.

9. Tiene su rúbrica acuñada oficialmente.

10. Libro inédito de Víctor Somonte Bueno.

11. Datos del libro inédito de Víctor Somonte.

12. La Dra. Sadia Sánchez Serra y Suraima Estrada

13. El poblado de Martí nunca ha tenido cementerio debido a sus terrenos inapropiados para este fin, porque son accidentados y pedregosos por lo que, desde siempre, los entierros se realizan en el cementerio de Cascorro. Por los documentos nos enteramos que el Alcalde de Cascorro, era a su vez el Alcalde de Martí.

14. Ya de por sí los criterios técnicos empleados en la construcción de la Carretera fueron tan bien argumentados y empleados que la vía ha durado un siglo resistiendo todo tipo de cargas.

Thursday, February 1, 2024

Un león en las calles de la Habana (por Mariem C. Gómez Chacour)


Han transcurrido ya muchos soles y muchas lunas desde que, aquella mañana por una calle habanera, caminó un león suelto como si estuviera en un paraje africano. En los setentas del siglo pasado no era la misma Habana de ahora, quizá con menos hoteles modernos, pero más tranquila y acogedora que la de hoy día... más cubana. De una u otra forma nos sentíamos protagonistas del tiempo.

En aquella Habana, donde se encuentra la sala Polivalente, frente a la terminal de ómnibus interprovinciales de la Avenida Boyeros, era un terreno abierto, sin edificaciones, donde se encontraba la Feria de la Juventud, así se le denominaba. A veces existían ventas donde se ofertaban productos de manufactura nacional en los quioscos, en otros puestos había venta de alimentos, etc. A veces levantaban una carpa del Circo Nacional y en más de una ocasión se exhibieron animales, entre ellos una jaula con su león.

A la Facultad de Psicología asistía un muchacho muy simpático y escribo su nombre: Roy, por si lee esta especie de crónica sepa que lo recuerdo con cariño como al resto de compañeros. Siempre nos hacía reír con sus anécdotas. El día del león, salió Roy de su casa para la Facultad y al ir por la calle “Diecinueve de mayo”, muy temprano en la mañana, se encontró con el león de la Feria que caminaba apaciblemente por unos portales. Contó que pasó del asombro momentáneo a un susto mortal... que instintivamente dio la vuelta y despacio se escondió en la primera entrada que encontró, una escalera de edificio.

Sintió un taconeo y vio a una muchacha caminando hacia esa dirección, muy elegante, con portafolio, sombrilla, tacones, y hasta él llegó su perfume... se contoneaba muy dueña de sí. A pesar del miedo sintió apremio por avisarle... movió los brazos y... ¡oiga no siga que hay un león! ¡oiga no siga que hay un león! Contó que la muchacha lo recriminó fuertemente... “¡es muy temprano para esa broma burda!... ¡Acomplejado!... ¡Qué maneraaa...! ¡AAAYYY! ¡AUXILIO! La vio soltar portafolio, tacones y sombrillas y correr aterrada dando gritos ... hasta que se perdió en la esquina. A los pocos minutos recogieron al león.

Se especuló mucho sobre el león de la Feria suelto y se llegó a la conclusión de que alguien dejó sin o queriendo la jaula abierta y el león salió. No hizo daño e inmediatamente lo rescataron y lo devolvieron a su jaula.

Roy no vio más a la muchacha... nunca supo si recogió sus pertenencias aquella mañana habanera con destellos africanos.

Thursday, January 25, 2024

Un fantasma en Cascorro (por Mariem C. Gómez Chacour y Marum Gómez Chacour)


Recorro de nuevo las calles de mi pueblo. Al margen de la inclemencia de los tiempos hay una evocación de alegría íntima, personal, como luz de adolescencia... Calles perdidas en la llanura de siempre donde tal vez por menosprecio, por perniciosas ambiciones y otros males, no hay eco de modernidad, lujo ni opulencia. Esos vienen a ratos con verbos y adjetivos pasajeros que no riman en la sabana.

¡Cómo andan los buenos recuerdos por esas calles!

Atesoro memorias de abrigo y cariño que ahora evoco como homenaje a tantas personas cercanas en el tiempo. Rostros, sonrisas y palabras de cariño... ¡mi pueblo! Cuantas veces siento las vivencias de aquellas tardes... Un silencio diferente acompañado de voces antiguas y, más allá de los potreros en penumbra, el cielo de nubes incendiadas a la despedida del sol... el primer lucero de la tarde, el lejano ladrido de un perro... interrogantes... soledades de caminos... Aquellas casitas en el monte de la infancia con los trillos del ir y siempre volver a las pequeñas luces de velas y quinqués, el regocijo irrepetible con aromas de paz. ¡La libre alegría de la humilde casa de los abuelos!

Degustar los menús de la abuela acompaña mis recuerdos más exquisitos: invariable sopa de fideos con sustancia de res o pollo, calabaza y papas acompañada del aborigen casabe por las tardes. Por los medio días ... en ocasiones la ropa vieja, tostones y arroz blanco. Otras... arroz con pollo lleno de pasas y aceitunas además de plátanos maduros fritos ... ¡las empanadillas! ¡El arroz con leche!¡Las galletas de sal grandes, les decían “de marineros”! ¡La harina de maíz con leche y sal!... Así la hizo abuela aquel día para complacerme. No la pude saborear por culpa de un visitante parlanchín con el cuento de un fantasma que salió en época lejana atemorizando a los pobladores. Fue la primera vez que escuché de aquel personaje... cuando estrenaba la vida.

Siempre razono sobre el miedo y los disgustos por cosas no amables de la existencia y creo que es el diablo para ahuyentar la paz. “Dicen que era una cosa de dos metros encapuchada de negro y con un sable con el que amenazaba...” Se sucedieron preguntas y respuestas que guardé en el subconsciente y esa noche no me dejaban dormir. Abuela, ¡esté con Dios!, tuvo que dar masaje en mis pies para combatir el ahogo mientras hacía el cuento de nunca acabar: y pasa pato... y pasa pato... y paasss...

Al otro día la conversación, escondida por los rincones oscuros de la mente, volvió a surgir. “¡No salgan de noche que anda la cosa esa asustando!” contaba mi abuela que decían en su casa. Ese fantasma del principio de los tiempos fue el desayuno y el almuerzo de aquel día. Comentaban que la rural lo anduvo cazando para darle su merecido por asustar a la gente de bien... que el sable era de la guardia rural... que si era un hombre debía ser bien alto... ¡que era un espía!... fue en la época de la segunda guerra mundial ¿Qué haría un espía alemán asustando a un pueblo de la sabana? Una vecina con malicia: “a mí no me lo crean que hace muchos años de eso, pero escuché en la tienda de los chinos que era fulano que andaba con fulana y.… mi abuela le cortó el chisme con un ¡ya! rotundo. Tantas y tantas fueron las conjeturas y los pasas patos de abuela que, con el tiempo, la escuela de monjas y otros afanes y temores, el fantasma de negro quedó en aquellos trillos de olvido.

Al paso de los años, en otras vacaciones que visité el pueblo, quise averiguar sobre la historia de Cascorro... La verdad de la verdad fue que conocí a un muchacho colombiano que andaba en esos trajines de revoluciones y cambios sociales... Un día me pidió la dirección porque se marchaba de La Habana y no sabía cuándo volvería. Siempre aquel momento perturba mi tranquilidad... me espetó de mal talante que era una mala palabra y no entendió razones. Le repetí una y mil veces ¡que yo no le había dado nombre al pueblo ni lo podía quitar! Jamás volví a saber de él y me alegro por ello... pero desde aquel tiempo consulto diccionarios.

Fue por aquel entonces que mi padre me aconsejó ir al Departamento de Orden Público donde Víctor Somonte hacía guardias, que sólo él podía orientar sobre la historia del pueblo, agregó. Y cierto que lo hizo. De Víctor guardo el mejor de los recuerdos porque además imprimió ese cariño y esa admiración por el lugar donde nacimos, por su trato tan atento y cordial, su afable humanidad. Jamás le molestaron las preguntas, por el contrario, le gustaba el tema. Y así volvió el fantasma de negro. “Le decían la araña”, comenzó... “yo lo seguí aquella noche” ... “en el momento no supe quién era, luego sí”. “El corrió a tu tío Chichi”, comentó risueño.

Entonces, con una paciencia infinita explicó la diferencia física del poblado al paso de los años. “Cascorro no era un pueblo tan grande, contando la Carretera Central, cinco cuadras paralelas de norte a sur comenzaban en la casa de la guardia rural donde está hoy el mercadito y terminaban en el bar de Socarrás. Y otras siete transversales, cortas, de este a oeste... excepto la Carretera eran todas de tierra. No sé si recuerdas que por donde están los edificios era un terreno para jugar pelota bordeado de un muro de cemento con escalones en cada esquina ... lo hizo el alcalde Pedroso allá por los años veinte del siglo pasado, alrededor del terreno sembraron almendros... recuerda también que donde está el hogar de ancianos era la quinta de los Portillas y frente estaba la casa del Dr. Mario Díaz con otra, que precisamente era de los Pedroso ... las únicas existentes por ahí, ni estaba el barrio de San Manuel como hoy día... todo era monte”. “Por uno de los almendros del parque de pelota apareció el fantasma por primera vez... las chismosas del pueblo decían que era noche de luna”.

Contó que en las tardes y noches se jugaban cartas en el local de la sociedad “La Alianza” donde era, más que conserje; historiador, guardián y alma ... Allí los vecinos tomaban sus traguitos y finalizada la jornada, ya casi a la hora que Baudelaire dice que pasa el ángel de la media noche, él recogía los ingresos monetarios para guardarlos fuera del lugar como era su costumbre. Lo propio hizo en aquella ocasión y salió a la calle, su casa no estaba lejos.

En aquella época el alumbrado era muy pobre, consistía en horcones de jiquí con una especie de platos de estaño donde se enroscaba una bombilla de 40 watts... y no en todas las esquinas. Me parece estar viendo al viejo Pascual, aquel moreno menudo de bigote canoso que pasaba cada tarde y mañana con el palo que encendía o apagaba las bombillas. Arrastraba los pies y tenía una sonrisa para cada persona.

La noche en cuestión Víctor, al salir de La Sociedad vio al fantasma y lo siguió de lejos. En vez de doblar a su casa se escondió en la esquina de los Portilla. Y cuando observó el rumbo del encapuchado lo persiguió a cierta distancia. A mi pregunta de si tuvo miedo se encogió de hombros e hizo un gesto como de esbozo de risa y continuó... “Cuando llegamos cerca del río se perdió por unos matorrales y me detuve esperando... luego de un momento sentí el paraguayo en el hombro y al dar la vuelta lo vi ... sólo su capucha porque estaba muy oscuro... intenté hablarle, no respondió y comenzó a dar señales con el paraguayo, la gente habla de sable... era un paraguayo. El caso es que no habló, sino que hacía señales para que caminara en dirección a mi casa y en la esquina se perdió de nuevo... recuerdo que usaba guantes negros también... era el hombre más alto del pueblo...” Y Víctor fue el vecino que más cerca lo encaró.

Víctor Somonte se refirió a que los vecinos eran familias conocidas por ser los de siempre, por las ocupaciones de cada quien, como los carpinteros, los albañiles, el herrero, etc. Y los emigrantes que se establecieron con sus familias. Que a pesar de ciertas rencillas sobre todo comerciales existía el respeto, garantía de la convivencia apacible. Que los que sobresalían por defectos como ladrones o borrachos y prostitutas, a las cortas o largas debían marcharse del pueblo... De él y mis abuelos cubanos aprendí que “el qué dirán” si era (y es) resguardo para la decencia social.

Al fantasma lo reconoció por la estatura y se lo confirmó el hecho de que el personaje desapareció, cuando aquel vecino sospechoso se fue del pueblo... que era mucha la coincidencia. Y Somonte agregó “no robó ni hizo mal, sólo amenazaba de sorpresa a los que salían de noche y los corría hasta su casa y sólo a hombres, no supe de mujeres... hay personas que ocultan inseguridades u otros complejos con una máscara para satisfacer su ego” “Nunca se supo o descubrió la identidad, aunque se mencionaron unos cuantos y también los supuestos porqués, aún hoy existe la incógnita ... a ti si te diré el nombre porque te vas a estudiar y a lo mejor ni regresas, pero promete que no lo repetirás para que continúe el misterio por todo el tiempo de nuestro Cascorro”.

¡Discúlpenme! Aunque tengo aquel apellido en las puntas de los dedos, no puedo romper la promesa que guardo a una de las personas más buenas que he conocido... y pienso que no importa n mucho la identidad del encapuchado... Sólo eso, que en mi pueblo también hubo un fantasma en las noches de invierno... y un buen día se perdió en la niebla de la sabana.

Thursday, January 18, 2024

Del circo en Cascorro (por Mariem C. Gómez Chacour y Marum Gómez Chacour)



Un pueblo pequeño es la diversidad individual en un conglomerado humano conviviendo desde logros y fracasos, desde el silencio y la algarabía, desde la frustración y la esperanza... desde la individualidad distintiva hasta una característica común compartida, pero alguna vez también...  es la alegría de la infancia desde una carpa de circo.


A mi pueblo llegaban circos hasta de fama internacional, pero los más frecuentes eran pobres carpas. Así conocí, cuando estrenaba la vida, el “Santos y Artigas” con el vuelo de sus trapecios y el payaso Pulidor que paseó una monita dando la mano a los niños y niñas de aquella noche. Al “Nelson” con sus números de magia que culminaban con su baúl mágico y también al peor de todos, al “Duflar”.


“¡Llegó el circo y trae un león! Fue nuestro grito de pobladores infantiles acostumbrados a compartir patios, juegos, risas y riñas... también confabulados en mentiras escolares y veintes travesuras y experiencias. El desfile tradicional, por las calles del pueblo como publicidad, fue un verdadero desastre. El Duflar sólo lo hizo con un tambor mayor y una corneta mal tocada, payasos mal vestidos... toda su propaganda se centraba en el feroz león, lo anunciaban con un altavoz...” ¡El domador con el león Sansón!”


Años sesenta del siglo pasado, las mujeres mayores acostumbraban a vestir sayas anchas con las sayuelas pudorosas debajo de éstas por el aire y las telas transparentes. También se usaban los zapatos de tacones finos, aunque no tan altos. El pueblo estaba resguardado por un teniente de la policía que compartía al unísono las novedades y atracciones. No era del pueblo, llegó con el triunfo revolucionario hacía uno o dos años y, como otros, se quedó. 


Por aquella época la vida continuaba como siempre, apacible en sus costumbres cotidianas. El cine “Tania”, en la Carretera Central frente a la logia, era la mayor atracción. Estrenaba películas nuevas de moda transportadas por un ómnibus de pasajeros desde Camagüey, cada uno o dos días según gustara. Recuerdo la ocasión en que uno de los mejores mecánicos provinciales, Marcelino pagó para que repitieran las tandas al día siguiente. Era una película de tangos de Gardel y él decía que era argentino. Buena persona y tenía un apodo que no repetiré aquí. El local del cine estaba dotado en la planta baja a la entrada con una barra y banquetas, también mesas donde se servía generalmente merienda. En la planta alta estaba lo que se denominaba “La Terraza” para compartir “traguitos” y merendar. El mejor no por ser el único, ciertamente era un local agradable con edificio moderno y bien atendido, sin igual en los otros pueblos así que era orgullo local.


Las funciones de los circos comenzaban a las ocho o nueve de la noche, no preciso, pienso que a las ocho por los niños. Los circos se llenaban porque eran espectáculos únicos y esporádicos y la vida nómada de los circenses incentivaba la imaginación a grandes y a chicos. Pasaba igual con los gitanos que llegaban alguna vez a mi pueblo y se quedaban temporadas a veces cortas y otras largas en el Parque de Pelota. Cuando eran los circos la población menuda transitábamos a todas horas por el Parque para ver animales o para curiosear. Cuando eran los gitanos los evitábamos por cierto temor... no olvido a un señor mayor de barba canosa y larga con un pañuelo en la cabeza y anchos bigotes, tenía mirada negra y penetrante.


Llegó la noche del Duflar y su león y recuerdo que no me dejaron ir por un fuerte ataque de asma, ni con perreta y todo... fue tarde de médico. Alrededor de las nueve me despertó el comentario asustado de los mayores de mi casa y una gritería infernal en la calle con llantos... “¡Que sí, que fueron tiros...!” “¡Que hay heridos y corrieron para casa del médico...!” “¡Que no salgan...!” Y el susto mayor fue cuando se percataron que mi hermana de crianza, la mayor, sí había asistido a la función del circo con un grupo de amigas... ¡Cada noche ella paseaba por el parque con aquellas muchachas de su edad!


Muy pronto nos enteramos de lo sucedido por ella... llegó asustada, temblando sin casi poder hablar, mi madre le dio un vaso de agua y tras el consabido regaño explicó aún asustada “¡si fue que el león le fajó al domador, se le tiró encima...! “El teniente empezó a disparar y mató al león, pero hirió o mató al domador también... no sé...” Al otro día era el comentario en el pueblo, en las bodegas, en las lecherías, en los bares que realmente no eran bares sino restaurantes en la Carretera Central, en la curva de entrada, que fungían de terminal de ómnibus, pero le denominaban así. El león estaba muerto de hambre porque no consiguieron mucha comida en el matadero... y se abalanzó hacia el domador cuando éste comenzó a fustigarlo para que le obedeciera. El domador muy mal herido fue llevado a la consulta del Dr. Márquez.


En realidad, en esa consulta había laboratorio, equipo de RX, cuarto de curación muy bien equipado como una mini - clínica cuyas enfermeras eran ciertamente profesionales y siempre en el pueblo se comentaba: “Si Márquez lo atiende y llega a Camagüey ya no se muere...” El Dr. Márquez era médico cirujano. Salvó a un joven vecino “Palito Ayúa”, muy mal herido en accidente de carretera. Y el domador no murió para su fortuna ... lo que dudo que volviera a entrar a una jaula en su vida. Como no era del pueblo nunca escuché el apellido, pero qué bien... ¡el domador! 


El cuento no termina aquí... mi pueblo era y es... se precia de ser un pueblo limpio entre los más limpios. Como cada mañana pasaban barriendo calle por calle sobre todo la Carretera Central donde se encontraba el cine y era la única asfaltada por aquel entonces. Los mal denominados “basureros”, se desquitaron aquella vez riéndose a sus anchas de las vecinas, recogiendo sayuelas y zapatos a lo largo y ancho de la Carretera. Salieron “despavoridas” del circo como si trajeran al león detrás... comentaban.  Acomodaron los zapatos en fila en el cine para que las dueñas vinieran a recoger sus prendas... Y tampoco el cuento termina aquí...


Como cada mañana y repito la frase porque eso es típico de un pueblo pequeño y de los barrios provincianos, como cada mañana aquel vecino toma café en el bar, como cada mañana reparten el periódico, como caaaa.... Como cada mañana aquel vecino que guardaré su nombre, como hachero que era, salía en su carrito tirado por un caballo (guarandinga le denominan) a cortar leña por los alrededores, leña que vendía por encargo, para su sustento. 


Aquella mañana al volver por el camino del Ciego, al tratar de rebasar el “basurero” el caballo se negó... y que no.… por mucho que lo fustigó nada... al bajarse para arrearlo vio al león “¡¡¡parado en sus cuatro patas!!!” Corrió el hombre y del susto no se percató y se subió a un palo de ayúa... árbol espinoso de la sabana ... y allí estuvo hasta que recibió auxilio.


Los muchachos del pueblo recogieron al león del basurero y lo plantaron en cuatro estacas que clavaron a orillas del camino... Sucesos de los pueblos pequeños que no deben perderse con la niebla de las mañanas.





Friday, December 15, 2023

Concierto de Silencios. En Memoria de Dulce María Loynaz. (por Mariem Gómez Chacour)



Por mis años de juventud quedé cerca de la persona de Dulce María Loynaz, tan solo un instante de una tarde de invierno en su casona del Vedado. Fui de la mano de un amigo que la admiraba mucho. No pude sostener entonces, ni una breve conversación. Mis pocos años enfrentaron su gran caudal de sensibilidad humana y … enmudecieron. Mi estúpida curiosidad, mi trivial entusiasmo cayeron en precipicios de suficiencias. Tenía…
la placidez de quien se afinca, de quien no permite que la
turbulencia que de todas formas habita en sus ojos, afecte
el remanso clásico de su sistema, que viene demasiado de
los tiempos como para turbarse. Toda inclemencia es
circunstancia.(1)
Simple, intangible, está guardada junto a esos recuerdos que saltan a destiempo, se hacen presente en las continuas espirales de los años. ¿Por qué lo expreso? ¿Orgullo, vanidad quizá…? No ¿Qué gano con ello…? Mi juventud sintió algo de piedad al percibir la soledad o… el hálito del silencio que la rodeaba. Ella debió sentir lo mismo por nosotros, aunque por diferentes causas y… ¡agradeció la visita!

Fue luego, de vuelta a la realidad que se torna imprecisa y hasta desagradable al dejar personas especiales por las esquinas de la vida, que mi amigo la exaltó: “¡Mujer de grandes palabras y profundos silencios!”

Era la década de los años setentas del siglo XX. Aunque la rueda del tiempo, con sus altas y bajas cumplió el cometido de la vida y Dulce María quedó en su calle solitaria, aquella tarde caí en la cuenta de mis manos vacías.

Junto al diálogo perdido con Dulce María hay tantas palabras que he dicho inútilmente, y hay tantas que jamás pronuncié, escondidas en jirones de insuficiencias… Ya jamás serán dichas. ¡Cómo duele el eco de los silencios! Entonces atisbo otros horizontes con un sinfín de cosas perdidas…

Retorno a su acera dañada por los frondosos árboles hasta el umbral de su jardín, con el más profundo de los respetos a saldar una deuda con el yo no tangible que se pierde en la noche de los imposibles. Con el pretexto de encontrar en las cumbres de sus palabras, de sus silencios: la esperanza.
- ¡Están cayendo estrellas!...
- Qué pensamiento extraño…
- Como del cielo claro
se desprenden estrellas!...
pon tus manos abiertas
para que en ellas caigan…
- ¿Qué estás diciendo, hermano?
Son estrellas fugaces,
ni caen ni se recogen.
-No importa. Pon las manos…(2)
La Calle

Calle ajena al tráfico de palabras buenas. Calle trasnochada de ritmos prehistóricos donde jamás se asoman las estrellas. Una vez, sobre todos los verbos preteridos entró la luz por la sombra de los viejos pinares… luego, se levantó el silencio…

Pero, ¿qué es el silencio más que el gesto de reposo, de ausencia? ¿Es evasión, insuficiencia, búsqueda, otorgamiento, es traición, es miedo? ¿Es una oración, un reclamo? ¿Respuesta de estupor, de dolor? ¿Es indiferencia, omisión? ¿Es compendio de valores supremos? ¿Es virtud de almas grandes?
Y la Palabra… ¿Qué es la palabra?
En el principio la Palabra existía
En ella estaba la vida
Y la vida era la luz.(3)
¿Valoramos alguna vez, la tremenda realidad de una palabra cuando no es vulgar cantata de la lengua? ¿Asumimos la palabra como el principio maravilloso de comunicación humana? Comunicación humana de plena transmisión y discernimiento de ideas y sentimientos.
No nos dejes caer
nunca en la tentación de desear
la palabra vacía - ¡el cascabel
de las palabras…!(4)
El silencio la resalta con hálito de leyenda. Ella le otorgó la misma valía que a la palabra en un mundo que lo subestima, que no lo guarda. ¿Existirá el vacío absoluto? ¿El silencio será la nada, el vació? Más allá de lo absurdo... Una Presencia omnímoda llena las almas de Amor. Sí, nunca existe el silencio total.

Dulce María es un orgullo. Poseyó el don de la agudeza delicada para expresar lo antípoda de una realidad desbordada en armonía. La armonía es sustrato en sus palabras. ¿De dónde viene la palabra bella, bendita y eterna y hacia dónde va?

(…) todo lo que era silencio, está ya dicho.(5)

El Salón de la Vieja Casona
Desde ésta, mi arca, a tientas
suelto una palabra al mundo:
la palabra va volando…
y no vuelve.(6)
Una vez, se hizo el silencio en el salón de la vieja casona. Parece vacío, con siete pasos de soledad por los rincones, al margen de la calle. Se ha cerrado la puerta. En el salón, las palabras comienzan la danza de sus recuerdos… Versos en tempo de sonatas… Con sencillez de formas, Dulce María, moldeó palabras y silencios desde las cumbres o los abismos humanos, haciendo palpitar sus contrapuntos.
( …) Adagio

… Anoche soñé con el hijo que ha de nacerme … dice Isabel
con voz que parece venirle todavía del sueño…
Las manos no interrumpen su vuelo; sólo la voz sigue soñando.
-Lo veía un hombre, un hombre fuerte y barbado, y a él acudían
como nubes de moscas, los hombres de la tierra… Y tú, María…,
¿no sueñas con tu hijo?

María se sonríe y no contesta; sigue anudando los hilos de colores.
La voz de Isabel, un instante enmudecida, yérguese como surtidor en
el aire.
-Quisiera que mi hijo fuera un gran general: anoche le brotaban rayos
de fuegos por la boca, y ejércitos se reunían a su paso, capaces de
salvar al pueblo de Israel… ¡Si algún día fuera mi hijo el Elegido!...
Pero no es más que un sueño…
Las agujas se mueven ahora desmayadamente…La voz persiste aún,
más dulce, más íntima.
-Dime, María: ¿qué quieres tú que sea tu hijo?
Y María levanta al fin su rostro sumido en la labor.
Parece que ha palidecido un poco…
Parece que la voz le tiembla en la sonrisa.
-Quisiera que mi hijo fuera carpintero, como su padre
Y luego, suspirando: -Pero no es más que un sueño.

Otra vez el silencio, como humo
de sándalo, ha llenado la estancia…(7)
Su magistral obra no está en los programas de la Enseñanza Media Cubana y en una encuesta, personal y subrepticia a profesionales de ciertos sectores comprobé que no es usual en ellos la lectura de su novela Jardín. Entonces... ¿Para qué valorar las múltiples posibilidades de composición literaria o enjuiciar a la primera mujer latinoamericana en obtener un Cervantes? Ella es un privilegio, un orgullo con reconocimiento universal.
… Dulzura de elevarse
y ser como la estrella inaccesible y
alta,
alumbrando en silencio…
¡En
¡Silencio, Dios Mío!(8)
Es cierto, no descendió a la calle ni esgrimió razones de tumultos -y es más fácil seguir un ritmo de tambor que apresar la esencia del alma en dos versos- pero nadie como ella le cantó con entrañable ternura a Cuba.
(...) Escarchada de sal y de luceros, te duermes, Isla niña,
en la noche del Trópico. Te reclinas blandamente en la hamaca
de las olas.
(…) Isla mía, Isla fragante, flor de islas: tenme siempre, náceme siempre,
deshoja una por una todas mis fugas.
Y guárdame la última, bajo un poco de arena soleada… ¡A la orilla
del golfo
donde todos los años hacen su misterioso nido los ciclones!(9)
El Milagro

Por las sombras de la calle primitiva andan la embriaguez y la algazara en tormentoso despliegue. La tolvanera se dirige directamente al abismo… Se enseñorea la abulia.

La colección de abanicos está en lo alto. Han cerrado de golpe su lenguaje misterioso de ademanes delicados. Cortesanos en gestos veleidosos para encubrir sonrisas insinuantes... necesidad de brisas femeninas... de nácares, maderas, cintas, encajes, colores…. ¡Pero ahora los abanicos callan... se detienen en un sobresalto de asombro! En la cumbre la palabra fue desnudada por el silencio y… ¡brotó un milagro!
… Las palabras temblaban, se desgranaban en el aire,
caían en el silencio ancestral de la casa con un cantarino
ruido de cristales... tal si hubiera brotado allí mismo
un surtidor de milagro.(10)
La vida es un dialogo con el tiempo. Dialogo... convicciones... conductas... posturas… Columnas barrocas que enmarcan edades... viejas ceibas americanas. Leyendas que se van tejiendo en silencio... silencio de palabras donde canta la esperanza.
Creo en el cielo azul (…)
Creo en la tierra humilde (…)
Creo en el silencio (…)(11) 
El silencio también desnuda al alma rompiendo cábalas y mitos, sortilegio con sobresaltos de lo no imaginado. Es pergamino de abstracciones puro, limpio de prejuicios. Es la respuesta idónea para toda interrogación... alto como las cumbres, profundo como los océanos o temible como los abismos. ¡Los silencios... y las conciencias!
Si pudieras escogerlas libremente entre las más brillantes o las más
oscuras; si te fuera dado entresacarlas con mano trémula, como hace
ante las piedras preciosas el orfebre (…) Si pudieras pescarlas como
estrellas caídas en un pozo,
o afilarlas como espadas, o torcerlas como seda…
Si pudieras disponer de todas las que existen como trigo de tus mieses
(…) no tendrías todavía la palabra que pueda ya llenarme este silencio(12)
¡Qué misterios tan profundos el amor y Dios y Dios y el amor! No es costumbre de la calle el hábito de vida más allá de la muerte. Realmente… ¿se encuentra la fe en los silencios? Mi madre calla ahora, el amor calla. Dios calla también… Aceptar entre palabras y silencios… ¡Eso es creer!

¡Descubrir amor en esos profundos silencios! Esa también es la alegría de la esperanza.

¡Cuánto sacrificio silente! ¡Cuánto amor en silencio! ¡Cuánto desprendimiento en silencio! ¡Y qué paz y regocijo cuando en el ofrecimiento tenemos de partícipes sólo las madrugadas!
No se rima la dicha; se asegura
Desnuda de palabras, se reposa…(13)
Osadía imperdonable es tratar de explicar silencios. Como la música; van directamente a mover sentimientos…

La palabra, cuando no es costumbre de la lengua, es agua que da vida y riega cariños... redentora de soledades y tristeza... el silencio es la emoción pura que la justifica. Cuando brotan del corazón producen estremecimientos.

(…) el silencio era distinto entonces:
era un silencio con sabor humano.(14)

El salón permanece vacío. El salón silencioso abriga como el eco de la voz y las manos trémulas de mi madre. La Fe y el Amor, están hechos de confianza y de dudas… de aceptación entre palabras y silencios… El salón permanece vacío…
La vida pasa abajo vestida de palabras
La pena perseguida se esconde y calla…(15)
Y la pena calla y a veces sonríe con esa sonrisa sincera y breve de recuerdos buenos. La sonrisa silenciosa de alegrías interiores…
(…) Flotaba
en el silencio el eco de una risa,
de un murmullo que el aire no acababa
de llevar…(16)
Afuera la calle sigue en su vorágine loca. En la soledad y en el silencio se esparce el amor…

Yo no digo el nombre, pero lo dice la alondra
en su primer saludo al alba y el ruiseñor al despedirse de la noche
No lo digo; pero, si lo dijera, temblor de ruiseñores
habría en mi pecho, sabor de luceros en mi boca y
rosas nuevas en el mundo…(17)
Han pasado muchos años... ahora asumo que jamás hubiera podido articular palabras aquella tarde en la casona del Vedado, cuando mi amigo me llevó. No había encontrado aún mis silencios… Lo verdaderamente triste es que, después de tanto tiempo no encuentro aún, las palabras… Pero sé, que a pesar de todas las ausencias y de todos los silencios siempre existe la esperanza. Dulce María, encontró esos caminos ciertos de fe y esperanza, porque sus interrogantes llevan implícito la tremenda virtud de la humildad.
Rompí a mis pies los caminos
Y me quedé sola frente
a la noche.
Yo conozco el camino del rosal y otros muchos caminos
de la tierra, aunque nunca los anduve ni son tampoco
mis caminos
¿Cuál ha sido, Señor, el camino de la palabra que me diste?(18) 
Como magia de vuelo... el canto azul del Almendares... como luminaria del cielo o un poco de arena soleada, quedó para siempre en instantes de asombro, de admiración y cariño.
(…) Me perderé un buen día (…)
y todos vean mi sonrisa.
Y mi sonrisa sea fuerte,
Y flor, y ala, y venda… ¡Y sonrisa!(19)







--------------------
  1. Rufo Caballero “Hongo Fino” Pág. 14
  2. DML Diálogo
  3. Biblia de Jerusalén Jn 1; 1,4
  4. "Oración de la rosa", Poesía Completa pag.26
  5. Poemas sin nombre “Poema CIX” Pág.134
  6. Agua Perdida “Noe” Pág.100
  7. Poemas sin nombre “Poema CXXIV” Pág.142
  8. “Desprendimiento” Pág.60
  9. "Poema CXXIV” Pág.142
  10. “Profesión de fe” Pág.20
  11. Jardín CAP.III “El diablo dentro del cuerpo” Pág.74
  12. Poemas sin nombre “Poema CXIII” Pág.135
  13. Poemas sin nombres “Poema LIV” Pág.119
  14. Versos “Soneto” Pág.30
  15. Versos “La pena” Pág.25
  16. “La sonrisa” Pág.26
  17. “La primera carta” Pág.103
  18. “La primera carta” Pág.103
  19. Poemas sin nombre “Poema LXVI” Pág.123.

Friday, December 8, 2023

Aristas del Alma Cubana (por Mariem Gómez Chacour)


Alcanzas la integridad en la casa de tus anhelos y tu arraigo.(1)



Orilla

La risa es voz y gesto y modo... desde la savia dulce-amarga de nuestro árbol. Bendita comunión de esencias que, desde la diversidad tejió la raíz del alma cubana con gracia noble y bienquerida. Alegría e ilusión de pueblo. En las viejas historias se encuentra la verdadera huella... ¡para deshacer toda máscara!

Nuestro primer tiempo contado fue un grito triunfante sobre luces y sombras de Edad Media... pero, la mayor hazaña por los mares del mundo fondeó en nuestra orilla ambiciones y violencias. Y ahora... desde aquel grito nos llegan trueques de espejos y cascabeles... y, como en aquel entonces, bosquejo de bocas abiertas ante lo insólito.

Pido perdón. ¡Es también mi orilla!

Atributo

¡Viva la alegría cubana de suave gracia criolla, la original, la espontánea, la que fue... gestada en nuestras raíces profundas! Sazón de lo que don Fernando definiera como gran ajiaco. La que surgió en el bregar de la vida y de la muerte con destellos de esperanza y rúbrica de dolor. La que nunca se canjeaba ni empeñaba y quedó triunfante del desamor y la violencia. Libre y liberadora remontó controversias en rimas y versos. La que hizo brotar del alma cubana el son: el son que enamoró al mundo con claves, maracas y guitarras, en la vibración de ese dejo de tristeza en su cadencia, que también somos... como somos la melancolía del cornetín chino cuando evoca, entre ritmo de diástoles y sístoles la perenne sonrisa del trópico por las calles de estos y todos los tiempos.

¡Que viva la gracia cubana, su ágil picardía y su ingenua hilaridad! En el prodigio de lo real la defino con expresión de Carpentier que, aunque perdida en lo barroco de otro contexto no parece ajena al tema, antes bien, se ciñe a la verdad de una idea no atrapada en palabras. Afinidad de asombro frente a lo insólito ... “todo lo insólito es maravilloso”(2).

Fuente de Galimatías

En un principio nos delinearon olas inacabadas de conglomerados humanos:
… andaluces, gallegos, isleños, vascos, catalanes, portugueses, florentinos, genoveses… judíos, berberiscos, levantinos… mixtura milenaria de pueblos y pigmentos, desde los normandos rubios a los subsaharianos negros… todos con las ambiciones tensas o disparadas hacia la riqueza, el poderío...(3)
… negros con multitud de procedencias, razas, lenguajes, culturas, clases, sexos y edades, confundidos en los barcos y barracones de la trata y socialmente igualados en un mismo régimen de esclavitud… Más desgarrados que todos, fueron aglomerados como bestias en jaulas, siempre en rabia impotente, siempre en ansias de fuga de emancipación…(4)
¡Horror de la Trata! Siempre como dolor inmenso de libertad perdida... nostalgia de tierras lejanas en repiques sagrados de algazaras míticas... puro matiz de bondad cubana. ¡Aquella... la primera trata de esclavitud!

Otros también llegaron con su oblicua mirada y su leve sonrisa de Mona Lisa... y acamparon por nuestras esquinas otras milenarias lejanías.

Desde aquellos estrenos una terca porfía se enredó en chispear de voces altísonas... lo propio de palabras contendidas en todo lo inimaginable... aún sin rudimentos y saberes... parloteo polvoriento que lleva y trae el viento. ¡Ese improvisar perpetuo por las calles de la vida en el juego infinito de fugas inéditas!

Pido perdón... alguna vez también me duele ir en eterno horizonte sin orilla.

En aquellos arribos iniciales, de fusión tan singular, en la inevitable yuxtaposición de disímiles arquetipos y convivencia insólita, no experimentada antes e irrepetible por siempre, surgió uno de los rasgos en la impronta de nuestro ser: ¡el desorden!
Nuestro mal supremo es lo que en Cuba llamamos relajo: es decir, la relajación de las disciplinas, la carencia de los respetos, la burla de las jerarquías ciertas, el fraude de las leyes, la exaltación de las chabacanerías, la petulancia de las insuficiencias, la falta de sanciones (…) el desvío de todo sacrificio (…) El relajo no es un vicio nuevo en Cuba. Nos llegó de la colonia...(5)
Con el desorden de los reacomodos, equivocaciones y desaciertos también cruzó el Atlántico en un velero asustado, la disoluta compañía del desorden: ¡el choteo!
Y es que somos: (…) un poco ligeros, impresionables, jocundos y melancólicos a la vez (…), fundamentos de nuestra gracia nativa. Lo que hay que evitar es que esa gracia degenere en choteo.(6)
Paralelas

La palabra es pensamiento. La pureza de intención es la savia que las envuelve. Expresamos con grafías parlantes quiénes y cómo somos y cuáles son nuestros valores. Continúa siendo válida la expresión de Jesús en el Evangelio: “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca”(7). Las palabras conmueven sentimientos y conciencias... son el cauce y el orden real de lo humano. Calor de cercanía y cariño pueden también manipular, inducir, dañar y ser arma mortal. Tienen una ilógica sutil versatilidad... En Castellano, si omitimos un acento en una vocal puede revertirse totalmente el significado de la palabra: sábana es un objeto que cubre, abriga... sabana es llanura, pradera, extensión...

¡Son infortunio las palabras hechas rutinas!

¡Tened cuidado! Grito de Alonso Quijano... ¡el caballero manchego!

“Gracia” ... se escucha bonito como nombre propio. En leyes es indulto. En religión es el don sobrenatural de albergar a Dios en el corazón. Es regalo de gratitud. Puede que sea habilidad conductual.

Según la RAE la gracia irrumpe siempre en el lado bueno de las cosas: dádivas…, donaire…, atractivo…, afabilidad…, garbo…, perdón o indulto…, nombre de cada uno…, divinidades mitológicas…, expresión de gratitud… La gracia es innata no se violenta.(8)

En el tiempo que corre, o mejor, en el tiempo en que corremos, cuando la risa desafina es choteo. La acepción usual del vocablo “choteo” en el diccionario de la Lengua Hispánica es burla. La burla, cuando no está legitimada con la intención de edificar, cuando no contiene esa gracia natural de alegría criolla es falsa. Además, nuestra calle se acostumbró a convivir con el uso y abuso del choteo. Se transformó en conducta. Mañach, en su clásico ensayo sobre el choteo, cimiento de estas reflexiones, alerta:
Cuando el choteo resulta notoriamente pernicioso es cuando se convierte en absoluto y habitual; cuando no es una reacción esporádica, sino un hábito, una actitud ante la vida. Ese choteo por antonomasia resulta una perversión del gracejo criollo.(9)
La burla perenne, como hábito en nuestra calle no resuelve insuficiencias. Quebranta valores exclusivos. Es refugio de frustraciones e impotencia, paliativo equívoco de sinsabores cotidianos, argumento viciado que desdibuja la semblanza de nuestro gentilicio y emerge signado por todas las cobardías y evasiones con esquirlas de cinismo.

El choteo también se proyecta como expresión vulgar y sonroja cuando toma visos de indecencia. El choteo así manifestado lastra la imagen del ente que lo proyecta. Se debe tener vigente siempre que, las burlas hieren y no es lo mismo afirmar “¡qué gracioso!” que menospreciar: “¡qué chota!”
(...)La aptitud para respetar es, en definitiva, una aptitud para evaluar y, por tanto, no depende sino del grado de cultura que posea un individuo (…) de aquella cultura que no consiste tanto en un amplio bagaje de conocimientos como en una fecunda disciplina de espíritu, en un hondo anhelo de compenetración con todo cuanto, en la naturaleza y en la historia, es esencial al mundo.(10)
Mañach justifica al choteo(11) cuando es: “función crítica saludable”, una evaluación a las “jerarquías no ciertas”. También lo adjetiva como “arma de emergencia”. Estas situaciones están implícitas en los actos espontáneos o intencionados, con ciertos grados de comicidad, afines al arte de hacer reír, denominados humorismo y que en ocasiones se vincula a la gracia criolla, no la sustituye... porque es otra su índole.

Recuerdo, la gracia de Chaplin… aún, hace llorar… y también en mi mente una alerta de Martí:
¡Ustedes muertos sagrados… no os alcéis en la noche silenciosa, con vuestro cortejo de huesos deshonrados, a huir con ellos de un pueblo de mendigos!(12)
Lo que aleja la gracia del choteo es una línea franca, absoluta, espacio entre lo blanco y lo negro. Pero existe una difusión en esa frontera no tangible donde ambos colores se disuelven en gris. ¡Cuidado! Es en esa zona imprecisa, que franqueamos con tanta asiduidad, donde se encuentra el abismo pues fácilmente revierte lo sublime en ridículo, lo bueno en malo, el bien a mal.
La falta de penetración honda, de sentido de profundidad y lejanía, le priva muchas veces al cubano de apreciar al primer golpe de vista (que es generalmente el único que cultiva) la tendencia o las implicaciones de un hecho cualquiera.(13)
Esa “penetración honda con sentido de lejanía” es el discernimiento decidido, sincero, al “primer golpe de vista”, de saber elegir el “Bien” o lo que está “Bien”, desde una escala de valores que no la acreditan títulos académicos. Que no derivan de impremeditaciones o desordenes. Valores que proceden de un autocontrol basado en fuerte y constante formación de virtudes, que llega del alma de nuestros padres desde que nos acunan. Que toma forma de la palabra educadora de un magisterio que no es afín a las improvisaciones. Y debe afianzarse en el entorno, que por fuerza debe ser reflejo y espejo con autoridad de censor estable para toda generación. La elección del comportamiento humano también deriva de un consciente orgullo de raíces. De ellas brotamos y ellas nos sustentan, sentimiento muy lejano al chovinismo.

Cuando los atributos se violentan o relajan, se hace presente un boceto muy inculpador: la silueta borrosa del aborigen agónico, del africano atormentado por ritmos esclavos sin compases, los chinos como autómatas despojados de sus lacónicas sonrisas, del español noble que no esgrimió el látigo encadenado a juicio… Todos, caminando cabizbajos, descalzos y desnudos, frente a otra reunión de Cabildo, admirando con la boca abierta todo lo que no es nuestro y cruzando los océanos para seguir cambiando el oro de la gracia por espejos y cascabeles. Pido perdón, pero, alguna vez…, definitivamente… ¿superaremos el desorden de aquella villa primigenia?

Estampas de nuestras esquinas

De muy lejano, pero de muy lejano en el tiempo data nuestro primer choteo esotérico y es humor negro muy triste... quizá la venganza de nuestras playas... y sí tuvo que ver con la conquista... ¿Burda premonición? ¡El hábito de fumar!

Aunque el tabaco es originario del Altiplano Andino fue en nuestra tierra que los europeos lo encontraron. “Rodrigo de Jerez, junto con Luis de Torres, componentes de la primera expedición de Colón, supusieron el primer contacto de los españoles con el tabaco, cuando realizaban un reconocimiento de la isla de Cuba”(14)

Hace mucho tiempo... por las primeras cinco décadas del siglo XX, también caminaron nuestras calles otro tanto de emigrantes: españoles, árabes, chinos y de todas partes del mundo. Llegaron atraídos por una prosperidad de oro blanco y dulce... entonces levantaron sus vidas y caudales, no con los apellidos de la nefasta colonización, sino con ejemplos de trabajo y abnegación. Porque con dolor y nostalgia de su tierra nos ayudaron a enriquecer raíces, en la esperanza de un solo horizonte, que ellos vieron promisorio. Por ello no fue raro ver en el teatro bufo simbolizadas las figuras del español y del chino junto al mulato Liborio.

Por aquel entonces... cuando llegaron al puerto habanero los primeros automóviles, el gentío curioso aguardaba. Liborio, a pesar de los zapatos rotos de andar su calle cubrió sus venturas y desventuras con guayabera de hilo y sombrero de jipijapa... “raído, pero bien vestido” Liborio no esperó. Respetuoso, pero osado y valiente, para darse el simple gusto de ser el primero… con esa razón simple y eterna, sin antagonismo posible de ¡porque me da la gana!, metió la cabeza dentro del mecanismo... y descubrió el letrero instructivo en el acelerador, por supuesto en inglés: Foot in go. No era versado, pero tampoco analfabeto...

A ese cubano que levantó el tabaco desafiante, no le hizo falta la traducción... ¡traía la carga saturándole las venas! Desde sus abuelos aborígenes, africanos, y “gallegos” testarudos, más los chinos sabios de sonrisa leve de Mona Lisa… serio, como ataúd de muerto esquivó las disquisiciones. Triunfante y sin apelaciones para todos los tiempos por venir, exclamó enfático: “¡Fotingo, compay, fotingo!”

Ya por algo más acá de aquel entonces... un amigo, con cierto orgullo porque estudió allende los mares, me contaba salpicándome de saliva y palabras que nada tenían que ver con la guitarra, la odisea de sus días para bañarse en inviernos de “tavarich”. Y aquel otro, -en jeans y rumiando chicles -no existentes en el mercado nacional- para ilustrarme refería, que en una euforia de orgullo subió al último piso del Empire State, solo para ver qué sentía un guajiro haciendo aguas en la cima de Nueva York...

Y en las oscuridades erróneas de la vida lo confieso... tuve envidia, pero el pecado capital no era ni es mío... Desde entonces, la suficiencia de querer ser “extranjero” desborda las orillas de la vida. Desorden... entre otros desórdenes que no son loables para siete páginas.

Pasó otro tiempo hasta llegar... a los años inacabados de abstracciones inconclusas... desorden. Nos dividió el mare nostrum de lágrimas y despedidas... desorden. Cada mañana el pronóstico de nuevas mentiras... que rondaron en el orden... desde los precios hasta la confesión de credos... desorden. El alfabeto y el diccionario se desarticularon con feos vocablos –entiéndase malas palabras- emitidas desde ese ajeno carnaval de discurso inclusivo: niñas y niños, hombre y mujeres, padres y madres... alumnos y maestros... jóvenes y viejos como tatuajes del alma en ira compulsiva por absurdos desafíos... desorden. El respeto, sustantivo tan abstracto, se fue en franca huida como otros... afabilidad, delicadeza, pudor, castidad, civilidad, paciencia... se canjearon al son de sonajeras de incongruente y generalizada miseria en todo orden... desorden. Y en el confinamiento de las noches la luna aún es testigo de todo lo prohibido... burla. Nunca ha sido más cómplice del miedo, el silencio compulsivo... convertido en desidia.

Ahora es... una huida en corriente vertiginosa... aguas turbias de selvas y desiertos peligrosos... huir... no importan las olas... huir... huir... ¡Cuidado con esa señal de ruta errónea!




--------------------------
  1. Del libro de La Sabiduría Celta de John O´ Connor Formato digital.
  2. Alejo Carpentier “Lo Barroco y lo Real Maravilloso”. Encontrado en Curso de redacción de Evangelina Ortega. Editorial Félix Varela La Habana 2003 Pág. 357.
  3. Fernando Ortiz “Por la integración de blancos y negros” Cf. Compilación de Ensayos Cubanos de Salvador Bueno.
  4. Ibídem
  5. Fernando Ortiz: “Por la integración de blancos y negros.” Cf. Compilación de ensayos cubanos, de Salvador Bueno.
  6. Jorge Mañach: "Indagación al choteo". Cf. Compilación de ensayos cubanos de Salvador Bueno.
  7. Evangelio de san Lucas 6, 45 Biblia de Jerusalén, Edición digital.
  8. Real Academia de la Lengua, 23 edición (digital)
  9. Jorge Mañach “Indagación al choteo” Cf. Compilación de ensayos cubanos, de Salvador Bueno.
  10. Jorge Mañach “Indagación al choteo” Cf. Compilación de ensayos cubanos, de Salvador Bueno.
  11. Jorge Mañach en "Indagación del choteo¨ refiere que: (El choteo) “ha servido de amortiguador para los choques de la adversidad de muelle para resistir las presiones…de escape para todo género de impaciencias…el choteo surge en toda situación en que el espíritu criollo se ve amargado por una autoridad falsa… Y cuando esa forma (de autoridad) no corresponde a su sustancia… el arma de emergencia para esos casos suele ser la trompetilla. De todo el repertorio hasta ahora conocido de emisiones o ademanes despectivos, es el más humillante…”
  12. José Martí: “Lectura en la reunión de emigrados cubanos en el Stech Hall de Nueva York”. Cf. Documentos para la Historia de Cuba, de Hortensia Pichardo.
  13. Ibídem.
  14. Wiquipedia “Origen del tabaco”. 4 de diciembre 2023.



BIBLIOGRAFÍA

-John O´ Connor Libro de la Sabiduría Celta Formato Digital

-Biblia de Jerusalén

-Los siguientes ensayos pertenecen a: Compilación de ensayos cubanos, de Salvador Bueno.

-Jorge Mañach: “Indagación al choteo” Cf. Compilación de ensayos cubanos, de Salvador Bueno

-José Martí: “Lectura en la reunión de emigrados cubanos en el Stech Hall de Nueva York.”

- Fernando Ortiz: Contrapunteo del Tabaco y del Azúcar

-Fernando Ortiz: Por la integración de blancos y negros

-Cintio Vitier: “Raíces cristianas” Cf en Compilación de ensayos presentados a san Juan Pablo II al visitar a Cuba en 1998

-Hortensia Pichardo Documentos para la Historia de Cuba.
Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!

Gaspar, El Lugareño Headline Animator

Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!