Vladimir Shklyarov como Albert en Giselle
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Hablar de Vladimir Shklyarov es hablar de un artista completo en todo el sentido de la palabra.
El ballet es un arte por el cual, a través de los movimientos, la interpretación y la calidad histriónica, el bailarín transmite a través de su cuerpo el contexto de la coreografía hasta conmover al espectador. Y Vladimir era uno de esos artistas, que con solo su presencia y espíritu llenaba todo el espacio del escenario –y el auditorio– de una energía explosiva, de un carisma y una belleza indescriptible.
A través de los tiempos hemos observado que los genios de la danza nacen una vez por década en el tiempo, y en la actualidad se considera a Vladimir Shklyarov entre los grandes genios de la danza mundial, como Vaslav Nijinsky, Rudolf Nureyev, Mikhail Barishnikov y Alexander Godunov.
La naturaleza lo dotó generosamente de habilidades profesionales, y como estudiante de la Academia Vagánova, mostró los rasgos principales de su carácter: masculinidad, paciencia y pasión por la danza... Un increíble deseo de bailar lo llevó a la forma más alta, casi desde el primer año, para convertirse en un artista destacado del escenario del Teatro Mariinsky y ser reconocido con el título de “Artista honorable de Rusia”.
Las clases diarias, los ensayos, los espectáculos y –además, en sus horas libres– trabajando los detalles y pensando en cada rol, en cada personaje, todo ello dio como resultado una técnica impecable y virtuosa: facilidad en los saltos, destreza en los giros, un refinado movimiento de piernas y suaves manos como complemento. La interpretación reflexiva y creíble del personaje, su expresividad emocional, musicalidad y encanto hicieron de Shklyarov el favorito y amado del público.
Sergei Berezhnoy, Yuri Fateev y Vladimir Kim, sus maestros en el Teatro Mariinsky, lograron una fructífera colaboración que ayudaron al joven artista a estabilizarse en el escenario y encontrar su propia individualidad a través del análisis meticuloso de cada actuación.
Durante sus dos décadas en el escenario, Vladimir Shklyarov tuvo la suerte de interpretar más de 40 ballets y números de conciertos, cada uno de los cuales enriqueció su estilo interpretativo y pulió su individualidad.
El repertorio de Vladimir Shklyarov incluyó numerosos príncipes de los cuentos de hadas de los grandes clásicos; héroes románticos muy apropiados a su elegante apariencia, como su Príncipe Desirée, el romántico Sigfrido, el cariñoso Albert, James, Jean de Brienne, el Conde, Romeo, entre otros.
Su Príncipe Desirée, de La bella durmiente, de estilo refinado, preciso en las poses, grácil, con ciertas referencias a la época de Luis XIV, resultó ideal para el joven artista, en que la organicicidad de sus movimientos y su hermosa imagen determinaron su posición como príncipe por antonomasia, del mismo modo que su Albrecht. en Giselle, es un indudable éxito creativo del artista ya maduro, donde la parte dramáticamente intensa reveló el rico potencial de su talento actoral.
Su profesionalismo en los pas de deux lo convirtieron en el partner por excelencia de las bailarinas con quienes bailó. Tuvo la oportunidad de bailar con bailarinas de excepcional talento, como Diana Vishneva, Ulyana Lopatkina, Victoria Tereshkina, Natalya Osipova, Olesya Novikova, Alina Somova, Ekaterina Kondaurova, entre otras.
Entre uno de sus grandes éxitos, gracias a su talento artístico interpretativo, recordamos su apariencia como un joven encantador –como correspondía a sus personajes–, especialmente en Romeo y Julieta, junto a Diana Vishneva, donde cautivaron a la audiencia mundial, complementándose mutuamente.
La prensa nacional e internacional lo llamó “el príncipe del ballet ruso”, aunque su deseo infatigable fue bailar no solo los grandes roles del repertorio clásico, sino también irrumpir en el mundo de las coreografías modernas.
El destino le brindó una generosa oportunidad en el Covent Garden de Londres, junto con Natalya Osipova: interpretar Des Grieux en el ballet Manon, de Kenneth MacMillan, en el que la bailarina de temperamento incontenible y expresiva en los dúos, nos hizo mirar con nuevos ojos la colaboración de estos dos insuperables artistas.. Su encantador De Grieux, inquebrantable, decidido, lleno de pasión y ferozmente enamorado, cautivó incluso al público inglés más remilgado.
Durante sus dos temporadas en Bayerischer Ballet de Munich tuvo además la oportunidad de hacer realidad un sueño: Spartacus, junto con Sergei Polunin (Craso; cuyo marco musical y coreográfico complejo, que requería resistencia y ciertas características externas, parecía un personaje inapropiado para Shklyarov. Y entonces ocurrió una metamorfosis: el joven de los roles de príncipes irrumpió en escena como un verdadero líder de esclavos y gladiadores, un guerrero brutal que lucha desesperadamente contra sus oponentes.
Trabajar conjuntamente en los Teatros Mariinsky y Bayerischer Staasballetts, sus numerosas giras, galas e invitaciones para actuar por todo el mundo, así como cientos de entrevistas y el reconocimiento de una audiencia global lo hicieron un bailarín del mundo.
Y por cosas también del destino, su última y triunfal Gran Gala internacional fue en Santo Domingo, República Dominicana, en el Teatro Nacional Eduardo Brito, el 23 de agosto del 2024.
Él estaba muy emocionado por poder brindar al público dominicano todo su arte: “Voy a dejar un pedacito de mi espíritu en este escenario, este es mi regalo”, recalcó. Y así fue, el auditorio retumbó con los interminables aplausos.
Vladimir Shklyarov, premier del Teatro Mariinski, “el Príncipe del ballet ruso”, fue el corazón de esta gran e histórica gira junto a otros importantes bailarines rusos, los cuales en estos momentos le dedican cada día en su honor sus espectáculos: Evgeny Konovalov, Maria Khoreva, Anastasia Smirnova, Anastasia Limenko, Mikhail Makar, Artem Ovcharenko, Valeria Kuznetsova, Ksenya Shevtsova, Anna Tikhomirova.
El teatro Mariinsky mantiene un rotundo santo silencio por la magnitud de la pérdida y el dolor que sienten todos.
En el verano del 2024 recibimos en el Teatro Nacional de Santo Domingo, República Dominicana, a un grupo de artistas estelares de las principales compañías de Ballet de Rusia, traídos al país por la directora artística del Tour, la dominico –japonesa- rusa Mayumi Sakamoto. Recordamos con admiración a Shklyarov por su entrega en la escena, su pasión en caracterizar los personajes que le tocaron interpretar y su cuidado y esmero en el partening con sus bailarinas, siempre atento a lucirlas. Su presencia y su fuerza en la escena mostraban su pasión y experiencia como artista de la danza.
Carlos Veitia, Director del Teatro Nacional Eduardo Brito.
Vladimir Shklyarov: tuve el honor de trabajar con él durante el montaje de recuperación coreográfica del ballet La hija del Faraón, en el Teatro Mariinsky con Toni Candeloro. Me acuerdo bien de los ensayos. En escena Vladimir se transformaba, se entregaba plenamente a su arte. Tengo una memoria viva de su interpretación como Ta-Hor en el primer acto. ¡Como corría de inquietud persiguiendo a las cazadoras y a su querida Aspiccia! Era una persona llena de vitalidad y energía. Tenía un arte muy especial y hacía notar que disfrutaba muchísimo en escena. Como artista estaba siempre muy abierto a sugerencias y recomendaciones por mi parte. Solo tengo palabras de agradecimiento. Que encuentre paz eternamente.
Juan Bockamp. Coreólogo, especialista en notaciones Stepanov, Madrid.
Conocí a Volodya cuando trabajaba en el Teatro Mariinsky; él siempre fue un artista brillante y sonriente. ¡Solo tengo buenos recuerdos de él! Nos reuníamos a menudo en conciertos y proyectos de gala, manteníamos una conversación agradable y bromeábamos. ¡Siempre apoyó a todos los artistas durante la actuación y también los cargó con su energía! Volodya Shklyarov es igual que decir persona de arte, ¡un verdadero artista! ¡Permanecerá para siempre en la historia del ballet y en nuestros corazones!.
Anastasia Smirnova. Primera solista del Teatro Stanislavsky Nemirovich y Dachenko, Moscú, Rusia.
Vladimir emanaba esa energía que hipnotizaba, enamoraba. Su presencia era explosiva y al mismo tiempo tierna. Tenía un físico perfecto para la danza. Los roles clásicos románticos eran hechos para él, no se podía imaginar que también podría interpretar los roles heroicos tan perfectos como los románticos. Fue un bailarín completo; era como un camaleón en cada uno de sus roles, penetraba en él, lo vivía en su propia piel y alma, ya no era Vladimir Shklyarov, se transformaba en ese personaje, y lo daba todo. Era el perfecto Príncipe noble, el perfecto guerrero de Espartaco, el alegre Iván, el trágico Petrushka, el apasionado esclavo en Scheherezada, el enérgico y técnico Basilio, el romántico James, el académico en Paquita, sin dejar atrás el ballet contemporáneo; ¡era un Artista! Un artista inteligente, caballeroso, carismático, apasionado, curioso y siempre en búsqueda de superación para no defraudar a su público y así mismo.
Su último espectáculo en el Teatro Mariinsky fue Scheherezada junto a la prima ballerina Ekaterina Kondaurova, el 24 de octubre del 2024.
"Se quiere llegar muy alto, sabemos que se puede despegar muy rápido, pero permanecer ahí, en la altura, es muy difícil. Y cuánto tiempo se le concede a cada uno –quince años, veinte (en el mejor de los casos) –; no necesitas pensar en ello (…)." Vladimir Shklyarov (entrevista en 2009)
Y con esta significativa frase partió de este mundo, dejando su legado e inspirando a las nuevas generaciones con su arte. Un genio de la danza con una sonrisa infantil, un espíritu inquieto, pero de un alma muy sensible.
Mayumi Sakamoto. Maestra, Investigadora en historia del Arte. Mikhailovsky Teatro, San Petersburgo.
Vladimir Shklyarov como
Solor en La Bayadere.
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Con la prima ballerina Victoria Tereshkina, en los saludos finales del ballet Giselle.
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En el ballet Margarite and Armand
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En el pas de deux del ballet Don Quijote, con la prima ballerina Olesia Novikova.
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De izquierda a derecha: Vladimir Shklyarov, Ksenia Shevtsova, Anastasia Limenko, Evgeny Konovalov, Mayumi Sakamoto (directora artística), César Suárez (productor), Carlos Veitía (director del Teatro Nacional), Artem Ovcharenko, Anna Tikhomirova, Anastasia Smirnova, Makar Mikhalkin y Valeria Kuznetsova, el 23 de agosto de 2024. Foto: cortesía de Carlos Veitía.
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Último momento con Vladimir Shklyarov al finalizar la gira en República Dominicana. De izquierda a derecha: Artem Ovcharenko, Anastasia Limenko, Vladimir Shklyarov, Mayumi Sakamoto, Evgeny Konovalov y Anna Tikhomirova. Santo Domingo, Hotel Sheraton, 25 de agosto de 2024. Foto: cortesía de Mayumi Sakamoto.
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Fotos: Cortesía de Sila Avvakum.