Monday, June 13, 2016

Francisco condena horrible y absurdo atentado en Orlando

 
“La terrible matanza sucedida en Orlando, con un número altísimo de víctimas inocentes, ha suscitado en el Papa Francisco y en todos nosotros los sentimientos más profundos de condena, dolor y preocupación frente a este nueva manifestación de locura homicida y odio insensato”.

La nota señala también que “el Papa Francisco se une en la oración y en la compasión al sufrimiento indecible de las familias de las víctimas y de los heridos y los encomienda al Señor para que puedan encontrar consuelo”.

“Todos deseamos que se puedan conocer y contrastar eficazmente lo más rápido posible las causas de esta violencia horrible y absurda, que afecta profundamente el deseo de paz del pueblo americano y de toda la humanidad”. (Leer texto completo en ACI Prensa)

Friday, June 10, 2016

(Miami) Juan Cueto-Roig presenta su libro "Fruslerías"

 
El PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio invita a la presentación de "Fruslerías" (Editorial Silueta, 2016), libro del escritor Juan Cueto-Roig. Palabras de presentación a cargo de Luis de la Paz.


Sábado 11 de junio a las 3. 00 p.m.
West Dade Regional Library
Coral Way y la 93 Avenida

 
 
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Viengsay Valdés en sus propias palabras


Francisco: "Si hay algún problema, al menos ponerse de acuerdo, para que no estalle la guerra"


"Este sano realismo de la Iglesia Católica, la Iglesia Católica nunca enseñó ‘o esto, o aquello’. Eso no es católico. La Iglesia dice: ‘Esto y esto’. 'Haz la perfección: reconcíliate con tu hermano. No lo insultes. Ámalo. Pero si hay algún problema, al menos ponerse de acuerdo, para que no estalle la guerra'. Este sano realismo del catolicismo. No es católico ‘o esto o nada’. Ello no es católico. Eso es herético. Jesús siempre sabe caminar con nosotros, nos da el ideal, nos lleva hacia el ideal, nos libera de este enjaulamiento de la rigidez de la ley y nos dice: ‘Pero, hagan hasta donde puedan hacer’. Y Él nos entiende bien. Este es nuestro Señor, eso es lo que nos enseña".

El Señor, dijo de nuevo, nos pide no ser hipócritas: no ir a alabar a Dios con la misma lengua con que se insulta al hermano. "Hagan lo que puedan", agregó, "es la exhortación de Jesús", "al menos eviten la guerra entre ustedes, pónganse de acuerdo”.

"Y permítanme que les diga esta palabra que parece un poco extraña: es la pequeña santidad de la negociación. 'Pero, no puedo todo, pero quiero hacerlo todo, pero me pongo de acuerdo contigo, al menos no nos insultamos, no hacemos la guerra y todos vivimos en paz'. ¡Jesús es un grande! Nos libera de todas nuestras miserias. También de aquel idealismo que no es católico. Pidamos al Señor que nos enseñe, primero, para salir de toda rigidez, pero salir hacia arriba, para poder adorar y alabar a Dios; que nos enseñe a reconciliarnos entre nosotros; y también, que nos enseñe a ponernos de acuerdo hasta el punto de que podemos hacerlo". (Leer texto completo en ACI Prensa)

(Miami) Nuevo número de la Revista Literaria Conexos

Thursday, June 9, 2016

La eficacia del "No" en la crianza de los hijos (por Christina Balinotti)


Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia. Este programa académico comenzará a funcionar en Miami el próximo mes de agosto, con un programa extenso de 45 semanas, en la Humboldt International University.
 
El texto de esta semana forma parte de su libro De Madres a Hijas, el ABC de la Familia (Alexandria Library, 2015).Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace



El no empieza desde chiquito. Es un organizador de salud y desarrollo. Hacia los 2 años el niño comienza a caminar y a tocar todo. Comienzan las macanas. A romper objetos. Tú, mamá, empiezas a multiplicar los no: no toques eso, no vayas para allá, etc. Estos no son emocionalmente frustrantes ya que le impiden hacer lo que le gusta. Tú lo frustras y esa frustración le genera agresividad hacia ti. El vínculo comienza a ser, por lo tanto, ambivalente. Antes te amaba, ahora también te odia porque le impides hacer lo que quiere. En esta etapa comienza a mover la cabeza en un gesto de negación semántica. Te copia, se identifica contigo. Es él quien dice no ahora. El no constituye su defensa contra la frustración y sienta las bases para la etapa de la obstinación típica del segundo año de vida infantil. Identificarse con la madre, significa, no perderla como objeto de amor. Significa, también, identificarse con una prohibición temprana. Función que el padre recogerá, luego. La madre le enseña límites en el hogar y en la convivencia. El padre le enseñará los códigos de la cultura. Prohibiciones que le servirán para la vida en sociedad.

El no es saludable. Nos da alas. Aceita nuestras relaciones con los demás seres de la creación. Porque aprendemos a respetarlos. Porque les otorgamos su lugar. Estos no tienen el valor de un límite. Una vía férrea por la cual circulará el tren de su vida. Sin descarrilar.



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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística.

https://www.facebook.com/christina.balinotti
https://www.youtube.com/user/christina5679

Wednesday, June 8, 2016

El coro de los marranos (por José M. Fernández Pequeño)

Nota del blog: Agradezco al escritor y amigo  José M. Fernández Pequeño (www.palabrasdelquenoesta.blogspot.com) que comparta con los lectores del blog, el texto "El coro de los marranos", incluido en su más reciente libro Memorias del equilibrio (K ediciones, Miami 2016). 

Memorias del equilibrio, será presentado el próximo 24 de junio en el Centro Cultural Español de Miami. 




Para Sindo Pacheco Sosa,
aunque mañana no sea Navidad.


Esto es más jodido que desarmar un camión Zil-131, pensó Ramiro tanteando para abrir la jaula. Eran cuatro candados criollos escondidos tras una larga planchuela de metal que debía impedir el trabajo de las ganzúas y las seguetas de los ladrones; pero ese recurso, eficiente sin dudas, lo obligaba a manipular los candados a ciegas, mientras el cerdo golpeaba desesperado la reja de la jaula, cubierta con una recia malla metálica para evitar que los ladrones, siempre creativos, separaran los barrotes usando un gato de automóvil. Pobre animal, se dijo Ramiro, vivir así para que de cualquier modo alguien acabe jodiéndolo. La idea de criarlo en la azotea había sido de Rosa, como parte de las medidas de emergencia tomadas después que el taller de camiones soviéticos cerró y Ramiro fue enviado para la casa con el cuarenta por ciento del salario, a esperar que apareciera alguna oportunidad. Ten un poco de calma que ya casi está, dijo en voz alta el hombre, molesto por las envestidas del animal contra la reja y las gotas de sudor que bajaban cosquilleando por su nariz. Criar ese cerdo era un verdadero dolor de cabeza, lo obligaba a pasarse gran parte de la tarde dando vueltas por el reparto en la bicicleta, buscando quien quisiera regalarle algunas sobras de comida, cáscaras de fongo, o la cuota del pescado marabú, que mucha gente no comía por su infernal cantidad de espinas. Y luego esto, a las siete de la mañana y a las seis de la tarde, sin excepción, Rosa lo empujaba para la azotea con la escoba y el cubo en las manos, no fuera a ser que el mal olor del cerdo molestara a Rafael, el viejo chivato del cuarto piso, y el tipo diera un pitazo en Salud Pública. ¡Por fin, coño!, exclamó el hombre en voz alta y abrió la puerta de la jaula. Agarró el cubo y fue hasta la plumita del tanque. Era una suerte que pudiera llenarlo en la azotea; si no, encima habría tenido que subir el agua desde su apartamento, en el primer piso. Mientras esperaba que el cubo se llenara, registró con la mirada el entorno de edificios descascarados, tan iguales entre sí que parecían el mismo cajón rectangular repetido cientos de veces, y un poco más lejos, el motel Versalles. Luego regresó su atención a la azotea y no pudo menos que sonreír. El cerdo corría de un lado para el otro, feliz de su efímera libertad, y restregaba el cuerpo contra el muro de mediana altura que protegía el área, como si estuviera convencido de que su entusiasmo podía terminar por derribarlo. Este macho es un comemierda, pensó Ramiro.

Esto sí es un macho, carajo, se decía Rosa en el apartamento del segundo piso, empuñando firmemente el miembro de Gonzalo en su mano derecha. Golosa, disfrutaba por anticipado la operación de recorrer con la punta de la lengua todo el borde del glande morado, para terminar chupando morosamente el frenillo debajo, mientras iría sintiendo cómo el instrumento del hombre se endurecía más y más, y entonces, llegado un momento que su tacto experto le indicaría, sentarse encima, hacerlo penetrar en ella raspándole por dentro, gozando de una posesión que no demoraría en reventarle un orgasmo de escopeta. Todo le gustaba en aquel hombre. Sus rasgos finos, su nariz prolongada, la delgadez que cualquiera habría tomado por debilidad, y más que nada, sus manos ríspidas, callosas. Manos de escultor. Desde hacía casi un mes, Rosa se entregaba a ese deleite todas las mañanas después de las siete, cuando despachaba a los muchachos para la escuela y a Ramiro para la azotea, a limpiar la jaula del cerdo, y aunque siempre realizaba las mismas acciones, cada día le gustaban más, algo que no le había ocurrido nunca, ni con su marido ni con ningún otro hombre. Quizás fuera el riesgo, la emoción de saber que todo debía terminar antes de que Ramiro bajara de la azotea. O el placer de lo oculto, ese manosear el recuerdo luego, cuando estuviera frente a los muchachos de la secundaria, hecha una intachable y exigente maestra. O no, quizás era nada más el olor poderoso de aquel miembro que se dispuso a bendecir con su saliva, no sin antes fijar en Gonzalo unos ojos dilatados y decirle lo que más me gusta de ti es lo puerco que eres, cabrón.

Una puerca, eso es, una puerca igualita que su padre, dijo en voz alta Paula mientras enjabonaba la vajilla que su hija había dejado la noche anterior regada por todo el apartamento, en el tercer piso. Ya no sabía qué hacer con aquella muchacha que aún no cumplía los quince y había dejado los estudios porque, según ella, era de estúpidos matarse tanto por un título que luego no daría ni para comprar papel sanitario, y se dedicaba a andar por ahí con los atronados esos del taller literario. Qué escritores ni un perico muerto, unos mariguaneros asquerosos que se masturbaban oyendo rock, eso eran todos en la virulenta opinión de Paula. Qué voy a hacer, no sé qué voy a hacer, pensó. Ya Rafael, el de la cuarta, le había llamado la atención dos veces por las francachelas de su hija y el director de la Escuela Vocacional de Arte recordó en el último claustro los principios éticos y el comportamiento que se esperaba de quienes tenían la tarea de formar a los futuros artistas. Lo dijo así, al aire, como si no estuviera refiriéndose a alguien en específico, pero ella sabía hacia donde apuntaban esos cañones, sobre todo al final, cuando el director bajó el tono para agregar que no solo éramos responsables de cultivar esos valores en nosotros mismos, sino también en nuestros hijos. ¿Tú sabes lo que es llegar a la casa después de estar la madrugada entera de guardia en la escuela, y encontrarme el apartamento hecho un desastre porque a la niña se le ocurrió organizar una juerga con sus amigotes?, se habría quejado Paula si tuviera con quién. Pero no lo tenía y se conformó con levantar los ojos hacia la ventanita de la cocina, a su derecha, buscando sofocar en la claridad entrante las lágrimas a punto de brotar. Tiene que haber salido así de cochina a su padre, eso póngale el cuño, aseguró.

Qué cochina suerte, coño. Hoy, cuando más claro necesito estar, y casi ni dormir he podido, pensó Rafael en su habitación del cuarto piso, tendido bocarriba sobre la cama y con los ojos todavía cerrados. Un poco antes, su mujer lo había removido, vamos, viejo, que ya son las siete, pero él prefirió mantenerse así, cultivar aquella somnolencia que lo hacía pesar sobre el colchón quejumbroso; ahora voy, Virginia, déjame descansar unos minutos más… Estaba preocupado. El edificio se volvía un relajo. Tiraban la basura donde quiera. Ponían música de cantantes que se habían ido para Miami. Traficaban en el mercado negro con cosas robadas. Hablaban mal del Gobierno sin que les importara quién estuviera presente. Y para colmo, a los de la primera se les había ocurrido criar un puerco en la azotea. ¿Quién va a dormir con la peste y los gruñidos de ese animal? Nadie, se preguntó y contestó Rafael. Necesitaba concentrarse, afilar bien las ideas. A las once sería la reunión en el núcleo de los jubilados y allí, aprovechando el punto de asuntos generales, iba a proponer el plan que había concebido para descubrir a los que estaban pintando carteles contra el Gobierno en el reparto. Si dejaban pasar esas cosas, todo se haría inmanejable, y él estaba convencido de que el actorcito del bloque tres, el dueño de los dos perrazos, andaba metido en el asunto de los carteles. Nada más había que verlo paseando por la calle como si viviera en Nueva York, el muy señorito burgués que ni siquiera se tomaba el trabajo de recoger los tremendos mojones que dejaban esos animales por donde pasaban. Son lebreles afganos, no atacan a las personas, iba diciendo a quienes se tiraban para la calle espantados cuando lo veían venir como si fuera el dueño de la acera, forcejeando para sujetar las correas de esos monstruos. ¿Usted sabe lo que debe costar mantener dos bestias como esas?, se preguntó Rafael. Nada, tengo que abrir los ojos y levantarme, concluyó. Antes de ir para la reunión, debía pasar por el policlínico, a ver si el médico le indicaba una glicemia porque en los últimos días había sentido un poco de mareo y las manos acalambradas. Y luego quería llegar a Salud Pública para notificar el problema del cerdo en la azotea. Se lo había reclamado la semana pasada al presidente del comité en la cuadra y el muy blandengue no quiso tomar acción con el cuento de que la cosa estaba difícil y a veces había que hacerse de la vista gorda para que la gente se defendiera un poco. Vista gorda ni vista flaca… Ya verán, se aseguró Rafael, estos piensan que aquí todos somos unos verracos.

Qué verraco, yo creo que estamos criando un perro, se dijo Ramiro, divertido con las carreras del macho por la azotea, con la manera en que se le acercaba y, ya próximo, hacía una finta para esquivarlo, como invitando a que el hombre lo persiguiera. Dejó la escoba y cortó el paso del puerco por la izquierda, luego hizo como si fuera a bloquear también el flanco derecho, pero avanzó recto hacia el cochino, que emprendió una frenética carrera, dio un salto por encima del muro y cayó al vacío. En el tercer piso, Paula vio pasar por la ventanita de la cocina, en vertiginosa caída libre, una sombra con patas que sus ojos nublados de lágrimas no tuvieron tiempo de identificar, y lanzó un alarido de horror; un hombre se cayó de la azotea, eso fue lo que gritó mientras estallaba, ahora sí, en un llanto histérico. Rosa se sobresaltó en el segundo piso, coño, mi marido, pensó, y cerró instintivamente la mordida sobre el glande de Gerardo, que aulló un cojooooooones estentóreo, e hizo pegar un brinco a Rafael en su cama del cuarto piso. El viejo, asustado, quiso abrir por fin los ojos pero fue en vano. No los tenía cerrados, simplemente estaba ciego.





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Al salir de Cuba, José M. Fernández Pequeño llevaba en la maleta un río y cierta cantidad de abrazos, protectores infalibles contra la nostalgia. Ha publicado dieciséis libros en géneros como la crítica literaria, la narrativa, el ensayo y la literatura infantil. Entre 1998 y 2013 vivió en la República Dominicana, donde recibió el Premio Nacional de Cuentos (2013). En ese país descubrió además los colmados, el poder de la libertad y toda la verdad contenida en la expresión «Más pa’lante hay gente». Actualmente reside en Miami. Su último libro, El arma secreta, recibió la Medalla de Oro en los Florida Book Awards al mejor texto en español publicado por un residente en ese estado durante 2014. Es editor, profesor universitario y gestor cultural, además de un culé convencido, un discutidor de oficio y un adepto impenitente a la cerveza. Edita el blog Palabras del que no está.

Thursday, June 2, 2016

No eres su amigo, eres su padre (por Christina Balinotti)


Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia. Este programa académico comenzará a funcionar en Miami el próximo mes de agosto, con un programa extenso de 45 semanas, en la Humboldt International University.
 
El texto de esta semana forma parte de su libro De Madres a Hijas, el ABC de la Familia (Alexandria Library, 2015).Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace
  

Muchos padres y madres fraternizados se hacen amigotes de sus hijos. Creen que de esta manera, el nene les contará todo. Será su amigo. De paso sienten que el tiempo no ha pasado para ellos. Se calzan el jean de moda y salen con el adolescente, de igual a igual. No te engañes. No eres igual. Debe existir una profunda desigualdad. Un verticalismo mediante el cual el “NO” que le impones lo ejecuta por encima de sus deseos, del “Hago lo que me da la gana”. De adulto cuando las cosas se emparejen podrás ser su amigo.

Aclárale, desde pequeño, que en la casa hay reglas que deberá obedecer. Bañarse a determinada hora, arreglar su cuarto, sus libros, pedir con amabilidad, sin gritos. Claro que si tú gritas o te enfadas él te copiaré. Los hijos fotocopian nuestras conductas.

Dile que su dormitorio es el espacio que mamá y papá le adjudicaron pero que no le pertenece, que ustedes pueden entrar y revisar sus cosas cuando así lo deseen. Confírmale que cuando crezca y trabaje podrá comprar su propia casa y cerrarla con llave. Podrá decidir su vida. Muchos adolescentes tienen la costumbre de cerrar con llave su dormitorio cuando salen. Háblale de horarios de llegada, de permisos. Siempre les dije a mis hijos que en la vida no hay premios ni castigos. Hay consecuencias. No eres su amigo. Insisto. Eres su padre o madre. Mira, lo que voy a decirte es de suma importancia. Presta atención. Si tú no le pones límites con amor, la sociedad se los impondrá con violencia. Los adolescentes que delinquen han sido niños criados sin límites. En toda situación debe haber límites. Fíjate. En las rutas, carreteras y pistas de aterrizaje hay líneas, puntos, luces que demarcan el camino. Sin ellas deambulamos en la oscuridad. A ciegas. Sin rumbo. Ofrécele un camino demarcado a toda luz para que su vida le resulte fácil y placentera.


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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística.

https://www.facebook.com/christina.balinotti
https://www.youtube.com/user/christina5679

Wednesday, June 1, 2016

Lindbergh en La Habana (por Carlos A. Peón-Casas)


La presencia del as de la aviación norteamericana en Cuba en 1928, coincidió, con la del presidente Coolidge, tan cacareada últimamente, por haber sido la última visita de un mandatario yanquee a Cuba, hasta que Obama, cerrara el ciclo de casi una centuria.

Pero mientras Coolidge arribaban desde el norte, en la mañana, por mar, en el Texas(1); Linbergh llegaba aquel 8 de Febrero, desde el sur, en la tarde, por aire, a bordo de su flamante Spirit of Saint Louis, en vuelo desde Haiti. 

No es cierto por tanto, como hemos leído en la prensa cubana(2), que fuera parte del entourage presidencial que desembarcó por el puerto de La Habana, a no ser, como ya hemos visto, que gozara del don de la ubicuidad…

El reporte de su vuelo a la Isla se conserva en una añoso National Geographic Magazine fechado en mayo de aquel año, y es parte de un extenso artículo con maravillosas fotos titulado: A Bogotá ida y vuelta por aire(3), con el que el propio Lindbergh testimoniara su periplo de 9500 millas desde Washington, pasando por treces naciones latinoamericanas.

Lidbergh atestigua el avistamiento de la Isla de Cuba, y el vuelo que prosiguió por su costa sur hasta aterrizar en la capital cubana cuando apunta:
A las 9 y 20 de la mañana estaba ya sobre la parte oriental de Cuba. Debajo yacía una vegetación semitropical alternada por pequeños campos y plantaciones de plátanos. Una millas más al sur, vi a lo largo de la costa una cadena de montañas elevándose cientos de pies bajo la altitud de mi avión. Hacia el norte estaba el Valle de Guantánamo cubierto con campos de caña de azúcar. Aquí el país luce poco habitado y muy pocos pueblos estaban a la vista(…) Volé sobre el río Cauto. Diez millas atrás, hacia el sur, estaba el Gofo de Guacanayabo. Las llanuras se extendían muchas millas tierra adentro hacia las montañas divisables en el horizonte. A lo largo de la costa vi miles de aves acuáticas que huían en pánico de mi avión(…) Volé por el interior de Cuba sobre muchas plantaciones de caña y muchos buenos lugares para aterrizar. A las 3.40 de la tarde ya estaba sobre La Habana(4).
La estancia del célebre aviador en capital de Cuba se extendió hasta el día 13. Su visión de la ciudad la reflejaba igualmente en el artículo que venimos citando cuando acota:
Esta bella ciudad ha sido muy agradable para mí. Está llena de norteamericanos. Sus negocios y relaciones sociales con nuestra tierra me lució muy cercana. En su aeropuerto vi los grandes aviones de tres motores que hacen los viajes diarios entre La Habana y Cayo Hueso(5).
Lindbergh fue agasajado por todo lo alto. Como lo testimonian las fotos que acompañan esta reseña, fue condecorado por el propio presidente Machado con la Gran Cruz de la Orden de Carlos Manuel de Céspedes, “el más alto honor que Cuba otorga”(…) conferida a sólo otras seis personalidades”(6)

En otro minuto, en un acto transcurrido en el Parque Central, el acalde de turno, le entregaba a su vez las Llaves de la Ciudad de la Habana ante una enorme concurrencia allí reunida. (Ver foto)(7)

La despedida desde la capital cubana es igualmente reseñada por Lindbergh en su crónica de viaje:
Era el 13 de febrero cuando despegué de La Habana. Era un significativo aniversario para mí. Había despegado, exactamente dos meses antes desde el aeropuerto de Bolling con rumbo a Ciudad México. Se cumplía un año desde que relizara mi último vuelo como piloto de correo entre San Luis y Chicago(8).

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  1. La foto que testimonia ese minuto que adjuntamos a esta reseña junto a otras alusivas a la presencia de Lindbergh tiene el siguiente pie de foto: La Habana saluda al presidente Coolidge a su arribo en el Texas para el Congreso Panamericano de 1928./Mientras los delegados de Estados Unidos, México y varias de la repúblicas latinoamericanas sesionaban en la capital cubana, discutiendo sus relaciones políticas y económicas, el Coronel Lindbergh llegaba por el sur.
  2. Ver al artículo de Ciro Bianchi Ross, titulado: Cal, el Callado, publicado en el diario Juventud Rebelde el domingo 27 de marzo de 2016
  3. To Bogotá and Back By Air by Col.Charles A. Lindbergh. The National Geographic Magazine. Vol LIII, No. 5. May, 1928 pp.530-602
  4. Ibíd. p.599
  5. Ibíd. p.600
  6. Ibíd. “Presidente de Cuba condecora al piloto”. Pie de foto. p.601
  7. Ibíd. El pie de foto correspondiente dice: “El aviador recibe las Llaves de la Ciudad de la Habana. Ante una entusiasta concurrencia en el Parque Central, el alcalde Gómez hace la entrega al Coronel Lindbergh.”
  8. Ibíd. p601

(Miami) Opening exhibition: Wanderlust at Art & Design Gallery

June 2, 2016 at 8 0.0. p.m.

Art & Design Gallery
8650 Biscayne Blvd, # 2
Miami, Florida 33138

Tormenta local severa azotó la ciudad de Camagüey (Video)

Tuesday, May 31, 2016

Crónica: Los Amores y Andares de Ariel Aboal (por Waldo González López)


Solo meses atrás apareció, por la Editorial Voces de Hoy, el primer decimario del poeta cubano Ariel Aboal, De amores y andares, cuya cuidada edición estuvo a cargo de la también critica y ensayista Mayra Hernández Menéndez, especializada en la denominada “estrofa nacional” de Cuba, con varios estudios y antologías publicadas.

De entrada, apunto que Ariel se arriesga con un manido tema: el amor que, a causa de su excesivo empleo por poetas de toda laya, supone no pocos peligros en sus resultados. Mas, el igualmente autor de Tristeza y amor (2008) y En los rieles de tu ombligo (2013), sale airoso de su complejo empeño, justamente por su conocimiento de la variante “espinela”, tal la denominara Lope de Vega en homenaje al gran poeta y músico Vicente Espinel, quien le añadiría otra cuerda a la guitarra. 

En tal sentido, resalto que Ariel, para contrarrestar con lucidez los [d]efectos del posible exceso romántico, opta por el lirismo y el erotismo, la ironía y lo lúdicro, como asimismo adopta un tono coloquial en la mayoría de sus textos que, por tal rasgo, aproximan sus versos al lector de hoy.

Otro mérito del volumen: el conceptualismo quevediano que define y decide la mayoría de sus versos, desde la segunda décima: “Perfecto idiota” [oxímoron], donde asoma otra de sus beneficiosas lecturas: el gran poeta hispano Antonio Machado, corroborada en el séptimo verso: “hoy es siempre todavía”.

En la tercera “Se va el tiempo”, aparecen otros tópicos que subrayan tales ganancias, como los dos versos iniciales de la primera estrofa: “Es el tiempo una utopía / aferrada a las doctrinas”. 

Asimismo, “Karma” expresa otro logrado instante conceptual por su juego de contrastes que, como el ying y el yang, se contraponen y complementan, tal acontece en tantos momentos de la vida:
La luz tiene un lado oscuro,
la mala suerte la suerte,
la vida va con la muerte,
lo inseguro a lo seguro.
La calma lleva el apuro,
la risa convoca al llanto,
conjuro para un encanto,
soledad y compañía.
La noche trasciende al día,
el odio al te quiero tanto.

Hay virtudes y un defecto,
llegadas y despedida,
recuerdos y un no se olvida,
causa que implica un efecto.
Como ves, nada es perfecto.
Incluso el amor pasó.
Digas sí o digas no
en el cielo, en el infierno,
no hay verano sin invierno,
y no existe un tú sin yo.
De regreso al gustado erotismo, ya en “El tálamo”, muestra su acertada utilización, por no socorrerse de lo explícito y, en cambio, valerse de las plausibles sugerencias, utilizando versos esdrújulos:
Con el disfrute del tálamo
se hace pecado, lujuria.
El sexo toca con furia
por culpa del hipotálamo.
Tinta que brota del cálamo
salpica en varios lugares.
Y en el pie de los altares
arrodillada te untas,
sin respuestas ni preguntas,
cuando tu lengua almibares.

En “Solo un recuerdo”, Ariel va más allá en su lograda intención erótica, tal lo evidencia en la tercera de las estrofas:
Fueron muchos los lugares,
quizás varios universos.
Tú con prosa, yo con versos
donde hicimos malabares.
Te besaba los lunares
para sofocar la llama,
y en la esquina de la cama
cuando el fuego se encendía,
me gritabas que eras mía.
Soy la puta que te ama.
Lo lúdicro aparece en distintos y distantes momentos, como en la siguiente décima que, desde el título, demuestra su intención de juego: “Hipopotomonstrosesquipedaliofobia”
Lo inepto seria idóneo,
desacostumbradamente.
Epigramáticamente
lo cierto sería erróneo.
Un monocotiledóneo
al seudohermafroditismo.
Para el sadomasoquismo
Heterosexualidad,
sin mucho antropocentrismo.
La ironía, aliada al humor, evidencia su lúcido manejo en “Una raya más”:
Fuiste solo mi aventura.
Yo sin barba y sin bigote,
llegué a ser tu monigote
reelecto a candidatura.
Llave sin la cerradura.
Té con falta de jengibre.
Nos faltó a los dos calibre
y nos fuimos a la quiebra.
Fui otra raya de la cebra
y tú otra para el tigre.
Aun otra muestra de lo lúdicro, es “Sin religión” que, guiado por un epígrafe del propio Ariel, es otro ejemplo de la calidad de sus décimas y de su más reciente libro:
Y vimos el cielo, yo, detrás de su burka,
ella, colgada de mi cruz.
A. A.

A su amor no me resisto.
Todo es vida si ella está.
Aunque es el mundo de Alá
tan diferente al de Cristo,
descubro que ahora existo
desde su túnel de luz,
donde no he visto a Jesús.
Y si mi mano la surca,
ella se quita la burka
y yo abandono la cruz.
En fin, con la publicación de su reciente decimario De amores y andares —revelador del talento en la utilización de la popular y, a un tiempo, compleja estrofa—, Ariel Aboal corrobora su inserción entre los mejores cultores cubanos de la gustada estructura poética que residen en Miami. 



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WALDO GONZÁLEZ LÓPEZ (Puerto Padre, Las Tunas, Cuba, 1946).
Poeta, ensayista, crítico literario y teatral, editor, antólogo y periodista cultural.
Cursó estudios de idioma Francés en el Instituto de Idiomas «Máximo Gorki» (1964-1966).
Se graduó en 1970 en la Escuela de Teatro (Escuela Nacional de Arte), donde creó el Archivo de Dramaturgia e impartió clases de Historia de la Literatura para Niños y Jóvenes, en la Cátedra de Teatro para Niños (cofundada por él) y de Historia del Teatro Universal y Cubano.
En 1979, se licenció en Literatura Hispanoamericana, en la (Universidad de La Habana, 1979).
Integró el Centro Cubano de la Asociación Internacional de Teatro y de Teatristas para la Infancia (ASSITEJ, auspiciada por la UNESCO), como asimismo las Asociaciones de Teatristas y de Escritores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en sus Secciones de Crítica Teatral, Poesía, Traducción Literaria y Literatura para Niños y Jóvenes.
Fue Asesor del Teatro Nacional de Cuba y de los Centros Iberoamericanos de la Décima (en la capital, La Habana, y en la ciudad de Las Tunas). 
RESUMEN DE SU TRAYECTORIA LITERARIA:
Ha publicado una veintena de poemarios, un volumen de ensayo, tres de crítica y otro de crónicas, así como una treintena de antologías de poesía y poesía para niños, décima, cuento y teatro de autores extranjeros (William Butler Yeats, Jacques Prévert, García Lorca, Rafael Alberti...) y dos de teatro cubano.
Sus versos han sido traducidos a varias lenguas y publicados en Francia, Estados Unidos, México, Colombia y Argentina. Ha traducido del francés a poetas como Marie de France, Molière, Joachim du Bellay y Jacques Prévert, y realizó versiones de poetas para la antología Poesía polaca.
Su labor como poeta, crítico teatral y literario, antólogo y ensayista ha sido reconocida, entre otros estudiosos extranjeros por las pedagogas y antólogas puertorriqueñas Flor Piñeiro e Isabel Freire de Matos en su volumen Literatura Infantil Caribeña; el profesor y ensayista jamaicano Keith Ellis, en su estudio Cuba’s Nicolás Guillén: Poetry and Ideology, y el antólogo y ensayista español Antonio Merino en el prólogo de su antología Nueva poesía cubana.
Prestigiosos ensayistas y críticos cubanos, como, entre otros: los doctores Salvador Bueno y Virgilio López Lemus, los destacados escritores: Adolfo Martí, Imeldo Álvarez y Antonio Gutiérrez Rodríguez se han ocupado de sus múltiples libros.
Ensayos suyos fueron incluidos en las antologías Nuevos críticos cubanos, Acerca de Manuel Cofiño y Valoración múltiple: Onelio Jorge Cardoso.
Fue jurado consuetudinario en eventos literarios, teatrales y de periodismo cultural, y participó en varios Congresos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), foros y otros encuentros con especialistas de Cuba y otros países. 
OBRAS:
Entre sus numerosos libros, resaltan: 
POEMARIOS: 
Que arde al centro de la vida
Salvaje nostalgia
Casablanca
Las palabras prohibidas
Estos malditos versos
Ferocidad del destino
El sepia de la nostalgia
Umbral de la nostalgia (libro de arte, con sus poemas ilustrados por la destacada artista plástica cubana Julia Valdés). 
POEMARIOS PARA NIÑOS: 
Poemas y canciones
Donde cantan los niños
Jinetes del viento
Libro de Darío Damián
Voces de la querencia. 
ANTOLOGÍAS POÉTICAS (CON SELECCIÓN Y PRÓLOGO SUYOS):
-Preciosa y el aire (textos de García Lorca, 1976)
-Los versos de tu amigo (textos de García Lorca para jóvenes, 1978)
-Que soy marinero yo (textos del español Antonio Machado, 1984 , Premio de la Crítica de libros para la infancia, 1985).
-Cazador de colores (poemas del cubano Emilio Ballagas; 1986).
-Paris at night (poemas de Jaques Prévert, con traduc. y pról. suyos, 1993).
-Y Dios… (poemas de William Butler Yeats, 1993).
-Añorado encuentro. Poemas cubanos sobre boleros y canciones (2001).
-Viajera intacta del sueño. Antología de la décima cubana (2001).
-Este amor en que me abraso (décimas de José Martí; 2003).
-De tu reino la ventura. Décimas a las madres (2003).
-Que caí bajo la noche. Panorama de la décima erótica cubana (2004). 
ENSAYOS: 
Escribir para niños y jóvenes (1983).
ESTUDIOS: 
-La lectura, ese esplendor (ensayos sobre lectura y literatura) publicado por Campaña Nacional por la Lectura, Quito, Ecuador (2009).
-Navegas, Isla de Oro. Panorama de la décima para niños (en colaboración con Mayra Hernández; 2009).
-Esta cárcel de aire puro. Panorama de la décima cubana en el siglo XX (en colaboración con Mayra Hernández, en 2 tomos: 2009 y 2010).
CRÍTICA LITERARIA: 

La décima dice más (2005)
La décima, ¿sí o no? (2006), ambos con sendas reediciones. 
CRÍTICA TEATRAL: 
La soledad del actor de fondo. Monólogos cubanos (1989)
Cinco obras en un acto (2001). 
CRÓNICA: 
Niebla de la memoria. 
TERTULIAS:
Entre 1990 y 2010, creó y condujo cinco (5) Tertulias de Poesía, Teatro y Música en importantes centros e instituciones culturales de la capital, como, entre otros: la Fragua Martiana, el Museo Nacional de la Música, el Museo Napoleónico y la UNEAC, donde invitó y presentó importantes poetas, escritores, cantantes, actores, narradores orales y demás artistas cubanos y latinoamericanos. 
DISTINCIONES: 
Diploma al Resultado Científico por su Colaboración a la nueva Historia de la Literatura Cubana, en tres volúmenes, otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; el Laúd y la Medalla del Cucalambé (Las Tunas); Diploma por la Labor Realizada en Apoyo a la Décima (Universidad “Camilo Cienfuegos”, de Matanzas); Reconocimiento como Escritor y Crítico Literario (Presidencia del Instituto Cubano del Libro) y Distinción por la Cultura Nacional. 
EN MIAMI
Desde su arribo a Miami (julio de 2011), ha sido jurado en dos Concursos Internacionales de Poesía: el de la Editorial Voces de Hoy (2012) y «Facundo Cabral», del Gremio de Artistas Latinoamericanos (GALA, 2013).
Asimismo, ha fungido como jurado de los eventos escénicos: I Festival Internacional de Obras de Pequeño Formato (Compañía teatral ArtSpoken, 2011) y Primer Festival Internacional de la Comedia (Compañía Havanafama, 2013). Fue Jurado de Teatro durante dos ediciones de los Miami Life Awards.
Ha participado, como ponente, en dos importantes eventos teórico-escénicos: con una ponencia sobre la dramaturgia de Cristina Rebull, en el «Congreso Internacional de Dramaturgia y Artes Escénicas. Teoría y Práctica del Teatro Cubano del Exilio Celebrando a Virgilio Piñera, en su Centenario» (Universidad de Miami, 2012) y, con el también crítico Luis de la Paz, realizó la edición de la laureada pieza de Héctor Santiago: Vida y pasión de La Peregrina (Premio Letras de Oro de Teatro, 1995) para su lectura dramatizada, en el Congreso Internacional «Peregrinar sin ausentarse: Gertrudis Gómez de Avellaneda y Gastón Baquero, un puente perdurable entre Cuba y España», efectuado entre los días 5 y 8 de junio, 2014, en la Universidad Internacional de La Florida.
Integró los Consejos Asesores del Festival Internacional de Monólogo “A una voz” y del Gremio de los Artistas Latinoamericanos (GALA).
Mereció el 3er. Premio de Poesía en el Concurso Internacional «Lincoln-Martí» (mayo, 2012).
En julio de 2015, Ediciones Baquiana publicó, en su Colección Caminos de la Poesía, la antología poética Trazo estos signos en la arena, presentada en el Koubek Center por la poeta, narradora, dramaturga y profesora universitaria Dra. Maricel Mayor Marsán, el narrador y dramaturgo Rodolfo Pérez Valero y el poeta y periodista Baltasar Martín.
Miembro-Colaborador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y su revista (RANLE, en Nueva York; 2014) y Miembro del Pen Club de Escritores Cubanos del Exilio (2016), asimismo colabora con diversas publicaciones internacionales, como las webs Encuentro de la Cultura Cubana (España) y teatroenmiami.com (Miami); las revistas digitales Otro Lunes (Alemania), Palabra Abierta (California) y Letra Urbana (Miami), como el blog Gaspar. El Lugareño.

Monday, May 30, 2016

Final cerrado (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de  Félix Luis Viera.  Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog,  en este enlace.  





Tú nunca leerás estas líneas, tú
ni siquiera sabrás que escribí estas líneas.
A ti, extranjera también en Dresde, te
   agradezco
esa conversación que me urgía como recuperar un
órgano perdido.

Fuiste mansa, locuaz a la medida de la noche,
de mi noche solitaria y vagabunda casi.

Nunca olvidaré tu manera de masticar la zeta
ni ese esfuerzo de tu inglés tratando de salvar al
   mío, pobrecito,
y todo lo demás que pusiste como una paloma
   en el pico de su hijo.

Pero tú nunca leerás estas líneas, yo nunca te
   escribiré una carta.

Tú y yo sabemos por qué.



Noviembre de 1982


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Félix Luis Viera nació en Santa Clara, Cuba, en 1945. Ha publicado los libros de poemas: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la UNEAC 1976, Ediciones Unión Cuba); Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba); Cada día muero 24 horas (Editorial Letras Cubanas, 1990); Y me han dolido los cuchillos (Editorial Capiro, Cuba, 1991) y Poemas de amor y de olvido (Editorial Capiro, Cuba, 1994). Los libros de cuento: Las llamas en el cielo (Ediciones Unión, Cuba, 1983); En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983, Editorial Letras Cubanas, nueva edición 1988) y Precio del amor (Editorial Letras Cubanas, 1990). Las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de novela, UNEAC 1987, Premio de la Crítica 1988, Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (Ediciones Unión, Cuba, 1995); Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2003, Editorial Eriginal Books, Miami, 2012) y la novela corta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997, Editorial Capiro, Cuba, 2002).
Su libro de cuentos Las llamas en el Cielo es considerado un clásico en su país. Sus creaciones han sido traducidas a varios idiomas y se han publicado en antologías en Cuba y otros países. En su país natal recibió varios reconocimientos por su trabajo en favor de la cultura. En Italia se le conoce por su novela Un ciervo Herido, editada con el título El trabajo os hará hombres (L’Ancora del Mediterráneo, 2008), que aborda el tema de la UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), en realidad campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados supuestos desafectos a la revolución castrista, como religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros. Esta novela, con buena acogida de público y crítica, ha circulado en varios países de habla hispana y en la Florida.
En 2010, Félix Luis Viera publicó en México El corazón del rey, novela que incursiona en la década de 1960, cuando en Cuba se establecía la llamada revolución socialista, y que expone el mundo marginal de esa época. Ese mismo año dio a la luz el poemario La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami), publicado posteriormente en Italia por ediciones Il Flogio y merecedor de uno de los Premios “Latina en Versos”, otorgados en aquel país. Su más reciente publicación es la reedición de sus cuentos "Precio del Amor" (Alexandria Library, 2015)
Es ciudadano mexicano por naturalización.

Thursday, May 26, 2016

El valor del padre (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia. Este programa académico comenzará a funcionar en Miami el próximo mes de agosto, con un programa extenso de 45 semanas, en la Humboldt International University.
 
El texto de esta semana forma parte de su libro De Madres a Hijas, el ABC de la Familia (Alexandria Library, 2015).Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace


 
Antes de continuar remarcando la función por excelencia de la madre pasaremos a reivindicar la función paterna. Una función olvidada en esta sociedad donde las diferencias sexuales han caído en desuso.

Verás, la pareja es complemento. Cada uno tiene una tarea que cumplir. Luna y Sol. Noche y día. El padre pone la ley. Establece ciertas reglas. Encuadra. Es la pista para que el niño despegue de la familia hacia la sociedad. Tú ofreces el amor, la paciencia, los motores de la vida. Eres el hangar. La computadora para sobrevolar el mundo. Tú, amigo-padre facilitas el vínculo sagrado y primario de tu esposa con el hijo durante los primeros seis años de su vida. Gracias a ti comprenderá lo que está prohibido en la sociedad humana. Se denomina función paterna. Una función, hoy por hoy, olvidada. Es verdad que el machismo persistente ha contribuido a esta situación. El abuso contra la mujer es moneda corriente. Quizá esto nos lleva a rechazar cualquier tipo de autoridad derivada del varón. Sin embargo, si tienes un hijo debes hacer un paréntesis. Aceptar la autoridad del padre-esposo en el hogar. No contigo. Por supuesto. Pero si con tus hijos. La sociedad necesita reglas. Carriles para funcionar. Necesita roles y tareas complementarias. En todo caso, necesita diferencias. Fíjate. La estructura de la familia se concibe como un triángulo. Quiere decir, madre, padre, hijo, donde cada cual cumple un rol, ocupa un lugar en la jerarquía familiar. En este sentido, mamá pone la ternura y papá, la ley. Que el padre establezca la ley significa que, luego de hacerse a un lado con el fin que su esposa se dedique al pequeño los primeros seis años emprenderá una serie de maniobras que ayuden a desprenderla poco a poco de la relación cerrada con el hijo o hija. Si el niño es varón pondrá mayor esfuerzo y se lo llevará a jugar a la pelota, ver un partido de béisbol, pescar, andar en bicicleta, impedir que duerma con mamá. Le está diciendo de alguna manera; mamá es mi mujer y tú encontrarás pareja fuera del hogar cuando crezcas. La prohibición del incesto se encuentra en la base de las sociedades humanas. Con algunas excepciones históricas como el antiguo Egipto, constituye una regla universal mediante la cual la naturaleza se supera a si misma. Creando de esta manera una estructura más compleja que la simple de la vida animal. En Occidente, es el padre quien debe establecer dicha jerarquía. Por más que el hijo varón desee quedarse bajo el regazo de mamá y a mamá le dé lástima apartarlo, deberá casarse con una mujer ajena al hogar para facilitar la dinámica social. Y esta es la ley fundamental que establece el padre. Claro que en la selva o en comunidades primitivas puede no existir. No obstante y por alguna razón en casi todas las culturas existe el tabú del incesto. 

La niña que necesita identificarse con la figura femenina, vale decir copiarla, puede permanecer más cerca y por más tiempo con nosotras, ir a la peluquería, o a las tiendas, más allá de los cinco o seis años. No obstante necesitará un corte a su debido tiempo. Y por supuesto la correspondiente distancia del padre. Un papá sano debe establecer esa ley para con él mismo frente a su niña. Una pequeña de 5 años le dice a su padre; “cuando yo sea grande me casaré contigo porque mami estará muy vieja”. Como ven, la familia humana guarda resabios de aquel hombre primitivo que alguna vez fuimos y que, sin duda, habita nuestro inconsciente colectivo. En algunos países de Latinoamérica es bastante común que los padres utilicen el apelativo “novia” al referirse a sus hijas.

Tanto en varones como mujeres se hace imperioso la intervención del padre. El primer amor para varones y mujeres es la madre, por lo tanto, las características del vínculo materno primario lleva a las madres que han desarrollado el instinto materno a considerar su descendencia como una prolongación de sus propios cuerpos. En algunos casos más allá del tiempo prudente y necesario. En este sentido, la función paterna, corta, divide ese “todo”. Esa fusión que se forma entre una madre y un hijo-hija. Sin la ley del padre no accedemos correctamente a la vida en sociedad, al lenguaje, que es orden. Yo soy Luisito, hijo, hermano, sobrino, etc. Tengo un lugar con nombre y apellido en la escena familiar. Así como sujeto, verbo y predicado ocupan un lugar en la oración para que el lenguaje haga sentido. Papá nos desprende de esa unión cerrada y necesaria con mamá que amenaza quedarse para siempre. En definitiva, el amor materno construye y eleva. La ley paterna, permite enunciarnos en sociedad como sujetos con deseos propios, en lugar de ser un simple objeto de los deseos de la madre. 

¿Qué ocurre con las mamás negligentes? Aquellas que se desligan pronto de los niños. Necesitan del padre en la misma medida para propiciar ese vínculo materno fundacional. Para inspirar que la madre permanezca con el hijo o hija durante los primeros seis años. Deberá buscar otro trabajo con el fin de evitar que su esposa se ausente del hogar por largos períodos. Hablar. Comunicarse. Claro que el diálogo debe establecerse antes del matrimonio. Antes de los hijos. Saber quién es uno y quién el otro.

La madre retiene. Es puerto. Costa. Pero el hijo-hija pertenece a los mares. Debe zarpar. Cortar amarras. Si a los 30 años continúa pegado a la madre-nodriza de los primeros años, nunca podrá diseñar su mapa de ruta, su proyecto individual. Saber quien es uno depende de la distancia óptima lograda de nuestro primer gran amor, mamá. De la misma forma, solo podrá alcanzar la independencia si ha tenido suficiente mamá. Así es la naturaleza de la vida en sociedad y en el propio ambiente ecológico. Los cachorros se van cuando el tiempo llega. Ni antes ni después. En este sentido, los humanos hemos alterado hasta lo increíble la biología. Pretendemos que se independicen a los siete u ocho años o de lo contrario los conservamos en la casa hasta los cuarenta. Imagina que tu niño es un navío. Del astillero al embarcadero. Un día lo verás partir. Navegar hacia puertos lejanos. Hacia su destino. Su costa. Tu mirada lo acompañará. No lo detengas.

Te preguntarás, amiga lectora, de qué manera facilitar esta función paterna, si eres viuda, madre soltera, divorciada o tu esposo tiene una profesión que lo aleja por períodos prolongados del hogar. Pues bien, frente a las dos primeras opciones puedes apelar a tu padre como referente. Un sacerdote, un hermano. Un amigo. Tal vez una pareja capaz de llenar el vacío. Dependiendo, claro esta, de la calidad de la persona y el vínculo que establezca con tu vástago. De igual forma, si el trabajo mantiene al padre lejos, puedes establecer la función paterna desde tu discurso. Tus palabras. Si tienes que reprenderlo, le recuerdas “qué diría papá si te viera” o “papá no aprobaría esa conducta”. Créeme que estas frases resultan muy efectivas ya que le otorgas al padre presencia simbólica a través de tu discurso. 

Claro que me refiero a las madres cuya soledad le fue impuesta por las circunstancias de una vida difícil. Si tú, mujer-amiga, que tienes dinero, eres exitosa y soltera y quieres engendrar un hijo sin padre. Si piensas en adoptar. Medita lo que acabas de leer. Un ser humano es mucho más que el producto de la unión de dos células sexuales. Más que el intercambio de fluidos orgánicos. Constituye un proyecto vital resultado de la unión de un hombre y una mujer en pleno ejercicio de una parentalidad responsable.

Se dice que los hijos son de la vida. Yo creo que la vida los recibe en su seno, luego de largos años de educación parental. Todo lo que lleguen a lograr, por lo tanto, será producto de la educación recibida en el hogar. No lo condenes a sentirse diferente. A cubrir una ausencia. Un hueco innecesario de papá que estará allí para siempre.

El padre maternizado

La paternidad ha sufrido serios replanteamientos en las últimas décadas. En especial, debido a la independencia económica y mayor formación de la mujer. En muchos aspectos ha mejorado la calidad del vínculo afectivo entre papás y niños. Mayor diálogo e intimidad. Sin embargo en lo esencial de la cuestión y me refiero a la función de corte del cordón umbilical psicológico entre la madre y el bebé sus consecuencias están por verse todavía. El padre maternizado sustrae a la relación de su función capital; salir de la órbita materna y acercarse al mundo social de forma madura y equilibrada. 

El hijo sin ley buscará la pertenencia a un orden social y a un límite en sectas fanáticas, pandillas, barras bravas o como tristemente comprobamos, en grupos de terrorismo fundamentalista. Alguien que le imponga una ley. Así venimos programados. La madre no puede ofrecer ambas cosas. El padre tampoco. Siempre y ante la duda consultemos a la divina creación. La naturaleza dotó a la mujer con pechos para alimentar y un vientre para crear vida. Al hombre le dio brazos fuertes y hormonas que le permiten conquistar, cazar, buscar el sustento. No me opongo a la independencia femenina. Yo soy una mujer independiente. Me opongo a la independencia femenina a costa de los hijos. Todo a su tiempo. Tengamos cuidado. El padre que cría al hijo puede resultar maravilloso remedio para la madre cabeza de familia pero a la larga debemos preguntarnos si es lo correcto para el pequeño. Preguntarnos si tener un padre y una madre con funciones diversas y acordes al sexo de cada quien, no es acaso una necesidad psico-biológico más que un invento de la cultura. 

Abandonados en medio de una isla desierta los integrantes de la pareja humana asumirán de inmediato sus roles naturales. Él construirá un albergue seguro, saldrá a cazar alimentos, ella mantendrá el refugio ordenado y se adornará la cabeza con flores. El círculo maravilloso de la vida es una rueda de contrastes. La naturaleza de la esencia humana que las civilizaciones en su desarrollo necesitan desmentir y transformar. 




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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística.

https://www.facebook.com/christina.balinotti
https://www.youtube.com/user/christina5679

Wednesday, May 25, 2016

La "Toma de la Habana" por un arzobispo camagüeyano (por Carlos A. Peón-Casas)


 
Fotos/Blog Gaspar, El Lugareño (por Orestes J. Estrada Pérez)
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La asunción de la sede habanensis por el nuevo arzobispo Mons. Juan de la Caridad García, acaecida el pasado domingo 22 de mayo, no es ya estrictamente noticia, a unos días del suceso.

Lo fue sin dudas ese día para el mundo entero, y para lo que vivenciamos el hecho, no así para el resto de los fieles católicos cubanos que no la pudieron seguir por televisión.

Nuestros hermanos en otras latitudes pudieron igualmente ser testigos de la ceremonia que les fue participada por mediación de las televisoras internacionales ancladas en La Habana, o por las imprescindibles redes sociales, y las bondades del wi-fi.

Una parte de los peregrinos de esta larga y mediterránea llanura hicimos el impenitente trayecto hasta la capital en un antiguo ómnibus destinado primariamente a fines turísticos, ya venido a menos, sin aire acondicionado, y dotado de un pésimo sistema de ventilación, que nos hizo padecer doblemente el no corto trayecto, que a duras penas vencimos en cosa de nueve fatigantes horas de marcha, con el añadido del calor sofocante de estos mediodías primaverales, y acaso reconfortados con la bendición de algún aguacero intempestivo a la altura de la región central de Cuba. Pero el esfuerzo valió la pena. 

Fuimos testigos sin dudas de un minuto imprescindible para la historia eclesial cubana, un hecho que no ha tenido precedencias en sucesos de este tipo; cuando con paso decidido, hizo su entrada Mons. Juan en la que es ahora la sede de su cátedra arzobispal, al acercarse a pie, revestido de sus ornamentos arzobispales, desde el Arzobispado, sito en la esquina de Habana y Chacón, por toda la calle de Tejadillo, y recorrer las pocas cuadras hasta la Catedral, en compañía de un joven sacerdote camagüeyano.

Las fotos que acompañan este texto testimonian ese minuto. El flamante arzobispo, se hacía uno más entre la abigarrada multitud, entre vecinos y turistas foráneos, en un acto de decidida cotidianidad. 

Un corto y solitario paseo hasta su nuevo destino pastoral, y al mismo tiempo un gesto de disponibilidad y de servicio dócil y llano a sus nuevos arquidiocesanos y vecinos habaneros. 

Así, tan mansamente, sin fanfarrias ni oropeles, tomaba Mons. Juan la Habana, con un guiño cómplice, y una sonrisa a flor de labios, para el sorprendido fotógrafo que congeló el instante que hoy testimoniamos con tanto placer.


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ver en el blog  

Felo, el perro que recibió a Mons. Juan García en La Habana

"Felo, uno de los perros que casi siempre está en la ‎misa‬ tampoco dejó de asistir a la toma de posesión del nuevo ‪ arzobispo"‬. (Tomado del Facebook de Palabra Nueva)



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ver en el blog: 

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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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