Friday, December 29, 2017

Sobre los balletómanos cubanos (por Angel Padrón Hernández)

Nota: Agradezco a Baltasar Santiago Martín que comparta con los lectores del blog, este texto de Angel Padrón Hernández (Blog Damas 314), incluido en el número de diciembre 2017 de la revista Caritate.

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Hace mucho tiempo, allá por 1980, en el portal del Hotel Plaza en La Habana, fui testigo de unos virtuosos 32 fouettés ejecutados con limpieza y asombrosa velocidad por un joven muy delgado al que llamaban “Yuyi”, mote con el que todos sus allegados llamaban a la primera bailarina Josefina Méndez. Lo increíble era que los hacía con un par de destartaladas zapatillas de punta: “Estas zapatillas son históricas –aseveró– y me las regaló la propia Yuyi. Son mi fetiche, sin ellas no me salen bien los pasos”. Los que lo rodeaban y aplaudían lo estimulaban con frases como esta: “Dale, Yuyi; cabeza, mucha cabeza, para que no pierdas el spot”, y eran quienes además iban tarareando en ritmo y tiempo la onomatopeya de la música de los fouettés del Cisne Negro, del tercer acto de El lago de los cisnes. Terminado el ciclo de las legendarias 32 vueltas, arremetió con la archifamosa “vaquita” sobre aquel piso duro, que remató con el difícil círculo de piqués, que cerró con dobles. Luego supe que ese joven –quien se preciaba de tener en su repertorio “variaciones de distintos ballets– hacía esas mismas proezas técnicas en el pórtico del cine Yara y en las colas de la calle San Rafael para comprar entradas para el BNC, adonde siempre traía sus puntas paupérrimas y donde, se lo pidieran o no, ejecutaba sus proezas. Aquello me dejó anonadado. ¿Cómo había aprendido a dominar aquellos pasos en los que muchas bailarinas tardan tanto tiempo para conseguir la perfección? Le pregunté: “Oye, ¿cómo lograste eso? ¿Alguien te enseñó?”. “Nadie –me dijo sentencioso–; lo aprendí solo de mirar a Yuyi, mi bailarina favorita, a quien adoro. Josefina Méndez, después de Alicia, es la más grande entre todas. Es mi inspiración. Yo no bailo, es ella la que me hace bailar, la que desde el escenario “me transmite” la técnica y yo absorbo su arte, y ya ves, acabas de ver el resultado”. Quedé en estado casi catatónico, como creo que quedaron todas las personas que rondaban por aquella zona y que se fueron incorporando a aquella especie de “función de ballet callejera”. Lo increíble también de aquel “bailarín balletómano” era su valentía, porque esos eran tiempos en que la homofobia imperante en todo el país era proverbial. Tiempos de las famosas “recogidas”, donde ser homosexual era ser culpable de tu condición sexual, ser condenado a dejar ser quien eras para ser aceptado hasta en las carreras universitarias. Ahora muchos gays creen que son leyendas inventadas por los que lo padecimos, pero no fue así. Se pagaba un precio caro por ser gay, lo cual era un desafío social en Cuba, en esos tiempos felizmente ya pasados, pero que dejaron huellas profundas en todos los que lo sufrimos. Aquel impertérrito balletómano repitió la Coda más de seis veces, a petición de sus admiradores y de todo el que pasaba por esa zona, donde además había, recuerdo, una parada de guaguas. Ya había sido testigo, en una función de Coppélia en el “García Lorca”, de algo que me dejó igual paralizado. Como todos saben, en el II acto de este ballet, la orquesta repite todo el Vals del primero a modo de obertura, y ya un amigo de La Habana me había avisado que me tenía una gran sorpresa, y me pidió que nos quedáramos afuera, en el pasillo del segundo piso. “No tienes ni idea de lo que vas a ver”, me anunció entusiasmado. “La función buena no es solo en el escenario, hay aquí otra fabulosa, así que prepárate”. Para mi asombro, otro balletómano, alto y muy delgado, en pleno lobby ejecutó de forma brillante y sin un solo fallo técnico el susodicho Vals, que es todo un reto para cualquier primera bailarina. Ese Vals es tan enrevesado técnicamente, que para muchos balletómanos, si se hace bien, es como una patente de corso de que será una buena función, porque realmente en la versión de Alicia Alonso es todo un reto técnico, aun para las más virtuosas bailarinas. Cuando aquel joven terminó el Vals, atronadores aplausos –incluyendo los míos – estremecieron aquel lobby.

Esas vivencias en mis primeros contactos con el ballet me adentraron mucho en ese universo fascinante, del cual de alguna manera también creo soy parte: los balletómanos.

¿Qué es un balletómano? Pues sin dudas aquella persona que adora el ballet, que domina algo o mucho de su técnica, sabe el nombre de los pasos, y con memoria de elefante, fechas, nombres de bailarinas, signo zodiacal de estas, sus preferencias, gustos, formas en que se visten, si están casadas y con quién.

Un balletómano conoce los estilos en el ballet y los defiende, al punto de atacar con los peores improperios y anatemas a sus intérpretes cuando los malogran; aplaude vehemente en el teatro –algunos poseen un verdadero patrimonio de adjetivos o epítetos para su bailarina favorita: “perra, regia, única, divina…”– y coleccionan con verdadero frenesí imágenes de funciones, incluso videos en formatos antediluvianos, con escenas o ballets completos, de los cuales han conseguido grabaciones históricas, fotos que tal vez ni el Museo de la Danza tenga, así como programas firmados por bailarines, rosas secas en un libro –de ballet, desde luego– de un ramo que regalaron en tal o más cual función de sus adoradas divas de la danza.

Esperan a la salida del teatro a su diva favorita, para felicitarla e incluso hacerle correcciones de algún paso que no estuvo del todo bien. En mi época de juventud, los conocí que hacían –hacíamos– colas espartanas para conseguir una entrada, con largas listas que había que “rectificar” durante varios días; que dejaban de comer si se les hacía tarde para la función, o emigraban a otras provincias para ver bailar a sus “divas” preferidas.

Tengo un amigo que se montaba en aquellos trenes que tardaban un siglo en llegar a La Habana, con apenas lo mínimo de dinero, para poder ver las funciones de Charín (Rosario Suárez). Muchos balletómanos aquí en Camagüey guardaban sus mejores ropas para la función de Aidita, aunque hubo adoradores de Dania Cristia, Dorys Pérez, Laura Urgellés, Celia Rosales, Bárbara García y Zoraida Rodríguez –a esta última, nadie, es cierto, la igualó ni superó nunca en la velocidad de la diagonal de piqués de Paquita, además de que este Gran Pas fue montado especialmente para ella, y este detalle pesa mucho en la mente de un balletómano.

Recuerdo que un amigo, siempre que se ponía en escena Paquita por otra intérprete, cuando llegaba el momento de la diagonal de piqués, salía literalmente del teatro y nos decía luego contrariado: “¡Qué va, la Zoraida “marcó” esa diagonal, y como ella nadie!; yo prefiero salir…”. En una función de Giselle, si mal no recuerdo, con Ofelia González, un balletómano tuvo una memorable discusión con un camarógrafo de la televisión, porque habían puesto la cámara en un sitio que no le dejaba ver bien. Se dijeron cosas feas, se insultaron, y el balletómano, desesperado y ya en el clímax de su indignación, le espetó hecho una furia al camarógrafo: “Yo pagué mi entrada y nadie me dijo que iban a ponerme una cámara delante, ¿usted sabe lo que eso significa? Pues que me pierdo el momento en que ella ansiosa y sonriente abre la puerta y sale de la casita, y peor aún, imagínate, no veré cuando se la traga la tumba con los lirios en las manos”.

Hay otra anécdota estremecedora. En una función de Alicia, los balletómanos se aglomeraban contra las puertas de cristal para que los dejaran pasar. Alguien le avisó a la Alonso que “su público” estaba enardecido porque no los dejaban pasar. Era un festival, no recuerdo bien. Ella, medio maquillada aún, pidió que la dejaran hablar con ellos, y alguien le dijo que no lo hiciera, que aquello sería una locura. Pero Alicia, sabia siempre, pidió que la llevaran a la puerta, e incluso que la abrieran. “Amigos, por favor, ustedes saben lo que significa esta función –les dijo, calmadamente– para la cultura de nuestro país y para mí; por favor, sean organizados, que todos van a pasar”. Y con un gesto, dio la orden a los empleados de que abrieran las puertas. Una estruendosa ovación estremeció el lobby del “García Lorca”. Y efectivamente, todo el que estaba allí pudo acceder al teatro y disfrutar de la función.

Estos adoradores del ballet clásico son capaces de hacer largas colas o pagar precios altísimos por una entrada para la función de su bailarina preferida –aunque es poco probable que un buen balletómano no tenga ya algunos “contactos” que lo ayuden a conseguir cómo acceder a las funciones de su diva del alma.

En La Habana, el fenómeno era todavía más notorio. Los había que adoraban a Aurora, otros a Loipa o a Mirta Plá. Josefina fue una de la que más balletómanos tuvo…

Los balletómanos de Alicia, por ejemplo, le arrojaban ramos de flores en el “Lorca”, la abordaban a la salida del teatro, le gritaban exaltados los epítetos más grandilocuentes en medio de una función: “Única, divina”. Creo que, aunque el término suene un poco “raro”, que la bailarina a la que se le adjudicó primero por algún balletómano delirante el clásico “perrrraaaaaaaa” fue Alicia Alonso.

Los balletómanos son muy amigos de otros balletómanos, siempre que no tengan una preferencia divergente a la suya por la bailarina de sus sueños. Ejemplos sobrados viví yo, en las colas del “Lorca” en aquellos años ochenta, de tantos balletómanos adoradores de Amparo, enfrentados a los que sublimaban a Ofelia. Discutían de pasos, se disputaban criterios, y armaban tremendas alharacas en plena calle San Rafael, ofuscados cuando el criterio del otro no era análogo al suyo.

Un caso excepcional de esto fue Rosario Suárez. Lo de Charín sí fue algo que todavía me asombra, un fenómeno social diría yo. Sucedía con ella que todos los balletómanos la adoraban. Le decían “la reina de los jueves”. Ella fue merecedora de aquel famoso “egregia” que le gritó un balletómano. O aquel otro “doméstica” que le lanzó un balletómano de Camagüey, todo porque en una función del entonces Ballet Teatro de La Habana, dirigido por Caridad Martínez, Charín se mojaba el pelo en una palangana.

Todo el que vive y asiste a ballet en Camagüey conoce a Hugo, quien es un verdadero virtuoso de epítetos y adjetivos para sus bailarinas preferidas. Una vez le grito a Aidita: “Azulísima”, porque vestía un vestuario de ese color. Hugo tenía el poder de lanzar un “Bravoooooooooooooooooooo”, extendiendo la vocal final tanto tiempo, que uno se preguntaba, si hubiera sido cantante, cuanto habría triunfado extendiendo un agudo así tanto tiempo sin respirar. Igualmente, en una función de Coppélia, un balletómano le gritó a Rosario Suárez: “Charín, un brazo de Lago”, o sea, le estaba pidiendo a su diosa que en medio de aquel ballet (que tiene otro estilo), ella pusiera los brazos como en Lago. Y hay una realidad, como bien señala Pedro Simón en su trabajo sobre el balletómano, que todas las obsesiones son dañinas, por ende, también este exceso de adoración puede dañar mucho una función, y lo que es peor, hacer creer al artista que está en el escenario solo por complacer a sus “adoradores” que están en la platea. También se da el caso de artistas que, acostumbrados ya a complacer el gusto de su público, buscan el aplauso o el alarido, y extienden más allá de lo razonable un balance, aunque el cuerpo esté mal colocado, solo con el fin de conseguir al aplauso. Y eso ciertamente no es nada celebrable. Además, el fanatismo de algunos balletómanos con una figura en especial, lo hace cegarse de tal nociva manera, que no valora –o no lo desea– el desempeño de otras igualmente buenas y talentosas. Pero un buen y disciplinado balletómano, conocedor y respetuoso –que hay muchos así– son esenciales en una función de ballet. La comunicación, digamos “espiritual”, del balletómano con el ballet es algo peculiar, pasional; algo que tiene que ver mucho con la adoración y el amor más desenfrenado. Los balletómanos tiemblan de miedo, sudan, sufren; les dan soponcios, taquicardias, cuando su bailarina predilecta no hace la variación tal como ellos esperaban, y muchas veces se paran y se van indignados.

Un amigo mío se devoraba sus uñas cuando Aidita ejecutaba una variación. Él no disfrutaba las variaciones, sino que las “sufría”, penando de antemano de que fuera a caerse de la punta o a perder el eje, etc.

Son a veces crueles, y no perdonan unas pirouettes dobles cuando ellos esperaban triples. También es verdad que hay un gran grupo de balletómanos que aplauden cuando un bailarín se cae o le falla un paso. Otra cosa particular en este gremio que nos ocupa es que, como dijo una vez Alicia: “Los grandes públicos siempre aplauden la entrada de las grandes figuras”, y se refería desde luego a que una vez que aparece una primera figura, los buenos y conocedores balletómanos aplauden fervorosamente. Y el público cubano en general es de esos “grandes públicos”. Una noche, en el Teatro Principal de mi ciudad, bailaba Cristine Ferrando –bailarina francesa que recibía preparación en el BC– Paquita, en la que no ejecutaba en la coda la sucesión de 32 fouettés, sino que hacía solo 16, y los restantes compases los resolvía con un discreto círculo de piqués. Una noche, sus padres habían venido de su país a verla, y ella no lo sabía. Estaban sentados en el primer balcón, como en las películas. Alguien le avisó a la Ferrando que ahí estaban sus padres. Un balletómano que estaba cerca le dijo: “Oye, Cristín, tienes que apretar hoy, sobre todo en los fouettés, que tus padres están ahí, así que suéltate”. Pues bien, ocurrió el milagro de que la Ferrando ejecutó esa noche sus 32 vueltas cerrando con dobles, lo cual provocó una delirante euforia en el público. Recuerdo que muy cerca de mí había una señora que escuchaba que Hugo, al que ya me referí, muy famoso por sus ditirambos a las bailarinas, le gritaba: “¡Lograda, lograda!”. La señora se volvió hacia mí y me preguntó: “¿Qué le están diciendo, ¿rosada?”. Y yo le contesté: “No, señora: lograda”. Ella, más desconcertada aún, me preguntó: “¿Lograda, y que eso quiere decir?”. “Eso quiere decir que la bailarina “se logró” en el escenario, que se logró”. La señora suspiró, sin entender, y siguió aplaudiendo.

Aunque aclaré bien que La Habana era más pródiga en admiradores del ballet, aquí, en mi ciudad, este balletómano del que hablo tenía organizado una especie de “sindicato” de adoradores del ballet, a los cuales “repartía” qué “calificativo o elogio” debían gritarle y en qué momento a la bailarina en cuestión. Estos ocupaban siempre la primera fila de la platea. Asombroso, realmente. Pero no es solamente esto lo que define un balletómano. Está, por otro lado, la gran pasión que siente por el ballet, su capacidad para entenderlo y llegar a tener una gran cultura en este arte secular y complejo. Los balletómanos son capaces incluso de saber la historia del ballet, y citar momentos cruciales de la danza, con una precisión que envidiaría cualquier historiador de arte.

Bárbara García gozó en Camagüey, desde que se graduó, de una especial adoración por el público. Una vez que bailaba Giselle, el primer bailarín Osvaldo Beiro se lastimó en el primer acto. Y por ello se presentó el segundo acto solo hasta la “iniciación” de Giselle. Luego de esta, y bajo una ovación por las tres vueltas con que ella cerró los grand pirouette en attitude y el balance final, se cerró el telón. Un suspiro de desaliento se oyó en toda la sala, y alguien, balletómano acérrimo, me comentó furibundo: “Esta niña tiene una técnica que me molesta. No la resisto, es demasiado. A nadie he visto hacer un grand rond de jambe en l’air, luego pas de bourré sin bajarse de la punta en la variación del primer acto, y ahora esto. Después de esa iniciación, es demasiado ya, ¿qué se cree ella? ¿Que somos de acero? Lo mejor que pudo pasar es precisamente eso, que se cerrara el telón”.

En memoria de Angélica Serrú Balmaceda


por Rubén Rodríguez González
Periódico Ahora. Holguín


“Si la insistencia y la tenacidad son defectos, esos son mis mayores defectos. Yo estoy feliz con lo que he hecho”, me comentó en 1997 la destacada promotora cultural y pedagoga Angélica Serrú Balmaseda, quien falleciera el pasado 23 de diciembre, en Estados Unidos, donde residía, junto a su hija y nietos, desde hace unos años.

Angélica Serrú es una figura ligada indiscutiblemente al desarrollo cultural en Holguín, especialmente el ballet, a cuya promoción y fomento dedicara más de cincuenta años.

Con esa dama dulce y enérgica, de porte regio y espíritu elevado, tuve la oportunidad de compartir en varias ocasiones, con motivo de trabajos periodísticos que la involucraban a ella o a alguno de sus múltiples proyectos, o en las abundantes celebraciones artísticas habituales en la Ciudad de los Parques.

La Serrú había estudiado el bachillerato en la escuela protestante Los Amigos, de esta ciudad, donde se vinculó desde muy joven al arte, actuando como solista y acompañante de cantantes locales y concertistas. Ya desde esa época, comenzó a simultanear las actividades educacionales y culturales.

Entre 1945 y 1950 formó parte del Coro Polifónico e integró las directivas de las sociedades Coral y Filarmónica. Entre 1950 y 1958, estuvo entre los fundadores de la Primera Escuela de Ballet, devenida Segunda Escuela de Ballet, al convertirse en sucursal de la Academia de Ballet de Alicia Alonso de La Habana.

Más adelante, en 1962, fundó la Tercera Escuela de Ballet en Holguín, la que lograra alcanzar el nivel medio y que desapareció después de su jubilación. Que Alicia Alonso les permitiera utilizar su nombre para la academia era honor del que no pocas veces se enorgulleciera Angélica.

En 1963 constituyó la Cátedra de Música del Instituto Preuniversitario, donde su labor educativa logró resultados notables, al fundar su coro polifónico. También apadrinó las agrupaciones corales del Ministerio del Interior, el Batallón femenino y de Educación.

Cinco años más tarde, pasó a dirigir la especialidad de música conjuntamente con la de ballet, en la otrora Escuela de Arte, germen de la Escuela Raúl Gómez García, al unificarse sus tres especialidades.

Posteriormente fungió como coordinadora de la Enseñanza Artística en la provincia, desde 1974 hasta 1980, cuando se jubila, aunque sigue realizando distintas tareas en el Ministerio de Cultura y Educación.

Entre 1996 y 1997 participó en la creación de la Academia de Ballet del Teatro Lírico Rodrigo Prats, y colaboró con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y con el Consejo Provincial de las Artes Escénicas.

En el año 2001, fundó el Ballet de Cámara de Holguín, también apadrinado por Alicia Alonso. Durante años había abrigado Angélica ese propósito. En reportaje dedicado a una de las academias que creara (semanario ¡ahora! 27.12.1997), la Serrú declaraba: “Podemos fundar un ballet de cámara. El Teatro Lírico cuenta con cuerpo de baile y Codanza trabaja la danza contemporánea. Pero nosotros tenemos material humano para formar bailarines clásicos. Ya desde los años ‘70 Fernando Alonso declaró que la tercera compañía de ballet del país debería nacer en Holguín”.

Por sus relevantes méritos durante más de 50 años consagrados a la cultura, Angélica mereció más de medio centenar de órdenes y condecoraciones importantes, entre las que sobresalen la Distinción por la Cultura Nacional y las medallas de la Alfabetización, Raúl Gómez García, del Sindicato de la Cultura; el Hacha de Holguín, el Aldabón de la Periquera y el Escudo de la Ciudad, máximas distinciones locales. Angélica estuvo nominada, además, al Premio Nacional de Enseñanza Artística 2009, galardón que reconoce la dedicación y el esmero de profesores y personalidades en la formación de las nuevas generaciones de artistas y profesionales.

En el año 2006, se le dedicó la Semana de la Cultura holguinera, donde recibió con regocijo el título de Hija Ilustre. Conocedora de la integralidad del arte, Angélica me dijo en alguna de nuestras tantas charlas: “No puede haber una cultura sólida si no nos interesamos por todo. Si nos dedicamos a un solo objetivo, se estanca el resto”.

Angélica, quien cumpliera 101 años el pasado 1 de noviembre, compartió su vida y amor por las artes con el Dr. Diego García Benítez, quien perteneció a una ilustre familia holguinera y fue pionero de la Hipnosis en Cuba. Ambos fueron dedicados y sensibles promotores del arte y la cultura en el territorio.

Angélica Serrú mantuvo hasta sus últimos días contacto afectivo con la ciudad y sus instituciones artísticas, a los que dedicara su vida y esfuerzo.





Thursday, December 28, 2017

Diferencias complementarias entre varones y mujeres (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia, programa académico extenso de 45 semanas, en la Humboldt International University. Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace.

Para información e inscribirse en el programa puede acceder en este enlace. Para comunicarse puede escribir a Universidaddelafamilia.miami@gmail.com y visitar www.unifamilia.com
 



La Dra. Christina Balinotti conversa con el historiador ​cubano ​Joaquín Estrada-Montalván cuestionando la igualdad​ en favor de las diferencias complementarias​ entre varones y mujeres​. ​Recuperar la principal polaridad del universo, la polaridad Varón-Mujer​. ​D​os caras de una misma moneda​​. Complemento de diferencias en favor del equilibrio ​humano y ​del planeta​.



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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística. 
Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016.

 www.universidaddelafamiliaahorasi.org
 Universidaddelafamiliaahorasi.miami@gmail.com
https://www.facebook.com/christina.balinotti

https://www.youtube.com/user/christina5679

Iván Monreal Alonso, ¿por qué Yarini? (entrevista por Baltasar Santiago Martín)

Nota: Agradezco a Baltasar Santiago Martín que comparta con los lectores del blog, su entrevista a Iván Monreal Alonso (realizada en la ciudad de Miami el 9 de abril del 2013). Fue publicada anteriormente en la revista Newsweek en español. Semana del 10 de junio al 17 de junio del 2013, y en la revista CARITATE de abril del 2013. Ha sido incluida en el próximo número de la revista Caritate.

La presentación del número de diciembre 2017 de la revista Caritate, dedicado a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y al 69 aniversario de la fundación del Ballet Nacional de Cuba, tendrá lugar este viernes 29 de diciembre de 2017 a las 8 p.m., en Art and Wine Miami  (3496 N.W. 7th St. Miami, 33125)


Iván Monreal Alonso es hijo de la reconocida maitre de ballet Laura Alonso; nieto de la mítica prima ballerina assoluta Alicia Alonso y de Fernando Alonso, figura cimera también del ballet mundial; y sobrino-nieto de Alberto Alonso, otro pilar insoslayable de la danza y de la coreografía en Cuba y en el orbe, lo cual fue de seguro un gran orgullo para el pequeño Iván, pero también un enorme desafío –como lo debe haber sido también para José Martí Zayas Bazán, el hijo de José Martí–, porque las comparaciones siempre surgen y la gente espera al menos que los vástagos de los famosos estén a la altura de sus antecesores, sobre todo cuando se ha seguido la misma profesión de aquellos.

¿Qué tan “pesado” le ha resultado a Iván ser el nieto de Alicia y de Fernando?; ¿ha sido un pro o un contra en su carrera? Todo esto y mucho más a continuación:

Iván, cuando entrevisté a tu mamá le pregunté: “¿La vocación por el ballet fue natural, o inducida por la profesión de sus padres y la presión de la familia, los amigos y el medio, que esperaban que usted también se dedicara al ballet?”, y ahora te hago la misma pregunta a ti.

Todo a mi alrededor era ballet, incluso antes de nacer...; acompañaba a mi madre a clases y funciones, así es que la vocación por el ballet no fue inducida, sino que vino incluida.

Lorenzo Monreal –tu papá–, también era bailarín de ballet, ¿qué pasó con él y cómo lo recuerdas?

Mi padre, Lorenzo Monreal, se quedó en una gira del Ballet Nacional de Cuba (BNC) en París, junto con otros nueve bailarines; esta gira hoy se le conoce como “la gira de los diez”. Los recuerdos de él en mi infancia son fragmentos muy cortos y fuera de foco, como secuencias de una vieja película, pero años más tarde pude conocerlo en Nueva York, durante la segunda gira del BNC a los Estados Unidos. Siempre tuve la esperanza de podernos ver en alguna parte del mundo…

Ahora, después de su muerte –porque murió meses después con 45 años de edad– tengo la certeza de que vamos a encontrarnos algún día.

¿Cómo es Alicia como abuela?

Me resulta muy difícil esta pregunta, pero como soy el único que puede responderla, te diré que no es una abuela como la de todo el mundo, que te malcría y dice maravillas del nieto, pero en la intimidad familiar es muy simpática y cariñosa, con un gran sentido del humor.

¿En qué año te gradúas, y dónde hiciste el servicio social?

Terminé la Escuela Nacional de Arte en 1976, después de siete años de estudio, y entré al Ballet Nacional de Cuba, porque en aquel momento no existía el servicio social ni el Ministerio de Cultura, sino el Consejo Nacional de Cultura, y después de graduado ibas al Ballet Nacional o al de Camagüey.

¿Qué tan “pesado” te ha resultado ser el hijo de Laura y el nieto de Alicia y de Fernando?; ¿ha sido un pro o un contra en tu carrera?

Ser hijo de Laura y nieto de Alicia y de Fernando resultó ser muy pesado, porque la cadena siempre se rompe por el eslabón más débil, y ese era yo. Es súper complicado en lo personal poder separar la familia y el trabajo; cuando era estudiante, en los exámenes, el presidente del jurado era mi abuelo, cuando entro en la compañía, la directora era Alicia; me voy al Ballet de Camagüey, y el director era abuelo; paso para ProDanza, y la directora era Laura, mi madre.

Una persona normalmente tiene tres tipos de problemas: en la casa, en el trabajo y en la familia, pero yo tengo uno solo que son los tres juntos; en resumen, a pesar de todo, ser de la familia ha sido más a mi favor que en contra.

¿Cuándo y por qué Yarini?

Si mal no recuerdo, el estreno fue en el 2005, en el Teatro Mella, y la reacción del público fue fantástica. El ballet tuvo muy buena acogida, para sorpresa mía, porque creía que no aceptarían la ausencia de los personajes de la obra teatral en mi coreografía. Yarini –que todavía hoy sigue siendo “el rey de San Isidro” –, vivió en un período muy importante de nuestra historia: el final de la lucha de nuestros mambises y la transformación de Cuba de colonia en república.

Nací el mismo día que Yarini, el 5 de febrero –pura coincidencia–, pero yo en el año 1959…

Leí que Alicia fue al estreno de este ballet, ¿qué te comentó después?

En efecto, abuela fue al estreno de Yarini..., primera y única vez que asiste a una función de ProDanza. No me dijo si le gustó o no, y yo no le pregunté porque estaba muy, muy, muy nervioso, pero sí me dio valiosos consejos sobre cómo hacer un ballet, que me habrían ayudado mucho de haberlo sabido antes.

¿Cómo fuiste a parar a Santo Domingo?

Fui a Santo Domingo porque creía que con una vieja amiga podría hacer una nueva vida...

¿Quiénes son tus paradigmas en el mundo de la danza?

Como bailarines, Jorge Esquivel, Lázaro Carreño y Andrés Wiliams; y después, como coreógrafos, tío Alberto (Alberto Alonso), Bob Fosse, Balachine y Jerome Robins.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro personal y profesional?

En lo personal, Carmen, Camila y Lucía –mis tres hijas–; y en lo profesional, Yarini.

Cinco bailarines que hicieron futuro. ¡Honor a quien honor merece! (por Marta García)

Nota: Agradezco a Baltasar Santiago Martín que comparta con los lectores, este texto incluido en el número de diciembre 2017, de la revista Caritate.

Su autora, la ballerina cubana Marta García, lamentablemente falleció el pasado 29 de enero de 2017, en Madrid. Ver en el blog Orlando Salgado y Marta García, un pas de deux de la vida real (por Baltasar Santiago Martín) y Miami rinde homenaje a la bailarina cubana Marta García (por Wilfredo A. Ramos Vázquez).

La presentación del número de diciembre 2017 de la revista Caritate, dedicado a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y al 69 aniversario de la fundación del Ballet Nacional de Cuba, tendrá lugar este viernes 29 de diciembre de 2017 a las 8 p.m., en Art and Wine Miami  (3496 N.W. 7th St. Miami, 33125)


 Elenco de estreno de Canto Vital:
Jorge Esquivel, Lázaro Carreño, Orlando
 Salgado y Andrés Williams
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La historia del ballet en Cuba ha transitado por diversas etapas, desde la primera mitad del siglo XIX, con la visita a la isla de importantes compañías y figuras de la danza internacional, entre las que podemos destacar a la gran bailarina Fanny Essler en 1841, o a la mítica Ana Pávlova en 1915, 1917 y 1918, acompañada de su conjunto. Estas visitas permitieron al público cubano apreciar muchas de las obras recién estrenadas en aquel período, que hoy son parte insoslayable del repertorio romántico-clásico del ballet, comenzando a fomentarse así el gusto por la danza escénica en la sociedad cubana de la época.

Sin embargo, es en las primeras décadas del siglo XX, en los tiempos de la creación de la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana, cuando se gesta la semilla de lo que sería primero el Ballet Alicia Alonso, y después, Ballet Nacional de Cuba (B.N.C.), con los primeros pasos en la danza de tres figuras que han sido los más sólidos pilares del pensamiento y el desarrollo de la Escuela Cubana de Ballet: Alicia, Fernando y Alberto Alonso.

Cada uno de ellos, en sus aspectos más destacados, aportó sus mejores esfuerzos para la consolidación de un conjunto artístico, y la creación, en 1950, de la Academia Alicia Alonso, donde realizaron sus estudios muchas de las futuras primeras figuras del B.N.C: Mirta Plá, Josefina Méndez, Loipa Araujo, Aurora Bosch, Ramona de Sáa, Margarita de Sáa, Marta García y María Elena Llorente; academia que permitiría formar técnicamente a los más talentosos alumnos con el objetivo de incorporarlos posteriormente a esa futura compañía, donde tendrían la posibilidad de crecer artísticamente y conseguir así el fortalecimiento de un estilo propio de hacer la danza, basado en la idiosincrasia y el folklor de un pueblo, que por la mezcla en sus raíces de lo español y africano, ha sido siempre por naturaleza danzante, esfuerzo premiado con creces, con el reconocimiento temprano, ya por los años sesenta, del nacimiento de la joven Escuela Cubana de Ballet.

Largo sería el camino en su proceso de consolidación, y en él fueron muchas las personas que aportaron sus esfuerzos para este resultado: maestros, bailarines, colaboradores de dirección, diseñadores, técnicos, vestuaristas, críticos e historiadores, y un público entregado que acompañó este camino con su admiración y respeto por Alicia, como figura descollante, pero, además, por las nuevas figuras que surgían y que consiguieron también quedar en su memoria.

Es sabido que, en su fundación en 1948, el Ballet Alicia Alonso contaba entre sus filas con un alto porcentaje de bailarines extranjeros, que, por sus relaciones con Alicia, Fernando y Alberto, accedían, en sus días de descanso, a colaborar con el sueño de crear una compañía en Cuba, y que los bailarines cubanos que se unían al proyecto, lo hacían a pesar de los prejuicios existentes, con gran sacrificio, aun cuando sabían que esa profesión no era suficiente para ganarse la vida.

En agosto de1959 el estado puso en las manos de Alicia y Fernando los medios necesarios para la materialización del proyecto y comenzar una lucha contra reloj para conseguir, a corto y largo plazo, los tres objetivos fundamentales:

1) Iniciar inmediatamente las actividades del conjunto con las condiciones y el personal nacional que se contaba en el momento.
2) Elevar al máximo la calidad y el profesionalismo.
3) Convocar a audiciones para completar el elenco con bailarines de diferentes países.

Primero fue la creación de la Escuela Provincial de Ballet de L y 19 –hoy “Alejo Carpentier”– en 1961, bajo la dirección de Ana Leontieva(1), que acogió, junto a los nuevos ingresos, a algunas estudiantes que ya poseían estudios, producto del trabajo de academias privadas; y un año después, la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán, (ENA), en 1962, dirigida por Fernando Alonso, con el objetivo de conseguir, de forma acelerada, el desarrollo de una cantera nacional, imprescindible para en un futuro próximo contar con una compañía verdaderamente autóctona.

En el caso de los varones, su incorporación a los estudios se hizo muy difícil y hubo que buscar en la Casa Cuna de Beneficencia(2), así como entre familias de bajos recursos, que decidieron aceptar las becas propuestas de forma gratuita, para así abrir a sus hijos el camino a una buena educación y una carrera que les permitiera obtener un salario digno.

Comenzó una fuerte tarea didáctica para la creación de un nuevo público que aprendiera a conocer y gustar de la danza y que fuera el destinatario de todo ese esfuerzo, lo que llevó a los integrantes del B.N.C. a centros de trabajo, escuelas y lugares intrincados de nuestra geografía, donde el historiador Miguel Cabrera, acompañado por un grupo de bailarines, y con las condiciones mínimas, explicaba de forma didáctico-práctica cómo la danza surgía de un sentimiento natural en el ser humano y cómo se iba enriqueciendo y perfeccionando con el trabajo hasta llevarla a escena, para allí, comunicar un sentimiento, una historia o simplemente interpretar una música. Al final, se les mostraba una obra para que apreciaran el resultado. Esto permitió crear un público entregado que ha crecido con sus bailarines.

Así los Alonso pusieron en marcha esta gran compañía y su esfuerzo comenzó a dar sus primeros frutos. En el año 1965 sería la primera y única graduación de siete bailarinas de la Escuela Provincial de Ballet de L y 19(3), donde a partir de esa fecha, y ya creada la Escuela Nacional, se realizarían solo los estudios elementales, que se continuarían en la ENA, para allí graduarse finalmente.

Fue política primordial en el BNC desde sus inicios que los alumnos de estas escuelas pasaran sus últimos años de estudio haciendo prácticas profesionales en ensayos y funciones con la compañía, realizando roles de cuerpo de baile para irse formando en el conocimiento práctico de los diversos estilos y en el trabajo artístico imprescindible para alcanzar su verdadero desarrollo como artistas profesionales.

Este sistema de incorporación anticipada permitió avanzar una parte del camino, e hizo posible que, en 1966, después de que diez bailarines del elenco decidieran dejar la compañía en medio de una gira europea –que provocó una difícil situación artística–, la dirección tomara la decisión de acelerar el proceso y realizar, de forma anticipada, la primera graduación de la ENA, en 1968, con el fin de cubrir rápidamente esos espacios.
Jorge Esquivel
 como el Escamillo del ballet Carmen
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De esa primera graduación surgirían nombres como Jorge Esquivel, con su talento natural para el movimiento, su personalidad escénica, su innata simpatía y su fuerza física, quien pronto sería preparado para realizar los roles principales en las obras del repertorio tradicional, y entrenado especialmente por el maestro Fernando, como primera figura y compañero habitual de Alicia Alonso, participando junto a ella en los estrenos de numerosas obras, alcanzando rápidamente la categoría de “primer bailarín” en 1972.
Orlando Salgado en Bhakti
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También de esa primera graduación es Orlando Salgado, quien por su porte, elegancia natural, sensibilidad, presencia escénica y un cierto aire de modernidad, pronto comenzaría a preparar los roles principales del repertorio romántico–clásico como partenaire de las que hasta hacía poco habían sido sus maestras, y ya desde 1971, también junto a la propia Alicia Alonso, lo que significó un punto decisivo en su desarrollo, crecimiento artístico y su futura proyección, llegando a la categoría de “primer bailarín” en 1976 .
Lázaro Carreño en Giselle
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Ya en 1969 se incorpora Lázaro Carreño, quien durante su formación recibiera una beca para realizar parte de sus estudios en Leningrado, y que, luego de regresar, por su técnica brillante, su fuerte temperamento escénico y su exitosa participación en varios concursos internacionales, pronto encontró un lugar preponderante dentro del elenco, interpretando los principales roles del repertorio tradicional y obras de nueva creación, mereciendo la categoría de primer bailarín en 1976.
José Zamorano en Canto Vital
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José Zamorano, desde 1971, con su aplomo, elegancia natural y un amplio diapasón interpretativo, que le permitió a lo largo de su carrera incursionar con éxito en obras de diversos coreógrafos y estilos como Las Sílfides, Giselle o El Lago de los Cisnes; al igual que su exitosa participación en Bodas de Sangre, de Antonio Gades, o la Mamá Simone de La Fille Mal Gardée, obras todas ellas muy diferentes entre sí, donde ostentó su gran sentido histriónico, hasta llegar a la categoría de primer bailarín en 1980.

Andrés Williams en Sonata No 5 
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En 1970, Andrés Williams, con su enorme fuerza física, su especial carisma y su natural desenvolvimiento en la escena, virtudes que le valieron el pronto reconocimiento en diversos concursos internacionales y la posibilidad de asumir los roles principales en obras del repertorio tradicional como La Bella Durmiente, El Lago de los Cisnes y Don Quijote, además de obras de nueva creación, marcadas fuertemente con su personalidad, como Prólogo para una Tragedia, siendo nombrado primer bailarín en 1986, año en que también fueron ascendidos a esa misma categoría otras dos importantes figuras masculinas: Fernando Jhones y Rolando Candia.

Si bien para las bailarinas el referente Alicia Alonso marcó fuertemente su desarrollo y estableció claramente un camino a seguir, para los bailarines era fundamental encontrar el camino que definiera el carácter masculino en su danza, y es justo mencionar que la figura de Azari Plisetski fue un referente fundamental, aprendiendo de sus conocimientos como alumnos en sus clases y a la vez, compartiendo con él en escena, como un experimentado compañero más.

Esta tarea, más adelante, sería llevada a cabo por ellos mismos con relación a las siguientes generaciones, ya que desde sus inicios, el Ballet Nacional de Cuba preparaba a sus primeras figuras y a otros bailarines que podrían tener esa inclinación, para impartir clases y dirigir ensayos, en las escuelas y en la compañía.

En 1973, el Ballet Nacional de Cuba estrenó dos obras emblemáticas, merecedoras de grandes éxitos, que aún hoy, a más de cuarenta años de su creación, se mantienen vivas en su repertorio: Tarde en la Siesta, de Alberto Méndez y música de Ernesto Lecuona, con cuatro bailarinas en su estreno: Mirta Plá, Marta García, María Elena Llorente y Ofelia González, y Canto Vital, de Azari Plisetski y con música de Gustav Mahler, con cuatro bailarines en su estreno: Jorge Esquivel, Orlando Salgado, Lázaro Carreño y Andrés Williams, y esto significó, después de mucho trabajo y esfuerzos, llegar simbólicamente al punto de equilibrio, en el que, sin lugar a dudas, pudo hablarse de la consolidación de una danza masculina nacional al más alto nivel, situando en la escena al bailarín cubano en el justo lugar que le correspondía.

Este afianzamiento definió el camino a seguir por las siguientes generaciones, estimuló el gusto por la danza en los más pequeños, y ya con el beneplácito de sus padres, que dejaron atrás viejos prejuicios, se comenzó a ver esta profesión como algo digno a lo que podían dedicar su vida.

Estos primeros bailarines que he señalado anteriormente marcaron por muchos años el paso dentro de la compañía con extensas y fructíferas carreras, algo poco frecuente en la danza masculina, mientras poco a poco se preparaban, surgían y se incorporaban las nuevas generaciones, que con su trabajo siguieron desarrollando ese esfuerzo.

Esta historia ya está escrita y nada puede cambiarla; recordarla y revivirla provoca alegría, orgullo y admiración en los que disfrutaron de su arte. Con ellos se inició esa nueva era en el campo de la danza masculina dentro del BNC, que hoy trasciende fronteras y que ha dado tantos nombres importantes dentro del mundo de la danza.

Sería hermoso que el Ballet Nacional de Cuba, institución que ha rendido homenaje a tantas de sus primeras bailarinas por sus treinta años de vida artística, celebrara una gala con la presencia de estos artistas, muchos de ellos con más de treinta años en la institución, y fuera la sala García Lorca, del Gran Teatro de la Habana Alicia Alonso, lugar por excelencia en el cual crecieron y se desarrollaron, y junto al BNC y al público que los acunó con su admiración y respeto, dedicarles el fuerte aplauso que, como pioneros de una nueva etapa, por su arte y trayectoria merecen, y a través de ellos, homenajear a todos los que transitaron el camino y a los que, aún hoy, siguen cosechado éxitos nacionales e internacionales para el mayor desarrollo y engrandecimiento de la Escuela Cubana de Ballet. ¡Honor a quien honor merece!

* Fotos cortesía del archivo del Museo Nacional de la Danza, La Habana, Cuba.




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  1. Ana Leontieva, directora, bailarina y coreógrafa rusa asentada en La Habana desde la década de los 40. Solista del Ballet Ruso de Montecarlo y del Original Ballet Ruso.
  2. Institución de Beneficencia, desde muchos años ya inexistente en Cuba, que acogía niños sin familia o con problemas familiares.
  3. Marta García, Mercedes Vergara, Ileana Farrés, Esther García, Susana Peón, Lidia Díaz y María de los Milagros Roura.

Wednesday, December 27, 2017

Laura Alonso, dueña de su propio camino (entrevista por Baltasar Santiago Martín)

Nota: Agradezco a Baltasar Santiago Martín que comparta con los lectores del blog, su entrevista a Laura Alonso (realizada en la ciudad de Tampa en el año 2012). Texto incluido en el próximo número de la revista Caritate.

La presentación del número de diciembre 2017 de la revista Caritate, dedicado a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y al 69 aniversario de la fundación del Ballet Nacional de Cuba, tendrá lugar este viernes 29 de diciembre de 2017 a las 8 p.m., en Art and Wine Miami  (3496 N.W. 7th St. Miami, 33125)


Tener como padres a dos grandes leyendas del ballet mundial como Alicia y Fernando Alonso fue de seguro un gran orgullo para la pequeña Laura Alonso Martínez, pero también un enorme reto y un constante acicate.

Esta corajuda mujer, aunque no llegó a ser primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba, sino una de sus solistas principales durante 25 años, se labró su propio camino en otra crucial e importantísima faceta del mundo de la danza, y hoy por hoy es una de las más cotizadas y renombradas maîtres de ballet en el mundo.

Directora desde 1988 del Centro de Promoción de la Danza de Cuba –conocido internacionalmente como “Centro Prodanza” – donde se entrenan y forman jóvenes bailarines de todo el mundo con el método de la Escuela Cubana, Laura es la organizadora y promotora principal de los Cuballet, cursos de carácter internacional que se realizan en diferentes etapas del año, tanto en Cuba como en el extranjero, y ha impartido clases además en numerosos países a pedido de importantes compañías de danza, así como también formado parte del jurado en destacados concursos internacionales de ballet.

En 1995 creó su propia compañía, el Ballet Laura Alonso, y en el 2001 fue elegida como vicepresidente por Cuba de la Confederación Latinoamericana de la Danza.

Detrás de su leyenda personal, avalada por tantos logros profesionales, y más allá de los rumores y comentarios sobre su vida privada que forman parte ya del imaginario colectivo del pueblo cubano, está la niña, la adolescente, la joven, la mujer, que nació en la ciudad de Nueva York el 14 de marzo de 1938, y a la que con todo respeto y admiración por su carrera espero poder “dibujar” con mis preguntas y sus respuestas:


Cuando usted tuvo ya uso de razón, ¿a la niña Laurita Alonso le resultó difícil entender que su madre la hubiera enviado para Cuba para poder dedicarse a su ascendente carrera como bailarina en Nueva York?

No, no me resultó difícil entenderlo en lo absoluto. La gente tiene un modo de ver las cosas que a mí a veces me da risa. Para mí eso era normal, como para toda niña cuyos padres fueran bailarines. Me dan ganas de preguntar: “¿y tu mamá no es bailarina?”; eso era lo normal para mí, pues mi tía Cuca, mi abuela Laura –que era presidente de ProArte–, mi abuela Ernestina –quien hacía toda la ropa para las funciones–, mi tío Alberto –que también era bailarín–; toda mi familia estaba inmersa en el mundo del ballet.

¿Con qué abuela se crio, con Laura o con Ernestina?

Me criaron las dos. Ernestina –a quien yo le decía “Kika” –vivía en el apartamento de arriba, y Laura en el de abajo, que era con quien yo vivía. Cuando Laura me regañaba por algo, iba corriendo para donde Kika, y viceversa…; las dos me malcriaron increíblemente.

¿Qué recuerdos guarda de esos primeros años de su vida, con sus padres viviendo en Nueva York y usted en La Habana?

Cuando yo tenía cuatro años se me reventó el apéndice y por poco me muero, y mis padres, que estaban en Nueva York, no se enteraron hasta que yo salí de la gravedad, cinco o seis días después…
Yo los iba a visitar todos los años, y entonces me pasaba tres meses en los Estados Unidos, y nos escribíamos y hablábamos por teléfono con frecuencia.

El inglés fue mi primer idioma; yo tuve que aprender a hablar en español, y hablaba en inglés con mis padres porque ellos querían que yo no lo perdiera.

En su caso, ¿la vocación por el ballet fue natural, o inducida por la profesión de sus padres y la presión de la familia, los amigos y el medio, que esperaban que usted también se dedicara al ballet?

Sí, fue una vocación muy fuerte. Toda la familia estaba opuesta a que yo fuera bailarina. Tomar clases de ballet era una cosa, pero actuar ya en el teatro era otra…

Estando mi mamá de viaje, papá necesitó una bailarina para una de las funciones, y me metió en el cuerpo de baile. Cuando mamá regresó, le dijo: “Ya lo probó. El aplauso es más fuerte que la droga; ahora no va a haber quién se lo quite”.

Cuando usted tenía 16 años, Alicia se la llevó para Nueva York debido a la situación política que se estaba viviendo en Cuba en esos momentos; ¿qué representó para la adolescente Laura Alonso vivir un tiempo en la ciudad donde había nacido?

¡Ay!, ¡me divertí muchísimo!; recuerdo que salíamos de la escuela –estudié ballet en varias, una de ellas la del American Ballet Theatre– e íbamos a una cafetería que estaba en la esquina a tomar café, donde un fotógrafo amigo del dueño que estaba allí de visita me pidió que posara, y la foto fue premiada por la revista Photography Annual, donde publicaban las mejores fotos del año. Yo tenía el pelo muy largo y llevaba puesto un leotardo negro…; ¡es una linda foto!

En 1959, cuando triunfa la Revolución, usted tiene ya 21 años, y me imagino que querría seguir el ejemplo de su madre, que a los 22 debutó en Giselle con tanto éxito; ¿cuándo la joven Laura Alonso se da cuenta de que no va a llegar a ser una “primera bailarina” como Alicia ni como “las Cuatro Joyas”, y cómo lo tomó?

Nadie puede bailar como Alicia Alonso, ni nadie puede bailar como otra persona; uno solo puede bailar como mejor puede hacerlo. Cada vez que me daban un rol principal, papá hacía una audición para que vieran que no había favoritismo. Yo bailaba porque me gustaba, no para quitarle el puesto a nadie. Me tuve que cambiar el nombre para que me ascendieran a solista: “De ahora en adelante me llamo Laura Rayneri, como mi abuela paterna”, le dije a mi papá, porque él quería evitar que pensaran, al ver en el programa a tantos Alonso –Alicia, Alberto, Fernando y Laura– que la compañía era como un clan familiar.

Me quitaron muchas cosas como bailarina, pero como ser humano jamás…, y entonces, después de estar bailando durante 25 años, decidí dedicarme a la enseñanza del ballet.

En el imaginario colectivo del cubano nacido entre 1920 y 1970 se encuentra el famoso disparo que usted le hizo a Mario Balmaseda, de quien se dice que era su pareja en ese momento, ¿fue real o una exageración de la gente?

Era mi esposo; fue real. Él me estaba enseñando a limpiar el arma y se escapó el tiro y lo hirió, pero sin mayores consecuencias…

En 1975 sus padres se divorcian, después de 38 años de matrimonio, ¿cómo reaccionó la Laura Alonso hija ante esta hecatombe familiar y profesional?, ¿y cuál es hoy su visión sobre ese divorcio?

Mira, me pareció terrible, pero en estos casos yo siempre me pongo de parte de la mujer, y más aún en este caso, en que era mi mamá. Pienso que se podía haber manejado de otra manera, porque había intereses por fuera que ayudaron a que esto sucediera…

¿Mi visión?

Que siento mucho que haya pasado, pero que ambos son felices con sus nuevas parejas. Cada ser humano tiene derecho a la felicidad, y por tanto tengo que estar contenta con eso, porque sé que ambos son amados y cuidados con total devoción por la persona que tienen hoy a su lado.

Ya retirada de la escena, usted primero se convirtió en la entrenadora y maître personal de Alicia Alonso, rol que desempeñó durante siete años; ¿la relación madre-hija –de la que se rumora que no ha sido la mejor en algunas épocas– se resintió o se fortaleció debido a esta relación profesional, de por sí tan estresante?; ¿por qué cesó?

A la gente se le olvida que es mi mamá –y todo el mundo discute en algún momento con su madre–; ¿qué tiene de raro que yo haya discutido alguna vez con ella?

Tenemos opiniones diferentes sobre algunas cosas, pero en general casi siempre coincidimos. Ella dice que soy muy “cabezona” (testaruda), y yo le contesto que “de alguien lo heredé”.

Mamá es una diva, y las divas son muy celosas en cuanto a su carrera. Llegó un momento en que diferimos en cuanto a su decisión de seguir bailando, y dejé de ser su entrenadora y maître personal, pero nunca su hija.

Después de divorciarse de Fernando, Alicia se casa con Pedro Simón, una unión que ha durado hasta el presente, ¿cómo son las relaciones entre usted y el esposo de su madre?

Muy buenas.

En 1988 usted funda el Centro Prodanza, y algunos lo vieron como un acto suyo de independencia, ¿contó usted con el apoyo de Alicia para ello?

Sí, cómo no. Mamá siempre me ha apoyado en todas mis cosas.

Veinticuatro años después, ¿cuál considera usted que ha sido el mayor aporte de Prodanza al ballet cubano?

La ayuda para mantener la “Escuela Cubana de Ballet”, junto con la Escuela Nacional de Arte (ENA) y el Ballet Nacional de Cuba (BNC), y a través de “La Joven Guardia”, ayudar a formar primeros bailarines y buenos maestros.

¿Se siente satisfecha Laura Alonso, la maître, del camino que tomó su vida profesional, o todavía añora haber sido una gran bailarina como su madre?

Yo estoy muy satisfecha con mi vida, y puedo decir que siempre he hecho lo mejor que puedo, tanto como bailarina que como maestra, y que en todo lo que hago trato de ser lo más honesta y justa posible.

Tampa, 15 de julio del 2012


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Fotos: Laura Alonso publicada en el Blog La Reina de la Noche, de Isis Wirth. Sábado 28 de julio del 2012; y en la revista Newsweek en español. Semana del 13 al 20 de agosto del 2012.

Laura Alonso y Baltasar Santiago Martín (foto cortesía de Abelardo Reguera)

Tuesday, December 26, 2017

La prórroga de poderes de Raúl Castro en Cuba (por Yasmany Carrasco)


El pasado viernes 22 de diciembre de 2017 los cubanos conocimos la noticia de la extensión del mandato de las Asambleas Provinciales del Poder Popular hasta el 25 de marzo de 2018 y la Asamblea Nacional hasta el 19 de abril del propio 2018. Por ende el Consejo de Estado y su presidente, Raúl Castro Ruz, quien fue ¨elegido¨ como presidente de este órgano por cinco años, hasta el 24 de febrero de 2018, prorrogará su ¨mandato constitucional¨ dos meses más.

En política real esta prórroga no tiene la menor trascendencia puesto que el subsodicho mandatario continuará aún después del 19 de abril de 2018 rigiendo los destinos del país en su condición de Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, el único legalizado en Cuba y al cual le corresponde ser la ¨fuerza dirigente superior de la sociedad y del estado¨ según el artículo 5 de la Constitución cubana. No obstante a ello deseo compartir algunos criterios sobre esta decisión política fundamentada jurídicamente en los artículo 72 y 111 de la Constitución, así como en el artículo 11 de la Ley Electoral, alegando una situación excepcional motivada por el paso del huracán Irma.

En primer lugar se refleja la condición de estado totalitario del gobierno cubano quien prorroga a su antojo el mandato de gobierno por cinco años, sin que ninguna institución u organización de la sociedad civil cubana pueda siquiera tímidamente cuestionar tal decisión. El gobierno-partido incumple sus propias promesas sin temor alguno a las críticas internacionales. En segundo lugar se aprecia el cuidado e importancia que concede el régimen de la Habana a la llamada sucesión de la generación histórica de la revolución. La necesidad del aplazamiento del proceso electoral estriba en conceder tiempo a las Comisiones de Candidaturas Provinciales y Nacional a confeccionar las largas listas de diputados provinciales, nacionales y miembros del Consejo de Estado. En una sana sociedad democrática, estas propuestas hubieran surgido de la base, es decir de los partidos políticos o de las organizaciones de la sociedad civil. En Cuba como esto no existe, las candidaturas ¨vienen de arriba¨ o sea de las Comisiones de Candidaturas oficialistas que deben realizar un complejo trabajo de fino tamizaje mediante propuestas atendiendo a por cientos de representaciones de sectores y territorios de la sociedad institucional cubana como artistas, deportistas, científicos, religiosos, etc. Así como complicados algoritmos de representatividad de jóvenes, mujeres, negros, etc. Todo eso escogiendo los diputados de ¨probada trayectoria revolucionaria¨. Al final del proceso luego de tanta selección y representatividad el régimen se representa a sí mismo y excluye a toda minoría disidente o a cualquier sector social emergente que busque su espacio político.

Sin embargo resta por ver el grado de renovación que prepara el régimen. Si se eliminan al menos nominalmente todas las inmovilistas figuras históricas o por el contrario será más de lo mismo. Siempre queda la esperanza que se inyecte en la alta dirección del país, sangre nueva reformista aunque los jóvenes con su habitual simulación juren y perjuren lealtad absoluta a los principios eternos de la revolución. Esperemos que algunos ¨troyanos¨ reformistas salten las barreras de las Comisiones de Candidaturas y desde adentro puedan, cuando llegue el momento, abogar por profundas reformas que tanto necesita Cuba para salir de la profunda crisis económico, social, moral y política en que se encuentra postrada. Feliz Navidad y próspero año nuevo.

Monday, December 25, 2017

Feliz Navidad







So this is Christmas
And what have you done
Another year over
And a new one just begun
And so this is Christmas
I hope you have fun
The near and the dear one
The old and the young

A very Merry Christmas
And a happy new year
Let's hope it's a good one
Without any fear

And so this is Christmas
For weak and for strong
For rich and the poor ones
The world is so wrong
And so happy Christmas
For black and for white
For yellow and red one
Let's stop all the fight

...

Saturday, December 23, 2017

Movimiento (por Jorge Drexler)



La corredora rarámuri Lorena Ramírez es la protagonista del videoclip Movimiento de Jorge Drexler. Esta campeona de ultramaratones mexicana aparece corriendo por la Sierra Tarahumara en el video de la canción Movimiento, que el cantautor uruguayo ha estrenado este jueves. El tema, que es parte de su más reciente álbum Salvavidas de hielo, habla sobre la naturaleza migratoria del ser humano y su necesidad de moverse constantemente (puedes leer la letra completa al final de este artículo).

"El pueblo Tarahumara o Rarámuri, los de los pies ligeros, es conocido por su resistencia corriendo distancias de varios kilómetros", se lee en un mensaje introductorio sobre uno de los impactantes paisajes de las Barrancas del Cobre, en Chihuahua. A continuación viene una breve presentación de Ramírez, quien aparece mirando al horizonte: "22 años. Corredora rarámuri. Ganadora de la ultramaratón de Los Cañones de Guachohi (100 km) en julio de 2017". (Leer texto completo en Verne)

Friday, December 22, 2017

(Miami) Celebraciones navideñas en la Ermita de la Caridad


Domingo, 24 de Diciembre
(De 7:00 a.m. a 1:00 a.m. o después de la Misa de Gallo)

11: 00 a.m.: (Misa del 4to Domingo de Adviento) (P. Carlos Céspedes).
3:00 p.m.: (Misa del 4to Domingo de Adviento) (P. Fernando Hería).
6:00 p.m.: (La Natividad del Señor-Misa Vespertina de Vigilia) (P. Francisco García).
11:00 p.m.: (La Natividad del Señor-Misa de Medianoche-Misa de Gallo) (Todos los Sacerdotes).

Lunes, 25 de Diciembre
(De 9:00 a.m. a 9:00 p.m)

12: 00 p.m.: (Misa de La Natividad del Señor - Navidad) (P. Fernando Hería).
8:00 p.m.: (Misa de La Natividad del Señor - Navidad) (P. Carlos Céspedes).


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3609 South Miami Avenue
Miami, FL

Grave brote de Cólera Porcino en Camagüey (por Roberto Peláez)


Ocurre grave brote de cólera porcino en la Granja Porcina El Macho del municipio Camagüey, en la provincia de igual nombre. La enfermedad contagiosa se ha extendido a los cochiqueras de cerdos particulares de los municipios limítrofes de Jimaguayú y Vertientes, provocando el sacrificio total de la masa porcina de la zona afectada.

Al acudir al improvisado vertedero porcino ubicado detrás de la Empresa Pecuaria Triángulo 5 en el kilómetro 8 de la Carretera de Santa Cruz del Sur, comprobamos la gravedad del brote por la inusual fuerte presencia policial en el lugar. Los equipos pesados estaban excavando mientras llegaban camiones con cerdos muertos que eran arrojados a las excavaciones, a la vez que otros equipos tapaban las zanjas, que eran rociadas con cal y ácido. No apreciamos incineración alguna. Las autoridades policiales presentes en el vertedero, velaban porque no fueran sustraídas las carnes de los puercos arrojados, así como impedían tomar imágenes del lugar.

Logramos conversar con un trabajador en edad de jubilación, no identificado que expresó que hacía una semana que estaban enterrando los cerdos muertos. Señaló que, ¨al principio trajeron poca cantidad, pero ahora va aumentando la cifra y van llegando hasta 400 cerdos diarios aproximadamente. Nos dicen que debemos usar ropa verde, nasobuco y desinfectarnos bien antes de salir. La policía está pendiente de todo. Imagínate con la necesidad que hay de carne y nosotros botando miles de puercos. La situación me recuerda la Fiebre Porcina Africana de los años 70. No sé cuando va a parar esto¨. Concluyó.

Pudimos acceder también a un funcionario del Instituto de Medicina Veterinaria que declinó identificarse quien refirió ¨estamos en presencia de un grave brote del cólera porcino por su cepa virulenta, una enfermedad endémica en Cuba, que ataca solamente a la masa porcina y no al hombre. La orientación actual es sacrificar todas las poblaciones de cerdos en aquellas cochiqueras donde se detecten animales con cuadro febril para contener el brote que se ha extendido a partir de la Granja El Macho. Si no logramos contener la transmisión, necesitamos la autorización de las autoridades centrales para proceder al sacrificio de todos los cerdos, aunque estén sanos, en muchos kilómetros a la redonda para erradicar el brote. El golpe para la producción porcina en la provincia es devastador, aún no tenemos idea cuantos puercos serán sacrificados. Existe en Cuba una vacuna de una cepa china, que es efectiva para proteger la masa porcina, pero no hay disponibilidad suficiente para distribuirla entre los criadores. También en Biotecnología de Camagüey se está produciendo una vacuna cubana pero no está certificada. A los criadores con convenios de cría con la Empresa Porcina se le justificarán los incumplimientos por la enfermedad, pero a los campesinos particulares que se le sacrifique su masa porcina tendrán que asumir sus pérdidas¨. Finalizó el funcionario.

Revisada la literatura sobre la enfermedad, conocida mundialmente como Peste Porcina Clásica, PPC, apreciamos que es una enfermedad vírica contagiosa de los cerdos domésticos y salvajes. Es causada por un virus del género Pestivirus de la familia Flaviviridae. La enfermedad está ampliamente extendida por el mundo y sólo están libre de ella, Norteamérica, Europa Occidental, Australia y Nueva Zelanda. El modo mas común de contagio es el contacto entre los cerdos enfermos con los sanos. Existen distintos cepas de acuerdo a su grado de virulencia. Las más benignas sólo disminuyen la reproducción y provocan afectaciones neurológicas como temblores. Mientras que las mas agudas provocan diferentes síntomas incluyendo cuadro febril, provocando la muerte del animal entre una y dos semanas luego de la infección. Básicamente es una enfermedad propia de países subdesarrollados donde no existe inversión en la porcinocultura para inmunizar la masa porcina.

En Cuba este brote constituye una terrible noticia para el pueblo, puesto que el cerdo es el ¨mamífero nacional¨ y ante la carencia de vacunos y pescados, se convierte en la principal fuente nutricional. La masa porcina total cubana se estima en una cifra cercana a los dos millones de cabezas. Esperemos que esta vez las autoridades cubanas no culpen del brote a la Agencia Central de Inteligencia, CIA, de los Estados Unidos. Como han realizado tantas otras veces sin prueba alguna, achacando a supuestas agresiones biológicas una larga lista de enfermedades como: el virus patógenos de las aves New Castle, la Roya de la Caña, Fiebre Porcina Africana, Moho Azul del Tabaco, Dengue y Conjutivitis Hemorrágica, Disentería, Sigatoca Negra del Conejo, Varroasis de las Abejas, Thrips Palmi de los cultivos como papa, frijoles y pimientos y algunos otros que se me olviden. Pero como como decimos en Cuba, todas las aves comen arroz, pero la culpa siempre la tiene el Totí.


Camagüey 21 de diciembre de 2017

Thursday, December 21, 2017

Comunicación con los hijos (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia, programa académico extenso de 45 semanas, en la Humboldt International University. Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace.

Para información e inscribirse en el programa puede acceder en este enlace. Para comunicarse puede escribir a Universidaddelafamilia.miami@gmail.com y visitar www.unifamilia.com




Cómo mejorar la comunicación con los hijos y de qué manera restablecer el diálogo en familia. Consejos útiles y paliativos para poner en práctica.


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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística. 
Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016.



(Miami) Remembering Rotilla


Por primera vez el público de la ciudad de Miami, podrá conocer de primera mano a algunos artistas que tradicionalmente formaron parte del Festival Rotilla, realizado en Cuba por más de diez años. En esta ocasión se suman artistas cubanos americanos, creando una sólida base de arte cubano.

Fundado en 1998, el Rotilla Festival pudo reunir alrededor de 20 mil personas convirtiéndose en el mayor evento independiente de música electrónica, hip hop y arte dentro de Cuba.

Saturday December 23, 2017
Door opens: 7:00pm
Show starts: 8:00pm
Show ends: 11:30pm

Manuel Artime Theater
900 sw 1st St,
Miami, FL 33130
305-960-4680
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