Tuesday, November 7, 2023
"Smiley": una comedia gay muy gay. (por Wilfredo A. Ramos)
En estos tiempos que corren donde la sociedad a la vez que se abre a nuevas formas de enfrentar la vida, sus retos y la cotidianidad de los mismos, la misma se ha visto convocada a repensar hábitos, costumbres y maneras de abordar las nuevas miradas que imponen las transformaciones del pensamiento desde concepciones filosóficas que buscan un reordenamiento en cada uno de los valores que nos conforman como seres humanos, el arte se ha visto precisado a caminar esos mismos caminos. Por ello, el arte, que siempre ha representado lo más avanzado de la conciencia del individuo como parte indispensable del tejido social, será la que tome sobre sus hombros la responsabilidad de abordar dichos desafíos con total claridad y de manera directa.
Así es como la literatura y en específico, la literatura dramática, se ha propuesto llevar a los escenarios de hoy en día temas que hubieran sido imposibles de presentar sobre los escenarios en otros tiempos, convirtiendo de esa forma al teatro en una ventana indiscriminada hacia los avatares humanos de nuestra complicada contemporaneidad.
Siguiendo dicho andar, es que el teatro hispanohablante de Miami, preocupado por darle a esta ciudad un mayor nivel de interés artístico y tratando de afianzarla como el centro teatral de mayor relevancia dentro de dicha comunidad en este país, acaba de subir a nuestras tablas la obra “Smiley”, bajo la dirección de Fernando Azpurua, contando con las actuaciones de Saul Mauricio y Leonel Lugon, en el Sandrell Rivers Theater, los pasados 29 y 30 de Septiembre , 1, 6, 7 y 8 de Octubre.
Esta obra del autor catalán Guillem Clua, que con el subtítulo ‘Una historia de amor’, tuvo su estreno, bajo la dirección del propio autor, en la Sala Flyhard, el 29 de Noviembre del año 2012, rápidamente contó con numerosas puestas no solamente dentro del territorio español, sino en escenarios de Francia, Grecia, Chipre, Singapur, Chile, Argentina, México, Uruguay, Puerto Rico, Italia, Alemania, Perú, Australia y Estados Unidos, convirtiéndose en un éxito taquillero.
Por esta obra, el dramaturgo, director de escena, guionista y periodista catalán, ha obtenido diversos reconocimientos como el Premio Butaca -mejor texto y mejor puesta en escena- y el Premio Time Out -mejor obra- ambos en Cataluña 2013, , así como el Queer Theater Awards 2016, en Atenas, Grecia.
Entre las obras teatrales de este autor tenemos también ‘Invisibles’, 2002 -su primera pieza; ‘La piel en llamas’, 2005; ‘El sabor de las cenizas’, 2006; ‘Marburg’, 2010; ‘Invasion’, 2013; 'La revolución no será tuitejada’, 2014; ‘Proyecto Homero: Ilíada’ y ‘La tierra prometida/Kleper-438’, ambas 2016; ‘La golondrina’ y 'Al damut dels nostres cants’, las dos 2017; ‘Barro’, 2018; además de ‘Justicia’ y la secuela ‘Smiley, despres de l’amor’, en el 2020.
De igual forma, Guillem Clua ha sido merecedor de más reconocimientos tanto por su obra dramática, adaptaciones para espectáculos de danza-teatro y guiones, entre los que podemos citar Premio de Teatro Ciudad de Alcoy, 2002, 2004 y 2017 -siendo el único dramaturgo en recibirlo en tres oportunidades; Prix de Lecteurs en Normandía, Francia, por su obra ‘Marburg’ 2017; Premio Nacional de Literatura Dramática 2020 por su obra ‘Justicia’, mientras que en el 2022 obtuvo ex aequo la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos, producto de la adaptación al cine de la novela del escritor español Torcuato Luca de Tena (1923-1999), “Los renglones torcidos de Dios’, escrita en 1979.
Sin duda alguna “Smiley” se ha convertido en una obra que ha subido a muchos escenarios y ha tenido un relativo éxito, debido a que cuenta una historia amorosa entre dos hombres -tema que siempre resulta polémico o de interés- sus encuentros y desencuentros, ello rodeado de una alusión directa a cierto ambiente que no es necesariamente en el que se desenvuelven todos los homosexuales, pero que aquí se trata de mostrar como el habitual.
A nuestro entender, dicho texto no le hace mucho favor al tema tratado, pues presenta a las personas homosexuales en general, de manera extremadamente superficial y con valores muy discutibles, los cuales pueden llegar a ser rechazados seguramente hasta por miembros del mismo grupo de personas de las cuales se habla. De igual manera a través de la historia narrada se manejan una serie de conceptos del llamado discurso ‘woke’ tan en boga en estos tiempos, que tantos diferendos está creando a nivel social y educativo, mostrando un profundo discurso ideológico detrás del mismo. No obstante el autor apuesta de manera positiva, por entrar en un análisis de las complejidades que encierra este tipo de relación de forma directa, la que pudiera ser no aceptada por aquellos que poseen aún una mirada sesgada con respecto a la intimidad sentimental, que también es posible entre dos personas de igual sexo, teniendo en cuenta que todos somos seres humanos y como tal, todos nos encontramos en iguales condiciones ante el amor o el deseo sexual.
Nuestra sociedad que se autocomplace en sus supuestos avances, no ha superado ciertos traumas que aún mantenemos, causados fundamentalmente por preceptos religiosos, políticos y morales, encargados de clasificar a los seres humanos atendiendo a sus preferencias sexuales, perdiendo de vista que la sexualidad es un atributo intrínseco al hombre de todas las épocas, razas y latitudes, el cual ha gozado de diferentes visiones, aceptaciones y significados. Mientras no superemos este trauma que nos divide y enfrenta, no podremos caminar con mayor libertad, siempre que no lo queramos confundir con libertinaje, pero ya ese sería otro tema.
No es de extrañar que tras su éxito en los escenarios ‘Smiley’ fuera adaptada a la televisión, en una producción de ocho capítulos con dirección de David Martín Porras y guión del propio autor, siendo estrenada en Netflix, en Diciembre del 2022, donde se complementó la historia original con la de otros personajes y situaciones que se mueven alrededor de los dos protagonistas, complicando aún más la trama.
Previamente, en nuestra ciudad, dicha obra había tenido su estreno absoluto en el año 2019, en una puesta en escena dirigida por Kevin Cass, quien trabajó en aquella oportunidad con el mismo elenco de la puesta actual y que fue presentada en un espacio de corta vida en del downtown miamense, llamado Studio 208. De igual manera el equipo que tuvo a su cargo el diseño de escenografía y vestuario corrió a cargo de los diseñadores, Pedro Balmaseda y Jorge Noa, de la Compañía Nobarte, que ahora repitieron el trabajo, logrando un buen manejo del espacio y adaptándolo con precisión a los cambios de locación sugeridos en la puesta en escena.
El hecho de que este nuevo trabajo contara con el mismo elenco de aquel estrenado hace ya cuatro años, no nos resultó afortunado. ¿Es que no se pudo contar con otros actores para realizar la obra, en una ciudad inundada de ellos y para colmo de todas las nacionalidades? Resulta inexplicable que Fernando Azpurua, el director, utilizara a los mismos intérpretes, hecho que nos lleva a pensar si lo hizo para saltarse el largo proceso de aprendizaje y racionalización del texto e ir directamente hacia el montaje de la nueva concepción escénica, lo que indiscutiblemente acortaría enormemente el tiempo de preparación de la obra y los costos de la misma si hubiera que pagar ensayos. Teniendo en cuenta el poco tiempo entre una puesta que separa a un espectáculo del otro, nos resulta poco ético haber utilizado el mismo elenco.
A pesar de lo anteriormente señalado, tenemos que decir que el trabajo de ambos actores, como sería de esperar asumiendo que era un texto ya aprendido y llevado a escena casi tres docenas de veces en su anterior puesta en escena, tanto el del argentino Leonel Lugon, en el rol de Alex, como el del venezolano Saul Mauricio, en el de Bruno, estuvieron a la altura de lo esperado en lo que pudiera ser considerada como una comedia-dramática, aunque este término pudiera quedarle un poco grande en realidad a la hora de encasillar la obra dentro de un género dramático preciso, debido a que el autor falla al no entrar a profundizar más en la vida de cada uno de los personajes, presentándolos al público de manera demasiada lineal, esquemática y superficial.
Los actores construyen sus personajes con las pocas herramientas que el autor les ofrece, no obstante sus desempeños en escena logran darle vida a los mismos con soltura, buen ritmo y sobre todo con una muy buena dicción por parte de ambos, algo imprescindible sobre los escenarios y que por desgracia muchos actores olvidan hoy en día. Hay que destacar sin embargo, la labor de Mauricio, quien desarrolla un muy buen trabajo de desdoblamiento actoral, mediante el que nos permite disfrutar las herramientas con que cuenta sobre las tablas.
Para terminar nos gustaría hacer una breve reflexión, que quisiera dejar expuesta para que pueda ser tenida en cuenta y analizada ante futuras propuestas teatrales enfocadas en historias que involucren a personajes homosexuales. Al escribir un texto de tales características no debe considerarse que sus recipientes sean solamente públicos con igual orientación sexual a la de los personajes que trata la trama, de ser así se limitaría el alcance del mensaje que dicho texto dramático quiere entregar. En parte, el valor de toda obra artística se encuentra precisamente en la mayor difusión que esta tenga, así como en la diversidad de públicos a la que llegue la misma; por ende, un texto dramático no puede estar concebido para ser disfrutado por solamente un tipo de espectadores, con un solo interés en común, ya que concentra y minimiza el alcance de la obra en cuestión, siendo esto lo que ocurre por lo general cuando nos enfrentamos a propuestas teatrales con esta temática, las que se olvidan de tratar la misma como una más de las que atañen a la vida de la humanidad en general, donde todos estamos comprendidos.
Que a nuestros escenarios en Miami, suban obras donde se trate esta temática, es signo del cambio de los tiempos y de como el teatro de la ciudad va adquiriendo madurez y diversidad en sus propuestas, a la vez que muestra la forma en que se va abriendo hacia todos los públicos y estamentos de nuestra rica y diversa sociedad.
Texto y fotos Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, Noviembre 3, 2023
Los 5 u 4
Se me perdió el bastón
-------------
Camillero
--------
Canción a mi compañera
------------
Calla por favor
------------
Monday, November 6, 2023
Un poema por y para Elena Tamargo (de Félix Luis Viera)
Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.
---------------
------------
Poema 69 de La patria es una naranja ( Ediciones 2010, 2011, 2013) (Poesía del exilio)
69
Elena está en la verja
en la verja está escribiendo un poema en donde se ven pasar 500 yeguas cargadas de albahaca
que ahora mismo han desembarcado de La Habana,
vienen las yeguas muertas y matemáticamente destazadas
y traen banderas de varios colores que sugieren
la intención de continuar escribiendo poemas donde las yeguas
sigan llegando como llega el recuerdo de otros muertos que han sido destazados en vida.
Elena se ha vestido de blanco nuevamente
y los árboles de la colonia Del Valle
se dan cuenta de que es una niña la que va pasando
pero quizá ella no se da cuenta de que es una niña
y por eso de pronto no comprende por qué los árboles
le dejan caer esos arbolitos que se han puesto a parir para ella.
Elena está en la verja y es una tarde fría en la enorme Ciudad,
digamos que también es una tarde de verano vaporosa y blanca,
agreguemos que es una de esas tardes de otoño cuando las hojas ocres recuerdan el venir de la Muerte
es también la tarde de primavera en que las jacarandas tiñen de lila el pavimento.
En fin, es una tarde
y ella sigue cantando un poema dedicado a los perros de Cabañas
(Cabañas ahora está tan lejos que ni las barajas podrían alcanzarla).
Elena se aparta de la verja
y la vida la persigue.
Vuelve a la verja y la vida va con ella
y la lleva por las calles de la vasta Ciudad
y le va enseñando las últimas yeguas cargadas de yeguas muertas
y de albahacas insurrectas que ahora mismo han llegado de La Habana.
Y ella sigue andando y andando por la ciudad inacabable.
Pero
en realidad
ella siempre está en la verja
1998
1998
69
Elena sta alla finestra
alla finestra sta scrivendo una poesia dove si vedono passare 500 cavalle cariche di basilico
che proprio adesso sono sbarcate dall’Avana,
arrivano le cavalle morte e matematicamente fatte a pezzi
e portano bandiere di vari colori che suggeriscono
l’intenzione di continuare a scrivere poesie dove le cavalle
continuano ad arrivare come giunge il ricordo di altri morti
uccisi e tagliati a pezzi in vita.
Elena si è vestita di bianco nuovamente
e gli alberi della colonia Del Valle
si rendono conto che è una bambina quella che sta passando
ma forse lei non si rende conto che è una bambina
e perciò non comprende perché gli alberi
le lasciano cadere accanto i giovani arbusti.
Elena sta alla finestra ed è una sera fredda nell’enorme Città,
diciamo che è anche una sera d’estate profumata e bianca,
aggiungiamo che è una di quelle sere d’autunno quando le foglie ocra
ricordano l’arrivo della Morte
è anche la sera di primavera nella quale le jacarande
tingono di lilla il manto stradale.
Insomma, è una sera
e lei continua a cantare una poesia dedicata ai cani di Cabañas
(Cabañas adesso è così lontana che neppure le carte potrebbero raggiungerla).
Elena si allontana dalla finestra
e la vita la insegue.
Torna alla finestra e la vita va con lei
e la porta lungo le strade della vasta Città
e le mostra le ultime cavalle cariche di cavalle morte
e di basilico ribelle che in questo momento è arrivato dall’Avana.
E lei continua a camminare e a camminare per la città interminabile.
Ma
in realtà
lei sta sempre alla finestra.
1998
1998
---------------------------
Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.
En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.
En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.
Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.
Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.
En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.
Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.
Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.
----------------------------------------------
Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.
Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.
Sunday, November 5, 2023
Ballet "Raymonda" (por Florencia Guglielmotti)
Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.
El ballet “Raymonda” fue estrenado en el Teatro Marinsky de San Petersburgo el 19 de enero de 1898. La música fue compuesta por Aleksandr Glazunov (Op. 057) y la coreografía realizada por Marius Petipa. En aquella ocasión los intérpretes fueron Pierina Legnani (Raymonda) y Serguéi Legat (Jean de Brienne). El argumento fue realizado por Lidia Pashkova y el propio Petipa; se remonta a la Edad Media, durante las cruzadas y la lucha entre el ideal cristiano y el Islam. Está ambientada en la corte del rey de Hungría e incorpora danzas folclóricas y vestuario de ese país.
El ballet está estructurado en tres actos. En el primer acto todo se dispone para el cumpleaños de Raymonda en el castillo de la condesa Sibille (la tía de Raymonda). Durante los preparativos llega un mensajero anunciando el regreso de las Cruzadas de Jean Brienne, el prometido de Raymonda, junto a las huestes del Rey Andrés II. Anuncia que, una vez llegado, Jean tendrá que partir inmediatamente a otra cruzada y que no habrá tiempo para realizar la boda.
Raymonda está triste y se adormece. En ese momento tiene una visión: una estatua, la Dama Blanca, cobra vida y la invita a dirigirse al jardín. Allí cree ver a su amado Jean y se arroja a sus brazos. Inmediatamente después, Raymonda es acosada por el sarraceno Abderakhman, quien le declara su amor a Raymonda. Ella indignada lo rechaza. El sarraceno la acosa y ella cae desmayada. La Dama Blanca finalmente la salva. Raymonda despierta y agradece que todo haya sido solo un sueño.
Ya en el segundo acto, durante los preparativos del festejo por el regreso de los cruzados, llega Abderakhman, acompañado por su numerosa corte. Raymonda, aterrada, lo reconoce como el acosador de su visión. Abderakhman le declara su pasión a Raymonda, le ofrece grandes riquezas, Raymonda se rehúsa a aceptar y Abderakhman amenaza con raptarla.
En ese momento llegan los cruzados del Rey Andrés II y, con ellos, Jean de Brienne. La disputa entre ambos pretendientes de Raymonda se hace evidente y el Rey propone un duelo en el cual Jean de Brienne mata a Abderakhman.
Finalmente, en el tercer y último acto, el amor triunfa: Raymonda y Jean se casan. El Rey preside el evento y da su bendición, mientras los miembros de la corte bailan danzas húngaras en honor a los novios.
Este hermoso ballet, de corte orientalista, logra a través de la coreografía de Marius Petipa, un perfecto equilibrio entre danza académica y danzas de caracter, encontrando el punto exacto en la estilización del movimiento folclórico sin que pierda su identidad.
-----------------------------
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com
Los Kinnin
Popurrit de los 60s (1984)
---------------
Popurrit de los Beatles
Video realizado en el
Hotel América. Santiago de Cuba
--------------
Ven a Bailar Juanito
Video realizado en el
Cabaret Colonial. Plaza Dolores.
Santiago de Cuba, 1985
--------------
Saturday, November 4, 2023
(Camagüey. Noviembre 1908) Luto por el fallecimiento de Tomás Estrada Palma
"Camagüey, noviembre 5
a las 9. 05 p.m.
Al Diario de la Marina
Conocida a las nueve de esta mñana la noticia de la muerte de Estrada Palma, izaron sus banderas a media asta los edificios públicos, los centros políticos y sociedades de recreo, contándose entre ellos el Círculo Liberal Histórico y el Zayista.
Las oficinas del Estado, de la Provincia y del Municipio, suspendieron sus tareas al medio día, hora en que recibióse el telegrama oficial, ordenándolo igual a las escuelas públicas, doblando las campanas de las iglesias de la ciudad, siendo innumerables las casas particulares que ostentan cortinas encresponadas.
Los teatros suspendieron las funciones anunciadas. La prensa liberal al igual que la conservadora dedican sentidos recuerdos al eximio patriota.
El Corresponsal."
Diario de la Marina. Noviembre 6, 1908
Friday, November 3, 2023
Wednesday, November 1, 2023
El Cine Encanto de Camagüey, continuará funcionando con gestión privada
Luego del cierre del Proyecto "CEDINM-El Circuito" que radicaba en el Cine Encanto, este lugar continuará funcionando con gestión privada, según el proceso de licitación que anuncia el "Adelante":
El Centro Provincial del Cine (CPC) de Camagüey convoca a artistas residentes en el territorio y a emprendedores de iniciativas de desarrollo local, a presentar proyectos de animación sociocultural para el cine Encanto.Las proyecciones cinematográficas deben figurar como el servicio principal para ese espacio, localizado en la calle Ignacio Agramonte número 410 de la ciudad de Camagüey, y que dispone de diferentes áreas favorables para el uso polivalente.La institución mantiene abierto el proceso para la licitación pública, confirma la nota oficial firmada por Yenisleydi Sáez Flores, directora del CPC, y que los interesados podrán acudir de antemano para explorar el lugar.La funcionaria relaciona el concurso con “una oportunidad para poner en valor un espacio en correspondencia con nuestra política pública de mayor participación ciudadana en la estrategia de promoción de la cultura audiovisual”.El portafolio a presentar debe incluir el diseño de imagen de la nueva propuesta y un desglose de presupuesto estimado para la inversión. Para mayor información habilitaron los números de contacto (+53) 5097123, (+53)59880787 y (32)297917.La recepción de los proyectos vencerá el 15 de noviembre, en la sede del Complejo Audiovisual Nuevo Mundo, en la calle Ignacio Agramonte esquina a Lope Recio. “El proceso estará sujeto a los requisitos legales “para asegurar una mayor transparencia, legitimidad e igualdad entre los participantes”.
Cañones en La Merced. (por Carlos A. Peón-Casas)
Fotos/ Luis F. Bastián Cadalzo.
---------
Para cualquier camagüeyano no muy bien enterado, la alusión del título pudiera parecerle extraña. Pero si es curioso, entenderá con lo que sigue.
La muy antigua iglesia conventual de La Merced en lo más céntrico de la ciudad de tinajones ancestrales y ríos de poco calado que nunca llegaron al mar, fue en varios momentos de su historia, emplazamiento militar, cambiabdo su antiguo propósito salvífico y de paz y amor, por el ingente traqueteo de las armas y la presencia de soldados.
El espacio conventual con su espléndido patio anexo a la Iglesia, que tiene existencia desde el primitivo siglo XVII, luego ya edificada en 1747 con su majestuosa impronta tal y como la admiramos hoy, nos muestra en un ángulo propicio una muestra de aquellos momentos en que el espacio fuera acomodo para un cuartel.
Se trata de unos cañones, de una antigua dotación, que las tropas españolas tuvieron destacados en otro sitio no precisado de la ciudad.
Los susodichos artilugios en bastante buen estado de conservación aparecieron en tiempos recientes enterrados en los terrenos de otra casa eclesial, ubicada en las proximidades del antiguo camino de Palomino, hoy área conexa con la Carreteta Central en su salida occidental.
Después de ser encontrados en una excavación el entonces Rector de la Casa Diocesana de la Merced y actual arzobispo de la Diócesis, Monseñor Wilfredo Pino, los destinó como oportuno recordatorio, a su actual emplazamiento.
Junto a ellos se recogen algunas precisiones históricas que recuerdan la otrora función militar que tuvo ese egregio y emblemático sitio de la ciudad agramontina.
Para cerrar estos apuntes, y como beneficio del lector, incluyo algunas referencias para que ilustren mejor sobre el particular:
No existiendo en esta ciudad otra clase de fuerza armada que la de milicias, cuya guardia de prevención ocupaba una casa particular alquilada al efecto, carecíase en absoluto de cuarteles por considerarse innecesarios; así fué, que cuando a fines de 1821 vino de guarnición a esta plaza el batallón de León al mando del Coronel D. Miguel Balbuena, hubo que alojarlo en el convento de S. Francisco, como lo fué en el de la Merced la compañía del 1° Provisional que vino en 1826 á reforzar el escaso contingente de León (1)
De 1820 a 24 sirvió el Convento de cuartel a la Milicia Nacional. Desde 1824 a 1827 estuvo alojada en los claustros del Convento una compañía del extinguido Regimiento de Valencey, llamado después de Morales.(2)
[1849] Se construyeron obras de fortificación en la plaza de la Merced y frente al cuartel de Caballería, y se levantó un muro aspillerado sobre la azotea del templo cuya plaza se habia fortificado. En dichas obras se gastaron gruesas sumas inútilmente, pues fueron derribadas más adelante sin haberse obtenido con ellas otro resultado, que obstruir el tránsito público.(3)
-------------
1. Colección de Datos Históricos, Geográficos y Estadísticos de Puerto Príncipe y su Jurisdicción. Juan Torres Lasqueti. Habana. 1888. pag. 129
2. Ibid. Nota 7 a.
3. Ibid. pag 263
Tuesday, October 31, 2023
Monday, October 30, 2023
Gonzalo de Quesada (por S. Figueroa)
Entre la juventud entusiasta y abnegada que huye de la frivolidad estéril y frecuenta los centros de actividad politica a los meeting creadores donde se echan los cimientos de la patria nueva, siempre figurará Gonzalo de Quesada como uno de sus más valiosos representantes.
Ni el nacimiento en medio de las comodidades que hacen la vida facil, si vivir es entregarse a la satisfacción propia, sin pensar en la reintegración de nuestros derechos; ni el haberse educado en el extranjero y no conocer su tierra natal, pues apenas si tenía cuatro años de edad cuando su familia lo trajo a este país; ni el ser extraño al medio corruptor en que la colonia esclava se debatía sin personalidad y sin derechos, pues que no vio el infierno de dolores que la metrópoli explotadora llevó 4
a Cuba no bien puso en ella la planta en son de conquista; ni sus estudios, ni sus amistades, ni sus aficiones íntimas, lograron desviarlo de su idolatría por Cuba y de servirla con toda la vehemencia de su corazón apasionado y con toda la efectividad de su mano abierta y generosa.
Vio a Martí, y lo siguió con impulso irresistible. Jamás sugestión alguna fué tan vehemente ni tan recíproca. ¡Hermosa conjunción de dos almas que se unieron para el bien, que se penetraron de la grandiosidad de la obra que emprendian, y que nada ni nadie pudo separar! Imposible ver a Martí sin Gonzalo. Juntos en el trabajo fatigoso para llevar la fé a un pueblo que la había perdido, y para levantar una república tal vez ingrata con sus más abnegados constructores; juntos en las horas de desaliento cuando el fariseismo de la colonia prefería Barrabás a Cristo, es decir, la esclavitud presente a la redención futura; juntos en la plaza pública para tronar contra las iniquidades de España y para levantar la bandera de la independencia, como juntos para confundirse en estrecho abrazo cuando las emigraciones los aclamaban por haber sabido herir las fibras del sentimiento revolucionario.
Fue Gonzalo para el Maestro inolvidable el discípulo predilecto, el más amado. Vació en él sus brios de combatiente, su seducción de inspirado, sus ternuras de hermano y su respeto por la dignidad humana, sin reconocer privilegios ni jerarquías. ¡Todos iguales y todos hijos de Cuba para establecer la república cordial!
Y que el discípulo sabía hacer honor al Maestro, lo prueba él que en la tribuna inolvidable de Hardman Hall, donde tantas veces vibró inspirada la palabra de Martí, resonase la arenga ardorosa del joven patriota, alcanzando triunfos espléndidos. No es su oratoria de corte reposado ni de métodos retóricos, sino vibrante, como clarín de guerra; arrebatada, por el incontenible entusiasmo juvenil; espontánea, como nacida de un carácter franco afín no domado por hipócritas convencionalismos. Su acción acompaña a sus palabras, y tiene gestos y ademanes que no gustaran a los oradores de gabinete que se aprenden el discurso de memoria y toman aptitudes ante un espejo para ir luego a alcanzar triunfos como oradores fáciles y verbosos; pero son gestos y ademanes que arrebatan a la multitud, más sagaz de lo que a primera vista parece y de mayor sentido práctico, puesto que no sabe ocultar sus impresiones.
Pasó aquel período ejemplar de preparación en el que, con Martí por bandera, surgieron no pocos propagandistas del momento que dieron consistencia a la obra revolucionaria, y después desaparecieron satisfechos por haber llenado su misión. Pasó aquel período de comunión fraterna, y llegó el de la explosión admirable, el de la guerra colosal que asombra al mundo. Han surgido nuevos propagandistas, mas de notoriedad que de labor disciplinada y armónica, y es justo dejar consignado hechos meritorios para que la Historia los recoja, y, sabia e imparcial, discierna sus palmas a quienes las merezcan.
Gonzalo pE Quesada, desde la primera vez que se presenta en la tribuna del Hardman G
Hall el 10 de Octubre de 1889, hasta la fecha, no ha cesado de servir a su patria desinteresadamente.
No hemos de hablar de sus brillantes estu dios en la Universidad de Columbia hasta alcanzar su título de Abogado; ni de su competencia como Secretario de la Delegación de la república Argentina en el Congreso Pan-Americano, al punto de que no bien cerrado aquel Congreso, el Delegado señor Saenz Peña lo nombró su Secretario particular y lo invitó a ir con él a la república Argentina de donde volvió con el nombramiento de Cónsul de aquella república en Philadelphia, cargo que renunció cuando supo que era incompatible con su filiación de revolucionario cubano. Ni tampoco hemos de examinar su labor profesional, que no cuadra a nuestro propósito. Pero si hemos de dejar sentado que Patria lo tuvo de redactor en varias ocasiones, asi como de administrador, y de decir que muchos y notables artículos de aquella época, 1892-1895, pregonan su aptitud periodística, de que muchos y hermosos episodios de la pasada guerra, dicen el culto reverente que ha tenido por los héroes de su patria, y que muchas y nobles reseñas de veladas patrioticas, demuestran el entusiasmo que ha sentido por la propaganda de los cubanos emigrados.
Y en el trabajo material, sin remuneracion alguna, antes bien, haciendo gastos de su bolsillo particular, ha probado que no es soberbio ni engreído. No pocas veces, después de estar con Martí y con el que estas líneas traza atendiendo a la impresión de Patria hasta altas horas de la noche, y luego de despachar los paquetes de periódicos, hemos salido para la oficina de Correo transidos por el cierzo helado que nos pinchaba los dedos y con los piés dentro de la nieve. El que había nacido en la comodidad y el regalo, no se desdeñaba de ser el conductor de Patria. Bien es verdad que Martí daba el ejemplo.
En los meeting de los clubs, en La Liga de nuestros ejemplares obreros, donde quiera que los cubanos lo solicitaban, allí estaba Gonzalo sirviendo con fe, sin aparatosidad y sembrando afectos que debían ser y son permanentes.
Muerto Marti en la gloriosa temeridad de Dos Ríos, por querer servir “de alfombra a los redentores de su pueblo", Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra supieron mostrarse a la altura de aquellos días indecisos, hasta que, elegido Delegado Estrada Palma, se normaliza la situación, quedando Gonzalo en su puesto de Secretario de la Delegación, que más tarde se eleva a Chargé d’ Affaires en Washington, y que en la actualidad desempefia con tacto y discreción.
En medio de los afanes de su vida política, aún ha tenido tiempo para pensar y producir obras como Mi primera ofrenda, Patriotismo e Ignacio Mora, en las cuales se revela el revolucionario convencido y el escritor bien intencionado, de estilo fácil y propagandista de las ideas de patria y libertad.
Para nosotros los que tan de cerca lo hemos tratado, y conocemos sus nobles arranques, siempre será el compañero querido a quien no podemos ver sin acordarnos de tiempos emuladores de los cuales conservamos una vision luminosa: la de Martí creador en medio de las criaturas que modelaba a su imagen y semejanza.
S. Figueroa.
New York, Octubre 21 de 1897.
Revista de Cayo Hueso. Octubre 24 de 1897
Saturday, October 28, 2023
Srta. Ofelia Freyre Aguilera (Dibujo de Massaguer. Social. Octubre 1935)
"Srta. Ofelia Freyre Aguilera.
Esta encantadora cubanita, miembro prominente de nuestro Junior League, es nieta del inolvidable patricio camagüeyano Don Bernabé Sánchez e hija del culto Dr. Eneas Freyre y Doña Mariana Aguilera Sánchez, hoy residentes en el Vedado. Nuestra ella de hoy es sobrina de la Sra. Emilita Aguilera de Johnson y de los conocidos clubmen, Antonio, Charles, Guillermo y Leopoldo Aguilera y Sánchez." (Dibujo de Massaguer. Social. Octubre 1935)
Thursday, October 26, 2023
Esteban de Jesús Borrero (por José Ramón de Betancourt)
No es posible recordar el movimiento literario de Cuba, particularmente en el Camagüey, sin que venga a la memoria y al corazón el nombre de Esteban de Jesús Borrero.
Por lo que a mí toca, declaro que siempre encontré en sus producciones algo que reflejaba el azul de nuestro cielo, el fuego del sol tropical, la dulzura del canto de nuestras aves, la la suavidad de la brisa y el eco de esas armonías vagas, misteriosas y melancólicas que se perciben en la espesura de nuestros bosques y que sólo a los verdaderos poetas es dado comprender y revelar en toda su pureza y encanto.
Cuando vi por primera vez a Esteban de Jesús Borrero, ya sabía de memoria algunos versos de T. Besané, que hubieron de agradarme hasta el punto de desear vivamente conocer a su autor.
Un día que fuí a la imprenta de El Fanal de Puerto Principe a visitar a mi buen amigo don Pedro Emilio Peyrellade, le encontré en el cuarto de la redacción, tertuliando alegremente con tres jóvenes que desde luego me parecieron muy simpáticos.
Era uno de elevada estatura, negros y rasgados ojos, mirada profunda y triste, severo continente y cierta energía en los modales, que revelation, no la exaltación de sus ideas, que conoci después, pero sí la firmeza de su carácter.
Toda persona que le hubiera estudiado algún tiempo, habría adivinado que era de los escogidos para mártir de la revolución cubana, que ya se presentía.
Me contraigo a Antonio María de Agüero y Estrada, que, en efecto, murió en 1851 sobre los campos del Camagüey y a consecuencia de las heridas que recibiera en el combate de San Carlos.
Era el otro un joven peninsular, de gallarda presencia, rostro pálido, ojos claros, cabello castaño, o más bien rubio, y sonrosada boca: joven que por aquel tiempo tenía más afición a los libros de versos que a los de la casa de comercio de Carrias, de que era uno de los dependientes principales, aunque después de cierto tiempo le encontré en la Habana, hecho todo un comerciante y tal vez ruborizado de haber perdido algunas horas de su juventud en el comercio de las Musas, que dan, y particularmente bajo los trópicos, flores, espinas y desazones, en vez de oro y crédito cotizable en una plaza de primer orden.
Llamábase este joven, y ojalá que todavía lo fuera, Claudio Iglesias.
Distinguíase el tercero por su ancha y morena frente, coronada de larga melena mas negra que el ébano. Sus rasgados ojos, sin ser bellos, tenían algo de la mirada del águila y del candor afectuoso de la paloma, y había en su continente tal naturalidad y gracia, que no era posible, después de haberle oído un momento, dejar de quererle.
Tal era Esteban de Jesús Borrero.
A todos me presentó mi antigo y sabio maestro el Sr. Peyrellade, con tal finura, que a los pocos minutos ya nos tratábamos como si siempre nos hubiéramos conocido.
-Caballeros, -nos dijo; -se han reunido ustedes aquí en este instante enviados por la Providencia, porque acaba de llamarme el regente para decirme, que la novela del folletín se ha concluído, dejándole dos columnas vacías, que es necesario llenar inmediatamente con originales, y ustedes me los han de dar.
Nos miramos los unos a los otros.
-No hay que vacilar, -añadió Peyrellade, dando a cada uno una cuartilla y un lápiz. Necesito cuatro poesías, pero que no se hayan publicado antes.
-¡Al agua, muchachos! -exclamó Esteban Borrero, alzando alegremente su brazo dere-cho. Pero ¿qué hacemos? -añadió sobrecogido y blandiendo el lápiz.
-Poca cosa, -dijo el Sr. Peyrellade, con aquella gracia que le era propia; -encárguese cada uno del retrato de su novia.
-Bien, —dijo Claudio Iglesias; -yo haré el de la mía, porque la tengo aqui; -y señaló el corazón.
-Yo la tuve, -exclamó Agüero, ―y ojalá no la tuviera.
-Quiero tenerla, -dijo Borrero, sonriendo, mientras yo escuchaba en silencio.
-Pues ya hay tema para cada uno: La que amé, La que amo, La que amaria y La que debo amar. Repártanse ustedes esos puntos de común acuerdo, y ya saben que no hay tiempo que perder.
Así lo hicimos, y pocos minutos después cada cual entregó su obra
¡Y sonetos! -dijo Peyrellade, sonriéndose, al recibir aquellos papeles.
-¿O semos, o no semos? -exclamó Borrero, reteniendo el suyo, mientras que yo todavía rebuscaba en el cerebro un consonante que con más propiedad terminase el mío.
-Lean ustedes, -dijo Peyrellade; -aquí tiene usted su soneto, Sr. Agüero, a quien, como mayor de edad, toca empezar.
Hízolo así con voz campanuda (como de Agüero al fin), y vimos todos en su composición, muy correcta por cierto, el rugido del tigre celoso, que quería desgarrar la pérfida que lo engañó. El soneto se titulaba La que amé.
Siguió a éste el de Claudio Iglesias, A la que amo, alegre como unas pascuas. Había en él cielo azul, rosas entreabiertas, concha de perlas, labios de coral, brisa perfumada y no sé cuantas otras cosas engarzadas, con tanta delicadeza y gracia, que la composición nos pareció encantadora.
Siguió Esteban Borrero La que amaría leyó, abriendo los ojos todo lo que pudo.
-Veamos, ―murmuró don Emilio.
Borrero continuó:
«No a una mujer, un ángel amaría: perdónenme los ángeles por ello ...»
No recuerdo más del soneto, pero sí que crecía de tal modo la curiosidad y el interés de cada verso, que al llegar al último, no pudimos menos que agitar nuestras manos aplaudiéndole.
Llegó la hora del mío, el más débil de todos, pero que alcanzó la fortuna de ser favorablemente acogido en el Camagüey; lo que, sin duda, debió a sus acompañados y a la curiosidad que los títulos despertaron.
Siento en el alma no conservar esos sonetos para insertarlos aquí, y más todavía tener que copiar el mío, que he guardado como recuerdo del principio de mis relaciones con uno de los camagüeyanos de mejor entendimiento que he conocido.
La que debo amarNo quiero un ángel, no: en ilusionesasí miraba á una mujer divina,mas busqué el alma y la encontré mezquina,juguete vil de necias impresiones:no quiero la mujer cuyas pasiones,ardientes como el sol que me ilumina,en el lecho de infame Mesaliname haga olvidar mis castas afecciones:quiero un alma sencilla, tierna y puraque la virtud anime con su llama,que en su fiel corazón guarde el tesorode mi honor, mi consuelo y mi ventura:así es la virgen bella que me ama,así la debo amar, así la adoro.
Desde ese primer día de nuestro conocimiento, hízose éste cada vez más intimo entre Esteban de Jesús Borrero y yo, hasta el punto, de que rara semana pasaba sin que tuviéramos algo que comunicarnos de nuestros entretenimientos literarios.
Algunos trabajos publicaba el poeta bajo el seudónimo de T. Besané; otros los rompía después de leídos, a pesar de que yo siempre encontré en ellos espontaneidad, entusiasmo, belleza y exquisito gusto.
Pero a él nada le satisfacía, comprendiendo que lo mejor había quedado en su cerebro o en el fondo de su corazón, y terminaba siempre por decirme - Necesito estudiar.
Era esto la gran dificultad para él, por la natural indolencia que se advierte en los hijos de un suelo exuberante y rico que brinda lo que produce sin necesidad de esfuerzos, trabajos ni sacrificios.
Su espíritu, esencialmente poético; su imaginación centelleante, su inteligencia clarísima y fecunda, adivinaban todo lo que tenía que aprender y lo que nadie hubiera podido enseñarle.
Por otra parte, su carácter tenía rarezas incomprensibles. Era, en verdad, negligente; pero lo atribuía a su constitución enfermiza, que a todos, por el contrario, se nos figuraba sana y robusta.
Escribía casi siempre en pedacitos de papel, y a veces, en el blanco que quedaba de la cajetilla de cigarros de su uso; y, al leerme estas composiciones, solía emplear esta frase: -Oye, muchacho, y dime la verdad.
Jamás le oculté mi juicio. - Tú no necesitas, -le decía yo, -estudiar los clásicos españoles. Por intuición los conoces, y adivinas el gusto que ellos te pudieran infundir; pero conviene que lo ratifiques hojeando sus libros con frecuencia.
-No lo hago, -me contestaba, -porque deseo recibir todas las impresiones de nuestra naturaleza virgen y floreciente, y temo copiar las bellezas que aquéllos han apurado.
Un dichoso tomeguín que revoloteaba en su romance a la Avellaneda nos hizo pasar algunas horas de conferencias, sin que se resolviera a quitar de allí el pajarillo; hasta que al fin consultó su obra, antes de leerla al público, con nuestra ilustre poetisa.
-Déjelo usted, ―le dijo ella, —- pues un tomeguín que me regaló mi madre, cogido en los campos del Camagüey, fué, en efecto, mi primer amor.
-Ya lo ves, -me dijo, radiante de alegría; - no te hubiera perdonado nunca que sacrifica- ras el pajarito camagüeyano, á la severidad estética de tus clásicos.
Prefería a todo la originalidad y el aire de la tierra, que baña muchas de sus composiciones, y particularmente las dedicadas a una Marta, que ignoro todavía si llegaron a publicarse.
Acuérdome que cuando fui a Puerto Príncipe, en 1859, a pasar una feria de la Caridad, me leyó varias poesías, que yo encontré bellísimas, y sobre todas, una que él mismo recitó en la espléndida velada con que la Sociedad Filarmónica quiso obsequiarme.
Hice todo lo posible por conocer sus versos antes de esa noche, siquiera para contestar algo análogo; y, a pesar de la confianza que entre nosotros reinaba, no pudo acceder a mi ruego.
-No, -me contestó; -me los vas a echar a perder. Componte como puedas y di lo que se te ocurra, en la seguridad de que aplausos y cariños no han de faltarnos.
Deploro no tener ahora a manos esos versos, ni siquiera aquellos con que contesté al saludo del Camagüey y el de su dulce y favorito poeta Borrero.
Era tal su amor a todo lo que podía honrar la tierra natal, que, a pesar de su modestísima renta y de la inercia de su carácter, tan pronto como supo que yo me proponía coronar la Avellaneda en el Liceo de la Habana, voló a esta ciudad para ayudarme en mi empresa y llevar a la hermana la ofrenda de su genio y de su alma en La voz del Tínima, composición que obtuvo el juicio más lisonjero de la Sección de literatura y del Jurado, y los aplausos más entusiastas del público que concurrió a ese solemne acto.
Este romance corre impreso en el cuaderno que se publicó sobre la coronación de la Avellaneda el año 1860, y hay otras de sus poesías que figuran en el tomo de aguinaldos que repartió El Fanal en los años de 1847, 48 y 49.
Pero las más importantes para él, y las que hubieran podido darle más gloria, las conservaba inéditas.
Recuerdo que, cuando se construía el teatro Principal del Camagüey, varios amigos le animamos para que escribiese la comedia con que debía estrenarse, y yo no sé dónde halló una historia de los bucaneros que recorrían el mar Caribe en el siglo XVII, y una noticia más o menos exacta de la vida de Enrique Morgan. Es lo cierto, que en pocas horas trazó el plan de un drama, relacionándolo con las costumbres patriarcales del Camagüey en aquella época, y con el valor que acreditaron sus hijos al rechazar la invasión pirática.
Pero sólo tres cosas escribió de este drama: el plan, que agradó a todos; su titulo El Filibustero, cuya palabra no había adquirido entonces en Cuba la importancia y significación que después de algunos años tuvo; y la escena final o el desenlace.
A medida que la fabricación del teatro avanzaba, los amigos de Borrero acudían a él para estimularlo a completar su primera obra dramática.
Todo fué inútil, y los borradores deben haber quedado entre sus papeles, con otras muchas poesías que hubieran elevado su nombre a la altura de los primeros escritores antillanos.
Yo deploraré siempre que no se hayan recogido y coleccionado sus producciones, como hubiera sucedido indudablemente sin la guerra, que esparció por inciertos rumbos los hombres de más valer y las cosas más dignas de estimación para nuestro pobre país.
La guerra también me separó de Esteban Borrero, de quien no volví á tener noticias hasta que recibi la muy infausta de su muerte hallándome yo en París.
Mucho tiempo hacía entonces que no tomaba la pluma para componer versos. La política esta ingrata asesina de las Musas, había matado la afición que por ellas senti en mi primera juventud. Afición digo, porque, en verdad, no podía ni puedo alegar otro motivo para acercarme a esa deliciosa fuente, que sólo brinda sus purísimas aguas a los elegidos del cielo.
Conservaba (¿a qué negarlo, si mis lectores lo ven?) el atrevimiento de improvisar décimas o escribir octavas octosílabas, que salían de mis labios y de mi pluma, casi sin que de ello pudiera darme cuenta, en los brindis de banquetes familiares o en los álbums de mis amigos más íntimos. Pero no pude resistir a la necesidad de desahogar la pena que me causó la muerte del compañero de mi juventud: le hice unas quintillas que no me atreví a publicar, no obs tante haber pasado por la censura de José Silverio Jorrín.
Hecha la paz de Cuba, regresé a la Habana en noviembre de 1878, y a principios del año siguiente fué a verme a mi casa de la calle de la Reina uno de mis amigos más queridos y de los hombres más ilustrados y más amantes de Cuba que conozco. Me contraigo a Nicolás Azcárate.
-Necesito, -me dijo, -que V. me acompañe pasado mañana a hacer una buena obra en favor de Alfredo Torroella, que ha muerto, dejando a su familia en tristísima situación. He proyectado, en mi carácter de Presidente de la Sección de Literatura del Liceo de Guanabacoa, una velada, con el solo objeto de abrir suscrición para su viuda y sus hijos.
-Cuente V. conmigo para todo, -le respondi.
-Pues bien, -me replicó; -prepare V. algo en prosa o verso para decir o leer en esa velada, en el concepto de que no se admiten excusas.
¿En verso? En verso nada, porque yo no soy poeta. En prosa diré lo que pueda, aunque he venido aquí a vivir encerrado en mi casa, y pudiera ayudar a esa familia de otro modo.
-Basta: tengo la palabra de V., y me despido hasta pasado mañana, a las ocho de la noche, en el Liceo de Guanabacoa.
Y fui, en efecto, al Liceo, y Azcárate me condujo hasta la tribuna levantada en su salón principal, lleno de lo más granado de la sociedad habanera, que nos recibió con grandes aplausos, debidos sólo al organizador de aquella piadosa y brillante fiesta.
Dije en ésta no sé qué cosas, que después recorté de los periódicos, y voy a reproducir en estas páginas. Leí en seguida los versos que había compuesto en París sobre la muerte de Esteban Borrero, versos que llevaba en el bolsillo con la idea de salir del paso como pudiera.
La idea se realizó: la suscrición en favor de la familia de Torroella se hizo, y yo tomé nota de todo lo que allí pasaba, sin pensar que más tarde podía servirme para encerrar en este capítulo el recuerdo, inolvidable para mí, de la noche del 28 de febrero de 1879, que pasé en el Liceo de Guanabacoa.
Sigue aquí lo que en esa noche dije, y mis versos.
Señoras y Señores:Agradezco con toda mi alma la bondadosa acogida que me dispensáis, y la irresistible invitación del señor Presidente, mi buen amigo don Nicolás Azcárate, para que contribuyese con mi debilísima palabra al homenaje que hoy consagra este floreciente instituto, a la memoria de nuestro querido poeta Alfredo de Torroella.Vengo, pues, no sólo á responder al llamamiento del Liceo de Guanabacoa y a cumplir con la amistad, sino a llenar los deberes que me imponen mi amor a las letras y a la tierra que me dió la vida.Y digo esto, porque honrar la memoria de Alfredo Torroella, es pagar una deuda que to-dos contraemos con esos seres que nacen para recoger en lo más íntimo del alma, y reflejar en su expresión más sencilla, pero siempre bajo una forma conmovedora, los sentimientos más delicados, las pasiones más nobles, los deseos más naturales , las tristezas más profundas, las esperanzas más risueñas y las glorias más puras de la patria.Esos seres no se pertenecen: todo lo sacrifican sus semejantes; pierden su individualidad para identificarse con el país, hacer su propia vida, distinguir la época que alcanzaron y abrir nuevos horizontes hacia lo bueno y lo bello, ofreciendo, a la par, consuelos y alentadores propósitos. Así comprendo yo la verdadera misión del poeta.Hoy honramos dignamente a uno de éstos, y perdonad si recuerdo otro también que he conocido y de quien me permitiré hablaros un breve momento, porque sin duda pertenece a esa familia privilegiada; y encuentro maravillosos puntos de contacto, entre su vida literaria e intima, con la de Alfredo Torroella; porque también le debemos consideración e inmensa gratitud todos los que nos dedicamos a este género de estudios en la grande Antilla.Alfredo de Torroella nació en la Habana, y Esteban de Jesus Borrero, a quien me contraigo, fué hijo del Camagüey; pero ambos existieron para cantar en un mismo laúd y en unisonas notas las bellezas de esta preciosa tierra, presentir y alentar sus deseos más nobles con idéntico entusiasmo, llorar sus desengaños y sus dolores con la propia amargura, sufrir parecidas miserias y persecuciones con igual abnegación, y atravesar con los pies desnudos el áspero sendero de una proscripción voluntaria durante diez años, para volver, en fin, al suelo natal, sólo a pedir un sepulcro seguro, donde dormir eternamente en paz a la sombra de sus palmas.Encuentro, sin embargo, una diferencia en este punto. Alfredo de Torroella fué conducido a la mansión del reposo en vuestros brazos, con un laurel ceñido á su frente marchita por el sufrimiento.Esteban de Jesús Borrero ha muerto bajo el peso del infortunio, que le persiguió siempre, hasta su último suspiro; y ha muerto en la oscuridad, que dejó, sin embargo, tachonada de estrellas, como noche de los trópicos.Yo, señores, que conocí a esos dos poetas, que los amé en sus obras y que conservo el reflejo purísimo de la fe de mis mayores; yo, que creo en otra vida, me parece ver en este instante solemne a dos almas que se buscan, se abrazan y sonrien en el cielo, mirando que enlazamos dos coronas y unimos en un solo aplauso dos nombres que deben ser igualmente queridos, no sólo en la Habana y en el Camagüey, sino en la América, por todos aquellos que han consagrado y consagran su existencia al culto de las letras y al amor de la patria.Al tener noticias, en París, de la muerte de Esteban de Jesús Borrero, escribí los versos que voy a leer. Al saber, en la Habana, que Alfredo de Torroella había dejado de existir, mezclé con las vuestras mis lágrimas, y hoy uno los nombres de esos dos hermanos en las letras, porque hay algo en el fondo de mi conciencia, algo en lo íntimo de mi corazón, capaz de revelarme que así vivieron en la tierra, así moran en lo infinito y así deben pasar a la posteridad.Una lágrimaEn la tumba de Esteban de Jesús Borrero.Tal parece que fué ayer,y van tres lustros pasadosdesde que fuimos a veraquellos fecundos pradosque al Tínima dan el ser.De mi alegre juventudfué aquel un hermoso día:escuchaba tu laúd,la patria me sonreía,todo era dicha y virtud.Y de ese todo ¿qué existe?Un recuerdo en mi memoriay en el pueblo en que naciste,el resplandor de tu gloriacomo el de la luna, triste.Pues cuando el pesar devorael suelo natal, querido,todo parece que llora,todo está descolorido,hasta el fulgor de la aurora.¡Oh dolor! Hoy son abrojoscafetos, vegas y cañas;y sólo encuentran los ojospor flores, en las montañas,¡blancos, míseros despojos!No hay rebaño, luz ni calmaen el sitio y la campiña,ni canto que llegue al almatan dulce como la piña,tan bello como la palma.Ya el Tínima no murmurarisueño entre clavellinas,ni desliza su onda purasaboreando la dulzurade tus trovas campesinas.Silencioso, entristecido,en torno a tu hogar resbala;al verle lanza un gemido,doliente lágrima exhalay corre al mar abatido.Cansado tú de esperar,patria te has ido a pedira aquel que te quiso darcorazón para sentir,y numen para cantar.Y dejaste ya este suelo,donde de justicia en poscorriste con vano anhelo,para hallar la dicha en Dios,que es patria del genio el cielo.Lejos yo de Cuba, en tanto,paso entre afanes la vida,sin tener, en mi quebranto,para tu tumba querida,más que una gota de llanto.
Diciembre de 1886
Subscribe to:
Comments (Atom)

















.jpg)


.jpeg)
_(1).jpg)
_Signature.png)



_(1).png)


_Signature.png)

_Signature.png)
_Signature.png)
_Signature.png)

_Signature.png)
.png)


