Saturday, March 11, 2023

(Social. Marzo 1932) Valor de la imagen en el cine. Por Eugenio Florit.

Teatro Principal. Camagüey
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Existe una leyenda sobre el origen de la pintura, en la que creían las señoritas del siglo pasado. Un doncella de Corinto, en los tiempos de la Grecia homérica, amaba tiernamente a su prometido. Este hubo un día de partir para una guerra, de la que tal vez no volvería. La doncella, en el dolor de los adioses, miraba la bella figura de su amado, y la sombra que el mismo proyectaba en la cercana pared. Entonces, con un impulso intuitivo, de esos de los que sólo son capaces las muieres, tomó del suelo unntrozo de carbón y, febrilmente, dibujó en la pared el contorno de la figura amada.

Si hemos de creer, con Croce, que el arte reside en la imaginación, antes de que tome forma, sonido, color; es decir, antes de exteriorizarse, aquel deseo de amor, de perpetuar la imagen de la persona amada, ya tenía en sí tal carga artística, que bastó un solo impulso para hacerla surgir. El arte, según esto, está basado en el poder de formar imágenes. Sin embargo, puede el hombre concebir obras de arte en su mente y permanecerán éstas ignoradas si no las vierte en un continente de adecuada forma. Todo el proceso del arte ha consistido siempre en aislar una cualquiera de las formas bellas imaginadas o vistas por el hombre, reducirla a límites precisos, separarla del conjunto que hace a su atención vagar sobre ellas, y, una vez detenido, el vuelo, trabajar sobre aquel pedazo de realidad o fantasía, hasta obtener de él un pequeño mundo de pujante significado artístico.

Esa fuerza de imaginación del individuo, capaz de crear en su mente las formas más extraordinarias de belleza, condénsase, en nuestros días, en la contemplación de tales imágenes en la pantalla. Existe en ello un goce. La imagen, desplazada de la mente del individuo, va a ocupar su puesto frente a él. El poder de imaginar, de "hacer arte con el cerebro", como quería Miguel Angel, cede al poder de contemplar esas, imagenes.

Por el cine, cada uno de nosotros viene a ser un espectador de ideas. El concepto emersoniano del poeta se ha fragmentado en tantas partículas cuantos sean los hombres que tienen la mirada fija en la pantalla. Habrá siempre, claro está, el Poeta con mayúscula inicial que, según la clara palabra de Emerson "es el verdadero y único doctor; sabe y relata; es el único recitador de, noticias, porque asistió privadamente a la aparición de lo que describe". Pero, a su lado, estamos nosotros, que vamos al cine por la noche a ser es­pectadores de ideas, es decir, a ser también poetas, dentro de nuestra personal limitación.

El desarrollo del film va exponiendo ante la vista el pensamiento objetivado. La vida misma está allí hecha ima­gen. El suceso trivial, que a diario miramos sin concederle importancia, cobra, por virtud de haberse eternizado en un segundo, en una vuelta de la manivela de la máquina cine­matográfica, tal condición artística que al contemplarle proyectado en la pantalla nos fascina con su poder egregio.

La pantalla y su marco poseen en grado sumo virtud expresiva, -diré mejor: capacidad expresiva.- EI cuadro en que se mueven las figuras, desde el momento en que recibe la luz, viene a situar ante nosotros un mundo ajeno en el que sin embargo, nos sumergimos, arrastrados por su poder absorbente. Es el Maelstrom indomable que refleja en sus aguas el color de muchos mares, de colores diversos. Y el marco -serenidad circundante a esa deificación del movimiento- tiene un encanto de playa rumorosa en la que se duermen, cansados de agitar los brazos, tantos deseos ya con el aliento quebrado y la voz, hecha pálida sombra de potencia. Hay en el tercer tomo de "EI Espectador" un delicioso ensayo, que Ortega y Gasset titula "Meditación del Marco". A caza el hombre de un tema que aprehender entre los puntos de su pluma, fija la vista en el motivo de meditación que le ofrece el humilde marco dorado, suspendido frente a él como una ventanita para mirar un paisaje lejano. El revolar de la abeja de su pensamiento lleva después al autor a detenerse un instante, sin fijar mucho la vista, en la boca del telón, que es marco de la escena, Qué bello tema el del marco de la pantalla cinematográfica, para haber sido clavado por ese entomólogo de todos los sucesos vitales que es Ortega y Gasset. Siempre que iba yo al cine, de, pequeño, preocupábame por saber cómo la acción del film se desenvolvería a derecha e izquierda de la pantalla. Más que lo que veían mis ojos, estaba mi curiosidad alerta para descubrir un detalle de vida por las esquinas del lienzo iluminado. El marco era, para mi infantil imaginación, algo así como los libros que en la biblioteca de mi padre me estaban vedados por expresa prohibición. Un límite; una valla de infranqueable acceso. Ante el negro pespunte que rodeaba la pantalla, como ante el título sonoro de alguno de aquellos volúmenes se estrellaban mis ansias de niño curioso. ¿Qué se dirían los hombres y las mujeres cuando, cogidos del brazo, atravesaban el cuadro en movimiento? Y aquél perrillo que escapó de manos de su dueño, ¿en qué lugar no visible lo atraparían?

Después comprendí y el marco de la pantalla adquirió su verdadero significado. Ya no limitaba, o, si limitaba, era para hacer resaltar las figuras que en su interior brillaban. Ya es sólo marco, que vale tanto como decir ventana. Abierto el hueco en el testero del salón, cruzan por él todos los cuadros de la fantasía, unidos con invisible mano prodigiosa. Viene el ensueño a posarse dentro del marco y las mil y una noches que Scheherazada necesitó para, narrar sus cuentos al Sultán, se han trocado en e devanar de unos segundos

Pedro Henríquez Ureña ha dicho que cada obra de arte crea medios propios y peculiares de expresión. Si es cierto este postulado, referido al cine se reafirma con una realidad irrebatible. El cine ha creado su propio medio expresivo. El cine, arte contemporáneo, se ha hecho visible por la imagen viva.

Este arte integral que es, el cine, convence de su genuina prosapia si nos detenemos a considerar el valor que ha representado la imagen en el arte de todas las épocas. Desde el hombre que en las cuevas de Altamira se propuso detener el tiempo -representado éste por el impulso de la embestida, que se dejó el bisonte eternizado en un lecho de piedra- el poder de imaginar ha correspondido siempre a una objetivación de las imágenes. El hombre artista, que ya imaginó, antes de revelarse al mundo como tal, se ha visto eternamente impelido a ello por condición de la naturaleza humana, siempre propicia a exteriorizar sus mundos íntimos. La poesía, arte imaginativa por excelencia, es, de todas ellas; la que mayores posibilidades de exteriorizar sus imágenes tiene, por la misma condición de ser un arte en el que el pensamiento se vuelca, casi íntegramente, sobre la palabra. Sin embargo, en ella se hace necesario, una vez traducida la imagen a forma visible, retraducirla en la imaginación del lector para, con eso, asimilarla en lo posible con su primitiva esencia. Por el arduo proceso -viaje con billete de ida y vuelta- va perdiendo la imagen sus más puras calidades artísticas, dejando algo de sí en cada estación del trayecto.

En la pintura, la imagen está materializada. Se tradujo en color, en forma. Pero todo ello a costa de su vida. Un rostro en un cuadro, aunque "parezca que está hablando", no lo está. Perdóneseme la perogrullada y esta imposibilidad de hablar, de moverse, o para no referirme sólo a las figuras, este detención del fluir vital -o esencial- de las cosas, lleva en sí su limitación como traductor de la imaginación del artista. Ved, si no, cuando en el cine, por una interrupción cualquiera se quedan fijas las imágenes en la pantalla. Nuestra primera impresión es de desasosiego. El ritmo que íbamos llevando con el devanar del film ha quedado roto y ahora somos nosotros los que, por la inercia, nos adelantamos, como cuando el automóvil en que vamos se detiene de pronto. No es que la imagen que aun aparece sea desagradable; puede, incluso, ser bella. Es que ha perdido su correspondencia con la mente del realizador del film, que la imaginó y la llevó a cabo en movimiento. Precisamente, el cine ha obtenido uno de sus más legítimos triunfos porque es el único arte -bienaventurado su predecesor, el "Phenakisticopio" de Plateau- que supo entonar con la vida. Y más aún: con nuestra vida actual, caracterizada por un romántico amor a la acción, al movimiento. Toda la fantasía de Julio Verne, que nos llevó al fondo de los mares y a las dormidas llanuras de la Luna y que galopó sobre los cinco Continentes, tuvo aún el libro como vehículo. Hace cincuenta años había que soñar leyendo. El ensueño permanecía preso entre las páginas del libro, y la mariposa sólo agitaba sus locas alas a una descarga eléctrica, resultante del contacto de dos fantasías de nombre contrario: la del autor y la del lector. Ahora, gracias a los prodigios de la cinematografía, soñamos viendo. Se ha rasgado el velo que nos ocultaba el melificar de la fantasía en celdas hasta ayer inaccesibles. Y este magno suceso que es el pensamiento humano, vió de pronto abiertas de par en par las puertas de su recoleto laboratorio y ya descubierto el íntimo trabajar de sus abejas, inició su vuelo por el mundo exterior.

Existe, como cualidad esencial del cine, el deseo de narrar y de narrar con imágenes y no con palabras. Con las imágenes que por sí solas -al decir de Epstein- vienen a narrar todo lo demás: el asunto, la acción, el gusto, la tesis de la obra. Todo lo que la palabra no puede explicar por sí misma -limitada como está a la expresión oral de los conceptos- el cine lo sugiere con una imagen o una sucesión de ellas. Pensamientos, deseos, recuerdos, se nos presentan en el cine con una diafanidad y una belleza ejemplares. Basta un enfoque, un cambio de perspectiva, un gros plan, y el relieve que con ellos adquieren los sucesos -hombres y cosas- estará gritando su calidad de hecho estético.

Friday, March 10, 2023

Obra del Siglo de Oro español sube a las tablas de Miami. (por Wilfredo A. Ramos)


Los escenarios miamenses en la actualidad, no son lugares donde ni siquiera de manera casual se pueda disfrutar de obras del vasto repertorio teatral que conforma el llamado Siglo de Oro español, el cual no puede ser enmarcado exactamente en el espacio de tiempo que convocan cien años, ya que ese nombre se la ha otorgado en realidad a un período que transcurre entre el año 1492, momento en el cual coinciden una serie de episodios históricos como el fin de la Reconquista y el Descubrimiento de América, hasta el 1681, año en que fallece Pedro Calderón de la Barca, considerado el último gran escritor del Siglo de Oro, por lo que con su muerte algunos estudiosos plantean el fin de dicha época. Durante este largo espacio de tiempo, conformado por alrededor de doscientos años, la cultura del Viejo Continente va a vivir moldeándose entre el Renacimiento y el Barroco, dos períodos históricos, artísticos y culturales con características muy propias, que los diferenciarán notablemente uno del otro, pero que darán vida a grandes e importantes obras tanto en la música, la literatura, la danza, la arquitectura, las artes plásticas como en el teatro, que es el caso que nos trae a mano.

El teatro realizado en el siglo de oro español, también conocido como ‘teatro áureo español’ considera uno de los más fructíferos, debido a la gran cantidad de autores, de reconocimiento universal, que vió nacer. Nombres como Juan de Encina -creador del teatro español- Lope de Rueda, Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca, Juan Ruiz de Alarcón, Miguel de Cervantes, entre otros, componen la nómina de notables dramaturgos. No obstante la anterior relación, también durante dicho período encontraremos los nombres de tres mujeres que son figuras de suma importancia para el propio teatro, ellas son: Sor Juana Inés de la Cruz, Ana Caro de Mallén y María de Zayas y Sotomayor. Tal es la importancia de todas ellas, que lo mismo en sus obras dramáticas como en las del resto de los géneros que cultivaron, incursionaron en una temática que las convierte en precursoras de lo que en siglos después se conocerá como ‘feminismo’.

Precisamente, resulta que la obra, de una de estas autoras -Maria de Zayas (1590–1647?)- será la que subió al escenario del On-Stage Black Box del Miami Dade County Auditorium, los pasados días 2 y 3 del presente mes de Marzo.


La obra en cuestión fue una adaptación de “La traición en la amistad”, que bajo el título de “Enredos y traiciones”, llevara a escena la actriz española residente en esta ciudad, Eugenia Sancho, quien fuera además la responsable de dicha versión, y que contó con un elenco compuesto en su totalidad por mujeres, de las cuales algunas tendrían la responsabilidad de incorporar roles tanto de personajes femeninos como masculinos. Estas actrices fueron: Adriana Moure, Diana Iris, Claudia Castro, Sabrina Casallas, Claudia Montalvo y Carolina Speroterra.

Sancho, valenciana de origen, cuenta en su aval con haber recibido formación en la Fundación Shakespeare de España, que preside Manuel Angel Conejero, actor, traductor, director, dramaturgo y profesor, encargado también de la publicación de las obras del Bardo inglés en ediciones bilingües, donde la característica notable consiste en respetar la esencia de la dramaturgia isabelina en dicha traducciones. También ha obtenido preparación durante su permanencia en el Teatro Joven del Palau de la Música, siendo además graduada de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) en Valencia, donde se especializó en Dirección de Escena y Dramaturgia. En Miami, bajo su dirección, han subido con anterioridad a escena las obras “Las voces de Penélope”, “Fumando espero, el penúltimo cuplé” y algunos trabajos para Microteatro. Conocida es también su versátil faceta como cantante, tanto en descargas donde interpreta diferentes géneros musicales, como en verdaderos espectáculos de café-concert, en los cuales se conduce con suma habilidad.


Ante el anuncio de la subida a las tablas de una obra de tan importante período histórico-cultural y sabiendo que sería respetado del original la forma hablada en verso, las expectativas no podemos negar que fueron grandes, debido a que en nuestros escenarios, tales espectáculos brillan por su ausencia. Dicha situación se las podríamos achacar tanto al desinterés de los directores por mantener vivo este tipo de repertorio del teatro clásico mundial, su falta de conocimiento sobre el mismo, así como el no dominio de la técnica para poder hacerlo, elemento este que se amplía hacia los actores que prácticamente en su totalidad desconocen el arte del decir en verso, debido a su ausencia en los programas de estudio de la mayor parte de las academias de arte dramático.

Es importante señalar que aunque el teatro en verso pudiera ser visto como algo propio de siglos pasados tanto de Europa como de América, dicha forma de decir nunca ha desaparecido totalmente de los escenarios. Autores más conocidos y cercanos como Christopher Fry y T. S. Eliot cultivaron esta forma de hacer en su teatro. Este siglo incluso, ha retomado su interés por la realización del drama en verso, utilizando para ello diferentes parámetros de versificación, teniendo de tal manera diversos ejemplos de su uso, con el objetivo de probar hasta dónde pueden llegar los límites del mismo. Una especialista en el tema como la investigadora Kasia Lech sostiene que el verso es de importancia para el teatro contemporáneo “...porque la relación dialógica entre sus niveles rítmicos y léxicos habla sobre la naturaleza plural del mundo actual”. Como nota curiosa, es interesante destacar que existió también un teatro escrito en verso, pero cuyo fin era ser leído, no representado, al cual se le denominó ‘teatro de armario’, el cual tuvo su existencia a principios del siglo XIX, teniendo entre sus cultivadores a Byron y Shelley. Este tipo de trabajo que no tuvo gran relevancia ha sido considerado como una manifestación menor.

Con las expectativas depositadas en poder disfrutar una obra teatral perteneciente al Siglo de Oro español hablada en verso, todo un acontecimiento para nuestra ciudad, nos dispusimos a disfrutar de dicha representación, pero desgraciadamente el resultado no fue el esperado, como realmente temíamos.


Aunque las seis actrices hicieron un gran esfuerzo por decir el verso, la mayor parte del tiempo se escuchó el mismo ‘recitado’, sin la vida interior que requiere decirlo. La dicción, que en todo actor hablando normalmente requiere ser excelente, cuando se utiliza el verso exige ser aún mejor, si eso fuera posible. No se puede decir éste de manera atropellada, por ningún motivo se pueden dejar caer los finales de oraciones porque es ahí donde se encuentra precisamente la rima (siempre que no se utilice el verso libre). De entre las actrices solo dos de ellas destacaron por una mejor manera de enfrentar este enorme reto, ellas fueron Adriana Moure y Claudia Montalvo. La primera, nos pareció que al no tener que dialogar sino hablar en solitario, ello le facilitó el poder manejar una mejor articulación del lenguaje y el ritmo del mismo. En cuanto la segunda, con la mejor pronunciación de todo el elenco, tal vez por su origen español, por momentos manejaba con mayor seguridad el ritmo del verso, así también como su pronunciación, pero tropezando en otros momentos con iguales problemas que el resto del elenco..

En cuanto a las otras las actrices, su trabajo con este tipo de habla dejó mucho que desear, mostrando su falta de conocimiento, técnica y ausencia de práctica con el mismo, lo que demuestra lo mucho que aún tienen que aprender hoy en día los jóvenes actores en nuestro entorno, para llenar los vacíos de formaciones incompletas o ineficientes. El actor nunca termina de aprender, máxima que nunca debieran olvidar.


Otro aspecto por el cual la directora apostó en su trabajo de adaptación del texto original, fue el prescindir de trabajar con actores masculinos para los roles indicados. Según hemos podido constatar en nuestras búsquedas de información, en el manuscrito original aparecen doce personajes que hablan a través de la obra, divididos en cinco mujeres y siete hombres. Versiones posteriores reducen el número de personajes masculinos, dejando intactos los femeninos. Sancho para su puesta mantiene aquellos, aunque introduciendo el personaje de la autora de la obra; pero reduce la participación de los roles masculinos a sólo tres.

La relación entre actrices y personajes a interpretar fue el siguiente: Adriana Moure (Maria de Zayas), Diana Iris (Fenisa), Claudia Castro (Lucía y Don Juan), Sabrina Casallas (Laura y Gerardo), Claudia Montalvo (Marcia) y Carolina Speroterra (Belisa y Liseo).

La directora resuelve las múltiples caracterizaciones con la utilización de un vestuario base, con diferentes hechuras y de color blanco, al que se le irán agregando elementos que identifiquen a cada uno de los personajes en escena. En el caso de los masculinos dichos elementos no van a ayudar mucho en su identificación.

No sabemos a ciencia cierta, si la intención de trabajar esta puesta en escena solo con mujeres, se debió a un interés preestablecido o por ausencia de hombres para enfrentar dicho proyecto, aunque nos vamos por la primera idea.

Con tal presupuesto, el resultado apreciado no logra convencer, debido a que las incorporaciones en los roles masculinos asumidos por las actrices se proyectaron de manera en exceso caricaturescas, remarcando una supuesta ‘masculinidad’ con ademanes y proyecciones de voces ampulosas y desacertadas. Por otra parte, debido a esa nada acertada caracterización, más que hombres, lo mostrado daba la impresión de estar en presencia de lesbianas, por lo que el concepto sobre el que trabajara la autora del original quedara distorsionado en gran medida.

El trasvestismo en el teatro es tan viejo como el teatro mismo, recordemos que en la antigüedad eran hombres los que asumirán los roles femeninos e incluso en la actualidad se mantiene la existencia de algunos tipo de teatro que perduran en dicha tradición. Al asumir un actor la caracterización de un personaje de género diferente al suyo, éste debe ser cuidadoso en no crear estereotipos, porque llegado a ello se arruinará el trabajo, incluso de si de comedia se trata. Enfrentar dicho reto por parte del actor requiere hacerlo sobre una base de naturalidad, asumiendo el interior del rol con las intenciones, pero no con elementos externos que en vez de ayudar en la construcción del personaje, por el contrario lo desmarque de la realidad que pretende representar. Es un problema de significado y de significante. Aquí, podríamos señalar, que siempre ha constituido un mayor riesgo enfrentar la construcción de personajes masculinos por parte de actrices, que los femeninos por parte de actores.


Un aspecto singular, que merece atención, es que a pesar de estar frente a una comedia, la reacción del público fue casi inexistente, no sabemos si es debido a que los argumentos que ayer podían provocar risa en el espectador, hoy en día ya no lo hacen o si ese difícil ‘tempo’ necesario para la comedia no se logra totalmente.

En cuanto a la concepción de puesta en escena, los dos planos que trabaja la directora resultaron un acierto, teniendo en cuenta la introducción de María de Zayas, la autora, como un personaje más, para hablarnos de sus problemas existenciales tanto como del argumento de su obra, dejando claro a través de sus palabras, el lugar de la mujer en la sociedad que le tocó vivir, marcando con éstas el mensaje de la obra. Es importante destacar que Zayas concibe a la protagonista de su texto como una réplica al famoso personaje de Don Juan, el cual apareciera por vez primera en 1617 dentro de una obra titulada “Tan largo me lo fiais”, atribuida indistintamente a Andrés de Claramonte o Tirso de Molina, como también a la muy conocida obra de este último autor, “El burlador de Sevilla y convidado de piedra”, que viera la luz en el año de 1630. La autora pondrá en la piel de su personaje protagónico femenino las mismas características de aquel inclemente cortejador masculino, tema inesperado y valiente para su época, lo que llevará su obra, siglos más tarde, a ser censurada por los rigores de la Iglesia Católica.

Regresemos a la puesta. Ante la vista del espectador el escenario aparecerá divido en dos partes una superior, dedicada a ser el espacio donde se moverá el personaje de la autora, devenida en miembro omnipresente dentro de la puesta. El otro plano a utilizar será el que ofrece el propio piso del escenario, sobre el cual se va a desarrollar toda la acción y el movimiento del resto de las actrices que intervienen en este trabajo.


Por último vemos que la directora no hará salir en ningún momento a sus actrices del escenario, haciendo incluso en muchos instantes, que unas sean espectadoras de las escenas que las otras están desarrollando, lo cual crea un interesante ambiente de ‘teatro dentro del teatro’ y ofrece un cierto desenfado a la puesta, acercándola con más énfasis a nuestra modernidad.

Con este nuevo trabajo de Eugenia Sancho, tenemos que agradecer su interés por ayudar a nuestra escena, con sus continuos y ambiciosos proyectos, enriqueciendo el panorama cultural de nuestra ciudad cada día con mayor pluralidad de opciones, al sobre todo traer ante nuestra mirada actual obras de la dramaturgia universal. No podemos pasar por alto que esta ha sido una producción del Centro Cultural Español de Miami, siempre empeñado en su labor promotora de lo mejor de su país.


Como siempre nos vemos obligados a decir que una obra teatral suba a un escenario por el tan breve tiempo de solo dos o tres días, después de tanto esfuerzo para su realización, es insólito, lamentable y habla de lo poco agradecida que resulta esta manifestación artística que con tanto amor se hace; pero como los teatristas son obstinados, nada los detiene y continuarán andando sobre el camino... perdón, sobre los escenarios.





Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, Marzo 10, 2023

Fotos: Alfredo Armas

Nota informativa del Secretariado de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba

Foto/Conferencia de Obispos
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Del 6 al 9 de marzo de 2023 se ha llevado a cabo en la Casa de Retiros y Convivencias de El Cobre, en Santiago de Cuba, la 161ª Asamblea Ordinaria de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba. Han participado todos los miembros del episcopado menos S. E. Mons. Eloy Domínguez, Obispo Auxiliar de La Habana. Tampoco pudo asistir el Sr. Nuncio Apostólico, S. E. Mons. Giampero Gloder.

Los Obispos han establecido los elementos fundamentales que conformarán el nuevo Plan Pastoral para la Iglesia en Cuba. Ellos encargarán a un equipo la redacción final de dicho documento y esperan hacerlo público en los meses venideros. Igualmente, han aprobado el Código de Conducta para promover ambientes seguros y sanos para los menores y adultos vulnerables que, junto a las Líneas Guías y el Manual de Procedimientos, anteriormente adoptados, constituyen los documentos de la Conferencia Episcopal cubana que regirán toda la formación y actuación de nuestra Iglesia en dicha materia.

A los 30 años del documento “El Amor todo lo espera” y a los 10 de “La Esperanza no defrauda”, los Obispos han reflexionado sobre la conveniencia de publicar próximamente un documento sobre la Fe, que de alguna manera culmine un ciclo de mensajes al pueblo de Dios sobre las virtudes teologales y su incidencia en nuestra vida de discípulos del Señor.

Los Obispos Católicos de Cuba han reflexionado también sobre dos temas importantes:

• El camino sinodal en nuestras diócesis luego de la participación de una representación de la Iglesia cubana en la pasada Asamblea Regional del Caribe para la Fase Continental del proceso Sinodal, en Santo Domingo, República Dominicana.

• La preparación para la Jornada Mundial de la Juventud, prevista para agosto de este año, en Portugal y la Jornada Nacional que se prevé desarrollar en cada diócesis.

Los Pastores han evaluado asimismo la visita del Emmo. Cardenal Beniamino Stella para las celebraciones conmemorativas por los 25 años de la visita de San Juan Pablo II y el impacto tan positivo de la presencia y palabras del Cardenal entre nosotros. Además, han agradecido y valorado los diversos momentos ecuménicos que se efectuaron con motivo de la Semana de Oración por la unidad de los cristianos y otros encuentros posteriores con líderes de otras comunidades cristianas y otras religiones.

La Comisión Nacional de Liturgia y la Comisión Nacional del Diaconado Permanente informaron sobre las reuniones llevadas a cabo recientemente, los contenidos tratados en las mismas y han compartido las propuestas sobre los trabajos que prevén desarrollar en el futuro.

Los Pastores han podido visitar juntos, en la Catedral de Santiago de Cuba, la exposición conmemorativa por los 170 años de la llegada a Cuba del Arzobispo San Antonio María Claret y también han compartido ideas sobre la vivencia y promoción en nuestras comunidades de la devoción al Venerable Padre Félix Varela, cuyo 170º aniversario del fallecimiento se ha celebrado el pasado 25 de febrero.

A los pies de la Virgen de la Caridad los Obispos han celebrado la Eucaristía, colocando en el corazón de la Patrona y Madre de todos los cubanos, las necesidades, sufrimientos, y esperanzas de todo nuestro pueblo e Iglesia, tan presentes en las reflexiones e intercambios de esta Asamblea. Han dado gracias a Dios por el Santo Padre Francisco en el 10º aniversario del inicio de su Pontificado y han encomendado su ministerio a la Madre de Dios. Igualmente, ha habido una oración constante en estos días por los hermanos Obispos, la Iglesia y el pueblo de Nicaragua. Se recuerda nuevamente a nuestros fieles mantener y reforzar la oración que cada viernes de Cuaresma, especialmente en el Viacrucis, la Iglesia en Cuba eleva a Dios y a la Virgen por sus hermanos nicaragüenses.

En ambiente de fraterna comunión y serena esperanza por los días de diálogo y discernimiento compartidos, los Obispos concluyen invocando la asistencia del Espíritu Santo para que el camino cuaresmal emprendido renueve en toda nuestra Iglesia la deseada conversión, y así podamos llenarnos del gozo que la Presencia del Resucitado suscita entre nosotros.


El Cobre, 10 de marzo de 2023

Padre Ariel Suárez Jáuregui.
Secretario Adjunto de la COCC

(RAE. 9 de marzo de 2023) Nota informativa sobre la tilde en «solo»


El director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, ha ofrecido unas declaraciones tras el pleno de esta tarde ante el interés suscitado por la decisión que tomó el jueves 2 de marzo la Academia sobre la tilde en solo. Se acordó añadir a la redacción actual de la regla el inciso «a juicio del que escribe».

Se trata de un cambio de redacción de la norma que la hace más clara. Se publicará en la nueva edición del Diccionario panhispánico de dudas (DPD), que se presentará en el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) de Cádiz, el próximo 29 de marzo.

Al inicio del pleno de hoy, se ha leído el acta de la sesión anterior y los académicos han hecho sus comentarios y observaciones ante la cuestión planteada. Como conclusión, el acuerdo ha sido ratificado sin modificación.

La tilde diacrítica

La RAE viene refiriéndose a la tilde diacrítica desde sus primeras ortografías. Primero en monosílabos como dé/de, sé/se, sí/si, mí/mi… y más tarde en bisílabos tónicos y átonos como dónde/donde, cuándo/cuando, cómo/como, etc.

Entre 1870 y 1880 se utilizó este rasgo para diferenciar el adverbio solo del adjetivo solo, así como los pronombres demostrativos este, ese, aquel de los determinantes que tienen la misma forma.

La RAE y la ASALE, que tienen la obligación de introducir coherencia en la ortografía, han buscado soluciones equilibradas. Así vienen haciendo desde siempre. En la Ortografía de 2010 y en obras posteriores se determina la norma siguiente: escribir sin acento el adjetivo solo y los determinantes demostrativos (como siempre), a la vez que se permite escribir sin tilde el adverbio solo y los pronombres demostrativos este, ese, aquel incluso en casos de posible ambigüedad.

Para la reedición del Diccionario panhispánico de dudas se propone una redacción más explícita, pero que mantiene la norma de la Ortografía de la lengua española (2010):

a) Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio solo en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad.
b) Es optativo tildar el adverbio solo en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad.

a) Es obligatorio escribir sin tilde los demostrativos este, ese, aquel (y sus femeninos y plurales) en contextos donde su uso no entrañe riesgo de ambigüedad.
b) Es optativo tildar los usos pronominales de los demostrativos este, ese, aquel (y sus femeninos y plurales) en enunciados donde, a juicio de quien escribe, su empleo entrañe riesgo de ambigüedad.


Prensa Real Academia Española

Thursday, March 9, 2023

(Social. Septiembre 1917) Los santos de Juan. Por Enrique José Varona.

Casa Natal de Enrique José Varona
Aspecto actual
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La casa antes de las reformas 
que se le hicieron en la primera mitad del siglo XX.
Foto/Año 1905.
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Voy a hojear un poco el libro de mis recuerdos. Si alguien, no muy ducho en los placeres de la memoria, me critica, recuerde que no está obligado a oirme cuando hablo, ni a leerme cuando escribo. Ya ve que empiezo previniéndolo, para que no pueda llamarse a engaño.

Fue mi niñera una morena llamada Fabiana, de muy buena pasta y de supina igno­rancia. No lo digo en desdoro suyo, pues la pobre no tenía la culpa, sino porque hace muy mucho al caso. Andando el tiempo, y cuando ya era yo un mozalbete, entraron en la servidumbre de mi casa dos chinos asiáticos, semi esclavos o esclavos de un todo, aunque solo por contrata de cierto número de años. Debían estar bautizados o cosa así, pues el uno, que era jardinero, se llamaba Felipe, y el otro, jefe supremo de la cocina, respondía al nombre de Juan.

Era éste tan ladino, como cazurro el otro. Mientras Felipe se mantuvo siempre a distancia, todo dado a ingertar rosales y a escardar la huerta, y al cabo desapareció sin dejar huella en los anales familiares, Juan, por el contrario, cada dia se apegó más o hizo que se apegaba a la familia, y especialmente a los criados de color.

Era un hombrecillo delgaducho, de movimientos rápidos y desembarazados, que chapurreaba bastante el castellano, y guisaba de un modo muy aceptable en aquella tierra de buenos cocineros. No era un cordon bleu, como lo era Juana Apolonia, pero podía pasar por un cordoncillo azuloso. Pulcro en la cocina y en el traje, que pronto acomodó por completo a los usos del pais. Nada de coleta, al menos al exterior. Todavía recuerdo una famosa caña de Indias con puño de oro, que enarbolaba pomposa9mcnte años después, cuando ya no era chino contratado ni cocinero, sino prestamista y casi, casi hacendado.

Juan tenía ojo de chalan. Cuando conoció a Fabiana, ya ésta no se encontraba en su primera juventud, y no creo que nunca, ni en su estación más florida, hubiera podido pasar por un pimpollo. Pero era de lo más hacendoso, y sabía a maravilla hacer de un huevo, dos, y con dos una tortilla para cuatro. Juan se prendó de Fabiana, y, ayudando eI tiempo y el trato, se casaron. Por la iglesia, desde luego, pues la novia era· católica a macha martillo, como lo era su madre; sin que sea posible ir mas lejos hacia atrás, pues aquí se embroIlan mucho la genealogía y la religión de los ascendientes.

Una vez casados, se establecieron, poniendo lo que en Camagüey se llamaba una venduta. A fuerza de revender cocos y lechugas, empujando pacientemente a la fortuna con el ahorro, y alguno que otro negocillo de préstamo, amén tal vez de su matute de opio, llegaron a comprar una quinta en los alrededores de la ciudad, para dedicarse al cultivo de frutos menores.

Algunos años habían pasado y Fabiana, cada vez que me veía, me rogaba con instancia que fuera a conocer y admirar sus dominios. Al fin me decidí e hice el corto viaje, que no pasaría de veinte minutos, en quitrín. Mi antigua niñera, ascendida a propietaria, me enseñó con visible satisfacción toda la casa, que era amplia y limpia, y solo por algun tenue tufillo opiáceo delataba la naturalidad del dueño.

Como quien guarda para lo último lo de más precio, después de recorrer hasta la cocina, me llevó Fabiana. a una grande habitación, donde no reinaba la claridad meridiana de las otras, y me mostró radiante de orgullo un gran retablo que ocupaba todo un testero. Lo llenaban no pocas imágenes de santos, todas de bulto y vestidas, a la usanza española y napolitana. Todavía recuerdo un San Roque, descalzo de pie y pierna, con sus úlceras sanguinolentas, y su perrillo al lado. Las presidía una angustiadísima Dolorosa, con lágrimas cuajadas en los hermosos ojos, y las siete espadas cabalísticas clavadas simétricamente en el costado izquierdo. Todo ello entre macetas de flores de trapo, candeleros con pequeños cirios y otros adminículos de la devoción.

Me acerqué, si no interesado, pues el espectáculo no tenía para mi nada de nuevo, curioso; y al recorrer todas aquellas muestras del fervor de la buena mujer, me suspendieron un tanto dos o tres figurillas exóticas, mezcladas indistintamente y en santa hermandad con las imágenes. Las miré de cerca, y advertí que eran pequeños Budas, sentados a la turquesca sobre el místico loto.

Sin mostrar sorpresa, me volví a mi acompañante, y le pregunté:

- ¿Qué es esto, Fabiana?
- Son los santos de Juan, me contestó ingenuamente.


Vedado, 1 de septiembre de 1917.

Wednesday, March 8, 2023

Amelia Earhart estuvo en Camagüey (por Carlos A. Peón-Casas)


Para muchos en la ciudad, su nombre no diría hoy mucho, y quizás poco o nada para los que habitaban la ciudad de los tinajones en la siempre recordada década de los años veinte, del pasado siglo.

Sin embargo, Amelia Earhart era ya para entonces una mujer famosa. Fue la primera aviadora que logró “saltar” sobre el Atlántico en 1928, aunque en el vuelo la acompañaran dos pilotos, y que luego repetiría la hazaña, esta vez en solitario, en el año de 1932.

Su presencia en Camagüey, aunque acaso sólo fuera en una corta escala aérea, fue realidad el 9 de enero de 1929. Era el día en que la Pan American, inauguraba un servicio aéreo con escalas entre las ciudades de Miami y San Juan en Puerto Rico.

Camagüey en tal época, y como luego seguiría siendo en años sucesivos, era un punto de parada imprescindible en el tema de las comunicaciones aéreas desde la costa este de Estados Unidos, para enlazar con destinos en Suramérica y el Caribe, y fue junto con la Habana y Santiago, una de las paradas de aquel primario vuelo.

El itinerario completo era Miami-Habana-Camagüey- Santiago de Cuba-Puerto Príncipe- Santo Domingo-San Juan, y viceversa.

Para la época ya la Pan American era propietaria de los terrenos del campo de aviación en la ciudad en el lugar que hoy conocemos, pues antes hubo un primitivo campo de aviación en lo que hoy ocupan las barriadas de Garrido y La Zambrana. El vuelo fue llevado a cabo en un flamante Fokker trimotor(1), que ya era un success de la aviación de su tiempo aunque sólo podía transportar a diez pasajeros.

Amelia Earhart, fue la designada para pilotear aquel vuelo inaugural, y quien por necesidad pisó suelo camagüeyano dos veces, a la ida y a la vuelta de aquel atrevido itinerario.

Hasta donde sepamos, no hubo una reacción de la prensa de aquel minuto, destacando el hecho, ni acaso una mención de la presencia de la ya famosa aviadora norteamericana, quien capitaneaba la nave aérea que sobrevoló la ciudad de entonces, sin que sus habitantes pudieran imaginar que quien regia los destinos de aquella aeronave a, la que muchos desde tierra, mirarían con no poca curiosidad, era nada más y nada menos que una mujer.


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  1. Todos los datos citados aparecen recogidos en Índice Histórico de la Provincia de Camagüey. 1899-1952. Instituto del Libro, La Habana, 1970.

(Primer Congreso Nacional de Mujeres. La Habana. Abril, 1 al 7 de 1923) La mujer en el periodismo. Por María Collado




Señora Presidenta del Congreso Nacional de Mujeres: 
Señoras congresistas: 
Señoras y señores: 



Mucho he vacilado antes de desarrollar este interesante tema de ‘‘La mujer en el periodismo’’, digno por todos conceptos de ser tratado por persona de más competencia que yo, sobre la orientación que debía seguir, por ser precisamente la profesión de periodista una de las que con menos brios ha abrazado la mujer cubana, y por ello es difícil relacionarle con el avance feminista. 

Si la cualidad de escritora coloca a la mujer en condiciones de llamarse periodista, podemos decir que contamos con un gran número de mujeres que pueden ostentar este título; pero si nos referimos al periodismo verdadero, al que requiere la ardua labor del reporter siempre en movimiento para obtener la noticia de última hora que ha de llevar a la redacción sin pérdida de  tiempo, el que impone el comentario oportuno de cualquier suceso interesante y que trae consigo, en fin, tantas y tantas responsabilidades, entonces podemos decir que en Cuba no hay o existen muy pocas mujeres periodistas. Entre este pequeño grupo figuran Isabel Margarita Ordex, compañera muy estimada, en ‘‘La Discusión’’; María Villar Buceta, en ‘‘La Lucha’’; Yuya Martínez, cronista de ‘‘La Prensa’’; Dulce María Roberts, Jefe de Redacción de ‘‘Smart’’, y algunas otras que en estos momentos lamento no recordar; pero que estoy cierta que no hacen un número considerable. Y ¿por qué es esto? me pregunto sin poderme yo misma responder. Por qué aquí todas las mujeres cuando van a fundar un periódico se deciden por la revista literaria?... Gertrudis Gómez de Avellaneda, mujer de cerebro prodigioso, de fuerte carácter por muchos tildado de varonil, de avanzadísimas ideas impropias de su época, funda un periódico en esta capital y éste es una revista literaria, Más tarde otras  siguen su ejemplo y así van surgiendo entre muchas que sería  prolijo enumerar, ‘‘La Revista Blanca’’, dirigida por Luz Gay,  la poetisa hoy demente y recluída tras las rejas de un manicomio. “‘La Golondrina’’, de la también poetisa Srta. María Urzais; ‘‘Cuba Libre’’, de la Srta. Rosario Sigarroa, y sucesivamente otras publicaciones de igual índole que desaparecen casi siempre tras un corto período de tiempo, como ha sucedido con las recientemente dadas a la publicidad en Matanzas, Santiago de Cuba y Guantánamo respectivamente tituladas ‘‘Albores’’, de la Srta. Oliver; ‘‘Astral’’, de Mariblanca Sabas Alomá, y  “Preludios’’, de Rebeca Elía Poveda. Pudiendo considerar casi como una excepción “‘Letras Güineras’’, de Rosa Trujillo, que lleva como seis u ocho años de vida, y la ‘‘Revista de la Asociación Femenina de Camagiiey’’, que se sostiene firme hace dos años; pero que no sería arriesgado asegurar que ello consiste en que es el órgano de una Sociedad más que un periódico de circulación, es decir: que esté más bien sostenida por los miembros de la agrupación cuyo vocero es, que por el favor público. 

Desde luego, no debe llamarnos la atención este fracaso del esfuerzo femenino en pro de las letras porque a infinidad de revistas fundadas por hombres les ha ocurrido igual; pero yo sólo he querido significar que el periodismo femenino ha sido casi siempre un periodismo más literario que activo y que muchas  energías se han perdido sin que el éxito coronara los esfuerzos de la mujer periodista, porque el camino ha sido equivocado. Tal vez un periódico diario atendido por mujeres hubiese dado más positivos resultados, al mismo tiempo que la mujer, que casi  siempre escribe alentada por un ideal, podría hacer del periodismo un baluarte poderoso para la defensa de todas las causas nobles y generosas que hoy atraen su atención y la obligan a unirse en universal clamor pidiendo un mundo mejor para las generaciones venideras. 

La prensa es, indiscutiblemente, un formidable auxiliar para toda empresa, nosotras, las que sostenemos el pabellón del feminismo en esta República, lo hemos palpado: si no hubiésemos contado con su cooperación, nuestra labor hubiese sido aun más difícil de realizar porque nuestras aspiraciones hubiesen quedado ahogadas entre las paredes del recinto donde eran expuestas, con mas o menos elocuencia; pero sin resonancia alguna. La prensa ha sido la encargada de divulgarlas, de llevarlas al apartado rincón campesino haciéndolas repercutir en el corazon de la mujer selvática que no obstante su escasa cultura nos corresponde y brinda su concurso. Ella quien le ha hecho oir al legislador cubano nuestro grito de rebeldía contra los viejos moldes opresores, obligándolo a pensar seriamente en concedernos los derechos que todo ser consciente debe tener. Estos y muchos servicios nos ha prestado la prensa, pues hasta el éxito de este Congreso le pertenece en parte y ello no obstante estar monopolizada por el hombre, que si nos ha prestado su concurso, en ese sentido, ha sido casi siempre, salvo excepciones contadas, por galantería. ¿Qué no sería entonces si contáramos con periódicos propios donde nuestras ideas no encontraran objeciones de ninguna clase? 

No sé si será porque soy una apasionada del periodismo, del periodismo verdadero que impone sacrificios y absorbe el tiempo obligando a indagar y a buscar siempre algo emocionante con que sorprender a los lectores; pero creo, que si nosotras penetrásemos con paso firme en este terreno casi inexplorado por nuestro sexo, el éxito mas lisonjero habia de coronar nuestros empefios, pues ellos nos brindaria oportunidad no sólo para extender nuestro campo de acción hacia una nueva actividad de positivos resultados económicos, sino que contaríamos con un fuerte lazo de unión internacional, pues nada podría crear más cordiales relaciones entre las feministas cubanas y las del mundo entero, que el canje de los periódicos por nosotras sostenidas. De esto tengo adquirida experiencia, pues recibo frecuentemente publicaciones extranjeras dirigidas por mujeres en países lejanos hasta donde el periódico ha llevado el conocimiento de mi modesta labor en pro de la causa. Asi llegan a mí, como mensajeros  fraternales, por ejemplo, ‘‘El Hogar’’ de México, dirigido por  Emilia Enriquez de Rivera, y ‘‘Nuestra causa’’ de la Argentina,  por Lola S. B. de Bourguet. Asi puedo llamar compafieras a las  otras mujeres que dispersas por el mundo, como yo piensan y como yo luchan por el progreso de todas, así conozco sus nombres, así han conocido ellas el mio y asi aprenderán ellas a amar mi patria como aprenderé yo a amar la suya. 

En nombre, pues, del engrandecimiento y progreso de Cuba y de la unión universal, bello principio sustentado hoy por todos los que saben sentir, invito a las dignas compafieras aquí congregadas a aunar sus esfuerzos para que la mujer cubana incline su ánimo hacia el periodismo y sepa hallar el encanto indiscutible que tiene como propagador de la cultura y de todos los ideales que hoy alienta la Humanidad.



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Ver en el blog

A ti Mujer ... (by José Luis Perales)



A ti, mujer,
No importa quien seas,
Ni de donde vengas,
Ni por que te vas.

Mujer,
Quisiera escribirte una carta de amor.
Porque eres el centro en el universo
Y creo en ti.

Mujer,
Que tocas la noche y la llenas de luz,
Que tienes problemas, anhelos y penas
Y creo en ti.

...

Tuesday, March 7, 2023

"Anita Sánchez y Esteban. Hija del doctor Eugenio Sánchez Agramonte, expresidente del Senado, cuyas bodas con el señor Alfredo Longa y Aguirre, se efectuaron con gran pompa el 20 del pasado mes." (Social. Agosto 1917)

 

(Social. Agosto 1917) El mayor encanto de la mujer cubana. Por Eulogio Horta.

Camagüey 1963 
Foto by Henri Cartier-Bresson.
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El caso es difícil, pero muy atrayente, y a mí con los años me ha entrado el amor a lo peligroso. Nada fácil me atrae, porque todo lo fácil me parece vulgar; por eso un tema como el que se enuncia al frente de este artículo tiene para mí la delicia irresistible de la fruta prohibida.

Desde luego que, al hablar de la mujer cubana, me refiero a la mujer joven que figura en la sociedad, enaltecida por los prestigios de la educación y perteneciente a una raza superior dentro de la inmensa variedad de las estirpes humanas.

Yo me he aproximado al borde de ese abismo que se llama la "joven cubana", y lo he visto, poseído de vértigo, esmaltado de las más poderosas seducciones; he contemplado a la femenina trópical, y me ha parecido más, bella que un trofeo de soles, más espléndida que una pléyades de eternidades gloriosas.

Yo he visto al viajero que llega a nuestras playas ponerse embelesado con la mujer, flor o mariposa, que anima nuestra vida, que, da una nota de color y de entusiasmo en nuestros salones y en nuestras calles, y que cuando pone su pie en tierras extranjeras sacude la tristeza y lo alegra todo con el ruido enloquecedor de sus fanfarrias.

¡Cuántas cosas que ella no tiene se le han atribuído y cuántas que son únicamente suyas se le han negado!

¿Habrá llegado la hora de la reparación ? Yo creo que sí. La mimosa criatura, rubia o morena, resignada o heroica, es ya por todo el mundo una expresión deliciosa de nuestro pequeño mundo antillano. Todos la quieren, todos la aman; nos la arrebatan orgullosos los extranjeros, la idealizan los artistas y proclaman sus méritos hasta los más adustos.

Si se le mira de cerca encontramos en ella la gracia de Manón, la ternura de Ofelia, y hasta la eucaristía de la belleza, como en Beatriz que promete al Dante la visión de los cielos paradisíacos.

Los sutiles analistas del alma femenina: Rabelais, Goethe, Stendhald, Balzac, Musset, Bourget y Prevost, no podrían pronunciar un voto, ni aun aproximado, de la Eva cubana. La solución más sencilla es la que en todas las cosas se aleja más del pensamiento; por la misma razón sin duda la clave del encanto inefable de la mujer cubana, no le podría adivinar ningún pensador improvisado.

Sépanlo de una vez los curiosos impacientes: la cubana es ella misma, y no se parece a ninguna otra mujer. Pudiera asegurarse sin vanidad, que la naturaleza, hizo con ella en lo físico y en lo moral, un glorioso ensayo que no se repetirá jamás.

Un francés muy observador, me dijo una vez que la cubana valía porque era una mujer completa, sin parecerse al hombre.

¿Qué había yo de responder, gustándome tanto su opinión. Sin embargo, no me dejaba satisfecho.

El no se contentó tampoco con mi silencio, y me interrogó a su vez:

¿Qué le agrada más a usted en la mujer cubana?
Y no pude dejar de satisfacerle, contestando:

Su manera de andar;
Su voz armoniosa;
Su gracia espontánea;
Su sencillez de maneras;
Su dulce mirar...

Mi amigo el francés no pudo replicar de mejor manera que impartiendo su aprobación absoluta a lo que yo acababa de expresar.

A pesar de todo, diré que el mayor encanto de la mujer cubana, consiste en que posee:

La voluntad en la dulzura; la energía en la gracia, y sobre todo: en que vive amando y amando muere.

Memorias de la celebración del “Día del Estudiante Católico”. Santiago de Cuba, 7 de marzo de 1961 (por María C. Campistrous)



Aquella noche, -memorable y fundante para mí-, celebrábamos en la Catedral Primada el “Día del Estudiante Católico”; Mons. Pérez Serantes, el Arzobispo, presidía la Eucaristía. Al finalizar, una pareja de jóvenes leía la Oración-Compromiso de los estudiantes allí reunidos… De repente todo fue confusión…

Había entrado un grupo que gritando alborotaba diciendo consignas; de mi lado decíamos: “¡Viva Cristo Rey!”, “Uno, dos, tres, cuatro: hay curas para rato”, y quizá otras cosas que no recuerdo.

Cuando se pudo salir del templo fuimos hacia el Colegio “La Salle”, allí esperaban los dulces y refrescos de la fiesta.

Mientras tanto, el Espíritu aleteaba sobre las aguas revueltas del desorden cobijando nuestros miedos.

Horas más tarde, cuando fue posible, salimos de La Salle por una calleja de paredes humanas que gritaban y escupían. Más allá esperaban impacientes las familias, la escena dantesca amedrentaba…

Al día siguiente la Universidad estaba tensa, por decir de alguna forma. Palabras que he olvidado, insultos, tirones –así me sacaron del aula al pasillo–… Dos días después comenzaron las depuraciones. Alumnos y profesores de la Universidad de Oriente, la Escuela Normal y otros centros, sintieron este flagelo en sus vidas que de una u otra forma cambió en lo adelante de forma radical. Para algunos fue el trampolín que les lanzó al exilio.

Hoy escribo en memoria de los que vieron su futuro truncado, y en la de los que decidieron mantener su fidelidad a Cristo sin importar el precio. De manera especial, escribo para los que ya no están.

En el patio lasallista oíamos los gritos de la calle mientras cantábamos Clarinada, la llamada al ideal que profesábamos, confiados en que, algún día, sobre el cielo de la Patria proyectarían nuestros brazos el estandarte de la Cruz.

Muchas, muchas veces, repetimos el Himno:
Juventud porvenir de la Patria,
Juventud porvenir de la fe,
el futuro descansa en tus brazos
tus espaldas serán su sostén…
Con la Estrella y la Cruz como emblema
ha de ser nuestra marcha triunfal
¡Viva Cuba creyente y dichosa!
¡Viva Cristo monarca ideal!...
Al salir, no exenta de temor, repetía en mis adentros: ¡Cristo y yo: mayoría aplastante!

Esa noche sentó pautas en mi vida.

La verdadera fuerza y poder de la mujer (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.


A estas alturas del siglo XXI, nadie duda que la mujer no es el sexo débil.

Pero todavía hay mucha confusión sobre en qué reside su actual fuerza y el mayor poder que su voz detenta a nivel global.

En mi opinión, la verdadera fuerza de la mujer radica en la forma en que lidia con su pasado. Una mujer poderosa no se define por lo que un hombre le hizo en su niñez, adolescencia, juventud o adultez, por lo que él hizo o dijo que la hirió o dañó en alguna medida.

La fuerza femenina se manifiesta en la forma en que ella logra sobreponerse al dolor y la adversidad, por la forma en que crece emocional y espiritualmente con cada golpe, por la forma en que sana sus heridas, en que se ama sacando a ese hombre tóxico de su vida, en que vuelve a empezar una y otra vez, en que, tal vez, hasta se reinventa a sí misma.

Su fuerza le permite experimentar el dolor de la ruptura amorosa con dignidad, haciendo algo concreto por salir de la trampa donde una situación determinada la quiere inmovilizar, alzándose por encima de sus circunstancias.

El poder de una mujer no reside en querer actuar y pensar como un hombre. Mucho menos en considerarlo un enemigo con el que competir a como dé lugar. Cuando las mujeres casadas se creen “fuertes” y “poderosas” de la manera equivocada, tratan a sus esposos como si ellas fueran sus madres o sus jefes, como si ellos fueran niños a quienes se corrige y se da órdenes … y entonces esos hombres van perdiendo su condición de líderes en sus hogares porque es su mujer la que lleva los pantalones. Un círculo vicioso que nunca conduce a buen puerto.

La fuerza y el poder de la mujer no pueden fundamentarse en la castración del hombre. Nosotras crecemos más, emocional y espiritualmente, mientras más los admiramos, apreciamos, valoramos y respetamos. Porque somos diferentes, gracias a Dios, no tenemos por qué competir con los hombres. Dios creó a la mujer para Complementar al hombre, para ser su ayuda idónea, no para ser su cabeza.

La mujer fuerte y poderosa no piensa mal de su hombre, ni lo contradice por el mero afán de ganar una discusión, ni lo ataca, ni lo acusa, ni lo culpa. Confía en él. Tiene fe en él. Elije hacer énfasis en las virtudes de su amado y no en sus defectos. Ella sabe que son un equipo y como tal saldrán adelante en la vida, juntos, como una sola carne y dos almas en la misma sintonía, en la misma frecuencia, empoderadas por el mismo sueño.

Ella anhela ser su brazo derecho, su compañera en las buenas y en las malas, su enfermera cuando él requiera de sus cuidados, su amiga, su confidente, la voz dulce y tierna que acaricia sus oídos con palabras que lo elogian, motivan y alientan, su esposa y su amante.

Es hora de recuperar la femineidad original del diseño divino.

La mujer fue creada como solución para un problema.

En el libro del Genesis se nos cuenta que, mirando a Adán, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” ...y entonces Dios creó a Eva... como ayuda idónea del hombre, como complemento perfecto para su cuerpo y para su alma.

Dios creó a Eva de la costilla de Adán, no de los pies para que él la pisoteara, ni de la cabeza como para que ella lo gobernara, sino de su costado, para que estuviera siempre muy cerca de su corazón.

No renunciemos a esta nuestra esencia femenina porque en ella reside, precisamente, nuestra fuerza y nuestro poder.





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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado nueve libros entre los que se encuentran:Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019) El Poder del Amor Ágape: como restaurar tu matrimonio después de una infidelidad (2021),  Amanecer con Dios (2021), Del Amor Tóxico al Amor Extraordinario (2022). 

Monday, March 6, 2023

... en el "8 de marzo".


Empezamos a intercambiar mensajes, siguieron conversaciones, llegaron las madrugadas virtuales... hasta que acordiamos el primer encuentro (presencial que ahora le llaman).

Quedamos en un parqueo para el "trasbordo", era 8 de marzo. Luego, cada semana: "en el '8 de marzo' a tal hora".

Pasó el tiempo, ya no era necesario el "trasbordo ochomarzoano", pero esa fecha y ese lugar quedaron sellados por el primero de los besos. (JEM)

"Plantadas", filme de Lilo Vilaplana dedicado a las presas políticas cubanas, tuvo su estreno en el Festival de Cine de Miami



Sólo Eugenia (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi. 


Poema 51 de La patria es una naranja 


51



Sólo Eugenia
con la estela bronceada que su cuerpo va dejando
pervive en la gigantesca Ciudad.
Han muerto todas las mujeres en la ciudad de México
Han muerto de una apoplejía en las taquerías esquineras
Han muerto entre las babas de los perros rabiosos
Han muerto bajo montañas de cosméticos
Muertas de esmog, de rouge han muerto
Ya no hay mujeres
sus fantasmas toman el espacio y vuelan y son como matrices
de humos despidiéndose para siempre del Gran Valle
Qué triste está la Ciudad sin mujeres
Sólo Eugenia pervive y los hombres lo saben
–aun los que miran desde kilómetros y kilómetros a lo lejos–
por la estela bronceada que su cuerpo va dejando
por la sucesión de anillos bronceados que su andar va dejando
Sólo Eugenia pervive y es una niña que va sola
en medio de la Ciudad tan extensa y umbría.
Eugenia,
una niña sola, de la cual
habrán de resurgir todas las hembras.



51


Solo Eugenia
con la stella abbronzata che il suo corpo va lasciando
sopravvive nella gigantesca Città.
Sono morte tutte le donne nella Città del Messico.
Sono morte di apoplessia nelle bancarelle all’angolo.
Sono morte tra le bave dei cani rabbiosi.
Sono morte sotto montagne di cosmetici.
Morte di smog, di rossetto sono morte.
Adesso non ci sono più donne
i loro fantasmi prendono lo spazio, volano e sono come matrici
di fumi che si accomiatano per sempre dalla Gran Valle.
Com’è triste la città senza donne.
Solo Eugenia sopravvive e gli uomini lo sanno
- anche se guardano da chilometri e chilometri in lontananza -
dalla stella abbronzata che il suo corpo va lasciando
dalla successione di anelli abbronzati che il suo passaggio va lasciando.
Solo Eugenia sopravvive ed è una bambina che va sola
in mezzo alla Città tanto estesa e ombrosa.
Eugenia,
una bambina sola, dalla quale
dovranno risorgere tutte le femmine.







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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal recibió el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Nacional de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que ya había recibido, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio y el premio Pluma de Oro de Publicaciones Entre Líneas..

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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