Monday, June 20, 2022

He visto al cuervo venir (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.


He visto al cuervo venir

                                             para Carmen 

Yo he visto al cuervo venir.
Lo he visto venir fulgiendo de negro bajo el sol de la tarde.
Lo he visto viajar directamente hacia mis ojos.
Él ha creído
que duermo
pero yo lo he visto desde su primer gesto.
Y cuando ha llegado me he abierto el pecho.
Y cuando ha llegado he abierto los ojos.
Y el cuervo ha comido de mi pecho y mis ojos
y ya no habrá quien lo salve.


Santa Clara, Cuba, 26 de agosto de 1993




Ho visto il corvo venire

                                       per Carmen  

Io ho visto il corvo venire.
L’ho visto venire risplendendo di nero sotto il sole della sera.
L’ho visto viaggiare in direzione dei miei occhi.
Lui ha creduto
che dormissi
ma io l’ho visto sin dal suo primo gesto.
Quando è arrivato mi ha aperto il petto.
Quando è arrivato mi ha aperto gli occhi.
Il corvo si è mangiato il mio petto e i miei occhi
e adesso nessuno potrà salvarlo.

Santa Clara, Cuba, 26 de agosto de 1993




 

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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.


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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

"Catalina Betancourt Preciosa flor camagüeyana que a su belleza une los mayores encantos de la mujer: virtud y hermosura". (Bohemia. Diciembre 10, 1910)

 

Sunday, June 19, 2022

(Camagüey. Junio 19, 2022) Procesión Corpus Christi

 


Fotos tomadas de los Facebook de
Alejandro Jesús González, Merlis Pereira
y Cáritas Camagüey
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Mensaje de Mons. Wilfredo Pino, Arzobispo de Camagüey, transmitido por Radio Cadena Agramonte el domingo 19 de junio de 2022, Día de los Padres y Solemnidad del Corpus Christi


Mensaje de Mons. Wilfredo Pino, Arzobispo de Camagüey, transmitido por Radio Cadena Agramonte el domingo 19 de junio de 2022, Día de los Padres y Solemnidad del Corpus Christi


Muy buenos días a todos. Comenzamos nuestro encuentro haciendo la señal de la cruz y cantando.

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes. Y CON TU ESPÍRITU.

Hoy es el Día de los Padres, y por eso permítanme comenzar diciendo: Queridos y siempre recordados padres; queridos todos: Un padre se ve retratado en su hijo. Verá a su hijo caminar como él, poner las manos como él, cruzar las piernas al sentarse como él, gesticular como él. Un buen hijo, cuando mira a su padre, se dará cuenta de cuánto hay de su padre en él mismo. Por eso, nuestro Martí sentenció: “Hijo soy de mi hijo, él me rehace” (o sea, me vuelve a hacer).

Creo que todos estamos de acuerdo en que el Día de los Padres no tiene la misma respuesta popular que el Día de las Madres. Bastará mirar alrededor para advertir que este tercer domingo de junio pasará, para no pocos, como un día más del año, y en el que, tal vez, escucharemos una conocida frase: “Madre sólo hay una, padre puede ser cualquiera”. Yo no estoy de acuerdo con esa afirmación, pero me preocupa que en esa desagradable frase quizás se esconda una acusación contra los malos padres, contra aquellos que supieron ser padres para engendrar un hijo (algo bien fácil) y olvidaron ser padres para educar al hijo engendrado (algo mucho más difícil). Quizás sea éste el motivo de las diferencias que se notan en las celebraciones del Día de las Madres y del Día de los Padres.

Aceptemos, entonces, el hecho de que hay hijos que tienen quejas de sus padres. Como sacerdote, en distintas ocasiones y lugares, he escuchado a niños rezar en voz alta con estas palabras: “Que mi papá no le pegue más a mi mamá”, “que mi papá vuelva para la casa”, “que mi papá no tome más”. Y las consecuencias de todo ello ya las conocemos. ¡Cómo se nota en los niños la ausencia del padre! Niños que crecerán con la imagen paterna destruida. Fue un joven quien me dijo en una ocasión lo siguiente: “El día que se muera mi padre que no me avisen, porque si él no hizo nada por mí, yo no tengo que hacer nada por él”. Hay también padres que consideran que su papel se limita a “traer dinero y comida para la casa” o que piensan que sólo las madres, la escuela o la Iglesia son quienes tienen que ocuparse de la educación de los hijos. Otros padres entienden, equivocadamente, que a los hijos “hay que darles todo lo que pidan”; y los hay que, cuando sus hijos han querido contarle algún problema personal, su respuesta ha sido: “después hablamos, que ahora no tengo tiempo para boberías”… Además, según parece, el alcoholismo agarra más a los padres que a las madres. Y cuando el terrible divorcio llega, casi siempre los hijos quedan con la madre. Y por esos malos ejemplos, los padres tienen mala propaganda, y pagan “justos por pecadores”...

Pero dejemos ya de comentar lo malo y hablemos de los muchos y buenos padres que conocemos. Porque será una pena que haya muy buenos padres que no reciban ni un regalito o un cariño especial en su día.

Se dice que hay más poesías para las madres que para los padres, pero el poema más bello, hecho nada menos que por el propio Jesucristo, está dedicado a los padres. En la Biblia leemos la parábola del hijo pródigo (palabra que significa malgastador), parábola que más bien debiera llamarse “del padre prodigioso o misericordioso”. Hay mucho que hablar de ese padre que, como escucharemos, respeta la libertad de su hijo, del padre paciente que espera sufriendo, que ama, que perdona y manda hacer fiesta por haber recuperado a su hijo. Los invito a escuchar esta narración del propio Jesucristo, que nos leerá el P. Carlos Juan Himeliz, sacerdote de la capilla del Reparto Saratoga y de las comunidades de Hatuey, Mola y Najasa.

LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS. Capítulo 15, versículos del 11 al 32

Un hombre tenía dos hijos. Un día, el menor dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde”. Y el padre la repartió entre ellos. Pocos días después, el hijo menor reunió todo lo que tenía, partió a un lugar lejano y allí malgastó su dinero en una vida desordenada. Cuando lo había gastado todo sobrevino en aquella región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad. Entonces fue a buscar trabajo y se puso al servicio de un habitante de ese lugar que lo envió a sus campos a cuidar puercos. Hubiera deseado llenarse el estómago con la comida que daban a los puercos, pero nadie le daba nada. Entonces se puso a pensar: “¡Cuántos obreros de mi padre tienen pan de sobra, y yo aquí me muero de hambre! Me levantaré e iré a donde mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo. Trátame como a uno de tus empleados”. Partió, pues, de vuelta donde su padre.

Cuando estaba todavía lejos, su padre lo vio y sintió compasión, y corriendo fue y lo abrazó y lo cubrió de besos. Entonces el hijo le habló: “Padre, pequé contra Dios y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus servidores: “Rápido, tráiganle la mejor ropa y póngansela, colóquenle un anillo en el dedo y zapatos en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo, comamos y alegrémonos, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo he encontrado. PALABRA DEL SEÑOR. GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS.

Todo padre debiera ser como este padre. Todo padre debiera imitar a Dios. El propio Jesucristo, para hablar de su padre Dios, usaba la palabra “papá”. Y nos enseñó a nosotros a hacer lo mismo: “Cuando ustedes quieran hablar con Dios, digan: Padre nuestro”. Hoy, por tanto, es también el día en que debemos felicitar y agradecer especialmente a nuestro Padre Dios. ¡Hoy es su día!

A la mente me viene lo que escuché varias veces al siempre recordado Monseñor Adolfo cuando nos decía: “Dios vela, el padre vela. Dios cuida, el padre cuida. Dios enseña, el padre enseña. Dios reprende, el padre reprende. Dios protege, el padre protege. Dios engendra, el padre engendra. Dios quiere aunque no lo quieran, el padre quiere aunque no lo quieran. Dios ama sin esperar nada a cambio, el padre hace lo mismo”.

Yo rezo para que todo padre quiera dejar a sus hijos un buen recuerdo de su persona. Y les pido a ustedes que recen. Recen por sus padres, vivos o difuntos; por los padres que hoy tienen la dicha de estar junto a sus hijos y los padres que perdieron a sus hijos, o los tienen enfermos, presos, lejos o alejados. Recen por aquellos hombres que no son nuestros padres según la sangre, pero se han portado como si lo fueran. Recen por nuestros 28 sacerdotes, a los que ustedes, con razón, llaman “padres”. Ellos renunciaron libremente a formar su propia familia para entrar a formar parte de las familias de ustedes y así poder servirles mejor. Y recen por mí, su arzobispo, para que sepa cumplir con la agradable pero difícil tarea de ser el padre de TODOS en Camagüey.

¡Celebremos, entonces, con orgullo, el Día de los Padres, pues bien que se lo merecen esos padres extraordinarios que están dispuestos a perder todo el oro del mundo con tal de no perder el cariño de sus hijos! ¡Se lo merecen los padres que no pierden la oportunidad de ir sembrando valores en sus hijos! ¡Se lo merecen los padres que han sido los primeros en hablarles a sus hijos de su otro padre, el Padre Dios! ¡Se lo merecen los padres a los que he visto llorar cuando sus hijos han cometido un grave error! ¡Se lo merecen los padres que se llenan de sano orgullo cuando se les dice que su hijo se parece a él! ¡Se lo merecen los padres que sacan tiempo, no sé de dónde, para dedicarles tiempo a sus hijos, conversar con ellos y preguntarles cómo van! ¡Se lo merecen los padres que saben corregir a sus hijos con firmeza cuando se equivocan, pero lo hacen sin humillarlos! ¡Se lo merecen los padres que saben tener paciencia con sus hijos, y son capaces de esperar y esperar! ¡Se lo merecen los padres que tratan, por todos los medios, de estar el mayor tiempo posible presentes en sus familias, compartiéndolo todo: alegrías y dolores, fatigas y esperanzas!

Les deseo a todos los padres un día feliz y rezo para que nuestro buen Dios, el Padre de todos, los acompañe en este día y siempre. Trabajemos para que se repita mucho entre nosotros lo que le pasó a un maestro de Nuevitas que les pidió a los niños de su aula hacer una composición sobre el que ellos consideraran el hombre más grande del mundo, y uno de aquellos niños le preguntó, con su natural candidez y simplicidad: “Maestro, ¿puedo poner a mi papá?”

Los invito a que hagamos ahora oración, respondiendo cada vez: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.

-Por el Papa, los Obispos y Sacerdotes, para que en su ministerio pastoral se perciba el amor paternal de Dios. Roguemos al Señor. TE LO PEDIMOS, SEÑOR.

-Por todos los padres que celebran hoy su día. Para que asuman y vivan fielmente el don de la paternidad. Roguemos al Señor. TE LO PEDIMOS, SEÑOR.

-Por los hijos que viven separados de sus padres y sufren el divorcio de los mismos, para que Dios les brinde su auxilio y no les falte su amor. Roguemos al Señor. TE LO PEDIMOS, SEÑOR.

-Por los padres enfermos, por los que sufren prisión, por los que se sienten olvidados de sus hijos, para que sientan la presencia del Señor junto a ellos. Roguemos al Señor. TE LO PEDIMOS, SEÑOR.

-Por los padres difuntos que llevamos siempre en la memoria del corazón, y por los padres que no tienen a nadie que rece por ellos, roguemos al Señor. TE LO PEDIMOS, SEÑOR.

Y ahora los invito a que recemos la oración de los hijos de Dios, el Padrenuestro: PADRE NUESTRO…

Queridos todos: Hoy La Iglesia también celebra la fiesta llamada del Corpus Christi, o sea, del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Desde el siglo XIII, la Iglesia viene celebrando la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, o del Corpus Christi. Comparto a continuación con ustedes un documento histórico que contiene algo sucedido en el año 110 después de Cristo. En ese tiempo, Plinio el Joven era el gobernador romano en la actual Turquía. Se conserva una carta que él dirigiera al emperador Trajano, pidiéndole algunos consejos. La escuchamos.

“Entre tanto seguí este procedimiento con aquellos que eran presentados a mi jurisdicción acusados de cristianos. Pensé que había que absolver a quienes negaban ser o no haber sido cristianos, que ante mí invocaban a los dioses y ofrecían incienso y vino ante tu imagen que yo les presentaba junto con las estatuas de los dioses y, por fin, a quienes blasfemaban de Cristo, cosas todas a las que, según se dice, se resistía todo verdadero cristiano. Otros, acusados por un informante, dijeron ser cristianos pero se retractaron inmediatamente. Afirmaban que toda su falta o error había consistido en esto: en determinados días y antes de salir el sol se reunían y cantaban alternadamente himnos a Cristo como a un dios; se comprometían bajo juramento no a algo malo sino a no cometer robo o adulterio y a no faltar a la fe negando un depósito reclamado en justicia; cumplidos estos ritos, solían separarse y reunirse de nuevo para una comida inocente y vulgar.

“Me ha parecido que debía consultarte sobre este asunto a causa del número de acusados de este delito. Porque gentes de toda edad, condición y sexo se hallan y hallarán en el futuro implicadas en él. Y no solo las ciudades sino hasta las aldeas y campos han quedado invadidos por la peste de esta superstición”. (Cartas, libro X, 96)

Hasta aquí esta carta en la que quedó para la historia la descripción de una Misa hecha por un hombre que no creía en Jesucristo. Acostumbrados los romanos de aquel tiempo a los grandes banquetes, reunirse unas personas para comerse un pedazo de pan y un poco de vino… era algo “inocente y vulgar”. Quedémonos con este otro detalle que cuenta Plinio el Joven: Que los cristianos se reunían en determinados días. Reunirse para cantar himnos a Cristo, comprometerse a no pecar, a mantener firme la fe y a compartir un pedazo de pan y un poco de vino, ¿no es eso lo que hacemos nosotros en las misas de cada domingo?

Les comparto que, a las 10 y media de la mañana de hoy, tendremos la Procesión del Corpus Christi, saliendo desde la iglesia Catedral, en el parque Agramonte, hasta la iglesia del Sagrado Corazón. Todos sabemos que, en una Procesión se lleva una imagen que representa a la Virgen María, a Jesucristo o a alguno de los santos de la Iglesia. En cambio, en la Procesión del Corpus Christi hay una gran diferencia porque no se lleva una imagen de Jesucristo sino a Jesucristo mismo.

Recemos ahora repitiendo cada vez: TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA.

-El que come de tu pan, vivirá eternamente. Por eso te decimos: Tú eres, Señor, el pan de vida.

-Tú eres el pan que ha bajado de los cielos. Por eso te decimos: Tú eres, Señor, el pan de vida.

-Tu cuerpo y sangre son alimento de salvación. Por eso te decimos: Tú eres, Señor, el pan de vida.

Oremos. ¡Oh Dios!, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, y eres Dios, por los siglos de los siglos. AMÉN.

Queridos oyentes: Continuamos, como cada domingo, aprendiendo más sobre la Biblia. Utilizamos el folleto escrito al respecto por Monseñor Adolfo. Hoy corresponde contestar la pregunta número 32.

PREGUNTA NÚMERO 32: SI LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS, ¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL DE ENTENDER LA PALABRA DE DIOS?

Nadie puede decir con verdad que la Biblia sea un libro difícil de entender, si la palabra “difícil” se toma como una dificultad radical. La Biblia es un libro escrito en un mundo desaparecido, distante, dentro de un universo vasto y complejo, extraño a nuestro hoy, con un lenguaje que responde a claves culturales que no son nuestras claves, pero esto no quiere decir que la Biblia sea un problema, un laberinto, un jeroglífico. Es maravilloso que la Biblia, siendo tan remota, nos resulte tan cercana, tan eternamente humana y divina, algo que no envejece y que subyuga siempre. Tal vez si la Biblia estuviera escrita en nuestras claves encontraríamos más dificultades para entenderla. La lectura de la Biblia requiere un mínimo de instrucción sencilla, que está al alcance de cualquiera que tenga dos dedos de frente, a fin de esclarecer algunas cosas elementales del texto y del contexto. Ciertamente, la Biblia requiere iluminación del Espíritu Santo, igual que en la oración, porque como escribió San Pablo “no sabemos cómo orar, pero el Espíritu viene en nuestra ayuda” (Rom. 8, 26); iluminación que el Señor da con abundancia a quien se la pida humildemente, porque la Biblia no es un don para gente erudita sino para amigos “a fin de guiarnos hasta la verdad completa” (Jn. 16, 13), y que “nos hará libres con la libertad de los hijos de Dios” (Jn. 8, 36; 8, 32). La Biblia tiene oscuridad suficiente para el que quiera dudar, pero tiene mucha luz para el que quiera creer, y cuando la segunda carta de Pedro dice que “hay en ella puntos difíciles de entender”, dice también que son difíciles “para los que los tuercen como también tuercen las demás Escrituras para su propia perdición”. Es conveniente leer la Biblia sin detenernos mucho al principio en aquellos pasajes que nos resulten oscuros, hasta que nuestro espíritu comprenda el conjunto, se familiarice con las expresiones y descubra los grandes horizontes de la Sagrada Escritura, en un sentido más espiritual que literal. Muchas Biblias traen al final de cada página o al final del Libro notas aclaratorias al alcance de todos los niveles.

Antes de recibir la bendición de Dios, rezamos el Avemaría: DIOS TE SALVE, MARÍA.

Concluyo dándoles la bendición de Dios. Bendición que llegue a los padres que, por estar presos o por estar viviendo o trabajando en otros países, no tendrán hoy el cariño cercano de sus hijos. Bendición a los hijos que perdieron recientemente a sus padres.

Inclinen, por favor, sus cabezas. A cada invocación responderán AMÉN.

Jesucristo, el Señor, esté siempre a su lado para acompañarlos. AMÉN. Que Él vaya delante de ustedes para guiarlos y detrás de ustedes para protegerlos. AMÉN. Que Él vele por ustedes y los sostenga. AMÉN. Y que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes y los acompañe hoy y siempre. AMÉN.

Les recuerdo que el próximo domingo, si Dios quiere, volveré para compartir con ustedes, a las 9 de la mañana, y por esta Emisora Provincial.

¡LES DESEO UNA BUENA SEMANA!





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Texto tomado del Facebook de la Arquidiócesis de Camagüey.




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Ver en el blog

Ballet "The two pigeons" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


La primera versión de este ballet fue estrenada en la Ópera de París, el 18 de octubre de 1886, con coreografía de Louis Mérante, libreto de Mérante y Henri de Régnier, sobre una fábula de Jean de la Fontaine, música de André Messager e interpretada por Rosita Mauri y Marie Sanlaville. Esta obra estuvo estructurada primero en tres actos y luego en dos, y la historia transcurría en Tesalia, en el Siglo XVIII, donde Pépio (que había sido interpretado por una mujer travestida) no está feliz con su vida hogareña junto a su prometida, Gourouli. Esta incomodidad se ve simbolizada en un pas de deux, donde imitan los movimientos de un par de palomas que ambos estuvieron observando. Pépio es seducido por un grupo de gitanos que visitan su pueblo y decide dejar el pueblo para unirse a sus aventuras. Gourouli recibe el consejo de su abuela, que la incita a seguirlo disfrazada de gitano. Al llegar al campamento seduce a los gitanos y soborna a uno de ellos para que moleste a Pépio. Una fuerte tormenta cae sobre el campamento y los gitanos huyen, dejando atrás a Pépio y llevándose su dinero. Viéndose solo y sin dinero, decide regresar a su casa, compungido, y pedirle perdón a su prometida.


En 1906, en Londres, se estrena una nueva versión del ballet con coreografía de François Ambroisiny y una adaptación abreviada de la música de Messager. Esta partitura corta de la obra musical original también se presentó en la Ópera de París, en 1912, y fue publicada como la versión final. Albert Aveline realizó una nueva coreografía en un acto, para el mismo teatro, en 1919. El rol de Pépio fue interpretado por una mujer hasta 1942, momento en que finalmente fue danzado por un hombre.


Sir Frederick Ashton, sobre la partitura corta, decide hacer su propia versión del ballet, estrenado el 14 de febrero de 1961 por el Royal Ballet en el Royal Opera House de Londres. La adaptación del libreto estuvo a cargo del propio Ashton, John Lanchbery realizó los arreglos sobre la música original de André Messager y el diseño fue de Jacques Dupont. En la premiere los roles principales fueron interpretados por Lynn Seymour, Chistopher Gable y Elizabeth Anderton. En esta versión resulta interesante que se utilizan dos palomas blancas reales para simbolizar a los amantes.


Aquí, la historia se sitúa en la París de fines del Siglo XIX. Un pintor retrata a su amante, que está sentada en una silla de hierro fundido. Llegan unos amigos de la modelo y el pintor demuestra su espíritu inquieto ante la presencia de otra mujer en el estudio. Por la ventana de la buhardilla observa aun grupo de gitanos que, al malinterpretar uno de sus gestos, aparecen en el estudio para disputar la posesión de la silla. Una de las gitanas coquetea con el pintor y cuando el grupo de gitanos decide irse, él va tras ellos. Sin embargo, esta presencia foránea inquieta al campamento y deciden expulsarlo. El pintor regresa a su estudio para reconciliarse con su amante. Finalmente, ambos se sientan en la silla de hierro que ha desatado todo el conflicto.


Esta última versión, ligeramente cómica en su requerimiento interpretativo, se ha repuesto para el Royal Ballet en 1962 (nuevamente con L. Seymour y C. Gable), para el CAPAB Ballet (1968), el Australian Ballet (1975), el National Ballet of Canada (1979), el Teatro Regio Ballet (1992) y el Sarasota Ballet (2007).




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Thursday, June 16, 2022

A mi querida Amiga Trina de Zayas Bazán. Camagüeyana. (un poema de Aurelia Castillo de González)



¡Cómo se advierte que eres
de aquel jardín de amores
de las lindas mujeres
y amantes trovadores!

Vibra en tus ojos bellos
la ardiente simpatía.
Al sentir sus destellos
voló á tu alma la mía.

Tú á mi tierra te igualas
y me parece ¡oh Trina!
que de tu ser exhalas
olor de clavellina.

Son tu gracia y donaire
de ondinas de aquel río,
de allá donde ¡hasta el aire
me parece que es mío!

Cuando vuelvas á aquellos
mis adorados lares,
dí que son para ellos
también estos cantares.



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Publicado en el año 1911




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Imagen tomada de El Camagüey. Viajes pintorescos por el interior de Cuba y por sus costas.  P. Antonio Perpiñá, escolapio. 1889.



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Ver Aurelia Castillo de González en el blog.

Wednesday, June 15, 2022

Las Escuelas Pías de Camagüey, en la memoria de dos ilustres ex alumnos. (por Carlos A. Peón-Casas)


Recuerdo de la inolvidable labor educativa de las Escuelas Pías de Camagüey, en la memoria de dos ilustres ex alumnos.


por Carlos A. Peón-Casas



Un amable recuerdo de esta elogiosa institución educativa regentada desde los años iniciáticos por sus fundadores los Padres Escolapios en el otrora Puerto Príncipe, de 1858, y en el Camagüey de después, y que se nos alude, desde una publicación local: el Directorio Social en su edición de 1949.

Es la memoria inolvidable de dos de sus ex alumnos: Enrique José Varona y Mariano Aramburo.

Dos camagüeyanos natos, igualados en prosapia y distinción en erudición y talentos, en un devenir que los marcó con signo dorado para la mejor memoria de la patria cubana.

Pero sin dudas, impregnados igualmente para la vida por el espíritu, el tesón y la fe que aquel Colegio supo imprimirles a sus educandos por toda una centuria.

Varona nacido en 1849, y Aramburo en 1870, tuvieron cada uno en su minuto vital, guardaron para siempre, la experiencia educativa en aquel plantel, hasta verse felizmente graduados como bachilleres.

Sus testimonios, recogidos oportunamente y publicados en esta página rememorativa que hoy repasamos y compartimos con el amable lector, son un amable recordatorio de aquella impronta educativa con que los Padres Escolapios distinguieron a sus educandos, en aquel Camaguey:
A medida que los años pasan y la edad avanza, los recuerdos de la niñez se consolidan y llegan a ser inalterables. La memoria de nuestro Camagüey, en lo mejor de aquel período, están penetradas del ambiente de la Escuelas Pías, a la que puedo llamar mi Alma Parens, pues en ella se abrió mi mente a la contemplación del vasto mundo espiritual…

…allí aprendí a amar el estudio, panacea en las tormentas de mi vida azotada por las borrascas políticas, allí se templó mi espíritu por la admiración de los granes iniciadores de la humanidad

En mi vida posterior, no encuentro sino, el desarrollo de los gérmenes plantados por mis maestros de la Escuela Pía, los cuales supieron ponerse a tono con mi alma, que pugnaba por tener alas. Voló, después, quizás muy lejos…Pero nunca he perdido de vista aquel remanso espiritual, que envuelve un halo de luz de aurora.

Con toda efusión de mi pecho, envío a las Escuelas Pías este mensaje de perenne gratitud. 
Enrique José Varona. 
Habana, 20 de Enero de 1930.


Es lo cierto- y en decirlo no puede haber ofensa ni desamor para nadie-que de cuantos institutos religiosos han trabajado durante la última centuria en esta porción de la divina viña con ser todos tan esforzados, tan meritorios y tan sanos, quizás ninguno sea tan popular, tal vez ningún otro haya logrado arraigar tan profundamente en la entraña de Cuba, como la democrática Escuela Pía, cuya llaneza constitutiva y cuya sencillez casi tan familiar tanto cuadran y convienen a la idiosincrasia de nuestro pueblo.

Don Mariano Aramburo.

Tuesday, June 14, 2022

Medardo Lafuente. Responsabilidad del poeta. (por Alma Flor Ada)

Nota previa. Agradezo a Alma Flor Ada, comparta con los lectores de Gaspar, El Lugareño, este importante texto en el que hace un recuento de la poesía  de Medardo Lafuente, y en el que muestra el hallazgo de una versión primera de "La Nochebuena del Desterrado".

Asímismo, mi agradecimiento por comentar el descubrimiento que hice de la versión primigenia del poema "Al Camagüey". 

Ada Flor Ada se encuentra en estos momentos preparando la publicación de un nuevo poemario de Medardo Lafuente, en el que incluye  textos no aparecidos   anteriormente en  libros. (JEM)


Medardo Lafuente abrigó el deseo durante toda su vida de ver sus poemas publicados en un libro.

La holgura económica no fue parte de la vida de la familia Lafuente Salvador. Si bien después del nacimiento de su cuarto hijo pasaron a vivir en la Quinta Simoni, heredada por Dolores de su padre, don Federico Salvador Arias sus ingresos no correspondían a la holgura del edificio.


El libro Jornadas líricas. Poesía sólo logró publicarse después de su temprana muerte, por un esfuerzo de Dolores, apoyada por algunos de los fieles alumnos de Medardo.


A lo largo de varias décadas Medardo había publicado muchos de sus poemas en revistas y periódicos. Lamentablemente sólo he podido ubicar un mínimo número de ellos. Desde los inicios de la revista Lis, creada por Nicolás Guillén, Medardo fue un colaborador frecuente. Estos son los datos de seis poemas publicados en el 1923 recogidos en Páginas rescatadas: A ti, ajedrez y Paisaje, publicados en el ejemplar del 10 de febrero; El tren lejano, 28 de febrero; Derrota deseada, 20 de marzo; Al pensamiento, 30 de abril y Las luces del Alcázar, 10 de mayo. Los cinco primeros aparecen en Jornadas líricas. El sexto no aparece no sé por qué razón.


En Páginas rescatadas se incluyen cinco otros poemas: Tres publicados en la Revista de la Asociación Femenina: Tú y el gladiolo en mayo de 1924, Camagüey, en enero de 1925 y Adiós, Camagüey de ayer, en diciembre de 1925. Dos publicados, después de su muerte, en El Camagüeyano: Romance histórico, diciembre 1941 y A Ignacio Agramonte, diciembre 1941. De estos cinco poemas, sólo Tú y el gladiolo no está incluido en Jornadas líricas.

No sé hasta qué punto Medardo había dejado organizados los poemas que hubiera deseado ver reunidos en un libro, porque no tengo la menor información al respecto. Pero lo que si ha surgido a la luz es que a pesar de la intensidad de su vida de profesor, periodista, orador, hombre cívico y maestro masón, tareas todas llevadas a cabo con gran dedicación, el poeta no abandonaba a sus poemas.

Vemos que a veces vuelve a aquellos “Versos buenos, versos malos, / pedazos del alma son” que ponía a los pies de su amada, para revisarlos y modificarlos.


Joaquín Estrada-Montalván que en su blog Gaspar, El Lugareño, publica interesante información sobre Camagüey, en sus múltiples dimensiones, ha presentado una publicación temprana del poema Al Camagüey. Explica que el poema está dedicado a la revista Bohemia, que lo publica en la edición del 17 de marzo de 1912 número en que la revista “rinde homenaje a la ciudad de las iglesias y curvas calles.”

Estrada Montalván nos hace ver que en el octavo de los diez cuartetos que componen el poema hay cambios sustantivos.

En el poema anterior publicado en Bohemia, el cuarteto decía:

En sillones de mimbre recostados
del Liceo en la acera y en la puerta,
varios señores de hidalguía cierta
cuentan lo que esto fue en tiempos pasados.

En el poema incluido en Jornadas líricas, el cuarteto es:

En asientos de cuero recostados,
de “El Liceo” en la acera y en la puerta
varios señores de hidalguía cierta
comentan el valor de los ganados.

Hay un cambio en la realidad visual con la que el poeta retrata con tanta precisión a la ciudad: los sillones que fueron de mimbre ahora son de cuero. Y hay un cambio en la actitud de los ganaderos que la primera versión hablaban, posiblemente con nostalgia, de los tiempos pasados, mientras que en la versión más reciente su conversación es sobre el valor presente del ganado.

Inspirada por el hallazgo de Joaquín Estrada Montalván, cuando hoy me encuentro un viejo recorte de periódico con el poema LA NOCHEBUENA DEL DESTERRADO que alguien debió guardar con afecto y mi madre me envió hace mucho tiempo, he querido compararlo con la versión que aparece en Jornadas líricas. Las variaciones son notables.

Esta es la versión del recorte de periódico, enmarcada en un grabado que dice:

LA NOCHEBUENA DEL DESTERRADO


¡Qué triste la Nochebuena
para el pobre desterrado!
Tiene una mujer muy buena
que de caricias le llena,
que le hace feliz y amado.

Tiene un hogar venturoso
y una niña encantadora
de rubio cabello undoso
a quien mima cariñoso
y que le quiere y le adora.

Pero el contento es fingido
para no causarles pena;
piensa en el país perdido
rememora la vivido
y exclama: ¡qué Nochebuena!

Ve las hermanas queridas
que aguardan al peregrino;
las ve de dolor transidas
que esperan descoloridas,
a lo largo del camino.

Ve la madre que no existe,
ve el padre solo, cansado…
y el llanto al fin no resiste.
¡Que Nochebuena tan triste
la que pasa el desterrado!

MEDARDO LAFUENTE
Camagüey, Nochebuena de 1913


Esta es la versión que aparece en Jornadas líricas:

LA NOCHEBUENA DEL DESTERRADO

Medardo Lafuente. Jornadas líricas. 1940


¡Qué triste la Nochebuena
del poeta desterrado!
Nada puede, amante y buena,
preparando alegre cena,
su ídolo tan amado.

Nada, el hogar venturoso,
ni la niña encantadora
de rubio cabello undoso
a quien mima cariñoso
cuando ríe y cuando llora
y a quien tanto y tanto adora.

Ríe con gesto fingido
por no revelar su pena;
piensa en el país perdido,
rememora lo vivido
y exclama: “¡Qué Nochebuena!”

Los ojos cierra un momento
Y al conjuro de algún hada
como en un mágico cuento,
va el alma en alas del viento
a su país transportada.

Ve las hermanas queridas
que aguardan al peregrino;
las ve de dolor transidas
que esperan descoloridas
a lo largo del camino.

Ve que la madre no existe,
ve al padre solo, cansado…
y el llanto al fin no resiste.
¡Qué Nochebuena tan triste
la que pasa el desterrado!

El poema está inspirado incuestionablemente en la vida del poeta. Aunque no fue un desterrado en el sentido estricto de la palabra, porque viajó a Cuba y se estableció allí por su propia voluntad, no cabe duda que sufría la añoranza de España y su familia y no tenía las condiciones que le hubieran permitido un viaje.

Sabemos su madre había muerto, antes de viajar él a Cuba. Como sus padres eran ambos maestros y se repartían el trabajo del pequeño colegio que poseían y el cuidado de los cinco hijos, de los cuales Medardo era el mayor, podemos imaginar fácilmente la tristeza y el cansancio del padre.

Y Medardo tenía una esposa amante y justamente en 1912, el año anterior a la fecha del poema, había nacido su primera hija, Virginia, muy rubia, a la que quiso, como a todos sus hijos entrañablemente.

Pienso que el poema ha ganado mucho literariamente, y que eso precisamente hace que el dolor del desterrado se haga más palpable y cercano.

Me parece muy significativo que “el pobre desterrado” se haya convertido en “el poeta desterrado” quizá por una mayor identificación de Medardo con él y quizá también en reconocimiento de sus amigos poetas españoles verdaderamente desterrados después de la Guerra Civil.


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Joaquín Gálvez desde su propia isla (por Manuel Vázquez Portal)


Hay quienes leen rápido. Y opinan más rápido aún. Disculpen que yo demore. Pero necesito cierto tiempo. Leer es cosechar lo que alguien, con tesón y amor, sembró. Opinar debe ser, entonces, valorar con delicado celo el plantío que nos alimenta.

Todo libro es un huerto del que segamos el alimento que nos sostiene el alma. Todo libro es sementera de lo más noble de quien plantó las semillas. Así que opinar debe ser, por lo menos, un acto de admiración y respeto por el labriego. Y ello requiere tiempo, porque, uno es el de la siembra, y otro, es el de la siega.

Joaquín Gálvez ha plantado Desde su propia isla y nosotros vamos a segar en esa isla, en todas esas islas, que es el poeta. Y digo isla e islas porque todo poeta es único y muchos seres a la vez. Si por un lado reafirma su individualidad, su identidad, su insularidad, por otro se torna múltiple, diverso, heterogéneo, complejo.

Nada hace más común al ser humano que la idea de que es excepcional. Todos creemos ser excepcionales pero el universo nos refriega en el rostro lo comunes que somos. Lo que nos ocurre a uno, nos ocurre a todos, con mayor o menor intensidad, pero sin dejar de ser lo mismo. Polvo somos y al polvo regresaremos.

El poeta, todo poeta, lo sabe, y por eso prefiere ser “polvo enamorado”. Y es cuando acepta que “Cada partícula de mi cuerpo es tuya también” y de todo el que vaya a cosechar -alimentarse- de sus versos.

Sus sentimientos, sus vivencias, sus agonías, sus añoranzas, sus derrotas, sus victorias son comunes a todos, pero el modo en que él las refleja es particular y nacen de unas entrañas que, a su vez, se alimentaron de muchas particularidades que bordaron, y bordan cada día, la multiplicidad cósmica.

Nadie nace de la nada. Siempre hay una sustancia, un latido que nos inicia, y de ello somos suma y reflejo. Cuando echamos a andar, vamos de la mano de alguien o de muchos, luego nos destetamos, y, a veces, hasta negamos su presencia, pero los códices que nos brindaron nos quedan, nos marcan, nos enrumban. La poesía es un eterno juego de olvidos y retornos.

Desde mi propia isla es mi isla y es la isla de todos. La diferencia estriba en cómo la vemos, cómo la abordamos. No me refiero, por supuesto, a esa mierdita rodeada de agua que, por recurrente y repetida, tan vulgar se la vuelto; me refiero a la insularidad que representa la soledad y la impotencia del ser humano frente a la vastedad del universo. Joaquín Gálvez lo ha comprendido y decidió “despojarse de todos los rostros y ser su propio rostro” para verla, para abordarla.

En un acto de anagnórisis suprema, diríase, de reconocimiento rotundo, se ha asomado a la inmensidad cósmica y ha vislumbrado su particularidad dentro de la multiplicidad, y ha escapado “del coro de los grillos” y no teme decir “rosa”, “bello”, “amar” al entender que la cursilería es una actitud no un vocablo o una sonoridad. Que lo ridículo es precisamente la pretensión de escapar de la ridiculez que somos frente a la magnificencia universal. Que la originalidad es una especie de testaruda obnubilación del desvalimiento que somos. Que solo somos dueños de una maldición que nos obliga a repetirnos y que “sólo fuimos (somos) habitantes de la eternidad cuando decidimos ofrendarle al instante su permanente fiesta”, sino pregúntenselo a Nietzsche que lo dijo primero, y lo más seguros lo haya aprendido de alguien anterior a él.

Ya dueño de una voz, hecha de todas las voces que lo han surtido, y madurada con todas las magulladuras y caricias que ha conseguido, pero suya, Joaquín Gálvez se adentra en su propia isla y se reconoce como lo que somos todos: unos huérfanos de la inocencia, unos condenados a saber que no sabemos ni cojones, unos alucinados que pretendemos deslumbrar con nuestras filigranas a quienes no las pueden o no las quieren ver, y entonces, quejarnos, dolernos de incomprendidos, en ese sitio, en que no se está tan bien ni un carajo, y a donde “el olvido se convierte en el único camino de regreso”. Pero se lo toma con cierta ironía porque, a fin de cuentas, “todo pasa y todo queda”.

¿Tu relación parece un barco a la deriva? (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.



¿Cómo saber si se está hundiendo a una velocidad tal que será muy difícil sacarla a flote? ¿Qué hacer para impedir que el barco se hunda?

Primero tienes que reconocer las cuatro emociones que te alejan de tu ser amado.

Vamos a la deriva cuando sentimos:

1. Decepción o desilusión.
Parece que el castillo de naipes que construimos, basado en altas expectativas, se vino abajo

2. Frustración.
Ninguna de tus estrategias para intentar solucionar los conflictos entre ustedes funciona

3. Pesares (me arrepiento de).
Te has llegado a cuestionar si esa persona realmente era la conveniente para una relación comprometida.

4. Aislamiento.
Practicas con mucha frecuencia la Ley del Hielo (o te la practican) y a veces sientes que estás viviendo con un extraño bajo el mismo techo.


¿Cómo sacar a flote tu relación entonces? Bien sabes que, en el fondo de tu corazón, no deseas que este barco se hunda, ¿verdad?

Considera los pasos del acróstico DESEAR que he creado para ti:

D ecidir que hay que hacer algo

E mpezar, dar el primer paso

S entir y compartir con alguien las emociones en el proceso

E legir lo que es bueno para tu relación

A preciar al otro por quien es, cambie o no

R ecrear el romance que los unió en un principio

Tal vez el punto más importante después de decidir salvar tu relación es lo que vas a hacer tú para cambiar.

Ya es hora de asumir tu responsabilidad en los problemas que ustedes han enfrentado y en las soluciones que están por venir. La buena noticia es que numerosos estudios han demostrado que, con que uno de los dos cambie (en este caso, ¡tú!), la dinámica de la relación cambiará para bien.

Suele suceder que cuando uno de los dos ya no se comporta como lo venía haciendo, si no que hace un “switch” en su conducta, el otro comienza a imitarlo, inconscientemente, y la relación empieza a mejorar paso a paso.

Ocúpate de tu propio cambio. No te fijes en lo que tu pareja hace o deja de hacer. Eres tú la persona llamada a cambiar y tu relación cambiará por añadidura.





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Contacta a La Doctora Amor para consejería individual o de pareja a través de la sección Consultas de su website www.ladoctoraamor.com
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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado nueve libros entre los que se encuentran:Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019) El Poder del Amor Ágape: como restaurar tu matrimonio después de una infidelidad (2021). Amanecer con Dios (2021).
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