Friday, August 30, 2019

Fragmento de "El diario de Lola" (por Thelma Delgado)

Nota del blog: Selección de textos, que serán parte del libro (en preparación) El diario de Lola, de Thelma Delgado.

Para leer sus escritos en el blog, en este enlace.


Querida Mimí:

Hoy me voy a la cama contenta; Don Rigo está de vuelta en su casa. Ya Sandra me había avisado que el vendría del hospital después de casi un mes, así que le dije que haría una comidita para celebrar su regreso. Él está notablemente desmejorado; pero aun así sonrió y me agradeció la cena. Sandra preparó café y charlamos un ratito. Con un guiño le dejé saber que se podía ir, que yo me quedaría a cuidar de su padre, y acordamos que si el preguntaba por ella le diría que fue a la tienda. Él se durmió y yo me quedé a su lado. Sandra me agradeció y se fue feliz al encuentro de su amado.

Aproveché ese tiempo para escribir un poco. En mi libro quiero incluir historias de mi niñez en la cocina de mami. Historias que lleguen al corazón del lector.

Me voy a dormir ya; pero antes agradeceré a la vida por un día más vivido a plenitud y una plegaria por la salud de don Rigo.

Buenas noches Mimí.



-----------
Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

(Miami) Rogelio Zelada, el custodio de la Virgen de la Caridad del Cobre

Foto/Cristina Cabrera.
 Website Arquidiócesis de Miami
----------
Probablemente no hay nadie quien conozca más sobre la Virgen de la Caridad que Rogelio Zelada.

Le ha compuesto canciones, le ha dedicado escritos, ha restaurado y vestido su imagen y, con sus propias manos, ha hecho muchas imágenes suyas. Por más de 30 años, Zelada ha sido el custodio de la imagen del Santuario Nacional de la Ermita, en Miami.

Zelada es miembro del Comité de Liturgia de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, y director asociado de los Ministerios Laicos de la Arquidiócesis de Miami.

Llegó a Miami desde Puerto Rico después de salir de Cuba por el Mariel en 1980. Fue entonces que el recordado Mons. Agustín Román, Obispo Auxiliar de Miami y rector de la Ermita, conoció su trabajo y le pidió restaurar la imagen de la Virgen para la visita del Papa Juan Pablo II, en 1987. (Leer texto completo en el website de la Arquidiócesis de Miami)

Tuesday, August 27, 2019

Crónica: "Por el placer de volver a verla" (por Waldo González López)

Fotos/Fabian de Paz.
 Cortesía Teatro Ocho

Sin duda, la más reciente propuesta del talentoso equipo artístico de Teatro Ocho: Por el placer de volver a verla, constituye otro éxito porque conquista el aplauso con los espectadores más exigentes de pie, porque toca a fondo un tema decisivo, humano, demasiado humano [v.g. Nietzche], avalado por cualidades no tan comunes en la escena de Miami.

Una mínima economía de medios [apenas dos o tres utensilios en escena] y solo dos intérpretes: Jessica Álvarez Diéguez: la Madre, y Alejandro Vales: el Hijo [que da vida al autor, Michel Tremblay], bastan para disfrutar Por el placer de volver a verla, que brilla gracias al texto y los excelentes desempeños de esta dupla de experimentados actores, en especial Jessica, el centro de la pieza.


Mas, ambos nos ofrecen certeras variantes del humor: blanco [con varios elementos: factor sorpresa, gracia, talento y calidad de los intérpretes], negro [sátira, sarcasmo y la muerte, preocupación esencial de los humanos], y otras variables como la ironía [término proveniente del griego que significa ‘disimulo’ o ‘ignorancia fingida’, e implica el arte de burlarse de alguien y criticar, sugiere algo expresando lo contrario de lo que se quiere decir. Como en la vida, los personajes de esta excelente pieza teatral emplean ciertos tonos de voz y gestos que enfatizan la intención de lo que dicen; asimismo, el absurdo [non sense, inglés] del que se valen los actores para ‘explotar’ las situaciones humorísticas ‘ilógicas’, asumiendo con aparente indiferencia las de estas criaturas sobre acontecimientos sin sentido (absurdos), por lo que un personaje las define de surrealistas; asimismo, el autor se vale de elementos del teatro de la crueldad, para acentuar el humor.

El texto entraña un hermoso homenaje a la madre de Michel Tremblay, la que, por su carácter fabulador y su inteligencia natural, habla sobre la literatura para niños en sus inicios, escrita por condesas, con sus temas de horror, incluso crueldad, con patitos feos, brujas, hermanas que envidian la belleza de otras…

Ella, como los lectores comunes, cree a pie juntillas, todo lo que les cautiva en las novelas y las sugiere a su hijo. Mas, justamente gracias a su amor por la lectura, tanto tendría que ver en la educación y el acercamiento a las letras en él y, en especial, en su dedicación a la dramaturgia.


Por ello, el amor del hijo, tal demuestra en esta incambiable pieza, canto de adoración a la madre, ejemplificado en su mamá, educadora natural que ama el teatro y el sacrificado pero hermoso oficio de actor [y actriz], y su capacidad camaleónica de transformarse en cada nueva criatura escénica, de la que son capaces estos magos de las tablas.

Por lo demás, la pieza posee una carga multigenérica que, gracias a la valiosa traducción de Pablo Rey y la versión al español de Manuel González Gil, la ‘argentinizan’, otorgándole un especial humor a los fans de la dramaturgia y la escena de la patria del ya clásico Jorge Luis Borges [entre ellos, quien escribe], por lo que les [nos] llega más por la capacidad irónica propia de la idiosincrasia rioplatense.

Sin duda, la oportuna ‘argentinización’ del texto produce el distanciamiento de lo cursi o lo kitsch, ese ‘estilo’ sin estilo, que, bien lo puntualiza mi colega española Elena Moreno: «estimula efectos sentimentales […] porque tiende continuamente a sugerir la idea de que, gozando de dichos efectos, el lector [o el espectador de cine y teatro] está perfeccionando una experiencia estética privilegiada».

En el rubro de actuaciones, destaco la exactitud de la caracterización otorgada a la Madre por Jessica, quien aquí también evidencia su notable calidad como actriz, en su excelente [no hay otro adjetivo] desempeño que, si se otorgaran Premios, a no dudarlo, merecería uno.

La secunda su invariable y mejor partner en la escena y la vida: Alejandro, quien corrobora su rara, extraña raza de Actor en mayúscula en el difícil papel del Hijo, muy bien adoptado y adaptado sin caricatura, solo con la sólida interiorizacion del personaje, cuya labor le emociona, tal sucede con los genuinos intérpretes, tal corroboró el crítico.

Ambos se valen de los monólogos incluidos por el autor en la pieza, y este procedimiento les permite tanto a Jessica, como a Alejandro, mas a ella, un especial destaque, en el que descuellan con sus fibras auténticamente interpretativas. Recuerdo tres de los parlamentos de La Madre en sus monodramas, reveladores de su sustancial condición de fabuladora: “Las cosas no son tan suficientemente interesantes para contarlas como son”, “La palabra cura todo” y “En el teatro todo es possible”.

La dirección de la propia Jessica es otro ejemplo a seguir por lo prolijo del estudio de la sicología de la Madre y su consecuente consecución, en la que no falta ni sobra nada: tal es la calidad de su autodirección.

¿Qué más decir en este comentario elogioso, ya que no puede ser de otra manera? Solo finalizo estimulando a esta dupla ejemplar, invariables amantes del teatro: Alejandro Vales y Jessica Álvarez Diéguez, para que, continúen como ahora, luchando por la mejor escena en Miami que en Teatro Ocho ponen el nombre de su país, al altísimo nivel de la prestigiosa tradición escénica rioplatense. Sin duda, cuando la repongan el mes próximo iré a verla de nuevo solo Por el placer de volver a verla.

----------------------------------
Waldo González López (Las Tunas, Cuba, 1946) Poeta, ensayista crítico teatral y literario, periodista cultural. Graduado en la Escuela Nacional de Teatro (ENAT) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana). Autor de 20 poemarios, 6 libros de ensayo y crítica literaria, varias antologías de poesía y teatro. Desde su arribo a Miami (2011), ha sido ponente y jurado en eventos teatrales y literarios internacionales. Merecedor de 3er. Premio de Poesía en el X Concurso “Lincoln-Martí” 2012. Colaborador de las webs: teatroenmiami.com (Miami) y Encuentro de la Cultura Cubana (España), Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (New York), y los blogs OtroLunes (Alemania), Palabra Abierta (California), Gaspar. El Lugareño, y el diario digital El Correo de Cuba (ambos en Miami)

Monday, August 26, 2019

Gala de las Estrellas del XXIV Festival Internacional de Ballet de Miami (por Baltasar Santiago Martín)


El sábado 17 de agosto de 2019 tuvo lugar, en el Fillmore Miami Beach del Teatro Jackie Gleason, la Gran Gala Clásica de las Estrellas del XXIV Festival Internacional de Ballet de Miami, que comenzó con la presentación, a cargo de Cristina Castellanos, del maestro Eriberto Jiménez, director artístico del Festival, quien explicó que Wilhem Burmann, el merecedor en esta ocasión del premio “Una vida por la danza” –una preciosa estatuilla del artista plástico mexicano David Camorlinga, inspirada en la prima ballerina Maya Plisétskaia– no pudo estar presente para recibirlo, y remarcó en su discurso de apertura de la gala el compromiso que tenemos los que amamos la danza con el legado de Pedro Pablo Peña, el fundador del Festival hace ya 24 años, y su mentor y maestro.

La función comenzó con el pas de deux del tercer acto del ballet Onegin (se escribe Oneguin en español), coreografía de John Cranko y música de Piotr I. Chaikovski, bailado e interpretado magistralmente por Natalia Berríos y José Manuel Ghiso, del Ballet de Santiago (de Chile), dirigido por Marcia Haydée.

Para los que no conocen la trama de este ballet (originalmente una ópera), en la sala de recibir de la casa del príncipe Gremin, su esposa Tatiana ha recibido una carta de Oneguin (la historia se repite a la inversa, pues al inicio de la obra, Tatiana le había escrito también una carta en la que le declaraba su pasión –la célebre “escena de la carta”–, pero fue rechazada). Oneguin entra y le ruega que lo ame, que se apiade de él, pero Tatiana, aunque le admite que todavía lo ama, lo rechaza con determinación.

Natalia Berríos y José Manuel Ghiso
 en Oneguin
-------------
Natalia Berríos como Tatiana
 en Oneguin
------------

Natalia se movió muy convincentemente, entre la vulnerabilidad de la mujer que todavía se siente atraída por Oneguin y la fidelidad a Gremin, a pesar de su falta de pasión por él, y José Manuel, a su vez, conmovió en su arrepentimiento. ¡Ese forcejeo desesperado de Ghiso/Oneguin; esa duda de Natalia/Tatiana!, expresada por el sugestivo juego de brazos de ambos, él tratando de abrazarla, y ella retirando sus brazos de encima, fueron un magnífico ejemplo de cómo la mejor técnica debe estar siempre supeditada a los sentimientos que la coreografía persigue expresar.

Taiyu He y Janis Liu
---------------

Un pas de deux de Le papillon (La mariposa), ballet fantástico coreografiado originalmente por Marie Taglioni, con música de Jacques Offenbach y libreto de Jules-Henri Vernoy de Santo-Georges, ahora con coreografía de Vladimir Issaev (director de Arts Ballet Theatre of Florida), fue la selección de dicha compañía para su primera participación en este festival. Taiyu He, como Mohamed, el amigo del príncipe Djalma, y Janis Liu, como su pareja, bordaron el pas de deux con maestría y total precisión, tanto en el adagio como en sus respectivas variaciones.

Petar Dorcevski y Filip Juric, del Ballet de la Ópera de Liubliana, la capital de Eslovenia, salieron a escena para defender Caín y Abel, coreografía de Anja Moderndorfer sobre la de Vlasto Dedovic, y música de Francis Poulenc y Stevan Stojanovic; un dueto a torso descubierto y descalzos (aunque ya desde el título se sabe que no debe tener ninguna connotación erótica), en el que ambos convencieron, tanto desde el inicio –con ruido de agua cayendo, cual lluvia– hasta la tortuosa interacción de ¿Abel? con ¿Caín? ya incorporado. Dos jóvenes hermosos, en forma, poseedores de una técnica poderosa, al servicio aquí de una inquietante coreografía que nos deja pensando… ¿Abel y Caín?

Petar Dorcevski y Filip Juric 
en Abel y Caín
--------------

A continuación, el Ballet Nacional de Panamá presentó el pas de deux del ballet La Esmeralda, con Adriana Díaz como la gitana Esmeralda y Solieh Samudio como el capitán Phoebus.

El ballet La Esmeralda, de tres actos, con coreografía de Jules Perrot y música de Cesare Pugni, se estrenó en el Her Majesty´s Theater de Londres el 9 de marzo de 1844, inspirado en la novela Notre Dame de París (1831), de Víctor Hugo, Marius Petipa coreografió una nueva versión para el Ballet Imperial, estrenado en 1886 en el Teatro Imperial Mariinsky de San Petersburgo, y Ricardo Drigo fue el encargado de hacer la música para los nuevos pasajes: Esmeralda Pas de six y Grand Pas Classique.

Adriana y Solieh, con un muy vistoso vestuario, se lucieron en el adagio, muy bien partneado por cierto: dos veces fue ella lanzada hacia arriba y agarrada con extrema facilidad por Solieh, quien además la sostuvo girando en perfecto arabesque dos veces también, para dejarla en un supuesto balance que apenas solo pudo sostener por último al final del adagio.

Adriana Díaz y Solieh Samudio
---------------

En las variaciones, a Solieh le faltó algo de elevación en sus saltos, que, no obstante, enriqueció con volteretas en el aire, mientras que Adriana, pandereta en mano, muy musical, se lució con sus pirouettes y sus grand jettés, pero me desconcertó que él se quedara parado viéndola y luego se marchara. Ella cerró con un óvalo de piqués intercalados con pirouettes, y solo entonces él regresó para acompañarla, mas la coda me pareció desigual y como en cámara lenta.

Al feliz desfile de buen gusto de la gala se sumó Tangos del Plata, extraordinaria coreografía de Leonardo Reale, mezcla de lirismo y sensualidad, con música de Walter Oliverio, que no dejó lugar a dudas, gracias a la pulida técnica y la musicalidad de los virtuosos Chloe Freytag y Fabián Morales –realzados por un sugerente y elegante vestuario–, de que la compañía Dimensions Dance Theatre of Miami va por el mejor camino hacia la trascendencia artística.

Chloe Freytag y Fabián Morales
-----------

Del universo rioplatense, Manuela Vidal Rocado y Cicero Gomes, del Ballet del Teatro Municipal de Río de Janeiro, nos trasladaron al París de la Revolución Francesa, con el efervescente pas de deux del ballet La llama de París, coreografía del soviético Vasili Vainonen y música de Boris Asáfiev, donde Cicero se destacó por sus audaces double cabrioles devant (saltos de tijera con las piernas hacia delante o hacia detrás, casi horizontal, con “batido” de los pies), con volteretas en el aire incluidas, y luego raudos giros, mientras que Manuela brindó una veloz diagonal de piqués intercalados con pirouettes, al igual que en sus fouettés, pero estos los terminó desplazada de lugar y de música.

Manuela Vidal Rocado y Cicero Gomes
 en La llama de París
-----------------

Tras un adecuado intermedio, esta variada Gala de las Estrellas ofreció gustosamente su escenario a Ana Elisa Mena y Moisés Cerrada, de la Compañía Nacional de Danza de México, para corporizarse como Giselle y Albrecht, en el Grand pas de deux del segundo acto del ballet Giselle, coreografía de Jean Corelli y Jules Perrot, y música de Adolfo Adam.

Ana Elisa Mena y Moisés Cerrada
---------------

Ana Elisa/ Giselle comenzó el adagio girando en planta a 90 grados sin el menor titubeo, con todo el lirismo y la delicadeza que este ballet romántico demanda, excelentemente arropada por un Moisés/ Albretch solícito y atento, y ambos brillaron en sus impecables y demandantes variaciones, ella con unos raudos entrechats quatre (casi a lo Alicia Alonso) y él, para no ser menos, también con unos veloces entrechats six y audaces double cabrioles devant antes de caer rendido al piso del “bosque”.

Moisés Cerrada como Albretch
-----------------

A la caravana de talentos de esta magnífica gala se sumaron Marizé Fumero y Arionel Vargas, del Milwaukee Ballet (Estados Unidos), con el pas de deux del ballet Manon, coreografiado por Kenneth McMillan y música de Jules Massenet, en el que ambos brindaron una clase magistral de lo que es bailar con buen gusto, regodeo sensual y total sensibilidad, en la mejor tradición de la “Escuela Cubana de Ballet” –de la que ambos son excelentes exponentes–, donde en el pas de deux cada quien baila el uno para el otro, como si no existiera el público. Arionel se superó a sí mismo con respecto a otras ocasiones en que ha bailado este pas de deux, pues le incorporó una lanzada de ella hacia arriba con voltereta incluida y un agarre en el aire espectacular, amén de sus ya acostumbradas cargadas tiernas y delicadas, giros raudos y elegantes saltos, mientras que Marizé volvió a hacer alarde de esos arabesques penché absolutos que ya son su marca de fábrica, junto a sus grand jettés completamente horizontales, ¡ah!, y tan importante como su indudable bravura técnica: la tan veraz interpretación de sus personajes, con esa conmovedora desesperación de él ante la muerte de su amada como el mejor ejemplo.

Marizé Fumero y Arionel Vargas
----------------

A seguidas, Kamila Moreira y Norton Fantinel, del Ballet du Capitole Toulouse, Francia, nos trasladaron a Escocia, con el pas de deux del ballet La sílfide (coreografía de Augusto Bournonville y música de Herman Severin), donde, tras un correcto adagio muy bien partneado, Norton sobresalió también en sus variaciones, sobre todo con sus entrechats six, mientras que Kamila se lució con sus sostenidos balances y grand jettés, para concluir con una coda perfecta, con gran acople y sincronismo, antes de la desaparición de la enigmática sílfide.

Kamila Moreira y Norton Fantinel en La sílfide
--------------

Kamila Moreira en La sílfide
--------------

De nuevo aparecieron dos hombres solos en escena: Matteo Maccinni, del Ballet de Sttuggart, y Marijn Rademaker (freelancer artist) para “decir” What we have been telling you? (¿Qué hemos estado diciéndote?), con coreografía de sus propios intérpretes y música de Franz Schubert (su Fantasía en f- Minor D-940); un dueto caracterizado por movimientos cuasi militares, dinámicos y de gran fuerza, hasta que ambos se desvanecen en la oscuridad.

Matteo Maccinni y Marijn Rademaker
----------------

Y para continuar con la cascada de estrellas asistentes a este festival, salieron a escena Katherine Barkman y Jorge Oscar Sánchez, del Ballet de Washington, para bailar el pas de deux de la boda de Kitri y Basilio del ballet Don Quijote, coreografía de Marius Petipa y música de Ludwig Minkus.

Con un cálido telón de fondo teñido de rojo, la pareja mostró un buen acople en el adagio, en el que Katherine logró balances sostenidos e impresionantes, e hizo gala de sus extensiones a 180 grados, mientras que Jorge Oscar la hizo girar siempre con total verticalidad –como debe ser– y y la alzó, cargada con una sola mano, ¡dos veces!

Katherine Barkman y Jorge Oscar Sánchez
---------------

Ya en el riesgoso final del adagio, la dejó caer sin titubeos hasta barrer casi el piso, manos libres, sostenida solo con su cuerpo, y en su variación estuvo deslumbrante, con esos “grandes desplazamientos aéreos” que son ya su sello, pues a sus saltos no les faltó altura ni las pasmosas volteretas acrobáticas a las que ya nos tiene acostumbrados. Katherine, por su lado, abanico en mano, ejecutó la suya con coquetería, musicalidad y precisión, con fouettés intercalados con pirouettes como remate, sin desplazarse de lugar, y con cambios en la posición de la cabeza.

Katherine Barkman y Jorge Oscar Sánchez
---------------

Con el escenario aún “caliente” por ese Quijote de alto vuelo, regresó Cicero Gomes, del Ballet del Teatro Municipal de Río de Janeiro, pero ahora sin Manuela Vidal Rocado, para bailar Gopak, un solo con coreografía de Rostislav Zajarov y música de Vasili Soloviev, en el que Cicero alardeó de sus saltos y giros, sobre todo con un óvalo de grand jettés muy efectistas.

Cicero Gomes en Gopak
--------------

Y para finalizar esta gala tan estelar, Rosa Piero, del Ballet Nacional de Polonia, y Andras Ronai, del Ballet Nacional de Hungría, nos trasladaron al Medio Oriente, con el pas de deux del ballet El corsario (coreografía de Petipa y música de Drigo), donde, tras un correcto adagio bien partneado, con giros totalmente centrados, ambos se lucieron también en sus variaciones y cerraron con una coda muy precisa y bordada; en fin, un cierre digno para esta Gran Gala de las Estrellas del Festival Internacional de Ballet de Miami, en su vigésimo cuarta edición.

Andras Ronai y Rosa Piero
--------------
Andras Ronai 
----------

Gracias, maestro Eriberto Jiménez, por tanta entrega y devoción por el ballet y el arte en general, fiel continuador del legado del inolvidable Maestro Pedro Pablo Peña.
Fotos: Emilio Héctor Rodríguez

Sahíly Aguilera, sin más orlas o colgaduras que el sentimiento (por Manuel Vázquez Portal)


Hay un tipo de verso que brota solo. Incontenible. Sin puja. Como una carcajada o una lágrima. Sin báculo. Sin ayuda. No se sabe de dónde mana, ni para qué. Pero salta y se instala en su justo estadio. Refinado, elegante, musical. Como dictado por Dios. Un verso ya compuesto. Cadencioso y expresivo. Sobre todo dotado de la sencillez con que se edifica la grandeza. Lleno de frescura y sugerencias. Más hijo de la emoción que de la razón. Y es esa clase de verso la que parece perdurar.

Un verso siempre más inteligente que el poeta. Hecho “de esa otra lluvia que en mis ojos lloras”. Un verso que se burla de academias y egos. “Deja el silencio una impresión de altura”: José Martí. “Vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva” César Vallejo, “¡Tanto penar para morirse uno!”: Miguel Hernández. “Yo me iré y quedarán los pájaros cantando”: Juan Ramón Jiménez. “Que no hagan callos las cosas en el alma ni en el cuerpo: León Felipe. Por citar algunos ejemplos. Estos de poetas renombrados.

Y estos que siguen, de un guajiro de las lomas de Tamarindo, allá por la parte montañosa del antiguo Camagüey. Un hombre con apenas tercer grado de escolaridad: “Y como era mi destino/ andar descalzo y a pie/ algunas veces pensé/ echarme al hombro el camino”. Se llamaba Pablo Díaz. Y no perseguía a la poesía. Ella se le ofrecía virginal y en cueros.

Mientras labraba la tierra, una décima lo obligaba a abandonar el azadón y tenía que anotarla, presuroso, con su caligrafía de niño travieso que no atendió a la maestra, para que no se perdiera y fuera, por desgracia, a caer en manos de un versificador de oficio. Contaba que cuando él agenciaba la poesía sin el llamado de ella, le salía pálida y ripiosa como la hoja de tabaco carcomida por los insectos, y que, por tanto, solo escribía cuando ella, incitadora e inaplazable, lo invitaba al desafío.

Sahíly Aguilera padece de ese mismo bien. La poesía es su compinche de cúpulas y cópulas. Se le brinda desnuda. Y desnudas ambas danzan sin traicionarse. Un baile de gemelas que se aman y respetan. Se hurtan, quiebran, giran, y se confunden, y se intercambian, y no se sabe cuál es la una y cuál la otra. Juntas ofrecen el alma. Verso sencillo y hondo. Verso de manantial de montes altos. Fresco y arrullador. Promesa saciadora de la sed para la escalada que anuncia. “Tanto alumbra la llama donde muero”.

Verso como el de Pablo Díaz. Sin más orlas o colgaduras que el sentimiento puro. Sahíly va al latigazo de la emoción, a la altura de lo esencial inexplicable. Al latido imperioso de sus ardores y desasosiegos. A lo intraducible más que en esa forma en que nace, y en la que cualquier interpretación corre el riesgo de errar. Cada inspiración trae su lenguaje y su estructura. Trae su forma y sus decires. No hay que moldearla, encerrarla, recomponerla. Hay, eso sí, que perfilarla una vez atrapada para que no vaya desaliñada por el mundo. Pero siempre, en el poeta genuino, la inspiración es lo primero. Nada sin el soplo universal que llega, como la sinestesia más atrevida, a su visión antes que a sus oídos. Es la visitación de lo inextricable. Flores del cielo. La armonía de la música cósmica.

La poesía de Sahíly Aguilera es un estremecimiento constante. Parece no poder vivir sin vibrar, como la cuerda de un laúd en manos de un virtuoso, como una virgen nerviosa acariciada por un sátiro experto. Se derrama sin contenes, sin márgenes. Es un alud de hermosura deslizándose versos abajo. Transita de una forma a otra sin que su tono varíe, desafine o yerre. Las fórmulas antiguas le vienen a su voz a borbotones, como el agua a la fuente. Transita del soneto a la décima o al romance con fluidez y soltura, sin que el metro o la rima sean un escollo, sin que el acento estropee el ritmo, a veces, más sistólico que anapéstico; a veces, más orgásmico que trocaico. Para muestra este soneto:
La gota 
Al borde el alero, tributaria
del súbito aletear de las palomas.
A merced del bochorno y los axiomas
su contrariada vocación gregaria. 
Estrena nido al filo de la nada
cual retazo de lluvia que se inmola.
Minúsculo derrame que acrisola
el ansia de esta piel enamorada. 
Quédate en el silencio, detenida
desafiando el azar de las demoras.
Retrásame el pavor a la crecida

de esa otra lluvia que en mis ojos lloras
para no descubrir en la caída
que a pesar de mis ansias, te evaporas.
Un poema que más allá de la contemplación, hedónica, diríase, hace evidente la irremediable brevedad de cuanto nos rodea, nuestra impotencia para transformarlo, y la pequeñez que somos en el vasto universo. No se queda el verso en la simple descripción sino que punza allí donde el ser humano comprende que a pesar de las ansias, los afanes, las conquistas, todo se evapora, fluye, transcurre, escapa, deja de ser, para ser solo en la última visión y en la memoria porque: Todo pasa y todo queda.

Sahíly Aguilera comprendió temprano la volatilidad de toda existencia y posesiones. Sabe el exacto valor del instante. No malgasta la fluidez en manquedades. Bracea en lo proceloso y sonríe. Va sin miedos. Nada espera. Vive, ama y escribe. Si alguna nostalgia la acicatea y le provoca unos versos, los escribe sin otra pretensión que escribirlo. La posteridad para ella es el ahora mismo.
Me duele la madrugada
cuando lejos de mi tierra
el recuerdo desentierra
hambres de tierra mojada.
Merodea en la alborada
de la nostalgia el aroma
que al horizonte se asoma
entre sollozo y gemido
y el alma, con tanto ruido,
parece que se desploma.
Su tema principal es el amor carnal. Se pasa la vida enamorada y por eso se pasa la vida cantando. Da la impresión de ser feliz siempre. Ha fabricado, como carta credencial, o, quizás, como escudo, una sonrisa permanente con la que va por el mundo agradando, conquistando simpatías. Pero hay que caminarle el alma para saber que detrás de la seductora sonrisa se agazapa un universo de misterios y turbulencias, quejumbres y desamparos, soledades y asombros, muy propio de los espíritus independientes, creadores y rebeldes.

Cualquiera pensaría que desprecia sus poemas, que no los valora, que una vez escritos ya han cumplido su misión. Sin embargo, los mima y atesora. Los bruñe hasta donde puede, y los somete al juicio de aquellos amigos en que confía. Quizás su timidez le impide hacer galas de ellos u ostentarlos como preseas de su talento. O quizás sean “cosas que solo saben mujeres y poetas”.

Ella es de las poetisas que se preocupan más por escribir que por publicar. Aún, a pesar, de cientos de poemas conseguidos, y muy bien conseguidos, diría yo, no ha publicado el primer libro. Hecho que muchos le reprochamos. Pero ella, con su clásica sonrisa entre pueril y coqueta, promete que lo publicará, y, típico en ella, “mata dos pájaros de un tiro”: evita el tema, que, tal vez, le resulte tedioso a su espíritu dado a las fugacidades, y, vertiginosa, vuelve a la vida sin tomárselo muy en serio.

El rasgo prevaleciente en la poética de Sahíly Aguilera es la musicalidad. Su verso da la impresión de haber sido escrito para cantar, como era la poesía en sus orígenes. Lo cual provee a su obra de cierto aliento antiguo como si se tratara de un poeta de otra época. Mas, resulta que la belleza es eternidad, y lo eterno no tiene tiempo establecido. Bien lo sabía Francisco de Quevedo: Triunfará del olvido tu hermosura. Un friso de Fidias aún estremece por su belleza.

Para constatarlo, como siempre, aquí les dejo algunos poemas de Sahíly Aguilera que les explicarán mejor que yo sus esencias y sus virtudes.


Alba

Bendito canto emplumado
conque me saluda el día,
bendita su algarabía
alborozando el tejado
y el viejo sol, renovado,
que al horizonte se asoma
apurando la maroma
del rocío en cada brote
y el aire que, al papalote,
lo confunde con paloma.


Mulata

Soy el calor de la rumba,
y del danzón la elegancia;
del son sandunga, fragancia,
soy el batá que retumba.

Solar y clave si zumba
en el aire un guaguancó.

Llevo en mi sangre mendó
de caña, tabaco y güira.
Soy cubana. Soy guajira.
Soy guitarra. Soy Bongó.


Antiplegaria

Yo te escuchaba hablar de eterno amor,
de los milagros que la fe arrimaba
y de cuánto mi arcilla resemblaba
tu divino poder de creador.

Por abrir en mi alma el surtidor
que en tu nombre el temor amordazaba
hoy te culpo de todo cuanto ansiaba
y no tengo. ¡Perdóname, Señor!

Ya no abrazo más fe que los latidos
de ese fuego que mata y resucita.

Tanto alumbra la llama donde muero,
ebria de viscerales sinsentidos,
que no acalla tu voz esto que grita.

Ya no intentes salvarme. Ya no quiero.


Los geranios

Sentada ante esta tumba
veo crecer los geranios.

Cada corola que el aliento despeina
trae ese olor casto
de lluvia recién hecha
conque estrangulo el último suspiro,
por si revolotearan los recuerdos.

Hay muerto con los que aprendemos a vivir
y otros, que, asesinaríamos gustosos.


¡Ay, muertos!

Los geranios son seres frágiles
la mas leve ignorancia los marchita.

Los geranios insistieron tercos
y tejieron su aroma
para colorearte el rostro,
pero mueres
amén
del arcoíris.


Mara y el mar

Mara soñaba con el mar.
Azul
Inmenso.

Ella,
que había nacido
de las aguas de un río,
soñaba,
ávida de salitre,
el bramido infinito
del toro de las olas.

Saturada de limos y nenúfares
fabulaba
desde el susurro de las caracolas
oceánicos parajes donde abandonarse a las gaviotas.
Pero sus manos no tejieron algas
sino grava y masío.

Sus alas
las fueron lastrando los relojes.
Su frente
la surcaron los tantos aguaceros
y el miedo
fue un anclaje en medio de los charcos
por no arriesgar
tormentas y naufragios.

De madrugada,
luego de los quehaceres
los grillos
los cigarros
desandaba sus huella en la orilla
esparciendo su pena
lodo adentro.



----------------------
Sahíly Aguilera, Santa Clara, 1972. Estudió Licenciatura en Educación musical en el instituto superior Félix Varela, en Santa Clara. Vive en Estado Unidos desde 1995.

Sunday, August 25, 2019

Despiden a Julito Hernández en la sede del Proyecto Ejo

Fotos cortesía de Ileana Sánchez
-------------

Julito Hernández ha fallecido en su amada ciudad de Camagüey, producto de un cáncer de higado y páncreas y complicaciones cerebrales que lo mantuvieron en estado de coma en sus últimos días.

En el día de hoy, domingo 25 de agosto de 2019, sus cenizas están expuestas en la sede del Proyecto EJO, para el adiós final de sus familiares y amigos. 

Abogado, artista, promotor cultural, co fundador del Proyecto Ejo (junto a Omar Cata), pero sobretodo Amigo, fue Julito.

Recibe siempre mi afecto y admiración. (por Joaquín Estrada-Montalván)

Diciembre de 2013

(Revista Social. Marzo 1924) Juan Clemente Zenea. Febrero 24, 1832- Agosto 25, 1871.


Saturday, August 24, 2019

Gala de danza moderna y contemporánea del XXIV Festival Internacional de Ballet de Miami (por Baltasar Santiago)


Como un muy innovador precedente en el recién finalizado XXIV Festival Internacional de Ballet de Miami, el programa preparado por el Maestro Eriberto Jiménez, director artístico del magno evento dancístico, para la Gala moderna y contemporánea del Festival, se presentó en dos partes, el viernes 9 de agosto de 2019, en dos espacios al aire libre del Condado Miami Dade: en Lincoln Road Mall, de Miami Beach, y en Wynwood Walls, del Distrito del Arte de la ciudad de Miami, totalmente sin costo para los espectadores- transeúntes.

La ya tradicional y esperada inclusión de esta Gala de danza moderna y contemporánea dentro de la programación de esta prestigiosa fiesta del ballet y la danza en los Estados Unidos, es uno de sus más grandes logros, pues su fundador, el maestro Pedro Pablo Peña (E.P.D), desde sus inicios, tuvo el gran cierto de convocar a las compañías y bailarines que apuestan por proposiciones más innovadoras, para que el público miamense no se viera limitado solo a ver el repertorio más clásico y tradicional.

Miami Arts Charter School Wynwood, el sábado 10 de agosto, y el domingo 11, el Amaturo Broward Center for the Performing Arts, fueron los nuevos escenarios, ya bajo techo, más convencionales, donde se volvió a ofrecer esta atractiva gala.

La función del sábado 10 de agosto en el teatro de la Miami Arts Charter School Wynwood comenzó con Run on the Night, música y coreografía del multifacético Octavio de la Roza; interpretado por Camilla Colella y el propio Octavio, también director artístico de la compañía que lleva su nombre.

En conversación con Octavio, este me refirió que está abordando varias manifestaciones artísticas diferentes en sus espectáculos, y este Run on the Night es una muy buena muestra de ello, pues Octavio toca la guitarra, canta y luego baila con Camilla, y la música también es “fruto de su inspiración”, como se decía antaño.

Le siguió Naboria Daca, por el Ballet Nacional Dominicano (director artístico Armando González), con música de Juan Luis Guerra y coreografía de Carlos Veitía; interpretado por un Maykel Acosta muy bien entrenado y en forma, y luego Bossa Nossa I, “un homenaje a la ciudad de Río de Janeiro”, por la Compañía Nos da Danca, de Brasil, con coreografía de Regina Sauer (directora artística), diseño de luces de Nando Pereira; una composición grupal mixta, que comenzó como si fueran marionetas (sin hilos), para luego realizar interesantes transiciones a dúo, tanto hombre/mujer como mujer/mujer y hombre/hombre, estos dos últimos acostados en el piso, primero boca abajo, luego hacia arriba, y rotando; en fin, una dinámica muy bien respaldada por la cambiante música, desde la Garota de Ipanema y las Sambas de Bencao y de Uma Nota So, hasta Chega de Saudade, “un tributo al padre del Bossa Nova, Joao Gilberto, recientemente fallecido”, según reza en el programa de mano.

Maykel Acosta en Naboria Daca
-------------
Bossa Nossa I, “un homenaje a la ciudad de Río de Janeiro”, 
por la Compañía Nos da Danca, de Brasil.
----------------

A piel desnuda, por el Ballet Nacional Dominicano, con música de Rakim (Dead can dance), coreografiado e interpretado por Joel Rodríguez, fue la segunda oferta de la noche de esta compañía caribeña.

Joel, un bailarín negro que muy bien pudiera modelar en las pasarelas europeas de más alto rango, salió a escena con su bien esculpido torso desnudo y una larga saya azul, de la que se despojó prontamente para quedarse solo con una perturbadora trusa o malla color carne, dentro de la cual ejecutó un solo técnica y visualmente avasallador.

El pas de deux Omaggio a Edith (Homenaje a Edith) fue la carta de presentación en esta gala de la Lyric Dance Company de Italia (director artístico Alberto Canesto), interpretado por Benedetta Pollini, Reika Vigilucci, Leandro Salvischiani y Nicola Giannelini, con música de Federico Chopin y coreografía del propio Alberto Canesto; una muy pulida entrega de estos dotados bailarines, musicales y precisos, y totalmente sincronizados cuando la coreografía lo requería, a quienes ya habíamos tenido el privilegio de disfrutar en anteriores festivales, caracterizados por la belleza de sus movimientos y su pasión por la danza.

Tras el breve intermedio, regresaron Octavio de la Roza y Camilla Colella para interpretar Tangocho, otra coreografía de Octavio, con música también de su autoría, con la que De la Roza ratificó su compromiso con la integralidad del arte, pues volvió a tocar la guitarra además de bailar con su compañera, por cierto que en esta ocasión con un vestuario sicodélico muy años setenta. Por si quedaran dudas de que es un homenaje a la capital argentina, se escuchó un texto en español diciendo “Buenos Aires…, de la Plaza, de la gente”, lo que le añadió un sugerente tinte nostálgico a su grata presentación.

Octavio de la Roza y Camilla Colella en Tangocho
-------------

La Lyric Dance Company de Italia volvió a escena, esta vez con Frida, Kaus Dentro, coreografía de Alberto Canesto y música de Gabriel Fauré, de nuevo interpretado por Benedetta Pollini, Reika Vigilucci, Leandro Salvischiani y Nicola Giannelini.

Benedetta y Reika, de espaldas, con moños blancos en la cabeza, evocando de seguro a la mítica Frida Khalo, dieron inicio al espectáculo, para ser “desvestidas” luego por sus partenaires Leandro y Nicola, quienes “jugaron” literalmente con ellas hasta dejarlas solas en escena, tomadas de la mano. Un “ti amo” y un “il mare” quedaron flotando en el escenario.

Benedetta Pollini, Reika Vigilucci, Leandro Salvischiani
 y Nicola Giannelini
 en Frida, Kaus Dentro
-------------------

Para no ser menos, la troupé brasileña de la Compañía Nos da Danca retornó también al ruedo para presentar Bossa Nossa II, coreografíado igualmente por Regina Sauer y, como banda sonora, un collage musical de hermosos y conocidos temas de la autoría de Chico Buarque, Vinicius de Moraes y Tom Jobim, entre otros.

El escenario se transformó, por obra y gracia de estos dotados –y a la vez desenfadados– bailarines brasileños, en una suerte de Playa de Copacabana, con la aparición de dos hombres que desplegaron una gran tela blanca, y de cuatro mujeres en trajes de baño, que enseguida extendieron coquetamente sobre “la arena” sus toallas playeras (solo faltaron las sandalias Havaianas, ese sensual aporte carioca al mundo, calzadas por unas y otros, para sentir la brisa del mar en nuestros asientos). Hubo de todo, tanto movimientos muy sensuales como pasos de bailes populares (como la emblemática samba), hasta una especie de reguetón brasileño, que de “la playa” del inicio nos trasladaron a una concurrida calle en movimiento, pues todos se transformaron en dinámicos transeúntes bailando samba para Miami y para el mundo.

Y como tampoco los dominicanos se iban a quedar tranquilos si no salían a escena otra vez, María Valeria Melogno, Maykel Acosta y Joel Rodríguez, del Ballet Nacional de ese hermano país, fueron los encargados de hacerlo, con Una vida, dos vidas, una atrevida coreografía de Pablo Pérez –casi un menage a trois dancístico–, con música de Yann Tierseu, donde lo que se sugiere es mucho más rico que lo que se ve; y se vio mucho, por cierto, desde el innegable virtuosismo de los tres, hasta la sensualidad de su vestuario: ella de rojo, elegante y preciosa, y ellos dos con esas camisas negras de brillo, abiertas, para mostrar también su belleza masculina.

Maykel Acosta María, Joel Rodríguez y Valeria Melogno, 
en Una vida, dos vidas.
-----------------

Como ya dije en mi pasada reseña de esta misma gala en el año 2018: “Agradezco esta formidable posibilidad de “airear” los sentidos viendo propuestas diferentes, así que una felicitación para todos los participantes y para el director del Festival, el maestro Eriberto Jiménez”.


Baltasar Santiago Martín
Hialeah, 22 de agosto de 2019

Fotos: Emilio Héctor Rodríguez (derechos reservados; cortesía del autor)

“El pueblo está feliz” (En 150 palabras de Félix Luis Viera)


Esta frase la dijo recientemente el presidente de México. La ha sustentado con una encuesta realizada por un instituto estatal. La incluirá en su Primer Informe de Gobierno.

Él es el dador de la felicidad. Por primera vez, gracias a su Gobierno, “el pueblo está feliz”.

México tiene 129.5 millones de habitantes. Y todos están felices; desde los que “luchan el baro” a ras de tierra, hasta los tarahumaras que cobran unos centavitos por pasar drogas hacia Estados Unidos o los campesinos que al sur del país han perdido la cosecha o los deudos de las últimas decenas de asesinados o los millares de prostitutas que pagan con lágrimas lo cobrado a sus clientes.

Todo los mexicanos están felices. Gracias al Señor Presidente.

No pocas personas se han burlado de la frase dicha por el primer mandatario.

Pero no se burlen. Esto es muy serio. Es un aviso muy serio.

Volando en Solitario. Pensamiento XII (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


Recordemos que en la vida habrá que enfrentar dificultades a lo largo de nuestro recorrido, eso significa que hay que alegrarse, porque estamos vivos, pero ¿cómo manejarlas?

Cuando serenamente empiezas a reconocer y a identificar cuáles son las que te están afectando, así es la única forma que podrás encontrarle su debida solución.

Muchas veces creemos que nunca vamos a superarlas, si se puede, sólo piensa positivamente, asume con responsabilidad el reto y convéncete que eres capaz de enfrentarlas.

Cree poderosamente en ti y en tu capacidad, para que la fe que guardas en tu ser sea capaz de movilizar todas las fuerzas de tu interior y así logres encontrar soluciones concretas.



---------------------------------------
Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.

-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy

Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección

Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer

Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3
Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!

Gaspar, El Lugareño Headline Animator

Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!