Friday, August 23, 2019

Fragmento de "El diario de Lola" (por Thelma Delgado)

Nota del blog: Selección de textos, que serán parte del libro (en preparación) El diario de Lola, de Thelma Delgado.

Para leer sus escritos en el blog, en este enlace.


Querida Mimí:

Hoy me voy a la cama feliz y más enamorada que nunca. Quien Ya tu Sabes apareció, ¡Y de qué manera! Resulta que al salir del trabajo el carro no me prendió. Completamente muerto. Yo no sabía ni cómo abrir el capó, pero después de muchos intentos finalmente lo logré. Era la batería. Para mi suerte El Muchacho de las Islas se acercó y me ayudó. Limpió los bornes que estaban sulfatados, trajo su carro, y me indicó que hacer hasta que mi carro arrancó. Me sugirió comprar otra batería para evitar que esto suceda de nuevo. Después de un tiempo prudente, me despedí agradeciéndole su ayuda. El, con sus ojos de niño enamorado me dijo – Aquí estoy para lo que necesites. Para lo que sea, a la hora que sea. Agradecí con una sonrisa nerviosa y me fui directo al auto partes. Ya en casa, recibí un mensaje de texto.

– Ya veo que tienes quien te ayude, y mucho más joven que tú. ¿Es tu novio? ¡Parece que te gustó lo que te dijo pues te sonreíste de una manera que vaya! Que rápido te olvidaste de mí. Apenas terminé de leer el mensaje el teléfono sonó.

– ¿Hello? – ¿Porque no contestas a mi mensaje, ya no te intereso?

Yo no contesté. Estaba aturdida, feliz de escuchar su voz y contrariada de escuchar tanta bobería al mismo tiempo.

– ¿Porque no me contestas, te comieron la lengua los ratones?

Mi carcajada lo molestó más.

–Carajos, lo único que faltaba, ¡ahora te ríes de mí!

–No, me rio de las cosas que dices, hasta pareciera que estas celoso. Te fuiste sin decir una palabra y no contestaste mis mensajes. Pensé que no volvería a saber de ti, no regresaste al restaurant, perdí tu rastro.

– Pero yo no perdí de ti ni pie ni pisada. Te he visto salir del restaurant, hacer tus compras, regar tus plantas. Te vi cuando fuiste a la peluquería, te he seguido de cerca sin que tú lo notes. También te vi cuando fuiste al hospital a visitar a tu vecino.

– ¿Y para qué hiciste eso? Tú sabes lo que siento por ti pero no me quisiste hablar y te fuiste.

– ¿Me extrañas?

–Mucho.

–Entonces abre la puerta, que estoy aquí afuera.

Lo demás ya te lo imaginas. Recién se fue pues le toca trabajar esta noche.

Qué razón tenía León Tolstoi cuando dijo – “Cuando amas a alguien, lo amas como es y no como quisieras que sea”

Buenas noches Mimí.



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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

Wednesday, August 21, 2019

"Yo estaba en casa y esperaba que llegara la lluvia", una obra universal e íntima a la vez (por Baltasar Santiago Martín)

Laura Alemán, Yani Martín, 
Beatriz Valdés y Alina Robert
Fotos/Julio de la Nuez
 Cortesía del autor y de Alexa Kube
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¿Quién alguna vez en su vida no ha estado esperando por algo o por alguien durante bastante tiempo?; ¿quién no ha cifrado sus esperanzas de una mejor vida, o de un cambio beneficioso, en la llegada o el regreso de algo o de alguien que no acaba de llegar?

Creo que los cubanos –y más recientemente los venezolanos– sabemos algo de eso, pero afortunadamente los que vivimos en Miami pudimos escapar de esa espera, no así los que continúan allá, atrapados, “esperando que llegue la lluvia”, como estas cinco mujeres que Jean-Luc Lagarce, quizás como su alter ego múltiple, concibió –sobre todo la hermana mayor.

Jean-Luc Lagarce (1957-1995), “uno de los autores franceses modernos más representado y traducido” (como he leído de modo reiterativo a raíz de esta puesta miamense), estrenó esta obra un año antes de su muerte, causada por el terrible SIDA, y estoy convencido de que su estado de (des)ánimo debido a la certeza de su muerte inminente es el que explica que después de tanta espera no haya redención alguna con la llegada del “joven hermano”, y que, para colmo, este muera sin poder dar detalles ni explicaciones de sus avatares después de su destierro del hogar materno/paterno/abueleño y hermaneño debido a la muy presumible e indudable intolerancia de su progenitor.

“Siempre he querido morir en noviembre, si pudiese elegir (...) 
Contar el mundo, mi parte miserable e ínfima del mundo, la parte que me toca, escribirla y ponerla en escena, construir apenas, una vez más, la chispa, la dureza, hablar con lucidez de la evidencia. Mostrar en el teatro la fuerza exacta que nos atrapa a veces, esa, exactamente esa, los hombres y las mujeres tal como son, la belleza y el horror de sus conversaciones y la melancolía que los invade de pronto cuando esta belleza, este horror, se pierde, y huyen y quieren destruirse a sí mismos, espantados ante sus propios demonios.

Decirle a los demás, buscar la luz y volver a decirlo, otra vez. Decir la gracia suspendida del encuentro, la detención entre dos seres, el instante exacto del amor, la dulzura infinita del sosiego; intentar decirles en voz baja la pureza perfecta de la muerte, el rechazo del miedo y el grito frecuente del odio, el grito, nuestro pánico y nuestra angustia infantil, y esconder la cabeza entre las manos, la fatiga de los cuerpos después del gozo, el cansancio que precede al dolor y el agotamiento que sigue al terror”. 
Jean Luc Lagarce

Muy acertada entonces la decisión de Arca Images, de Alexa Kube como su productora, y de Larry Villanueva como su director, de presentar esta difícil obra en Miami, para exorcizar esos demonios que esboza Jean Luc y repensar la gran alegría que es vivir y disfrutar de todo lo bueno que tenemos, y sí, sin la menor duda, ¡han salido muy airosos de la prueba!, por supuesto que en gran medida gracias a las actrices seleccionadas para interpretarlas: cinco mujeres que desgranan sus frustaciones en escena, con sus vidas en suspenso desde que el padre alejó al hermano de la casa; y a esa dupla de excelencia integrada por Pedro Balmaseda y Jorge Noa, que diseñaron una escenografía que evoca lo mismo una casa que un manicomio o cárcel (no en balde el vestuario recuerda uniformes de presas, diseñado “para realzar la atmósfera claustrofóbica que prevalece a la largo de la trama”, como se ha justificado acertadamente.

Zully Montero, Yani Martín, 
Laura Alemán, Alina Robert
 y Beatriz Valdés
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Una lectura que hago, entre tantas posibles, es que todas se refugian en la espera para encontrar una justificación ante sí mismas para su abulia existencial y su falta de acción; una especie de “autovictimización”, que por desgracia es bastante común, ya que es más fácil culpar a alguien o a algo de nuestro estancamiento o nuestra frustración que aceptar la propia responsabilidad en ello.

Como ya hice cuando escribí la reseña de la obra Bayamesa, voy a referirme al trabajo actoral de todas de modo “impresionista”, por lo que me hicieron sentir, más allá del borde de lo expresado, ya sea con la palabra (que es la acción fundamental de la obra; una letanía obsesiva, de discursos que reiteran el trágico destino autoimpuesto de cada una), o con su lenguaje corporal (uno de los grandes aciertos de la dirección de Larry Villanueva).

Con un texto nada gratuito, repetitivo, pero ágil, cada gesto está justificado, incluso el grito ahogado…

Yani Martín, como la hermana mayor –y a mi juicio, el principal alter ego del autor en esta obra– es la única que logra escapar de vez en cuando de su opresiva vida familiar, con sus huidas a la ciudad en busca de amores pasajeros, y paliar así un poco “el tedio de ser decente” (como expresara la sin par Carilda en uno de sus formidables poemas eróticos): Yani me hizo “sentir” que el autor empleó esa misma especie de “ruleta rusa” en su vida real, con los resultados ya conocidos, tanto por su desenfado al decirlo como por su bien dirigido y logrado lenguaje corporal (su momento de baile de discoteca fue delicioso).

Yani Martín y Alina Robert
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Mi admirada Zully Montero fue, sin ningún titubeo al decirlo, “la abuela”: la matriarca de esa familia totalmente femenina que aquí confirma que muchas veces las madres y las abuelas muestran ¿inconscientemente? preferencia por el hijo o el nieto macho que por sobre su descendencia del propio género.

Beatriz Valdés, a su vez, fue “la madre”, con el mismo “pecado” de la abuela, tan absorta en ese hijo macho ausente que apenas tiene mente para sus hijas, y Beatriz reinó en escena, amarga y hierática, muy distinta a la mujer dulce y amable que saludé a la salida del teatro.

La joven Laura Alemán, como la hermana del medio, da la justa medida – y más allá incluso– de su personaje: casi sentí correr una fresca brisa marina salir de su aliento hacia mi asiento, y pocas veces un semidesnudo ha estado tan justificado como el suyo, con esos senos espléndidos, de pezones pequeños y turgentes, reforzando así su rebelión, corporal y con todos los sentidos, cual la Adela de La casa de Bernarda Alba, o la Esperanza de Tarde en la siesta, ese precioso ballet, coreografiado por Alberto Méndez y música de Ernesto Lecuona, mientras que Alina Robert, en el rol de la hermana menor, engarzó perfectamente en el angustioso marco familiar, quizás la que mejor reflejó la tragedia del autoenclaustramiento, con sus balbuceos y su conducta un poco errática.

“Al cabo del tiempo, ya desaparecido el padre, regresa el hermano con su macuto, testigo de viajes infinitos”, reza la sinopsis de la obra, pero, ¿qué logra cambiar, en este universo de aguda melancolía, para el que su ausencia era el pretexto?

Ya todas están rotas, no hay redención posible.


Don Luis Aguirre Orio entrañable pedagogo musical de la ciudad principeña (por Carlos A. Peón-Casas)

La figura de este excelente pianista, y notable pedagogo musical, no ha merecido muy recientemente ni una mínima mención de parte los “estudiosos” del tema musicológico de esta ciudad en unas recientes sesiones que discurrían sobre las particularidades de la enseñanza musical en la ciudad principeña.
Nadie se acordó de Aguirre, de pasada creo mentaron a Félix Raffols, otro nombre necesario de aquellas celebradas experiencias, pero acaso por esas ignorancias calamitosas, o por la falta de una memoria estrictamente apegada a la historia y a sus hechos incontestables, no se rindió ningún homenaje a esa figura singular, no ya de la pianística, y su enseñanza, sino al ingente promotor de cultura que fue Don Luis Aguirre y Orio en esta ciudad tan desmemoriada. Ojalá que estas líneas sirvan para echar luz sobre este inopinado olvido, y se le haga justicia a aquél que fue entre nosotros insigne paladín de la musa

Desde 1923, al profesor Aguirre le fue adjudicada la dirección del Instituto de Música “Peyrellade” de esta ciudad agramontina, asumía tal responsabilidad al fallecimiento del profesor Joaquín Ramonet, titular de aquel cargo hasta ese minuto.

Ya en 1936, fundaría, con total “validez académica nacional”(1), El Conservatorio de Música de Camagüey(2), en un área de su espaciosa residencia marcada con el número 112, en la calle Avellaneda, y donde todavía el paseante puede reconocer una placa alusiva, que ha sufrido el paso del tiempo, pero que es todavía una muy valida recordación de la valía singular que aquel recinto le aportó a la enseñanza musical de esta ciudad.
Aquella bien montada academia en la ciudad de los tinajones no tenía nada que envidiarle a ninguna otra de las mejor reputadas de la capital cubana ni de ninguna otra ciudad de Cuba. Incluso me atrevería a asegurar que se medía en igualdad de condiciones con cualquiera otra de países del área caribeña, y un poco más allá.
Su excelso programa formativo, al que ya hemos aludido antes, en una oportuna nota aclaratoria, así lo atestigua. Entendemos igualmente que en aquella temprana experiencia musical que el eximio pedagogo Aguirre prodigaba en sus salones, constituye en sí misma el antecedente más directo de cualquier experiencia posterior de igual o parecido signo en esta ciudad.
Muchos años después de que aquel espacio educacional fuera intervenido, el espíritu ineludible del buen hacer musical siguió habitando entre los sólidos muros de aquel caserón que conocimos, de la mano de su heredero, nuestro entrañable amigo Louis Franz Aguirre Rovira, en una inolvidable noche veraniega de comienzos de los 90’s, cuando tuvo a bien agasajarnos en aquel cuasi místico espacio con una audición musical impensable para aquella ciudad depauperada: una obra de Penderecki.
De cualquier manera, aquel, era sin dudas un bello homenaje a aquel señor ya mayor, su padre, a quien de muy niño recuerdo interpretando bellas melodías religiosas en los tempranos años setenta del pasado siglo, poco antes de su partida a la Casa del Padre, en el ya extinto órgano Hammon de la Iglesia de la Soledad, la parroquia inmemorial, a sólo pocos pasos de su residencia, y a cuya inolvidable memoria he querido dedicar esta necesaria y bien merecida y recordación.
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Aguirre nació en Managua, la capital nicaragüense en el año 1903. A la temprana edad de siete años principiaba ya sus primeros estudios musicales bajo el cuidado de su madre: Ana Orio viuda de Aguirre. Muy joven aún prosiguió estudios con el entonces reconocido profesor Carl Tunermann. Su formación posterior la recibió en el Conservatorio Santa Cecilia dirigido por el maestro mexicano I. E. Hernández. Con sólo quince años, terminó sus estudios académicos mereciendo las más altas calificaciones y el premio “Cousin”. Ofreció su primer concierto en el prestigioso colegio La Salle de Managua, con un programa que le relevó como un “pianista de exquisito temperamento, sensibilidad e impecable técnica”. El programa incluyó obras de Chopin (Vals, Polonesa y Nocturno en mi menor); Leschetizky, Scribiani y Ricordi. Con sólo 19 años ya Aguirre estaba en la Habana, y en tal minuto ya era obsequiado de “cálidos homenajes”. “También hizo gala de sus profundos conocimientos en el Conservatorio de Música y Declamación que dirige el maestro Eduardo Peyrellade(…) Fue además Catedrático de la Escuela Normal de Maestros. Datos biográficos del profesor Aguirre en la Guía Social de Camagüey. Por M. R. Silva LLopis. p.245

Dada la magnitud de la figura del Profesor Aguirre, y su impronta entre nosotros, pretendemos recrear en un segundo momento otros detalles bien reveladores de su calibre como músico pero también como imprescindible animador cultural durante más de tres décadas en la ciudad agramontina.

  1. Otorgada por el Minisitor de Educación de aquel minuto, aseguraba validez “a los Certificados, Títulos y Diplomas que expida el Director”(…) “ y como derivación lógica, a todos los alumnos oficiales o incorporados que cursen sus estudios en el Conservatorio de Música de Camagüey, se les extenderá a la terminación de cada uno de los cursos completos que señala el Reglamento, sus Títulos correspondientes con Validez Oficial en toda la República(…)” En Conservatorio de Música de Camagüey. Reflexiones a los padres sobre la educación musical de sus hijos. Imprenta El Camagüeyano
  2. Ibíd. Adscrito a la Sección de Bellas Artes de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación de su época ofrecía clases para instrumentos varios que incluían : piano, violín, viola, violoncello, contrabajo, guitarra, flauta, fagot, oboe, trompa, clarinete, trompeta, trombón, timpani y tuba.Las asignaturas musicales por su parte incluían: Solfeo, Teoría de la Música, Teoría Superior, Armonía, Composición, Contrapunto, Fuga e Instrumentación. Entre las complementarias se incluían: Estética, Formas Musicales, Idiomas, Conjuntos Instrumentales y Música De Cámara. La Academía impartía igualmente Cursos especiales entre los que se contaban los de Técnica, Interpretación, Repertorio, Los pedales del piano y el Aspecto Fisiológico del estudio del piano. Contaba igualmente con un programa especilaizado para niños de entre 5 y 7 años, el bien reputado Kindergarten Musical , indispensable preparación de los niños para el estudio de la música, “período previo para al de cualquier instrumento, o del canto, para desarrolra en le futuro artista yuna musicalidad completa y el concepto de una interpretación artística”

(Revista Social. Marzo 1920) Dulce María Romero. Por Emilio Roig de Leuchsenring


(Miami) Fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre


Como ya es tradición, el centro de las celebraciones será la Santa Misa del domingo 8 de septiembre en el Watsco Center de la Universidad de Miami, en el 1245 Dauer Dr, Coral Gables, FL 33146, a las 8 de la noche, cuyas puertas abrirán desde las 5 de la tarde. (Ver información completa en el website de la Ermita de la Caridad)

Agradecido (por José Luis Rodríguez)


Tuesday, August 20, 2019

Dios y vida cotidiana (entrevista a Juan Manuel de Prada)


Semilla (un poema de Rodrigo de la Luz)


Muchos años después avanzadas al alba.
La eternidad balbuceante de tu vida,
difícilmente destinada al místico aleteo de las hojas,
ya había esperado un tiempo en su humeda cueva.

Ahora el sol -chorreando
por ese territorio de graznido,
dejando una huella homicida
que solo tú verás- era una enorme estrella
lejana en el poniente.

Te inventaste una sombra
que luego los insectos recorrían de prisa.

Fuiste testigo de todos estos hombres
que hoy pasan sudorosos,
ayer niños jugando ante el espejo.

Te alzaste como un púgil
en toda la limpidez de tus raíces.
Regresaste de máscaras y cáscaras.

De las tantas ofrendas a tus pies
ninguna pudo influenciar tú fruto.
De las resurrecciones asumidas
acaso algunas pocas te nombraron.

Comprender ese ciclo hizo a la tierra fértil;
al hombre especulador y traficante.

Monday, August 19, 2019

María del Carmen Ares Marrero, de la estirpe que cruza la ordalía (por Manuel Vázquez Portal)


María del Carmen Ares Marrero vive en la lengua de Goethe, aunque su lengua materna es la de la Ma Teodora. Frente a ella Fausto se deja engatusar por Mefistófeles. Ve miles de almas compradas y vendidas. Día a día, Berlín le entra por los ojos. Le muestra que es ario y multicultural a la vez. Es su paisaje y su recinto, aunque, sus muertos no yacen aquí.

Soledad a soledad, Cuba le entra por el corazón. La morriña, animal sibilino, algunas veces, le entona nanas de su infancia, o le trae de vuelta un besos adolescente que dejó escondido entre los almácigos del Bosque de La Habana. Es su ensoñación y su calvario. Anda con un alma dividida, como si le hubieran prestado una casa para pernoctar, y le hubieran robado la casa de soñar, desconsuelo, /de la niña /que fui,/de la que aún llevo/desesperada, triste/en su cobija de lágrimas.

Ella ha devenido niebla europea y luz del Caribe, “todo mezclado”. Aparente sosiego exterior y real fuego interno. Fríos norteños y sudores del trópico. Mixtura de ensoñaciones y nostalgias. Pero, desgarradoramente, amor en cada latitud.

Cuando se espanta de todo el enajenante ajetreo cotidiano, de las normas, las regulaciones, el encarrilamiento, después de “ganado el pan” se refugia en la poesía, sin márgenes ni bridas, y la escribe en la lengua de Martí. Encumbrada, restallante, dolorosa. Profundamente hispana y habanera. Profundamente Ares.

Acuariana, como el Apóstol, es una heroína romántica. Sufre pero batalla. Padece pero no se rinde. Se despedaza pero se reconstruye. “Trémula y sola padece/ los anocheceres” pero no permite que la congoja la acogote, sale a encontrarse con la belleza, la encuentra, y la disfruta, y la comparte. Porque la belleza sana, y ella lo sabe. Aunque no hayamos podido quitar “el banderón de la acera”
Me desnudé
por no ahogarme en secretos
para despojarme de encorvamientos
hechos de materia imperfecta,
de sueños
de luctuosa niñez
me desnudé para no mentir,
para reclamar mi derecho
a destruir cánones impuestos
obsoleta raíz
Es una poetisa aflictiva, lacerante. Parece sangrar cuando escribe. Le va la vida en ello. No pinta con colores cómodos. Hay ardor, centelleo en cada trazo. Pero su dolor no es quejoso, sino embellecedor, deslumbrante, aleccionador. Quizás por eso no es una escribiente de poses todo el tiempo. Quien es escribidor las 24 horas no tiene tiempo para vivir, y, entonces, ¿de qué coño escribe?

El poeta genuino vive, y de esa vida es que le nace la poesía. El reto está en marchar; la belleza, en el reflejo honesto de esa marcha. Y María del Carmen Ares Marrero es de la estirpe que cruza la ordalía, no de aquella que la imagina, o la inventa, para simular desgarrones. Ella deja el pellejo y los tuétanos en las lanzas, los garfios, las espadas. Ella cae en el fango, en el estercolero, y, sin infectarse con la estulticia, se levanta y continúa. Ella sube lo escarpado, lo inhóspito, lo abrupto; se despeña y recomienza. Aspira y consigue lo elevado.

Luego, luego se prepara para la próxima arremetida de los azares y las trampas, y, si el tiempo alcanza, atrapa en versos “el cesto de llamas” que es la memoria. No va por la vida con una pancarta en la que diga: “admiradme, soy poeta”. Va por los amaneceres y los crepúsculos gozándolos, sufriéndolos, pero nunca evadiéndolos con versillos intoxicados de lentejuelas. Ella pare las emociones con la misma mezcla de dulzura y dolor con que parió, y educó soltera, a sus dos hijos. Es auténtica como una caricia o como una lágrima que el universo cuenta para que mane la hermosura.
Cuba es un espectro con traje de rey bueno
que cuenta historias de azares y Epos,
avezado carcelero que custodia barrotes
donde la herida florece para adornar el intento
de una mariposa de nieve que sobrevuela el vértigo
luego me posee tanto como el viento. 
Me vuelvo experta en el Arte de morir
Su poesía no se viste con la pacotilla de moda; se engalana con el bullir tropeloso de su espíritu rebelde. Lo exterior es válido en tanto que se torna sentimiento de regocijo o de rabia o de esperanza. No va cotejando versos lustrosos ni cazando metáforas deslumbrantes. Es tierna y ríspida a un tiempo, beso y cachetada, pero siempre honesta, sobre todo, consigo misma. Demasiado engaño en el mundo para engañar a otros o a sí. Ese es el pilar fundamental de su poética.

Sinceridad en el vivir y sinceridad en el escribir. Su verso es dramático. Como el teatro que ama. Porque sobre todas las cosas Ares Marrero es una actriz y una teatróloga. El pan lo gana actuando (en el doble significado del término), dirigiendo teatro y cine, impartiendo lecciones y talleres, enfrentando una realidad, a veces, agobiante.

Pertenece a esa generación que tiene en la mirada una sensación de descalabro y liberación al unísono. Sensación como de desencanto infantil dejada por la explosión del globo utópico y la supuesta caída de los muros. Soñó y despertó. Queda la resaca. Y eso la hace saber que no hay sistema político-social que resuelva la catástrofe interior del ser humano. Que la vastedad del universo y la nimiedad que somos, cargados de preguntas sin respuesta, sigue siendo el mar donde, como náufragos, continuamos braceando. No hay certidumbres ni caminos. En cada elección solo ganamos una renuncia. Porque la felicidad consiste precisamente en creernos caminantes con un destino, una última estación a la que hemos de llegar con el alma en carne viva.

Su libro (inédito aún) Berlinario es la bitácora de su viaje. En él deja testimonio de sus apegos y sus sustos, de sus exultaciones y sus pérdidas, sus culpas y sus exorcismos. No fue a sitios exóticos a montear historias ni personajes. Cuenta la de ella, que es, en fin, la de todos, porque aquello que más uno nos hace es ser todos, sin querer y sin poder evitarlo.

Y como siempre, aquí, los poemas de Ares Marrero.


Cuba
(Del libro Berlinario)


Cuba se me aparece sólo en sueños.

Lejana, intangible,
en la cómoda del cuarto,
en el espejo
oleaje de melena larga
desconsuelo,
de la niña que fui,
de la que aún llevo
desesperada, triste
en su cobija de lágrimas.

Aullido feroz de realidad el sueño!

Cuba entra en mis recintos
sólo cuando duermo
me abrasa, me esclaviza,
me aparta de mí, de cualquier dueño
Cuba se aposenta en mi garganta
y sólo expiran ruegos
entre amargos sonidos de lenguas de hielo

Hay días que despierto
ahogada en la llaga abierta de costado a costado
que nunca cierra, que arde en el cuerpo
donde el olvido se tiñe de diminutos férreos
reflectores que se ensanchan
y todo vuelve al comienzo

Cuba se apodera de mí, de todo cuanto tengo
que no es nada; NADA sólo memoria sin huesos...

A veces quisiera volver,
desenterrar cimientos,
repasar historias de amantes sin techo
pero sigo colgada de esta parálisis
columna rota de aspiraciones y tedio

Ay! si algún día pudiera destilar el veneno
de aquella isla inundada de mar
de mis adentros
sitiada de nudos que golpean
el resplandor de paz que intento.

Ay! Si algún día dejara de embestir
la dentellada del Adiós en cada hoy,
en cada verso

Cuba es un espectro con traje de rey bueno
que cuenta historias de azares y Epos,
avezado carcelero que custodia barrotes
donde la herida florece para adornar el intento
de una mariposa de nieve que sobrevuela el vértigo
luego me posee tanto como el viento.

Me vuelvo experta en el Arte de morir
cruento ijar despiadado es el tiempo...
adorna el pelo blanco enlazado al deseo
de levitar en libertad
plata sin más Dios que la sed de cicatrizar
monólogo del aprender a AMAR
Cuba es mi templo.


En la burbuja

Enferma sin poder
ver sin percibir
tendía a confundir
el ritual del látigo
con el fluir
la dependencia emocional
con el sentir
el fino y acompasado acto de destruir
con el de amar…
creía poder interpretar
acciones enérgicas del alma
cuando solo era obligar al prójimo a venerar
mi arte truculento de fingir
saludar mi estandarte de sufrir
sello enrevesado
hasta que pude romper la burbuja.
Reconstruir lo que estaba destrozado.


Mi purga
(poema viejo a mi padre)

El verano languidece con su avidez casi humana
con él, el fuego de una vieja llama
el verano quiere barrer mis vicios, que se afanan
verano, arráncame los ojos
vuélveme beduino enloquecido en este desierto de alhajas
por qué no me dejaste morir
ninguna vez en mis intentos
Por qué vuelvo a perseguir este Fata Morgana!

Destierra la sólida ausencia, pugna de nombre sin presencia
la tarde me lanza otra vez a los laberintos de mi insensatez
en un rincón de una fotografía quedó sentada mi niñez
rumiando el eco del gancho del patio,
Calabazar de La Habana Saavedra sin su Sancho.
Llévate verano de una vez al héroe de mis tristes llamadas!
quiero olvidar al pueblo hundido en un sartén,
el pedazo de su pan con salsa.

No quiero pisar mis viejos pasos
quiero vaciarme de todos los ocasos
AMAR, si no a Dios, al menos a mí en la desmesura
sellar el antes, el después, sobre mi cuna, sin lazos
la muerte de mi niñez porque me faltó tu abrazo
Quería recibir una bufanda en cada cumpleaños
ser el nido del conejo que pintaste en la pared

Soy un cuerpo de losa, que te lloró en mil nombres
he cargado en las entrañas el dolor del Orbe
tu mitología venció mi bola de cristal,
tuve que llamar padre a otro hombre,
mis sábanas ajadas se volvieron de metal
niña mansa inerte, que se puso a orar
bajo una ducha pálida y de un tirón apuró mil cápsulas
guardadas en un botiquín buscando el cielo,
la nada, tu amor, con antenas destrozadas
décadas guardados en un cajón a la orilla de tu aldaba.

Hoy te reencuentro y me dices que nunca me quisiste.
El puño de la aldaba golpea otra vez sobre mi suelo
impalpable de tanta polución del deseo
el aquí y el allá de mi no infancia ha quedado lejos
el esto y el aquello irreparable en los telares del lenguaje
Tedeca la fábrica la historia de mi abuela
Saavedra y Cervantes, uñas y colmillos
en el pozo solitario del destierro, sin anillos
rodeada de sonámbulos espejos
tus razones han cobrado la forma de un cuchillo
ya no hay conejo
vacío el escaparate hirsuto de odios a tu nombre
de objetos
sentado en el trono de mi propio nombre
en el subsuelo de la tradición crece la rabia
nueva vegetación, el hongo sin fin en el zócalo impune,
plagado de respuestas inexistentes.
Pronto pondré punto final a este desastre!



Evanescencia (I)

Entre la vergüenza y el deseo
cayeron todos los velos
en un acto desmesurado
por desnudarme ante Dios
intento supremo por purgar mis miedos

Entre el placer y el dolor
burlé las muecas apostadas
dentro del espejo
contemplé a Budha extendido
rojo cangrejo
sentí el dolor antiguo…
eterno
del epitafio en cada puerta
idea fija de perforar los cuentos

Me desnudé
por no ahogarme en un torrente de secretos
para despojarme de reminiscencias encorvadas
hechas de la materia imperfecta de mi niñez…

para no mentir,
para reclamar mi derecho
para destruir mi propio ardid
mis cánones obsoletos
para desgarrarme y perdonarme a mí
a los autores perecederos…
para despedir al búho país
desconocido redomado macilento
para no sembrar más árboles en el desierto
para despedir el daño que infligí
al más sagrado de los templos

He vuelto para desgarrar mis velos
decir a ese culto viejo, adiós!
a la plegaria Soledad
a entender y perdonarme
devolver el latido
al estanque de mis versos
al ojo de confinar a la bestia enrevesada
que taladra mis piernas,
mi cerebro
dejar el castillo perpetuo
de la inconsciencia, la autocompasión
donde el rumbo se torció
salir del laberinto, de sus ecos
del placer de beber la sangre
de mis sesos
He vuelto

Paseo por dentro de mí misma
entro y salgo
con la humildad de la mariposa
con su serpenteo
entre colores, claridades
y escarceo
sostengo el hilo que me ata
a un único minuto
el de practicar el amor
que olvidé tantas veces
que no supo sembrar el jardinero

Me declaro capaz de bailar
sobre la cuerda floja de mis sentimientos
con los ojos vendados,
caerme y regresar al centro de la Tierra
que es como volver al centro de mi misma
volar en las alfombras de Eros
sin timonel y sin presagios
tomar las riendas
de todos mis corceles desbocados…
escalar los Pirineos de la desdicha
remontar otra vez el vuelo

Me declaro, en fin,
capaz de dar y recibir
aquello que tengo
Estoy aprendiendo
a creer en mis dedos...

Entre el hacer y el no hacer
dime espejo mágico,
con qué me quedo?

Berlín soleado… 17 de agosto. 2013


Conversación I
(con un árbol seco en Primavera)

Sale el sol. No es una metáfora…
Berlín invadido, contento
luz primaveral;
frente a la ventana
un árbol seco...

Tal vez reverdece,
cierro las cortinas
miente el sol
Yo también miento.

Mentimos. En plural el verbo.

Miento cuando digo libertad
soy un árbol con raíz al viento
y me creo el adalid de esa única verdad
pena de piedra que arde sin matiz…
heraldo negligente
por los siglos de los siglos
no hay amén que me contente.

Miento como mienten los dioses
con congruencia senil
bienvenida la condena
de verdades y cimientes:
somos similares...
somos diferentes...

Fui expulsada de todos los Paraísos
Virgen María, Virgen del Carmen
bienvenida al Purgatorio latente:
vivir en las fauces abrumadas de la gente.
O al menos, eso creo yo.
Pienso, luego soy vulnerable
a esta espuma gris, irreverente.
al hambre insaciable
a la sed descomunal
de la gente
de las riberas turbias
condenada a llorar,
a no reír
soy igual a los demás.

Añoro el mar
oceánica ansiedad de mendigo
no voy a conjugar el verbo
Todos saben que mentimos!
en plural y en singular
Mienten los árboles como mienten los amigos…

Con su arte infalible miente el reloj
el pinchazo que me desfloró
el vuelo del zorzal
el no saber vivir
ni contigo ni conmigo.

En un instante nació la herida,
compartida con la violencia brutal
de no haber sido bienvenida
se perpetúa en mi lengua natal
y en la yoruba
en todas las lenguas en que conocí la humillación

Vientre morado que se abrió
por la sutura débil, del adiós a Cuba
nueve piedras en el tronco visceral de la cordura
una gala, en alemán podrida dura
el horno de aprendiz
fruto de un alma que supura.

Ya no ofrezco perlas ni palabras
el tormento nacarado del recuerdo
La buena fe de las lágrimas que abarrotan mis ojos
para que pueda sentir el mar
deploro lo difícil en mí...
Será que soy espejo?
melodía triste de ese árbol viejo
asusta al que se acerca
y se marcha luego del convite
sin reserva.

Destierro bendito… nacimiento eterno
coronado por la dádiva
regalo de invierno
el árbol de la ventana miente

Vacío se quedó mi templo
sólo hay un pedestal para el falo de un obrero
golpea en el metal de mis entrañas sin fuego.
Nada se puede hacer contra el ADN

De palabras triunfales están repletos los espejos
ritos corales, la vastedad de la oración
tan descomunal como la violencia
vine a succionar tanta indecencia
a debatir sobre el tallo de la mentira

Que suene entre mis paredes
el fragor de la lápida.
mi soledad de cangrejo,
que arruina la salud y me da vida.
Bienvenido el crítico
como a Susskind
Me hace infalible verle tranquilo y feliz.

BERLIN. Marzo 28, 2017


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María del Carmen Ares Marrero, La Habana, 1962. Es licenciada en Artes Escénicas con especialidad en Teatrología y Dramaturgia. Estudió dirección de Teatro y Cine en Moscú. Vive en Alemania desde 1993. Ha escrito poesía y teatro. Su poemario Berlinario aún permanece inédito. Desde la década de los 80s, poemas suyos han sido publicados en varias revistas culturales.

Sunday, August 18, 2019

Banquete (un poema de Rodrigo de la Luz)


Es un manjar abundante y absurdo,
saber que estás, no poder devorarte.

Saber que estás ahí de veras,
juguetona, mística, fantástica,
como un duende inútil e imponente.

Miro por la ventana de reojo
y sigues acercándote mientras desapareces,
como esos animales extintos
que nadie nos va a devolver jamás;
pájaro dodo, paloma migratoria, tigre de Java,
alca gigante, bucardo, quagga.
Estás tú en todos ellos.

Y estás en las trompetas que ensordecen.
Y estás en el rumor de los jardines.
Y estás en la lluvia leve que unifica.
Y estás en el idilio que corrompe.
Y en toda esa memoria que vendrá.

Permíteme desentrañar el espiral,
ser común como el aire que acaricia,
que entra por las ventanas de la casa.

Permíteme concurrir y que concurras
a ese lugar de vértigos, de abrazos.

Toda una noche te he estado esperando.
Amanece conmigo.
Entra, eres bienvenida a este banquete.

Saturday, August 17, 2019

Volando en Solitario. Pensamiento XI (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


El ser humano tiene la gran facultad de sobreponerse ante situaciones lacerantes, sólo cuando se está en estas condiciones es cuando el individuo logra desarrollar mecanismos de defensas y de supervivencia que no imagina poseer.

Hay que lograr descubrir fuerzas que verdaderamente se desconocen, cuando uno se enfrenta a lamentables sucesos que están muchas veces fuera de todo control.



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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.

-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy

Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección

Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer

Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Friday, August 16, 2019

(Miami) Inauguración de la Academia de Ballet de Alihaydée Carreño


Alihaydée Carreño invita a la inauguración de su nueva Academia de Ballet (14247 SW 42 St, Miami 33175). Sábado 17 de agosto a las 4 pm.

Fragmento de "El diario de Lola" (por Thelma Delgado)

Nota del blog: Selección de textos, que serán parte del libro (en preparación) El diario de Lola, de Thelma Delgado.

Para leer sus escritos en el blog, en este enlace.


“Quisiera preguntarle a la distancia, si tienes para mí un pensamiento, si mi nombre se envuelve en la fragancia inolvidable y dulce de tu aliento” Ay! Mi querida Mimí, hoy la nostalgia me vino a visitar; se ha metido en mi cama y no parece querer irse. Hace días que no sé nada de Quien Ya Tu Sabes. Desde aquel día que le dije que posé para el pintor no lo he vuelto a ver. Él me escuchó y después de un silencio largo me dijo –Me tengo que ir. Le he mandado mensajes y no me contesta. No ha ido al restaurante tampoco. Estoy triste. Yo lo quiero y aunque lo nuestro no tiene nombre lo siento mío, y me siento suya. Extraño su voz, pues aunque, por su trabajo no nos podemos ver tanto como quisiera, por lo menos escucharle a menudo me hace feliz. Pero ahora ni eso tengo. Me pregunto si lo volveré a ver. No lo sé. “Quisiera preguntar a los ocasos, si aún es tu corazón nido vacío, para poder soñarte entre mis brazos y ahí en tu corazón, dejar el mío” Será que conoció a alguien más? Será que amanece ahora en otra cama? Yo le expliqué que el pintor solo me quería como modelo, nada más.

Mi tristeza es tanta que mis clientes lo notaron, pues la comida les supo diferente. Le dijeron a Julieta –Hoy no cocinó Lola? Esta comida sabe diferente.

Hasta Huevo Frito sabe que estoy acongojada. No se ha despegado de mi lado. Creo que él me da su calor para mitigar mi dolor. Me mira con esa carita y parece que me dijera –Ya no estés triste Lola, el volverá y todo será igual que siempre.

Ay Mimí, qué difíciles son estas cosas del amor.

Voy a prenderles una velita a mis santos y les pediré que mis ojos vuelvan a ver esos ojos color de mar.

Buenas noches Mimí.




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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

Lo moderno y contemporáneo en el XXIV Festival Internacional de Ballet de Miami (por Wilfredo A. Ramos Vázquez)


Ha sido una norma incluir dentro de las presentaciones del Festival Internacional de Ballet de Miami, obras de corte moderno y de danza contemporánea, lo que convierte a este evento en uno de los más inclusivo, posibilitando el poder disfrutar de una gama mucho mayor de estilos y géneros danzarios. Para esta nueva edición del evento concurrieron agrupaciones de Italia, Suiza, República Dominicana y Brasil, de las cuáles la italiana nos visita por segunda ocasión, la suiza por tercera, mientras que la dominicana es ya casi de la casa con diez presentaciones.

El espectáculo se realizó en dos escenarios, el del teatro del Miami Arts Charter School of Wynwood, el sábado 10 y en el del Amaturo Theater Broward Center for the Performing Arts, el domingo 11, teniendo ambas noches el mismo programa, presentando cada agrupación obras en las dos partes en las que se dividían dichas funciones.

Octavio de la Roza y Camilla Colella. 
Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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De Suiza, la Compañía Octavio de la Roza interpretó dos obras,”Tangocho” y “Pizzica”, según el programa, ambas de la autoría del propio de la Roza, quien es además el director de la agrupación, acompañado de la bailarina Camilla Colella. En dichas obras de la Roza interviene también con su voz interpretando algo que podría considerarse canto y ejecutando algunos acordes en una guitarra. Ambas coreografías resultan de una pobreza increíble, con un lenguaje a medio camino de todo, carentes de alguna demostración técnica, aburridas e incoherentes. En realidad dos trabajos que no debieran de presentarse en un escenario y menos en el de un evento de esta naturaleza.

Brasil es sin duda, un país con una larga y excelente tradición en la danza moderna en el continente, es por ello que la noticia de la asistencia de una agrupación de ese país, siempre crea cierta espectativa, algo que en este caso no tuvo el resultado esperado, defraudando totalmente. Compañia Nos de Danca, dirigia por Regina Sauer, fue la agrupación en cuestión, la cual contó supuestamente con la participación de Alan Rezende, Igor Silva, Janaina Ciodario, Nicoli Greco, Patricia Ruel, PriscilaMendes, Stela Maris, Thiago Manhaes y Victor Sampaio. Decimos ‘supuestamente”, ya que estos eran los nombres que aparecían en el programa pero que no coincidían con la cantidad de bailarines sobre el escenario, así como no coincidían tampoco en el programa el orden de las dos obras que interpretaron. Ambas piezas llevaban igual nombre “Bossa Nossa” y “Bossa Nossa II” y las dos dedicadas a homenajear a los maravillosos compositores de la música brasileña (Tom Jobim, Chico Buarque, Vinicius de Moraes, Baden Powel). En cuanto al elemento coreográfico, la segunda de las piezas presenta algunos momentos de mayor interés con un trabajo que solamente incluía un buen diseñado trabajo de brazos y medios cuerpos, sin desplazamiento alguno, pero en general el resto de la coreografía no ofrece nada que en realidad llame la atención. En cuanto a “Bossa Nossa” podemos considera que es un trabajo fallido en su totalidad, con una escena para el olvido en donde una bailarina hace algunos incoherentes movimientos, mientras el resto reposan estáticamente sobre unos pareos como si descansaran sobre la arena de las playas de Ipanema. Dos duos interpretados por los dos hombres del grupo, largos, aburridos, carentes de expresividad técnica y artística, para colmo con sus intérpretes pasados de músculos y pesos, mostró a dos personas sin preparación para estar en un escenario. Las expectativas fueron traicionadas.

Cia. Nos da Danca.
 Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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Lyric Dance Company, compañía dirigida por Alberto Canesto, fue la propuesta que por segunda ocasión llega desde tierras italianas al Festival internacional de Ballet de Miami. En esta oportunidad participaron solo cuatro bailarines, Benedetta Pollini, Reika Vigilucci, Leandro Salvischiani y Nicola Giannelini, los cuáles presentaron las obras “Omaggio a Edith”, con música de F. Chopin, en la primera parte del programa y “Frida, Kaus Dentro”, con música de Gabriel Faure, en la segunda parte de la noche, ambas coreografiadas por el propio Canesto. Esta agrupación presenta una línea de trabajo ecléctica, que puede desorientar algo al espectador, ya que se mueve entre lo neoclásico y lo moderno de manera indiscriminada, sin una coordinación lógica entre ambos estilos, lo que provoca que no exista mucha coherencia en el lenguaje danzario, otro aspecto que hacen algo densas las obras, es la elección musical que se realiza para las mismas y su manera de manejarlas a través de las obras. En cuanto a los intérpretes, tenemos que destacar las hermosas líneas que poseen las bailarinas y su buena técnica, lo que las convierten en un punto de observación constante. Con respecto a los hombres, aunque resultan buenos compañeros de travesía, se quedan en lo correcto. Al ver el trabajo de esta agrupación, siempre nos quedamos con el deseo de que rompan con el cerco que les impone el trabajo de un solo coreógrafo, para verlos alzar vuelo en otras maneras de hacer la danza.

Lyric Dance Company. 
Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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Por último, el Ballet Nacional Dominicano bajo la dirección del cubano Armando González, asiduo a este evento, se presentó con tres obras, dos solos y un trío, todas dentro del género de la danza contemporánea, aunque en el programa apareciera un duo y el trio ya mencionado. “Naboria Daco”, fue el título del primer solo interpretado por el bailarín cubano Maikel Acosta, quien desde algún tiempo forma parte de esta agrupación, que cuenta con coreografía de Carlos Veitía y música del conocido compositor dominicano Juan Luis Guerra. Esta es una obra que responde a un canto aborigen y que como tal trata de llevar en el lenguaje coreográfico la impronta de esa cultura, pero que por momentos la pierde, cediendo al impulso de la técnica clásica. El intérprete defiende con profesionalidad su trabajo, el cual resulta algo breve, dejándonos con los deseos de ver un mayor desempeño en la escena. El segundo solo estuvo a cargo de Joel Rodríguez, autor también de la coreografía, que contó con música del grupo australiano Dead Can Dance, llevando por título “Alma Desnuda”. Joel es un bailarín de excelente figura, lo que hace que su presencia escénica sea impresionante, su desenvolvimiento es ágil, domina el espacio, es limpio en sus movimientos, presenta buena técnica y dentro de la danza moderna se mueve como pez en el agua, aunque su quehacer dentro de los cánones más rígidos del ballet también resultan halagadores. En cuanto al trabajo coreográfico, la obra se mueve en una discreta pero acertada línea que le permite al intérprete demostrar sus cualidades. Algo que si no nos convenció del todo fue el que a la mitad de la obra se quitara una larga saya azul que solo tenía una función estética, pero no semántica dentro del lenguaje coreográfico, acción a la cual no le hayamos justificación escénica alguna. Sin duda este resultó uno de los trabajos mejores de la noche.

María Valerio Melogno, Maikel Acosta y Joel Rodríguez.
 Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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Como tercera obra, la compañía dominicana ofreció el trío o “pas de trois”, si nos acomodamos al lenguaje balletístico, titulado “Una vida, dos vidas”, coreografía de Pablo Pérez y con música de Yann Tierseu, el cual contó con las interpretaciones de María Valeria Melogno, Maikel Acosta y Joel Rodríguez. Esta obra trata de moverse dentro de un ambiente psicologista, al querer contar una historia de amores y desamores que no llega a resultar muy clara para el espectador. No obstante el trabajo de los intérpretes resulta convincente tanto en su desempeño técnico como expresivo, aunque podría haberse trabajado esto último un poco más, de acuerdo al concepto de la pieza. Algo que nos resultó chocante y fuera de lugar, fue el vestuario utilizado para la misma, el cual le restó la sobriedad adecuada que el tema merecía. No obstante, esta pieza podemos incluirla también entre lo más acertado de la noche.

Para cerrar nuestro trabajo, nos vemos obligados a hacernos varias preguntas ....¿cómo es que en un evento como este no hay participación local, conociendo la existencia de agrupaciones que desarrollan su trabajo en esta ciudad de Miami? ¿Por qué no hay tampoco participación de compañías de otras partes del país, que siempre resultarían más fácil de mover que las provenientes del exterior? Considero que se debe trabajar más en superar estas lamentables ausencias, que enriquecerían aún más el evento y lo convertirían en realidad en una fiesta de la danza.

Wilfredo A. Ramos Vázquez
 Crítico de Teatro y Danza.


Wednesday, August 14, 2019

Narciso López en la Audiencia de Puerto Príncipe (por Carlos A. Peón-Casas)


La anécdota(1) creo ha sido poco o nada aireada hasta aquí. Narciso López, el caraqueño que viera la luz en 1797, primero soldado(2), muy pronto capitán con solo veinte años, para llegar a coronel de aquel Ejercito Español, discurrió por aquella ciudad nuestra de Santa María del Puerto Príncipe en 1826.

Avecinado primero en Santiago de Cuba, donde llegara siguiendo a las tropas españolas derrotadas y desmoralizadas por la insurgencia libertaria, pasaría luego a La Habana.

Corrían tiempos aciagos en la Isla, con las agitaciones de constitucionalistas de la Conspiración de los Rayos y Soles de Bolívar. Eran los tiempos igualmente azarosos del desgobierno del general Vives.

López, ya en la capital cubana habría de contraer matrimonio con una prominente dama habanera Dolores de Frías y Jacott, hermana del que con el tiempo llegaría a ostentar el título de Conde de Pozos Dulces.

La cercanía a la ciudad principeña pronto sería propicia, cuando Narciso, en representación de la familia de su esposa, tuviera que concurrir a la entonces Audiencia de Puerto Príncipe, a ventilar, ante aquel tribunal, un importante asunto que comprometía los intereses de su familia política.

El juicio en cuestión que allí se seguía, involucraba nada más y nada menos, que los terrenos del Vedado, propiedad que el Estado español, reclamaba a los Frías.

Ante aquella benemérita Audiencia, asentada en la ciudad del Tínima y el Hatibonico desde 1800, López protagonizaría un muy sonado y ruidoso incidente con el Presidente en funciones.

Al presentarse ante tan prestigiosa instancia, Narciso López lo hizo luciendo su uniforme completo de coronel de Húsares de Fernando VII, su pecho cubierto de las condecoraciones recibidas en su vertiginosa carrera militar, y para rematar su sable de caballería perfectamente ceñido.

El diálogo que sigue, lo cita oportunamente Herminio Portell Vilá en su artículo de Bohemia, ya mencionado.
“-Señor coronel-comenzó diciéndole el Presidente del Tribunal-la Audiencia ve con disgusto el que V.S, haya insistido en comparecer en estrados con sus armas y os invita a que dejéis el sable en la portería.
-Me niego a desceñirme el sable, Sr. Presidente-, contestó López,-si puedo aparecer en presencia del rey con mis armas, la Audiencia de Puerto Príncipe no puede aspirar a más…”(3)
Poco sabemos del desenlace de aquel litigio, que sin embargo podemos barruntar se falló a favor de los demandantes. Luego de tan controvertido lance, López fue transferido a la Península, a comienzos de 1827, pero volvería a Cuba en compañía de su amigo Jerónimo Valdés, nuevo Capitán General, y fungiría como Gobernador de las Trinidad.

Para 1842, liberado de tales funciones, y haciendo realidad sus ansias libertarias contra el coloniaje español, López conspiraba en Trinidad, y para tal época volvería a Puerto Príncipe en su paso a Santiago de Cuba, en los preludios de su asonada libertaria para Cuba.

De tal época datarían sus contactos con los prohombres de aquella intentona libertaria que comprometía, entre otros, a José de la Luz y Caballero, a quien el propio López, en una ocasión testimonio lo siguiente de nuestros correligionario: “Los cubanos nadan Don Pepe, lo que hay que hacer es empujarlos hacia el agua”(4).


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  1. La anécdota aparece narrada en el artículo "El General Narciso López, Héroe de la Independencia de Cuba", de Herminio Portell Vilá, publicado en la revista Bohemia. Mayo 21 de 1950. pp. 34-39.
  2. La historia cuenta como con solo catorce años, y entonces alumno de la Academia Militar Wantosten, suscribió la Declaración de independencia de Venezuela, aunque su vida militar posterior, al servicio de la metrópoli, fue signada por el deseo de su tío el coronel Francisco López. Sus ansias libertarias acabarían imponiéndose, y sacrificaría su vida por tal causa.
  3. Ibíd. p.37
  4. Ibíd. p.39

Tuesday, August 13, 2019

Cumpleaños (En 150 palabras de Félix Luis Viera)


Solo un espermatozoide logra atravesar el óvulo y, luego de varios procesos biológicos, lo fecunda.

Solo uno.

En una emisión de semen un hombre suele expulsar centenares de millones de espermatozoides, pero únicamente uno dará en el blanco.

Solo uno entre centenares de millones.

Uno.

Ese, y no otro, concebirá un ser único, irrepetible. No otro ser.

No otro ser.

De modo que si la ventura hubiera estado de nuestra parte, uno de los dos amantes hubiese sentido, en el justo momento, o unos minutos antes, digamos, deseos de tomar agua, o de mirar la oscuridad o el amanecer campestre o hubiese escuchado un ruido que lo llevara a postergar la cópula, y así esta hubiese ocurrido acaso unos segundos después.

Unos segundos que hubiesen resultado decisivos ―aunque hoy no lo sabríamos― para salvarnos de tanto padecer, tantos embustes, tantas muertes, tanta miseria.

Pero nada los detuvo.

Qué mala suerte.


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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado siete poemarios; tres libros de cuento; cuatro novelas y una noveleta.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

Su poemario La patria es una naranja, que aborda el tema del exilio a la par que incursiona en la realidad mexicana, ha tenido una buena acogida de crítica y público y recibió en Italia el Premio Latina in Versi en 2013.

Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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