Sunday, November 4, 2018

Muerte del Cabo Cheo (un cuento de Ciro Alegría)

Nota del blog: Publico hoy este texto del intelectual peruano Ciro Alegría, como un homenaje en el 110 aniversario de su nacimiento. 

Ciro Alegría obtuvo en el año 1941, el Premio Latinoamericano de Novela y recibió el galardón en el Waldorf Astoria en Nueva York. Mario Vargas Llosa lo considera "el primer clásico de la literatura peruana".

Su viuda Dora Varona Gil, poetisa cubana, se ha dedicado a editar su obra póstuma, que al día de hoy reune más de 20 títulos, traducidos en más de 20 idiomas. Además, ha escrito "La sombra del cóndor: Biografía ilustrada de Ciro Alegría" (1993)..

Para conocer de su vida y obra, se puede visitar el website Vida con Alegría

Agradezco a Cecilia Alegría, su hija y colaboradora del blog, quién facilitô la información y el texto de su padre, para compartir con los lectores. 


Perdóneme, don Pedro… Claro que esta no es manera de presentarme… Pero, le diré… ¿Cómo podría explicarle?… Ha muerto Eusebio López… Ya sé que usted no lo conoce y muy pocos lo conocían… ¿Quién se va a fijar en un hombre que vive entre tablas viejas? Por eso no fui a traer los ladrillos… Éramos amigos, ¿me entiende?

Yo estaba pasando en el camión y me crucé con Pancho Torres. Él me gritó: “¡Ha muerto Cheo López!”. Entonces enderezo para la casa de Cheo y ahí me encuentro con la mujer, llorando como es natural; el hijito de dos años junto a la madre, y a Cheo López tendido entre cuatro velas… Comenzaba a oler a muerto Cheo López, y eso me hizo recordar más, eso me hizo pensar más en Cheo López. Entonces me fui a comprar dos botellas de ron, para ayudar con algo, y también porque necesitaba beber.

¡Ese olor! Usted comprende, don Pedro… Lo olíamos allá en el Pacífico…, el olor de los muertos, los boricuas, los japoneses… Los muertos son lo mismo… Sólo que como nosotros, allá, íbamos avanzando…, a nuestros heridos y muertos los recogían, y encontrábamos muertos japoneses de días, pudriéndose… Ahora Cheo López comenzaba a oler así… Con los ojos fijos miraba Cheo López. No sé por qué no se los habían cerrado bien… Miraba con una raya de brillo, muerta… Se veía que en su frente ya no había pensamiento. Así miraban allá en el Pacífico… Todos lo mismo…

Y yo me he puesto a beber el ron, durante un buen rato, y han llegado tres o cuatro al velorio… Entonces su mujer ha contado… Que Cheo estaba tranquilo, sentado, como si nada le pasara, y de repente algo se le ha roto adentro, aquí en la cabeza… Y se ha caído… Eso fue un derrame en el cerebro, dijeron… Yo no he querido saber más, y me puse a beber duro. Yo estaba pensando, recordando. Porque es cosa de pensar… La muerte se ríe.

Luego vine a buscar a mi mujer para llevarla al velorio y creí que debía pasar a explicarle a usted, don Pedro… Yo no volví con los ladrillos por eso. Mañana será.

Ahora que si usted quiere ir al velorio, entrada por salida aunque sea… Usted era capitán, ¿no es eso?, y no se acuerda de Cheo López… Pero si usted viene a hacerle nada más que un saludo, yo le diré: “Es un capitán”…

¿Quién se va a acordar de Cheo López? No recibió ninguna medalla, aunque merecía… Nunca fue herido, que de ser así le habrían dado algo que ponerse en el pecho… Pero qué importa eso… ¡Salvarse! Le digo que la muerte se ríe…

Yo fui herido tres veces, pero no de cuidado. Las balas pasaban zumbando, pasaban aullando, tronaban como truenos, y nunca tocaron a Cheo López… Una vez, me acuerdo, él iba adelante, con bayoneta calada y ramas en el casco… Siempre iba adelante el cabo Cheo López… Cuando viene una ráfaga de ametralladora, el casco le sonó como una campana y se cayó… Todos nos tendimos y corría la sangre entre nosotros… No sabíamos quién estaba vivo y quizá muerto… Al rato, el cabo Cheo López comenzó a arrastrarse, tiró una granada y el nido de ametralladoras voló allá lejos… Entonces hizo una señal con el brazo y seguimos avanzando… Los que pudimos, claro. Muchos se quedaron allí en el suelo… Algunos se quejaban… Otros estaban ya callados…

Habíamos peleado día y medio y comenzamos a encontrar muertos viejos… ¡El olor, ese olor del muerto!… Igual que ahora ha comenzado a oler Cheo López.

Allá en el Pacífico, yo me decía: “Quién sabe, de valiente que es, la muerte lo respeta.” Es un decir de soldados. Pero ahora, viendo la forma en que cayó, como alcanzado por una bala que estaba suspendida en el aire, o en sus venas, o en sus sesos, creo que la muerte nos acompaña siempre. Está a nuestro lado y cuando pensamos que va a llegar, se ríe…Y ella dice: “Espera”. Por eso el aguacero de balas lo respetó. Parecía que no iba a morir nunca Cheo López,

Pero ya está entre cuatro velas, muerto… Es como si lo oliera desde aquí… ¿No será que yo tengo en la cabeza el olor de la muerte? ¿No huele así el mundo?..

Vamos, don Pedro, acompáñeme al velorio… Cheo era pobre y no hay casi gente… Vamos, capitán… Hágale siquiera un saludo…


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Duelo de caballeros. Cuentos y relatos (1963), en Relatos, Madrid, Alianza, 1983, págs. 276-278.

Saturday, November 3, 2018

Cómo enfrentar una crisis (por Orlanda Torres)


Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


La mayoría de las crisis tienen connotaciones negativas e implica que tengamos que vivir un periodo difícil en nuestra vida. Conocemos que las crisis vitales son aquellas que surgen de forma inesperada de manera repentina y nos obligan a tomar decisiones inmediatas que en ocasiones se hacen difíciles de tomar.

Y existen las crisis circunstanciales que son aquellas originadas por un hecho que las precipita como un divorcio, muerte, enfermedad desastre natural etc.

Algunas pueden durar periodos cortos, otras pueden durar largo tiempo que nos impiden seguir con nuestras habituales acciones diarias. Las más duras pueden lacerarnos, dejándonos huellas y en algunas ocasiones cicatrices que hacen que todo nuestro ser se movilice y cambiemos nuestra actitud y procedimientos, haciéndonos seres más fuertes. Este evento hace que nos saquemos la capa externa y construyamos una nueva para protegernos, este estremezón hace que te adaptes y aceptes muchas cosas que antes no las considerabas importantes en tu vida. Pasas a otro nivel.

Las crisis son pruebas que nos hacen sentir que estamos desamparados, desprotegidos, huérfanos y fragmentados. Es ahí donde empiezas a redescubrir formas y estrategias para rescatar tu “yo”.

Entonces empiezas a movilizarte para hacer cambios y reinsertarte nuevamente en el engranaje de la vida y en algunos casos tener que aceptarte como una nueva persona, debido a las alteraciones sufridas por la crisis que dejó huellas en tu ser.

Una crisis puede romper ilusiones, sueños y hacer que tu vida de un giro sorprendente, pero lo más interesante de todo esto, es cómo vamos canalizando, aceptando y adecuándonos ante estos acontecimientos abruptos.

Es un reto más de la vida que nos pone a prueba y nos obliga a adaptarnos al nuevo escenario donde nos tocará vivir.

En muchos casos empezamos asumir mejor los hechos y tenemos una percepción más clara de la vida y aceptamos que nada es estático, que la vida es cambio constante y que, aunque no todos estamos preparados para sucesos inesperados, tenemos que tener en claro que siempre debemos estar atentos y saber que mientras estemos vivos, la vida puede sorprendernos en cualquier momento y debemos encarar los sucesos de la mejor forma para poder convertirnos en mejores seres humanos.


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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Viernes 24 de junio de 1966 (por Víctor Mozo)


El día se presentaba caluroso. Fui a esperar la guagua que me llevaría al campamento militar en la parada que quedaba casi enfrente de la Catedral en la calle Independencia esquina a Luaces. Serían apenas las 5:30 de la mañana y el aroma de pan recién horneado en la no muy distante antigua panadería y dulcería El Roxi del gallego Eusebio Cal, llegaba hasta la parada. Me comería un buen pedazo de pan caliente, me dije. Soñaba despierto, la que había sido una magnífica panadería y dulcería solo fabricaba ya un remedo de pan que solo era distribuido según el racionamiento impuesto.

En fracciones de segundos me vi años atrás en ese mismo lugar vestido con camisa azul, corbata blanca y pantalón kaki, esperando la ruta no 1 que me llevaría al colegio de los Hermanos Maristas. Camisas azules y corbatas blancas, ese es el Marista, había dicho una vez el Hermano Julio, rector del colegio. De repente, todo me resultaba tan distinto. La ruta no 9 que me llevaría a mi destino disminuía su velocidad para detenerse. Sin querer, empezaba a comprender el sentido de la palabra preocupación.

La guagua inició su rutinario recorrido atravesando calles, me pareció que iba más rápido que de costumbre o quizá era yo quien quería que fuera más despacio. Me acompañaban algunas cabezas rapadas sin que ninguna me fuera conocida, lamenté. Siempre el mismo aire de desconfianza. En los asientos del fondo alguien pasaba la borrachera de la víspera. Este vive en otro mundo, me dije. Mejor para él, no sé si ahogaba penas o alegrías.

Eran casi las 6 cuando la guagua llegó a nuestro destino. Me bajé sin pensarlo mucho, total, no había vuelta de hoja. Éramos apenas unas diez personas. Sin mediar palabra entre nosotros fuimos entregando la citación al militar que nos esperaba en la puerta de entrada. Si en las marchas dominicales acostumbradas notaba que había mucha gente, estaba vez aquel terreno enorme estaba prácticamente cubierto por una nube humana casi estática que trataba de buscar su rumbo. Ese 24 de junio de 1966 éramos probablemente más de mil.

Tratando de buscar a alguien conocido, me encontré con un viejo amigo de la infancia. ¿Y a ti por qué te citaron? Le pregunté.
- Pues ná, dejé de ir a la escuela y empezaron a citarme. ¿Y a ti?
- Por ir demasiado a la iglesia, creo.
- Tú siempre fuiste muy católico.
- Fui no, lo soy. Afirmé convencido.
Me alegró ver a alguien conocido, fue recíproco, era apenas un año mayor que yo. Robertico, le llamábamos. Buen muchacho, de buena familia. Tratamos pues de permanecer juntos y así pasar el poco tiempo que tendríamos haciéndonos conjeturas sobre el futuro.

Esta vez había muchos militares. En su mayoría se trataba de oficiales del Ministerio del Interior con sus inconfundibles uniformes y sus rostros impasibles. Como si de ir a al combate se tratara había además muchos soldados armados con armas largas. Los Sacker, Arroz Blanco y otros pasaban a un tercer plano. Me pareció ver al “sargento” Aguilera.

Al cabo de una hora empezaron a llamarnos por nuestros nombres a través de un altavoz. El que lo hacía era un oficial del Ministerio del Interior. Así se fueron formando compañías de 120 hombres. Por suerte Robertico y yo caímos en el mismo grupo, nos sentíamos menos aislados.

Mientras tanto una caravana de camiones Zil soviéticos con barandas de madera hacía su entrada en el campamento, nunca antes había visto tantos. Robertico y yo nos miramos, en esos vehículos nos transportarían.

Aquel pase de lista parecía no tener fin hasta que a eso de las 11am nos hicieron marchar militarmente hasta donde esperaban los camiones. No se nos permitía hablar, no se nos había permitido tomar agua y el calor no daba tregua. A lo lejos percibí una ambulancia, no sé si llegaron a utilizarla, ¡éramos tantos!

La orden de subir a los camiones fue dada y los encargados de arrearnos como si fuéramos ganado eran los “sargentos”. Sacker y compañía se dieron gusto gritándonos para que subiéramos rápido a los camiones. No nos daban tiempo ni de tener miedo. ¡Rápido, muévanse! ¡Arriba, arriba, partida de vagos! Vago el coño de tu madre, respondió entre dientes uno de los que subía.

No sé cuánto tiempo estuvimos parados en el dichoso camión, poco era el espacio donde podíamos movernos. Al menos, podíamos fumar y hablar, unos se encerraban en un silencio sepulcral y otros maldecían bajito la hora en que allí estábamos. El último en subir fue un miliciano con metralleta en mano y cara de pocos amigos que no dejaba de fijarnos con la mirada.

Desde donde estábamos ubicados pude ver que un jeep del Ministerio del Interior iría al frente de la larga caravana de camiones que nos llevaría a un destino aún incierto. Le seguía un camión posiblemente del Ministerio del Interior también lleno de soldados armados. Cada 4 o cinco camiones se situaba otro jeep con militares.

Nuestro camión se puso en marcha con un zarandeo que puso a prueba nuestras piernas que perdían equilibrio. Podíamos hablar, pero de pronto, a medida que íbamos saliendo, un silencio extraño invadía todo el espacio. Que sea lo que Dios quiera, me dije.





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Texte en français VENDREDI 24 JUIN 1966



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Ver textos anteriores de Víctor Mozo, en el blog

Augusto Roa Bastos, entrevista en el programa "A Fondo" (RTVE, 1976)

Friday, November 2, 2018

Siempre (un poema de Thelma Delgado)

Nota: Cada viernes un poema de Thelma Delgado. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.



Siempre


Mientras existan labios queriendo besar
Unos brazos deseando proteger
Y el mar regale su canto a quien quiera escuchar
Habrá poesía

Mientras exista un refugio para los suspiros
la flor siga su romance con el viento
Y los perdóname no sean omitidos
Habrá poesía

Mientras exista el recuerdo del primer amor
el ave siga enamorada del viento que acaricia sus alas
Y haya una palabra de consuelo para sanar el dolor
Habrá poesía

Mientras tus ojos me digan te adoro
Te estremezcas al besarme
Y recuerdes que eres mi vida, mi mundo todo
Siempre, siempre Habrá poesía



___________
Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

26 Festival Internacional de Ballet de La Habana (Inauguración. Octubre 28, 2018. Video completo)


Thursday, November 1, 2018

"La isla invertebrada". Antología de poesía cubana (Selección, notas y prólogo: Luis Manuel Pérez Boitel)

Nota del blog: Pronto estará circulando el volumen "La isla invertebrada". Antología de poesía cubana. Selección, notas y prólogo: Luis Manuel Pérez Boitel. 

Comparto con los lectores el índice de autores y sus poemas, que integran esta  inmensa, subjetiva, sugestiva e  interesante  selección. Poetas afincados  en la matria  planetaria, o "isla invertebrada", que acoge lo que insistimos en llamar lo cubano en la poesía.


Causas del odio social y político (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia, programa académico extenso de 45 semanas. Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace. Para ver sus videos y suscribisrse a su canal www.unifamilia.com y visitar su website http://www.balinotti.com/


Basados en los últimos acontecimientos de violencia racial y política en los Estados Unidos, nos preguntamos por qué existen personas que odian hasta intentar la muerte de quienes no piensan igual. Es acaso que el odio es más fuerte que el amor como afirmaba Sigmund Freud?-- Un sesgo de la condición humana inevitable. Sin duda parte de los afectos profundos del hombre, el odio tiene la particularidad de ser contagioso y transgeneracional. Lo pasamos a nuestros hijos y lo liberamos en las sociedades para que otros lo recogan como ejemplo. En esta entrevista reveladora analizo el tema para el programa del periodista venezolano Napoleón Bravo.




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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística.

Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016. http://www.balinotti.com/

Wednesday, October 31, 2018

Angela Agramonte de Varona (por Carlos A. Peón-Casas)


Doña Angela Agramonte de Varona,
 benefactora ilustre del Puerto Príncipe.

por Carlos A. Peón-Casas



La labor caritativa de esta dama puertoprincipeña, de la que poco o nada se nos dice, nos llega por mediación de una publicación conmemorativa igualmente poco vista y citada, referente al centésimo aniversario de la muerte del siempre recordado Padre Valencia(1).

Doña Ángela Agramonte, ilustre lugareña, fue testigo inefable, y luego continuadora entusiasta, del paso bienhechor de aquel hombre santo que fue el Padre José de la Cruz Espí, el Padre Valencia para todos los principeños, y para sus benditos lazarinos, y todos los que supieron de su caridad y amor infinitos.

Para aquel año de 1876, justo a los 30 años de la muerte del querido Padre Valencia, y luego que sus restos fueran exhumados, la diligente y caritativa dama, que fue testigo del hecho, tuvo a bien dedicar tiempo y peculio a una obra imprescindible en aquel minuto: el rescate de la ya por entonces muy averiada Iglesia de San Lázaro, que junto al Asilo anexo, sufriera ya el embate inevitable de los elementos, y primordialmente el comején.

Escuchemos el testimonio de la propia Doña Ángela en carta a su hijo Don Macedonio de Varona, firmada en Puerto Príncipe en mayo 29 de aquel año:
Me he dedicado ahora a refaccionar el asilo de San Lázaro y la bóveda del venerable padre Valencia que amenazaban caer a concurrencia de un comején y goteras de la iglesia; y creo que con el favor de Dios todo lo haré, pues todo lo estoy haciendo de limosna. Sacamos los restos que los encontramos todos llenos de comején, todavía con carne en los ojos y en un callo que tenía en la frente que se le había hecho del suelo, pues oraba postrado, y parecía un lunar. Tenía la cabeza (y) el cutis disecado. Allí tenía de enterrado 39 años cumplidos el 2 de mayo, y sacamos los restos el 12 de mayo: de modo que tenía 39 años (y) diez días. Estos restos los sacó el Sr. Arzobispo y los sacerdotes y el Comandante General y todas las personas que quisieron ir. El P. Riverol y un escolapio fueron los que trasladaron los restos a una caja de zinc que yo tenía preparada, y mandé a hacer otra de caoba muy linda que estuvo allí, y se pasó la de zinc a la de caoba ayer que asistieron las mismas personas del otro día y se trasladaron las cajas a su habitación donde se pusieron los pocos muebles que existen de él, que son: una cama de tabla y un ladrillo que era su almohada en las pocas horas que descansaba y cuando estaba enfermo y un crucifijo. Todo se guardó hasta que se refaccione la iglesia y tumba, para entonces volver a colocar los restos lo mejor que se pueda; pues juzga tu si tendré que caminar, pues yo soy la encabezada y me acompañaban Belén Socarrás, Anita Clorinda, Masita, Regla la esposa de Manuel Villafuerte y Manuela Xiques y otras varias(2).
Su testimonio es ciertamente revelador, en cuanto a los detalles de aquella primera exhumación de los restos del P. Valencia, e igual de su enorme deseo por salvar para la posteridad de su tiempo, en medio de los fragores de la Guerra de los Diez Años, el valioso aporte, de aquel buen pastor, a la caridad de los mas necesitados.

La dedicación de aquella buena cristiana a perpetuar la obra de Valencia, se nos sigue contando de parte de un testigo, Don Juan Basulto, vecino del Príncipe, en carta al ya citado Macedonio de Varona, dando cuenta de la enfermedad y muerte de Doña Angela, acaecida, fortuitamente, en el mismo asilo de San Lázaro, en diciembre de aquel propio año:
Ella se había marchado para San Lázaro en Septiembre para continuar su obra, la cual venía haciendo desde mayo último, pero entonces iba de mañana a las 6 y venía a la misma hora de la tarde. Como el carruaje cobrase por llevarla y traerla dos pesos, acordó irse a vivir a San Lázaro, y venir los domingos a oír misa o a hacer alguna diligencia en provecho de la obra, que estas eran tantas que solo ella las desempeñaba. Supón que madera, cal ladrillos, arena, hierro, clavos, martillos, operarios, peones, arquitectos y dinero se hacía de limosna y era necesario mandarlo ella misma.
La semana antes había estado cuatro días mala, y con unas quejas que había recibido se fue montada en una carreta desde su casa a las nueve de la mañana el día cuatro y se estuvo en San Lázaro hasta el viernes a las oraciones, habiendo cogido cama en desde el miércoles en San Lázaro. En este tuvo tres días de calentura sin remitirla a ninguna hora. Y el domingo a las once menos unos minutos falleció…
A su deceso, el periódico El Fanal, hubo de publicar unas notas laudatorias a la memoria de tan esforzada y caritativa dama del Príncipe, y que ahora transcribimos para ayudar a redondear esta mirada a figura tan descollante de la caridad cristiana, siempre bien entendida, y mejor vivida, de su época:
Poseía una varonil fuerza de voluntad que unida de practicar el bien, no le dejaba lugar a detenerse ante ningún obstáculo por insuperable que fuese, cuando se trataba de poner en práctica la más relevante virtud: la caridad. A esto se debe que en muy pocos días se vieran reparados todos los techos, empleándose un número considerable de tejas, maderas y otros materiales, con más la mano de obra consecuente al trabajo.(…)
Pero ¿con que recursos contaba Ángela para proceder a tan costoso trabajo? Con Dios, con su abnegación, su fe, y la nunca desmentida caridad de nuestro pueblo(3).
En algún minuto, aquella mujer de alma tan dedicada a los más necesitados había expresado de aquella ermita que:
Ese templo de piedad grande en su forma y grande por el objeto a que se dedica, es la obra de un hombre que al emprenderla contaba con mucho menos que con lo que yo cuento para su reparación(4).
Y acaso en medio de tremendas escaseces, fomentadas por el estado de guerra que asolaba al país, en el minuto que narramos, esta mujer decidida y llena del mismo espíritu que el santo Padre Valencia no se arredró ante nada y dio lo mejor de sí, para el logreo de aquel imprescindible empeño, así lo recuerda aquel panegírico que venimos citando de El Fanal:
La infatigable señora activó personalmente los trabajos preparatorios para la reconstrucción de la ermita y a los pocos días un considerable número de operarios daban principio, estando a más de la mitad al tiempo de su fallecimiento, y dejando en su recinto todo o casi todo, el material necesario para la terminación, y caso de faltar algunos bastaría con los que hay ofrecidos y y con algunos efectos y algún dinero en billetes que existen en poder de su albacea testamentario Sr. Don Juan Basulto(5).
A su deceso, y otra vez, emulando acaso en el tiempo, se escucharon otra vez, los lamentos de los pobres lazarinos y todos aquellos, a quienes el P. Valencia socorrió, cuando aquel pasó al Padre, así nos lo sigue relatando aquella crónica:
El nombre de Ángela Agramonte de Varona vive en los corazones de los pobres de esta ciudad, que lloran desconsoladamente tan sensible pérdida, pero con mayor razón en los de San Lázaro, a quienes ha dejado huérfanos(6).
Y ya en aquel minuto pedía a voces perpetuar la memoria de aquella buena alma que tanto hizo por sus prójimos, que entonces muchos durante su vida, supieron aquilatar, y cuya interpelación llega hasta hoy, olvidada acaso su impronta bienhechora entre tanto “mundanal ruido”:
Si nuestra débil voz tuviera algún valor, nos uniéramos(..) para pedir a quien corresponda que su nombre sea grabado en un lugar visible del hospicio para veneración y recuerdo de sus caritativos hechos y de los grandes beneficios debidos a ella(7).



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  1. El Centenario del Padre Valencia. Reportaje de Emiliano Barrios. El Camagüeyano, Camagüey, 1938
  2. Doña Angela Agramonte. María Teresa Betancourt, en El Centenario del Padre Valencia, op cit. p.39
  3. Ibíd. p.40
  4. Ibíd. p.41 Se cuenta aquí a seguido la anécdota siempre proverbial, de la primera vez que el Padre Valencia saliera a recolectar fondos para iniciar la obra del Asilo, que costaría al final muchos miles de pesos, y a pesar de no haber recogido al final del día más que 75 centavos, torno a su celda “entusiamdao y satisfecho”
  5. Ibíd.
  6. Ibíd.
  7. Ibíd. Todavía en 1938, ese anhelo estaba incumplido, y así llega hasta hoy.

Tuesday, October 30, 2018

Santa Sede sobre la exhumación de Francisco Franco


La Oficina de Prensa de la Santa Sede informa que el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, no se opone a la exhumación del cuerpo del militar español Francisco Franco, aunque todavía no se ha decidido si sus restos serán enterrados en la catedral de La Almudena de Madrid.

Ciudad del Vaticano 
A propósito de la reunión que mantuvieron el lunes 29 de octubre, el Secretario de Estado de la Santa Sede y la Vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, precisó a través de un comunicado, lo siguiente: 
«El cardenal Pietro Parolin no se opone a la exhumación de Francisco Franco, si así lo han decidido las autoridades competentes; pero en ningún momento se pronunció sobre el lugar de la inhumación. Es cierto que la señora Carmen Calvo expresó su preocupación por la posible sepultura de los restos en la catedral de La Almudena, así como su deseo de explorar otras alternativas, también a través del diálogo con la familia. Al Cardenal Secretario de Estado le pareció oportuna esta solución»

(Radio Vaticana)

La hija de su marido la bota de la cama (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.


Cecilia Alegría, La Dra. Amor,  responde a un caso que le ha llegado a través de su website www.ladoctoraamor.com

Querida Dra. Amor

Mi pareja y yo tenemos unos meses viviendo juntos. El tiene una niña de 4 años de edad, que vive con su madre casi todo el tiempo, pero él la trae a nuestra casa dos fines de semana al mes que se han convertido en una lucha porque la pequeña No quiere dormir en su cama sino en la nuestra y me termina echando a mí para quedarse durmiendo con su papá.
La tarde del sábado compré un peluche a la niña a cambio de su promesa de dormir con el muñeco, en su camita, por la noche. A la hora de irse a dormir yo la metí en la cama con el peluche, le conté un cuento, le prometí que si dormía sola el Domingo por la mañana iríamos a un parque de diversiones y la dejé solita (y aparentemente convencida y contenta). A los 10 minutos la niña estaba gritando como una poseída "Papaaaaa"; como siempre mi pareja fue a su lado, la levantó de la cama, la metió en nuestra cama y se acostó con ella (yo estaba mirando la T.V. en el sofá).
Mi pareja se quedó dormida con ella en nuestra cama y no se imagina mi cabreo en ese momento... Total que yo mal-dormí en el sofá y ellos dos en la cama de matrimonio, el domingo por la mañana me salían rayos y centellas por los ojos, encima del enfado había dormido fatal.
Cuando mi pareja se levantó le planteé la situación, comentándole que me parecía muy mal su actitud. Si a la niña no se le enseña desde pequeña que debe dormir sola (con el esfuerzo que eso supone) no se le hace ningún favor, además de que no es sano que duerma con personas mayores, etc...
Me contestó literalmente "es muy cómodo mirar los toros desde la barrera, si la atendieras más..., para mi sería más fácil" a lo que yo respondí "yo no soy su madre y considero que ya me implico bastante, pero tú me desautorizas delante de ella si después de todo acabas durmiendo con ella en nuestra cama".
Acabamos discutiendo y prácticamente no nos hablamos, él no entiende el porqué de mi enfado y yo no entiendo el porqué de su actitud tan cómoda respecto a la educación de su hija. Parece que yo no le importo.
Evidentemente cuando la niña se levantó de la cama me negué a ir con ellos al parque de diversiones y ¡se arruinó el día completo!
¿Qué hago, doctora amor, qué hago?
Analicemos el caso con detenimiento:

Ella No está casada con ese hombre y por tanto no tiene por qué aguantar lo que sucede en ese dormitorio que No es conveniente ni bueno, ni para la niña ni para la relación que la dama que nos escribe tiene con su novio. ¡El papá consiente tanto a la niña que no tiene ninguna consideración por nuestra amiga quien termina durmiendo en el sofá!

La respuesta que ella le dio al novio cuando él defendió a la niña por pasarse a la cama de ellos fue la respuesta correcta. Ella no es su madre y aunque intenta ganarse el cariño de la niña y hacerle entender que su lugar es su camita en su propio dormitorio, no cuenta con el respaldo de su papá.

El la está malcriando tanto que la niña va a crecer siendo la que lo controle y manipule a su antojo. Esto suele suceder porque los padres divorciados tratan de compensar la culpa de la separación con engreimientos, pero éste no es el camino. El rol del padre es educar ejerciendo disciplina.

Que le dejen encendida la lámpara de la mesa de noche y cierren con llave la puerta de su dormitorio. Si la niña toca la puerta, el padre deberá llevarla de regreso a su cama y hablarle y decirle que ella ya es grande y que tiene que aprender a dormir en su camita. En último caso que el padre se sacrifique quedándose al lado de la niña hasta que ella se vuelva a dormir. Puede que cueste formar el hábito, pero el hábito tiene que formarse.

Pero si el padre no quiere colaborar con lo que acabo de sugerir. le voy a hacer a ella una pregunta directa y muy clara: ¿Para qué quieres un tipo para el cual está primero su hija que tú? Que se quede con su hija. Mándalo lejos. Su hija tendrá 20 años, y seguirá estando primero que tú. Y que la eduque como le dé la gana. Si tu pareja, no te presta la atención, que tú necesitas, porque lo más importante es su hija .... ¿qué haces con él?


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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado nueve libros entre los que se encuentran:Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez(Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018) 
Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado nueve libros entre los que se encuentran:Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez(Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018) 

No tientes a los ángeles de las vocales (un poema de Nuvia Estévez)

Nota: Cada martes un poema de Nuvia Estévez. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.



No tientes a los ángeles de las vocales



Lo estoy creyendo todo como una adolescente
lo que aprendí del polvo y de la hiedra
Si paso un dedo por la piel
ningún nombre ha quedado
Soy de esponja o de musgo
de fibra vegetal que no digiero
Si siento un ruido
retorna la cuerda que me habita
Fui crisálida a punto de reventar
emoción lacrimógena
No volveré a decir lo que no crean
te extraño como un niño
dame tu leche
la tetilla rosada
Acerca tu mano a mis nalguitas
y canta
Eres el gallo rojo
El 23
¡Atrévete!






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Nuvia Estévez nació en Puerto Padre, Cuba, 1971. Ha publicado, entre otros, los poemarios “Últimas piedras contra María Magdalena”, “Penancolía”, “Maniquí desnudo entre Escombros”, “Misterio de Clepsidras” y “Las muñecas, las putas, las estatuas”. Su obra aparece en varias antologías y en estudios sobre poesía cubana. Actualmente reside en el Sur de La Florida.

Miami Book Fair, November 11-18, 2018


Monday, October 29, 2018

Ana en sombras (por María Antonia Borroto)


“Que nadie se atreva a decir que nada ha dicho de nuevo; la disposición de las materias es nueva. Cuando se juega a la pelota, una misma pelota sirve para el juego de éste y de aquél; pero éste la coloca mejor”. Tales opiniones de Blas Pascal nos curan de antemano de esa fatua pretensión de juzgar las cosas usando como rasero su supuesta originalidad. La mención del juego también me parece admirable como metáfora de la creación. Al equipararla con el juego, no se ignora la seriedad de tal acto, más bien todo lo contrario: pocas personas lucen tan serias como los niños cuando juegan y hasta nosotros, adultos y sofisticados, nos concentramos como si en ello nos fuera la vida cuando ensayamos una inocente batalla en el tablero de ajedrez o nos ha salido mala una mano en la brisca.

Tales opiniones de Pascal también me vienen como anillo al dedo para intentar una aproximación al libro Ana en sombras, de Olga María Romero Mestas, volumen que a ratos parece autodevorarse: se trata de un ejercicio que toma en cuenta, junto a la fabulación, la reflexión sobre el propio acto de creación. Deviene, por tanto, un juego de espejos en que las historias se reflejan con las variaciones de las lentas cóncavas y convexas. Muchas veces olvidamos, en nuestros análisis sobre las relaciones entre el arte y la vida, que el arte deviene una realidad en ocasiones angustiosa, y que su reflejo de esa otra cosa que llamamos la realidad nunca es milimétrico. Esto que, parece una perogrullada, es esencial para entender el libro de Olga.

Si lo contado deviene realidad, debe existir, por tanto, una suerte de segundo plano —tal vez primero, según como se mire— donde examinar esa nueva entidad. Parece un juego de palabras, mas si el signo artístico es autorreflexivo, que no otra cosa quiere decir esa eterna paradoja que es la imposibilidad de apreciar por separado el contenido de la forma, una obra así concebida gana en artisticidad. Ya no se trata de convencernos de una ficción, sino de ensayar los propios mecanismos creadores de ficciones, innatos, en buena ley, y de los cuales solo podemos tener atisbos, nunca la certeza cabal. Porque el asunto siempre habrá de ser de fuerte raíz ontológica: definir nuestra esencia creadora, nuestro afán de perpetuación en una obra propia, es definir lo humano.

Por eso me entusiasma tanto el libro de Olga. Todos los que alguna vez hemos escrito algo que parece tener autonomía respecto a la vida, gustamos de pensar y hasta repensar las máscaras que disfrazan la vida y que, paradójicamente, nos la devuelven en un contacto más esencial. De eso se trata: no renunciar a ella, sino de llegarle por otras vías, por otras esencias.

El género epistolar, marginal si se quiere, deviene por tanto estrategia para una confesión de distinta naturaleza y para repensar los fragmentos propiamente narrativos. Pero si ello es así en la primera sección de Ana en sombras, la propia existencia de lo epistolar habrá de ser mirada luego con los instrumentos de la crítica literaria: no ya las menudas esquelas, tan típicas en las residencias estudiantiles y en la amistad, sino otras misivas que forman parte del patrimonio de la humanidad, bien por la excepcionalidad de sus corresponsales o de sus circunstancias: cartas privadas que, como bien dice la autora, forman parte de la urdimbre de la historia.

Olga puede imaginar sus probables respuestas. Se invierte el proceso, se completa la creación y el juego, expresión de una doble naturaleza, resulta perfecto. Imposta la voz y la actitud, se imagina en lugar del otro, es el otro por excelencia. Recuerdo haber escuchado la lectura de tales fragmentos. Aislados de su contexto —del círculo mágico del juego— no pasaban de ser un gesto risueño y una muestra de pericia literaria: es que su gracia radica precisamente en lo irreverente y al mismo tiempo respetuoso de esta doble mirada a lo epistolar. No pueden, por tanto, aislarse de estas, sus otras intenciones: no pueden desligarse del libro y su sentido.

Ana en sombras, por tanto, sugiere como ha de ser leído, cuál ha de ser nuestra actitud respecto a él. La autora es quizás más despótica aún que aquellos que fingen darle libertades al lector. Aquí nuestra única libertad es aceptar o no el juego, el descubrimiento de la imbricación de las historias y la existencia de otras voces que retoman y reinventan lo ya escrito.

Los cuentos breves me resultaron los más disfrutables por su admirable sentido de lo exacto. Todo es preciso, medido: son puras y simples narraciones, fábulas completas en sí mismas, sin comentarios apenas del narrador, que una vez más enfatizan que el menudo y sincero acto de contar pertenece a la esencia de lo humano.

Por eso saludo esta entrega de la Editorial Ácana, libro de gran sinceridad y fineza, de urdimbre precisa y armoniosa, culto y atrevido —como su autora—, que nos muestra que la escritura es siempre un devorarse a sí mismo y a la escritura, la propia y la de los otros.



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Ver textos anteriores de María Antonia Borroto, en el blog



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María Antonia Borroto Trujillo: Periodista. Dra. en Ciencias de la Comunicación. Autora de los libros La novia de MartíLectura en dos orillasImagen múltiple de la ciudad: tres cronistas miran La HabanaPalpitación de lo diario: un costumbrista llamado José Martí, Páginas volanderas, El escritor y la bibliotecaria y Julián del Casal: modernidad y periodismo (Mención Casa de las Américas en 2014.  Editorial Oriente, 2016).
Actualmente se desempeña como profesora en la Universidad de las Artes, ISA, filial Camagüey.

Sunday, October 28, 2018

(Camagüey) Recuerdan al grupo Rhodas en "Garaje Sonoro"

Imagen/Blog Cine Cubano, la pupila insomne
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Video cortesía de Nilo Nuñez
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por Juan Antonio García Borrero
Texto tomado del blog Cine Cubano, la pupila insomne



Desde España, que es su actual lugar de residencia, nos habló esta tarde Nilo Núñez (líder del desaparecido grupo de rock Rhodas) al pequeño conjunto de amigos que asistimos al Garaje Sonoro del mes.

Fue una sorpresa incluso para Salvador Torres, el anfitrión del espacio, si bien no estábamos haciendo otra cosa que aprovechar de modo creativo las tecnologías que ya tenemos a la mano. ¿Por qué, si todos los días las personas acortan distancias usando el IMO, nuestro sistema institucional de la Cultura no puede aprovechar esas mismas herramientas para tender puentes culturales sin importar las distancias geográficas?

En un post para su blog “Gaspar El Lugareño”, Joaquín Estrada-Montalván nos ha recordado el origen de la agrupación:
La fecha de fundación, quedó marcada el 5 de septiembre de 1982. En la tarde de ese día, Nilo y Frank contratados por el Grupo Orbita 4, que se estaba presentando en el Cabaret del Hotel Camagüey, aun no habían podido obtener instrumentos para el grupo Rhodas, que hasta ese momento era sólo una idea. Junto a Oriel y Ariel, se les ocurrió "colarse" en el cabaret cerrado a esas horas, y con los instrumentos de Orbita 4, "tocaron" para ellos mismos los primeros acordes del Grupo Rhodas, que nació en ese instante. Los acordes improvisados este día, fueron luego la base del primer tema, Mañana de Invierno, grabado por el grupo Rhodas, el 11 de noviembre de 1982, en Radio Cadena Agramonte.
Hoy los que estábamos en la sede del Proyecto evocamos esos momentos, pero sobre todo hablamos de la falta de espacios que permitan preservar la memoria de esos hitos culturales que ha tenido la ciudad. No hablamos de espacios para descargar musicalmente (que en definitiva, buenos o malos, existen), sino de sitios donde se puedan dar a conocer los antecedentes de todo lo que, obviamente, ha seguido evolucionando. En lo personal, creo que una Historia de la música en Camagüey que prescinda de Rhodas, es sencillamente una Historia mutilada.

Al final de su visita al Garaje Sonoro, Nilo fue enfático al afirmarnos:
Hace 22 años y medio que Rhodas no existe. 22 años y medio que cada uno cogió su camino y hace su vida, pero aún así, me puedo dirigir a ustedes con algo que todos pensamos igual. No existe ni existirá un momento más especial en nuestra vida que ese tiempo que vivimos con ustedes y Rhodas, y eso fue posible gracias al apoyo de todos ustedes. Por eso otra vez mil gracias y hasta la próxima.
Ojalá que esa próxima sea cara a cara, aquí en Camagüey, donde Rhodas sigue afianzando la raíz más profunda de su trascendencia.


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Breve Encuentro con el Ballet Nacional de Cuba (documental)


1978: Ballet Nacional de Cuba en Estados Unidos y Canadá



Michael Papadakis


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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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