Saturday, October 27, 2018

Destino incierto (por Víctor Mozo)


Salí del comité militar diciéndome que a Dios se le estaba yendo la mano en el apretón que me estaba dando. Mucho me repetí que solo se trataba de una citación militar, pero cierta duda me asaltaba. ¿Y si me llevaban para las UMAP? Lo conversado con Jorge Llaguno días atrás me daba que pensar. ¿Por qué citaban también a tanta gente mayor si el servicio militar era obligatorio entre las edades de 16 a 27 años? ¿Por qué tanto desprecio por aquel que practicara una religión?

Mientras que la ciudad de Camagüey se preparaba tranquilamente en junio para sus carnavales con sus comparsas, congas y colores, en toda Cuba se activaban los comités militares para una entrega en masa de mano de obra barata. Como a muchos más, me tocaría formar parte de esa entrega cual si fuera un paquete más que la alta jerarquía revolucionaria le regalara a su comandante en jefe. La “fabricación” del hombre nuevo, calculada de la manera más fría y metódica posible, estaba en marcha.

Apenas tuve tiempo de pensar en carnavales, para fines de la primera semana de junio, fui convocado nuevamente, sería la última vez. Esta vez el proceso fue rápido. Me tocó de nuevo el “sargento” Aguilera quien luego de una cortesía inhabitual, me dijo: Tiene que presentarse en la unidad adonde acostumbra a marchar los domingos el viernes 24 de junio a las 6 am. Lleve solamente cepillo y pasta de dientes. Y pase por una barbería para que lo pelen a lo militar, los barberos ya saben, añadió, antes de entregarme un papel donde estaba escrito que debía presentarme en tal lugar, a tal hora y en letras más pequeñas el inciso tal, número tal de la ley del servicio militar obligatorio. Sentí que se me aflojaban las piernas. ¿Y para dónde me llevan? Atiné a preguntar con voz que debió denotar miedo.
- Ya lo sabrá cuando llegue a su destino.
- Pero… es para que sepan mis padres.
- Es todo, puede retirarse.
- Pero…
Se levantó y sin mirarme llamó al siguiente.

Se jodió esto, me dije. Ya saliendo miré a los otros que esperaban, están tan jodidos como yo y todavía no lo saben. Algunas de sus caras se me fijarían en la mente como la de aquel que parecía un dandy, vestido de saco y corbata, listo, diría yo, para ir a una fiesta de 15 a media mañana.

De inmediato fui a la cafetería a decírselo a papá, en fin, fui a llevarle una preocupación más, me digo ahora. Bueno mijo, que sea lo que Dios quiera. ¿Para dónde te llevan? Me preguntó dándose cierto aire de estoicidad.
- No sé.
- ¿No te dijeron?
- Lo sabré cuando llegue.
- Trataré de averiguar con un amigo.
Papá terminaría sin saber adónde me iban a llevar.

La idea de pelarme al rape no me gustaba, lo dejaría para última hora. A partir de ese momento los días se irían en un abrir y cerrar de ojos, quería aprovechar lo que me quedaba de libertad, no lograba ver bien el futuro.

Cuando mamá se enteró se echó a llorar. Por mucho que le decía que muchos jóvenes hacían el servicio militar, no quería entender. Nunca le había mencionado lo poco que sabía de las UMAP. ¿Habría oído decir algo?

El 23 de junio por la noche fui a la Catedral como de costumbre a despedirme de todos aquellos con quienes compartía. La atmósfera no era de mucha alegría. Cada cual venía con su consejo tratando de darme ánimo, sobre todo los más viejos. Días antes había ido a ver a Monseñor Adolfo, obispo entonces de Camagüey, piensa en lo peor que te puede pasar y mantén la fe, me había dicho.

Esa noche dormí apenas, entre los sollozos de mamá, papá tratando de calmarla y las mil y una cosas en las que pensaba fue difícil conciliar el sueño.

A las 5 papá vino a despertarme. El desayuno fue frugal, un poco de café y un pedazo de pan. No queda leche, mijo, me había dicho. Me hacía el duro, pero por dentro sentía mucho miedo. La despedida fue breve. Trata de mandarnos la dirección de donde estás, exclamó papá.

Salí de la casa después de abrazar a los viejos. Me imagino el dolor, la angustia que deben haber vivido en ese momento. Pienso en ese drama multiplicado por cientos de familias que pasaban por lo mismo. Solo ahora, después de haber sido padre me doy cuenta. El espacio que dejaba vacío en mi casa era repentinamente reemplazado por una infinita tristeza. Era el 24 de junio de 1966.




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Texte en français DESTINATION INCERTAINE

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Ver textos anteriores de Víctor Mozo, en el blog

Las 4 joyas del Ballet Nacional de Cuba. Loipa Araújo, Aurora Bosch, Josefina Méndez y Mirta Plá.


26 Festival Internacional de Ballet de La Habana

Friday, October 26, 2018

Mujer ante el Espejo. Rosario "Charín" Suárez (un documental de Marisol Trujillo)


Para Amarte (un poema de Thelma Delgado)

Nota: Cada viernes un poema de Thelma Delgado. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.



Para Amarte


Yo Tomé de la flor su aroma de miel
Del atardecer su rojo carmesí
Y de la vida tomé su frenesí
Con colores alegres vestí mi piel

Y me hice fuerte para llegar a ti
Cubriendo mis miedos con fuerte acero
Y yo hice mío el canto del jilguero
Para decirte en soneto mi sentir

Con brazos abiertos me recibiste
Y Mil campanas tañeron de alegría
Aquel día que ser tuya me pediste

Y desde aquel momento tan sagrado
Le pido a la vida larga existencia
Para amarte como siempre he soñado





___________
Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

La "Carmen" de Alberto Alonso

Alberto Alonso, Sergei Radchenko y Maya Plisetskaya
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Alberto Alonso y Maya Plisetskaya
Foto/Sputnik
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Choreographed by Alberto Alonso
Carmen - Maya Plisetskaya
Don José - Nikolai Fadeyechev
The Bullfighter - Sergei Radchenko
The Magistrate - Alexander Lavrenyuk
Fate - Natalya Kasatkina
The Bolshoi Theater Orchestra Gennadi Rozhdestvensky

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Alberto Alonso y Alicia
Foto/Museo Nacional de la Danza
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La obra que le ganaría, a Alberto Alonso, un renombre mundial, sería su personalísima versión de Carmen, a partir de la pintoresca novela de Prosper Merimée. Fue Maia Plisetskaia la que propició la creación de la obra. Después de asistir a una presentación de El solar, se acercó a Alberto Alonso y le pidió que trabajara con ella una versión de Carmen concebida “de una manera nueva, sin apegarse a la tradición”. El compositor Rodion Schedrin, esposo de la bailarina, orquestó una suite derivada de la ópera de Bizet, en la que se ponía mucho énfasis en lo dramático, a partir de ella, coreógrafo, músico y danzarina trabajaron juntos en la obra. Era la primera vez, desde 1917, que un coreógrafo extranjero era invitado a realizar un montaje en la escena del Bolshoi.

Cuando Alberto Alonso escuchó los más de veinte minutos de ovaciones que saludaron el estreno de esta obra, en la noche moscovita, más bien fría, del 20 de abril de 1967 y más aún, cuando pudo observar que aquellos espectadores, habitualmente serios y ponderados, se resistían a abandonar la enorme sala del Bolshoi, una hora después de haberse cerrado el telón, para ocultar la figura exánime de la Plisetskaia, quizá entonces pudo intuir que había creado el ballet que iba a inmortalizarlo.

Tras el singular éxito del estreno, la estrella hizo suyo el rol, al que trató con tanta fuerza y audacia, que ciertos críticos y algunos miembros de la dirección de la compañía, mostraron su desagrado e inclusive se le hizo una especie de guerra silenciosa durante años, apoyada en el modo en que esta obra contradecía la fidelidad del conjunto a la línea del “realismo socialista”, pero la mayor parte del público sabía a qué atenerse y era casi imposible obtener un boleto todavía tres lustros después, cuando las carteleras anunciaban una reposición del ballet.

La obra fue estrenada en Cuba el 1 de agosto de 1967, con Alicia Alonso y Azari Plisetski en los roles centrales. La artista cubana se apoderó del personaje y lo paseó por el mundo –incluida la URSS- con aquiescencia general. Todavía hoy, los fans del ballet discuten sobre la primacía de estas estrellas en tal rol, sin ponerse de acuerdo. Alicia enfatizaba en su interpretación lo que la obra debía a la herencia clásica, resolvía todos los pasos con maravillosa fluidez y se valía de sus ancestros hispánicos para hacer creíble la historia de fatalidad que marcaba el sino de la cigarrera, Maia prefería realzar los componentes contemporáneos de la obra, su personaje era más duro, mas desenfadado, hasta la desfachatez, se diría que lo esencial para ella era dinamitar cierta tradición de falsa respetabilidad en que se anquilosaba el ballet ruso.

Los montajes de esta obra de sucedieron con rapidez, Alberto fue invitado desde los más variados puntos del universo para poner en escena su obra, esto lo llevó a recorrer escenarios de Sofia, Helsinki, Pécs, Tokio, Milán, Berlín y New York, por sólo citar algunos. (Fragmento del texto Recordando a Alberto Alonso en su centenario, por Roberto Méndez Martínez)

Card. Zen: "The Pope Doesn’t Understand China"

... 
I was among those who applauded Francis’s decision to appoint Pietro Parolin as secretary of state in 2013. But I now think that Cardinal Parolin cares less about the Church than about diplomatic success. His ultimate goal is the restoration of formal relations between the Vatican and Beijing. 
Francis wants to go to China — all popes have wanted to go to China, starting with John Paul II. But what did Francis’s visit to Cuba in 2015 bring the Church? The Cuban people? Almost nothing. And did he convert the Castro brothers? 
The faithful in China are suffering and are now coming under increasing pressure. Early this year, the government tightened regulations on the practice of religion. Priests in the underground on the mainland tell me that they are discouraging parishioners from coming to Mass to avoid arrest. 
...
If I were a cartoonist I would draw the Holy Father on his knees offering the keys of the kingdom of heaven to President Xi Jinping and saying, “Please recognize me as the pope.” (Read full text at The New York Times)



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Información relacionada

Thursday, October 25, 2018

23 de octubre: Día mundial de la accción para la supervivencia infantil (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia, programa académico extenso de 45 semanas. Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace. Para ver sus videos y suscribisrse a su canal www.unifamilia.com y visitar su website http://www.balinotti.com/

En el Día mundial de la accción para la supervivencia infantil, la Dra. Christina Balinotti explica las necesidades psico-emocionales básicas que niños y adolescentes deben tener en el hogar para vivenciar un ambiente de seguridad. Seguridad que, en la pirámide de Maslow, es la segunda necesidad en importancia para el sano desarrollo de la vida humana.


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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística.

Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016. http://www.balinotti.com/


Sinfonía para un Guerrero (un documental sobre Félix Guerrero)



Félix Guerrero fue el primer director titular del grupo Teatro Lírico, al fundarse en 1962. Dirigió la Orquesta del Gran Teatro de La Habana, en funciones de óperas, zarzuelas y ballets. En este último aspecto debe subrayarse su colaboración musical para títulos del Ballet Nacional de Cuba: "Sóngoro cosongo" (1953, cor.: Cuca Martínez sobre texto de Nicolás Guillén); "El río y el bosque" (1973, cor.: Alberto Méndez), que integró el repertorio de los bailarines cubanos participantes en el VII Concurso de Ballet de Varna, Bulgaria, en el cual recayó el primer premio en coreografía moderna del certamen; "La diva" (1982, cor.: A. Méndez en homenaje a María Callas), uno de los grandes éxitos interpretativos de Alicia Alonso y cuya partitura elaboró Guerrero a partir de óperas de Vincenzo Bellini, Georges Bizet, Gaetano Donizetti, Gioacchino Rossini, Giuseppe Verdi y Richard Wagner; "Luz de guardia" (1986, cor.: Alberto Alonso)…

Como compositor, Guerrero creó, entre otras producciones, la obra sinfónica Homenaje al “Sóngoro cosongo”, las piezas pianísticas "Diez danzas cubanas" al estilo tradicional; las canciones "Pequeña canción negra", "Habanera simple", "Tríptico campesino" (L.: J. E. Guerrero), "Son número 6" (L.: Nicolás Guillén), "Abril" (L.: Lorna de Sosa), "Cinco pequeñas miniaturas" (L.: Larissa Grishina)… Hizo la música para las películas cubanas "Casta de roble" (1953, Dir.: Manuel Alonso), "La vida comienza ahora" (1960, Dir.: Antonio Vázquez Gallo), "Cuba’58" (1962, Dir.: Jorge Fraga), "Crónica cubana" (1962, Dir.: Ugo Ulive) y "Tulipa" (1967, Dir.: Manuel Octavio Gómez).

Aparte de la dirección de las orquestas Sinfónica Nacional y del Gran Teatro de La Habana, subió al podio para situarse al frente de los colectivos musicales de los teatros de la Ópera de Budapest, Varsovia, Praga, Bucarest y Sofía, al igual que los de las cinematografías de Moscú y Leningrado, y de la Radio y Televisión de Riga. (Leer texto completo en Habana Radio)

Wednesday, October 24, 2018

La Casa de Beneficencia del obispo Claret en Puerto Príncipe (por Carlos A. Peón-Casas)


La Casa de Beneficencia del obispo Claret en Puerto Príncipe.
Un sueño irrealizado


por Carlos A. Peón-Casas


Sobre tal particular hay alusiones diversas. La más clara la da un librito ya inencontrable: Historia de los Hospitales y Asilos de Puerto Príncipe o Camagüey, que diera a luz un acucioso investigador del tema: René Ibañez Varona(1)  en 1954. El folleto de marras es parte de una publicación más extensa. Los Cuadernos de Historia Sanitaria, auspiciados en la época por el Ministerio de Salubridad y Asistencia Social de Cuba.

Allí, leemos cómo Claret, luego de su primera visita a la otrora ciudad principeña en 1851,y luego de haber comprobado el calamitoso estado de muchos niños desamparados, y abandonados a su suerte, decidía para paliar tal situación “en los primeros días del mes de enero de 1855, adquirir en compra un lote de terreno al final de la calle San Ramón”(2).

El hecho, fácilmente contrastable en su Autobiografía, se lee bajo el número 563:
Para los pobres compré una hacienda en la ciudad de Puerto Príncipe. Cuando salí de la Isla llevaba gastados de mis ahorros veinticinco mil duros. El presbítero don Paladio Curríus dirigía la obra la obra en la construcción de la casa(…) comía y dormía en la misma hacienda con los trabajadores, a fin de vigilarlos y dirigirlos.(3)
El proyecto del buen arzobispo, era dotar a niños y niñas sin amparo, de un sitio donde “se les había de proveer de comida y vestido y se les había de enseñar la Religión, leer, escribir, etc., y después arte u oficio que quisiesen”(4). Los pupilos serían igualmente colaboradores en el sostenimiento de la obra con un muy pedagógico estilo:
una hora no más, cada día, los niños habían de trabajar en la hacienda; y todo lo demás que ganasen se había de guardar en la Caja de ahorros. Por manera que cuando saliesen de aquella casa habían de tener instrucción y además habían de haber aprendido algún arte u oficio, y se les había de entregar lo que ellos hubiesen ganado.
El proyecto, según lo concibiera Claret era ambicioso, oigamos en su voz su descripción:
La casa estaba distribuida en dos grandes secciones, una para los niños, y otra para las niñas; la iglesia en medio, y en las funciones religiosas el lugar de los niños era el centro de la iglesia, y el de las niñas las tribunas de la parte de su sección(…) La casa tenía dos pisos; en el primero estaban los talleres, y en el segundo los dormitorios, etc.(5)
Las descripciones, hechas por el propio Claret, nos dan una idea de los alcances de tal sitio, no ya a los efectos de la acogida de aquellos niños y niñas, en precaria situación de abandono, sino igualmente de las crecidas pretensiones del obispo de prepararlos bien para la vida. Sigue la descripción del santo Claret:
Al frontis del establecimiento o casa, en la parte de los niños, había un gabinete de física y aparatos de agricultura, un laboratorio de química y una biblioteca. A la biblioteca tenía entrada todo el mundo, dos horas por la maána y dos horas por la tarde; la clase de agricultura, tres días a la semana, era para todos los que quisiesen asistir; lo demás era para los internos.(6)
La descripción física del espacio, según podemos barruntar, correspondería en el actual plano de la ciudad de Camagüey, a toda la extensión de la conocida barriada de Beneficencia. 

La antigua hacienda podría haber ocupado un área significativa partiendo desde el final de la ya citada calle San Ramón, y cubriendo todo el sector norte desde la actual línea ferrea, inexistente entonces, colindando con las inmediaciones de lo que fuera el antiguo callejón de Don Ignacio Sánchez, que salía desde un lateral de la casa de aquel vecino sita en las inmediaciones de la actual calle, y que lo comunicaba con unas tierras de su propiedad en dirección al camino de Pineda.

Claret decribe muy bien las extensiones de aquella propiedad, a la que tenía destinado un fin incluso más alto para su época: la creación de un original jardín botánico, así lo sigue apuntando en su ya citada obra autobiográfica:
Toda la extensión de la finca la había hecho amurallar y cercar, y después había dividido todo el terreno en diferentes cuadros, hacía plantar arboles de la isla y de fuera que allá se pudiesen aclimatar y utilizar como un jardín botánico, enumerando los árboles, y por números puestos en un libro en que se explicase la naturaleza de cada árbol, su procedencia, su utilidad, el modo de propagarse y mejorarse, etc., etc.(7)
Pero lo más interesante es descubrir, a renglón seguido, que el santo y previsor pastor, por entonces residente en Santiago de Cuba, no perdía la oportunidad de acercarse a su obra puertoprincipeña, cuando hubiera lugar, e incluso colaborar con sus propias manos en su engrandecimiento:
Al efecto, yo, por mis propias manos, había plantado más de cuatrocientos naranjos y crecían admirablemente. También habían de haber en la misma finca una parte para los animales de la Isla y fuera de ella cuyas razas se podían utilizar y mejorar.(8)
La historia de aquel sitio se trunca de manera inexplicable. Claret no lo aclara, Ibañez, el autor ya citado, barrunta que el motivo fuera la falta de fondos económicos, sumada a una velada crítica de los vecinos de la barriada, que denominasen a las habitaciones que allí se construían como “calabozos de los curas”, dadas sus exiguas dimensiones, un hecho que disgustó grandemente al arzobispo. No empero, sigue acotando Ibañez, ante la falta de emolumentos, Claret, no cejó y pidió ayuda económica, incluso a través de una Pastoral.

Ante la realidad ya inevitable de la paralización de las obras, aclara Ibañez:
El Ayuntamiento Capitular se dirige al Excmo. e Ilsmo Señor Don Antonio Claret y Clará, en un extenso escrito documental, en el cual se le sugería que le hiciese la cesión gratuita de la obra abandonada, para continuarla con recursos propios, pero la cláusula expresa que sería modificado sustancialmente el proyecto anterior de la Casa de Beneficencia. El Ilsmo Señor Arzobispo no accedió a lo solicitado.(9)
El tan anhelado sueño de Claret de dotar a Puerto Príncipe con una Quinta de la Beneficencia, para el beneficio de los más desvalidos de la otrora ciudad, se desvanecía, de un plumazo.

Lo que quedó del empeño, fue ciertamente el espacio ya desbrozado, y algunas pequeñas edificaciones de las que se proyectaron inicialmente. Junto a los naranjos sembrados por el propio arzobispo, sobrevivieron algunas plantas de café, limones, plátanos y cocos. Para los primeros años del pasado siglo veinte, se parcelaba la zona, y se conformaba el actual reparto que lleva el nombre de Beneficencia, en clara alusión al fallido proyecto del buen arzobispo, al que siempre se recordara por su prodigalidad con los menesterosos, y quien no dudaba ofrecer a los pobres todo el sobrante de sus propias rentas arzobispales, que los que saben pasaban entonces de 20.000 pesos fuertes, una verdadera fortuna.



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  1. El texto que el autor presentara esa vez estaba segregado del Volumen IV de su obra inédita: Historia de Santa María de Puerto Príncipe o Camagüey, de la que no tenemos referencias.
  2. Historia de los Hospitales y Asilos de Puerto Príncipe o Camagüey. René Ibañez Varona. La Habana. 1954. p.56
  3. Escritos Autobiográficos y Espirituales. San Antonio María Claret. BAC. Madrid, 1959. p.349
  4. Ibíd
  5. Ibíd
  6. Ibíd No.566. pp347-348
  7. Ibíd No. 567
  8. Ibíd
  9. Historia de los Hospitales y Asilos de Puerto Príncipe o Camagüey Op Cit. p.57

La Peri (Alicia Alonso y Jorge Esquivel, 1985)


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Ver en el blog

(Miami) Félix Luis Viera invitado a la tertulia del Pen Club


Félix Luis Viera es el invitado a la tertulia del Pen Club, este sábado 27 de octubre, a las 3 00 p.m. en Art Emporium Gallery (710 SW, 13 Av., esq. a 7 calle, Miami, 33135).

La tertulia es conducida por Waldo González López.

Tuesday, October 23, 2018

Padre alcohólico, hijo con problemas (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.


El alcoholismo es un flagelo social, una enfermedad crónica que destruye no solamente a quien la padece, sino también a su cónyuge y sobre todo a sus hijos. Y es también una enfermedad espiritual, porque el egoísmo del alcohólico le impide tomar conciencia del inmenso daño que le produce a su propia familia.

El niño de padre alcohólico vive en un estado de ansiedad e inestabilidad permanentes. El menor puede sentir rabia ante la conducta de bebedor de su padre, pero también un sentimiento similar hacia la madre por no impedirlo y no ser capaz de protegerlo. El hijo de padre alcohólico experimenta soledad y desamparo. A esto se suman las dificultades muy serias en la escuela, conducta antisocial de agresividad o violencia (incluso actos delictivos), quejas muy frecuentes de dificultades físicas, como dolores de cabeza o de estómago, menores que inician situaciones de abuso de alcohol o de drogas, y en algunos casos ideas o amenazas de suicidio y conductas de tipo depresivo.

El alcoholismo y la adicción a otras drogas tienden a extenderse al resto de la familia. Los hijos de padres adictos están en más en riesgo de adquirir conductas de alcoholismo o adicción que otros niños. Las familias afectadas por alcoholismo tienen mayores niveles de conflicto que las familias no alcohólicas.

A pesar de estos efectos nocivos, no todo está perdido. Los niños de padres adictos pueden beneficiarse mucho de los esfuerzos de los miembros no adictos de la familia y de otros adultos por ayudarlos. Si el padre de tus hijos es alcohólico, no puedes ni debes seguir siendo cómplice de su autodestrucción y la destrucción de tu familia.

¡Haz algo ya! Si eres creyente, ora por tu marido y busca consejo en tu iglesia o entre tus amistades cristianas de mayor elevación espiritual, como una consejera bíblica, por ejemplo. Ve a las reuniones de Al-Anon, que es una organización para aquellos que no toman pero que se ven afectados por las personas que lo hacen. Pídeles consejos a los miembros sobre cómo lidiar con ciertas situaciones. Aprende sobre recursos como consejería para parejas y para el alcohólico individual. Pídele a tu marido que deje la bebida. Dile cuánto lo amas y cuán preocupada estás por su bienestar. Dile cómo te sientes realmente acerca de su enfermedad. La mayoría de las esposas de los alcohólicos no les dicen a sus maridos estas cosas. Y pídele que se acerque a Alcohólicos Anónimos a reconocer su situación... el reconocimiento de la adicción es el primer paso en el proceso de recuperación de la misma.


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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado nueve libros entre los que se encuentran:Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez(Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018) 

Mi paisaje (un poema de Nuvia Estévez)

Nota: Cada martes un poema de Nuvia Estévez. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.



Mi paisaje


Debo ser feliz
porque mi hija duerme y menstrúa
La he mirado con innegable extrañeza
como si fuera algo
que no salió de mí
que no me arrancó el pecho.
Reservada deambulo por su habitación
Soy un pájaro que sobrevuela y ronda.
Miro a mi hija como el más fiel animal
la cubro con estas alas fuertes
para que nadie aturda su menstruación tranquila
agua que fluye    cálido manantial
He dibujado la fragilidad de mi hija con palabras
dejé sobre el papel sin manchas mi secreto
Una bandera de sábanas izo a su libertad
para que se levante
como un relámpago bondadoso
y alumbre el paisaje.





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Nuvia Estévez nació en Puerto Padre, Cuba, 1971. Ha publicado, entre otros, los poemarios “Últimas piedras contra María Magdalena”, “Penancolía”, “Maniquí desnudo entre Escombros”, “Misterio de Clepsidras” y “Las muñecas, las putas, las estatuas”. Su obra aparece en varias antologías y en estudios sobre poesía cubana. Actualmente reside en el Sur de La Florida.

Crónica: Vida, pasión y muerte de Violeta Parra (por Waldo González López)



«Yo creo que todo artista debe aspirar a tener como meta fundir su trabajo en el contacto directo con el público».
Violeta Parra



En una ficha mínima de la notable creadora, se lee: «Violeta del Carmen Parra (Sandoval, oct.4, 1917-Santiago, feb. 5, 1967). Cantora, pintora, escultora, bordadora y ceramista chilena, es considerada por muchos la folclorista más importante de Chile».

Mas, tan pocas palabras no pueden, ni remotamente, definir a la admirada artista, cuya obra plástica y decimística conocí en La Habana, a inicios de los ’70 del siglo pasado. Veamos o, mejor, leamos:

DEL FOLCLOR


En La Habana de 1971 tuve la suerte de ser testigo de un acontecimiento cultural por partida doble, gracias a la primera exposición en la Isla de arpilleras [sacos tejidos], elaborados por esta creadora ancestral y contemporánea, como la publicación, también por primera vez en la Isla, de sus Décimas.

Así, aquel entonces estudiante universitario de Licenciatura en Literatura Latinoamericana y joven periodista, descubría la sensibilidad, el talento y la gracia de la notable folclorista austral, aunque ella se ha había suicidado en 1967 por su amor belga que la había abandonado.

Con la amplia muestra, pude disfrutar su fabulosa imaginería en ambas vertientes. Aquello era insólito: tanta belleza primigenia llegaba deslumbrándonos. En este sentido, sobre la genuina creación folclórica en la plástica y literaria, escribiría en el diario chileno El Mercurio, el colega Ignacio Valente:
El folclor al que se adscribe Violeta Parra es otro, más subterráneo y profundo, más ligado a las verdaderas raíces del pueblo, más auténtico y, por supuesto, más arraigado a ese fenómeno cultural maravilloso que es la poesía popular, simple, ingeniosa, mágica, heredera de tradiciones antiquísimas que se remontan, según algunos, nada menos que a la poesía de los trovadores provenzales de hace tantos siglos.
Asimismo, del propio 1971, evoco aquella tarde en el Teatro «Amadeo Roldán» el primer recital de sus hijos en la Isla: Isabel y Ángel Parra, quienes desde años atras seguían los pasos de la madre.

Yo conocía, por compartir amistades comunes, desde fines de los ‘60s, al trovador y guitarrista Alberto Faya, quien presentaría esa tarde a los artistas chilenos, a quienes les obsequié mi extenso poema en cuartetas «La flor del bien», dedicado a «La Viola», tal la renombrara con cariño su hermano, el poeta Nicanor, a quien se le otorgaría pocos años atrás el importante Premio «Pablo Neruda».

DE LA ORALIDAD


El sonido del violín, tocado por su padre [quien era aficionado al instrumento] durante los primeros meses de nacida Violeta, debió influir en la musicalidad de la futura cantora. De hecho, no poco se corrobora su prodigioso talento en sus canciones. Entre ellas, por solo ejemplificar con dos: «Volver a los diecisiete», una de las más célebres, rememora su adolescencia, y «Gracias a la vida», cantada por diversos intérpretes hispanoamericanos, corrobora su capacidad poética y musical.

Al respecto, confesaría la propia Viola:
Creo que las canciones más lindas, las más maduras [perdónenme que les diga canciones más lindas habiéndolas hecho yo, pero qué quieren ustedes, soy huasa y digo las cosas sencillamente, como las siento], las canciones más enteras que he compuesto son: «Gracias a la vida», «Volver a los diecisiete» y «Run run se fue p’al norte».
Ambas las grabaría la artista en varios de sus discos, y en las tres piezas, pero sobre todo en las dos primeras, se percibe el inconfundible sonido del hondón y la savia latinoamericana en entrañable fusión con la mejor poesía en nuestra lengua: de Quevedo a Neruda, pasando por Fray Luis, Machado, Lorca, Vallejo y otros latinoamericanos [los subrayados son míos]:
Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan fragil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un nino frente a Dios,

eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.
Al valerse de la oralidad [a cuyo cercano pariente cubano: el repentismo, alguna vez denominé «arte mágico del viento»], las de Violeta son décimas que dicen más, por su adopción de cenitales elementos, entre otros, la vox populi, la honda conceptualización y el finísimo lirismo, en tanto asumen a tal punto la entrañable esencia popular, en tanto sus versos dominan las puras expresiones de sus amados huasos, campesinos, gente de pueblo, tal se definiera la popular cantora.

De tal suerte, ya en las primeras piezas de su autobiografía lírica [que tal es el corpus de sus décimas], «La Viola» utiliza los chilenismos y modismos empleados por las capas más pobres, a las que asimismo destinara Neruda no pocas páginas de su ciclópeo «Canto General» [del que excluyo el poema dedicado al sangriento tirano Fidel Castro]. De ahí que, en su espinela inicial, Violeta ya corrobora lo que digo:
Pa’ cantar de improviso
se require buen talento,
memoria y entendimiento,
fuerza de gallo castizo.
Cual vendaval de granizos
han de florear los vocablos,
se ha de asombrar hast’el Diablo
con muchas razones bellas,
como en las conversaciones
entre San Pedro y San Pablo.
Y he aquí la primera virtud de sus estrofas: la humildad con que asume el verso sencillo y hondo esta «violeta terrestre», tal la renombrara en su poema a ella dedicado el propio Neruda. Por ello, resulta tan fidedigna su expresión, que no se quiere «fina» ni «culta», sino verdadera, genuina.

Acorde con ello, si bien no tuvo en cuenta la consonancia ni la concordancia de número —entre otros requerimientos de nuestra lengua, como de la rica estrofa—, las suyas poseen una ineludible autenticidad a toda prueba.

Leamos «Muda, triste y pensativa», en la que confiesa el influjo que ejercieran en su quehacer poético el ejemplo y los consejos de su hermano, al que presagiaría su futuro en la primera del conjunto: «De tal palo, tal astilla»: «…si ahora no tiene un templo / lo tendrá tarde o temprano».
Muda, triste y pensativa
ayer me dejó mi hermano
cuando me hablo de un fulano
famoso en poesía.
Fue grande sorpresa mía
cuando me dijo: Violeta,
ya que conocís la treta
de la vers’á popular,
princípiame a relatar
tus penurias «a lo puerta».
En «Pero pensándolo bien», también revela tal influencia, según se comprueba en los siguientes versos:
Pero pensándolo bien
y haciendo juicio a mi hermano,
tomé la pluma en la mano
y fui llenando el papel.
Luego vine a comprender
que la escritura da calma
a los tormentos del alma,
y en la mía que hay sobrantes,
hoy cantaré lo bastante
pa’ dar el grito de alarma.
Así, evidencia su genuina vocación de folclorista que, por sentir —que «es la mejor forma de comprender», para decirlo con el Premio Nacional de Literatura, poeta y cuentista cubano Félix Pita Rodríguez— e integrar el folclor de su pueblo [del que ella proviene], no se aparta del lenguaje popular.

En consecuencia, como tanto disfrutaba su amor al canto, no pudo dejar de expresar en «Yo denuncio a los radiales»:
Cantar es lindo deleite
mucho mejor con guitarra,
quien le hace el quite a la farra
se va como por aceite…
Violeta andaba y desandaba los montes y campos de su mundo austral, acompañándose de sus instrumentos folclóricos, con los que les hablaba y cantaba a «los pobres de la tierra» en su propia lengua sencilla y convincente, como las más hondas verdades; y ellos escuchaban y disfrutaban sus cantos y décimas, al tiempo que iba recogiendo la pureza de ese auténtico lenguaje, «impuro» para los señorones poetas, apoltronados en sus mansiones, los desdeñaran, pues no se interesaban en la rica expresión de esos queridos «labriegos», tal los llamara en sus versos, otro vasto poeta: el español universal Miguel Hernández, cuyos poemas, como los del actual Antonio Machado, musicara, magistralmente, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat.

SUS DÉCIMAS


La summa de sus espinelas resulta una suerte de «autobiografía en versos chilenos», toda vez que en ellas «surge el lenguaje popular con la inteligencia docta, donde plasma sus impresiones y experiencias, triunfos y fracasos», tal subrayara Juan Andrés Piña en su artículo: «Violeta Parra, la flor y el fruto» —publicado en la revista chilena Hoy (1977)—; la sensible artista, asimismo, supera una íntima ansiedad y la desesperación de su angustiante existencia, para crear una síntesis original y viva.


Su hermano, Nicanor, al que amaba como al padre —que tal fue para ella, por sus consejos y afecto—, le escribiría en el excelente poema que le dedicara, pleno de ternura: «Defensa de Violeta Parra», muy bien la definiría al decirle: «… hablas la lengua de la tierra / Viola chilensis», aunque ya antes la había nombrado «Viola piadosa». Y poco después la nombra «Violeta de los Andes», para ya pedirle:
Cántame una canción inolvidable
Una canción que no termine nunca
Una canción no más
una canción
Es lo que pido.
El poema de Nicanor es una de las tres introducciones en verso con que se abren sus Décimas, en cuya redición cubana, incluiría un breve prólogo del folclorista e investigador Alberto Faya, quien escribe:
Violeta Parra es uno de los grandes mitos de las artes y pensamiento latinoamericano, entre otras razones, porque, en su ser más profundo compartió y comprendió el saber y la suerte de su pueblo: ese ancho camino que ella misma adornara con un arte que brotaba como las sencillas flores de los caminos.
Otros poemas se incluyen en esa edición, como la excelente «Elegía para cantar», de Neruda, y en ese texto, el gran autor de un poema que marcaría una intensa y extensa época en Hispanoamérica: «Veinte poemas de amor y una canción desesperada», la define tanto como su hermano, cuando escribe: «De cantar a lo humano y lo divino, / voluntariosa, hiciste tu silencio / sin otra enfermedad que la tristeza», para enseguida añadir:
En vino alegre, en pícara alegría,
en barro popular, en canto llano,
Santa Violeta, tú te convertiste,
en guitarra con hojas que relucen
al brillo de la luna,
en ciruela salvaje
transformada,
en pueblo verdadero,
en paloma del campo, en alcancía.
Por su parte, solo tres años antes de la muerte de Viola, en el París de 1964, escribía otro gran poeta de la tierra austral: Pablo de Rocka de esta suerte:
Saludo a Violeta, como a una cantora americana de todo lo chileno, chilenísimo y popular, entrañablemente popular, sudado y ensangrentado, y su gran enigma, y como una heroica mujer chilena.
Al margen de sus propios versos antes presentados, como los de otros poetas que atestiguan su valía, he aquí otra décima que evidencia no solo los rasgos apuntados en torno al rigor autobiográfico, sino además la fuerza con la que asumia la estrofa: con un conceptualismo, que nos recuerda a los clásicos, en especial, Francisco de Quevedo. Leamos la primera del conjunto «Mas van pasando los años»:
Mas van pasando los años,
las cosas son muy distintas:
lo que fue vino, hoy es tinta;
lo que fue piel, hoy es paño;
lo que fue cierto, hoy engaño;
todo es penuria y quebranto,
de las leyes de hoy me espanto;
lo paso muy confundida
y es grande torpeza mida
buscar alivio en mi canto.
En la cuarta décima de este haz, concluye con un verso digno de Fray Luis y otros clásicos. Dice Violeta: «…y el dolor que es el vivir».

La poeta se pregunta los misterios de la vida y se responde de esta suerte en la siguiente redondilla de su grupo «Acario, huaso chileno»:
Hay cosas en este mundo
tan faltas de explicación,
que causan meditación
o pensamientos profundos.
Ante los trabajos y los días que, tal Hesiodo, debió sufrir por la incomprensión de muchos, como de la insensibilidad de tantos, escribiria en la primera de sus «Décimas sueltas», para asombrarnos una vez más por el conceptualismo y el carácter de su verso «humano, demasiado humano», tal diría el filósofo:
No lloro yo por llorar
si no por hallar sosiego,
mi llorar es como un ruego
que nadie quiere escuchar,
del ver y considerer
la triste calamidá
que vive l’humanidá
en toda su longitú;
l’escasés de la virtu
es lo que me hace llorar.
Amante de la sencillez, con ese lenguaje primigenio de los pueblos niños, tan auténtico como la vida misma, en la última pieza de «Yo denuncio a los radiales», confiesa en un arrebato de confesionalismo y auto de fe:
Si escribo esta podesía
no es solo por darme gusto,
más bien por meterle un susto
al mal con alevosía;
quiero marcar la partí’a,
por eso prendo centella,
que me ayuden las estrellas
con su inmensa claridad
pa’ publicar la verdad
que and’ala sombra en la tierra
Como parte de ese saber vivir que revela haber aprendido y aprehendido a lo largo de su compleja vida llena de pobreza y penuria, ires y venires, incomprensiones y desamores, ya en la cuarta de las cinco piezas que integran su quevediano poema final [«Volví del profundo sueño», con la que concluye sus Décimas], escribe con el ímpetu que sí tuvo para luchar contra tantos, pero que le faltó para combatir la desidia, el desamor y el olvido, a pesar de esos dos últimos versos, que entrañan una fortaleza superior en esta amante de la existencia, finalmente negados por su infausto suicidio [¿Acaso es necesario recordar su hímnico, humanísimo y alentador poema coral «Gracias a la vida»?]:
De tres o cuatro empellones
y en menos de una semana
impávida, salva y sana
crucé noventa estaciones
la luz de mis ilusiones
me trajo sin saber cómo
volando cual un palomo
no quise andar en desvíos
mujer que tiene sentido
traquea con pies de plomo.

DE SU HOMENAJE A GABRIELA

Antes de concluir, quiero mencionar el homenaje que le brindara Violeta a la gran poetisa chilena y primer Premio Nobel Literario de Latinoamérica: Gabriela Mistral. Ese texto, integrado por cuatro décimas, constituye otra muestra de respeto de la universal cantora austral a la maestra, mujer y enorme hacedora de versos que, por su espartana sencillez, de algún modo se emparienta con la Viola. Leamos la primera del conjunto, en la que evidencia su admiración por la inolvidable autora de poemarios como «Desolación» y «Ternura»:

HOY DÍA SE LLORA EN CHILE 
A Gabriela Mistral 
«verso por despedida» «mochito»

Hoy día se llora en Chile
por una causa penosa
Dios ha llamado a la Diosa
a su mansion tan sublime,
de Sur a Norte se gime
se encienden todas las velas
para alumbrarle a Gabriela
la sombra que hoy es su mundo
con sentimiento profundo
yo le rezo en mi vihuela.
Aquí se corrobora otra vez el influjo popular, los tópicos musicales y literarios de su gente que tanto conocía Violeta por escucharlos desde la infancia.

Bien nos reafirma en su ya mencionado prólogo Alberto Falla sus humildes orígenes y su afán por el folclor: «Ella no entró en ese acervo siguiendo el común rastreo del erudito, sino que floreció desde aquel saber compartiendo el amor por personas que se le parecian tanto».

Cierto: de tal cultura terrenal y alada [que es la de su pueblo], se nutriría la sensible y áurea cantora, cuyas maduras parras le aportarian —con el vino y las uvas que tanto amara el otro Nobel chileno, Pablo Neruda—, su auténtico verso, bebido junto a sus queridos «huasos», en las genuinas fiestas populares, al son de la cueca, tocado por guitarras, charangos y bombos.







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Waldo González López (Las Tunas, Cuba, 1946) Poeta, ensayista crítico teatral y literario, periodista cultural. Graduado en la Escuela Nacional de Teatro (ENAT) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana). Autor de 20 poemarios, 6 libros de ensayo y crítica literaria, varias antologías de poesía y teatro. Desde su arribo a Miami (2011), ha sido ponente y jurado en eventos teatrales y literarios internacionales. Merecedor de 3er. Premio de Poesía en el X Concurso “Lincoln-Martí” 2012. Colaborador de las webs: teatroenmiami.com (Miami) y Encuentro de la Cultura Cubana (España), Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (New York), y los blogs OtroLunes (Alemania), Palabra Abierta (California), Gaspar. El Lugareño, y el diario digital El Correo de Cuba (ambos en Miami).

El Guayabero (Junio 4, 1911 - Marzo 27, 2007)

El palito de la alcancía
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Amarren el perro
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Marieta
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Mañana me voy pa Sibanicú
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Saturday, October 20, 2018

El Individualismo un Fenómeno Social (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


En la actualidad pueden observarse comportamientos que suelen mostrar algunas personas, como sentimientos egoístas y mezquinos.

Muchas veces me he preguntado si hemos perdido la tolerancia, el respeto, la generosidad, o es que el individualismo, la ambición, y el egocentrismo se han apoderado tanto de la sociedad a tal punto de deshumanizarla.

Pienso que estamos viviendo en una comunidad donde está prevaleciendo el consumismo, perdiéndose los valores y principios humanos, convirtiendo seres mecánicos y netamente existenciales e insatisfechos.

Esto ha producido que el individuo tienda a perder el camino verdadero, en cierta forma ha perdido el norte y se siente muchas veces desubicado en la realidad y en su presente. Este fenómeno ha producido que la población experimente una gran carga de ansiedad en un entorno hostil, competitivo de una sociedad en crisis.

Cada día la buena comunicación parece desaparecer y el “mal uso” de los aparatos inteligentes entre otras adicciones que existen en la actualidad, han dado origen en cierta forma para que no se aprecien los verdaderos valores del ser humano.

Día a día está desapareciendo toda comunicación afectiva, la calidez, solidaridad y respeto. Actualmente el mundo se ha vuelto tan competitivo que ha perdido los principios, la sensibilidad, la reciprocidad y lo que realmente tiene sentido en la convivencia humana.

Estamos entrando en una crisis social de dimensiones insospechables, que podría convertirse en un fenómeno social de gran magnitud.

No debemos consentir que violen el respeto a nuestra integridad, ni que se irrespeten nuestros derechos humanos y nuestra verdadera esencia.

Los seres humanos deberían ser más coherente con su comportamiento, demostrando más tolerancia, respeto y comprensión con los que conforman su verdadero entorno.

Considero que se debe dar importancia a todo lo bueno que tenemos para ofrecer en la vida, porque es la única manera que garantizaremos un futuro saludable y digno.



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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Dios aprieta, pero no ahoga (por Víctor Mozo)

Un grupo de católicos camagüeyanos
peregrinan al Cobre, por los 50 años 
de la Virgen de la Caridad como Patrona de Cuba. 
Mayo 1966. Foto cortesía de María Obregón
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Si bien la frase de Llaguno mientras no te manden a pelar al rape todo está bien daba que pensar, mi vida continuaba sin preocupación, o sí, me preocupaba lo del pelado, pero por lo mal que me vería. Cuando se tienen dieciséis años se impone casi como dogma estar bien peinado y presumir. Vanitas vanitatum et omnia vanitas, me digo ahora sonriéndole al pasado.

En general el mes de mayo de 1966 se había presentado bien, hasta un viaje había hecho a Santiago de Cuba y al Cobre con los amigos de la iglesia para la celebración del cincuentenario de la Patrona de Cuba.
Virgencita del Cobre
flor de la sierra
que con amor el cielo
trajo a la tierra, trajo a la tierra.
Flor peregrina
de aromas y colores
sin una espina… 
tarareo aun 52 años más tarde.

Fueron días muy alegres, lejos de imaginarme que un mes más tarde, con un escenario completamente diferente, mi vida cambiaría y conmigo la de mucha gente.

Un par de semanas después de mi regreso de Santiago recibía dos citaciones más, una para ir a marchar al domingo siguiente y otra para presentarme de nuevo en el comité militar. De repente, mi madre que nunca tocaba el tema, me dijo preocupada: ojalá no te lleven. Yo sabía que mis padres tenían ese presentimiento. Era el más pequeño de los cuatro hijos, mis hermanos eran mayores que yo, dos estaban fuera de Cuba y el que quedaba, ya casado y con hijos, no vivía en casa. No mamá, ya verás que no, le dije para tranquilizarla. Hasta que no me manden a pelar no hay problema, añadí. Que Dios te oiga, dijo algo resignada retornando a sus quehaceres.

La cita para ir a marchar fue más de lo mismo, siempre los mismos sargentos milicianos, siempre las mismas arengas revolucionarias, sin faltar las palabrotas atacando todo lo que fuera religión y que hacían el goce de los que nos sometían en ese momento.

La otra cita, sin saberlo entonces, sería la penúltima antes de que me llevaran. Fue en el mismo lugar que las anteriores con la salvedad de que el que me hizo las preguntas ya acostumbradas era un “sargento” de apellido Aguilera, si mi memoria no me traiciona. Era un tipo flaco, cincuentón, pelo algo canoso y bigote fino también algo canoso. Me dio la impresión de que era alguien con más responsabilidad por la manera en que sus subalternos se dirigían a él.

Me dije que la entrevista sería a la que ya estaba acostumbrado pero esta vez las preguntas concernientes a la religión se hicieron más incisivas. ¿Y qué comedera de mierda es esa de estudiar para cura? Vaya, que esa no me la esperaba. Como no dije nada, insistió diciendo casi a gritos para que todos lo oyeran: ¡Mira que hay cosas mejores que hacer en la vida, coño! Lo único que se me ocurrió decir de la manera más inocente posible fue: Ya no estudio para cura, salí del seminario.
- Pero sigues yendo a la iglesia, ¿no?
- Sí.
- ¿Y sigues creyendo en Dios?
- Sí.
- Pues vas por mal camino.
- Tienes dos hermanos que viven fuera del país, ¿verdad?
- Sí.
- ¿Tienes contacto con ellos?
- Sí.
- ¿Qué tipo de contacto?
- Pues… de familia.
Aquellas preguntas se asemejaban más a un interrogatorio que a una simple citación, como si él no supiera de antemano la respuesta. Tu mamá es de mucho ir a la iglesia, tu papá menos, recuerdo que me había dicho. Se sabía nuestra vida familiar de punta a cabo. Tu hermano que te queda aquí va por buen camino porque ya no va tanto, ya tú entrarás por el aro también. Quizás la cita no duró media hora, para mí fue eternidad inundada de miedo.

Al salir de su oficina, casi tropiezo con el próximo citado. Nunca lo había visto pero sereno y con voz pausada me dijo: Dios aprieta, pero no ahoga y entró donde el “sargento” Aguilera lo esperaba. Era alguien mucho mayor que yo, el doble de mi edad. Me dio qué pensar y no fue precisamente nada bueno. El cerco se iba cerrando y tenía nombre: UMAP.




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Texte en français DIEUX ÉTREINT MAIS N'ÉTOUFFE PAS


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Ver textos anteriores de Víctor Mozo, en el blog
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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