Tuesday, May 9, 2017

5 questions (and answers) about American moms today

(Pew Research Center) American mothers today look far different from mothers celebrated 100 years ago when President Woodrow Wilson issued a proclamation calling for a day of reverence for mothers. Here’s what we know about today’s American moms and how they’ve changed over time.

Who are American moms?

There are about 85 million mothers in America, according to a recent U.S. Census Bureau estimate. Our analysis of census data shows that the share of mothers with kids younger than 18 at home has declined. Today, about a third (34%) of women ages 18-64 have young children at home; in 1960, 52% did. And women are having children at a later age than they used to. In 2012, the average age of a first-time mother was 25.8 years, up from 21.4 years in 1970.

The marital status of mothers has also changed dramatically. In 1960, nearly all mothers with young children were married, compared with just seven-in-ten today. About four-in-ten (41%) of all births today are to unmarried women; up from just 5% of births in 1960.

How many kids do they have?

The Census reports that among women ages 40 to 44 — who are near the end of their child-bearing years and likely to have already completed their lifetime fertility – one third has had two children, 19 percent have either had one or three and about 10% have had four or more. About one-in-five women (19%) in this age group has had no children.

American mothers are now expected to have, on average, 1.9 children, compared with 3.7 children in 1960. But this number varies by race and ethnicity. The average for Hispanic mothers is 2.2 children over the course of their lifetime, compared with 1.9 for non-Hispanic black mothers, and 1.8 for Asian and non-Hispanic white mothers.

How many do they wish they had?

According to 2006-2008 General Social Survey data, about half (52%) of American women (who gave numerical responses) said their ideal number of children is two, and an additional 44% said that three or more children is their ideal. 14% said the ideal family size was “as many as [someone] wants.”

How do moms spend their time? Today’s moms work more hours outside the home and spend far less time on housework than they did 50 years ago. They also spend more time with their children than mothers did in the 1960s, and about twice as much time as today’s fathers do. For their part, dads now spend more time on housework and child care than they used to, but they haven’t caught up to moms.

When it comes to leisure time, fathers out-relax moms, spending 28 hours per week on leisure activities on average, compared with 25 hours for moms. The leisure gap between moms and dads is especially wide on the weekends.

How many moms are working?

About seven-in-ten mothers (71%) with children younger than 18 were in the labor force in 2012, compared with less than half (47%) in 1975. Meanwhile, after decades of decline, the share of stay-at-home moms has ticked up since 1999.

More mothers are also now providing for their families. A record 40% of all households with children under the age of 18 include mothers who are either the sole or primary source of income for the family, up from just 11% in 1960. About two-thirds of these “breadwinner moms” are single mothers.

When you ask mothers what their “ideal” working situation would be, most say they would rather work than stay at home, but they prefer part-time work over full-time. And half of all working moms with young kids say that being a working parent has made it harder for them to advance in their careers. Only 16% of working dads say the same.

However, Americans have mixed views today about the ideal situation for children. A plurality of adults (42%) in 2012 say having a mother who works part time is ideal for a young child, and one-third say having a mother who doesn’t work at all is ideal. Only 16% say a mother who works full-time is the ideal.

How do moms feel about the job they’re doing raising their kids?

Despite spending more time with their kids than they did a generation ago, about a quarter of mothers (and half of fathers) say they do not spend enough time with their children. Even so, about three-quarters of moms give themselves high ratings on their parenting. Working mothers are particularly likely to give themselves a thumbs up. (read full report)

Coque Malla




Monday, May 8, 2017

La "Profecía" de Pío XII relacionada con Cuba

Foto/Flickr
---------------------------------
El Señor, hijos amadísimos de la República de Cuba, os ha regalado una patria, hermosa como un jardín espléndido, anclado en un mar encantador, donde el cielo siempre es azul, donde la tierra casi espontáneamente brinda entre sus risas sus frutos dulces y aromáticos.

Los que venís de la colina de Pinar del Río o de las llanuras de Colón, lo mismo que los llegados de la Sabana de Sancti Spíritus o de la planicie serena de Camagüey, o de los altos picos de Oriente: todos, todos os sentís orgullosos de haber visto la luz; como alguien felizmente dijo, es la «tierra más hermosa que ojos humanos vieron», y dad gracias a Dios por ser hijos de la Perla de las Antillas.

Pero, precisamente, en esta placidez y suavidad en el vivir, en esta perenne y casi irresistible sugestión de una naturaleza luminosa y exuberante, en esta prosperidad alegre y confiada, se esconde acaso el enemigo; por el tronco airoso de vuestra palma real, que el suave soplo de la brisa hace cabecear airosamente, nos parece ver que peligrosamente se desliza la serpiente tentadora: «¿Por qué no coméis?», os dice «Seréis como dioses». Y si todo el esplendor de esa poderosa atracción puramente natural no se compensara con una vida sobrenatural, potente y robusta, la derrota sería cierta. (Fragmento del radio Mensaje de S.S. Pío XII al I Congreso Eucarístico Nacional el 24 de Febrero de 1947)

Saturday, May 6, 2017

De fundamentalismos literarios y dogmatismos poéticos (por Rodolfo Martínez Sotomayor)



Los fundamentalismos literarios no son nada nuevo. Que escritores y académicos enarbolen listas con determinadas preferencias estéticas articuladas por la subjetividad y justificadas por un criterio unificador, diciendo que son el non plus ultra de las letras, y todo lo demás prácticamente sobra, es un mal cíclico entre muchos talentosos creadores que practican junto a su ingenio, la inevitable "adicción" de juzgar.

La diversidad es un rasgo distintivo de la libertad. La creación poética no es ajena a este dogma. Tratar de interpretar, de abrir el entendimiento a una propuesta, es un hecho más complejo que juzgar, cuando se parte de un canon pre-establecido.

Escritores, críticos y grandes editores han desviado a veces la ruta, y han abrazado al ego incontrolable al tratar de determinar lo que es y lo que no es, según su criterio personal. Un canon no es una opinión. El mejor crítico es el tiempo. Y ese juez implacable con las palabras, ha condenado más la necedad de errados juicios que a su destinatario. Victor Hugo, por ejemplo, dijo que Stendhal murió sin saber lo que era escribir, y ese torpe juicio sobre uno de los grandes exponentes de la novela psicológica lo perseguirá siempre.

Baudelaire llamó letrina a George Sand, y en el llamado Siglo de Oro Español, es toda una leyenda el desprecio colindante con el odio visceral de Francisco de Quevedo a Luis de Góngora, al punto que, estando este último sumido en la miseria, fue capaz Quevedo de comprar su casa para echarlo.

El famoso rechazo de André Gide al manuscrito de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, fue una culpa que arrastró por el resto de su vida. Dublineses de Joyce fue rechazado por veintidós editoriales que nadie recuerda. Otras veinte veces, su obra inmortal Ulises, recibió el desprecio de quienes acusaban a aquellos escritos de enrevesados, incoherentes, disparatados y lo poco que se entendía, de obsceno y escandaloso.

Virginia y Leonard Wolf, quienes tenían una editorial, fueron autores de uno de esos rechazos. La creadora de Orlando, comparaba al Ulises con indecentes páginas que eran como el sarpullido de un niño.

También existe un crítico y editor español reincidente en errores memorables y es el caso de Guillermo de Torre, quien le rechazaría a Neruda el manuscrito de Residencia en la tierra, diciendo que "no veía ni entendía nada y no sabía que se proponía con él". Veinticinco años después, trabajando en la Editorial Losada de Buenos Aires, volvería a cometer otro error, rechazando el manuscrito de un joven escritor de Aracata en Colombia, diciéndole que se dedicara a cualquier cosa, menos a la literatura, se trataba de La hojarasca, de Gabriel García Márquez, una especie de preludio de Cien años de soledad. En fin, podría continuar ad infinitud, en este inventario de desacertados juicios literarios. Pero el objetivo de mirar la historia, es aprender a crecer con la experiencia de otros, en este caso se trata de la prudencia y mesura en nuestros juicios, si es que acaso nos importa, si hay un futuro que nos nombre, no ser un referente de la necedad y saber además con hechos evidentes de que el único juez justo y crítico certero es el tiempo.

Un crítico verdadero, según mi juicio (ahora parezco ser yo el dogmático) es aquel capaz de apartarse de sus propios esquemas literarios, de alcanzar la empatía intelectual (si es que existe el término) con la capacidad de juzgar objetivamente una obra disímil de sus preferencias estéticas e incluso, de sus preferencias éticas y de índole ideológica, en lo posible.

Obispos de Venezuela: "El 'Socialismo del siglo XXI', sistema totalitario, militarista, policial, violento y represor, que ha originado los males que hoy padece nuestro país"


Comunicado de la Presidencia de la CEV 
No reformar la Constitución sino cumplirla


1. Atendiendo la grave situación que hoy afecta la vida y la convivencia en nuestro país, los obispos miembros de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana, consideramos necesario y urgente hacer llegar nuestra palabra a todo el pueblo venezolano.

2. Luego de las desacertadas decisiones 156 y 157 del Tribunal Supremo de Justicia que han dado origen a las últimas manifestaciones de la población, la reciente iniciativa del Presidente de la República de convocar una Asamblea Constituyente, ha sido percibida por la inmensa mayoría de la población, como una iniciativa divorciada de las urgentes necesidades del país y como un paso más en el socavamiento del Estado Social de Derecho previsto en la actual Constitución.

3. Actualmente lo que más necesita el pueblo venezolano es comida, medicamentos, libertad, seguridad personal y jurídica, y paz. Todo ello se conseguiría, si el Gobierno actuara apegado a lo previsto en el texto constitucional vigente y con mayor sensibilidad ante tantas carencias. Los temas presentados por el Presidente de la República para apoyar su propuesta, no apuntan a resolver los graves problemas que aquejan a los venezolanos sino a prolongar la permanencia de su Gobierno en el poder.

4. La propuesta Presidencial de una Asamblea Constituyente sectorizada para la reforma de la Constitución es innecesaria y resulta peligrosa para la democracia venezolana, para el desarrollo humano integral y para la paz social, pues el objetivo fundamental de dicha Asamblea es "constitucionalizar" el "Estado Comunal". Esto equivale a reeditar la reforma constitucional de 2007, planteada también por el Poder Ejecutivo, que fue rechazada por el pueblo en el Referendo Consultivo de ese mismo año. En definitiva, esta propuesta es querer imponer el "Plan de la Patria", traducción operativa del "Socialismo del siglo XXI", sistema totalitario, militarista, policial, violento y represor, que ha originado los males que hoy padece nuestro país.

5. La convocatoria a una Asamblea manejada en sus bases y en la elección de sus miembros por el Gobierno, la hace parcial, monocolor y excluyente. Es un nuevo intento en el afán de sustituir a la actual Asamblea Nacional, elegida por una mayoría abrumadora representativa de la soberanía popular. Pero, además, esta iniciativa presidencial es engañosa, al dejar en la penumbra muchos aspectos de su diseño y aplicación, y daría amplio margen a interpretaciones ambiguas de su reglamentación.

6. No podemos olvidar ni poner de lado la tristeza y el sufrimiento que este régimen está provocando a nuestro pueblo. Además, en el último mes ha hecho alarde de su naturaleza represiva mediante la sofocación de la legítima protesta con excesiva e inhumana violencia, generada por los organismos de seguridad del Estado, particularmente de la Guardia Nacional Bolivariana, y los grupos armados llamados "colectivos" que actúan bajo la mirada protectora de las autoridades. Se agrava la situación, al actuar no sólo en contra de quienes, apoyándose en sus derechos civiles levantan su voz de descontento y reclamo en la calle, sino también en contra de grupos familiares que en sus propias residencias han sido blanco de lo que parece ya violencia institucionalizada. Hacemos nuestro el dolor del pueblo venezolano y decimos: ¡Ya basta de tanta represión!

7. Ante toda esta lamentable situación, rechazamos la convocatoria a esa Asamblea Constituyente, y exhortamos a la población en general a no resignarse, a levantar su voz de protesta, pero sin caer en el juego de quienes generando violencia quieren conducir al país a escenarios de mayor confrontación con el fin de agravar la situación y mantenerse en el poder.

8. Este es un momento en el cual necesariamente debemos fijar nuestra mirada en el Dios de la Vida y de la Paz. Invitamos a todas nuestras parroquias y comunidades a organizar una Jornada de Oración por la Paz de Venezuela, el próximo domingo 21 de mayo, por el cese de la violencia, la represión oficial y por la búsqueda de caminos para el entendimiento y la reconciliación que tanto necesitamos. Es necesario acrecentar la escucha de la Palabra de Dios y la oración en cada hogar, en cada institución y en cada comunidad cristiana.

9. Acogemos con vivo agradecimiento las palabras del Santo Padre Francisco: "No dejan de llegar noticias dramáticas sobre la situación en Venezuela y el agravarse de los enfrentamientos, con numerosos muertos, heridos y detenidos. Mientras me uno al dolor de los familiares de las víctimas, para quienes aseguro oraciones de sufragio, dirijo un apremiante llamamiento al Gobierno y a todos los componentes de la sociedad venezolana para que se evite cualquier ulterior forma de violencia, sean respetados los derechos humanos y se busquen soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que está agotando a la población. Encomendamos a la Santísima Virgen María la intención de la paz, de la reconciliación y de la democracia en ese querido país".

10. Jesús resucitado y María de Coromoto nos bendigan y acompañen en nuestro caminar histórico hacia la reconstrucción del país por los caminos de la paz y de la no violencia.


Caracas, 5 de mayo de 2017

+Diego Rafael Padrón S
Arzobispo de Cumaná
Presidente de la CEV.

+José Luis Azuaje Ayala
Obispo de Barinas
1° Vicepresidente de la CEV

+Mario Moronta Rodríguez
Obispo de San Cristóbal
2° Vicepresidente de la CEV

+Víctor Hugo Basabe
Obispo de San Felipe
Secretario General de la CEV

+Jorge Cardenal Urosa Savino
Arzobispo de Caracas
Presidente Honorario de la CEV

+Baltazar Cardenal Porras C.
Arzobispo de Mérida
Presidente Honorario de la CEV

(Iglesia en Cuba) Conceden Distinción “Mons. Carlos Manuel de Céspedes” al Dr. Emilio Cueto


La Sección de Cultura de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) acordó en su última reunión entregar al doctor Emilio Cueto la Distinción “Mons. Carlos Manuel de Céspedes”, que reconoce la labor en favor de la Evangelización de la cultura de hombres y mujeres de la Iglesia.

Emilio Cueto, nació en La Habana en 1944, estudió en el Colegio de Belén y desde 1961 reside en los Estados Unidos de América. Es abogado de profesión, coleccionista y un acucioso investigador. Sus obras más importantes y eruditas lo han colocado como un necesario referente para los interesados en la historia de Cuba: Mialhe’s Colonial Cuba, Cuba in old Maps, Illustrating Cuba’s Flora and Fauna, La Cuba Pintoresca de Frédéric Mialhe, que le mereció el premio Caturo de 2010; y La Virgen de la Caridad del Cobre en el alma del pueblo cubano, que en 2014 sorprendió, pues parecía imposible publicar algo tan novedoso y enciclopédico sobre la Virgen cubana.

Cueto, quien declara que "nada cubano me es ajeno", acaba de presentar otra obra suya: Cuba en USA, que aborda en detalles la influencia de la cultura cubana en los Estado Unidos.

La distinción "Mons. Carlos Manuel de Céspedes", fue conferida con anterioridad a Fina García Marruz, Gina Preval, Alfredo Betancourt y al padre Jorge Catasús. (Website de la COCC)

Yerba Buena





Friday, May 5, 2017

Mons. Dionisio García: "Quien se fue del país, por el motivo que sea, si sigue queriendo a Cuba esa persona es cubana"

(ZENIT – Roma, Abr. 2017).- “Fue un encuentro entre pastores, sí, fue muy natural, como cuando nosotros nos reunimos entre obispos para hablar de lo que cada uno tiene, claro aquí con el obispo Roma, con toda su experiencia de pastor desde hace años, en Aparecida. Nos reencontramos con Pedro, como un Pedro muy cercano”. Y precisó: “como ha sido con los tres papas que he conocido siendo obispo”.

Lo indicó este jueves el arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Dionisio García, presidente de la Conferencia de Obispos Cubanos en una conversación con ZENIT, al narrar el encuentro que tuvieron esta mañana con el Papa Francisco, en el Vaticano.

“Mire, hablamos de todo, de los pastores, los fieles, del catecumenado, sobre la composición de la comunidad, de las casa de misión, de la posibilidad de evangelizar” y señaló además que “vinimos a encontrarnos con los dicasterios” y percibimos que cada uno de ellos “tiene mucha competencia” y también “mucha sintonía con el papa Francisco”.

Sobre la actual situación en Cuba, Mons. Dionisio habla con soltura, indicando que las cosas han cambiado mucho en los últimos años, sin negar que existen dificultades.

Indica por ejemplo que en las épocas difíciles, “muchas familias tenían miedo de entrar en la iglesia, a los bautizos, de que les vieran juntos allí”. En cambio ahora “los bautizos son colectivos porque hay pocos sacerdotes y estamos acostumbrados a eso. “Y si diez se bautizan hay 150 presentes, claro, no necesariamente católicos, pero sin temor”.

Añadió que “cada día hay mayor tolerancia”, porque “en los años difíciles del estalinismo y de la poca libertad religiosa, parecía que el pueblo cubano no era creyente, pero eso era falso, la gran mayoría de los cubanos cree en Dios”, indicó, y si bien reconoce que “tantos no son católicos, es un abanico enorme de creencias”. Si bien están aquellos para quien “la Iglesia es su referencia en cuanto al bautismo, la misa por los difuntos, las celebraciones particulares”, otras personas en cambio son cristianos, evangélicos y de otras creencias.

Señaló que “en el pueblo cubano está muy arraigada la devoción a la Virgen de la Caridad”, y que “creen en Dios”. Interrogado sobre la libertad religiosa precisó que “se puede predicar en los templos y en las casas de misión y se realizan peregrinaciones casa por casa”. Así, “la Virgen de la Caridad, sintetiza los mejores ideales del pueblo, que siente a la madre que les acoge”, dijo.

Sobre el viaje apostólico del papa Francisco a Cuba señaló que fue el más sentido porque es latinoamericano y porque se habla mucho de él en la radio, mientras que en los viajes anteriores la gente sabía muy poco sobre quién era un pontífice. Por ejemplo “el día que llegó Juan Pablo II oímos por primera vez el himno del viaje”, narró, y con Benedicto XVI “tuvimos problemas para colgar los carteles”.

Interrogado sobre los cubanos en Cuba y los cubanos en el exilio, indicó que “como pastores no podemos olvidar a los católicos cubanos que se han bautizado en Cuba, defendemos a quien se fue del país por el motivo que sea, si esa persona sigue queriendo a Cuba esa persona es cubana. Cuando pedimos por los cubanos pedimos por los que están en Cuba y fuera de Cuba”. En cambio, explicó que desde el punto de vista canónica “un cristiano que vive en Manila depende de esa diócesis”. (Leer texto completo)

En Memoria de Margarita Saa

Margarita at her Academy of Ballet in Philadelphia

Ramona at the National School of Ballet in Cuba
Fotos/PBS
--------------------------


 See information about Mirror Dance documentary 

-------------------------------------------------------
ver en el blog 

Thursday, May 4, 2017

Arzobispo de Santiago de Cuba: “Cuba está esperando cambios. Está esperando cambios...”


VATICANO, 04 May. 17 / 02:29 pm (ACI).- Los Obispos de Cuba, en visita ad limina en Roma, fueron recibidos por el Papa Francisco en el Palacio Apostólico de la Santa Sede este jueves 4 de mayo.

En declaraciones a Radio Vaticana, Mons. Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba, destacó la importancia de mantener una relación fluida con la isla porque “Cuba está esperando cambios”.

“Algunos cambios se producen más velozmente que otros, pero nosotros los cubanos, cualesquiera que sean nuestras ideas personales, nos damos cuenta de que el pueblo puede vivir en mejores condiciones espirituales y materiales, y que las cosas deben cambiar”.

En cuanto a la religión, Mons. García Ibáñez afirmó que “existe una apertura en el sentido de que hay una mayor comprensión del hecho religioso, y el pueblo puede expresar la propia fe”.

Además de Mons. García, también estuvieron presentes el Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, Arzobispo Emérito de La Habana; el actual Arzobispo de la capital cubana, Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez; y Mons. Wilfredo Pino Estévez, Arzobispo de Camagüey. (sigue en ACI Prensa)

--------------------------------
Leer entrevista completa en Radio Vaticana

Cómo enseñar a los niños el concepto de felicidad (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia, programa académico extenso de 45 semanas, en la Humboldt International University. Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace.
Para información e inscribirse en el programa puede acceder en este enlace. Para comunicarse puede escribir a Universidaddelafamilia.miami@gmail.com

Resumen de la decimoquinta conferencia ofrecida por la Dra. Christina  Balinotti en Humboldt International University, como parte del ciclo de conferencias semanales y promocionales del programa académico Universidad de la familia, Ahora si auspiciado por HIU y Miami Dade County, división Parents Academy, fundado y dirigido por la Dra. Balinotti.


Aristóteles decía que todos estamos de acuerdo en que deseamos ser felices, pero en cuanto intentamos explicar cómo podemos serlo comienzan las discrepancias.

Un símbolo frecuente de la felicidad es el conocido emoticón amarillo con una sonrisa dibujada. Si navegamos Internet encontraremos, además, cientos de frases hechas, clichés y slogans que repetimos y posteamos hasta el cansancio. Sin embargo, ¿somos capaces de definir la felicidad en su dimensión profunda y ponernos de acuerdo eliminando discrepancias? ¿Qué significa más allá de las etiquetas sociales? Me gustaría contribuir con algunas ideas extraídas de la filosofía y la psicología que arrojen luz al escurridizo y polifacético concepto de felicidad y cómo enseñarlo a nuestros niños.

Comenzaré señalando las diferencias existentes entre la concepción occidental y la oriental de la felicidad. En esta parte del mundo la felicidad es sentida como una emoción y, como tal, estado de ánimo pasajero. Euforia, alegría, exaltación. En cambio, para los orientales, constituye un sentimiento y, por ende, un afecto tranquilo, pensado y permanente. Desde el punto de vista neuropsicológico dichas diferencias, en efecto, existen.

Emoción y sentimiento no son sinónimos a pesar de sus similitudes. Las emociones constituyen reacciones, básicas primitivas y automáticas del organismo ante un estímulo externo. Un conjunto de respuestas neuroquímicas y hormonales. Tienen una duración que va desde un segundo a varios minutos. Se procesan en el cerebro límbico o emocional y se expresan en el cuerpo de manera involuntaria. Si te regalan un auto o ganas la lotería, inmediatamente, una revolución química ocurre en tu organismo. El ritmo cardíaco y la respiración se aceleran, te sonrojas, sientes ganas de llorar, en este caso, de alegría. Algo parecido ocurre si recibes una mala noticia o percibes algo que consideras desagradable. Ahora bien, ¿cómo se trasmuda la emoción en sentimiento? Diremos que la emoción experimentada se traslada al neo córtex o lóbulo frontal. Zona en la cual se produce el pensamiento, el cerebro que nos hace humanos, como les comentara en una de mis charlas anteriores. Allí la emoción se transforma en palabras y pensamientos. Implica pensar y reflexionar de manera consciente acerca de la experiencia emocional sentida. Además de evaluar a qué otras experiencias nos recuerda esa situación con lo cual estamos en presencia de un sentimiento. La felicidad es en conclusión, un sentimiento.

Resulta interesante subrayar que Aristóteles y Epicuro comparten una concepción similar y subjetiva de la felicidad basada en la armonía de los átomos del cuerpo. El filósofo estagirita distinguía entre placeres en el movimiento y placeres en el reposo. Epicuro, profundizando esta categorización, afirma que, los primeros agitan, alocadamente, los átomos del cuerpo, mientras los segundos facilitan su orden y disposición. El estado natural del hombre, dice, es la felicidad, vale decir, el equilibrio de los átomos del cuerpo. Que a uno no le pase nada excitante no significa que nuestra vida es aburrida y chata, sino feliz. Una armonía integral. Sinfónica del alma en la cual ningún instrumento desafina. En este sentido la etimología de la palabra felicidad agrega mucho al respecto. Desde el latín significa fecundo, beneficiado por la fecundidad. Desde el indoeuropeo, mamar, amamantar. Evoca la fertilidad y el alimento, lo maternal como eje primordial, basamento de toda vida.

Occidente privilegia, entonces, el placer en movimiento y Oriente el placer en el reposo. Los valores que se desprenden de ambas visiones son, en consecuencia, diferentes. De este lado del mundo la felicidad nos viene de afuera. Es objetiva y garantizada por la cantidad de dinero acumulado, la cantidad de amigos, éxitos y likes en Facebook. Alcohol, viajes y compras, más y más de lo que ya tenemos. La filosofía Oriental, por el contrario, la considera algo subjetivo. Una cualidad que nace del interior reflexivo de la persona. Esta es la clase de felicidad que debemos inculcar a nuestros hijos. Contrapeso cultural ¿Cómo? Con nuestro ejemplo de vida. El Psicólogo Albert Bandura, profesor emérito de la Universidad de Stanford concluyó luego de su experimento, The Bobo doll, que los niños aprenden observando a los demás. Y aquí entra en juego la autoridad experta. Aquella que enseña a través del ejemplo. ¿Recuerdan?

Claro que, para que este sentimiento de equilibrio interno se desarrolle, debemos tener cubiertas, en primer término, una serie de necesidades humanas básicas e ineludibles. Sin la satisfacción de dichas necesidades, huecos abiertos quedarán en nuestro interior. Vacíos que, de manera inevitable, buscaremos llenar con objetos materiales y situaciones que llegan del afuera. El psicólogo Abraham Maslow diseñó, a tal efecto, la pirámide de las necesidades humanas. Cuatro niveles de necesidades que una vez satisfechas, nos lanzan hacia la plenitud de la autorrealización personal o felicidad. En el primer nivel se encuentran las necesidades fisiológicas, aquellas que garantizan la supervivencia, agua, aire, comida, salud. El segundo nivel lo representa la necesidad de asegurar las primeras. Pasamos luego a la necesidad de ser aceptado en sociedad. Claro que, primero debemos ser aceptados y amados por nuestros padres. Esperados con ansias, programados. No ser el producto de un accidente si no de una decisión consciente. Por último, alcanzamos la estimación. Amor, respeto reconocimiento. Siempre y cuando nos hayamos sentido amados, respetados y reconocidos por nuestros padres. ¿Esto significa que dejamos al niño hacer lo que desea? ¿Sin límites ni reglas? Todo lo contrario. Recuerden aplicar lo que denomino amor responsable.

En la cúspide de la pirámide se encuentra la autorealización, producto del desarrollo paulatino de la autoestima básica a expensas de la gradual satisfacción de los imperativos bio-psico-sociales mencionados más arriba.

Hay dos clases de autoestima, una básica, estructural, columna vertebradora de nuestra personalidad y una autoestima circunstancial favorecida por las circunstancias de la vida. Despido laboral, fracaso universitario, muertes de seres amados, enfermedades. En definitiva, las crisis que a todos de una u otra forma nos ocurren. La autoestima básica es como el tronco fuerte de un árbol. Vientos y tempestades lo azotan pero no lo derriban.

Qué sucede en el caso de un niño que, a pesar de tener una vida plena, con padres que lo aman, respetan, reconocen y contienen en un marco de reglas familiares se siente abatido, aburrido sin ganas de ir a la escuela o realizar sus actividades preferidas. Esto vale para ti también, mamá o papá. En este caso sería adecuado atribuir el hecho a factores de índole biogenéticos que pudieran influir en su conducta. Déficit en ciertos neurotransmisores, tal vez, disparado por un estresor socio-ambiental, la escuela, los profesores, los amigos, muerte de un familiar amado o de una mascota. En este caso, será conveniente consultar al médico primario para que conduzca las derivaciones correspondientes.

¿Qué aprendimos hoy? 

1. Aprendimos, sobre bases psicológicas y filosóficas, que la felicidad es un sentimiento. Proviene de nuestro interior y, por lo tanto es subjetivo. Eduquemos a nuestros hijos en la valoración de lo permanente, lo íntimo del ser. Lo inmaterial. Apreciar los sentimientos y controlar y reconocer emociones. Todo lo material, efímero lo aprenderán de la cultura y es inevitable que así sea.
2. Comprender que una sólida autoestima básica lo protegerá del peligro de perder su equilibrio interno ante las crisis de la vida.
3. La importancia de satisfacer las necesidades básicas del niño que comienzan en lo biológico y culminan en lo social y se extienden a lo largo de toda la vida adulta. Su satisfacción constituye un antídoto y la primera vacuna que debemos administrar a nuestros hijos.

Hasta la próxima conferencia. Gracias por su atención.



 

Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística.

Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016.

Ballet performance en La Habana

 

Wednesday, May 3, 2017

La verdadera historia de Robinson Crusoe (por Georges Ferdinandy)

Relato incluido en el libro El niño perdido (Editorial Silueta, Miami 2017). Se puede adquirir en Amazon en este enlace.



Es un hecho que, a petición del editor, y cediendo a mi débil carácter, introducía desde el principio innumerables cambios menores en mi historia bien conocida. ¡Qué más da! Los que tienen ambiciones saben que detrás de los logros se esconde siempre toda una gama de compromisos. Para que llegue a la luz lo esencial, en general se falsifican los detalles.

Sin embargo, cuando, hace poco, volví a leer las aventuras de mi juventud, me di cuenta de que se trataba aquí de algo más que de arreglos menores. Para lograr la gloria tan deseada, traicioné no sólo los detalles, sino también lo esencial.

He ahí por qué reanudo ahora mi interrumpida correspondencia con el editor de la historia de mi vida, echando al mar, botella tras botella, las correcciones a continuación. En la desembocadura del Orinoco, llueve desesperadamente. El vapor salado chorrea en los cristales de mis anteojos oxidados.

Acurrucado en la cabina de mi barco abandonado, temblando de fiebre, trato de salvar mi reputación.

***
Comienza mi historia afirmando que, para desesperación de mis pobres padres, quise ser marino desde mi más temprana edad. El peligro me atraía como si fuera un imán.

Es una forma de empezar inteligente, pero falsa. La verdad es que me fui por el mundo debido a la insistencia tenaz de mi madre. Fue a pesar de mi temperamento y de mis designios como me desposé con la aventura. El siete de diciembre de 1956, el día de mi partida, se consumó el viaje fatal de mi existencia. Más tarde, guiado por una desazón inexplicable, cambié esta fecha, como la mayoría de las fechas que aparecen en mi obra.

Es verdad, sin embargo, que la suerte se puso de mi lado. Poco más tarde, hubiera podido volver, ¡para qué negarlo! Pero ya me había envalentonado: después de atravesar el Rin, quise ver París.

En la Galia, fui seducido al instante por una joven. La primera a la que me unió el destino. A petición de mi editor, guardé silencio acerca de este episodio. Con toda razón: para mi historia, no tuvo consecuencias.

Ocho años más tarde, continué mi camino. Navegaba hacia el Nuevo Mundo en compañía de negreros cuando una tormenta, ilustrada con tanta insistencia en las ediciones sucesivas de mi viaje, me obligó a recalar en una isla desierta.

Nótese que no quería vender a los esclavos. Muy al contrario, pensaba en su liberación. Una locura de juventud que sería perniciosa esconder.

El naufragio desbarató mis proyectos.

***
Cuando la tempestad se calmó, vi a nuestro barco encallado a una milla marina de la costa. En una primera fase de mi nueva existencia, acercándome nadando, poco a poco recuperé el material necesario para sobrevivir.

Transportaba a tierra la carne seca y el ron, luego Céline, Cendrars, y Camus, encontrados en la biblioteca del capitán. Más tarde, mi editor eliminó estos detalles dándolos por inútiles.

Los reemplacé por pólvora, armas y utensilios.

En una palabra: puse bajo seguro mis reservas, lo que en una isla desierta puede hacer que la vida sea, incluso, aceptable.

Con la llegada de la estación de las lluvias, el barco desapareció en la neblina. Así que me olvidé de él. Ya no me sentaba en la costa para observar el horizonte. Tenía otras cosas que hacer.

En esta segunda fase de mi existencia de náufrago, descubrí el interior de la isla. Construí una casa, la cerqué. Fabriqué mesa y sillas rudimentarias. Terminados mis trabajos, me senté y empecé a redactar el diario que hoy conocen todos los niños en edad escolar.

Y los años pasaban. Poco a poco, me cansé de esa lucha cuyo único resultado tangible eran mis apuntes. ¿Escritos para qué? ¿Escritos para quién?

***
En mi biografía ni se menciona que fui torturado por diversas enfermedades: en primer lugar, la malaria y las fiebres tropicales de toda índole. Más de una vez creí que iba a perecer como un gusano. Luego, recobraba fuerzas. Al final de la estación de las lluvias, eliminaba de mis notas los pasajes intolerables escritos bajo el efecto de las drogas.

Tengo que confesar que, entre tanto, me entregué a la bebida. Mezclaba con leche de coco el ron de las reservas del capitán. Cada noche, entre la puesta del sol y la salida de la luna me emborrachaba. Otros pueden decir lo que quieren de este vicio, pero yo le debo mi vida.

Un día, en lo más profundo del desamparo, me puse a leer una Biblia encontrada en la cabina del capitán, y que ese pobre viejo probablemente nunca tocó. No saqué mucho provecho. No entré en una iglesia desde el día en que mis compañeros, los monaguillos, robaron las limosnas y estrangularon al párroco con el cable del teléfono.

Pues sí. No era el alegre leñador que presentan mis notas.

El tiempo pasó; cada día me aventuraba menos en el interior de la isla. Ni me tomaba ya la molestia de sentarme a la orilla del mar cuando caía la noche. Y esto, a pesar de que, durante la estación seca, se percibía una sombra en el horizonte. Una lengua de tierra sin duda, o quizás mi buque que, de vez en cuando, emergía de las ondas.

Tenía un papagayo, le enseñaba a hablar. Fue una de mis pocas alegrías ver a ese pequeño animal afectuoso posarse sobre mi hombro, y, ––¡Robinson! ¡Robinson! –llamarme por mi nombre que no oía desde hacía tanto tiempo.

***
Hacía ya veintitrés años que moraba en la isla, cuando un acontecimiento inesperado tiró por tierra mi vida al fin y al cabo tan serena. Una mañana, encontré huellas de pies humanos en la arena de la playa. Mi descubrimiento fue seguido por otros. Hasta el día en que le salvé la vida a Viernes, mi futuro compañero.

Así comenzó la mentira que degradó en un cuento para niños mi lamentable historia. Porque los caníbales no devoraban los tendones correosos de sus enemigos en sus banquetes repugnantes. Organizaban sus incursiones en compañía galante, como suelen hacerlas los hombres en el mundo entero. El hecho de que sacrificaran a sus víctimas al final de sus orgías era parte de su espontánea naturaleza. ¿Es sorprendente que yo observara excitado sus curiosas festividades?

Para mi libro, tuve que cambiar estos pasajes indecentes. Las graciosas indígenas se convirtieron así en guerreros sombríos, y Lunes –éste fue el nombre que le puse a mi dulce presa– en Viernes, el buen salvaje bien conocido de los niños.

Un lector sagaz hubiera adivinado que este ser suave y sumiso pertenecía al sexo opuesto. Tenía un pelo largo y liso, su piel era de seda, sus ojos, grandes y brillantes. Pero mis lectores no eran más que niños inocentes.

Cuando la apresé, y ella se arrodilló en la arena para abrazar mis rodillas, yo temblaba como las palmas agitadas por los vientos alisios.

Trato de atenerme a los hechos: a fin de cuentas, mi historia es una crónica. Lunes aprendió a vestirse, a hablar mi idioma. En la medida de lo posible, hice abstracción de su sexo. Ni en sueños hubiera pensado que, falsificando la verdadera naturaleza de nuestra relación, castraba la historia de mi vida.

***
Cualquiera podría imaginar que, después de veintitrés años de abstinencia forzada, la vida de un joven macho se convertiría en una orgía ininterrumpida. Sin embargo, las cosas no fueron tan sencillas. Me acostumbraba a la vida conyugal paso a paso, por decirlo así, y, cuando al fin mis coitos abundantes llegaron a ser cotidianos, en lugar de felicidad, fue una profunda tristeza la que se apoderó de mi espíritu. Empecé a echar de menos los ensueños apacibles de mi vida solitaria.

¡Cuántas veces me imaginé lo que hubiera sido mi existencia si Lunes hubiera sido Viernes, un varón! Pero mi esclava era una mujer, una auténtica mujer, que no tardó en tomar las riendas en mi paraíso terrenal.

Ya no temblaba a cada disparo de mi escopeta. Quería que cazáramos indígenas, que ella prepararía luego a la brocheta. Tuve que rendirme a la evidencia: aunque me lo había jurado, nunca perdió las ganas de devorar carne humana, como lo había hecho en su país.

Si me hubiera limitado a describir sus transformaciones, no hubiera tenido que inventar nuevos personajes para hacer avanzar el relato. Como el padre de Viernes, ese anciano ridículo. Pero mi editor tenía un miedo cerval de los movimientos feministas. Según él, nuestro libro no debía convertirse en una historia que motivara sus críticas.

Así sucedió, y ahora ya es tarde para lamentarme. Como consuelo, me digo que todos conocen bien las peripecias de Adán y Eva.

***
Fueron tiempos difíciles. Al principio, varón cándido, intenté –a veces severo, a veces complaciente– hacer volver el curso de nuestra vida a su cauce original.

Pero mi isla ya no me pertenecía, y, con el paso de los años, mi pequeña Lunes, tan graciosa y dulce, se convirtió en una furia espantosa.

Jamás olvidaré el día en que, bajo pretexto de reorganizar la casa, rajó y quemó mi viejo escritorio, testigo de tantos esfuerzos y de tantas ilusiones. Con una escopeta bajo el brazo, buscaba mi diario que, por una intuición muy acertada, consideraba como su peor enemigo.

Una tarde, después de una larga ausencia, me senté otra vez en la playa. El viento soplaba, y, cuando la bruma se disipó, vi en el horizonte a mi barco, en su lugar de siempre, a una milla marina de la costa, encallado en las rocas.

El día siguiente, atravesé nadando la bahía, cargando sobre la cabeza mis apuntes. Así fue como se inició la tercera fase de mi vida de exiliado. Poco a poco, me puse a transportar a bordo mis efectos miserables: mis libros y mis utensilios.

Lunes no se dio cuenta de esas maniobras, y yo me envalentonaba, y pasaba más y más tiempo en la cabina del capitán, redactando mi diario interrumpido por tantos años.

He aquí como una mentira engendra otra. Ese tercer período de mi vida ni se menciona en la novela.

Entretanto –¡cuán inocente se puede ser!– aún soñaba que nuestra pesadilla había de terminarse algún día, y que Lunes volvería a ser la dulce esclava del principio. Le escribí cartas. Para ella, que no sabía leer. Componía poesías de amor. En mis regresos a la isla, se las recitaba. Ella me escuchaba distraída. Impasible, hacía girar, pedaleando, la piedra de afilar y amolaba nuestros cuchillos.

Un día arrojé al fuego todas aquellas tentativas ridículas. Así fue como terminó mi carrera de enamorado. Lunes descendió, una vez más, de la afiladora, y colocó sobre la mesa los cuchillos pulidos y desenfundados.

Ese día no gritó. Me examinó atentamente tocando mi pecho con suavidad. No había duda: tenías deseos de carne humana. No hay mejor manera de manifestarlo: sentí que mi último día se acercaba.

Al alba siguiente, hice un petate con el resto de mis pertenencias, y, antes de que se levantara el sol, cuando mi mujer estaba durmiendo todavía, roncando ruidosamente, de puntillas, como un ladrón, abandoné la isla.

Instalado a bordo, vi todavía por un tiempo la silueta robusta de Lunes que iba y venía gesticulando en la playa, profiriendo injurias en dirección al barco. Pero luego la estación de las lluvias volvió, cubriendo con un velo espeso el lugar de mi exilio, esa isla que por poco hubiera podido amar.

De ahí en adelante, todo es del editor. La guerra contra los caníbales, la sublevación de los marinos ingleses, todas esas cosas no son sino productos de su imaginación. De una imaginación pobre: después de cuarenta años de exilio, ningún ser sensato se dejaría involucrar en aventuras de esa índole.

Lamentablemente, es también obra de la fantasía la vuelta feliz a la patria, descrita al final del volumen, que es con la que sueño todavía en mis momentos de debilidad.

Guste o no, esta es la verdadera historia de mi vida. 



-------------------------------------------------------------
ver en el blog 

Tuesday, May 2, 2017

Orlando Salgado y Marta García, un pas de deux de la vida real (por Baltasar Santiago Martín)


Orlando Salgado Bermúdez nació en San Antonio de los Baños, Cuba, en 1952, pero su familia se mudó para el reparto Mantilla de la capital cubana cuando él tenía 7 años, y unos meses después de haber cumplido los 9 ingresó en la Escuela Nacional de Arte (ENA), como él mismo cuenta en la entrevista que le hice desde Miami vía email.

El nombre de Orlando Salgado está indisolublemente ligado al de Marta García, su esposa durante 39 años; un ejemplar pas de deux de la vida real, que tanto en la escena –en su carácter de primeros bailarines del Ballet Nacional de Cuba (B.N.C.) en su época de oro– que como pareja sentimental escribieron una hermosa e inspiradora historia de amor, profesionalismo, rigor e integridad como artistas y como seres humanos.

Tuve la suerte de conocer y tratar a su hermano Francisco Salgado (E.P.D.) –quien también fuera una destacada figura del B.N.C. –, y gracias a él llegó a mis manos el libro de Marta, titulado Danzar mi vida, publicado en Madrid, España, por la Editorial Cumbres, dirigida por mi querida amiga Mayda Bustamante, a quien solicité que me ayudara a entrevistar a Marta y a Orlando, pero, a pesar de su respuesta afirmativa, lo fui dejando erróneamente “para más adelante”, y ahora, en vez de ser una entrevista con los dos, como todos hubiéramos querido, tuve que hacerla con Orlando en solitario, porque ya Marta, desgraciadamente, está en otra dimensión.

Orlando, ¿qué querías ser de pequeño antes de decidirte a estudiar ballet?

En realidad, no tenía una idea fija ni determinada. Me gustaba mucho la carpintería, ya que mi padre era un buen carpintero y estaba más ligado a ese oficio. Recuerdo el olor a madera muy agradablemente.

Nosotros, tres hermanos, no sabíamos qué era el ballet; éramos una familia de muy pocos recursos económicos y sin tradición alguna en el arte, y menos en el ballet. Nacidos en San Antonio de los Baños, hacía poco tiempo que nos habíamos trasladado a vivir al reparto Mantilla en la ciudad de La Habana. Al irse a inaugurar la Escuela Nacional de Arte de Cubanacan en el año 1962, se hace la convocatoria en los periódicos para las audiciones a las distintas manifestaciones artísticas que se estudiarían allí. Mi madre ve una posibilidad de que estudiáramos y de un alivio económico para ella. Por supuesto que mi madre inscribió a mi hermana Nancy (un año mayor que yo) para ballet, y a mi hermano Francisco (más conocido por Panchy, un año menor que yo) y a mí en música, específicamente violín.

El caso es que ese día en que mi madre con nosotros tres fue a la sede del Ballet Nacional de Cuba (BNC) para que le hicieran las pruebas físicas a mi hermana (se presentaban muchas niñas y ningún varón), a mi hermano y a mí nos cambió el destino totalmente. Mi hermana no fue aceptada, y mientras la esperábamos sentados en el portal de la casa colonial del BNC, Laura Alonso nos descubrió, preguntándonos qué hacíamos allí, a lo que le respondimos el motivo de nuestra presencia, entonces Laura le pidió a mi madre que si no le importaba que nos hicieran la prueba física y de ritmo para estudiar ballet, y mi madre le respondió que no había ningún inconveniente (creo que pensando que sería una cosa sin ninguna seguridad ni posibilidad). Laura nos coge inmediatamente por los brazos y nos lleva al salón de ballet y allí, Rodolfo Rodríguez (en ese momento primer bailarín y partenaire de Alicia Alonso) y ella nos hacieron la prueba requerida, ¡y el resultado fue que la pasamos satisfactoriamente! Laura le comunicó a mi madre que habíamos aprobado y que si ella quería, la semana siguiente ya podíamos estar becados en la Escuela Nacional de Arte (ENA) como estudiantes de ballet, pero mi madre por supuesto le hizo saber que la decisión final la tendría mi padre cuando le consultara. Pues para sorpresa de todos, la respuesta de él fue de que daba su consentimiento.

Y como dije antes, ese día nos cambió el destino y el futuro, para bien, a mi hermano Panchy y a mí.

¿Te acuerdas del momento en que descubriste tu don para la danza?

Pues debido a esa situación sui generis de cómo llegamos al mundo del ballet (que en ese primer grupo fue casi igual en su totalidad) el descubrimiento fue paulatino; fuimos acercándonos cada día más a ese arte a medida que lo estudiábamos e íbamos conociéndolo, también por las visitas que organizaba la escuela a las funciones del BNC. Y que a partir de los tres años de estudio participábamos en diferentes pequeños papeles junto al BNC en sus funciones y eso nos fue absorbiendo sin darnos cuenta en ese mundo mágico y sublime que es el ballet y el teatro.

¿Cuál fue el mejor consejo que te dieron tus padres?

De que, aunque existían esos estúpidos prejuicios acerca de que el ballet afeminaba a los hombres, ellos sabían qué éramos y como pensábamos nosotros, y eso nos dio, aparte de un gran apoyo, una seguridad y una tranquilidad absoluta.

¿Qué miedos has tenido que vencer para poder sobresalir en tu carrera y en tu vida?

Hablo por mi experiencia personal, pero también por las vivencias que he tenido durante muchos años con innumerables compañeros de profesión. El ballet es un arte muy difícil para llegar a dominar su técnica, necesita muchos años de un enorme trabajo y aprendizaje, además de una gran disciplina, pudiéramos decir que se realiza de una forma física completamente diferente a como es el cuerpo humano, por lo tanto, siempre estamos en constante trabajo de superación y dominio de ese instrumento que es el cuerpo del bailarín. Cuidar ese cuerpo-instrumento, pero a la vez exigirle más y más, es uno de los miedos a los que se enfrenta el bailarín cada día, pues debe cuidarlo inteligentemente, sin maltratarlo; evitar graves lesiones para seguir siendo mejor, pero a la vez, para que le dure lo más posible.

Otra cuestión es la superación constante, y a medida que vas ganando en nivel profesional, en categoría, debes ir tratando de que no se detenga ese nivel, ya que a partir de ese gran nivel te evaluarán también muy diferente y de forma más exigente.

Es difícil llegar, pero mantenerse arriba es aún más difícil.

No tenemos esa ventaja como el pintor o el escritor por ejemplo que van haciendo su obra y al terminarla, ya queda permanente en el lienzo, cartulina o papel. Nuestro arte es efímero y estás luchando constantemente con el físico, y lo que trabajaste en muchas horas de ensayo y muchos días muy duramente para una o varias funciones, al poco tiempo debes volver a realizarlo para seguir dominándolo y obtener buenos resultados.

En la vida personal, querer ser buena persona siempre y la búsqueda e intención constante de encontrar la felicidad. En mi caso la pude encontrar con la gran dicha y privilegio que he tenido de estar 39 años de una relación bellísima y amorosa con Marta García, a la que además de amarla mucho, la admiré y disfruté como esa gran artista y persona que fue.

“Entre el dolor y el gozo” es una sentencia que le escuché decir a un bailarín; ¿ese ha sido tu caso?

Por supuesto, ya te hablé de lo duro y doloroso que puede ser esta carrera, pero también ese gozo enorme que te da el recibir del publico sus aplausos y sus recuerdos imborrables de cuando te veían y admiraban, llevándolos guardados en sus corazones; eso es lo máximo para un artista.

¿Cuáles han sido tus personajes favoritos en tu carrera como bailarín?

Indiscutiblemente que tengo que empezar por el Don José del ballet Carmen, del coreógrafo Alberto Alonso. Después de haber interpretado mucho su cuerpo de baile acabado de entrar al BNC y después de interpretar el personaje de Escamillo (el torero) que también disfrutaba hacerlo, llega a mí el personaje de Don José, rol que me dio muchas alegrías y satisfacciones a nivel artístico y personal. Lo interpreté junto a Alicia Alonso por muchos años, tanto la obra completa como el pas de deux en muchos grandes e importantes teatros del mundo, así como en lugares de menor fama, plazas públicas, etc., además de interpretarlo y participar en su montaje con otras compañías de nivel internacional, obteniendo excelentes comentarios de importantes críticos y periódicos del mundo. También tengo que incluir al Albrecht, del ballet Giselle, entre los grandes clásicos y los tradicionales.

Por supuesto ese ballet de cuatro bailarines llamado Canto vital, de Azary Plisetski, que jugó un importantísimo espacio en mi carrera, como también en la confirmación de la existencia de un alto nivel en los bailarines hombres del BNC, que indiscutiblemente ha sido como una semilla para el gran desarrollo de la danza masculina en Cuba.

¿Cuándo y con qué bailarina fue tu debut como Albrecht?

Tengo la fecha un poco borrosa, pero creo recordar que fue en el año 1972; lo que sí recuerdo con seguridad es que fue con la primera bailarina Loipa Araújo.

  
¿Por qué es tan difícil de bailar ese personaje?

En los ballets tradicionales, la mayoría de las veces, la parte de más importancia, más destaque y peso lo lleva la bailarina, pero en el caso de Albrecht en el ballet Giselle, este personaje reúne una serie de retos muy difíciles, pero muy bellos, tanto como intérprete que como actor, ya que es un príncipe que se disfraza de campesino y debe tratar de ser lo que realmente no es, para así engañar a su nuevo capricho, la joven y bella Giselle, y sin darse cuenta se enamora de ella; entonces deja de ser un capricho al punto tal de que al ser descubierto por el guardabosque Hilarión y desenmascarado delante de su corte y su prometida, se les enfrenta por encima de cualquier consecuencia.

En el segundo acto va convencido y enamorado a pedirle perdón a Giselle a su tumba, a pesar de saber que las wilis toman venganza y hacen bailar a los hombres hasta morir. En el trabajo como partenaire es complicado, difícil, de mucha fuerza y resistencia, y muy demandante por supuesto de la parte técnica de ballet académico que requiere seguridad y destreza. Así que para mi criterio demanda ser buen actor, buen partenaire, ser fuerte y dominar la técnica clásica.

Me imagino que ser el Albrecht de Alicia Alonso después de la salida de Jorge Esquivel del Ballet Nacional de Cuba (BNC) fue un gran reto para tu carrera debido a la debilidad visual de Alicia; ¿cómo lograste ser su partenaire con tanta aparente facilidad?

Yo ya había bailado mucho con Alicia en el momento de la salida de Jorge Esquivel del BNC, incluso había bailado el segundo acto de Giselle estando él en la compañía. así que tenía parte del trabajo adelantado. Sabes que la primera vez que bailé como partenaire con ella yo tenía 19 años, y la última tenía 40 y algo. Así que conviví con ella ese proceso de su debilidad visual por mucho tiempo y ya sabía cómo poder bailar y cumplir con la misión o función de partenaire. Fue una gran enseñanza que me sirvió también para ser mejor con las demás compañeras de baile que tuve.

Has bailado con muchas primeras bailarinas de distintas generaciones y escuelas, ¿qué le aportó esa gran variedad de compañeras en escena a un primer bailarín como tú?

Cada bailarina es individual y muy diferente, aunque haga el mismo papel del mismo ballet que otra, y en una época en el BNC éramos pocos los primeros bailarines y bailábamos mucho con todas las primeras bailarinas, lo que ciertamente fue una escuela importantísima para el dominio de la técnica del pas de deux, pero además venían bailarinas a los Festivales Internacionales de Ballet sin compañero y solicitaban un partenaire del BNC. Ese intercambio de diferentes escuelas y disímiles versiones coreográficas nos aportó mucho también. Ya se hablaba de la calidad y fuerza del partenaire de la escuela cubana de ballet.

¿Crees que existe una cierta correspondencia entre la forma de bailar y la personalidad del bailarín?

Por supuesto, el bailarín refleja su personalidad en la escena cuando interpreta. Aunque haga personajes de cortes muy distintos, siempre su médula, su interior, lo llevará a ser único y diferente. Puede ser a veces más notorio, en otras menos, pero interpretas como eres; tu calidad humana, tu cultura y tu sensibilidad también afloran, independientemente de la técnica y de la parte interpretativa.

¿Te resultó muy difícil tomar la decisión de dejar de bailar?

Pues sinceramente no, tampoco a Marta, fui un bailarín que ha tenido una carrera activa muy larga, cosa no muy común entre los bailarines hombres. Bailábamos mucho y viajábamos mucho también. Creo que fue un proceso mental y físico, lógico y de total convencimiento. Llega un momento en que empiezas a sentir que es más duro físicamente y que las fuerzas no son ya las mismas, aunque en el BNC podíamos adecuar el repertorio a nuestra edad y profesionalismo; cosa muy importante para determinados roles que requieren una personalidad, experiencia y peso escénico. No hay ninguna frustración, sino mucha satisfacción por lo vivido y bailado.

¿Cuándo, cómo y por qué decidiste trabajar y vivir fuera de Cuba?

Fue a partir del contrato en la Argentina a Marta como directora y mío como maestro y ensayador del Ballet Estable del Teatro Colón de Buenos Aires, del año 2001 al 2004.

Las aspiraciones e inquietudes artísticas y profesionales se fueron incrementando y variando, como ya dije anteriormente; habíamos estado muchos años con el BNC y al dejar de bailar nos íbamos a dedicar totalmente a enseñar, a coreografiar y dirigir, es decir, a transmitir todo lo que habíamos aprendido.

Teníamos prestigio, gran reconocimiento, y los 4 años de trabajo allí en el Teatro Colón fueron de éxitos y de grandes experiencias. Fueron surgiendo otras posibilidades, otras propuestas de trabajo, y además estaba el tema familiar, pues mi hijo vivía en Madrid desde hacía años. Estaba casado con una española, llegaron los dos nietos españoles, y queríamos disfrutarlo y estar juntos. Predominó el espíritu familiar, y además la experiencia de lo novedoso y diferente en el trabajo.

¿Te sigues sintiendo vinculado al Ballet Nacional de Cuba?

Por supuesto que el BNC tiene la mayor importancia dentro de nuestra carrera artística. Crecimos artísticamente allí, nos educamos allí; fueron muchos años (en mi caso tres de refuerzo o aprendizaje como alumno, más 33 años como profesional, que suman 36), eso no se puede borrar ni obviar, sería muy ingrato por parte de uno. Allí también trabajamos con grandes artistas nacionales –varios de ellos fueron antes nuestros profesores– y además con artistas invitados de fama internacional. Tuvimos el privilegio de tener a Alicia, a Fernando y Alberto Alonso, tres grandes artistas y maestros con una enorme experiencia internacional que nos la supieron transmitir. Allí también empezamos nuestras carreras como maestros y ensayadores, de lo que precisamente vivimos ahora. Son muchas las razones por las cuales lo considero parte mía, aunque ya no como antes por supuesto, pero en el corazón sí.

¿Eres optimista con respecto al futuro del ballet clásico?

Pienso que el mundo va evolucionando en todo, algunas cosas para mejor y otras no tanto. En el ballet y en el arte pasa igual; lo que ha perdurado, es porque es bueno y al ser humano le gusta y desea conservarlo. Por eso existen los museos con obras artísticas antiguas de todas las épocas, realmente bellas y de gran valor artístico, pero el ballet no puede estar en un museo colgado de un lienzo; es arte vivo, su museo es el teatro y el escenario; conservarlos y tenerlos en el repertorio activo es obligación y necesidad del hombre. Lo que pasa es que esas obras requieren de una serie de condiciones y recursos que cada vez se hacen más difíciles, ya que todo va por la parte económica. Lo más actual, lo más contemporáneo, lo novedoso, lleva menos personal. Mientras menos gasto, mejor, más tecnología, y eso lo que se lleva ahora y que por supuesto dé más beneficios económicos. Pero el ballet clásico no morirá, seguirá siendo la mejor base para dominar la danza y seguirá viviendo.

 

¿Cuál es el mayor regalo que te ha dado la vida?

Mira, hay cosas en la vida que no se escogen, te tocan, te pertenecen, porque es así y así está establecido. Estoy muy orgulloso de la familia que me tocó, muy honesta, sincera y todos buena gente. Eso me enorgullece mucho. Los quiero.

Hay otras personas que tú escoges durante tu vida; si te equivocas, eso no perdura, pero si aciertas, es un gran privilegio y algo muy difícil de conseguir. El mejor regalo de mi vida ha sido sin dudas Marta García. Ha sido un gran privilegio, una enorme dicha haber sido bendecido con su amor y compañía.

¿Qué sigue para ti?, ¿tienes un proyecto emocionante entre manos o alguna otra meta a corto o largo plazo?

Actualmente, para ser sincero, estoy pasando por una etapa muy difícil de mi vida. La pérdida física de mi querido hermano Panchy, y al mes y medio siguiente la perdida física de mi amada esposa y compañera de vida, Marta García, me tiene en un estado de shock, que trato de superar con el trabajo, pero todo ha cambiado demasiado para mí. Sé que vendrán cambios –no puede seguir igual–, pero en este momento seguiré trabajando y la vida me irá diciendo qué debo hacer. Tengo mucho que dar y enseñar, y espero tener salud, fuerzas y oportunidades para darlo. Eso es lo que quiero.

Ballet:

De los grandes ballets tradicionales siempre he preferido Giselle. Su bella y triste historia de amor me conmueve, y además por las posibilidades que le brinda al personaje de Albrecht, tanto en lo interpretativo, en lo técnico, como en el trabajo de partenaire. Agregándole a esto que es muy duro, de fuerza y resistencia.

Ópera:

Por su historia y bella música, La Traviata, de Giuseppe Verdi, basada en La dama de las camelias, de Alejandro Dumas (hijo).

Libro:

Cien años de soledad de Gabriel García Márquez y Danzar mi vida de Marta García. ¡Qué gran coincidencia con los apellidos!

Obra de arte:

Son tantas las grandes y hermosas obras de arte que ha creado el ser humano a través de los siglos que me gustan, que es difícil escoger una, pero te diré tres, la escultura La Victoria de Samotracia, los cuadros de Joaquín Sorolla y el Guernica de Pablo Picasso.

Película:

El Padrino (I parte) y también, La lista de Schindler.

Hobby:

Tuve por muchos años el hobby de coleccionar platos auténticos de artesanía popular, que compraba en los países que visitaba y otros que los amigos y compañeros me regalaban sabiendo de esa afición que tenía. Ahora no tengo ninguna, aunque me atrae mucho ese tipo de artesanía popular típica y folklórica de otros países.

Bebida:

Dependiendo de la ocasión y del clima pudiera variar, pero definitivamente soy de vino tinto.

Mascota:

Por la experiencia que he tenido soy de perros, y después de gatos.

Frase o lema:

“La perfección, en cualquier faceta de la vida, es meta inalcanzable, pero la búsqueda incesante de ella, es adorno y privilegio de pocos”.
Marta García

“Es más importante saber por qué se baila y después cómo se baila”.
Antonio Gades


Nota: Agradezco a Baltasar Santiago Martín que comparta, en primicia con los lectores del blog, esta entrevista que le fue concedida por Orlando Salgado para ser publicada en la revista Caritate Abril-Mayo 2017. 







Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!

Gaspar, El Lugareño Headline Animator

Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!