Thursday, November 3, 2022

Un recuerdo (poema de Alfonsina Storni)


¿Quién eras tú? Solía leyendo una novela
verte, por las mañanas, y sabía tu nombre
en el hotel serrano. Pero el nombre de un hombre
distingue y no define; señala y no revela.

Sólo estabas de paso; para otras tierras ibas.
Tu piel, como de cera; tu carne, magra y poca;
mas tus pupilas verdes, dulces, contemplativas,
llovían fuego lento al mirar una boca.

Recostado en tu hamaca, bajo los piquillines,
oías el retumbo lejano de las hachas;
sol picado y movible jaspeaba tus cojines
y a tu vera zumbaban jubilosas muchachas

Una te investigaba tus pasados amores;
otra sobre el cercano día de tu partida;
ésta, cómo bailabas, minucias de tu vida...
y todas te miraban los ojos quemadores.

Casi no respondías: brotaba en lo profundo
tu mirada y hendiendo como aguzada flecha
los torsos juveniles traspasaba la estrecha
cárcel del cuerpo humano e iba a dar a otro mundo.

Yo no me acerqué nunca. El día que te fuiste
fuí a escribir estas líneas a tu vacío puesto,
la voz algo más cálida, el corazón más triste,
el pulso más cansado. Hace cinco años de ésto.


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Social. Mayo 1928.

Wednesday, November 2, 2022

Ni hostia


Aviso de las Hermanas Carmelitas Descalzas de La Habana a las Comunidades Parroquiales del País. 


¡Alabado sea Jesucristo!

A todas las diócesis les comunicamos que ya NO hay HOSTIAS a la venta. Hemos estado trabajando con la poquita harina que quedaba y ya lo que había de reserva ha llegado a su fin.

Esperamos y confiamos en el Señor que pronto podamos retomar el trabajo y una vez que tengamos suficiente para distribuir a todas las diócesis les estaremos avisando.

Muchas gracias.

Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa. Calle 13 no.1251, entre 20 y 22, Vedado, Plaza, La Habana. Tel: 7832 1951

Más de la cultura camagüeyana. (por Carlos A. Peón-Casas)


Reiteramos hoy referencias insoslayables sobre este asunto, del que a veces, sin razones plausibles, se suele minimizar o ningunear, la prospera realidad cultural de la comarca camagüeyana de antaño.

Dejamos evidencias desde un libro singular: Tierra Prócer de Flora Basulto de Montoya, publicado en la ciudad camagüeyana en el año 1955, al que acudimos impenitentemente en busca de más luz.

... muchos se han distinguido en las letras y y en las ciencias... La lista de literatos vernáculos sería muy larga... Emilia Bernal, Isabel Esperanza Betancourt, Carmen Cordero, Daniel Rivas, Dr Luis Martínez, P. Salvador Basulto, Joaquín Enrique Piedra, Isolina de la Torre, Altagracia Sanz Agramonte, Isabel Carrasco, Mary Cruz, Isabel Velazco, Aleyda Cruz Espineta -una promesa en el verso y la declamación-  Elpidio Agramonte, Gaspar Agramonte... ¿Por su condicion filial no ha de encontrar puesto en la Literatura Didáctica la Dra. Elida Montoya Basulto? Debiera mencionar a Clara Niggeman, la dulce poetisa que vive aquí y Mercedes Riverón, la gran violeta, mentora y poetisa. Son a su vez notables recitadoras Carmina Benguria, Alicia Agramonte, Gaspar de Santelices, Humberto Estenoz, y otros que triunfan en el teatro, la radio, la televisión. Como artistas del pincel y la escultura: Servando Pita, en la pintura; y Esteban Betancourt escultor diplomado varias veces y autor de la estatua de Ramón Silva. Tratándose de periodismo: los hermanos Usatorres, los Acosta León, los de Armas, a Guillermo Arrebola, y a los tres hermanos Rodríguez Blanca y "Tito" el polifacético legislador periodista, orador y literato, por cuyo diminutivo es bien conocido de Oriente a Occidente. Alfredo Correoso, el imprescindible de la Crónica Social... Manolo de la Torre, Julio Alvarez; Rodríguez Telford, humorista, que con sus Flechas en vez de heridas produce hilaridad. Alberto Rivera; y Gustavo Tomeu y Ernesto Silva, ases de la educación física; Pio Verde el gran decano... No dejaré de mencionar a Manuel Periut, que por treinta años ha ayudado al progreso, desde las oscuras impresoras de la Cia. de El Camagüeyano... A Gilda Zaldívar Freide, prematuramente desaparecida, débese la popularidad del arte del ballet, que tanta afición ha despertado en Camagüey, y cuyos estudios los hizo en la misma exótica Rusia. En el teatro, digamos Parmenia Silva... En la actualidad hay periódicamente audiciones musicales a cargo de artistas internacionales traidos por la Sociedad de Conciertos... con cerca de 2000 socios... como Benito Prats, concertista y el Dr Chalón Rodríguez Salinas, alma de los selectos conciertos musicales que ofrece la sociedad que ellos fundaron... el Cine Club que comenta las películas después de pasadas... En el canto Adelfa Virgilu, Blanca Varela, Mery Alvarez, Magda Silvera, Yolanda Arencibia... en deportes la tierra prócer se mantiene a bastante altura... Otto y Frank Lavernia, campeones internacionales en esgrima; Arnaldo Sehwerert; en pistola: Ernesto Herrera Solís; en rifle: Wilfredo Landin Montoya; Rosendo Romero Delgado, campeón de Ajedrez; Rafael Fortun, campeón de Campo y Pista y Gerardo González, el famoso Kid Gavilán campeón mundial de Boxeo de peso welter... La Universidad solicitada desde hace siglo y medio, concedida en 1955; pero han venido funcionando la Universidad Enrique José Varona, la Universidad Politécnica y la Universidad Privada, hay tres que se han fundido con el nombre de Ignacio Agramonte para orgullo y prez de la provincia.


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Ver en el blog

En los Jardines de Otras Resistencias. Por René Fuentes. (Prólogo de la Antología Poética "Que lo diga el mar". La diáspora en el horizonte. Mujeres cubanas en la emigración. Editorial Primigenios 2022)

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La antología

Pensar, elaborar y editar una antología de poesía (de mujeres cubanas, además) suma varias vocaciones sostenidas por otra mayor: la resistencia. Y esa resistencia, individual y coral, es uno de los valores de esta antología. Que pudo tener 300 páginas menos y ser otra selección, en otro canon y con otras recurrencias. De cualquier modo, es necesario reconocer el trabajo hecho por Miladis Hernández Acosta (Guantánamo, 1968) y Liudmila Quincoses Clavelo (Sancti Spíritus, 1975), quienes seleccionaron a las participantes y los poemas incluidos. Ellas, además de antólogas, son poetas cubanas de extensa trayectoria y aquí se incluyen. Otra mención necesaria es para Eduardo René Casanova Ealo: sembrador, machetero y operario de ese “trapiche literario” constante: la Editorial Primigenios; que se hizo cargo de la primera edición del libro y que tiene un gran compromiso con la literatura cubana, sin restricciones de ningún tipo y por encima de cualquier inclemencia.

El resultado final de todos esos trabajos es esta antología con más de 500 páginas y que propone un oleaje arremolinado en su recorrido. Hay poemas que se imponen por su alta calidad; otros brillan a media asta; otros aportan curvas inesperadas por su tratamiento del lenguaje poético y del estilo; otros suben o bajan más que otros poemas ya leídos… En fin, en esta antología la lectura discurre (como movimiento, según la acepción 4 de la palabra). Además, permite al lector idear, imaginar y reflexionar (acepciones 1, 2 y 3 de discurrir, según la RAE) sobre otro mapa incompleto y valioso: la poesía cubana escrita por mujeres con una obra en curso.

A lo anterior, corresponde mencionar otro criterio fundamental que se tuvo en cuenta en la selección: la diáspora. Es decir, las poetas aquí incluidas residen fuera del país. En este sentido, la antología reúne varias resonancias y variaciones sobre el exilio (como expulsión forzada, directa o indirectamente, del país de origen) y del insilio (como permanencia física en el territorio físico de la patria, pero la persona es despojada de voz pública, de sus derechos y sus atributos simbólicos como ciudadano). Y es en trasiego entre lo vivencial y lo conceptual donde se configuran con mayor precisión cada uno de los perfiles identitarios y estéticos aquí reunidos.

Antes de analizar el contenido de la antología, hay otro aspecto que vale la pena valorar: el título. Porque, en el contexto de la literatura cubana, Que lo diga el mar es un acto locutivo que sugiere una gran puesta en marcha. Así lo dicho motiva rápidamente una serie de relaciones con la novela Jardín (1935) de Dulce María Loynaz, de donde proviene el título y el epígrafe de la antología. También, entre muchas otras relaciones posibles, está aquel verso ineludible de La isla en peso (1943) de Virgilio Piñera: “la maldita circunstancia del agua [mar] por todas partes”. Incluso, recuerda a Otra vez el mar (1983), que fue una de las novelas de Reinaldo Arenas. Ésta, especialmente, propone al mar como ámbito para el monólogo, la hibridación genérica (poesía y narrativa), límites y desahogos…

En fin, con ese título, la antología también abre otras relaciones más profundas entre los poemas aquí reunidos y otras acciones ilocutivas, como intención o finalidad de lo dicho, por ejemplo: ¿Por qué en tantas voces y en tantos poemas aquí insisten en tópicos como el tiempo, la casa, el silencio, el país, la familia y la memoria? ¿Por qué en la mayoría de los poemas seleccionados se insiste en la ruptura, la pérdida, la desidia y el fracaso? ¿Por qué esta nueva visita a Dulce María Loynaz (1902-1997)? Quien con su vida y su obra siempre motiva a reflexionar sobre las relaciones y las divergencias entre pertenencia y exclusión, entre lo universal y lo cubano.

Algunos momentos y curvas del recorrido

En el comienzo de este territorio incompleto y en movimiento está Magali Alabau (Cienfuegos, 1945, reside en Nueva York desde 1966). Quien en uno de sus poemas dice: “Hace tiempo que existo entre cosas rotas (…) / ese paisaje de labios / que recoge la tinta / es lo que importa. (…) El dogma sigue su ruta avanzando/ con gestos falsos de libertad. / Revolución acá / revolución allá / revolución de hace un siglo. (…) Solo la nieve mantiene la memoria. (…) / Me hablan de Cuba/ yo hablo del universo”. Y, con ese tono condensado y despojado de adornos retóricos, Alabau abre el contrapunto entre su noción de mundo externo o universo y su ardua relación con el dogma revolucionario que se perpetúa y castiga en su lugar de procedencia.

También hay una mención a la nieve, que ha mantenido una sostenida presencia en varias generaciones de la poesía cubana. Un ejemplo, incluso tradicional, es la clasificación que Cintio Vitier hace en Lo cubano en la poesía (1970). Donde separa, clasifica y, a la usanza de aquellos tiempos, también de algún modo encajona a “Casal como antítesis de Martí”, también evalúa como “nuevos rasgos de lo cubano: ‘el frío’ y ‘lo otro’” (p. 284). Y en la página siguiente califica o descalifica a Casal por “su incapacidad radical para asumir la realidad”. Luego argumenta sobre su “idealismo”, su “impotencia” y que “el Arte es para él, antes que nada, forma”. Por otra parte, en esa comparación, continúa diciendo: “Al revés que Martí, en Casal el mundo humano y el mundo natural se repelen” (p. 289).

Sin embargo, y volviendo a los versos de Magali Alabau: “Solo la nieve mantiene la memoria. (…) / Me hablan de Cuba / yo hablo del universo”, aquí la oposición que por entonces utilizó Vitier, para resaltar al poeta-héroe sobre el poeta-escapista, ahora resulta difusa y se apaga. Porque, después de todo este tiempo, con los cambios simbólicos de la cubanía y con el dogma revolucionario todavía gobernando, la posición de una y otra visión de “mundo” y de “poesía” pierden consistencia como antagónicas. Es decir, ahora, en este poema de Magali Alabau y en tanta poesía cubana, escrita dentro y fuera del territorio físico de Cuba, “la nieve” ya no es más “lo ajeno” y sí es pertenencia, permanencia y vigencia de lo más propio: la memoria.

El exilio, el regreso y la muerte valerosa de Martí y el hastío del insilio de Casal, ahora, desde esta perspectiva, que recorre este poema y gran parte de esta antología, van teniendo en Cuba una trama, un tejido más acotado y pequeño, relacionado y sustentado cada vez más con el pasado. Por otra parte, el “yo” personal habla de un “universo” abierto, diverso, elegible; no en manos de la asignación ni de la clasificación de ningún dogma. En conclusión, “el frío” y tantos rasgos de “lo otro”, según los términos de Cintio Vitier, ya son tiempo y memoria de lo cubano. Y en las nuevas percepciones y relaciones con el universo, lo cubano, también en la poesía, es tan auténtico por lo típico y lo territorial como por lo extraño y lo foráneo.

En ese mismo sentido rupturista, Ileana Álvarez (Ciego de Ávila, 1966; reside en Madrid, s/f) desde un poema en prosa asume otra primera persona de reclamo plural: “Se habían roto los muros hacia dentro y entramos en el redil, como mansas ovejas. (…) De la playa huimos hacia lo más hondo, a una cueva, al tazón de la memoria”. Y luego, en unos versos libres o de rima blanca, dice: “Solo canto mi queja. / Solo quiero estallar”. Más adelante, en este recorrido por la antología, Odette Alonso (Santiago de Cuba, 1964, reside en México desde 1992) tensa más esa relación con la memoria, como espacio o marcas constitutivas, tangibles y permanentes: “Humo serás / memoria de espejismo / canción que nadie evoca. (…) El silencio siempre ha sido idioma familiar”.

Además, en el poema “Osvaldo” se transfigura: “Una muchacha con nombre de varón (…) temerosa / de que alguien descubriera su falsa identidad. (…) Era la isla un palmo de mis noches / y la vida cabía en una bolsa de plástico / que en la espalda acomodaba / alegremente”. Vale destacar que Odette Alonso no ejerce ese cambio como impostura o una nueva apariencia, tampoco lo hace cuestionando ni cuestionándose “con qué espejos / con qué ojos” se mirará y le mirarán, como sí ocurre en “Vestido de novia”, de Norge Espinosa (Las breves tribulaciones, Premio El Caimán Barbudo, 1989; Ediciones Capiro, 1991). Poema que en la literatura cubana dio un paso importante sobre este tema, prejuicios y censuras.

Por su parte, Odette Alonso elige y reivindica un cambio más pleno y de una sinceridad radical: desde adentro hacia afuera. El nombre de Osvaldo es apenas la evidencia de lo visible, aquello que cualquiera podría ver y cuestionar. Pero allí, dentro y fuera de esa identidad elegida, como la menudencia de esa vida que cabe dentro de una bolsa de plástico, está Osvaldo en toda su magnitud. Incluso, “después que ya no hubo noches / ni caminos / y los trenes se perdieron entre las guardarrayas / cual sonido del viento que choca en el vacío”.

Con otros presupuestos temáticos y estéticos, el poema “Aurea”, de Aimée G. Bolaños (Cienfuegos, 1943, enseña literatura en Brasil y Canadá) aporta otros goces: la belleza de la naturaleza y la celebración de la vida. El epígrafe de Góngora anticipa ese sentido: “Goza, goza el calor, la luz, el oro”. Y, a diferencia de otros poemas de otras poetas de la antología, aquí Bolaños sale del imaginario urbano y se refugia en una secuencia simbólica: luz-silencio-bosque. Así la cubanía llega por trillos menos previsibles. El lenguaje es delicado y esmerado. Lo sereno y lo leve se abrazan.

En otro camino de otras lejanías están la voz, la persona y la poesía de Damaris Calderón (La Habana, 1967). Afincada en el sur de América, más precisamente en Chile (desde 1995). Desde allí Damaris, como una hidra que tiene por mirada y tono el desencanto de Baudelaire, no territorializa el dolor, sus antecedentes ni causas; ella es el dolor, lo corporiza. Tampoco lo limita a su condición de mujer ni al exilio. No, Damaris va por una envergadura mayor: toda la tierra es jaula. En sus poemas aquí seleccionados y en los numerosos títulos de su obra poética se puede reconocer algo así como “la anatomía múltiple del dolor”. Sin embargo, contrario al venero de la hidra, su voz cura estetizando el dolor hasta convertirlo en hecho literario y bello desencanto: “Lo que antes fue literatura / es un río que me desborda. (…) Soy mi padre. / La hija del difunto. / La otra”.

Desde Santa Cruz de Tenerife, llega a esta antología otro poema singular: “Discurso sobre la pared”, de Sonia Díaz Corrales (Cabaiguán, 1964). La primera relación de este poema con la tradición lírica cubana, podría ser con Eliseo Diego, En la Calzada de Jesús del Monte (1949); y, más precisamente, con el siempre memorable “Primer Discurso”. Pero a diferencia de Eliseo Diego, ahora Díaz Corrales no canta o pronuncia un discurso desde la exaltación de aquello sublime o “más bien enorme”. Por el contrario, aquí la pared es límite y limitación limitante. Siempre detiene, reduce, simplifica el sentir y el decir. Esa pared también es censura y casa de familia: estrecha y vigilada. En su discurso, Eliseo Diego da voz y tono a la fascinación: “Calzada, reino, sueño mío, de veras tú me comprendes / cuando la demasiada luz forma nuevas paredes con el polvo / y mi costumbre me abruma y en ti ciego descanso”.

En esa misma tradición, años después hay un libro de Dulce María Loynaz: Últimos días de una casa (1958); que con otro tono más sosegado, despliega el arco narrativo de la historia de una casa, desde los buenos tiempos pretéritos hasta el ocaso y el vaciamiento. Sin embargo, en “Discurso sobre la pared”, aunque su lectura trae rápidamente recuerdos de los poemas mencionados y otros, el tono es seco y por momentos irónico cuando afloran las relaciones de los dos elementos de la analogía (pared-gobierno). La exaltación de Eliseo Diego y la épica familiar de Dulce María Loynaz aquí son sustituidas por el ostracismo de un deterioro consciente. La poeta no canta aquí a las bellezas de un barrio ni de una ciudad. Tampoco está la figura retórica de personificar y dar voz a una casa. Habla sí, con una naturalidad y una ingenuidad inquietantes, la habitante menor de la casa. Quien se atreve a decir: “Una vez quise derribar la pared / ver más allá / y mi abuelo ordenó a la pared hacerse a un lado / miré / y más allá no había nada / aun así mi abuelo insistió en que mirara otra vez / pero no puede / el miedo estaba tendiéndome la mano / y mi abuela dijo al abuelo que le sacaría los ojos si no ordenaba a la pared recolocarse”.

Es, precisamente, con esa aparente ingenuidad, que la confesión infantil de la nieta alcanza su mayor valor. El lector va reescribiendo o completando todo aquello que está detrás del silencio. No hay reclamos ni lamentos en lo escrito. Sí hay un civismo oprimido, la misma pared y toda la derrota. En el final del poema la ironía se impone: “convenimos / que ella (la pared) aceptaría tener alguna puerta / yo me encargaría / sin excepción / de que no entrara nadie”.

En otro tramo de la antología, Margarita García (Matanzas, 1959, reside en Normandie desde 1992) apuesta por una escritura descarnada, “sin litúrgico drama”, como dice uno de sus versos. Del mismo modo, Ana Rosa Díaz Naranjo (Las Tunas, 1973, ahora en Estados Unidos) escribe: “La miseria ha estado siempre, / en todas partes, / y en el centro de mi casa”. Asimismo, Rita Martin (La Habana, 1963, reside en Estados Unidos, s/f) aborda con gravedad el exilio cubano en el poema “Isla”, donde la ciudad-país es destinatario y confidente de tantos desencuentros: “Déjate vencer / ciudad soñada / invento de nuestras cabezas putrefactas”. Y en el poema “Conversación con Dulce María Loynaz” reconstruye lo perdido y amalgama fragmentos de la historia de la nación y de la cultura cubana: “El cuerpo del valiente / desmembrado / por cuatro caballos / españoles y sus campos / de concen- tración. / La República desmembrada / de un 20 de mayo. / El canto de la mujer estéril. Las tapias del jardín de Bárbara”.

Vale agregar que Bárbara es el personaje de Jardín, la novela de Loynaz antes citada. A continuación, el poema gana en ritmo e intensidad con la enumeración de familiares de Dulce María, más escritores y músicos cubanos. En esa lista también incluye otros hechos históricos y fechas de oposiciones ideológicas. Este caos elaborado saca crédito a cualquier argumento razonable, cronológico y realista. El poema, como la nación enunciada, termina configurándose en un amasijo de sucesivas ruinas y pérdidas. Finalmente, Rita Martin cita y da razón a Dulce María: “Tanta cosa en el mundo / nos fue dada. Sólo es nuestra / la pura soledad”.

Casi como un remanso o dos estaciones en el tramo final de este recorrido, aparecen dos voces de facturas lingüísticas muy diferentes y muy consolidadas. Una es predominante poeta (Reina María Rodríguez, La Habana, 1985, reside en Miami, s/f). Otra es predominantemente narradora (Zoe Valdés, La Habana, 1959, reside en París desde 1995, nacionalizada española desde 1996). Quizás el mayor aporte de Reina María a esta antología es la bondad de compartir varios poemas inéditos; que se dejan leer como complementos de una obra poética extensa, variada y espléndida. Y que, como ha dicho Rafael Rojas (artículo en Rialta, 8 de diciembre, 2019), en la obra de Reina María Rodríguez se puede explorar “el contorno de la historia que constituye el silencio de la poesía o lo que el texto calla y el territorio donde se mueve la figura pública del poeta: los otros lugares de su enunciación”.

Por otra parte, desde la reseña de presentación de Zoe Valdés en esta antología (ella no se detiene a detallar títulos, premios, distinciones, activismos, lenguajes creativos, géneros literarios ni una lista descomunal de méritos y publicaciones) hasta los poemas elegidos (breves, personales, claros, rotundos) hay un eje común: la contundencia. Ella hace del poema un lugar de encuentros comunicantes. Y después de cada lectura queda algo así como un fogonazo sonoro que retumba.

Todo resulta tan claro y aparentemente simple, que algunos de estos poemas, además del sedimento de lo dicho, dejan la naturalidad de lo ocurrido. Por ejemplo, luego de un anti-título como “Explicaciones” (lo que no se espera de la poesía ni del poema), Zoe Valdés dice: “Estamos equivocados, / tú y yo no nos parecemos, / yo elijo el erotismo, / tú la personificación escrita, / el regodeo del sensualismo. (…) / No somos iguales, poema. /Tú abandonas, yo ardo”.

Retratos en el aire

Terminado el recorrido por esta antología, es hora de volver a la imagen (siempre vigente y cada vez fundacional) de Bárbara personaje, cuidando el jardín, en la novela Jardín, de Dulce María. Incluso, la imagen se podría completar poniendo a todas las poetas aquí incluidas con la cara pegada a los barrotes de la reja, del jardín, de la trama que se complejiza y se repite. Porque, como en la novela de Loynaz y en cada rastro de la cubanía, siempre está cerca el mar. Para decir. Para callar. Para irse. Para quedarse. Para de tantos modos, unos agotados y otros cambiantes, ser y definirse.

Vale entonces aquel trabajo (de supremo y poético amor) que en el epígrafe de esta antología aparece citado: “Los retratos van esparciendo en el aire restos de emociones dispersas, y Bárbara las recoge, y las junta y va formando con todas, al azar, una sola emoción grande, extraña, indefinida”.

Acaso ese trabajo ha sido también el mayor valor de esta antología: juntar los retratos vívidos y diversos de la poesía cubana fuera del jardín, de la reja, del mar y en la dispersión de la diáspora.

Allí, donde estas poetas cubanas cultivan, en los jardines de otras resistencias.

RENÉ FUENTES
Montevideo, Uruguay
30/7/2022


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Poetas incluidas


Magaly Alabau
María del Carmen Ares Marrero
Ileana Álvarez
Uva de Aragón
Odette Alonso
María Elena Blanco
Aimee. G Bolaños
Ana Ivis Cáceres
Damaris Calderón Campos
María Eugenia Caseiro
Amelia del Castillo
Gleyvis Coro
Yosie Crespo
Sonia Díaz Corrales
Ana Rosa Díaz Naranjo
Lleny Díaz Valdivia
Lizette Espinosa
Josefina Ezpeleta
Rosa Fuentes
Laritza Fuentes López
Margarita García Alonso
María Teresa Glaría (Maité Glaría)
Julie de Grandy
Liyanis González Padrón
Zurisaday Gómez Torres
Miladis Hernández Acosta
María Elena Hernández Caballero
Ivette Hernández Más
Yankilé Hidalgo
Odalis Interián
Maya Isla
Carmen Karin
Odalis de León
Aleida Lliraldi
Yanira Marimón
Rita Martín
Lídice Megla
Ana Margarita Mireles (Ana Mieles)
Madelin Pedroza Lombana (Piky)
Isayli Pérez
Juana Rosa Pita
Liudmila Quincoses
Martha María Riqueiro Dueñas
Mireya Robles
Reina María Rodríguez
Liliana Rodríguez Peña
Zoe Valdés
Vivian Vila Morera
Ketty Blanco


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Tuesday, November 1, 2022

Las Palmeras (un poema de Miguel A. Macau, 1886-1971)


Puestas a meditar junto al camino,
parecen las hieráticas palmeras,
iconos en las fértiles praderas,
arrancados a un templo bizantino.

Fusiforme el perfil y el tallo fino,
ascienden, para hundir en las esferas
sus penachos, que lucen cual cimeras,
orgullo del contorno campesino.

Y son como oraciones de la tarde,
corporizadas, cuando Venus arde
limpio y claro en el oro del poniente;

o como sacras vírgenes del suelo
que aspiran a fundirse con el cielo
para adornar su candorosa frente.

Aristídes de Agüero y Betancourt. Patriota, conspirador, revolucionario y propagandista durante nuestras luchas emancipadoras, diplomático e internacionalista que ha sabido colocar muy alto el nombre y prestigio de Cuba ya en los países de Europa y América, donde la ha representado, ya en los congresos mundiales en los que ha actuado hábil e inteligentemente, entre ellos en la V y VI Conferencias Panamericanas, en la Liga de las Naciones y en la Conferencia del Trabajo, cuya sesión de este año presidirá por reciente y honrosísima elección. Hoy, además, representa a nuestra República en el Consejo de la Liga y como Ministro, en Alemania. (Caricatura de Massaguer. Social. Julio 1928)

 

La voz de Caín. Napoleón Arango (por José Carlos Guevara)


La historiografía principeña, y cubana en general, tiene una cuenta pendiente. Aún se necesitan investigaciones del lupus in fabula. Para comprender el valor de un antihéroe no es suficiente su oposición al personaje protagónico: típico caso de la reunión en el paradero de Las Minas. Se conoce, a lo sumo, por el eco de las glorias la actitud de Ignacio Agramonte. Hoy los lectores tendrán la ocasión de escuchar la palabra del otro a través de una parte de su “Manifiesto”, traducido del inglés. Pero antes demos una golosina bibliográfica.

Carlos Manuel Trelles en el Tomo V de su Bibliografía Cubana del siglo XIX declara que, en algún momento aún por especificarse del año 1870, Napoleón Arango publicó un “Manifiesto” en El Fanal. Más tarde el bibliotecario confirma la existencia de un documento en inglés titulado “The cuban rebellion: its history, government, resources, objetcs, hopes and prospects. Address of General N. Arango to his countrymen in arms.”(1) ¿Acaso una versión del antes mencionado pero esta vez en la lengua de Benedict Arnold?

Naturalmente se quiso priorizar para usted lector la versión en lengua española, y este deseo creció cuando se tuvo noticia de una reproducción de ella en el Diario de la Marina correspondiente al sábado 2 de abril de 1870 (2). Ha sido imposible encontrarla por estos signos en la publicación periódica habanera, mucho menos en un número inespecífico de la prensa camagüeyana del siglo decimonónico, difícil de por sí para una consulta. Esas razones llevan a una inevitable traducción y con ello a recrear una versión nueva de la voz de Caín(3). Sin más preámbulo:

La sublevación cubana: su historia, gobierno, recursos, propósito, esperanzas y perspectivas.

Dirigido por el General Napoleón Arango a sus compatriotas en armas.

Cubanos:

Cuando Carlos Manuel de Céspedes pensó dar el grito de independencia y esperó ser secundado por el resto de las ciudades de la Isla, recibió como respuesta de las jurisdicciones de Holguín y Puerto Príncipe que ellas no lo apoyarían; las Cinco Villas y otras ciudades mantuvieron una actitud expectante. A pesar de lo antes dicho, Céspedes dijo que no tenía necesidad del resto y que él se pronunciaría el 14 de octubre como hizo después, de hecho, pero algo adelantado a la fecha. Teniendo tantas razones, como tengo, para conocer el país, y de la misma manera el carácter y las tendencias de sus habitantes; lo que España haría e hizo para estar atenta al pueblo en la Isla; a sabiendas de la política de los Estados Unidos; de los efectos y consecuencias que siguen a una revolución, especialmente cuando ella resulta de una explosión inconveniente; y convencido, además, de que debido a la naturaleza heterogénea de nuestra población y la poca ilustración de las masas, no otra cosa que exterminio podría esperarse para Cuba tomo parte en la réplica principeña a Céspedes, declarando que desde que él se decidió a llevar a cabo su terrible idea no debió de haber sido secundado por nosotros; y le hacemos responsable ante la posteridad por los males que se deriven para Cuba de su actitud.

Céspedes y sus inexpertos compañeros creyeron proclamar la independencia en Yara, sin suministro alguno de armas ni municiones de guerra, sin provisiones, ropa y otras varias cosas que no me detengo en enumerar, con las cuales apoyar su movimiento. Ignorantes de lo que es una revolución, comen deliberadamente como pollos que de manera descuidada juegan con una bestia salvaje en completa ignorancia de lo que ella es. El primer momento de entusiasmo, por parte del pueblo y la sorpresa, por parte del gobierno, les dio la victoria en Bayamo. Con esto pensaron que la independencia de Cuba ya estaba a resguardo y ese fue un error fatal, una triste ilusión que les hizo perder su sentido común y le dio rinda suelta a sus pasiones. Ese fue un error fatal de aquellos hombres que no tuvieron suficiente fuerza de voluntad para ser capaces de detenerse ¡Cuán funesto es no tener frenos!

(….)
Fragmento de una obra fechada el 28 marzo de 1870

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1. Carlos Manuel Trelles, Bibliografía Cubana siglo XIX. Tomo V, Matanzas, 1913, pág. 34

2. Roberto Méndez, Amalia Simoni: una vida oculta, 2009, Ciencias Sociales, pág. 111 Aquí se da el dato de la aparición del Manifiesto en el Diario de la Marina. En nuestra búsqueda en el ejemplar de la fecha referida al alcance no encontramos nada: https://original-ufdc.uflib.ufl.edu/UF00001565/12919?search=diario+%3dmarina

3. The cuban rebellion: its history, government, resources, objetcs, hopes and prospects. Address of General N. Arango to his countrymen in arms. Este folleto de dos páginas y puede consultarse y traducirse tal vez por alguien con mayores conocimientos de la lengua inglesa en el sitio que se ofrece a continuación para consulta de los lectores: https://archive.org/details/agd8713.0001.001.umich.edu?q=%22Napole%C3%B3n+Arango%22

Monday, October 31, 2022

Declaraciones de una sobreviviente del hundimiento de una lancha el pasado 29 de octubre: "Cuando les pasamos por al lado, él (oficial de guardafronteras) dijo: “Ahora los voy a partir al medio”, y después nos embistió y la partió al medio” . Video con declaraciones de varios sobrevivientes.


 Texto tomado de Noticias Martí



Diana Meizoso, quien resultó lesionada y perdió a su hija Elizabeth Meizoso, de 2 años de edad, en el incidente ocurrido el sábado entre una lancha rápida y una unidad de Tropas Guardafronteras de Cuba, al norte de Bahía Honda, en Artemisa, dijo a Radio Martí que la embarcación donde viajaban 23 personas fue impactada por los guardafronteras en una acción premeditada.

“Nos montamos en la lancha y, cuando salimos, él (chofer) disminuyó la velocidad porque se vio cerrado por todos lados, porque venía otra lancha. Cuando les pasamos por al lado, él (oficial de guardafronteras) dijo: “Ahora los voy a partir al medio”, y después nos embistió y la partió al medio”, detalló Meizoso a Radio Martí.

“Hubo ahogados. Mi niña estaba ahí también. Se ahogó; se dio muchos golpes. Yo también. Mi hermano estaba ahí; mi cuñada, que está embarazada, igual. Todo el mundo recibió golpes.

Meizoso señala que, tras el impacto, pierde el conocimiento, momento en el que se extravía su pequeña hija.

“Recto para nosotros. Recto. A toda velocidad. Ella (la lancha de los guardacostas) viró, y cuando fue, fue recto. A nosotros nos dio por el lado izquierdo… La partió, si yo vi los pedazos de lancha, y yo perdí el conocimiento del golpe que me dio en la cabeza, y ahí fue cuando perdí a mi niña en los brazos, y la ola me tiraba para encima de un pedazo de la lancha. Y ahí fue cuando reaccioné y empecé a gritarle a mi hermano, que mi niña dónde estaba”, dijo la joven. (Leer texto completo en Noticias Martí)

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Declaraciones de varios sobrevivientes



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Se reportan hasta el momento de esta publicación ocho víctimas mortales. 

Sunday, October 30, 2022

Crepúsculo en otoño (un poema de María Villar Buceta)


Hay en la contagiosa tristeza de esta tarde
-hora crepuscular-, yo no sé qué de ambiguo,
sutil y misterioso... Mientras cae la tarde,
mi alma, la romántica, sueña... sueña...

                                                         El ambiguo.
resplandor del crepúsculo vierte en todas las cosas
del paisaje de otoño una melancolía
que se adentra en las almas, y en las frondas ruinosas
el viento tiene un triste acento de elegía.

Paz. Quietud. Un silencio sonoro! La discreta
penumbra del ocaso va borrando el paisaje
igual que un esfumino... Tengo un ansia secreta
de sentir en mi alma el alma del paisaje!

Kevin McKenzie (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


Kevin McKenzie nació en Burlington, Vermont (Estados Unidos), el 29 de abril de 1954. Inició sus estudios en danza en su ciudad natal, en la O'Brien School of Dance, y los continuó luego en la escuela del National Ballet of Washington, entre 1867 y 1972, cuando ingresa a la compañía, tras ganar la Medalla de Plata en el VI Concurso Internacional de Ballet de Varna, Bulgaria, en la categoría Junior. Tras permanecer alejado por más de una década, en la temporada 1990-91 se desempeñó como Director Artístico Asociado de la compañía.


En 1974 se suma al City Center Joffrey Ballet como bailarín solista, en donde permanece hasta 1978. A partir de 1979 y hasta 1991 se desempeñó como primer bailarín en el American Ballet Theatre, como así también realizó participaciones con el Ballet Bolshoi y con el London Festival Ballet. McKenzie se destacó como bailarín, interpretando los roles principales de los ballet más reconocidos, como así también en los trabajos de Antony Tudor y de Martine van Hamel (quien, además, fuera su esposa). Así mismo, MacMillan creó para él el rol de Young Man en la obra “Wild Boy” (1981).


Paralelamente, desde 1984 se desempeñó como coreógrafo y Director Artístico Asociado del New Amsterdam Ballet, para el cual creó, entre otras obras, “Groupo Zambaria” (1984) y “Liszt Études” (1991). Desde 1992 es nombrado Director Artístico del American Ballet Theatre, revitalizando a la compañía y ampliando su repertorio al incluir obras de Mark Morris, Paul Taylor y Twyla Tharp. Además puso en escena sus propias versiones de “Cascanueces” (1993), “Don Quijote” (1995), “El lago de los cisnes” (2000) y “La bella durmiente” (2007).




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Saturday, October 29, 2022

Frases de motivación para empezar el día (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


- Empieza el día agradecido por cada despertar.

- No te resistas a la “Gratitud “.

- Perdona, la vida hace milagros en nosotros cuando aprendemos a perdonar.

- Da al que necesite, la mezquindad oscurece tu evolución.

- Aplica la empatía ponte en el lugar de la otra persona.

- Recuerda estar seguro de tu potencial, no te sientas inseguro ante los demás, ni ante la competencia.

- La inseguridad es sinónimo de debilidad emocional y eso te produce ansiedad y te robará felicidad.

- La felicidad está en el interior de cada ser humano.

- Libérate de pensamientos limitantes que no te dejan avanzar.

- Recuerda que cada día es un nuevo comienzo y que depende de ti hacer un cambio trascendental en tu vida.

- Ten cuidado con ese diálogo interno, a veces es nuestro peor enemigo.

- No existe limitación más grande que la que alojes en tu interior.

- Vive agradecido y en paz, solo así lograrás “SER FELIZ”.






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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora de los libros: "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle). "Los símbolos del Amanecer" (Editorial Voces de Hoy, 2020)

-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.

-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy

Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección

Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer

Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Wednesday, October 26, 2022

Así veían los ingleses a Cuba, cuando estaban en La Habana. Año 1762.

 

Camagüey. Lila Arteaga celebró su matrimonio con el Sr. Marcelo Sánchez. (Foto/Social. Junio 1928)

 


Comentario de Roberto Méndez Martínez:

"Marcelo era el heredero del Central Senado. Mi madre tuvo amistad con ellos y alguna vez la invitaron a su casa en el central. Tenían además una residencia en el reparto Garrido. Lila era de la antigua familia Arteaga, la misma de la Avellaneda y el Cardenal."

Tuesday, October 25, 2022

Vuele a su Colonia o Finca en los veloces y comodísimos Stinson de Aerovias Camagüeyanas. A cualquier lugar. A cualquier hora. (Publicidad año 1949)

 

Eucaristía (un poema de María Villar Buceta)


Vano cientificista que ver a Dios pretendes
con el maravilloso cristal de un telescopio:
te compadezco! En tu soberbia no comprendes
que es absurdo tu empeño y es inútil tu acopio
de datos, cifras, cálculos...: falsa lucubración
cuyo fracaso humilla tu mente estupefacta...

Para obrar el milagro de la revelación
no basta, oh pobre sabio!, tu pura ciencia exacta.

Depón, pues, el orgullo que lo irreal complica
con lo real, y en cuya impotencia se aduna
un inmortal pecado con un mortal castigo,
y aprende cómo un cura tu ecuación simplifica:
salmodia lamentables latines, reza, ayuna ...
y halla a Dios en un mísero puñadito de trigo.

Monday, October 24, 2022

Farmacia "La Central". Key West, 1898.


Key West. 1898.

"Director Propietario: Dr. J. R. de Armona.
Farmacéutico, Médico, Cirujano y Partero de las Facultades de París y de Madrid.
Incorporado en el Estado de la Florida.

Consultas en su oficina, de 10 a 12 del día y de 8 a 9 de la noche. Gratis solamente para los pobres sin recursos.

Se habla Inglés, Francés, Español, Aleman, Italiano y Portugués."

Foto de la Iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje (es la iglesia contigua al cementerio). Camagüey 1915.

 

Sunday, October 23, 2022

La Marsellesa (por José Marín Varona, 1898)


He aquí un canto que surgió repentinamente, digno de la época que lo produjo. Sus acentos hieren el corazón a impulsos de un santo entusiasmo.

La explosión del sentimiento público se manifiesta en esta inspiración, cuya, noble energía sobrepuja a la de los más hermosos cantos guerreros de la Grecia antigua, a las más elocuentes manifestaciones de los bardos.

Es la Musa de los combates que toma su lira de bronce para entonar con voz eléctrica estas palabras magicas :
Corramos, hijos de la patria,
el día de gloria llegó ya;
Si; el día de gloria llegó, y los hijos de la patria formaron sus batallones y elevaron el nombre francés al primer rango de las naciones.

El efecto sorprendente que este canto produjo siempre sobre los franceses, cualquiera fuera el régimen político bajo el que se hallaran; la admiración universal que despierta y de la cual no lograron librarse aquellos mismos que más temieron recordar los tiempos tempestuosos en que nació; la sorpresa mezclada de espanto que inspiró a los pueblos que tomaron las armas contra nosotros; todo contribuye, dice Jorge Kastner, a hacer de esta inspiración excepcional uno de los más hermosos monumentos del arte. Así es, que por un caso único en la historia de los cantos patrióticos, La Marsellesa ha venido A ser para todos los pueblos civilizados la expresión por excelencia de los más nobles sentimientos, entre los cuales el amor de la patria es el primero.

En efecto, el himno de Rouget de Lisle es conocido de todos los pueblos del mundo, quienes lo cantan con emoción y respeto, al lado de sus propios cantos patrióticos.

Sábese que los alemanes, que pasan una parte de su vida deplorando no haber sido los primeros en cuanto los franceses han producido antes que ellos, niegan con una persistencia verdaderamente cómica, que Rouget de Lisle-sea el autor de La Marsellesa.

Son ellos, los alemanes, quienes la han compuesto, y Rouget de Lisle no ha hecho más que copiarla.

Para probarlo han escrito en los diarios y revistas material para 50 volúmenes. Esto es demasiado, Lo que es verdad no necesita tan exagerada demostración. Cuado los alemanes se dicen autores de La Marsellesa, no se muestran ni menos ridículos ni menos tontos que cuando pintan la batalla de Solferino, donde se ve a los austriacos dueños del campo, y, en cuerpo de francés, a un suavo único fugitivo, jadeante, sin aliento, que llega al fondo del cuadro para unirse al grueso del ejército que se oculta a todas las miradas, sin duda porque el grueso del ejército se mostró en la huida más ligero aún que el suavo. A pesar de estos cuadros elocuentes, creo que a los alemanes ha de serles bastante difícil hacer creer a los mismos alemanes que únicamente por bondad de alma, el emperador de los austriacos, vencedor en Solferino, cedió la Lombardía a los franceses.

Pero volviendo a La Marsellesa, si fuera necesario probar, una vez por todas, cuanto hay de absurdo en la pretensión de los alemanes, tomaríamos los elementos de esta prueba en una serie de artículos publicados por Mr. Georges Kastneren la ‘‘Revista y Gaceta Musical’’ fecha marzo y abril de 1848.

Este trabajo, muy interesante, de nuestro sabio músico, no deja ningún asidero a las réplicas, porque es con los propios escritos de los alemanes que Mr. Kastner los combates burlándolos.

Pero, ¿a qué tratar de convencer a gente que pinta del modo que ustedes saben la batalla de Solferino? A nada.

“Rouget de Lisle, dice Mr. Kastner, oficial del cuerpo de ingenieros que estaba en Estrasburgo, fué invitado a una comida que daba el alcalde de la ciudad, Mr. de Diétrich. A esta comida concurrieron una docena de personas. Durante la comida, la conversación versó sobre los acontecimintos políticos; se habló sobre todo de la guerra, y se excitó a los circunstantes a producir cualquier inspiración, verdaderamente heróica que respondiera a los sentimientos de entusiasmo de la nación. Rouget de Lisle, que en sus momentos de ocio cultivaba con éxito la poesía y la música, se sintió inflamado por aquellos discursos. Al entrar en su casa era presa de exaltación febril. La noche la pasé improvisando las palabras de La Marsellesa, de la cual componía al mismo tiempo la música valiéndose de su violín.

Una vez terminada la obra, la remitió por la mañana al alcalde. Una pariente de éste, Mlle. Diétrich, se sentó al piano y la ejecutó. Rouget de Lisle, que aun no se había dado cuenta de su trabajo, según confesó luego repetidas veces, pudo convencerse, viendo el entusiasmo que se dibujaba en el semblante de los oyentes, de que su creación no era un suceso ordinario. Los convidados de la víspera fueron citados inmediatamente, y acogieron el nuevo canto nacional con transportes de admiración, apresurándose a copiarlo y a distribuirlo entre los músicos que lo ejecutaron al paso de las tropas. 

Los soldados, al escuchar por primera vez esta música extraordinaria cuyos varoniles acentos repercutían en el fondo de sus almas, se decían unos a otros sorprendidos de lo que experimentaban: “Qué tiene esta diabólica música? Hay en ella magia avasalladora.’’ Asegúrase que en vez de 600 hombres que debían ingresar como voluntarios, excedieron los alistados de mil y cientos. 

Rouget de Lisle publicó y repartió en Estrasburgo su himno cívico bajo el título de «‘Canto del ejército del Rhin,’’ como lo prueba un fac simile de la edición original.

Los soldados lo adoptaron y los generales reconocían su maravillosa influencia. Uno de estos escribía al Directorio: «Yo he ganado la batalla; La Marsellesa combatía a mi lado.” Otro pedía ‘un refuerzo de mil hombres o una edición de La Marsellesa.’’ Un tercero decía: ‘‘Sin La Marsellesa me batiría siempre uno contra dos; con La Marsellesa, uno contra cuatro.” 

La Convención apreció el mérito de este canto y lo hizo ejecutar como sinfonía, y varias veces en medio de sus sesiones, especialmente cuando se anunciaba alguna nueva victoria alcanzada por los ejércitos de la República. Además, la puso en el primer rango entre los cantos patrióticos que, según los términos de una ley del año 1795, debían ser ejecutados por todos los cuerpos de música de la guardia nacional y de las tropas de línea. Después de haber hecho justicia a la obra, se rindió homenaje al autor, ‘herido en Quiberon por un casco de metralla.’”

Los restos de Rouget de Lisle, que hacían 25 años reposaban en el antiguo cementerio de Choisy-le-Roi, fueron exhumados para transportarlos al moderno de la municipalidad de París. La tumba de este gran ciudadano está cubierta con una piedra calcarea, en la cual léese este epitafio, a la vez severo, enérgico y sencillo:
Aquí reposa
Claudio Rouget de Lisle,
nacido en Lons-le-Saulnier en 1760,
muerto en Choisy-le-Roi en 1830.
Cuando en la revolución francesa de 1792
fué llamado a combatir,
él dió para vencer
el Himno de la Marsellesa.
Rouget de Lisle ha regenerado nuestra poesía guerrera. Además de La Marsellesa, compuso un gran número de trozos históricos y caballerescos, notables por la energía, concisión, espontaneidad, y un no sé qué de solemne, patético y vehemente que
hiere, excita y arrastra. Tales son entre otros muchos Olivier, Raoul de Crècy o La Crotsade, Duguesclin, Charles VII, Bayard, y el Himne de Roland, del cual tradujo este axioma de los héroes de la antigiiedad, que es también desde hace siglos, el de los franceses:
Dulce et decorum est pro patria mori,
que en la canción de los girondinos fué traducido en esta forma en 1848:

Mourir pour la patrie
C' est le sort le plus beau, le plus digne d' envie.



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Texto tomado de la Revista de Cayo Hueso. Septiembre 11, 1898.




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Ver en el blog

¿A quién pertenece la música de "Quiéreme mucho"? (por Verónica Fernández Díaz)

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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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