Wednesday, March 13, 2019

Yerma y Frida: dos maternidades frustradas muy diferentes (por Baltasar Santiago Martín)

Fotos/Alfredo Armas
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En el inmejorable marco del III Festival Internacional Casandra de Teatro dedicado a la Mujer se presentaron dos obras muy diferentes entre sí, pero con un gran punto en común: la maternidad frustrada de las protagonistas.


Si bien Yerma se consume en esa frustración –que a mi juicio enmascara otra mucho más grande: la de la falta de amor y atracción sexual por su seco marido–, atrapada en el rígido corsé de las cuatro paredes de su casa, y, por supuesto, de los prejuicios y convencionalismos culturales que aún hoy condicionan el comportamiento de la mayoría de las mujeres (por muy liberales que se consideren), Frida se realiza como mujer, libre pensadora y artista, y se crece y trasciende sobre el terrible infortunio de su enfermedad, su accidente y la mutilación de su pierna.


Yerma está sana del cuerpo, pero enferma del alma, del espíritu; Frida, en cambio, es prisionera de un cuerpo enfermo, pero su alma vuela, la libera de ese cruel encierro. Sí, ambas sufren, pero de distinta manera.


Lilliam Vega, que gracias a Dios está muy sana, tanto del cuerpo como del espíritu, y es una madre y una mujer totalmente realizada, ha podido entender y atrapar muy bien – quizás por lo mismo– universos tan contrapuestos entre sí como los de Yerma y Frida, y nos ha regalado dos puestas memorables: Yerma y La fiesta de Friducha, por supuesto que con la complicidad de Raquel Carrió y de los excelentes actores que corporizaron la inmortal tragedia lorquiana, y de Rosalinda Rodríguez y Carmen Olivares, en el difícil reto de mostrar en escena de modo tan explícito y magistral la batalla –y la victoria (¡sí, la victoria!) – de Frida sobre su tragedia corporal.

Vayamos por puntos:


Ivanesa Cabrera, sin lugar a dudas, se convirtió en Yerma esa noche, y me admira cómo una mujer que es madre pudo olvidarlo para sentir el drama de lo contrario, y mucho más que eso, el de no sentir pasión por su pareja, y sí atracción reprimida por lo prohibido, que es Víctor (Frida, en cambio, no lo hubiera dudado).


Anna Sobero, como María, la amiga felizmente embarazada de Yerma, volvió a demostrar que es una actriz que engrandece cualquier papel pequeño al que se enfrente, y su María es totalmente opuesta a la amargada Yerma: fresca y alegre como cascabel, creíble aun desde la perspectiva actual.


Susana Pérez estuvo inconmensurable en su rol de la vieja Dolores, en una actuación muy diferente –como ella misma me dijo cuando la saludé y felicité al final de la obra– a las que nos tiene acostumbrados desde Sol de batey.



Jorge Luis Álvarez, a su vez, fue absolutamente convincente como Juan, el esposo de Yerma, “quien pasa mucho tiempo trabajando en el campo, especialmente de noche, y pone más esfuerzo en ganar dinero que en crear una familia”, como reza la sinopsis de la obra, y el afable Jorge Luis se transmutó en ese hosco labriego andaluz “al que no le importa tener hijos”, pero que tampoco parece sentir el apremio de la carne de su esposa (quién sabe si se desahoga por su propia mano en las largas noches en que duerme fuera de casa, o si alguna cabra sustituye a Yerma en sus urgencias viriles).


Rodolfo Jasper, como su amigo Víctor, fue la contrapartida perfecta de Jorge Luis. Joven, fresco y extrovertido, encarnó perfectamente a quien hubiera podido ser el escape de Yerma de su infelicidad, pero el temor al qué dirán y a la maledicencia de la aldea la bloquean e inmovilizan.


Raquel Carrió, en su admirable versión del texto original de Lorca, nos ahorró tener que soportar a las “metiches” hermanas de Juan, que bien mirado, no fueron necesarias para recrear la ya de por sí opresiva atmósfera de la casa de Yerma y Juan (en La fiesta de Friducha, como leerán a continuación, tendremos en cambio a una hermana casi omnipresente).


“No os acerquéis, porque he matado a mi hijo, ¡yo misma he matado a mi hijo!, finaliza así esta impactante tragedia, con una tremenda Ivanesa Cabrera dando ¿fin? al calvario de Yerma, para dejarnos pensativos sobre si el nuevo y terrible destino al que la frustración la ha arrastrado está justificado o no. Se los dejo de tarea.


En La fiesta de Friducha, en cambio, la Khalo no mata a Diego, ni se coarta de serle infiel con otros hombres, e incluso con otras mujeres, imponiéndose sobre el qué dirán y la maledicencia de la sociedad mexicana de la época.


El teatro, la televisión y la sociedad floridana y miamense en particular han –¡hemos!– tenido la grandísima suerte de que la absoluta y exquisitamente mexicana Rosalinda Rodríguez haya decidido asentarse en nuestros playeros predios, y que –¿quién mejor que ella? – aceptara, “a calzón quitado”, con total devoción, admiración y amor, el reto enorme de apropiarse del mito y la leyenda de Frida, para humanizarla y hacerla cercana, tangible, y mucho más admirable que cuando solo leíamos sobre ella o veíamos sus desgarradoras pinturas.


Rosalinda, sin dejar de ser ella misma, ha logrado también desdoblarse en Frida: entenderla, justificarla, transitar con ella por los episodios más traumáticos de su vida, como la polio, el accidente del pasamanos del autobús que la desgarró –“¡vaya manera de perder la virginidad!”, acota Frida/Rosalinda–; el affaire con Trotski y su asesinato, ordenado por Stalin desde el rojo Moscú, y la traición, por partida doble, de su hermana al acostarse con Diego, y de este al hacerlo.


Por si fuera poco, Ivanesa me contó que el texto fue escrito entre Lilliam y Rosalinda –que sin dudas fue la que le aportó la enjundia mexicana, tequilera, alburera y mal hablada de la protagonista–, con un poder de síntesis y de escalpelo que atribuyo con total convencimiento a la directora.


No faltó nada, desde la eficaz, efectiva y bien escogida banda sonora, hasta la sugerente y surrealista escenografía (no es casualidad que se mencionara a André Breton; fue en cambio muy “causal”), ni que Carmen Olivares, como la hermana puta de Frida, se desdoblara en ella para cantarnos; ni tampoco los mariachis omnipresentes en la vida diaria mexicana, con la “exYerma” Ivanesa Cabrera cantándonos Si nos dejan.


Gracias, queridas Casandras teatrales y de la vida real, por este festival de tan alto nivel artístico y espiritual, porque no solo de dinero vive el hombre – digo, ¡la mujer!


Tuesday, March 12, 2019

Un caso de infidelidad y complejos (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.


Querida Dra. Amor, 
Estoy hace meses pensando dejar a mi actual marido, que es un hombre capaz de serme infiel con cualquier mujer que le pasa por el lado, me ha sido infiel hasta con familiares no lo soporto y no sé por qué continúo a su lado. 
Tengo tres hermosas hijas, un buen trabajo y ganas de vivir y estoy al borde de pedirle el divorcio a mi esposo y la verdad emocionalmente no me siento tan valiente como para buscar otra pareja... tras el nacimiento de mi bebe que tiene 6 meses, el médico casi me mata en la cesárea porque rompió mi intestino grueso e hice una peritonitis de 4 ángulos... estuve desahuciada por los médicos y este acontecimiento me dejó una enorme y horrible cicatriz en todo mi abdomen. 
Y pues la pregunta que día a día me hago es cómo me voy a sentir bien delante de cualquier otro hombre con esta cicatriz... otra razón para no dejar al que tengo ahora… estoy acomplejada … soy bonita, salgo a la calle y los hombres se desviven enamorándome, pero debajo de mi ropa llevo esta gran cicatriz que me acompleja y me hace la mujer bella más infeliz. 
¿Qué me aconseja?

Amiga que me escribes,

Tienes todo el derecho del mundo a divorciarte porque tu marido te ha sido y te sigue siendo infiel y parece no querer cambiar y ni siquiera estar arrepentido.

No nos dices qué edad tienen tus dos otras hijas (solo sabemos que tienes una bebé de 6 meses) y cuántos años de casada llevas sufriendo esta tortura china, pero tendrías todo el derecho del mundo a divorciarte porque él ha traicionado tu confianza una y mil veces y parece no importarle que te hace sufrir. Debe tener un corazón de piedra.

Qué lamentable lo que te sucedió en la cesárea con ese doctor criminal que rompió tus intestinos causándote una peritonitis que casi te mata. ¡Gracias a Dios estás viva! ¡Imagínate dejar a tu bebé recién nacida sin madre! Por lo que debes levantarte los ánimos diciéndote a ti misma: Preferible estar viva con una horrible cicatriz en el abdomen que muerta con un cuerpo perfecto.

Es lógico que temas de divorciarte y luego no encontrar un hombre que te acepte con esa cicatriz tan grande…pero antes de pensar en otros hombres tienes que tomar la decisión de divorciarte, considerando eso sí el impacto que pueda tener en tus hijas. Tal vez cuando a tu marido le lleguen los papeles de divorcio reaccione y decida cambiar para no perderte ni perder a las niñas.

Y en cuanto a la cicatriz, si usas un baby doll o negligé sexy y sentador que cubra tu vientre mientras tienes relaciones íntimas, ningún hombre que te ame tendrá inconveniente alguno en hacerte el amor con ropa hasta que te recuperes del todo porque con los años la cicatriz se reducirá, especialmente si usas productos especiales para ello.

Finalmente, mi llamado a los hombres casados: ¿Cuándo van a entender que la felicidad de sus esposas depende de los fieles que ustedes sean? Un hombre que dice amar a su mujer y a su familia no puede ni debe serle infiel. Punto.



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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado diez libros entre los que se encuentran: Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (2018)

Cadete (un poema de Rodrigo de la Luz)




Este muchacho se acerca sospechoso.
(Felicísimo)
Ahora que se mueren las ballenas.

Transcurre entusiasmado,
se asoma a los jardines optimista.

Su atrevimiento es tal, que me impresiona;
abarca mucho con sus brazos frágiles.

Quiere acercarse al final con heroísmo.
Quiere parar las bombas con aplausos,
seguir riendo ante el puñal obtuso.

Su cuello almidonado, sus zapatos pulidos,
su mano esterilizada - lo delatan.

Este muchacho está infiltrado entre nosotros,
pero no es parte de nosotros...

No le duelen nuestras carencias.
No se le nubla el cielo entre las ráfagas.
No se alza compungido en las colinas.
La carabina se le cae muy a menudo.

Trae una joven campana entre las manos
y la alborota al primer encuentro
con su prójimo.

Es tan puntual, tan modesto;
que ma parece cínico.

La más dudosa estrella vive fija en su órbita.
El canto más explícito se percibe en su voz.

Este muchacho contradice al aguafiestas.
Al enemigo lo recibe con efusivos estrechones.

Tendremos que expulsarlo de la tropa.
Tendremos que encontrar tercas razones.
Tendremos que salvarlo de la ira.



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Ver Rodrigo de la Luz, en el blog

Sunday, March 10, 2019

John Cranko (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


John Cyril Cranko nació en Rustenburg, antigua provincia de Transvaal (Sudáfrica), el 15 de agosto de 1927. Comenzó sus estudios en danza en la Escuela de Ballet de la University of Cape Town, bajo la tutela de Dulcie Howes. Con tan solo 16 años realizó su primera coreografía, “The Soldier's Tale”, con música de Stravinky. Más tarde, ese mismo año, se instala en Londres para continuar sus estudios en la Sadler's Wells School, sumándose al año siguiente, en 1946, al Sadler's Wells Ballet (luego denominado Royal Ballet) como bailarín.

Como miembro de la compañía, además, realizó una serie de coreografías, entre ellas “Trisch-Trasch”, sobre la partitura de J. Strauss (1946), que interesó particularmente a Ninnette de Valois, fundadora y directora del Ballet, a tal punto de incorporarla al repertorio de la compañía. De ese mismo período son obras como “Children's Corner” (1947), “Sea Changes” y “Beauty and the Beast” (ambas de 1949).


Hacia 1950, Cranko abandonó completamente su rol de bailarín para convertirse, con 23 años, en coreógrafo residente de la compañía. De esa época se destacan “Pineapple Poll” (1951), “Bonne-Bouche” (1952) y “The Lady and the Fool” (1954). Su primer ballet de larga duración fue “The Prince of the Pagodas” para el Royal Ballet, en 1957. Al año siguiente llegó su famosa versión de “Romeo y Julieta”, realizada especialmente para la Scala de Milán.


Luego de un paso fallido, en 1960, con su obra “Antígona”, Walter Erich Schaefer, director general del Wuerttemberg State Theatre, le propuso convertirse en director del Stuttgart Ballet. En los años siguientes Cranko transformó a esta pequeña compañía provincial en una mundialmente reconocida, contando en ella con bailarines como Marcia Haydée, Richard Cragun y Carla Fracci. Para el Stuttgart creó el ballet “Oneguin” (1965), con música de P. I. Tchaikovski y orquestación de Kurt-Heinz Stolze, sobre la novela homónima de A. Pushkin, “The Nutcracker” (1966), “The Taming of the Shrew” (1969), “Brouillards” (1970), “Carmen” (1971) y “Traces” (1973), entre otras.


De regreso en avión de una gira por América, mientras sobrevolaba el océano Atlántico, John Cranko falleció de un paro cardíaco, el 26 de junio de 1973. A pesar de su pronta y desafortunada desaparición física, Cranko es uno de los coreógrafos de danza académica más valorados y reconocidos de la segunda mitad del siglo XX.



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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

¿A quién pertenece la música de "Quiéreme mucho"? (por Verónica Fernández Díaz)

Nota del blog: Agradezco a Verónica E. Fernández Díaz, que comparta un nuevo texto relacionado con el músico camagüeyano José Marín Varona, de quien hoy, 10 de marzo,  se celebra el 160 aniversario de su nacimiento. 

Quiéreme mucho
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Quiéreme mucho obra de Gonzalo Roig ha recorrido el mundo como una de las tres canciones cubanas más populares de todos los tiempos. Se cantó por primera vez formando parte de un dúo de la zarzuela El servicio militar obligatorio estrenada por los intérpretes Blanca Becerra y Rafael Llorens en 1917. El propio compositor, fungiendo como pianista de cine la tocó en innumerables ocasiones para amigos y el público que se lo pedía. Incluso realizó más de 60 copias manuscritas que regaló a quienes solicitaban su ejecución. Finalmente, la obra fue vendida a la casa editora de música “Vda. De Carreras” en Prado 114 por 5 pesos, correspondiendo el derecho de autor a los Estados Unidos de América. Así se reprodujo en un periódico de la época bajo el título displicente de Esa “cancioncita”. El periódico se conserva en el Museo Nacional de la Música pero, lamentablemente, carece de datos editoriales:
—No está mal… pero, ¡imagínese! No creo que tenga mucho éxito. Usted sabe que ahora lo que está de moda son las cosas americanas, y estas cancioncitas no interesan. 
El editor hablaba con frialdad, sin interés siquiera. Sólo miró el título de la canción: Quiéreme mucho, y los autores: letra, Agustín Rodríguez; música, Gonzalo Roig. 
Hubo un momento de silencio. Después aceptó comprarla y fue firmado un sencillo documento, traspasando la propiedad para esta primera edición. Ya en la calle, Agustín fue hacia donde estaba Roig esperándole, cerca de Prado 114, donde estaba la casa editora.  
— ¿Qué?
— Aceptó.
— ¿Y cuánto?
—Un centén. 
Efectivamente, la primera edición de la canción que luego se haría universal, fue adquirida por un centén, o sea, cinco pesos de aquella época.
De entonces a la fecha Quiéreme mucho ha sido utilizada en el cine francés, el norteamericano y el mexicano en múltiples ocasiones. Se ha interpretado y grabado en diversos países de Europa convirtiéndose prácticamente en un himno de autor anónimo. Las reproducciones manuscritas que realizara el autor propiciaron que la obra fuera versionada y adaptada a gusto y como no se vendió debidamente, mientras Gonzalo Roig cobraba anualmente 900 dólares por concepto de derecho de autor, la casa discográfica norteamericana recibía más de un millar.

Ello fue motivo para que, con el tiempo, el compositor se convirtiera en uno de los más motivados defensores de la institucionalización del Derecho de Autor. De ahí que fungiera como presidente de la Sociedad Nacional de Autores de Cuba (SNAC).

Pero esta historia, como el caimito, tiene otra cara. La melodía que hizo famosa a Quiéreme mucho se reconoce perceptiblemente en una obra del compositor camagüeyano José Marín Varona estrenada en 1900, con la que ganó el Tercer Premio en la Exposición Universal de París. Se trata de la danza capricho titulada Page of life: “Página de vida” que conforma el ciclo de danzas caprichos denominadas por el autor como Tropicales.

Page of life
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En Page of life Marín Varona utiliza un motivo rítmico melódico que luego reaparece de manera casi intacta en Quiéreme mucho de Roig y por el cual se identifican ambas composiciones. El diseño estructural de ese motivo es repetido en la obra de Roig de la misma manera que lo hizo Marín Varona en su danza, con ligeras variaciones de acuerdo al género que aborda y los medios expresivos. De igual manera, ambos motivos aparecen en secciones intermedias y tienen un carácter más lírico, indicado a través de términos como Lento en Marín Varona y Tempo dolce e legato en Roig; de modo que en ambas obras el motivo se consolida como eje de la partitura.

Esta semejanza se manifiesta a manera de parodia, en la medida en que Roig modifica el sentido de la obra parodiada –la de Marín Varona– cambiando de género, compás, tonalidad, recursos expresivos y estableciendo una lectura nueva y diferente de ese motivo identificador que, si bien trata de enmascararse a través de aquellos recursos expresivos, es perfectamente reconocible.

Entre Marín Varona y Roig existió una relación amistosa aunque son músicos que pertenecen a generaciones diferentes. Se ha podido constatar que Roig admiró la obra de Marín Varona, pues de ella realizó varios arreglos para diversos formatos y la incorporó en programas radiales y de conciertos. Dan fe de ello los programas de la Banda Municipal de Conciertos que ejecutó la obertura Patria de Marín Varona; la orquesta Cervantes habitual en el programa radial de la emisora CMQ donde ejecutó obras como Novelita”, “Borincana” y Potpurri”; o los programas de conciertos de la orquesta sinfónica también dirigida por Roig para las que arregló la canción de la zarzuela El Brujo de Marín Varona.

Ello demuestra que para Roig, Marín Varona se encontraba entre los músicos célebres del siglo XIX cuya obra, no ejecutada tras su muerte, podría quedar en el olvido. Pero entre las piezas que Roig arregló de Marín Varona no se encuentra Page of life lo cual es una sospechosa coincidencia.

Plagio consciente o no lo cierto es que el propio Roig fue querellado por músicos como Rosendo Ruiz (hijo), Julio Gutiérrez, César Portillo de la Luz, Humberto Suárez, Juan Arrondo y Orestes Santos, quienes publicaron folletos y manifiestos en la prensa acusándolo por el mal manejo en asuntos de la SNAC y sus regulaciones autorales. Sin embargo Gonzalo Roig defendió siempre la autoría de Quiéreme Mucho sin aceptar que en su concepción pudiera haber influido José Marín Varona y su Page of life. En una entrevista que se le realizara al respecto, Roig afirmó:
— ¿Qué cómo surgió “Quiéreme mucho”? Déjeme usted recordar. Sí, eso es. Fue en el año 1915. Estaba la primera guerra mundial en todo su apogeo y Cuba cumplió su misión de país beligerante, haciéndonos la vida muy amarga, a fuerza de no tener azúcar, ya que toda se la vendían a los Estados Unidos y dictando la Ley del Servicio Militar Obligatorio para todos los cubanos solteros muchos de los cuales cambiaron inmediatamente de ciudadanía y de estado civil, casándose también muy inmediatamente. Con ese motivo, Agustín Rodríguez, que actuaba en esa época con su compañía de zarzuelas cubanas en el Teatro Martí, le encomendó al notable sainetero cubano Miguel de Luis, una obra que llevara por título “El servicio militar obligatorio” para ser estrenada por dicha compañía. 
— ¿Pero, “Quiéreme mucho 
— ¿No quiere usted escuchar la historia? Verá, Miguel de Luis era muy aficionado a tirarle de la oreja a Jorge, recibió un anticipo pero no hizo la obra. Entonces, Agustín, que era en verdad amigo de sus amigos, escribió la obra en una noche; en un mediodía le hice la música. La segunda parte de la canción “Quiéreme mucho” figuraba como el final del dúo de amor de aquella obra. Así nació esta canción.
Resulta sospechosa la declaración de Roig cuando confiesa que hizo la melodía en un mediodía, y ante la pregunta del periodista acerca de su fuente de inspiración en la pieza, responde:
— ¿Mi musa? Sobre los motivos o quien la inspiró se han tejido diversas leyendas. Pero la verdad es solo una. Mi musa, bien conocida de todos los artistas, estaba muy desnutrida: fue la pobreza.
Esta respuesta de Roig trae otras incógnitas e incertidumbres; ¿se refiere a la pobreza espiritual, la pobreza monetaria o la pobreza creativa? Nunca reconoce directamente su fuente de inspiración y deja sobre el tapete la madeja de una historia oscura tejida alrededor de su creación musical. Para acallar aquellas voces y patentar la obra al menos por el título, concibió una zarzuela con igual nombre en colaboración con el libretista Eduardo Robreño. Y aunque nunca fue confesado por su autor, Quiéreme mucho, canción de 1917 guarda increíble parecido con Page of life de Marín Varona, de modo que Quiéreme mucho se convierte en el hipotexto de la danza capricho Page of life.









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Ver en el blog 
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Verónica E. Fernández Díaz. Nació en Camagüey, el 28 de enero de 1972. Doctora en Ciencias sobre Arte, Profesora Titular e investigadora Auxiliar de la Universidad de las Artes y el Centro de Estudios Nicolás Guillén. Premio Anual de Investigación Cultural 2007 con “Diccionario de la música camagüeyana. Siglo XIX” y 2015 con “Música e identidad cultural. Puerto Príncipe 1800-1868. Premio CUBADISCO 2014 en Producción de Investigación Musical con el CD Páginas de vida. Música camagüeyana del siglo XIX. 3er Premio de Musicología Argeliers León de la Uneac 2017 con el estudio de la obra de José Marín Varona.

Tiene publicado el libro Diccionario de Música camagüeyana. Siglo XIX, y varios artículos en Cuadernos de Historia Principeña de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, el Anuario de la Universidad de las Artes y la revista Antenas de su ciudad natal. También tiene trabajos publicados en la revista Videncia de Ciego de Ávila, Sic de Santiago de Cuba y Clave de Ciudad de La Habana, así como artículos en varios libros. Otros trabajos suyos se han publicados en Lisboa, Portugal; Baeza, España y Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

Dos poemas de Aleisa Ribalta

Nota del blog: Aleisa Ribalta está preparando su tercer poemario Cuaderna, bao y regala. En primicia, ha tenido la gentileza de compartir estos dos textos, recién escritos, que forman parte de su libro. Muchas gracias. 


En su cabeza se oía el mar

”A veces aún puedo escuchar batir el mar
la extensión de los campos
¡inmensos!”
Chus Pato

En su cabeza se oía el mar
como una daga
como el grito
como la última mano
que separa, dice adiós
no devuelve los préstamos
no recuerda que un día
fueron siameses
y jugaron
una partida
a ganar
los dos
perdiendo
allí, juntos.

(observa cómo los animales plásticos de la granja
se colocan a su antojo ya sin poder evitar el caos)

En su cabeza se oía el mar
como un suspiro
como el sueño
como lo que regresa
de muy lejos
cargado de misterios
se revela
deja cubierto
de una inescrutable
nata de artilugios
varios
desconocidos
toda la costa.

(viste por primera vez la coca-cola en forma
de botellas vacías flotando hacia la nada)

En su cabeza se oía el mar
como un diluvio
como el llanto
como el que llega
por fin de donde nunca
partió, sigue las invisibles
huellas de
lo imaginado.

(ves al niño que fuiste que pregunta
quién nos va a devolver estos años)



Y allí, del otro lado
de ti mismo
solo quieres
una vuelta
en bote
por los cayos
vacíos
del recuerdo.

(y cruje el pargo que se quedó intacto
sin freír en la nevera de qué tiempo)




Ojo de agua

Un rumor peregrino, el percolar del tiempo,
por debajo iba el río, silencioso, certero,
buscando la llamada del curso de la vida

La montaña sabía, los hombres no aceptaban
la presencia muda de aquel fantasma vivo,
como un gorgoriteo de lluvia en la memoria
venido de muy lejos. ¿Y qué traía consigo?
¿Por qué tan cantarina la entrega de lo andado?

Esto no puede ser, dijeron,
el pueblo necesita un acueducto
y no este tintinear sin fin de los demonios.


Lo tapiaron, consiguieron los fondos
y tuvieron por fin, esplendor y acueducto.

Un día, de las entrañas mismas de la tierra
vieron salir rugiendo al fantasma,
el Ojo de agua, cerrado al Tiempo, reventó,
grieta tras grieta se rajó la mentira.

En aquel pueblo hoy corre, sin poder detenerla,
el agua de una sed nunca saciada.
La montaña lo supo, los hombres no entendieron.




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Aleisa Ribalta. (La Habana, 1971). Nacida en Cuba. Reside en Suecia desde 1998. Es poeta y coordinadora cultural. Ingeniera de profesión, se desempeña como docente de asignaturas técnicas y no directamente relacionadas a la literatura como: Diseño de Interfaces Gráficas, Diseño Web y Programación de Aplicaciones.

Tablero es su segundo poemario, de próxima aparición. Ha publicado Talud (Ekelecuá Ediciones, 2018), un primer poemario que apareció ese mismo año traducido al catalán en edición bilingüe Talús / Talud (bokeh, 2018). Tiene en preparación el poemario Cuaderna, bao y regala.

Colabora asiduamente en revistas como Animal Sospechoso (España), Conexos (USA) y Verbo(des)nudo (Chile), con artículos y traducciones. También han aparecido publicados poemas suyos en Revista Humo (México), Le folie (Argentina), Mimeógrafo (México) y Nagaris (USA). Ha participado en las antologías Poesía escrita por mujeres (Verbo(des)nudo, 2018) y Todas las mujeres (de fulanas y menganas) (Fundacionarte, 2018).



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Ver Aleisa Ribalta en el blog

Saturday, March 9, 2019

Corte de caña... y corte de tendones (por Víctor Mozo)

Nota del blog: Sección semanal a cargo de Víctor Mozo. Cada sábado comparte un texto, de lo que será un libro sobre sus vivencias durante los primeros años de la llamada "revolución cubana" y su cautiverio en los campos de trabajo forzado, conocidos como UMAP. 

Los textos anteriores se pueden leer en este enlace.


La limpieza de la caña tocaba a su fin. No dejo de recordar cómo era de fácil entrar con la guataca por aquellos surcos por los que habíamos pasado más de una vez para eliminar la mala yerba. El verdor de las hojas de esa planta magnífica que ya alcanzaba una altura respetable, resaltaba aún más en aquella tierra roja en la que a veces se tropezaba con aquellas piedras de origen calizo, filosas como cuchillo comúnmente llamadas diente de perro, los gusanos meones y algún majá que pasaba a peor vida luego de un machetazo propinado gratuitamente por alguno de los sargentos.

Las noches empezaban a ser más frescas en aquel mes de noviembre de 1966. Afortunadamente nos habían suministrado unas colchas azules con unas listas grises que nos protegían de cierta manera del comienzo de nuestro invierno tropical. Lejos estaba de pensar en aquella época que un día viviría inviernos nevados y con temperaturas de hasta -25°C y más.

Nuestra rutina del guataqueo cambiaría un buen día en el que la guataca desaparecía para cederle sitio al machete. Y si de guataca o azadón nunca había sabido, tampoco sabía de machete.

Para estrenarme en aquellas lides me pusieron de compañero a un nuevitero mucho mayor que yo de apellido Morgado cuya edad debería rondar entonces por los 30 años. Era un flaco musculoso que le gustaba hablar y que al parecer ya había cortado caña anteriormente. Llegada la hora de entrar en el surco, entre él y Segundo el político me explicaron cómo tenía que hacer y así me estrené como cortador de caña.

Entre el abajo y de un solo tajo como rezó una vez cierta propaganda, con un guante en la mano izquierda y el machete en la derecha corté mi primer plantón que hizo reír a Segundo, quien no muy lejos, me seguía con la mirada. 28, si la zafra dependiera de ti, estaríamos muy jodíos, me había dicho sonriendo. Aun suenan en mis oídos esos chasquidos característicos de cuando se corta la caña y el ruido que produce el movimiento de nuestros pies sobre el cogollo que se acumula. Nunca sería buen cortador de caña, pero algo siempre se pegaba como pelar una caña y saborear su dulce néctar.

Con Morgado la conversación no era agradable, no porque fuera mala persona sino porque veníamos de dos mundos diferentes. Salvo raras excepciones, Morgado solo hablaba de sus proezas sexuales.

En una de esas mañanas de corte, Morgado me había contado, dando todo tipo de detalles, como había violado a una mujer. Tan inocente era con mis dieciséis años que me había tomado tiempo comprender que aquel encuentro suyo con una mujer no tenía nada de romántico y sí mucho de crimen. Por suerte, no fue mi compañero de corte por mucho tiempo.

Tampoco tardó mucho para que el corte de caña deviniera tragedia. El primero en cortarse los tendones de la mano izquierda de un machetazo fue el confinado Alberto Mohimenta Sotolongo. Y bueno, cortarse, se puede cortar cualquiera, pero para que a un guajiro como Mohimenta se le fuera el machetazo de esa manera era porque algo había detrás.

El correo-corre fue grande y cogió desprevenido a todo el mundo, empezando por los sargentos. Cuando Mohimenta pasó delante de mí, caminaba ayudado por dos confinados que lo sostenían, con el brazo izquierdo en alto y la manga de la camisa empapada en sangre. Poco fue lo que se laboró ese día, la imagen de Mohimenta ensangrentado daba miedo y pena a la vez.

Dos días más tarde Mohimenta estaba de regreso en el campamento con su brazo enyesado y en cabestrillo. Según decía le dolía, pero sus ojos brillaban cuando contaba que para empezar lo habían rebajado de servicio durante 30 días. El machetazo le había cortado parcialmente los tendones de su mano izquierda y según él recuperaría la movilidad.

Mohimenta nunca dijo que se había cortado a propósito, pero a muchos nos asaltaba la duda. Curiosamente, apenas habían transcurrido un par de semanas que ya otro confinado se había cortado más o menos de la misma manera. Aquella zaga apenas comenzaba y se iría multiplicando por todos los campamentos de las UMAP. Con tal de no trabajar en el campo muchos se mutilaron. Al final hubo compañías completas con rebajados de servicio por esta causa. Me tocaría conocer posteriormente a confinados que habían perdido parcialmente el uso de una de las manos.

Debo reconocer que me pasó por la mente, y de haber sido así lo más que hubiera conseguido habría sido una buena contusión porque tampoco mi machete estaba amolado como se debía. Fue una locura que a muchos le debe haber pesado años después. ¿Valía la pena? No lo creo, aparte de no trabajar, tenías que quedarte en el campamento y en muchos casos realizar labores con la mano que te quedaba libre. La desesperación era a veces muy mala consejera.

Malena Muyala





Friday, March 8, 2019

Fragmento de "El diario de Lola" (por Thelma Delgado)

Nota del blog: Inicia esta semana, en el espacio de Thelma Delgado,  una nueva serie de textos, que serán parte de un libro (en preparación) titulado El diario de Lola.

Los poemas que hasta el viernes anterior, Thelma Delgado estuvo compartiendo con los lectores del blog, saldrán a la luz este verano en lo que será el nuevo poemario de esta autora. La edición y el prólogo de este volumen de poesía están a cargo de Waldo González López.

Para leer sus textos en el blog, en este enlace.



Querida Mimí:

Hoy fue un día muy Bueno; estoy feliz! Hoy vino al restaurant Quien ya tú sabes; en cuanto se sentó a la mesa Julieta le puso su vaso de agua, lo saludó y de inmediato vino a la cocina y me dijo en secreto –Lola ahí está el que te saca los suspiros. Me puse nerviosa! me asomé por la ventanita de la puerta y ahí estaba él, mirando algo en su teléfono; Ay! Como me gusta ese hombre!, exclamé entre dientes y sonriendo regresé a mi puesto. Quien ya tú sabes, viene todos los miércoles pues le gusta mi sazón, especialmente la sopa de vegetales que hago con tanto amor desde aquel día que le pidió al manager conocer al o la cocinera; como olvidar aquel día; Aurelio entró a la cocina y me dijo –Lola, ven que un cliente quiere hablar contigo –Conmigo? Y de qué? –Solo ven y no repeles; me lavé las manos, me arreglé el delantal y fui hacia la mesa indicada - Como te llamas? Me dijo aquel hombre con una voz que me sonó a regaño -Lola, contesté con timidez -Lola, me dijo, tu sopa de vegetales es la más rica que he comido jamás, la cocinas todos los días? –No, solo los miércoles, respondí. –Bien, pues aquí me tendrás cada miércoles para disfrutar de tu sopa. - Gracias, contesté, y ahora con su permiso me regreso a la cocina; - hasta pronto respondió el. De regreso a la cocina pude sentir su mirada siguiéndome, vacilándome, A partir de ese día mi vida tuvo un antes y un después. Cuando esos ojos color de mar me miraron yo casi me vengo! Y su voz, Dios santo! esa voz me calentó! Uf! Ese hombre es de aquellos que de solo verlos te dan ganas de quitarte la ropa y tirártele encima. Recuerdo bien como terminé ese día; me pasé la tarde cantando. Estaba tan contenta que al llegar a casa le di muchos besos a Huevo Frito; y como era de esperarse ni caso me hizo; se dio la media vuelta y se regresó al sofá. Si yo sé, yo tengo a ese gato muy mal consentido. Aquella noche soñé con él y bueno, ya te dije lo que sucedió cuando me desperté a media noche. Pero volviendo a mí cuento; resulta que hoy le dio a Julieta un papelito y le dijo que por favor me lo diera; y para compensarle por el favor le dejó más propina que la de costumbre. El me mandó su número de teléfono y una nota que decía –llámame. En cuanto salí del trabajo le llamé y charlamos un rato largo. Ay Mimí, esto me huele a romance, pero no cualquier romance, este es uno de esos de película. Quedamos de vernos el sábado por la tarde. Ahora no puedo pensar en otra cosa que no sea él; entre otras cosas me dijo que él ya me había visto entrar al restaurant y ya sabía que era yo la cocinera y como no encontraba otra manera de abordarme se le ocurrió lo de la sopa. Ay Mimí, solo de pensarme cerca de él me da nervios!, bueno, mañana te contaré más que ya es tarde y debo dormir, y soñar con él.




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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

Thursday, March 7, 2019

Una mirada a la Iglesia Católica en la Cuba de hoy (por Mons. Aranguren, obispo de Holguín y Presidente de la C.O.C.C.)


Feminismo. ¿Qué ganaron las mujeres? (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia. Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace. Para ver sus videos y suscribisrse a su canal www.unifamilia.com y visitar su website http://www.balinotti.com/


En vísperas del Día Internacional de la Mujer, un análisis breve pero sustancial, acerca de las desventajas del movimiento feminista y la mentalidad androfóbica, que, en apariencia, sustenta dicha ideología.


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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística.

Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016. Para ver sus videos y suscribirse a su canal www.unifamilia.com y visitar su website http://www.balinotti.com/

(March 7, 1985) We are the world



Wednesday, March 6, 2019

Atisbos del antiguo aeropuerto de la Pam Am en Camagüey (por Carlos A. Peón-Casas)


De ayer a hoy, por los cielos del mundo.
Atisbos del antiguo aeropuerto de la Pam Am en Camagüey.



por Carlos A. Peón-Casas


La foto es muy reveladora de aquellos tiempos, nada sofisticada, pero eficiente instalación aeroportuaria que, en la foto de marras, corresponde a la de los finales de los años 40’s del pasado siglo XX.

Ciertamente, el progreso llegó en tiempos de la II Guerra Mundial, cuando la pista de aquel aeropuerto local, que había tenido otras temprana localización en los predios del antiguo campamento militar estadounidense de los tiempos de la primera y segunda intervención a la altura de los actuales repartos La Zambrana y Garrido, vio mejorar su capacidad de recepción de los aviones de gran porte de la época, con una inmejorable pista de aterrizaje del más duro hormigón armado de la época, la misma que hoy mismo sigue en funciones, luego de inevitables mejoras como el alargamiento de la susodicha placa, ya acometido inicialmente por la propia Pan Am a finales de los años 50’s.

Quien ve el sitio ahora, correspondiente a la bien poco utilizada terminal aérea de vuelos nacionales de la ciudad, en la que opera Cubana de Aviación, y que conecta únicamente y con itinerarios muy irregulares y precarios, la ciudad agramontina con la capital; luego de volar en tiempos pretéritos desde la misma ciudad a múltiples destinos domésticos e internacionales.

En la foto se echan de menos algunos detalles: como la hoy inexistente y muy práctica entonces, torre de control, sobre el segundo nivel del pequeño aeropuerto, o la actual proliferación de infranqueables cercas perimetrales.

La Pan American World Airways, propietaria de la citada Cubana de Aviación, desde 1933(1), regía los destinos del aeropuerto y sus instalaciones desde su fundación en, amén de volar a la Florida, un destino que hoy suplantan compañías como American y Jet Blue que van a Miami y Fort Lauderdale respectivamente.

Desde 1944, su administrador general lo sería: Gerard Grossman, a quien identifica el ya citado Jiménez en su libro como camagüeyano(2), sin embrago, personas bien informadas en la ciudad de los tinajones, nos hablan de que era con toda certeza, norteamericano de origen.

Pero, un dato interesante que se cita en los Directorios Sociales de Camagüey de 1949 y 1960, respectivamente, no mencionan a ningún Gerard, sino a Samuel Grossman, y lo presentan como Agente de Pasajes de la Pan American Airways, y el propietario además del Hotel Plaza, donde tenía sus oficinas, y también en el número 225 altos de la cercana calle Avellaneda, casado con la Sra. Betty Sohn, a todas luces también norteamericana.

Mientras tanto, y en lo que dilucidamos las interrogantes, esta vieja foto de lo que fue aquel mínimo espacio aeroportuario del Camagüey, seguirá impertérrita recordando aquel sabio adagio que nunca es más verdad que ahora: “Cualquier tiempo pasado fue mejor”


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  1. …”de la que había empezado a desprenderse a partir de 1945, en que vendió el 58% de sus acciones a capitales cubanos dirigidos por Antonio Tarafa Govín, pero manteniendo los intereses hasta el 26 de Julio de 1954…” En Las Empresas de Cuba 1958. Guillermo Jiménez. Ciencias Sociales. La Habana. 2004 p.481
  2. “Manuel Quevedo había sido administrador general en Cuba hasta que en marzo de 1944 renunció(…) y fue sustituido entonces por el camagüeyano Gerard Grossman, antiguo ejecutivo de la firma” Ibid,

Ballet "Cuba dentro de un piano" (Video)



Cuba dentro de un piano

Coreografía: Eduardo Blanco
Música: Manuel Saumell, Ignacio Cervantes, Ernesto Lecuona y Harold Gramatges
Pianista: Leonardo Milanés
Vestuario: Frank Álvarez
Luces: Ruddy Artiles

El título de un famoso poema del español Rafael Alberti, se toma en préstamo para este ballet, que exalta la expresión nacional apresada por obras para piano de compositores cubanos de los siglos XIX y XX: Manuel Saumell (1817-1870), Ignacio Cervantes (1847-1905), Ernesto Lecuona (1895-1963) y Harold Gramatges (1918-2008). Las obras coreografiadas son, en este orden Un recuerdo (Cervantes), Pensando en ti (Gramatges), Ilusiones perdidas (Cervantes), Tu sonrisa (Saumell), Andar (Lecuona), No me toques (Cervantes), Lola está de fiesta y La 32 (Lecuona).

(Website del Ballet Nacional de Cuba)

Tuesday, March 5, 2019

Dyango (en su bday)

(España) Rocío Monasterio: Soy Mujer, No hables en mi nombre


El hombre ballena (un poema de Rodrigo de la Luz)


!Soñé la eternidad en la bañera!
Yo fui el hombre ballena,
que devoraba peces a su antojo.

Amé el banquete fraternal de las sardinas,
con sus ojos marinos y su pequeña longitud
azul plateada.

Crucé el atlántico y el mediterráneo
en busca de crustáceos,
y resoplé en la bahía de las olas
desdeñando mi cola musculosa.

Fui lento y triste, glotón y silencioso.
También comí raices fusiformes:
(hasta relojes se encontraron en mi vientre).

En un sendero,
que conducía a la profunda fosa,
me enfrenté con la manta gigantesca.

No hubo arpón que alcanzara a detenerme.

Fui también una trampa para cazar zapatos,
con medias y con piernas incluidas.

Me acercaba en las noches
al estridente bullicio de la playa;
al ajetreo de navíos y galeones.

Recorría en secreto el litoral.

...Sobre mi lomo de antiguo cetáceo
cayó toda la lluvia de este mundo:

Lentitud de mi vida,
ahora solo me queda aquel recuerdo.
No bien hubo acabado este poema,
la espesura de tantas nubes negras
caerá sobre mi cuerpo.

!Soñé la eternidad en la bañera!



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Ver Rodrigo de la Luz, en el blog 
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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