Tuesday, September 24, 2013

Crónica: Evocación de Onelio Jorge Cardoso, "El Cuentero" (por Waldo González López)

En Cuba, el nombre de Onelio Jorge Cardoso, entraña con justicia el canon del mejor cuento, el del realismo poético, ese que tanto apreciaran en el recordado escritor que, fallecido en 1986, es uno los mejores narradores latinoamericanos desde el lejano 1945, cuando publicara en México su primer libro: Taita, diga usted cómo.

Y de Onelio —con quien que tuve el placer de compartir encuentros y conversaciones en eventos literarios, como en su morada y en la de otro colegamigo: el poeta, narrador y Premio Nacional de Literatura y de Periodismo Félix Pita Rodríguez— corren todavía muchas anécdotas. Hoy narraré la que siempre he preferido. 

Como tantos, yo había reído de lo lindo con esta suerte de cuento oneliano que parecía extraído de uno de esos monólogos en monte adentro de «El cuentero», ese Juan Candela, acaso alter ego, otro yo del autor de tantos buenos relatos. 

Pero en este caso es sobre la literatura para niños, ‘género’ en el que también descolló con varios ejemplos, tales su noveleta Negrita y Caballito blanco, donde reuniera sus relatos. Ante todo, debo decir que me resisto a llamarla «infantil», por lo que de peyorativo implica el término para algunos sofisticados. 


Porque estas letras exigen respeto, sabiduría (de la que son capaces los lúcidos chicos) y sensibilidad, sin olvidar una buena dosis de ternura junto con ese aviso o detector de mierda de que hablaba Hemingway, útil no sólo para sus cuentos, sino para todas las expresiones literarias. 

Algunos, sin embargo —sobre todo, algunas buenas señoras, maestras o no, abuelitas tan dulces y simpáticas ellas…—, se empeñan en empequeñecerlo todo con el diminuto diminutivo que tanto molesta a los pibes —como los llaman los argentinos—. Vamos, que lo echan a perder todo con esa minúscula pupila edulcorada que suele ver a la infancia como bajo el trasluz ínfimo de Gulliver en el país de los enanos, por supuesto, en versión particular. 

Así escriben poemitas, cuentecitos y obritas de teatro que son cualquier cosa menos literatura, porque si ya de entrada te sueltan aquello de: Señor, ¿puedo leerle este poemita?, qué puede esperar uno de aquel engendrito, señor mío. 

Y lo peor del caso es que se les explica con sutileza —por supuesto, suave ironía— y tacto, mucho tacto. «Mire, señora, la literatura para niños exige respeto, sabiduría, sensibilidad, y otras etcéteras»…, pero nada, sigue la cosa. Lo más triste es que siguen empeñándose en ser poetas, cuentistas y dramaturgos con esa visioncita, pupilita y miradita… a los 70 y más años. 

Pero yo empecé hablando de una anécdota que si bien no la oí de viva voz de Onelio en ninguno de nuestros encuentros, sí tuve la suerte de escucharla en la deliciosa versión de Raquel Abreu, la fiel compañera del narrador, ensayista e historiador Raúl Aparicio. Si mal no recuerdo, me parece que fue por los ’80, cuando, a instancias del ya fallecido narrador y editor Imeldo Álvarez, yo preparaba una selección con los cuentos aparicianos que se publicaría en 1981 por la lamentablemente desaparecida Colección Ocuje de la Editorial Letras Cubanas, en cuyo título (Oficios de pecar y otras narraciones) rendí homenaje al más publicado relato del asimismo recordado historiador de Hombradía de Antonio Maceo

Raquel, con su menos deliciosa sonrisa, me contó aquella anécdota ya clásica para quienes escribimos para/por los niños. Y yo, que nunca la olvidé, la conté en innumerables ocasiones a lo largo de la isla, cada vez que fungí como jurado en concursos y talleres literarios (y tantas veces, lo confieso ahora, juraba no hacerlo más…, si bien, al final, siempre cedía a la tentación de descubrir nuevos talentos y, claro, recordar, ante algún mediocre principiante setentón y sus terribles textos, que no se deben «excribir» ciertas cosas, so pena de devenir «excretor»). 

Bueno, la cosa es que estando en Checoslovaquia de Consejero Comercial Aparicio con Raquel y su entonces pequeña hija Leticia (fíjense que no escribo Leticita, ¿eh?), llegó a visitarlos Onelio, de paso entonces por la tierra de Jan Neruda. Al parecer, interesado porque se fuera a dormir la nena para poder hablar “cosas de personas mayores” con sus grandes amigos, «El Cuentero» le pregunta: «Leticita, ¿quieres que te cuente un cuentecito de animalitos?» Y va y se lo suelta…



Al final, imagínense qué le respondió la linda niña. Sus palabras serían tan tajantes, como este brevísimo ejemplo de cómo no debe ser esta literatura:

-Tío, ¿tú crees que yo soy comemierdita?



Con el narrador cubano Manuel Pereira en 1978
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 En un Sábado del Libro (1977), 
Onelio con Dora Alonso y Ernesto García Alzola
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Waldo González López. Poeta, ensayista, critico teatral y literario, periodista cultural. Publica en varias páginas: Sobre teatro, en teatroenmiami.com, Sobre literatura, en Palabra Abierta y sobre temas culturales, en FotArTeatro, que lleva con la destacada fotógrafa puertorriqueña Zoraida V. Fonseca y, en el blog Gaspar, El Lugareño.  

Monday, September 23, 2013

Prefiero los que cantan (por Félix Luis Viera)

Nota del blog: El blog Gaspar, El Lugareño está presentando, los lunes y jueves, una selección del poemario Prefiero los que cantan ( Ediciones Unión, 1988, Cuba), de Félix Luis Viera. Se incluye traducción al italiano de Gordiano Lupi.

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Ausencia en carne y hueso sin retórica adyacente


Nadie agoniza entre las sombras
Ningún duende se suelta del rincón
Ningún pájaro nocturno partiendo las distancias
Ninguna pena es más pena que la pena de siempre
Ningún gato en la penumbra sugiere tus ojos
Ninguna puerta se queja con el viento
Ningún murmullo descuaja los tallos de la noche
Ninguna sombra descuelga la luna borra la mirada
Ninguna brisa en el limonero más que la brisa de
       siempre
Ninguna palabra viaja y llega y rompe y se rehace
Ninguna mariposa nocturna sobrevuela
desesperadamente
Ningún violín melancólico desde la copa de los
       árboles
Ninguna estrella se desprende ilumina tu cuerpo
       ausente
                        tu carne ausente tu palabra
Sin embargo, acá dentro hay un sitio que se
       rompe,
porque no estás


Mayo de 1977


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Assenza in carne e ossa senza retorica adiacente


Nessuno agonizza tra le ombre.
Nessun spirito si libera dal ripostiglio.
Nessun uccello notturno separa le distanze.
Nessuna pena è più pena che la pena di sempre.
Nessun gatto nella penombra suggerisce i tuoi occhi.
Nessuna porta si lamenta nel vento.
Nessun fruscio sradica i germogli della notte.
Nessuna ombra fa calare la luna cancella lo sguardo.
Nessuna brezza sull'albero di limone a parte la brezza di sempre.
Nessuno parola viaggia, arriva, si spezza e si ricompone.
Nessuna farfalla notturna sorvola
         disperatamente.
Nessun violino malinconico dalle fronde degli alberi.
Nessuna stella si scioglie illumina il tuo corpo
         assente
                              la tua carne assente le tue parole.
Malgrado ciò, dentro me qualcosa si
             distrugge,
perché non ci sei.


Maggio 1977

Traducción de Gordiano Lupi 
 
 
 
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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

Friday, September 20, 2013

Francisco: "El pueblo de Dios necesita pastores y no funcionarios, clérigos de despacho"

Fragmento de la entrevista hecha  al papa Francisco por el Padre Antonio Spadaro, SJ, director de la revista La Civiltá Cattolica. Publicada el 19 de septiembre por 16 revistas jesuita.

¿Es la Iglesia un Hospital de Campaña?

El papa Benedicto XVI, al anunciar su renuncia al pontificado, describía un mundo actual sometido a rápidos cambios y agitado por unas cuestiones de enorme importancia para la vida de fe, que reclaman gran vigor de cuerpo y alma. Pregunto al Papa, también a la luz de lo que acaba de decir: “¿De qué tiene la Iglesia mayor necesidad en este momento histórico? ¿Hacen falta reformas? ¿Cuáles serían sus deseos para la Iglesia de los próximos años? ¿Qué Iglesia ‘sueña’?”.

El papa Francisco, refiriéndose al comienzo de mi pregunta, comienza diciendo: “El papa Benedicto realizó un acto de santidad, de grandeza y de humildad. Es un hombre de Dios”. Mostrando así un gran afecto y gran estima por su predecesor.

“Veo con claridad –prosigue– que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas... Y hay que comenzar por lo más elemental”.

“La Iglesia a veces se ha dejado envolver en pequeñas cosas, en pequeños preceptos. Cuando lo más importante es el anuncio primero: ‘¡Jesucristo te ha salvado!’.Y los ministros de la Iglesia deben ser, ante todo, ministros de misericordia. Por ejemplo, el confesor corre siempre peligro de ser o demasiado rigorista o demasiado laxo. Ninguno de los dos es misericordioso, porque ninguno de los dos se hace de verdad cargo de la persona. El rigorista se lava las manos y lo remite a lo que está mandado. El laxo se lava las manos diciendo simplemente ‘esto no es pecado’ o algo se mejante. A las personas hay que acompañarlas, las heridas necesitan curación”.

“¿Cómo estamos tratando al pueblo de Dios? Yo sueño con una Iglesia Madre y Pastora. Los ministros de la Iglesia tienen que ser misericordiosos, hacerse cargo de las personas, acompañándolas como el buen samaritano que lava, limpia y consuela a su prójimo. Esto es Evangelio puro. Dios es más grande que el pecado. Las reformas organizativas y estructurales son secundarias, es decir, vienen después. La primera reforma debe ser la de las actitudes. Los ministros del Evangelio deben ser personas capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de saber dialogar e incluso descender a su noche y su oscuridad sin perderse. El pueblo de Dios necesita pastores y no funcionarios clérigos de despacho’. Los obispos, especialmente, han de ser hombres capaces de apoyar con paciencia los pasos de Dios en su pueblo, de modo que nadie quede atrás, así como de acompañar al rebaño, con su olfato para encontrar veredas nuevas”.

“En lugar de ser solamente una Iglesia que acoge y recibe, manteniendo sus puertas abiertas, busquemos más bien ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos, capaz de salir de sí misma yendo hacia el que no la frecuenta, hacia el que se marchó de ella, hacia el indiferente. El que abandonó la Iglesia a veces lo hizo por razones que, si se entienden y valoran bien, pueden ser el inicio de un retorno. Pero es necesario tener audacia y valor”.

Recojo lo que está diciendo el Santo Padre para hablar de aquellos cristianos que viven situaciones irregulares para la Iglesia, o diversas situaciones complejas; cristianos que, de un modo o de otro, mantienen heridas abiertas. Pienso en los divorciados vueltos a casar, en parejas homosexuales y en otras situaciones difíciles. ¿Cómo hacer pastoral misionera en estos casos? ¿Dónde encontrar un punto de apoyo? El Papa da a entender con un gesto que ha comprendido lo que quiero decirle y me responde.

“Tenemos que anunciar el Evangelio en todas partes, predicando la buena noticia del Reino y curando, también con nuestra predicación, todo tipo de herida y cualquier enfermedad. En Buenos Aires recibía cartas de personas homosexuales que son verdaderos ‘heridos sociales’, porque me dicen que sienten que la Iglesia siempre les ha condenado. Pero la Iglesia no quiere hacer eso. Durante el vuelo en que regresaba de Río de Janeiro dije que si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla. Al decir esto he dicho lo que dice el Catecismo. La religión tiene derecho de expresar sus propias opiniones al servicio de las personas, pero Dios en la creación nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal. Una vez una persona, para provocarme, me preguntó si yo aprobaba la homosexualidad. Yo entonces le respondí con otra pregunta: ‘Dime, Dios, cuando mira a una persona homosexual, ¿aprueba su existencia con a fecto o la rechaza y la condena?’. Hay que tener siempre en cuenta a la persona. Y aquí entramos en el misterio del ser humano. En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia. Cuando sucede así, el Espíritu Santo inspira al sacerdote la palabra oportuna”.

“Esta es la grandeza de la confesión: que se evalúa caso a caso, que se puede discernir qué es lo mejor para una persona que busca a Dios y su gracia. El confesionario no es una sala de tortura, sino aquel lugar de misericordia en el que el Señor nos empuja a hacer lo mejor que podamos. Estoy pensando en la situación de una mujer que tiene a sus espaldas el fracaso de un matrimonio en el que se dio también un aborto. Después de aquello esta mujer se ha vuelto a casar y ahora vive en paz con cinco hijos. El aborto le pesa enormemente y está sinceramente arrepentida. Le encantaría retomar la vida cristiana. ¿Qué hace el confesor?”. 

“No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar”.

“Las enseñanzas de la Iglesia, sean dogmáticas o morales, no son todas equivalentes. Una pastoral misionera no se obsesiona por transmitir de modo desestructurado un conjunto de doctrinas para imponerlas insistentemente. El anuncio misionero se concentra en lo esencial, en lo necesario, que, por otra parte es lo que más apasiona y atrae, es lo que hace arder el corazón, como a los discípulos de Emaús”.

“Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda e irradiante. Solo de esta propuesta surgen luego las consecuencias morales”.

“Digo esto pensando también en la predicación y en los contenidos de nuestra predicación. Una buena homilía, una verdadera homilía, debe comenzar con el primer anuncio, con el anuncio de la salvación. No hay nada más sólido, profundo y seguro que este anuncio. Después vendrá una catequesis. Después se podrá extraer alguna consecuencia moral. Pero el anuncio del amor salvífico de Dios es previo a la obligación moral y religiosa. Hoy parece a veces que prevalece el orden inverso. La homilía es la piedra de toque si se quiere medir la capacidad de encuentro de un pastor con su pueblo, porque el que predica tiene que reconocer el corazón de su comunidad para buscar dónde permanece vivo y ardiente el deseo de Dios. Por eso el mensaje evangélico no puede quedar reducido a algunos aspectos que, aun siendo importantes, no manifiestan ellos solos el corazón de la enseñanza de Jesús” (ver entrevista completa pdf)

Thursday, September 19, 2013

Prefiero los que cantan (por Félix Luis Viera)

Nota del blog: El blog Gaspar, El Lugareño está presentando, los lunes y jueves, una selección del poemario Prefiero los que cantan (Ediciones Unión, 1988, Cuba), de Félix Luis Viera. Se incluye traducción al italiano de Gordiano Lupi.  

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Vuelvo a la habitación 401

                                        para luis becerra prego


Si estuviera Alicia nuevamente
poniéndose delante de mis ojos los zapatos
(sus gestos de espuma a punto de incendiarse)
aún con la humedad del baño en la mirada

Si estuviera aquel amigo con aquella
(la que parecía un destello entre la luz),
las cuatro copas espaciando las palabras,
las lámparas flotando entre la música

Si estuvieran los que no están aquellas ganas
de convertir en frutas todos los objetos,
de hacer volar hacia el balcón las olas
con nuestras mágicas varillas.

¿Pero qué persigues
clamando lo que fue?
¿Qué
poniéndote melancólico
como el que usurpa un territorio de su sangre?

Si ya se sabe
                    que no podrás
bañarte dos veces en el mismo río, ¿qué
        resuelves
llamando las aguas que se fueron?


Junio de 1979

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Torno alla stanza 401

                                   per luis becerra prego


Se ci fosse Alicia nuovamente
che si metteva davanti ai miei occhi le scarpe
(i suoi gesti di schiuma sul punto di incendiarsi)
ancora con l'umidità del bagno nello sguardo.

Se ci fosse quell'amico con quella,
(che sembrava un lampo nella luce),
le quattro coppe che diradavano le parole,
le lampade che si percepivano tra la musica.

Se ci fossero coloro che non ci sono, quella voglia
di trasformare in frutti tutti gli oggetti,
di far volare verso il balcone le onde
con le nostre magiche bacchette.

Ma che cosa persegui
rievocando quel che è stato?
Perché
diventi malinconico
come chi usurpa un territorio dal suo sangue?

Se già sappiamo
                      che non potrai
bagnarti due volte nello stesso fiume, che cosa
          risolvi
evocando le acque ormai perdute?

Giugno 1979

Traducción de Gordiano Lupi

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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

(Miami) Tertulia "Encuentro en la Casona" con Armando de Armas


Encuentro en La Casona, la tertulia del tercer viernes de cada mes, anuncia su jornada del mes de Septiembre con el escritor, ensayista y periodistaArmando de Armas.

El programa Encuentro en La Casona, conducido por el escritor y periodista Luis de la Paz, es una producción del Creation Art Center, organización que preside Pedro Pablo Peña, director general del Miami Hispanic Cultural Arts Center.

Armando de Armas. Licenciado en Filología por la Universidad Central de Las Villas. Integró el movimiento de derechos humanos y cultura independiente dentro de la isla. Encarcelado en 1989, logra evadirse de la prisión ese mismo año. Sale de Cuba en 1994 en una espectacular fuga bajo persecución y fuego de tropas guarda fronteras. En 2007 es invitado por el Gobierno de Polonia, como parte de una delegación bipartidista del Congreso de EE.UU y líderes del exilio cubano.

De Armas es autor de la novela La Tabla (Fundación Hispano Cubana, Madrid, 2008), así como de Mitos del antiexilio, Mala jugada (Miami, 1996, The WriteDeal, 2012) y Carga de la Caballería (Miami, 2006). Otro libro de ensayos suyo es Los Naipes en el Espejo, 2011, Dedos, en 2011, Caballeros en el Tiempo (Atmósfera Literaria, Madrid, 2013), última de sus obras escritas en Cuba que restaba por publicar. Por otro lado, es vicepresidente del PEN-CLUB de Escritores Cubanos en Exilio (Capítulo del PEN Internacional de Londres).

Armando de Armas en La Casona

presentado por Luis de la Paz
Viernes, Septiembre 20 / 2013 8:00 PM
Miami Hispanic Cultural Arts Center
111 SW 5ta. Avenida

Más información 786 888 2145

Wednesday, September 18, 2013

El Gallo de San Fernando. Viejos anuncios principeños (por Carlos A. Peón-Casas)

 


No hay que dudar que la antigua ciudad principeña tenía una vida comercial movida. Demostrarlo es fácil mirando como de pasada las ediciones decimonónicas de un diario tan singular como lo era El Fanal, donde quedaban recogidas las mil y una posibilidades de adquirir productos tan disimiles como: aguardiente de Islas, anicete, curazao, y marrasquino; cigarros de La Habana, papel florete, aceite francés, libras de picadura, y hasta sogas gordas de pita. Todo un rosario de productos de una variedad singular, agrupadas como en desmedido bazar de muy criolla usanza puerto principeña.

Y no hay que pensar que tales proposiciones provenían de uno de los más encumbrados almacenes al uso, todos agrupados en la bien conocida calle del Comercio; sino que eran el stock correspondiente a una humilde tiendecita perdida en la calle San Fernando, marcada con el número 48 antiguo, conocida como El Gallo, y propiedad del Sr. Emilio Font.

El anuncio de marras aparecía en el diario El Fanal, fechado en la ciudad de Puerto Príncipe, el 13 de septiembre de 1885. La lista de las ofertas se completaban con otro rosario de productos de igual o similar variopinta factura como podían ser: coñac francés, manteca atrasada, garrafones vacíos, anís, laurel, petitpois, tomates y pimientos en latas, pliegos de papel Romaní y atractivos pomos de fresas grandes. Tan variado stock estaba en ofrecimiento hasta el 31 de diciembre de aquel mismo año.

Para el curioso lector, el establecimiento estaba localizado a la altura de lo más concurrido de la otrora ciudad decimonónica de tierra adentro, en el ya por entonces populoso barrio de la Soledad. Hoy el sitio  correspondería con una vivienda de la acera de los números impares entre las actuales calles de Ignacio Agramonte y Jaime; y de su otrora condición no queda más rastro que el que nos delata su añosa fachada; retocada una y otra vez hasta legárnosla como luce hoy día en la que es hoy la concurrida arteria de las bicicletas bicitaxis y otras hierbas afines a estos populares medios de transporte de tracción humana, en la actual ciudad capital de los camagüeyanos de este siglo XXI.

Ediciones El Puente: Un esfuerzo literario dentro y fuera de Cuba (video entrevistas por Marlies Pahlenberg)



Video de entrevistas sobre Ediciones El Puente, realizado por Marlies Pahlenberg, como parte de su investigación para realizar el Trabajo de Fin de Grado, en la Universidad Complutense,  titulado Un Puente Contracorriente. Ediciones El Puente: Un esfuerzo literario dentro y fuera de Cuba.

TRABAJO DE FIN DE GRADO
Grado en Español. Lengua y Literatura
Autor: Marlies Pahlenberg
Dirigido por: Evangelina Soltero Sánchez
Departamento: Filología Española IV
Convocatoria: Septiembre 2013

Tuesday, September 17, 2013

Crónica: Mi Eliseo Diego personal (por Waldo González López)


Yo lo admiraba desde que lo descubrí en sus versos sugerentes y aunadores de hondas lecturas y lectores. Y, en particular, mucho me habían deslumbrado los textos de uno de sus poemarios (para mí el preferido): Oscuro esplendor

Yo sabía que él había creado la Sala Juvenil de la Biblioteca Nacional José Martí, y desde 1971, cuando visitaba este ámbito, lo veía de lejos, pero no me acercaba por el respeto que imponía su imagen de poeta inglés. Así, sólo vendría a conocer in situ a Eliseo Diego, en 1972, gracias a una de las visitas semanales que yo hacía a la más importante Biblioteca cubana, para escuchar lo mejor del “arte de bien combinar los sonidos” en el espacioso salón del segundo piso, donde charlaba con un inquieto creador que ya admiraba y con quien a menudo conversaba, en camino de una amistad que luego se ampliaría…, pero contaré en otro momento esta anécdota sobre el relevante compositor Carlos Fariñas, a la postre director de la Sala de Música. 

Mas, el objetivo primero de tales visitas a la BNC era, por supuesto, el para mí añorado y feliz encuentro con dos poetas y ensayistas admirados: Fina (García Marruz) y Cintio (Vitier), siempre en sus “celdas”, según nominaban ─a lo monástico─ sus mínimos ‘enclaustros’, donde laboraban toda la jornada y donde no pocos escritores, de variada estipe, los visitábamos para charlar, intercambiar criterios y, como yo, aprender de su cultura literaria. 

Bien, pues, tuve la buena suerte de que un buen día, se apareciera su ‘hermano’ Eliseo (Diego), al que fui presentado por Fina y Cintio. Me ganó de inmediato ese aire tan especial dieguino, que le otorgaba un sello distintivo, por su cariz inalterable, su breve barba y su cansino andar, peculiaridades que le otorgaban una particular impronta que lo distinguía entre todos los poetas cubanos. Y entre los que, por supuesto, brillaba por su poética esencial, sugerente y alusiva, como un pez de tinieblas, para decirlo con un excelente verso del común colegamigo Félix Pita Rodríguez. 

Claro que, a partir de ese momento, Eliseo continuaría siendo mi poeta preferido del Grupo Orígenes, como Fina y Cintio, mi poetisa y mi ensayista de cabecera, respectivamente.

EN LA FACULTAD DE LETRAS Y ARTE

En 1972, este cronista ingresaría en la Universidad de La Habana, en cuya Facultad de Letras y Arte, cursaría la carrera de Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana, donde, cuatro años más tarde (1976), concursé en el entonces prestigioso (y desde tiempo atrás, injustamente desaparecido) Concurso “13 de Marzo”, del alto centro de estudios.

Fui invitado a la entrega de premios (en la que yo aspiraba a uno de los lauros en la categoría de Poesía para Niños), y allí encontraría al Poeta. Cuál no sería mi sorpresa cuando, al leer el acta el propio Eliseo, Presidente de tal ‘género’, me anunció como ganador del lauro de ese año. 

La alegría tenía que ser mucha, pues era el primer Concurso Nacional en el que yo participaba y el también primer premio que yo obtenía y, más aún, el recibirlo de manos del que, con Félix Pita Rodríguez, constituía para el joven poeta que era yo entonces, el dueto esencial de la poesía contemporánea.

A partir de ahí, claro, la ingente amistad de Maestro y discípulo se acrecentaría con charlas en distintos lugares y, además, con un hecho que mucho valoré: Al confesarle a Eliseo que su poemario preferido por mí era Oscuro esplendor, me lo obsequió con una sencilla pero hermosa y anticipadora dedicatoria, en la que, con su menuda letra, escribió:
Para Waldo González,
       a quien tanto estimo y
      de quien tanto espero:
             su amigo

          Eliseo Diego
                              Agosto de 1976
Justamente, cuando le dije que ya conocía Oscuro esplendor y que era, entre los suyos, mi poemario preferido, para satisfacción del joven poeta, me respondió que justamente ése era también el de su preferencia.

SU PRÓLOGO

Esa noche no le dije nada, pues no me pareció pertinente, pero dos o tres días más tarde, al encontrarnos le solicité que, como los organizadores me dijeron que escogiera un prologuista. Así, le solicité un prólogo que iría en el frontispicio del breve libro que, —como homenaje a otro de los grandes poetas preferidos: Juan Ramón Jiménez— lo titulé Poemas y canciones, influido por el notable autor de Platero y yo

Sin dudarlo, Eliseo aceptó y me dijo que recogiera dos días más tarde el prólogo en su hogar. Así hice. Y me llevaría otra sorpresa, al leer aquella hermosa prosa poética: “Palabras para abrir un cofrecillo mágico”, donde subrayara:
Verdadera poesía es la que nos pone frente a la belleza oculta de la vida, dejándonos buscar la respuesta a solas. ¿Qué importa que los poemas, o los lectores, tengan pequeño o grande el tamaño? Las palabras serán siempre mágicas, abriéndonos los ojos a la verdad del sol y la luna, del tomeguín y el caballito de mar, de la montaña y el río y los ciclos del agua, del comandante que se atreve a arrancarle a la mañana las semillas de un hoy nuevo y el campesino que con amor las siembra en una tierra ya de todos.

Dentro de su breve libro Waldo González López supo encerrar muchas cosas, sonrientes, bellas e importantes, y encontró palabras sencillas ─ni trabalenguas ni ñoñerías─ que con sólo leerlas atentamente llaman a las criaturas y las hacen aparecer ante nosotros, vivir otra vez iluminadas.

CONTINUIDAD DE LOS PARQUES DE UNA HONDA AMISTAD

Luego volvimos a coincidir en otros momentos, en los que, para dicha del aún joven poeta que era yo, compartíamos jurados con otros queridos colegamigos.

Así, una y otra vez, disfrutaba ─quien ahora teclea con salvaje nostalgia evocando aquel tiempo de Poesía y Vida─ la siempre dilecta compañía del Poeta, cuyo finísimo sentido del humor nos acompañaba en cada uno de tales encuentros como jurados de eventos de Talleres Literarios, en los que fungíamos como jurados. 

Luego sería su partida a México, donde, mucho después y lamentablemente, fallecería a causa de la altura de la capital mexicana, lo que afectaría la salud del Poeta, cuyo sensible corazón no pudo soportar tal dimensión de «la región más transparente», para decirlo con el título de una gran novela de uno de los más singulares narradores latinoamericanos, el Premio Cervantes mexicano Carlos Fuentes, recién fallecido.

UN RECUERDO PARA ELISEO DIEGO

Ya lo dije arriba y lo he dicho en otras ocasiones: de los enormes poetas cubanos, los que más han influido e influirán en mi quehacer lírico, está en primer lugar el Premio Nacional de Literatura Eliseo Diego. 

Por ello, escribí hace muchos años e incluí en varios de mis poemarios, el siguiente texto que de algún modo evoca su entrañable presencia, pues creadores como Eliseo Diego no suelen repetirse a menudo.

En mi primer poemario Este himno, la vida (Editorial Arte y Literatura, 1977), incluí este brevísimo texto:
SUEÑO Y CANCIÓN

                   “como quien dice adiós a lo perdido”
                                Eliseo Diego

En su cara la luz juega
como mariposa blanca:
allí donde tanto sueña
el niño vuela y se escapa

Por los senderos del agua
y el camino de la hierba:
allí donde tanto canta
el niño deja su huella.
Mucho más tarde, en mi enseguida agotada antología de poemas cubanos sobre boleros y canciones Añorado encuentro (Ediciones Extramuros, 2001), incluí su hermoso poema “Las guitarras”, que enseguida transcribo:
Los músicos halagan sus cariñosas guitarras. La muerte, de antiguo dril, escucha inmóvil.
Los músicos elogian al sol y enumeran con delicia las dulzuras más importantes.
La muerte, de antigua dril, escucha inmóvil.
Lentos, los músicos acallan sus cariñosas guitarras.
La muerte vira la cara.
ESTA CÁRCEL DE AIRE PURO…

Por último, en Esta cárcel de aire puro. Panorama de la décima cubana en el siglo XX. I parte (1900-1959), Editora Abril, 2010, mi esposa, la investigadora y editora Mayra Hernández Menéndez, y yo incluimos dos de sus excelentes espinelas:
EL RETRATO

Tu seca barba en la mano
me convence de una vez.
Si en la penumbra te ves
un poco en sueños, lejano,
si el amarillo malsano
del tiempo mágico empaña
la realidad que te baña
en su luz parda, qué importa.
Entre sus dedos la corta
barba de nieve acompaña.

EL ESPEJO

Está dormido el espejo
en la noche del verano.
Las sillas, la mesa, el piano,
dan un lívido reflejo
como en los sueños de un viejo
las memorias de otros años.
Y el hilo que va en los paños
iluminando el misterio,
es el rojo farol serio
del tren distante y extraño.

BRILLANTE ESPLENDOR DE ELISEO DIEGO

Cierto: brillante esplendor el de este Poeta que todo lo que tocó ─tal un Rey Midas tropical─ lo convirtió en el oro de los días, tal titularía uno de sus últimos poemarios. 

Superviviente del reino frágil de la memoria, Eliseo supo, como nadie, otorgar vida a lo que sólo él sabía y podía otorgarle existencia: las cosas de la vida.

Así, bien se merecía esta crónica en la que evoco su gran Poesía, su cautivante bonhomía, su inefable estar y permanecer. 



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Waldo González López. Poeta, ensayista, critico teatral y literario, periodista cultural. Publica en varias páginas: Sobre teatro, en teatroenmiami.com, Sobre literatura, en Palabra Abierta y sobre temas culturales, en FotArTeatro, que lleva con la destacada fotógrafa puertorriqueña Zoraida V. Fonseca y, a partir de ahora, en Gaspar, El Lugareño

Sunday, September 15, 2013

Los obispos católicos de Cuba desean que las llamadas reformas raulistas (y otras acciones necesarias) "lleguen ciertamente a alcanzarse"

Carta Pastoral
 de los los obispos católicos de Cuba
 
 “La Esperanza no defrauda" 
(Romanos 5,5)



Saludo inicial

1. Queridos hermanos y hermanas: los obispos de Cuba, dentro de la celebración del Año de la Fe, nos dirigimos a ustedes sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, a los fieles laicos y a todos los cubanos, con el propósito de compartir esta Carta Pastoral que desea aumentar en nuestros corazones la esperanza que debe animar a cada persona y a cada pueblo. Esta invitación a la esperanza parte de nuestra fe cristiana, de la buena voluntad y de la necesidad y el deber de buscar entre los cubanos un futuro mejor para todos.

La Virgen de la Caridad nos abre un camino de esperanza

2. Al dirigirnos a ustedes en esta ocasión tenemos motivos para estar alegres y confiados en el Señor, pues en esta búsqueda y siembra de esperanza contamos con la presencia maternal y convocante de nuestra Patrona, la Virgen María de la Caridad del Cobre. Todavía permanece vivo en nuestra memoria el gozo que hemos experimentado al celebrar, en el pasado 2012, el Año Jubilar por los 400 años del hallazgo y presencia de su bendita imagen en medio de nuestro pueblo. Ella quiso permanecer entre nosotros como Madre de la Caridad y Madre de los cubanos. A esta celebración fueron invitados todos sus hijos, también los dispersos por el mundo, que se unieron a ella de diversas maneras.

3. Con el lema "A Jesús por María, la Caridad nos une", la Virgen María de la Caridad una vez más nos unió, pues a lo largo de cuatro siglos "los cubanos nos hemos encontrado siempre juntos, sin distinción de razas, clases u opiniones, en un mismo camino: el camino que lleva a El Cobre" (1).

4. Nunca fue más cierta esa unidad en la Caridad que en las pequeñas, grandes y hasta multitudinarias procesiones y peregrinaciones de cubanos que acompañaron la venerada imagen de la Virgen Mambisa en su recorrido por toda la geografía insular. Allí se encontraban el sacerdote y el ingeniero, el militar y el civil, el policía y el recluso, el niño y el anciano, el campesino y el de la ciudad, el católico y el que practica otras creencias religiosas, el funcionario del gobierno y el que se considera opositor, la embarazada y la madre que perdió a su hijo, el que reside en Cuba y el que vive fuera, y muchos volvieron a hablarse, e incluso abrazarse y reconciliarse después de años de estar disgustados y distanciados.

5. Nuestra Madre de la Caridad nos acogió a todos y nos cobijó con su manto, recogió las plegarias dichas a viva voz y las que quedaron en el silencio del alma, y todas las presentó a su Hijo Jesucristo. Al igual que hizo el apóstol san Juan al pie de la Cruz, también nosotros la hemos acogido a ella, como madre, en nuestro corazón y en nuestra casa (Jn. 19,27).

La visita de dos Papas marca nuestra historia con un signo de esperanza

6. Otros dos acontecimientos de profundo sentido religioso han marcado nuestra historia reciente con el signo de la esperanza. En menos de quince años tuvimos la oportunidad de ser visitados por dos Papas. El primero fue el beato Juan Pablo II, tan cercano a nuestra Patria e Iglesia, a las que guardaba de modo especial en su corazón y siempre anheló visitar.

7. Juan Pablo II llegaba a Cuba en los momentos todavía difíciles del llamado “período especial”, en medio de la desesperanza ciudadana ante un futuro incierto y el creciente desencanto por una propuesta ideológica que, en sus vertientes económicas y sociales pareció ser la solución de todos los males, pero que empezaba a ser cuestionada, en mayor o menor grado, por la población. A su vez, se comenzaba a dar marcha atrás a las tímidas reformas socioeconómicas iniciadas poco antes, por lo que muchos cubanos volvieron a buscar la solución a su desesperanza en una emigración que los llevara a otras tierras.

8. En medio de esta realidad, al iniciarse el año 1998, el Papa Juan Pablo II vino como “Mensajero de la Verdad y la Esperanza” a confirmar a los católicos en la fe, a proponer la Verdad inmutable de Jesucristo, a invitarnos a poner nuestra confianza en el Dios que no defrauda, y sin el cual poco podemos hacer (cf. Jn.15,5) y a exhortarnos a buscar entre todos, partiendo de nuestras raíces cristianas, soluciones que hicieran despertar en los cubanos la Esperanza.

9. La presencia frágil del Santo Padre, ya enfermo, y su palabra enérgica se ganaron un espacio en el corazón de los cubanos. El alma cubana y la Iglesia que está en Cuba no fueron las mismas después de aquella memorable visita. Aquel vibrante llamado suyo: “No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo, dejen que Él entre en sus vidas, en sus familias, en la sociedad, para que así todo sea renovado"(2), estremeció el alma de los cubanos y, como efecto de su visita, no sólo recuperamos el feriado de la Navidad, sino que muchos desempolvaron la memoria religiosa por un tiempo adormecida o escondida y no pocos descubrieron, y otros redescubrieron, la Verdad que no cambia, que no viene de hombre alguno porque es de Dios y un buen número de cubanos comenzó a sentir sed de lo realmente espiritual, la necesidad de acercarse a la fe y a recibir los sacramentos de la Iglesia.
 
10. Y como si Dios quisiera insistir en su amor por este pueblo, trece años después nos visitó el hoy papa emérito Benedicto XVI. Un papa que viajaba poco por motivos de edad hizo la opción de incluirnos en uno de los últimos viajes de su pontificado. Esto no lo olvidamos los cubanos, pues él quiso acompañarnos como “Peregrino de la Caridad” en el Año Jubilar Mariano que celebramos en 2012. Como lo hemos hecho millones de cubanos en cuatro siglos, Benedicto XVI se arrodilló como un hijo más ante la imagen bendita de nuestra Madre de El Cobre y, como el buen pastor que ama a sus ovejas, confió a María el futuro de nuestra Patria "para que avance por caminos de renovación y esperanza, para el mayor bien de todos los cubanos”(3). A Ella presentó también "las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos ... de los jóvenes, de los descendientes de aquellos que llegaron aquí desde África ... de los campesinos”(4). Y nos prometió que continuaría "rezando fervientemente" para que sigamos caminando hacia adelante "y Cuba sea la casa de todos y para todos los cubanos, donde convivan la justicia y la libertad, en un clima de serena fraternidad”(5). La palabra divina y humana de la Iglesia anima nuestra esperanza

11. Juan Pablo II y Benedicto XVI evidenciaron no sólo la dimensión religiosa, sino también la dimensión humana y social de la misión evangelizadora de la Iglesia. Ambos se refirieron a la realidad espiritual y social de los cubanos en la hora presente y de cara al futuro. La Iglesia de Cristo no puede quedarse encerrada en sí misma y satisfecha con atender sólo a quienes la conforman. Juan Pablo II nos había dicho: "El servicio al hombre es el camino de la Iglesia"(6) y este servicio al hombre lo brinda la Iglesia sin distinción de personas por su religión, raza, edad, sexo, condición social o pensamiento político.

12. La Iglesia, pues, existe para hacer presente e inolvidable a Jesucristo, anunciar su Evangelio y servir de este modo a la humanidad. Juan Pablo II, en su discurso al llegar a Cuba, expresó su "convicción profunda de que el mensaje del Evangelio conduce al amor, a la entrega, al sacrificio y al perdón, de modo que si un pueblo recorre ese camino es un pueblo con esperanza de un futuro mejor”(7). Nos invitó a construir ese futuro "guiados por la luz de la fe, con el vigor de la esperanza y la generosidad del amor fraterno", para lograr así "un ambiente de mayor libertad y pluralismo"(8). De modo semejante Benedicto XVI hizo un llamado a los cubanos “para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen por construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios”(9).

13. No hay otro modo de ser y hacer Iglesia, también aquí en nuestra Patria, donde el Señor nos llama a consagrarnos a Él anunciando el Evangelio y sirviéndolo en cada uno de nuestros hermanos. Es así como, al observar la realidad que vivimos, al escuchar y sentir en nosotros los anhelos, las esperanzas y las frustraciones de los hijos de Dios en esta tierra, con la confianza puesta en el Señor y alentados por el amor de Nuestra Madre de El Cobre, los obispos estamos presentando a nuestros fieles y a todos los cubanos este mensaje.

El común destino de los bienes materiales y la libertad son fuentes de esperanza 

14. Entre las diferentes opciones que se presentan en la búsqueda del bien común la Iglesia opta por aquella que defiende y promueve la libertad responsable del hombre. "Resulta conmovedor –en palabras del papa Benedicto XVI– ver cómo Dios no sólo respeta la libertad humana, sino que parece necesitarla"10. En efecto, la libertad es un don precioso que Dios regala al ser humano, que ha sido creado varón y hembra, a imagen y semejanza de Dios, "para ser fecundos y multiplicarse, dominar los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven en la tierra" (cfr. Gén. 1,27-28). Toda la humanidad, y en ella nosotros cubanos, estamos llamados a disfrutar de aquella libertad querida por Dios que permite al hombre obtener para sí y su familia los frutos de un trabajo digno y participar de las decisiones que le afectan en su futuro personal, familiar y social.

15. Sin embargo, no basta con eso, ya que el mismo relato de la Creación nos habla del destino universal de los bienes. Dios quiere también que el hombre viva responsablemente esa libertad. En la narración bíblica, cargada de simbolismo, del asesinato de Abel a manos de su hermano Caín, como consecuencia de celos y envidias de este último, el asesino se esconde e intenta ocultarse de Dios que le pregunta por el crimen: “¿Dónde está tu hermano?”, y Caín le da una respuesta falsa e irresponsable: "No lo sé. ¿Acaso soy yo guardián de mi hermano?" (Gén. 4, 9). Esto nos enseña que la libertad del hombre tiene un límite, no puede el ser humano buscar su propio bien olvidando o aun despreciando u oprimiendo a su hermano. Por eso Jesús, quien entregó su vida por nosotros, nos manda encarecidamente: "Ámense unos a otros como Yo los he amado" (Jn. 15, 12).

16. Si nuestro modo de ver la vida está realmente fundado en la fe cristiana o, sin tener esa fe, respetamos a los demás y queremos crecer en humanidad, entonces “yo sí debo ser responsable de mi hermano”. Tener en cuenta al otro, ayudándolo, ése es uno de los límites esenciales de mi libertad. El "sálvese quien pueda" y el "yo soy libre de hacer lo que quiero" no es la libertad de los hijos de Dios. Sin embargo, el egoísmo humano puede expresarse de variadas maneras, a veces aparentemente contradictorias. La estructuración y organización de las sociedades y gobiernos, tanto ayer como hoy, pueden generar grupos de poder que no siempre representan a todos y no se interesan por aquellos que están fuera de su círculo de pertenencia. Estos grupos anteponen sus intereses a los de sus semejantes, a quienes llegan a ignorar, e incluso, aniquilar socialmente.

17. Lo dicho en el párrafo anterior evidencia un egoísmo colectivo que será siempre un crimen escandaloso ante Dios, quien sigue demandando una respuesta a los egoísmos individuales y colectivos de hoy: "¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra" (Gén. 4,10). Todos debemos ser responsables los unos de los otros y compartir, aquí y ahora, un espacio, un tiempo y un destino común. Nadie puede reclamar libertad para sí y negarla a otros, o procurar el propio bien y desinteresarse del ajeno. La libertad que Dios concibe para el hombre es una libertad responsable por la vida y el destino de quienes están a nuestro lado. Sí, ¡somos los guardianes de nuestros hermanos!

18. El Gobierno, por otra parte, tiene la obligación de procurar el bien de todos los ciudadanos y la mejor manera de lograrlo es teniendo en cuenta los justos intereses de cada grupo humano o región que compone nuestra sociedad. Un gobierno responsable del destino común de los ciudadanos debe compartir también su responsabilidad de cuidar de todos con ellos mismos. Así se evita el paternalismo estatal. Este es, también, el mejor modo de evitar la inercia social que posibilita, en muchos, la respuesta irresponsable de Caín: “no tengo nada que ver con mi hermano”.

19. El Estado participativo debe sustituir definitivamente al estado paternalista. No se debe temer al desarrollo de una autonomía social fuerte y responsable, potenciada desde la base y de acuerdo con las normas de la convivencia civilizada, capaz de desarrollar un trabajo fraterno, según los grupos de interés y las necesidades específicas que unen y animan a diversos grupos humanos en la búsqueda de soluciones propias, sin necesidad de esperar las respuestas y soluciones desde arriba. Esto es lo que la Doctrina Social de la Iglesia llama principio de subsidiaridad y es, en sí mismo, uno de los fundamentos de una sociedad abierta y solidaria.

Los cambios alientan la esperanza de nuestro pueblo

20. Cuba ha cambiado en los últimos años. El presente no se parece a los años pasados. Tampoco los cubanos de hoy somos iguales a los cubanos de veinte o cuarenta años atrás. Es normal que así sea. Tomando como parámetros algunos hechos históricos vemos que la carta pastoral de los obispos de Cuba "El amor todo lo espera", publicada en 1993, contenía varias solicitudes, de las cuales algunas de ellas ya se han alcanzado y otras están aún pendientes. Una nueva generación de cubanos, nacida en estas últimas décadas, tiene su propia interpretación de nuestra realidad, con sus aspiraciones e intereses propios, diferentes de los que tuvieron sus antecesores. Esta generación vive con el firme deseo de que no sólo el presente sea mejor que el pasado, sino que el futuro sea mejor que el presente.

21. Se ha abierto así una etapa de nuestra historia que comienza a mostrar nuevas posibilidades cuando se ponen en práctica en el país un conjunto de medidas que inciden en el entorno económico, social y, hasta cierto punto, político. En las reformas incipientes que se inician vemos ya un reflejo claro, aunque aún incompleto, de demandas largamente anheladas por la población cubana. Somos testigos de algunos cambios, por ejemplo: el retorno de las escuelas secundarias e institutos preuniversitarios a las ciudades, que acerca a los adolescentes y jóvenes a sus familias, la puesta en libertad de presos por sus ideas políticas y otras causas, el usufructo de tierras para el cultivo, la eliminación de ciertas medidas restrictivas que atentaban contra la dignidad de los ciudadanos por ser limitaciones impuestas a la libertad misma de los cubanos, como son las prohibiciones de hospedarse en los hoteles, de crear una pequeña empresa privada o familiar, vender y comprar propiedades o viajar al exterior, etc.

22. Los obispos de Cuba queremos ver en todo esto, tal como expresamos en la Carta Pastoral antes citada y cuyo vigésimo aniversario estamos conmemorando, el inicio de un proceso de reformas siempre más amplias en bien de la población y de las nuevas generaciones de cubanos. Confiados en el Señor esperamos que estas reformas, al igual que otras acciones que consideramos necesarias, lleguen ciertamente a alcanzarse, pues experimentamos apremio en la ciudadanía con respecto a esas aspiraciones, ya que en ello tienen puestas sus esperanzas muchos de nuestros conciudadanos. La mejor herencia que podemos dejar a las generaciones futuras es, precisamente, trabajar por lograr un presente mejor.

23. La urgencia de estos cambios encuentra su fundamento en una experiencia vivida desde las limitaciones, la escasez, la falta de progreso personal o familiar de no pocos cubanos, quienes sienten que la vida se acaba con el paso de los años sin poder concretar las aspiraciones propias de todo ser humano y familia. Entre los más jóvenes hay muchos que no vislumbran aún las condiciones para realizar su proyecto de vida, sobre los cuales incide, con gran atracción, la posibilidad de encontrarlo en otros países.

24. Es comprensible que existan resistencias internas a cualquier cambio, y no es difícil constatarlo porque los cambios siempre crean incertidumbre respecto al futuro. Esta resistencia se debe también a una mentalidad, o modo de pensar, sustentada en los factores ideológicos que estuvieron en su origen y desarrollo, que se han prolongado en el tiempo sin tener en cuenta que nuestra realidad ha evolucionado y, por ello, actualmente no pocos advierten los aspectos que resultan obsoletos y no viables de esa visión estática de la realidad.

Para que se afiance la esperanza debemos superar nuestra pobreza

25. En nuestro continuo andar por las comunidades parroquiales y casas de misión se hace presente dolorosamente a nuestros ojos, como cubanos y como pastores, la pobreza tan extendida todavía en nuestro país. Es la pobreza material, producto de salarios que no alcanzan para sostener dignamente a la familia, así como otras formas de pobreza que afectan a las personas más vulnerables y desamparadas, aun cuando existe una preocupación social por atender a quienes afrontan esta situación.

26. En Cuba, además, a este tipo de pobreza, debemos añadir la de algunos grupos sociales que normalmente no deberían sufrirla, entre otros, la pobreza material del ingeniero y del trabajador de la cooperativa agrícola, del médico o la maestra, del deportista que da gloria a su patria, o la del pescador cuyo trabajo ingresa divisas al país.

27. Estos mismos hombres y mujeres que experimentan limitaciones económicas son, con toda razón, por su nivel de instrucción y deseos de mejorar su propia vida y la del país, los que más pueden ayudar a eliminar la pobreza. A pesar de sus dificultades económicas Cuba tiene una tradición histórica de recuperación y unos cimientos científico-técnicos sobre los cuales pueden edificarse las reformas que el país necesita.

28. Esto último, que se conoce como capital humano, es altamente apreciado en el mundo moderno y ha estado, desde tiempo atrás, en espera de una oportunidad para desarrollar y poner al servicio propio y de la sociedad la incalculable potencialidad de los conocimientos adquiridos en nuestras escuelas y universidades.

Con la falta de oportunidades y la emigración se ha perdido mucho y se sigue perdiendo esa riqueza que está llamada a multiplicarse en Cuba. Todo plan de reforma debe contar con esta riqueza humana que también ha costado y cuesta recursos a la nación.

La realización personal es necesaria para la esperanza

29. Cualquier proyecto social debe abrir espacios para los proyectos de vida personal y familiar de los ciudadanos y deben armonizarse mutuamente. Al no haber correspondencia entre el proyecto social y el personal se genera la frustración, y éste es uno de los factores que potencian el deseo de emigrar, sobre todo, entre los jóvenes.

30. En el “Amor todo lo espera” indicábamos que “más que medidas coyunturales de emergencia, se hace imprescindible un proyecto económico de contornos definidos, capaz de inspirar y movilizar las energías de todo el pueblo”(11(. Las aspiraciones de superación personal deben ser alentadas para lograr así una sociedad civil vigorosa que será siempre un bien necesario para todo país que aspire a una sana prosperidad social y económica, sostenida por sólidos pilares morales y espirituales.

Sólo un contexto humano personalizado puede presentar los valores y desarrollar las virtudes que tanto reclama y necesita nuestra sociedad. Las esperanzas de un futuro mejor incluyen también un nuevo orden político.

31. Como ha venido ocurriendo en el aspecto económico, creemos imprescindible en nuestra realidad cubana una actualización o puesta al día de la legislación nacional en el orden político. Desde hace algún tiempo han surgido incipientes espacios de debate y discusión en diferentes instancias y ambientes, en ocasiones creados por los mismos ciudadanos: intelectuales, jóvenes y otros que, desde la base, han expresado de distintos modos su visión de los cambios necesarios en Cuba con opiniones y propuestas serias y diversas.

32. Esto indica que Cuba está llamada a ser una sociedad plural, siendo la suma de muchas realidades cubanas o, en otras palabras, Cuba es la nación de todos los cubanos, con sus diferencias y aspiraciones, aunque no siempre haya sucedido así.

Debe haber derecho a la diversidad con respecto al pensamiento, a la creatividad, a la búsqueda de la verdad. De la diversidad surge la necesidad del diálogo.

El diálogo entre cubanos abre un camino de esperanza

33. Así como los obispos lo hemos expresado en repetidas ocasiones a lo largo de las últimas décadas, el diálogo entre los diversos grupos que componen nuestra sociedad es el único camino para lograr y sostener las transformaciones sociales que tienen lugar en Cuba, pues el diálogo siempre es enriquecedor porque brinda posibilidades de aportar nuevas ideas y soluciones a los problemas o conflictos que se afrontan.
 
34. Como lo ha indicado el Papa Francisco en su reciente visita a Brasil: “Cuando los líderes de diferentes sectores me piden un consejo, mi respuesta es siempre la misma: diálogo, diálogo, diálogo. El único modo de que una persona, una familia, una sociedad, crezca; la única manera de que la vida de los pueblos avance es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio”(12). En el pasado reciente, la acción mediadora de la Iglesia, que condujo a la excarcelación de decenas de presos, es signo de que es posible este camino en nuestra patria, lo cual debería extenderse también a otros sectores y grupos de la nación.

Cuba en el concierto de naciones: motivos de esperanza.

35. En los últimos años también ha habido grandes transformaciones en otras naciones, de modo particular en nuestra región latinoamericana. En un mundo cada vez más globalizado e interdependiente, las necesarias reformas internas, tanto políticas como económicas, pueden ayudar a insertarnos de manera más dinámica y segura en el contexto internacional. Cabe citar aquí las acertadas palabras del beato Juan Pablo II, dichas minutos antes de concluir su viaje a nuestra patria: "En nuestros días ninguna nación puede vivir sola. Por eso, el pueblo cubano no puede verse privado de los vínculos con los otros pueblos, que son necesarios para el desarrollo económico, social y cultural” (13).

36. Es de resaltar el cambio operado en la política exterior de nuestro país orientada actualmente hacia América Latina, que nos es más cercana y semejante. Sin embargo, estas relaciones no se limitan ni pueden limitarse a la región latinoamericana. En este contexto de política internacional se hace necesario considerar las relaciones de Cuba con los Estados Unidos, que durante largas décadas, de diverso modo y de manera constante y profunda, han afectado la vida de nuestro pueblo. A esto se refirió el beato Juan Pablo II al decir que “el aislamiento provocado repercute de manera indiscriminada en la población, acrecentando las dificultades de los más débiles en aspectos básicos como la alimentación, la sanidad o la educación”(14). Y concluyó pidiendo se suprimieran “las medidas impuestas desde fuera del país injustas y éticamente inaceptables”. 

37. En Estados Unidos reside un gran número de cubanos y sus descendientes, que siguen considerándose cubanos y aman a Cuba. La cercanía geográfica y los vínculos familiares entre los dos pueblos son realidades insoslayables que deberían tenerse en cuenta en orden a favorecer una política inclusiva, mediante el respeto a las diferencias, que permita aliviar las tensiones y los sufrimientos que padecen numerosas personas y familias, así como un intercambio comercial justo y orientado al beneficio de todos. En este sentido exhortamos, además, a que se fomenten nuevas iniciativas de diálogo que permitan que el deseo expresado por el beato Juan Pablo II de que el mundo se abriera a Cuba y Cuba se abriera al mundo se haga realidad.

La familia y los jóvenes, esperanza de la Patria y de la Iglesia

38. La familia como institución natural está llamada a ser “escuela de humanidad” y trasmisora de los valores que enaltecen a la persona y la capacitan para una sana y constructiva vida social. Al publicar “El Amor todo lo espera” reconocíamos que en nuestro país “una de las pérdidas más sensibles es la de los valores familiares. Al romperse la familia se rompe lo más sagrado”(15). Hoy, veinte años después, dicha constatación no solo no ha mejorado sino que, con dolor hay que reconocer que la vida familiar en Cuba se encuentra muy deteriorada con graves consecuencias que repercuten en la vida de las personas y de la sociedad.

39. Es significativo el llamado que han hecho las autoridades del país acerca del creciente deterioro en las manifestaciones de conducta y en la moralidad pública. Ante esto consideramos que no son suficientes las medidas de exigencia y de disciplina, sino que se hace apremiante un proceso educativo que favorezca, en todos los cubanos, el deseo de ser buenos y la práctica de la virtud. A tal fin deben contribuir, conjuntamente, la familia, la escuela, los medios de comunicación y las instituciones religiosas teniendo a los niños y a los jóvenes como los primeros destinatarios de una formación integral. La Iglesia católica, fiel a su misión, y con su experiencia educativa, se siente comprometida a continuar con mayor empeño en la siembra de valores personales, familiares y sociales, y a cultivar la virtud.

40. Nos queremos dirigir, ahora, a los jóvenes con las palabras siempre actuales del Padre Félix Varela que en sí mismas inspiran un digno proyecto de compromiso social: “No hay patria sin virtud ni virtud con impiedad”. Ideal que explicitó el Papa Juan Pablo II al dirigirse a los jóvenes en la Misa celebrada en Camagüey durante su inolvidable visita: "Queridos jóvenes, sean creyentes o no, acojan el llamado a ser virtuosos... sean fuertes por dentro, grandes de alma, ricos en los mejores sentimientos, valientes en la verdad, audaces en la libertad, constantes en la responsabilidad, generosos en el amor, invencibles en la esperanza.... No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo"(16).

41. En continuidad con estas enseñanzas, animamos a los jóvenes a que cuiden su mente, su cuerpo y su corazón, aprendan a buscar siempre la verdad en su vida, para que no vivan en la ilusión o en el vacío existencial, sino edificados sobre el cimiento firme de la verdad. Sólo así se harán dueños y responsables de su vida."Ustedes son la dulce esperanza de la Patria"(17), llamados a construir no sólo la Cuba del futuro, sino la Cuba actual.

42. Queridos jóvenes creyentes en Cristo: los exhortamos vivamente a impregnar la sociedad, a partir de las enseñanzas de Jesús –fundamento de la identidad propia de sus discípulos– las actitudes y virtudes que todo joven de recto pensar y sentir debe asumir, que no es otra cosa que vivir con radicalidad el amor, el servicio abnegado al prójimo, con alegría y confianza en Dios. La Iglesia espera de ustedes esa entusiasta respuesta juvenil que es necesaria hoy para cumplir el mandato que Cristo nos renueva sin cesar de evangelizar a nuestro pueblo, y que el Papa Francisco ha pedido con apremio en la recién concluida Jornada Mundial de la Juventud: “Por favor, dejen que Dios y su Palabra entren en su vida. Dejen entrar la simiente de la Palabra de Dios, dejen que germine, dejen que crezca”(18). “No tengan miedo. Cuando vamos a anunciar a Cristo, es Él mismo el que va por delante y nos guía” (19).

La Virgen María: Madre de la Esperanza

43. Al despedirnos, queridos hermanos y hermanas, pedimos a la Virgen de la Caridad, Nuestra Madre de El Cobre, colme los anhelos de esperanza de todos los cubanos. Y a los obispos, sacerdotes, diáconos, personas consagradas y fieles laicos, nos conceda el amor y el celo apostólico indispensables para anunciar a Cristo a nuestros hermanos, porque sólo es posible evangelizar sembrando en nuestra tierra la esperanza cristiana que se apoya en la certeza de que Dios cumple siempre su promesa: "Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20).

Esta promesa de Jesús se cumple hoy y se cumplirá mañana. El viento que impulsa la nave de la Iglesia es el soplo del Espíritu Santo, quien también la protege, fortalece y santifica. Conducidos así por la gracia de Dios, miramos al futuro con esperanza y “la esperanza no defrauda” (Rom. 5,5). 

Con sentimientos de fe, amor y esperanza impartimos a todos nuestra bendición,

La Habana, 8 de septiembre de 2013

+ Dionisio, Arzobispo de Santiago de Cuba, Presidente de la COCC
Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana, Vice-Presidente de la COCC

+ Juan, Arzobispo de Camagüey
+ Emilio, Obispo de Holguín
+ Mario, Obispo de Ciego de Ávila
+ Arturo, Obispo de Santa Clara
+ Jorge, Obispo de Pinar del Río
+ Manuel Hilario, Obispo de Matanzas
+ Wilfredo, Obispo de Guantánamo-Baracoa
+ Álvaro, Obispo de Bayamo-Manzanillo
+ Domingo, Obispo de Cienfuegos
+ Alfredo, Obispo Auxiliar de La Habana
+ Juan de Dios, Obispo Auxiliar de La Habana, Secretario General de la COCC


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Notas:
  • 1 Carta Pastoral “El amor todo lo espera” (8 de septiembre de 1993), n. 2
  • 2 Juan Pablo II, Visita pastoral a Cuba, Discurso en la ceremonia de bienvenida, n. 2
  • 3 cf. Benedicto XVI, Palabras en la Basílica-Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad, El Cobre, 27 de marzo 2012.
  • 4 cf. Ibídem
  • 5 Benedicto XVI, Palabras pronunciadas el discurso de despedida en el aeropuerto de La Habana, 28 de marzo 2012.
  • 6 Juan Pablo II, Visita pastoral a Cuba, Discurso en la ceremonia de bienvenida, n. 4
  • 7 Juan Pablo II, Visita pastoral a Cuba, Discurso en la ceremonia de bienvenida, n. 4
  • 8 Juan Pablo II, Visita pastoral a Cuba, Discurso en la ceremonia de despedida (La Habana, 25 de enero 1998), n. 5
  • 9 Benedicto XVI, Palabras pronunciadas en el discurso de bienvenida en el aeropuerto Antonio Maceo de Santiago de
  • Cuba, el 26 de marzo de 2012.
  • 10 Benedicto XVI, Homilía pronunciada en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, el 26 de marzo de 2012.
  • 11 Carta Pastoral “El amor todo lo espera” (8 de septiembre de 1993), n. 35
  • 12
  • 13
  • Papa Francisco, Discurso a la clase dirigente de Brasil, 27 de julio de 2013
  • Juan Pablo II, Visita pastoral a Cuba, Discurso en ceremonia de despedida (La Habana, 25 de enero de 1998), n. 5
  • 14 Juan Pablo II, Visita pastoral a Cuba, Discurso en la ceremonia de despedida (La Habana, 25 de enero 1998), n. 5
  • 15 Carta Pastoral “El amor todo lo espera” (8 de septiembre de 1993), n. 40
  • 16 Juan Pablo II, Visita pastoral a Cuba, Misa en Camagüey (23 de enero de 1998), n. 6
  • 17 “Cartas a Elpidio”, Pbro. Félix Varela Morales
  • 18 Papa Francisco, Misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud, Brasil, 28 de julio de 2013
  • 19 Ibídem

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 ver texto de la Carta Pastoral "El Amor todo lo espera"
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