Tuesday, May 5, 2015

Crónica: Mi preferido Luchino Visconti (por Waldo González López)


En anteriores meses y semanas, dediqué varias crónicas de los martes a algunos de mis cineastas preferidos, como el clásico de clásicos: Charles Chaplin, el español Luis Buñuel, el sueco Ingmar Bergman y otros grandes. 

Hoy el escogido es otro de los ‘monstruos’ de la cinematografía mundial, uno de esos monumentos del séptimo arte que, salvo muy contadas excepciones contemporáneas, no tienen descendencia, de acuerdo con numerosos (seudo)filmes realizados durante las dos últimas décadas, en los que domina lo espectacular y lo comercial, la acción por la acción y la agreste violencia, como asimismo la lamentable conversión de los clásicos para la infancia y la adolescencia en remedos de ¿ciencia ficción?, cambiando los cánones creados en los siglos XVII y XVIII por sus autores (el francés Charles Perrault, los hermanos alemanes Grimm…); ese ¿cine?, olvida (¿o ignora?) el rico legado del mejor cine realizado hasta la fecha por innumerables maestros, por lo que resulta cada vez más raro y, por ello, es defendido por este cronista, quien rechaza la aludida ¿cinematografia?, cuya absoluta carencia de valores artísticos y contenidísticos le resulta aborrecible. 

Pero, nostalgia aparte, vuelvo a mi tema, porque Visconti es un enorme realizador (Maestro de maestros, Grande entre los grandes) que, a lo largo de su extensa e intensa filmografía, nos dejara excelentes muestras de su inolvidable creación artistica. 


De ahí, el presente agradecimiento y homenaje por los momentos trascendentales del séptimo arte que me (nos) regaló y pude (pudimos) visionar/disfrutar en la Cinemateca de Cuba de los ‘70s y ‘80s, gracias a su brillante producción: Obsesión (Ossessione, 1943), Días de gloria (Giorni di gloria, 1945), La tierra tiembla (La terra trema, 1948), Nosotras las mujeres (Siamo donne. Episodio: Anna Magnani, 1953), Senso (1954), Noches blancas (Le notti bianche, 1957), Rocco y sus hermanos (Rocco e i suoi fratelli, 1960), El trabajo (episodio de Boccaccio?70, 1962), El gatopardo (Il gatopardo, 1963), Sandra (1965), El extranjero (Lo straniero, 1967), La caída de los dioses (La caduta degli dei, 1969), Alla ricerca di Tadzio (documental, 1970), Muerte en Venecia (Morte a Venezia, 1971), Luis II de Baviera (Ludwig, 1972), Grupo de familia (Gruppo di famiglia in un interno, 1974) y El inocente (L'innocente, 1976), entre otros momentos singulares que marcan la cinematografía italiana e internacional con la particular impronta de este intelectual de hondísima cultura. 

El célebre realizador asumiría, además, otras creaciones, gracias a su admirable cultura y afanes estéticos. Así, abordaría la dirección de sus otras pasiones: la ópera y, por supuesto, el teatro, para lo que se valió de la colaboración de los mejores actores y cantantes de su tiempo, como de los más prestigiosos equipos (músicos, escenógrafos, camarógrafos y asistentes) en la elaboración de sus cintas. 

Entre los intérpretes que laboraron en sus excelentes filmes, descuellan: Claudia Cardinale, Alain Delon, Burt Lancaster, Silvana Mangano, Alida Valli, Dirk Bogarde, Anna Magnani, Rina Morelli, Dick Bogarde y Paolo Stoppa, entre otros. El brillante compositor italiano Nino Rota fue otra de las figuras que colaboró con Visconti. Entre los guionistas, figuran el dramaturgo norteamericano Tennessee Williams y dos narradores esenciales: el también norteamericano Paul Bowles y el italiano Giorgio Bassani. 

Sus biógrafos cuentan que nacido en Milán (Italia) el 2 de noviembre de 1906 y fallecido en Roma el 17 de marzo de 1976, el notable cineasta legaría a la posteridad genuinas joyas artísticas. 

Hijo de aristócratas, sus primeras aficiones fueron el teatro, la ópera y los estudios de música. Tras cumplir el servicio militar en la caballería, se dedicó a la cría y entrenamiento de purasangres. Visconti frecuentó los círculos parisinos más selectos, y ello lo aproximaría a dos imprescindibles directores de cine galos: Jean Cocteau y Jean Renoir, quienes fueron afianzando su deseo de entrar plenamente en el cine. Tras filmar en 1934 su primera cinta, en 35 mm y hoy perdida, Visconti participó en el rodaje de Une partie de campagne (Una partida de campo, 1936) como ayudante del gran Jean Renoir, hijo del notable pintor Pierre Auguste Renoir. 



A partir de 1940 Visconti comenzó a escribir crítica en la revista Cinema. Tras haber laborado con Renoir de nuevo en Tosca (1942), dirigió su primer largometraje: Ossessione, a partir de la novela El cartero siempre llama dos veces, cuyo autor, el también famoso James M. Cain, no aprobó. Tampoco recibió la aceptación de la censura, hasta el punto de que el negativo fue destruido por el régimen fascista, aunque el director pudo guardar una copia.

Considerado uno de los fundadores del neorrealismo (movimiento singular del cine italiano), filmó en 1947 La terra trema, basada en la novela I Malavoglia, de Giovanni Verga, rodada en escenarios naturales con actores no profesionales, y por la que Visconti (quien narra la historia junto con Antonio Pietrangeli y Antonio Arcidiacono), merecería el primer lauro de su fecunda carrera: fue nominado al León de Oro en el Festival de Venecia. 

En Bellissima (1951) ofreció una descarnada historia sobre la pobreza y el triunfo protagonizada por Anna Magnani, quien merecería la Cinta de Plata a la mejor actriz, otorgada por el Sindicato Nacional Italiano de Periodistas Cinematográficos. 

Senso (1954) dio continuidad a su brillante saga, con momentos como Rocco y sus hermanos (1960), mutilada sin piedad por la censura. A partir de la novela de Giovanni Testori, Visconti consiguió en esta cinta aunar la tendencia neorrealista con el espectáculo, sin temor a que el exceso empañara ninguna de las escenas. Represión sexual, celos entre hermanos, violación e incluso asesinato conformaron los ingredientes de esta historia dura y convincente, protagonizada por Alain Delon y Annie Girardot.


A este triunfo, le seguiría El gatopardo (1963), ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes. En ella el director desarrollaría un profundo análisis político, característica de su filmografía: el personaje de don Fabrizzio, interpretado por Burt Lancaster, debe asumir el fin de la aristocracia y renunciar a sus privilegios de clase ante el nuevo empuje de la burguesía. 

Por otra parte, la pareja formada por Tancredi Salina (Alain Delon) y Angélica, la hija de un nuevo burgués interpretada por otro de los mitos del cine italiano: Claudia Cardinale, representa la única pareja feliz de toda la filmografía del director, como simbólico final del triunfo de la belleza y la juventud renovadas. 

Con El gatopardo Visconti, tal han dicho los críticos, consiguió la perfección en la puesta en escena, gracias al cuidado exhaustivo de cada detalle y a una producción y fotografía espléndidas, rasgo de algunas de sus películas, consideradas tratados de estética; lo prueba el irrefutable hecho narrado por algunos colaboradores, quienes han contado que el cineasta exigió que los armarios estuvieran llenos de ropa aunque permanecieran cerrados durante las escenas. La película sirvió también para iniciar a Burt Lancaster en el cine europeo; después trabajaría con Bertolucci y Louis Malle.

Tal se había ocupado de la evolución italiana, Visconti analizó la evolución alemana a través de tres títulos: La caída de los dioses (1969), Muerte en Venecia (1971) y Luis II de Baviera, el rey loco (1973). 

En La caída de los dioses (Oscar al mejor guion), exploró el auge del nazismo. Basada ligeramente en la familia Krupp, magnates del acero en el período anterior a la Segunda Guerra Mundial, el presupuesto del filme solo alcanzó hasta la mitad de su rodaje, pero Visconti les mostró lo que había rodado a los productores Alfred Levy y Ever Haggiag, y éstos proporcionaron el resto del dinero para poder terminarla. El filme constituyó el debut del actor austriaco Helmut Berger, uno de los fetiches de Visconti. 

Luego, vendría Muerte en Venecia, basada en la novela de Thomas Mann, donde la decadencia impregnaba el último amor platónico de un homosexual, interpretado por Dirk Bogarde. El diseño de vestuario fue nominado al Oscar, y la fotografía dirección artística, banda sonora y diseño de vestuario merecieron el premio BAFTA de la Academia Británica. 

Completa la trilogía, Luis II de Baviera, el rey loco, que de nuevo relataba el declive de la sociedad europea. Para este último, Visconti se apoyó en la figura imprescindible de Helmut Berger, que interpretaba al rey en un recorrido de cuatro horas. 

Al concluir este rodaje, Visconti sufrió un ataque cerebral que lo dejó parcialmente paralizado. No obstante, con ayuda de sus colaboradores aún dirigió otras dos películas: Confidencias (1974) y El inocente (1976). La primera, con la inestimable ayuda de Burt Lancaster, Helmut Berger y Silvana Mangano, obtuvo el David de Donatello al mejor filme; y en la segunda, basada en la novela de Gabriele d’Annunzio, con Laura Antonelli y Giancarlo Giannini como protagonistas, realizó un excelente estudio de personajes y de la sociedad de la época. Poco antes de que la película fuera estrenada, Visconti murió en Roma.

Asimismo, algunos estudiosos de su filmografía, han afirmado que la vida del director estuvo siempre marcada por la contradicción. De fascista a marxista, de mujeriego a homosexual, de neorrealista a romántico. Estos vaivenes, pasiones y odios se reflejaron en muchas de sus cintas, al punto de que —tal también han expresado— su carrera es su mejor biografía.

Fallecido el 17 de marzo de 1976 en su amada Roma, con solo 69 años, su impresionante filmografía lo ubica entre los más importantes realizadores de cine y ópera del siglo XX que, junto a los directores Federico Fellini, Michelangelo Antonioni, Roberto Rossellini, Mauro Bolognini y, más tarde, Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci o los hermanos Taviani, situó a la cinematografía italiana en el puesto de honor que aún mantiene.


La ópera fue el primer amor de Visconti y el género sirve de referencia aparece en varias de sus realizaciones como en Senso, El gatopardo y Ludwig, que narra la obsesión del rey bávaro por la música de Richard Wagner. El título La caída de los dioses alude a la ópera homónima de Wagner, trazando un paralelismo entre Wagner y la Alemania nazi.

En el escenario operístico milanés, Visconti llevó al prestigioso coliseo de su ciudad: La Scala, a un nuevo esplendor con sus magníficas puestas en escena de La Traviata, Anna Bolena, Ifigenia en Táuride y La Sonnambula para Maria Callas.

Trabajó en La Scala, la Ópera de París y el londinense Covent Garden en una producción de Don Carlos de Verdi con Jon Vickers. Aparte de la emblemática Maria Callas, sus máximos colaboradores fueron Leonard Bernstein, Carlo Maria Giulini y Franco Zeffirelli, su más famoso discípulo.

En Muerte en Venecia la música volvió a hacerse presente en la figura del torturado compositor. Al film se debe en gran parte la popularidad actual de la música de Gustav Mahler cuyo “Adagietto” de la Quinta Sinfonía enmarca cada escena.



FILMOGRAFÍA:

1943 — Obsesión (Ossessione)
1945 — Giorni di gloria
1948 — La tierra tiembla (La terra trema)
1951 — Bellísima (Bellissima)
1953 — Nosotras las mujeres (Siamo donne. Episodio: Anna Magnani)
1954 — Senso (Senso)
1957 — Noches blancas (Le notti bianche)
1960 — Rocco y sus hermanos (Rocco e i suoi fratelli)
1962 — Boccaccio 70 (Boccaccio '70. Episodio: El trabajo [Il lavoro])
1963 — El gatopardo (Il gattopardo)
1965 — Atavismo impúdico (Vaghe stelle dell'Orsa...)
1967 — Las brujas (Le streghe. Episodio: La bruja quemada viva [La strega bruciata viva])
1967 — El extranjero (Lo straniero)
1969 — La caída de los dioses (La caduta degli dei)
1970 — Alla ricerca di Tadzio (documental)
1971 — Muerte en Venecia (Morte a Venezia)
1972 — Luis II de Baviera (Ludwig)
1974 — Grupo de familia (Gruppo di famiglia in un interno)
1976 — El inocente (L'innocente)

Trayectoria en teatro:

DIRECTOR DE TEATRO:

Parenti terribili, de Jean Cocteau (1945)
Quinta colonna, de Ernest Hemingway (1945)
La macchina da scrivere, de Jean Cocteau (1945)
Antigone, de Jean Anouilh (1945)
A porte chiuse, de Jean-Paul Sartre (1945)
Adamo, de Marcel Achard (1945)
La via del tabacco, de John Kirkland (1945)
Il matrimonio di Figaro, de Pierre Augustin Caron De Beaumarchais (1946)
Delitto e castigo, de Gaston Bary (sobre la obra de Dostoievski) (1946)
Zoo di vetro, de Tennessee Williams (1946)
Eurídice, de Jean Anouilh (1947)
Come vi piace, de William Shakespeare (1948)
Un tram che si chiama desiderio, de Tennessee Williams (1949)
Oreste, de Vittorio Alfieri (1949)
Troilo e Cressida, de William Shakespeare (1949)
Morte di un commesso viaggiatore, de Arthur Miller (1951)
Il seduttore, de Diego Fabbri (1951)
La locandiera, de Carlo Goldoni (1952)
Tre sorelle, de Anton Chejov (1952)
Il tabacco fa male, de Anton Chejov (1953)
Medea, de Eurípides (1953)
Come le foglie, de Giuseppe Giacosa (1954)
Il Crogiuolo, de Arthur Miller (1955)
Zio Vania, de Anton Chejov (1955)
Contessina Giulia, de August Strindberg (1957)
L'impresario di Smirne, de Carlo Goldoni (1957)
Uno sguardo dal ponte, de Arthur Miller (1958)
Immagini e tempi, di Eleonora Duse (1958)
Veglia la mia casa, angelo de Ketti Frings (da Thomas Wolfe) (1958)
Deux sur la balançoire, de William Gibson (1958)
I ragazzi della signora Gibbons, de Will Glickman y Joseph Stein (1958)
Figli d'arte, de Diego Fabbri (1959)
L'Arialda, de Giovanni Testori (1960)
Dommage qu'elle soit une p..., de John Ford (dramaturgo) (1961)
Il tredicesimo albero, de André Gide (1963)
Après la chute, de Arthur Miller (1965)
Il giardino dei ciliegi, de Anton Chejov (1965)
Egmont, de Johann Wolfgang von Goethe (1967)
La monaca di Monza, de Giovanni Testori (1967)
L'inserzione, de Natalia Ginzburg (1969)
Tanto tempo fa, de Harold Pinter (1973)

OTRAS COLABORACIONES EN TEATRO:

Carità mondana, de Giannino Antona Traversi, puesta en escena (1936)
Il dolce aloe, de Jay Mallory, puesta en escena (1936)
Il viaggio, de Henry Bernstein, puesta en escena (1938)
Vita col padre, de Howard Lindsay y Russel Crouse, supervisión (1947)
Festival de Age, Scarpelli, Dino Verde y Vergani, supervisión, (1954)

DIRECCIÓN DE ÓPERA:

La Vestale, de Gaspare Spontini (1954)
La sonnambula, de Vincenzo Bellini (1955)
La traviata, de Giuseppe Verdi (1955)
Anna Bolena, de Gaetano Donizetti (1957)
Ifigenia in Tauride, de Christoph Willibald Gluck(1957)
Don Carlos, de Giuseppe Verdi (1958)
Macbeth, de Giuseppe Verdi (1958)
Il Duca d'Alba, de Gaetano Donizetti (1959)
Salomè, de Richard Strauss (1961)
Il diavolo in giardino, de Franco Mannino su libretto dello stesso Visconti, Filippo Sanjust e Enrico Medioli (1963)
La traviata, de Giuseppe Verdi (1963)
Le nozze di Figaro, de Wolfgang Amadeus Mozart (1964)
Il trovatore, de Giuseppe Verdi (1964)
Don Carlos, de Giuseppe Verdi (1965)
Falstaff, de Giuseppe Verdi (1966)
Der Rosenkavalier, de Richard Strauss (1966)
La traviata, de Giuseppe Verdi (1967)
Simon Boccanegra, de Giuseppe Verdi (1969)
Manon Lescaut, de Giacomo Puccini (1973)

BALLET:

Mario e il Mago, acción coreográfica, (1956)
Maratona di danza, libreto (1957)




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WALDO GONZÁLEZ LÓPEZ (Puerto Padre, Las Tunas, Cuba. 1946) Poeta cubano, ensayista, crítico literario y teatral, antólogo y periodista cultural. Graduado de Teatro en la Escuela Nacional de Arte (1971) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana, Universidad de La Habana (1979).
Hasta el 2011, cuando abandonó la Isla para venir a residir a Miami, integró la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en sus Asociaciones de Poesía, Literatura para Niños y Teatro.
Laboró en la Escuela Nacional de Arte (donde impartió clases de Historia de la Literatura para Niños y Jóvenes, en la Cátedra de Teatro para niños fundada por él y la actriz y directora escénica María Elena Espinosa, y de Historia del Teatro Universal y del Teatro Cubano, también creó el Archivo de Dramaturgia).
Recibió importantes distinciones por su quehacer como escritor y periodista. Colaboró con publicaciones cubanas y extranjeras con ensayos, artículos, crónicas y poemas. Sus versos han sido traducidos al inglés y francés y publicados en revistas de EUA y Francia, así como ha publicado poemarios en México y Colombia, y un volumen de ensayos sobre lectura y literatura en Ecuador.
SÍNTESIS BIOGRÁFICA:
Estudia el preuniversitario en la ciudad de Holguín y lo abandona para trasladarse a la capital, donde primero cursa el idioma francés, luego estudia Teatro en la Escuela Nacional de Arte (ENA) y, más tarde, la carrera de Literatura Hispanoamericana, en la Universidad de La Habana, de las que se graduó, respectivamente, en 1969 y 1979.
Integró el Centro Cubano de la Asociación Internacional de Teatristas para la Infancia (ASSITEJ, auspiciada por la UNESCO); las Asociaciones de Artistas Escénicos y de Escritores de la UNEAC (Secciones de Poesía, Traducción Literaria y Literatura para Niños y Jóvenes). Fue Asesor del Teatro Nacional de Cuba.
En la Isla, publicó una quincena de poemarios, un volumen de ensayo, dos de crítica literaria y otro de crónicas, así como diversas antologías de poesía y poesía para niños, décima y décima para niños, cuento y teatro.
Ha traducido del francés, entre otros, a los importantes poetas Jacques Prévert, Marie de France, Molière y Joachim du Bellay. En 1994 apareció su antología París at night, del poeta francés Jacques Prévert (con selección y traducción suyos) Asimismo, en 1994 le solicitaron versiones de textos de importantes poetas de Polonia, luego incluidas en la antología Poesía polaca (Editorial Arte y Literatura, 1994).
Tradujo y dio a conocer en Cuba a la importante poeta contemporánea canadiense Denise Boucher, ex Presidenta de los Escritores de Québec, de quien vertió al español varios textos, publicados en un número especial de la revista Casa de las Américas.
Ensayos suyos fueron incluidos en varias antologías como: Nuevos críticos cubanos, Acerca de Manuel Cofiño y Valoración múltiple: Onelio Jorge Cardoso.
Su labor como poeta, ensayista, crítico y antólogo ha sido reconocida entre otros, por las pedagogas y antólogas puertorriqueñas Flor Piñeiro e Isabel Freire de Matos en su Literatura Infantil Caribeña; el profesor y ensayista jamaicano Keith Ellis, residente en Canadá, en su estudio Cuba’s Nicolás Guillén: Poetry and Ideology, y el antólogo y ensayista español Antonio Merino en su Nueva poesía cubana.
En el ámbito nacional, diversos ensayistas y críticos de prestigio se han ocupado de sus múltiples libros. Así, el ensayista, poeta y narrador Antonio Gutiérrez Rodríguez, quien en su volumen Estudios sobre la décima, incluye un estudio sobre sus espinelas.
En Cuba, fue jurado consuetudinario en eventos literarios, teatrales y de periodismo cultural, y participó en Congresos de la UNEAC, foros y otros encuentros con especialistas nacionales y de otros países.
Desde 1990 hasta 2001, fue periodista cultural de la revista Bohemia. Antes laboró en otras como Mujeres y Muchacha, de la que fue uno de sus fundadores en 1980.
INTERÉS POR LA POESÍA:
Un buen día de su adolescencia y, sin las muchas lecturas que vinieron después, tras leer El reino de este mundo, de Alejo Carpentier, su novela que más le sigue gustando, escribió su primer poemario (inédito) “A ras del tiempo”, a partir de hechos de realismo mágico y de lo real maravilloso, acontecidos en nuestra América fabulosa. Tal fue su iniciación seria con la poesía.
RECONOCIMIENTOS:
Diploma al Resultado Científico por su Colaboración a la nueva Historia de la Literatura Cubana, en tres volúmenes, otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
El Laúd y la Medalla del Cucalambé, impuestas por el Poder Popular provincial de Las Tunas.
El Diploma por la Labor Realizada en Apoyo a la Décima, concedida por la Universidad “Camilo Cienfuegos”, de Matanzas.
Reconocimiento por su labor Escritor y Crítico Literario otorgado por la Presidencia del Instituto Cubano del Libro.
Medalla “Raúl Gómez García”.
Primera Mención, Concurso “Plural” (México, 1990) a su poemario Salvaje nostalgia.
Premio "13 de Marzo" 1976, Universidad de La Habana, a su poemario para niños “Poemas y canciones”, publicado en 1977.
Premio “La Edad de Oro” de Canción para Niños.
Primera Mención Concurso “La Edad de Oro” a su poemario Poemas y canciones.
BIBLIOGRAFIA ACTIVA
SELECCIÓN DE SUS POEMARIOS:
Salvaje nostalgia (Mención Concurso “Plural”, México, 1991; publicado en Cuba ese año).Casablanca (Colombia, 1995). Las palabras prohibidas (antología de su poesía, entre 1983 y 1995; Cuba, 1997). Ferocidad del destino (2010). Espinelas con espinas (décimas, 1981).Que arde al centro de la vida (décimas, 1983), Estos malditos versos (décimas, México, 1999; Cuba, 2001.
CRITICA LITERARIA:
Escribir para niños y jóvenes (1983). La décima dice más (2004). La décima, ¿sí o no? (2006).
CRONICAS:
Niebla en la memoria (1990).
POEMARIOS PARA NIŇOS:
Poemas y canciones (1977). Donde cantan los niños (1983). Jinetes del viento (1989). Libro de Darío Damián (décimas, 1995).Voces de la querencia (2004).
ANTOLOGIAS DE TEATRO:
La soledad del actor de fondo (primera antología del monólogo teatral cubano), 1999. Teatro cubano de fin de siglo (cinco piezas en un acto, 2001).
OTROS LIBROS.
Entre el 2001 y el 2011 publicó, además:
Viajera intacta del sueño. Antología de la décima cubana (2001). Añorado encuentro. Poemas cubanos sobre boleros y canciones (2001). Este amor en que me abraso. Décimas de José Martí (2003). De tu reino la ventura. Décimas a las madres (2003). Que caí bajo la noche. Panorama de la décima erótica cubana (2004). La lectura, ese resplandor (antología de textos sobre literatura y lectura, (Ecuador, 2009). Esta cárcel de aire puro. Panorama de la décima cubana en el siglo XX (en coautoría con Mayra Hernández Menéndez; Editora Abril, en 2 volúmenes: 2009 y 2010).
LIBROS ÍNÉDITOS:
Libro de Rodrigo Damián (poesía para niños).
EN MIAMI:
Desde su arribo a Miami en julio de 2011, ha tenido una amplia participación en la vida cultural y en numerosos eventos, como los siguientes:
2011
-El teatrista y creador de la web teatroenmiami.com Ernesto García lo invita a colaborar con esta página (premiada por Google) y le ofrece una columna.
-Integra el jurado de la primera edición del Festival de Teatro de Pequeño Formato, de la Compañía ArtSpoken, dirigida por Yoshvani Medina.
-Conforma el equipo de colaboradores del anual Festival del Monólogo Latinoamericano, de la Compañía Havanafama, dirigida por Juan Roca.
-Es invitado a colaborar con la revista digital Palabra Abierta, por su fundador: el narrador, poeta y ensayista cubano Manuel Gayol Mecías.
2012
-Merece el Tercer Premio de Poesía del X Concurso Internacional “Lincoln-Martí”.
-Invitado por el destacado teatrista Matías Montes Huidobro, lee su ponencia «Nostalgia y crítica en la dramaturgia de Cristina Rebull», en el Congreso Internacional «Celebrando a Virgilio Piñera», celebrado del 12 al 15 de enero en la Universidad de Miami.
-Es invitado a colaborar en el blog Gaspar. El Lugareño, por su creador Joaquín Estrada Montalván.
2013
-Invitado por la Presidencia del Gremio Artístico Latinoamericano. GALA (integrada por la teatrista boricua Maddy Rivera y el escritor cubanoamericano Antonio Armenteros) integra la nueva agrupación.
-A petición de la Presidencia de GALA, funge como Jurado del Concurso Internacional de Poesía «Facundo Cabrales».

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