Saturday, August 24, 2024

Cuando odiamos desperdiciamos nuestro "Yo" (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.



Muchas personas en la actualidad albergan este sentimiento destructivo y egoísta, lastimosamente cuando se alberga el odio en el interior de las personas se van exterminando, porque se considera que llegar a sentir odio es un desgaste de energía innecesaria que se puede evitar.

Por qué sentir odio hacia una persona, con esto estamos demostrando que somos seres incapaces

Según estudios realizados, más sufre el que odia que el odiado.

Cuando odiamos nos estamos destruyendo cada día y a la vez estamos demostrando una gran debilidad en nuestro interior.

El odio se produce debido a la lucha de nuestro “yo” por autoafirmarse y hacerse prevalecer ante todo, porque eso lo define.

Si nos detuviéramos a pensar que nuestro tránsito por la vida es tan corto, desviaríamos nuestra atención en otras cosas que realmente tienen importancia y dejaríamos atrás las que restan de tanta atención.

Actualmente los sucesos que vivimos nos demuestran que debemos atesorar cada instante y ser agradecidos y no estancarnos en sentimientos que no aportan nada para nuestra evolución como ser humano.

Estamos aquí en la tierra solo de paso para dar lo mejor de nosotros hacia los demás, no para detenerse en sentimientos estériles e inútiles.

Nos pasamos el tiempo llenándonos de resentimientos y ocasionando distanciamientos que no aportan nada, sin embargo, al final de los días somos los primeros en hacer acto de presencia, como un compromiso moral por el temor al comentario de los demás “el famoso que dirán” no obstante, olvidamos valorar a las personas mientras estuvieron vivas, porque nos quedamos estancados en el odio y en el resentimiento.

Esto no es más que llenarnos de descontento interno, rabia que no nos permite ser felices y nunca alcanzaremos la paz que todo ser humano merece para transitar serenamente la vida.

Aprendamos a amar y a amarnos, no nos destruyamos con el sentimiento del “odio” porque nunca se vivirá dichoso, ni se vivirá con bienestar y tranquilidad en nuestro ser.

Vivo agradecida porque a pesar de todo lo que se vive, pienso que desperdiciar mi vida sosteniendo este sentimiento inútil solo me degrada como ser humano.

Aprendí que quien es hostil hacia otra persona y aprende a odiar, le invade una gran discapacidad intelectual.

Cada persona tiene lo que busca y se elabora en su propio transitar, para qué odiar si la vida es efímera y al final nada nos llevamos, ni siquiera este sentimiento nocivo y estéril.








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Orlanda Torres. Nacida en Guayaquil – Ecuador

-Estudios en Miami Dade College – 2006 (Certificado de Child Development Associate Equivalency)

-Estudios en Atlantic International University – Hawai. 2017- (Bachelor of Science Psychology)

Psicóloga, Escritora, Motivadora, Conferencista Motivacional, ZenCoach

Obra realizada: Autora de los libros: “Volando en Solitario” 2015 – Guayaquil, Ecuador

“Los símbolos del amanecer” 2020 - USA

Publicaciones:

Revista Sapo – Santiago de Chile – 2016

-La Estancia en el Paraíso de los Sueños

-Relación de Pareja y su gran Desafío

-Es la Felicidad una Elección

-Ser Mujer

Revista Digital

Zafiro Magazine (temas mensuales)

Entrevistas en Radio – Miami, Florida

-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123 Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”

-La Meca Radio: Obra literaria “Volando en Solitario”

Escribe semanalmente en el blog: Gaspar, El Lugareño de Joaquín Estrada - Montalván

-Conductora del programa radial “TIEMPO DE VIVIR “a través de Latino Radio TV Oficial

Conferencias realizadas:

-¿Cómo aprender a ser feliz?- Guayaquil, Ecuador- 2018

-La Inteligencia Emocional en la Relación de Pareja, Guayaquil, Ecuador- 2018

La Influencia de la tecnología en las Relaciones Familiares, Guayaquil, Ecuador- 2019

-Florida National University – Podcast – Un día con Bereshit la silla VIP – Sobre la obra » Volando en Solitario»

-Florida National University- Cómo aprender a ser feliz? Un día con Bereshit

-Entrevista en el programa SI SE PUEDE con Julissa Avendaño - Ser feliz a pesar de los obstáculos

-Entrevista en el programa SABER QUE SE PUEDE con Raysa López sobre mi Obra literaria “Volando en Solitario “

Participación en Eventos:

-Panelista en los Foros literarios “Books and Books”- Coral Gables

-Participación en el Primer Encuentro de Escritores «Misión Gratitud» – Barnes & Noble

-Participación en el Hispanic Heritage Book Fair, Miami – Mi libro Hispano – 2019

-Participación en la 4ta Feria Mi libro Hispano por la Editorial Voces de hoy

- Participación en la 38 edición de la Feria Internacional del Libro de Miami en Wolfson Campus del Miami Dade College

Administradora:

-Programa AMO

Asistencia- Motivación y Orientación

Un programa que facilita ayuda Integral de forma individual y grupal para mejorar la calidad de vida hacia un camino de bienestar y prosperidad y devolverle al ser humano la esperanza y la motivación por la vida y ser feliz

Redes Sociales:

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Friday, August 23, 2024

¿Eres infiel cuando sexteas? (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.


La noticia fue una de las más comentadas el día en que el iracundo marido descubrió a su mujer sexteando con 7 hombres diferentes y como castigo la obligó a caminar desnuda por las calles de Nueva York.

¿Qué es el sexteo?

El sexting es la práctica de enviar mensajes, fotos o videos de claro contenido sexual por el teléfono celular. En los Estados Unidos, el sexteo se ha convertido en una práctica regular en los colegios públicos entre los menores de edad que compiten por ganar la atención de posibles parejas, práctica que ellos asumen como un juego pero que deja terribles secuelas en su psiquis y en la forma como se relacionan con el sexo opuesto.

Las investigadoras Emily Stasko y Pamela Geller de la Universidad de Drexel, -quienes presentaron los resultados de su estudio a la Convención Anual de la American Psychological Association en el 2015-, encuestaron a 870 participantes de los EEUU entre los 18 y los 82 años de edad. El 88% de los participantes afirmó haber recibido sextextos y el 86% confesó haberlos enviado.

La investigación confirmó que este tipo de intercambio de textos, fotografías y videos eróticos pone en peligro la mayor parte de relaciones amorosas. Y que conduce al Cibersexo, que es el remedo del juego sexual delante de una cámara web, en Skype, Face Time o cualquier chat room.

Lo más común es que quienes se entretienen con este tipo de encuentro virtual se hayan conocido online, aunque también se dan casos en que se conocieron en el trabajo u otros ambientes o fueron inclusive amantes en el pasado y se reencontraron en las redes sociales.

¿Equivale el sexteo a un affair?

El primer elemento constitutivo de un affair es el secreto. Y quien se envía sextextos con otra persona, los oculta de su actual pareja. Curiosamente, cuando la pareja descubre este intercambio de mensajes, fotos y videos, se siente tan traicionada como si su cónyuge hubiera tenido un encuentro sexual físico.

Esto sucede al descubrir las conversaciones íntimas y las confidencias que su pareja tenía con esa otra persona. Y además le produce un fuerte shock constatar el tipo de fotos o videos que se enviaban.

¿Cómo detener el sexteo?

Compartir los passwords del celular y las redes sociales con la pareja oficial es un mecanismo que suele ayudar pero que no ataca la causa de fondo del problema.

Cuando el infiel desea cambiar, tanto él como su cónyuge deben estar atentos a los síntomas de stress en la relación que fueron los que motivaron el sexteo: ira, indiferencia, apatía, ansiedad, aburrimiento. Luego hay que encontrar vías alternativas para descargar esas emociones y recuperar el equilibrio.

¿Se puede sanar una relación después de descubrir el sexteo?

La víctima puede decidir, por múltiples razones, brindar otra oportunidad a su pareja. La recomendación fundamental es que asistan a terapia psicosexual para restaurar la confianza y para prevenir la reincidencia de quien cometió la falta.

Generalmente, el sexteo se da en personas que ven pornografía y que piensan con mucha frecuencia en sexo, por lo que la terapia psicosexual es de vital importancia para cambiar los patrones de pensamiento y conducta.

Vencer al sexteo compulsivo y reconstruir la confianza puede demorar largo tiempo, pero si se someten a terapia y se apoyan el uno al otro, la pareja puede salir bien librada de esa pesadilla y reconstruir la relación.

 

 
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Para terapia individual o de pareja visita www.ladoctoraamor.com



 

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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.

Ha publicado doce libros entre los que se encuentran: Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019), El Poder del Amor Grape: como restaurar tu matrimonio después de una infidelidad (2021). Amanecer con Dios (2021), Del Amor Tóxico al Amor Extraordinario (2022). El continuo aprendizaje de la felicidad (Editorial El Shaddai,  2023).

Wednesday, August 21, 2024

Hemingway y la impronta anti submarina de la Sexta Fuerza Aérea desde el aeropuerto de Camagüey, en los años de la Segunda Guerra Mundial. (por Carlos A. Peón-Casas)


Aclaro a mis atentos lectores que la conexión del tema con coordenadas bien interesantes, y que me ocupa hoy, me llega inevitablemente por esa mi pasión hemingwayana.

Y es que leyendo con atención desde esta orilla floridana, la enorme bibliografía que conecta a Papá con su famosa incursión anti-submarinos a bordo de su antológico yate Pilar, al norte de la geografía del Camagüey, aprovecho y anoto desde mi lectura entre líneas, algunos detalles interesantes al respecto.

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La presencia de la Sexta Fuerza Aérea en el aeropuerto de Camagüey durante el conflicto bélico está bien documentada y no abundo en muchos detalles, solo atino a comentar que su jefatura en tales años ocupaba el todavía en funciones Hotel Camagüey, antes Cuartel de Caballería, en la barriada de La Vigía.

Leemos y compartimos al respecto otros interesantes hints para el lector interesado:
Durante la Segunda Guerra Mundial, el aeropuerto fue utilizado por la Sexta Fuerza Aérea de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos desde 1942 hasta 1944. El 25° Grupo de Bombardeo 417° Escuadrón de Bombardeo voló bombarderos B-18 Bolo desde el aeródromo, conocido como Base Aérea de Camagüey, desde el 13 de abril. De 1942 a agosto de 1943. El escuadrón realizó misiones antisubmarinas sobre el norte del Caribe. La base también fue utilizada para misiones de rescate aire-mar por el 1er Escuadrón de Rescate.

Desde el 1 de enero de 1943, la USAAF estableció operaciones postales para Camagüey utilizando Army Post Office, Miami con la dirección: 2714 APO MIA. La Marina de los Estados Unidos también se configuró para usar un número indescriptible para operaciones postales. Utilizaron la oficina de correos Fleet, Atlantic ubicada en la ciudad de Nueva York con la dirección: 617 FPO NY.(https://es.wikibrief.org/wiki/Ignacio_Agramonte_International_Airport)
Precisamente entre los años en que tal fuerza estuviera operativa en Camagüey, Hemingway operó por su parte en las aguas del norte camagüeyano a la altura de Cayo Romano y hasta Confites, en una incursión de un grupo anti submarino a su cargo a bordo de su yate Pilar y conocido como The Crook Factory.

Pero como del tema se sabe en abundancia solo cito desde la autoridad que representa Carlos Baker, su único biógrafo autorizado, algunas perlas.

En Mayo de 1942 Hemingway proponía. su plan a la Embajada norteamericana en La Habana:
Se trataba de equipar el yate Pilar como un Qboat con una bien entrenada tripulación y una dotación de bazookas y granadas, bombas de profundidad, y dos o tres ametralladoras calibre 50… el grupo se camuflaría tras la fachada del American Museum of Natural History… Ernest enseguida alistó a una tripulación de ocho escogida entre sus más íntimos confederados… dos norteamericanos: un atleta y millonario (Wiston Guest), un sargento de la Marina de la propia embajada (Don Saxon), para el resto escogió a pelotaris españoles, a su entrañable amigo y patrón del Pilar: Gregorio Fuentes, y otro buen amigo cubano José Luis Herrera.” (Ernest Hemingway. A Life Story. Carlos Baker, Scribner and Sons, NY, 1969 pps 73 y sgtes.)
Para el mes de junio de aquel mismo año 1942, ya la operación estaría activa en su primera salida, patrullando a la altura de Punta Purgatorio y Bahía Honda.

Las incursiones en la zona al norte camagüeyano se hicieron igualmente frecuentes.

Amén del objetivo militar, representaban empero una oportunidad para fiestas y jolgorios interminables. Martha Gelhorn su tercera esposa, se sumó a una de tales y acabó muy decepcionada, apuntándole a su esposo de lo inoperante de aquella empresa.

Otro crítico diría al propio Baker que “a pesar de su profesionalismo, los participantes estuvieron más motivados por sus afectos a Papá que por su ardor patriótico…” (Baker, op cit, p 635)

La operación terminó como mismo se le vio comenzar. Para mediados de 1943 se le ponía fin a sus actividades, pero leyendo con atención a la ya citada presencia de los bombarderos de la Sexta Flota en Camagüey, para agosto de aquel año también dejaban de ser igualmente operativos en sus misiones de vigilancia sobre el área del Caribe.

La atención de aquel minuto a la lucha anti submarina giraba hacia el Canal de Panamá.

Coincidencias aparte, en las que muy puntualmente no suelo creer, se daba una interesante coordenada entre aquella operación de vigilancia aérea antisubmarina, y al mismo tiempo la presencia de Hemingway con fines parecidos, en aquellas aguas del norte camagüeyano que sin dudas recorrió y conoció como pocos.

De su andadura quedaría para la posteridad su novela más cubana Islas en el Golfo que retrataría póstumamente y desde la ficción, muchas de aquellas aventuras del Pilar en el norte del Camagüey.

Marti Productions hace bailar a Miami. (por Wilfredo A. Ramos)



El pasado sábado 17 de agosto el Big Five Club de Miami, institución creada en 1967, casi desde el mismo comienzo de la llegada a este país de los exiliados cubanos y que ha sido un importante centro de reunión para dichas familias, ofreció un espectáculo musical el cual se convirtió en un tributo al recuerdo de esa tierra que se ha tenido que dejar atrás. Producido por Martí Productions este espacio presentó el espectáculo musical “Del Mambo al Cha Cha Chá”, que contó con la participación de la Julio Montalvo Big Band, la agrupación PartyZone305 Dance Company y la conducción de la actriz Eugenia Sancho, todos bajo la dirección artística de Manny Albelo y la producción general de Tania Martí.

El que fuera escogida dicha orquesta para la realización de este evento viene avalado al gran trabajo y prestigio de la misma y de su director Julio Montalvo, quien además de ser uno de los más destacados trombonistas cubanos, igualmente es compositor, arreglista y cantante, interesado en la mezcla de los ritmos afrocubanos al jazz y siendo uno de los cultivadores del mundialmente conocido New Latin Jazz. Montalvo ha participado en diversos festivales de jazz a nivel internacional, compartiendo escenarios con músicos de la talla de Mike Mossman, Mark Nightingale, Claudio Rodti, Dominique D’Piazza, Edmundo Carneiro, entre otros. A partir del 2013 crea su propia orquesta al estilo de las legendarias agrupaciones musicales de las décadas de los años 40 y 50, integrada por una veintena de músicos, contando entre ellos a una mujer en la nada simple ejecución del trombón. El repertorio de dicha orquesta está compuesta por alrededor de ciento treinta números en repertorio, entre los que se encuentran tanto ritmos latinos, como otros pertenecientes a la música pop y rock norteamericana.

Por su parte la agrupación danzaria PartyZone305 Dance Company, con veinte años sobre los escenarios, fundada por Maritza Espín, quien produce y dirige sus espectáculos, deleitó al público por medio de sus interpretaciones coreográficas. Estos artistas se han presentado en diversos espectáculos, tanto a nivel local como a través de todos los Estados Unidos, llevando sus trabajos incluso a nivel internacional. Aunque dicha compañía está compuesta por diez bailarines, para es esta ocasión se presentaron solamente dos parejas formadas por la propia Espín, Eduardo de Jesús Prieto, Linet González y Joan Morell, quienes expusieron ante el público asistente una vez más, el por qué de la popularidad internacional de que siempre han disfrutado los ritmos y bailes cubanos.

Eugenia Sancho por su parte, conocida actriz española asentada en esta ciudad y con una carrera igualmente reconocida en el teatro dramático, en el de variedades como en el de la música, ejerció doblemente como maestra de ceremonias y cantante, lo que junto a las interpretaciones de Montalvo, y de los excelentes intérpretes de la orquesta, Coco Freeman y Alberto Alberto, deleitaron al los presentes no solamente con conocidas piezas de mambo y chachachá, sino de siempre recordados boleros, números musicales todos que fueron muy bien recibidos por el público.

Este espectáculo dedicado a mantener vivos esos ritmos de la música cubana que le dieran la vuelta al mundo y mediante los cuales se hicieran famosos gran cantidad de artistas de la isla, contó con sendos concursos de baile, donde entusiastas parejas se lanzaron hacia la pista a competir por los respectivos premios, terminando la noche -como no podía ser de otra manera cuando de cubanos se trata- con una exuberante conga habanera que hizo levantarse de sus asientos hasta al más remolón de los presentes. La noche tuvo su complemento en una deliciosa cena, tragos y una ‘barra libre’ de Café La Llave, compañía patrocinadora de dicho evento. Todos estos elementos hicieron de la noche un reencuentro no sólo entre amigos, sino también y a nuestro entender lo primordial, con las añoranzas de un país perdido, que sólo vive ya en nuestros recuerdos.

Se hace inevitable felicitar una vez más a Tania Martí, por su constante tenacidad y amor con que enfrenta cada proyecto artístico a realizar, no importa sea de carácter lírico, popular o teatral, pero llevándolo a los escenarios con el propósito de mantener con vida la cultura cubana, haciendo que aunque lejos de sus raíces perdure en su trayectoria hacia el futuro.



Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, agosto 20, 2024

Tuesday, August 20, 2024

Disonancias en las tablas de Miami. (por Wilfredo A. Ramos)



Como es costumbre el Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami (FITHM) en su treinta y ocho edición culminó su andadura con la obra que para esta oportunidad subió a escena Teatro Avante -compañía que carga con la responsabilidad de ser quien convoca a dicho evento- nos referimos a “Disonancia”, un texto con firma del dramaturgo cubano residente en España, Abel González Melo, bajo la dirección de Mario Ernesto Sánchez, director de esta agrupación teatral y del propio festival. El elenco de la misma estuvo integrado por Julio Rodríguez, Marilyn Romero, Claudia Tomas y Daniel Romero, todos actores de origen cubano.

Abel González Melo, es graduado de Teatrología en el Instituto Superior de Arte de la Habana, Cuba, quien además posee un Máster en Teatro y un doctorado en Estudios Literarios por la Universidad Complutense de Madrid, España, ha tenido, la oportunidad de nutrirse de múltiples experiencias para su formación en diversas instituciones tales como el Máximo Gorki Theater de Berlín, Alemania, Panorama Sur de Buenos Aires, Argentina, Royal Court Theatre de Londres y Teatro Home de Manchester, estas dos últimos en Reino Unido. Como profesor ha impartido cursos en diversas instituciones académicas, entre las que se encuentran el Instituto Superior de Arte, en Cuba y el Aula de Teatro de la Universidad Carlos III de Madrid, España. Actualmente se desempeña como coordinador artístico en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares

Con casi una treintena de obras teatrales escritas, desde la primera, “La ganza de plata”, en 1992, muchas de las mismas han sido publicadas o subido a los escenarios en diferentes países como Alemania, Argentina, Brasil, Cuba, Eslovenia, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, México, Turquía, Uruguay y Venezuela. Igualmente ha escrito guiones para cine y tiene publicados libros de poesía, cuentos y ensayos. Por algunas de sus obras ha recibido el Premio Nacional de Crítica Literaria, Premio Alejo Carpentier, Premio Villanueva de la Crítica Teatral, Mención y Premio Casa de las Américas, entre otros, todos ellos en Cuba, así como también el Premio Cultura Viva, en Madrid, por el conjunto de su obra. Ha mantenido una estrecha relación como editor con la habanera Editorial Casa Tablas-Alarcos, dedicada al quehacer escénico nacional y muchos de sus escritos han aparecido en diversas publicaciones cubanas y de otros países. También se ha desempeñado como asesor dramático de algunas agrupaciones teatrales de la isla.

Durante cinco años, las obras de González Melo, han sido llevadas a escena por Teatro Avante, bajo la dirección de Mario Ernesto Sánchez -después de haber sido nombrado dramaturgo residente de dicha agrupación- para la cual ha escrito “En ningún lugar del mundo” (2018), “Bayamesa” (2019), “Ubú Pandemia” (2021), “Mejor me callo” (2022) y “Disonancia”, la obra que ha subido en este 2024 a las tablas, obra que como las anteriores han clausurado el FITHM. Pero el andar de las obras escritas por este autor sobre los escenarios miamenses se remonta a mucho más tiempo atrás, pues varias de ellas ya habían sido estrenadas en esta ciudad, teniendo por director de las mismas a Alberto Sarraín -Chamaco en el 2009, Talco 2010, Nevada 2013- siendo dicho director -siempre mucho más interesado en la dramaturgia que se escribe dentro de Cuba que en la realizada fuera de ella por escritores cubanos- quien introdujo la dramaturgia de Melo en nuestra ciudad.

Haciendo un recorrido por los títulos de autores cubanos en general que han tenido el ‘privilegio’ de poder presentar sus obras en los escenarios de Miami, posiblemente, González Melo resulte el escritor que más obras ha visto subir a nuestras tablas, a lo que tendrían que sumarse los posibles trabajos por llegar como resultado de su actual vínculo con Teatro Avante, vínculo que llama la atención teniendo en cuenta la relación tan activa que mantiene dicho autor con las instituciones cubanas -incluso con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)- las mismas que reprimen y censuran por igual tanto a aquellos artistas que se atreven desde el propio país a pensar diferentes, como aquellos otros que logran escaparse del mismo convirtiéndose en traidores. Aunque abogamos sin duda por la libertad artística, y vivimos en un país donde al menos por ahora ella existe, aspectos como éste llaman la atención de una parte del gremio teatral cubano que desde hace ya más de seis décadas conforma el exilio, y que en el caso de sus dramaturgos, ve como sus obras son ignoradas una y otra vez a cambio de llevar a las tablas textos de escritores residentes dentro de la isla o como es el caso en cuestión, viviendo fuera de ella, pero manteniendo una estrecha relación de camaradería con las instituciones del régimen cubano, a lo que se suma el que sean pagados con el dinero procedente del ‘enemigo’.


Si hemos querido hacer énfasis sobre los anteriores aspectos relacionados con lo político, es porque el contenido de “Disonancia”, la obra que nos ocupa, se encuentra marcada por dicha realidad. En la obra en cuestión, su autor trata de vendernos la tesis de que aquellos pueblos que se han visto sometidos a cualquier tipo de dictadura, deben valorar si su reacción a ella, una vez dejada atrás la misma, deba ser la venganza o el perdón, y aunque el autor -de manera oportunista- haya pretendido presentar dicho tema de manera general, el texto no puede ocultar que hace referencia directa a la situación que ha vivido y aún vive Cuba bajo el tiránico régimen castro-comunista. Esta actitud de manipulación del mensaje, muestra una doble moral, que poseen una considerable parte de artistas e intelectuales cubanos que viviendo aún fuera de las fronteras insulares, mantienen una estrecha relación con sus instituciones culturales, donde sin duda se ven reconocidos, publicados, premiados y aplaudidos. Esta actitud en la jerga popular cubana se define como el “jugar con la cadena pero no con el mono”, lo que se traduce en criticar pero hasta el punto de no llegar a enfrentarse con el ejecutor del mal para así evitar posibles desencuentros. Para estos personajes, las espaldas siempre hay que cuidarlas,

Este texto dramático, como podemos apreciar, no tiene el objetivo centrado en denunciar o condenar hechos de trascendencia humana que violan los más elementales derechos de un pueblo, sino en lanzar a rodar la malsana idea del perdón hacia aquellos que causaron el dolor, mensaje éste promovido por los propios verdugos, de algún tiempo a esta parte, desde las mismas instituciones cubanas y compartido vilmente por aquellos alabarderos que tanto apoyo brindan al despótico régimen caribeño. El hecho que tanto la promoción a la obra como ella misma, se haya construido sobre el discurso de exponer al público ante dicha opción de la venganza o el perdón es una muestra del maniqueísmo con se pretende enfrentar tan delicado asunto.


¿Por qué el autor antepone esos dos conceptos? ¿Por qué su intención de no utilizar la palabra exacta que debiera sustituir -con todo derecho- la palabra venganza? Sin duda alguna justicia sería el término correcto que encaja en esta ecuación. Cambiar uno por otro arrastra consigo una fuerte carga de demagogia a favor del verdugo, mientras que inflige un demoledor golpe a las esperanzas de sus víctimas.

En cuanto a la la relación del texto con la puesta en escena del mismo, durante las siete escenas sobre las que se construye la obra, la narración hace derroche de lugares comunes de la vida socio-política cubana, de una manera tan esquemática que no permite a los intérpretes construir sus personajes con algo más de credibilidad. Este cargante discurso político, con más de folletín que de teatralidad, obliga a los actores a reaccionar de manera no muy convincente, aunque por supuesto dejando ver en escena una diferencia notable entre la proyección de las dos parejas que integran la pieza -las cuales nunca entran en contacto- aunque dejándolos a todos con muy pocas opciones artísticas.

La primera dupla de actores, ambos jóvenes, formada por Daniel Romero y Claudia Tomás, quienes desde su llegada a esta ciudad han gozado del privilegio de subir con frecuencia a los escenarios, muestran el por qué de dicha posibilidad. Sus desempeños, a pesar de las limitaciones de sus personajes, tratan de ofrecer veracidad a unos diálogos donde se habla casi todo el tiempo por medio de consignas, frases hechas y demasiado escuchadas en el discurso político-social cubano. Con buena proyección y articulación de sus voces e intenciones dramáticas, como de costumbre, defienden sus roles, siendo los encargados de proyectar las bases de un desenlace que no llegará.

Del otro lado, Rodríguez y Romero, son dos actores de larga trayectoria en nuestros escenario quienes incorporan a dos ancianos, que no serán otros que aquella otra pareja de jóvenes pasado el tiempo. Resulta desacertado que estos actores asuman su trabajo a partir de caracterizaciones llenas de estereotipos y clichés en la construcción de dichos personajes. Existen elementos, además del maquillaje -en este caso también excesivo- que permiten la transformación de un actor en personas de avanzada edad, sin necesidad de acudir a lugares comunes que transformen sus trabajos en caricaturas de los que debieran ser. Pero es aquí, sin duda alguna, donde se extraña la mano del director que sepa trabajar sobre esos imprescindibles detalles que requieren ser modelados, para ayudando al actor, contribuir a la construcción de los personajes. Si comparamos el trabajo de cada una de las dos duplas actorales que componen el elenco en esta puesta podemos observar dos estilos de trabajos muy diferentes, como si estuviéramos en presencia de dos estilos diferentes de puestas en escena.


Para ofrecer los cambios de tiempo y espacio, que propone todo el tiempo el texto dramático, el director acude un reiterativo y monótono movimiento de muebles -una mesa y dos sillas- que al terminar cada una de las escenas, los actores que las terminan tienen que realizar dejando preparado el espacio a los que entrarán en la próxima escena, así sucesivamente hasta el final. De igual manera, no se entiende el por qué los actores al terminar cada una de sus escenas tienen que quedarse semi-escondidos entre la escenografía, amortiguados por un ambiente de luz más bajo, pero a la vista del público, donde incluso en el caso de la pareja de actores jóvenes, los mismos se ven obligados a hacer cambios de vestuarios. Este trabajo ensucia las escenas y distrae la vista del espectador.

Para situar una historia que se mueve a través del tiempo y el espacio, el concepto escenográfico, ideado por el equipo de escenógrafos formado Jorge Noa y Pedro Balmaseda -habituales en los trabajos de Teatro Avante- estos recurrieron una vez más a llenar todo el espacio escénico con una gigantesca construcción arquitectónica toda en color gris, procurando ser lo más neutra posible según palabras de los propios creadores, formada por enormes columnas -con arquitrabes incluidos- enormes ventanales y un innecesario nivel más alto al fondo del escenario, al que se accedía por tres escalinatas casi utilizadas de manera forzosa e injustificada por los actores en el desarrollo de la acción. De nuevo la propuesta escenográfica se ‘traga’ a los actores en escena, tomando un protagonismo que le es restado a los actores. Esto que no es un problema nuevo en las obras de Teatro Avante, vemos que se repite una y otra vez en cada una de sus propuestas.


El que esta agrupación teatral, que para colmo es la única que se ve representada en un festival que proclama que su realización contribuye al desarrollo del teatro en Miami -cosa que ningún miembro del gremio teatral de esta ciudad percibe así- ignore no solo a las agrupaciones teatrales sino también a la totalidad de dramaturgos hispanoamericanos que viven dentro del territorio de este mismo país, repitiendo una y otra vez a escritores foráneos, especialmente que vivan o que mantengan coloquial relación con instituciones oficiales cubanas, provoca un profundo malestar entre los artistas, principalmente entre los de origen cubano, quienes se ven menospreciados, hecho este que ha venido siendo planteado desde mucho tiempo atrás.

Una obra como “Disonancias” nunca debió haber subido a las tablas en esta ciudad, hogar de miles de víctimas de un régimen político que tantos crímenes ha venido cometiendo desde hace ya demasiado tiempo sin pretender pedirles perdón alguno a las mismas, llegando al cinismo extremo de pedirles a aquellas que perdonen a sus verdugos. Que a estas alturas los escenarios de Miami sean testigos de una obra de teatro con tal tipo de mensaje, es una afrenta a más de seis décadas de dolor exigiendo justicia, no venganza.




Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, agosto 12, 2024.

Fotos cortesía de Teatro Avante.

Pero…, ¿dónde está la Ma’ Teodora? (por Teresa Fernández Soneira)



“El son es lo más sublime para el alma divertir. Debería de morir quien por bueno no lo estime…”
Ignacio Piñeiro



Cuando comencé a recibir clases de guitarra en Miami a finales de la década de 1960 con la afamada profesora y cantante Lily Batet, esta nos habló en una clase sobre el Son de la Ma’ Teodora y su ritmo cadencioso. Por entonces, aparentemente, no estaba yo interesada en saber el origen de este son santiaguero que algunos afirman fue el primero en nuestra historia musical.

Pero cuando recientemente estuve oyendo a la gran cantante Celia Cruz interpretarlo, me entró la curiosidad y me di a la tarea de averiguar más sobre el origen de esta antigua pieza de nuestro repertorio popular.

¿Será leyenda o realidad?

Un grupo de historiadores enjundiosos; compositores y musicólogos de fama como fueron Fernando Ortiz, Lydia Cabrera, Aurelio de la Vega o Carlos Borbolla, han reflejado los orígenes y la evolución de la música cubana de forma sobresaliente. Sin embargo, hay facetas de nuestra música que aún muestran discrepancias e inexactitudes. Se dice que alrededor del 1562 se creó en Santiago de Cuba el primer grupo instrumental de la Isla. Una de sus integrantes fue Teodora Ginés quien tocaba la bandola(1) e interpretaba una pieza conocida como El son de la Ma’ Teodora. También se afirma que ese fue el primer son del que se tiene noticia en Cuba, y que más tarde fue publicado por varios especialistas, como veremos aquí. El aspecto más importante de esta pieza es el sincretismo que se vio desde temprano, y como afirma la historiadora Luciana Kube(2), ya por entonces “están hirviendo en el caldo de la cultura cubana estos ingredientes de altísima calidad destinados a fundirse”. Se refería Kube de las herencias aborigen, española y africana.

El escritor e investigador Alejo Carpentier(3) nos dice en su libro La Música en Cuba(4) que este son está influenciado por el romance de Extremadura, en España, y que el carácter antifonal o responsorial entre el solista y el coro que encontramos en el Son de la Ma’ Teodora, viene de los cantos colectivos de África.(5) Carpentier también apunta en el prefacio de su obra mencionada, que: “A fines del siglo XVI existían conjuntos típicos en Santiago, cuyos sones se cantaron en Cuba durante más de doscientos años”.

He aquí la letra del Son de la Ma’ Teodora:

¿Dónde está la Ma’ Teodora?
Rajando la leña está. 
Con su palo y su bandola 
Rajando la leña está. 

¿Dónde está que no la veo?
Rajando la leña está.
Con su palo y su bandola
Rajando la leña está.
Rajando la leña está.

En el siglo XVII, la música en Cuba se comienza a interpretar por las calles, sale de los templos, se inician los toques de tambores, sonajas, y cantos africanos en las procesiones. En los.astilleros surge un nuevo instrumento, las claves, que al comienzo eran dos tacos de madera de los utilizados en la fabricación de buques y embarcaciones. Los esclavos encuentran en los elementos cotidianos de su entorno los materiales que necesitan para construir sus propios instrumentos de percusión que utilizaban en África. Emplean vasijas, rejas del arado, palos de madera y cajones en los que venía envasado el bacalao en los barcos, así como los huesos de la mandíbula de algunos animales, y con esto confeccionan los instrumentos para acompañar la música de sus cantos.

La historia “novelada” de las hermanas Ginés

Pero, volvamos a nuestro son. ¿Quién fue Teodora Ginés, la del son? En realidad, eran dos hermanas negras, libertas, Teodora y Micaela Ginés, ambas procedentes de Santiago de los Caballeros en la provincia de Santiago, en República Dominicana, y que más tarde pasaron a residir en Cuba. Cuentan que el talento musical de Teodora y Micaela las llevó a formar parte de una orquesta, y una antigua crónica lo cuenta: 
hay en esta villa cuatro músicos que asisten a los actos a que se les llaman mediante previo convenio. Son estos músicos: Pedro Almanza, natural de Málaga, violín; Jácome Viceira, de Lisboa, clarinete; Pascual de Ochoa, de Sevilla, violón; Micaela Ginés, negra horra, de Santiago de los Caballeros, viguelista; los cuales llevan generalmente sus acompañados para rascar el calabazo y tañer las castañuelas(6) .
Esta crónica del músico Hernando de la Parra y que publica José Joaquín García en su obra Protocolo de Antigüedades, Literatura, Agricultura(7), fue reproducida, con múltiples adornos y arreglos, durante toda la mitad del siglo XIX y buena parte del XX por diversos estudiosos. José María de la Torre la cita en 1857; Antonio Bachiller y Morales la repite en 1860; en 1891 Serafín Ramírez la añade a su libro La Habana artística, y Laureano Fuentes Matons en Las artes en Santiago de Cuba(8) de 1893, la vuelve a mencionar. Luego ya en el siglo XX, Emilio Bacardí Moreau en sus Crónicas de Santiago de Cuba(9), incorpora además el dato de que las Ginés formaban parte de la orquesta que también tocaba en las iglesias:
La orquesta existente en esta fecha en Santiago se componía de dos tocadores de piano, un joven sevillano, tocador de violín, y dos negras libres dominicanas tocadoras de bandola, llamadas Teodora y Micaela Gines; esta era la orquesta que también tocaba en las iglesias. (10)
Pero hay más discrepancias en los datos. En el Protocolo de Antigüedades, aparece citada Micaela Ginés, pero en La Habana, ya que se dice que las hermanas se separaron, quedando Teodora en Santiago y que Micaela se mudó a La Habana:
Los bailes y diversiones en La Habana son graciosos y extravagantes, conservan todavía en los primeros la rudeza y poca cultura de los indígenas, y en las segundas la escasez y ningunos recursos de una población que comienza a levantarse. Hay en esta villa cuatro músicos que asisten a los actos a que se les llaman mediante un previo convenio. Son estos músicos, Pedro Almanza, natural de Málaga, violín; Jácome Viceira, de Lisboa, clarinete; Pascual de Ochoa, de Sevilla, violón; Micaela Ginés, negra horra de Santiago de los Caballeros, viguelista…(11)
El texto de Las Artes en Santiago de Cuba (1893) de Fuentes Matons, se refiere a los músicos en La Habana:
En 1580 apenas había en Santiago de Cuba dos o tres músicos tocadores de pífanos(12); un joven natural de Sevilla nombrado Pascual de Ochoa, tocador de violón, que había venido de Puerto Príncipe con unos frailes dominicos, y dos negras libres, naturales de Santo Domingo, nombradas Teodora y Micaela Gines, tocadoras de bandola.
Y luego más tarde apunta:
Teodora Ginés, debió concluir sus días a una edad avanzadísima, casi a mediados del siglo XVII; y se comprende que encorvada por la senectud, caminaba apoyándose de un palo sin abandonar su vihuela”. Y sigue Fuentes Matons: “¿podrá decirse que la negra natural de Santiago de los Caballeros ha sido la primera celebridad musical de la Isla de Cuba?
En su ensayo Teodora Ginés, ¿mito o realidad histórica?,(13) Alberto Muguercia argumenta que ni Pascual de Ochoa ni Micaela Ginez existieron en realidad, y que el documento al que se refiere Fuentes Matons “no ha sido visto nunca por nadie, obrando tan solo el testimonio de Fuentes, quien afirma que este perteneció a su padre”. También podemos añadir que Muguercia y Orozco, fijan el origen del son en el Oriente de la isla, hacia 1880, y en el área de la Sierra Maestra.

Carpentier hace esta anotación:
por lo pronto, quedaba un hecho establecido que habría de tener una considerable influencia sobre la formación de la música cubana ya que en el siglo XVI (como lo observaremos con caracteres decisivos en todo el XIX) la profesión de músico excluía, tácitamente, por la escasez de ejecutantes capacitados, la posibilidad de una discriminación racial. Como habría de observarlo José Antonio Saco en 1831, con palabras que ya hubieran sido actuales en 1580: “la música goza de la prerrogativa de mezclar negros y blancos… pues en las orquestas…vemos confusamente mezclados a los blancos, pardos y morenos(14).
Otros historiadores como el Dr. Manuel Pérez Beato y Serafín Ramírez insistieron que tanto el violón (del XVII-XVIII), el clarinete (1690-1700), y el violín (1700-1720), no existían en el siglo XVI, y que solo se tocaba la vihuela.(15) También expusieron que cuatro instrumentos no podían ser considerados ‘una orquesta’ como afirma Bacardí. Y para completar todas estas opiniones, aunque Alberto Muguercia manifestó que la existencia de las hermanas Ginés era un mito, para Carpentier, Henríquez Ureña y Emilio Rodríguez, estas mujeres fueron seres de carne y hueso. ¡Que enredo!

Algunas aclaraciones

Afortunadamente tenemos la opinión de la musicóloga cubana, María Teresa Linares, que viene a nuestro rescate y a aclarar algunas dudas. Cuando en el 2007 asistía al II Congreso Música, Identidad y Cultura celebrado en República Dominicana, Linares concedió una entrevista al periódico Diario Libre(16) de la capital. En esa oportunidad hizo una explicación sensata de todo lo mencionado anteriormente, y trató de aclarar las múltiples versiones. Decía ella entonces:
No se sabe si Micaela y Teodora Ginés existieron o no; pero lo que sí se sabe es que esos documentos (que menciona Fuentes Matons) son apócrifos. Pero bien puede haber habido aquí (se refiere a la República Dominicana) una Micaela y una Teodora Ginés, y eso es aquí en donde tienen que buscarlo y encontrarlo en los archivos y la tradición. ‘Papelito jabla lengua’ como dicen los congos”, termina diciendo Linares.
Sin esos documentos nada se puede aclarar, pero de encontrarse, se podría probar que estas hermanas dominicanas realmente existieron, aunque con ese dato solamente no sabremos quien compuso el Son de la Ma’ Teodora.

“Hay muchas leyendas tejidas” vuelve a agregar María Teresa Linares.(17) “Ha existido una relación muy grande entre todas las islas [del Caribe] a fines del siglo XIX y principios del XX, con trabajadores inmigrantes. Y en las zonas orientales hay jamaicanos, haitianos, puertorriqueños, dominicanos; y esos, o nos dieron el son, o bebieron son del nuestro, pero todos somos un gran núcleo de soneros en el Caribe. Me baso pues en las evidencias que tengo de mis propias investigaciones. Hay muchas leyendas tejidas", vuelve a decir.

El son es lo más sublime para el alma divertir

Sería una pena que esta historia del Son de la Ma’ Teodora fuera tan solo una leyenda o un mito, como exponen María Teresa Linares y otros estudiosos. Lo que si no se puede negar ni discutir es que la cadencia de este son, y la de los sones que vinieron después, nos invitan a “echar un pie” y bien echado… un meneíto. Antes se bailaba enlazado a la pareja, bailando juntos los dos, y el hombre era el que guiaba a la mujer y la llevaba al paso que él quería. Eso tenía su sabrosura, su disfrute. Pero hoy se ha perdido esa tradición, y se baila muchas veces separado, cada cual haciendo lo que más le guste.

Ojalá algún día aparezcan las hermanas Ginés en algún archivo de Cuba o de República Dominicana y se pueda comprobar que sí existieron, y que fue cierto que estuvieron en Santiago de Cuba, y que también se encuentre el dato de quien compuso el Son de la Ma’ Teodora, una pieza sin mucha calidad musical, pero que sería precursora de nuestro sincopado y melodioso son cubano. Quizás entonces la Ma’ Teodora integre de forma oficial nuestra historia, y los bailadores del futuro lo valoren y lo bailen, como se hacía antiguamente, asidos el uno al otro, disfrutándolo con deleite, con gozo, con placer, pero sobre todo con mucha sandunga porque, como dice la letra de otro famoso son, el ‘son es lo más sublime para el alma divertir’.


Nota:

Agradezco a la fotógrafa cubana, Margarita Fresco radicada en Barcelona, España, su colaboración en este artículo con algunas magníficas fotografías de su autoría.



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1. Con el nombre de bandola se conoce a distintos instrumentos de cuerda usados antiguamente en España, donde fue de gran importancia durante el siglo XVII en el desarrollo del flamenco. En la actualidad la bandola se toca en Venezuela, Colombia y Chile con una gran variedad de formas que las identifican por su construcción e interpretación musical.

2. Luciana Kube, “Afrocubanismo en la poesía de Nicolás Guillén y la música popular cubana”, Revista Conexosconexos.org/2021, 2 julio 2021.

3. Alejo Carpentier y Valmont (Lausana, 26 de diciembre de 1904-París, 24 de abril de 1980) fue un escritor cubano y francés que influyó notablemente en la literatura latinoamericana.

4. Alejo Carpentier, La Música en Cuba, Fondo de Cultura Económica, Colección Tierra Firme, México 1946.

5. Ibidem, p. 57

6. Alberto Muguercia y Muguercia, “Teodora Gines, ¿mito o realidad histórica?”, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, La Habana, septiembre-diciembre 1971, no. 3, año 62, p. 53.

7. José Joaquín García, Protocolo de Antigüedades, Literatura, Agricultura, Industria, Comercio, etc., Imprenta de M. Soler, La Habana, octubre 1845, t. I, no. 4, entrega 4.

8. Laureano Fuentes Matons, Las artes en Santiago de Cuba, Apuntes Históricos, Est. Tip. J.E. Ravelo, 1893.

9. Emilio Bacardí Moreau, Crónicas de Santiago de Cuba, Tipografía Arroyo Hermanos, Santiago de Cuba, 1ra ed. Barcelona, Tipografía de Carbonell y Esteva, 1908, t. I, p. 104-105.

10. Ibidem, Santiago de Cuba, Tipografía Arroyo, 1925, t. I, p. 121.

11. José Joaquín García, Protocolo de Antigüedades, Literatura, Agricultura, Industria, Comercio, etc., Habana, Imprenta de M. Soler, 1845, t. I, octubre, 1845, no. 4, entrega 4.

12. El pífano o pínfano es un instrumento musical de viento consistente en una flauta pequeña de tono muy agudo​ que se toca atravesada.

13. Muguercia, Ibid., p 53.

14. Carpentier, Ibidem.

15. La vihuela es un instrumento de cuerdas del siglo XV procedente de España, con forma de guitarra, pero afinado como un laúd. Se utilizó en los siglos 15 y 16 en España y era el equivalente al laúd de Italia y tiene un Amplio repertorio. Tenía cinco o seis pares de cuerdas.

16. María Teresa Linares, entrevista, “¿Qué, donde está la Ma’ Teodora?”, Diario Libre, abril 13, 2007.

17. María Teresa Linares, musicóloga cubana (La Habana 1920-La Habana, 2021) realizó trabajos de campo para recoger información, cantos y toques de antecedente hispano y africano en Cuba.​ Formó parte de la Sociedad Coral de La Habana. ​ En su faceta de musicóloga, destacó por su libro La música y el pueblo, 1974.


Bibliografía

Bacardí Moreau, Emilio, Crónicas de Santiago de Cuba, Tipografía Arroyo Hermanos, Santiago de Cuba, 1925.

Carpentier, Alejo, La Música en Cuba, Fondo de Cultura Económica, Colección Tierra Firme, México 1946.

Fuentes Matons, Laureano, Las artes en Santiago de Cuba, Apuntes Históricos, Est. Tip. J.E. Ravelo, 1893.

García, José Joaquín, Protocolo de Antigüedades, Literatura, Agricultura, Industria, Comercio, etc.,Habana, Imprenta de M. Soler, 1845, t. I, octubre, 1845, no. 4, entrega 4.

Kube, Luciana. “Afrocubanismo en la poesía de Nicolás Guillén y la música popular cubana”, Revista Conexos, conexos.org/2021, 2 julio 2021.

Linares, María Teresa, “¿Que donde está la Ma Teodora?”, Diario Libre, abril 13, 2007.

Muguercia y Muguercia, Alberto, “Teodora Gines, ¿mito o realidad histórica?”, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, La Habana, septiembre-diciembre 1971, no. 3, año 62, p. 53.

Ramírez, Serafín, La Habana artística, Imp. de E.M. de la Capitanía General, La Habana, 1891.


Interpretaciones

El Son de la Ma’ Teodora

Celia Cruz

La Real Orquesta Cuba

Coro Diminuto

Baila Para Gozar - Latin American Music for Children

Los musiqueros 

Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro - Suavecito



 
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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas. En el verano del 2022 publicó La Bella Cubana, rostros de mujeres en la Cuba del siglo XIX (Alexandria Library Pub. House, Miami) que recoge 150 daguerrotipos del siglo XIX de mujeres cubanas de todas las edades y razas, acompañados de poemas de la época. Es un homenaje a la mujer cubana de todos los tiempos. Relatos y Evocaciones. Antología 1986-2023.

Monday, August 19, 2024

"Kaleidoscope", un programa “majísimo” de Dimensions Dance Theatre of Miami (por Baltasar Santiago Martín)


El sábado 13 de julio de 2024 acudí al Denis C. Moss Center / Centro Denis C. Moss de la ciudad de Cuttler Bay, South Miami Dade, para presenciar el programa Kaleidoscope / Caleidoscopio de la compañía Dimensions Dance Theatre of Miami, fundada y dirigida artísticamente por Jennifer Kronenberg y Carlos Guerra.

La función comenzó con Majísimo (premiere de esta esforzada e innovadora troupé), coreografía de Jorge García y música de Jules Massenet –de su ópera El Cid–, y un coach de lujo, nada menos que el primer bailarín forever Orlando Salgado –quien tantas veces lo bailara con el Ballet Nacional de Cuba en La Habana, junto a Marta García –su esposa–; Francisco “Panchy” Salgado –su hermano– (ambos ya fallecidos), y Ofelia González, sin dejar de mencionar a Josefina Méndez, una de las Cuatro Joyas del BNC, también fallecida, quien lo estrenara, el 19 de junio de 1965, en la sala Federico García Lorca del Gran Teatro de La Habana –hoy Gran Teatro Alicia Alonso.

Montar y presentar Majísimo en este vasto territorio donde habitamos tantos cubanos amantes del ballet –que vimos tantas veces este hermoso ballet en la época de oro del BNC, y además, por tantas grandes figuras como las anteriormente mencionadas–es un verdadero reto para cualquier compañía, pero Dimensions Dance Theatre of Miami salió completamente airosa de este arriesgado empeño, tanto por el cuidadoso y exquisito montaje de la exigente coreografía por parte del Maestro Salgado, como por la entrega y el profesionalismo de los bailarines que la interpretaron: Mayrel Martínez y Franco Cubero Acosta (cortesía del Ballet Vero Beach) como la pareja de rojo, digamos que “principal”; Jessica Arechavaleta y Ariel Morilla, como la pareja de verde; Paulina Zambrana y Pedro Aldana, la de amarillo; y Meisy Laffitte y Maikel Hernández, la de azul.

Mayrel Martínez y Franco Cubero Acosta como la pareja de rojo; Jessica Arechavaleta y Ariel Morilla, como la pareja de verde; Paulina Zambrana y Pedro Aldana, la de amarillo; y Meisy Laffitte y Maikel Hernández, la de azul. Foto: Simon Soong
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Y ya que los identifiqué por el color de sus trajes, cabe entonces ensalzar los diseños de los mismos, a cargo de Marta Carrizales, así como las luces que los iluminaron, responsabilidad también de Salgado, con Joshua Gumbinner como técnico.

Jessica Arechavaleta y Ariel Morilla, como la pareja de verde; Mayrel Martínez y Franco Cubero Acosta como la pareja de rojo, y Paulina Zambrana y Pedro Aldana, la de amarillo. Foto: Simon Soong.
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Aunque todos bailaron la coreografía con el virtuosismo y el garbo que corresponde a este ballet de raíces tan españolas, la pareja central merece un reflector especial en esta reseña, pues Mayrel y Franco justificaron con creces su elección por parte de Jennifer y Carlos –y por supuesto, con la aquiescencia de Salgado–, por su bravura técnica y la elegancia con que bordaron su interpretación.

Al frente: Mayrel Martínez y Franco Cubero Acosta; detrás: Paulina Zambrana y Pedro Aldana. Foto: Simon Soong.
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Jessica Arechavaleta y Ariel Morilla, Mayrel Martínez y Franco Cubero Acosta, y Paulina Zambrana y Pedro Aldana. Foto: Simon Soong.
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Tras una corta pausa, salieron a escena Emily Bromberg, Chloe Freytag, Miranda Montes de Oca, Ariel Morilla, Selah Oliver, Eric Paz, Amelia Rouff y Rafael Ruiz del Vizo, para defender, también con gran bravura, la premiere mundial de Resilience / Resiliencia (Sweet and Bitter / Dulce y amargo originalmente, pero el autor decidió cambiarle el nombre), coreografía de Ryan Jolicoeur-Nye y música de Ezio Bosso, vestidos de forma muy atractiva por Lisa Choules & Eleve Dancewear e iluminados con maestría por Joshua Gumbinner, al igual que en Majísimo.

Ariel Morilla y Emily Bromberg
 en Resilience/ Resiliencia
Foto: Simon Soong.
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Miranda Montes de Oca y Rafael Ruiz
 en Resilience / Resiliencia
Foto: Simon Soong.
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Chloe Freytag en Resilience / Resiliencia.
 Foto: Simon Soong.
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Cuando se trata de un trabajo como este, hay que celebrar, en primer lugar, la sincronía y la uniformidad de cada pareja de bailarines, así como sus solos, lo que denota el rigor de su preparación y su compromiso con el arte de la danza, en estos tiempos –o siempre– en que el bailarín debe tener otro ingreso nada artístico, a tiempo completo o parcial, para poder pagar sus cuentas.

Y lo mismo aplica para la segunda premiere mundial de la compañía, básicamente de grupo: Arcadia, coreografía y diseño de vestuario de Yanis Eric Pikieris, música de Oliver Davis y las enriquecedoras y novedosas proyecciones de Christo Guelov, amén de las sabias luces –de nuevo– de Joshua Gumbinner, en una muy acoplada labor de equipo que “arropó” e hizo resplandecer el dinámico desenvolvimiento y la impecable entrega de la juvenil troupé, integrada por Pedro Aldana, Jessica Arechavaleta, Emily Bromberg, Chloe Freytag, Maikel Hernández, Meisy Laffitte, Mayrel Martinez, Miranda Montes de Oca, Selah Oliver, Eric Paz, Rafael Ruiz del Vizo y Paulina Zambrana.

Miranda Montes de Oca, Selah Jane Oliver, Paulina Zambrana, Jessica Arechavaleta, Meisy Laffitte y Rafael Ruiz en Arcadia. Foto: Simon Soong.
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Los amantes de la danza por estos predios tenemos mucho que agradecer a Jennifer Kronenberg y a Carlos Guerra, por haber creado, mantenido y fortalecido a Dimensions Dance Theatre of Miami como una muy exitosa, novedosa y atractiva oportunidad para diversificar el horizonte dancístico floridano.

Me despido con el mismo buen sabor de boca con que regresé a mi apartamento en Hialeah esa lluviosa noche de julio; ¡larga vida les deseo, queridos amigos, excelentes personas y artistas!


Baltasar Santiago Martín.
Hialeah, 19 de agosto de 2024.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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