Wednesday, March 7, 2018

José Triana: Vivir después (por Matías Montes Huidobro)


José Triana Triana: Vivir después 


por Matías Montes Huidobro
(para el blog Gaspar, El Lugareño)

Acaba de morir en Francia José Triana (1931-2018), uno de los más importantes dramaturgos cubanos de todos los tiempos, autor de “La noche de los asesinos”. Y destaco este texto con toda intención, porque si bien Triana es el autor de otras de similar importancia (El Mayor General hablará de Teogonía, Medea en el espejo, La muerte del Ñeque, Ceremonial de Guerra, Palabras comunes, Cruzando el puente y algunas piezas cortas), ninguna supera el logro, la importancia y el significado de “La noche de los asesinos”.

Contra el discurso de poder

Con ella se llega al clímax del período de vanguardia y experimentación del teatro cubano del siglo XX, donde culmina, entre la República y la Revolución, el movimiento escénico que tiene su efervescencia a fines de los cincuenta y principio de los sesenta, hito teatral que marcar una línea de continuidad y ruptura del buen quehacer nuestra dramaturgia, que es mucho más importante que las consignas demagógicas. Al recibir el Premio Casa de las Américas en 1965, en pleno apogeo del castrismo, y convertirse en El Gallo de La Habana, se vuelve un éxito irreversible que nadie le puede escatimar. Pero el mismo reconocimiento que recibe dentro y fuera de Cuba, su triunfo internacional, montajes y traducciones, van a representar un cambio de giro que no deja de ser paradójico: gestada en Cuba es un acto de repudio contra el totalitarismo, sea el que sea, de derecha o de izquierda, con revolución y sin ella, “La noche de los asesinos” cargada de vida propia, no se podía detener, ni enterrarla ni acabar con ella porque de inmediato se había vuelto historia. De hecho, esta dependencia de su genética histórica es el motivo de su éxito y su permanencia internacional, lo que le da vigencia a ella y al autor, porque llevando la marca de fábrica de “hecho en Cuba”, era al mismo tiempo una antagonista de lo que Cuba oficialmente presumía ser y era, particularmente a las puertas del más rígido parametraje. Por un conjunto de factores de cariz político va a representar una posición ambigua ya que el triunfo y reconocimiento de la experimentación escénica como fundamento de nuestra dramaturgia, clímax del teatro de la crueldad y del absurdo, personifica una contradicción estética contra los objetivos del quehacer revolucionario cuyas metas pasarían a estar representadas por el Teatro Escambray y la creación colectiva, antítesis de toda vanguardia. Si “La noche de los asesinos” era un acto revolucionario contra el discurso de poder, ahora era un acto contrarrevolucionario implícito. Del pasado republicano y el presente revolucionario se convertía también en un ejercicio rebelde en medio de un estado totalitario. Por lo tanto, Triana no muere sino que pervive.

Ya en el volumen II de mi libro “Cuba detrás del telón. El teatro cubano entre la estética y el compromiso (1962-1969)”, discuto extensamente los altibajos que ha sufrido esta pieza ante la crítica. A pesar del éxito internacional, que la convierte en el mejor vehículo de la Revolución para darle resonancia mundial al teatro cubano y, por extensión, a la Revolución misma en los círculos teatrales, lo que ella representa dramáticamente hablando está sujeto a múltiples críticas en el espacio nacional, ya que, al modo de ver de aquellos que van a restringir su alcance, “La noche de los asesinos” no miran de frente a “un mundo exterior del cual puede llegar la única posibilidad de rescate verdadero [es decir, el comunismo]. Por ello, cuando José Triana la escribe, este ritual de la violencia está operando en el vacío, con la precisión exacta de una maquinaria que mantiene fuera de tiempo un funcionamiento autónomo” (según Graciela Pogolotti). Si la dramaturgia de resistencia estética se estaba viendo, por los más intransigentes, con signos de decadencia que no funcionaban de acuerdo con los designios de la Revolución, la pieza va a ser un grito de alarma que conducirá a la crisis explícita de “Los siete contra Tebas”, porque, después de todo, aquel teatro de la crueldad era un peligro y cuando veas las barbas de tu vecino arder pon las tuyas en remojo. Mucho menos el absurdo, que es un trabalenguas. Lo cierto era que aquellos hermanos desatados y frenéticos serían unos malcriados, unos irresponsables que no había modo de meterlos en cintura, unos niños bitongos o lo que fueran, hasta rebeldes y revolucionarios que no eran de confiar; pero no eran, ni remotamente, marxistas-leninistas, y no creían en ninguna creación colectiva. Eran, en síntesis, unos contrarrevolucionarios esquizofrénicos a los que había que ponerles camisas de fuerza y meterlos en el manicomio.

El chisme: mito trágico

Triana y yo nos conocimos en Cuba entre 1959 y 1961, precisamente dentro del marco de la conmoción escénica que vivía Cuba, uno de los momentos de mayor efervescencia del teatro nacional, que era parte de lo que estaba pasando, pero que no era exacta y necesariamente la Revolución. Compartimos vivencias parecidas en cuanto a lo que ocurría en el teatro en Cuba y tuve el privilegio de asistir al estreno de “Medea en el espejo”, dirigida por Francisco Morín, en Prometeo, que fue un montaje impactante y que ya dejaba constancia de la calidad del dramaturgo. En esos años yo ejercía la crítica teatral en el periódico Revolución y tuve la oportunidad de reseñarla, con un título que me pareció que se ajustaba a las dimensiones de un texto cuyos valores reconocí de inmediato: “el chisme, mito trágico”. Que era como decir, “la bola, mito trágico”, como si no se anticipara nada bueno. Eran años en que la amistad y las rivalidades mantenían una cierta separación que permitía una valoración objetiva de un texto dramático, a mi parecer dentro de una saludable distancia. Porque Triana y yo nos conocíamos, nos tratábamos amistosamente, pero no éramos amigos, ese término tan engañoso con el que delira mucha gente: éramos profesionales en gestación con un ideario común en torno al teatro.

De “Medea en el espejo”, resumí su contenido con un título que siempre me ha gustado mucho: “El chisme: mito trágico”, y escribí, entre otras cosas, que “José Triana nos lleva directamente a una comunión entre las fuerzas cósmicas que conducen a Medea, al cumplimiento de su destino y la corriente humana, de esta tierra, que la impulsan de modo ineludible también, al cumplimiento del mismo. Ambos elementos son los factores que juegan de modo esencial en la misma y conducen a nuestra Medea de solar hacia su fin. Sin embargo, las voces determinantes y fatales no son griegas, sino nuestras. Erundina grita: “A María le han echado un bilongo”. Y María se pregunta: “¿O será cierto que verdaderamente tengo un chino encima? Oh, no me persigas, chino de Cantón”. Entramos así en un universo criollo típico, que va más allá del mundo griego y que constituye no sólo un acierto de contenido sino también de estilo. Pero lo que sobresale de manera verdaderamente única, es el chisme, como expresión de la tragedia griega nacionalizada, y María se siente arrastrada por él, como si fuera un agente activo de la pieza que la conduce a un final inevitable: “La madre, la hija, la madre de su hija. La hija, la madre, la hija de su madre. ¡Que cachumbambé! Ni el médico chino le pone fin a esto”. Pero esta chusmería chancletera, solariega, coral, africana, griega, que es pura estética cubana, no se queda ahí, y un par de años después, en “La muerte del Ñeque”, la tragedia de la sexualidad desenfrenada que paga su hedonismo con la muerte, hace gala de un ludismo coreográfico y crea, con Ñico, Pepe y Juan, un tríptico de la fatalidad que es también un delirio verbal.

Una tragedia nacional

En 1960 se estrena también, esta vez en la Sala Arlequín de Rubén Vigón, una obra que escribe fuera de Cuba, entre 1956 y 1957, “El Mayor General hablará de Teogonía”, durante el proyecto Lunes de Teatro Cubano que se había iniciado poco antes con el montaje de mi obra “Los acosados”. Con “El Mayor General” inicia Triana su obsesión contra la tiranía, como si estuviera en espera del Tirano, aunque ya habíamos conocido a algunos y teníamos a Batista. Lunes de Teatro Cubano fue un proyecto importantísimo a principios de la Revolución y antes de que el teatro estuviera bajo el control del gobierno revolucionario, con un sentido de experimentación que le abrió las puertas a un nutrido grupo de dramaturgos, entre ellos a Triana y a mí. La lucha entre los hermanos que plantea es anterior a “Medea en el espejo”, y aunque tiene menor impacto que esta, es más arriesgada y experimental particularmente por el uso del lenguaje. Es básicamente un alegato absurdista con un lenguaje fragmentado, irracional y esquizofrénico que nos traslada a un devenir alucinante. Escrita antes del triunfo revolucionario, no es un texto que se refiera directamente al castrismo, pero que al paso de los años acrecienta su significado porque todas las tiranías son iguales.

Como me voy de Cuba en 1961, pierdo contacto con Triana. Antes que él saliera de Cuba, durante el proceso represivo que se recrudece a fines de los sesenta y principios de los setenta, escribe “Ceremonial de Guerra” y “Revolico en el Campo de Marte”, que reflejan, cada una a su manera, el estado de persecución, intranquilidades y desajustes, que vive la escena cubana, sometida a presiones insostenibles.

Para 1990, mi esposa y yo, que habíamos fundado Editorial Persona en Hawai, donde publicamos obras dramáticas de autores cubanos (Leopoldo Hernández, José Corrales, Manuel Pereiras y mías), editamos “Ceremonial de guerra”, que Triana había escrito entre 1968 y 1973, en años que debieron ser muy difíciles. De ellos, Triana declara en una entrevista publicada en la revista Encuentro:
Esta obra está escrita porque yo tenía una especie de pesadilla recurrente en la que yo estaba en el campo y alguien me daba un machetazo, yo me veía la pierna podrida y no me podía mover. Era todo un delirio, como sucede en las pesadillas, donde los hechos y las personas se entrecruzan, se transforman y toman niveles diferentes, donde lo imaginario asume una importancia violenta.
Por su parte, Revolico… es una pieza radicalmente transgresora, en muchos sentidos, en franca pugna con el discurso hegemónico de los sesenta, del cual el propio autor dijo: “El de Revolico es el período de mi peor crisis de creación y de injusticia, porque fue una época en la cual todo y todos se confabulaban para negarme después de La noche de los asesinos”. En ella, Triana une sus valores como dramaturgo con los que tenía como poeta, y el discurso se vuelve más transgresor que nunca. La pieza es un revolico entre las piernas cubierto por los taparrabos del deseo, cuyo barroquismo conceptual y metafórico acaba creando un total desparpajo entre La Habana elegante y el delirio habanero, lo que podríamos llamar un barroco bufo.

La última vez que nos vimos fue en el año 2013, cuando se celebró el Congreso “Celebrando a Virgilio”, que organizamos mi esposa y yo, con la colaboración de numerosos intelectuales, escritores y artistas, en la Universidad de Miami, gracias a la cooperación de la bibliotecaria Lesbia Varona; en el cual José Triana, en reconocimiento de su obra dramática y la reciente publicación de sus Obras Completas, fue nuestro dramaturgo invitado y vino en compañía de Chantal, su esposa, resultando un privilegio que ambos estuviera con nosotros.

Ciertamente, a pesar de los valores de todo su teatro y de “La noche de los asesinos”, que se escribe en Cuba, se estrena en Cuba y se premia en Cuba, no deja de ser notorio que en el marco de “nuestro” teatro, Triana muera en París y no en La Habana.

 
 


--------------
Ver  Matías Montes Huidobro en el blog

Poesía de Montse Ordóñez


Nota del blog: Agradezco a la poeta y divulgadora cultural Montse Ordóñez que publique en el blog, estos poemas incluidos en su libro inédito La orilla de los nadie.

Este viernes, 9 de marzo en la librería Pèrgam (Passatge Sant Benet, 7, 08003 Barcelona), a las 7 00 p.m.,  Montse Ordóñez, con su poemario La orilla de los nadie,  comparte lectura de poesía con Aleisa Ribalta, quien presentará  Talud (Ekelecuá Ediciones, 2018).



Ofrenda

No le digas a mi padre
que por las noches
sigo teniendo miedo al timbre de la puerta.
No le digas a mi padre
que desde hace tres meses y veinte días
no sonrío.
No le digas a mi padre
que la oscuridad se ha hecho mañana
y el día hostilidad.
No le digas a mi padre
que en el amanecer de los domingos
soy incapaz de escuchar a los Beatles
No le digas a mi padre
que lloro
cuando oigo el sonido de sus gestos.
No le digas a mi padre
que está siendo complicado acostumbrarme
a vivir en su madrugada.
No le digas a mi padre
que el mundo anda repleto de miedo
y que yo
muero de él.
No le digas a mi padre
que los que quedaban
se fueron lentamente.
No le digas a mi padre
que no me acostumbro a pasear
por las calles en las que aprendí
a vivir de su mano.
No le digas a mi padre
que no me atrevo a observar
las imágenes de la infancia
en las que nuestros rostros desprendían
la esperanza del mundo.
No le digas a mi padre
que vivo refugiada
en la biografía del silencio.


Memoria

Ahora que nos hemos quedado solos
voy a hablarte de los ruidos del mundo
En esos lugares comunes
es siempre de noche
solo se encuentra refugio en los acantilados
El estado de las cosas
es la patria de la geranios
y la frontera de la vanidad
Los hombres repiten las palabras
que se pierden
como la arena del desierto
En la ciudad de los caminos
el atardecer del que deambula
ofrenda el perdón de los pecados
Cuando el destino te mire a los ojos
elige el gesto
la aritmética de la compasión
la última palabra
reza
Llega al límite del bosque
ve a la orilla del océano
hunde las sienes en los suburbios
asiste al murmullo de las cascadas
no te dejes arrastrar
por el estruendo de la ovación
que te regalan las vidas malgastadas
Sé digno

Antes yo quise ser cronista del asedio
cambio y sospecha
me alejé del silencio
consecuencia y legado
Arranqué la estatua de Lenin
planté olivos y guirnaldas
escribí la historia de los Corintios
quemé bosquejos y tejí banderas
No corrí la misma suerte
caí en el olvido del acantilado
donde el horizonte se hizo incierto
llegué a la orilla equivocada
me perdí


Bendita seas entre todas las mujeres

Dejando la vida
en las ventanas de los otros
tratas de defenderte
de un mundo
donde la hostilidad y la soberbia transita.
Decisiones por tomar,
rumbos a los que partir,
errores por asumir
y en múltiples ocasiones,
como única compañía,
el miedo y la incertidumbre.
Cuesta mucho tirar hacia adelante
en esta sociedad que se maltrata, en la que tú,
vestida de mujer,
sufres a diario la sinrazón
y los recuerdos de un pasado difícil de olvidar.
Benditas sean las mujeres
que saben vestirse de lugar y de templo.
Bienaventuradas
las que hacen de su vida
ejemplo y saber,
para esas otras mujeres,
que a menudo
ven mermadas sus fuerzas
en manos de los que golpean
y exterminan.
Vistamos la vida de talante y de ganas,
que nunca nos falten,
que no nos hagan morir de silencio


----------------------------------
Montse Ordóñez (Barcelona, 1974). Creadora y directora del proyecto cultural Cuban Rapsodhy, donde se aglutinan varias disciplinas artísticas y literarias de la cultura cubana. Colabora junto al fotógrafo David Pujadó en la edición de la exposición “Fotografiant Gil de Biedma” que se realiza en Terrassa, Barcelona y que posteriormente se expondrá en el Instituto Cervantes de Belgrado. Colaboró en la edición y el prólogo del libro de Ariel B. Acosta  La balada de los suicidas (Eriginal Books, USA). En 2014 participó en la edición y el prólogo del libro, del poeta cubano Delfín Prats,  El esplendor de las palabras (Ediciones Cumbres, España). En 2015, presentó en el CCE de Miami, USA, dos lineas editoriales, Ediciones Cumbres y Ediciones Baguá. En 2016, impartió un taller de poesía y narrativa en Barcelona e impulsa el proyecto de la Libroterapia.

Colaboradora habitual de Ediciones Cumbres y Editorial Huso. Miembro del consejo editorial de la Revista Verbo(des)nudo que se publica en Chile. Sus trabajos han sido publicados en revistas literarias de USA, Chile y España. En la actualidad, está involucrada en varios proyectos culturales en la ciudad de Barcelona. Actualmente prepara su poemario La orilla de los nadie.

Poetas del Camagüey (por Carlos. A. Peón-Casas)



Poetas del Camagüey en
  Arpas Cubanas. Poetas Contemporáneos(1)

por Carlos. A. Peón-Casas


Se trata de una Antología de poetas cubanos de principios del pasado siglo XX. Con prólogo que firma una figura singular, y a veces controvertida de los ambientes literarios de aquel minuto: Aniceto Valdivia(2), mejor conocido por su alias o seudónimo literario: Conde Kostia.

La selección de autores es sugerente, y habla con claridad de los altos quilates que alcanzaban los vates locales: (Byrne, Uhrbach, Sánchez de Fuentes, Villoch, Hernández Portela, entre otros), sumando quizás un honroso caso, el de una poetisa foránea: Lola Rodríguez de Tio, puertorriqueña de origen y cubana por propia adopción.

Nuestra cercanía, preferirá esta vez los nombres de los vates camagüeyanos mas notorios, y sus descendientes, que aparecen allí antologados, a saber: Esteban Borrero Echeverría, su hija Dulce María (habanera por nacimiento), Aurelia Castillo de González y Enrique José Varona.

Los textos escogidos, seis por autor, recorren en magnitud variable, según cada uno de sus autores, los entresijos del estilo poético del minuto: el Modernismo, que como tendencia pusieron muy en alto, antes dos representantes cubanos de valías singulares: nuestro Apóstol José Martí, y el celebrado rimador de inevitables influencias parnasianas: Julián del Casal.

Aunque resulte obvia la clasificación de los ya citados antologados en tal movimiento literario, no resulta necesariamente concluyente tal encasillamiento, como esbozamos antes, a la hora del contraste de los estilos personales de estos rimadores, donde cada uno va marcado al hierro de los particulares estros poéticos que los distinguieran en su minuto.

El caso más singular, de apego no necesariamente irrestricto a los moldes modernistas, lo hallamos en los textos de un ya maduro rimador: Enrique José Varona, con un par de rimas que delatan refinamiento y oficio poético.

Se trata primariamente de una composición singular: una estrofa de seis versos, dos tercetos, donde los primeros versos, de nueve silabas cada uno van libres, y el tercero, de solo seis silabas, rima consonantemente con el sexto. El título es otra vez singular: María Gratia Plena:
(…) Pues vas, colibrí nacarado,
Buscando en las hierbas y ramas
Colores y aromas
Prendada del sol, de la brisa,
Del blanco aguinaldo, que al lejos
Festona las lomas
El sujeto poético tiene, la altísima consideración del rimador, y ante cualquiera de las mundanidades posibles que acaso parecieran poder achacársele como cuando dice:
Te siguen las fiestas en coro
La torva calumnia a tu paso
Se esquiva rehacia (…)
Su deseo mas ferviente y feliz para aquella es concluyente cuando cierra su poema y le vaticina:
Que nunca te llegue la hora,
La hora fatal en que puncen
Tus pies los abrojos.
Que siempre por blando camino
La maga Ilusión te acompañe,
Vendado los ojos.
Aurelia del Castillo de González, es otra de las voces del Camagüey, antologadas en esta poco manejada colección de poemas y poetas cubanos de principios del siglo XX. El poema que preferimos destacar se titula Victoriosa, y es otra verdadera excepción en cuanto al ya mentado molde modernista que acaso se acuse mas en otras de sus composiciones aquí reunidas.

Se trata de un bellísimo soneto dedicado con ardor patriótico a la bandera cubana, al verla flotar en el minuto acaso ¿feliz?, de la instauración de la Republica en 1902, un texto ciertamente poco manejado, sin dudas coincidente en espíritu, con el ya famoso del poema A Mi Bandera de Bonifacio Byrne, y ciertamente revelador del mismo sentimiento profundo de lealtad a la patria naciente, ante nuestro pabellón ondeante:
¡La bandera en el Morro¡ ¿No es un sueño?
¡La bandera en Palacio¡ ¿No es delirio?
¿Ceso del corazón el cruel martirio?
¿Realizose por fin el arduo empeño?
¡Muestra tu rostro juvenil, risueño,
Enciende, ¡oh Cuba¡ de tu Pascua el cirio,
Que surge tu bandera como un lirio,
Único en los colores y el diseño¡
Sus anchos pliegues el espacio libran
Los mástiles que altivos se levantan,
Los niños la conocen la adoran
¡Y al solo verla nuestros cuerpos vibran¡
¡Y solo al verla nuestros labios cantan¡
¡Y solo al verla nuestros ojos lloran¡

Habana, 1902.
Dos de los nombres que completan la lista de estos poetas y poetisas del egregio Camagüey, son como se sabe padre e hija: son las voces de dos generaciones, que hacen al mismo tiempo una continuidad de inspiración perdurable.

La vástago es Dulce María Borrero, hija del camagüeyano Esteban Borrero Echeverría, aunque nacida en La Habana, su delicada producción poética, alcanza sin dudas una madurez difícilmente imaginable. Resulta interesante para este escribidor, la no inclusión de de los versos de su malograda hermana Juana Borrero, de intenso y particular lirismo en verso y autora de cartas de amor de inigualable acento, desaparecida en la flor de la edad, a sus cortos dieciocho años.

De Dulce María es su soneto Sepultus Est, dedicado a Cristo, una pieza maestra tanto por el buen manejo de tan difícil metro (innovador además con 12 sílabas cada verso), como por el contenido impecable de elevado lirismo.
Cristo sobre la tierra que redimiste
Y que al librar del crimen, de amor bañaste,
¿quién ha vuelto a acordarse de lo que hiciste?
¿quién siguió la doctrina que predicaste?
Extranjera en las almas tu imagen triste,
Vuelve a hundirse en las sombras que disipaste,
Y el mundo que salvado mirar creíste
Torno a abrirse las llagas que le ceraste.
A tientas, en la vida, perdido el hombre
El camino recorre con paso incierto;
Al apoyo divino su mano niega;
Y si alguno pronuncia tu dulce nombre,
Creyendo que aun existes después de muerto
Vuelve a crucificarte la turba ciega.
Con Esteban Borrero Echeverría, ponemos a consideración del lector en este cierre, un poema de bellísimo acento y lirismo sin igual, donde el poeta recuerda con nostalgia su paterno lar, el Puerto Príncipe de su infancia, el texto poético intitulado Hojas Secas, sigue la estructura rigurosa de unos cuartetos endecasílabos, con rima consonante del segundo y el tercer versos, y libres el primero y el cuarto.

Así rememora el poeta cualquier tiempo pasado, el de su temprana infancia y primea juventud, en aquella comarca de entre ríos, en el apacible Príncipe, de antaño, que siempre debió ser mejor:
Venid a mi, venid, marchitas hojas
De aquellos verdes arboles floridos,
Que del céfiro blando remecidos
En mi niñez oía susurrar
¡Venid a mi¡ Traéis tantos recuerdos
Y memorias tan tristes y queridas
Reliquias sois que a mi llegáis ungidas
Con el oleo de placida amistad.
Venid, decidme: aun corre transparente
Del Tinima la linfa bullidora,
La tojosa, en la siesta abrasadora
¿Baja a beber su límpido cristal?...
¿O esta su fértil cauce aridecido?
¿En el crecen las zarzas y los abrojos?
¿Esta seco, decid como mis ojos
Que ya no tienen lagrimas que dar?
Contadme aquella historia tan querida
De mi pueblo natal, de su alborada
Dadme la tibia luz de su enlutada
Noche el misterio y la solemne voz (…)
 1878.



--------------------------
  1. Arpas Cubanas. Poetas Contemporáneos. Prólogo del Conde Kostia. La Habana. Imprenta de Rambla y Souza. MCMIV. 
  2. Copiamos al lector lo que Francisco Calcagno, nos dice de Valdivia: Sancti Spiritus 20 Ab. 1859: según los datos aparecidos en El País, curso segunda enseñanza en Sant. De Cuba y Derecho en Sant. De Compostela: de allí fue a Madrid donde publicó un pequeño poema titulado Ultratumba y una colección de rimas. Colaboroó con varios periódicos de la Corte: El Globo, El Pabellón Nacional y Madrid Cómico (…) En Diccionario Biográfico Cubano. New York, 1878 p.647. Su fallecimiento acaeció en Cuba en 1927. Para otros detalles véase: El Extraño Caso de Aniceto Valdivia, el Conde Kostia. Por Carmen Suarez León. En Palabra Nueva Año XXVI. Nov-Dic 2017. No. 274 pp.69-72

(Miami) Gema Corredera y Carlos Pintado: "Con pecados concebidos"


Como parte del evento Palabra Viva Weekend 2018, la Fundación Cuatrogatos invita al encuentro literario-musical "Con pecados concebidos", una noche con la cantante Gema Corredera y el poeta Carlos Pintado. Esta actividad cuenta con el apoyo de la Ciudad de Coral Gables. Entrada gratuita hasta completar el aforo de la sala.

(Miami) Pinar del Río celebra misa en la Ermita

Quien quiera beber conmigo (por Alberto Cortez)




Quien quiera beber conmigo
tiene una copa en mi mesa,
compartirá mi alegría,
pero también mi tristeza.

La alegría de los hombres
que no abandonan su barca,
aunque no abunde la pesca
y aunque la mar esté brava.

La tristeza por aquellos
que al primer trueno se espantan
y que recogen sus redes
por una nube que pasa.

La alegría del que quiere
ser cabeza de manada,
aunque abrir senda es más duro
que andar por senda marcada.

Y la tristeza por esos
que se conforman y callan
aunque les pongan al cuello
un collar y una campana.

La alegría del que tiene
un solo amor y le alcanza,
a quien entrega desnuda
la posesión de su alma.

La tristeza por los otros
que siempre cambian de cama,
creyendo llenar su vida
consiguen sólo vaciarla.

Quien quiera beber conmigo
tiene una copa en mi mesa,
compartirá mi alegría,
pero también mi tristeza.

Tuesday, March 6, 2018

Poesía de Aleisa Ribalta

Nota del blog: Agradezco a Aleisa Ribalta, que comparta estos poemas incluidos en Talud (Ekelecuá Ediciones, 2018), su primer poemario publicado.

Talud será presentado el próximo viernes 9 de marzo en la librería Pèrgam (Passatge Sant Benet, 7, 08003 Barcelona), a las 7 00 p.m.

El evento literario será presentación doble, el poemario de Aleisa Ribalta y lectura de  textos de la poeta y divulgadora cultural Montse Ordóñez, que forman parte de su libro inédito La orilla de los nadie.

----------------


Palabras a los lectores

Talud es un salto al vacío, una muerte súbita en la poesía, ese paseo por el borde de un acantilado que provoca náuseas y revelaciones. Aquí la página en blanco hace las veces de espejo, álbum de familia, prueba de ADN, genealogía intersticial sedimentada como un fósil furioso. La herencia fluye inquieta por las venas, esa suerte de ríos subterráneos, como el magnífico “pez del hilo dorado/ invención casi mía de la lejana provincia de/ Sichuan”. Y la trashumancia, exvoto y holocausto, es entendida como regreso. Cuba reverbera y Suecia brilla por su ausencia. No es un libro del tránsito sino del descenso a los ínferos, al origen del cordón umbilical y el grillete ancilar. Resuenan muchas voces, mientras la poeta busca un registro propio que sospecho ya ha conseguido en algunos de los poemas más singulares de este libro. Poemas donde Aleisa Ribalta se conjura “sentada sobre piedras blancas que no lo son”, nombres que regresan al flujo de energía universal, como bautizo, lápida y tributo. Como toda caída libre, la suya es un despegue. (por Joaquín Badajoz. Hell’s Kitchen, Manhattan, mayo de 2017)


Arigato

                                   A José Adrián Vitier, nieto de poetas.

A cree que lo sabe todo.
Y he ahí el encanto de A.
A, que también podría
llamarse X, vuelve de su TAO,
surco y espiral, karma:
nos reencontramos.

A, que está roto por dentro,
al vuelo, se compone.
Llega con una jaula
hecha de güines,
pone a cantar un tomeguín.
Vamos pa'l monte
(me dice con lascivia)

A tiene una cámara
desde donde empuña
catalejo, merjet.
Hueco para mirar
el mundo juntos.
Tiene dentro la luna.

Acullá fieros rondan:
los duendes,
los demonios,
lo obscuro...
como a todos.

Ni héroe
ni antihéroe.
Ni víctima
ni verdugo.
Un buen tipo
¡además!

Rama
hoja
corteza
(necesaria).

Un musgo
fino
cubriendo
el árbol
que intacto
observa
su ilusión
de loto
sentado
en su bondad.

Pero me alcanza...
Dispara
fulmina
(revelando)
en el mismísimo
centro
de mi
soledad.


Annona squamosa
 
                                     A mi abuelo José de la Caridad Guzmán y Llanes

Cuando el abuelo sembró
jaspeada y larga
la semilla
no sabía que plantaba
el Yggdrasil
Era el árbol más nuestro
allí nacimos todos
de él nos colgábamos
para parecer
monos en las fotos

La vida gustaba
de tarde en tarde
de colgarse
como nosotros
al anón del patio
Allí sucedía
en todo su esplendor
germinaba
nos la podíamos
comer feliz

El viejo juez sacaba
día tras día el taburete
lo recostaba al tronco
bajo la misma sombra

A los cinco años de plantado
ya daba buenos frutos
casi cincuenta
todos igual de dulces
porciones del paraíso

Compartía el abuelo
sus anones
cómo esconder
aquel olor dulzón
en el patio interior
de un suburbio
lleno de niños

Si entrábamos por el callejón
(allí frente a la casa
de Andrés el borracho)
era parada obligatoria
aquel árbol pequeño
que paría demasiado

Desde el portal sabía la abuela
que cosechábamos
los frutos con que el viejo
saboteaba sus almuerzos
Quítense el uniforme
que el anón mancha
dejen eso para el postre

Pero nosotros
embadurnados hasta la vida
no entrábamos a la casa
porque para qué comerse
la harina de la abuela
si el anón era la ambrosía
suerte de puño rugoso
llenaba panza
y nos ponía líricos

Una vez el abuelo me contó
lo del diamante
¿Qué? ¿Es una piedra?
Sí claro
hay que pulirlo
¿Y eso cómo se hace?
Mucho trabajo
decía el abuelo
pero vale la pena.



------------------------------------
Aleisa Ribalta (La Habana, 1971). Reside en Suecia desde 1998. Es ingeniera de profesión y actualmente se desempeña como docente de asignaturas no directamente relacionadas a la literatura como: Diseño de Interfaces Gráficas, Diseño Web y Programación de Aplicaciones. Escribe desde muy joven mayormente poesía. Alega que los lenguajes de programación son también un modo de entender la comunicación y hasta de saborearla. Para la autora, en esos símbolos para algunos incomprensibles está también la literatura como forma vital de expresión. Talud es su primer poemario. Aquí conmina sus miedos, convoca también a sus demonios y más que nada, rumia sus lecturas en un ejercicio de humildad. Este poemario propone, lúdico, un pacto entre el lector y esa voz desde el otro lado que le dice, no sin cierta lascivia: "¡Salta!"

-------------------------------------

Sunday, March 4, 2018

(Barcelona) Aleisa Ribalta presenta su primer poemario

  Foto/Tania Trujillo
-------------------------

Nota del blog: Se le agradece a Aleisa Ribalta, cubana que vive en Suecia, quien desde siempre escribe, que por fin se decidiera a publicar su primer poemario y anunciar que trabaja en su próximo libro.

Talud será presentado el próximo viernes 9 de marzo en Barcelona.

El evento literario será presentación doble, el poemario de Aleisa Ribalta y lectura de  textos de la poeta y divulgadora cultural Montse Ordóñez, que forman parte de su libro inédito La orilla de los nadie.


Comparto con los lectores, gracias a la amabilidad de Aleisa, esta entrevista que le fuera realizada por María José Castro Doménech, Editora de Contenidos Multimedia del Centre d’Innovació i Formació per a l’Ocupació (CIFO) de l’Hospitalet, Barcelona. Institución que está preparando una edición interactiva, con textos incluidos en el poemario Talud.

¿Qué es un talud y porqué se llama así tu libro?

Talud es una palabra con muchos significados, por eso me gusta, por eso la escogí. El barranco o cuneta a la orilla de la carretera es un talud. Los taludes se estudian en arquitectura y urbanismo, es necesario plantar especies específicas y cuidar que no haya derrumbes o corrimientos. Parece que un talud puede volverse peligroso. El poema que da nombre al libro propone un salto, advierte de un peligro, de lo cercana que es la barrera entre la vida y la muerte, y de la sensación de una vez saltando liberarnos. En mi caso he estado escribiendo poemas toda mi vida y con miedo a publicarlos. Por eso al vencer el miedo he decidido llamar a este primer salto Talud. Un talud es además un plano inclinado y otra vez un modelo arquitectónico de las civilizaciones mayas, aunque este estilo se llama talud-tablero porque alterna con ese otro que es plano (no es inclinado pero no por ello, sencillo). Mi próximo trabajo se llamará Tablero.

¿Cuál es el poema que más te gusta del libro?

El poema que más me gusta del libro es Sutil el hilo casi. El poema cuenta la historia de mis ancestros y también una especie de rito de iniciación de unos jóvenes en una provincia china, la búsqueda de un pez ciego con un hilo dorado. Casi nadie le ha visto, pero arriesgan la vida por encontrarlo. Es bonito eso, es como buscar la belleza, el amor, la verdad. Ninguna de esas cosas sabemos a ciencia cierta si existen pero nos lanzamos a buscarlas y nos perdemos o nos encontramos en esa búsqueda. El ritmo del poema y la sensación de estar dentro de la cueva oscura hace que yo misma me sorprenda cuando lo leo en voz alta, está escrito en un estado de semi consciencia. No sé bien ni cómo lo escribí, y no creo que vuelva escribir un poema como ése.

¿Crees en el poema como una narración de hechos o como una expresión de un mundo interior que intenta materializarse en versos?

Sí, creo que un poema tiene que narrar algo, si no es un poema vacío. Los humanos y nuestra relación con el lenguaje... Todo fue por esa necesidad de contarnos historias, nos reunimos frente al fuego, y así escribimos en las paredes los primeros poemas. Hay poemas del libro que hablan sobre eso. Claro que los hechos no tienen que tener un orden ni una lógica, puede ser un problema desentrañar la historia contada en un poema, pero siempre es un reto como lector, un reto estimulante. Entre los hechos contados se tejen otros, reales u oníricos, otras historias, sentimientos, un mundo que ya no es del poeta, ni de nadie, y es de todos, un mundo que se fusiona con el del que lee. Ahí está la magia.

Me propuse conscientemente la exploración de los límites de la poesía y la prosa. No creo en los géneros y en su rígida clasificación, me gusta la difuminación y el caos. Me gusta leer poesía, pero disfruto cuando la narración está bien escrita y matizada con elementos poéticos, esa es mi preferencia de lector. Por eso el lector que soy quiere escribir una poesía que narra, que cuenta historias, historias que como ya te he dicho parten de una experiencia personal pero que se parecen a las de otros, sí, a las de todos. Hay poemas del libro que hablan de una ciudad abandonada.

¿Cuántos no han dejado atrás su ciudad y la añoran, cuántos no podrán regresar a ella, y la verán desde los recuerdos porque físicamente no existe?. La Habana es una ciudad que ya no se parece a mis recuerdos y puede ser un lugar de Siria, depende de quien lea esos versos.
 
¿Qué piensas de la digitalización del libro? ¿Crees que podría ser un buen modo de llegar a los lectores?

Me entusiasma la idea, claro. Yo misma leo abundante material digital, antes era bastante reacia a leer de este modo, pero tiene tantas ventajas que he acabado convenciéndome. Creo que no escasean lectores como yo, que han ido aceptando la era digital y sus beneficios, tengo muchos amigos que leen así. Los jóvenes, solo leen de este modo, casi. Es siempre un camino más para llegar al lector,  lo que se pueda hacer por ello, por la promoción de la lectura es loable.

En el caso de las imágenes, ¿las ves de un modo más o menos fílmico cuando las escribes? En este caso ¿Podrías ver esto ya materializado en un proyecto interactivo multimedia? 

A veces, me parece que sí, que casi siempre, se me presentan en imágenes los poemas. No soy muy consciente de eso. Creo que el proyecto interactivo es posible y sería bonito verlo. Como soy a la vez una enamorada del cine  y de ese lenguaje narrativo contemporáneo, creo en esa fusión de los medios. Sí, sí me entusiasma. Estoy deseando verlo.





Talud

Ah, eso de caer, tirarse toda,
tanto miedo a tanta altura.
El vértigo por fin ya, conquista
de despeñarse entera.
Ana cayendo, Ana al vacío
desde la ventana sorda
de ese rascacielos tirándose
¿o tirada?
Ana cayendo... ¿otra vez?
¿quién empuja?
Ana queriendo sangre,
mucha sangre, más sangre
cada día, sangre de pollo,
sangre de mujer, sangre
de cualquier criatura.

Ana hormiguita incansable,
pintando cuerpos de grana,
mutilando para crear
sin saber que un día el suyo,
minúsculo y sin levitar,
yacería rojo y abierto
en el 300 de Mercer Street.

Ana que no murió
de dos y dos son cuatro
porque la tragedia de Ana
siempre fue la de crear
un universo totalmente suyo.
Algo desde donde poder
tirarse ya, despetroncarse,
tanto que decir tenía.
Ana gritando ahora van a saber
por fin, de lo que soy capaz.

Y yo, queriendo escribir
estos versos inválidos,
dándoles mi voz para que
al fin sepas, mientras
escucho la voz de Ana
cayendo al vacío,
reventada,
en su penúltimo grito,
ya susurro
que me dice: ¡dale, salta!.
 


------------------------------------
Aleisa Ribalta (La Habana, 1971). Reside en Suecia desde 1998. Es ingeniera de profesión y actualmente se desempeña como docente de asignaturas no directamente relacionadas a la literatura como: Diseño de Interfaces Gráficas, Diseño Web y Programación de Aplicaciones. Escribe desde muy joven mayormente poesía. Alega que los lenguajes de programación son también un modo de entender la comunicación y hasta de saborearla. Para la autora, en esos símbolos para algunos incomprensibles está también la literatura como forma vital de expresión. Talud es su primer poemario. Aquí conmina sus miedos, convoca también a sus demonios y más que nada, rumia sus lecturas en un ejercicio de humildad. Este poemario propone, lúdico, un pacto entre el lector y esa voz desde el otro lado que le dice, no sin cierta lascivia: "¡Salta!"

------------------------------
Ver Poesía de Aleisa Ribalta

Friday, March 2, 2018

Polvo de alas: entre el ser y el deber ser (por María Antonia Borroto Trujillo)

 en Amazon
---------------------------

Las entrevistas se suelen calificar en dos grandes grupos, de personalidad o de opinión. Así dicen los manuales de periodismo, mas ellos, siempre reductores, no podrían dar cuenta de un libro como Polvo de alas. El guión cinematográfico en Cuba, de Oneyda González, facturado por la editorial Oriente en 2009. No podrían, pues casi siempre, cuando se conversa con intelectuales fuertemente comprometidos, aun cuando el asunto no sea su vida, esta termina por ser iluminada. La relación no es siempre desde la vida a la obra, sino lo contrario: no en balde Juan Ramón Jiménez denominó “trabajo gustoso” la labor del artista. Trabajo que no lo es, que al dar sentido a la vida o al ser uno de los sentidos de la vida, es la propia vida.

Hacer un libro de entrevistas es faena complicada e ingrata. Uno, en tanto entrevistador, debe desaparecer, o para decirlo mejor: si se ha elegido tal género es por una certidumbre previa y primordial: se ha creído que lo de veras valioso es mostrar, con la mayor transparencia posible, la voz de las personas reunidas. Mas, ¿cómo renunciar a la realidad del punto de vista personal? En primer lugar, no hay tal transparencia, aun cuando se sea fiel a las palabras de los encuestados, siempre han sido abordados, mirados, interrogados, desde una peculiar perspectiva; por eso toda entrevista tiene un autor, y ese es el entrevistador.

Por eso Oneyda no se enmascara: el protagonismo de sus interlocutores debe ser asegurado con preguntas inteligentes o, tanto como preguntas, afirmaciones que los hagan pensar y cuya respuesta no sea el sí o el no, o, un sí o un no debidamente razonados. Tanto como preguntarles, los provoca. No ha sido elaborado un único cuestionario: cada entrevista es irrepetible en virtud no ya de las respuestas, sino desde las preguntas, concebidas a propósito de cada entrevistado, pensadas desde un conocimiento previo de su obra, de su personalidad y de la faceta desde la cual puede aportar más a esta obra. Sutilmente polémico, pues —he ahí quizás una de esas marcas de género que tanto se empeñan algunos en buscar y otros en borrar— no los enfrenta abiertamente, sino que uno siente y arma, por sí mismo, el ir y venir entre unas ideas y las otras, entre opiniones polarizadas y absolutas que hallan su equilibrio en otras páginas del propio libro. Oneyda me luce cual directora de orquesta. Sé que el símil no es muy feliz, pues no hay una partitura previa: cada cual se interpreta a sí mismo en el proyecto coral que es Polvo de alas, bellísima metáfora con que denomina el guión de cine, del que se ha dicho más de una vez que es Talón de Aquiles del cine cubano.

Oneyda confiesa haber escuchado tal afirmación en el Taller Nacional de Crítica Cinematográfica: la obra es deudora y continuadora, en otro plano, del espíritu dialogante del evento. Mas a ella no le bastó con las opiniones de cinco guionistas, sino que los complementa con las ideas de once directores y de cinco críticos, estos últimos con opiniones aún más razonadas pero no menos apasionadas, opiniones que se tornan valiosas también respecto a la crítica y que más que mediar entre los primeros y los segundos, apuntan aristas insospechadas. Dean Luis Reyes, por ejemplo, echa por tierra muchas de nuestras simplificadas ideas sobre los seriales y afirma el proteico modo de ser de los productos de las industrias culturales.

Confieso que una entrevista no me sedujo grandemente. No es la entrevista en sí, rectifico, sino el entrevistado. Mas la creo necesaria, incluso indispensable: ello nos da la medida de la complejidad del asunto, de las variadas posturas con que puede ser asumido —hablo, por supuesto, de posturas vitales—, y los modos de ser del cine cubano y de quienes lo hacen. He ahí un dilema ético en el que yo misma me he visto implicada más de una vez: cuando algo de lo dicho por el entrevistado no me gusta mucho o lo siento inadecuado respecto a la imagen que de él me he forjado. Mas, ¿qué derecho tiene uno para enmendar palabras, lo que siempre es enmendar el ser que las pronuncia?

Imagino a Oneyda en situaciones análogas. Su profesionalidad se debió poner a prueba una y otra vez, y vuelvo a decirlo, su elegancia al evitar preguntas tendenciosas o que condujeran a enfrentamientos y juicios de los unos respecto a los otros. Ya eso es mérito suficiente. La honestidad y valentía es otra de sus virtudes. Hablo desde el punto de vista de la eticidad que debe acompañar a todo acto intelectual, máxime cuando otros nos hacen depositarios de sus opiniones, sueños, vivencias, desvelos e inconformidades.

Mas, ¿por qué el guión? Aquí —otro hallazgo del libro— no se examina el arte como mero arte, sino que el asunto se complejiza y adquiere carácter ontológico. Subyace en todo momento una reflexión en torno al ser mismo del arte, a su organicidad respecto a la realidad de la que es expresión, realidad que también modela y reconfigura. Menudo asunto este: no se oculta, mas bien lo contrario, que los problemas del guión no son solo problemas técnicos o de dramaturgia, sino que son, a la larga, de cariz ontológico: la elección de una historia o la otra, de unos personajes u otros, o más que elección su construcción, obedece a razones muy profundas y dialoga con el ser mismo de la nación, con nuestra realidad simbólica y nuestra realidad “real”.

¡Qué desafortunadas palabras estas de realidad real!, pienso mientras releo lo acabado de escribir; mas no se me ocurren otras mejores con que exponer algo que a menudo me sucede: respecto a la relación entre nuestra realidad y su cine, siento el mismo estupor que frente a una mujer excesivamente maquillada a deshora. Otras, la dama de marras luce short y tope, limpia su casa y lanza improperios porque alguien anda en lo mojado. ¿Cuál es la verdadera? ¿La muy maquillada o la extremadamente descuidada? ¿Ambas o ninguna?

En apariencia el asunto nada tiene que ver con lo dicho hasta aquí. El tema, por demás, se las trae, sonreirán algunas de mis lectoras, y hasta los hombres, encandilados a veces por postizos y tintes. Tanto es así que esto —aparente broma— tiene ribetes filosóficos, como de fuerte cariz filosófico es siempre el análisis del arte y de nuestra relación con el mismo. Al contemplar el arte, los contemplados siempre somos, en última instancia, nosotros mismos. ¿Qué decir, entonces, cuando la obra, fundada en lo que somos, pretende mostrarnos, proyectarnos, modelarnos? Tal es uno de los dilemas del cine cubano, de todo cine, por supuesto, pero sobre todo del cubano, que tan amargo sabor nos deja muy a menudo. Mucho de ello se nos muestra en estas cautivantes páginas, tan cautivantes como los entrevistados, la entrevistadora y el cine cubano, una de nuestras pasiones y derechos. Nosotros con su lectura, y Oneyda con su confección, hemos asumido un deber; un deber que es, esencialmente, con nosotros mismos.



---------------------------
María Antonia Borroto Trujillo: Periodista. Dra. en Ciencias de la Comunicación. Autora de los libros La novia de Martí, Lectura en dos orillas, Imagen múltiple de la ciudad: tres cronistas miran La Habana, Palpitación de lo diario: un costumbrista llamado José Martí, Páginas volanderas, El escritor y la bibliotecaria y Julián del Casal: modernidad y periodismo (Mención Casa de las Américas en 2014.  Editorial Oriente, 2016).
Actualmente se desempeña como profesora en la Universidad de las Artes, ISA, filial Camagüey.

La califfa (por Gordiano Lupi)

 Weekly section on the critical engagement of cinema by Gordiano Lupi.

 

La califfa (The Lady Caliph) is Alberto Bevilacqua’s first film. It is based on the director’s third book, published in 1964, a huge bestseller that anticipated his 1966 Campiello Prize winning novel Questa specie di amore (This Kind of Love). The sensual Romy Schneider has the leading role as Irene Corsini, la califfa, the widow of a workman killed by the police. She is introduced with an intense long-sequence shot that will be repeated in the tragic final scene. Ugo Tognazzi plays the sympathetic Doberdò, an entrepreneur bewitched by the fierce working-class lady. For love’s sake he will try to be sympathetic towards the workers’ needs and to solve the problems in his factory.

La califfa is set in Parma, Bevilacqua’s birthplace, a city that the author will portray in short stories, novels, poems and films. Irene Corsini, a woman strengthened by her own sorrow, is the leader of a protest movement in Doberdò’s factory, but eventually she falls in love with the entrepreneur. Next to her, he discovers a new reality, and sees a more humane way to make business. However, he will not be able to convince his fellow industrialists, who will kill him in the final scene, and will throw his body by the side of the factory’s wall. It’s a new bloodshed for Irene, a new wound in her life.

Being on a rather low production budget meant that Bevilacqua was forced to film only the second half of his novel, and often had to use the same scenes for a number of dream sequences. Moreover, he also omitted some characters and focussed the action only on the protagonists. Many dialogues, some of the utmost importance to understand the relationship between Doberdò and Irene, were also dismissed. Even the final sequence is different from the book - that is, it’s more dramatic - as the novel ends with the entrepreneur’s death by natural causes. The film locations are Parma, Spoleto, Terni, Colleferro, and Cesano di Roma. Ennio Morricone’s soundtrack is amazing. It often features a somewhat western theme, as a comment of the scenes related to the Wild West duels or showdowns, so typical of that film genre. Roberto Gerardi’s soft pastel tone photography is excellent. At his first film direction, Bevilacqua is well acquainted with the long sequence shots, but exceedingly prone to the zooming technique - one of the evils of that filming era. However, his screenplay is poetic enough to support the hyperrealistic scenes of this metaphoric and didactic film. The actors are extraordinary: Ugo Tognazzi is at his best in embodying the entrepreneur, a former country boy who, because of love, changes his pragmatic approach to life by romantically challenging the establishment. Tognazzi is no stranger to the magnate or upper class member roles, but in this film Bevilacqua provides him with a number of poetic one-liners: ‘Today the power needs neither heroes nor lions. It only needs poets’, he says. And, talking about his poor youth: ‘I went away just not to see that damp stain over my head any more’. Romy Schneider is upsettingly beautiful in her astonishing close-ups during the police charge and the bloodshed riot scenes. Irene’s role – a strong woman, ready to run all risks – is particularly suitable for her own personality. Bevilacqua is very good at narrating the feminine soul and at composing unusual portraits of over-the-top women. Among the character actors Gigi Ballista is at ease playing the businessman, a role he will repeat over and over again in the Italian sexy comedies; Stefano Satta Flores plays a workman just for one sequence; Gigi Reder (the future Ragionier Filini of the Fantozzi film saga) plays a subservient waiter; Giancarlo Prete (the science fiction action film bodybuilder) plays the califfa’s exploited lover; Massimo Serato plays the magnate who commits suicide.

Bevilacqua portrays the Italian society at the end of the 60’s, with its aggressive tycoons, the closing of factories, the sit ins by workmen demanding more respect for their work. We see police charging, industrialists committing suicide after going bankrupt, protests in the squares. Along with the description of the social environments, we have a merciless analysis of the bourgeois marriage, with fading away passions and infidelity. This criticism doesn’t even spare the generational contrast between fathers and sons. ‘If a father and a son ran away together to reach a nonspecific goal, nothing would probably happen’, Tognazzi says. The ‘master’s speeches’ addressed to his workmen are intense, although a bit pompous and redundant, as well as the class struggle scenes, which are sometimes too stylized. The representation of the factory as a pagan divinity, where workers pay their daily homage before the ‘Production Altar’, is striking. To be remembered are some dreamlike sequences: the flower blocking the machinery of the factory, the Califfa locking the master in his own room, only to let him die alone with his millions… The erotic scenes are only suggestive, even though the two protagonists are credible and convincing. Romy Schneider’s toned body has a powerful screen presence in her full-figured nude scenes. Although marked by an exceedingly radical inspiration, this film stands as a good product of its own era and should be watched in the correct historical perspective. The rebel working-class lady and the entrepreneur share the same bravery, the same humble origin, the same faith in a project, and the same illusion of changing the world. However, the harsh reality will destroy their dreams.

Reviews. Morando Morandini (three stars from both critics and the audience): ‘The real surprise of this social comedy is Ugo Tognazzi’s outstanding versatility. He can master his reactions and tones admirably. Romy Schneider is less convincing as a working-class member. Nevertheless, this is the best product among the works of Bevilacqua from Parma’. This judgment is hard to accept, particularly for its conclusions, for the doubts on Schneider’s acting performance, and for its definition of a dramatic and hyperrealistic film like that as a comedy. Paolo Mereghetti (one stars) tears the film completely apart: ‘Bevilacqua’s first film, taken from his novel of the same title, is a portrait of a young lady, but it loses its way among commonplace and groundless references to the social tensions of the era’. Pino Farinotti gives the film three stars: despite the lack of critical analysis, his value judgment is largely sharable.

Translation by Michele Curatolo (supervised by Sabrina Macchi)



-----------------------------------------------------------------
Gordiano Lupi (Piombino, 1960). Editorial manager of Edizioni Il Foglio, he contributes to Turin’s newspaper La Stampa as a translator of Yoani Sánchez’s blog. He translated the novels of the Cuban author Torreguitart Ruiz and published a number of books on Cuba, cinema, and many other topics. See the full list at www.infol.it/lupi.
He participated in some TV broadcasts such as Corrado Augias’s Cominciamo bene le storie, Luca Giurato’s Uno Mattina, Odeon TV series on the Italian serial killers, Rete Quattro La Commedia all’italiana, Monica Maggioni’s Speciale TG1 on Cuba and Yoani Sánchez, Dove TV series on Cuba. He guested on some Italian and Swiss radio broadcasts for his books and comments on the Cuban culture.
In 2012 he published a long chapter in El otro paredón, an essay on the Cuban situation, written with four authors of the Cuban exile, and issued in the USA with English and Spanish versions. His books received a large number of reviews and mentions. See the full list at www.infol.it/lupi. E-mail address: lupi@infol.it

The City of Miami will no longer issue tickets from Red Light Cameras


Thursday, March 1, 2018

El miedo luego de la masacre en Parkland (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia, programa académico extenso de 45 semanas. Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace. Para ver sus videos www.unifamilia.com




Un análisis del miedo luego de situaciones trágicas como es el caso de la masacre en una escuela de Parkland. ¿Qué es el miedo y como se establece. ¿Qué sucede cuando la emoción del miedo se hace crónica?. ¿El estres postraumático es acaso una manifestación aguda y permanente del miedo vivido?. Consejos para la familia en la voz de la Dra Christina Balinotti fundadora-directora de Universidad de la Familia, Ahora Si. www.universidaddelafamiliaahorasi.org




----------------------------------------------


Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística. 
Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016.

 www.universidaddelafamiliaahorasi.org
 Universidaddelafamiliaahorasi.miami@gmail.com
https://www.facebook.com/christina.balinotti https://www.youtube.com/user/christina5679


Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!

Gaspar, El Lugareño Headline Animator

Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!