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Thursday, March 25, 2021

El profesor Hebert Pérez (por Rafael Duharte Jiménez)


El profesor Hebert Pérez


Ayer, 10 de marzo de 2021, fui a saludar al profesor Heber Pérez por su 80 cumpleaños y lo encontré en el techo de su casa, cortando una enredadera, cuando me vio bajó enseguida, descolgándose por la reja de una ventana; yo, asombrado, le dije: ¡profesor sólo le falta la capa de Superman! , a lo que él sonriendo, respondió: !es el mejor elogio que se le puede hacer a un hombre de mi edad!

Fui su alumno en la Escuela de Historia de la Universidad de Oriente a comienzos de la década del setenta, donde me impartió la asignatura Historia de los Estados Unidos, recuerdo clases caracterizadas por la profundidad de sus análisis. También en aquellos años duros nos dio lecciones de ética y dignidad, cuando enfrentó con hidalguía, el extremismo ideológico que por esa época estremecía al mundo académico.

A comienzos de los años ochenta, Joel James, Radames de los Reyes y yo, que habíamos sido sus alumnos, lo invitamos a acompañarnos en la recién fundada Casa del Caribe, donde con el tiempo se convirtió en una suerte de mentor intelectual.

En el primer lustro de la década del noventa, le pedí que me ayudara en el ejecutivo provincial de la Unión de Historiadores de Cuba, junto a Olga Portuondo y Alcibíades Poveda.

Con el paso del tiempo Hebert se convirtió en una leyenda que ha rebasado las fronteras de la Universidad de Oriente y la ciudad de Santiago de Cuba, por lo que a nadie le sorprendió su reciente ingreso a la Academia de la Historia y el otorgamiento del Premio Nacional de Historia.



Rafael Duharte Jiménez ,11 de marzo de 2021




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El profesor de la asignatura Dignidad.
Un pequeño homenaje 
a un viejo y querido profesor.



El lustro en que fui estudiante de la carrera de historia en la Universidad de Oriente fue particularmente complejo para el país. La Gran Ofensiva Revolucionaria del 68, había hecho cenizas el mundo de los timbiriches y pequeños comercios privados, al punto que en una noche de carnaval podía morirse literalmente de inanición en la calle, al ritmo de la conga…

Pero de pronto apareció en el horizonte una luz de esperanza: La zafra de los 10 Millones. Sobre la misma escribiría muchos años después el profesor de la Escuela de Letras: Rodrigues Rivera (para nosotros 7 curvas): “…la zafra loca, la gigante, la hipertrofiada, la de los 10 millones y el proyecto de independencia se nos fue para casa del carajo. Había que entrar al mundo de los bolos…”

Cuando efectivamente entramos al mundo de los bolos los problemas materiales se fueron lentamente aliviando, pero aparecieron otros nuevos, los ideológicos. En aquel contexto la Escuela de Historia se convirtió en una suerte de campo minado, en el cual reinaba el profesor de Historia de América (Igolfo el Exterminador, para nosotros); era un hombre de entendimiento grueso que veía sombras por todas partes.

Pronto los profesores más brillantes de la escuela estuvieron bajo fuego, lo cual incluían no viajar al extranjero y que no les vendieran un Moscovich. Entre sus víctimas estaba el profesor H. P., quien tenia desde su punto de vista, todos los atributos de un sospechoso: Aunque H. P. era hijo de una familia campesina de Holguín, tenia un nombre raro, se llamaba Hebert, había estudiado en la Universidad norteamericana de Duke, estuvo casado con una estadounidense, impartía la asignatura Historia de los EE. UU. , tenía un motor y para colmo algunas mujeres decían que parecía un galán de Hollywood. Probablemente este hombre encabezara la lista negra de Igolfo.

Aquel profesor se convirtió sin embargo en una leyenda y ganó la admiración y el respeto de sus estudiantes, claro excepto de algunos que Igolfo probablemente usara para espiarlo en sus clases, lo cual dio lugar a varios escándalos. Uno de estos, recordado aún por mis colegas de aquellos tiempos, ocurrió cuando el profesor impartía una clase de Historia Moderna y dijo que la burguesía había desempeñado un papel progresista en el enfrentamiento al régimen feudal; lo cual

provocó que un estudiante se pusiera de pie y lo interrumpiera, diciendo en tono desafiante que la burguesía nunca había sido revolucionaria, allí termino la clase; el profesor no dijo una palabra más y con un gesto de cansancio salió del aula. A la semana siguiente, el profesor comenzó la clase abriendo el Manifiesto Comunista y leyendo textual lo que Marx allí dice sobre el papel de la burguesía; el estudiante provocador sorprendido quedó en ridículo, pues evidencio que ni siquiera se había leído el Manifiesto.

En otra ocasión el profesor sorprendió in fraganti a un alumno con un chivo, lo saco del aula y le anuló el examen; pero aquello de pronto se convirtió en un problema político, pues el alumno que era militante, en vez de sentirse abochornado, intrigó aludiendo a una supuesta intención política en su sanción; el profesor se defendió con su habitual hidalguía y deshizo el entuerto.

Paso el tiempo y una cotorra sobre el mar Caribe, el profesor H. P. hizo su doctorado, publicó libros y recibió el Premio Nacional de Historia.

Hoy el profesor Hebert Pérez cumple 80 años y la Universidad de Oriente lo tiene como un icono de su claustro, para algunos de sus alumnos no sólo nos enseñó Historia Moderna y de los Estados Unidos, sino que también nos dio valiosas lecciones de dignidad… 



Rafael Duharte Jiménez, 11 de marzo de 2021.

Foto: Juan Manuel Reyes, Rafael Duharte y Hebert Pérez. Centro Pratt Puig, antiguo Colegio San Basilio Magno. 





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Rafael Duharte Jiménez (Santiago de Cuba, 1947). Profesor, Historiador Ensayista y Guionista de radio y televisión. Ha publicado 12 libros, numerosos artículos y ensayos en revistas en Cuba y el extranjero y una Historia Audiovisual de Santiago de Cuba que consta de 355 audiovisuales de 12 minutos cada uno; conferencista en 28 universidades y centros de investigación en El Caribe, América Latina, Europa y Los Estados Unidos. Es miembro de la UNIHC y la UNEAC. Actualmente labora como especialista de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.

Thursday, March 18, 2021

Un perfil psicológico del santiaguero (por Rafael Duharte Jiménez)


En el siglo XIX se publicaron numerosas opiniones críticas sobre los criollos de la América Española, las cuales a juicio de Marti, eran obra de “viajeros soberbios y escritores” y en ellas estaba el origen de los prejuicios que se formarían en la sociedad norteamericana, sobre los “latinos”; el motivo en definitiva de porque “el Norte revuelto y brutal, nos desprecia”.


En la vasta literatura de viajeros decimononos, encontramos al creole Hipólito Pirón, nacido en Santiago de Cuba y educado en Francia, quien nos dejó sin embargo este interesante perfil psicológico de los santiagueros en su libro La Isla de Cuba:
Los cubanos son los españoles nacidos en Santiago de Cuba; tienen muchas cualidades de los españoles europeos; también algunos de sus defectos, pero en grado diferente. Son menos orgullosos, más fanfarrones, más pretenciosos, más aturdidos (…) Practican la hospitalidad con menos esplendidez, pero con mayor franqueza. Su inteligencia viva y brillante los hace sentirse demasiados confiados en ella, no la cultivan lo suficiente mediante el estudio (…) las cubanas son en extremo coquetas (…) Los hombres son muy ardientes, muy apasionados, muy voluptuosos (…) Por naturaleza, poco trabajadores e industriosos.

Resulta evidente que Pirón se refiere sólo a los criollos blancos, aunque a la sazón había miles de negros y mulatos en la ciudad de Santiago de Cuba, muchos de los cuáles eran libres e incluso habían ascendido en el plano económico. Pirón sin dudas los conoce, lo cual se hace evidente en su libro, pero para él, criollos son solo los blancos nacidos en la Isla.

Este grupo que Pirón observó cuidadosamente en la sociedad Filarmónica, la retreta de la Plaza de Armas, las tertulias hogareñas y la calle, era el fruto de un largo proceso que se inició a comienzos del siglo XVI y cristalizó aproximadamente un siglo después; un momento fundacional sobre el cual ofrece un testimonio de primera mano el poema épico Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa.

¡El santiaguero que nos presenta Pirón, es el criollo que está a punto de metamorfosearse en cubano, en el curso de la Guerra de los 10 Años!

La interrogante que resulta fascinante intentar responder, es cómo se modifica este perfil, luego de las guerras de independencia y el choque con la modernidad.


¿El espíritu guerrero que se nos encarnó en la manigua, nos hizo más orgullosos, fanfarrones y pretenciosos? Probablemente sí, de lo que no caben dudas es que elevó nuestra autoestima en tal grado que algunos vecinos antillanos nos han visto algunas veces como una suerte de “argentinos del Caribe”.

La hospitalidad y la franqueza que Pirón aprecia entre las virtudes del santiaguero, aún se reconocen como distintivas de éste.


La inteligencia viva y brillante que no se cultivaba con el estudio, dio un vuelco significativo en el siglo pasado, cuando crecieron como hongos en la ciudad las escuelas, los museos, las bibliotecas y las instituciones culturales.

¡Creo que las mujeres continúan siendo coquetas y los hombres apasionados, tal como los vio Pirón!

En cuanto a nuestra naturaleza poco laboriosa, sin dudas sigue siendo un importante defecto, en el cual tienen responsabilidad la herencia española como bien apunta Pirón, quizás la africana y también el clima.


Una mirada a la cultura santiaguera contemporánea confirma que como dijera el francés, tenemos “imaginación, el instinto de la poesía y el gusto por la música”. Decenas de poetas, pintores, teatristas y músicos han dado fama, incluso internacional, a Santiago de Cuba. 

La afirmación de Jorge Mañach en el sentido de que el cubano es “frívolo y arrogante”, en cierta medida como resultado del impacto de la modernidad, puede explicar algunos comportamientos sociales, particularmente de nuestra azarosa vida política.


La personalidad del criollo se ha mantenido en lo esencial, por lo menos en los últimos dos siglos; con el paso del tiempo se han producido cambios de hábitos, costumbres y hasta de mentalidades; pero el santiaguero, con sus virtudes y defectos, no parece haber cambiado en lo esencial desde los tiempos del francés Hipólito Piron. 





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Rafael Duharte Jiménez (Santiago de Cuba, 1947). Profesor, Historiador Ensayista y Guionista de radio y televisión. Ha publicado 12 libros, numerosos artículos y ensayos en revistas en Cuba y el extranjero y una Historia Audiovisual de Santiago de Cuba que consta de 355 audiovisuales de 12 minutos cada uno; conferencista en 28 universidades y centros de investigación en El Caribe, América Latina, Europa y Los Estados Unidos. Es miembro de la UNIHC y la UNEAC. Actualmente labora como especialista de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.

Thursday, March 11, 2021

El deporte en Santiago de Cuba (por Rafael Duharte Jiménez)


En el Santiago colonial no existió el concepto de deporte, algunos autores sólo mencionan ciertas practicas de esgrima en el Club San Carlos. Entonces, ¿qué movía las pasiones de los santiagueros en aquellos tiempos? Sin lugar a dudas, las peleas de gallos y las corridas de toros.

Después de la guerra de 1898, con la intensa influencia norteamericana llegó el deporte a Santiago de Cuba. Carlos Forment anota en su crónicas con fecha 15 de junio de 1902: “Hace tiempo que hay mucho entusiasmo por el base ball entre nosotros, que llena los terrenos del antiguo Cuartel Reina Mercedes” Al mencionar los clubes Cuba y Central, se refiere a ellos como “los eternos rivales”. Eran los albores de lo que con el paso del tiempo se convertiría en la cubanísima pelota.

El periódico El Cubano Libre publicó en su edición del 24 de julio de 1905, que a las cuatro de la tarde del día anterior, se había efectuado el primer juego de football en la Glorieta América, entre las bandas Azul y Amarillo: “El juego, desde el principio promovió un interés general, a pesar de ser desconocido por la mayoría del publico, que no era muy numeroso”.

Según el cronista Carlos Forment, el 10 de febrero de 1907 llegó a Santiago de Cuba el boxeo y la primera pelea se efectuó en la Glorieta América. A diferencia del baseball que tuvo una cálida acogida entre los santiagueros, el boxeo no despertó mucho interés, como se refleja en los comentarios de la prensa local sobre aquella pelea en la Glorieta América. 

El periódico La Independencia publicó en aquella fecha este comentario cargado de ironía: “Esta lidia humana nos ha sido importada, para sustituir la de gallos, por entender los altruista yanquis, que es más edificante y menos bárbara que esta última”. El Cubano Libre por su parte, hizo este ácido comentario: “El bárbaro espectáculo desagradó a los que tuvieron el mal gusto de asistir, con excepción de algunos interventores, que siguieron con gran interés las peripecias de la lucha”.

Afloraban tensiones políticas ocultas tras el espectáculo deportivo? Sin lugar a dudas, el rechazo al boxeo de cierta forma era un reflejo de cierto malestar en la cultura santiaguera. Así como años atrás las corridas de toros se volvieron un símbolo del colonialismo español, ahora el boxeo lo era de la Intervención Norteamericana.

Resulta asombrosa la cantidad de lugares para la práctica de deportes que existían en Santiago de Cuba en las primeras décadas del siglo XX. Una breve relación de estos incluiría los siguientes: El Club Náutico donde se practicaban deportes náuticos, tenis, baseball y basketball; en el reparto Los Olmos la Glorieta América trasformada en 1923 en el Campo de Sport Cataluña, con capacidad para 5 mil espectadores; el Campo Leguina dedicado al football; la Pista San Juan, inaugurada en 1924 con más de 12 mil espectadores; la Arena Vista Alegre destinada al boxeo, con capacidad para 2 mil espectadores y el Tennis Club en el reparto Vista Alegre. 


La prensa local generalmente dedicaba una amplia atención a los eventos deportivos de la ciudad. En 1920 el gran acontecimiento deportivo fue la visita al Cuba Park del célebre jugador Babe Ruth: “El estadio estuvo repleto. Se llenaron casi todas las gradas, el Grand Stand, los palcos y se desbordó el área del sol. Al aparecer Babe Ruth ante el público, a las dos de la tarde, fue saludado con estrepitosos aplausos. La primera parte estuvo dedicada a las demostraciones de Babe Ruth que estuvieron acompañadas de un clamoreo ensordecedor”.

El sábado 6 de diciembre de 1924 la prensa anunció que habrían diversos encuentros deportivos en la ciudad. En el Campo Bacardí se enfrentaban los equipos de baseball, Oriente Stars y Bacardí en el Campo Leguina habría un partido amistoso de football; en el Náutico competencias de basketball y en la Arena Vista Alegre, un cartel de boxeo. En estos años la prensa también dedicó atención al ajedrez, destacando las partidas jugadas por el Campeón Mundial José Raúl Capablaca que visitó la ciudad en varias ocasiones y el campeón de Chicago Edward Lasker que también jugó con los ajedrecistas santiagueros.

En la década del veinte las dos plazas de toros de la ciudad habían desaparecido y sólo quedaba la Valla Oriente en la avenida Victoriano Garzón; los deportes llegados del Norte, habían revolucionado la recreación de los santiagueros; lo cual formaba parte del cambio de mentalidad que hizo que en aquella época todo lo español cobrara una suerte de olor a viejo, al tiempo que lo que arribaba del Norte, fuera apreciado como moderno y elegante. ¡De pronto el sportsman se había convertido en el nuevo arquetipo masculino de la sociedad santiaguera!






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Rafael Duharte Jiménez (Santiago de Cuba, 1947). Profesor, Historiador Ensayista y Guionista de radio y televisión. Ha publicado 12 libros, numerosos artículos y ensayos en revistas en Cuba y el extranjero y una Historia Audiovisual de Santiago de Cuba que consta de 355 audiovisuales de 12 minutos cada uno; conferencista en 28 universidades y centros de investigación en El Caribe, América Latina, Europa y Los Estados Unidos. Es miembro de la UNIHC y la UNEAC. Actualmente labora como especialista de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.

Thursday, February 25, 2021

¿Alta cultura en Santiago de Cuba? (por Rafael Duharte Jiménez)

Nota del blog: Inicia hoy jueves nueva sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, dedicada a Santiago de Cuba, a cargo de Rafael Duharte Jiménez.




Luego de un largo y escabroso proceso que quizás tuvo su punto de partida en la fundación del Seminario San Basilio Magno en el lejano siglo XVIII, comenzó a cristalizar en la década del cuarenta del siglo pasado la alta cultura en Santiago de Cuba.

El itinerario de los principales momentos de este largo y complejo proceso pudiera haber sido el siguiente:
  • 1939- Constitución de la Sociedad de Geografía e Historia de Oriente 
  • 1943 Fundación de la Sociedad de Estudio Superiores de Oriente (SESO)
  • 1945 –Santiago sede del Cuarto Congreso Nacional de Historia 
  • 1947 Fundación de la Universidad de Oriente
Un breve inventario de los principales intelectuales de la ciudad en aquellos tiempos nos remite a Pedro Cañas Abril, Leonardo Griñan Peralta, Francisco Ibarra Martínez, Ulises Cruz Bustillos, Rafael Argilagos, Rafael Estenger, Juan Maria Ravelo, Felipe Salcines, Felipe Martínez Arango y Fernando Boytel, entre muchos otros.

La Sociedad de Geografía e Historia de Oriente se constituyó oficialmente el 18 de mayo de 1939 y estuvo presidida por Pedro Cañas Abril y Leonardo Griñan Peralta. Los fines de la institución eran el estudio y divulgación de los conocimientos sobre la geografía e historia de Cuba, en especial de la región oriental.

Esta sociedad creó el legendario Grupo Humbold que realizó un intenso programa de exploraciones en la montañas, el cual incluyó las ruinas de los cafetales en la zona de la Gran Piedra y otras áreas de la implantación de los colonos franceses en el siglo XIX; en esta actividad de carácter científico participó vivamente Fernando Boytel Jambu, quien años después contribuyó decisivamente al rescate del patrimonio cafetalero francés de Santiago con sus investigaciones sobre el tema y la restauración del cafetal La Isabelica.

En junio de 1943 se constituyó la Sociedad de Estudios Superiores de Oriente, presidida por Ramón Corona y Luís Mestre. La misma tenia entre sus objetivos viabilizar los estudios superiores, organizar cursos de postgrado para los profesionales de la región e impulsar el desarrollo de las manifestaciones artísticas. De manea especial se propuso organizar un programa de conferencias con profesores cubanos y extranjeros del más alto nivel, el cual de cierta forma abrió las puertas de la ciudad al pensamiento científico más avanzado de la época.

En agosto de 1944, la SESO se estableció en la casa número 304 de la calle Castillo Duany, donde se impartirían conferencia dentro de un amplio espectro temático que incluía: filosofía, historia, ciencias naturales, sociología, derecho, política, literatura, arte, arquitectura, educación, psicología, crítica de arte y medicina.

La nomina de conferencistas invitados incluyó figuras de una relevancia sorprendente como Maria Zambrano, Emil Ludwing, Medardo Vitier, Juan Arron, Jose Elías Entralgo, Roberto Agramonte, Raúl Roa, Carlos Rafael Rodríguez, Manuel Bisbé, Leonardo Griñan Peralta, Pedro Cañas Abril, Jose Antonio Portuondo y Jorge Mañach entre otros.

A través de la Sección de Artes Plásticas se organizaron importantes exposiciones de pintura y escultura. El 20 de mayo de 1946 se organizó el Salón de Mayo, donde expusieron 100 artistas locales y se exhibieron obras de Eduardo Abela, Rene Portocarrero, Fidelio Ponce, Wilfredo Lam y Carlos Enríquez. Jorge Mañach pronuncio dos conferencias sobre las tendencias de las artes plásticas contemporáneas y comento las obras del salón.

A la distancia de más de un siglo asombra la labor de la Sociedad de Estudios Superiores de Oriente, la cual sin lugar a dudas sólo pudo desarrollarse por la existencia en la ciudad de un ambiente cultural en el que había un gran respeto por la labor intelectual.

La noticia de que en la noche del miércoles 4 de octubre de 1950 en una seguramente tormentosa reunión de la Junta General de Miembros y el Directorio de SESO, se tomó el acuerdo de disolver la sociedad, debe consignarse como una de las paginas más oscuras de la historia de la cultura santiaguera. La Comisión Liquidadora con un gesto elegante entregó todos los fondos y propiedades de la sociedad al Instituto de Segunda Enseñanza y la Escuela Normal de Oriente.

El fin de la Sociedad de Estudio Superiores de Oriente es un misterio; oficialmente se dijo: “como quiera que no existen cinco socios que quieran mantenerla, se acuerda disolver esta sociedad.” ¿Rivalidades con la Universidad de Oriente? ¿Oscuros intereses políticos o financieros? La muerte de la SESO es un episodio que se mueve entre las sombras autodestructivas de nuestra cultura.

Del 8 al 11 de octubre de 1945 la ciudad de Santiago de Cuba fue sede del Cuarto Congreso Nacional de Historia, organizado por la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales y la Oficina del Historiador de La Habana; este cónclave reunía a los principales historiadores del país y estaba presidido por Emilio Roig de Leusenring.

El Congreso proclamó: “que ninguna ciudad o pueblo de Cuba supera a Santiago en interés histórico (…) Santiago lugar de nacimiento de muchos cubanos de extraordinario relieve; y a la vez singular foco de irradiación cultural”.

El éxito de este evento fue posible porque en la ciudad existían instituciones como la Sociedad de Geografía e Historia de Oriente y la SESO, que garantizaron el clima científico e intelectual que nutrió al vento. No se trataba sólo de una ciudad repleta de historia, sino también de un lugar donde había científicos sociales, intelectuales y un público culto que podía apreciar el valor de las actividades del congreso.

El Cuarto Congreso Nacional de Historia demostró que Santiago de Cuba era una plaza intelectual de alto nivel, de lo cual debieron tomar nota los habaneros presentes en el congreso. 



El 10 de octubre de 1947 tuvo lugar el acto de inauguración académica de la Universidad de Oriente. En la Carta Magna de la misma se destacaba lo siguiente: “La Universidad de Oriente se funda como centro de enseñanza e investigación superior, destinado al desarrollo de la alta cultura…” La fundación de la universidad que como dijera Pedro Cañas Abril: “fue una hazaña cívica de los santiagueros”, también constituyó un paso decisivo hacia la conquista por Santiago de Cuba del mundo de la alta cultura.







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Rafael Duharte Jiménez (Santiago de Cuba, 1947). Profesor, Historiador Ensayista y Guionista de radio y televisión. Ha publicado 12 libros, numerosos artículos y ensayos en revistas en Cuba y el extranjero y una Historia Audiovisual de Santiago de Cuba que consta de 355 audiovisuales de 12 minutos cada uno; conferencista en 28 universidades y centros de investigación en El Caribe, América Latina, Europa y Los Estados Unidos. Es miembro de la UNIHC y la UNEAC. Actualmente labora como especialista de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.

Tuesday, February 9, 2021

Las huellas de Francisco López Segrera en Santiago de Cuba (por Rafael Duharte Jiménez)



A fines de la década del sesenta, del siglo pasado, ingresé en la Escuela de Historia de la Universidad de Oriente, en esa época las vacas sagradas del claustro eran Francisco Prat y Felipe Martínez Arango y las estrellas en ascenso: María N. Trincado, Olga Portuondo, Sonia Moro, Hebert Pérez, Julián Mateo y Francisco López Segrera.

Recuerdo que cuando comenzaron las clases, el profesor de sociología no apareció y nos dijeron que había ganado un premio y estaba de viaje por Alemania; cuando finalmente llegó, se convirtió inmediatamente en nuestro ídolo, pues nos parecía brillante e irreverente, combinación muy rara en aquellos tiempos grises.

En particular para Joel James y para mi, Paquito como le decían sus colegas y amigos, llegó a ser un Maestro en el sentido en que usaron este término los griegos antiguos. Una vez nos dio clases mientras subíamos a pie a la Gran Piedra; al llegar arriba, después de varias horas de esfuerzo físico y sabios comentarios, Paquito encendió un tabaco e hizo una serie de profundas reflexiones; ahí terminó la clase, porque la bajada de regreso fue particularmente agotadora y creo que fuimos en silencio hasta Santiago.

Pienso que la influencia de Paquito fue cardinal para desarrollar cierta imaginación sociológica que nos distanció, al menos a Joel y a mí, de una visión de una historia reseca y descriptiva, que predominaba, con escasas excepciones, en la carrera; él nos enseñó también la importancia del ensayo como vehículo idóneo para expresar ideas. Estoy seguro de que todo lo que publicamos Joel y yo en el campo del ensayo histórico, tiene las huellas de nuestro Maestro Francisco López Segrera.

Ahora me viene a la mente una pequeña anécdota de aquéllos años duros. Nos daba una conferencia un historiador soviético, que fue presentado como una figura importante de la Academia de la Historia de la URSS, al terminar el individuo amablemente solicitó al público preguntas y comentarios; creo que hubo varias. Yo que por aquellos días estaba fascinado con la obra del sociólogo norteamericano Charles Write Mills (La Imaginación Sociológica y La Elite del Poder), le pregunté su opinión sobre la obra de Mills. El ruso hizo un silencio de piedra y puso una cara como si tuviera un cólico, luego habló en ruso con su traductor un par de minutos, hasta que éste con un gesto violento, dio un puñetazo en la mesa y así de forma muy deslucida, terminó la conferencia.

Nosotros estábamos asombrados y especulábamos en el sentido de que el traductor quizás era un agente de la KGB y por eso había humillado en público al académico; luego Paquito muerto de risa nos dijo que los soviéticos desde hacia varios años habían dejado de estudiar la sociología por considerarla una ciencia burguesa y que obviamente el académico no había oído hablar de Mills…

Un día Paco se fue para La Habana y luego para la UNESCO y lo perdimos de vista. Algunos años más tarde desde la UNESCO en Caracas nos envió una plata para apoyar el coloquio del Festival del Caribe que nosotros organizábamos y que por ese entonces era un espacio teórico importante en la región del Caribe. Recuerdo que el dinero nos permitió invitar a dos figuras notables de los estudios, caribeños, uno de ellos Teotonio Dos Santos.

Durante los últimos años, ya retirado de la UNESCO, cada vez que viene a La Habana me llama por teléfono desde su choza de la Quinta Avenida, recuerdo que una vez que le hablé de venir a Santiago, me dijo que en la Habana se sentía como dentro de una botella de creolina, entonces no le insistí más; ese es el gran Paco, un tipo genial, cosmopolita y con un gran sentido del humor.

Ayer escuché a algunos viejos colegas hablando de nuestros tiempos de estudiantes en la Escuela de Historia y me percaté de que algunos no recordaban a Paquito, por eso cuando llegué a mi casa, sin quitarme el polvo del camino, escribí esta nota que meteré en una botella y voy a tirar mañana al mar en la boca del Morro.


Rafael Duharte Jiménez, 7 de febrero de 2021

Sunday, January 24, 2021

24 de enero de 1998. Mons. Meurice sorprende a todos con su memorable discurso (por Joaquín Estrada-Montalván)

Foto tomada del website de la COCC
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Cuando Juan Pablo II celebró la Misa en la ciudad de Santiago de Cuba el 24 de enero de 1998, Mons. Pedro Meurice, en aquel entonces el arzobispo, sorprendió a todos con un discurso memorable. Sorprendió, digo, porque su discurso lo mantuvo en reserva, no lo entregó con anterioridad a la prensa (con el cuño de embargo) para que pudiera tener sus notas listas... Los discursos, intervenciones especiales, etc, estaban disponibles con antelación en los centros de información de la Iglesia, para que los periodistas pudieran realizar su trabajo de manera más eficiente, redactando parcialmente sus informaciones con antelación y así poder despachar su trabajo inmediatamente luego de cada evento.   

A la celebración santiaguera (entre otros) asistieron representando al gobierno de la Isla, Raúl Castro, Vilma Espín, Caridad Diego, ... Cuentan los que estaban próximos a ellos que en el momento del Saludo de la Paz, los representantes gubernamentales saludaban de la siguiente manera (cito de memoria), "la paz, pero no la  de Mons. Meurice".

Otra anécdota relacionada con este discurso, es que la Conferencia de Obispos suprimió, en el libro de Memorias de la Visita Papal a la Isla, los saludos de todos los Obispos en las misas que se celebraron. Se decía por aquel entonces, que esta decisión editorial se efectuó para evitar publicar el discurso de Mons. Meurice. 

Entre los objetivos de la publicación de este volumen, estaba el comercializarlo en el exilio, fundamentalmente en la ciudad de Miami, para ello tuvieron que insertarle un suelto con las palabras de Mons. Meurice.


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En sus palabras de saludo a Juan Pablo II, Mons. Meurice retrató la situación sociopolítica del país. 

El texto completo:
Santísimo Padre:
En nombre de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba y de todos los hombres de buena voluntad de estas provincias orientales le doy la más cordial bienvenida.
Esta es una tierra indómita y hospitalaria, cuna de libertad y hogar corazón abierto.
Lo recibimos como a un Padre en esta tierra que custodia, con entrañas dignidad y raíces de cubanía, la campana de La Demajagua y la bendita imagen de la Virgen de la Caridad de El Cobre.
El calor de Oriente, el alma indomable de Santiago y el amor filial de los católicos de esta diócesis primada proclaman: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Quiero presentarle, Santo Padre, a este pueblo que me ha sido confiado. Quiero que Su Santidad conozca nuestros logros en educación, salud, deportes…, nuestras grandes potencialidades y virtudes…, y los anhelos y las angustias de esta porción del pueblo cubano.
Santidad: este es un pueblo noble y es también un pueblo que sufre.
Este es un pueblo que tiene la riqueza de la alegría y la pobreza material que lo entristece y agobia casi hasta no dejarlo ver más allá de la inmediata subsistencia.
Este es un pueblo que tiene vocación de universalidad y es hacedor de puentes de vecindad y afecto, pero cada vez está más bloqueado por intereses foráneos y padece una cultura del egoísmo debido a la dura crisis económica y moral que sufrimos.
Nuestro pueblo es respetuoso de la autoridad y le gusta el orden, pero necesita aprender a desmitificar los falsos mesianismos.
Este es un pueblo que ha luchado largos siglos por la justicia social y ahora se encuentra, al final de una de esas etapas, buscando otra vez, cómo superar las desigualdades y la falta de participación.
Santo Padre: Cuba es un pueblo que tiene una entrañable vocación a la solidaridad, pero a lo largo de su historia, ha visto desarticulados o encallados los espacios de asociación y participación de la sociedad civil, de modo que le presento el alma de una nación que anhela reconstruir la fraternidad a base de libertad y solidaridad.
Quiero que sepa, Beatísimo Padre, que toda Cuba ha aprendido a mirar en la pequeñez de la imagen de este Virgen bendita, que será coronada hoy por su Santidad, que la grandeza no está en las dimensiones de las cosas y las estructuras sino en la estatura moral del espíritu humano.
Deseo presentar en esta eucaristía a todos aquellos cubanos y santiagueros que no encuentran sentido a sus vidas, que no han podido optar y desarrollar un proyecto de vida por causa de un camino de despersonalización que es fruto del paternalismo.
Le presento, además, a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología. Son cubanos que al rechazar todo de una vez, sin discernir, se sienten desarraigados, rechazan lo de aquí y sobrevaloran todo lo extranjero. Algunos consideran esta como una de las causas más profundas del exilio interno y externo.
Santo Padre, durante años este pueblo ha defendido la soberanía de sus fronteras geográficas con verdadera dignidad, pero hemos olvidado un tanto que esa independencia debe brotar de una soberanía de la persona humana que sostiene desde abajo todo proyecto como nación.
Le presentamos la época gloriosa del P. Varela, del Seminario San Carlos en La Habana y de San Antonio María Claret en Santiago, pero también los años oscuros en que, por el desgobierno del patronato, la iglesia fue diezmada a principios del siglo XIX y así atravesó el umbral de esta centuria tratando de recuperarse hasta que, en la década del cincuenta, encontró su máximo esplendor y cubanía. Luego, fruto de la confrontación ideológica con el marxismo leninismo, estatalmente inducido, volvió a ser empobrecida de medios y agentes de pastoral, pero no de emociones del Espíritu como fue el Encuentro Nacional Eclesial Cubano.
Su Santidad encuentra a esta Iglesia en una etapa de franco crecimiento y de sufrida credibilidad que brota de la cruz vivida y comparada. Algunos quizá puedan confundir este despertar religioso con un culto pietista o con una falsa paz interior que escapa del compromiso.
Hay otra realidad que debo presentarle. La nación vive aquí y vive en la diáspora. El cubano sufre, vive y espera aquí y también sufre, vive y espera allá fuera. Somos un único pueblo que, navegando a trancos sobre todos los mares, seguimos buscando la unidad que no será nunca fruto de la uniformidad, sino de un alma común y compartida a partir de la diversidad. Por esos mares vino también esta Virgen, mestiza como nuestro pueblo .Ella es la esperanza de todos los cubanos. Ella es la Madre cuyo manto tiene cobija para todos los cubanos sin distinción de raza, credo, opción política lugar donde viva.
La Iglesia en América Latina hizo en Puebla la opción por los pobres, y lo más pobres entre nosotros son aquellos que no tienen el don preciado de la libertad. Ore, Santidad, por los enfermos, por los presos, por los ancianos por los niños.
Santo Padre: Los cubanos suplicamos humildemente a Su Santidad ofrezca sobre el altar, junto al Cordero Inmaculado que se hace para nosotros Pan de vida, todas estas luchas y azares del pueblo cubano tejiendo sobre la frente de la Madre del cielo, esta diadema de realidad sufrimientos, alegrías y esperanzas, de modo que, al coronar con ella esta imagen de Santa María, la Virgen Madre de Nuestro Señor Jesucristo, que en Cuba llamamos bajo el incomparable título de Nuestra Señora de 1a Caridad del Cobre, la declare como Reina de la República de Cuba. Así todas las generaciones de cubanos podremos continuar dirigiéndonos a Ella, pero con mayor audacia apostólica y serenidad de espíritu, con la bella estrofas de su himno:
"Y tu Nombre será nuestro escudo, nuestro amparo tus gracias serán".
Amén.

Wednesday, July 22, 2020

Del Teatro Heredia de Santiago de Cuba (por Joaquín Estrada-Montalván)


Cuando construyeron el teatro de Santiago de Cuba, la Plaza Antonio Maceo y el Hotel Santiago (que dejó sin campos deportivos al colegio), entre otras obras, tuvieron un dilema.

Se inauguraba el teatro en el año 1991, plena crisis postperestroika y se debía escoger un nombre. Unos que José María Heredia, pero ese año la consigna necional era "Somos un Eterno Baraguá" y a Heredia le consideran oficialmente en la Isla, una especie de prepazsanjonico.

La viril "revolución" no podía en esos momentos, hacer homenaje del "flojo" Heredia.

Gracias a no se quienes que insistieron, finalmente el teatro fue bautizado con nombre de teatro, o sea reverenciando a la cultura y con orgullo fue nombrado: Heredia y no "Protesta de Baragua (pero casi).

La Protesta de Baraguá en realidad, no fue más allá de una breve bravuconería, como lo fue la discusión suscitada al decidir cuál denominación ostentaría el centro cultural santiaguero. 

Thursday, June 25, 2020

(Bohemia. Julio 8, 1951) El traslado de los restos del Apóstol Martí

A fines de junio de 1951, fue inaugurado en el Cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, el mausoleo donde se encuentran las cenizas de José Martí.

Los restos del Apóstol cubano, antes de ser depositados en el mausoleo actual, recibieron homenaje en el Palacio del Gobierno Provincial de Oriente.

Comparto el reportaje Bohemia, en su edición del 8 de julio de 1951. (JEM)

que publicó

Sunday, April 26, 2020

De los temblores de Santiago de Cuba, 1851 (por San Antonio María Claret)

Santiago de Cuba. Dibujo 1849
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Santiago de Cuba, 1885
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Horroros(os) fueron los estragos que causaron en Cuba los temblores; las gentes se espantaron, y el Señor Provisor me llamó diciendo que fuera a Santiago, que convenía; dejé la Misión de Bayamo y fui a Santiago, y quede espantado al ver tantas ruinas; apenas se podía pasar por las calles de tantos escombros. La Catedral estaba completamente descompuesta, y para que se forme una idea de los vaivenes que sufriría aquel grande templo, sólo diré que en cada esquina del frontis de la Catedral hay dos torres iguales; en la una está el reloj y en la otra las campanas; las torres son de cuatro esquinas, y a lo último de cada esquina hay una maceta por ornato, y una de estas macetas en los sacudimientos se desprendió y entró por una de las ventanas de las campanas. Calcúlese ahora qué curva habría de describir aquella maceta para poder meterse dentro de la ventana. El Palacio quedó arruinado; lo mismo digo de las demás iglesias, más o menos; de modo que en las plazas se formaron capillas, y en ellas se celebraba la santa Misa y se administraban los Santos Sacramentos y se predicaba. Todas las casas se resintieron más o menos.

Quien no ha experimentado lo que son los temblores grandes, no se puede formar de ellos una idea, pues que no consisten únicamente en la oscilación u ondulación de la tierra y el ver cómo corren los trastos y muebles de la habitación de una a otra parte.

Si no fuera más que esto, los que han navegado podrían decir que en una mar gruesa lo han visto en un buque; pero no es esto sólo, hay algo más en un terremoto.

¡Ay!, uno ve que los caballos y demás cuadrúpedos, que son los primeros que los presienten, se ponen de cuatro pies firmes, como una mesa firme; ni con todos los latigazos ni espuelazos se pueden mover; después se ven las aves, v.gr., gallinas, pavos, palomas, pericos, catéis, loritos, etc., que [dan] gritos, graznidos, chillidos y aspavientos; y luego se oye un trueno subterráneo, y al cabo de poco se ve menear todo, y se oyen los crujidos de las maderas, puertas, paredes y se ven caer pedazos del edificio; pero lo que es más, la chispa eléctrica que anda con todo esto, y se ve en los gabinetes que el aparato del imán con el hierro, cuando da el temblor, se descompone completamente.

Y además cada uno lo siente en sí mismo, y se ve que todas las gentes, así como da el estallido, todas gritan con voz espantosa y despavorida: Misericordia, y por un instinto de propia conservación echan a correr en algún patio, plaza o calle, pues que nadie se tiene por seguro en su propia casa; luego que han corrido, se paran, se callan, se miran como lelos y se les asoma una lágrima a los ojos; es inexplicable lo que pasa; en medio de esa multitud de sustos, vimos en Santiago una cosa satisfactoria y sorprendente, y es que todos los enfermos de casas particulares y de los hospitales civiles y militares, todos envueltos con sus mantas, se levantaron y se salieron de los aposentos como los demás y dijeron que ya se hallaban sanos, que por nada volvían a sus camas.

Hubo muchas ruinas, pero apenas tuvimos que deplorar desgracias personales.

Muchísimos referían los prodigios de la misericordia de Dios, que, habiendo sufrido un derrumbe en sus casas, milagrosamente habían escapado sin lesión alguna. Las ruinas fueron muy grandes y de mucho costo el repararlas después; a mi, la Catedral me costo 24.000 duros el repararla; el Colegio o Seminario, 7.000 duros; el Palacio, 5.000 duros.


Texto tomado de su Autobiografía

Monday, December 23, 2019

Esteban Salas. Villancicos y repertorio litúrgico


CD-USB: Música Catedralicia de Cuba. Villancicos y repertorio litúrgico de Esteban Salas (La Habana, 1725-Santiago de Cuba, 1803). Sellos discográficos Colibrí y La Ceiba, grabado en La Habana en 2015-2016. Dirección general, investigación, transcripciones y conducción, Miriam Escudero. Intérpretes: Camerata Vocale Sine Nomine que dirige Leonor Suárez, Coro de Cámara Exaudi que dirige María Felicia Pérez y Orquesta del Instituto Superior de Arte adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana. Dirección General José Antonio Méndez Padrón.

La colección «Documentos Sonoros del Patrimonio Musical Cubano» forma parte de las iniciativas de preservación y gestión que acomete el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, con el propósito de completar el proceso de restauración de la obra musical: desde la localización de la partitura hasta su interpretación y difusión a través del concierto y la grabación. Cada soporte de esta colección contiene el registro sonoro de obras inéditas del patrimonio musical de Cuba acompañado de materiales audiovisuales didácticos para la enseñanza. (por Miriam Escudero)

Thursday, October 24, 2019

Cuando la Universidad de Oriente intentó ser "revolucionaria" y Fidel no se lo permitió (por Joaquín Estrada-Montalván)


Hoy 24 de octubre de 2019  que Franco vuelve a ser noticia, debido a su exhumación y el cambio del lugar de enterramiento,  recuerdo un evento ocurrido a finales del siglo XX, en la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba. 

En el año 1998, Fidel se encaprichó en rendir homenaje a uno de sus mejores amigos, el gallego Manuel Fraga. Para esto determinó otorgarle un título Honoris Causa y escogió a la Universidad Oriente como la casa "acogedora".

Esto produjo protestas e intento de impedirlo por parte de algunos profesores, quienes alegaron que ese lugar, en el conflicto ibérico había estado en la parte opuesta a Fraga. Manifestaron que la Universidad había sido fuente medular de sangre revolucionaria en la rebelión criolla contra Batista. Que la tradición de "izquierda" era elemento identitario de ese lugar, ...

El dueño de la finca llamada República de Cuba, había decidido y la derecha franca recibió su Doctorado Honorífico en Ciencias Filosóficas, por parte del revolucionario y humillado profesorado oriental.

Monday, September 30, 2019

La Idea Loca fue la "perestroikita" estudiantil de la Universidad de Oriente (por Joaquín Estrada-Montalván)

Universidad de Oriente
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La Glasnot (de la Perestroika), produjo en Cuba un breve tiempo universitario en las (o en algunas) universidades cubanas.

En Quintero (residencia estudiantil de la Universidad de Oriente) en esos finales ochentas surgió un movimiento o espacio estudiantil de debate, "transgresiones" teóricas, cuestionamientos politicos, estéticos, culturales, ... Esas inquietudes se aglutinaron alrededor de lo que se llamó la "Idea Loca", organizada y aupada por un grupo de estudiantes de Arte, Historia, Periodismo, Derecho...

Se comenzaron a organizar: tertulias debates lecturas literarias. Los temas: "ecología" (tópico considerado cuasi disidente en aquellos tiempos, se trataban temáticas ecológicas concretas de la ciudad y el país), lecturas de poesía, reseñas de libros y escritores (no estudiados), estudios postmodernos y estéticos y de crítica. Tiempos de leer y compartir lo leído.

Cuando un escritor, artista plástico, grupo de teatro, actor, ... relacionado de alguna manera con aquellos tiempos "renovadores", visitaba Santiago, era invitado por la "Idea Loca" a compartir en la residencia estudiantil de Quintero.

La "Idea Loca" tuvo la loca idea de salir del salón de estudio del edificio F, donde tenían lugar los encuentros e interactuar con todos los becados. Se organizó una exposición instalación (lo común en aquellos momentos en el arte cubano), olvido en los bajos de cuál edificio A, B o C, que era por donde transitabamos hacia y desde el comedor.

Recuerdo entre otras instalaciones, un cachumbambé en el que los dos tomitos del "Konstantinov" pesaban mas que una colección de no pocos "libros gordos" de filosofía de todas las épocas. Una Isla de Cuba sangrante, cercada por un alambre de púas, o unos Sputnik y Novedades de Moscú pegados al techo del salón...

Durante el día se grabaron las reacciones de los estudiantes y por la noche se realizó la presentación. Ese fue el final de la "Idea Loca".

Desde el próximo día de la inauguración se inició una campaña "ideológica" en contra de ese vientecillo democrático, que incluyó sanciones y "regaño fuerte" a los estudiantes involucrados en la organización. Desacreditar y calumniar el "proyecto" en las clases, ...

Y así terminó la "Idea Loca" en la Universidad de Oriente, y en general en cada lugar que floreció la esperanza de la perestroika en la Isla.

Luego el Período Especial ...



(por Joaquín Estrada-Montalván, escrito según lo recuerdo)
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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