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Wednesday, January 24, 2024

Memorias de un encuentro con Juan Pablo II. Encuentro con el clero, religiosos y religiosas, seminaristas y laicos comprometidos. Catedral de La Habana. Enero 25 de 1998. (por Carlos A. Peón-Casas)


Fue el penúltimo acto oficial en Cuba durante aquella inolvidable visita del hoy San Juan Pablo II, el entonces pontífice máximo de nuestra Iglesia Católica.

Los congregados entre los que tuve la dicha de estar incluido, junto a otros hermanos laicos camagüeyanos y de otras diócesis, abarrotamos los asientos y pasillos laterales de la catedral habanera, aquella tarde lluviosa de aquel enero memorable.

El Papa hizo entrada desde la Plaza de la Catedral, donde estrechó las manos de muchos fieles allí congregados, avanzando por el pasillo central de la catedral, mientras el coro entonaba el Tu est Petrus.

Apoyado en su báculo, reflejaba en su rostro el lógico cansancio de una semana de intensisima actividad, pero al mismo tiempo, en su mirada, inolvidable para mi y para todos, y en sus gestos, se leían con claridad los signos del Espíritu, la fortaleza inquebrantable de aquel hombre cargado de años pero también de esperanzas y sueños para aquella grey que lo aclamaba hasta el paroxismo.

Luego de acercarse a la Capilla del Santísimo acompañado del cardenal cubano y Arzobispo de La Habana Jaime Ortega y donde dedicó unos minutos a la oración, Juan Pablo II se acercó al altar mayor y presidió aquella Celebración de la Palabra en la que ofreció a los congregados un discurso que aún resuena en nuestra memoria.

Luego de haberse dirigido a los sacerdotes, consagrados y seminaristas, dedicó a los laicos allí presentes unas sentidas palabras:
A los laicos aquí presentes, que representan a tantos otros, les agradezco su fidelidad cotidiana por mantener la llama de la fe en el seno de sus familias, venciendo así los obstáculos y trabajando con valor para encarnar el espíritu evangélico en la sociedad... La tarea de un laicado católico comprometido es precisamente abrir los ambientes de la cultura, la economía, la política y los medios de comunicación social para transmitir... la verdad sobre Cristo y el hombre.. Los animo a seguir en este camino, que es expresión de la vitalidad de los fieles y de su genuina vocación cristiana al servicio de la verdad y de Cuba.
La celebración concluyó con la bendición apostólica y desde la catedral su Santidad se trasladó directamente al aeropuerto Jose Martí, donde fue despedido formalmente.

A las siete y media de la tarde noche de aquel domingo, el avión de Alitalia levantaba vuelo.

Junto a mis hermanos camagüeyanos y de otras diócesis, congregados ante el televisor que transmitía el acto, en el sitio que nos sirvió de alojamiento, fuimos testigos de su partida.

Mientra el avión ganaba altura sobre el cielo cubano, nuestras voce se unieron en una oración agradecida a Dios por aquella única e inolvidable experiencia.



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ENCUENTRO CON EL CLERO, RELIGIOSOS, RELIGIOSAS, SEMINARISTAS Y LAICOS.

DISCURSO DEL SANTO PADRE

Catedral de La Habana
Domingo, 25 de enero de 1998



Amados Hermanos en el Episcopado y en el sacerdocio,
amadísimos religiosos y religiosas,
seminaristas y fieles:

1. Cuando faltan pocas horas para concluir esta Visita pastoral, me llena de alegría tener este encuentro con todos Ustedes, que representan a quienes, con gozo y esperanza, con cruces y sacrificios, tienen la apasionante tarea de la evangelización en esta tierra, caracterizada por una historia tan singular.

Agradezco las amables palabras que me ha dirigido el Señor Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, Arzobispo de La Habana, haciéndose portavoz de los sentimientos de afecto y estima que nutren Ustedes hacia el Sucesor del Apóstol Pedro, y quiero corresponder a ello renovándoles mi gran aprecio en el Señor, que extiendo a todos los hijos e hijas de esta Isla.

2. Nos congregamos en esta Catedral Metropolitana, dedicada a la Inmaculada Concepción, en el día en que la liturgia celebra la Conversión de San Pablo, quien, camino de Damasco, recibió la visita del Señor Resucitado y se convirtió de perseguidor de los cristianos en intrépido e infatigable apóstol de Jesucristo. Su ejemplo luminoso y sus enseñanzas deben servirles como guía para afrontar y vencer cada día los múltiples obstáculos en el desempeño de su misión, a fin de que no se debiliten las energías ni el entusiasmo por la extensión del Reino de Dios.

En la historia nacional son numerosos los pastores que, desde la inquebrantable fidelidad a Cristo y a su Iglesia, han acompañado al pueblo en todas las vicisitudes. El testimonio de su entrega generosa, sus palabras en el anuncio del Evangelio y la defensa de la dignidad y los derechos inalienables de las personas, así como la promoción del bien integral de la Nación, son un precioso patrimonio espiritual digno de ser conservado y enriquecido. Entre ellos, me he referido en estos días al Siervo de Dios Padre Félix Varela, fiel a su sacerdocio y activo promotor del bien común de todo el pueblo cubano. Recuerdo también al Siervo de Dios José Olallo, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, testigo de la misericordia, cuya vida ejemplar en el servicio a los más necesitados es un fecundo ejemplo de vida consagrada al Señor. Esperamos que sus procesos de canonización se concluyan pronto y puedan ser invocados por los fieles. Otros muchos cubanos, hombres y mujeres, han dado asimismo muestras de fe, de perseverancia en su misión, de consagración a la causa del Evangelio desde su condición sacerdotal, religiosa o laical.

3. Queridos sacerdotes: el Señor bendice abundantemente su entrega diaria al servicio de la Iglesia y del pueblo, incluso cuando surgen obstáculos y sinsabores. Por eso aprecio y agradezco su correspondencia a la gracia divina, que les llamó a ser pescadores de hombres (cf. Mc 1, 17), sin dejarse vencer por el cansancio o el desánimo producidos por el vasto campo de trabajo apostólico, debido al reducido número de sacerdotes y a las muchas necesidades pastorales de los fieles que abren su corazón al Evangelio, como se ha visto en la reciente misión preparatoria de mi Visita.

No pierdan la esperanza ante la falta de medios materiales para la misión, ni por la escasez de recursos, que hace sufrir a gran parte de este pueblo. Prosigan acogiendo la invitación del Señor a trabajar por el Reino de Dios y su justicia, que lo demás vendrá por añadidura (cf. Lc 12, 31). En cuanto depende de Ustedes, en estrecha unión con sus Obispos y como expresión de la viva comunión eclesial que ha caracterizado a esta Iglesia, continúen iluminando las conciencias en el desarrollo de los valores humanos, éticos y religiosos, cuya ausencia afecta a amplios sectores de la sociedad, especialmente a los jóvenes, que por eso son más vulnerables.

Los esperanzadores datos sobre el aumento de vocaciones sacerdotales y el ingreso en el País de nuevos misioneros, que deseamos ardientemente que se facilite, harán que la labor apostólica pueda ser más capilar, con el consiguiente beneficio para todos.

Conscientes de que «el auxilio nos viene del Señor» (Sal 120, 2), de que sólo Él es nuestro sostén y ayuda, los aliento a no dejar nunca la oración personal diaria y prolongada, configurándose cada vez más con Cristo, Buen Pastor, pues en Él se encuentran la fuerza principal y el verdadero descanso (cf. Mt 11, 30). Así podrán afrontar con alegría el peso del «día y del calor» (cf. Mt 20, 12), y ofrecer el mejor testimonio para la promoción de las vocaciones sacerdotales y religiosas, que son tan necesarias.

El ministerio sacerdotal, además de la predicación de la Palabra de Dios y la celebración de los Sacramentos, que constituyen su misión profética y cultual, se extiende asimismo al servicio caritativo, de asistencia y promoción humana. Para ello cuenta también con el ministerio de los diáconos y la ayuda de los miembros de diversos institutos religiosos y asociaciones eclesiales. Quiera el Señor que puedan siempre recibir y distribuir con facilidad los recursos que tantas Iglesias hermanas desean compartir con Ustedes, así como encontrar los modos más apropiados para aliviar las necesidades de los hermanos, y que esta labor sea cada vez más comprendida y valorada.

4. Agradezco la presencia en esta tierra de personas consagradas de diversos Institutos. Desde hace varias décadas han tenido que vivir la propia vocación en situaciones muy particulares y, sin renunciar a lo específico de su carisma, han debido adaptarse a las circunstancias reinantes y responder a las necesidades pastorales de las diócesis. Les estoy agradecido también por el meritorio y reconocido trabajo pastoral y por el servicio prestado a Cristo en los pobres, los enfermos y los ancianos. Es de desear que en un futuro no lejano la Iglesia pueda asumir su papel en la enseñanza, tarea que los Institutos religiosos llevan a cabo en muchas partes del mundo con tanto empeño y con gran beneficio también para la sociedad civil.

De todos Ustedes la Iglesia espera el testimonio de una existencia transfigurada por la profesión de los consejos evangélicos (cf. Vita consecrata, 20), siendo testigos del amor a través de la castidad que agranda el corazón, de la pobreza que elimina las barreras y de la obediencia que construye comunión en la comunidad, en la Iglesia y en el mundo.

La fe del pueblo cubano, al que Ustedes sirven, ha sido fuente y savia de la cultura de esta Nación. Como consagrados, busquen y promuevan un genuino proceso de inculturación de la fe que facilite a todos el anuncio, acogida y vivencia del Evangelio.

5. Queridos seminaristas, novicios y novicias: anhelen una sólida formación humana y cristiana, en la que la vida espiritual ocupe un lugar preferencial. Así se prepararán mejor para desempeñar el apostolado que más adelante se les confíe. Miren con esperanza el futuro en el que tendrán especiales responsabilidades. Para ello, afiancen la fidelidad a Cristo y a su Evangelio, el amor a la Iglesia, la dedicación a su pueblo.

Los dos Seminarios, que ya van siendo insuficientes en su capacidad, han contribuido notablemente a la conciencia de la nacionalidad cubana. Que en esos insignes claustros se continúe fomentando la fecunda síntesis entre piedad y virtud, entre fe y cultura, entre amor a Cristo y a su Iglesia y amor al pueblo.

6. A los laicos aquí presentes, que representan a tantos otros, les agradezco su fidelidad cotidiana por mantener la llama de la fe en el seno de sus familias, venciendo así los obstáculos y trabajando con valor para encarnar el espíritu evangélico en la sociedad. Los invito a alimentar la fe mediante una formación continua, bíblica y catequética, lo cual los ayudará a perseverar en el testimonio de Cristo, perdonando las ofensas, ejerciendo el derecho a servir al pueblo desde su condición de creyentes católicos en todos los ámbitos ya abiertos, y esforzándose por lograr el acceso a los que todavía están cerrados. La tarea de un laicado católico comprometido es precisamente abrir los ambientes de la cultura, la economía, la política y los medios de comunicación social para transmitir, a través de los mismos, la verdad y la esperanza sobre Cristo y el hombre. En este sentido, es de desear que las publicaciones católicas y otras iniciativas puedan disponer de los medios necesarios para servir mejor a toda la sociedad cubana. Los animo a proseguir en este camino, que es expresión de la vitalidad de los fieles y de su genuina vocación cristiana al servicio de la verdad y de Cuba.

7. Queridos hermanos: el pueblo cubano los necesita porque necesita a Dios, que es la razón fundamental de sus vidas. Formando parte de este pueblo, manifiéstenle que sólo Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida, que sólo Él tiene palabras de vida eterna (cf. Jn 6, 68-69). El Papa está cerca de Ustedes, los acompaña con su oración y su afecto, y los encomienda a la protección maternal de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre, Madre de todos los cubanos. A Ella, Estrella de la nueva Evangelización, le confío el trabajo de todos Ustedes y el bienestar de esta querida Nación.

Terminamos esta visita el día 25 de enero, que es la fiesta de la conversión de San Pablo. La última Eucaristía, celebrada en la Plaza de la Revolución, es muy significativa, porque la conversión de Pablo es la más profunda, continua y más santa revolución de todos los tiempos.

Wednesday, January 10, 2024

Crónica de un viajero en el Camagüey de 1910 (por Carlos A Peón-Casas)

Foto/Febrero 1915
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Se trata de una añeja rememoración que un cronista de ocasión dejara publicada en la revista Bohemia de diciembre de 1910. El escribidor era parte del entourage que el presidente de la República de aquel minuto viajaba en el tren al uso, de camino al Legendario en visita de ocasión.


La narración arrancaba no más el tren dejaba atrás la estación de Ciego de Ávila. El relato se hace profuso en detalles de la amplia sabana, rodeada a ratos de mínimos afloramientos verdes, bosquecillos ralos, palmas por doquier.

Al atardecer la comitiva hacía entrada en la ciudad de entonces. Sorpresa para el viajero hallarse con aquella: “magnífica, soberbia, majestuosa... estación del ferrocarril…” y en el entorno: la elegante profusión de edificios en la acera del frente… a no dudarlo el Hotel Plaza… Su relato sigue un recorrido inevitable por las calles de aquel Camaguey:
Al doblar cualquiera de las esquinas inmediatas a los contornos del paradero, Camagüey se nos presenta tal cual es, con todo su sello característico de antigüedad. Es una aldea española grande.
Pero más que edificios grandilocuentes de impecables valores arquitectónicos, el viajero aspiraba a algo más sugeridor:
contemplar de cerca aquí, en esta tierra simpática… esas hermosas y sugestivas camagüeyanas de que tanto habla la fama, quiero tropezar a cada paso por sus tortuosas callejas con un Lugareño en cada senil cabeza de varón, quiero recrear mis ojos con la vista de esos patios a la andaluza con tiestos de flores, de que oigo hablar a los que pierden el seso cuando habla de su Camaguey: quiero beber el agua de esos famosos tinajones que hacen mofa de acueductos y aljibes: quiero probar ese queso camagüeyano que tan dificil se hace hallar en el mercado habanero y que solo a costo de subido precio saborean algunos ricos sibaritas, quiero en fin saborear, el ambiente saturado de patriotismo de esta tierra de titanes, de mujeres portentosas…
Un detalle a seguido nos deja una particular perspectiva del ambiente mediterraneo de la ciudad. Se trata de una perspicaz observación del periodista sobre la llegada del progreso ferrocarrilero a la antigua comarca y todo lo que en consecuencia se empezó a vivir en la añosa y tranquila comarca de nuestros ancestros:
Van Horne, el canadiense, abriendo luenga brecha por entre montes y sabanas, rompió la tradicional tranquilidad el solar camagüeyano, inundandolo de turistas de caras raras, de comerciantes de miradas escrutadoras, de viajantes aventureros, de agiotistas ávidos de negocios de toda clase, y de gente nueva e improvisada que nadie vio por aquellas calles y callejuelas el dia anterior. La virginidad de la vida camagueyana quedó por siempre deshecha.
Tales conjeturas nos confiesa en su discurso era el sentir de los más viejos y afincados enla tierra que desde siempre les hizo lugar, uno de tales comentaristas le hacía saber con sabias palabras:
Aquí se vivía en familia, casi todos los camagüeyanos estábamos emparentados, el que pretendía una dama la llevaba hasta el altar… la gente forastera que ha caído como plaga egipcia, ha quebrantado la armonía social, y el abolengo tradicional desaparece, estamos en constante alarma… al borde de un precipicio permanente. El Camagüey, mirando a través del cristal de su leyenda, maldice al travieso canadiense que acabó con la solidaridad familiar de este rincón cubano

Pero de todo lo visto había igual reparos en aquella nuestra ciudad camagüeyana del siglo pasado… no todo era de su agrado:
Ni una sola construcción digna de admirarse. Ni un monumento. Ni una simple estatua recordando a tanto hijo ilustre como ha tenido. Ni un teatro digno de su población, cultura y categoría de ciudad capital. Ni una obra pública de esas que atraen la atención del viajero. Ni una fábrica industrial digna de verse.
De otras facetas del entramado y de la vida social, ya de merecido realce esta vez, el visitante dejaba contada referencia.

Sus anotaciones las dejo de referente para el cierre, como botón de muestra de aquella ciudad que fue y de alguna forma ya no existe, pero que igual es una rememoración inevitable y un hálito de memoria para los que ya no la habitamos:
La ciudad de las iglesias, la llamaría yo por el número exorbitante de las mismas que se cuentan… posee Camagüey un Casino Campestre, verdadero parque que ya quisiera tener La Habana. La luz electrica ha reemplazado en casi toda la ciudad al antiguo farol de petróleo colgado del gancho que aún se ve, como signo de un pasado en la fachada de cada casa. Un tranvía corre por algunas de sus calles, y entre estas cuéntase una asfaltada…


Wednesday, January 3, 2024

La Marcha por la Paz en Camagüey, el 11 de enero de 1959, una procesión casi olvidada (por Carlos A. Peón-Casas)



El testimonio del hecho lo aporta esta foto que ha dormido el sueño de los justos en esta poco vista primera edición del por entonces Órgano Oficial del Movimiento 26 de Julio en Camagüey, el mismo diario Adelante que conocemos hoy en tirada semanal, y no diaria como hubo de ser en sus orígenes, y hasta una época no muy lejana.

Lo cierto es que este ya bien poco común ejemplar, que es parte de los fondos de la Biblioteca Diocesana de Camagüey, y que el propio diario de marras no conserva en sus archivos sino sólo en versión digital, recogía aquel día 12 de enero de 1959, con foto a todo lo ancho de la primara plana, los sucesos de aquella procesión religiosa, que portando la efigie de la Madre de la Caridad, acaecía el domingo anterior a la fecha. Lo acontecido era así consignado por el cronista:
No se recuerda en los últimos cincuenta años una procesión mayor en Camagüey, que la que durante casi tres horas pasó por nuestras principales calles ayer domingo, llevando en peregrinación gloriosa a la Virgen de la Caridad, escoltada por el Ejército Rebelde del Movimiento 26 de Julio que la invocaba siempre entre sus frecuentes oraciones(1).
El suceso, según seguía acotando el diario, no era más que el reflejo de: “una expresión magnífica de religiosidad y del contenido espiritual de la lucha que nos ha dado la ansiada Libertad”(2), y testimoniaba el agradecimiento sincero a la Madre de los cubanos de parte de millares de fieles católicos camagüeyanos y de los soldados rebeldes recién llegados al llano desde la Sierra Maestra.

Bautizada como la Procesión de la Paz, recorrió un larguísimo itinerario desde la Avenida de los Mártires, discurriendo por las más céntricas calles citadinas: República, Estrada Palma, Cisneros, la Avenida de la Libertad, hasta confluir luego de una marcha apretada, en la Plaza de la Caridad, frente al templo homónimo. El propio diario acotaba la cifra de veinte mil católicos participando de tan solemne peregrinaje, miembros de todas las instituciones religiosas, los colegios católicos, y sus centros benéficos, sin sumar acaso una cifra no recogida de curiosos apostados a lo largo del recorrido. 

Allí tenía lugar, en el atrio del templo, un Te Deum cantado por el Coro de los R. P. Carmelitas, presidía la ceremonia el obispo local Mons. Ríu Anglés, y oficiaban los presbíteros Salvador Basulto, Filiberto Martínez y el padre Miguel de los Agustinos.

Otro diario emblemático de la ciudad, El Camagüeyano, también le dedicaba su primera plana al suceso, al que calificaba de “solemne y de una vastísima proyección social y popular”(3), y al que igualmente calificaba de “majestuoso desfile” donde se hicieron presentes:
todas las clases sociales y cívicas de Camagüey…cuya importancia numérica podía calcularse por el tiempo que duraba su paso por cualquier lugar. Fue un acto de reafirmación piadosa del hondo sentimiento cristiano de nuestro pueblo y una expresión cabal de la devoción unánime que guardan los cubanos para su egregia Patrona, la Virgen de la Caridad(4).
La foto que acompaña este texto, tomada por la mano de algún fotógrafo del propio diario Adelante de entonces, anónimo en este minuto para este redactor, dará el inevitable complemente de un hecho del que pocos lugareños entre nosotros pueden dar testimonio, y otros quizás lo rememorarán en lejanas playas. De cualquier modo es el argumento de un minuto de la historia local vivida, que solamente si se airea convenientemente se hace reconocible, en este hic et nunc, a casi seis décadas de distancia.


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  1. Adelante. Camagüey, Enero 12, Año de Liberación. Año 1. No.1
  2. Ibíd
  3. El Camagüeyano. martes 13 de Enero de 1959.
  4. Ibíd

Wednesday, December 27, 2023

Navidades y Reyes en el Camagüey de 1959 (por Carlos A. Peón-Casas)

 
 


Los detalles de aquellas celebraciones que ya remontan las seis décadas, los revela la prensa de aquel minuto en la ciudad, el entonces diario Adelante, en sus ediciones correspondientes a tan alusivas fechas navideñas, y que con mucho celo conservamos en la Biblioteca Diocesana de Camagüey, a nuestro humilde encargo.

Justo en la emisión del 24 de diciembre, la de la tradicional Nochebuena a la cubana y a la que nunca dejaron de adscribirse creyentes y no, y que particularmente en el terruño principeño de antaño, y en el Camagüey de siempre, tuviera siempre connotaciones tan pintorescas y diversas, hay una alusión muy particular a las celebraciones públicas del hecho de aquel día.

Transcurrían en el arbolado y siempre acogedor Casino Campestre. Se trataba de un programa celebrativo, preparado por el Comité Municipal de Navidad y Reyes, desde las cinco de la tarde hasta pasadas las ocho de la noche, y que tenía continuidad hasta el 6 de enero, el Día de Reyes.

Las actividades desglosadas en sus horarios, aparecían anunciadas en la página dos de la edición de Adelante ya citada e incluían a saber:
  • De 5 a 6 pm. Narración infantil navideña (Cuentos y Villancicos)
  • De 6 a 6.30. Explicación del nacimiento de la gruta. Durante la media hora, cada 10 minutos entrará un grupo de personas.
  • De 6.30 a 7.30. Narraciones puestas y villancicos de Navidad.
  • De 7.30 a 8. Explicación del Nacimiento de de la gruta con villancicos cubanos
  • 8p.m Escenificaciones y coros de todos los colegios públicos y privados de Camagüey
  • Al terminar. Explicación del Nacimiento de la gruta.
  • Como el lector fácilmente colige, el acto celebrativo tenía como atractivo singular aquel Nacimiento desplegado dentro de la conocida gruta del Casino, y que como no es muy poco sabido, fue regalo a la ciudad de un alcalde de los tiempos machadistas: Domingo de Para(1).
Aquel Nacimiento era a no dudarlo, un espacio singular y atrayente, de cuyos detalles no podemos dar lastimosamente más particularidades, pues nacimos para cuando tal costumbre ya había sido “convenientemente” difuminada del escenario y hasta del imaginario citadino, pero de la que mis mayores si me dan testimonio, y que igualmente debe ser un indeleble recuerdo para mis lectores que pasen de los sesenta, que recordar sin dudas es volver a vivir.

Otras coordenadas de aquellas celebradas Navidades de aquel año, las completaban algunos avisos de las autoridades de la ciudad como aquel que rezaba que:
En el Ministerio de Gobernación se informó que para la celebración de las fiestas de pascuas y navidades no hace falta permiso alguno, ya que el deseo del gobierno revolucionario es que todo el pueblo tenga las mayores facilidades para celebrar esas fiestas, las primeras de Cuba Libre(2).
O este otro, una proclama intitulada “Al Pueblo de Camagüey”, rubricada por el Dr. Daniel Álvarez Rodríguez, quien fungía en aquel minuto como Jefe Local de Sanidad, y cuyo contenido aludía a un sensible tema: el peligro de contagio con alguna enfermedad de los cerdos a sacrificar para las fiestas al uso. Así lo puntualizaba:

“Debido al entusiasmo Pascual y a fin de evitar el contagio de enfermedades transmitidas por los cerdos que puedan estar enfermos, esta Jefatura Local de Salubridad, velando por la salud del pueblo, recomienda que al adquirir carnes de puerco exijan al vendedor el correspondiente conduce de haber sido sacrificado en el Matadero Municipal, o autorizado, donde se practica su inspección veterinaria.

“Por un pueblo sano en una Cuba Libre”

No faltan en los periódicos de estos días fiestas, las alusiones a obras caritativas dispensadas a los menos favorecidos, como lo fuera la cena ofrecida a más de seiscientos niños pobres en el Oratorio Salesiano “Domingo Savio” la nota que acompaña a un par de imágenes gráficas apuntaba que:
El Oratorio Salesiano “Domingo Savio” hizo posible que más de seiscientos niños pobres disfrutaran ampliamente de la Nochebuena. Con la cooperación de infinidad de personas de buena voluntad el Reverendo Padre Silla sentó en las mesas distribuidas en el Colegio a un grupo extraordinario de niños quienes recibieron la atención de todos los miembros de esta congregación religiosa pasando horas de interminable alegría(4).
Acaso como feliz colofón a aquellas celebraciones pascuales, inmersas de se espíritu siempre trascendental de dar y compartir, reproducimos para el lector el texto de un anuncio pagado por la Escuela del Hogar, de célebre trascendencia en los mejores apegos formativos de la otrora ciudad y que no dejaba en entredicho, esos magníficos sentimientos antes esbozados:

Navidades y Reyes de la Libertad en Camagüey.

Invite a su Cena de Nochebuena a una familia pobre
Hágalo Feliz comprando un juguete más…!
Coopere una vez más
Depositando Ropas,
Víveres y Juguetes en
La Escuela del Hogar.
Cisneros, cerca de la Plaza de las Mercedes




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  1. De aquel médico, baracoense de origen, nos dice Flora Basulto de Montoya en su Tierra Prócer que “fue muy combatido por “cunero”: ya que el camagüeyano es regionalista por idiosincrasia-prohibió, en nombre del ornato público, la ancestral costumbre de que los socios del Liceo(…) se sentaran en la acera; y en represalia, los socios dejaron de “enramar” en los sanjuanes el frente de la sociedad como tenían por costumbre(…) Embelleció(…) el Parque Gonzalo de Quesada, e hizo atender a animales y plantas exóticas, construyó la fuente con su gran surtidor, etc. Le erigieron un busto, el cual fue arrancado de su pedestal y destruido a la caída del Presidente Machado.” En Tierra Prócer, p.182
  2. Adelante. Camagüey, jueves 24 de diciembre de 1959- Año de la Liberación. Anuncio del Ministerio de Gobernación. Columna 2, p. 2 (Facilidades para Fiestas)
  3. Ibíd. Al Pueblo de Camagüey.
  4. Adelante. Camagüey, Domingo 27 de diciembre de 1959- Año de la Liberación. p. 3

Wednesday, December 20, 2023

El centenario de Aurelia Castillo en el Camagüey de 1942. (por Carlos A. Peón-Casas)


La distancia de un siglo no hacía mella en la visibilidad de una poetisa de valía singular para el terruño y el solar del antiguo Puerto Príncipe.

Aurelia Castillo de González había sido ya una voz recordada por el lirismo impecable de sus versos, y la inspiración que los recorrió habló muy alto de su dignidad creativa.

Al convite de aquel año de su centenario se sumaron las voces de otros émulos y conocedores de su arte. La ciudad agramontina ofreció sus mejores galas y el arte de la poetisa fue recordado con profusión.


Un Comité Ad hoc organizó los festejos. Lo presidían tres ilustres nombres de las letras y la cultura de la ciudad agramontina: el Dr Luis Martínez catedrático y autor de excelsa prosapia, la Dra Angela Pérez Lama profesora y promotora de la memoria y la cultura de la ciudad, y la Sra Dolores Salvador de la Fuente, igual de dedicada en alma y cuerpo a la promoción humana y a la educación de la otrora villa del Príncipe.

Lo primero fue preparar un Programa Académico de grandes realizaciones literarias y culturales donde desde el sábado 24 de Enero hasta el Martes 27 de aquel año 1942, se resaltó la memoria de aquella hija del Camagüey al que alguna clamará vez en inspirados versos:
“Apenas respiré tus puras brisas/devolviste a mi sangre los ardores/y en mi pecho anidaron los amores/volvieron a mis labios las sonrisas”
Se sucedieron conferencias magistrales a cargo de intelectuales de prestigio y sapiencia monumentales de la literatura y el arte de la Cuba de entonces.

Así discurrieron Rosario Novoa y Raimundo Lazo venidos desde la capital; junto a ellos, el talento de otros hijos ilustres de la ciudad: la poetisa Emilia Bernal y los Dres Luis Martínez, Lilia Fuentes y Ángela Pérez Lama.


Igualmente sumaron su talento los niños de la entonces escuela primaria bautizada con el nombre de la poetisa, los alumnos del Instituto de Segunda Enseñanza, y hasta los aportes radiales de la reconocida emisora CMJK la Voz del Camagüeyano, en una impresionante velada cultural a cargo de talentosos y entusiastas radialistas.

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Foto actual
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Una tarja develada en la misma casa natal de Aurelia del Castillo en la calle Cristo y el callejón del Templador, marcaría hasta hoy las señales inequívocas del talento de aquella voz de nuestra mejor memoria poemática.

La develaba otro nombre poético de la ciudad camagueyana de entonces: Isabel Esperanza Betancourt, y la apología de ocasión estaba a cargo del reconocido periodista Felipe Correoso y del Risco.


Un Concurso poético honró la memoria de Aurelia. Un riguroso jurado que presidía el catedrático Raimundo Lazo premió tres composiciones resguardadas por el anonimato de sus autores. Los primeros dos lugares correspondieron a poemas del también rimador local Felipe Pichardo Moya; y el tercer puesto para otro conocido poeta de la que se reconocería luego como la generación de Origen: el sacerdote Angel Gaztelu.


De aquel suceso nos quedaría la evidencia escrita de aquellas memoriosas conferencias y de los poemas premiados en esta Memoria que hoy reseño.




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Ver en el blog:


Wednesday, December 6, 2023

Comer y beber en el Puerto Príncipe de 1891 (por Carlos A. Peón-Casas)

Comer y beber en Puerto Príncipe
(Anuncios de El Fanal del día miércoles 1ero de julio de 1891)


por Carlos A. Peón-Casas

Se habla poco de la excelente tradición restauradora de la ciudad principeña. Una costumbre que sin dudas tenía un buen ganado mercado en la otrora ciudad, con la proliferación de espacios destinados a servir suculentos platos; unos sitios de más o menos campanillas, todos marcados por el inefable gusto por el buen yantar, tan propio de nuestros ancestros de la Madre Patria. 

Mirar en este antiguo diario, revisando específicamente los anuncios destinados a tales menesteres: desde los pequeños espacios como el de la típica fonda, o los dotados con una más prolija dignidad, casi cercanos a los de los restaurantes de la época, quizás más floreciente en La Habana por su calidad de puerto de mar, pero todos dignísmos entre los de su género; es descubrir sin dudas, un suculento Mare Nostrum, donde la diversidad de platillos, confites, vinos y demás delicatesen, parecen todavía perfumar, con sus olores y sabores, el aire de la otrora villa que habitamos. 

Recorramos con apetito sobrado algunas de aquellos anuncios. Pare empezar, estaba El Gallito, establecimiento bien puesto en la Plaza de la Merced, marcado por el número 5. Era su propietario el Sr. Antonio Saba, su especialidad: los Biscuits Champagne, junto a una variedad de otros postres y bebidas, que podía igualmente servir a domicilio, si el cliente así lo deseaba, y lo avisaba con sólo dos horas de antelación.

Pero si de vinos se trataba, para acompañar alguna suculenta cena, sólo había que dejarse caer por el bien surtido stock de El Camino de Hierro, propiedad de Argenats y Bursosa, establecimiento comercial muy bien puesto en el antiguo número 19 la Plaza de la Soledad, donde ahora mismo se localiza un bien montado hostal de la cadena de Hoteles Encanto, el primero de su tipo en la ciudad. El anuncio de este día daba cuenta de la llegada de una importante partida de vinos de mesa, “garantizadas y legítimas sus marcas y clases” como rezaba el diario: entre aquellas la del Tinto Sama, Alell. Mestre, Torres, el selecto “Pla de Llorens”, y gran variedad “de vinos dulces y secos, y licores secos para postres”.

Justo en la misma plaza, pero en posición opuesta, por la calle Soledad, se localizaba un restaurante de campanillas, el del Hotel Telégrafo, de gran fama en la época , y que todavía podemos reconocer en alguna vieja postal principeña. El sitio se anunciaba, no sólo para sus huéspedes, sino para todo potencial comensal, como el espacio propicio para banquetes, cenas o lunchs; el anuncio recalcaba que “el servicio era “completo y adecuado para servir en poco tiempo y a cómodo precio cualquier encargo que se la haga”.

En lo tocante a los menús el anuncio era prolijo en detalles cuando avisaba que: “El pescado en escabeche se encuentra siempre, y es recomendable por su exquisita elaboración”, o cuando dejaba saber que: “ Todos los jueves y domingos se hace caldo gallego para todo el que desee saborear tan exquisito plato”. Entre otras suculentas ofertas se ofertaban a renglón seguido: “Pavos y gallinas trufados, gelatina para el trufado y queso de cerdo trufado, jelatinas de sustancia para enfermos… pescado relleno y a la bayonesa por Mr Legrat…Pastelones de todas clases.”

Pero las palmas de todos los anuncios al uso se lo llevaba el de una reconocida fonda de la ciudad de entre ríos: La Competidora, ubicada en la otrora calle Candelaria. Por lo revelador del comercial lo transcribimos textualmente, como cierre de esta apostilla, y para mejor disfrute del lector. Bon Apetit!

“Mucho te alegrarás querido público con la noticia que en este momento vas a recibir de la gran fonda La Competidora. Su dueño D. Miguel Mengual teniendo en cuenta la actual CRISIS que atravesamos y estando en plenas FIESTAS SANJUANERAS ha determinado hacer una gran rebaja en los precios de los almuerzos, comidas y cenas como lo puede acreditar la nota de precios que a continuación se expresa. Y que no hay quien le tumbe el pulso a esta carta

ALMUERZOS

Un par de huevos con arroz…………………………20
Un picadillo…………………………………………………..10
Un potaje……………………………………………………..10
Una sopa de ajos con huevos……………………….10
Un guisado con papas…………………………………..15
Un hígado a la italiana…………………………………10
Un plato de callos………………………………………10
Un bacalao con papas……………………………….15
Un bistec……………………………………………………..15
Un ídem con papas……………………………………..20
Una chuleta de cerdo………………………………….15
Una ídem de vaca………………………………………..15
Una ídem a la minuta………………………………….20
COMIDAS
Una sopa…………………………………………………… 10
Un cocido a la española……………………………10
Una carne asada en cazuela………………………10
Un ídem mechado……………………………………..20
Un arroz amarillo con pescado………………….10
Uno ídem con carne……………………………….10
Una ración de lengua estofada……………..15
Un riñón con papas………………………………..15
Patas de cerdo a la minuta……………………..15
Una tortilla………………………………………………20
Una ídem con papas……………………………….25
CENAS
Un par de huevos fritos………………………….20
Un bistec………………………………………………..20
Uno ídem con papas……………………………………..20
Uno ídem de filete con papas……………………….30
Un riñón soté………………………………………………15
Una fritura de sesos……………………………………15
Una chuleta con papas………………………………20
Una tortilla con piti puá……………………………...30
Una ración de salchichón…………………………….20
POSTRES
Una jalea de guayaba con queso……………….10
Una natilla…………………………………………………..10

Y otra infinidad de guisos que no enumeran por no cansar al lector y hacerle la boca agua.

Hay además un selecto surtido de vinos de lo más superior que se conoce, como también licores de todas clases.

Habrá constantemente el sin rival escabeche. El jueves y domingo será de ordenanza el rico bacalao a la vizcaína y el sin igual arroz con pollo a la valenciana contando para ello con el cocinero de la valla.

Se despachan cantinas a domicilio por muy módicos precios; y por último, caro público, acudid a la fonda La Competidora y os convenceréis de la verdad de cuanto hemos dicho.

AQUÍ VA LO MEJOR

Vuestro amigo Mengual no queriendo ser menos generoso que otros, ha determinado regalar un buen lechón asado con el apéndice de cuatro botellas de un vino superior a cuto efecto a todo el que almuerce, coma o cene en La Competidora, Candelaria 41, durante los festejos sanjuaneros hasta el día de San Pedro, se le regalará una papeleta de dicha rifa, o regalo por cada vez que coma en dicha fonda.” (1)

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(1) El Fanal. Periódico Político Literario Mercantil y Económico. Órgano Oficial del Partido Unión Constitucional. Puerto Príncipe Miércoles 1ero de Junio de 1891- (San Casto) Año LIII. Número 144.

Wednesday, November 22, 2023

Consuelo Cisneros de Colón, una poetisa del Camagüey en 1917. (por Carlos A. Peón-Casas)


Eran los años aciagos de la Primera Guerra Mundial. Pero en la plácida Cuba no resonaban los avatares guerreros de la conflagración que desolaba Europa.

Las voz serena de la poesía de una joven poetisa del Camagüey, a todas luces avecindada en la capital de aquella Cuba próspera de “vacas gordas”, se publicaba en un libro de poemas que con el título de Brumas, reseñaba un cronista literario de la revista Bohemia(1) de entonces.

Consuelo Cisneros de Colón era la autora de aquellas inspiradas páginas que ya admiraban los críticos al uso.


El de Bohemia recogía uno de los poemas antólogados en el poemario: Luna de Otoño. Sus elogios aunque a nuestro ver sobrepasaban cualquier mesura, la dejaban empero acomodada en el parnaso de las letras de aquel minuto.

El crítico no escatimaba en ponderaciones de los aciertos creativos de la rimadora, y daba el beneficio de cualquier duda, a favor de la joven poetisa del paterno lar camagüeyano, concediéndole inevitables influencias de dos poetas dispares pero significativos e incontestables: el alemán Heine; y el español Becquer.

Del segundo nos parecerían más plausibles las semejanzas. Pero igual la largueza del verso ajeno no es más que un tímido referente que se cruza con la originalidad del creador novel. Nadie es culpable de imitar a los maestros en esa primera coordenada creativa.

Dejo al lector la responsable labor de barruntar una u otra posible suficiencia, cuando valore el texto que aquí comparto, eso así, a nuestro humilde juicio: lánguida y fértil en sus líneas de arreboles imaginativos.

Aunque para la creencia más íntima de este escribidor, ese solo texto no dejaría formarnos una mejor y cabal esencia del lado más trascendente de la escritora camagueyanensis, pues ya se sabe que una golondrina en soledad no hace verano.

Aunque a a no dudarlo en las estrofas de Luna de Otoño, el poema de marras en su estructura de cuatro y cinco versos, de un endecasílabo vibrante y rimas bien intencionadas, hay hondura y sensibilidad suficientes.

Si fue acaso este su primer volumen poético, o si acaso hubo más, declaro mi absoluta ignorancia.

El libro de narras no aparece registrado en los anales que nos quedan a la vista, y solo nos hemos asomado a esta muy parcial evidencia que la posteridad ha salvado en aquella añosa Bohemia de un día ya lejano de noviembre de 1917.


Luna de otoño

Blanco nectario del medroso velo
que allá en la noche vagas misterioso,
cuan fantástico duende fabuloso
de níveas alas que brotó del cielo...!

Eres, ¡Oh Luna! cariñosa y pura
mensajera de ensueños e ilusiones
y al descender de la celeste altura
llenas de luz mis horas de amarguras
haciendo huir mis negras decepciones!...

Cuántas noches tus lánguidos fulgores
quebrándose al pasar por mi ventana,
me hablaron de canciones y de flores
de caricias pletóricas de amores
y de aquella pasión dulce y lejana!...

Tú también en mis horas de desvelo
al taladrar las dudas mi cabeza,
has bajado del cielo
a disipar mi insomnio y mi tristeza...

Tú alumbraste risueña aquella cuna
que una vírgen purísima mecía...!
y fue tu lumbre cenicienta, ¡Oh Luna!,
la que después surgir vió de la cuna
aquel capullo que su broche abría...!

También el beso fugitivo y tierno
que hizo temblar la flor en la enramada
y a las heladas brumas del invierno
crugió la rama y al capullo tierno
arrastró en su corriente una quebrada...!

Terrible realidad! Lo único cierto
que todo dura en la existencia impía,
lo que la blanca lágrima que yerto
el párpado de un muerto
tarda en brotar de su pupila fría!...

El niño nace; y su risueña infancia
como una flor esparce su fragancia
de la niñez al vacilante paso...
luego la juventud... los desengaños...
hasta que cruel, el Boreas de los años
le sumerge en las sombras del ocaso...!

Por eso hoy como ayer, a la misma hora,
me has de encontrar cansada y abatida...
mientras tu rayo mágico colora
la llama que devora
la loca caravana de la vida...!

Consuelo Cisneros de Colón



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1. Bohemia. Noviembre 18, 1917.

Wednesday, November 8, 2023

Francisco Agüero y Agüero un poeta olvidado de Puerto Príncipe (por Carlos A. Peón-Casas)


Su nombre nos involucra inevitablemente con la larga prosapia de los Agüero, línea genealógica que entrecruza los destinos patrióticos pero también los de las bellas letras de Puerto Príncipe.

Francisco, es hijo de otro preclaro principeño: Francisco Agüero y Duque Estrada: “El Solitario”, por lo que sus necesarias coordenadas poéticas y literarias tienen un claro sello generacional.

Vio la luz en aquel Puerto Príncipe en 1832, fue su madre una reconocida dama de la aristocracia local Ana María Agüero y de Varona, de allí su doble filiación al patricio apellido.

Su primera juventud discurrió en los bucólicos ambientes de El Retiro, propiedad de la familia de su madre, donde teniendo por maestro a su propio padre, y rodeado de los encantos de la naturaleza, curtió su alma ansiosa de luces y sueños.

Fue también, como su padre, periodista; destacando en tales labores en el semanario “El Popular”, del que fungiera como director. Pero la poesía fue definitoriamente su fuerte, un poco antes de su fallecimiento, en 1886 dio a conocer sus versos, contenidos en un libro intitulado Sentimientos y Creencias, del que fue igualmente el autor del prólogo.

En aquellas inspiradas palabras tuvo a bien dedicarlo a la generación más joven:
Por eso venimos, palpitantes de emoción, radiantes de júbilo, a depositar nuestro modesto libro en al altar de la patria, como el homenaje purísimo de nuestro cariño, poniéndolo en manos de la juventud perteneciente a la nueva generación, que amamos entrañablemente, para que le sirva de noble emulación, de poderoso estímulo, puesto que ella representa el porvenir y las más legítimas esperanzas de la sociedad en que vivimos(1).
Un poema del libro nos merece atención, porque va dedicado especialmente al paterno lar principeño. Se titula “A El Camagüey”, compuesto en la difícil estructura del soneto, nos sirve de muy especial cierre para esta reseña que ha querido descubrir la voz singular de un poeta local, del que el tiempo no borra, ni acaso desdibuja, los acentos más preclaros de su estirpe y su buen hacer de rimador.

¡Campeón de la verdad inmaculada”
¡Soberano titán del pensamiento,
Que el progreso proclamas con tu acento,
y con tu voz la Libertad sagrada!

Tú que emprendiendo varonil cruzada
Confundes el error con tu ardimiento,
Y eres de la Provincia el ornamento,
terror de la Colonia desgraciada.

Sigue valiente tu misión divina
En tu puesto de honor firme y constante
mientras la reacción rayos fulmina.

“Que si falta un Homero que te cante”
Haré que el arpa en tu alabanza vibre
Digna, sincera, como el aire libre.(2)


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  1. Sentimientos y Creencias. Francisco Agüero y Agüero. Imprenta Ramentol S.A. Camagúey. 1956. Esta edición fue promovida por su hija Josefina Agüero y Poveda, la más joven de la larga descendencia de ocho hijos del poeta principeño.
  2. Ibíd. p.165

Wednesday, November 1, 2023

Cañones en La Merced. (por Carlos A. Peón-Casas)

Fotos/ Luis F. Bastián Cadalzo.
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Para cualquier camagüeyano no muy bien enterado, la alusión del título pudiera parecerle extraña. Pero si es curioso, entenderá con lo que sigue.

La muy antigua iglesia conventual de La Merced en lo más céntrico de la ciudad de tinajones ancestrales y ríos de poco calado que nunca llegaron al mar, fue en varios momentos de su historia, emplazamiento militar, cambiabdo su antiguo propósito salvífico y de paz y amor, por el ingente traqueteo de las armas y la presencia de soldados.

El espacio conventual con su espléndido patio anexo a la Iglesia, que tiene existencia desde el primitivo siglo XVII, luego ya edificada  en 1747 con su majestuosa impronta tal y como la admiramos hoy, nos muestra en un ángulo propicio una muestra de aquellos momentos en que el espacio fuera acomodo para un cuartel.

Se trata de unos cañones, de una antigua dotación, que las tropas españolas tuvieron destacados en otro sitio no precisado de la ciudad.

Los susodichos artilugios en bastante buen estado de conservación aparecieron en tiempos recientes enterrados en los terrenos de otra casa eclesial, ubicada en las proximidades del antiguo camino de Palomino, hoy área conexa con la Carreteta Central en su salida occidental.

Después de ser encontrados en una excavación el entonces Rector de la Casa Diocesana de la Merced y actual arzobispo de la Diócesis, Monseñor Wilfredo Pino, los destinó como oportuno recordatorio, a su actual emplazamiento.

Junto a ellos se recogen algunas precisiones históricas que recuerdan la otrora función militar que tuvo ese egregio y emblemático sitio de la ciudad agramontina.

Para cerrar estos apuntes, y como beneficio del lector, incluyo algunas referencias para que ilustren mejor sobre el particular: 
No existiendo en esta ciudad otra clase de fuerza armada que la de milicias, cuya guardia de prevención ocupaba una casa particular alquilada al efecto, carecíase en absoluto de cuarteles por considerarse innecesarios; así fué, que cuando a fines de 1821 vino de guarnición a esta plaza el batallón de León al mando del Coronel D. Miguel Balbuena, hubo que alojarlo en el convento de S. Francisco, como lo fué en el de la Merced la compañía del 1° Provisional que vino en 1826 á reforzar el escaso contingente de León (1)
De 1820 a 24 sirvió el Convento de cuartel a la Milicia Nacional. Desde 1824 a 1827 estuvo alojada en los claustros del Convento una compañía del extinguido Regimiento de Valencey, llamado después de Morales.(2)
[1849] Se construyeron obras de fortificación en la plaza de la Merced y frente al cuartel de Caballería, y se levantó un muro aspillerado sobre la azotea del templo cuya plaza se habia fortificado. En dichas obras se gastaron gruesas sumas inútilmente, pues fueron derribadas más adelante sin haberse obtenido con ellas otro resultado, que obstruir el tránsito público.(3)


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1. Colección de Datos Históricos, Geográficos y Estadísticos de Puerto Príncipe y su Jurisdicción. Juan Torres Lasqueti. Habana. 1888. pag. 129

2. Ibid. Nota 7 a.

3. Ibid. pag 263

Wednesday, October 18, 2023

Una interesante referencia sobre la habilitación de sellos postales españoles en Puerto Príncipe en el invierno 1898 - 1899. (por Carlos A. Peón-Casas)



El hecho inició en diciembre de 1898 en el minuto en que las tropas norteamericanas se habían hecho fuerte en la ciudad en plan de ocupación tras las salida de las tropas españolas en el mes de noviembre.



Se nos refiere al respecto en Puerto PríncipeUn interesante asunto sobre sellos en Cuba, publicado por The Blue Sky Press, Chicago 1904, y firmado por J. M. Andreini.

La habilitación de aquellos sellos, con valores de 1, 2, 3 y 5 centavos, constituían una novedad en la ciudad del Príncipe. Se acometió la empresa en una imprenta local, en tinta negra. Hasta ese minuto los sellos al uso eran los emitidos por el Gobierno Español en las series correspondientes a 1896 y 1898-1899. Sobre aquellas denominaciones se acometió el correspondiente recargo.


Los detalles del hecho nos llegan través de una comunicación citada por el autor del libro, del Administrador Principal del entonces Departamento de Comunicaciones, al responsable del Taller Tipográfico Las Dos Repúblicas, que acometió el empeño:
En cumplimiento de de órdenes recibidas por este Departamento… del Comandante General de la Provincia, sírvase disponer se sobretimbren, en el taller y bajo su dirección los siguientes sellos de milésimas, habilitándoles, en las cantidad y valores siguientes de acuerdo con el diseño aprobado:

3000 de una Milésima, con un centavo.

3900 de dos Milésimas, con tres centavos

1000 de cinco Milésimas, con cinco centavos.
La susodicha comunicación firmada por el General Lope Recio, apareció publicada originalmente en el Periodico “Las Dos Repúblicas” con fecha del 21 de diciembre de 1898.

Al parecer aquella no fue la única vez que se acometieron tales labores de sobre timbrado.

El autor del libro, interesado en el asunto ya desde un punto de vista más filatélico, retomaría sus propias averiguaciones. Al parecer se sucedieron otras tres sobreimpresiones.


Como dato curioso el autor alude al hecho de que aquellos sellos se usaron principalmente en la ciudad de Puerto Príncipe, y en el poblado de Minas, a medio camino rumbo a Nuevitas, y en aquella misma ciudad portuaria. Por ser muy particulares y raras, aquellas cancelaciones, conservan las marcas de una antigua máquina donde se lee “Correo de Puerto Príncipe, Ysla de Cuba” y “Minas de Príncipe, Ysla de Cuba”.

Sin dudas, el correo local en Puerto Príncipe, ciudad y capital de la provincia de antaño, suministró los sellos a los destinos ya mentados de Minas y Nuevitas, y también presumiblemente a Santa Cruz del Sur.

El autor en sus indagaciones visitó la ciudad de Puerto Príncipe. Allí pudo conocer al linotipista de la imprenta Las Dos Rosas, Enrique Terradas Escobar, quien le ilustró sobre el particular y le aseguraba de la originalidad de aquella labor de sobreimpresión por el acometida, y de la imposibilidad de poder duplicar, con lo que quedaba zanjado el tema de que tal emisión hubiera podido ser re-imitada de algún modo.

De aquel periplo en plan de indagación para su libro, nos dejaba sus especiales referencias que traslado al lector desde el original en Inglés a mi vista:
Cuando estuve en Cuba, hace dos inviernos atrás, tuve el placer de conocer al general Lope Recio… El General Lope Recio que es un genial caballero, es ahora el Gobernador Civil de la provincia de Puerto Príncipe. Y me confirmó que había recibido misivas indagando sobre el asunto de los sellos de diferentes partes del mundo.
Sin dudas, la indagación del autor sobre el tema fue una muy reveladora, sobre un tema del que poco o nada hemos oído. Los sellos pasaron, según sus pesquisas, a manos de reconocidos coleccionistas en la capital entre ellos Truffin, Margarit, y los Drs.Weiss y Tremols.

Un estudio sobre el particular lo emprendería el Sr. Barreras de la Sociedad Filatélica de Cuba, y que publicara en la misma época en la Revista Cubana de Filatelia.


El autor finalmente daba las gracias de modo encarecido al ya mentado General Lope Recio, a su secretario de entonces el Sr. Ramón Silva, y a su corresponsal en la ciudad el Sr. Francisco Parras. En otras menciones de agradecimiento dejaba constancia de otros nombres de amigos en la ciudad del Príncipe: Arostegui, Castro-Palomino, Pérez del Castillo y Zayas Bazán.

Wednesday, October 11, 2023

Joaquín Segarra y Joaquín Juliá en los predios camagüeyanos. Año 1906 (por Carlos A. Peón-Casas)

Otra entrega sobre cronistas –viajeros, a su paso por las llanuras del Camagüey, nos descubre la cercanía de un binomio de autores españoles, valencianos por más señas, los ya citados Segarra y Juliá, a su paso por la otrora ciudad de comienzos del siglo veinte, en un periplo que tenía a nuestra Isla como destino, dentro de un viaje mucho más generalizador por las tierras de América. 

El proyecto viajero devino en libro bajo el título de Excursión por América. Cuba, y vería la luz como edición ilustrada con fotos bastantes singulares, en Costa Rica en la Imprenta de Avelino Elsina ese propio año.

El libro de marras, la primera entrega de lo que sería una futura continuidad editorial, lleva una singular dedicatoria: “En el Honorable ciudadano Don Tomás Estrada Palma, primer magistrado de la joven nacionalidad cubana a todos los ciudadanos del pueblo hermano, como homenaje a su cultura, hospitalidad y nobles sentimientos fraternales, dedican este libro”(1).

Pero entremos ya en detalles de la visita a tierras puertoprincipeñas. Los viajeros llegaron por tren a la ciudad camagüeyana, provenientes de Santiago de Cuba. No nos cuesta imaginar la por entonces nada insignificante estación local, con su parecido inevitable a cualquiera de sus pares norteamericanas en el centro sureste del vasto continente norteño. Y aunque silencian los detalles de su alojamiento, no es tampoco difícil colegir, que habrían de pernoctar, en el por entonces muy suntuoso Hotel Camagüey, al servicio directo de los viajeros que arribaban a la ciudad por vía férrea, como ya hemos visto en otra parte(2).

La estupefacción ante la imponente llanura principeña, los lleva a conceptuarla sin más rodeos como la “Mancha cubana”(3); y ante ella sienten sin rubor esa inigualable sensación de “no encontrarnos en Cuba…” por (el) “aspecto que ofrece en su conjunto este rincón de Cuba, el corazón de Cuba, que así puede considerarse a esta llanura central, a la provincia de Camagüey y a la típica ciudad, que es su centro(…)(4)".

La ciudad camagüeyana de entonces todavía remedaba a los tiempos ancestrales, aunque algunas irrupciones del progreso(5) ya se empezaban a sentir; y que no quedan para nada veladas para estos viajeros primerizos; pues aunque el paisaje, en sus propias voces se sentía:”con la ilusión de que se ha trasladado por arte de magia, a la famosa meseta casteñana,”(6) y se vislumbra de igual modo “el aspecto de la ciudad clásicamente española (que) le recuerda cualquier ciudad manchega”(7); tenían a bien lamentarse por otras intrusiones en el ambiente de ”la medioval ciudad(…)las prosaicas claridades con que profanan sus callejas silenciosas los focos eléctricos del alumbrado público”(…)(8).

La descripción que sigue, apunta con verbo inspirado y hasta poético la vista que se regalaba de la ciudad a los visitantes:
Campanarios rojizos sobresaliendo por cima de un oleaje de parduscos tejados, sin una nota clara que interrumpa la monotonía de aquella masa de colores sombríos. En las afueras, algunos caserones cuadrados que bien pueden ser las clásicas bodegas o el oscuro lugar de algún hidalguejo lugareño, más o menos emparentado en saberes y en ochavos con el señor de Quijano, y formando horizonte por los cuatro puntos cardinales y sus correspondientes arcos intermedios, la llanura inmensa, uniforme en tono gris de sus ondulaciones apenas perceptible con alguna brevísimas zonas de cultivo(…)(9)
De ese mismo tenor, serán las observaciones con que los cronistas visitantes dan cuenta de la ciudad del Tínima y el Hatibónico, cuando afirman:
Sus calles, estrechas y demarcadas por casas de aleros salientes y grandes rejas voladas, los típicos patios y zaguanes que recuerdan los de Toledo; los grandes tinajones para el agua; los pasamanos de escaleras y galerías, la disposición interior de las viviendas, la relativa abundancia de iglesias y conventos; la vida patriarcal que allí se hace, la sencillez en la costumbres y en el vestir, el ambiente sosegado que rodea la existencia de una gente afable en grado máximo; todo predispone desde el primer momento a forjar la ilusión de que nos encontramos trasladados a la paz de la vida de hace cien años, en el tranquilo rincón de nuestros mayores(10).
Y otras, en coordenadas que van más allá de lo meramente anecdótico y superficial cuando son capaces de hacer un análisis somero pero eficaz de las potencialidades de la economía ganadera , el rubro más espectacular de la región al vaticinar, lo que con toda certeza sería una verdad como un templo en los años republicanos por venir:
(…) los nuevos horizontes que abre a la vida de esta región el Ferrocarril Central(11)(…) han de dar notable impulso a sus riquezas(…)Surgen diariamente y se acrecen de un modo prodigioso, a ambos lados de la línea, poblados y caseríos, potreros y zonas de cultivo, que en plazo no lejano, habrán transformado extensos eriales y dilatadísimas maniguas en otros tantos centros de producción que señalan para Cuba un espléndido porvenir.
El cierre de sus referencias a la ciudad y su gente no puede ser de menor brillo. Contrapuntean para el lector, las aseveraciones que sobre el terruño camagüeyano había expresado un amigo cubano de los autores: Manuel Marquez Sterling(12), (por más señas hijo de otro camagüeyano ilustre de su mismo nombre), a quien habían conocido en sus andanzas por los diarios habaneros de la época a saber: La Lucha, La Discusión, El Diario de la Marina y El Mundo. Marquez Sterling hijo afirmaba que:“en el Camagüey las cosas son como la leyenda las repite y las rectificaciones son tan odiadas que el pueblo protesta de ellas, y sigue viviendo en una especie de fanatismo lamentable”.

Con la aclaración que sigue, los cronistas y viajeros nos hacen un guiño de simpatía, que todavía les agradecemos en este hic et nunc, en la distancia inevitable que todo tiempo pasado, que siempre nos seguirá pareciendo, inevitablemente, mejor:
No nos atrevemos a desmentir(…) la primera parte del aserto, principalmente porque esa quietud de ánimo no está exenta de encantos y nos place mucho(…)Pero esa especie de fanatismo lamentable (…) parece suponer algo parecido a insensibilidad por parte del pueblo camagüeyano, no la hemos visto en ninguna de las manifestaciones de su vida(…) hemos advertido en ese pueblo bueno, patriota, valiente si los hay, nada que permita afirmar en absoluto que viva encerrado en sus creencias como si una muralla de amor a sus propias cosas y a sus propios hombres le impidiera ver el ancho horizonte de la vida universal(13).
 
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Citas y Notas

  1. Excursión por América. Cuba. Costa Rica. 1906. p.
  2. Ver lo que apunta al respecto Irene Wright en su libro de viajes Cuba. Detalles a los que aludimos en nuestra reseña: Viajeros ilustres… Camagüey 1910.,en este mismo blog.
  3. Excursión por América…op cit. p. 502
  4. Ibíd.
  5. El subrayado es mío, piénsese por ejemplo en la interrupción de la calle República, con la demolición de algunas propiedades, para facilitar el paso de inevitables y modernizadoras líneas férreas, amén de algún que otro cambio de tipo funcional en las zonas aledañas, por la presencia del Hotel Plaza ( también conocido inicialmente como Ike’s) y los muchos almacenes anexos a la estación ferrocarrilera con otros servicios añadidos como las zonas de tolerancia (Progreso, etc).
  6. op cit. p. 384
  7. Ibíd.
  8. . Ibíd. p.388
  9. Ibíd. p.384
  10. Ibíd. p. 386
  11. Ibíd. Sobre el particular hacen en otro momento una jocosa pero verídica observación que han escuchado al paso: “ los tres benefactores indiscutibles de Cuba han sido, Cristóbal Colón, que la descubrió; José Martí, que la independizó; y…Sir William Van Horne, que construyó el Ferrocarril Central”.
  12. Manuel Márquez Sterling, Lima Perú 1872 – La Habana Cuba 1934. Periodista, escritor, ajedrecista, diplomático y político cubano, presidente provisional de Cuba durante 6 horas en 1934. Desde los diez y seis años debuta su carrera periodística escribiendo para "El Pueblo" y "El Camagueyano" fundado por su padre. (…)Funda el periódico "El Mundo" junto a varios colegas y después colabora en "La Lucha" (1905) funda el "El Heraldo de Cuba". (1913) y "La Nación" (1916). (Tomado del artículo homónimo de Wikipedia. Fundación Wikimedia. )
  13. Ibíd. p. 390

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