Wednesday, February 10, 2021

Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía (por Frank de Varona)

 Monumento en el parque Casino Campestre 
 Camagüey 
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A pesar de haber sido dos veces presidente de la República de Cuba en Armas, luchado en las dos guerras de independencia y representado su provincia en el senado republicano, a este ilustre camagüeyano, Salvador Cisneros Betancourt, no le han dedicado extensas biografías y atención como a otros patriotas. El Marqués nos impresiona y nos enorgullece por su heroísmo, sacrificios y virtudes. Abandonó riquezas, bienestar, privilegios y a su familia en la lucha por la libertad de su patria. Nació en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey, el 10 de febrero de 1828 en el seno de una familia noble y muy rica. Su familia era una de las más acaudaladas de Cuba siendo propietarios de muchos esclavos, fincas, colonias de caña e ingenios azucareros.

Salvador Cisneros Betancourt fue el único hijo varón de los dos matrimonios de su padre, José Agustín Cisneros, marqués de Santa Lucía. Heredó don José Agustín el título de marqués de un tío, el Presbítero Agustín Cisneros, y se lo legó a su hijo Salvador. La primera esposa de su padre fue Catalina Betancourt y Betancourt y tuvieron tres hijas, Francisca Javiera, María del Carmen y Ciriana Eusebia. Al enviudar su padre se casó con Ángeles, hermana de su primera esposa, y nacieron Salvador, Águeda y María Caridad. Viudo por segunda vez, el padre sostuvo relaciones no legalizadas con Francisca Hernández Llanes, con la que tuvo dos hijos más, Félix e Isabel, quienes fallecieron en la infancia.

Muy joven Salvador Cisneros fue enviado a estudiar a Filadelfia, Estados Unidos por unos cinco años. Estudió ingeniería y aprendió a vivir en libertad en una democracia. Al regresar a Puerto Príncipe en 1846 a la edad de 18 años se enteró que su familia quería que se casara con Micaela Betancourt y Recio, hija de su tío Gaspar. Se rebeló contra esos planes pero en una visita a una finca vio a su prima Micaela, que tenía solamente 16 años. Como él mismo confesó años después, Micaela tenía “atractivos por su hermosura y candor, y no pudo por menos atraerme. No le fui indiferente, y en una hoja de naranja le hice mi declaración, a la que correspondió.”

Los primos se casaron el 12 de diciembre de 1850. Tuvieron siete hijos, José Agustín, Carmen, María Ángela, Gaspar Alonso, Ángela Gregoria, Clemencia Catalina y Clemencia Irene.

Desde muy temprano Cisneros Betancourt se opuso al abuso del colonialismo español y a la opresión que sufrían los cubanos. La falta de derechos de los nacidos en Cuba y la forma arrogante y despótica de gobernar a los cubanos hizo que Salvador se uniera muy pronto a los separatistas.

Según su propio testimonio estuvo involucrado en la conspiración de Joaquín de Agüero y Agüero en 1851, que terminó con el fusilamiento de Agüero y otros patriotas camagüeyanos. Tenía 23 años y unos cinco meses de casado cuando fue arrestado en su casa el 4 de mayo de 1851, encarcelado, enviado al Morro de La Habana y deportado. Al llegar a España se fue a los Estados Unidos y a pesar del peligro regresó a Puerto Príncipe. 

Fue electo alcalde de Puerto Príncipe, cargo que desempeñó con gran honestidad. Siendo rico fue generoso con todas las obras de caridad de su ciudad natal, lo que aumentó la admiración que todos le tenían. Fundó el Cuerpo de Honrados Bomberos de Puerto Príncipe y fue su comandante. Prestó servicios gratuitos de bombero hasta la época republicana. Fue presidente de la Sociedad Filarmónica de su ciudad natal, más tarde llamada Sociedad Liceo. Su espíritu progresista y emprendedor hizo que participara en las ferias ganaderas y agropecuarias. Cisneros donó los terrenos de esas ferias a Puerto Príncipe, que fueron destinados a un parque de recreo, hoy conocido como Casino Campestre. Parte de este extenso terreno fue cedido a sociedades de recreo y allí eventualmente se instalaron el Club Atlético Bernabé de Varona, el Camagüey Tennis Club y la Sociedad Maceo. De joven yo participé en actividades deportivas y eventos sociales en estos dos primeros clubes. La Sociedad Maceo se usó para personas de color. Gracias al Marqués los camagüeyanos del exilio disfrutamos de niños o de jóvenes de este enorme parque en el medio de la ciudad y los que hoy viven en Camagüey tienen para su uso uno de los parques más grandes de toda Cuba, sino el mayor.

En junio de 1866 se organizó en Puerto Príncipe una Junta Revolucionaria compuesta por el Marqués y por Manuel Ramón Silva, Carlos de Varona Torres y otros prestigiosos principeños. Al año siguiente, constituyó con Eduardo Arteaga, la logia masónica Tínima para poder conspirar contra España. Al enterarse que en Bayamo también se preparaba una revolución, Salvador Cisneros Betancourt y Carlos de Varona fueron seleccionados para reunirse con los bayameses. En la reunión los orientales le informaron su intención de levantarse en armas el 3 de agosto de 1868. El Marqués, junto con Agusto Arango, fue seleccionado para una segunda reunión con los orientales. Hizo un viaje a caballo hasta las Tunas y de ahí a San Miguel donde se reunió con Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y Pedro Figueredo. En esta reunión acordaron en aplazar la revolución hasta 1869. Salvador Cisneros partió para La Habana para informar, entre otros, a Antonio Zambrana y al conde de Pozos Dulces. 

Trabajando en La Habana para regar la semilla de la rebeldía, lo sorprendió el alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 en Yara. Regresó inmediatamente a Puerto Príncipe para apoyar al movimiento de independencia en Oriente. Salvador Cisneros al frente de 72 patriotas camagüeyanos se alzó el 4 de noviembre de 1868 en las márgenes del río Las Clavellinas. Ignacio Agramonte y sus amigos habaneros, como Zambrana, Sanguily y Luis Victoriano Betancourt, se unieron a los insurrectos. Algunos camagüeyanos insistieron en gestiones conciliatorias con España en una reunión en Las Minas el 26 y 27 de noviembre. Ignacio Agramonte exhortó a los patriotas a arrancarle a España, mediante la guerra, la libertad de Cuba. Salvador Cisneros también pidió por la continuación de la guerra para no permitir que los españoles concentraran todo su ejército contra los patriotas orientales.

El Marqués participó en abril de 1869 en la elaboración de la Constitución de Guáimaro y fue nombrado presidente de la Cámara de Representantes. La Constitución creó un gobierno republicano y democrático con la subordinación del poder militar a la autoridad civil. Ahí fue elegido Carlos Manuel de Céspedes presidente de la República en Armas. El Marqués participó en numerosos combates con mucha valentía y serenidad.

Al ser depuesto Carlos Manuel de Céspedes, Salvador Cisneros Betancourt fue nombrado presidente de la República en Armas el 27 de octubre de 1873, cargo que desempeñó hasta el 28 de junio de 1875. Este patriota es el único camagüeyano que ha alcanzado la presidencia de Cuba.

Como otros patriotas de la Guerra de los Diez Años, Salvador Cisneros Betancourt perdió toda su fortuna. Su extensa familia sufrió inmensamente en la guerra. Su esposa Micaela con sus hijos y muchos familiares abandonaron sus lujosas casas y comodidades y partieron a la manigua. El Marqués recordó de esta época tan difícil escribiendo “Mi familia vivía constantemente amenazada e intranquila…” Explicó “en noviembre de 1869 éramos 25 de familia…todos estaban enfermos a excepción de Micaela, mi esposa y Carmita mi hija justamente en esa misma época murieron ambas, las únicas que estaban saludables.” Su familia anduvo errante, vistiendo harapos, huyendo del ejército español y sufriendo indecibles privaciones. A la muerte de su esposa, sus hijos Gaspar, Ángela y Clemencia quedaron al cuidado de su suegra y cuñada hasta que en 1870 los adultos regresaron a la ciudad. El Marqués envió a sus hijos a la finca Hato Viejo. Por falta de alimentos su pequeña hija Clemencia murió en esa finca. Entonces el Marqués envió a su hijo Gaspar a Nueva York y a su hija Ángela a Puerto Príncipe.

A pesar de las muertes en su familia y la sangre derramada en diez años de guerra, el Marqués se opuso energicamente al pacto del Zanjón que puso fin a la Guerra de los Diez Años.

El Marqués partió hacia el exilio en Nueva York donde continuó laborando por la independencia de Cuba. En esa ciudad, viviendo en la pobreza, vendía tabacos y cigarros en un pequeño puesto para ganarse la vida.

Cuando comenzó otra vez la guerra de 1895 liderada por José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, el Marqués con 67 años volvió a pelear en la manigua. Después de la muerte de José Martí, el 19 de mayo de 1895, el Marqués fue nombrado por segunda vez presidente de la República en Armas. Desempeñó ese cargo del 13 de septiembre de 1895 al 13 de septiembre de 1897. Estuvo presente de presidente de la República en Armas cuando se redactó la Constitución en Jimaguayú. Dedicó sus esfuerzos a la formación efectiva de un gobierno civil y luchó contra la anarquía que había causado el fracaso de la Guerra de los Diez Años. Con la intervención de los Estados Unidos y secundados por el ejército mambí, España fue derrotada en 1898.

El Marqués, siendo un patriota y nacionalista, se preocupó mucho por la soberanía de Cuba. Durante la intervención de los Estados Unidos fue electo por Camagüey como delegado a la Convención Constituyente donde participó en la preparación de la primera constitución de la república. Se opuso energicamente a la Enmienda Platt diciendo “…se va en oposición de su independencia absoluta…Cuba, aún cuando le pese a alguno, tendrá su soberanía y su independencia absoluta, cumpliéndose el juramento de independencia o muerte…” Pero por un voto de 15 a 14 de los cubanos de la Asamblea incluyeron en la Constitución de 1901 la Enmienda Platt que le daba a los Estados Unidos el derecho de intervenir en los asuntos internos de Cuba. Esto se debió a la amenaza de los Estados Unidos a prolongar su intervención militar en Cuba al no ser que esta enmienda fuera incluida en la nueva constitución cubana. No sería hasta el año 1934 que Franklin Delano Roosevelt la abolió y Cuba obtuvo su soberanía completa.

Al inicio de la república, el 20 de mayo de 1902, el Marqués fue electo por su provincia de Camagüey senador sin pertenecer a ninguno de los partidos políticos. El fracaso de la república y la segunda ocupación de Estados Unidos llevó al Marqués a fundar la Junta Patriótica para agrupar a cubanos y salvar la República.

Un año antes de morir creó el Comité Pro-Abolición de la Enmienda Platt. Salvador Cisneros Betancourt fue unos de los camagüeyanos más ilustres y generosos de nuestra historia. Vivió con honor y hasta el último momento, a edad muy avanzada, defendió enérgicamente la soberanía y los intereses sagrados de la patria. Murió en La Habana el 28 de febrero de 1914, a la edad de 86 años. Dejó parte de su fortuna al Consejo Territorial de Veteranos de Camagüey y a otras obras benéficas. Su ciudad nombró una calle y un colegio en su honor y la República de Cuba imprimió un billete de 500 pesos del Banco Nacional de Cuba con su imagen. Fue un patriota de gran integridad y honestidad y es orgullo de todos los camagüeyanos.

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Frank de Varona is an educator, historian, journalist, and internationally known expert on politics, economics, foreign affairs and national security issues. He was born in Cuba and, at the age of 17, he participated on the Bay of Pigs invasion in an effort to eradicate communism in Cuba. After spending two years in prison, he returned to the United States, where he earned three college degrees. He is married and has a daughter and a grandson.
Mr. de Varona had a 36-year career in the Miami-Dade County Public Schools as a social studies teacher, principal, region superintendent, and associate superintendent of instruction. He also was an associate professor of social studies in the College of Education at Florida International Education for seven years. Currently, he is a part-time Adult Education Coordinator in the Miami-Dade County Public Schools.
He has written 20 books and many articles in newspapers and magazines. Among his books are Hispanics in U.S. History Volume 1 and Volume 2 (1989), Hispanic Presence in the United States (1993), Latino Literacy: The Complete Guide to Our Hispanic History and Culture (1996) and Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario (2013). Mr. de Varona is the only Hispanic in the nation who has written three books in Spanish about Barack Obama: ¿Obama o McCain? (2008), El verdadero Obama (2010) and ¿Obama o Romney? (2012).

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