El Cristo (un poema de Rodrigo de la Luz)

Foto/Blog Gaspar, El Lugareño (por Rodrigo de la Luz)

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EL CRISTO…

Yo no fui
era él,
quien tocaba tú puerta.

Era él
con mi rostro
detrás de una careta.

Era él tras un muro
dando la espalda al viento.
De espaldas a su historia,
a su infinito ciclo.

Era él aunque yo
Era quien lo sentía.

Reconocí su capa
ante el espejo.
Palpe el dolor
que a ciegas le dejaste.

Yo no fui:
El ajedrez movia su jugada;
La más inxperta,
La más virulenta y difusa.

Era él.
Convertido en moneda,
en fusil, en metralla,
en billete, en anillo.
En bala, en dados
en carta, en brujula.
En cuerno, en mapa,
en sombra, en luz.

… Con la mano agrietada,
con la mano extendida.

Era él,
que a su vez
era yo en su dolor.
Desandando el reloj,
buscando tercamente
al crucifijo;
buscándome a mi mismo.

Era él,
con mi sangre
en las azules venas.

Saliendo desde el circulo,
extrapolándose como una idea.

Era él,
yo lo vi
y sentí el latigazo de su suerte.

Era él,
Yo viaje con su voz
Con su peinado.
Yo viaje a la montaña
con sus piernas.

Era él,
!que sutil puñalada!
te llamó a puro grito, apresurado
y no encuentro sino el silencio
de tús pasos.

Yo no era, era él.
Se marchó a lo profundo
persiguiendo a su estrella
que volaba entre ramas.

Era él y en el viento
se esfumo en un bostezo.


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