Sunday, January 7, 2024

El Royal Danish Ballet y su Escuela de Ballet (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.



August Bournonville (1805-1879) es el fundador del Royal Danish Ballet. Nació en Copenhage y se formó en la tradición dancística francesa con su padre y en la italiana junto a Vincenzo Galeotti, que enseñó en Copenhage entre 1775 y 1816.

Bournonville se desarrolló como un elegante bailarín de demi-caracter, liviano, ágil y con gran facilidad para la mímica. Durante la década de 1820 continuó sus estudios en París, núcleo del ballet durante el S XIX, bailando en la Ópera de Paris. Llevó el estilo refinado y grácil de la Escuela Francesa a Dinamarca, preservando ese estilo luego de que se diluyera en Francia.


Bournonville fundó la tradición del bailarín danés, con un alto nivel técnico, llevando al Royal Danish Ballet a niveles internacionales, proveyéndolo de una identidad nacional que lo diferencia hasta hoy en día, como una característica única y distintiva.

Salvo breves interrupciones, Bournonville se desempeñó como maestro de ballet en Cophenage entre 1830 y 1877. Creó alrededor de 50 ballets y numerosos divertimentos, muchos de los cuales todavía se representan. Esta prolífica producción convierte al Royal Danish Ballet en la compañía con mayor cantidad de ballet románticos en el mundo. Además de “La Sílfide” (1836), encontramos ballets como “Napoli” (1842), “Le Conservatoire” (1849), “A Folk Tale” (1854) y “Festival de Flores en Genzano” (1854).

Con una fuerte base en la tradición cultural danesa de la época, Bournonville sostuvo que el arte debería ser positivo, su propósito era elevarnos y convertirnos en seres armoniosos. Esta armonía la encontramos en las historias, en su estilo y en su delicada sincronización musical.  


La Escuela de Ballet del Royal Danish Ballet se remonta a 1771 y junto con la Escuela de la Ópera de París y la Escuela de Ballet de San Petersburgo está entre las más antiguas del mundo. De esta escuela han emergido grandes bailarines reconocidos internacionalmente, como Lucile Grahn, la primera intérprete de “La Sílfide” de Bournonville, Erik Bruhn, Peter Schaufuss, Nikolaj Hübbe y Thomas Lund entre otros.

La Escuela, además de brindar la formación en danza, ofrece la escolarización obligatoria en el mismo espacio. Actualmente cuenta con unos 120 alumnos aproximadamente, de 6 a 18 años de edad. Durante su conformación como bailarines, los estudiantes tienen la oportunidad de participar de experiencias escénicas que los enriquece, complementando su formación.


El Royal Danish Ballet, durante el SXX, evolucionó hasta convertirse en una compañía moderna que representa obras de coreógrafos daneses, como Harald Lander (“Etudes”, 1948) y Flemming Flindt (“The Lesson”, 1963), y de importantes coreógrafos internacionales, como Jiri Kylian y John Neumeier. Luego del Ballet de la Ópera de Paris, el Royal Danish Ballet es quién, en Europa, tiene en su repertorio más obras de G. Balanchine. Desde ya que la Compañía también tiene en su repertorio a los grandes “clásicos” del ballet como “Giselle”, “El lago de los cisnes”, “El cascanueces”, “La bella durmiente”, etc.






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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Friday, January 5, 2024

"Cinthya". Fragmento de "Un mariachi viejo. Una historia de amor". (Novela inédita de Félix Luis Viera)


Cinthya


Se ilusionó con que le diéramos al sexo solo cuando ya estuviéramos “estables”, “reconocidos como una pareja que vive bajo el mismo techo”. Yo creí que así podría ser. Pero el sabor, intenso, a vinagre de su saliva durante ese beso largo, me lanzó, sin regreso, adonde la libido.

Hasta ahora ella tendría por seguro que mi raciocinio y mi pasión, parte y parte, continuarían paseándonos por ese caminillo de perla y remanso, especie de castidad... ¿Cómo argumentarle que hasta unos minutos antes me encontraba en ese bache personal de lirismo privativo de la libídine? ¿Cómo convencerla de que, inesperadamente, el sabor avinagrado de su aliento me había prendido de extremo a extremo? Pensé en explicarle, pero sería tarea ardua, y, de cualquier manera, seguramente no me creería...

Callados, recorremos la cuadra y pico desde el frente de Lotería Nacional hasta el cruce con la calle del fondo.

En varias ocasiones he andado por esta cuadra y siempre la he visto desolada, sea día o noche. Ahora también. Silencio absoluto. Retumba el eco de nuestros pasos. Sobre todo, el taconear de ella.

Se siente aun más frío que hace un rato. Lo comento con ella a punto de cruzar la calle. Ella no dice nada.

Ya en la acera opuesta me pide que nos detengamos; lo hago, se sitúa de frente a mí y sin decir palabra, sube a todo dar la cremallera y el cuello de mi chamarra.

Pasamos la puerta y cruzamos la explanada —con ínfulas de estacionamiento, mas ni siquiera tiene marcadas las casillas; solo unas franjas blancas confusas en el pavimento—; hay varios automóviles que guardan un orden caótico.

Ya junto a la puerta, le pido detenernos. Hago que quedemos cara a cara. El negror de sus ojos fulgura con un halo de luz que entra en diagonal. (Esto suele ocurrir en las novelas; pero también en la vida real). Se frota las manos entre sí y me dedica una sonrisa neutral; como aquella de cuando nos conocimos o estábamos a punto de conocernos, allá en las oficinas del Seguro Social. La atraigo y deja su cabeza contra mi pecho, durante quizá treinta o cuarenta segundos, cuando la aparto suavemente y la sitúo de nuevo frente a mí. “Sí, hace más frío ahora”, murmura, y se me encima y, rápido, me besa en la mejilla. He percibido su voz quizá más húmeda que otras veces. “¿Mejor lo dejamos para otro día?”, le pregunto tomándola, leve, por los hombros. Me mira fijamente, luego hacia el cielo de la noche, después hacia el pavimento oscuro de la noche. “No, vamos ahora. Adelante”, y de nuevo aquella sonrisa neutra.





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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

La minifalda (por Alberto Cortez)

 

Thursday, January 4, 2024

Totalmente me cautivó (por Joaquín Estrada-Montalván)


Al llegar a la Universidad de Oriente, septiembre de 1986, tuve una novia maravillosa: flaca, más alta que yo (como la mayoría de mis novias), cantaba (y canta) precioso, una sonrisa que me enloqueció, tono seductor el de su voz, con el que me compartía sus historias, como si de novelas se tratara, totalmente me cautivó.

No duró en el tiempo ese noviazgo. En octubre, luego de un mes y unos días de ennoviarnos, en uno de los campos deportivos de la universidad, noté que se acercaban unas muchachas bellas, para lucirme (como si pavo real fuese), se me ocurrió guindarme de la portería de balonmano para hacer barras, aquello se vino abajo, me despachurró el deo gordo y el del lao, de un pie, pa Camagüey dos meses pa salvarles

Luego de asistir a un concierto de Rhodas en el Principal, fines de noviembre o inicios de diciembre, mi mamá me mandó de regreso pa Santiago. Mi novia alta, esbelta y cantora, ya no era mi novia. Le recuerdo de manera bonita, como bonita ella es. (JEM)

Wednesday, January 3, 2024

"Sr. Ricardo Avila. Activo e inteligente representante de Bohemia en Camagüey." (Bohemia. Octubre 1916)

"Cinthya". Fragmento de "Un mariachi viejo. Una historia de amor". (Novela inédita de Félix Luis Viera)



Cinthya

Si ella no tiene guardia en el hospital ni yo trabajo de noche en el periódico, a veces nos vamos hacia uno de esos intervalos seráficos, nocturnales que suelen hallarse en las ciudades abarrotadas.

La explanada en el frente del edificio de la Lotería Nacional, posee ese encanto que produce en los exteriores la armonía entre las partes. En este caso las bancas y sus colores de barnizado; las escalinatas; los arbustos podados y las palmeras chaparras que marcan la acera; el donaire del edificio mismo con su columna central elevada como un dedo inmenso en busca del firmamento; el cementado claro y algo rugoso del suelo, que por esa razón, en las noches de luna, parece fulgir un poquito; y en general el blancor del entorno, en una ciudad donde tanto abundan los tonos grises; agregado que el nudo de vías que se cruzan enfrente y en diagonales —en primer plano avenida Paseo de la Reforma—, permite un tramo despoblado de edificaciones ideal para observar el espacio abierto cielo arriba en la noche —a veces es posible ver estrellas.


Soy de esos hombres a los que puede sucederles en ciertos episodios con mujeres, que un intenso y largo período de ternura les anule la carnalidad. Es decir, uno queda como en el éxtasis, el alelí, el pajarillo.

Alguien podría pensar que Cinthya, por su físico, sería la menos indicada para llevarme hasta lo dicho. Sin embargo, sobre todo por esa sonrisa que al parecer ahora mismo se expandirá por varios caminos —asoma levemente su dentadura simétrica, deslumbrante, tensos a medias sus labios sin rouge y con ellos las ranuras remarcadas, proporcionadas entre sí—, el refregar tenue de sus mejillas en mí o contra mí siempre que le resulta posible... hacen su trabajo para enviarme adonde el arrullo, tapiar mis instintos.

Y se agrega el dato ya reiterado: el timbre ligeramente pastoso de su voz, afinada justo, húmeda a veces.

Y sus pestañas interminables y jamás tocadas por los cosméticos inventados por los hombres para alterar el curso del vivir.

Ella pensaría que mi aplazamiento en pedirle el sexo sería la respuesta a su proposición, desde los principios, de realizarlo cuando viviésemos juntos. “Aunque todavía no casados, pero por lo menos viviendo juntos”, había dicho, pronunciando, mirándome dulcemente.

Así, estalló el pasmo en el negror de sus ojos cuando esa tarde-noche, apenas unos minutos después de habernos sentado en una de las bancas en el atrio de Lotería Nacional, un beso largo que me supo a vinagre y que latió en mis vísceras, mi entraña, campaneó en mi pene, me envió a decirle: Ya es la hora, Cinthya, vamos.

—¿Pero adónde?— sin abandonar la expresión de asombro.

—A un hotel questacatrá —le respondí mientras con un gesto de cabeza indiqué en dirección a la retaguardia de Lotería Nacional.





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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

Tuesday, January 2, 2024

En el 115 aniversario del fallecimiento de Marta Abreu (por Teresa Fernández Soneira)



El 13 de noviembre de 1845 nace Marta de los Ángeles Abreu Arencibia en la ciudad de Santa Clara. Allí disfrutaron Marta, sus hermanas y sus padres una vida placida hasta que un día llegan noticias a Santa Clara del alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes y sus seguidores. Al año siguiente la insurrección se había ya extendido a Camagüey, y en la finca Dos Hermanas, propiedad de los Abreu, el padre de Marta declara hombres libres a todos los esclavos que se sumen a la guerra. Desde entonces, Marta se une a la causa de la libertad de Cuba y está al tanto de todos los acontecimientos. Viendo que la situación empeoraba y que sería un largo camino, el padre de Marta empieza a planificar el traslado de la familia para La Habana y adquiere la casa número 72 del Paseo del Prado. Realiza una fiesta de inauguración a la que asiste el licenciado Luis Estévez Romero, abogado matancero que tiene su bufete en La Habana. Es allí en aquella fiesta cuando Estévez conoce a Marta y se siente atraído por ella. La comienza a visitar y Marta encuentra en Estévez el compañero que ansía. En 1874 Marta y Luis contraen matrimonio y a los 12 meses les nace Pedro, el hijo fruto de su amor. Luego tendrían una niña que fallecería pocos días después de nacer.

Casa natal de Marta Abreu en Santa Clara
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Cuando en 1876 fallece el padre de las Abreu y meses más tarde fallece la madre, la fortuna es distribuida entre las tres hermanas lo que facilita a que Marta pueda llevar a cabo la labor social, educativa y cultural que siempre ha deseado para su provincia. Establece escuelas, un asilo para ancianos, una planta eléctrica, la estación de bomberos y policía, un dispensario para enfermos pobres, y muchas otras obras sociales. El 8 de septiembre de 1885, festividad de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Marta obsequia a Santa Clara con la institución cultural más importante de ese siglo en aquella ciudad: el teatro La Caridad. Los fondos provenientes de las funciones que se llevaban a cabo en el teatro eran utilizados a partes iguales entre las diferentes obras benéficas que Marta había instituido.

En 1894 el ayuntamiento de Santa Clara presenta una moción para que se le conceda a Marta Abreu un título de Castilla con la denominación de condesa de Villaclara, pero Marta se opone a esta distinción. No accede por su modestia y por su patriotismo. Marta no quiere ser condesa de Castilla; ella es cubana cien por cien y sólo quiere ser benefactora de Santa Clara sin que España tenga nada que ver en eso.


La Guerra de Independencia

“Mi última peseta es para la Revolución, 
y si hace falta más y se me acaba mi dinero,
 venderé mis propiedades […] y si eso todo
 fuese poco, nos iríamos nosotros a pedir
 limosna […], porque lo haríamos por la
 libertad de Cuba”. Marta Abreu

Al estallar la Guerra de Independencia, Marta y Luis se exilian a París. Para allá también se ha ido parte de la crema y nata de la sociedad cubana de la época: los azucareros, los cafetaleros, los hacendados y terratenientes. En las tertulias parisinas Marta conversa con las personalidades que impulsan esta guerra desde el exterior y pide el apoyo de la aristocracia cubana. Envía cables a Estrada Palma con el seudónimo de “Ignacio Agramonte” para que se mantenga su nombre en el anonimato. Está al día sobre los progresos de la guerra y hace donaciones sin que se sepa que es ella la benefactora. Indaga sobre cuánto costaría alistar a un ejército, y sin pensarlo dos veces envía la cantidad 240,000 pesos, cuantiosa suma para aquella época y que hoy significaría millones de dólares. Se reúne con el líder puertorriqueño Ramón Emeterio Betances, con el hijo de Carlos Manuel de Céspedes quienes residen también en la capital francesa. También habla con Figarola-Caneda, Mestre Amábile, los Terry y otros más. Se preocupa por dar a conocer su país a los franceses, y logra establecer en la Sorbona una sala dedicada a la cultura cubana.

Marta también envía dinero para socorrer a los cubanos confinados en Ceuta, Chafarinas, Fernando Poo y otras prisiones de la Península. Hace obras de caridad, como cuando ayuda a la poeta Mercedes Matamoros a publicar sus obras para que esta pueda sostenerse económicamente con el dinero de la venta de los libros. Apoya a la patriota Manuela Cancino quien había quedado viuda con una niña al terminar la guerra, y Manuela agradecida le escribe un poema del que reproducimos unos versos: “¡Villaclara feliz, tierra dichosa! / Mi corazón el parabién te envía, / nació en tu seno la mujer hermosa/ orgullo noble de la patria mía”.

Al concluir la guerra, los esposos Estévez regresan a Cuba libre. Aunque sólo unos pocos saben de su llegada, pronto empieza a correr la noticia del arribo del matrimonio y Santa Clara se engalana para recibirlos con honores y agasajos. Marta desea continuar la tarea inacabada antes de su partida a París, así como la que demanda que la ciudad requiere por los estragos producidos por la guerra. Tiene que reconstruir y fabricar; ayudar a los huérfanos; aliviar a las viudas y a los pobres. También debe proseguir con su labor filantrópica y patriótica porque ella dice que hay que despertar en el cubano su amor por las artes y la cultura.

Primera bandera cubana izada 
en el Teatro la Caridad de Santa Clara, 
que había mandado a construir Marta,
 y que ondeó el 31 de diciembre de 1898.
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Pero el matrimonio no podría disfrutar mucho de Santa Clara ya que el Dr. Estévez es nombrado para desempeñar el cargo de secretario de Justicia bajo la Administración norteamericana de ocupación por lo que tendrán que trasladarse para La Habana. Marta desea estar en su ciudad querida, pero se ve en una disyuntiva. Sin embargo, no vacila, pues su corazón y su patriotismo la llevan a la resignación y supedita sus deseos por los del servicio a la patria. Después vendría otra prueba. Dice el etnólogo y periodista Fernando Ortiz que, “A propósito de la designación de candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia de la República, el nombre de Luis Estévez y Romero se balanceó en la cresta de la ola”. Marta estaba nuevamente en el umbral, siempre dispuesta a subordinarlo todo por la necesidad histórica. Estévez aceptaría la designación para la vicepresidencia de la República junto con Tomás Estrada Palma como presidente por lo que los sueños de Marta tendrían que aguardar una vez más.

En 1905 Estévez renuncia a la vicepresidencia y el matrimonio se retira a su hogar en Cruces. Parece que por fin ha llegado la hora de que Marta pueda satisfacer sus aspiraciones. En la tranquilidad y la paz del hogar Marta vuelve a dedicarse, incansable, a sus tareas habituales: la casa, la cultura, la beneficencia.

Adiós a Cuba

Pocos años más tarde Marta y Luis emprendían viaje a Europa. Los motivos no constan en ninguna parte, y no hay certeza ni autenticidad de las razones que los hizo dejar Cuba. En Francia no cesa de recibir cartas de Santa Clara con pedidos y relatos de desgracias. “Estoy pasando mesadas a varias familias que se han quedado en la calle, y pagando colegios a niñas que me han recomendado y a otras que han quedado desamparadas”, dice Marta en una carta.

Pero la patriota tiene problemas de salud. En los últimos días de diciembre del 1908 es sometida a una cirugía, y debido a complicaciones, muere el 2 de enero de 1909. A Santa Clara llegan las noticias de su deceso y es tanta la devoción que tiene su pueblo por ella, que se declara duelo nacional por nueve días y los edificios públicos se visten de cortinas negras. Más de 100 periódicos reseñan el suceso. Los funerales se llevan a cabo el 4 de enero en la iglesia de San Felipe de París y ese mismo día la entierran en el cementerio de Montmartre.

Luis Estévez queda totalmente desconsolado. Su compañera de 35 años lo ha dejado solo y triste; ha sido un gran golpe. Ni los nietos, ni el hijo, ni los cuñados logran hacerlo salir de su profunda depresión. Al mes y dos días después del fallecimiento de Marta, Luis Estévez Romero se quita la vida. Triste y trágico final para una pareja que tanto sacrificó y luchó por una Cuba mejor. Años más tarde, el 20 de febrero de 1920, los restos de Marta y de Luis fueron exhumados y trasladados a La Habana en el vapor Flandes para ser sepultados en el panteón de la familia Abreu-Arencibia en el Cementerio de Colón.

Pudiendo haber vivido cómoda y tranquilamente en Francia al margen de lo que pasaba en su país, o disfrutando de su hogar en la amada Santa Clara, Marta, sin embargo, decidió sacrificar parte de su comodidad y ofrecer una porción considerable de sus cofres en beneficio de la patria. Supeditó sus deseos a la necesidad que Cuba tenía entonces. Sus contribuciones a la vida civil fueron vistas por todos como un compromiso público que contribuyó a la causa de la democracia de la nueva nación. Su cubanía, su bondad y su grandeza de espíritu hicieron que se ganara el título de ‘La Gran Benefactora’.

Monumento en bronce 
a la patriota Marta Abreu Arencibia, 
en el Parque Vidal de Santa Clara.
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A Marta Abreu hacemos hoy homenaje en el 115 aniversario de su fallecimiento, agradecidos por su entrega y su dedicación a Cuba y a su amada Santa Clara. Descanse en paz la Gran Benefactora.




El legado de Marta Abreu Arencibia


◼ El Teatro La Caridad (8 de septiembre de 1885).

◼ Colegio San Pedro Nolasco (31 de enero de 1882).

◼ Asilo de Ancianos San Pedro y Santa Rosalía.

◼ Obelisco dedicado a los sacerdotes Juan Martín de Concedo y Francisco Antonio Hurtado de Mendoza (15 de julio de 1886).

◼ Dispensario El Amparo para niños pobres enfermos y sus familias (1 marzo 1897).

◼ Escuela La Trinidad para niños negros.

◼ Escuela El Gran Cervantes para niños negros.

◼ Escuela El Buen Viaje.

◼ Reforma la Ermita del Buenviaje de los Padres Pasionistas.

◼ Escuela Santa Rosalía.

◼ Casa de Bomberos (1886).

◼ Escuela municipal Concedo (1886).

◼ Cuerpo de Policía de Santa Clara (1886).

◼ Construcción de cuatro lavaderos públicos: La Pastora, El Carmen, del Puente y el Condado. (18 mayo 1887).

◼ Estación meteorológica de Santa Clara, incluyendo todos sus instrumentos y equipamiento técnico (1889).

◼ Planta eléctrica para el alumbrado público de la ciudad de Santa Clara (1 de marzo de 1895).

◼ Estación de Trenes de Santa Clara.

◼ Erección del Puente sobre el Paso del Minero en Santa Clara.

◼ Instrumentos para la Banda de Música del Cuerpo de Bomberos (1899).

◼ Donación de una bóveda para los pobres en el Cementerio de Santa Clara.

◼ Contribuyó a la reparación del camino a Camajuaní.

◼ Contribuyó a las reformas que se hicieron a las iglesias del Buen Viaje y la de Encrucijada.

◼ Reconstrucción de los hospitales de San Lázaro y San Juan de Dios.

◼ Mecenas de artistas, intelectuales y hombres de ciencia como los doctores Carlos de la Torre (científico), Julio Jover Anido (astrónomo) y Manuel Velasco (médico).

◼ Quince envíos de remesas para la independencia de Cuba equivalentes a más de 240,000 dólares.




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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas. En el verano del 2022 publicó La Bella Cubana, rostros de mujeres en la Cuba del siglo XIX (Alexandria Library Pub. House, Miami) que recoge 150 daguerrotipos del siglo XIX de mujeres cubanas de todas las edades y razas, acompañados de poemas de la época. Es un homenaje a la mujer cubana de todos los tiempos.

Monday, January 1, 2024

"Maestro," un film incompleto (por Baltasar Santiago Martín)


He visto Maestro, y el guion se ha quedado por debajo de mis expectativas, no así la actuación de Bradley Cooper, que considero digna de un Oscar 2024 (no he visto aún Napoleón ni Oppenheimer). Falta, a mi juicio, el haber destacado la obra de Bernstein por sobre su vida privada.

El hombre que compuso la música para seis musicales de Broadway y dirigió la orquesta del Teatro Alla Scala de Milán, nada menos que para la antológica Medea, de Cherubini, por Maria Callas, en 1953 –sin haber dirigido nunca antes una ópera (fue la propia Maria la que lo propuso para ello)–, además de para La Sonnambula, de Bellini, en 1955, también con Callas, merecía un film que no rompiera el equilibrio que sí logró en su vida entre "Vivir y crear", como reza El Kybalión de Hermes Trimegisto. Bernstein vivió y creó, y esto último con creces.

Leonard Bernstein, como director de orquesta
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El film insiste demasiado en su bisexualidad, en su intensa vida erótica con hombres (que no "amorosa") y en su complicada relación de amor con Felicia Montealegre, por lo que no hace justicia a su legado como febril creador y su pasión por llevar la musica clásica a los jovenes, lo que se menciona solo de pasada.

He aprendido más sobre su obra como director de orquesta y compositor gracias a Google que viendo Maestro, lo que es la principal debilidad del film.

Menos mal que el Bradley director y guionista no incluyó una escena del Bradley actor teniendo sexo con un hombre y mostrando las nalgas, como es la tendencia actual en las series de Netflix, sobre todo las de la Madre Patria, en las que hemos visto hasta las de Juan Carlos cuando era monarca y amante de Bárbara Rey.

A mí me hubiera gustado más enterarme de su amistad con Maria Callas, a raíz de esa Medea de 1953, gracias al film que por Google, y esa escena de la disco bailando con su joven discípulo "orquestal" de modo explícitamente erótico me pareció de un mal gusto exquisito, máxime cuando en el film acaba de morir su Felicia víctima del cáncer.

No objeto el Oscar para Cooper como actor ni para Carey Mulligan como la actriz que se "apoderó" de Felicia Montealegre, pero sí para el guionista y director, sobre todo guionista.

El sexo es como la sal en la comida, que le da sabor pero que en exceso la echa a perder, y Bradley, en su Maestro, hace énfasis en "la sal" y no en lo variado del menú que indudablemente ofreció –y nos sigue ofreciendo– el inmenso Bernstein en su "restaurante" musical.

Hialeah, 29 de diciembre de 2023


Bradley Cooper como 
Leonard Bernstein joven
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Bradley Cooper como 
Leonard Bernstein mayor
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Carey Mulligan como 
Felicia Montealegre
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Maria Callas, en Medea
con Leonard Bernstein, Milán (1953)
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Maria Callas con Leonard Bernstein 
años después (¿en París, 1975?).

Fin del año (por el Pbro. Emilio de los Santos Fuentes y Betancourt. Año 1877)


Al llegar al último día de diciembre no puede uno menos de pararse, tirar una línea por debajo del último minuto y sumar. "La cantidad que arroja esa operación puede ser cualquiera de estas tres: un año, doce meses o trescicntos sesenta y cinco días." Esa cantidad puede anotarse o entre las ganancias o entre las pérdidas, "El tiempo es una de las cosas que mas facilmente se gana y se pierde." (José Selgas y Carrasco.- "Nuevas Páginas. - Año Nuevo, 2.") El tiempo, en su precipitada e inevitable carrera, se dispone a echarnos, con su potente brazo, del año que hoy concluye, relegando a la eternidad la serie que acaba, y eslabonando toda esta sucesión que fué presente con lo pasado. Y al hacer esto, imperiosamente nos arroja a un porvenir que no conocemos, pero que nos consta ciertamente llegará a ser también, a su vez, indefectible pasado. La humanidad entera, llevando a cuestas el ponderoso y despreciable fardo de sus deméritos y el beneficioso y apreciabilísimo tesoro de sus merecimientos, sin poder resistir a su inquebrantable poderío, pasa presurosa los umbrales del tiempo que deja , y entra, quizás tímida y lentamente, o acaso con confianza y llena de osadía, por las puertas del desconocido recinto del nuevo año en cuya fachada verá inscrito lo siguiente: Aquí realizarás, por ahora, tu existencia física, espiritual y moral. o ocurren pues, naturalmente, ó deben ocurrir, a todo hombre sensato, las siguientes preguntas, al experimentar semejante tránsito: -¿Qué tal salgo de aquí? -¿Cómo quedo con este pasado? - ¿Qué consecuencias me traerá mi pretérita conducta para lo futuro? - Fatigado viajero, que camino constantemente hacia el término anhelado de mi penoso viaje, ¿cuál ha sido la distancia que he recorrido y de qué modo lo hice? - Activo comerciante, que espero siempre cuantiosas ganancias, y temo dañosas pérdidas, ¿cuáles y cuántas fueron unas y otras, durante el tiempo del cual hoy me despido? - Individuo que entró a formar parte integral del gran todo humanidad, ¿qué porción me toca en sus deméritos, qué puedo reclamar con justicia de sus merecimientos? He aquí las preguntas a las que hay que contestar categóricamente, si hemos de atender a nuestro provecho, antes de ingresar en el nuevo período que se nos presenta. He aquí el detenido exámen que tenemos que hacer para nuestro común interés. He aquí el balance exacto, que hemos de ejecutar, para de este modo ver si saldamos, con escrupulosa precisión, nuestras antiguas deudas, para reparar nuestras deplorables pérdidas, y preservarnos, en lo sucesivo, de terribles y abrumadoras desventuras . A lo espiritual, del mismo modo que a lo material, a lo moral, así como también a lo religioso, se deben extender nuestras interrogaciones, nuestro exámen, nuestro balance; teniendo siempre en cuenta la importancia de la materia sobre que versen nuestros procedimientos. Nuestros desaciertos, nuestros errores, nuestras faltas, nuestros crímenes: estos han de ser los resultados que se desearán saber para repararlos, para abominarlos, para no darlos al olvido en lo venidero. Nuestros aciertos, nuestras racionales elucubraciones, nuestras acciones morales, nuestras religiosas virtudes: tales serán los resultados que hay que tener presentes para congratularnos por ellos, para felicitarnos a nosotros mismos, para nuestra propia y más cumplida satisfacción. He aquí en pocas palabras expuesta la por demás delicadísima operación que debemos realizar con energía, con empeño, con conciencia cierta de lo que hacemos, con un criterio desapasionado y seguro, con disposiciones, por último, enteramente aptas para el caso. He aquí la importante tarea a la que por deber, por interés personal nos habemos gustosos de entregar en estos momentos, en los cuales decimos adiós a un período respetable de nuestra vida y saludamos, queriendo dar la bienvenida, a otro de no menos consideración, de no menos trascendencia. ¡Año nuevo! ¡Qué dos vocablos tan misteriosos! Cuánta oscuridad no encierran en sus profundos e insondables senos estas dos expresiones depositarias de todas nuestras futuras dichas y venturas, de todos nuestros venideros disgustos y sinsabores, de todas nuestras esperanzas e ilusiones, de todas nuestras tremendas decepciones e ingratas realidades. ¡Año nuevo! ...... En esta sola, significativa y fecunda frase se encuentra de una manera maravillosa encerrada la riqueza del pobre y la pobreza del rico, la felicidad del desdichado y la desdicha del venturoso, la prosperidad del que no la tiene y la desaparición de tamaña suerte de manos de aquel que la posee. Estas dicciones peregrinas, en fin, pueden traernos la salud o la enfermedad, la risa o el llanto, la vida o la muerte. ¡¡¡Аño nuevo!!! ¡Oh y cuánto quiere decir esta brevísima cláusula! El niño puede entrar en la pubertad, el joven en la virilidad, el hombre o la mujer en la ancianidad. Cuántos acontecimientos nuevos, cuantos hechos portentosos, cuantas maravillas, cuantas cosas sorprendentes y estupendas. Qué nuevas evoluciones pueden efectuar las ciencias, qué de adelantos las artes, cuántas transformaciones la industria, qué rápidos vuelos puede tomar el comercio. Año nuevo, vida nueva .Esto dice el refrán, mas ¿podemos nosotros acaso medir acertadamente y con exacta precisión toda la inmensa profundidad que se oculta en esta fórmula? No. Esto es imposible, para alcanzarlo necesitaríamos ser omniscientes.

En conclusion: - ¿Qué tenemos delante? Un nuevo período de tiempo que principia, una nueva época de nuestra vida que comienza. - ¿Qué dejamos detrás? Una série de tiempo que se acaba, una parte de nuestra existencia que se pierde. - ¿Qué más? -Un pasado que huye, un por-venir que se presenta. He aquí todo lo que hay. Entre este pasado que se nos escapa y este porvenir que columbramos, y que aun no conocemos, muy justo es que nos paremos, siquiera sea por leves instantes, a meditar con detenciòn. Meditemos.


Sunday, December 31, 2023

Ballet "Flore et Zephyr" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.



El ballet "Flore et Zephyr" fue estrenado en 7 de julio 1796 en el King’s Theatre de Londres. La coreografía y el argumento fueron realizados Charles-Louis Didelot, la música por Cesare Bossi y los diseños de escenografía estuvieron a cargo del ingeniero Liparotti, quien fue también el principal responsable de la maquinaria teatral utilizada. En ocasión del estreno, los roles principales fueron interpretados por Collinet (esposa del coreógrafo) como Flore, Marie Louise Hilligsberg como Cupido y el propio Didelot como Zephyr.


Esta obra remite a la mitología griega y es por eso que puede ser catalogada como ballet anacreóntico, muy en boga en la época. Según el mito, Zephyr (dios del viento oeste) se enamora de la ninfa Flore. Su hermano Boreas (dios del viento norte) compite con Zephyr por el amor de la ninfa. Finalmente, Zephyr recupera a Flore y Boreas es castigado por su comportamiento. Cabe aclarar que la denominación “Zephyr” pertenece a la mitología griega y “Flore” a la romana, si se mantuviera el original griego debería llamarse “Cloris”. Didelot realiza una adaptación del mito para este ballet y entonces vemos a Zephyr que se enamora efectivamente de la ninfa Flore, pero en un momento se distrae con otra bella mujer; al final se da cuenta que su verdadero amor es Flore, la toma en sus brazos y la lleva consigo hacia el cielo. En este momento se veía a la bailarina “volando” sobre el escenario, gracias al artefacto escénico creado por Liparotti.


Según algunos relatos de la época, en este ballet se vio por primera vez a la bailarina pararse sobre las puntas de los pies, aunque se cree que ese efecto era generado por la maquinaria teatral que lentamente iba elevando a la bailarina del suelo, ya que la zapatilla de punta se crearía unos 20 años después. Lo que sí se sabe es que las bailarinas utilizaban un calzado que les permitía pararse sobre la media punta con gracia y fluidez, lo que daba la sensación de liviandad y daba un carácter etéreo a las bailarinas, ambas características del Romanticismo en la danza. Debido a esto, también se puede encuadrar a este ballet como pre romántico.


“Flore et Zéphire” tuvo gran éxito en toda Europa y se transformó en la obra más conocida de Didelot. Gracias a ella, en 1799, el coreógrafo fue contratado por el Zar como director de los Teatros Imperiales. En 1808, Didelot cambió el nombre de la obra a “Zephyr y Flore” para la producción que protagonizó el bailarín francés Louis Duport, en San Petersburgo. En 1830, Marie Taglioni debutó en Londres con este ballet, interpretando a Flore, junto a Jules Perrot, lo que significó el inicio de una larga sociedad artística entre ambos.


Leonide Massine realizó, para los Ballet Russes, otra versión sobre este mismo mito, en 1925. En este caso, la música fue compuesta por Vladimir Dukelsky, el vestuario y la escenografía fueron creados por Georges Braque. Los protagonistas en la premier fueron Anton Dolin, Alicia Nikitina y Serge Lifar.




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Saturday, December 30, 2023

Un año que termina (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.

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Cuando un año va a terminar muchos de nosotros nos hacemos numerosas preguntas: ¿He cumplido verdaderamente con lo que me propuse hacer este año? ¿Logré cumplir mis objetivos? ¿Pude materializar mis sueños?

Pienso que algunos habrán cumplido sus metas, otros habrán abandonado sus propósitos o los postergaron, pero al final algo de lo planificado se habrá realizado.

Siempre que finaliza un año se lleva muchas cosas, deseos no cumplidos, sueños alcanzados, alegrías, pero también tristeza y desconcierto de hechos que no imaginamos ibamos a enfrentar.

En ese transitar muchos amores se consolidaron, otros decidieron separarse, ese vínculo de seriedad y de respeto que se estableció se terminó y cada cual escogió su camino.

Hubo amigos que nos acompañaron y que aún siguen con nosotros, pero otros decidieron distanciarse. Algunos lamentablemente partieron para siempre y esperamos en algún momento poder reencontrarnos.

La familia quizás pudo estar más unida, es el núcleo principal de todo ser humano, el eje que nos moviliza y nos motiva. Algunas lamentablemente se distanciaron, hijos que compartieron con sus padres, pero algunos decidieron escoger su camino de vida y otros simplemente los olvidaron. 

Cada año guarda su misterio y se lo espera con mucha algarabía, no sabemos exactamente como nos recibirá el próximo, hacemos todo lo que está a nuestro alcance para que sea próspero.

Hacemos cada año una maleta cargada de promesas y de propósitos, pero desconocemos realmente si todo aquello pueda materializarse. Es el deseo de todo ser humano cumplir la meta trazada, pero solo el destino conoce su misterio y él es el encargado de revelarlo con el transcurrir del tiempo.

Lo que importa es esperar cada año con una buena actitud, no le sueltes la mano a la esperanza, llénate de propósitos y sueños que alimenten tus días, piensa siempre positivamente y manten el deseo vivo de que tus sueños si se pueden alcanzar, lo más importante es ponerle acción a todo lo que hayamos visualizado y realiza lo que desees siempre en el lugar que te brinde bienestar y reafirme tu esencia como ser humano.

Proponte ser feliz y llevar a cabo todo lo que anheles, no te pongas límites y simplemente provoca tu propia dicha, recuerda que tu defines tu propia historia.

Que el año que está próximo a comenzar traiga para todos la dicha anhelada, que podamos ver nuestros sueños cumplidos, disfrutemos la vida, los seres que amamos, soñemos como niños, desdibujemos la tristeza, preocupémonos menos, démosles importancia a las simplicidades que nos brinda la cotidianidad, seamos más humildes, solidarios, pero sobre todo más humanos.






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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123 Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Florida National University
- Podcast - Un dia con Bereshit la silla VIP - Conferencia Sobre mi libro " Volando en Solitario"
-Panelista en los Foros literarios Books and Books
-Participacion en el Primer Encuentro de Escritores "Mision Gratitud" - Barnes & Noble
Administra:
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Instagram: orlanda.torres.3

El gato con botas, una ‘ingeniosa’ comedia musical “estilo Broadway” en… ¡Hialeah! (por Baltasar Santiago Martín)


El sábado 22 de agosto de 2023 asistí al Teatro Goodlet, de la ciudad de Hialeah, para disfrutar de la puesta en escena de la obra El gato con botas, una muy bien lograda adaptación y versión musicalizada del cuento homónimo, incluido por Charles Perrault en su libro Cuentos de antaño, publicado en 1697 a partir de un cuento popular europeo, y recogido a su vez por Giovanni Francesco Straparola –no vaya a ser que este nos “atrape” y nos acuse de no respetar sus derechos de autor medievales desde “el más allá”, porque, además de autor de esta reseña, tengo vínculos afectivos con El Ingenio Teatro y, por supuesto, con Lilliam Vega, su directora, quien también adaptó –junto a Raquel Carrió– y dirigió la obra –a dúo con su madre, Flora Lauten–; Ivanesa Cabrera como coach de actuación para los niños, y Loipa Alonso como productora.

Lilliam ha vencido el reto de actualizar y renovar –en este caso, “desempolvar”– un texto de 326 años de antigüedad para convertirlo en una deliciosa y dinámica comedia musical, en total complicidad con su equipo creativo, sus actores y actrices “de plantilla” y los estudiantes del Innovative Musical Theater Summer Camp 2023, sin desdorar –como se decía también antaño– los diseños de ese artistazo que es Armando Tejuca –sobre todo de las caras picassianas de los muñecones.

Los muñecones picassianos 
de Armando Tejuca
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Como ya he dicho en otras ocasiones, escoger a los actores –porque no puede ser tampoco “cualquier” actor– es primordial en cualquier obra de teatro pero, si la misma está dirigida a un público mayoritariamente infantil, entonces la selección se vuelve mucho más delicada, porque no todo actor es capaz de asumir un personaje protagónico –en este caso, un gato parlanchín y simpático– de la forma más “felina” posible, para no ser grotesco ni ridículo, y Luis Naleiro logró una caracterización tan creíble, como el gato marrullero y habilidoso que centraliza la puesta, que hizo que el tiempo volara y volviéramos a sentirnos niños grandes otra vez, gracias a su ductilidad, su vis cómica y, por supuesto, a la precisa y eficaz dirección del binomio Vega- Lauten, hija y madre “por la gracia de Dios –y de Pastor Vega.

Luis Naleiro como El Gato
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Al igual que en toda compañía de ballet, no basta que las primeras figuras sean de primera si el cuerpo de baile que las acompaña y secunda es desastroso, y este Gato de Naleiro estuvo arropado por un elenco de actores de primera, sin ningún altibajo, tanto el Hijo del Molinero, el Ogro, el Rey y la Princesa, como el Pulpo y la Gata, a cargo, respectivamente, de Hosny García, José Raúl Acosta, Mauricio Rentería, Kirenia Vega, Fanny Tachín y Ángela Moreno.

Hosny García como 
El Hijo del Molinero
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Estudiantes del Innovative 
Musical Theater Summer Camp 2023
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Luis Naleiro como El Gato 
y estudiantes del Innovative 
Musical Theater Summer Camp 2023
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Mauricio Rentería como El Rey, 
Hosny García como El Hijo del Molinero
 y Kirenia Vega como La Princesa
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Hosny García como El Hijo del Molinero
 y Kirenia Vega como La Princesa
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Una de las peores cosas que se pueden decir de una representación teatral es que sea aburrida y que los espectadores se pregunten “cuándo se va a terminar esto” – máxime cuando tienes a niños sentados en el auditorio–, pero, créanme, este Gato con botas de El Ingenio Teatro estuvo totalmente libre de ese pecado, y soy yo el que, en vez de ellos, lo “confiesa” gozosamente, “a quien pueda interesar”, deseando que, al recibo de esta elogiosa reseña, se encuentren todos bien, en unión de sus familiares y amigos, como se decía antaño, pero no tan lejano como en 1697.




Fotos: Baltasar Santiago Martín y El Ingenio Teatro

Baltasar Santiago Martín
Fundación APOGEO para el arte público
Asociación de Cronistas de Espectáculos de Miami (ACEM)

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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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