Saturday, September 9, 2023

Crean en la Buena Noticia (Obispos Católicos de Cuba)


1. “Crean en la Buena Noticia” (Mc 1,15) es la invitación que hace Jesús a los hombres al inicio de su misión en nuestra tierra. Ante la cercanía del Reino de Dios, que Jesús encarna y trae hasta nosotros, la llamada que Él nos hace es a creer, esto es, a recibir con fe la Buena Noticia que el propio Jesús es. En efecto, Jesús es el Hijo Eterno de Dios que se hizo hombre en el seno de la Virgen María. Al ser Dios como su Padre, nos comunica la vida y la verdad de Dios. Al ser hombre como nosotros, nos las hace asequibles, familiares. En la Persona de Jesús vemos todo lo que Dios es y hace por nosotros. Él mismo dijo: “Nadie va al Padre sino por Mí (…) Quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre” (Jn 14, 6. 9).

2. Hace 30 años, los obispos de entonces publicaron un mensaje titulado “El Amor todo lo espera” y 20 años después, otro con el título “La Esperanza no defrauda”. Sería útil volverlos a leer en el contexto actual para redescubrir la vigencia de tantos análisis y propuestas que ellos contienen. Sin embargo, para nosotros los cristianos, el amor y la esperanza no son principalmente disposiciones o sentimientos humanos, sino que provienen de la fe y junto a ella, se reciben como dones de Dios. La esperanza es hija y hermana de la fe. El amor es el fruto más pleno de ambas. Sin fe, la esperanza es débil y el amor es precario. La vivencia y el testimonio de la fe, la esperanza y el amor pueden definirse como la vida e identidad del cristiano.

La fe nos une a Cristo y nos da una nueva vida

3. El autor de la carta a los Hebreos nos dice que “La fe es garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve” (Hb 11,1). San Marcos, en su Evangelio, nos presenta la fe como la respuesta humana ante la persona de Jesús y sus propuestas. Quienes se acercan a Jesús y le manifiestan su fe humilde y confiada son transformados, experimentan sanación, se llenan de alegría y dan gloria a Dios.

4. Los obispos católicos de Cuba queremos hacer resonar para este pueblo, también hoy, esa invitación de Jesús a creer en Él, a aceptar su persona y sus enseñanzas. Recibir a Cristo y dejar que Él nos cambie, nos ayuda a sanar el corazón, nos llena de su vida y su amor, y nos permite mirar el mundo con esperanza. Así nuestras personas, transformadas por Él, renovarán siempre más nuestras familias, nuestras relaciones cotidianas, nuestro modo de ser pueblo.

5. La verdadera fe hace que el discípulo de Cristo termine viviendo con y como Cristo, lo cual se traduce en mirar a los demás, servir, perdonar, sonreír, acariciar, sufrir, entregar la vida y amar al estilo de Jesús.

6. Nos dirigimos a los cubanos bautizados en la fe de la Iglesia, pero también a aquellos que sin estar bautizados, creen que Jesucristo es el Hijo de Dios y que tienen a bien frecuentar nuestros templos para pedir el bautizo de sus hijos, orar por sus difuntos o participar de la celebración de la fiesta de algún santo o aquellos días significativos que marcan la vida de la Iglesia.

7. Nuestro saludo va también ahora a los adolescentes, jóvenes o adultos, que se han acercado a la Iglesia recientemente y han pedido el bautismo, o han hecho su primera comunión o la confirmación, o se están preparando para acceder a alguno de estos sacramentos. Nuestra felicitación especial para los que han celebrado su matrimonio ante el Señor o se están formando para ello. ¡Déjense renovar por Jesucristo! ¡No tengan miedo de vivir una fe coherente! ¡En la oración y los sacramentos encontrarán la fuerza para ser fieles! ¡En la comunidad cristiana hallarán una nueva familia donde experimentarán el gozo de creer! ¡Tengan el coraje de ser como Cristo Jesús!

8. Agradecemos a todos aquellos que han transmitido y cuidado la fe del pueblo, incluso en medio de persecución y rechazo. Pensamos ahora en los papás, abuelos, catequistas, misioneros, visitadores de enfermos, responsables de algún servicio de Cáritas, profesores de nuestros centros de formación, diáconos permanentes, religiosas y religiosos, seminaristas y sacerdotes. Igualmente llevamos en el corazón a todos los que, en un tiempo atrás, dieron tanto por la Iglesia y por Cuba, y hoy están alejados de la comunidad por diversos motivos, a los que residen en otras partes del mundo y muy especialmente a los que ahora están enfermos en sus casas o acogidos en hogares de ancianos, imposibilitados de ir a la Misa, pero ofreciendo sus cruces por la evangelización, por el bien de las familias, por el Papa y la Iglesia, por las vocaciones sacerdotales y religiosas, por el progreso material y espiritual de Cuba. A esos que cada día anuncian a Jesucristo al pueblo, con su testimonio, con sus oraciones, con sus ofrendas y con su palabra, toda la gratitud, el reconocimiento y el cariño de sus obispos. ¡No se cansen de dar testimonio de su fe!

La fe ayuda a vivir cada acontecimiento con la Presencia de Cristo

9. Jesucristo nos dice: “Yo he venido para que tengan Vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Él, con su muerte redentora y su resurrección gloriosa, y con el envío del Espíritu Santo ha destruido el poder de la muerte y del mal. Y al unirnos a Él por el bautismo, nos ha dado su vida abundante.

10. En múltiples pasajes del Evangelio, la fe se muestra como una ayuda a vivir una vida más plena y feliz. Cuando Jesús devuelve la vista a los ciegos, nos dice que la fe es luz que hace ver el mundo y nuestras propias realidades de manera nueva y clara (cf. Mt 20, 29-34; Lc 18, 35-43). Los encuentros de Jesús con paralíticos, lisiados y cojos, nos dicen que la fe es fuerza que capacita para caminar, para andar por la vida con ánimos nuevos (cf. Lc 5, 17-26; Jn 5, 1-18; Hch 3, 1-5). La fe es también poder que cura lo más profundo de la persona y expulsa del corazón humano las secuelas del pecado, la tristeza y el desánimo. (cf. Lc 8, 26-39)

11.La falta o ausencia de la fe cierra las puertas al obrar de Dios y obstaculiza su acción revitalizadora y sanadora. Un día le llevaron a Jesús un niño enfermo, hijo único, que sus discípulos no lograron curar. Y Jesús pronunció una palabra fortísima y desconcertante: “¡Qué generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos?” (Lc. 9. 41). Y en otra ocasión, por el contrario, nos aseveró: “Tengan fe en Dios. Les aseguro que si uno, sin dudar en su corazón, sino creyendo que se cumplirá lo que dice, manda a esa montaña que se quite de ahí y se tire al mar, lo conseguirá” (Mc 11,22).

12. La fe nos ayuda a descubrir el sentido y el cómo enfrentar aquellas situaciones fuertes, contradictorias y hasta antagónicas que se presentan en la cotidianidad.

13. Por la fe el discípulo de Cristo aprende a asumir con amor todas esas realidades difíciles y adversas que a diario tenemos que afrontar. Es la fe la que nos impide perder las esperanzas de un mañana mejor a pesar de todas las dificultades tan presentes entre nosotros, asociadas a la escasez de bienes materiales y otros males sociales, acrecentados en lo que estamos viviendo. Es la fe en Cristo la que nos va a permitir hoy, a pesar de la emigración de nuestros seres queridos, el aumento de la pobreza, el deterioro social y tanto sufrimiento, vivir confiados en que el futuro será luminoso, porque el futuro del hombre es Cristo y Cristo es la Luz del mundo.

14. La fe en Dios nos lleva a vivir en esta tierra como peregrinos, caminantes con esperanza, trabajando por un mundo mejor, pero con la mirada puesta en el cielo, en la vida eterna. Cuando Jesús llegó al lugar donde habían enterrado a su gran amigo Lázaro, dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que crea en Mí, aunque muera, vivirá; y el que está vivo y cree en Mí, no morirá para siempre” (Jn 11, 25). El anuncio de que Cristo ha resucitado es el núcleo de la fe en Él. Creer en Jesucristo es creer que Él está vivo, nos acompaña en cada momento de nuestra vida, nos comunica su vida en los sacramentos de la Iglesia; está presente entre nosotros, especialmente en los más débiles y necesitados (cf. Mt 25, 31ss) y nos aguarda en la casa del Padre, donde ya Él ha ido a prepararnos un lugar (cf. Jn 14, 1-4).

15. Por esta fe nos consuela celebrar la Misa y orar en favor de las almas de nuestros difuntos. Con estas súplicas, damos gracias a Dios por el bien que hicieron y ofrecemos el sacrificio salvador de Cristo por el perdón de sus pecados. Nos anima la esperanza de volvernos a encontrar en el hogar del Cielo.

16. En el Credo, compendio de nuestra fe, anunciamos: “Creo en la comunión de los santos”. Santos son aquellos cristianos que por su vida de fe, esperanza y caridad están en comunión con Cristo Resucitado. Los que ya han fallecido y que la Iglesia reconoce están en el cielo, nos acompañan con sus oraciones y ejemplo. Ellos nos indican que el ideal de la santidad es posible, siempre que nos dejemos transformar por la gracia de Dios.

17. Los obispos vemos con agrado la devoción de ustedes, pueblo de Dios, a María Santísima y a tantos santos y santas del Señor que, con su testimonio de vida, nos ayudan a acercarnos más a Cristo. Los invitamos a imitarlos en su desempeño como discípulos de Jesús y a aspirar a ser santos como ellos.

Cristo único Salvador

18. Para acoger la fe y dejar que ella transforme nuestra vida, necesitamos ser salvados por Cristo con la firme convicción que “ningún otro puede salvar; bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos” (Hch 4, 12).

19. Quizás no tenemos claro en qué consiste la salvación y de qué necesitamos ser salvados. A veces creemos que la salvación sería lograr una vida mejor en el orden material e incluso conseguir avances en el campo de la medicina para paliar el dolor y encontrar los remedios necesarios a enfermedades que nos afligen. En efecto, para algunos la salvación tendría que venir de la ciencia, de la invención y aplicación de nuevas tecnologías. Dios no es enemigo del progreso integral del ser humano. Pero sabemos que ninguna aportación científica o técnica puede enseñarnos a amar, librarnos de la soledad, capacitarnos para superar los vicios, hacernos felices o darnos la vida eterna.

20. La salvación tampoco se encuentra en cualquier experiencia religiosa. Cuando se parte del temor y se nutre de él, se hace negocio económico con el sufrimiento humano y no hay compromiso ético de mejorar la vida y hacer el bien, esa religión deshumaniza al hombre y lo convierte en esclavo del miedo, de tabúes y de supersticiones. El ideal del hombre religioso tampoco es alcanzar una especie de autocontrol, serenidad o equilibrio psicológico; sino la unión con Dios que se manifiesta en el amor concreto y servicial al prójimo.

21. La verdadera salvación es la liberación del mal, del poder del pecado, que esclaviza física y espiritualmente. Es una transformación integral del hombre, cuerpo y alma. La verdadera salvación es participación en la vida de Cristo y por eso mismo, participar de la vida eterna, vida que por la gracia empezamos a tener ya en esta tierra desde el momento del bautismo, pero que se hará plena y definitiva en la comunión perfecta con Dios en el cielo[1].

22. Esa salvación acogida en la fe y recibida en los sacramentos de la Iglesia, produce alegría en los discípulos de Cristo. Y como sucede siempre cuando estamos alegres, queremos compartir esa dicha con los demás. Por eso, la fe genera en nosotros un dinamismo misionero. No se concibe un verdadero cristiano que no comparta su fe con los otros: familia, amistades, vecinos, compañeros de trabajo o estudio.

23. La fe cristiana es también esencialmente comunitaria. No se vive la fe en Cristo en solitario, sino en el seno de la familia de los hijos de Dios que es la Iglesia. La comunidad de los creyentes en Cristo es un pueblo santo, el pueblo de Dios, llamados a caminar juntos, ofreciendo un espacio de fraternidad y acogida, y compartiendo con todos la alegría del Evangelio.

María de la Caridad, Madre de la Fe de los cubanos

24. Al concluir nuestro mensaje, los obispos dirigimos nuestra oración agradecida a la Virgen María de la Caridad del Cobre. Ella ha sido, sin lugar a dudas, la madre de la fe de muchos cubanos. Ella sostuvo la fe y la esperanza de nuestros mambises, en aquellos tiempos difíciles de nuestra historia cuando luchaban por la independencia de la Patria. En los momentos en que manifestarse cristiano suponía riesgos y hostilidad para los discípulos de Cristo, Ella fortaleció la fe de los fieles y custodió en el silencio del corazón la fe de los débiles. No son pocos los que le han dirigido sus súplicas, cantos, flores, velas y lágrimas, en momentos de dolor o angustia, o para darle gracias por su intercesión ¡Cuántos de nosotros no hemos llegado hasta Cristo porque la devoción a la Virgen de la Caridad nos condujo hasta Él!

25. La Biblia nos dice que, cuando María llegó a visitar a su pariente Isabel, esta la saludó así: “Feliz tú, la que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” (Lc 1, 45). En ese bello saludo, María adquiere por así decirlo, un nombre nuevo y propio: la que has creído. Esto es, la mujer de la fe. Porque creyó al Ángel cuando este le hizo la propuesta de acoger en su vientre bendito al Salvador (Lc 1, 26-39). Porque creyó en las bodas de Caná que Jesús podía darnos lo mejor (Jn 2, 1-11). Porque creyó en el momento de la Cruz que su Hijo estaba salvando al mundo por el amor (Jn 19, 26-27). Porque creyó que, en medio de la Iglesia naciente, estaba presente y actuando el Espíritu de su Hijo Resucitado, y que este se manifestaría a todas las naciones y que se harían discípulos en todas ellas (Hch 1, 14).

26. Madre de la Caridad. Mujer de fe sencilla, fuerte y perseverante, custodia la fe de este pueblo e indícanos siempre el camino para llegar a tu Hijo Jesucristo. Amén.

Con nuestra bendición y afecto,

+ Cardenal Juan de la C. García Rodríguez, Arzobispo de La Habana

+ Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba

+ Wilfredo Pino Estévez, Arzobispo de Camagüey

+ Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín y Presidente de la COCC

+ Arturo González Amador, Obispo de Santa Clara

+ Álvaro Beyra Luarca, Obispo de Bayamo-Manzanillo

+ Domingo Oropesa Lorente, Obispo de Cienfuegos

+ Juan de Dios Hernández Ruiz SJ, Obispo de Pinar del Río y Secretario General de la COCC

+ Juan Gabriel Díaz Ruiz, Obispo de Matanzas

+ Silvano Pedroso Montalvo, Obispo de Guantánamo-Baracoa

+ Marcos Pirán, Obispo Auxiliar de Holguín

+ Eloy Ricardo Domínguez Martínez, Obispo Auxiliar de La Habana

Dariusz Josef Chalupznski, Administrador Diocesano de Ciego de Ávila


La Habana, 8 de septiembre de 2023
Solemnidad de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre



[1] cf. Placuit Deo. Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe. 22 de febrero de 2018.

El sentido del perdón (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.



No podemos andar por el mundo arrastrando rencores y recordando quienes nos hicieron daño. Considero que en algún momento toda acción, expresión o pensamiento negativo que se tenga hacia otro ser humano, tendrá una dura repercusión y todo lo que se ejecute de manera incorrecta será facturado por la vida.

Lo más importante en este proceso es que cuando se aprende a perdonar nos liberamos de cargas negativas que violentan nuestra tranquilidad y perjudican nuestro desenvolvimiento. 

Pienso que nadie podrá descansar sereno guardando en su interior resentimiento, odio, conflictos no resueltos. Todo esto se transforma en rencor y esto produce la revancha que enferma el alma y hará que cada día tu ser y tu centro espiritual se vea amenazado y lastimado.

Hay que tratar de liberarse de todo aquello que no permita fluir nuestra energía y de todo aquello que oscurece nuestro recorrido.

Cuando se perdona, es un acto de profundo amor y nos liberamos de cargas que no nos permiten avanzar y no dejan que nuestro cuerpo fluya.

Hemos venido a la tierra a ser felices, nuestro paso por ella es demasiado fugaz, no sabemos en realidad cuando la vida nos puede cambiar, solo se necesita un instante para ver desplomados nuestros sueños.

Disculpemos a las personas que nos hayan causado daño, no resolvemos nada acumulando resentimientos ni rencores en nuestro organismo, este es tu día de olvidar es así únicamente que experimentarás un intenso poder sanador en tu interior. 

Perdonar, es la esencia y la clave para la libertad, no traigas al presente lo que no te permite evolucionar. El perdón es un acto sanador, te libera de culpa y te transporta a vivir una vida saludable, ese es el verdadero sentido del perdón.

Recordemos que en la actualidad se está sufriendo un gran vacío espiritual donde existe un mundo muy tecnológico, pero humanamente enfermo.

El perdonar alivia el alma, es un acto de amor. La revancha, la venganza y el odio enfermará tu ser y estoy convencida que cuando realmente hayas perdonado la vida hará milagros en ti y tú serás bendecido por la vida.

Somos los responsables de construir ese espacio que todo individuo merece para respirar y caminar sosegado, construyendo su propia felicidad.

Para tener un cerebro sano, se necesita practicar la bondad, se siempre compasivo con los demás y produce la empatía, hacer este acto hará que te pongas en el lugar del otro, así cometeremos menos errores en la vida.

Hay que enfocase en lo que nos une como seres humanos y no, en lo que nos separa. Existen muchos argumentos que nos pueden provocar separación con los demás, pero recordemos que la compasión es superior a la empatía.

Las emociones no bien gestionadas pueden producirnos un gran resentimiento hacia los demás, por eso perdonar no solo provoca bienestar al que lo necesita, sino a nosotros mismos.

Perdona y ayuda al desprotegido, tiende una mano al necesitado, creo fielmente que cuando damos, todo se multiplica en nuestra vida, ese acto tan humano dará luz en tu interior y así estarás conectado con tu ser interno y con la divinidad.

Recuerda siempre que todo lo que tú ejecutes, será juzgado por la ley de la vida, trata siempre de hacer el bien y nunca procedas haciendo el mal, para que puedas recorrer tu trayecto invadido de tranquilidad y serenidad.




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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.

-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy

Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección

Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123 Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer

Florida National University
- Podcast - Un dia con Bereshit la silla VIP - Conferencia Sobre mi libro " Volando en Solitario"
-Panelista en los Foros literarios Books and Books
-Participacion en el Primer Encuentro de Escritores "Mision Gratitud" - Barnes & Noble

Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Procesión de la Virgen de la Caridad. Camagüey, 8 de septiembre de 2023. (Fotos de Daimí Ruiz Varela)

 
Fotos cortesía de
Daimí Ruiz Varela

Thursday, September 7, 2023

30 años de "El amor todo lo espera" (por Joaquín Estrada-Montalván)



Septiembre del año 1993, el P. Sarduy me llamó a su oficina en la Merced. Dióme unas hojas y me dijo, léelas y no digas nada hasta el domingo, que se hará publico en cada iglesia de Cuba en la misa. Leí con atención, emoción y orgullo de los Obispos cubanos. Era "El Amor todo lo Espera". Carta Pastoral al Pueblo de Cuba.

Sor Celina y Acelo D'Alessandro Méndez, organizaron un equipo de voluntarios, y con el viejo equipo de "stencil" preparamos varias copias, muchas copias, para ser entregadas en las parroquias y comunidades en la misa dominical.

El documento tuvo una inmensa acogida en el pueblo. Hacían largas colas en "La Plaza", para recibir un ejemplar de "El Amor todo lo espera", que entregábamos en la Merced. Varios dïas, sin descanso, estuvimos, dándole al "stencil" para facilitar el documento a quienes lo pedían.

El regimen "cooperó" a que la existencia del documento fuera conocida con su feroz campaña en contra que montaron en la "prensa", la televisión, radio, centros de estudio y de trabajo. Le causó un inmenso temor, la posibilidad de que el Amor pudiera desplazar al odio oficial.

Luego en el año 1996, en el "ECO" (evento de rememoración del ENEC), en la procesión de las ofrendas en la misa de clausura, tuve el honor de presentar un ejemplar de "El Amor todo lo Espera".

Lamentablemente, luego del revuelo, llegó la calma, y el contenido hoy vigente de la carta de los obispos al pueblo de Cuba, ha quedado en el olvido. (JEM)

"Se van las Carbonell"... ¿comedia o tragedia teatral? (por Wilfredo A. Ramos)


Para aquellos que conocen la obra del dramaturgo cubano Raúl de Cárdenas, el sólo mencionar Carbonell, los remite de inmediato a la trilogía que bajo dicho apellido le son atribuidas a este autor, caracterizado por una obra en esencia costumbrista, que acude a la nostalgia, a las raíces, al romanticismo en el recuerdo.

De Cárdenas al igual que otros autores cubanos contemporáneos como Héctor Quintero, Nicolás Dorr, Abelardo Estorino, han sido pródigos en cultivar este tipo de teatro, que aunque con signos de diferenciación bien marcados producto del lugar desde donde han sido escritas las mismas, Estados Unidos el primero y Cuba, las de los tres últimos en la lista, han dejado obras con una dramaturgia perfectamente modelada dentro de un género costumbrista propio.

El teatro en Cuba, al igual que en todas partes del mundo tiene su origen en las festividades de carácter religioso, donde liturgias y costumbres populares se van a ir mezclando poco a poco hasta dar con la necesidad de contar historias que reflejen a los integrantes de esta comunidad.

Se considera a Francisco Covarrubias (1775-1850) como el ‘Padre del teatro cubano’, el que a pesar de comenzar su vida dentro del teatro como actor, pronto pasaría a convertirse en autor con obras donde tratará de reflejar la vida de la gente que lo rodea, siendo quien introduce el personaje del ‘negrito’ por primea vez dentro del texto teatral nacional, creando las bases para el surgimiento del género bufo. Fue autor de más de dos docenas de obras entre las que se encuentran “Tertulias de la Habana”, “El tío Bartolo y la tía Catana” y ”Los dos graciosos”.

Otro exponente del teatro costumbrista cubano lo es por derecho propio Gustavo Robreño (1873-1957), uno de los fundadores del famoso Teatro Alhambra, escenario del esplendor del teatro de variedades, del sainete, así como del muy conocido y estudiado teatro bufo. Entre las obras de dicho autor tenemos “La madre de los tomates”, “Ni toros ni gallos”, “El ciclón”, “Napoleón”, “La Emperatriz del Pilar”, “Tin Tan te comiste un pan” -su más famosa y versionada obra- así como también “El velorio de Pachecho” -escrita a dos manos junto a su hermano Francisco- entre muchas más.

Con el anterior antecedente, no es de extrañar que de Cárdenas se interese por escribir este tipo de teatro, que le va a permitir adentrarse con mirada amplia en el acontecer cotidiano del cubano, sus frustraciones y anhelos, describiendo ambientes cercanos al ciudadano corriente, del que todos formamos parte. Su teatro desborda cubanía por los cuatro costados, dejando de lado cualquier aspecto chovinista o de manipulación de la realidad. Su obra va a ser un reflejo casi fotográfico de la problemática social del pueblo cubano a partir del infausto Enero de 1959, con la implantación de un régimen controlador y represivo, el cual transformó de manera violenta a toda una sociedad y a un país

En la obra de este autor van a ir de la mano aquellos elementos que van a determinar el espíritu y vida del cubano -para bien y para mal- como es el sentido del choteo, del cual el escritor también cubano Jorge Mañach hizo todo un tratado de nacionalidad, el desamparo de verse obligado a habitar en tierras extrañas, el profundo sentido de desarraigo y nostalgia hacia el recuerdo de un pasado arrancado por la fuerza, así como también la crudeza del destino trágico con el que se ha marcado la sobrevivencia del pueblo cubano.

A propósito de este último concepto que aborda su teatro, de Cárdenas expresa en una entrevista que le realizara Jesús Hernández Cuellar para la revista digital Contacto, lo siguiente:
El teatro costumbrista cubano es el indispensable sostén de nuestras vidas frente al pesimismo que a veces nos abruma al estar tan lejos de nuestra patria.
Para este autor, dicho género teatral ha servido para mantener con vida los pormenores y azares de una vida nacional vista desde la distancia no solamente del tiempo, sino también del espacio, a la vez que coloca frente al espectador los males que han aquejado a esa sociedad. Su teatro es realista en cuanto a que no solo aborda los problemas comunes y diarios que influyen en el cubano, sino además por la manera de llevarlo a escena, lo que permite al público identificarse directamente con los temas tratados, aunque en la manera de hacerlo pueda estar presente también algo de arbitrariedad.

En la dramaturgia de Raúl de Cárdenas encontraremos por igual elementos de lo épico de Brecht como de lo absurdo de Ionesco, pero mezclado y mostrado por medio de un sentido lúdico y de libertad que sólo le es permitido a ese sentido del choteo, a ese mezclar con la jarana, con lo cómico, los males y las tragedias de la vida que están presentes.

Al respecto, José Triana, también dramaturgo cubano, dice de la obra de este autor: “...sus creaciones son de una libertad insólita, marcadas a veces por la arbitrariedad, por el vértigo y el ensueño de la utopía, desenfrenado, abierto, con torpezas de construcción, pero auténtico porque no tiene causa evidente o idea que mostrar, sino es el universo, su universo, que irradia la búsqueda de una verdad, de los hombres que somos en este planeta”.

La obra de Raúl de Cárdenas ha tenido el raro privilegio de ser la que más veces haya subido a las tablas en el exilio, ello debido a nuestro entender, a su marcado sentido de sinceridad, a que como bien agrega otro dramaturgo e investigador de la cubanoamericano, Matías Monte Huidobro...”ha sido uno de nuestros más honestos dramaturgos y la honestidad en escena y fuera de ella, es una condición esencial sin la cual una obra creadora no puede cumplir plenamente su cometido”.

Como reafirmación a lo expresado anteriormente respecto a la mayoritaria presencia de obras de este autor sobre los escenarios, encontramos nuevamente que uno de sus textos se encuentra en estos momentos presentándose para el público de nuestra ciudad, nos referimos a “Se van las Carbonell”, en una puesta de la compañía miamense Havanafama, bajo la dirección de Juan Roca.

Es necesario hacer aquí un aparte para aclarar algo que podría prestarse a posibles confusiones. Existe entre el público, los teatristas y los especialistas un aspecto no bien determinado sobre la trilogía de las obras que utilizan en su título el apellido ‘Carbonell’.

De Cárdenas escribió primeramente “Las Carbonell de la Calle Obispo” y más tarde “Se van las Carbonell”; pero existe una tercera obra, que en realidad vendría a ser la segunda por el momento en que fue concebida que lleva por título “Las Carbonell en la Villa Jabón Candado”, la cual fue escrita en realidad por el conocido actor, director y también autor cubano Marcos Casanova, a quien de Cárdenas le cedió el derecho a utilizar sus personajes y ambientes para la realización de un nuevo texto, aprovechando el éxito de la primera obra, la cual fuera estrenada en 1986 en el Teatro de Bellas Artes, en Miami, con dirección de Tony Wagner. Esa segunda obra escrita por Casanova tuvo su estreno en el mismo teatro un año después, igualmente bajo la dirección de Wagner, resultando en otro éxito de público.


Sobre la obra que nos provoca a este artículo, que como ya dijimos se encuentra en escena en estos momentos, también debemos acotar que la pieza original escrita por de Cárdenas se titula “Las Capotes se van en bote”, pero al ser estrenada ésta en nuestra ciudad en su momento, se le cambió el nombre por “Se van las Carbonell", tratando de mantener la acogida recibida de dichos personajes con anterioridad, cambiando además el tema del éxodo de cubanos a través de la bahía de Camarioca, en la región de Matanzas durante casi un par de meses del año 1965, del que trataba la obra, por otra de los grandes huidas desde aquella isla, la del puerto habanero del Mariel, en 1980.

Hay que aclarar que a pesar de ser Raúl de Cárdenas junto a Tony Betancourt (1921-2003) los responsables de traer hacia los Estados Unidos el teatro costumbrista o vernáculo cubano, también ha escrito obras de contenido marcadamente político y social, como “Recuerdos de familia”, su primera obra escrita en el exilio, donde se describe la vida del cubano entre las décadas del 40 al 60 del siglo pasado, “El pasatiempo nacional”, en la cual trata el tema de la homosexualidad pero dentro del ambiente deportivo, “Las sombras no se olvidan”, sobre los presos políticos, “Los hijos de Ochún”, acerca de la invasión a Playa Girón y “Un hombre al amanecer”, en la cual se apropia de la figura de José Martí, por la cual obtiene el Premio Letras de Oro otorgado por la Universidad de Miami.

Aclarado estos temas vayamos a analizar nuestra puesta en escena.

Juan Roca, director teatral quien comenzara su recorrido por los escenarios en la ciudad de Los Angeles, después de haber salido de Cuba precisamente durante el éxodo Mariel, hasta venir a asentarse en esta ciudad del Sur de la Florida, ha sido quien más obras de este autor ha llevado a las tablas, por lo que no es para nado extraño que nuevamente retome una de las mismas, debido a que siempre son bien recibidas por parte del público. En las puestas en escena de dicha obra, Roca se ha valido por igual en utilizar indistintamente a actrices o actores al momento de interpretar los personajes, con sólo una excepción.


Para esta ocasión el elenco de “Se van las Carbonell” se encuentra integrado por Jorge Ovies, Osmel Poveda, J.J. Paris y Rei Prado. El diseño de escenografía está a cargo de Ricardo Martínez y el de maquillaje en manos de Adela Prado. Roca es un director que se maneja con soltura dentro de las obras que se mueven en un ambiente costumbrista, al cual sabe sacarle partido, aunque por momentos pueda resultar extrema la manera en que trata de ambientar el espacio escénico, dando la sensación de estar presentes ante un ‘horror vacui’, el cual provoca un barroquismo visual en la concepción escenográfica de sus puestas, de la que no escapa la presente.

Esta es una obra, que el director conoce a la perfección debido a las múltiples puestas que de ella ha realizado, por lo que en cada una de las mismas, va a introducir ciertos elementos para traer nuevos aires a la obra. En general el concepto escenográfico realista se logra, aunque bien podrían obviarse algunos aspectos de la decoración que abigarran, como ya señalamos, el espacio escénico sin necesidad.


El concepto de comedia con que se promueve esta obra, tratado de mantener en todo momento en el montaje, no se logra lamentablemente en todo momento, producto a que algunos de los actores no lo logran crearlo, producto de un trabajo no acertado, lo cual sucede con el desempeño de Prado como Adelaida y Paris en el personaje de Felicia, quienes exageran acciones y gestos hasta la caricatura casi todo el tiempo, por lo que se trasladan hacia el género de la farsa o por otra parte presentan grandes problemas con el ritmo del habla, haciendo aburridos algunos de los parlamentos, sacándolos del supuesto tono de comedia e incluso de la misma farsa a la que ellos la habían llevado. En realidad las risas que provocan ambos actores con el desenvolvimiento de sus personajes son escasas.

La siempre oportuna y bien recibida presencia de Jorge Ovies, actor de larga trayectoria y que ha intervenido en todas las puestas de la saga de las hermanas Carbonell que se han representado en nuestra ciudad, resulta uno de los aspectos de mayor realce de la obra. Actor que en cuanto a esta mismo trabajo se refiere, ha incorporado siempre el papel de Leonor, la madre fallecida, aunque haya sido dentro de otras puestas donde el resto del elenco estuvo constituido por mujeres, su trabajo resulta impecable, en un estado de perfecto control del sentido de su texto, con el cual provoca la risa desde una austera posición del personaje. Podemos decir sin duda alguna que Ovies es ese tipo de actor que verdaderamente domina la técnica del comediante, el que para provocar risa al espectador no tiene que recurrir a la ayuda de técnicas de actuación sofisticadas e innecesarias.


Un problema apreciado en esta puesta consiste en que el ritmo propio de la comedia no va a entrar definitivamente en la obra hasta el momento en que hace su entrada a escena el personaje de Carmelina, muy bien interpretado por el actor Osmel Poveda, quien desde su aparición sobre el escenario va a dinamizar el ‘tempo’ de la acción dramática con la apropiada dinámica que la comedia requiere. Con una excelente caracterización, Poveda, es el personaje catártico dentro de la obra ya que será el que proveniente de Miami llega a llevarse a sus hermanas y sobrino, personaje este último sólo referido, pero que va a provocar el conflicto y la tensión dramática en el desarrollo de la trama, dándole un vuelco a la historia, provocando el caos, haciendo que se haga presente de manera dominante el drama.

En esta obra se da un aspecto que no siempre es encontrado en aquellas que se promocionan bajo el género de ‘comedia’, pues poco a poco este se va mezclando con los elementos que van provocando la aparición de la ‘tragedia’ sobre la escena. Es interesante como el autor por medio de frases que pueden producir risa al espectador, al unísono va mostrando la crudeza y dramatismo de la realidad que quiere plasmar. Un chiste aquí es capaz de hacernos reír, pero al mismo tiempo evocar desgarradores sentimientos. Tal vez esto último sea producto de aquella característica que siempre se le aplica al cubano de que es capaz de ‘reírse hasta de sus propias desgracias’, lo que no siempre resulta en una buena distinción de la personalidad nacional.

Hacia el final, la obra, al menos para un público cubano, hace que afloren algunas lágrimas, a pesar de haber sido convocados al teatro a disfrutar de un poco de humor, por lo que estamos en presencia de una rara ocasión donde una comedia nos termina haciendo llorar de tristeza.





Texto y fotos Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, Septiembre 7, 2023
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