Thursday, August 19, 2021

Inicio de la temporada de carreras en el Hipódromo de Camagüey. (Bohemia. Noviembre 1938)

 

El último adiós… (por Rafael Duharte Jiménez)

Oración Fúnebre en honor de 
Mons. Manuel Ma. de Negueruela y Mendi, arzobispo.
Catedral de Santiago de Cuba, 1861
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El primer gran funeral de la historia de Santiago de Cuba tuvo lugar en el año de 1524, en ocasión de la muerte del Diego Velázquez de Cuellar, dicen algunos que de rabia por la traición de su compadre Hernán Cortes, quien le robó la gloria de la conquista de México. El fundador de la villa fue enterrado junto al Altar Mayor de la catedral y de su sepulcro sólo se ha encontrado un fragmento de la lápida que se conserva en el Museo “Emilio Bacardí”.


En la primera mitad del siglo XX, la prensa de Santiago de Cuba reflejo ampliamente los funerales de las principales personalidades de la ciudad. Al expresidente Tomas Estrada Palma, quien falleció en la noche del 4 de noviembre de 1908, se le rindieron honores de presidente de la república. Los periódicos hicieron amplios reportajes sobre el funeral: “El desfile de la multitud era compacto e interminable. Flores naturales y coronas de flores se amontonaron por todos los lados de la capilla ardiente (…) Después de tres descargas de fusiles, el cadáver de Don Tomas fue sepultado en una fosa del primer patio del cementerio, frente a la tumba de Marti.”

A las 6:00 a.m., del domingo 8 de junio de 1913 la campana mayor de la catedral anunció la muerte de Monseñor Francisco de Paula Barnada. En una ceremonia en la catedral se le rindieron los últimos honores, el ataúd fue sacado en hombros por los sacerdotes, quienes lo condujeron a la carroza fúnebre, tirada por dos parejas de caballos empenachados. El desfile mortuorio estuvo integrado por más de cuarenta coches y automóviles que fueron hasta el cementerio.

El sábado 15 de abril de 1917 feneció el maestro y compositor Rafael Salcedo fundador y director de la Sociedad Beethoven, en el templo de Santo Tomás se cantó un Responso con una orquesta. Su cadáver fue acompañado al cementerio por numeroso público.

El 12 de agosto de 1922 expiró el arquitecto Carlos Segrera que había desarrollado una obra extraordinaria en la modernización de la ciudad con proyectos de edificios emblemáticos como: El Hotel Imperial, El Gobierno Provincial y el Museo Bacardí, entre otros. Su féretro estuvo acompañado según la prensa local de un contingente de amigos, así como de la banda Municipal y un piquete de la Policía Montada. El alcalde municipal presidio el duelo.


En la noche del 28 de agosto de 1922 falleció en su residencia de Villa Elvira, Don Emilio Bacardi. Este fue posiblemente el funeral más importante de la ciudad desde el de Diego Velásquez en 1524, pues Bacardi era sin lugar a dudas el fundador del Santiago moderno. La prensa dedicó muchas páginas al funeral:
Delante de la carroza fúnebre avanzaba un piquete de la Policía Montada municipal. Detrás dos carros del cuerpo de Bomberos con las coronas de flores y muchos automóviles con las autoridades y los amigos (...) En distintos puntos se incorporaron, la Banda Municipal que tocaba la macha fúnebre de Boza y la Banda Militar que tocaba la marcha fúnebre de Chopin (…) El féretro entró al cementerio, que también estaba lleno de personas, en los hombros de familiares y amigos, hasta el panteón familiar. Despidieron el duelo el Lic. Antonio Bravo Correoso y el Dr. Federico Henríquez Carvajal. Después, un clarín de orden y tres descargas de fusileria”.
En la noche del martes 15 de julio de 1924 falleció el coronel del Ejército Libertador y Gobernador de la Provincia de Oriente Rafael Manduley. El cortejo fúnebre salio de su casa en el reparo Vista Alegre, al frente del mismo marchó un piquete de la Policía Montada, seguido de la Banda Militar de Música y del Tercio Táctico, el sarcófago sobre un armon de artillería arrastrado por tres parejas de caballos con sus palafreneros. Después el carro-automóvil del Cuerpo de Bomberos lleno de coronas, cruces y ramos de flores, y el automóvil de los familiares, Al darle sepultura en el cementerio un piquete del ejército hizo tres descargas. La oración fúnebre fue pronunciada por Max Henríquez Ureña.

En la noche del lunes 22 de marzo de 1926 pereció el maestro Luís Maria Buch fundador y director del colegio Juan Bautista Sagarra y concejal del Ayuntamiento. El cortejo fúnebre se detuvo frente al Ayuntamiento donde se cubrió el sarcófago con la bandera nacional; luego frente a la Logia Fraternidad No 1, se le rindieron los honores correspondientes a su alta jerarquía masónica. En el cementerio recibió cristiana sepultura el hombre bueno, el buen patriota y el ejemplar ciudadano.

El sábado 8 de diciembre de 1928 expiró German Michaelsen, Hijo Ilustre de la ciudad. El carro fúnebre estaba tirado por cuatro parejas de caballos, la Banda de música de la policía y un piquete de caballería de la misma; los alumnos del Instituto y de la Normal. En el cementerio despidió el duelo Antonio Bravo Correoso.

El 30 de octubre de 1939 falleció el Reverendo Francisco País. El periódico Las Noticias destacaba en su primera plana: “Esta tarde tendrá efecto el sepelio del Reverendo Francisco País hasta su ultima morada”. El velorio se efectuó en la Primera Iglesia Bautista y por allí desfilaron desde el gobernador hasta las personas mas humildes, evangélicos y no evangélicos.

El domingo 26 de enero de 1944 falleció Antonio Bravo Correoso quien fuera constituyentista en 1901 y 1940 y tuviera una intensa vida política en Santiago y la nación. Una reseña periodística consigan que el féretro fue acompañado de una numerosa manifestación de duelo que se detuvo frente al Ayuntamiento, donde se puso la Medalla de la Orden de Mérito Carlos Manuel de Céspedes, en la bandera cubana que cubría el ataúd. En el cementerio una compañía del ejército le rindió honores de General de Brigada muerto en campaña, por sus altos servicios a la patria.

En los funerales del siglo XX desaparecieron dos costumbres de la centuria anterior, las plañideras y los negros mudos contratados para la ocasión; sin embargo aparecieron nuevas modas como el uso de caballos empenachados con sus palafreneros, el piquete de policía a caballo, el carro de bomberos con las coronas y las flores, las bandas de música y en algunos casos las descargas de fusileria en el cementerio.

Algunos de estos entierros fueron verdaderas manifestaciones populares de duelo que serian recordados por varias generaciones. Los santiagueros de aquella época despedían con gran dignidad y solemnidad a los ciudadanos que habían contribuido a hacer de Santiago de Cuba una gran ciudad.



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Rafael Duharte Jiménez (Santiago de Cuba, 1947). Profesor, Historiador Ensayista y Guionista de radio y televisión. Ha publicado 12 libros, numerosos artículos y ensayos en revistas en Cuba y el extranjero y una Historia Audiovisual de Santiago de Cuba que consta de 355 audiovisuales de 12 minutos cada uno; conferencista en 28 universidades y centros de investigación en El Caribe, América Latina, Europa y Los Estados Unidos. Es miembro de la UNIHC y la UNEAC. Actualmente labora como especialista de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.

Entre Memorias del subdesarrollo y del desarrollo. Las huellas del éxodo cubano a partir de 1959 hasta el presente en dos novelas del escritor cubano-americano Edmundo Desnoes llevadas al cine (por Antonio J. Aiello)


Viene de una isla que quiso construir el paraíso.
 (…) Esa isla que, queriendo construir el paraíso,
 ha creado el infierno.
Zoé Valdés


Pocas veces en la historiografía de la literatura llevada al cine se da un caso como el ocurrido entre Memorias del subdesarrollo (1965) y Memorias del desarrollo (2007). Dos novelas del escritor cubano-americano Edmundo Desnoes (1930) con sus respectivas versiones cinematográficas, que muestran al mundo la tragedia de un pueblo impulsado al exilio por la falta de espacio y la tolerancia a la pluralidad, promovida por un gobierno totalitario bajo el subterfugio de una “Revolución”, la cual terminó olvidándose de los que la hicieron y de cómo la unidad del ser cubano estaba en su diversidad, la cual cada día reducía más, adoptando un sistema más estalinista(1) y fidelista(2) que marxista. 

Las dos obras son el resultado de una aguda y crítica reflexión sobre la polaridad vigente hoy en día entre el mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo y el mundo desarrollado, un nuevo enfoque del mismo problema tratado por el argentino Sarmiento (1811-1888) en su obra Facundo (1845) con los términos de “Civilización” y “Barbarie” . Pero que, a propósito o no, revelan la crueldad y magnitud del despotismo que ha sufrido el pueblo cubano. 

Memorias del subdesarrollo y Memorias del desarrollo están creadas con un solo protagonista, Sergio y Edmundo respectivamente, quienes se esfuerzan en entender lo que había implicado el proceso revolucionario devenido en una dictadura. Sergio que determina quedarse en Cuba sufre los embates del populismo desenfrenado de los primeros años de la Revolución, el exilio de todos sus amigos y familiares, la soledad y el enfrentamiento a un proceso que no comprende pero que quiere descubrir; Edmundo, quien ha marchado al exilio, padece sus consecuencias: el desarraigo de su cultura lejos de familiares y amigos, el duro proceso de aculturación a los nuevos parámetros de la sociedad norteamericana no menos estresantes y castrantes, los cuales han determinado que muchos cubano­americanos se hayan forjado una nueva identidad cultural y social.

Memorias del subdesarrollo deja un testimonio de los momentos cruciales de ese proceso entre 1960 –Inicio del éxodo masivo del pueblo cubano(3) – y 1962 –Crisis de los misiles(4)–, al relatar los sucesos de esos días desde la perspectiva de un hombre de clase media alta, de los cuales no escapan los desmanes contra todo el que no aceptara la nueva actitud frente a la propia vida que los cambios sociales y las leyes impuestas arbitrariamente exigían, y que en gran medida implicaban la violación de los derechos humanos de la sociedad civil.

La trama se organiza a través de su único protagonista, Sergio Carmona Bendoiro, un hombre de clase media alta, muy indeciso y sin iniciativa propia ni meta ante la vida. En síntesis, un fracasado o perdedor que no comprende lo que está pasando y que para todo tiene un juicio crítico negativo, pero que tampoco es capaz de marcharse con su familia en 1961, tomando como argumento las siguientes palabras contestadas a su amigo:
Pablo me dijo un montón de veces: “Espero verte pronto por allá” ¿Para qué? Yo conozco Estados Unidos ya: y lo que puede pasar aquí es un misterio para mí. Aunque a veces me asusta ver desmoronarse todo lo que yo conocía. Además esta es la última oportunidad que tendré de profundizar en mí mismo. (45)
Con una vida centrada en el “yo”, sin más motivaciones que experimentar lo nuevo, decide quedarse en Cuba, lejos de sus familiares para ser testigo del proceso revolucionario que en esta novela se extienden hasta los días de la Crisis de Octubre. Así la novela se inicia con la despedida de su esposa y sus padres que marchan al exilio, lo que parece no importarle. Paralelamente y de fondo van quedando plasmados los testimonios de las injusticias y las violaciones a los derechos humanos que se cometían contra los que no aceptaban las arbitrarias leyes impuestas o los que se marchaban. Un testimonio solo comparable en el cine al que presenta Steven Spielberg en su película La lista Schindler (1993) donde se muestra el maltrato y la expropiación de las joyas y los más mínimos recuerdos familiares que los judíos polacos llevaban consigo durante el Holocausto. Luego, tras ese acontecimiento, el protagonista será testigo de todas las reformas sociales que se suceden en esos años como la campaña de alfabetización la ley de reforma urbana, la ley de reforma agraria, la privatización de las empresas privadas, las manifestaciones populares de izquierda excluyentes de los otros sectores de la sociedad y de todas las ideologías posibles hasta los meses de la Crisis de los misiles, desde octubre de 1962 hasta enero de 1963.

La actitud del protagonista es claramente contestaria al no comprender lo que está pasando y enjuiciar desde una perspectiva de su clase todo el cambio social, pero matizada por su actitud desganada, desorientada o alienada; de allí que numerosos de sus juicios devengan en una crítica anárquica contra todo y el menosprecio de los valores de la cubanía y la mujer:
Una de las cosas que más me desconcierta de la gente es su incapacidad para sostener un sentimiento, una idea, sin dispersarse. Elena demostró ser totalmente inconsecuente. Es pura alteración, como diría Ortega. (…) no relaciona las cosas. Esa es una de las señales del subdesarrollo: incapacidad para relacionar las cosas, para acumular experiencias y desarrollarse. (…) Todo el talento del cubano se gasta en adaptarse al momento. En apariencias. La gente no es consistente, se conforma con poco. Abandona los proyectos a medias, interrumpe los sentimientos, no sigue las cosas hasta sus últimas consecuencias. El cubano no puede sufrir mucho rato sin echarse a reír. El sol, el trópico, la irresponsabilidad… (44)
En el plano individual, y mientras que Sergio es testigo de todo el proceso social, se da su dimensión subjetiva y sentimental a través de sus reminiscencias de su vida sexual con su esposa Laura, una mujer de clase, educada y que satisface sus expectativas de esposa ideal; o la de su novia de juventud Hanna de origen alemán de la que estuvo seriamente enamorado, pero que no fue capaz de seguir con su familia a New York porque el padre le había dado la administración de una mueblería, negocio de la familia; o los amores con Emma, una trigueña que “(se parecía remotamente a Greta Garbo) que vendía discos enfrente de la mueblería” (83). Ejemplos que confirman su débil carácter, inseguro e indeciso, nada emprendedor ni luchador, sin metas ante la vida. El resto lo llenan sus elucubraciones sexuales con la apuesta sirvienta, Noemí, quien le atiende la casa y su experiencia amorosa con Elena, una muchacha pobre cuya familia lo lleva hasta un tribunal de justicia por haber abusado de ella.

Pero ¿cómo fue posible que una novela con tan marcada crítica a la Revolución cubana, a lo que significa ser cubano y a la mujer pudiera haberse publicado en Cuba tan tempranamente como en los años de 1965, recibir premios, llevarse al cine y lograr la consideración de ser una de las mejores películas del cine cubano? La respuesta está en las propias palabras del autor en una entrevista que le realizara Nirma Acosta(5) en el 2003 al respecto:
Para mí, de Memorias del subdesarrollo lo más importante es la ambigüedad. El asunto no es estar a favor o en contra, sino hacer pensar, reflexionar, no tener una sola posición. Creo que esa es la razón por la cual los jóvenes se identifican con la obra, le dio un espacio a otras visiones menos cerradas, dogmáticas, fanáticas. (…) Con el uso de la primera persona les propuse la duda, la intimidad, lo que uno piensa y siente. Eso es lo que sigue vivo del libro. (5)
Precisamente entre la ambigüedad que resultaba de la crítica que venía de un protagonista poco serio y emprendedor, acostumbrado a disfrutar de los bienes de su familia, pero incapaz de decidir sobre su vida, una actitud nada ejemplar socialmente, lo que servía para apoyar la política cubana de eliminar los rezagos capitalistas del hombre “burgués”, y la del anuncio documental de lo que iba pasando durante esos años en el país se creaba una atmósfera acumulativa de elementos, tipo collage sin centro determinante que redundaba en todo lo que acaecía, y a lo que cada cual podía dar su interpretación desde su posición ideológica, apoyando lo que entendía o disidiendo de ello. Por ello, Memorias del subdesarrollo alcanzó la luz y el apoyo desde cualquier posición que se estuviera políticamente en aquel momento, aunque quizás esta ambigüedad también le llevó a ganar detractores entre escritores de dentro del país y del exilio. A ello se refiere Jessica Rodríguez cuando señala:
Un esteta siempre genera desconfianza, pero nada hay tan sospechoso como un esteta que no se afilie a ningún bando. Ese individualismo, imperdonable signo de tibieza para muchos, le ha granjeado a Desnoes prestigiosos detractores: Heberto Padilla, Reinaldo Arenas, Cabrera Infante. Para mí son rostros de una misma herida, variantes de un brutal desgarro cuyas complejidades sólo alcanzo a columbrar. Nunca osaría juzgarlos, pero sí defiendo el derecho del esteta Edmundo a poner sus propios límites en el discurso crítico. “Yo no quería abrazar un dogmatismo de signo negativo, no tenía intención de viajar a la cara oculta de la luna”, me contó recordando su rechazo a unirse a la contrarrevolución en el exilio. “La Revolución cubana ha sido para mí la experiencia de la Belleza: la intensidad del amor, la pasión y el dolor de la desilusión. Y ni lo puedo ni lo quiero negar. No podemos escamotear la experiencia sin perder la identidad. La identidad se vive, no se construye”. (1)
Su adaptación cinematográfica fue elaborada entre el propio Edmundo Desnoes y Tomás Gutiérrez Alea (Titón) (1928-1996), quienes escribieron su guion. Los que han leído la novela y visto el filme se dan cuenta de la exactitud y correspondencia total entre ambos. La crítica ha encontrado consenso al señalar que Edmundo y Titón lograron armonizar perfectamente el texto original, el lenguaje literario y el lenguaje cinematográfico. Al respecto el propio Edmundo ha dicho:
Aunque somos dos individuos muy diferentes, Titón tiene una mirada más objetiva, social; yo vivo en una constante confrontación entre mi subjetividad y el mundo que me rodea. Pero la intensidad abrazante de la revolución durante los primeros años nos unió, como nos unió el mismo origen pequeño burgués, una formación dentro de la vanguardia cultural, occidental, del siglo XX. (…) Nunca existieron fricciones ni diferencias, nos sentíamos creadores dentro del mismo vientre. Es cierto, uno era más político y el otro era más subjetivo. Esa fue la fórmula que permitió la salvación por eso Memorias… está hoy sola en la cumbre. (Camacho 2)
Sobre su estilo de realización el propio Gutiérrez Alea la define como un “collage… con un poco de todo.” (Wikimedia 1) En ella, el realizador experimenta una rica variedad de estilos fílmicos, pasando de las secuencias narrativas de estéticas que utilizan enfoques fijos tomados de cámaras de mano a las secuencias del montaje de agitación, evocadoras de las películas de los cineastas soviéticos tempranos tales como Sergéi Eisenstein o a las del neorrealismo italiano(6) centrado en develar las dificultades del mundo tras la II Guerra Mundial. Hace uso de varios tipos de medios incluyendo fotos inmóviles, imágenes de archivo y gran cantidad de noticieros, los clips de las películas de Hollywood, y los discursos grabados de Fidel Castro y John F. Kennedy, creando una apariencia de desorden en el lenguaje de la película que está en claro contraste con el estilo de Hollywood.

También la crítica ha encontrado influencias de Albert Hitchcock, en la escena cameo donde Gutiérrez Alea se deja filmar, quedando como testigo, al estilo seguido por el realizador inglés desde su tercera película rodada en Hollywood, a modo de una firma particular en todas su películas; y de Buñuel, en la escena que el protagonista se cubre la cara con una media de mujer, fantaseando sexualmente, como ocurre en Viridiana. 

Memorias del Desarrollo (2007), que tomó varios años en escribirse, está integrada por las reflexiones de su autor sobre su vida en el exilio. Su protagonista es Edmundo o Eddy, él mismo. Aunque Memorias del Desarrollo está llena también de reflexiones autobiográficas y su protagonista es casi el Edmundo de aquellos años, sólo que enmascarado aquí, quizás para poder decir más detrás de la figura de Sergio. Memorias del desarrollo deviene en la segunda parte de Memorias del subdesarrollo (1965), narrando simbólicamente la tragedia psicológica y cultural de los que decidieron emigrar de Cuba tras la revolución castrista. Aquellos que se fueron despojados de todas sus pertenencias y tuvieron que lograrlo todo nuevamente empezando de cero en una nueva cultura, que implicó su aculturación a los nuevos parámetros de la cultura de la sociedad norteamericana. Así se produjo un tránsito en estos individuos con diversos resultados: algunos fueron incapaces de ello y permanecieron aislados, otros se permearon de la nueva cultura pensando siempre adelante, otros sobrevivieron en esa cultura; pero llenos de nostalgia, como es el caso del discurso que presenta Desnoes en su última novela. Al respecto, en una entrevista que le realizara Nirma Acosta(7) plantea sobre esta nueva novela:
Incluye el recuerdo de Cuba, los primeros 20 años, y pretende un acercamiento a tratar de entender la nueva sociedad. Ya que hay tantos latinos, hispanoparlantes en Estados Unidos, son 20 millones, tan importante como la población negra en Estados Unidos, entre los chicanos, dominicanos, ecuatorianos. Creo que, en parte, hay que ayudarlos a entender los Estados Unidos, porque es otra cultura, otra lengua, otra mentalidad. Esa es una de las funciones de la nueva novela. (4)
Su protagonista, Edmundo, en la medida que va revisando sus memorias nos deja el testimonio de las secuelas del exilio en su vida laboral, familiar, sexual, cultural y política. Cada capítulo va dejando sus recuerdos sobre la salida de Cuba, los primeros días en Italia, España y luego en los EE.UU., sus amores, su tía Julia, su hermano Pablo hasta culminar con un final profético sobre lo que serán sus últimos días al amparo de su hija, seguido de la incertidumbre que le espera a su hija. Así concluye Natalí Desnoes la novela, después de haber muerto su padre y haberlo enterrado:
Esto no me está pasando. ¿Adónde voy ahora? ¿Adónde me meto? No tengo dónde meterme. Tengo que ir… No puedo quedarme aquí. No me gustan las montañas, ni los abetos, ni las palmas tampoco, ni las cucarachas cubanas, mucho menos ese conejo nervioso que ahora veo en el césped que hace tres semanas corté montada en el tractor. Voy a tener que segar la hierba una vez más antes de abandonar la cabaña.
Tengo que irme y hacer algo en alguna parte.
Natalia Desnoes (252)
No existe en esta novela ningún sentido futurista que supere al de la novela anterior, por el contrario, sus experiencias de vida en el mundo desarrollado aluden a las consecuencias de la vida de un ser del mundo subdesarrollado en otro desarrollado. Claro está, que no se ofrecen muchas alternativas de ese desempeño, enfatizándose en las que ponen de relieve la tragedia del desarraigo social y cultural, en vez de realzar la complementariedad social y cultural del emigrado.

Su versión cinematográfica, realizada casi treinta años después de Memorias del subdesarrollo, fue llevada a cabo por el también experimentado cineasta cubano Miguel Coyula (1977), terminada en el 2009 y estrenada en el prestigioso Festival de Sundance en enero del 2009. Sobre su adaptación al cine, no se puede decir lo mismo que con Memorias del subdesarrollo, ya que Memorias del desarrollo fue realizada más unilateralmente por su director, quien la adaptó, la dirigió, coescribió su guion, llevó el proceso de fotografía, la editó, y parcialmente la musicalizó. No obstante, su desarrollo persigue simbólicamente la crítica al régimen de Castro como causante de la diáspora cubana con todas sus consecuencias.

Sobre la adaptación al cine de esta novela, Miguel Coyula ha dicho:
Pues la estructura narrativa es abierta, como dice Titón, “donde se puede meter un poco de todo”. Eso es lo que más me gusta de “Memorias del subdesarrollo”. Formalmente es muy diferente, estilizada hasta lo sumo, incluso cuando se trata de materiales documentales. Por ejemplo, he hecho muchas animaciones con fotografías, distorsionándolas tremendamente. (1)
Además, si la comparamos con Memorias del subdesarrollo, nos damos cuenta de que está favorecida por toda la tecnología actual, con la que no se contaba hace treinta años y que hizo a la primera tan cerca del cine ruso y del neorrealismo italiano de la segunda Guerra Mundial. Sobre todo el proceso de montaje nos habla Coyula:
Primero hice una adaptación cinematográfica donde traté de convertir las palabras en imágenes lo más posible. Luego Edmundo escribió escenas que se me habían ocurrido para la película. Y yo por mi parte he escrito otras calcadas de situaciones reales que he vivido, otras que se me han ocurrido al estudiar a los actores y sus conversaciones cotidianas, otras improvisadas, varias escenas “documentales” (por ejemplo, la caída de las Torres), una manifestación en la calle, o una sección de diez minutos de animación de la Revolución cubana a través de fotografías de las revistas Bohemias de los cincuenta. Unos personajes se han expandido, mientras que otros han desaparecido. En fin, han cambiado y aparecido muchos elementos nuevos. Es una película que ha tomado vida propia, más allá de lo que yo hubiera podido planear en papel. En ese sentido ha sido como “El Tenedor plástico”. Y es importante porque solo pudiera ser así cuando uno trabaja completamente independiente, al poder controlar todas las especialidades artesanalmente, el guión, la fotografía, la edición y la banda Sonora, cuando un arte inspira una idea en la otra, y los procesos se retroalimentan. (2)
Sobre el proceso de realización de esta película en el sitio web oficial del Sundance Film Festival aparece:
Memories of Overdevelopment”, es presentada como “collage subliminal y cinético que forja nuevas dimensiones cinematográficas a través de múltiples planos expositivos, que se interceptan unos a otros, en una suerte de saga picaresca sobre el deseo y la decadencia, una suerte de proyecto autorreflexivo sobre cómo el arte refracta la realidad, y viceversa, una suerte de excursión surrealista en la memoria y el inconsciente, y una amarga crítica a las fuerzas capitales del siglo XX como el genocidio y el totalitarismo” (Sundance). 
Así con el díptico, Memorias del subdesarrollo y Memorias del desarrollo, se materializa para la historia la tragedia vivida por el pueblo cubano durante más de cuarenta años, impulsado al exilio por la falta de espacio y tolerancia a la pluralidad, promovida por un gobierno totalitario de corte marxista; las consecuencias psicológicas del exilio, el desarraigo cultural de los que emigraron, su transculturación en la nueva sociedad, sus éxitos y sus nostalgias. Tanto las novelas como sus respectivos filmes son ecos del discurso nacional de esos años en los que todo su pueblo ha estado precariamente vinculado al problemático devenir político e ideológico de la Isla y las catastróficas consecuencias de subordinar la vida a una ideología fundamentalista sin opción para los que disentían. Nunca más lejos se ha estado del lema martiano “Con todos y para el bien de todos” (279), independientemente enarbolado por el régimen totalitarista cubano.

Tanto las novelas como sus respectivos filmes, más allá de sus logros artísticos, continúan cautivando la atención en estos últimos años. Nuevas miradas se acercan subyugadas a estas obras, que por algo han declarado a Memorias del subdesarrollo, en la primera encuesta mundial sobre los 100 mejores títulos del cine iberoamericano, convocada por el portal de información cinematográfica NOTICINE.com, como la cinta latina más destacada de la historia, seguida por la hispano-mexicana "El laberinto del fauno" (2006), de Guillermo del Toro, y la mexicana "Los olvidados" (1950), de Luis Buñuel. Con estos ecos, el tiempo acumulado entre ambas Memorias, es ya historia.


Citas y Notas

  1. Régimen totalitario de izquierda llevado a la práctica por Joseph Stalin (1879-1953) en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, bajo banderas seudomarxistas, la cual fue repudiada por sus sucesores.
  2. Relativo al régimen dictatorial de izquierda implantado por Fidel Castro en Cuba de corte estalinista y adaptado a sus intereses, más que marxista.
  3. Desde 1959 diferentes capas de la sociedad cubana comienzan a emigrar, en la medida que son afectadas por las leyes sociales populistas impuestas por el nuevo gobierno y más tarde por su carácter de dictadura de extrema izquierda.
  4. La Crisis de los misiles en Cuba es como se denomina al conflicto entre los Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba en octubre de 1962, generado a raíz del descubrimiento por parte de Estados Unidos de bases de misiles nucleares soviéticos en territorio cubano. 
  5. Nirma Acosta, periodista cienfueguera de la revista literaria La Jiribilla.
  6. El movimiento se desarrolló alrededor de un círculo de críticos cinematográficos que se agrupaban en torno a la revista Cinema, entre los que se encontraban Michelangelo Antonioni, Luchino Visconti, Gianni Puccini, Giuseppe de Santis y Pietro Ingrao. Se caracterizaba por tramas ambientadas entre los sectores más desfavorecidos, abundante en el uso de los rodajes exteriores, con importante presencia de actores no profesionales entre sus secundarios, y, con frecuencia, incluso entre los protagonistas. Las películas reflejan principalmente la situación económica y moral de Italia en la posguerra, y reflexionan sobre los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida: frustración, pobreza, desesperación... Su aspecto e intención principal consistía en plasmar la realidad tal cual era. Se trataba de un cine con orientación social capaz de representar la terrible depresión de una guerra tan atroz: un cine casi de desesperanza con un claro contenido social. Se puede decir que el neorrealismo italiano se inicia en 1945 con Roma, ciudad abierta (Roma, città aperta) de Roberto Rossellini y continúa con cineastas tan destacados como Vittorio De Sica con Ladri di biciclette en 1948 y Luchino Visconti con La tierra tiembla (La terra trema) en 1947 (Wikimedia 1).
  7. Nirma Acosta es periodista de Cienfuegos en la revista La Jiribilla.

Referencias 

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Camacho, Jorge. “Memorias y memorias: 18 preguntas para Edmundo Desnoes.” Otro Lunes. Revista Hispanoamericana de Cultura. No. 7. Abril 2007 Web. 12 Feb. 2011 < http://www.otrolunes.com/hemeroteca-ol/numero-07/html/otro-lunes-conversa/otro-lunes-conversa-n07-a01-p01-2009.html>

Coyula, Miguel. “Sobre Memorias del desarrollo y otros asuntos.” Cine cubano, la pupila insomne. Web. 12 Feb. 2011. < http://cine-cubano-la-pupila-insomne.nireblog.com/post/2007/04/28/miguel-coyula-sobre-memorias-del-desarrollo-y-otros-asuntos>

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García, Luis Manuel. “Entrevista a Edmundo Desnoes”. Mono Azul. 22 de marzo de 2008.

Jaimes, Héctor. “Memorias del desarrollo: el placer de las ruinas (entrevista a Edmundo Desnoes)”. A contracorriente. A Journal on Social History and Literatura in Latin America. Vol. 4, 1 (2006): 110-119. 6 de marzo de 2008. 

Martí, José. “Discurso pronunciado por J. martí el 26 de noviembre de 1891 en Tampa.” Obras completas Vol. 4. La Habana: Centro de Estudios martianos, 2001: 269-279. Print.

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Santí, Enrico Mario. “Edmundo Desnoes: La subnovela”. Historia y ficción de la narrativa hispanoamericana. Ed. Roberto González Echevarría. Caracas: Monte Ávila Editores, 1984. 359-84. Print.

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--- “Tomás Gutiérrez Alea.” Wikipedia La enciclopedia libre. 22 Dic. 2010. Web. 10 Feb 2011. http://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_Guti%C3%A9rrez_Alea>



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Dr. Antonio J. Aiello is a faculty at the College of Charleston, SC. He also has taught as visiting assistant professor at Oregon State University, graduate associate teaching in the University of Arizona and New Mexico State University, adjunct faculty at Pima Community College in Tucson, Arizona,assistant professor at University of Kabul, Afghanistan and assistant professor at University of Camaguey, Cuba. He has taught Spanish language as second language in basic, intermediate and upper levels; Spanish and Spanish American Literature, and Hispanic Linguistics since 1977 to students from various countries from America, Europe, Africa and Asia.
His formation began in the Higher Pedagogical Institute “José Marti” in Camaguey, Cuba as a Bachelor in Spanish and Literature. He got his Master in Latin American Studies in the University of Camaguey. Later he took different courses about Semiotic and Theory of Information with the University of Valencia, Spain, and University of Oriente, Cuba. Finally he got his Ph. D. in Spanish at the University of Arizona, with a major in 20th - 21st centuries Spanish American Literature, and two minors in 20th – 21st centuries Spanish Literature, and Hispanic Linguistics.
His researches have been related with the Postmodern Literature, the Spanish and Spanish American Literature, the literature in the cinema, the Hispanic Linguistics and the process of languages acquisition,. Their results have been presented at various international events and at various universities and associations in the United States. He is also author of the book Presencia de la episteme posmoderna en el discurso narrativo hispanoamericano de los umbrales del siglo XXI: Carlos Fuentes Macías, Mario Vargas Llosa y Leonardo Padura Fuentes, and some textbooks for the Spanish as second language teaching. Besides, he has published several articles with the results from his investigations. Furthermore, he has collaborated with publishing house like Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies, John Wiley and Sons, Inc.; Hispania a Journal of AATSP; La gota de agua, Philadelphia, PA. and the journal Mexican Studies/Estudios Mexicanos of The University of California Institute for Mexico and the United States, and the Universidad Nacional Autonoma de Mexico’
His current research focuses on postmodern Spanish American Literature about narrators as Zoé Valdés, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa and Leonardo Padura. He expects to fulfill soon some books called Lezama recipe book, The Postmodern Narrative from Zoé Valdés and The postmodern narrative in Cuba. A reality: Leonardo Padura.



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Texto publicado originalmente en este blog en el año 2015.

Sandro (Agosto 19, 1945 – Enero 4, 2010)



Wednesday, August 18, 2021

Carnero, según el "Vocabulario Cubano", de Constantino Suárez. Año 1921.


Una Velada en "La Popular". Foto del Camagüey de 1905.

 

Martinete: el caballo blanco de Maceo. (por Carlos A. Peón-Casas)



Cuando fuimos niños, y alguna vez en nuestros tempranos incursiones escolares, surgiría aquella recordada adivinanza, que en mi caso escuché por vez primera de los labios de mi abuelo Peón: ¿De qué color era el caballo blanco de Maceo?

Para un niño la obviedad de la respuesta era a veces la trampa didáctica del simpático acertijo que a veces hacía pensar un poquito antes de de resolver el enigma propuesto.

Lo que pocos darían por cierto es que en la simpatía de aquella indagatoria yaciera la verdad del hecho incontrastable, que hoy encontramos develado, para nuestro deleite, y de seguro para el siempre curioso lector, en las páginas ya amarillentas de la que fuera muy popular revista cubana El Fígaro un ejemplar que data de Septiembre de 1899.

Ante tan interesante evidencia de la verdad histórica, no puedo menos que compartir esta novedoso hallazgo, con el mismo gozo que da el hallazgo de esos saberes que nos deslumbran y emocionan.

Aquí tiene el amable lector el texto original que nos ilustra:
No es un caballo de gran estampa; tendrá a lo sumo, 6 ¾ cuartas de alzada; vivo, genioso, de andar ligero y llevado por diestro ginete, salta sin esfuerzo una altura de vara y media; noble, obedece con docilidad la rienda.

Al horror de la metralla solo hinchaba el fogote y paraba las guatacas bastante pequeñas.

Nació en un potrero de Jiguaní y era compañero del célebre Alambrado que hasta la terminación de la guerra montó el general Jesús Rabí.

Antes de la invasión le fue regalado al general Antonio Maceo por un modesto guajiro, su propietario.

Martinete como le llamó el épico mulato es de color blanco, muy blanco y fue el favorito del gran general y su compañero y su confianza en las horas negras del combate.

Hoy es propiedad de la viuda de Maceo, señora María Cabrales, quien lo ha cedido al Museo de de Santiago de Cuba(1).





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1. El Fígaro. Año XV. Habana 3 de Septiembre de 1899. Núm. 33

Tuesday, August 17, 2021

Lope Recio, gobernador de Camagüey, inaugura un congreso en el Teatro Principal. Foto del año 1905

P. Alberto Reyes: En Cuba "el gusto por la libertad ha entrado ya en nuestras venas"



Con el estadillo social en Cuba, con los civiles exigiendo libertad y un “basta” al régimen cubano, ¿usted cree que este movimiento social se repliegue tras las medidas que está poniendo el gobierno para frenarlos? ¿O usted cree que la gente no se va a rendir tan fácilmente?

En este momento hay dos fuerzas muy grandes en tensión. Por una parte, creo que mi pueblo se ha cansado definitivamente de la farsa social de un país feliz y orgulloso de su sistema político. Creo que es un momento en el que la gente siente profundamente que es necesario un cambio radical, un cambio de sistema y no sólo cambios puntuales. Por otro lado, están el miedo y el instinto de conservación. La represión del gobierno ha sido y está siendo brutal y muy agresiva. Están literalmente sembrando el terror. Y eso tiene también mucha fuerza. Siendo realistas, cualquiera de las dos fuerzas podría imponerse, pero pase lo que pase, yo sí creo que vamos definitivamente hacia un cambio social y político. Podrá demorar más o menos, pero el gusto por la libertad ha entrado ya en nuestras venas.

En la rueda de prensa llevada a cabo el pasado 13 de julio, el Canciller de Cuba Bruno Rodríguez mencionó que Estados Unidos dificultó la adquisición de respiradores y equipo médico contra la COVID-19, a su vez, obstaculizó la prevención, el tratamiento y la inmunización de los cubanos frente al virus. Según estas afirmaciones, ¿qué medidas sanitarias han ido adaptando para que los fieles puedan volver a la Misa, recibir los sacramentos, poder tener una formación en la fe y apoyar a los enfermos que lo precisen?

Los Estados Unidos no niegan a Cuba la posibilidad de adquirir suministros médicos, eso no es verdad. Por otra parte, el responsable de que la inmunización en Cuba se retrasara ha sido el propio Gobierno, que rechazó la oferta de un plan de vacunación ofrecido a toda América Latina por defender la creación de sus propias vacunas en un momento donde era evidente que el proceso de desarrollo de sus candidatos vacunales se demoraría. Si Cuba hubiera aceptado la oferta de vacunación que se le hizo, la inmunización contra el Covid -19 en Cuba hubiera comenzado al menos seis meses antes.

En muchos lugares las autoridades sanitarias han decretado el cierre de las iglesias y el cese de toda acción pastoral que implique reunión de personas. En algunos lugares se acaba de autorizar la apertura de las iglesias con un aforo del 50%, manteniendo las medidas de seguridad que ya conocemos: mascarilla durante las celebraciones, desinfección y distanciamiento social.

¿Qué retos se esperan en la evangelización para los fieles católicos en Cuba?

Cuba es un pueblo que hace muchos años le dio la espalda a Dios. Y cuando un pueblo le da la espalda a Dios, no puede caminar. El reto mayor de Cuba hoy es ayudar al pueblo a volver su rostro a Dios, a abrir al corazón al Dios que lo ama y no lo ha abandonado.

Creo que el reto mayor de la Iglesia hoy es ayudar a la gente en un proceso de conversión que no sólo destierre odios y rencores, comprensibles pero inútiles, sino que ayude a las personas a proyectar sus vidas desde el Evangelio. Si el cubano de hoy no acoge a Cristo en su corazón, la Cuba del mañana podrá ser muy diferente, pero no conducirá al pueblo a la vida.

(Ver entrevista completa en Zenit)

¿Es verdad que los hombres que ganan menos que sus esposas, son más infieles? (por Cecilia Alegría, La Doctora Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.



El sentido común respondería a esta pregunta afirmativamente, pero la ciencia se ha encargado de comprobarlo.

Un reciente estudio realizado por un año, entre más de 1,300 parejas casadas y en concubinato, y presentado en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Sociología, determinó que los hombres -que ganan menos que sus parejas- son más propensos a engañarlas, situación que se incrementa notablemente cuando el varón es latino, por causa del aún imperante machismo.

Los expertos explican el engaño como “la vía que encuentran esos hombres para restablecer una identidad de género que sienten amenazada”. En mi modesta opinión, quizá sea un mecanismo de desfogue de la frustración o tal vez sea un mecanismo de defensa contra una realidad que apabulla su virilidad.

La investigación realizada por la Universidad de Cornell, New York, concluye que ganar menos dinero que la mujer puede amenazar la identidad de género masculina, al poner en tela de juicio la noción tradicional del hombre como sostén de familia o principal proveedor, (“como el que para la olla”, diríamos los peruanos). Esta relación puede ser particularmente fuerte en ciertos subgrupos para los que el rol de hombre-proveedor tiene tradicionalmente mucha importancia, como sucede entre los latinoamericanos.

Paradójicamente, el estudio mostró que los hombres cuyas parejas son más dependientes de ellos, son también más proclives a ser infieles, lo que se torna en un callejón sin salida para ellas.

Como era de esperarse, se constatan diferencias en el caso de las damas. El trabajo explica: “Si una mujer es el sostén económico de la familia, será más propensa a engañar a su pareja, mientras que, si ella depende de su marido, es menos probable que le sea infiel”.

Otra de las conclusiones interesantes fue que las mujeres son 50% menos propensas a engañar a sus parejas. Y esto debido a que la feminidad no está definida por su estatus económico ni tampoco por sus conquistas sexuales. Más bien, dada la doble moral sexual, es probable que la dependencia económica lleve a las mujeres a ser más fieles.

¿Qué les parece? La solución más obvia para una mujer que gane más que su pareja es comprobar que no sea machista, antes de casarse con él. Porque el machismo es la verdadera causa de que la identidad de género masculina se vea amenazada si su mujer gana más.

Otra posible causa sería que la mujer aproveche su ventaja financiera para tratar a su conviviente o esposo como un subordinado, dándole ordenes, gritándole o faltándole el respeto, echándole en cara que es un “ocioso” o que le “falta ambición” para salir adelante en su campo laboral. En una situación como esta, ni siquiera el hombre menos machista aguanta.



 

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La Dra. Amor te invita a informarte sobre su CLUB DE SOLTEROS CRISTIANOS -versión virtual- visitando su website www.ladoctoraamor.com




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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.

Ha publicado doce libros entre los que se encuentran: Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019), El Poder del Amor Ágape: como restaurar tu matrimonio después de una infidelidad (2021)

La compañía Thespis Acting Project invita al estreno de "La felicidad", obra del dramaturgo cubano José Abreu Felippe, bajo la dirección de Marcia Arencibia-Henderson y las actuaciones de Christian Ocón y Raydel Casas.


La compañía Thespis Acting Project invita al estreno de La felicidad, obra del dramaturgo cubano José Abreu Felippe, bajo la dirección de Marcia Arencibia-Henderson y  las actuaciones de Christian Ocón y Raydel Casas.


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Dos hombres en la tercera edad, Abelardo y Benito, comparten sus vidas desde hace más de cuatro décadas. La sombra del tiempo ha hecho mella en sus vidas, manteniéndolos pendiente de horarios para tomar medicamentos y de las trampas de la memoria. En medio de la convivencia, las pasiones del pasado que renuevan encuentros, paseos y momentos de cariño y aventuras. Una sumatoria de vivencias que tal vez perfilan la felicidad.


 
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Viernes y sábado 20-21 y 27-28 de agosto, a las 8 p.m.


Miami Hispanic Cultural Arts Center
111 SW 5th Ave., Miami, Fl, 33130

Monday, August 16, 2021

Remarks by President Biden on Afghanistan



August 16, 2021


THE PRESIDENT: Good afternoon. I want to speak today to the unfolding situation in Afghanistan: the developments that have taken place in the last week and the steps we’re taking to address the rapidly evolving events.

My national security team and I have been closely monitoring the situation on the ground in Afghanistan and moving quickly to execute the plans we had put in place to respond to every constituency, including — and contingency — including the rapid collapse we’re seeing now.

I’ll speak more in a moment about the specific steps we’re taking, but I want to remind everyone how we got here and what America’s interests are in Afghanistan.

We went to Afghanistan almost 20 years ago with clear goals: get those who attacked us on September 11th, 2001, and make sure al Qaeda could not use Afghanistan as a base from which to attack us again.

We did that. We severely degraded al Qaeda in Afghanistan. We never gave up the hunt for Osama bin Laden, and we got him. That was a decade ago.

Our mission in Afghanistan was never supposed to have been nation building. It was never supposed to be creating a unified, centralized democracy.

Our only vital national interest in Afghanistan remains today what it has always been: preventing a terrorist attack on American homeland.

I’ve argued for many years that our mission should be narrowly focused on counterterrorism — not counterinsurgency or nation building. That’s why I opposed the surge when it was proposed in 2009 when I was Vice President.

And that’s why, as President, I am adamant that we focus on the threats we face today in 2021 — not yesterday’s threats.

Today, the terrorist threat has metastasized well beyond Afghanistan: al Shabaab in Somalia, al Qaeda in the Arabian Peninsula, al-Nusra in Syria, ISIS attempting to create a caliphate in Syria and Iraq and establishing affiliates in multiple countries in Africa and Asia. These threats warrant our attention and our resources.

We conduct effective counterterrorism missions against terrorist groups in multiple countries where we don’t have a permanent military presence.

If necessary, we will do the same in Afghanistan. We’ve developed counterterrorism over-the-horizon capability that will allow us to keep our eyes firmly fixed on any direct threats to the United States in the region and to act quickly and decisively if needed.

When I came into office, I inherited a deal that President Trump negotiated with the Taliban. Under his agreement, U.S. forces would be out of Afghanistan by May 1, 2021 — just a little over three months after I took office.

U.S. forces had already drawn down during the Trump administration from roughly 15,500 American forces to 2,500 troops in country, and the Taliban was at its strongest militarily since 2001.

The choice I had to make, as your President, was either to follow through on that agreement or be prepared to go back to fighting the Taliban in the middle of the spring fighting season.

There would have been no ceasefire after May 1. There was no agreement protecting our forces after May 1. There was no status quo of stability without American casualties after May 1.

There was only the cold reality of either following through on the agreement to withdraw our forces or escalating the conflict and sending thousands more American troops back into combat in Afghanistan, lurching into the third decade of conflict.

I stand squarely behind my decision. After 20 years, I’ve learned the hard way that there was never a good time to withdraw U.S. forces.

That’s why we were still there. We were clear-eyed about the risks. We planned for every contingency.

But I always promised the American people that I will be straight with you. The truth is: This did unfold more quickly than we had anticipated.

So what’s happened? Afghanistan political leaders gave up and fled the country. The Afghan military collapsed, sometimes without trying to fight.

If anything, the developments of the past week reinforced that ending U.S. military involvement in Afghanistan now was the right decision.

American troops cannot and should not be fighting in a war and dying in a war that Afghan forces are not willing to fight for themselves. We spent over a trillion dollars. We trained and equipped an Afghan military force of some 300,000 strong — incredibly well equipped — a force larger in size than the militaries of many of our NATO allies.

We gave them every tool they could need. We paid their salaries, provided for the maintenance of their air force — something the Taliban doesn’t have. Taliban does not have an air force. We provided close air support.

We gave them every chance to determine their own future. What we could not provide them was the will to fight for that future.

There’s some very brave and capable Afghan special forces units and soldiers, but if Afghanistan is unable to mount any real resistance to the Taliban now, there is no chance that 1 year — 1 more year, 5 more years, or 20 more years of U.S. military boots on the ground would’ve made any difference.

And here’s what I believe to my core: It is wrong to order American troops to step up when Afghanistan’s own armed forces would not. If the political leaders of Afghanistan were unable to come together for the good of their people, unable to negotiate for the future of their country when the chips were down, they would never have done so while U.S. troops remained in Afghanistan bearing the brunt of the fighting for them.

And our true strategic competitors — China and Russia — would love nothing more than the United States to continue to funnel billions of dollars in resources and attention into stabilizing Afghanistan indefinitely.

When I hosted President Ghani and Chairman Abdullah at the White House in June and again when I spoke by phone to Ghani in July, we had very frank conversations. We talked about how Afghanistan should prepare to fight their civil wars after the U.S. military departed, to clean up the corruption in government so the government could function for the Afghan people. We talked extensively about the need for Afghan leaders to unite politically.

They failed to do any of that.

I also urged them to engage in diplomacy, to seek a political settlement with the Taliban. This advice was flatly refused. Mr. Ghani insisted the Afghan forces would fight, but obviously he was wrong.

So I’m left again to ask of those who argue that we should stay: How many more generations of America’s daughters and sons would you have me send to fight Afghans — Afghanistan’s civil war when Afghan troops will not? How many more lives — American lives — is it worth? How many endless rows of headstones at Arlington National Cemetery?

I’m clear on my answer: I will not repeat the mistakes we’ve made in the past — the mistake of staying and fighting indefinitely in a conflict that is not in the national interest of the United States, of doubling down on a civil war in a foreign country, of attempting to remake a country through the endless military deployments of U.S. forces.

Those are the mistakes we cannot continue to repeat, because we have significant vital interests in the world that we cannot afford to ignore.

I also want to acknowledge how painful this is to so many of us. The scenes we’re seeing in Afghanistan, they’re gut-wrenching, particularly for our veterans, our diplomats, humanitarian workers, for anyone who has spent time on the ground working to support the Afghan people.

For those who have lost loved ones in Afghanistan and for Americans who have fought and served in the country — serve our country in Afghanistan — this is deeply, deeply personal.

It is for me as well. I’ve worked on these issues as long as anyone. I’ve been throughout Afghanistan during this war — while the war was going on — from Kabul to Kandahar to the Kunar Valley.

I’ve traveled there on four different occasions. I met with the people. I’ve spoken to the leaders. I spent time with our troops. And I came to understand firsthand what was and was not possible in Afghanistan.

So, now we’re fercus [sic] — focused on what is possible.

We will continue to support the Afghan people. We will lead with our diplomacy, our international influence, and our humanitarian aid.

We’ll continue to push for regional diplomacy and engagement to prevent violence and instability.

We’ll continue to speak out for the basic rights of the Afghan people — of women and girls — just as we speak out all over the world.

I have been clear that human rights must be the center of our foreign policy, not the periphery. But the way to do it is not through endless military deployments; it’s with our diplomacy, our economic tools, and rallying the world to join us.

Now, let me lay out the current mission in Afghanistan. I was asked to authorize — and I did — 6,000 U.S. troops to deploy to Afghanistan for the purpose of assisting in the departure of U.S. and Allied civilian personnel from Afghanistan, and to evacuate our Afghan allies and vulnerable Afghans to safety outside of Afghanistan.

Our troops are working to secure the airfield and to ensure continued operation of both the civilian and military flights. We’re taking over air traffic control.

We have safely shut down our embassy and transferred our diplomats. Our dip- — our diplomatic presence is now consolidated at the airport as well.

Over the coming days, we intend to transport out thousands of American citizens who have been living and working in Afghanistan.

We’ll also continue to support the safe departure of civilian personnel — the civilian personnel of our Allies who are still serving in Afghanistan.

Operation Allies Refugee [Refuge], which I announced back in July, has already moved 2,000 Afghans who are eligible for Special Immigration Visas and their families to the United States.

In the coming days, the U.S. military will provide assistance to move more SIV-eligible Afghans and their families out of Afghanistan.

We’re also expanding refugee access to cover other vulnerable Afghans who worked for our embassy: U.S. non-governmental agencies — or the U.S. non-governmental organizations; and Afghans who otherwise are at great risk; and U.S. news agencies.

I know that there are concerns about why we did not begin evacuating Afghans — civilians sooner. Part of the answer is some of the Afghans did not want to leave earlier — still hopeful for their country. And part of it was because the Afghan government and its supporters discouraged us from organizing a mass exodus to avoid triggering, as they said, “a crisis of confidence.”

American troops are performing this mission as professionally and as effectively as they always do, but it is not without risks.

As we carry out this departure, we have made it clear to the Taliban: If they attack our personnel or disrupt our operation, the U.S. presence will be swift and the response will be swift and forceful. We will defend our people with devastating force if necessary.

Our current military mission will be short in time, limited in scope, and focused in its objectives: Get our people and our allies to safety as quickly as possible.

And once we have completed this mission, we will conclude our military withdrawal. We will end America’s longest war after 20 long years of bloodshed.

The events we’re seeing now are sadly proof that no amount of military force would ever deliver a stable, united, and secure Afghanistan — as known in history as the “graveyard of empires.”

What is happening now could just as easily have happened 5 years ago or 15 years in the future. We have to be honest: Our mission in Afghanistan has taken many missteps — made many missteps over the past two decades.

I’m now the fourth American President to preside over war in Afghanistan — two Democrats and two Republicans. I will not pass this responsibly on — responsibility on to a fifth President.

I will not mislead the American people by claiming that just a little more time in Afghanistan will make all the difference. Nor will I shrink from my share of responsibility for where we are today and how we must move forward from here.

I am President of the United States of America, and the buck stops with me.

I am deeply saddened by the facts we now face. But I do not regret my decision to end America’s warfighting in Afghanistan and maintain a laser-focus on our counterterrorism missions there and in other parts of the world.

Our mission to degrade the terrorist threat of al Qaeda in Afghanistan and kill Osama bin Laden was a success.

Our decades-long effort to overcome centuries of history and permanently change and remake Afghanistan was not, and I wrote and believed it never could be.

I cannot and I will not ask our troops to fight on endlessly in another — in another country’s civil war, taking casualties, suffering life-shattering injuries, leaving families broken by grief and loss.

This is not in our national security interest. It is not what the American people want. It is not what our troops, who have sacrificed so much over the past two decades, deserve.

I made a commitment to the American people when I ran for President that I would bring America’s military involvement in Afghanistan to an end. And while it’s been hard and messy — and yes, far from perfect — I’ve honored that commitment.

More importantly, I made a commitment to the brave men and women who serve this nation that I wasn’t going to ask them to continue to risk their lives in a military action that should have ended long ago.

Our leaders did that in Vietnam when I got here as a young man. I will not do it in Afghanistan.

I know my decision will be criticized, but I would rather take all that criticism than pass this decision on to another President of the United States — yet another one — a fifth one.

Because it’s the right one — it’s the right decision for our people. The right one for our brave service members who have risked their lives serving our nation. And it’s the right one for America.

So, thank you. May God protect our troops, our diplomats, and all of the brave Americans serving in harm’s way.

(The White House's website)

A Narciso López, al presentarle la Bandera Cubana (un poema de Miguel Teurbe Tolón)


¡Galano pabellón! ¡Emblema santo
de gloria y libertad! Enseña y guía
que de Cuba en los campos algun día
saludado serás con libre canto.

Bajo tus pliegues cual sagrado manto
la muerte sin temor te desafía;
de tu estrella al fulgor, la tiranía
huye y se esconde en su cobarde espanto.

¡Y tú, noble adalid, grito de guerra
de paz y libertad alza valiente
clavando este estandarte en nuestra tierra!

Que luzca siempre y que por siempre vibre
la espada que en tu mano es rayo ardiente,
y en el mundo se oirá: ¡Ya Cuba es libre!...




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Ver en el blog



Un sueño fenomenal (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.

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Un sueño fenomenal

                         A José Prats Sariol



Anoche soñé que había escrito un poemario
    perfecto,
los editores se enteraron y a sirena abier-
    ta corrían en busca de la obra,
me llamaban por videoteléfonos, me
    enviaban
telegramas en colores, palomas
     teledirigidas,
y yo sin saber qué hacer, cómo quedar bien
     con tanta buena gente.

Un poemario perfecto que tenía no recuerdo
     si treinta o treinta
y dos poemas y medio (porque lo perfecto
se mide por fracciones) todos verticales,
     sonoros
como una sinfonía de riachuelos, sin me-
     dia letra, sin
medios puntos faltantes ni sobrantes, un
     poemario como
siempre hemos creído que deben ser los
     poemarios perfectos:
sin secciones, sin epígrafes, sin crescendos,
     sin puntos culminantes,
sin técnicos desplazamientos desde esplén-
      didas alturas,
un libro, en fin, que parecía
un dedo índice apuntando al corazón de
      los lectores.

Por fin me proclamé poeta y repartí tur-
      nos a los sangrantes
editores, los reuní,
se los leí por enésima vez y comprendie-
      ron que no alcanzaba
el banquete para todos, que debían publicarlo
de acuerdo con el orden de llegada.
Firmamos los convenios después de mos-
      trarme ellos hermosas,
casi atómicas cubiertas, multicolores vi-
       ñetas interiores.

Anoche, amigos, con este sueño, me
        sentí feliz como
un pájaro mudo que cantara por primera
        vez.
Por eso los insto, los exhorto, amigos míos,
        poetas todos,
a que sueñen con escribir un libro perfecto.


Noviembre de 1980





Un sogno fenomenale

                           A José Prats Sariol




Ieri notte sognai di aver scritto una silloge poetica
       perfetta,
gli editori se ne resero conto e a sirene spiegate
       correvano a caccia dell’opera,
mi chiamavano per videotelefono, mi
       inviavano
telegrammi a colori, colombe
        telecomandate,
e io non sapevo cosa fare, come fare bella figura
        con tanta buona gente.

Una silloge perfetta che aveva non ricordo
         se trenta o trentadue
poesie e mezzo (perché la perfezione
si misura in frazioni) tutte verticali,
        musicali
come una sinfonia di ruscelli, senza
        mezza parola, senza
mezzi punti mancanti o in eccesso, una
        silloge poetica come
sempre abbiamo creduto che debbano essere le
         sillogi perfette:
senza sezioni, senza indicazioni, senza crescendo,
          senza punti culminanti,
senza tecnici spostamenti da
           splendide vette,
un libro, infine, che sembrava
un dito indice puntato al cuore
          dei lettori.

Alla fine mi proclamai poeta e decisi i turni
         per gli agonizzanti
editori, li convocai,
lessi le poesie per l’ennesima volta e capirono
         che non bastava
il banchetto per tutti, che dovevano pubblicarle
secondo l’ordine d’arrivo.
Firmammo i contratti dopo avermi mostrato
         le loro splendide,
quasi atomiche copertine, multicolori
          vignette interiori.

Ieri notte, amici, con questo sogno, mi
        sono sentito felice come
un uccello muto che cantava per la prima
        volta.
Por questo vi sollecito, vi esorto, amici miei,
         poeti di ogni tipo,
a sognare di scrivere un libro perfetto.

Novembre 1980





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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado siete poemarios; tres libros de cuento; cuatro novelas y una noveleta.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo. Su poemario La patria es una naranja, que aborda el tema del exilio a la par que incursiona en la realidad mexicana, ha tenido una buena acogida de crítica y público y recibió en Italia el Premio Latina in Versi en 2013. 

Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.
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