Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libroCalles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.
Morfológicamente de las Apodacas está definido por una cuadra que enlaza dos importantes ejes de la ciudad, Santa Ana o del Calvario y San Diego, extremo en el que junto a la calle San Pablo define una plazuela que en la década del 30 del siglo XIX fue nombrada de Isabel II.
Según refiere Lasqueti este callejón debe su nombre a unas beatas de ese apellido que vivieron en él muchos años. Sin embargo, no es desacertado inferir cierta analogía con el caso de la calle Apodaca de La Habana, cuyo nombre, según Emilio Roig, rinde homenaje al capitán general Juan Ruiz de Apodaca, “Conde de Venadito que gobernó acertadamente la Isla de 1812 a 1816”. Los documentos de archivo muestran sistematicidad en las órdenes que sobre la toponimia urbana se emitían desde la capital a los Ayuntamientos de pueblos y ciudades.
Su inscripción dentro de la reescritura de los nombres de las calles se inicia el 24 de noviembre de 1921 por intervención del señor Mariano Agüero Poveda, vecino de Lope Recio no. 2, quien escribe a los concejales del Ayuntamiento con el objetivo de invitarles a reflexionar acerca de la inexistencia en la ciudad de calle o lugar público en el que se perpetúe y honre “la memoria del general venezolano Narciso López, así como tampoco la del coronel del Ejército Libertador Fermín Valdés Domínguez”; al tiempo que propone para este callejón el topónimo Valdés Domínguez. El 16 de diciembre se aprueba la propuesta y es firmada por el alcalde municipal el día 27.
Así, a partir de noviembre de 1922 se rinde homenaje en el callejón de las Apodacas a Fermín Valdés Domínguez (La Habana, 1853-1910), médico cirujano y periodista que alcanzó el grado de coronel en diciembre de 1896, joven que coincide con Martí en la cárcel en 1869 y que estuvo involucrado en el fusilamiento de los estudiantes de Medicina en 1871.
En su biografía no aparecen relaciones directas con el territorio camagüeyano, aunque lazos afectivos debió establecer con los hijos del terruño tanto en la isla como en el extranjero. Su profunda amistad con Martí debió haberlo puesto en contacto con la camagüeyana Carmen Zayas Bazán.
Como parte del patrimonio cultural, otorgándole autenticidad al área PCH desde el sistema toponímico pervive callejón Apodaca, un eje secundario por el cual escapar o alcanzar la tienda El Encanto.
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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
La primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba (BNC) Viengsay Valdés fue nombrada, este directora general de esa compañía por el ministro de Cultura, Alpidio Alonso.
El nombramiento ocurrió sobre la escena del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, en presencia del elenco artístico del BNC y medios de prensa invitados.
Desde el 22 de enero de 2019, Valdés ocupaba el puesto de subdirectora artística de la compañía entonces dirigida por la legendaria Alicia Alonso, quien falleció el pasado 17 de octubre, a los 98 años de edad. (Leer texto completo en Prensa Latina)
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Festival Internacional de Ballet.
La Habana, 2018.
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ParAlicia
Videoarte dirigido por Alejandro Pérez, con música de Frank Fernandez, interpretado por Viengsay Valdés y Alicia Alonso, con coreografía de Tania Vergara. Cuba, 2015.
Los pormenores de aquellas celebraciones que nos develan hoy, seis décadas después las páginas ya amarillosas del entonces diario Adelante, en sus ediciones de aquel diciembre, resuenan todavía, a no dudarlo, en la memoria de muchos quienes fueron sus protagonistas.
Para muchos otros, los que nacimos después, es igualmente un interesante ejercicio de rememoración histórica, que entiendo es muy necesario, para saber quienes somos y de dónde venimos.
Recreo pues para el curioso lector, algunos de los anuncios que la prensa local publicara entonces referentes a las fiestas y celebraciones que caracterizaban ese minuto.
El primero era un Aviso del Camagüey Tennis Club(1), que ponía en conocimiento de sus asociados sus respectivas celebraciones que partían desde el día de Nochebuena con su Cena bailable, el día 25 con el “Tradicional baile de las Debutantes” amenizado por la orquesta de Ernesto Duarte y la Tridimensional”, el día 26 con un “Recibo bailable”, y para esperar el año de 1960, el “Baile de la Uvas”, igualmente amenizado por la orquesta Tridimensional y Angelito Mola.
Para el entrante año nuevo, seguían otras actividades de igual signo, comenzando con un Matinée el día primero de año, siguiendo otro “Recibo Bailable” al siguiente día, y finalmente el día 6, la celebración de la infaltable Fiesta de los Reyes Magos, “dedicada a todos los niños de los Asilos de la Ciudad.”, y sumando igualmente “Variedades artísticas de La Habana y la localidad”(2).
Una oportuna nota de la Directiva y los organizadores dejaba saber la obligatoriedad de presentar la tarjeta de asociado a la puerta del Club, entendiéndose que “estas fiestas serán exclusivamente para socias y socios visitadores”(3).
Otro conocido espacio social de la ciudad el Club Atlético Ferroviario, con su sede en Rotarios y Benavides, presentaba igualmente, a sus asociados y a la “sociedad camagüeyana” su programa de fin de año.
Para el día 26, anunciaba su “Gran Baile titulado Pascuas Cubanas (con precioso decorado alusivo). 10 p.m. Para el día 31: “Grandioso Baile de fin de año, “Alborada de Prosperidad’’.10 p.m”(4).
Igual para los días de enero el popular Ferroviario, abría el mismo día primero con su:
Tradicional Matinée Infantil Cada niño un juguete con grandes sorpresas para los niños y en el cual cada hijo de asociado traerá un juguete para los niños pobres de Camagüey. 4 p.m(5).
Pero no solo se anunciaban los clubes y sociedades, con sus programas festivos, igualmente lo hacían establecimientos recreativos muy relevantes de aquella ciudad como lo era el afamado “Río Bolos”, ubicado por entonces en la ribera del Hatibonico, donde hoy localizamos la conocida Pizzería del mismo nombre.
El anuncio a tres columnas rezaba lo siguiente:
A Bailar y a Divertirse
Desde Nochebuena hasta Reyes
RIO BOLOS
Mañana Grandiosa Matinée—3 P.M
Reserve su mesa para el día 31—Teléfono 4932(6)
Con igual renombre en la ciudad de aquel 1959, el Club Restaurant Copacabana, ubicado donde lo seguimos visualizando, en la Carretera Central, a la altura de la Plaza de la Caridad, publicaba su programa festivo desde el día 24 hasta el 2 de enero.
Anunciaba muy oportunamente en el periódico ya citado, a las mejores orquestas y shows, aclarando que la entrada era libre, y que el precio de su cena de Nochebuena era de sólo $2.50.
Para el cierre he dejado un muy simpático anuncio de una de las casas comerciales más distinguida de la ciudad: La Gran Señora”, que en su minuto se anunciara como “la de las telas anchas y los precios estrechos”, y que para la ocasión del Día de Reyes de enero de1960, se declaraba como el “Almacén General de Juguetes de los Reyes Magos”. Y de paso apuntaba que:
Los niños de Camagüey saben que los Reyes Magos llegan siempre primero a la Gran Señora(…) Traiga a sus niños para que depositen su cartica en el Buzón y le pidan a los “Reyes” sus juguetes preferidos(7).
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Adelante. Camagüey, jueves 24 de diciembre de 1959. p.12
Un escritor debe estudiar cuidadosamente las obras de sus rivales, incluido el Todopoderoso. Debe poseer la capacidad innata no sólo de recombinar, sino de recrear un mundo dado.
Vladimir Nabokov
Tras las lúcidas palabras de introito de mis dos apreciados colegamigos: la presentación de Manuel Vázquez Portal y el prólogo de Amir Valle durante la segunda jornada del reciente Festival Vista (14 y 15 de diciembre), no resulta fácil escribir sobre Irene y Teresa, pero, para decirlo con Lezama, «solo lo difícil es estimulante».
Por ello, propongo los que son, quizás, un par de tópicos de interés o, mejor aun, estas Notas al Margen, tal denomino esta nueva sección en el blog Gaspar El Lugareño, creado y conducido por mi colegamigo Joaquín Estrada Montalván.
Ante todo, pongo en la picota la definición ¿noveleta?, por lo que antes añadí una interrogación al término solo por la extensión (que no la plena intención) de Irene y Teresa, pues las menos de cien páginas justifican con plenitud la profundidad y la calidad de lo logrado por este otro colegamigo cazador de buenas historias y creador de valiosos poemas, cuentos y novelas: Félix Luis Viera, quien recién ha entregado esta otra muestra de su reconocido quehacer a sus lectores (inteligentes; nunca «lectores hembras», tal señalara a quienes pierden tiempo en seudolecturas años atrás: Julio Cortázar, confeso discípulo de su coterráneo y maestro Jorge Luis Borges).
En la que prefiero calificar prosa erótica vieriana, ante todo subrayo los cambios ¿o mutaciones? de la tríada de personajes que convencen por su autenticidad: Irene, Teresa y Julieta Trigo, las que, no obstante, Félix Luis no alterna, sustituye ni transfigura la línea argumental ni descuida la prolija escritura de Irene y Teresa.
Otro tópico-logro es que, en ningún momento, ni siquiera se aproxima a lo sicalíptico ni mucho menos a lo porno, pues el personaje (¿y autor?) disfruta(n) del sexo, tal el joven amante en El Cantar de los Cantares, quien —en este canónico poema incluido en La Biblia y traducido al español por sacerdote y gran poeta hispano Fray Luis de León— va descubriendo las sinuosidades del cuerpo de la también juvenil amada con el goce experimentado en el incambiable placer del ese acto de suma entrega de los amantes.
La otra posible deuda temática de Félix Luis la tiene, a mi modo de ver, con la relevante novela del ruso-norteamericano Vladimir Nabokov (San Petersburgo, Rusia, 1899-Montreux, Suiza, 1977), Lolita (1955) por el expreso deseo que recorre la trama, sin por ello abandonar la contención; no obstante, sería prohibida en Norteamérica (1955) y solo publicada un trienio después en primera edición en Francia (1958).
La sensualidad provocada por la pequeña cocotte Charlotte Haze en Humbert Humbert es de tal grado que, como señalé antes, Lolita sería censurada por la entonces pacata sociedad norteamericana de los ‘50s; mas, a pesar de ello, sería llevada al cine de esta gran nación y de otros países, en tres adaptaciones que convertirían la excelente novela en un excitante filme o, mejor, un erótico road movie.
Nabokov también publicaría las novelas Pálido fuego (1962) y Ada o el ardor (1969) que, tras el triunfo de Lolita, lo ubicarían entre los grandes novelistas del siglo XX.
De acuerdo con el axioma nabokoviano que encabeza como epígrafe estas brevísimas Notas al margen, nuestro escritor ha demostrado una vez más poseer la capacidad innata no solo de recombinar, sino de recrear un mundo particular. Por ello, al margen de las posibles influencias que advierto, Irene y Teresa resulta, sin duda, otro éxito literario y editorial del valioso poeta y narrador Félix Luis Viera, quien así reconfirma su talento que lo ubica entre los mejores narradores cubanos de ambas orillas.
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Waldo González López (Las Tunas, Cuba, 1946) Poeta, ensayista crítico teatral y literario, periodista cultural. Graduado en la Escuela Nacional de Teatro (ENAT) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana). Autor de 20 poemarios, 6 libros de ensayo y crítica literaria, varias antologías de poesía y teatro. Desde su arribo a Miami (2011), ha sido ponente y jurado en eventos teatrales y literarios internacionales. Merecedor de 3er. Premio de Poesía en el X Concurso “Lincoln-Martí” 2012. Colaborador de las webs: teatroenmiami.com (Miami) y Encuentro de la Cultura Cubana (España), Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (New York), y los blogs OtroLunes (Alemania), Palabra Abierta (California), Gaspar. El Lugareño, y el diario digital El Correo de Cuba (ambos en Miami)
En el marco de las actividades por el séptimo aniversario de la revista CARITATE, el Centro Cultural Artefactus Teatro, dirigido por Eddy Díaz-Souza; la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Miami (ACEM), presidida por la periodista Paulina Fátima Aly, y la Fundación APOGEO para el arte público, tienen el gusto de invitarles a la presentación del poemario Palabras fugaces, palabras perennes, de la poeta Blanca Caballero Pacheco, quien será entrevistada por Baltasar Santiago Martín, director de la Fundación APOGEO y de la revista CARITATE; presentación que contará además con la actuación de la internacionalmente reconocida soprano de coloratura María Aleida Rodríguez, y de la bailarina Nathalie Martínez, nieta de la poeta.
Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.
Cuando un año va a terminar muchos de nosotros nos hacemos numerosas preguntas: ¿He cumplido verdaderamente con lo que me propuse hacer este año? ¿Logré cumplir mis objetivos? ¿Pude materializar mis sueños?
Pienso que algunos habrán cumplido sus metas, otros habrán abandonado sus propósitos o los postergaron, pero al final algo de lo planificado se habrá realizado.
Siempre que finaliza un año se lleva muchas cosas, deseos no cumplidos, sueños alcanzados, alegrías, pero también tristeza y desconcierto de hechos que no imaginamos ibamos a enfrentar.
En ese transitar muchos amores se consolidaron, otros decidieron separarse, ese vínculo de seriedad y de respeto que se estableció se terminó y cada cual escogió su camino.
Hubo amigos que nos acompañaron y que aún siguen con nosotros, pero otros decidieron distanciarse. Algunos lamentablemente partieron para siempre y esperamos en algún momento poder reencontrarnos.
La familia quizás pudo estar más unida, es el núcleo principal de todo ser humano, el eje que nos moviliza y nos motiva. Algunas lamentablemente se distanciaron, hijos que compartieron con sus padres, pero algunos decidieron escoger su camino de vida y otros simplemente los olvidaron. Hermanos que compartieron el núcleo familiar, otros se dividieron….
Cada año guarda su misterio y se lo espera con mucha algarabía, no sabemos exactamente como nos recibirá el próximo, hacemos todo lo que está a nuestro alcance para que sea próspero y nos llene de bienestar.
Hacemos cada año una maleta cargada de promesas y de propósitos, pero desconocemos realmente si todo aquello pueda materializarse. Es el deseo de todo ser humano cumplir la meta trazada, pero solo el destino conoce su misterio y él es el encargado de revelarlo con el transcurrir del tiempo.
Lo que importa es esperar cada año con una buena actitud, no le sueltes la mano a la esperanza, llénate de propósitos y sueños que alimenten tus días, piensa siempre positivamente y manten el deseo vivo de que tus sueños si se pueden alcanzar, lo más importante es ponerle acción a todo lo que hayamos visualizado y realiza lo que desees siempre en el lugar que te brinde bienestar y reafirme tu esencia como ser humano.
Proponte ser feliz y llevar a cabo todo lo que anheles, no te pongas límites y simplemente provoca tu propia dicha, recuerda que tu defines tu propia historia.
Que el año que está próximo a comenzar traiga para todos la dicha anhelada, que podamos ver nuestros sueños cumplidos, disfrutemos la vida, los seres que amamos, soñemos como niños, desdibujemos la tristeza, preocupémonos menos, démosles importancia a las simplicidades que nos brinda la cotidianidad, seamos más humildes, solidarios, pero sobre todo más humanos.
Recordemos que mientras más sencillos somos, demuestra que escondemos un ser humano verdaderamente grande y valioso.
Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123 Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Florida National University
- Podcast - Un dia con Bereshit la silla VIP - Conferencia Sobre mi libro " Volando en Solitario"
-Panelista en los Foros literarios Books and Books
-Participacion en el Primer Encuentro de Escritores "Mision Gratitud" - Barnes & Noble
Pena me da decírtelo, pero tus amiguitas quizás tengan razón. Si tú no crees en los Reyes Magos, corres el riesgo de que los Reyes Magos no te visiten y se olviden para siempre de ti. Las cosas, Leslie, dejan de tener realidad cuando comenzamos a no creer en ellas. Tú ahora no lo comprendes porque eres una niña; mañana, estoy seguro de que sí.
Te han dicho tus amiguitas mayores que es absurdo aceptar la asombrosa rapidez con que unos cansinos camellos visitan en una noche de esperanzas a millones de niños; que es más lógico suponer que esos juguetes que aparecerán en millones de camitas la mañana del 6 de enero, habrán sido dejados ahí por las manos temblorosas de emoción de otros tantos millones de papás y de mamás que, al dejar los regalos, renuncian incluso a la gratitud de sus hijos atribuyéndoselos a los magníficos Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar, que tan buenos fueron con el hijo de Dios cuando vino al mundo.
Esta versión ha sembrado en tu ánimo la duda; y ya no estás muy cierta de si son tus padres los que acordarán de ti esa noche venturosa o los tres monarcas orientales que tanto quieren a los niños que se portan bien.
Pues mira, Leslie, el que existan o no, ello dependerá de ti. Si crees en los Reyes, los Reyes existen y seguirán acordándose de que existe Leslie; pero si Leslie no cree en los Reyes, ¿por qué los Reyes van a creer en Leslie?
Con ellos te ha de suceder ahora lo que te acontecerá, cuando ya no seas niña, con infinidad de cosas en las que tendrás que poner una fe muy grande para estar segura de su existencia. Mañana ya no serán unos Reyes sino quizás un príncipe (¿qué hombre no es un príncipe para una enamorada?) que te ofrendará algo muy distinto de tus juguetes de hoy, y tendrás que creer en el amor, en la eternidad y en lo que parece más imposible: en la eternidad del amor.
Tendrás que creer, sí, pues de lo contrario te será negada esa tremenda y dolorosa dicha que consiste en asomarse a una ventana de fuego para percibir ligeras ráfagas y sordos murmullos del infinito y de la eternidad, esas dos dimensiones de Dios.
Cree, Leslie, cree en los Reyes Magos. Una de las razones porque el mundo está tan triste es porque los niños dudan demasiado pronto de que los Reyes vengan todos los años a la tierra y de que los hombres, muchos hombres, dudan de que hayan venido alguna vez.
¡Si supieras, Leslie, cómo se empobrece el mundo cuando los niños participan de la incredulidad de los hombres, cuando los hombres pierden la ingenuidad de los niños!
Antiguamente, Leslie, los hombres eran más sabios. Supieron enriquecer al mundo con bellas leyendas, y de cada una hicieron una antorcha, y con ellas lo alumbraban. De aquellas claridades aún estamos viviendo, y aunque infinidad de hombres yacen poseídos de la furia de apagarlas todas para asumir en las espantosas tinieblas de sus elucubraciones sin gracias, otros millones de hombres luchan por mantenerlas encendidas. Por eso, Leslie, vivimos aún con alguna claridad. Pero si algún día los niños todos de la tierra dejasen de creer en los Reyes Magos, y los hombres todos de la tierra dejasen de creer en el Niño que tuvo por cuna un pesebre, nos quedaríamos a oscuras como si el género humano hubiese perdido la vista o el sol dejase de alumbrar.
Si supieras, Leslie, lo que te ha de costar con el tiempo creer en la existencia de seres benevolentes que dan algo a cambio de nada, hoy te aferrarías a la idea sana de que existen tres seres reales que te dan algo al precio mínimo de creas en ellos.
Te han dicho que son tus papás los que compran los juguetes y los ponen junto a tu cama. Si fuese así, no por ello dejarían de existir los Reyes Magos. ¿Quién ordena a los padres que premien a los hijos buenos sino Melchor, Gaspar y Baltasar? Tus padres no tendrían por qué comprarte juguetes en esta ocasión si no fuera por complacer a los Reyes Magos ¿Es que tus padres no te lo dan ya todo? Todo, todo, todo...¡Y a cambio de nada!
¿Quién puso en el corazón de tus padres por ti sino el buen Dios que hizo todas las cosas? Alguien te dirá que hasta los irracionales quieren a sus hijos. Pero es por breve tiempo. Al perro poco le importan sus cachorros, y la perra les disputará a dentelladas la comida, no bien puedan valerse por si mismos. Aunque entre los humanos, tribus hay donde los padres venden a sus hijos como si fuesen terneros, y en algunos países, fuertes y civilizados, donde no se adora a Cristo, los padres se valen de sus hijas para pagar sus deudas.
Los Reyes Magos existen, Leslie. Si fueran unos seres fantásticos, existirían también, porque no hay nada más real que la fantasía. Ella ha poblado el mundo de personajes que tienen mucha más vida que las miríadas de individuos que tus ojos pueden ver y tus manos tocar. Si un prodigio telúrico, desde algún remoto planeta se estudiase este otro en que vivimos, al referirse a, los seres que lo habitan quedarían registrados Don Quijote, Hamlet, Fausto, Don Juan, Ulises y un centenar más de personajes que, al decir del vulgo, no han existido nunca. Y es que los hombres de carne y hueso, querida Leslie, son tanto más reales cuanto más se aproximan a aquellos otros que forjaran o la fantasía de los poetas o el genio de los noveladores o la musa popular.
El mundo, Leslie, está hecho de quimeras, y dile a quien te diga que no existen los Reyes Magos que es un mentiroso delirante, pues existirán, Leslie, hasta que tú misma los destruyas.
Que ellos te colmen de dones, como compensación anticipada de las penas que te reserva la vida, son los fervientes deseos de este tu amiguito que cree en los Reyes Magos como una de las pocas cosas serias en que todavía se puede creer.
Hoy me voy a la cama muy triste. Don Rigo, mi vecino falleció esta mañana. Sandra, su hija me avisó justo cuando yo llegaba al trabajo. Él estaba enfermo y débil desde hacía ya mucho tiempo. –Lo siento mucho, le dije a Sandra después de que me diera los pormenores del sepelio a realizarse en los próximos días. Carlos, su hermano vendrá para el funeral. Sandra me dijo que vendrá solo, pues la esposa nunca se llevó bien con Don Rigo. Me pasé el día cabizbaja. Yo creo que huevo frito siente mi tristeza. No se ha despegado de mi lado desde que llegué a casa. Les avisé ya a los vecinos quienes también le tenían cariño al viejito. Traje comida del restaurante. Un poco para mí y un poco para Sandra, que me imagino que con todo esto no tendrá tiempo de cocinar.
Estoy segura que está al lado de su querida esposa que tanto lo quería. Yo creo que él nunca superó la pérdida de Doña Matilde. Ella lo consentía en todo. Ellos eran el uno para el otro.
Ay, qué vacío queda en el alma cuando un amigo se va.
Cuando ya no sea más
Cuando ya no sea más
Seré el aire que revuelve tu pelo
La flor que tires al mar el primero de enero
El pájaro que cante en tu ventana al amanecer
El desayuno de los domingos
Y tu compañía cuando mires la luna en una noche estrellada.
Seré el olor de la flor de nardo
El colorido de un carnaval
La música de un adagio
Seré el olor a pintura fresca y
La mariposa que revolotee en tu jardín
Seré tu cansancio después de tanto bailar
La cobija que te abrigue cuando descanses en el viejo sofá.
Las nubes que en silencio se deslizan en el cielo
La intención de una oración y
El último pensamiento antes de dormir.
Cuando ya no sea más seguiré siendo todo para ti y
Radiomensaje de Su Santidad Pío XII al I Congreso Eucarístico Nacional de Cuba
24 de febrero de 1947
Venerables Hermanos y amados hijos:
La consciencia de Nuestro deber pastoral y el paternal amor que constantemente Nos impulsa a querer tomar parte en las alegrías y en las tristezas de todos y cada uno de Nuestros hijos, hubiesen sido más que suficientes para hacernos acceder a la petición de que os dedicásemos unas palabras, como clausura de vuestro primer Congreso Eucarístico nacional.
Pero en el caso presente Nos pareció que las razones se multiplicaban. Porque, antes que nada, este Congreso abre en Cuba la serie de los Eucarísticos nacionales, y Nos, que tanto anhelamos la propagación de estas públicas reuniones, llamadas —como incendio de salvación— a encender de nuevo en las almas el ardor divino, no podíamos menos de saludar con alborozo la aparición de un foco nuevo; se trata, luego, de un Congreso doblemente precioso y prometedor, pues en tan feliz oportunidad no sólo habéis unido vuestra voz al coro universal, que anhela ver brillar una corona más en las sienes de la Madre de Dios y por eso impetra la definición dogmática de su Asunción gloriosa al cielo, sino que también —con determinación que nunca alabaríamos suficientemente— habéis consagrado vuestra patria a los dulcísimos Corazones de Jesús y de María, es decir, habéis pasado con resolución al bando de los que quieren alimentarse no de odio ateo, sino de amor fraterno, os habéis comprometido a vivir, de hoy en adelante, una vida de cristianos fervorosos, de excelentes hijos de la Iglesia, de respetuosos y fieles ciudadanos, que todo esto supone una consagración semejante, cuando es llevada sinceramente a la práctica.
¡Cuántos temas, cuántas emociones y cuántas enseñanzas!
El Señor, hijos amadísimos de la República de Cuba, os ha regalado una patria, hermosa como un jardín espléndido anclado en un mar encantador, donde el cielo siempre es azul, donde la tierra, casi espontáneamente, brinda entre sonrisas sus frutos dulces y aromáticos.
Los que venís de las colinas de Pinar del Río, o de la llanura de Colón, lo mismo que los llegados de la sabana de Sancti Spiritus o de la planicie serena de Camagüey, o de los altos picos de Oriente, todos, todos os sentís orgullosos de haber visto la luz —como alguien felizmente dijo— «en la tierra más hermosa que ojos humanos vieron» ¡y dais gracias a Dios porque os hizo hijos de la Perla de las Antillas!
Pero precisamente en esta placidez y suavidad del fácil vivir, en esta perenne y casi irresistible sugestión de una naturaleza luminosa y exuberante, en esta prosperidad alegre y confiada se esconde acaso el enemigo; por el tronco airoso de vuestra palma real, que el suave soplo de la brisa hace cabecear airosamente, nos parece ver que perezosamente se desliza la serpiente tentadora: «¿por qué no coméis?... — os dice —; seréis como dioses» (cfr. Gen 3). Y si todo el esplendor de esta poderosa atracción puramente natural no se compensara con una vida sobrenatural potente y robusta, la derrota sería cierta.
He aquí, pues, la oportunidad de vuestro Congreso, que debe dejar una huella definitiva en vuestra historia religiosa. No es que ignoremos que, por la infinita misericordia del Señor, hace ya años que en vuestra patria retoña una prometedora primavera de las almas —primavera que Nos mismo hemos querido acelerar y decorar, haciendo lucir en medio de vosotros por vez primera la brillante rosa de una púrpura romana, llamada a ser ornamento de su patria, de las Antillas y de toda la América central. Pero hoy vuestro Congreso os ha procurado la última lección, recordándoos que una vida sobrenatural, robusta y potente, ha de tener siempre como centro de gravedad y como fuente la Sagrada Eucaristía.
Ella, efectivamente, estimulando el fervor de la caridad, uniendo las almas a Cristo —«in me manet et ego in illo» (Jn 6, 57)— y transformándolas en El, produce en la vida sobrenatural efectos semejantes a los causados por el alimento material en la corporal (cfr. S Th. 3 p. q. 79, a. 4 in c.); ella conserva la verdadera vida —«qui manducat meam carnem et bibit meum sanguinem, habet vitam aeternam» (Jn 6, 54)— fortificándola espiritualmente y marcándola con la contraseña que aleja los asaltos del enemigo; ella la aumenta y la perfecciona, multiplicando las energías divinas de las almas y uniéndolas con Dios, su último fin, por medio de aquella unión, que es camino y es prenda de la eterna —«et futurae gloriae nobis pignus datur »—; ella, finalmente, restaura sus fuerzas decaídas y las inunda de místicos goces, preludio de la felicidad sin fin.
¡Corred, amados hijos, a este místico banquete, a este eterno sacrificio, a este perpetuo «Deus vivens in medio vestri» (Jos 3, 10), si no queréis veros hundir por la oleada del materialismo, si deseáis no ver ahogada vuestra palma real entre la mala hierba, bajo los cardos y las espinas! Y si buscáis una mano que os sostenga y os guíe, ved que os la está alargando aquella Señora, que tuvo la misión de poner el pan espiritual de los Ángeles a nuestro alcance, haciéndolo carne y sangre en sus purísimas entrañas; aquella que todos los días nos repite la invitación de la Sabiduría —«et a generationibus meis implemini» (Ec 24, 18)—, para que nos saciemos de sus frutos; acudid a la «Mater divinae gratiae», porque si «Eva comió un fruto que nos ha privado del eterno festín, María nos ha presentado otro, que nos abre las puertas del banquete celestial » (S. Petri Dam. Serm. 45 in Nat. B. V. M.: Migne PL. t. 144 col. 743).
Corría a su ocaso el año de gracia de 1511; Cuba, que había ya visto consagrado su suelo al ofrecerse por primer vez el Santo Sacrificio en el segundo viaje del Gran Almirante, iba a contar ahora con la primera población estable en Baracoa; y cuando Diego Velázquez quiso ponerle un nombre, la llamó de Nuestra Señora de la Asunción. Hoy, a la vuelta de los siglos, los hijos de Cuba piden, henchida el alma de júbilo, la definición dogmática del misterio, porque piensan sin duda, con el que con razón ha sido llamado Doctor Eximio, que «hoc privilegium... ad gloriam Dei spectat Christique Domini; et dignitatem Virginis, summamque innocentiam, puritatem et caritatem maxime decet», que este privilegio... mira a la gloria de Dios y de Jesucristo Nuestro Señor, y sumamente conviene con la altísima dignidad, inocencia, pureza y caridad de la Virgen (Suárez, Opera omnia, Parisiis 1866, t. 19 p. 318).
Cuba es tierra de la Madre de Dios, porque sobre ella reina como patrona, desde hace casi medio siglo, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre; Cuba fue la liza de aquel varón apostólico, el Beato Antonio María Claret, que consagró su obra principal al Inmaculado Corazón de María, dejando este título como estandarte de victoria, a sus celosos hijos. Que por su intercesión y por las oraciones y las enseñanzas de este Congreso el Dios eucarístico os conceda veros libres de la plaga universal; pues aunque los efectos del materialismo neo-pagano han mostrado con macabra elocuencia al mundo de qué cosa es capaz el hombre cuando piensa que solamente es materia, sin embargo estamos, por desgracia, bien lejos de tener la impresión de que la lección haya sido aprovechada y nos embarga el temor de que a un materialismo no quiera suceder otro, no menos fatal y pernicioso.
En este gran día, remate de vuestro congreso y conmemoración para vosotros de históricas glorias nacionales, queremos bendeciros con toda la efusión de Nuestro corazón paternal, deseando que esta Bendición llegue no solamente a los presentes —a Nuestro dignísimo Cardenal Legado, al Episcopado y al clero, a todas las autoridades y a todos los fieles—, sino que luego se derrame por toda la Isla, por todo el mar, por todos los continentes, para difusión del reino del espíritu, que es el Reino de Cristo, «reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz» (Praef. de Jesu Christo Rege).
Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libroCalles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.
Se extiende desde la calle del Santo Cristo hasta de la Carnicería o Contaduría, donde se integra a la plazoleta de Don Lucas, nodo que sirvió de referencia a la organización de la villa en 1774. En su recorrido traspasa San Diego y San Ignacio.
Su nombre original está relacionado con el monje franciscano de origen portugués san Antonio de Padua (1195-1213), canonizado por el papa Gregorio IX en 1213, año de su muerte, y su festividad se celebra el 13 de Junio. ¿Existía una marcada relación entre el universo de este religioso y los principeños? La biografía destaca en este franciscano una profunda vocación por la predicación y un exhaustivo conocimiento de las Sagradas escrituras, actitudes que le permitían combatir las herejías de su tiempo y le colocan en sintonía con las características que distinguieron a los principeños durante las primeras centurias. A ello se añade el hecho de haber sido estudioso de Teología, disciplina de la que posteriormente ejercería como docente en las universidades de Bolonia y Montpellier; en relación con ello varios fueron los camagüeyanos de los siglos XVII y XVIII que se distinguieron por similar dedicación, entre los que gozan de legítimo espacio en la historiografía regional el juez apostólico y real subdelegado de la Santa Cruzada de la villa Diego Varona de la Torre y el doctor en Teología y Cánones el sacerdote Matías Boza Vergara. Por otro lado, san Antonio goza de profunda popularidad por el hecho de que bajo su advocación se buscan aquellos objetos que se han extraviado. El hecho de que sea el santo patrón de Padua y de Portugal podría también hacernos suponer que entre los primigenios vecinos de esta calle se encontrara un portugués. No se olvide, por ejemplo, que de esa nación era José Patricio Torres, el padre del historiador Juan Torres Lasqueti.
La iniciativa de sustituir el nombre religioso aparece el 24 de septiembre de 1919 cuando en el seno del Ayuntamiento el concejal Eusebio Cantero Cantero propone que sea rebautizada por 28 de Enero, “conmemorando así la fecha en que, en la segunda intervención americana, se le entregó a los cubanos, nuevamente el gobierno de la República”.28 El pedido coincide temporalmente con la que realiza Ramón Antonio Cisneros de Zayas, quien sugiere rendir homenaje a Rafael Arce, en memoria del patriota “fusilado en la época triste del mando del feroz Brigadier Ampudia, por asuntos políticos”, intento hecho el 12 de marzo para el callejón del Astillero.
La propuesta del concejal Cantero no tuvo discusión y el 4 de octubre de 1919 fue aprobada por el alcalde municipal. Así, las esquinas de San Antonio pasaron a ocupar una tablilla con el nombre 28 de Enero y no fueron pocos los que con posterioridad asociaron la fecha con el nacimiento del Apóstol. En Historia de Cuba, tiempo después, Le Riverend recuerda el acontecimiento al que rendían homenaje los concejales camagüeyanos con las siguientes frases: “el 28 de enero de 1909 tuvo lugar el cambio de poder, ese día la gobernación yanqui entregó el mando de la República al presidente José Miguel Gómez, iniciándose un nuevo período de la República Neocolonial Cubana”.
Sustancioso impacto dejaría en el topónimo de esta calle la muerte de Nicolás Guillén Batista en la etapa revolucionaria; pues en conmemoración del 90 aniversario de su natalicio se sometió a consideración de los vecinos colocar su nombre a esta calle, retirando de allí el nombre colocado en 1919. Así, en julio de 1992, con la presencia de familiares del escritor y dirigentes del PCC y el Gobierno “se procedió solemnemente a descubrir la placa con la nueva denominación”. El Adelante, del 20 de febrero de 1993, avalaba la modernización del nombre con el siguiente texto: “Al hecho de que el joven Guillén se movió en este ámbito se unen el que su abuela materna Josefa Arrieta, residió en esta calle, donde también vivieron la poetisa y escritora Domitila García de Coronado y el periodista Salustiano Ramón Arteaga; allí radicó la primera Escuela Municipal de Varones a cargo de Román Cermeño, maestro de Ignacio Agramonte, y también la imprenta de Perón”.
Una aproximación sociológica a esta calle avala la permanencia de San Antonio en lugar de sus posteriores, prueba de la funcionalidad de los nombres colocados bajo la cultura católica en los primeros siglos de la villa. Íntegramente San Antonio forma parte del área PCH y la validez de su primer nombre legitima su valor patrimonial.
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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
Es el más alto honor de mi vida recibir el Premio Miguel de Cervantes, doblemente honroso por serme entregado de las manos de un hombre que los partidarios de la libertad admiramos y respetamos: Su Majestad don Juan Carlos I, rey de España.
Con su lucidez y su indomable energía, Isabel la Católica quiso que el habla de Castilla, ya consolidada, se convirtiese en el idioma de los vastos territorios que soñaba, en el convencimiento de que sólo la religión y el lenguaje pueden aligar pueblos diferentes. Nebrija, a su lado, trató de fijarla para siempre, porque la lengua castellana estaba "ya tanto en la cumbre, que más se pudiera temer el descendimiento de ella que esperar su subida". El intento era políticamente comprensible, pero los idiomas terminan por rechazar todas las imposiciones, también las imperiales. Y, así, el castellano siguió cambiando, pues, como señaló Wilhelm von Humboldt, una lengua no es un producto cristalizado sino energía en perpetua transformación. De este modo, la vida y sus vicisitudes fueron enriqueciendo y alterando el castellano, tanto en la metrópoli como, a través de descomunales selvas y cordilleras, en el Nuevo Mundo; probando en semejante epopeya su formidable vigor y su invencible resistencia, manteniéndose siempre una en las mutaciones, según esa dialéctica entre la tradición y la renovación que rige los grandes fenómenos culturales.
Conmovedor destino el de este idioma en sus mil años, y revelador del misterio de la Conquista. Porque si únicamente fuera cierto lo que cuenta la Leyenda Negra, los descendientes de las razas subyugadas deberían manifestar hoy su resentimiento. Y no. Dos de los más grandes poetas de nuestro tiempo, Rubén Darío y César Vallejo, con sangre india en sus venas, no sólo escribieron en la lengua de los conquistadores, sino que cantaron a España en poemas memorables. Ésta es la prueba, a través de los significados pero infalibles signos del lenguaje, de que la Conquista fue algo infinitamente más complejo que lo transmitido por aquella leyenda: fue un profundísimo fenómeno que después de medio milenio convirtió en una unidad espiritual a una veintena de naciones de diferentes razas. ¿Cuántos y cuáles imperios produjeron semejante prodigio?
Por este intrincado camino, Cervantes es el antepasado de todos los que hoy escribimos en castellano, sea en España como en las remotas tierras que alguna vez integraron el vasto imperio. Cuando admirables exégetas han indagado El Quijote -uno de los cuales me honra con su amistad y su presencia-, puede parecer un atrevimiento que yo, sin más títulos que el de escritor, pretenda aportar algo a todo lo que se ha dicho. Si lo hago es porque este premio que se me concede lleva el nombre de Cervantes y porque únicamente me referiré al enigma de la ficción; y cada novelista, por modesto que sea, ha tenido la vivencia de ese enigma y puede, quizá, contribuir a desentrañarlo.
¿Supo Cervantes que escribía una obra trascendente? No, por cierto, cuando comenzó a hacerla. Un ingeniero sabe de antemano lo que llegará a ser el puente que ha calculado en sus planos; pero no se puede calcular una gran ficción, porque no se construye únicamente con las razones de la cabeza, esas que sirven para demostrar teoremas, sino también -y sobre todo- con lo que Pascal llamaba "les raisons du coeur", las incomprensibles y contradictorias verdades del corazón. Dostoievski se propuso escribir un folleto sobre el problema del alcoholismo en Rusia y le salió Crimen y castigo. Cervantes quiso escribir una regocijante parodia de las novelas de caballería y terminó creando una de las más conmovedoras parábolas de la existencia, un patético y melancólico testimonio de la condición humana, un ambiguo mito sobre el choque de las ilusiones con la realidad y de la esencial frustración a que ese choque conduce. Esto no lo sabía al comenzar su empresa, no lo podía saber ni aun con su prodigiosa inteligencia, porque el corazón es inconmensurable con la cabeza: lo fue sabiendo a medida que avanzaba, según los acontecimientos imprevistos y los actores, que iban mucho más allá o en diferentes direcciones de lo preconcebido. Y quizá no lo supo nunca del todo, ni siquiera después de haber dado cima a la gran aventura, como nunca podemos descifrar acabadamente el significado de nuestros propios sueños; porque todas las explicaciones que la razón intenta son impotentes, porque el sueño es irreductible a los puros conceptos, porque el sueño es una ontofanía, una revelación de esa oscura realidad del inconsciente en la única forma en que puede expresarse. De ahí todas las interpretaciones que se dan de un mismo sueño, según la época y las teorías que se utilicen; y de ahí, y por los mismos motivos, las diversas y hasta encontradas lecturas de una ficción profunda como la de El Quijote. Si no fuera más que una sátira de la novela de caballería, no habría perdurado cuando esas narraciones estaban olvidadas y carecían de la menor vigencia. Y tampoco se explicaría por qué esa presunta sátira, además de hacernos reír, nos anuda la garganta. Todos comprendemos que sus aventuras son grotescas y, al mismo tiempo, intuimos que algo tan visible como los molinos de viento constituyen un revelador mito de la condición humana. ¿Qué es, entonces, El Quijote: una simple burla o un símbolo inacabable?
Los personajes protagónicos de una gran ficción son emanaciones, hipóstasis del yo más recóndito del escritor y por eso son inesperados y toman por caminos que el creador no había previsto, o cambian sus atributos según se desarrollan, atributos que van descubriéndose por los actos que ejecutan, a medida que la acción avanza. Nada más sensato que Don Quijote cuando da consejos a Sancho para gobernar la ínsula, y nada más quijotesco que Sancho cuando cree en esa ínsula. El escritor experimentado sabe que este fenómeno es inevitable y que debe ser modestamente acatado, porque es lo que asegura la auténtica vida de sus criaturas. No debe suponerse que por tener existencia en el papel y por ser inventados por el autor carecen de libre albedrío, son títeres con los que el escritor puede hacer lo que quiera. Por el contrario, el artista se siente frente a su propio personaje tan intrigado como ante un ser de carne y hueso, un ser que tiene su propia voluntad y realiza sus propios proyectos. Lo curioso, lo antológicamente motivo de asombro, es que ese personaje es una prolongación del creador, sucediendo como si una parte de su ser fuera testigo de la otra parte, y testigo impotente. Por esto, que a primera vista nos asombra, se comprende cuando tenemos en cuenta que esa emanación no es el resultado de la razón del autor y de su voluntad, sino de motivaciones de su yo más enigmático. Así, también pasa con nuestros sueños, esas ficciones de las que cada uno de nosotros somos autores, como personajes que no han salido, que no podrían haber salido, más que de nosotros mismos y que, no obstante, son de pronto tan desconocidos que hasta nos aterran.
Esta característica de las grandes ficciones es, precisamente, la que las convierte en grandes verdades. De un sueño se puede decir cualquier cosa, menos que sea una mentira. No sabemos, difícilmente alcanzamos a entender el significado último de ese portentoso fenómeno, pero sin duda es la expresión auténtica de un hecho. Mediante aquello que desde antiguo se llamó inspiración, sin proponérselo, el escritor rescata de ese territorio arcaico símbolos y mitos que confieren verdad a sus creaciones y que les darán la perdurabilidad de la especie humana. El espíritu puro produce ideas, pero las ideas cambian, y de ese modo Hegel es superior a Aristóteles, pero el Ulises de Joyce no es superior al Ulises de Homero. Los sueños no progresan: dan verdades inmutables y absolutas.
En una carta a un amigo, Karl Marx manifiesta su perplejidad porque las tragedias de Sófocles seguían conmoviendo, a pesar de ser las sociedades modernas tan fundamentalmente distintas. Pero es que los atributos últimos de la condición humana no sufren las vicisitudes de la historia. La muerte no es histórica, siempre el hombre ha sido mortal y seguirá siéndolo, y así también con otras características que constituyen el fondo metafísico del hombre. Estos atributos últimos son los que alcanzan a descubrir y describir los grandes escritores en sus ficciones. Es precisamente por esto que El Quijote vale para todas las épocas y en cualquier parte del mundo. Cervantes es radicalmente español, hasta el punto que es difícil imaginar que pudiera haber surgido en otra parte; pero, al mismo tiempo, revela y enuncia misterios del alma de todos los hombres. Como decía Kierkegaard, más ahondamos en nuestro corazón, más ahondamos en el corazón de cualquier ser humano.
Esta suerte de complejidades es lo que vuelve imposible juzgar razonablemente la obra máxima de Cervantes. Su mente comenzó planeando un "pasatiempo al pecho melancólico", pero su instinto poético logra, finalmente, levantar de entre las ruinas de su protagonista apaleado, escarnecido y ridiculizado una figura imponente y conmovedora. Y no son los ingeniosos y descreídos bachilleres los que se imponen al lector, sino el destartalado hidalgo con su fe inquebrantable, su candoroso coraje, su heroica ingenuidad. Esto es lo que después o hasta en medio de la risa llena de pronto de lágrimas nuestros ojos.
En el último capítulo, Cervantes le hace renunciar a todas las ilusiones y quimeras. Como escritor, intuyo que escribió esta parte con el alma contrita, oscuramente sintiendo que cometía con su caballero la última y más dolorosa de sus aventuras, obligándolo a morir desquijotado, para felicidad y tranquilidad de los mediocres, de los que aceptan la existencia como es, con la cabeza gacha, cualesquiera sean las renuncias y sordideces.
Para mí, el Cervantes de tantas andanzas en pos de ideales frustrados, dolorosamente se auto contempla y humilla en esa escena final, aceptando el acabamiento de su propia vida con honda amargura. Podría pensarse que aceptaba con resignación cristiana la voluntad de Dios. Pero, ¿por qué Dios no ha de querer a los Quijotes? Me atrevo a pensar que Cervantes amó hasta el final al Caballero de la Triste Figura y que, tímida y lateralmente, desplaza sus ilusiones nada menos que al risible escudero, para que su amargura sea más irónicamente dolorosa. Y así, Cervantes dio cabo a su grandiosa fantasía.
Región desgarrada y ambigua, sede de la perpetua lucha entre la carnalidad y la pureza, entre lo nocturno y lo luminoso, campo de batalla entre las Furias y las olímpicas deidades de la razón, el alma es lo más trágicamente humano. Por el espíritu puro, a través de las matemáticas y la filosofía, el hombre exploró el hermoso universo de las ideas, universo infinito e invulnerable a los poderes destructivos del tiempo; aun las poderosas pirámides de Egipto terminan por ser desfiguradas ante el implacable viento del desierto, pero la pirámide geométrica que es su espíritu permanece eternamente idéntica a sí misma. Mas ese orbe platónico no es la verdadera patria del ser humano: es apenas una nostalgia de lo divino. Su verdadera patria, a la que retorna después de sus periplos ideales, es esa región intermedia del alma, región en que amamos y sufrimos, porque el alma es prisionera de su cuerpo y el cuerpo es lo que nos hace "seres para la muerte". Es allí, en el alma, donde se aparecen los fantasmas del sueño y de la ficción. Los hombres construyen penosamente sus inexplicables fantasías porque están encarnados, porque ansían la eternidad y deben morir, porque desean la perfección y son imperfectos, porque anhelan la pureza y son corruptibles. Por eso escriben ficciones. Un dios no necesita escribirlas. La existencia es trágica por esa esencial dualidad. El hombre podría haber sido feliz como un animal sin conciencia de la muerte o como espíritu puro, no como hombre: desde el momento en que se levantó sobre sus dos pies, inauguró su infelicidad metafísica. Así, Cervantes escribió El Quijote porque era un simple mortal.
Tierno, desamparado, andariego, valiente, quijotesco Miguel de Cervantes Saavedra, el hombre que alguna vez dijo que por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida: ¡qué emoción siento ahora, en el final de mi existencia, al ser protegido por su generosa e innumerable sombra!
CD-USB: Música Catedralicia de Cuba. Villancicos y repertorio litúrgico de Esteban Salas (La Habana, 1725-Santiago de Cuba, 1803). Sellos discográficos Colibrí y La Ceiba, grabado en La Habana en 2015-2016. Dirección general, investigación, transcripciones y conducción, Miriam Escudero. Intérpretes: Camerata Vocale Sine Nomine que dirige Leonor Suárez, Coro de Cámara Exaudi que dirige María Felicia Pérez y Orquesta del Instituto Superior de Arte adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana. Dirección General José Antonio Méndez Padrón.
La colección «Documentos Sonoros del Patrimonio Musical Cubano» forma parte de las iniciativas de preservación y gestión que acomete el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, con el propósito de completar el proceso de restauración de la obra musical: desde la localización de la partitura hasta su interpretación y difusión a través del concierto y la grabación. Cada soporte de esta colección contiene el registro sonoro de obras inéditas del patrimonio musical de Cuba acompañado de materiales audiovisuales didácticos para la enseñanza. (por Miriam Escudero)