Tuesday, January 26, 2021

De las "Ordenanzas Municipales de la ciudad de Puerto Príncipe" (actualmente Camagüey). Vigentes en enero de 1857.



articulo 44. ° 

Se prohibe igualmente en las plazas, calles, portales públicos y calzadas, jugar á la rayuela, á los mates, al picado, á la pelota y á cualquiera otro juego que impida el tránsito ó incomode al público; pena de dispersion y de medio á dos pesos. 

articulo 45. ° 

En los portales públicos no se colgarán jaulas con pájaros ni otros efectos que puedan perjudicar á los transeuntes; pena de uno á tres pesos. 

articulo 47.° 

Nadie azuzará perros para hacerlos reñir; pena de uno á tres pesos. 

articulo 48. ° 

El que lleve perros por las calles sin bozal, pagará una multa de seis á quince pesos.




(Se ha respetado la manera de escribir del original.)

What Are You Doing the Rest of Your Life? (Michel Legrand. February 24, 1932 – January 26, 2019)



What are you doing the rest of your life
North and South and
East and West of your life
I have only one request of your life
That you spend it all with me
All the seasons and the times of your days
Are the nickels and the dimes of your days
Let the reasons and the rhymes of your days
All begin and end with me

I want to see your face in every kind of light
In fields of gold and forests of the night
And when you stand
Before the candles on a cake
Oh, let me be the one to hear
The silent wish you make

Those tomorrows waiting deep in your eyes
In a world of love you keep in your eyes
I'll awaken what's asleep in your eyes
It may take a kiss or two

Through all of my life
Summer, winter, spring and fall of my life
All I ever will recall of my life
Is all my life with you

Monday, January 25, 2021

El ser humano es muy complejo (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.



El ser humano es muy complejo

Como el ser humano, según se afirma, es muy complejo, me senté frente a la máquina para escribir un poema furioso, pero enseguida me sentí triste y quise escribir un poema triste. Entonces me vi frente a la hoja en blanco sin saber qué iba a escribir porque ya no me sentía ni triste ni furioso, sino, por ejemplo, como la luz amarilla del semáforo. Y todo por ti, o por mí, porque ya decía que el ser humano es muy complejo, de modo que tú no tienes la culpa de que tan pronto haya cambiado mi estado de ánimo de la tormenta a la calma o algo así. Inmediatamente, frente a la hoja en blanco, te comparé con una lágrima, pero enseguida comprendí que a quien debía comparar con una lágrima era a mí, pues tú estabas lejos y tal vez con otro en cualquier música, colchón, alfombra a esas alturas de la noche, de manera que ya con mucha razón me habrías olvidado y no tenía por qué compararte o pensar en ti como una lágrima desde ti, sino desde mí, y continué entre triste y furioso y mientras tanto la hoja continuaba en blanco y entonces —quién sabe por qué— recordé esa noche en Belgrado cuando desde un balcón a mí a Branco y a Mirianna comenzaron a lanzarnos trozos de manzana porque hablábamos muy alto al parecer y ya era más de medianoche y los trozos perforaban los castaños y al principio aun creímos que eran frutos de éstos, hasta que uno se estrelló contra mi brazo y, ahí mismo, con la hoja en blanco todavía, escuché el radio del vecino y me puse otra vez furioso porque, como casi siempre, no me dejaba concentrarme y sentí verdaderas ganas de lanzarle una manzana o mejor una guayaba o cualquier fruta folclórica y entonces, pensando en la guayaba, me acordé de tus labios y pensando que mordía la guayaba y la despielaba me acordé de ti toda desarropándote y ahí comenzó la página a llenarse de aromas de ti y de guayabas y de mangos y nuevamente te vi —ya digo que el ser humano es muy complejo— como un hálito jugoso mirándome desnuda en esa habitación por primera vez allá, tan lejos, entonces nos escuché nuevamente hablando en ese idioma que no era el tuyo ni el mío pero con el cual no nos quedaba más remedio que entendernos, entonces te vi otra vez con aquellos blúmeres que parecían palomitas y me vi también palomita contemplándote y me vi contigo vistiéndome y desvistiéndome como si hubiéramos encontrado el movimiento perpetuo y contigo descubriendo las calles en la madrugada tomada por el sonido descomunal de nuestros pasos, y la hoja se fue llenando de palomitas y calles y dientes tuyos y frases en ese idioma que no era el tuyo ni el mío pero era el único, y de gestos escénicos cuando no nos alcanzaban las palabras en ese idioma extraño y me seguí viendo contigo enseñándote un triste bolero en español, tan triste y anacrónico como debe serlo el primer hijo natural de la tristeza, y la hoja llenándose y, como el ser humano ya se sabe desde hace tiempo es muy complejo, marchaba triste yo a medida que escribía esto que iba viendo, pero contradictoriamente satisfecho porque sentía que estaba escribiendo un poema muy sincero, satisfecho en la medida que te vaciaba como una puñalada en el papel, pero cada vez más triste, de modo que cuando me acercaba al final del poema o de ese escrito en el que te iba pasando tal una película me faltaba el aire o más bien se me fugaba por los pies, y también me sentía feliz como debe sentirse el equipo de electroshock cuando emite una descarga a un necesitado, pero bueno, como ya se sabe que el ser humano es muy complejo, terminando la escritura de pronto me embistió la furia —ella a mí, no yo a ella— y sentí unas ganas irremediables de morder todo lo escrito o de buscarte —lo cual es universalmente imposible— o no sé qué; así que otra vez me sentí en la posición que causa la luz amarilla del semáforo y arranqué el papel y, como si con eso arreglara algo, lo rompí en miles de pedazos, y entonces se me clavó por el flanco derecho, con salida por el izquierdo, eso que los psicólogos creo que llaman depresión y me fui al patio, y vi posarse un gorrión tiernecito de esos que en noviembre no han terminado de plumear por vez primera, y de nuevo deseos de comenzar el poema pero, ambivalente entre la furia y la tristeza, no supe qué hacer y sentí ganas de mandarlo al carajo por segunda vez; y así lo hice; y decidí sería mejor escribir estas líneas donde trato de narrar uno de los ejemplos que demuestran por qué el ser humano es realmente un ser muy complejo.

Noviembre de 1982


L’essere umano è molto complesso

Dato che l’essere umano, secondo quanto si dice, è molto complesso, mi sedetti davanti alla macchina per scrivere una poesia furente, ma subito dopo mi sentii triste e decisi di scrivere una poesia triste. Fu così che mi vidi davanti al foglio bianco senza sapere che cosa scrivere perché non mi sentivo più né triste né in collera, per fare un esempio, ero come la luce gialla del semaforo. E tutto per te, o per me, perché stavo dicendo che l’essere umano è molto complesso, quindi tu non hai colpa del mio repentino cambiamento di stato d’animo dalla tormenta alla calma o qualcosa di simile. Immediatamente, davanti al foglio bianco, ti paragonai a una lacrima, ma subito compresi che avrei dovuto paragonare me stesso a una lacrima, perché tu eri lontana, forse con un altro, persa in qualche musica, materasso, tappeto, a quell’ora di notte, quindi era molto probabile che tu mi avessi dimenticato e io non avevo motivo di paragonarti o di pensare a te come a una lacrima proveniente da te, se non da me, continuai tra il triste e il collerico, nel frattempo il foglio restava bianco, allora - chissà perché - ricordai quella notte a Belgrado quando da un balcone cominciarono a lanciare tozzi di mela contro di me, Branco e Mirianna perché secondo loro parlavamo con tono di voce molto alto, era già passata mezzanotte, i tozzi perforavano i castagni, al principio credemmo che erano i loro frutti, fino a quando uno si schiantò contro il mio braccio, in quel momento, ancora con il foglio bianco, ascoltai la radio del vicino, fui assalito di nuovo dalla collera perché, come quasi sempre, non mi lasciava concentrare, provai un vero desiderio di lanciargli una mela o meglio una guayaba o un altro genere di frutta tipica, allora, pensando alla guayaba, mi ricordai delle tue labbra, pensando di mordere la guayaba e di sbucciarla mi ricordai di te mentre ti spogliavi completamente, fu lì che la pagina cominciò a riempirsi di aromi di te, di guayabas, di manghi e di nuovo ti vidi - ho già detto che l’essere umano è molto complesso - come un alito succoso mentre mi guardavi nuda in quella stanza per la prima volta, così lontani, udii nuovamente le nostre parole in quella lingua che non era né la tua né la mia, ma rappresentava il nostro unico modo per capirsi, ti vidi ancora una volta con quelle mutandine che sembravano piccole colombe, mi vidi pure io piccola colomba mentre ti contemplavo, mi vidi con te vestendomi e spogliandomi come se avessimo trovato il movimento perpetuo, con te a scoprire le strade in un’alba conquistata dal suono fuori dal comune dei nostri passi, il foglio cominciò a riempirsi di piccole colombe, strade, denti tuoi, frasi in quella lingua che non era né la tua né la mia ma era l’unica, di gesti spettacolari quando non ci bastavano le parole in quella lingua strana, continuai a vedermi con te mentre ti mostravo un triste bolero in spagnolo, così triste e anacronistico come dev’essere il primo figlio naturale della tristezza, il foglio continuava a riempirsi, siccome l’essere umano - ormai lo sappiamo da tempo - è molto complesso, io andavo avanti triste mentre scrivevo ciò che veniva fuori, contraddittoriamente soddisfatto perché sentivo che stavo scrivendo una poesia molto sincera, soddisfatto mentre ti riversavo come una pugnalata sul foglio, ma ogni volta più triste, in modo tale che quando stavo arrivando alla fine della poesia o di quello scritto nel quale stavi passando come in una pellicola mi mancava l’aria o meglio mi scappava dai piedi, e per di più mi sentivo felice come deve sentirsi il congegno per elettroshock quando emette una scarica destinata a chi ne ha bisogno, ma certo, siccome ormai sappiamo che l’essere umano è molto complesso, mentre ultimavo la scrittura all’improvviso mi assalì la collera - lei a me, non io a lei - e provai una voglia incontenibile di mordere tutto quello che avevo scritto o di cercarti - cosa del tutto impossibile - o non so che altro; quindi ancora una volta mi sentii nelle tipica posizione che provoca la luce gialla del semaforo, strappai il foglio, come se così facendo potessi rimediare qualcosa, lo ruppi in mille pezzi, ma fu proprio allora che mi si conficcò nel fianco destro, uscendo per il sinistro, quel che gli psicologi credo chiamino depressione, me ne andai in giardino, vidi posarsi un passerotto tenero di quelli che a novembre non hanno finito di mettere le piume per la prima volta, e di nuovo provai il desiderio di cominciare la poesia ma, conteso tra collera e tristezza, non seppi che fare e provai il desiderio di mandarlo al diavolo per la seconda volta; e così feci; decisi che sarebbe stato meglio scrivere queste righe dove cerco di far capire con un esempio perché l’essere umano è davvero un essere molto complesso.

Novembre 1982





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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado, entre otros libros, siete poemarios, tres volúmenes de cuento y siete novelas.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 recibió el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, otorgado por Neo Club Press, Vista Larga Foundation y otras instituciones culturales cubanas en el exilio.
Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.
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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

(Revista Social. Diciembre 1923) Tres bellezas camagüeyanas

 


Playa "Cuatro Vientos". Nuevitas, Camagüey. Fotos primera mitad siglo XX


 

"La Vaquita", del Camagüey de los 80s (por Joaquín Estrada-Montalván)

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Dibujo de Dashel Hernández Guirado.
Imagen tomada del blog Cubamaterial
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Años 80s, "La Vaquita", calle Independencia entre la "Espiga de Oro" y "Coppelia". Variedad de quesos y variedad de sabores de yogurt, en aquellos vasitos cuadrados plásticos, que luego se medio desflecaban, los flecos en semicírculo , servían de portavasos, portaflores, portamaticas, ... also, se acumulaban para ser utilizados como vasos de "bebida" en las fiestas, bdays, "quinces", bodas, ... 

Sunday, January 24, 2021

Habladores y mentirosos (por Gaspar, Betancourt Cisneros, El Lugareño)


"El subgénero de habladores y mentirosos es más abundante y por lo mismo son más conocidos. El hablador petardista se andará de mesa en mesa, y de tertulia en tertulia, para salir de allí a campanear cuanto sus oídos oyeron, no importa la materia o asuntos de las conversaciones que pasaron." (Gaspar, Betancourt Cisneros, El Lugareño. Fragmento de la "Escena Cotidiana" # 7)

Fanny Cerrito (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.



Francesca Teresa Giuseppa Raffaella Cerrito nació en Nápoles (Italia), el 11 de mayo de 1817. Su padre, Raffaele Cerrito, tenía 28 años y era miembro de la milicia napolitana. Su madre, Marianna D’Alife, era ama de casa y tenía 23 años. Francesca, además, tenía un hermano tres años mayor, Giuseppe. Francesca participó de los tres cursos iniciales en las Escuelas Pías, cerca de su casa. Allí su madre notó que tenía cierto talento para la danza y, por recomendación de un amigo de la familia, Pier Angelo Fiorentino (quien luego fuera un reconocido crítico musical en Londres), inscribió a su hija en la Escuela de Danza del Teatro San Carlo. Al principio no parecía estar muy interesada por el ballet, pero la tutela de los reconocidos maestros de la Escuela, como Peter Hus y Salvatore Taglioni (tío de la bailarina Marie Taglioni) modificaron su actitud.

Francesca era una niña extrovertida, con excelente presencia escénica. Eso, sumado a la técnica que adquirió en los primeros años de estudio en la Escuela del Teatro San Carlo, la llevó a debutar en los escenarios de Nápoles tempranamente. Con tan solo 15 años, en 1832, interpretó el pas de deux “L'Oroscopo”, de Giovani Galzerani, y comenzó a ser reconocida en toda Italia. Rápidamente fue contratada por el Teatro Tordinona de Roma donde se presentó con tres ballets de Galzerani: “Gli Empirici”, “I Tre Gobbi” y “Buondelmonte”. Entre 1833 y 1835, realizó funciones periódicas en varias ciudades de Italia, como Roma, Florencia y Nápoles. En una de sus estadías en Florencia conoció a Carlotta Grisi, otra bailarina italiana que estaba en pleno ascenso, aun siendo dos años menor que Francesca. A partir de ese encuentro, decidió “posponer” su fecha de nacimiento a 1821 para simular ser menos que Carlotta.


En 1836, se realizó una selección de bailarines, entre los que estaba Cerrito, para participar en el estreno del ballet de la ópera “Moisés” de G. Rossini, en el Teatro Kartnertor de Viena, el 4 de abril de ese año. Allí conoció a Fanny Elssler, la bailarina favorita del público austriaco. Ese mismo público apodó a Francesca “Fanny” en honor a Elssler, y ella lo tomó como nombre artístico, ganandose el favoritismo del público. En ese momento el gran maestro francés Jules Perrot se encontraba en Viena, por lo que Fanny aprovechó la oportunidad para tomar clases con él y así superar algunos fallos técnicos que tenía a causa de su precoz debut.

Tras el éxito en Viena, es contratada por La Scala de Milán, en 1837, donde debutó con “I Veneziani a Costantinopoli”. Ya instalada en la ciudad italiana, Fanny tuvo la oportunidad de seguir perfeccionándose con el gran maestro Carlo Blasis y su esposa, Annunciata Ramaccini. Un año después fue ascendida a prima ballerina, puesto que mantuvo hasta 1840, cuando se mudó a Londres, contratada por el Her Majesty's Theatre, donde debutó el 2 de mayo de ese año, frente a la Reina Victoria.


Durante las nueve temporadas siguientes, entre 1840 y 1848, Cerrito fue una bailarina aclamada por el público y la crítica londinenses. Nuevamente coincidió con J. Perrot, quien creó una serie de ballets para ella, como “Alma” (1842), “Ondine” (1843) y “Lalla Rookh” (1846). Cerrito también participó de cuatro obras que Perrot creó exclusivamente para el lucimiento de los principales bailarines de la época, el “Pas de quatre” (1845), “Le Jugement de Paris” (1846), “Les Éléments” (1847) y “Les Quatre Saisons” (1848). Además de sus dotes como bailarina, en 1845 también dio a conocer su talento coreográfico en el estreno de “Rosida”.


En 1841 volvió a Viena, donde realizó un pas de deux con Arthur Saint-Léon, un prometedor bailarín recién llegado. En 1843 Saint–León se trasladó a Londres, donde se convirtió en pareja de baile habitual de Fanny. El 17 de abril de 1845, Cerrito y Saint-León se casaron, pero el matrimonio duró poco, hasta 1851, cuando Cerrito comenzó a frecuentar al marqués de Bedmar, un noble español, con quien tuvo una hija, Matilde, en 1853.


Entre 1847 y 1854 bailó repetidamente en la Ópera de París. Junto a Saint-Léon, debutó en dicho teatro bailando “La Fille de Marbre”, que su marido había coreografiado especialmente para ella. Allí también estrenó, en el rol principal, el ballet “Orfa” de J. Mazilier (1852) y otro ballet de creación propia, “Gemma” (1854), con libreto de Théophile Gautier. En 1855 bailó en el Covent Garden y en la temporada 1856-1857 en el Lyceum Theatre. 

Hacia el final de su carrera, realizó dos temporadas en Rusia, 1855/56 y 1856/57. Durante la primera temporada, fue protagonista del ballet “Armida”, que J. Perrot creó para ella. En septiembre de 1856 participó de las celebraciones por la coronación de Alejandro II, en Moscú. 


1857 marcó el final de su carrera sobre los escenarios, realizando la función despedida en el Lyceum Theatre de Londres. Luego se instaló en París, donde disfrutó de la crianza de su hija y, más tarde, de sus nietos. El 6 de mayo de 1909, una semana antes de cumplir 92 años, Fanny Cerrito falleció, completamente ciega y alejada del éxito y la fama que le habían brindado el ballet. Tristemente, a pesar de ser una de las bailarinas más destacadas del romanticismo, la prensa parisina no le dedicó ni una línea.







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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

(Bohemia, 1922) Poemas del escritor dominicano Primitivo Herrera

 

Octubre 29, 1922
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Septiembre 17, 1922
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Agosto 27, 1922
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Julio 16, 1922
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Abril 16, 1922
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Marzo 26, 1922
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In God's Eyes (by Willie Nelson)



Never think evil thoughts of anyone
It's just as wrong to think as to say
For a thought is but a word that's unspoken
In God's eyes He sees it this way.

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24 de enero de 1998. Mons. Meurice sorprende a todos con su memorable discurso (por Joaquín Estrada-Montalván)

Foto tomada del website de la COCC
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Cuando Juan Pablo II celebró la Misa en la ciudad de Santiago de Cuba el 24 de enero de 1998, Mons. Pedro Meurice, en aquel entonces el arzobispo, sorprendió a todos con un discurso memorable. Sorprendió, digo, porque su discurso lo mantuvo en reserva, no lo entregó con anterioridad a la prensa (con el cuño de embargo) para que pudiera tener sus notas listas... Los discursos, intervenciones especiales, etc, estaban disponibles con antelación en los centros de información de la Iglesia, para que los periodistas pudieran realizar su trabajo de manera más eficiente, redactando parcialmente sus informaciones con antelación y así poder despachar su trabajo inmediatamente luego de cada evento.   

A la celebración santiaguera (entre otros) asistieron representando al gobierno de la Isla, Raúl Castro, Vilma Espín, Caridad Diego, ... Cuentan los que estaban próximos a ellos que en el momento del Saludo de la Paz, los representantes gubernamentales saludaban de la siguiente manera (cito de memoria), "la paz, pero no la  de Mons. Meurice".

Otra anécdota relacionada con este discurso, es que la Conferencia de Obispos suprimió, en el libro de Memorias de la Visita Papal a la Isla, los saludos de todos los Obispos en las misas que se celebraron. Se decía por aquel entonces, que esta decisión editorial se efectuó para evitar publicar el discurso de Mons. Meurice. 

Entre los objetivos de la publicación de este volumen, estaba el comercializarlo en el exilio, fundamentalmente en la ciudad de Miami, para ello tuvieron que insertarle un suelto con las palabras de Mons. Meurice.


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En sus palabras de saludo a Juan Pablo II, Mons. Meurice retrató la situación sociopolítica del país. 

El texto completo:
Santísimo Padre:
En nombre de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba y de todos los hombres de buena voluntad de estas provincias orientales le doy la más cordial bienvenida.
Esta es una tierra indómita y hospitalaria, cuna de libertad y hogar corazón abierto.
Lo recibimos como a un Padre en esta tierra que custodia, con entrañas dignidad y raíces de cubanía, la campana de La Demajagua y la bendita imagen de la Virgen de la Caridad de El Cobre.
El calor de Oriente, el alma indomable de Santiago y el amor filial de los católicos de esta diócesis primada proclaman: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Quiero presentarle, Santo Padre, a este pueblo que me ha sido confiado. Quiero que Su Santidad conozca nuestros logros en educación, salud, deportes…, nuestras grandes potencialidades y virtudes…, y los anhelos y las angustias de esta porción del pueblo cubano.
Santidad: este es un pueblo noble y es también un pueblo que sufre.
Este es un pueblo que tiene la riqueza de la alegría y la pobreza material que lo entristece y agobia casi hasta no dejarlo ver más allá de la inmediata subsistencia.
Este es un pueblo que tiene vocación de universalidad y es hacedor de puentes de vecindad y afecto, pero cada vez está más bloqueado por intereses foráneos y padece una cultura del egoísmo debido a la dura crisis económica y moral que sufrimos.
Nuestro pueblo es respetuoso de la autoridad y le gusta el orden, pero necesita aprender a desmitificar los falsos mesianismos.
Este es un pueblo que ha luchado largos siglos por la justicia social y ahora se encuentra, al final de una de esas etapas, buscando otra vez, cómo superar las desigualdades y la falta de participación.
Santo Padre: Cuba es un pueblo que tiene una entrañable vocación a la solidaridad, pero a lo largo de su historia, ha visto desarticulados o encallados los espacios de asociación y participación de la sociedad civil, de modo que le presento el alma de una nación que anhela reconstruir la fraternidad a base de libertad y solidaridad.
Quiero que sepa, Beatísimo Padre, que toda Cuba ha aprendido a mirar en la pequeñez de la imagen de este Virgen bendita, que será coronada hoy por su Santidad, que la grandeza no está en las dimensiones de las cosas y las estructuras sino en la estatura moral del espíritu humano.
Deseo presentar en esta eucaristía a todos aquellos cubanos y santiagueros que no encuentran sentido a sus vidas, que no han podido optar y desarrollar un proyecto de vida por causa de un camino de despersonalización que es fruto del paternalismo.
Le presento, además, a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología. Son cubanos que al rechazar todo de una vez, sin discernir, se sienten desarraigados, rechazan lo de aquí y sobrevaloran todo lo extranjero. Algunos consideran esta como una de las causas más profundas del exilio interno y externo.
Santo Padre, durante años este pueblo ha defendido la soberanía de sus fronteras geográficas con verdadera dignidad, pero hemos olvidado un tanto que esa independencia debe brotar de una soberanía de la persona humana que sostiene desde abajo todo proyecto como nación.
Le presentamos la época gloriosa del P. Varela, del Seminario San Carlos en La Habana y de San Antonio María Claret en Santiago, pero también los años oscuros en que, por el desgobierno del patronato, la iglesia fue diezmada a principios del siglo XIX y así atravesó el umbral de esta centuria tratando de recuperarse hasta que, en la década del cincuenta, encontró su máximo esplendor y cubanía. Luego, fruto de la confrontación ideológica con el marxismo leninismo, estatalmente inducido, volvió a ser empobrecida de medios y agentes de pastoral, pero no de emociones del Espíritu como fue el Encuentro Nacional Eclesial Cubano.
Su Santidad encuentra a esta Iglesia en una etapa de franco crecimiento y de sufrida credibilidad que brota de la cruz vivida y comparada. Algunos quizá puedan confundir este despertar religioso con un culto pietista o con una falsa paz interior que escapa del compromiso.
Hay otra realidad que debo presentarle. La nación vive aquí y vive en la diáspora. El cubano sufre, vive y espera aquí y también sufre, vive y espera allá fuera. Somos un único pueblo que, navegando a trancos sobre todos los mares, seguimos buscando la unidad que no será nunca fruto de la uniformidad, sino de un alma común y compartida a partir de la diversidad. Por esos mares vino también esta Virgen, mestiza como nuestro pueblo .Ella es la esperanza de todos los cubanos. Ella es la Madre cuyo manto tiene cobija para todos los cubanos sin distinción de raza, credo, opción política lugar donde viva.
La Iglesia en América Latina hizo en Puebla la opción por los pobres, y lo más pobres entre nosotros son aquellos que no tienen el don preciado de la libertad. Ore, Santidad, por los enfermos, por los presos, por los ancianos por los niños.
Santo Padre: Los cubanos suplicamos humildemente a Su Santidad ofrezca sobre el altar, junto al Cordero Inmaculado que se hace para nosotros Pan de vida, todas estas luchas y azares del pueblo cubano tejiendo sobre la frente de la Madre del cielo, esta diadema de realidad sufrimientos, alegrías y esperanzas, de modo que, al coronar con ella esta imagen de Santa María, la Virgen Madre de Nuestro Señor Jesucristo, que en Cuba llamamos bajo el incomparable título de Nuestra Señora de 1a Caridad del Cobre, la declare como Reina de la República de Cuba. Así todas las generaciones de cubanos podremos continuar dirigiéndonos a Ella, pero con mayor audacia apostólica y serenidad de espíritu, con la bella estrofas de su himno:
"Y tu Nombre será nuestro escudo, nuestro amparo tus gracias serán".
Amén.

"He visto la aflicción de mi pueblo". Carta de sacerdotes, religiosos y laicos católicos sobre la realidad cubana



He visto la aflicción de mi pueblo



En honor de nuestra Madre y Patrona, Reina de Cuba, Madre de la Caridad


1. Hermanos cubanos:

Como creyentes en Dios, sacerdotes, consagrados, laicos, como hombres y mujeres de buena voluntad, como cubanos que amamos a nuestra patria y que soñamos un futuro luminoso para ella, enviamos este mensaje, nacido del amor.

Convencidos de que, como nos enseñó el Padre Félix Varela, «no hay Patria sin virtud, ni virtud con impiedad» y que el bien y la paz solo son posibles en la conjugación de la justicia, la misericordia y la verdad.

Deseando, como José Martí, una República donde se rinda culto a la dignidad plena de todo hombre y mujer, independientemente de sus pensamientos, de sus posturas e incluso de sus pecados personales.

Siendo coherentes con nuestra conciencia, que no nos permite permanecer callados de frente a la construcción del presente y del futuro de nuestra nación; porque no queremos ser «personas que se lavan las manos como el gobernador romano y dejan correr el agua de la historia sin comprometerse» [1].

En comunión con el magisterio de los Obispos Católicos de Cuba que, en el número 13 de su reciente mensaje navideño, nos invitan a «que no tengamos que esperar a que nos den desde arriba lo que debemos y podemos construir nosotros mismos desde abajo».

Bajo la inspiración del esclarecedor mensaje de San Juan Pablo II, que hace veintitrés años nos urgió a «ser protagonistas de nuestra propia historia personal y nacional» [2].

Queremos dar voz a nuestros pensamientos y sentimientos: alegrías y tristezas, frustraciones e ilusiones… sabiendo que no son sólo nuestros sino de una gran parte de nuestro pueblo cubano en cada una de las orillas donde palpita el corazón de Cuba, porque somos una única nación en la isla y en la diáspora. «El cubano sufre, vive y espera aquí y también sufre, vive y espera allá afuera» [3].

2. He escuchado el lamento de mi pueblo [4]

La Palabra de Dios es luz para lo que vive nuestra patria hoy.

En el libro del Éxodo, la Biblia nos relata la historia de Moisés, el hombre al cual Dios se manifiesta con la intención de liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto, y al cual le dice: «He visto la aflicción de mi pueblo (…) He oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias. Voy a bajar para librarlo (…) Ponte en camino que yo te envío»[5].

Dios ve, escucha y siente con su corazón de Padre lo que vive su pueblo, no le pasan desapercibidos sus tristezas, sus angustias y su clamor. Pero Dios no se detiene en una constatación estéril, sino que expresa su compasión como compromiso.

Sin embargo, la liberación no es obra solo de Dios, o de Moisés; es obra también de un pueblo que se une en torno a la fe y al ansia de libertad. El pueblo tiene que co-implicarse, ponerse en camino, y aprender a vivir en libertad a través de un inmenso desierto que le supone numerosas renuncias, la tentación de preferir ciertas comodidades a la libertad, pensar que el esfuerzo ha sido inútil y de que nunca alcanzarán el futuro que tanto ansían.

Estamos persuadidos de que este texto habla al corazón de nuestra realidad presente. Dios lo conoce todo, nada escapa de su mano. El presente y el futuro de Cuba también están en sus manos. Pero Dios trabaja con nosotros, y nos pide, como a Moisés, actuar nuestra parte de responsabilidad y libertad. Decía San Agustín: «El Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti».
3. He visto…, he oído…, conozco… [6]

Soñar a Cuba y continuar construyendo nuestra sociedad es posible, solamente, si partimos de su realidad. La contemplamos con inmenso amor, como lo hace un hijo con su madre; y también con mirada crítica, como lo hace un hijo adulto que ha renunciado a permanecer como un eterno inmaduro. Ponemos aquí nuestra visión sintética, pues los fenómenos sociales son siempre complejos.

La sociedad cubana es diversa y heterogénea.

No existe ya aquella pretendida y a la vez artificial uniformidad social. En Cuba coexisten diversos estratos sociales y económicos. La presencia de clases sociales y el progresivo ahondamiento de sus diferencias es una realidad palpable y especialmente dolorosa cuando los más pobres sufren los embates de medidas económicas que los dejan desamparados.

Cuba también es diversa desde el punto de vista político e ideológico. Hay un sector afín a la ideología oficial que sustenta el Estado, y también hay numerosos sectores en la sociedad civil con otras orientaciones ideológicas que, aunque no son reconocidas oficialmente, están presentes, algunas de ellas con organización, y ejercen un influjo real en la sociedad.

El acceso a internet y a las redes sociales, aunque limitado y monitoreado, ha roto la barrera estatal que contenía e incluso impedía el flujo de información y la capacidad del ciudadano común para generarla. Precisamente este creciente fenómeno de comunicación social manifiesta que existe una diferencia entre la opinión pública y la opinión oficialmente publicada. Hay una realidad que no se publica, negándola en nombre de la ideología.

Estamos viviendo el colapso de un modelo económico, político y social.

Aunque previsible por fundamentarse en una filosofía que ignora la verdad sobre lo que da sentido pleno al ser humano, el sistema económico, político y social que define los destinos de Cuba desde 1959, ha sido incapaz de evolucionar. Han sido muchas las propuestas para reactivarlo, una especie de cadena interminable de promesas incumplidas de “ahora sí”. A este propósito ya los obispos cubanos alertaban en la carta pastoral «El amor todo lo espera» del año 1993: «Más que medidas coyunturales de emergencia, se hace imprescindible un proyecto económico de contornos definidos, capaz de inspirar y movilizar las energías de todo el pueblo».

La continua promesa incumplida ha llevado a un cansancio y a un escepticismo que cae como una densa nube sobre el cubano de a pie. Éste, a menudo, siente que se hunde en el desaliento por vivir en un país cuyo futuro feliz se aleja, como el horizonte, con cada paso.

Asistimos en este momento a medidas extremas. Las tiendas en MLC y el llamado ordenamiento económico amargan aún más la cotidianidad de este pueblo. Su trabajo no le permite el acceso a comprar dignamente lo que necesita. Vive acosado por un grave desabastecimiento, por precios prácticamente inalcanzables, y por tener que pagar en una moneda extranjera que con su esfuerzo no puede ganar. Esta situación lacera el valor del trabajo y con él, la mismísima dignidad humana. Depender de lo que otros manden del fruto de su trabajo, nos coloca inevitablemente en una situación de mendicidad.

No se puede desligar lo económico de lo político. Como ya lo advertía «El amor todo lo espera» en su número 46, Cuba necesita cambios políticos. Con esta intuición de los obispos cubanos, hoy son muchos los que se comprometen por un cambio pacífico y, lamentablemente, reciben la represión por respuesta. Empeñarse en superar la precariedad y llevar a Cuba a un futuro digno, tiene que pasar por el reconocimiento de la realidad y por la escucha de aquellos que con buena voluntad ofrecen alternativas. La política necesita escuchar a la realidad y partir de ella, de lo contrario se convierte en ideología. Es un absurdo con terribles consecuencias sacrificar la realidad en el altar de una ideología.

La generalización de la corrupción.

La doble moral y la mentira se han convertido en elementos cada vez más habituales de nuestra cotidianidad. La falta de libertad de pensamiento y la censura estimulan la incoherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. Por otra parte, la casi imposibilidad de vivir sin incurrir en ilegalidades, hace del «mercado negro» un aliado indispensable de la subsistencia y un ámbito dominado por el robo, el soborno y hasta el chantaje. El ambiente de «sálvese quien pueda», donde todo vale, muestra una corrupción que permea prácticamente todos los estratos sociales.

A esto se suma la sensación de que continuamente estamos siendo espiados, de que podemos «caer en desgracia». Esta sensación, confirmada por la delación de la que, como víctimas o testigos, todos tenemos experiencia, siembra la duda, mata la confianza e impide la unidad que, como pueblo, tanto necesitamos. A veces hasta sin culpa alguna, la persona se siente temerosa debido al «excesivo control de los órganos de Seguridad del Estado que llega a veces, incluso, hasta la vida estrictamente privada de las personas. Así se explica ese miedo que no se sabe bien a qué cosa es, pero se siente, como inducido bajo un velo de inasibilidad»7.

La misma voz oficial del Estado ha reconocido la necesidad de rescatar valores, pero no basta decirlo ni amenazar con castigos severos, se necesita poner remedio en las causas, en el origen mismo de la corrupción. Este «poner remedio a la corrupción» pasa, necesariamente, por proteger a la familia y renovar el sistema educativo.

La crisis de la familia: una herida en el alma de Cuba.

El ambiente que vivimos incide directamente en la familia cubana. Muchos hogares se desestructuran por la separación que implican la emigración y las misiones. Frecuentemente, la única vía para mejorar la calidad de vida, tiene como consecuencia la separación de sus miembros.

La frustración económica y la lucha cotidiana y fatigosa por la existencia provocan la pérdida del horizonte moral. La familia cubana, centrada en la sobrevivencia, corre el peligro de cerrarse a la vida. No pocas veces, el anuncio de un hijo, que debería ser un motivo de esperanza y alegría, se convierte en causa de incertidumbre y preocupación, y termina en el aborto.

En el otro extremo del ciclo familiar, los ancianos, tantas veces solos, carecen de una economía que los sustente, a pesar del aumento de las pensiones, además de la ausencia de medicamentos imprescindibles y del necesario afecto.

Es justo reconocer que incluso en medio de la crisis, el pueblo cubano valora la familia y trata de crear caminos de felicidad.

Crisis del sistema educativo.

Aunque el pueblo cubano es alfabetizado, el sistema de educación está en crisis. La subordinación de los intereses educativos al sistema político-ideológico, provoca que el nivel académico haya bajado drásticamente en los últimos decenios. Este sometimiento de la educación a la política explica la mutilación del pensamiento crítico, la imposición de un esquema único de reflexión en el que pocos creen, la precariedad de medios y de personas competentes, la no apertura oficial a otras formas de educación, que se apruebe a estudiantes por conveniencia y que se hostigue y hasta se excluya del sistema de educación superior a aquellos cuyo modo de pensar es distinto al oficialismo.

4. El clamor de mi pueblo.

Vivimos un momento crítico de nuestra historia nacional. Los ensayos oficiales de respuesta revelan que la crisis implica a la estructura misma del sistema, lo cual se ha manifestado de un modo evidente en la negativa a sostener un diálogo abierto y transparente, promoviendo la violencia verbal, psicológica y física, en lugar de buscar un debate realista e inclusivo que exponga las diversas propuestas y conduzca a soluciones evaluables.

Necesitamos superar el autoritarismo, de manera que se evite «la tentación de apelar al derecho de la fuerza más que a la fuerza del derecho» [8] y todos los hijos de esta tierra podamos sentarnos, en igualdad de condiciones, en la mesa de un diálogo nacional, pues Cuba es de todos y para todos los cubanos. No es ético adjetivar la Patria y conceder carta de ciudadanía a unos pocos privilegiados miembros de un partido.

Como ya expresaron los obispos cubanos en su mensaje [9] a propósito de la última reforma constitucional: «Lo absoluto de tal afirmación [sólo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza su dignidad plena] que aparece en el texto constitucional excluye el ejercicio efectivo del derecho a la pluralidad de pensamiento acerca del hombre y del ordenamiento de la sociedad (…) cabe recordar la frase de José Martí: Una constitución es una ley viva y práctica que no puede construirse con elementos ideológicos» [10]. Tampoco es ético y sí «muy discutible el valor del castigo para humanizar, sobre todo cuando este rigor se ejerce en el ámbito de la simple expresión de las convicciones políticas de los ciudadanos»[11].

Volviendo al relato bíblico, cuando Dios libera a su pueblo bajo la guía de Moisés, no habla contra los egipcios (los opresores). Ellos, si no se hubiesen obstinado en su maldad, haciéndose esclavos del sistema que habían construido, hubieran podido escuchar también la voz del Padre, porque él «no quiere la muerte del pecador sino que se convierta de su mala vida»[12]. Pero el Faraón persiste en la injusticia y el atropello del pueblo. Aun fingiendo escuchar a Moisés, no cumple el pacto y falta reiteradamente a su palabra, y esto le atrae la ruina y la muerte. De este modo el Faraón y sus ministros, que creen perseguir al pueblo mientras escapa de la esclavitud, quedan atrapados por su propia persecución. Es el drama de la libertad humana cuando se autoerige en dios y termina rendida al pecado. Como dice el Salmo 33: «La maldad da muerte al malvado»[13].

5. Ponte en camino que te envío [14]

El pueblo cubano, aunque lentamente, ha ido superando y desaprendiendo la indefensión. Es un importantísimo camino de empoderamiento y de recuperación de la autoestima social. Es importante que lleguemos a sentirnos más fuertes, que nos convenzamos de que podemos actuar y vivir sin dejarnos paralizar por el miedo, de modo que logremos expresarnos libremente, buscar el bien y la justicia conservando la paz, y ser críticos de nuestra realidad, porque, de hecho, es un deber de todos aportar a la construcción de una Cuba nueva.

Para los creyentes existe un compromiso político-económico-social que brota de la fe, ésta nos lanza al mundo a transformarlo, a humanizarlo según la imagen del hombre pleno que hemos contemplado en Cristo. Como nos dijo Benedicto XVI: «El derecho a la libertad religiosa (…) legitima que los creyentes ofrezcan una contribución a la edificación de la sociedad. Su refuerzo consolida la convivencia, alimenta la esperanza en un mundo mejor, crea condiciones propicias para la paz y el desarrollo armónico, al mismo tiempo que establece bases firmes para afianzar los derechos de las generaciones futuras» [15].

Con el Papa Francisco estamos convencidos de la necesidad de «conversar desde la verdad clara y desnuda (…) ya no hay lugar para diplomacias vacías, para disimulos, para dobles discursos, para ocultamientos, para buenos modales que esconden la realidad»16. En Cuba la democracia no será una realidad mientras la pluralidad y la diversidad de pensamientos no sean aceptadas y respetadas en el proyecto de Nación, sabiendo que la auténtica libertad de la persona «encuentra su plenitud en el ejercicio de la libertad de conciencia, base y fundamento de los otros derechos humanos»[17].

Los gobiernos existen para el pueblo y por el pueblo. Así como un ciudadano común tiene derechos y deberes, del mismo modo los tiene el Estado. Es hora de superar la falacia de que debemos agradecer lo que son deberes del Estado. Salud, educación, bienestar social, paz civil, ocio y recreación, democracia y libertad de expresión… entre otros, no son regalos sino derechos y el Estado existe para garantizarlos.

Necesitamos con urgencia:

– Mejores marcos legales. El hecho de que no existan bufetes de abogados que trabajen con independencia del control del Estado, promueve la impunidad de un sector de la sociedad afín al gobierno, a la vez que pone en peligro cualquier iniciativa políticamente diversa y pacíficamente presentada.

– El reconocimiento de la plena ciudadanía de los cubanos residentes en el exterior. Significa que estos puedan participar también activamente en la toma de decisiones de la sociedad cubana. Como acontece a todos los ciudadanos de cualquier país democrático, todo cubano debe poder, desde su residencia en el exterior, participar cívicamente en los destinos de su nación.

– Entender lo que significa la reconciliación nacional. Como pueblo, tenemos heridas y conflictos no resueltos. Queremos reconciliarnos para vivir bien y en paz, y esto solo será posible reconociendo la existencia de los conflictos y buscando la solución en medio de ellos. «Cuando los conflictos no se resuelven sino que se esconden o se entierran en el pasado, hay silencios que pueden significar volverse cómplices de graves errores y pecados. Pero la verdadera reconciliación no escapa del conflicto sino que se logra en el conflicto, superándolo a través del diálogo y de la negociación transparente, sincera y paciente»18.

– Entender la relación entre amor y verdad. Un error común es pensar que la predicación del amor excluye el decir la verdad en su realismo dramático. Jamás será prudencia torcer la verdad o reconocerla solo parcialmente. En la carta encíclica Fratelli Tutti el Papa Francisco nos advierte que: «No se trata de proponer un perdón renunciando a los propios derechos ante un poderoso corrupto, ante un criminal o ante alguien que degrada nuestra dignidad. Estamos llamados a amar a todos, sin excepción, pero amar a un opresor no es consentir que siga siendo así; tampoco es hacerle pensar que lo que él hace es aceptable. Al contrario, amarlo bien es buscar de distintas maneras que deje de oprimir, es quitarle ese poder que no sabe utilizar y que lo desfigura como ser humano. Perdonar no quiere decir permitir que sigan pisoteando la propia dignidad y la de los demás (…). Quien sufre la injusticia tiene que defender con fuerza sus derechos y los de su familia precisamente porque debe preservar la dignidad que se le ha dado, una dignidad que Dios ama»[19].

– Optar por la verdad. Necesitamos vivir la verdad en cada decisión de la vida cotidiana. No colaborar con lo que no creo, no participar de la violencia, los actos de repudio, la delación del hermano. ¿Por qué desfilar cuando no comparto las razones del desfile? ¿Por qué asentir en una reunión cuando no estoy de acuerdo? ¿Por qué callar cuando dentro de mí sé que no están diciendo la verdad? ¿Por qué aplaudir si estoy en desacuerdo? ¿Por qué escuchar a mis miedos y no a mi razón? Vivir en la verdad tiene un precio a veces alto, pero nos hace libres interiormente, más allá de toda coerción externa. Vivir en la mentira es vivir en cadenas y como alecciona el Himno de Bayamo: «En cadenas vivir, es vivir en afrenta y oprobio sumidos».

6. Miren que realizo algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notan? [20]

Esta opción fundamental por vivir en la verdad y en la libertad nos descubre nuestro real poder como ciudadanos. Somos un gigante dormido que puede hacer que Cuba cambie, basta despertar. Los que cierran sus ojos ante la aflicción de este pueblo, los que se empeñan en que Cuba no cambie, tienen el poder que le hemos concedido pensando que no podemos hacer nada. Algunos esperan el cambio desde arriba, otros aspiran que llegue una especie de líder mesiánico que arregle todo; sin embargo- ya lo hemos dicho- el cambio empieza por nosotros, por nuestro interior.

Emprendamos el camino, dejemos de escuchar nuestros miedos, creamos en nuestra fuerza como pueblo. Es importante que nos convenzamos de que sí podemos hacer algo y de que por humilde que parezca, nuestro aporte es poderoso. Reza un proverbio italiano que «si un pequeño hombre en su pequeño mundo, hace una pequeña cosa, el mundo cambia». El primer paso debe ser vaciarnos de odio, porque nada bueno puede construirse sobre el odio. Nuestra primera victoria será «que no tenemos odio en el corazón»[21].

Vacíos de odio, renunciamos absolutamente a la violencia, a la agresión incluso verbal, a la calumnia, a los métodos de los que hoy son víctimas los que proponen un camino nuevo para Cuba. Son métodos caducos e indignos de esa nueva Cuba que empezamos a construir. Una nueva Cuba debe ser humana y humanizadora de sus ciudadanos. Nuestro camino no tiene nada que ver con el odio y la violencia; y sí con una unidad que no excluye. El cambio bueno y necesario no es posible si permanecemos divididos. Urge deponer intereses particulares y pensar proyectos y destinos comunes.

Rompamos las cadenas, las peores son las que llevamos en la mente y el corazón. Optemos por la verdad, y actuemos como hombres y mujeres que ya son libres. «La conquista de la libertad en la responsabilidad es una tarea imprescindible para toda persona»[22]. Escuchemos nuestra conciencia y empujemos con cada palabra y con cada acción en la dirección correcta de la historia, en la dirección de la libertad de esa Cuba nueva y feliz que ha comenzado a ser realidad en nosotros.

7. Epílogo

Hemos compartido esta reflexión en el respeto y la valoración de aquellos hombres y mujeres de buena voluntad que en el ejercicio de su libertad han decidido no profesar la fe y que también comparten nuestros deseos de renovación, conscientes de que la realidad nos interpela a todos y de que una Cuba para el bien de todos solo se puede edificar desde el aporte sincero de cada uno.

Nosotros, como creyentes, consideramos que es momento, como pueblo, de volver a Dios. Este pueblo, hace muchos años, le dio la espalda a Dios, y cuando un pueblo le da la espalda a Dios, no puede caminar. Como decía San Agustín: «Cuando uno huye de Dios, todo huye de uno». Y nosotros huimos de Dios, y le dimos la bienvenida a los ídolos, a aquellos que nos prometieron un mundo mejor sin Dios, desoyendo también a Martí que advertía que «un pueblo irreligioso morirá, porque nada en él alimenta la virtud»[23]. Sí, es momento, como pueblo, de volver el rostro a Dios, y de volver a escuchar en la zarza ardiente sus esperanzadoras palabras:

«He visto la aflicción de mi pueblo… He oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias. Voy a bajar para librarlo… Ponte en camino que yo te envío». [24]



En Cuba, a 24 de enero de 2021
XXIII aniversario de la Misa de San Juan Pablo II por la Patria, en Santiago de Cuba





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1 Papa Benedicto XVI, «Homilía en la misa celebrada en La Habana», 28 de marzo de 2012.
2 Papa Juan Pablo II, «Discurso en la ceremonia de bienvenida en el Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana», 21 de enero de 1998. Nro. 2.
3 Pedro Meurice Estíu, «Discurso de bienvenida a Juan Pablo II», 24 de enero de 1998.
4 Ex3,7.
5 Ex 3, 7-8.10.
6 Cfr. Ex 3, 7-8.
7 COCC, «Carta Pastoral El Amor todo lo espera», núm. 46.3.
8 Papa Francisco, «Carta Encíclica Fratelli Tutti», núm. 174.
9 COCC, «Mensaje de los Obispos Católicos Cubanos en relación con la nueva Constitución de la República de Cuba que será sometida a referendo», 2 de febrero de 2019.
10 José Martí, «Carta de New York», 23 de mayo de 1882, Obras Completas, Tomo IX, pp. 307 – 308.
11 COCC, «Carta Pastoral El Amor todo lo espera», núm. 39.
12 Ez 33, 11.
13 Salmo 33, 22.
14 Ex 3, 10.
15 Papa Benedicto XVI, «Homilía en la misa celebrada en La Habana», 28 de marzo de 2012.
16 Papa Francisco, «Carta Encíclica Fratelli tutti», núm. 226.
17 San Juan Pablo II, «Homilía en la misa celebrada en La Habana», 25 de enero de 1998. 18 Papa Francisco, «Carta Encíclica Fratelli tutti», núm. 244.
19 Papa Francisco, «Carta Encíclica Fratelli tutti», núm. 241.
20 Is 43, 19.
21 Oswaldo Payá Sardiñas, «Discurso al recibir el premio Sajarov», 17 de diciembre de 2002.
22 Juan Pablo II, homilía en la Misa celebrada en La Habana el 25 de enero de 1998, nro. 6
23 José Martí, «Viajes, crónicas, diarios, juicios», Obras Completas, Tomo XIX, Ed. Ciencias Sociales, 1991, p. 391.
24 Ex 3, 7-8.10.






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1. P. Alberto Reyes Pías, Camagüey
2. P. Rolando Gibert Montes de Oca Valero, Camagüey
3. P. Jorge Luis Pérez Soto, Lav Habana
4. P. Fernando Luis Gálvez Luis, Camagüey
5. P. Castor José Álvarez Devesa, Camagüey
6. P. Jorge Andrés Rubido Rosas, Matanzas
7. P. Roque Nelvis Morales Fonseca, Holguín
8. P. Alberto Martín Sánchez, Camagüey
9. P. Jorge Luis Gil Orta, La Habana
10. Francisco Roque Hernández, Camagüey
11. Adrian Martínez Cádiz, La Habana
12. Dagoberto Valdez, Pinar del Río
13. Iván Hernández Carrillo, Matanzas
14. Manelyn Morales Lazo, Camagüey
15. Amable Fortunato Casas Pacheco, Camagüey
16. P. José Conrado Rodríguez Alegre, Santiago de Cuba
17. Isabel María Amador Pardías, Bayamo
18. Carlos Antonio Amador Rodríguez, Bayamo
19. Lina Candelaria Pardías Milán, Bayamo
20. Karem del Pilar Refeca Remón, Bayamo
21. Dahey Silva Pascual, La Habana
22. P. Kenny Fernández Delgado, La Habana
23. Leonardo Fernández Otaño, La Habana
24. Hna. Emilia Casanova, La Habana
25. José Daniel Ferrer García, Santiago de Cuba
26. P. Juan Lázaro Vélez González, Pinar del Río
27. P. Delvis Mederos Fernández, Villa Clara
28. Yonesky Eguiguren Gómez, Cienfuegos
29. Yilmer Cremé Reyes, Camagüey, Camagüey
30. Eduardo Cardet Concepción, Holguín
31. Pedro Armando Junco Lopez, Camagüey
32. Luisa Delfina Luis Cancio, Camagüey
33. Leído Arsenio Gálvez Ruiz, Camagüey
34. Guillermo Marín Valiente, Camagüey
35. Anisley Romero Tejeda, Camagüey
36. Helayne Teresa Fernández Rojas, Camagüey
37. Adys Paula Rojas Sierra, Camagüey
38. Ayleen Maria Cardenas Fernández, Camagüey
39. Leidys Rosa Rodriguez Rodriguez, Santiago de Cuba
40. Nivaldo Caliste Rivera, Santiago de Cuba
41. Manuel Alejandro Cabrera León, Holguín
42. Raquel Núñez Caro, La Habana
43. Caridad Mariño Tuñón, Bayamo
44. Maria del Carmen Sahyon Fernández, Camaguey
45. Xiomara Miranda Cisneros, La Habana
46. Orlando González Díaz, La Habana
47. Olaph Johe Quiala Rodríguez, Guantánamo
48. Carmen Fernández Lopez, Camagüey
49. Alberto Arian González Valdespino, Bayamo
50. Lourdes Oms Montells, La Habana
51. Samuel Ramos Pérez, Camagüey
52. Ignacio Fernández-Vega Amador, Bayamo
53. Nachely Rivero Rosabales, Camagüey
54. María Elena Morejon Ordóñez, La Habana
55. Ricardo Perez Gonzalez, Camagüey
56. Laura Fernández-Vega Amador, Bayamo
57. José Ignacio Amador Brú, Guantánamo
58. Jorge Ignacio Guillén Martínez, La Habana
59. Jorge Luis Guillén García, Artemisa
60. Gabriela Bernal Mendoza, La Habana
61. Edilia Rosa Cáceres Martín, Pinar del Río
62. Wendy Ramos Cáceres, Pinar del Río
63. Yoandy Izquierdo Toledo, Pinar del Río
64. Julián Rigau Bacallao, La Habana
65. Rachel de la Caridad Borges Merladet, Granma
66. Rosangel Rodríguez Luna, Cienfuegos
67. Ivet Queipo Gross, Granma
68. María Josefa Chiang Pérez, La Habana
69. Fidel Antonio Lago Ortiz, Granma
70. Fr. Léster Rafael Zayas Díaz, O P., La Habana
71. Félix Navarro Rodríguez, Matanzas
72. P. Lázaro Roberto García Martín, La Habana
73. Osvaldo Gallardo González, Camagüey
74. María del Carmen Perez Nápoles, Camaguey
75. Janet M. Hernandez Adan, Camagüey
76. Leima García Arias, Camagüey
77. Jordi Santiago Rivero Duarte, Ciego de Ávila
78. Pedro Luis García Macías, La Habana
79. Rusbel Joaquín Machado Pérez, La Habana
80. Jorge Luis Figueredo Viamontes, Camaguey
81. Anabel Mazorra Vázquez, Santiago de Cuba
82. Anamary Mazorra Vázquez, Santiago de Cuba
83. Mailyn Armas Fuego, Ciego de Ávila
84. Rafael Gabriel Almanza Alonso, Camagüey
85. Rafael Cruz Dévora, Matanzas
86. Neife María Rigau Chiang, Camagüey
87. Henry Constantin Ferreiro, Camagüey
88. Yadisley Rodríguez Ramirez, Camagüey
89. Manuel Guillen Carmenates, Camagüey
90. Nérida Georgelina Lamas Parada, Camagüey
91. Jose Luis Ramos, La Habana
92. Yadian Alba Carreño, Matanzas
93. Sor Yaileny Ponce Torres, hc, Mayabeque
94. Janet Figueredo, Camagüey
95. Néstor Fernández, Florida, USA
96. José Daniel Calderón Tovar, Cienfuegos
97. Inés María Pérez, Ciego de Avila-Las Palmas de Gran Canaria
98. Yusnielk Ochoa Hernandez, Lawrenceville
99. Zoe Mayor Reyes, Camagüey-Madrid
100. Luis Enrique Perdomo Silva, Camagüey
101. Erik Bermejo Valdés, La Habana
102. Amalia Barrera Hernández, Las Tunas
103. Anamalia Hernández Cruz, La Habana
104. Leonardo Silva Reyes, Camaguey-Costa Rica
105. Julio Antonio Fernández Pérez, Gran Canaria
106. Diac. Maykel Gómez Hernández, Sdb, La Habana
107. Yaxys Cires, Pinar del Río-Ciudad Panamá
108. Juan Felipe Medina Mendieta, Cienfuegos
109. Johnny Barranco, Cienfuegos
110. Adrian Quesada Flores, Camagüey
111. Dunia Medina Moreno, La Habana
112. Antonia Reicino Rivero, La Habana
113. Aníbal Alfonso Rabelo, Las Tunas
114. Clara Luz, Camagüey
115. Angel Marcelo Rodríguez Pita, La Habana
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