Sunday, July 26, 2020

Sigfredo Ariel (1962-2020). Por Félix Luis Viera


Hoy, 26 de julio de 2020, nos llega la mala noticia: murió, a destiempo, y de improviso casi, allá, en La Habana, Sigfredo Ariel, Sigfredito, como lo llamaba la mayoría.

Siempre que muere un poeta, odio más a los tiranos. Y de nuevo busco hacia atrás en el tiempo, y no hallo, no hallo a un tirano que haya resultado un poeta al menos un poquito sobresaliente.

La poesía, la verdadera poesía es el antónimo de los dictadores, los oportunistas, los “revolucionarios de última hora”, los ultrapendejos.

En mi opinión, es con Las primeras itálicas (1997) que Sigfredo levanta el vuelo poético que lo convertiría en uno de los más destacados de su promoción.

Frank Abel Dopico (también fallecido a destiempo), Sigfredo Ariel, Arístides Vega Chapú (1964) y Norge Espinoza (1971) resultan un cuarteto de poetas de raza nacidos y criados —y criados, que esto es muy importante— allá, en la ya lejana quizás para siempre, ciudad de Santa Clara.

A continuación, un poema que escribí en 1989, que explica lo mucho que podría decir en esta nota, en cuya dedicatoria consta Sigfredo Ariel.



Oración por un joven poeta de provincia


A Arístides Vega Chapú
Heriberto Hernández Medina
Joaquín Cabeza de León.
Sigfredo Ariel



Madre Poesía, no permitas
que ese humo de estraza lo disloque,
esos hipocuervos miren por sus ojos,
esos festones de terciopelo
hagan sus colores.

No permitas
que esos loros clandestinos
digan sus palabras, ni dejes
que escuchen las suyas.

Ampáralo de los cancerberos y guardianes
que tienen la celda y las cadenas listas.

Líbralo de los moscardones que esculcan sus papeles.
Escóndelo, Madre, debajo del pétalo que Aquellos desconocen.


23 de julio de 1989






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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado, entre otros libros, siete poemarios, tres volúmenes de cuento y siete novelas.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 recibió el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, otorgado por Neo Club Press, Vista Larga Foundation y otras instituciones culturales cubanas en el exilio.

Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.

The God Who Stays (by Matthew West)


Mons. José Sarduy: "mi Iglesia ha sido como una gran abuela"

Nota previa: Conocí este texto luego de su presentación en 1989, la imagen de la Iglesia cubana, de aquellos años, como una abuela, me impactó en aquel momento, que coincidía con mi acercamiento a la religión cristiana en la Iglesia Católica, siempre recordé esta presentación por esa imagen eclesiológica.

Recibí algunos números de la revista Enfoque de la Arquidiócesis de Camagüey, con alegría encontré que lo publicaron, en el # 110, Diciembre 2017-Marzo 2018, que hoy comparto con los lectores del blog.

Pepe Sarduy (quien falleció a los 83 años de edad, el 28 de enero de 2017), fue un gran cura, amigo y maestro. Este es uno de los documentos que mejor reflejan la realidad de la Iglesia cubana, de la segunda mitad del siglo XX. Se extiende en la década de los 80s, el tiempo en el que la Iglesia empezó a resurgir de las cenizas que quedaron de los años 60s y 70s, gracias a las abuelas, unos pocos jóvenes y un puñado de sacerdotes y religiosas. La Iglesia de “los cuatro gatos”, como también le llamaban. (Joaquín Estrada-Motalván)

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Intervención de Mons. José Sarduy Marrero en el Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de Harvard, Boston, E.U.A., el 24 de junio de 1989.


Ante todo tengo que agradecer a Dios esta oportunidad que se me brinda de compartir con ustedes en este seminario y en este lugar. Creo que es una hermosa ocasión para enriquecernos mutuamente y profundizar los lazos que nos unen más alIá de toda frontera humana, ya que la presencia del Espíritu nos permite confesar una sola fe, un solo Bautismo, un solo Dios y Padre(1).

He venido con temor y temblor en nombre de la Iglesia que está en Cuba, en cuyas fuentes maternales nací, me crie y a la cual ahora sirvo con las posibilidades que Dios nos ofrece.

Vengo de una iglesia que canta su esperanza en medio de dificultades, de una iglesia que trata de seguir fielmente la voluntad de su Señor y que, sujeta por naturaleza a las ambigüedades de lo humano, sabe que sola no puede peregrinar hasta el Padre. Una iglesia que no es sorda al clamor del pueblo ni ciega a los signos de los tiempos, pero que vive una experiencia única, ni mejor ni peor que otras experiencias, pero única, como toda experiencia de lo humano y de lo divino.

De esa iglesia les hablaré solo con el derecho que me dan la invitación de ustedes y el más de medio siglo de vivir en aquellas tierras, de rezar en aquellos templos compartiendo ilusiones y fracasos, triunfos y derrotas, pero viendo con estupor, y esto deseo subrayarlo especialmente: con estupor, la obra de Dios, ya que pese a nuestras infidelidades y errores cumple Él su palabra de estar con nosotros.

Nuestro estupor nace de ver cómo se hace posible lo imposible, cotidiano lo extraordinario y, sobre todo, de ver materializarse maravillosamente aquello que san Pablo nos asegura en su carta a los romanos: “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman”(2).

Resumiendo, aquella es la iglesia que amo entrañablemente, donde me realizo como persona en mi vocación sacerdotal, aquella que, como todas, es una iglesia encarnada y divina como su Maestro, y una iglesia, quiéralo o no, que vive "de palabra que sale de la boca de Dios”.

Y aunque parezca una digresión inútil quisiera hablarles de una persona muy querida y significativa en nuestra cultura latina: me refiero a las abuelas.

La abuela es alguien que sirve para encontrar nuestra propia identidad. Ellas son como esas raíces grandes y arrugadas que asientan sólidamente el árbol a la tierra. Bien es verdad que las raicillas cumplen como nadie la función de extraer de la tierra la sustancia que da vida al árbol, pero son las viejas raíces, las "raíces abuelas", las que le permiten sostenerse en pie, las que dan prestigio al árbol maduro y lo sostienen frente a las tormentas que sacuden los cimientos.

Así es la abuela, que se hunde como raíz en el pasado, testigo de cuando comenzamos a ser. Ciertamente, las abuelas no pueden, ellas solas, mantener vivo el árbol; son otras raíces- padres o madres- las que dan vida al presente, pero la abuela nos dice quiénes somos y de dónde venimos.

Recuerdo aquel verso satírico que recitaba un mago de la poesía negra cubana(3). Mucho hemos reído con su punzante pregunta: “Y tu abuela, ¿dónde está?”, refiriéndose a alguien que, deseando pasar por blanco, ocultaba en la última habitación de su casa el color negro de la abuela. Por mucho que se quiera ser, no se puede ser sin la abuela, la cual cumple la misión de hacernos ver la realidad de los padres, realismo que nos permite llegar a la madurez en nuestros criterios y opiniones.

Volviendo a mi abuela puedo comprender mejor a mis padres; es más, muchas veces la abuela, con inconsciente picardía, nos revela el verdadero yo del padre que nos ha engendrado cuando nos descubre sus virtudes y defectos y suelta aquella frase de “eres igualito a tu padre cuando era pequeño”. Así nos devela el misterio de una vida y nos hace valorar todo lo bueno y rechazar lo malo, como ingredientes obligados que integran el don de la vida recibido de los padres.

Verdad es que muchas veces la abuela puede malcriar; pero cuántas veces más suele cubrir, como tarea subsidiaria insustituible, las deficiencias de los padres. Cuántas veces es la abuela la que le ofrece al niño o al joven aquello que los padres no han querido o no han podido darles. Ellas ponen siempre esa dosis de ternura, de sabiduría de quien ha vivido mucho, de quien tiene la experiencia de haber visto a sus hijos crecer entre caídas y levantadas, de quien, con una experiencia de humanidad, cree en la fuerza del amor porque ha visto florecer lo que en temprana edad se sembró.

Y les pido permiso para una segunda digresión: les hablaré de las "catacumbas” de La Merced. Allá, en aquella bicentenaria iglesia-convento de La Merced en donde soy rector desde hace quince años, debajo del presbiterio, se halla una antigua cripta funeraria donde, con la ayuda de amigos de allá y de algunos que ahora están por acá, encontré varias tumbas antiguas. Un día se nos ocurrió organizar alIí un museo de antigüedades religiosas: imágenes, sagrarios, cálices, etc., poseedores de algún valor, aunque fuese el de la antigüedad.

Ese museo, un pequeño gozo personal, permaneció en silencio por un tiempo, conocido solo por algunos amigos, los fieles asistentes a la iglesia y algún que otro interesado en los bienes culturales y religiosos. Pero el jueves 27 de febrero de 1986, coincidiendo con la visita del cardenal Pironio a nuestra diócesis con motivo del recién terminado ENEC, apareció en el periódico local un reportaje un tanto inexacto y sensacionalista sobre aquellas catacumbas y el precioso sepulcro de plata del siglo XVIII que guarda la imagen yacente de Jesucristo.

Aquel jueves no lo olvidaré. Acompañaba a monseñor Adolfo y al cardenal Pironio en un recorrido con las autoridades civiles cuando, interesado por los preparativos que hacían los jóvenes para una fogata nocturna con el Cardenal, llamé por teléfono y me comunicaron que habían comenzado a llegar numerosas personas que deseaban ver las catacumbas. Me Ilamó la atención aquel hecho, pero no le di gran importancia. Hasta estos días han pasado por allí más de 20 000 personas a pesar de lo reducido del horario de visita y de las prohibiciones hechas a los miembros de la UJC por temor a la labor proselitista que los jóvenes y yo- decían ellos- realizábamos allí.

Entonces este pobre cura y las catacumbas pasaron a ser noticia en los periódicos, en la radio y la TV y, desde luego, tema de comentario en las escuelas, los centros de trabajo, los medios culturales y hasta en las barberías.

Las largas esperas para entrar a las catacumbas provocaban interesantes diálogos y éramos acosados por largos interrogatorios: “¿Quién es Jesucristo?”, o la pregunta más repetida: “¿Por qué lo mataron?”, y la tradicional curiosidad de saber por qué los curas no nos casamos... Niños, jóvenes por miles, adultos, obreros, militares, profesionales, turistas, solicitan todavía ver las "catacumbas" y hasta hace poco me preguntaban qué tenían estas que recibían más visitantes que otros museos de la ciudad.

Mucho hemos conjeturado buscando una explicación a tal hecho. Un periodista me dijo un día que aquel era un museo único en Cuba, pero no me convenció; finalmente, la respuesta creo que me la ofreció, casi sin pensarlo, un visitante soviético, que labora como técnico en nuestro país. Después de un inteligente y animado diálogo me hizo esta observación, señalándome un viejo sagrario de plata: “¿Por qué usted no le ha puesto fecha de construcción a ese sagrario? No recuerdo bien qué le contesté, excusándome. Y entonces él me dijo con tono cordial, en un español no muy castizo, como quien hace una confidencia: “Póngasela, porque la mayoría de las personas que visitan este lugar y que a usted le preocupan, vienen buscando "las raíces" que las revoluciones suelen cortar”. Aquel día descubrí a mi iglesia en clave de abuela, de esas abuelas raíces que sostienen el árbol, que explican el pasado, sostienen el presente y aseguran el futuro.

Y es que mi iglesia ha sido como una gran abuela. Cuando se produjo el choque de los años ´60 y los templos fueron cerrados en mi diócesis- en dos ocasiones por más de 15 días-, las abuelas acudieron ante las puertas cerradas y frente a ellas rezaban el rosario. Cuando unos estaban presos, otros se exiliaban y otros escondían su fe o la negaban, las iglesias se mantuvieron abiertas gracias a unas cuantas abuelas- físicas o espirituales- que conservaban las llaves, tocaban las campanas, rezaban el rosario, limpiaban el templo- quizá sucio de cristales y piedras lanzadas contra los ventanales-, llevaban a sus nietos a bautizar, le preparaban comida al cura que les iba a celebrar la misa algunas veces al mes…

Fueron esas abuelas las que conservaron a toda costa, entre críticas, burlas y súplicas de conveniencia, las imágenes del Sagrado Corazón o de la Virgen de la Caridad en la sala de la casa, antes de ser quemadas, regaladas o escondidas en la última habitación o detrás del armario, como la abuela negra que tanto molestaba en el poema mencionado.

Y hoy, cuando miles de jóvenes inquietos por ese hombre llamado Jesucristo o eso que llaman “iglesia” acuden a las catacumbas o al paso de la cruz de los quinientos años de evangelización, ellos manifiestan que conocen algo de religión: una medalla, una estampa, una oración que su "abuelita" conserva en la casa. Más allá de lo folklórico de una cena de nochebuena abolida y de una procesión prohibida, de una estampa dulzona del Sagrado Corazón en la sala de la casa o de los miles de exvotos, flores y velas de la Basílica de la Virgen de la Caridad en El Cobre, brota en estos jóvenes la savia que viene de la misma raíz del pueblo, un pueblo de fe, un pueblo forjado con portavoces de Jesús como Varela, Caballero, Martí, Echeverría, Lazaga , Vitier ...

El templo de La Merced lleva ya ocho años cerrado y apuntalado esperando una reparación de la Comisión de Monumentos, que no llega. Mientras, sigue siendo, en el corazón mismo de mi pueblo, un testigo que, aunque callado, en su calidad de testimonio cultural reclama una respuesta en el presente.

Y mientras esa iglesia necesita muletas y mantenimientos para que no se derrumbe definitivamente, Dios obra maravillosamente. De entre la vieja estructura medio destruida, desde la entraña misma de la tierra, surge una fuente de vida a donde acuden sedientos buscando su raíz, como me dijo el amigo soviético. En una larga y casi interminable procesión se asombran de encontrar la Belleza y la Verdad, el Camino y la Vida aparentemente ocultos en la vieja estructura de la Iglesia. ¡Qué abuela más maravillosa ha sido mi iglesia! ¡Benditas también las mujeres que pudiéramos llamar Ana, Verónica, María, Salomé…!

Dios tiene sus propios caminos y aquello que comenzó con el éxito popular de un discutido librito de un fraile dominico, aquella vieja historia de la que la abuela sabe algo, es latir de un pueblo que busca en el presente su propia raíz, su propia identidad, para hacer su propia historia.

¡Qué iglesia la mía!, profetizada por algunos como condenada a desaparecer, pero que tiene una respuesta para el hombre de hoy; que nos habla de nuestro Padre, que era “igualito”; de que el hombre crece entre errores y aciertos; de que no puede decir no a su pasado sin quedar juguete de cualquier viento; de que hace falta conservar el tesoro sagrado de verdades que vienen del pasado, y que evitan la confusión de Babel. Iglesia que habla de lo sagrado, de la trascendencia, del misterio, mientras anuncia entre cantos un mañana mejor. Qué iglesia la mía que cumple aquello que Pablo nos dejó dicho: “Cuando soy débil soy fuerte porque brilla en mí la fuerza de Cristo…”

Y permítanme que haga otra digresión. Un día de aquellos de visitas a las catacumbas apareció un grupito de adolescentes con sus pantalones amarillos- el uniforme de las escuelas de enseñanza media-, el natural y casi insolente desenfado de la edad y una dosis de falta de educación. Preguntaron de muertos y antiguallas, hubo una que otra burla disimulada, para finalmente decirme que ellos tenían un casete con cantos de un cantante popular- Leo Dan- que mencionaba a Dios. Yo les hablé de las canciones religiosas de ese pre- evangelizador en Cuba que se llama Roberto Carlos. En fin, nos sentamos a oir aquella horrible grabación- que es un tesoro para ellos- donde adiviné, más que oi, que, efectivamente, se mencionaba a Dios entre los suspiros amorosos de una canción romántica. Aquello era un signo: ellos se extrañaban de que un cantante popular mencionara a Dios.

Algunos de ellos continuaron viniendo, especialmente dos, que aún lo hacen después de dos años. Uno no se decide a recibir el bautismo porque titubea ante la posible reacción de su familia; el otro, de quien les hablaré a continuación, un chiquillo que más parece de estas tierras que de las nuestras por el color de su piel y de su pelo, se sigue declarando ateo. Su abuelita es creyente practicante, pero él no “ve” a Dios. Entre Luisito- así se llama- y algunos otros jóvenes creyentes y yo se ha establecido una amistad. Por él supe que su padre murió siendo él pequeño y que su mamá, pocos meses después de aquel primer encuentro nuestro se ahorcó, creo que por cuestiones amorosas. Luisito dice: “Si yo me bautizara pondría contento al Padre, que es mi “padre”, pero sería una falsedad de mi parte. Pero desde que vengo aquí y me reúno con estas personas, soy un poquito mejor”.

Como Luisito hay miles de jóvenes y adolescentes cuyos padres no se ocupan de ellos o están divorciados; muchos le cuentan a su madre tres o cuatro esposos, más el actual, que no lo es, y declaran tener hermanos de dos o tres padres diferentes. ¡Bendita iglesia abuela que ha asumido esa misión de la más auténtica caridad porque es bueno proteger al huérfano y a la viuda! Y es que nuestra iglesia ha venido a ser, no solo raíz, sino espacio de libertad y ternura que hace posible que los hombres sean tal como son, para llegar a ser como Dios los quiere; iglesia que es espacio de diálogo y personalización, fuerza liberadora de pobres que no tienen a dónde acudir mendigando no precisamente oro o plata- quizás eso lo tienen-, sino al Señor Jesús hecho presente por su amor; iglesia que suprime parálisis, da vista al ciego, hace oir a los sordos, sana leprosos, perdona pecados, da paz al angustiado, resucita muertos, acoge a los hijos que se marcharon de casa…

Me pidieron que les hablara de la iglesia en Cuba: presente y futuro. Les he hablado del presente, en donde germina ya el futuro. Si me permiten ser poético, como dice Gregorio Magno en su tratado sobre el libro de Job, la iglesia es como un amanecer y, comparándola con la vida humana, mi iglesia hoy es una hermosa y prometedora adolescencia en transición histórica con mi pueblo; es semilla enterrada que comienza a germinar.

En mi país es común usar este dicho popular cuando alguien tiene mucho trabajo o muchas emociones: "Es mucho para un solo corazón", y es esta la sensación que hoy vivimos sacerdotes y laicos comprometidos. Hace algunos años, quizás solo meses atrás, nos veíamos pocos labradores para sembrar tal campo que nos parecía estéril o esterilizado, pero hoy las cosas son diferentes: el Señor ha sembrado un campo inmenso, ¿fue el testimonio de la abuela?, ¿fue la estampa del Sagrado Corazón conservada fielmente por la abuela arrinconada?, ¿fue la maternal mirada que desde las lomas de El Cobre cobija amorosamente a los hijos dispersos?, ¿es ciencia-ficción?, ¿será un milagro? Lo cierto es que vemos en esos campos que antes no pudimos sembrar brotar los retoños; todo comienza a cobrar nueva vida, se oyen cantos diferentes y no precisamente cantos de sirena. Los jóvenes vitalizan la misión atendiendo pequeñas comunidades en donde visitan las casas de los creyentes y los invitan a participar en celebraciones sin sacerdotes. Muchos de ellos, con una especie de unción apostólica, visitan a los enfermos sin familia en hospitales y casas; otros atienden alegremente a grupos de minusválidos y acompañan a ciegos, sordos y paralíticos en una peregrinación a El Cobre.

Más de 18 000 personas visitaron en dos semanas la Cruz de la Evangelización en la parroquia de La Soledad. Personalmente puedo contar a mi alrededor a seis jóvenes decididos a ser sacerdotes. No, no es ciencia ficción: es que Dios ha hecho a la mujer estéril dar a luz siete hijos…(4)

Hace algunos años un hermano sacerdote de la diócesis, el padre Paquito, en un retiro espiritual de los que solemos hacer frecuentemente, nos invitó a meditar sobre la visión de los huesos secos de Ezequiel. No sé si realmente él creía lo que nos dijo, era hablar de esa esperanza contra toda esperanza. No sé si fue profeta, lo que sí sabemos es que hoy es verdad de fe y vida. Ciertamente sentimos que es "mucho para un solo corazón” la tarea que nos espera, que no es precisamente enterrar a un muerto, sino alumbrar vida, cosechar un campo que florece.

Mi presencia aquí para compartir es también para decirles que aquella iglesia necesita mucho, pero no como mendigo moribundo que reclama el amor militante a lo Teresa de Calcuta, sino como alguien que, igual que Pedro, grita a sus compañeros de la otra barca: “Ayúdennos, que se rompe la red por tantos peces”(5).

Pienso que tal vez esperaban algo más académico, pero no es esa mi capacidad. Quizás los he entretenido con algunas incursiones poéticas o sentimentales. Pero es que vengo de esa iglesia pobre donde un ser humano, un Luisito cualquiera, es una riqueza incalculable; una iglesia carente de técnicas, pero rica en perseverancia y paciencia histórica, que sabe que “la Palabra tarda pero llega”, donde el amor es fuerza liberadora engendrando hijos de Dios de las piedras; una iglesia que vive de la fe que transforma las peñas en manantial de agua; una iglesia en la que la fe permite ver lo esencial, que es invisible a los ojos.

Un hermano sacerdote, el padre José Luis, repite a menudo: “La casualidad no existe”. Qué verdad tan grande es esta, porque el hoy y el mañana de la Iglesia en Cuba no es fruto de la casualidad ni de simples coordenadas históricas. La gran lección bíblica se ha hecho carne en nosotros: Dios escribe derecho con renglones torcidos; Dios escoge lo pobre del mundo, lo que no cuenta, para confundir a los poderosos, para demostrar que los últimos serán primeros y que la cruz es fuerza y sabiduría de Dios.

Con palabra profética Teresa de Calcuta afirmó en algún momento que nuestra iglesia tenía la mayor riqueza: la cruz. Una cruz entregó el Papa Juan Pablo II a nuestros obispos para iniciar una nueva evangelización y esa cruz, como señal discutida, recorre el pueblo anunciando una esperanza, despertando conciencias dormidas, mostrándonos a veces que somos “tardos y necios de corazón" para entender que aquel lema que nuestro obispo escogió para su episcopado se ha hecho verdad y vida en la iglesia en Cuba y que al concluir estas palabras quisiera dejarles como mensaje que viene de aquella isla: es bueno confiar en el Señor.
Gracias

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  1. Cfr.
  2. Cfr.
  3. El declamador es Luis Carbonel.
  4. Cfr. 1S. 2,5.
  5. Cfr. LC. 5,6-7.

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Ver en el blog En Memoria de Pepe Sarduy

Saturday, July 25, 2020

¿Se debe enviar a los niños a los centros escolares? (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


La Sociedad Americana de Pediatría dice que sería lo más adecuado para mantener la continuidad, pero ¿cómo saber si nuestros hijos estarán seguros en las Escuelas o Centros de cuidados infantiles?

Según estudios realizados conocemos que los niños pueden ser asintomáticos y ser positivos al coronavirus.

Lo más preocupante es que ellos al regresar a casa pudiesen contagiar a su familia o también a las maestras en el mismo centro escolar.

Esto implica que no tienen síntomas, pero que son transmisores, así mismo, ellos pueden presentar síntomas muy leves como una gripe común, no siendo así con el adulto.

Si el adulto llega a contagiarse y tiene una enfermedad preexistente las consecuencias podrían ser muy lamentables.

Los niños normalmente suelen recuperarse muy pronto, no sucediendo lo mismo con las personas mayores, ellas requieren mucho más tiempo y un cuidado más delicado en caso de ser adultos mayores.

La evidencia científica ha comprobado que los centros de estudios pueden se propicios para enfermedades contagiosas como el Covid- 19 y la influenza, debido a que los niños se relacionan, interactúan entre ellos, están juntos y también la manera de movilizarse de la casa a las escuelas, en los buses pueden ser un espacio y motivo de contagio.

Recordemos que por más seguridad que se tenga es casi imposible mantener a nuestros niños y jóvenes aislados.

CON RELACION A LAS ESCUELAS Y CENTROS DE CUIDADOS INFANTILES

Deben de tener las medidas y regulaciones de seguridad necesarias.

Un protocolo que brinde seguridad al niño y al padre.

El uso adecuado de las mascarillas y la higiene, es muy importante.

Desinfectar la localización y todo lo que el niño vaya a manipular.

LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD Y CONTAGIOS

Aún no se comprueba que nada nos garantizará que existiendo todas las medidas necesarias de seguridad, no puedan producirse contagios entre los niños y adolescentes.

Por lo tanto, esas medidas no serán óptimas, pero igual deben de ser tomadas en cuenta como medida de prevención.

Solo cuando se llegue al semáforo verde vamos a poder decir que posiblemente estemos fuera de peligro o cuando se encuentre la vacuna adecuada.

RECOMENDACIONES ANTE LA INCERTIDUMBRE

Visite el lugar en caso de que tenga que obligatoriamente dejar a su niño en un centro de cuidado
Investigue sobre las medidas de seguridad y el protocolo del lugar
No todos los Centros están cumpliendo con lo establecido.

Recuerden que muchos lugares son netamente comerciales y la seguridad de nuestros hijos no es lo más relevante para ellos.

Envíelo a un Centro donde haya la cantidad de personal necesario para el debido cuidado de su niño
Existen muchos lugares privados que solo tienen dos o tres maestras para todos los niños.

Y en estas condiciones por más que se desee tener al niño con el distanciamiento requerido, no se lo podrá lograr.

Por lo tanto, establezca prioridades y busque información adecuada que tenga credibilidad y asesórese si donde va a dejar a su hijo están cumpliendo con el protocolo establecido.




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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora de los libros: "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle). "Los símbolos del Amanecer" (Editorial Voces de Hoy, 2020)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Administra:
www.vivencialhoy.blogspot.comwww.facebook.com/vivencialhoyFacebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3
orlandatq@gmail.comtorres_q@yahoo.com

"Pollo griego y Alcachofas" (Cocina sabroso con Ani)


Nota del blog Inicia esta semana, la sección Cocina sabroso con Ani. Cada sábado compartiremos una receta tradicional con el toque único que nos ofrece Ani, su excelente manera de unir en cada plato: sabor, cultura y amor. 

En su canal de Youtube, además de sus maravillosas recetas, puedes encontrar consejos de nutrición, participar en sorteos, disfrutar de sus lives, e interactuar con ella y la comunidad de sus seguidores.


Te invito a suscribirte a su canal de Youtube 



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Ver en el blog:

Friday, July 24, 2020

Mi regalo (un poema de Thelma Delgado)


El galope de mi sangre
Las curvas de mi cintura
La audacia de mis deseos
Y de la miel su sutil dulzura.

La fragancia de mis poemas
El oro del atardecer
Mis noches que en silencio
Han visto este amor crecer.

Esto y más hoy te regalo
Ah! Mi corazón me lo decía
-El te quiere, no lo dudes
Igual que el primer día.





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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

Thursday, July 23, 2020

Muchas gracias a Juan Cueto-Roig por su nuevo libro

Agradezco a Juan Cueto-Roig, el haberme enviado su más reciente libro publicado. 

Con amigos como Cueto y con textos como los que él escribe, el mundo es un lugar más agradable para habitar. (JEM)


Si (un poema de Janisset Rivero)



A Harold Cepero Escalante, con gratitud



Si mis manos fueran agua fresca,
correrían por tu frente,
corazón que hace milagros
sin palabras, con actos.

Y si mi alma (pequeña y limitada)
hubiese vencido la distancia del mar,
habría llegado al borde de tu vida,
la abrazaría muy fuerte
para que no se fuera…

Hermano,
¡qué secreto feliz marca tu grito!
Desde la sencillez excelsa de tus manos,
desde el callado avance de tu saga,
dices todo lo necesario,
sin palabras.





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Janisset Rivero (Camagüey, 1969) ha publicado los libros de poesía Ausente, editorial Aduana Vieja, octubre 2008 y Testigo de la noche, Editorial Ultramar, Miami, 2014.

Calles y callejones de Camagüey: Calle del Ferrocarril, Paseo de Pueyo, Avenida de Bélgica, Avenida Finlay (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  


Del Ferrocarril es un topónimo que debe su nombre, según Lasqueti “porque corre paralelo á él”. El paseo de Pueyo, por su lado, tiene su génesis en las transformaciones urbanas que realizan los comerciantes en el Puerto Príncipe del siglo XIX en diálogo con la Calzada O´Donell que embellece el tramo entre la iglesia Santa Ana y la Plaza de La Habana. 

Se extendía desde la Plaza del Paradero hasta el río Hatibonico. En el presente nace en la calle San Juan y en su trayectoria da lugar a la calle del Cuartel de Infantería (D), a Bellavista (I), al callejón del Cuartel de Infantería o Prolongación de Bellavista (D), a Prolongación de Teniente Cañón (D), a Nuestra Señora del Rosario (D), a la calle C del reparto Las Mercedes (D) y a la Avenida de Las Palmas (I); corta la calle A, que a la derecha se integra a Las Mercedes y a la izquierda a La Guernica y a partir de ella se convierte en derrotero de los repartos José Martí, Los Ángeles, por el lateral derecho, y La Guernica, por el izquierdo. En el primero de ellos se encuentran los ejes Teniente Joaquín Collar (D), Mariano Barberán (D) y Chino Manuel (D); en el segundo la Calle B (D) y Calle C (D) y; en el tercero, Calle B (I), Calle C (I) y Calle D (I) y Calle Pineda (I); por el lateral izquierdo se encuentra la Avenida de Saratoga. En su prolongación la calle del Ferrocarril o del Paseo de Pueyo cruza el puente que da entrada al reparto Puerto Príncipe donde da inicio a las calles Avenida Ignacio Agramonte, Primera, Tercera, Quinta, Séptima, Novena y Cacocún, todas por el lateral derecho; mientras que por el derecho se encuentra un camino al que popularmente se le llama la Entrada de Nitrógeno. Luego este eje cruzará la circunvalación y tras la línea del ferrocarril a Nuevitas penetra en San Francisco, El Lenin y otros barrios hasta el Aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte y Loynaz. 

En relación con su nombre, en las reflexiones que hace Gerardo Castellanos en torno a la permanencia de la toponimia urbana apunta: “Repito que hay excepciones, cual la calle Puello, aquel mal patriota dominicano y pésimo general español”; mientras Vidal Morales en Hombres del 68 tras la derrota causada a Eusebio Puello por la división de Camagüey al mando de Ignacio Agramonte el 1ro. de enero de 1870 la describe: “llegó a Nuevitas, para donde se retiró en un estado, sobre toda ponderosa lamentable”. Gustavo Sed, por su lado, da muestra de la permanencia de su nombre al referirse al reparto José Martí como “antiguo de Pueyo”; y en este caso el referente, no el militar español sino el vecino Pueyo, dueño de un aserradero ubicado con frente a la Avenida Las Palmas. 

La modernización del nombre de esta calle encuentra su génesis en el acontecer político internacional entre 1914 y 1917 y su repercusión en Alemania y la isla de Cuba. La motivación es una correspondencia recibida por Andrés Morán Cisneros, presidente del Ayuntamiento fechada el 5 de febrero de 1919, que remite Fernando Souignie, periodista y oficial de la secretaría de gobernación encargado de divulgar en La Discusión “los actos de barbarie cometidos por las tropas alemanas en los territorios invadidos, esencialmente en Bélgica, donde, en su criterio, el crimen llegó al cálculo frío de premeditación y el estudio”(1). Souignie traza el proyecto de perpetuar en las principales ciudades del país dicha barbarie, colocando el nombre Avenida de Bélgica a uno de sus principales ejes; de ahí que envíe comunicación no solo a las capitales de provincias, sino también a ciudades como Cienfuegos y Cárdenas y, en una especie de estrategia, informa con sutileza el proceder de los diferentes Ayuntamientos, creando así un compromiso moral con el proyecto. De La Habana, donde se elige con este fin la calle Monserrate, comenta por ejemplo: “el consistorio habanero aprobó por unanimidad esta petición, por lo que no dudo sea secundado por esa cámara municipal”. Por su parte, hijo de su tiempo, comenta el propio Souignie: “Abundan en nuestras ciudades calles con nombres coloniales y frailunos a quienes la picota del progreso debe modificar por otros más en consonancia con nuestra vida republicana. Y al sustituirse esos nombres de antigualla que evocan un pasado de expoliación y de luto, ¿qué sustitución mejor podría llevar que el nombre de Bélgica, símbolo de dolor, de patriotismo y de fe?”.

Para mayor familiarización del tema entre los miembros del Ayuntamiento camagüeyano el 3 de marzo se distribuye entre los concejales el proyecto y en sesión del día siguiente el concejal Salvador Paisán propone para el cambio el Paseo de Pueyo; se acuerda el 28 de febrero de 1919 y es corroborado por el alcalde municipal el 4 de marzo. 

Una reescritura cargada de camagüeyanidad surge en la década del 40, de la cual el informe leído ante los concejales el 3 de noviembre de 1944 ofrece importantes claves: “El Gobierno central ha construido un parque en los terrenos de la antigua Plaza de Vapor, frente al Hospital General, en el cual ha erigido un monumento a la memoria del sabio camagüeyano Dr. Carlos J. Finlay. // El propio Gobierno está construyendo una avenida de doble vía que comunica la ciudad con el aeropuerto internacional Ignacio Agramonte en los terrenos Avenida de Bélgica, antes del paseo de Pueyo. // Es oportuno asignar a ambas obras nombres que reflejen el sentir local y que representen valores de nuestra región, que los han producido en todos los órdenes”. Como premisa, en primer orden, fue necesario revocar el acuerdo que en 1919 dio el nombre de Avenida de Bélgica al antiguo Paseo de Pueyo. 

En cuanto a la renovación de los referentes Finlay y Agramonte, emblemáticas figuras del Camagüey, se sumaron varias personas e instituciones entre las que aparecieron con sus sugerencias: la Sociedad Popular deSanta Cecilia, con Avenida de las Américas; el habanero Andrés Núñez, vecino de Reina no. 361, con Francisco Agüero Arteaga y Mateo Aponte; Landelina Agüero y Veloz, vecina de Popular no. 113, “que se considera con derecho a solicitar por el hecho de venir yo de la familia camagüeyana que más patriotas había aportado a la causa de la libertad de Cuba”, sugiere para la avenida el nombre de Presidente Batista, tomando como base la manifiesta preocupación de Fulgencio Batista por la realización de esta obra; la Asociación de Defensa de Veteranos e Hijos de Veteranos propone que se cambie por Avenida de los Héroes; mientras el doctor Francisco Martínez de la Cruz se empeña en hacer partícipes del cambio toponímico a la población mediante un discurso que titula “¿Por qué la Avenida del Aeropuerto debe llamarse Avenida Finlay?”, texto que culmina con la aseveración: “Es un error de apreciación separar el nombre de una Avenida del nombre de su plaza terminal”.164 El término “doble vía”, empleado en la presentación del problema jugaría un insospechado papel en la tradición oral. 

Por mayoría de votos los concejales tomaron el acuerdo de llamar a esta avenida Carlos J. Finlay el 24 de noviembre de 1944. Para unos sería solo Avenida Finlay; para otros, más centrados en la Modernidad que en el patriotismo, Doble Vía. Finlay constituye el referente cultural del prestigioso científico cubano Carlos J. Finlay y Barres, principeño que según Jorge Juárez Cano naciera en Minas de Bayatabo, Camagüey, el 3 de diciembre de 1933, al que los habaneros rindieron tributo al designar su nombre como topónimo de la calle Zanja, por cuyo costado se ubicaba la Escuela de Medicina.
Está separada del Centro Histórico.


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1. El proyecto comprende, además del cambio de nombre de una calle principal, una colecta pública cuyos fondos deberán ser enviados al embajador, el excelentísimo Sr. Charles Renoz, ministro de Bélgica con residencia en Malecón 85 (altos), con destino a los ciegos de la Orden Belga de San Juan de Jerusalén y los pobres pequeñuelos a quienes la guerra ha dejado huérfanos.


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Wednesday, July 22, 2020

Del Teatro Heredia de Santiago de Cuba (por Joaquín Estrada-Montalván)


Cuando construyeron el teatro de Santiago de Cuba, la Plaza Antonio Maceo y el Hotel Santiago (que dejó sin campos deportivos al colegio), entre otras obras, tuvieron un dilema.

Se inauguraba el teatro en el año 1991, plena crisis postperestroika y se debía escoger un nombre. Unos que José María Heredia, pero ese año la consigna necional era "Somos un Eterno Baraguá" y a Heredia le consideran oficialmente en la Isla, una especie de prepazsanjonico.

La viril "revolución" no podía en esos momentos, hacer homenaje del "flojo" Heredia.

Gracias a no se quienes que insistieron, finalmente el teatro fue bautizado con nombre de teatro, o sea reverenciando a la cultura y con orgullo fue nombrado: Heredia y no "Protesta de Baragua (pero casi).

La Protesta de Baraguá en realidad, no fue más allá de una breve bravuconería, como lo fue la discusión suscitada al decidir cuál denominación ostentaría el centro cultural santiaguero. 

El P. Amando Llorente, SJ y la Casa de Retiros Juan Pablo II de Miami (por Teresa Fernández Soneira)

Nota: Esta entrevista fue realizada en el 2008 en la Casa de Retiros de Miami y publicada originalmente en La Voz Católica, periódico de la Archidiócesis de Miami.

Dos años después, el 28 de abril de 2010, a la edad de 91 años, el padre Amando Llorente falleció en Miami, y según el obituario, unos minutos después de que saliera el sol.


El lugar invita a la meditación y al silencio: dos ingredientes primordiales para acercarse a Dios. Y su proximidad al mar junto con las bellas vistas de la bahía de Biscayne, ofrecen paz y tranquilidad a los que aquí se reúnen, semana tras semana, para realizar los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. Estoy en la acogedora Casa de Retiros Juan Pablo II de la Agrupación Católica Universitaria localizada en el 720 N.E. 27 Street de Miami que dirige el Padre Amando Llorente, S.J. Pero esta hermosa casa no surgió ni muy fácil ni muy rápidamente. Esta casa tiene su historia, porque hace 47 años, cuando comenzaron a llegar a Miami exiliados cubanos miembros de la Agrupación Católica Universitaria de Cuba, aquí no había nada ni tampoco había medios para obtener nada. Fueron tiempos difíciles, pero hoy su director, el Padre Amando Llorente, S.J. y los Agrupados, se enorgullecen de esta obra tan maravillosa.


La Agrupación Católica Universitaria en Cuba

Consejo Directivo Estudiantil de la ACU en La Habana, con los padres Llorente y Barbeito, 1956. © Foto cortesía de Manolo Antón, MD. Todos losDerechos reservados.
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La Agrupación Católica Universitaria (ACU) es una de las pocas organizaciones católicas hispanas de los EE UU enfocadas a desarrollar líderes católicos laicos para la sociedad. La ACU siempre ha sido una congregación mariana de vida comunitaria compuesta por hombres católicos profesionales que inculca la necesidad del balance entre lo que ella define como los tres pilares: espiritualidad, profesionalismo y apostolado.

Hagamos un poco de historia. En 1925 el Padre Felipe Rey de Castro había sido destinado a Cuba para fungir como prefecto del Colegio de Belén de los Padres Jesuitas, llegando luego a ser director de dicho colegio. El P. Rey de Castro vio la necesidad que había en aquella sociedad cubana de formar hombres con sólidos valores para que éstos a su vez establecieran familias cristianas para beneficio del país. Cuba lo necesitaba urgentemente, sobre todo en aquellos momentos en que los estudiantes universitarios estaban expuestos a un ambiente en el que podría peligrar su fe por las ideas izquierdistas que pululaban en el ambiente universitario.

El P. Rey de Castro consiguió reunir a un grupo de graduados del colegio de Belén de La Habana del curso de 1926, así como a otros jóvenes más, y les propuso dos ideales: dominar sus pasiones, y el estudio intenso. “Por espacio de varios meses asistieron a la capilla del colegio los domingos por la mañana”, dice José M. Hernández, agrupado de La Habana. “Después de comulgar, los jóvenes desayunaban juntos con el mismo espíritu de los desayunos dominicales que andando el tiempo se convirtieron en tradición de la ACU. Esto, decían los pesimistas, significaba poco. La prueba de fuego vendría en Semana Santa, fecha para la que se había señalado la primera tanda de ejercicios espirituales de universitarios que jamás se había organizado en Cuba. Llegó Semana Santa y cuando se rezó el Padrenuestro en la comida inaugural, de 25 que se habían apuntado sólo habían fallado 3. Parecía un milagro, y quien sabe si en realidad lo fue”, afirma Hernández. Y sigue: “La Agrupación sólo nació después de un período de gestación relativamente largo. No es pues fácil dictaminar cuando quedó constituida. Llevaba ya casi diez años de existencia cuando su fundador determinó que esto ocurrió precisamente el 4 de marzo de 1931”.

Para ser un verdadero agrupado el Padre Rey concretó tres deberes específicos: el primero era el de ser apóstol a todas horas, en todas las circunstancias. El segundo: consagrarse al estudio, antes y después de la graduación, en materias propias de la carrera y en materias propias de la fe. Y el tercero: cultivar una vida interior rica e intensa. Ninguno de estos deberes podía cumplirse a expensas de los otros; había que cumplirlos los tres. El verdadero agrupado era el que lograba equilibrar en su vida diaria y en armonía perfecta, la piedad, el estudio y la acción. Porque eran momentos en que había que tener ideas sólidas, y la Agrupación contribuyó en lo que pudo a contrarrestar las tendencias negativas y anticristianas de aquella época. Ya en julio de 1931 el P. Rey de Castro comenzó a impartir clases sobre comunismo y socialismo, y continuaron desde entonces de manera ininterrumpida abarcando los temas más variados como psicología racional, apologética, exégesis de los Evangelios, liturgia y ética. Las homilías dominicales, las pláticas de las Guardias Sabatinas, los retiros mensuales, y hasta los mismos Ejercicios Espirituales fueron también aprovechados para lograr este fin. Gracias a esta insistencia, con el correr de los años la fe de los agrupados fue gradualmente adquiriendo cada vez mayor solidez.

Todo marchaba muy bien cuando fallece sorpresivamente el P. Rey de Castro, el 12 de febrero de 1952. El Padre Amando Llorente, SJ, por entonces director de la Casa de Ejercicios de El Calvario en La Habana, recuerda que oyó la voz de su Superior, el Padre Calvo, que le decía por teléfono: “tendrá que marcharse a la Agrupación…los agrupados mismos lo han escogido como su nuevo director”.

El Padre Amando Llorente, S.J.

Nativo de Mansilla Mayor, provincia de León, España, el P. Llorente había estudiado el bachillerato con los jesuitas en Carrión de los Condes, pero debido a la situación política que empezaba a cernirse sobre España con la inminente Guerra Civil, había cursado el Noviciado en Marquezine, Bélgica. Al terminar el juniorado contaba 19 años de edad y es cuando decide ayudar a su Patria. Tres de sus 9 hermanos ya combatían. Pide permiso a sus superiores para servir como voluntario en las fuerzas del movimiento nacionalista, y es asignado al hospital móvil del Ejercito del Norte, que operaba en Cataluña. Allí participa en la lucha como camillero por espacio de nueve El P. Llorente junto a la Virgen de la ACU, imagen del escultor Carbonell, replica de la que se veneraba en la casa de La Habana meses. Terminada la guerra, Llorente reanuda sus estudios, primero en Barcelona y después en Oña.

Años después, estando la II Guerra Mundial en su apogeo, sus superiores deciden enviarlo a Cuba para que haga el magisterio. Al llegar a la isla es asignado a trabajar como Inspector de la primera división del Colegio de Belén. Luego el Padre regresó a España para estudiar teología en Comillas, y más tarde se ordenó sacerdote en el Heythorpe College en Oxford, Inglaterra, el 8 de septiembre de 1948. Finalmente es destinado a Salamanca donde sirve como capellán del Frente de Juventudes compuesto por unos 600 jóvenes madrileños. Pero sus superiores tenían en mente que regresara a La Habana para que se hiciera cargo de la prefectura del colegio de Belén. Sin embargo, a los 15 días antes de partir se le informó que iba como director de la Casa de Retiros del Calvario, en el reparto La Coronela en Marianao, La Habana. Pero en la casa del Calvario estaría sólo 4 años debido a la muerte del P. Rey de Castro en 1952, como ya vimos.

Al tomar dirección de la Agrupación Católica Universitaria “el vigoroso optimismo del P Llorente sacudió a la Agrupación como una descarga eléctrica”, recuerda José M. Hernández. “Desde entonces Llorente dirigió aquella nave con ímpetu, optimismo y fuerza hasta que la revolución comunista cayó como una sombra negra sobre Cuba”.

Después de Bahía de Cochinos, en que hubo muchas redadas y comenzaron los fusilamientos de Agrupados, la situación empeoró tremendamente, y el 17 de abril de 1961 el P. Llorente tuvo que esconderse en la casa de un agrupado amigo en el Vedado, y posteriormente en el Consulado Español, de donde fue trasladado a la residencia del Embajador de España y de allí, un mes más tarde pudo salir muy apesadumbrado para Miami.

La ACU en Miami

El Padre Amando Llorente, sj, junto a la Virgen de la ACU, imagen del escultor Carbonell, replica de la que se veneraba en la casa de La Habana. Foto Teresa Fernández. Soneira ©. Derechos reservados.
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Al llegar a Miami el Padre Amando se encuentra con un grupo de agrupados deprimidos, descorazonados, aquello era un naufragio, una hecatombe, recuerda el P. Llorente emocionado. “Aquellos hombres estaban desconsolados, llenos de tristeza. Entonces un sobrino del fundador de Merrill Lynch, de los inversionistas, que se había convertido al catolicismo y se había casado con una cubana, nos ayudó. Yo le dije a Merrill como estaban los Agrupados, que yo necesitaba darles unos ejercicios espirituales, pero que no teníamos un centavo, que si nos podía costear tres días en un hotel de la playa para reunirnos. Merrill enseguida me dijo que sí, que lo que quisiera”. Así fue como el 31 de julio de 1961 y en el motel Golden Strand de Miami Beach, 75 hombres asistieron a aquellos ejercicios, saliendo de allí renacidos. “Allí estuvimos 3 días meditando sobre el pasaje evangélico de la huida de la Sagrada Familia a Egipto, ya que Herodes buscaba al Niño para matarle, dice el Padre. Es el evangelio que dice que el ángel en sueños le dice a José: toma al Niño y a su madre y huye a Egipto porque Herodes busca al Niño para matarlo.¡Era el exilio de la Sagrada Familia! ¡Aquello era idéntico a lo que estábamos pasando! Porque todos estábamos aquí igual, huyendo pero del comunismo.! Bueno pues fue allí cuando comprendimos que Dios no nos había abandonado, sino que nos había protegido, asegura el sacerdote. Y la Agrupación volvió a nacer”, termina diciendo conmovido.

Desde 1961 a 1963, el P. Llorente estuvo de un lado para otro ofreciendo los ejercicios espirituales en Miami y en otras ciudades, mientras los agrupados esperaban el regreso a la Patria. Entonces el P. Llorente se las arregló para alquilar una casita en el 1917 S.W. 3rd Street en la que instaló un despacho, una oficina y una pequeña residencia a la que se mudaron él y siete agrupados. Tenían necesidad de hacer comunidad; la distancia de la Patria era grande, y la añoranza mayor aún. En agosto de ese mismo año de 1961 se comenzó a publicar la revista Esto Vir (que significa “para ti ha llegado el momento de ser firme y portarte como hombre”), impresa a mimeógrafo. En ese periódico no sólo se informaba sobre lo que hacían los agrupados exiliados y donde estaban, sino también se daban noticias de como la casa de retiros de La Habana se había convertido en comandancia de milicias del gobierno comunista. También se informaba sobre retiros, pláticas, rosarios y reuniones familiares.

La historia de las casitas

Pasaron unos pocos años y el regreso a Cuba se veía cada vez más distante. “Pronto nos dimos cuenta de que necesitábamos una casa con las condiciones necesarias para hacer los retiros en silencio, explica el P. Llorente. Entonces nos mudamos para una casa amplia en Coral Gables y de ahí para otra en el 536 S.W. 12 Avenue”. Sin embargo, el Padre Llorente comprendió que estas casas no resultaban del todo prácticas, no se podía guardar el silencio necesario, no había comodidad. Y en 1967 consiguieron una de las casitas que ahora ocupa la ACU en el N.E. de Miami. Con el tiempo a la casa original se le unirían otras 9 casitas colindantes. Fueron poco a poco comprándolas, restaurándolas, uniéndolas y adaptándolas a las necesidades y al medio en el que se iban a desenvolver.

“Todas estas casitas fueron donadas o adquiridas con gran esfuerzo, señala Llorente. En 1967 empezamos aquí en una casita donde hoy está la capilla, y luego otra casita, y luego otra, y así han llegado a ser 9 casitas. ¡Prodigiosamente! y cada casa tiene su historia. La capilla, por ejemplo, era una de las habitaciones de la casa y sus dueños dedujimos eran de los países nórdicos por el techo de vigas. Un día vino a verme una señora americana y me pidió la dejara entrar en la capilla. Me dijo que ¡en ese cuarto ella había nacido! Después, había un italiano que tenía otra casita de estas. Se llamaba Mike y era buenísimo y muy buen amigo. Me decía que había sido un gran pecador; y yo le decía que para eso había venido Jesucristo, para perdonarle los pecados y que el evangelio decía haz limosna y se te perdonarán tus pecados, volviendo el Padre a sonreír. Y yo le digo a él recuerda Llorente - que yo sabía que esta casita se la habían dejado en el testamento. ¡Y la casita fue nuestra! En realidad, todo ha sido milagroso. Otro ejemplo: el parqueo era un solar. Llamo a la señora que tenía puesto un letrero de venta y le pregunto que en cuanto lo vendía. Le dije que era sacerdote, que no tenía dinero... Me dijo que pedía $25, Yo le dije: mire yo le doy $3,000. Ella se rió pero con una risa bondadosa. Pero eso es ridículo, me dijo ella. Y le expliqué para que quería el lote, los muchachos, los retiros... En fin, que me lo dejó en $4,000.00! Todas estas casitas se fueron consiguiendo así. Aquí no intervino ni la Arquidiócesis, ni la Compañía de Jesús, ni ninguna organización. Todo lo hizo la ACU independientemente”.

Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola

“El que sale de aquí tiene que salir católico y con una base formal. ¡Hay que hacer héroes!” P. Amando Llorente, S.J.

Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola están centrados en la búsqueda de Dios de forma contemplativa y en un ambiente de sencillez. Los que lo hacen encuentran a Dios en todo y examinan su vida espiritual para asegurar que está en conformidad con la voluntad de Dios y así lograr el fin para el cual ha sido creado. El P. Llorente dice que “San Ignacio siempre buscaba lo más; no lo bueno, sino lo mejor; no la gloria de Dios, sino la mayor gloria de Dios; no servir a nuestro Señor, sino distinguirse en el servicio de nuestro Señor. Siempre lo más”. Y dando los Ejercicios tengo que contagiar, decir lo que vivo, y vivir lo que digo, enfatiza el Padre Amando. Hoy en día hay hambre de espiritualidad. Aquí los Ejercicios Espirituales descubren un catolicismo combativo, abierto, elevador de la persona. ¡Cuántos jóvenes no vienen a mí con problemas espirituales, con problemas de fe, y encuentran aquí la solución a sus preocupaciones! El énfasis de la ACU es la formación. Como base la espiritualidad, la ascética, la mística de San Ignacio, el método y la pedagogía. San Ignacio era un caballero, y ese sello debe ser transmitido: la caballerosidad, la honestidad, la amistad, la valentía, la religiosidad ese es el sello de San Ignacio, y los jesuitas debemos estar inspirados en la figura de San Ignacio para inspirar”.

De los ejercicios nos puede hablar Francisco J. Casas, agrupado de Cuba: “Dios me ha dado la gracia de haber hecho los Ejercicios Espirituales de San Ignacio en la Casa Juan Pablo II sin faltar ni una sola vez durante los últimos 15 años. Los he hecho en otras casas, tanto en Cuba como en Puerto Rico y hasta en el bar de un hotel de la Playa en Miami bajo la dirección de nuestro P. Amando Llorente, SJ. De más está decir que cada tanda de Ejercicios tiene una particularidad propia ya que en ellas confluyen los diferentes caracteres de los que el Espíritu Santo se aprovecha para dejar su huella en el interior de cada ejercitante”.

Continúa el Padre Amando diciendo: “Aquí enseñamos a desarrollar las relaciones humanas. Los retiros se llevan a cabo con seriedad, y el que sale de aquí tiene que salir católico y con una base formal. Hay que profundizar. ¡Hay que hacer héroes! sigue diciendo el sacerdote. Para los ejercicios se entra el jueves y se sale el domingo. O sea que se está un día más que en los retiros convencionales. Y parece que no, pero un día extra es importante, se siente y se pueden tocar más temas. Yo tuve mucho interés en que los retiros fueran estrictos, guardando silencio. Todo el mundo quiere hacer convivencias, pero para hacer retiros serios, es distinto. A no todos les gusta eso. Si no se tiene una buena formación, es muy difícil ser católico hoy en día. Cada vez es más difícil. Por aquí pasan, más o menos, unos 500 ejercitantes en un año”.

Y sigue el Padre Amando: “En esta casa de retiros hay 30 habitaciones individuales. Y ahora tenemos un edificio al lado, la Residencia Jesús Maestro que es para estudiantes. Y también allí se van a hacer retiros, ya que tiene mucho más espacio que aquí. El P. Nelson García, SJ y yo damos 4 retiros al mes. Buscamos también los puentes o holidays, o sea cuando hay una fiesta que cae en viernes o en lunes para aprovechar ese día adicional para dar una tanda de ejercicios. También vienen de los high schools. Llegan a las 9 de la mañana y se van en la tarde y lo aprovechan muchísimo. Y también dejamos que grupos organizados de la Arquidiócesis usen la casa para sus retiros y traigan sus sacerdotes, pero todo con seriedad y orden”.

Francisco Casas añade: “En esta Casa de Ejercicios hay un ambiente distinto ya que además de sus jardines allí también nos encontramos con la Plaza de la Evangelización y en ella un imponente San Pedro lanzando sus redes hacia ese mar de Miami que nos evoca al de Galilea. Los edificios que componen el lugar están llenos de sorpresas. Hay celditas austeras pero muy apropiadas para el silencio, la meditación y el sacrificio. El salón de meditaciones, con su diseño muy inspirado, para recordarnos aquello de porqué estamos aquí al enfrentarnos con esas frases de: ¡Qué he hecho por Cristo!, ¡Qué hago por Cristo!, ¡Qué haré por Cristo! que tanto nos sacuden. En la capilla también sentimos a Cristo en el sagrario de forma diferente ya que en la pequeñez de sus espacios nos hace sentirlo más cercano”.

En definitiva, la semilla que se trajo de Cuba ha echado raíces profundas en estos 40 años que lleva el P. Llorente ofreciendo los ejercicios espirituales. De hecho, esta es una labor callada, no hacemos ruido, dice el sacerdote con humildad. Pero le digo al Padre que la labor no ha sido tan callada, ya que si sacamos la cuenta, son más de 20,000 personas las que han pasado por aquí en estos 40 años. “Tengo mucho interés en que el que salga de aquí salga católico, recalca Llorente, que ame a la Iglesia, que tenga valores firmes, y eso se está logrando. Los ejercicios tienen como base los de San Ignacio de Loyola. Los que vienen a las tandas oyen el nombre de San Ignacio muchas, muchas veces. Y tanto los laicos como los sacerdotes tenemos que vivir lo que predicamos. Los sacerdotes tenemos que creer totalmente lo que decimos. Los ejercitantes tienen que ver en nosotros a hombres de verdad, que somos normales, devotos, alegres, que transmitimos lo que vivimos, sino no sirve”.

Un ejemplo de sacerdote agrupado es el padre Marcelino García, SJ, director del colegio Belén en Miami, quien también tiene mucho que decir de la ACU: “Cuando fui a estudiar medicina a La Habana escogí la residencia de la Agrupación Católica Universitaria. La experiencia humana y religiosa de la convivencia con 80 residentes y los apostolados en los que me enrolé, fueron extraordinarios. Era un paquete tan fabuloso que parecía mentira que pudiera encontrarse una institución que satisficiera tan plenamente al estudiante católico de la universidad. Yo ya había desarrollado mi vocación religiosa y estaba buscando tiempo para entrar en la Compañía de Jesús. Pero ese tiempo fue de gran ayuda para mi madurez humana y religiosa, como dije antes”.

Y sigue el Padre Marcelino recordando: “Allí practicábamos y realizábamos los ejercicios espirituales de San Ignacio una vez al año bajo la dirección del padre Llorente. Fueron años de gran alegría y de una convivencia bien sabrosa y formativa. Las tertulias tenidas en el gran patio de la ACU dialogando con los mejores intelectuales de Cuba de aquel momento fueron la mejor universidad del aire que podíamos haber tenido. De allí salieron los líderes que engrosaron las filas de la lucha contra Batista y contra Castro”.

Y es ahora el agrupado Juan Manuel Salvat, quien dice: “Para mí y para muchos otros compañeros en mi natal Sagua la Grande, la Agrupación Católica Universitaria fue como una meta a la que nos habíamos propuesto llegar. Era el modelo donde apoyarnos y desarrollar nuestra vida cristiana. Ya en Sagua habíamos fundado una Agrupación Católica mucho más modesta y de estudiantes preuniversitarios, pero con el mismo espíritu y dirección de padres jesuitas”.

El éxito de la ACU en los Estados Unidos

Pero ¿cómo es posible que esta Casa de Retiros de la ACU haya sobrevivido después de casi 50 años de exilio? José Manuel Hernández explica que “el hecho de que los agrupados tenían que habituarse a la vida en los EE UU pudo haber resultado en la disolución de la ACU. Se pudo haber desintegrado por la crisis generacional de la década de los 60, o estrangulada por las estrecheces económicas, carcomida por una explicable, aunque miope concentración en lo exclusivamente cubano. Pudo haber naufragado durante los cambios que el Vaticano II generó. Pero la Agrupación de La Habana y la de Biscayne Bay son sin embargo, una sola y la misma cosa. Hay detalles, ajustes, concesiones al medio y ciertos cambios inevitables. Pero en lo esencial, en lo que constituye la osamenta de su personalidad, no se diferencia en nada”.

Pido al Padre Llorente su explicación de cómo es que esta casa se ha mantenido tan activa durante todos estos años, y me responde sin titubear: “Por la vida espiritual. Yo tengo aquí hombres que forman la ACU que ya están mayores, que son abuelos y hasta bisabuelos; profesionales, que recibieron muy buena formación en la ACU, y la llevan con ellos a todas partes. Hay que ser cristiano auténtico. Hay que ayudar a los demás a vivirlo, hay que dar la mano para que los otros se levanten. Y yo soy un resultado de esa formación, interviene nuevamente Juan Manuel Salvat. Haber vivido en la ACU y encontrado allí su espíritu ha sido una de las mayores bendiciones que Dios me ha dado”. “Sin ella, sigue diciendo Salvat, “nunca hubiera podido sentir el llamado de Cristo con esa fuerza y claridad que nos preparó para enfrentar el régimen comunista que se implantó en Cuba. Los Ejercicios Espirituales Ignacianos, la vida comunitaria, las charlas de formación, las Guardias, la misa dominical, los desayunos compartiendo con los mayores, el Apostolado y mucho más, fueron caminos de preparación. La respuesta de mártires, presos políticos y esfuerzos tremendos de lucha, fueron el resultado de esa formación. Nada ha variado después de todos estos años y el exilio. Jesús sigue siendo y será el Jefe y Maestro”.

Y ahora es Alberto Müller, también agrupado de Cuba, quien añade: “Cuando me preparaba para entrar en la Universidad de La Habana para estudiar mi carrera de Derecho, puse un pie y el otro en la Agrupación Católica Universitaria (ACU) producto de mi fe cristiana y militancia católica. Al término de un año me consagré ante la Virgen y ante Cristo, como congregante de la ACU. Debo confesar que en la ACU, bajo las enseñanzas de dos directores espirituales, los jesuitas Amando Llorente y José Barbeito, verdaderos hombres santos de la Compañía de Jesús, consolidé mi formación cristiana, incrementé mi vocación mariana y activé ese sueño de juventud de servir a los más necesitados en las obras de apostolado con los pobres en el barrio de Las Yaguas, y con los campesinos en los Comandos Rurales de la Sierra Maestra. Doy gracias a Dios permanentemente por ese paso que di cuando entré en la ACU, que con la vida se convirtió en un andar pleno de fe, de esperanza, de caridad y de compromiso con el Evangelio de Cristo, que es el guía y Maestro”.

El futuro de la Casa de Retiros Juan Pablo II

Plaza de la Evangelización en la Casa de RetirosJuan Pablo II de la ACU en Miami. Foto Teresa Fernández Soneira. © Derechos reservados.
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Pregunto al Padre Amando que como percibe el futuro de la ACU. Y con un brillo de alegría en los ojos responde convencido: “No, no, ya esto se queda aquí, esto continúa. Claro, que cuando lo de Cuba termine, para allá nos vamos enseguida. Digo, ir y venir. Para tener una casa de Ejercicios en La Habana nuevamente. Se va más rápido de Miami a La Habana, que de La Habana a Camagüey.

Usted quiere mucho a Cuba, ¿no? le pregunto. Y me dice con una amplia sonrisa:

!Pero si yo soy cubano! Digo, soy español, porque sólo he trabajado con cubanos, desde Cuba ya! Recuerdo que una vez viajé a Santiago de Compostela en Galicia, y me pidieron que ayudara con las confesiones en la majestuosa Catedral llena de peregrinos, y allí por primera vez tuve que confesar a españoles y no sabía las expresiones porque ya me había acostumbrado a las de los cubanos!” Y con pleno convencimiento vuelve a decirme el P. Amando: “pero ya la Casa de Retiros Juan Pablo II de la ACU es algo que Dios ha querido esté aquí y aquí se queda”.

Y cuando le pregunto por sus 60 años de vida sacerdotal cumplidos no hace mucho, y casi en su totalidad dedicados a la ACU, me dice: “Pues en realidad yo ni me he dado cuenta se me han ido muy pronto porque he estado haciendo lo que me llena, para lo que siempre tuve vocación, lo que siempre me ha gustado hacer, y espero poder seguir haciéndolo por muchos años más. Yo profesé en el día de la Natividad de la Virgen en Inglaterra. ¡Ayer precisamente cumplí 60 años de sacerdote!, y que casualidad, que ese también es el día de la festividad de la Virgen de la Caridad del Cobre! Estos años se me han ido muy rápido. A nosotros los jesuitas nos dan un entrenamiento muy grande para el sacerdocio. ¡Son 3 años de humanidades, 3 de filosofía, 3 de magisterio, y 5 de teología! Y el sacerdocio hay que llevarlo con honestidad, con valentía. Yo tuve un hermano que fue misionero en Alaska. Él fue el misionero y yo fui el turista, digo siempre. Porque para mí todo ha sido agradable, sin embargo, para él fue trabajo y sacrificio fuerte. Hace falta que la gente vea sacerdotes de verdad, que den el ejemplo, que vivan su vocación”.

Son muchos años dedicados a formar hombres, a aconsejar jóvenes, y a salvar familias en esta Casa de Retiros Juan Pablo II. “En la actualidad tenemos 1,080 y pico de Agrupados por todas partes, y 600 matrimonios de agrupados y ni siquiera el 1% en divorcios!” dice Llorente muy satisfecho. “Y los hijos de los Agrupados vienen a hacer los ejercicios, y pronto serán los nietos los que vengan también. Es la tradición que continúa. Aquí se ha logrado mucho, y se han formado muy buenos hombres”.

Esta gran obra de la Agrupación Católica Universitaria se ha regado por otros estados de los Estados Unidos. Hoy hay casas de la en Washington, Puerto Rico, Atlanta, Orlando New York/New Jersey/Connecticut. El día de la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, se congregan en Miami los agrupados de todas las casas, porque esta es la Casa Madre. Es siempre un día de gozo y celebración.

A pesar de todo lo que se pasó en los comienzos al salir de Cuba, con las dificultades de un exilio largo y con la pérdida de la vida comunitaria que llevaba la Agrupación Católica Universitaria en La Habana, ésta pudo levantarse y caminar, y hoy está orgullosa de su quehacer pues ha hecho y sigue haciendo historia. Ojalá los sueños del Padre Llorente de regresar a Cuba para continuar allí la obra de la Agrupación como en otros tiempos se lleven a cabo. Ojalá Dios permita que la labor de los agrupados continúe también aquí en Miami y en las demás ciudades norteamericanas donde se han ido estableciendo. Y ojalá esos hombres que los padres jesuitas formaron y siguen formando puedan repetir por muchos, muchos años más, para mayor gloria de Dios y de su Iglesia, lo que en Cuba decían, y luego en Miami dicen:


Decían en Cuba 

Tiene Cristo una cruz redentora
Tiene Cuba una estrella de luz 
Hacia el cielo elevemos la estrella
Y en la patria seremos la cruz.   

  
Dicen en el exilio:
– versión del agrupado
(Dr. José Ignacio Lasaga, 1977)

Tiene Cristo un mensaje de vida
Para un mundo sediento de Dios.
Brazos suyos serán nuestros brazos
Voz de Cristo será nuestra voz.


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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas.

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