En el tramo de Carretera de Cascorro, el puente sobre el otrora río Cascorro.
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Agradecimiento
Gracias, muchas gracias a Saadia y a Roldán Sánchez Serra por el privilegio concedido... dádiva de amistad es poder tener, ordenar en el tiempo y transcribir los documentos del abuelo paterno: Carlos Sánchez Espinosa, quien fuera veterano mambí y alcalde de Cascorro a finales de los años veinte del siglo pasado. Sobre él recayó abrir los “espacios métricos” de la Carretera Central por nuestra sabana y … ¡qué bien lo hizo!
Gracias, por esos papeles amarillos de tiempo y bendiciones... Es revalidar la tradición de vecindad, de cariño... ¡qué bien por aquellos abuelos que fundaron sin adelantos de época! Es asombroso analizar lo rápido de las comunicaciones... sin concurrir las grandes velocidades, sin electrificación total... ni teléfonos por aquellas zonas rurales... Pero de ningún modo la soledad o indiferencia acomodaron la miseria en la vida.
Gratifica la comprensión sin reserva de aquellos cubanos que se unieron para construir, como la del ingeniero Francisco J. Sola que, sin nacer o vivir en el pueblo, tuvo la suficiente generosidad y preocupación de escuchar, ayudar y conceder... Se ganaron bien, no sólo las retribuciones económicas, sino una estela de orgullo patrio para el homenaje en todo tiempo.
Los “Hombres de la Carretera” pavimentaron caminos, levantaron puentes, conformaron rutas con los denominados Cruceros... Venciendo inconvenientes tremendos, tan sólo en cuatro años unieron la geografía Insular hasta el día de hoy. Juan de las Cuevas en su obra “Quinientos años de construcción en Cuba”, califica a la “Carretera Central” como la obra más importante del siglo XX(1).
Gracias Saadia y Roldán por la confianza y el cariño... y en sus personas a toda esa gran familia, que en unión de otras tantas prodigaron el tiempo bueno compartido. Que estos párrafos sirvan de homenaje a todos los que nos precedieron en el gentilicio del pueblo que nos acunó y a los “Hombres de la Carretera”, que construyeron futuro.
Preludio
El vocablo camino puede asumir varias acepciones, desde la más simple de la Real Academia, hasta la más compleja de un análisis técnico matemático: “Tierra hoyada por donde se transita habitualmente” “Vía que se construye para transitar” “Espacio topológico”...
Muy curiosa la descripción de trillos y caminos vecinales encontrada en un informe militar de tiempos de la colonia, del año 1881(2).
El folio No. 57 del manuscrito, tiene el siguiente título: “Vías de Comunicación”.
El terreno de la Isla, por demasiado blando y llano, en su mayor parte ha hecho que las verdaderas vías de comunicación esto es, las carreteras, cuyo trazado sería fácil, pues se reducirían a evitar en lo posible el curso de las aguas, no habiendo alturas, ni pasos difíciles que salvar, existen en tan reducido número, que en la provincia de que nos ocupamos no hay ninguna.
Cuando los primitivos Ayuntamientos fueron mercedando las tierras, los intérvalos que fueron quedando entre las cercas de las fincas constituyeron los caminos para ir de una a otra, y más tarde y hoy ha mismo, los caminos que los llamaron reales para ir de un pueblo a otro, resultando de todo esto que hoy por hoy, en tiempo de seca, todos los caminos son buenos; en cualquier dirección (...) en cambio en tiempo de aguas, los llamados caminos reales, que son, como es natural, los más transitados, se ponen a los pocos días de empezar la estación de las aguas en un estado tal, que hay que recurrir a lo que llaman en el país los “desechos”, esto es apartarse de derecha a izquierda y abrir nuevo camino en terreno que como no está trajinado resiste algunos días más; con las continuas aguas no tarda tampoco en estropearse. De todo ello resulta que los caminos no tienen un trazado pues el que tenían al empezar la estación de las aguas difieren mucho al concluir las mismas, áun en la seca quedan muchos malos pasos (...) Y como por otra parte, la vegetación es tan exuberante en este país, apenas se abandona un trozo de camino, se cubre de maleza o manigua en términos que áun á los ojos de los mismos naturales, les es difícil adivinar su antigua dirección. (sic)
Era el año 1823, cuando unos españoles que llevaban unos tigres hacia Holguín se desviaron de su ruta y tomaron por otra senda más al norte, hallaron un grupo de pobladores no previsto. No habían salido aún de su asombro, cuando al continuar viaje divisaron otro. Cruzaron el río y llegaron a una vecindad de treinta casas de barro, techadas con guano o yaguas. Allí los recibió como autoridad don Juan Nepomuceno Gómez.
Regresaron de Oriente y contaron a las autoridades coloniales la noticia de la existencia de otros asentamientos humanos en la llanura bajo su dominio, que no figuraban en sus obsoletos mapas. Fue entonces que el Camino Real se bifurcó en dos hasta Sibanicú y Cascorro(3). Don Jacobo de la Pezuela enumera al cuartón cascorreño en el padrón realizado en 1827, en el cual se contabilizaron 38 casas, en estado deplorable, y un trapiche(4).
La Carretera Central fue construida entre 1927 y 1931 por el presidente Gerardo Machado y Morales quien también levantó el Capitolio Nacional. Está considerada como una de las siete maravillas de ingeniería civil de Cuba. Lo prueba el hecho de que hoy día, a cien años de construida, es la principal vía de vehículos automotores que atraviesa la Isla. En el Capitolio Nacional, debajo del salón de Los Pasos Perdidos un valioso diamante de 24 quilates marca el punto 0. Desde ese punto se bifurcan hacia el Oriente y hacia Occidente los 1, 139 kilómetros de la Carretera Central con un ancho de 6 metros(5).
En la segunda licitación o subasta del Congreso, para la Carretera Central, efectuada el 30 de noviembre de 1926, se adjudicó la construcción a la Compañía Cubana de Contratista y a la estadounidense Warren Brothers Company, ambas bajo la dirección general del ingeniero cubano Manuel A. Coroalles(6).
"El diseño de la ruta se propuso conectar los principales centros de población y aprovechar al máximo el trazado de las calzadas y caminos existentes, decisión que ahorró tiempo, dinero y evitó expropiar terrenos"(7). "Así, en la medida de lo posible, la Carretera Central siguió el antiguo trazado de los Caminos Reales... No obstante, un total de 680 km cruzaron zonas por donde no existían más que caminos vecinales"(8).
Con palabras propias
Uno de los papeles amarillos que nos fueron confiados, es un documento con membrete oficial de La Secretaría de Obras Públicas de la República de Cuba, dirigida al Alcalde de Barrio de Cascorro, Carlos Sánchez Espinosa, con fecha 24 de octubre de 1928, que dice:
Señor: Sírvase enviar a esta Jefatura, a la mayor brevedad posible, un plano de su pueblo, el que me ha sido pedido con urgencia por el Sr. Secretario para los efectos de la trayectoria de la Carretera Central. En espera de que Ud. se tomará por este asunto el mayor interés queda,
De Ud. atentamente, Francisco J. de Sola
Jefe de la Quinta División de la Carretera Central(9).
La respuesta del Señor Alcalde no se hizo esperar y con fecha 27 de octubre de 1928, le envía una comunicación al ingeniero Francisco J. de Sola, Jefe de la Quinta División de la Carretera Central, la que dice textualmente:
Señor: Consecuente con su comunicación de fecha 24 del mes actual, donde me pide Ud. le envíe con toda urgencia un plano del poblado de Cascorro por solicitárselo así el Sr. Secretario para los efectos de la trayectoria de la Carretera Central por dicho pueblo, tengo el gusto de adjunto remitirle a Ud. un croquis aproximándose al plano del poblado de Cascorro hasta donde son sus terrenos; fue hecho en el papel que va por no tener de momento otro papel. Quedando de Ud. muy atte.
Carlos Sánchez Espinosa
Alcalde de Barrio
Bosquejo de la vida del Alcalde
El Sr. Carlos Sánchez Espinosa no nació en Cascorro. Cuando Cuba se despertaba del letargo de la azarosa guerra de Independencia contra España, a finales de enero del año 1899, llegó a Cascorro un destacamento de la Guardia Rural, el primero, bajo el mando del sargento Carlos Bueno Zaldívar designado como jefe de puesto, su segundo era el cabo Severo Sarduy Machado y los soldados Oscar Pereda Pulgares, Elpidio González, los hermanos Carlos y Miguel Cruz Reyes, Julio C. Constantino Rey... y el cabo Carlos Sánchez Espinosa(10). Todos eran veteranos mambises con los grados ganados en la Guerra de Independencia.
La primera noche durmieron en una especie de construcción aún sin paredes. Posteriormente establecieron el cuartel de la guardia rural en la calle que hoy se nombra Maceo, esquina Vicente Somonte, que luego sería la casa de Nicolás Pedroso. Al poblado lo custodiaban por aquel entonces dos policías: don Felipe Ruiz Risco y don San Segundo Expósito, también veteranos de la guerra contra España(11).
El 20 de diciembre de 1912, se hizo efectiva la compra venta de una casa en la calle nombrada en aquel tiempo Castillo, por la cantidad de doscientos pesos oro español, no tenía número.
El comprador fue Carlos Sánchez y allí se estableció con su familia. La esposa de Carlos, fue María de la Piedad Agripina Torres y Gopar. Con mucho cariño todos la nombraban Piedad... honraba el nombre porque añadía a su manera de ser suave, calmada, amable, una singular nobleza, contrapunto del esposo, al que la guerra, de la cual no gustaba hablar por la violencia presenciada, le hizo adusto y autoritario de carácter, tanto que se hacía tratar por todos sus familiares de “señor”.
Era el tiempo de las familias patriarcales... Apellidos que se asentaron y crecieron en buena vecindad donde el respeto era el pilar de la seguridad y de la confianza en el apacible convivir de la rústica sabana camagüeyana.
Por allá... por las décadas de los años 40 y 50 del siglo XX del pueblo ... ¿Quién no conoció la barbería de Fidel y Adriano? ¿Quién no escuchó la música del traga-níquel del bar de Marcelino? ¿Quién no comió cremitas de leche de la casa de Erastos? Ellos fueron cuatro de los hijos de don Carlos Sánchez, junto a Clodomiro, Enriqueta, Carlos, Enrique, María Leonida, Pablo y Nérida.
Don Carlos Sánchez, quizá fue el primer dentista del pueblo. Se armó de un instrumento y en su familia era el que remediaba los dolores con la extracción de la pieza dañada. Dos de las nietas de aquel mambí con aristas de estomatólogo, optaron por esa profesión(12).
De su carácter honrado da fe un inventario de alcaldía realizado cuando renunció al cargo el 5 de noviembre de 1929. Muy cuidadoso, dejó copia de todo documento que firmó, gracias a ello conocemos detalles de la historia del pueblo que hubieran quedado perdidos en la niebla de la sabana.
Carlos murió resultado de un accidente en Holguín el 24 de abril de 1939.
El nombre de la calle
Cascorro, mayo 3 de 1929
Sr. Francisco J. de Sola
Ingeniero Jefe de la V División de la Carretera Central Camagüey.
Señor: -
Habiéndose echado el concreto desde el Poblado de Martí hasta el Poblado de Cascorro, sin haber dejado cruce en la Carretera para las calles que salen a la Carretera con dirección a Marti, tengo el honor de informarle a Ud. que en la actualidad, si hay que llevar un cadáver al cementerio de este Poblado de Cascorro(13), no tenemos por donde pasar por la Carretera, porque las cunetas nos impiden el paso: El concreto ha parado en la esquina de la calle Oscar Primelles, en este Poblado, y según me he informado esa Calle es para el cruce de las Carretas, pues no tenemos tampoco por done las Carretas puedan cruzar por el Poblado de un lugar a otro.
Yo le ruego no nos eche en olvido con respecto a las calles que por necesidad tenemos que cruzar por la Carretera para ir a Martí,
De Ud. Atentamente Carlos Sánchez
Alcalde de Barrio.
Comunicación timbrada con membrete de Secretaría de Obras Públicas de la República de Cuba. Caminos y Puentes.
Exp. 168
ASUNTO: -Cruceros
Camagüey, mayo 9 de 1929
Sr. Carlos Sánchez
Alcalde de Barrio
Cascorro.
Muy Sr. mío:
Correspondiendo a su atento escrito de mayo 3, en atención a las razones que alude me es grato informarle que en el día de ayer he ordenado la construcción de un crucero por la Carretera Central del camino que va al Cementerio, a fin de facilitar el tráfico al mismo y a cuyo efecto se hará en breve el replanteo de este trabajo.
En cuanto al cruce de carretas por la trayectoria de la Carretera Central en ese poblado, se ha dejado tentativamente por la calle Oscar Primelles considerando que este sea lugar apropiado; de no resultar así le ruego tenga la bondad de ponerse de acuerdo con nuestro Ingeniero encargado Sr. Ramón Salazar, e indicarle el lugar donde a su juicio deba ser construido.
De Ud. atentamente.
La rúbrica en tinta del ingeniero Francisco J. Sola con el cuño oficial.
Es por todo eso, que la calle que entra hasta las puertas del Cementerio de Cascorro lleva el nombre de Carlos Sánchez Espinosa.
Pero no sólo eso, siempre se ha reconocido que, el replanteo del ingeniero Sola favoreció a pavimentar(14) de nuevo el tramo de Carretera desde Cascorro hasta Martí y nunca han existido grandes baches que impidieran el tráfico normal o implicaran grandes trabajos de reconstrucción.
Continuará con la historia del Parque de Paseo.
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1. Artículo del periodista Ciro Bianchi.
2. “Bosquejo geográfico militar de la Provincia de Puerto Príncipe” de 1881, realizado por el Comandante del Cuerpo del Estado Mayor en la Isla de Cuba, don Leopoldo Barrio y Carrión. Editado en Barcelona, España, también pertenece a la colección “Cuba” de la Universidad de Harvard (USA).
3. Mariem Gómez Chacour “Un soplo de niebla en la llanura”.
4. Ibídem.
5. Trabajo del periodista Ciro Bianchi sobre la Carretera Central.
6. Medios digitales.
7. Y cuando hubo necesidad de hacerlo se realizó un reconocimiento público para los donantes. Carta adjunta.
8. Información de medios digitales.
9. Tiene su rúbrica acuñada oficialmente.
10. Libro inédito de Víctor Somonte Bueno.
11. Datos del libro inédito de Víctor Somonte.
12. La Dra. Sadia Sánchez Serra y Suraima Estrada
13. El poblado de Martí nunca ha tenido cementerio debido a sus terrenos inapropiados para este fin, porque son accidentados y pedregosos por lo que, desde siempre, los entierros se realizan en el cementerio de Cascorro. Por los documentos nos enteramos que el Alcalde de Cascorro, era a su vez el Alcalde de Martí.
14. Ya de por sí los criterios técnicos empleados en la construcción de la Carretera fueron tan bien argumentados y empleados que la vía ha durado un siglo resistiendo todo tipo de cargas.