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Friday, March 3, 2017

Origen del tabaco cubano en los Estados Unidos (por Adalberto Guerra)

 


Eduardo Hidalgo Gato:
 La historia del tabaco cubano en los Estados Unidos, su origen


 por Adalberto Guerra 
 Texto publicado originalmente
 en la 8va edición de la revista La Cohoba Magazine


La historia del Tabaco cubano en los Estados Unidos tiene su origen en Eduardo Hidalgo Gato y se remonta a la época temprana de 1870’s. De padres españoles, Eduardo Hidalgo Gato nació en Santiago de las Vegas–Cuba, el 6 de octubre de 1845. A los ocho años dejó la casa de sus padres para buscar trabajo en La Habana, donde entró a trabajar de aprendiz en un taller de tabacos de urbe habanera. 

En 1869, huyó de la isla acusa- do de ayudar a los revolucionarios insurrectos de Bejucal que combatían contra la corona española en la primera Guerra de Independencia cubana o Guerra de los Diez Años, eligiendo por destino la ciudad de Nueva York. Allí trabajó como torcedor hasta el momento en que decidió establecerse por su cuenta en un pequeño taller de manufactura de tabacos. El 28 de noviembre de 1872 se hizo ciudadano norteamericano. 

En 1871 cerró ese pequeño taller de tabacos para abrir una fábrica mucho mayor, con gran éxito de ventas. 

En 1874 trasladó su fabricación a la ciudad de Cayo Hueso (Key West), ubicado en un edificio alquilado a William Curry, convirtiéndose Eduardo Hidalgo Gato en el más prominente fabricante de tabacos de origen cuba- no en el Cayo. 

Eduardo H. Gato necesitaba torcedores con experiencia y para mejorar la operación construyó junto a su fábrica un pequeño pueblo de casas (unas cuarenta en total) que alquiló a sus trabajadores. Eran los comienzos de su famosa “ciudad de obreros” conocida como Gatoville, que contó con las infraestructuras necesarias (línea de tranvía, calles, comercios, escuelas, etc.) y que sería una de las primeras experiencias de ese tipo en los EE.UU. El popular barrio de “Gatoville” conocido entre otras cosas por la presentación anual de un circo o “los caballitos,” como lo llamaban coloquialmente los cubanos. Hay que señalar que para el año 1831, según los datos de censos poblacional de Key West, habían 50 cubanos asentados en el cayo, 16 de estos tenían pequeñas operaciones de tabacos. 

En la ciudad de Key West el Marcador Histórico número 21 se encuentra en el bloque 1100 de Simonton, lugar en que se encontraba la fábrica de Eduardo Hidalgo Gato. 

Entre 1880 y el 1900 hubo una afluencia de expatriados cubanos en Cayo Hueso, estaban escapan- do de la opresión del imperio colonial español en Cuba. Este hecho proporcionó la creación de más de 200 fábricas de tabacos en el Cayo. 

En el marcador Histórico 20 de la ciudad de Key West, Florida, en el 616 Louisa Street podrá usted encontrar el Pocket Park. Este parque tiene una historia especial por ser el lugar donde estaba situado el caserío de Gatoville de Eduardo Gato en la década de 1880. 

Es bueno señalar que Vicente Martínez de Ybor también impulsó planes de vivienda y desarrollo similares a los de Eduardo Hidalgo Gato en Key West y posteriormente en Tampa. 

La estructura que se exhibe en la parte posterior del parque es una representación de la fachada de una de las casas para tabaque- ros construidas sobre este lote en 1897. En el sitio específico fueron sus ocupantes Fernando y Sera- fina Gato. Fernando era un fabricante de tabacos en la fábrica. Fernando y Serafina criaron a su hija María Gato en esta casa, quien se casó posteriormente con Joe Madiedo. El parque es también el tabacos del mundo donada por la familia Fuente, Bruce Neff, y Patricia Madiedo.

El patriarca de la familia Fuente, Arturo Fuente, salió de Cuba en la primera década de 1906 y pasó los próximos 6 años en Gatoville y posteriormente se trasladó a Tampa en 1912 y comenzó su pro- pia fábrica de tabacos. Hoy su familia es propietaria y de una gran fábrica de tabacos en la República Dominicana, después de haber pasado también por Nicaragua. La familia Fuente es original del poblado de Güines, un poblado cercano a La Habana. 

A una cuadra de la casa que ocupó Arturo Fuente en Cayo Hueso se encontraban pequeñas empresas del tabacos como la fábrica Báez, a estos puestos que los emigrados convinieron en llamar los “chinchales” que para entonces eran operaciones de unos pocos trabajadores. Fue aquí donde Arturo perfeccionó sus técnicas como tabaquero. Su habilidad lo llevó a la prestigiosa fábrica de tabacos de Eduardo hogar de la mayor escultura de Hidalgo Gato a pocas cuadras de distancia en Simonton Street. No sólo Arturo Fuente pasó por las instalaciones de Eduardo Hidalgo Gato, otros emigrados cubanos que posteriormente tomaron relevancia en el mundo del tabaco, partieron de la empresa primera de Eduardo Hidalgo Gato, residieron en Gatoville y se expandieron después a Ybor City-Tampa.

Las casas del poblado eran simples estructuras de madera, la mayoría con dos habitaciones, porche y letrina. Estas casas aunque eran sencillas, para la época eran consideradas un lujo. El espíritu paternalista de Gato animó a sus empleados a iniciar sus propios negocios (tiendas, escuelas, etc.), que era una estrategia muy distinta a otras comunidades industriales. Muchos de los puestos de los “Chinchales” eran negocios alentados por Eduardo Hidalgo Gato que cohabitaban en armonía con las operaciones comerciales de este. 

Eduardo Hidalgo Gato contando con la experiencia de años de trabajo fabricando tabacos y con una excelente hoja procedente de las vegas de Vuelta Abajo, fabricaría la excelente marca de tabacos Clear Havana. La primera fábrica de Gato en Cayo Hueso se construyó en 1884 y era un edificio de madera de tres pisos que en 1894 albergaba 500 operarios, que fabricaban un promedio de 70.000 tabacos al día, y esta sucumbió en un incendio en 1915. 

La segunda fábrica, una de las mayores de Cayo Hueso, estaba ubicada entre las calles Virginia y Simonton St. Se comenzó a construir en 1916 y fue inaugurada en 1920. Era una estructura moderna de ladrillo, a prueba de huracanes e incendios, que contaba con grandes ventanales y un patio central al aire libre para conseguir la mayor cantidad de luz para facilitar las labores de los operarios.

En 1882, la familia Gato’s abrió una fábrica en la ciudad de Jacksonville llamada El Modelo, como estrategia empresarial de tener repartidas sus fábricas en distintas ubicaciones.

Gato estuvo siempre implicado en la vida social y política de Cayo Hueso, incorporando el primer tranvía en las calles de la ciudad o llegando a dirigir el Key West Bank, entre otras funciones públicas.

La casa familiar de Eduardo Hidalgo Gato estaba ubicada en Truman Avene. Antes de retirarse a Cuba, tuvo la generosidad de donar a la ciudad de Cayo Hueso una de sus lujosas mansiones a fin de que se ubicase en ella un hospital destinado a pobres, que funcionó desde 1911 a 1944, y que se llamaría Mercedes Hospital, en honor a su esposa. 

Eduardo Hidalgo Gato falleció en 1926, en Cuba. Sus dos hijos, Eduardo y Tomás permanecerían en Cayo Hueso. En 1942 la fábrica de Gato cerró sus puertas, siendo una de las últimas grandes fábricas de tabacos en cerrar en Cayo Hueso. El edificio se vendió a la marina de los EE.UU, que la usó como cafetería. 

Las marcas más populares de tabacos de Eduardo Hidalgo Gato fueron; Mi Preferida y La Estrella. En la ciudad de Cayo Hueso se puede encontrar un busto erigido en su honor, la ciudad tiene de él las mejores memorias por ser un hombre justo, y ejemplo digno.


Friday, December 16, 2016

Una amistad sellada en el humo (por Adalberto Guerra)

Nota del blog: Cada viernes un texto publicado originalmente en la revista La Cohoba. Sección cortesía de Adalberto Guerra. Los temas que aparecen en este espacio están relacionados con la cultura del tabaco y las Artes Plásticas.


Entrevista a Avo Uvezian el compositor de Extrangers in the night, la afamada canción grabada por Frank Sinatra en 1966.

Publicado originalmente en la IX edición de la revista La Cohoba


Esta historia comienza en el Líbano y tiene melodía de Jazz y aroma de tabaco. Para tejerla, un hombre enriquecido por los años con ademanes de músico virtuoso se sienta ante una taza de café y te lleva a través de la cadencia de su narración hacia una época hermosa.

Bien pudiera ser una historia de amor, que lo es, con una pequeña variación, es la historia de un amor dividido entre un piano y el hombre que inventó frente a un tabaco la melodía perfecta para que habitara el humo.

Con un beso sobre la capa dulce de un tabaco y música clásica de fondo para acompañar la tarde comienza mi encuentro con Avo Uvezian en una tabaquería en una ciudad lejos del Líbano. Cuando se habla de Avo Uvezian se piensa en lo clásico, en lo refinado, tal vez obligado por la finura con que viste, la elegancia con que se conduce en las palabras, y por la música que es el resumen de todas estas cosas mezcladas en el humo.

Avo llega acompañado de su hijo Ronny Uvezian y Scott Kolesaire de Davidoof y se sienta frente a la tabaquería Corana en la ciudad de Sand Lake, Orlando-Florida, con la amabilidad de un patriarca dejando los mejores puestos para sus invitados. Antes del saludo me parecía haberle conocido anteriormente, pero todas las ideas preconcebidas que tenía de Avo después del apretón de manos y la pronunciación perfecta de mi nombre en español, me aseguran que ya le conocía, le conocía en la música y en el aroma que me trajo hasta aquí que me fue hablando sutilmente de él.

No hay que formular preguntas porque Avo prefiere como yo una conversación calma y el saludo de los clientes que pasan y extienden la mano sobre la mesa y continúan hacia el interior de la tienda como si hubiera un montón de palabras en el saludo. 


“Nací en 1926 en Beirut, el Líbano en una familia de músicos de origen Armenio. Mi madre era cantante, mi padre compositor y director de la orquesta sinfónica. La experiencia de mis padres me permitió desarrollarme en la música.”

A los catorce años de edad, a la muerte de su padre en 1943, pasa a ser el cabeza de la familia teniendo que proveer para su madre y dos hermanas, por lo que la música pasó a ser su medio de vida. La familia Uvezian tiene pasiones diversas desde el modelaje, la música y la escritura, hasta al gusto por un fino tabaco y el lujo tradicional, todas estas manifestaciones artísticas y de modales alentadas por la figura de Avo como centro, una hermana de Avo, Sonia Uvezian, es una reconocida escritora de libros de recetas de comidas tradicionales como The cuisine of Armenia, y múltiples de volúmenes similares.

“Después de concluida la segunda guerra mundial, muchos soldados americanos y soldados de las fuerzas aleadas frecuentaban los hoteles y bares de Beirut, yo tocaba Jazz que era una cosa rara en el Líbano, que es más árabe, eso me hizo diferente y de cierta forma popular, después; la época dorada de la música en Beirut empezó a ser cosa del pasado.”

Uvezian se unió entonces a un trío de jazz, conocidos como The Liban Boys recibiendo un contrato de trabajo en un hotel de Bagdad, Iraq, de ahí fue contratado por un hotel en Tehran-Iran, estando allí, Avo recibió una invitación en 1946 de Mohammad Reza Pahlavi- El Shah de Iran, para actuar en su palacio amenizando recepciones diplomáticas y eventos.

“Yo hablo Farsi (Persa). Recuerdo que estaban tratando de bailar jitterbug en el palacio y al verlos bailar, les dije en lengua Farsi, ustedes no están bailando como debe ser. ¿Me permite enseñarles?. Se sorprendió el Shah al verme hablando Farsi, y creo que esa fue la razón por la que me contrataron a pasar 2 o 3 eventos más allí en palacio y finalmente me convertí en el pianista exclusivo del Shah. Después de un año en Iran, Mohammad Reza Pahlavi quiso que viajara New York, Estados Unidos.’”

“Como nací en el Líbano, el árabe fue mi lengua primera. Mi familia era de Armenia y naturalmente yo sabía esa lengua también. Mis abuelos vinieron de Turquía, así que sabían cómo hablar turco. A los 10 años, podría hablar todos estos idiomas, y posteriormente aprendí Alemán con un grupo de Judíos de Austria, que venían de los campo de concentración después de la guerra. Hablo muchos idiomas, inglés, francés, persa, alemán, italiano, árabe, armenio, turco y español.” Y para dar fuerza a lo antes dicho tararea un canción cubana de los cuarentas en prefecto español.

Mientras vivía en Nueva York, Avo tocó para múltiples bandas y estudió piano y composición clásica en la Escuela Juilliard, “Allí en New York conocí a Ella FitzGerald sin saber la grandeza que tenia, fui por la parte de atrás del teatro donde se presentaba y me dejo tocar Let’s Fall In Love.” Avo conoció a su primer esposa, Marie Sahakian, mientras actuaba en un centro turístico de Nueva York, en las montañas de Catskill en 1951. Tuvieron tres hijos, Jeffrey, Robert & Ronny.

Avo Uvezian se enroló en el ejecito durante la Guerra de Corea en 1950, con 24 años de edad, y fue enviado a Fort Dix, New Jersey. Su talento musical le destacó inmediatamente y fue trasladado a la formación de banda. Cuando llegó a Corea, la banda tocaba en un club de oficiales, donde les pagaban veinte dólares la noche.

“Una de esas noches, el ayudante de un general me preguntó si podía tocar Back Home Again in Indiana para el General. Después de tocar la pieza, el general en persona se acercó y me dijo: ‘Hijo, esa es la mejor interpretación de Back Home Again in Indiana que he escuchado. Sería bueno tenerte en el cuartel general’ y cuando el General sugiere algo se vuelve orden, al día siguiente recibí el trasladado a Governor’s Island-New York.” Avo Uvezian fue dado de alta con honores en 1952.

Una vez de regreso en los EU, ya fuera del ejercito, pasa a trabajar en la joyería de su suegro, negocio que eventualmente lo llevó a Puerto Rico. En Puerto Rico otra vez la música lo conduce a los escenarios, esta vez en el complejo turístico Palmas Del Mar, donde recibe un contrato por 4 meses que se extendieron por catorce años. En 1970 termina su matrimonio con Marie Sahakian.

Contrae matrimonio 1975 en Puerto Rico con Nivia Valle su actual esposa. En 1983 nace su hija Karyn y viajan a Suiza para su bautizo. Avo ordenó un puro cubano después de la comida para celebrar el evento y el precio le pareció excesivo, 24 dólares. Un amigo le recomieda hacer su propio tabaco. “Volví a Puerto Rico y de inmediato viajé a la República Dominicana para ver si podía encontrar una fábrica que nos hiciera los tabacos y así pasé dos años buscando en diferentes fábricas una oportunidad hasta que di con Hendrik Kelner, presidente de Tabacos Dominicanos o TABADOM, e hice las primeras muestras. Por esa época tuve la suerte de estrechar también amistad con Michel Roux, el francés responsable de traer Vodka Absolut a los Estados Unidos. Este en una conversación, me dijo, ‘Si usted va a entrar en el negocio de los tabacos, haga de la manera que lo hace la Vodka, pague más que nadie por ellos, pero asegúrese de que también son los mejores del mercado. Asegúrese de que la presentación de su producto es la mejor.’ Él me ayudó a conseguir mi sello, diseñado por los diseñadores gráficos de licores Knockando. Así que cuando Henkie me presentó una cotización para los tabacos, le dije, que iba a darle el 25 por ciento más de lo que pidió. De esta manera yo sabía Henkie se aseguraría de que me dieran el mejor tabaco posible.”

En 1987 los primeros tabacos confeccionado por la fábrica de Kelner se vendieron bajo la etiqueta Bolero en San Juan, y más tarde 1988 bajo la nominación Avo Cigars pasó a venderse en las tiendas de tabacos Davidoff de Nueva York. En el primer año se vendieron 120.000 tabacos. Para el tercer año Avo Cigars vendió más de 750.000 unidades. En 1995 Davidoff pagó a Avo Uvezian $10 millones por los derechos de distribución de la marca. En 1996, la venta alcanzó a más de dos millones de tabacos. Desde entonces los tabacos Avo están considerados tabacos selectos.

En su extensa narración hace un alto y dice; “Debíamos ir a donde hay siempre un piano y una novia esperando, a mi casa para que conozcas a mi esposa Nivia”, y efectivamente frente al piano retoma la conversación entre anécdotas y notas musicales del pasado que va entrelazando con historias de tabaco, como el maestro de la comunicación que es, va resumiendo una época y un estilo creado por él, bajo un sombrero que lo identifica. Luego; fotos de familia y conversaciones sobre autores y lecturas comunes con Nivia y un poco de café a lo cubano. La historia de Avo Uvezian no es ni música ni tabaco, es la historia de un hombre de familia que no sabe definir entre ambas y ha decidido amarles por igual; “Un tabaco es un confidente, la música es el idioma de la confidencia de un hombre ante la soledad y el humo.”

Un día para Avo Uvezian esta incompleto si no recurre a los lugares donde encuentra el saludo de la gente que pasa, la conversación a media luz de una tabaquería. El reconocimiento de Avo no viene de su buen tabaco o por ser el autor de magníficas melodías como Broken Guitar que llegó luego a ser grabada como Extrangers in the night por Frank Sinatra en 1966, el reconocimiento de Avo viene de su carisma y las demás cosas vinieron a acompañar su paso por la vida en armonía con la buena persona que es, y en pago, la gente que lo rodea lo ama, lo respeta y esa es la melodía más placida para acompañar el paso de un hombre por la tierra.

Recuerdo que en medio de la entrevista un muchacho joven saluda gentilmente y dice; “Perdón no quiero interrumpirles, pero no había tenido la oportunidad de conocerle en persona”, Avo extiende la mano respondiendo al saludos y casi simultáneamente con la otra mano le obsequia un tabaco. Observé al joven poner a un lado el tabaco que estaba fumando y encender el Avo Classic. Esto pudiera lucir una anécdota simple pero no lo es, había en el gesto una conexión de palabras no dichas, y música en los ademanes, cierta conspiración de por vida. Avo es una empresa dentro de una empresa y sabe como representar su producto, no porque se lo proponga, sino porque su producto tiene su mejor etiqueta en él y en su personalidad.

Casi en la despedida, dice: “Esta amistad no puede terminar en una entrevista” y empieza a hacer conexiones como si fuéramos a vernos al día siguiente, “Quiero presentarte a un amigo”, y atravesando una nube densa de humo aparece Adnan Bizri, el dueño del hotel Cabana Bay Beach Resort de Orlando, y así de una presentación en otra, de una anécdota en otra, se nos fue la tarde. La próxima vez que nos encontramos Avo tenia en la mano un copia de New York Times donde aparecía en un artículo con un resumen de su vida de una entrevista realizada por teléfono donde se resaltaba su última creación, Avo Limited edition Improvisation Series 2015, fue entonces que me di cuenta de lo afortunado que era, de tenerlo en persona y mantener con él una amistad sellada en el humo. 

Friday, December 9, 2016

Vicente Martínez de Ybor: La historia del tabaco (por Adalberto Guerra)

Nota del blog: Cada viernes un texto publicado originalmente en la revista La Cohoba. Sección cortesía de Adalberto Guerra. Los temas que aparecen en este espacio están relacionados con la cultura del tabaco y las Artes Plásticas.

Vicente Martínez de Ybor: La historia del tabaco
Artículo publicado en la IX edición de la revista La Cohoba


por  Adalberto Guerra

El nombre de Vicente Martínez Ybor es bien conocido en el mundo del tabaco, primeramente en Cuba donde se destacó como uno de los más significativos comerciante y fabricante, posteriormente radicándose en Key West en 1869 y luego en Tampa en 1885.

Su última estancia le ganó la popularidad que aún conserva en el área de Tampa donde una ciudad hermosa lleva con orgullo su nombre. Vicente Martínez Ybor hizo tanto por el desarrollo del área de Tampa como Henry B. Plant.

Desde el comienzo de la colonización española en el Nuevo Mundo, los jóvenes españoles dejaban la península Ibérica en busca de fortuna en las nuevas tierras. Uno de estos emigrados fue Vicente Martínez Ybor que nació en Valencia, España un 17 de septiembre 1818, hijo de Don Antonio Martínez y María Ybor. Su madre era miembro de una prominente familia cuyo patrimonio data del período de la dominación “Mora” (Moorish) en España. El nombre de la familia se le dio a un río y varios pueblos pequeños cerca de la ciudad de Cáceres en la provincia de Extremadura. El apellido Ybor venia de una aristocracia y sus miembros habían luchado valientemente contra la invasión francesa en 1803-1804. La familia Ybor en 1832 se traslada a Cuba, donde el joven Vicente con catorce años de edad empezó a trabajar como empleado en un almacén.

Cuando tenía diecisiete años, el joven Ybor se convirtió en un comerciante de tabaco haciéndose uno de los primeros capitalistas del tabaco cubano. En 1853 decidió ampliar su empresa creando una fábrica de tabacos. Su primera marca fue El Príncipe de Gales, que se convirtió en poco tiempo en una de las marcas más reconocidas del país.

En 1869 después de una época de guerras, huelgas laborares e impuestos hasta del 12% de la Corona Española sobre la producción de tabacos, emigra a Cayo Hueso, Estados Unidos.

En 1871, Don Vicente adquiere una parcela de tierra y pequeños edificios. Al año siguiente crea Ybor & Company, con su hijo Eduardo y un asociado, Eduardo Manrara. Abriendo también oficinas en la ciudad de Nueva York, donde sus tabacos tomaron notoriedad reportando 20.000 dólares al mes de ingresos en 1872. En 1873 había unos 8.000 trabajadores en sus fábricas, de los cuales un tercio eran americanos, una tercera parte de cubanos, y dos cuartos de nacionales bahamences, para una producción de 135.000 tabacos al día y un valor de 10.000 dólares. Barcos de Vapor embarcaban semanalmente sus tabacos hacia Nueva York, Galveston, y dos veces al mes hacia Baltimore. En 1874, el salario promedio de los trabajadores de su industria era 15.00 dólares por semana.

Adquiere en 1876 El Coloso, en la esquina de Rivington y Attorney Streets, llegando a ser una de las fábricas más grandes en Nueva York. Era un edificio de cinco pisos con un sótano y calentadores de vapor con controles de temperatura y humedad para mantener la flexibilidad de las hojas de tabaco. Cuando se inauguró en 1876, la instalación albergó 500 tabaqueros de todas las nacionalidades, fabricándose allí El Coloso una marca cara, y Mercuric una marca más barata.

En 1884, un incendio en la oficina y almacén SW 89 Water Street, en Cayo Hueso, destruyó la mayor parte de su operación de tabacos, con una perdida de 50.000 dólares en valores. A pesar de las perdidas, de acuerdo con los registros del censo de la Florida, las fábricas de Vicente Martínez de Ybor para 1885, gozaban de una época de esplendor. Sus empleados ganaban de 2.00 a 3.50 dólares por día, de acuerdo con sus habilidades, el monto salarial anual era de 200.000 dólares, con un valor del producción de 600.000 dólares. En medio de toda esta prosperidad, una huelga comenzó en agosto de 1885. La decisión de Ybor de dejar a Cayo Hueso después de la huelga fue rotunda, arrastrando con él a fabricantes hacia el área de Tampa.

Antes de que Ybor City tomara nombre, era un área de aproximadamente de 40 acres de pantanos y matorrales al noreste de Tampa al que llegó en busca de guayabas, Don Gavino Gutiérrez, un ingeniero civil español radicado en Nueva York. Al no encontrar allí la fruta decidió visitar a unos amigos en Cayo Hueso antes de regresar a Nueva York. Los amigos fueron Vicente Martínez Ybor e Ignacio Haya.

Don Gavino Gutiérrez notó que la sociedad de Vicente Martínez Ybor & Eduardo Manrara tenía problemas laborales constantes y estos estaban considerando reubicar sus fábricas. Gutiérrez le describió el área de Tampa con un clima cálido, una bahía de ensueños llamada “Espíritu Santo” con puerto y ferrocarril, poniendo en movimiento la idea de la relocalización.



En 1885, la Cámara de Comercio de Tampa, con la intensión de atraer industrias al área, invitan a Vicente Martínez Ybor e Ignacio Haya a estudiar una propuesta para la compra de terrenos con este fin. Un año más tarde, el 12 de abril de 1886 a bordo del vapor Hutchinson, 500 tabaqueros cubanos arriban a Tampa procedentes de Cayo Hueso. La primera fábrica comenzó a operar al día siguiente, Gavino Gutiérrez fue el ingeniero encargado de los lineamientos de la nueva ciudad.

En el año 1886 la Ciudad de West Tampa, que era como se le conocía al área que ocupa hoy Ybor City, fue reconocida como ciudad, llegando a contar en poco tiempo con unas 200 fábricas y Chinchales (o pequeñas fábricas) dando a Tampa el ilustre reconocimiento de “La Capital Mundial del Tabaco”. No sólo cubanos se asentaron aquí, otros migrados judíos e italianos se unieron al proyecto de Ybor y levantaron ladrillo a ladrillo la ciudad que aún hoy conserva 1300 edificaciones históricas. La próxima edición de nuestra revista recogerá un artículo sobre la ciudad y sus ilustres personajes.

Vicente Martínez Ybor murió en Tampa en 1896 a la edad de 78 años, luego de tener una vida fructífera y dejar un legado histórico. Múltiples menciones cuelgan en placas que le nombran de las paredes de la ciudad que fundó, numerosas estatuas refinan la imagen del hombre que fue, los museos le recuerdan como un ejemplo de emigrante digno.


Friday, December 2, 2016

La Danza de las Abejas (por Adalberto Guerra)

Nota del blog: Cada viernes un texto publicado originalmente en la revista La Cohoba. Sección cortesía de Adalberto Guerra. Los temas que aparecerán en este espacio están relacionados con la cultura del tabaco y las Artes Plásticas.


por Adalberto Guerra


Artículo sobre la obra del pintor cubano Gonzalo Borges publicado en la IX edición de la revista La Cohoba.


Gonzalo Borges habla de Cuba en pasado como de una novia hermosa que tuvo que dejar, por dos razones, primero porque a 80 años de edad los sueños románticos son tan volátiles como las damas que pasaban en la celuloide de una película de su juventud, que para entonces le resultaban nítidas, y hoy le cuesta precisar los detalles, las caras. No porque su visión haya desmejorado sino porque otras imágenes vividas vinieron a ser parte de su forma de mirar la vida, de mirar lo romántico. Segundo; porque no se puede restaurar con sólo colores lo perdido y borrar los arañazos que el tiempo hizo como daño irreversible sobre el lienzo que es para él, la patria. Restaurar tanto daño, 80 años después, es como retroceder la cinta de la película hacia las primeras escenas, al nacimiento en una ciudad de nombre La Habana y un barrio llamado Marianao y esperar que nada cambie por los próximos 80 años.

Lamentablemente las cosas cambiaron no sólo en la vida de Gonzalo que tuvo que emigrar en 1991, cambiaron las imágenes de la Habana y en Marianao de una manera drástica, hoy le cuesta trabajo reconocerles frente a una foto del pasado, o compararlas a un cuadro donde las paredes tenían cierta rectitud, y hoy no existen, o se han curvado tanto por el peso del olvido hasta volverse al polvo.

Gonzalo habla de lo perdido con el dolor de los que empobrecen de pronto después de haberlo tenido todo, más su pobreza es relativa a lo emocional, digamos que una conexión física interrumpida entre el hombre y las cosas que ama, y aunque la pérdida de Cuba fue gradual, le duele como una muerte súbita. Gonzalo habla de La Habana y mira por la ventana abierta de su estudio hacia otra ciudad que intenta imitarla y no lo logra. Es que salimos para intentar ser los hombres que queríamos ser, y al no lograrlo devenimos en otros hombres con visiones torcidas de lo que pudo ser la nuestra, bueno seria que nada hubiese cambiado por 80 años, pero no es posible.

Mi conversación con Gonzalo es un viaje a las cosas perdidas, tengo que reconocer que aunque he perdido menos, noto también la extrañeza de una ciudad construida convenientemente cerca de la original, como previendo el regreso, que ha ido envejeciendo con nosotros, que es temporalmente nuestra, pero extraña. Tal vez es fácil para mi decir que se ha ganado tanto que lo perdido resulta tan pequeño que es mejor pasarlo por alto y no incluirlo en esta conversación con Gonzalo, pero mirándole a los ojos, veo a un hombre doblado sobre la vida con el peso del emigrante, que pinta la Cuba que trajo enrollada como un cuadro en la memoria, y me dejo llevar a lo perdido. Con música de guaguancó me adentro a través de sus cuadros en las habitaciones donde danzan las negras con metálicos senos en espirales entre alargadas tumbadoras que al ser golpeadas chorean el sudor de un chivo.

De la obra de Gonzalo saltan imágenes como salidas de farolas de carnaval en forma de serpentinas de papel o tela, que bien pudiera ser la confusión de un baile de negros a media luz donde la ropa vuela entre giros súbitos. Lo sensual está en la cadencia de la música siempre presente en su obra, las empinadas caderas y las manos al borde de lo prohibido. Por tener de trópico la obra de Gonzalo y por ser negra, la bondad de la caña de azúcar y el tabaco le cuelgan adentro como un adorno conceptual de centro de donde todos los demás elementos y bordes se sujetan en armonía. Lo sexual representado en el mamey colorado entre africanas piernas y mordidos melones que gotean, o tal vez caen al vacío de la seducción. Todos estos elementos y simbolismos son el lenguaje consistente con el entendimiento de las afluencias negras en la música, la religión y las costumbres caribeñas.

Gonzalo Borges salió de Cuba en 1991 y estuvo brevemente en Miami para radicarse un tiempo en New York y después en Santo Domingo, Republica Dominicana, con amplias explosiones de sus obras en este último país. Finalmente en el 2000 regresa a la ciudad más cercana a Cuba, Miami. Desde aquí las noticias sobre Cuba son las mismas, pero se dicen en un tono de voz como si fuéramos a volver mañana, y la ciudad se acuesta cada noche y se levanta con la esperanza del regreso. Gonzalo no piensa en el regreso, sólo mira a través de la ventana y se pierde en el bullicio de una ciudad que se asemeja a la perdida. No piensa en el regreso, sólo la extraña, por eso viaja en él los elementos de otra ciudad, menos afro, más homogénea y diluida, pero libre. Por eso volvió aquí donde las noticias de Cuba llegan de primera mano, como si en las noticias viniera los elementos necesarios para pintarla desde la lejanía. Volvió aquí donde llegará un día la noticia grande, la del regreso, aunque para entonces estén tan divididas y encontradas las fuerzas que aquí le trajeron que se neutralicen o amansen, como amansa la vejez los ímpetus de los años mozos.

Borges viene de la real escuela de pintura cubana y de estudios en el instituto de Bellas Artes de San Alejandro, La Habana, donde se graduó en 1965. Aunque su obra bien pudiera ubicarse dentro del impresionismo abstracto, tiene raíces solidas en el aprendizaje de la observación. Cuenta que René Portocarrero le regaló de niño unos pinceles y un lienzo, y de ahí nació la devoción por la pintura que aún conserva a sus ochenta años. Su obra se vio marcada por el pintor y restaurador Catalán Vicente Clemades, con él tuvo la oportunidad de hacer grandes obras y restauraciones de pinturas al fresco en múltiples catedrales. Siente gran admiración por los pintores, René Portocarrero, Amelia Peláez, Mariano Rodríguez, Wilfredo Lan, Jackson Polloc y Pablo Picasso, pero se aísla para hacer su propio mundo que va tejiendo con cintas. Es este elemento tal vez el más constante en la obra de Gonzalo acompañados de otros que resaltan la delicadeza y las cosas rudas conviviendo en el mismo espacio, así es la vida, como “(...) una cinta que se desdobla y lo teje todo”, que es en su interpretación “la forma humana de envolverse en la vida.” En su obra La danza de las abejas, hay ternura en movimiento y luz, y por otro lado encontramos rudeza en las imágenes de los caballos que pinta, o virilidad y dominación en el badajo de un toro. Todos estos elementos son letras ocultas de un lenguaje creado por él, no para comunicarse con nosotros, si no para entenderse y conversar con él mismo.


Es la obra de Gonzalo Borges un adentramiento en la magia rítmica de esa homogeneidad social que conforma a Cuba, un país lejos de una raza pura y de una religión definida que se ha ido unificando en la sonoridad de todas las cosas que la conforman, un poco europea y africana, moldeada en el salitre por una nueva raza, conflictos y sobre todo la división de la familia que es irónicamente un elemento también unificador en la imagen de lo que es hoy Cuba. Gonzalo Borges habla de Cuba en pasado, como si hablara de él mismo y se encontrara en una época desde la que se mira de lejos, desde un país raro y una lengua a la que no se acostumbra. Cuba es; después de tanto tiempo una ventana abierta, y un pintor que la mira desde lejos, y la pinta no como la ve, sino como la recuerda.

Friday, November 25, 2016

Regiones de cultivos de tabaco en Cuba (por Adalberto Guerra)

Nota del blog: Gracias a la cortesía de Adalberto Guerra, quien ha aceptado la invitación a compartir cada semana un texto publicado originalmente en la revista La Cohoba, inicia hoy viernes una nueva sección en el blog.

Los temas que aparecerán en este espacio están relacionados con la cultura del tabaco y las Artes Plásticas.
 


Publicado originalmente en la IX edición de la revista La Cohoba



A la llegada de Cristóbal Colón a Cuba en 1492 se recoge el primer dato histórico escrito sobre el uso de tabaco en la forma que se conoce hoy día, sin embargo los aborígenes tainos y otros grupos indígenas de la región conocían el uso de la planta con propiedades de “adormecer las carnes y el espíritu”. Desde 1942 la isla de Cuba se convirtió en el centro de la mayor industria de tabaco del mundo por tener Tabaco Negro que es considerado de calidad superior por las condiciones únicas que ostenta. Diferentes factores han contribuido a que sea Cuba el lugar idóneo para el cultivo de la planta de tabaco, primeramente los minerales del suelo, clima y el conocimiento de los cultivadores y fabricantes, o vegueros y torcedores como se le conoce en Cuba. Aunque las condiciones actuales, dado a el presente sistema sociopolítico de Cuba, han desmejorado la industria del cultivo por razones amplias, desde los métodos tradicionales de cultivo hasta los parámetro de control de calidad, puede decirse que cuenta aún con una magnifica hoja que es difícil de imitar por las condiciones geográficas explicadas anteriormente. Países como Republica Dominicana, Honduras, Ecuador, México, entre otros y especialmente Nicaragua, han logrado hojas excelentes, algunas partiendo de semillas cubana, y acompañado a este logro, prácticas de control de calidad que difieren de las cubana. Sin embargo, Cuba sigue siendo un poco lo prohibido y el origen de la historia del tabaco desde 1492, además que cuenta la isla con factores que no han cambiado como los minerales del suelos y el clima que hacen su hoja codiciada. Vegueros y torcedores han emigrado en muchos casos a los países que tomaron luego relevancia y que hemos mencionado anteriormente o, se han tenido que adaptar a las restricciones, las falta de suministros y la rigidez de un sistema político centralizado. No en toda la isla se da el tabaco, sólo en regiones pequeñas con características específicas para cada región.

Pinar del Rio es por excelencia la provincia de más relevancia para el cultivo de tabaco en la isla de Cuba, en esta provincia hay diversas zonas tabacaleras clasificadas como Semi Vuelta y Vuelta Abajo, que comprende a su vez distritos tabacaleros como San Juan y Martínez y San Luis.
  • Vuelta Abajo está considerada la mejor tierra del mundo para cultivar tabaco. Además, es la única zona que produce todos los tipos de hoja: capa, tripa larga y capote, por lo que es considerada como Vegas de Primera.
San Luis es un pequeño pueblo de Pinar del Rio y centro de referencia en el mundo para los amantes del tabaco, conocido principalmente por el cultivo de hojas de capa con plantaciones famosas como vega El Corojo y Las Cuchillas de Barbacoa.

San Juan y Martínez es otro pequeño pueblo de Vuelta Abajo que goza de reputación por el cultivo de las hojas de tripa y de capote. Allí está ubicada la afamada plantación Hoyo de Monterrey.
  • Semi-Vuelta es otra zona situada dentro de la región de Pinar del Río conocida fundamentalmente por el cultivo de hojas de capote y tripa corta. También sus tierra se usan para producir semillas que luego se plantan en Vuelta Abajo.
  • Partido es el área histórico de zonas productoras de tabaco que se fundó a principios del Siglo XVII al sudoeste de la ciudad La Habana y más recientemente se ha extendido al sudeste y se especializa en el cultivo de hojas de capa para habanos de Tripa Corta y de Tripa Larga .
  • Remedios es la más antigua región productora de tabaco de Cuba y fuente de las hojas para la marca de Habanos José L. Piedra.
  • Vuelta Arriba. Fue en Bariay en la parte más oriental de Cuba donde desembarcó Cristóbal Colón en 1492 y descubrió el tabaco, todavía hoy se cultiva allí tabaco, aunque no para la producción de habanos.
La Habana, capital de isla de Cuba, se convirtió en el símbolo internacional para la comercialización del tabaco y de ahí el origen de la palabra Habanos.

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Edición IX
 Portada: Avo Uvezian by Michael Harutyunyan
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