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Friday, July 26, 2024

"Papier Marché", nueva propuesta de Arca Images sube a las tablas. (por Wilfredo A. Ramos)


Como es ya habitual desde hace más de dos décadas, Arca Images, ha venido de la mano de Alexa Kuve desafiando el ambiente teatral de Miami, sumando su amor por el teatro al de otros que cada día ponen todo su empeño en entregar al público propuestas artísticas que justifiquen tal esfuerzo y que resulten del agrado de aquellos que a pesar de los avatares de la vida cotidiana, buscan en el teatro no solo ocio, sino disfrute y aprendizaje.


Es por ello, que nuevamente y a pesar de tiempos algo borrascosos para la cultura -o es que siempre lo han sido- esta institución anuncia un próximo estreno mundial, el cual subirá a las tablas los próximos días 1, 2, 3, 4, 8, 9, 10 y 11 de agosto. Nos referimos a la obra “Papier Marché”, la cual cuenta con dramaturgia y dirección de Carlos Celdrán, teatrista cubano acentado en España, de quien los escenarios de esta ciudad han presentado otras de sus puestas.


En esta oportunidad, el autor ha tomado para construir su trabajo la vida de una importante artista de las artes plásticas cubana, Antonia Eiriz, quien a pesar de haberse convertido por derecho propio, en una figura imprescindible del arte cubano por su singular y diferente estilo de sus obras, sus exposiciones, sus premios internacionales y su osadía temática, fue denostada por la autoridades castrenses de una sociedad donde la libertad de creación quedaba sometida a los rigores y caprichos de los discursos políticos.


La obra teatral no pretende ser un recorrido a través de la vida de la artista que se viera obligada a buscar paz e inspiración en estas tierras, ni reproducir reales anécdotas o sucesos, sino crear a partir de la escasa información que sobre su vida ha llegado hasta nuestros días, un mundo de propuestas, de intentos de aclarar, de reconstruir aquellos eventos y causas que conformaron la terrible censura y el autoexilio de la artista.

Un elenco formado por Zulema Clares, Ariel Texidó, Rosalinda Rodríguez, Andy Barbosa y Guillerma Cabré, propone el recorrido por esta obra, donde el teatro dialogará con el caprichoso mundo de la plástica, en su búsqueda por descorrer los secretos de una obra y una vida atrapada en una vergonzosa realidad social.

Con funciones los jueves, viernes y sábado a las 8:30 pm y domingos a las 3;00 pm, la entrada general a $35.00 y para mayores de 65 años, estudiantes y grupos de diez o más personas en $30.00, el escenario del Westchester Cultural Arts Center, en el 7930 SW, 40th St., Miami 33165, teléfono 305 226 0030,  los espera.




Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, julio 24, 2024.

Wednesday, July 24, 2024

Camagüey también tuvo su Hotel Ambos Mundos. La hotelería camagüeyana en los años 30’s del siglo XX (por Carlos A. Peón-Casas)


Con menos glamour y prestancia que el habanero, más antiguo y conocido, el Hotel Ambos Mundos de Camagüey también tenía lo suyo. Ubicado en la céntrica calle de la República, en la esquina con la calle Francisquito, el inmueble que data de 1912, luce hoy su estado más deplorable; lejanos ya los días en que fuera un digno destino para los que fueron sus huéspedes de antaño.

Poco o nada sabemos de aquellos desempeños hoteleros y de “restauración”; lo cierto es que ocupaba un lugar bien visible en las coordenadas de la ciudad de los años 20’s y 30’s del ya pasado siglo XX.

Hemingway no lo conoció en su visita a la ciudad en la década del 40, claro está, que para entonces el Gran Hotel se robaba el show, y aunque se haya especulado con que el famoso escritor pernoctara en el último aquella vez, no hay evidencias que lo respalden. Quizás le hubiera llamado la atención, si hubiera remontado la calle República, algo que tampoco parece que hiciera en aquella furtiva visita de paso, de camino al Central Santa Marta, propiedad de su amigo Mayito García Menocal, acaso por aquello de que hubiera sido el Ambos Mundos habanero el sitio escogido para sus estancias de la década del 30 antes de que comprara su famosa Finca Vigía.

Justo por su frente existía otro hotel conocido: El París, hoy devenido, como hasta hace unos años el propio Ambos Mundos, habitáculo para numerosas familias en lo que es actual su segunda planta. En los bajos conocimos de pequeños la cafetería homónima, muy popular y frecuentada donde se expendían entre otros delicatesen, el ya hoy prohibitivo Helado Coppelia de 12 porcientos de grasa, una “crema” super especial que sólo hoy es adquirible en precios dolarizados, o que en su mayoría se exporta (que dicen los que saben que hasta la Reina Isabel II gusta paladearla), ¡o tempora, o mores!

El Ambos Mundos competía en sus tiempos con el rival más cercano, pero igualmente con el resto de los otros hoteles, que se acomodaban a lo largo de la céntrica calle República a saber: El Centro Gallego, el Luz, el Saratoga y el Colón, los tres primeros ya igualmente inexistentes, aunque desconocemos cuál era su ubicación exacta, y el tercero todavía en activo y localizable en el número 163 de la susodicha calle.

De todos estos sitios de alojamiento tenemos oportuna mención en una especie de guía promocional y comercial de la ciudad bajo con el título Camagüey, la provincia heroica y legendaria, editado en el año 1931 por la Cuba Atlas Company. En la ciudad de entonces se contaban más de una veintena de hoteles, repartidos por toda la ciudad, entre aquellos los de más porte como el antiguo Camagüey, el Plaza y el Isla de Cuba.

Del Ambos Mundos, sobrevive sólo el recuerdo. El edificio habitado sólo en su planta baja, donde se apiñan hoy día “timbiriches” de cuenta- propistas, amenaza ruina. La segunda planta luce los descorchados que el tiempo le ha propinado. Nada nos habla allí de aquellos tiempos en que todavía fuera un lugar de estancia para los huéspedes foráneos que visitaban la ciudad. Como para el resto de aquellos sus “competidores de rigor”, el tiempo, y otras hierbas de la familia de la desidia, han hecho valer su signo de perpetuo desbrozador y le ha ajustado las cuentas para siempre.
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Listamos para el curioso lector los que hoy ya no existen: América, Centro Alemán, Dalmau, España, Ferroviario, La Gran Vía, Habana, Inglaterra, Internacional, New York, Sevilla y Telégrafo



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Actualmente en demolición parcial.
Abril 2023. 
Fotos/Oficina del Historiador de la Ciudad 
de Camagüey.
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Monday, July 22, 2024

Marianela (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.



Marianela


Te esperaba como a la miel llameante
porque al principio me bañabas
con una dulzura caliente.
Me derrites. Me haces un animal
   Perfecto
por obra y gracia de tu estilo
cuando te desnudas y avanzas;
pero más por tu espalda
que al comienzo concibo espiritual
y que se aleja, ardiendo en ascenso,
ante mis ojos
y es al instante una manzana de fuego,
un bosque para pacer como un
búfalo herido.

Por eso temblaba como con un frio
   Caliente
cuando te esperaba, consumiendo
cigarros, salivas y paciencia
como un condenado a no morirse.
Por eso cuando llegabas era igual
que si se abrieran
las puertas de todas las iluminaciones y
   victorias
y constataba que era un zar terrible
un aguacero de ladrillos
una espada autómata en busca de tu
   sangre.

Pero siempre al final, cuando huían
los dos círculos del trópico,
se metía la calma, la soledad recíproca
(la realidad como una bofetada de agua
   fría).

                                       Y después
te observaba disminuir a través de la
   ventana
y verifico que de pies a cabeza todo
    se moría
para renacer en el próximo encuentro.

Agosto de 1968



Marianela


Ti attendevo come un miele ardente
perché al principio mi baciavi
con una calda dolcezza.
Mi fai sciogliere. Mi trasformi in un animale
    Perfetto
grazie al tuo stile
quando ti denudi e avanzi;
soprattutto per la tua schiena
che al principio percepisco spirituale
e che si allontana, ardendo mentre cresce,
davanti ai miei occhi
e diventa in un istante una mela di fuoco,
un bosco dove pascolare come un
bufalo ferito.

Per questo tremavo come per un freddo
    Caldo
quando ti attendevo, consumando
sigarette, saliva e pazienza
come un condannato a non morire.
Per questo quando arrivavi era come
se si aprissero
le porte di tutte le illuminazioni e
   le vittorie
e mi rendevo conto d’essere uno zar terribile
un diluvio di pietre
una spada automatica in cerca del tuo
   sangue.

Ma sempre alla fine, quando fuggivano
i due circoli del tropico,
tornava la calma, la solitudine reciproca
(la realtà come uno schiaffo d’acqua
fredda).

                                                         E dopo
ti vedevo scomparire attraverso la
    finestra
e verificavo che dalla testa ai piedi tutto
    stava morendo
per rinascere nel prossimo incontro.

Agosto 1968




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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los  géneros.

En su país natal recibió el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Nacional de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que ya había recibido, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio y el premio Pluma de Oro de Publicaciones Entre Líneas..

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

Wednesday, July 17, 2024

De inundaciones y sequías en el Puerto Príncipe de antaño (por Carlos A. Peón-Casas)


Releyendo con atención a uno de nuestros primeros historiadores locales, el afamado Pio Betancourt, recogido a su vez en un verdadero incunable de la historiografía cubana(1), releemos detalles singulares, poco aireados, de nuestra memoria histórica, y que con gusto compartimos con el atento lector.

Se trata de dos hechos signados por las fuerzas de la Naturaleza: una severísima inundación de uno de nuestras corrientes pluviales: el rio Hatibonico, y una sequia de proporciones catastróficas para la que fuera la vida comarcana del legendario Puerto Príncipe en lo años de 1841 y 1843, respectivamente.

La primera, acaecía el 2 de Junio de 1841, y seria al decir del historiador:
la mas calamitosa de la que había memoria del rio Hatibonico, que causo en la ciudad graves prejuicios, principalmente en el bario de la Caridad que casi fue arrasado desde la mitad contigua al puente e su nombre, por la confluencia del arroyo Juan de Toro y repletud del río(2).
El hecho que parece repetirse en el tiempo, en la ciudad que habitamos, cada vez que la lluvia se hace presente con fuerza inusitada en la cabezada del río, fue sin dudas de una magnitud singular. Sigamos escuchando el relato del bien avisado historiador:
Las corrientes se llevaron infinidad de muebles y alhajas de multitud de pobres que vivían e las inmediaciones: pero no se puede lamentar la perdida de otra persona que la de D. Carlos de Varona, cuya filantropía y valor le estimularon a auxiliara algunas afligidas mujeres que se encontraban en riesgo en sus casas, rodeadas de agua por todas partes hasta una altura extraordinaria, y se ahogo en la misma calle(3).
El segundo suceso, esta vez de signo contrario: la escasez de lluvias en la otrora ciudad y regiones circundantes, un hecho tampoco fortuito en una u otra época, fue en palabras del cronista: “la más terrible seca de que hay memoria…pues ni aun hubo formal primavera”(4).

Un hecho de tal magnitud tendría consecuencias desastrosas para la economía de la región, afectando su normal desenvolvimiento, así nos lo sigue rememorando nuestro primer cronista:
La mortandad de animales ha sido extraordinaria, y lastimosa, pudiéndose calcular que ha muerto por lo menos, la tercera parte de los que había: se agotaron no solo las aguadas artificiales, todas las de la ciudad, sino también los manantiales, y los ríos de ella y de la jurisdicción se secaron o cortaron(5).
Sin dudas dos momentos de nefasto signo para la otrora comarca, donde las imprevisibles fuerzas desencadenadas de la naturaleza hicieron sentir sus perniciosos efectos sobre aquella comarca siempre antológica “de sombreros y pastores’’.


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  1. Los Tres Primeros Historiadores de la Isla de Cuba. Cowley y Pego (Edit) Habana, 1877. (Versión digitalizada)
  2. Ibid. Historia de Puerto Príncipe. Tomas Pio Betancourt. p.562
  3. Ibid.
  4. Ibid. p.562
  5. Ibid. p.563

Monday, July 15, 2024

Poema para dos soledades (de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.



Poema para dos soledades


Aquí en la piscina de este hotel qué triste
descubrir a este hombre solo
que mira como una vaca enferma a las
   muchachas
al agua a la cerveza a los objetos.
Qué triste me parece este hombre señoras y señores
qué triste su pulóver su bolígrafo
su cabellera rota en las entradas
qué triste sus sandalias sus botones su vaso
detenido en un gesto vacío detenido
en un gesto parecido a la muerte.
Qué ganas de buscarle compañera.
Qué ganas de pedirle a esa muchacha
que se siente junto a él en la mesita
y le diga “no sufra más compadre míreme las
   carnes
míreme el vientre y verá en él una estrella
   calientica
míreme compadre qué dulce qué ardorosa qué
   tibia puedo ser y soy
vamos no se ponga así hombre tomemos más
    cerveza
y no piense que el mundo se está acabando si al
   contrario
aquí en mis piernas brilla como si ahora mismo
lo estuvieran descubriendo”
Que le dijera la muchacha “vamos señor
olvide las penas olvídese de la ingrata o del mal
   que la parió
olvídese en fin de lo que sea:
del amigo traidor o del caballo muerto vamos
póngase la trusa y no le estropee la vida
   a los demás
instalándose semejante cara en pleno público”
Que le dijera la muchacha: “Vamos en fin yo lo
   Acompaño
a lanzarnos del trampolín a zambullirnos vamos
   que yo lo ayudaré
a contentar esa vida que parece tan
   maltrecha”.
Pues de verdad qué triste
me parece este hombre señoras y señores.
Qué ganas de llamar a esa muchacha...
O bueno... creo que es mejor llamar a dos
   muchachas.

Junio de 1981




Poesia per due solitudini


Qui nella piscina di questo hotel che triste
scoprire quest’uomo solo
che guarda come un’animale sofferente le
   ragazze
l’acqua la birra gli oggetti.
Che triste sembra quest’uomo signore e signori
che triste il suo maglione la sua penna
la sua chioma spezzata alle tempie
che tristi i suoi sandali i suoi bottoni il suo bicchiere
trattenuto in un gesto vuoto trattenuto
in un gesto simile alla morte.
Che voglia di cercargli una compagna.
Che voglia di chiedere a una ragazza
di sedere accanto a lui al tavolino
per dirgli: “non soffra più amico mi guardi le
   carni
mi guardi il ventre e lì vedrà una stella
   rovente
mi guardi amico quanto dolce ardente
   calda posso essere e sono
andiamo non faccia così uomo beviamo ancora
   birra
e non pensi che il mondo stia finendo se al
   contrario
qui tra le mie gambe splende come se proprio adesso
lo stessero scoprendo”
Vorrei che la ragazza gli dicesse: “andiamo signore
dimentichi le pene dimentichi l’ingrata e il male
   che le ha fatto
dimentichi infine tutto quel che è stato:
l’amico traditore o il cavallo morto andiamo
si metta il costume e non rovini la vita
   agli altri
sfoggiando un simile volto in pieno pubblico”
Vorrei che la ragazza gli dicesse: “Andiamo infine io
    l’accompagno
a lanciarci dal trampolino a tuffarci andiamo
   che io l’aiuterò
ad appagare quella vita che sembra così
   malconcia”.
Perché davvero che triste
mi sembra quest’uomo signore e signori.
Che voglia di chiamare una ragazza ...
Bene ... credo che sia meglio chiamare due
  ragazze.

Giugno 1981



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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los  géneros.

En su país natal recibió el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Nacional de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que ya había recibido, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio y el premio Pluma de Oro de Publicaciones Entre Líneas..

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

Wednesday, July 10, 2024

Francisco Alejandro (Francois) Agramonte y Zayas, el primo mártir del Mayor (por Carlos A. Peón-Casas)


Las hazañas de este joven mártir son poco o casi nada conocidas entre los camagüeyanos. Ni los más añosos y bien enterados han podido darme referencias de su impronta en los anales que referencian la Guerra Grande, muchas veces ninguneados, con o sin manifiesta intención por los historiadores de este minuto.

Nacido en Santiago de Cuba, era hijo de Don Francisco Agramonte, abogado principeño afincado en aquellas tierras orientales, de quien el propio Martí sabría pronunciar frases laudatorias, con motivo de su fallecimiento, por su eminente participación en los hechos revolucionarios agenciados por la emigración cubana en Nueva York, donde fallecería, decía así el Apóstol:
Acaba de morir ya muy anciano, el abogado principeño que iba todos los días, a eso de las diez, a ver, lleno el de canas al joven que no quería generales pudridores en los negocios de su tierra. Patria recuerda agradecida a Don Francisco Agramonte(1)
Con sólo nueve años, el niño Francisco Alejandro era enviado por su padre a Francia, para proporcionarle la mejor instrucción posible. Ya con trece años, volvió a reunirse con su familia, por entonces residentes en Barcelona. Completaría luego su formación en Alemania. Justo después volvería reunirse con su familia esta vez afincada en Nueva York, que prestaba ya sus mejores esfuerzos a los preparativos de la asonada independentista de 1868.

Alejado de su amada patria desde los nueve años, conseguiría su más caro anhelo de regresar a Cuba enrolándose en cinco expediciones, cuatro de ellas fallidas. A las tierras cubanas logró llegar finalmente con el Mayor General Eduardo Álvarez de quien fungiera como ayudante.

Luego del desembarco, cayó prisionero de los españoles en el combate de Jarico, junto al antiguo catedrático del Instituto de Camagüey, Don Eladio Fernández, y al teniente Agüero. Juzgado sumariamente fue condenado a muerte, aunque según acota Agramonte en su artículo ya citado:
las cualidades excepcionales que adornaban al prisionero de veinte años de edad, su esmerada educación en centros europeos, lo infrangible de su amor patrio y su ejecutoria de soldado abnegado e irreductible, llamaron poderosamente la atención de la Oficialidad española y ofrecieron conservarle la vida solo a cambio de dar su palabra de honor de de no empuñar de nuevo las armas contra España. Tal promesa de fidelidad la rehusó con incomparable altivez…(2)
Tal y como lo recogieron su tres últimas cartas de despedida a sus padre, su máxima aspiración hubiera sido haber combatido al lado de su primo el Bayardo. Su muerte, por fusilamiento, acaecida coincidentemente en el Fuerte de Jimaguayú, ocurría el 25 de diciembre de 1870.



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1. En Francois, Mártir de Jimaguayú por Roberto Agramonte. Bohemia. Año 42. No. 21. La Habana. Mayo 21 de 1950. p.74
2. Ibíd. p. 207

Monday, July 8, 2024

A los colegas...


Ruego a los hacedores de páginas web que reproducen textos publicados en "Gaspar, El Lugareño", que no lo hagan. Si la falta de contenido, la suplen de esta manera, al menos den el crédito y aclaren "Texto tomado del blog Gaspar, El Lugareño". Si utilizan fragmentos, recuerden que deben citar la fuente. (JEM)

Sunday, July 7, 2024

Oración de súplica a la Virgen de la Caridad


A nuestra Madre siempre estaremos levantando nuestra mirada. A ella le decimos:

Dios te salve María llena eres de gracia
el Señor es contigo
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios
ruega por nosotros pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte. 
Amén.


Señor Jesús, hoy venimos ante Ti, para agradecerte por estar siempre presente en medio de nosotros.

Gracias, porque te encontramos en el amor de los esposos fieles; de los padres y madres que están con sus hijos y los educan en la fe, la verdad y en la caridad; de los hijos que atienden con cariño a los ancianos de la casa; de quienes desde otras tierras ayudan a familiares y amigos; de los vecinos que se acompañan en penas y alegrías; de tantos que sirven desinteresadamente a sus prójimos.

Ayúdanos a sentir el consuelo y la fortaleza en estos tiempos tan difíciles.

Te presentamos a las madres que luchan por alimentar a sus hijos; a tantos que no se cansan de buscar medicinas para sus enfermos; a los familiares de los presos que sueñan con verlos regresar, algún día, sanos al hogar; a los trabajadores que intentan brindar a sus seres queridos una casa digna; a los que lloran la emigración de esposos, hijos, nietos, amigos; a los que sufren la violencia y el robo; a los que soportan tantas carencias materiales y espirituales.

Aumenta nuestra fe, para tomar conciencia de que para Ti nada es imposible.

Envía tu Espíritu Santo para que todos los cubanos, con las potencialidades que nuestro pueblo tiene, aprendamos a vivir en armonía, en un solo corazón y una sola alma, con diferentes maneras de pensar, y, juntos, encontrar soluciones que nos conduzcan a nacer en paz, a trabajar en paz, a comer en paz, a morir en paz.

Santísima Virgen de la Caridad, Madre de nuestro Señor Jesús, presenta a tu Hijo nuestras oraciones, y dinos como en Caná: “Hagan lo que Él les diga”. Madre de todos los cubanos, repítenos nuevamente: “No tengan miedo, ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?”.

¡Jesús, Buen Pastor, escúchanos! Amén.


P. Rogelio Deán Puerta. 
7 de julio de 2024.



Texto y fotos/Página de Facebook Arzobispado de Santiago de Cuba. 

Wednesday, July 3, 2024

Otra vez Severo Sarduy: "Poema a la enredadera". "El Camagüeyano", 1954. (por Carlos A. Peón-Casas)

Severo Sarduy, año 1955.
Foto cortesía de Oneyda González(1).
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Se trata de uno de esos poemas de juventud del bardo del Camagüey que devino una celebridad mundial en el intenso y frecuentado espectro de la ficción, cuando puso mar por medio, y se exilio en Francia a principios del penúltimo proceso revolucionario cubano.

Este poema data posiblemente de sus años de estudiante en el entonces Bachillerato de la ciudad donde eran sus compañeros de aula otros nombres que con el tiempo también habitaron el recinto intocable de la literatura de Cuba y de más allá.

Resalto este texto precisamente por provenir de una etapa de juventud donde por necesidad el emulo de escritor es por inevitable necesidad un poeta.

Intimo y nostálgico, el poema se “enreda” en el alma del rimador y promete ser ese renuevo imposible, ajeno a verdores de otros sueños y espacios, reticencia y olvido; premoniciones de un acaso que está apostando por su inevitable nulidad.

Dos cuartetos y dos tercetos con el mejor metro octosílabo son suficientes. El rimador deja la fluidez del verso hacer el resto. El lector se apropiará del guiño del poeta y lo hará suyo. Para bien, siempre para mejor…

Siete décadas después de creado este texto recobra sentido. Al menos lo tiene para este también humilde poeta que lo saborea ahora en su lejana condición de exiliado, con la nostalgia de una ciudad perdida en los marasmos y las blasfemias…



Poema a la enredadera

¡Qué triste, seca y enferma
se encuentra la enredadera!
Sus hojas desclazas ruedan
llorando por las paredes.

Papá quiere darle vuelta 
a todo el patio con ella
y a mí me gusta la idea.

Aunque en mi interior yo sepa
que ya en el mundo no queda
quien pueda reverdecerla...!


Severo Sarduy
El Camagüeyano. Enero 7, 1954.

El poema ha sido tomado de:
Severo Sarduy en Cuba, 1953-1961. Compilación, prólogo y notas. CiraRomero. Editorial Oriente, Santigo de Cuba, 2007.


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1. Foto de Severo Sarduy publicada en el libro de graduados del Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey en el año 1955. Pertenece a los fondos del Archivo personal del abogado Reynaldo Payarés Suárez (epd).

Esta foto fue la que se utilizó para hacer el dibujo de la cubierta del libro Severo Sarduy: escrito sobre un rostro. Camagüey, Editorial Acana (2003).

Agradezco a Oneyda González el envío de esta foto para publicarla en el blog Gaspar, El Lugareño. Ver Severo adolescente.




Monday, July 1, 2024

Lluvia de verano (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.


Lluvia de verano

Mientras afuera llueve sonora y sorpresivamente
desde aquí aseguro el naufragio, en el gris
de costumbre, del arco iris que hace dos minutos
agradecimos sujetos al marco abismal de la
ventana.

Adivino los botes borrascosos como arrepentidos
mordiendo sus sogas desesperadamente,
el pinar aullando de puro remordimiento.
Pero busco tu mano, nombro tu aire
y quiero fatigarme en ti. Como otras veces
dondequiera que me ataca la lluvia,
necesito tus gestos, tus palabras
y esa manera tuya que está muy lejos
   siquiera de intuir
precisamente que te necesito,
de intuir este sano, humano, reverendo deseo
de gritarte que está lloviendo,
que la lluvia me golpea los ojos y el
   recuerdo,
que si llueve mi corazón se inunda,
se desborda, me hala hacia ti
con la fuerza de mil bueyes románticos.

Este deseo de decirte, de aseverarte
ese cuadro de pinos, botes y arco iris
y alcantarillas asfixiadas
que estoy observando a través de la pared.

Pero como siempre que llueve y estoy contigo
sólo voy a pedirte que bajes el telón
para entrar hacia ti como un disparo
para que me arrulles este corazón y tragues
   esta sed
para que llueva
                                  torrencialmente en mí tu alma.


Mayo de 1967


 
Pioggia estiva


Mentre fuori piove forte e inaspettatamente
da qui assicuro il naufragio, nel grigio
consueto, dell’arcobaleno, che fino a dieci minuti fa
gradivamo nella cornice abissale della finestra.

Immagino le barche sconnesse come pentite
mordere disperatamente le loro cime
la pineta gridare di puro rimpianto.
Ma cerco la tua mano, nomino la tua aria
e voglio stancarmi in te. Come altre volte
dove mi attacca la pioggia,
ho bisogno dei tuoi gesti, delle tue parole
e di quel tuo modo di fare che è lontano
pure da intuire
che ho proprio bisogno di te
da intuire questo sano, umano, benedetto desiderio
di gridarti che sta piovendo,
che la pioggia mi colpisce gli occhi e il
ricordo,
che se piove il mio cuore s’inonda,
trabocca, mi porta verso te
con la forza di mille buoi romantici.

Questo desiderio di dirti, di affermare
questa visione di pini, barche e arcobaleni
e scarichi ostruiti
che sto guardando attraverso la parete.

Ma come sempre quando piove e sono con te
ti chiederò solo di abbassare la tenda
per entrare verso te come uno sparo
per cullare questo cuore e inghiottire
questa sete
perché piova
                                   dolcemente in me la tua anima.




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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los  géneros.

En su país natal recibió el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Nacional de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que ya había recibido, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio y el premio Pluma de Oro de Publicaciones Entre Líneas..

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

Thursday, June 27, 2024

Graduación de la Escuela Profesional de Comercio "Cándido Gónzalez" de Camagüey, en el "Teatro Alcázar". Año 1959.

 

Agradezco al amigo José Caymares por compartir con los lectores del blog, esta foto de la graduación de la Escuela de Comercio de Camagüey, en la que aparece su mamá Gloria Marrero Febres. Foto publicada en el periódico Adelante, el 27 de noviembre de 1959. (JEM)

Wednesday, June 26, 2024

Un violinista desconocido del Camagüey (por Carlos A. Peón-Casas)


José Mercedes y Betancourt era su nombre, que quizás no diría nada a quienes no hayan tenido la suerte de hurgar en los pasajes poco recorridos de la respetable cultura del Puerto del Príncipe del diecinueve.

Pero, ya para cuando Francisco Calcagno, escribió su muy bien poblado Diccionario Biográfico Cubano, en 1878, aparecía registrado entre las figuras más descollantes de la cultura nacional y local.

Era mulato, pero su humilde origen no impidió que según lo sigue relatando Calcagno llegara a ser: “profesor de música y director muchos años de la orquesta de aquella ciudad, que se titulaba Santa Isabel".

Su vida fue corta, pero no fue esto óbice para que se le conociera, no solo en la Habana de su tiempo, sino acaso en otros sitios de la geografía cubana de entonces, a las que concurrió en calidad de ejecutante y director.

Para 1861, luego de ser el centro de la atención en los salones del Liceo Artístico y Literario de la Habana, publicó una importante colección de sus producciones musicales que incluían las por entonces sus muy populares danzas cubanas, pero igualmente otros géneros musicales, en los que había incursionado con igual éxito.

Bajo el título de Ecos del Tínima, aparecerían aquellas, que dedicó en su minuto a la Condesa de San Antonio, esposa del entonces Gobernador General de la Isla de Cuba, el general Serrano.

Su deceso ocurrió un poco después, en su Puerto Príncipe natal, el 22 de febrero de 1866. Calgagno que no señala su fecha de nacimiento, si aclara que murió joven, y cita a su vez, la nota necrológica, que nos sirve de cierre y, que aparecida en El Fanal de Puerto Príncipe, daba cuenta del infausto suceso:
El carácter humilde y amable de José Mercedes le había granjeado muchas simpatías ene esta ciudad, y su muerte ha sido generalmente sentida.

Wednesday, June 19, 2024

José Lorenzo Fuentes y un relato de juventud en posibles cercanías hemingwwayanas. (por Carlos A. Peón-Casas)

Foto/Miami 2010
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En el año 1952, el nobel escritor santaclareño, con solo 24 años, era ya un exponente de la mejor narrativa cubana al ganar incuestionablemente el reconocido Premio Nacional "Hernández Catá".

El muy joven creador poseía ya talento suficiente, y aun más, y a pesar de su juventud: garra y oficio.

A no dudarlo, y en conjunción con muchísimos creadores cubanos de aquel entorno, desde la generación literaria de los años treinta y en adelante, se notaban en las obras de todos aquellos cultores influencias inevitables a otros narradores de más larga data y prosapia creativa.

Hemingway, por supuesto, junto a otros maestros norteamericanos de más o menos las mismas coordenadas temporales y creativas, acaso como Faulker, Fitzgerald y Steibeck, no era excepción.

Y de las empatías e influencias del primero mentado traemmos al curioso lector una referencia que lo conecta a un relato de quel joven José Lorenzo Fuentes: Cuando regresa el humo.

Lo curioso por su coincidencia, es el detalle que la publicación de aquel short story del cubano, apareciera compartiendo la misma edición con que la revista Carteles, en Mayo 1 de 1955, regalaba al lector cubano con un texto de impresionante calado biobibliográfico, dedicado a un Hemingway en Cuba, y firmado por el reconocido Andre Maurois, de la Academia Francesa.

El relato corto de Fuentes, se insertaba con toda intención, como referente singular a aquella ejemplar remontada de la vida y obra del ya Premio Nobel Hemingway, laureado por su impresionante obra, y en especial aludiendo a su inmortal noveleta El Viejo y el Mar con setting y argumento cubanos, aunque de alcances tan universales como se quiera entender en su trama de derrota, luchas, y esperanzas.

La insersión del relato de Fuentes era a no dudarlo un inteligente guiño del editor de aquella edición de la revista, en un aparte que dedicaba a la obra de cuentistas cubanos de aquel minuto.

Una estratgia editorial sin dudas cómplice, con aquel relato de amor, tragedia y muerte; de pasión, celos y mentiras, tejido de manera magistral con las mejores coordenadas, y la maestria de un Hemingway, un Faulkkner o un Fitzgerald, pero con más méritos para el primero mentado, por aquello del iceberg y esa técnica magistral de contar sin decir más que lo preciso, y dejar al lector con el enigma y la imaginación desbordada en un final sorpredente quizas, pero ineluctablemente inevitable.

Esa es quizás la mejor nota del relato de aquel joven narrador cubano de quien hasta donde sabemos, no habría de tener del escritor norteamericano afincado en los habaneros predios de su finca Vigía, no más referentes que haber tenido atisbos de su ejemplar obra cuentística y novelada.

Aunque como acaso hubiera podido ser, no nos resultaría extraño, si indagáramos un poco al respecto, que diéramos con el hilo y la conección posible del joven narrador, y el mismísimo Papa; como acaso sucedió con más de un creador cubano de aquella, más o menos la misma hornada creativa, a la altura de un Serpa, un Cabrera Infante, un Guillén o un Feijoo.


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Cuando regresa el humo

por José Lorenzo Fuentes



"La muerte es la corona
de lo vida", Young.


Edelmira no sabía lo del láguer en la bodega, y lo del cuento. Sobre todo lo del cuento no lo sabía. Por eso miraba sin comprender cómo la cama y el escaparate y cada trapo continuaban justamente en su sitio, y cómo el marido andaba en la cocina como siempre, con las viandas y los cacharros. Como siempre. (“Eso es lo que ella no entendía”, piensa ahora).

Así anduvo una semana, un mes... ¿Qué tiempo anduvo así, sin ella comprender, sin imaginarse apenas su desquite? ¿Y quién le diría al fin lo del láguer en la bodega, y lo del cuento? Sobre todo lo del cuento. ¿Quién se lo diría?

Cuando él la conoció, aun Martina compartía su lecho y lo despertaba en la mañana el cosquiIleo esponjoso de unos labios sobre su nuca, sobre sus mejilla sin rasurar, sobre su boca cargada de bostezos todavía. Después Martina se borró de su vida. Un día él salió y no volvió al cuarto nuevamente. Allá quedó ella un tiempo, atareada, planchando aquel pantalón, revisándole los botones a esta camisa, metiendo una bombilla en los agujereados calcetines del hombre y cruzando hilos sobre la bruñida superficie. Martina esperaba. Pero el hombre pensaba:.“Edelmira es más pulida, es más mujer Edelmira”. Y sonreía. (“Más fuerte”, piensa ahora).

Antes no era fuerte Edelmira,.sin embargo. No lo era cuando él le puso una mano en la cadera y otra en la mata de pelo y la empujó hasta hacerla caer de espaldas. Y cuando él la vió por vez primera tampoco le pareció una mujer fuerte. Tampoco.

Eso vino después, pero no fué cuestión de un día ni de dos. Fué cuando el dueño dijo la palabríta aquella, incosteabilidad o cosa así, antes de cerrar la fábrica e irse para España. Fué cuando él anduvo un mes y otro sin conseguir empleo, y ella, Edelmira, vino un día diciendo que iba a trabajar y él empezó a meterse en la cocina, a ocuparse de las viandas y los cacharros, y a tenerle preparada la comida a su mujer para cuando ella regresara del trabajo. Fué cuando sucedió todo eso, pero tampoco al principio sino mucho después, cuando ya él no se decidía a salir en busca de un empleo.

- Estoy trabajando como una perra y total na -dijo Edelmira un día-. Ni un trapo decente puedo echarme encima.

Y para poder comprarse ella.un vestido decente y unos zapatos que combinaran con el vestido decente y hasta una que otra baratija para colgarse al cuello hubo que hacer mayores economías. El presupuesto tenía que reducirse: había que cercenar un gasto cualquiera, que acogotar una erogación superflua. Y desaparecieron los cigarrillos del marido. ¿Que era poco lo que se gastaba en humo? Bien. Pero había que empezar por algo. 

Edelmira nuso su perfil en el ventanuco de la cocina, y allí, a contraluz, interceptando el resplandor del cielo mañanero, se quedó inmóvil, sin decir palabra. Y Evencio tuvo que fruncir el entrecejo y cerrar casi los ojos para que la silueta comenzara a llenársele de colores. Luego dejó de mirarla y se acercó al fogón. Con un cigarrillo estuvo escarbando en la ceniza, pacientemente, hasta que logró encenderlo en la sangre de una brasa.

- ¡Mira que quemar el dinero! Era la voz de ella, de Edelmira, la misma voz que volvió a escuchar enseguida parejamente a un taconeo de mujer; pero nítida, firme, imperiosa, muy por encima del ruido de los pies que iban hacia el cuarto:

- Yo, trabajando como una perra y tú quemando el dinero. ¡Na más que aquí se ve eso!...

El hombre estuvo en la bodega aquel día, olfateó un pedazo de tasajo, separó alguna latería, trepó al mostrador hasta meter la cabeza en la balanza (“Aunque sea fiado tienen que darme libra'de dieciséis onzas”, pensó) y regresó a su casa -a su cocina- como siempre. Y eso que ya no venían los cigarrillos en el cartucho.

A menudo el hombre daba vueltas y más vueltas en la cama, con una calentura por dentro que no era del fogón, con una fiebre que no le permitía conciliar el sueño. Entonces se acordaba de “su” mujer y le miraba el sueño reposado hasta no poder ya más. La remecía por una cadera, suavemente.

-Edelmira- musitaba tan sólo. El temblor de sus manos era una súplica que no necesitaba palabras.

- Tas loco, Evencio. Despertarme pa eso.

“Está cansada la pobrecita -reflexionaba entonces-. Está cansada y tiene que levantarse temprano”. Pero instantáneamente, pensaba en Martina... 

(“¡Martina! ¡Martina!”). Y pensaba también en Edelmira, en la Edelmira de antes, cuando él le ponía una mano en la cadera y otra en la mata de pelo, y la empujaba hasta hacerla caer de espaldas.

Cuando aquello sucedió él venía con un cartucho, de la bodega. (“No traía tampoco los cigarros aquel día”, piensa ahora»). Al entrar fué que escuchó los pasos atropellados, el ruido allá por la cocina, el corre-corre en el traspatio. (‘¿Quién sería?... Nunca he sabido quién fué. Nunca lo he sabido”). Edelmira salió a su encuentro, turbada, casi pálida.

Evencio, yo... -dijo. Y no pudo continuar.

La mujer le estaba dedicando una sonrisa que no venía al caso, o que en todo caso la delataba. ¿Qué le detuvo el brazo? ¿Qué lo dejó sin gestos, sin palabras? Estaba él mismo turbado, casi pálido. Como ella. Separó los ojos de la mujer y siguió rumbo a su cocina. (“Edelmira hubiera querido decirme que por qué no compré los cigarrillos”, piensa ahora).

Evencio no hubiera querido que "su” mujer le diera la oportunidad de los cigarrillos, pero sin embargo desde aquel momento el humo regresó a la casa en el cartucho, entre el tasajo y la latería y las libras que le obligaban a treparse en el mostrador y meter la cabeza en la balanza para que fueran de dieciséis onzas. Ella vió regresar el humo y nada dijo, pero se sintió aliviada. (Si a mano viene pensó: "Evencio se enteró y no ha pasado ni medio. ¡Qué bien!”). Se quitó la duda de encima. (A lo mejor pensó: "Evencio no es capaz ni de matar una mosca, ¿cómo yo he pensado que podía matarme a mi?”».

Pero el humo no fué lo único. Después del humo vino el láguer y vino el cuento también. El bodeguero no supo si sonreír cuando Evencio dijo la primera vez:

- Na, a cualquiera se los pegan. Usté ve a Edelmira tan tiesa como va por ahí... Pues na, no se pue dudar...

Y otro día, después del último laguer;

- Compadre, póngase a cuatro ojos cuando tenga mujer... Mírese en mi espejo...

El espejo eran sus manos en la frente, con los dedos índices apuntando hacia lo alto. Así anduvo el humo, el laguer y el cuento. ¿Que cuánto tiempo anduvo sin Edelmira comprender, sin imaginarse apenas su desquite? Eso era lo de menos. El caso fué que alguien se lo dejó caer en el oído. (“¿Quién se lo diría? ¿Acaso yo le haría el cuento en la bodega al mismo del
ruido en la cocina y el corre-corre en el traspatio?”, piensa ahora).

Esta vez el láguer nada más estaba empezado cuando empezó el cuento:

¿Usté nunca ha llegao a su casa y se ha encontrao el nío ocupao?... ¿Usté nunca...?

Evencio sintió de pronto que algo le daba en el costado, haciendolo girar y doblarse de rodillas, a tiempo que oía un ruido seco, como un tablazo sobre el piso enladrillado. (“¿O como.fogonazo?”) Y en seguida oyó a alguien, al bodeguero tal vez, que gritaba espantado.

-¡Es Edelmira! ¡Es Edelmira!

Luego no escuchó más nada. Ni nada sintió. Si acaso, un líquido corriéndole por el muslo izquierdo. (“Se me botó el láguer”, pensó). Pero, cuando, lo acostaron, se le zafó un párpado, alcanzó a abrir un ojo, pudo mirar por un momento la herida y el pantalón lleno de manchas rojas, enormes. (“No, no se me botó el láguer. Es sangre, Me han herido. Es sangre"). 

¿Dónde estaba? No sabía donde estaba. Alguien habló a sus espaldas:

- ¿Está grave, doctor? 

Y más allá, otra voz martilleaba:

—Ella hizo lo que él debió hacer mucho antes. ¿Ella? ¿Quién era ella? (“Ah, Edelmira", pensó). Sí, era de Edelmira de quien hablaban, sin duda. Pero ella no hizo lo que él debió haber hecho entonces.

El debió matarla. Y ella solamente lo había herido. (“La herida es pequeña... no es casi nada la herida”). El no debió conformarse con el regreso del humo, con el humo en el cartucho, y luego con el láguer y los cuentos, con los cuentos y el láguer en la bodega. El debió matarla. (“Lo pensé, pero no sé, nunca he sido fuerte. No he sido fuerte ... como ella”).

Se sentía Evencio bien, súbitamente mejorado. (“¿Por qué no me dicen que puedo irme?”, pensó). Sabía que apenas le pusieran un vendaje en la herida, que apenas le limpiaran la sangre allí acumulada, echaría a andar como si nada. (“Volveré a hacer el cuento en la bodega”).

- No es necesario operar- oye decir lejos, muy lejos-. Ya todo es inútil, 

¿Inútil, qué? ¿Qué podía ser inútil? (“¿Por qué va a ser inútil que yo haga el cuento en la bodega?”, pensó). Evencio se sentía muy bien. Ni siquiera trataba de incorporarse porque se sentía muy bien así. Lo único que lo molestaba era esa palabra: inútil. ¿Qué podia ser inútil? (“Y, ¿si se trata de mí, si todo es inútil porque me estoy muriendo?”)


¡Muriéndose! Ahora sí quiso incorporarse y llamar a Edelmira, a “su” mujer, para que le dijera que eso no era lo inútil, que él no se iba a morir. (“¡Edelmira! ¡Edelmira!”)

Tan sólo consiguió menear un poco la cabeza, que cayó de repente sobre su hombro derecho.

-- Martina- dijo. Y ya no dijo nada más.



Texto e ilustraciones: Carteles. Mayo 1, 1955.



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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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