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Thursday, December 11, 2025

Concierto de Silencios. En Memoria de Dulce María Loynaz. (por Mariem Gómez Chacour)



Por mis años de juventud quedé cerca de la persona de Dulce María Loynaz, tan solo un instante de una tarde de invierno en su casona del Vedado. Fui de la mano de un amigo que la admiraba mucho. No pude sostener entonces, ni una breve conversación. Mis pocos años enfrentaron su gran caudal de sensibilidad humana y … enmudecieron. Mi estúpida curiosidad, mi trivial entusiasmo cayeron en precipicios de suficiencias. Tenía…
la placidez de quien se afinca, de quien no permite que la
turbulencia que de todas formas habita en sus ojos, afecte
el remanso clásico de su sistema, que viene demasiado de
los tiempos como para turbarse. Toda inclemencia es
circunstancia.(1)
Simple, intangible, está guardada junto a esos recuerdos que saltan a destiempo, se hacen presente en las continuas espirales de los años. ¿Por qué lo expreso? ¿Orgullo, vanidad quizá…? No ¿Qué gano con ello…? Mi juventud sintió algo de piedad al percibir la soledad o… el hálito del silencio que la rodeaba. Ella debió sentir lo mismo por nosotros, aunque por diferentes causas y… ¡agradeció la visita!

Fue luego, de vuelta a la realidad que se torna imprecisa y hasta desagradable al dejar personas especiales por las esquinas de la vida, que mi amigo la exaltó: “¡Mujer de grandes palabras y profundos silencios!”

Era la década de los años setentas del siglo XX. Aunque la rueda del tiempo, con sus altas y bajas cumplió el cometido de la vida y Dulce María quedó en su calle solitaria, aquella tarde caí en la cuenta de mis manos vacías.

Junto al diálogo perdido con Dulce María hay tantas palabras que he dicho inútilmente, y hay tantas que jamás pronuncié, escondidas en jirones de insuficiencias… Ya jamás serán dichas. ¡Cómo duele el eco de los silencios! Entonces atisbo otros horizontes con un sinfín de cosas perdidas…

Retorno a su acera dañada por los frondosos árboles hasta el umbral de su jardín, con el más profundo de los respetos a saldar una deuda con el yo no tangible que se pierde en la noche de los imposibles. Con el pretexto de encontrar en las cumbres de sus palabras, de sus silencios: la esperanza.
- ¡Están cayendo estrellas!...
- Qué pensamiento extraño…
- Como del cielo claro
se desprenden estrellas!...
pon tus manos abiertas
para que en ellas caigan…
- ¿Qué estás diciendo, hermano?
Son estrellas fugaces,
ni caen ni se recogen.
-No importa. Pon las manos…(2)
La Calle

Calle ajena al tráfico de palabras buenas. Calle trasnochada de ritmos prehistóricos donde jamás se asoman las estrellas. Una vez, sobre todos los verbos preteridos entró la luz por la sombra de los viejos pinares… luego, se levantó el silencio…

Pero, ¿qué es el silencio más que el gesto de reposo, de ausencia? ¿Es evasión, insuficiencia, búsqueda, otorgamiento, es traición, es miedo? ¿Es una oración, un reclamo? ¿Respuesta de estupor, de dolor? ¿Es indiferencia, omisión? ¿Es compendio de valores supremos? ¿Es virtud de almas grandes?
Y la Palabra… ¿Qué es la palabra?
En el principio la Palabra existía
En ella estaba la vida
Y la vida era la luz.(3)
¿Valoramos alguna vez, la tremenda realidad de una palabra cuando no es vulgar cantata de la lengua? ¿Asumimos la palabra como el principio maravilloso de comunicación humana? Comunicación humana de plena transmisión y discernimiento de ideas y sentimientos.
No nos dejes caer
nunca en la tentación de desear
la palabra vacía - ¡el cascabel
de las palabras…!(4)
El silencio la resalta con hálito de leyenda. Ella le otorgó la misma valía que a la palabra en un mundo que lo subestima, que no lo guarda. ¿Existirá el vacío absoluto? ¿El silencio será la nada, el vació? Más allá de lo absurdo... Una Presencia omnímoda llena las almas de Amor. Sí, nunca existe el silencio total.

Dulce María es un orgullo. Poseyó el don de la agudeza delicada para expresar lo antípoda de una realidad desbordada en armonía. La armonía es sustrato en sus palabras. ¿De dónde viene la palabra bella, bendita y eterna y hacia dónde va?

(…) todo lo que era silencio, está ya dicho.(5)

El Salón de la Vieja Casona
Desde ésta, mi arca, a tientas
suelto una palabra al mundo:
la palabra va volando…
y no vuelve.(6)
Una vez, se hizo el silencio en el salón de la vieja casona. Parece vacío, con siete pasos de soledad por los rincones, al margen de la calle. Se ha cerrado la puerta. En el salón, las palabras comienzan la danza de sus recuerdos… Versos en tempo de sonatas… Con sencillez de formas, Dulce María, moldeó palabras y silencios desde las cumbres o los abismos humanos, haciendo palpitar sus contrapuntos.
( …) Adagio

… Anoche soñé con el hijo que ha de nacerme … dice Isabel
con voz que parece venirle todavía del sueño…
Las manos no interrumpen su vuelo; sólo la voz sigue soñando.
-Lo veía un hombre, un hombre fuerte y barbado, y a él acudían
como nubes de moscas, los hombres de la tierra… Y tú, María…,
¿no sueñas con tu hijo?

María se sonríe y no contesta; sigue anudando los hilos de colores.
La voz de Isabel, un instante enmudecida, yérguese como surtidor en
el aire.
-Quisiera que mi hijo fuera un gran general: anoche le brotaban rayos
de fuegos por la boca, y ejércitos se reunían a su paso, capaces de
salvar al pueblo de Israel… ¡Si algún día fuera mi hijo el Elegido!...
Pero no es más que un sueño…
Las agujas se mueven ahora desmayadamente…La voz persiste aún,
más dulce, más íntima.
-Dime, María: ¿qué quieres tú que sea tu hijo?
Y María levanta al fin su rostro sumido en la labor.
Parece que ha palidecido un poco…
Parece que la voz le tiembla en la sonrisa.
-Quisiera que mi hijo fuera carpintero, como su padre
Y luego, suspirando: -Pero no es más que un sueño.

Otra vez el silencio, como humo
de sándalo, ha llenado la estancia…(7)
Su magistral obra no está en los programas de la Enseñanza Media Cubana y en una encuesta, personal y subrepticia a profesionales de ciertos sectores comprobé que no es usual en ellos la lectura de su novela Jardín. Entonces... ¿Para qué valorar las múltiples posibilidades de composición literaria o enjuiciar a la primera mujer latinoamericana en obtener un Cervantes? Ella es un privilegio, un orgullo con reconocimiento universal.
… Dulzura de elevarse
y ser como la estrella inaccesible y
alta,
alumbrando en silencio…
¡En
¡Silencio, Dios Mío!(8)
Es cierto, no descendió a la calle ni esgrimió razones de tumultos -y es más fácil seguir un ritmo de tambor que apresar la esencia del alma en dos versos- pero nadie como ella le cantó con entrañable ternura a Cuba.
(...) Escarchada de sal y de luceros, te duermes, Isla niña,
en la noche del Trópico. Te reclinas blandamente en la hamaca
de las olas.
(…) Isla mía, Isla fragante, flor de islas: tenme siempre, náceme siempre,
deshoja una por una todas mis fugas.
Y guárdame la última, bajo un poco de arena soleada… ¡A la orilla
del golfo
donde todos los años hacen su misterioso nido los ciclones!(9)
El Milagro

Por las sombras de la calle primitiva andan la embriaguez y la algazara en tormentoso despliegue. La tolvanera se dirige directamente al abismo… Se enseñorea la abulia.

La colección de abanicos está en lo alto. Han cerrado de golpe su lenguaje misterioso de ademanes delicados. Cortesanos en gestos veleidosos para encubrir sonrisas insinuantes... necesidad de brisas femeninas... de nácares, maderas, cintas, encajes, colores…. ¡Pero ahora los abanicos callan... se detienen en un sobresalto de asombro! En la cumbre la palabra fue desnudada por el silencio y… ¡brotó un milagro!
… Las palabras temblaban, se desgranaban en el aire,
caían en el silencio ancestral de la casa con un cantarino
ruido de cristales... tal si hubiera brotado allí mismo
un surtidor de milagro.(10)
La vida es un dialogo con el tiempo. Dialogo... convicciones... conductas... posturas… Columnas barrocas que enmarcan edades... viejas ceibas americanas. Leyendas que se van tejiendo en silencio... silencio de palabras donde canta la esperanza.
Creo en el cielo azul (…)
Creo en la tierra humilde (…)
Creo en el silencio (…)(11) 
El silencio también desnuda al alma rompiendo cábalas y mitos, sortilegio con sobresaltos de lo no imaginado. Es pergamino de abstracciones puro, limpio de prejuicios. Es la respuesta idónea para toda interrogación... alto como las cumbres, profundo como los océanos o temible como los abismos. ¡Los silencios... y las conciencias!
Si pudieras escogerlas libremente entre las más brillantes o las más
oscuras; si te fuera dado entresacarlas con mano trémula, como hace
ante las piedras preciosas el orfebre (…) Si pudieras pescarlas como
estrellas caídas en un pozo,
o afilarlas como espadas, o torcerlas como seda…
Si pudieras disponer de todas las que existen como trigo de tus mieses
(…) no tendrías todavía la palabra que pueda ya llenarme este silencio(12)
¡Qué misterios tan profundos el amor y Dios y Dios y el amor! No es costumbre de la calle el hábito de vida más allá de la muerte. Realmente… ¿se encuentra la fe en los silencios? Mi madre calla ahora, el amor calla. Dios calla también… Aceptar entre palabras y silencios… ¡Eso es creer!

¡Descubrir amor en esos profundos silencios! Esa también es la alegría de la esperanza.

¡Cuánto sacrificio silente! ¡Cuánto amor en silencio! ¡Cuánto desprendimiento en silencio! ¡Y qué paz y regocijo cuando en el ofrecimiento tenemos de partícipes sólo las madrugadas!
No se rima la dicha; se asegura
Desnuda de palabras, se reposa…(13)
Osadía imperdonable es tratar de explicar silencios. Como la música; van directamente a mover sentimientos…

La palabra, cuando no es costumbre de la lengua, es agua que da vida y riega cariños... redentora de soledades y tristeza... el silencio es la emoción pura que la justifica. Cuando brotan del corazón producen estremecimientos.

(…) el silencio era distinto entonces:
era un silencio con sabor humano.(14)

El salón permanece vacío. El salón silencioso abriga como el eco de la voz y las manos trémulas de mi madre. La Fe y el Amor, están hechos de confianza y de dudas… de aceptación entre palabras y silencios… El salón permanece vacío…
La vida pasa abajo vestida de palabras
La pena perseguida se esconde y calla…(15)
Y la pena calla y a veces sonríe con esa sonrisa sincera y breve de recuerdos buenos. La sonrisa silenciosa de alegrías interiores…
(…) Flotaba
en el silencio el eco de una risa,
de un murmullo que el aire no acababa
de llevar…(16)
Afuera la calle sigue en su vorágine loca. En la soledad y en el silencio se esparce el amor…

Yo no digo el nombre, pero lo dice la alondra
en su primer saludo al alba y el ruiseñor al despedirse de la noche
No lo digo; pero, si lo dijera, temblor de ruiseñores
habría en mi pecho, sabor de luceros en mi boca y
rosas nuevas en el mundo…(17)
Han pasado muchos años... ahora asumo que jamás hubiera podido articular palabras aquella tarde en la casona del Vedado, cuando mi amigo me llevó. No había encontrado aún mis silencios… Lo verdaderamente triste es que, después de tanto tiempo no encuentro aún, las palabras… Pero sé, que a pesar de todas las ausencias y de todos los silencios siempre existe la esperanza. Dulce María, encontró esos caminos ciertos de fe y esperanza, porque sus interrogantes llevan implícito la tremenda virtud de la humildad.
Rompí a mis pies los caminos
Y me quedé sola frente
a la noche.
Yo conozco el camino del rosal y otros muchos caminos
de la tierra, aunque nunca los anduve ni son tampoco
mis caminos
¿Cuál ha sido, Señor, el camino de la palabra que me diste?(18) 
Como magia de vuelo... el canto azul del Almendares... como luminaria del cielo o un poco de arena soleada, quedó para siempre en instantes de asombro, de admiración y cariño.
(…) Me perderé un buen día (…)
y todos vean mi sonrisa.
Y mi sonrisa sea fuerte,
Y flor, y ala, y venda… ¡Y sonrisa!(19)







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  1. Rufo Caballero “Hongo Fino” Pág. 14
  2. DML Diálogo
  3. Biblia de Jerusalén Jn 1; 1,4
  4. "Oración de la rosa", Poesía Completa pag.26
  5. Poemas sin nombre “Poema CIX” Pág.134
  6. Agua Perdida “Noe” Pág.100
  7. Poemas sin nombre “Poema CXXIV” Pág.142
  8. “Desprendimiento” Pág.60
  9. "Poema CXXIV” Pág.142
  10. “Profesión de fe” Pág.20
  11. Jardín CAP.III “El diablo dentro del cuerpo” Pág.74
  12. Poemas sin nombre “Poema CXIII” Pág.135
  13. Poemas sin nombres “Poema LIV” Pág.119
  14. Versos “Soneto” Pág.30
  15. Versos “La pena” Pág.25
  16. “La sonrisa” Pág.26
  17. “La primera carta” Pág.103
  18. “La primera carta” Pág.103
  19. Poemas sin nombre “Poema LXVI” Pág.123.

Wednesday, December 10, 2025

Monseñor Valentín Zubizarreta, primer obispo de Camaguey (1914-1922). Por Carlos A. Peón-Casas.


El primer obispo de la naciente diócesis camagueyanensis, que fue creada en 1912, Mons. Valentín Zubizarreta y Unamunzaga[1] recibió su consagración el 8 de noviembre de 1914, en la Iglesia de la Merced, el hecho era consecuencia de su pertenencia a la orden carmelitana de la Provincia de Castilla, asentada en aquella, y de la que fungió como visitador. Entre los años 1903 y 1906 ya había estado de visita allí. [2]

La recién nacida diócesis carecía de fondos propios suficientes para su mantenimiento. Se juzgó necesario el envío de unos 9000 dólares para asegurar su sostenimiento, de ellos: seis mil para sustento del prelado y otros tres mil para las necesidades diocesanas. La primera residencia episcopal le costaba unos 130 dólares en concepto de alquiler, y se ubicaba en el número 130 de la calle Independencia.

Escudo episcopal de Mons. Zubizarreta,
en el Salón del Trono. Arzobispado de Camagüey
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En la ciudad agramontina el prelado contaba con 6 parroquias a saber: la Catedral con 8000 fieles; la Soledad con 7000, San José con 12.000, Santa Ana con 15.000, Santo Cristo con 18.000 y la Caridad con 12.000.[3]

Dos órdenes religiosas masculinas ya estaban presentes en la ciudad a su llegada: los padres escolapios y los carmelitas descalzos. En 1917 llegarían a su pedido los salesianos, quienes permanecerían desde entonces tomando a cargo la parroquia de La Caridad, y dando después comienzo al Colegio de Artes y Oficios[4], que para entonces se consideraba uno de los mejores de América Latina[5]

Entre las congregaciones femeninas ya instaladas a su llegada como obispo se incluían las Ursulinas de Santa Ángela de Merici, las Reparadoras y las Siervas de María.

Por la preocupación del prelado respecto a las necesidades educativas de la grey a su cargo, facilitó la entrada a la diócesis de dos congregaciones con ese carisma: la Compañía de Santa Teresa de Jesús (Teresianas) y la de las Hermanitas de los Niños Pobres.

Los miembros del clero diocesano de ese minuto no pasaban de una docena de sacerdotes. Dada la escasa presencia de aquellos en los pueblos de campo, más de uno debía asumir las labores de dos parroquias. Aún así algunas de aquellas carecían de párrocos[6], como las de San Jerónimo, Arroyo Blanco y Cubitas. En algún minuto hubo de clarificar los límites de algunas de aquellas, como fue el caso de la de Santa Cruz, a la que le hizo coincidir su extensión con la del territorio civil de municipio del mismo nombre. En otro caso hubo de segregar una parte de la parroquia de Santa Ana, para adicionársela a la de San José, en específico la gran barriada de La Vigía que se promovió con la llegada del ferrocarril a la ciudad.[7]

La diócesis no podía sostener por entonces un seminario diocesano ante la ausencia de un edificio capaz para albergarlo, y las rentas pertinentes para su mantenimiento. En el año 1920, siete seminaristas locales[8] cursaban estudios en el de La Habana. Hasta ese minuto el obispo sólo había ordenado a un sacerdote.

Si partimos del hecho de que los más de 200.000 habitantes de la provincia y diócesis de Camagüey en 1914 se declaraban católicos, y un número muy ínfimo se confesaban miembros de otras iglesias protestantes, y muy difícilmente alguno que otro ateo, dadas las convenciones de la época, el nuevo prelado, podía considerarse dichoso de aquella grey tan populosa y a la vez seguidora de los preceptos de la Santa Madre Iglesia.

Sin embargo, la realidad parecía de ser de otro tenor. La vida moral de aquellos católicos dejaba mucho que desear, y ante tal constatación así lo hacía saber el obispo en su primera Relación a la Santa Sede: “Mores populi sunt depravatissimi”[9]. Y completaba su aseveración con una lista de los males morales más evidentes: la obscenidad, la injusticia en los negocios y la indiferencia religiosa.

En cuanto a la práctica religiosa, eran muy pocos los que observaban el precepto dominical, y menos aún los que se acercaban a los sacramentos de la confesión y la comunión. Quizás en la ciudad el número era algo superior.

Los matrimonios civiles eran los más abundantes, e igualmente había una alta tasa de concubinatos. Muchos de los nacidos de tales uniones eran fruto de tales uniones.

El bautismo de los recién nacidos dentro de la primera semana, eran raros, igual se le retrasaba hasta el año del nacimiento, y se daban casos que no los bautizaban jamás.

La educación cristiana dentro de los hogares era muy pobre. Sólo la que se impartía en los colegios religiosos, pues la escuela primaria no la impartía. Aunque la doctrina cristiana se explicaba cada domingo en las iglesias eran pocos los padres que enviaban a sus hijos a recibirla.

Las sectas masónicas acogían a muchos católicos que no sentían que su condición fuera óbice para pertenecerá aquellas. El espiritismo estaba muy extendido y se daban casos de feligreses y feligresas que acudían a la primera misa de las parroquias, para luego encaminarse sin ningún escrúpulo a las sesiones espiritistas en los bien conocidos “centros” esparcidos por la ciudad, aunque tal comportamiento estaba muy extendido por toda la feligresía del país:
El Padre Marciano García, carmelita cubano, nos trae el caso de las Terciarias carmelitas del Carmen de Matanzas quienes salían de la misa de 5.30 de la mañana para asistir a la sesión espiritista de las siete”[10]
Para el recién llegado obispo nada de aquella situación quedaba ajena a su celo de pastor. Algunas de sus primeras disposiciones estuvieron en relación con exaltar la piedad de los fieles:
Por una circular del 14 de enero de 1919 ordena a los párrocos y rectores de la iglesias la celebración de un triduo solemne en honor de San José (…) a rezar el públicamente el Santo Rosario en sus respectivas iglesias todos los días del mes de octubre a la hora se juzgue más conveniente para la mayor asistencia de fieles, y exhortándoles a promover el rezo diario del Rosario en las familias.[11]
Otras circulares fueron ya alusivas a aspectos más jurídicos:
como aquella que recuerda las condiciones exigidas por la Iglesia para ser padrino de bautismo, o aquella otra en que se regulan los día de ayuno y abstinencia para los católicos de Cuba, diferentes para los de raza blanca y para los negros y mestizos[12]
Sus Cartas Pastorales fueron igualmente ejemplares. La primera de aquella con motivo de su Consagración Episcopal, cuyo contenido abundaba sobre la verdadera religión, y la explicación de su lema pastoral Pax multa.

La segunda dedicada al espiritismo, data de 1915, que como ya se ha explicitado en otro sitio, era una verdadera plaga que hacía estragos en el territorio de su diócesis camagüeyana. El texto era un llamado a precaverse de aquellas para no ver socavada la fe de sus diocesanos.
individuos de inteligencia extraviada procuran arrancar la fe de los creyentes y corromper las costumbres de los cristianos prácticos. Con cuatro ceremonias ridículas y algunas gesticulaciones no siempre honestas pretenden obtener respuestas de los espíritus, y no consiguen más que una espantosa batahola de martillazos, que ellos se encargan de interpretar como mejor les convenga”[13]
Una Instrucción breve a propósito del proyecto de ley del divorcio, fue hecha pública por el obispo en 1918, con motivo de la introducción de la ley por el presidente Menocal aquel mismo año. El texto discurre sobre tres apartados que versaban sobre el matrimonio cristiano como verdadero sacramento, su indisolubilidad, y la gravedad de quienes solo lo contraen por la vía civil sin luego validarlo ante la Iglesia.

Durante el período que fungiera como obispos diocesano Mons. Zubizarreta dio a conocer otras Cartas[14], como la que firmó en ocasión de la celebración de la Cuaresma de 1918 sobre la necesidad de ser hijos fieles de la Iglesia católica y de aprovechar los medios que ella nos suministra para nuestra perfección. Estaba dirigida al clero secular y regular, a las religiosas, religiosos, y a los fieles de las entonces dos diócesis encomendadas a su cuidado, la de Camagüey y la de Cienfuegos.

Un detalle singular allí esbozado iba en la línea de denunciar y poner en ridículo el supuesto respeto humano que alejaba a muchos quienes se decían católicos:
El ser católico práctico no es deshonra sino una gloria ante el concepto de la buena sociedad. El pertenecer de lleno a la Iglesia Católica y recibir con frecuencia los sacramentos no es humillante sino glorioso[15]
En esa misma línea hay que prestar atención a otro texto suyo, esta vez un discurso que pronunciara con ocasión del Primer Congreso Eucarístico de La Habana en 1919. Aquel convite fue promovido por el obispo habanero Mons. González Estrada en ocasión del Cuarto Centenario de la fundación de la capital habanera. Mons. Zubizarreta hizo esta vez un celebrado elogio de la Eucaristía, poniendo de manifiesto sus saberes teológico y litúrgico, a la par que disertó “sobre la catolicidad práctica de muchos que se decían católicos”:
No es católico el que no cumple con los deberes que le impone la ley del Señor y de la Iglesia para el mejor cumplimiento de aquella. No lo es el que deja de cumplir los preceptos de oír misa y confesión y comunión; los que pertenecen a sectas condenadas por la Iglesia… Y así no está en su lugar decir: fulano es buen católico, aunque no va a cumplir con el precepto pascual, vive maritalmente sin contraer matrimonio católico…Decir de uno que es buen católico cuando vive en concubinato o pertenece a la masonería o al espiritismo, condenados por la Iglesia, o no va a misa los domingos, etc., es decir lo que no es cierto como católico”16]
En 1920, el obispo llevó a cabo su visita “ad limina” al Vaticano. En su viaje desembarcaba por el puerto de Santander en España, pasando por San Sebastián en camino a Roma. El viaje duró de junio a septiembre de aquel año. Un año después viajaba también a los Estados Unidos por razones médicas, y fue recibido en la Clínica de los Hermanos Mayo en Rochester Minessota[17].

Fue relevado de sus funciones como obispo de Camagüey el 24 de febrero de 1922, y nombrado obispo residencial de Cienfuegos. El D. Enrique Pérez Serantes, hasta entonces Gobernador Eclesiástico de Cienfuegos fue nombrado obispo de Camagüey.

Enrique Pérez Serantes
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Para muchos, aquel relevo, tenía un signo de particular referencia, desde 1916, el nuevo obispo Pérez Serantes había sido su fiel colaborador en aquella diócesis cienfueguera, cuando ante la renuncia del también obispo carmelita Mons. Aurelio Torres Sanz, Mons. Zubizarreta había asumido la función de Administrador Apostólico, llevando sobre sus hombros la tamaña tarea de simultanear sus responsabilidades entre dos ciudades distantes por seis años.

En el sentir de los diocesanos cienfuegueros y camagüeyanos, aquel sacerdote gallego de grandes dotes evangelizadoras, era “hechura de Mons. Zubizarreta”[18] Su impronta camagüeyana cargada de grandes sentidos evangélicos, lo llevarían luego a suceder a su antiguo obispo, cuando fuera designado Arzobispo de Santiago de Cuba, a la muerte de Mons. Zubizarreta quien había regentada aquella sede desde el año 1925.





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[1] Nació el 2 de noviembre de 1862 en el caserío de Arnorixa, país vasco. Entró al noviciado carmelitano de Larrea en 1879. En 1880 emitió sus votos simples de obediencia, pobreza y castidad. Recibió el presbiterado en 1894. Fungió como profesor de Filosofía en el Seminario de Burgos y Prior del convento de Vitoria. Nombrado Definidor Provincial y Visitador de las casas de América en 1897. Viajó por Chile, Cuba y Estados Unidos. En 1906 era Prior de Burgos y Visitador General de la Provincia de Aragón-Valencia. Obispo de Camagüey en 1914, y Administrador de Cienfuegos desde 1916 hasta 1922, en ese año asumió como obispo aquella diócesis. Arzobispo de Santiago de Cuba desde 1924 hasta su fallecimiento en 1948. En Mons. Valentín Zubizarreta. Carmelita, Obispo, Teólogo. Antonio Unzueta Echevarría. Ediciones El Carmen. Vitoria-Gasteiz, 2006.
[2] Entre 1903 y 1906, visitó las casas de la orden en América. Un interesante informe suyo de cuanta de la visita a la de la congregación camagüeyana: “La ciudad de Puerto Príncipe tiene unos 40.000 habitantes de todos los colores: blancos, negros, mulatos y chinos; con 30 sacerdotes: 20 regulares, entre escolapios y carmelitas y los demás seculares. Posee once iglesias: 6 parroquiales, 3 conventuales, una de un hospital y una ermita llamada La Candelaria. Una de las iglesias conventuales (la de S. Francisco) está regentada por los PP. Escolapios y otra (la del Carmen) está ocupada por las religiosas ursulinas. La asistencia a la iglesia es muy escasa, y por más que se hace alarde de piedad, está no pasa de pura palabra, pues casi la totalidad de las iglesias se encuentran completamente vacías aún los días de fiesta. Nuestra iglesia de la Merced era una excepción en este punto pues la concurrencia solía ser siempre grande, sea por el culto que allí es más esmerado, sea por su situación céntrica.”. Ibíd.p.138
[3] Las otras nueve incluían la de San Eugenio de Ciego de Ávila (45.000), la Candelaria de Morón (35.000), la Virgen de la Caridad de Nuevitas (15.000) y Santa Cruz (18.100) entre las más relevantes. Había otras tres parroquias sin iglesias San Jerónimo, Arroyo Blanco y San Miguel de Cubitas, la de Guáimaro también era de ese grupo, pero tal época se terminaba su construcción. Ibíd. p.152
[4] La instalación de los padres salesianos se debió al ofrecimiento de la Srta. Dolores Betancourt, quien deseó construir a sus expensas una Escuela de Artes y Oficios para niños pobres, para lo que había destinado, como para otras importantes obras y mejoras eclesiales y educativas, todo su caudal.
[5] Ibíd. p.160
[6] Había “procurado que todos los párrocos tengan su propia casa cural. No se les permite que tengan ama de llaves”Ibíd, p.156
[7] Ibíd.
[8] El obispo pagaba por ellos “238 dólares mensuales, sin contar el vestido, los libros, las matrículas, etc; en total unos 300 dólares mensuales.”Ibíd.
[9] Ibíd.
[10] Ibíd. p.157. Citado de GARCIA, M., Introducción a la espiritualidad cubana. En “Espíritu y Vida” 1 (1994) 136
[11] Ibíd. p.158
[12] Ibíd. En año III, 1919, pp.68-71, las dos circulares fechadas el 19.02.1919
[13] Ibíd. p.288
[14] Otras de este período serían su Carta Pastoral en la Cuaresma de 1920 sobre la modestia cristiana, la carta Pastoral Colectiva de los Sres. Arzobispo y Obispos de Cuba, dada en La Habana el 13 de junio de 1921, y la Carta Pastoral con motivo de la toma de posesión de la diócesis de Cienfuegos, el 24 de febrero de 1922. Ibíd. pp.2291-292
[15] Ibíd. p.290
[16] Ibíd. p176
[17] Allí se le practicó una exhaustiva revisión médica que descartó padeciera un cáncer de garganta.
[18] Ibíd. p.180

José M. Fernández Pequeño invita a la presentación de su más reciente libro: "Y la noche doblaba por tercera"

 


Ediciones Furtivas invita a la presentación de Y la noche doblaba por tercera, la nueva obra de José M. Fernández Pequeño. Texto que mezcla memoria, crónica y ficción para retratar la vida y el exilio del legendario cronista deportivo Rafael “Felo” Ramírez.

Presenta: Luis Felipe Rojas, periodista y escritor.

13 de diciembre de 2025, a las 2:00 p.m.

American Museum of the Cuban Diaspora.

Wednesday, December 3, 2025

Extraños sucesos paranormales en Puerto Príncipe en septiembre de 1873. (por Carlos A. Peón-Casas)


Los hechos narrados parecerían atribuidos a la mitología local, si no los hubiera referido una publicación peninsular de bastante crédito en la entonces Isla de Cuba: El Gobierno: Diario político de la mañana. El suceso se reseñaba en noviembre, pero su ocurrencia databa del mes de septiembre.

Lo acontecido según narraba el cronista era ya la comidilla de los corrillos habaneros, donde la noticia había viajado más rápido de lo imaginado. El redactor se decía hombre descreído de aquellas anomalías de las que el lector tendrá pronta referencia, pero igual apuntaba: “no queremos dejar de dar cuenta de algunos de ellos, siquiera solo sea para satisfacer la curiosidad de los lectores peninsulares, o entretener un rato a los desocupados.”

Los hechos eran más o menos del siguiente tenor:
El día 22 de septiembre como a las siete de la noche, a poco tiempo de haber encendido las lámparas de la casa número 42 de la calle de Santa Ana de Puerto Principe, que habitaba con su familia el doctor en farmacia D. Nicolas Porro observo aquella que el tubo y depósito del farol del portal se movían dentro de los mismos vidrios del farol. A los pocos momentos, de una lámpara de tres brazos que estaba en la sala se escaparon el hemisferio y el tubo, haciéndose añicos en el suelo. Sobrecogida la familia con este suceso, corrió inmediatamente la noticia por el barrio, y bien pronto se llenó la casa de multitud de curiosos. Entre ellos un vecino pidió una luz a la señora de la casa para informarse de lo que había en una habitación…pero al retirarse salto de una mesa una botella o jarra de barro haciéndose pedazos en el suelo. La sorpresa era natural, y hubo de aumentarse, cuando al salir al comedor, vio que un bonito tinajero, al parecer de palisandro y cerrado con su llave, se deslizó como a un medio pie de distancia de la pared a que estaba arrimado, cayendo inmediatamente sobre sus puertas, y rompiéndose multitud de cristales y loza que contenía, lo que indica que los objetos interiores pugnaban por salir del encierro. También vino al suelo un cuadro de retratos que estaba colgado en la pared de la sala. De un tocador colocado en el aposento se escaparon todos los objetos de loza y porcelana... A poco rato se produjo el mismo suceso en dos casas contiguas.
Aunque lo narrado pareciera una de esas y tan adornadas consejas de antaño, de la que la ciudad principeña fue tan proclive a lo largo de su historia, hoy antológica de tradiciones y leyendas, la reseña de marras seguía dando otras evidencias sucesivas de tan anormales manifestaciones. Así sigue la narración del ya mentado cronista:
Estos fenómenos se repitieron la noche siguiente en la casa de D. Cornelio Porro situada en diferente calle, y en la cual se había refugiado llena de miedo la familia en cuya morada ocurrieron los primeros fenómenos. De un esquinero de sándalo de la sala saltó una figura de mármol... se oyó ruido en un aposento, acudieron y encontraron caído hacia adelante un lavabo de caoba y en una pieza inmediata y en la misma posición, un catre que estaba arrimado a la pared. Nada más ocurrió esa noche, pero en las primeras horas del siguiente día, una cajita de lata, cerrada y vacía, saltó de un aparador situado en el comedor, cayendo a alguna distancia…
El cronista que quería quedar imparcial ante tirios y troyanos, esbozaba alguna de las muy difundidas explicaciones al respecto, descreído de algunas, peo dejando absolutamente al creído o descreído lector con sus propias conclusiones:
Estos sucesos están dando lugar a muchos comentarios, algunos de ellos absurdos hasta no poder más. La ciencia los tribuye a la electricidad. Los espiritistas, que también los hay en Cuba, se empeñan en ver a un médium figurando en todo este asunto. Pero lo más original es un comunicado que ha visto luz en el diario de La Marina y en el cual su autor quiere explicar teológicamente los fenómenos y asegura, con toda formalidad, que han sido obra del mismo diablo.
Nada extraño al respecto, y en consonancia con la teoría espirita, que no dejaba de tener adeptos en el Príncipe, que una referencia velada al hecho de que tales anomalías sucederían en los hogares de dos de las personas de cierta relevancia en la villa, y que unos meses antes, habían tenido la triste experiencia de reconocer el cadáver de Ignacio Agramonte en San Juan de Dios.

Ese día Manuel Agramonte Porro y Cornelio Porro junto a otros conocidos del Mayor estuvieron también presentes, entre ellos: José Muñoz, José Antonio Ronquillo Agramonte, José LLauger Beltrán, Tomas Barrios González y Agustín Varona.

Para el pueblo llano, sencillo e impresionable en sus creencias: otra explicación era plausible. El espíritu de nuestro adalid Agramonte podría estar manifestándose en triste vagar, por la otrora ciudad que lo vio nacer, y donde sus restos mortales no encontraron el descanso merecido al ser tristemente deshonrados y chamuscados, lanzados sin honor ni gloria, a una fosa común.

Para este humilde compilador del suceso, y a decir del adagio italiano: “Se non e vero, e ben trovato”

Monday, December 1, 2025

Historia (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.



Del poemario Prefiero los que cantan (Ediciones Unión, 1988, Cuba)




Historia

Estuvieron un hombre y una mujer que apenas
pudieron estar.
Si acaso alguna vez —lo que se dice a plenitud—
lograron acoplar en ese nido
que a medianoche fabricaban casi
      desesperadamente.

Ni siquiera las paradas de autobuses ni el horario de sus
      problemas
convergían.

Qué tiempo les faltó para decir que sí, que estaba
      bien, dentro de media hora.

La mujer rugía entre pinceles
escarbando la magia que habita en el lado
más oculto, más sencillo de las cosas.

El hombre sangrando a gota lenta
huyendo tras las palabras que se abonan
donde no hay ojos ni tacto que puedan agarrarlas
si no es después de haberles minado todos los
      caminos.

El tiempo continuó abriéndose entre ellos como
     una herida
que trataban en vano de cerrar, al menos detener.
Una de esas veces —la última— que lograron
         unirse
hallaron un rosal.
El rosal vivía entre las piedras.
Entre las piedras el tallo se clavaba, se perdía
buscando su sangre nadie calcula en qué tierra,
a qué distancia.
Y tenía rosas que parecían disparos a punto de
        salir.

La mujer de los problemas y el hombre de los
        problemas entonces se miraron
y cada cual tomó su rumbo, convencidos
de que el amor no se detiene en pequeñeces.

Junio 1979



Storia

Furono un uomo e una donna come appena
riuscirono a essere.
Per caso qualche volta - come si dice al culmine -
riuscirono ad accoppiarsi in quel nido
che a mezzanotte fabbricavano quasi
        disperatamente.

Neppure le fermate degli autobus né l’orario dei loro
        problemi
convergevano.

Quanto tempo mancò per dire sì, che andava
          bene, entro mezz’ora.

La donna ruggiva tra i pennelli
indagando la magia che risiede nel lato
più occulto, più semplice delle cose.

L’uomo sanguinava a gocce lente
fuggendo tra le parole che si accreditano
dove non ci sono occhi né tatto che possano afferrarle
se non dopo aver minato tutti i
       percorsi.

Il tempo continuò ad aprirsi tra loro come
          una ferita
che cercavano invano di chiudere, almeno di fermare.
Una di quelle volte – l’ultima – che riuscirono
         a unirsi
scprirono un roseto.
Il roseto viveva trra le pietre.
Tra le pietre il fusto si ergeva, si perdeva
cercando il suo sangue nessuno calcola in quale terra,
a quale distanza.
E aveva rose che sembravano spari sul punto di
         uscire.

La donna dei problemi e l’uomo dei
          problemi allora si guardarono
e ognuno prese la sua rotta, convinti
che l’amore non indugia sulle piccolezze.

Giugno 1979




 
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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

Sunday, November 30, 2025

"¿Quién dijo que todo está perdido?": Estos jóvenes vinieron a ofrecer su corazón. (por Baltasar Santiago Martín)


Parafraseo la hermosa canción homónima de Fito Páez para titular y comenzar mi reseña sobre Un tributo a Carmen, el espectáculo que con ese título central, en honor de los 150 años de la icónica ópera de Georges Bizet, estelarizaron, el viernes 14 de noviembre de 2025, las reconocidas sopranos cubanas Eglise Gutierrez y Yetzabel Arias, en el Scottish Rite Temple de Miami, con un acompañamiento de lujo: la formidable Musicall Youth Orchestra of Miami y su afinado y potente coro de voces también muy jóvenes.

La función fue mucho más abarcadora que dedicada solo a Carmen, porque el concierto comenzó con el Cello Ensemble interpretando Danza negra, de Ernesto Lecuona; Réquiem, de D. Popper; y La muerte del ángel, de Astor Piazzolla, para dar paso luego al plato fuerte de la noche: varios exergos de la ópera Carmen, de Georges Bizet, ya con la orquesta.

Tras el vibrante preludio, “La Aragonesa: y “El Coro de los niños”, de la ópera Carmen, la exquisita sobrano Eglise Gutiérrez encarnó a Micaela, la joven enamorada de –y no correspondida por– Don José.

Eglise no solo cantó su aria de modo sublime, sino que fue evidente su conexión con el sufrido personaje, por su conmovedora interpretación, que culminó de rodillas.

Aunque el rol de Carmen es para una mezzosoprano, Yetzabel Arias hizo uso de su opulento centro vocal como soprano dramática, para plantar bandera –y hasta banderillas– en el ruedo como la pendenciera y voluble Carmencita, tanto en “La Habanera” como en “La seguidilla”, y ello sin que extrañáramos a la Callas, otra de las grandes sopranos que se "atrevió" con el rol –para mí la mejor, que por cierto, me encanta su francés.

Y hablando de banderillas, las que se gastó Yetzabel como la tabaquera y contrabandista gitana –sin ser torera–, le escasearon al Escamillo del barítono Joseph Canuto León , que no le dio a su emblemática aria de “El toreador” el impacto vocal que esta requiere, ni tampoco el empaque y el carácter del personaje.

Y ahora, con referencia al Don José del tenor X –cuyo nombre no se dijo–, que tuvo que sustituir al anunciado Zhedong Ren con apenas 4 horas de antelación para prepararse, tampoco logró sacarle a su “aria de la flor" todo el brillo y el "aroma" que esta hermosa aria se merece.

Y ya para concluir, reitero mi admiración y mi agradeciniento a todos los jóvenes participantes en esta alentadora presentación, tanto en la orquesta como en el coro, así como a la Maestra Taimy Balbuzano y al Maestro José Antonio Bornot, artífices principales de esta maravillosa experiencia.

Sí, nada está perdido, con tantos talentosos jóvenes, dispuestos a ofrecer gozosos su corazón palpitante exquisito para que la ópera, la música clásica y la ópera continúen vivas en la Capital del Sol.

Thursday, November 27, 2025

El primer “Thanksgiving” pudo haber sido celebrado en San Agustín, Florida. (por Carlos A. Peón-Casas)


La celebración de esta reconocida tradición tan al gusto norteamericano, pudo sin dudas haber ocurrido 56 años antes en esta porción floridana.

Sería bueno puntualizar: lo ocurrido en aquel temprano spot de la península de la Florida, porción del territorio que la Metrópoli Española detentara en 1565, correspondía a una celebración litúrgica, léase un a Misa de Acción de Gracias, celebrada aquel año de marras, con más precisión, un 8 de Septiembre.

Los Peregrinos del Mayflower, asentados en aquel primitivo Plimouth, del que tenemos referencias postreras, aun eran muy niños, o nacerían después.

Lo cierto e histórico, es el hecho de aquella ceremonia: una misa católica (Te Deum), ofrecida en tierras floridanas por la hueste española recién desembarcada, al mando de Pedro Menéndez de Avilés(1), quien tomaba tierra allí con unos 600 colonos.

A la misa siguió la mástica, según el buen y sabio decir castizo. Al inusitado banquete se sumaron los españoles recién llegados y los nativos de la región conocidos con el apelativo de timucuas.

El hecho que marcaba el inicio de la presencia española en San Agustín, nombrado por el santo homónimo que la Iglesia celeba el 28 de Agosto, mismo día en que las huestes de Menéndez de Avilés, avistaron la costa, y que motivo el nombre la ciudad, y que sería la capital de la Florida española por dos siglos subsiguientes.

A casi cinco siglos de distancia, la celebración de aquel primitivo acto de agradecimiento a Dios por los beneficios de aquella expedición, vuelven a ser noticia. La historia que regentan la mitológica musa Clio, y Mnemosine (la memoria) se encargan de recordárnoslo.






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1. Pedro Menéndez de Avilés fue ya nombrado en 1564 por Felipe II como Adelantado de la Florida. En Junio de 1565 zarpo de Cadiz con 11 naves. En el viaje una tormenta da cuenta de algunas de aquellas, pero con mucha suerte, el 28 de agosto, veía tierra floridana y entraba por sorpresa a la bahía, el 4 de Septiembre, sorprendiendo a las tropas francesas que la guardaba. En futuras incursiones ocuparía el Fuerte Caroline, en manos francesas, en la zona conocida luego por Matanzas inlet, luego de ejecutar a muchos de aquellos. Su actuación aseguro el dominio español, desplazando a los franceses del sureste. Bajo su gobierno las misiones franciscanas florecieron en la región. Murió en 1574, en Santander, mientras organizaba otra flota, para reforzar Florida, y luchar contra los advenedizos corsarios.

Wednesday, November 26, 2025

Recetas ancestrales de la ciudad Puerto Principeña. (por Carlos A. Peón-Casas)


Ya resultan proverbiales en el tiempo y en la exultante memoria de la otrora villa y ciudad del Príncipe, los platos de mayor prosapia que adornaban las mesas de pudientes y no.

El ajiaco según la receta de Puerto Príncipe es el súmmum de la lista, junto a otras delicatesen, de las que hoy compartimos sus intríngulis más o menos revelados desde la memoria de sus primarios cultores.

Los detalles sobre su elaboración nos llegan hoy desde la revelación de un libro o prontuario culinario: ¿Gusta Ud.?(1) a cargo de varios autores, y donde varios camagüeyanos revelan sus especiales recetas.

La Naranja cubierta es uno de aquellos postres con una sabor y un saber hacer muy particular en la otrora comarca.

Su elaborada receta nos llega desde el testimonio de Aurelio Boza Masvidal, de familia principalísima, según la que conoció de una dama distinguida Doña Concha Marín y Loynaz, vecina suya en la antigua calle de San Juan o las Carreras.
En Camagüey le llaman naranja cubierta a un dulce hecho de esas grandes naranjas que acá llaman cidras, a las que una vez peladas le quitan sus semillas y su centro, las cortan en tajadas, por decantación le quitan su amargor, las cuecen, y luego las recubren de espeso almíbar que se cuaja y quedan cubiertas de azúcar, algo así por el estilo a lo que llaman en Italia frutas cristalizadas o abrillantadas.(2)
Le sigue en nuestra relación la Empanadilla Camagüeyana según nos la revela en el ya citado prontuario José S. Lastra.

Los ingredientes sugeridos incluyen, además de la infaltable harina de trigo la mantequilla a la par que la manteca de cerdo, junto a los huevos, la sal y el azúcar.

Para el relleno de las siempre apetitosas empanadillas fritas se sugieren dos variedades: una salada con “picadillo fino de pollo, con pasas, aceitunas y un vasito de vino”; y en la versión dulce, la infaltable conserva de guayaba.

En continuidad de estos sugerentes postres descubrimos uno con gran prosapia y singular memoria degustativa: el Bizcochuelo Camagüeyano.

Seguimos al pie de la letra las rememoraciones que le evocaban a Guillermina Domínguez Roldán de Boza Masvidal:
Entre las creaciones más ricas y estimadas de la repostería camagüeyana, se destaca el bizcochuelo…Es una especie de panetela o bizcocho que al sacarse del horno tiene un color tostado, un aspecto esponjoso, un olor estimulante, un sabor amelcochado.

(…) en las meriendas de las tardes carnavalescas de “el San Juan”, o en el obligado obsequio que los dueños de la casa ofrecían a los visitantes que allí acudían para ver pasar la procesión, nunca faltaba el bizcochuelo como algo típico y obligado.

(…) En la mesa del gran comedor, con blanquísimo mantel de alemanisco, con iniciales bordadas, con encajes o festones tejidos, con el centro de cristal lleno de flores y frutas, y las bandejas de plata con mil golosinas y confituras, la preciosa vajilla de fina porcelana de la abuela, con orla verde y oro y la afiligranada caligrafía de sus iniciales, se servían las grandes tazas del sabroso y oloroso chocolate pilado a mano, que siempre era acompañado con el delicioso bizcochuelo.(3)
La receta en toda su magnitud precisaba como ingredientes veinte huevos frescos, y además de la harina de Castilla, y del azúcar más fina posible, el añadido de media libra de almendras peladas y tostadas.

Estaba pensada para 24 porciones. Y una especial indicación advertía que el delicioso postre no podría ser extraído del horno hasta que aquel estuviera frio. El adorno final se lograba con las almendras peladas y tostadas, enterradas hasta la mitad en el bizcochuelo.





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  1. ¿Gusta Ud.? Prontuario Culinario, Varios Autores. Ucar y García S.A. La Habana, 1956.
  2. Ibíd. p. 618
  3. Ibíd. pp. 393-394

Monday, November 24, 2025

Fábula del olivo y la flor mariposa. (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.


Fábula del olivo y la flor mariposa


Para Gordiano Lupi

Para Dargys Ciberio




Dicen que los olivos hermosean las avenidas de Piombino, allá,
en Italia,
dicen que, en las noches, Piombino, con sus 35 mil habitantes, fulgura entre dos
mares

Allá en Piombino nació un olivo
un poco antes
de que naciera una flor mariposa en la isla de Cuba

Un día
aquel olivo y aquella flor mariposa (llegada al mundo, ya se sabe,
bajo el fuego del trópico; y en medio
de tantos árboles y flores traicionados
por quienes se habían apoderado de la Isla)
se encontraron
y el olivo le dijo a la flor mariposa
“te he esperado toda la vida, ámame”,
y la flor mariposa dijo al olivo “y yo esperaba
por ti, ámame, no importa
que hayamos nacido distantes uno del otro
en la tierra
y en el tiempo"

Y desde entonces
aquel olivo
y aquella flor mariposa
juntos
han agregado un nuevo fulgor
a las mañanas,
los atardeceres,
las noches
de Piombino
allá
tan lejos
en Italia

Y así
según se sabe
habrán de vivir uno en el otro
uno para el otro
durante eso que solemos llamar Eternidad.


5 de enero de 2025.


 
Favola dell’olivo e del giglio bianco                                                   

                                                                       Per Gordiano Lupi

                                                                       Per Dargys Ciberio 

 

Dicono che gli olivi abbelliscano i viali di Piombino, là,
in Italia,  
dicono che, di notte, Piombino, con i suoi 35 mila abitanti,
splenda tra due mari.

A Piombino nacque un olivo
un poco prima
che nascesse un giglio bianco sull’isola di Cuba.

Un giorno
quell’olivo e quel giglio bianco (venuto al mondo, ormai lo sappiamo,
sotto il fuoco del tropico; in mezzo  
a tanti alberi e fiori traditi
da coloro che si erano impadroniti dell’Isola)
s’incontrarono
e l’olivo disse al giglio bianco
“ti ho atteso tutta la vita, amami”,  
e il giglio bianco disse all’olivo “e io ti attendevo,  
amami, non importa
che siamo nati lontani l’uno dall’altro
sulla terra  
e nel tempo”.

E da allora
quell’olivo
e quel giglio bianco
insieme
hanno aggiunto un nuovo splendore
alle mattine,
ai tramonti,
alle notti
di Piombino
così lontano
in Italia.

E così
per quel che sappiamo
dovranno vivere l’uno nell’altro
uno per l’altro
durante quella che siamo soliti chiamare Eternità.



5 gennaio 2025


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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.


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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

Wednesday, November 19, 2025

"The shot": un relato hemingwayano en dos tiempos y dos geografías: La Habana y Wyoming. Apuntes para el relato cubano. (por Carlos A. Peón-Casas)


En mis primeras cercanías al corpus narrativo de Hemingway, lo busqué con profusión en mi Camagüey natal.

Pero fue sin éxito. La traducción del texto no se hizo hasta donde supe, en ninguna edición cubana. Las referencias me llegaron por vías distintas, pero dispersas.

Para entonces, alguno de mis colegas hemingwayanos ad usum, y ya mejor dotados de ese tipo de delicatessens, me dijo alguna vez que lo había visto en su versión original por supuesto, pero su poco manejo del Ingles le había impedido disfrutarlo, y menos aún, proveerme con alguna docta o no tanto opinión al respecto.

Mis afanes por encontrar el relato no cejaron allí. Y con la buena suerte de tener una amiga ya ubicada en el mundo de alguna biblioteca pública, en estas playas miamenses que ahora me acogen, pude un buen día, con muchísima suerte y vía el precario email de la Isla, disfrutar una copia electrónica del susodicho relato de no ficción, y no precisamente un clásico short story, como acaso alguno pudiera considerar.

Pero, la dicha fue poca, o tempora o mores, el susodicho archivo en precario formato word, un buen día fue víctima de algunos de aquellos incidiosos virus electrónicos que habitaban nuestras rudimentarios pc’s, y zas, de un plumazo se hizo ilegible e irrecuperable.

Nunca tuve tiempo pues de reseñarlo como era mi deseo. Mucho menos de echar luz sobre el enigmático opening de la historia donde se refiere, desde la perspectiva hemingwayana, a una anécdota de la no bien contada historia cubana de los años 40’s del pasado siglo XX, y que en algún modo involucrara a Papa en ese minuto habanero.

El relato fue publicado originalmente en la revista norteamericana True, en 1951.

Pero fue indudablemente escrito en el entorno habanero de Finca Vigía que es precisamente el ambiente donde se inicia la acción que se narra, y luego complementado con una anécdota relativa a la caza de antílopes, en Wyoming, donde Hemingway, sus hijos y algún otro personaje, son actores , y donde singulariza el resto de lo narrado, que no será por esta vez, motivo primordial de esta rememoración.

El tiempo real de la historia cubana con que Hemingway singulariza lo narrado, alude incuestionablemente a los años finales de década de los 40’s, con especial alusión al de 1948, y referencias a finales de 1947, y los volátiles sucesos de la política local que lo rodeaban en su apacible Finca Vigía.

Muchos eran de naturaleza violenta, y acaecían al minuto en que gobernaba la entonces República el presidente Grau San Martin, explicitados con un carácter y un sabor definitivamente gansteril.

Exploraremos para el amable lector, las coordenadas posibles que gravitan alrededor del relato hemingwayano, con un opening que tiene a finca Vigía como innegable setting de la historia.

Así arranca Hemingway su relato:
Estábamos terminando el almuerzo en la piscina. Era un día caluroso en Cuba porque no se sentía correr la brisa. Pero la piscina estaba fresca, donde los árboles le dejaban su sombra, y el agua estaba fría y a veces muy fría si uno se zambullía en la parte más profunda.(2)
De pronto y con la llegada subrepticia de dos intrusos al apacible y discreto convite, se nos marcan las pistas del asunto narrativo:
Yo no vi venir a ese par de negros hasta que estuvieron al lado de la mesa que estaba ubicada bajo el follaje y a lado sombra. Yo estaba contemplando los reflejos de los bambúes y de los álamos en la piscina, y cuando levanté la mirada y los vi junto a la mesa supe que no estaba del todo alerta. Se habían aproximado por un área oculta a mi vista, pero los hubiera visto venir al doblar por la esquina de las duchas.(3)
Sin dudas la descripción y el uso de alguna referencia al lenguaje alusivo a la estrategia militar, (a piece of dead ground), nos hace aquí un guiño interesante a la naturaleza siempre precavida de Papa en sus predios de la Finca, y a la sensación de sorpresa por la llegada de esos visitantes inesperados, que hubiera podido evitar acceder a tan íntimo espacio de su casa.

Sigamos con los recién llegados y entendamos de a poco las connotaciones con el suceso habanero de violencia política que los involucra:
Uno era muy grande y fuerte con una cara que yo recordaba. El otro era su guardaespaldas. La persona que evita que alguien te dispare por la espalda. No tiene que ser grande, muy grande, y siempre está un paso por detrás y gira su cabeza como un pitcher vigilando al de primera sin out…(4)
El que lucía como un Joe Walcott por encima de su talla, traía una carta para mí. La había escrito el mismo. El estaba un poco “quemado”, así parecía y necesitaba huir a cierta república de Suramérica tan pronto como fuera posible. Había sido acusado injustamente de haber estado en el segundo de dos autos desde el cual mataron a dos e hirieron a cinco personas en lo que se conoce como el antiguo uno-dos. El primer auto pasa por frente a la casa de amigos a los que previamente saben allí y desean sorprenderlos. Al pasar tirotean la casa como un gesto. Los amigos salen ilesos y portando armas, en lo que el segundo pasa entonces con el resto de los matones y los aniquilan.
El hecho aludido, aunque pudiera sonar anecdótico y sin más relación con la historia cubana de aquel minuto, no resulta, sin embargo difícil de contrastar.

Anécdotas como aquella eran el pan nuestro de casa día en aquellos minutos habaneros. Uno de tales acababa de suceder en la barriada de Marianao a finales de 1947, y del que la prensa tuvo bastantes repercusiones y que sería recordado con el apelativo de Orfila.

De lo acaecido allí en ese barrio habanero, donde dos bandos rivales se ajustaban cuentas, derivarían por necesidad repercusiones para el asunto al que Hemingway aluda en lo que sigue de su relato:
El hombre me sigue explicando que ha sido injustamente acusado de estar entre los ejecutores. Ya ha sido acusado falsamente otras veces. Pero aduce ser amigo de un amigo mío que fue baleado en la calle con solo treinta y cinco centavos en el bolsillo, y sin haber robado ni un centavo ni poseyendo fortuna personal, mientras desempeñaba un puesto del gobierno. Supongo que pueden barruntar que eso significa en estos tiempos.
Y es en este punto cuando encontramos los referentes a Manuel Castro y del Campo, mejor conocido como Manolo Castro, un joven revolucionario de probada integridad, tal y como lo describe Hemingway, y a quien reconoce como su amigo.

Manolo era hombre de acción tal y como Hemingway lo describe. Vinculado a la FEU, organización estudiantil de la que fuera Presidente, y en particular a las acciones universitarias, opuestas a la dictadura de Machado, en específico desde la Universidad de La Habana donde estudiaba Ingeniería, y donde luego ejercería como profesor, se destacó como un líder nato, ajeno a corruptelas y vicios, que combatió denodadamente.

El hecho narrado tuvo lugar a la salida de un cine muy popular en la ciudad habanera de entonces, y donde Manolo Castro sería vilmente emboscado y encontraría la muerte a manos de rivales políticos, miembros de la conocida agrupación Unión Insurreccional Revolucionaria.

Aquella agrupación se había visto implicada y no por casualidad en los sucesos de Orfilia, ya aludido, y donde su líder: Emilio Tro había encontrado también un violento final.

Hemingway lamentó grandemente el suceso. Su cercanía con Manolo era de indudable aprecio recíproco. Los unían además coordenadas y vínculos comunes con nombres de la vida social y política de aquella Cuba que Hemingway habitaba desde una década anterior.

Algunas fuentes críticas, sin embargo, tratan de cuestionar la amistad entre ambos, dejándole solo un hálito de supuesta ficcionalidad en cuanto a la mención que hace de ella Hemingway en el ya citado relato.

Pero si sí leemos con atención a lo que nos narra el enterado historiador Hugh Thomas en su abundosa y bien certificada obra histórica: Cuba. The Pursuit of Freedom, entenderemos mejor la relación que se genera desde el relato que vamos explicitando.

Thomas no duda en acotar en nota alusiva sobre el hecho, coincidentemente desde la misma descripción que Hemingway sigue presentando en su relato:
El ya mentado Manolo Castro era un atractivo y brillante gunman, cuya carrera como la de Masferrer caracterizaba a su generación. Un estudiante que se enfrentó a Machado (miembro de una organización conocida como Legión Universitaria). Luego retornó a la Escuela de Ingeniería y actuó como segundo de Valdés Dausa al frente de la policía universitaria. En 1947 fue designado por el presidente Grau como Director de Deportes...(5)
La evidencia histórica que sigue sustentando Thomas en su obra citada, sigue correspondiendo palabra por palabra a lo que el propio Hemingway relata en la continuidad de su evocación de Manolo, y nos parece evidencia más que suficiente para mantener el aserto hemingwayano de que verdaderamente había sido su amigo.

Aquí lo que dice Hemingway al describirnos la impronta de su vida:
Mi amigo fue considerado como un gunman pero yo nunca lo conocí por haber ajusticiado a la persona incorrecta. De cualquier modo, cuando lo mataron solo tenía treinta y cinco centavos en sus bolsillos, ni ninguna suma en ningún banco, y estaba desarmado.(6)
El suceso narrado tendría mucha prensa. Las investigaciones policiales encontraron culpable a un sujeto nombrado Gustavo Ortiz Fáez, al que identificaron huyendo de la misma escena del crimen y portando un arma recién disparada. Para colmo se vinculaba de cierto modo con el entonces presidente de turno, el ya mentado Grau San Martín de quien se decía ser ahijado.

Nada mejor para del cierre de esta revelación histórica que ahora desglosamos que dejar al inteligente lector con las evidencias que aportaba un diario habanero de la época en lo tocante a los hechos de aquel connotado suceso.

Transcribimos la nota de reseña del periódico habanero Hoy, órgano de prensa del entonces Partido Socialista Popular:
Las diligencias realizadas por la Policía y el Juzgado no habían arrojado ayer ningún nuevo detalle esclarecedor del atentado al ex líder de la FEU y a sus amigos, habiendo limitado las actuaciones a la autopsia de Castro y a la prueba de la parafina a este y demás atacados, así como al único detenido que hay en el caso, que lo es el joven estudiante Gustavo Ortiz Faes, de veinte años…que fue arrestado al ocurrir el suceso cuando huía por la calle Industria, con una pistola, y a quien la policía señala como uno de los agresores. El detenido…dijo ser ahijado del Presidente de la República, Dr. Grau San Martin y de la Primera Dama, señora Paulina Alsina.(…) Así mismo se ha determinado que Manolo Castro y sus amigos no pudieron repeler agresión, debido a lo inesperado de la misma(…)Manolo Castro se hallaba(…) en la esquina de Consulado y San Rafael, frente al cine “Resumen”(…) cuando aparecieron tres o cuatro individuos, que les hicieron fuego súbitamente, cayendo todos heridos. En declaraciones hechas a la prensa, varios amigos del ex Presidente de la FEU, han formulado graves acusaciones contra otros dirigentes de ese organismo estudiantil, así como contra ciertas autoridades policiacas, a las que señalan en complicidad con los agresores de Manolo Castro. Se señalan en esas declaraciones como ligados a los agresores al Comandante de la Policía Nacional Ignacio Mendieta y al teniente del propio cuerpo, Armando Correa quienes eran amigos íntimos del extinto Emilio Tro. Según afirmaciones el atentado contra Manolo Castro fue planeado y ejecutado por los dirigentes de una organización denominda “Union Insurreccional Revolucionaria, de la que fue jefe el citado Emilio Tro. Concretamente mencionan los nombres de Jesús Dieguez, José Injauma, un tal García Ristra, Julián Martínez, Gali Menéndez y otros conocido como “Machito” y el “Boxeador”, así como a los dirigentes estudiantiles Pedro Mirasu, Fidel Castro, Justo Fuentes y otros(…)Dicen también los declarantes que los autores del atentado de Manolo Castro estaban en contubernio con agentes del dictador dominicano Trujillo, ya que el líder desaparecido fue uno de los principales jefes de la frustrada expedición armada contra la tiranía trujillista. (Periódico Hoy. La Habana, Martes 24 de Febrero de 1948. Ano XI. Numero 47)


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  1. The Shot. By Line: Ernest Hemingway. Edited by William White. Charles Scribner’s and Sons. NY, 1967.pp 417-424.
  2. The Shot. Op.cit. (La traducción al Español de estos fragmentos es de mi autoría.)
  3. Ibid.
  4. Ibid.
  5. Cuba, The Pursuit of Freedom. Hugh Thomas. Harper and Row, NY, 1971, p.742. (La alusión de Thomas le llega desde lo referido por el Diario El Mundo, edición del 24 de Febrero de 1948, y desde el propio relato de Hemingway que sugiere al lector como evidencia descriptiva.
  6. The Shot. Ibid.
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