Friday, July 31, 2020

¿Por qué? (un poema de Thelma Delgado)



Hoy es el futuro
Que tanto imaginé
Tu no estás a mi lado
Y no entiendo el porqué.

Pregunté a la calandria por ti
Ella se mostró indispuesta
En silencio se retiró
No me quiso dar respuesta.

En la soledad de la noche
Recordé tu despedida
La luna me miro, sonrió y me dijo
-No llores, se verán en la siguiente vida.




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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

La Seguidilla del Café (por Chanito Isidrón)

Thursday, July 30, 2020

Ese día (un poema de Janisset Rivero)


                          A Tula

           
Ese día
(ese anhelado día)
cuando la tarde brille
alumbrando el camino,
llegaré hasta su tumba,
el lugar donde duerme
su cuerpo
antiguo, vencido…

Las rodillas caerán
sobre la tierra húmeda,
y podré entonces darle
mi rezagado beso;
el beso de la lágrima insomne,
y del cariño,
el beso de las horas
del alegre río de la infancia;
ese beso guardado
con delirio, con ansia,
que no pudo llegar
cuando aún palpitaba
su amado corazón.

Ese día
cuando la tarde espléndida
caiga sobre mi llanto,
recordaré su amor
de dama solitaria;
su gesto de elegancia
en la desdicha,
y besaré en la sombra
de aquel lecho,
su luminosa alma.





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Janisset Rivero (Camagüey, 1969) ha publicado los libros de poesía Ausente, editorial Aduana Vieja, octubre 2008 y Testigo de la noche, Editorial Ultramar, Miami, 2014.

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Francisco, Antonio Luaces (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  

Foto/Flickr by Harukoa
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En sus inicios nacía en la puerta de la iglesia adjunta al convento de San Francisco de Asís, pero con posterioridad a su demolición en el primer cuarto del siglo XX su origen pasó a ser San Fernando para en su trayectoria dar inicio a las calles San Juan (D), Plaza de San Francisco (D) y San Adriano (I); cortar a la de la Reina en su proyección de línea quebrada, primero a la derecha y luego a la izquierda; a San Pablo, de la Candelaria y culminar en la de la Mayor. Su nombre lo otorga el convento, obra iniciada por el fraile Francisco Amado, de la orden franciscana, quien arriba a la villa para establecer un convento en la segunda mitad del XVII. 

Su legitimidad crece desde lo cotidiano en la medida en que importantes vecinos financian proyectos que engrandecen la construcción como don Gaspar Alonso Betancourt y don Tomás Gerardo Cisneros y, por tanto, majestuosas celebraciones debían colmar esta calle cada 4 de octubre, día de su festividad.

El rebautizo de su nombre fue propuesto y aprobado en sesión del Ayuntamiento del 29 de mayo de 1907 con el objetivo de honrar la memoria del patriota Antonio Luaces Iraola y la sugerencia tiene por base el hecho que en ella naciera el homenajeado. El 3 de junio, por sugerencia del Sr. Maya se define que las tablillas lleven como texto “Dn. Antonio Luaces”. Más allá de la estrecha relación existente entre Antonio Luaces y esta calle, ¿qué connotación alcanza en el ámbito histórico y sociocultural? El Diccionario enciclopédico de historia militar de Cuba, ofrece significativas referencias sobre ello. 

En primer orden es preciso salvar el error del apellido del patriota, en tanto su nombre legítimo es Antonio Lorenzo-Luaces Iraola (1842-1875). Lorenzo-Luaces participó en la Guerra de Secesión norteamericana y por ejercer la cirugía fue designado médico de la división de Camagüey, subordinado al mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz y nombrado, en julio de 1869, jefe de Sanidad de Oriente, cargo que se le ratificara mediante decreto presidencial el 4 de abril de 1870. Dentro de sus hazañas militares se destaca su participación en el rescate del brigadier Julio Sanguily el 8 de octubre de 1871 y los combates de La Sacra, Palo Seco y Las Guásimas. Diana María Díaz Luaces lo valora en un sentido más humano: “Noble es la labor de un médico que desafiando en los campo de batalla la ira de las balas se reclina sobre el lecho del herido para curar sus heridas; noble también la actuación del patriota que abandonándolo todo se sacrifica por su patria”. 

Luaces, como se reconoce cotidianamente este eje, pertenece íntegramente al área Patrimonio Cultural de la Humanidad.


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

El controvertido general Lacret (por María del Carmen Muzio)


Dos famosas frases caracterizan al general de dos guerras José Lacret Morlot (1850-1904): «¡Todo por Cuba!» la que se comentaba en los campamentos mambises y «¡Si hace falta un general para fusilar a Gómez aquí estoy yo!» pronunciada durante los polémicos debates de la Asamblea de Santa Cruz del Sur.

La primera, incluso está grabada en una piedra que da inicio a la calle que lleva su nombre en la barriada de Santos Suárez; y la segunda, se difumina en algún que otro libro de Historia.

Sin embargo, para una visión más amplia de este general es bueno rastrear en los diarios de campaña mambí, siempre testimonios fieles aunque permeados por la visión de su autor. Uno de los considerados más objetivos y de suficiente mesura es el del teniente coronel Eduardo Rosell Malpica (1870-1893) quien lo conociera en los llanos matanceros y su mirada sobre Lacret constituye una valiosa opinión:
El único defecto de Lacret es que desconoce el valor del dinero; dicen que hace diez días le ingresaron diez mil pesos y ya no tiene un centavo, lo reparte sin ton ni son. A un médico porque sí y sin exigirle recado, le entregó ochenta centenes para los heridos […] Es una lástima lo de Lacret porque honrado lo es; en su persona no gasta nada; ni siquiera tiene ropa, pero en cambio le consiente a sus oficiales y soldados muchas cosas.(1)
Y Lacret es el mismo mambí que participara junto a Maceo en la Protesta de Baraguá y partiera junto con él a Jamaica en un intento de hallar apoyo económico para continuar la guerra. Rosell continúa:
En vez de ser él quien dé ropa a sus soldados lo que hace es facilitarles para ese objeto un par de monedas a quien le pide ropa, y por supuesto tal dinero se juega, se pierde y la ropa no se adquiere.(2)
El 18 de diciembre de 1895 cruza el Hanábana para hacerse cargo de la provincia de Matanzas a la que había sido propuesto por el Lugarteniente general Antonio Maceo. En la zona, bajo su mando, se desarrollaron varios combates, pero el más importante fue el de Hato de Jicarita, al sur de Unión de Reyes durante los días 3 al 7 de julio de 1896.

En Jicarita se combatió durante cuatro días en una zona cerrada que lindaba con la ciénaga de Zapata. Desde el primero de los encuentros el general los esperaba pues había comentado el gusto español de atacar por la madrugada antes del amanecer. En un momento, cuando los peninsulares arremetían contra la infantería cubana, Lacret simuló una retirada y el enemigo cayó en la trampa. Al otro día no se combatió pero el 5 las tropas españolas volvieron a arremeter contra los cubanos y el día 6 Lacret ataco con su caballería. Sorprendido por el enemigo pudo retirarse por la ciénaga; y caballería e infantería lo apoyaron para concluir al fin tantos días de combate.

Acción memorable por la astucia del general, por lo sangriento de los combates, con la pérdida de 60 soldados de las tropas españolas, –que entre otras, habían atacado la impedimenta y el hospital de sangre– y 15 por los mambises con 29 heridos.

No obstante, Rosell deja su testimonio sobre quien sería una de las personalidades más discutidas de nuestros jefes mambises:
Las consecuencias se deben al general Lacret; es este un hombre inteligente, de mundo, un gran patriota, pero más efectista que militar, no le faltan ideas, pero carece de planes, no ve sino la cuestión del momento y no los resultados que puede originar. Agradable en su trato, simpático en su persona, le faltan condiciones de carácter y de orden.(3)
Llevaba mucha razón Eduardo Rosell en sus criterios sobre Lacret porque a pesar de una serie de acciones realizadas en tierras matanceras, el Generalísimo decide destituirlo de su cargo por debilidad de carácter para dirigir la región.

Después participaría en la Asamblea Constituyente de La Yaya donde es elegido vicepresidente, y en el mes de agosto de 1897 presenta a la Asamblea un plan para invadir Puerto Rico el cual no es aceptado por considerarse inconstitucional. Un año después, en 1898, viaja a Estados Unidos para organizar una expedición que reforzaría las tropas en la difícil tierra matancera, pero desembarcó en Banes, Oriente, por los cambios de decisión del gobierno que tanto daño hicieron durante la guerra.

Luego de su infortunada participación en la Asamblea de Santa Cruz del Sur fue de los pocos generales cubanos invitados al cambio de poderes en enero de 1899. En 1900 dedica sus esfuerzos al desarrollo de la marina mercante en Cuba y hasta llega a fundar un periódico como ayuda en ese empeño.

Representante a la Constituyente de 1901 se opuso fervientemente a la Enmienda Platt. Tres años después fallecería en la capital. Sin una biografía que descorra el velo sobre personalidad tan contradictoria, mucho se desconoce de su vida familiar y, quizás, también mucho se ignora para ofrecer un juicio válido sobre un hombre que todo lo dio, equivocadamente o no, por su patria.

Lacret, una calle muy conocida por lo ancha y populosa en el municipio de Diez de Octubre, mientras aquel controvertido mambí espera no ser únicamente el simple parquecito que los transeúntes apurados utilizan para cruzar sin apenas detenerse en su frase insignia tallada en la piedra: «¡Todo por Cuba!».




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1. Souza, Benigno, Diario del Teniente Coronel Eduardo Rosell Malpica, Academia de la Historia, tomo I, La Habana, 1950, p.90
2. Ibidem, p. 91
3. Ibídem, pp. 96-97



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María del Carmen Muzio Zarranz (La Habana, 1947). Tiene publicadas las novelas El camafeo negro (1989), Sonata para un espía (1990), La Cuarta Versión (2000) y Dios no te va a entender (2015), así como los ensayos Andrés Quimbisa (2001), María Luisa Milanés: el suicidio de una época (2005) y el libro de cuentos para niños Los perros van al cielo (2004). Ha merecido varios galardones y reconocimientos entre los que destacan su mención en el Concurso Internacional Relato Policial, Semana Negra, Gijón, España (2002) y la del centro “Juan Marinello” por su ensayo sociocultural sobre la figura de Andrés Petit. 


Wednesday, July 29, 2020

(Bohemia. Marzo 20 y octubre 9 de 1960) Chelo Alonso, ídolo de Italia

Bohemia. Marzo 20, 1960
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Bohemia. Octubre 9, 1960
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Chelo Alonso (Isabel García):
Central Lugareño, Camagüey  Abril 10,1933
 – Italia,  Febrero 20, 2019

De cartas anónimas al Lugareño y sus respuestas. Publicadas oportunamente en la Gaceta de Puerto Príncipe en 1839. (por Carlos A. Peón-Casas)




De cartas anónimas al Lugareño(1)  y sus respuestas.
Publicadas oportunamente en la Gaceta de Puerto Príncipe en 1839.



por Carlos A. Peón- Casas.



La consulta al invaluable tomo de Cartas del Lugareño, compiladas y prologadas por Federico de Córdova, y que viera la luz en las Publicaciones del Ministerio de Educación y su Dirección de Cultura, en La Habana de 1951, me permite compartir esta vez con los amables lectores, estos textos entresacados de aquella publicación, rara avis ya entre nosotros.

Se tratan de un par de cartas que contestan a las misivas que le dirigiera un anónimo lector de la Gaceta de Puerto Príncipe, editada por el Lugareño, y donde además aireaba sus ideas más renovadoras.

La primera de tales respuestas, va dirigida “Al Sr. Anónimo de la ciudad de…” de quien recibe el editor entusiasmado con la idea de promoción humana y mejoras sociales y culturales en aquel Puerto Príncipe, ideas contrapuestas a sus prédicas, como acaso aquella muy peregrina de que si con los jóvenes descarriados por el vicio: “no se emplea la fuerza (…), por grado, con pláticas y otros simples apósitos o tópicos, nada, nada se adelantará.”(3)

Los comentarios del Lugareño en respuesta son de una fuerza y claridad meridianas. Sus refutaciones dejan oír, al hombre sabio, al reformador impenitente que juzga al pecado, pero no hace trizas al pecador:
(…) ¿por qué hacerle cargos a la juventud? La juventud no es más que el barro en las manos del alfarero. Carguémosle las manos a esos ancianos peores que los niños, para quienes digo yo, predicar reformas es clamar en el desierto (…) ¿Son los pobres jóvenes los que sostienen el negro pendón de los tahúres? No; los jóvenes siempre generosos e incautos son solamente las tristes víctimas de ellos. (…) Yo he visto niños de ambos sexos que conocen las cuarenta cartas y no saben cuáles son las letras vocales ni los números dígitos. (…) No, por Dios, amigo mío; ni en chanza suelte usted la idea de que la juventud cubana, tan despejada y tan dócil necesita de la fuerza brutal del castigo para entrar por el sendero de la virtud.(3)
Su contrapropuesta al anónimo quejoso, va directamente “a poner remedio al daño”, y ante todo al “sistema que en mi concepto sería más conducente y más santo, para la reforma de la generación que se está levantando”(4).

Y apunta a careta quitada que:
En primer lugar: quisiera que los hombres como V. no se entretuviesen en escribir cartitas anónimas al Lugareño, sino que cada uno se echase al hombro la cruz de su pueblo, y sufriese la persecución, el escarnio y la mofa hasta merecer la corona del martirio y la palma del triunfo. Más honroso es sucumbir bajo el estandarte de la verdad, que triunfar entre aleves en el de la impostura y los vicios. Si me tocase en suerte el martirio, vengan derrotas: no envidio la palma de los vencedores.(5)
A renglón seguido estatuye otros principios tan válidos como el ya esbozado, y que siguen su línea de pensamiento:
(…) quisiera aquello de a Dios rogando y con el mazo dando; esto es, que al mismo tiempo que los hombres honrados escriban, lloren y regañen, se reúnan para negociar y establecer escuelas públicas gratuitas para los niños pobres de su comunidad, para que la educación se difunda entre todas las clases y todos lo hombres de un pueblo, lleguen a cultivar su inteligencia hasta aquel grado que basta para saber lo bueno y lo malo, y poder discernir la verdad de la mentira, lo útil de lo perjudicial, lo justo de lo injusto(…)y V no me negará que más hace a favor de la razón y la conciencia humana un maestro de escuela que diez verdugos; y más vicios se corrigen en una escuela, que en cien cárceles y presidios (6).
Esta contestación del Lugareño, que fue hecha pública por la Gaceta del 2 de octubre de aquel mismo año, llegó igualmente a manos del interesado y anónimo interlocutor, de quien igualmente, el editor, había publicado su primera misiva ya mentada.

En su siguiente respuesta al Lugareño, el airado comunicante, le prohibió terminantemente ventilar por tal vía sus pensamientos.

Gaspar Betancourt Cisneros, nuestro Lugareño, no se privó entonces del derecho de réplica y le manifestó en su siguiente contestación con fecha del 9 de noviembre:
¿Con que derecho me prohíbe V, publicar sus pensamientos? (…) Es necesario saber si yo reconoceré por propiedad de nadie pensamientos que no traen el título legal de propiedad, es decir, la personalidad y competente responsabilidad del escritor(7).
De paso, un muy agudo Lugareño, le dejaba muy claro sobre las verdaderas intenciones de la columna de correspondencias a su cargo:
Hay sujetos aquí que creen como en Jesús-Cristo, que yo mismo me fraguo estas correspondencias para tener de qué hablar o, como ellos dicen, de qué murmurar.(…) Como si la mina de las costumbres y cosazas del Camagüey pudieran agotarse con el mezquino capital y fuerzas que invierte en su explotación un pobre menguado Lugareño(…)(8).
Y pone con toda claridad en conocimiento del anónimo interlocutor, la equivocación en que incurre, al pensar con toda ingenuidad, que sus artículos produzcan por sí mismos, un efecto saludable en las reformas de las costumbres de la ciudad principeña:
Miserablemente se ha equivocado V (…) ¡Ay amigo! Las palabras de Jesucristo son terminantes, y en mi caso no han fallado: No hay profeta sin honra, sino en su patria y en su casa”(9)
La carta en su continuidad es un listado muy esclarecedor de las que fueron sus mejores aspiraciones, que al minuto de aquella comunicación, no pasaron de ser sueños tristemente irrealizados o como el mismo califica: “unos pocos ejemplos que ahora me ocurren bastarán para hacerle caer de su asno, y para humillar mi presunción”(10).

Cuatro eran a saber los temas esbozados por el célebre gacetillero: el tema de las fiestas religiosas y el mejor respeto a ellas debida(11); su afán por la caridad debida al camposanto de la ciudad principeña, tierra de nadie por entonces(12); la propensión viciosa al juego en la ciudad, en especial durante las famosas Ferias de la Caridad(13); y last but not least, el adecentamiento de los temas en la prensa periódica, y la necesidad de aumentar los suscriptores de su Gaceta, que por entonces no pasaban de doscientos(14).

En cada uno de tales frentes, el Lugareño se declaraba ciertamente impotente y ponía un ejemplo terminante a su anónimo inquisidor, que ahora reproducimos como cierre para el atento lector:
Bien pudiera prolongar la lista de los ejemplos en que se han pedido reformas sin mayor éxito que las ya citadas; pero estas bastarían para sacar a V. de su error. Al cabo, creo que tomar el partido que toman algunos médicos conociendo la insuficiencia de su arte, y al poca cuenta que trae asistir a enfermos camagüeyanos, y guardan el título y se y se incorporan entre los enfermos para desafiar a los médicos; a la manera de cierto glotón que cuando veía un pavo asado exclamaba: ¡ahora verás, pavito, lo que es hambre!(15).



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  1. Gaspar Betancourt Cisneros.
  2. Cartas del Lugareño. Gaspar Betancourt Cisneros. Publicaciones del Ministerio de Educación. Dirección de Cultura. La Habana, 1951. p.250
  3. Ibíd.
  4. Ibíd. p.251
  5. Ibíd.
  6. Ibíd.
  7. Ibíd. p.254
  8. Ibíd.
  9. Ibíd.
  10. Ibíd.
  11. Su afán era el de reformar las costumbres y silenciar “el furor profano de fuegos artificiales, cañonazos, cohetes, toros y castillos, repiques desaforados y músicas de baile para divertir al populacho” entendiendo al final que, en lugar de amainarse, “(…) para el año que viene nos darán más cohetazos, más toros, más repiques, más música profana y más profanación” Ibíd., p.255
  12. “Rico fue el cargamento que embarqué en la Gaceta de la mina del camposanto. Pues señor: de entonces acá, nada se ha hecho respecto a la caridad, ya que nos veneración debida a los restos de nuestros prójimos. Ruedan dispersos aquí y allí, como en campo de caníbales las osamentas humanas; y si algo las encubre y salva de ser holladas por los pies de la soberbia y desamor en polvo ambulante, es la espesura de la manigua y matorrales, únicos adornos del venerable recinto” Ibíd. p.256
  13. “el juego es como el veneno que suele matar al mismo que lo maneja (…) públicamente tuve el valor de denunciar el desorden del juego y decir (…) que el juego es malo, que es un tráfico ilícito, prohibido por las leyes de todos los países cultos y detestado de todas las personas honradas. Ahora bien (…), de entonces a acá he observado que la afición al baraje cunde, y se propaga descaradamente (…) Y no decir que se juegan chinas, sino pesos acuñados (…)” Ibíd.
  14. “Parecióme que expeliendo de la prensa periódica un fastidioso surtido de charadas y acertijos, sapos y culebras, patrañas y mentiras de allende y aquende los mares, y embarcando en la pacotilla, gorristas y pancistas, la gaceta de Puerto Príncipe inspiraría más interés en esta comunidad, y difundiría más luces en mayor número de individuos.” Ibíd.
  15. Ibíd. p.257


Tuesday, July 28, 2020

Terrero, el cavernícola de El Bagá (por Joaquín Estrada-Montalván)

Terrero el cavernícola de El Bagá, Maisí, 1989
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Terrero y Joaquín Estrada-Montalván, 1989
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Juan Carlos Agüero excavando
 en la casa de Terrero, 1989
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Juan Carlos Agüero
y Joaquín Estrada-Montalván
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Juan Carlos Agüero,
un guía de la zona,
Joaquín Estrada-Montalván
Y Roberto Varcárcel
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Terrero y Adrián González Guillén.
 El Bagá, Maisí, 2007
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.

por Joaquín Estrada-Montalván


Dedicarme a los estudios arqueológicos durante los años en que cursaba Historia en la Universidad de Oriente (1986-1991) - y un poco después que me graduara, en Najasa-, me permitió conocer lugares de la Isla que normalmente no se visitan y que además de sus bellezas naturales, sorprenden en ocasiones por situaciones inimaginables para las mentes de los habitantes estrictamente urbanos.

Hoy me referiré en específico a Terrero, el cavernícola de El Bagá, Maisí.

Como parte de los estudios arqueológicos de la zona suroriental de Cuba que emprendimos a partir de la fundación del grupo Damajayabo en 1987 por la profesora María Nelsa Trincado, y los estudiantes de la carrera de Historia: Odalis Brito (Camagüey), Jorge Ulloa (Santiago de Cuba), Roberto Varcárcel (Holguín), Juan Carlos Agüero (Camagüey) y Joaquín Estrada-Montalván (Camagüey), realizamos dos expediciones a la zona de Maisí en 1989 y 1990.

Estas dos expediciones fueron integradas además de por el núcleo original del grupo Damajayabo por algunos otros profesores y estudiantes. En la primera incursión a la zona más oriental de Cuba, que fue la mayor tanto en tiempo como en expedicionarios, conocimos a Terrero el cavernícola de El Bagá. Luego en nuestro segundo viaje a la zona pasamos a saludarle.

Terrero habitó varias décadas -quizás algo más de 30 años- en una amplia recámara natural, gracias a una solapa rocosa que sobresale en la falda de una loma. La casa de Terrero era parte de un sistema de solapas, que conforman a su vez un sistema de terrazas, cuevas y/o cavernas, en esa zona conocida como El Bagá, distante de cualquier vestigio de lo que hoy se conoce como civilización.

Tiene el lugar una franja arenosa, que limita por detrás con la única pared del que era su hogar y por delante con el diente de perro, del que aprovecha sus irregularidades conocidas como cacimbas para llenarlas de tierra y sembrar en ellas alguna que otra vianda, también cría, según recuerdo, carneros y chivos y esto constituye su base alimenticia. El agua la recibía directamente de la naturaleza y su principal proveedor es una fuente cercana que brota de la roca y que por su tamaño permite incluso sumergirse para bañarse en ella.

Su mobiliario consistía en unas dos o tres mesas de maderas e igual número de camastros.

La casa de Terrero, era a su vez un sitio arqueológico, donde vivieron los primeros habitantes de la Isla. Esta inusual coincidencia en los campos de Cuba, exigió que fuéramos extremadamente cuidadosos a la hora de proyectar las excavaciones, no solo con lo que iríamos encontrando tierra abajo, sino también con el modo de organizar el trabajo en la superficie, tratando de causar las menores molestias posibles al amable hombre que nos permitió destruir temporalmente el piso de su casa, y pernoctar por varios días en sus predios.

Debo señalar que Terrero estuvo en la cueva de El Bagá, por decisión propia, pues su familia vive en el pueblo y le visitaba de cuando en cuando, pero el insistió en permanecer en su hábitat ...

Las experiencias vividas gracias a las expediciones de arqueología con el grupo Damajayabo (y las otras con el grupo de exploración Jurakán) durante mis años universitarios en Santiago de Cuba, son tema de por lo menos un libro de testimonio, pero hoy me decidí a compartir los recuerdos relacionados con Terrero el cavernícola de El Bagá, motivado por el hecho de que Juan Carlos Agüero me hizo llegar una foto que hiciera en abril del 2007 Adrián González Guillén, quien visitó El Bagá debido a sus estudios sobre las polimitas, que también abundan en esa zona.

Para concluir el post con algo de sabor camagüeyano, les comento que uno de los Terrero, pariente cercano del protagonista de estas líneas, se asentó en Camagüey desde los años previos a 1959 y por allá constituyó familia ...

Comparto aquí las fotos de las expediciones de 1989 y 1990 y la de abril del 2007 que amablemente ha facilitado Adrián González Guillén

Sunday, July 26, 2020

Sigfredo Ariel (1962-2020). Por Félix Luis Viera


Hoy, 26 de julio de 2020, nos llega la mala noticia: murió, a destiempo, y de improviso casi, allá, en La Habana, Sigfredo Ariel, Sigfredito, como lo llamaba la mayoría.

Siempre que muere un poeta, odio más a los tiranos. Y de nuevo busco hacia atrás en el tiempo, y no hallo, no hallo a un tirano que haya resultado un poeta al menos un poquito sobresaliente.

La poesía, la verdadera poesía es el antónimo de los dictadores, los oportunistas, los “revolucionarios de última hora”, los ultrapendejos.

En mi opinión, es con Las primeras itálicas (1997) que Sigfredo levanta el vuelo poético que lo convertiría en uno de los más destacados de su promoción.

Frank Abel Dopico (también fallecido a destiempo), Sigfredo Ariel, Arístides Vega Chapú (1964) y Norge Espinoza (1971) resultan un cuarteto de poetas de raza nacidos y criados —y criados, que esto es muy importante— allá, en la ya lejana quizás para siempre, ciudad de Santa Clara.

A continuación, un poema que escribí en 1989, que explica lo mucho que podría decir en esta nota, en cuya dedicatoria consta Sigfredo Ariel.



Oración por un joven poeta de provincia


A Arístides Vega Chapú
Heriberto Hernández Medina
Joaquín Cabeza de León.
Sigfredo Ariel



Madre Poesía, no permitas
que ese humo de estraza lo disloque,
esos hipocuervos miren por sus ojos,
esos festones de terciopelo
hagan sus colores.

No permitas
que esos loros clandestinos
digan sus palabras, ni dejes
que escuchen las suyas.

Ampáralo de los cancerberos y guardianes
que tienen la celda y las cadenas listas.

Líbralo de los moscardones que esculcan sus papeles.
Escóndelo, Madre, debajo del pétalo que Aquellos desconocen.


23 de julio de 1989






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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado, entre otros libros, siete poemarios, tres volúmenes de cuento y siete novelas.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 recibió el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, otorgado por Neo Club Press, Vista Larga Foundation y otras instituciones culturales cubanas en el exilio.

Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.

The God Who Stays (by Matthew West)


Mons. José Sarduy: "mi Iglesia ha sido como una gran abuela"

Nota previa: Conocí este texto luego de su presentación en 1989, la imagen de la Iglesia cubana, de aquellos años, como una abuela, me impactó en aquel momento, que coincidía con mi acercamiento a la religión cristiana en la Iglesia Católica, siempre recordé esta presentación por esa imagen eclesiológica.

Recibí algunos números de la revista Enfoque de la Arquidiócesis de Camagüey, con alegría encontré que lo publicaron, en el # 110, Diciembre 2017-Marzo 2018, que hoy comparto con los lectores del blog.

Pepe Sarduy (quien falleció a los 83 años de edad, el 28 de enero de 2017), fue un gran cura, amigo y maestro. Este es uno de los documentos que mejor reflejan la realidad de la Iglesia cubana, de la segunda mitad del siglo XX. Se extiende en la década de los 80s, el tiempo en el que la Iglesia empezó a resurgir de las cenizas que quedaron de los años 60s y 70s, gracias a las abuelas, unos pocos jóvenes y un puñado de sacerdotes y religiosas. La Iglesia de “los cuatro gatos”, como también le llamaban. (Joaquín Estrada-Motalván)

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Intervención de Mons. José Sarduy Marrero en el Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de Harvard, Boston, E.U.A., el 24 de junio de 1989.


Ante todo tengo que agradecer a Dios esta oportunidad que se me brinda de compartir con ustedes en este seminario y en este lugar. Creo que es una hermosa ocasión para enriquecernos mutuamente y profundizar los lazos que nos unen más alIá de toda frontera humana, ya que la presencia del Espíritu nos permite confesar una sola fe, un solo Bautismo, un solo Dios y Padre(1).

He venido con temor y temblor en nombre de la Iglesia que está en Cuba, en cuyas fuentes maternales nací, me crie y a la cual ahora sirvo con las posibilidades que Dios nos ofrece.

Vengo de una iglesia que canta su esperanza en medio de dificultades, de una iglesia que trata de seguir fielmente la voluntad de su Señor y que, sujeta por naturaleza a las ambigüedades de lo humano, sabe que sola no puede peregrinar hasta el Padre. Una iglesia que no es sorda al clamor del pueblo ni ciega a los signos de los tiempos, pero que vive una experiencia única, ni mejor ni peor que otras experiencias, pero única, como toda experiencia de lo humano y de lo divino.

De esa iglesia les hablaré solo con el derecho que me dan la invitación de ustedes y el más de medio siglo de vivir en aquellas tierras, de rezar en aquellos templos compartiendo ilusiones y fracasos, triunfos y derrotas, pero viendo con estupor, y esto deseo subrayarlo especialmente: con estupor, la obra de Dios, ya que pese a nuestras infidelidades y errores cumple Él su palabra de estar con nosotros.

Nuestro estupor nace de ver cómo se hace posible lo imposible, cotidiano lo extraordinario y, sobre todo, de ver materializarse maravillosamente aquello que san Pablo nos asegura en su carta a los romanos: “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman”(2).

Resumiendo, aquella es la iglesia que amo entrañablemente, donde me realizo como persona en mi vocación sacerdotal, aquella que, como todas, es una iglesia encarnada y divina como su Maestro, y una iglesia, quiéralo o no, que vive "de palabra que sale de la boca de Dios”.

Y aunque parezca una digresión inútil quisiera hablarles de una persona muy querida y significativa en nuestra cultura latina: me refiero a las abuelas.

La abuela es alguien que sirve para encontrar nuestra propia identidad. Ellas son como esas raíces grandes y arrugadas que asientan sólidamente el árbol a la tierra. Bien es verdad que las raicillas cumplen como nadie la función de extraer de la tierra la sustancia que da vida al árbol, pero son las viejas raíces, las "raíces abuelas", las que le permiten sostenerse en pie, las que dan prestigio al árbol maduro y lo sostienen frente a las tormentas que sacuden los cimientos.

Así es la abuela, que se hunde como raíz en el pasado, testigo de cuando comenzamos a ser. Ciertamente, las abuelas no pueden, ellas solas, mantener vivo el árbol; son otras raíces- padres o madres- las que dan vida al presente, pero la abuela nos dice quiénes somos y de dónde venimos.

Recuerdo aquel verso satírico que recitaba un mago de la poesía negra cubana(3). Mucho hemos reído con su punzante pregunta: “Y tu abuela, ¿dónde está?”, refiriéndose a alguien que, deseando pasar por blanco, ocultaba en la última habitación de su casa el color negro de la abuela. Por mucho que se quiera ser, no se puede ser sin la abuela, la cual cumple la misión de hacernos ver la realidad de los padres, realismo que nos permite llegar a la madurez en nuestros criterios y opiniones.

Volviendo a mi abuela puedo comprender mejor a mis padres; es más, muchas veces la abuela, con inconsciente picardía, nos revela el verdadero yo del padre que nos ha engendrado cuando nos descubre sus virtudes y defectos y suelta aquella frase de “eres igualito a tu padre cuando era pequeño”. Así nos devela el misterio de una vida y nos hace valorar todo lo bueno y rechazar lo malo, como ingredientes obligados que integran el don de la vida recibido de los padres.

Verdad es que muchas veces la abuela puede malcriar; pero cuántas veces más suele cubrir, como tarea subsidiaria insustituible, las deficiencias de los padres. Cuántas veces es la abuela la que le ofrece al niño o al joven aquello que los padres no han querido o no han podido darles. Ellas ponen siempre esa dosis de ternura, de sabiduría de quien ha vivido mucho, de quien tiene la experiencia de haber visto a sus hijos crecer entre caídas y levantadas, de quien, con una experiencia de humanidad, cree en la fuerza del amor porque ha visto florecer lo que en temprana edad se sembró.

Y les pido permiso para una segunda digresión: les hablaré de las "catacumbas” de La Merced. Allá, en aquella bicentenaria iglesia-convento de La Merced en donde soy rector desde hace quince años, debajo del presbiterio, se halla una antigua cripta funeraria donde, con la ayuda de amigos de allá y de algunos que ahora están por acá, encontré varias tumbas antiguas. Un día se nos ocurrió organizar alIí un museo de antigüedades religiosas: imágenes, sagrarios, cálices, etc., poseedores de algún valor, aunque fuese el de la antigüedad.

Ese museo, un pequeño gozo personal, permaneció en silencio por un tiempo, conocido solo por algunos amigos, los fieles asistentes a la iglesia y algún que otro interesado en los bienes culturales y religiosos. Pero el jueves 27 de febrero de 1986, coincidiendo con la visita del cardenal Pironio a nuestra diócesis con motivo del recién terminado ENEC, apareció en el periódico local un reportaje un tanto inexacto y sensacionalista sobre aquellas catacumbas y el precioso sepulcro de plata del siglo XVIII que guarda la imagen yacente de Jesucristo.

Aquel jueves no lo olvidaré. Acompañaba a monseñor Adolfo y al cardenal Pironio en un recorrido con las autoridades civiles cuando, interesado por los preparativos que hacían los jóvenes para una fogata nocturna con el Cardenal, llamé por teléfono y me comunicaron que habían comenzado a llegar numerosas personas que deseaban ver las catacumbas. Me Ilamó la atención aquel hecho, pero no le di gran importancia. Hasta estos días han pasado por allí más de 20 000 personas a pesar de lo reducido del horario de visita y de las prohibiciones hechas a los miembros de la UJC por temor a la labor proselitista que los jóvenes y yo- decían ellos- realizábamos allí.

Entonces este pobre cura y las catacumbas pasaron a ser noticia en los periódicos, en la radio y la TV y, desde luego, tema de comentario en las escuelas, los centros de trabajo, los medios culturales y hasta en las barberías.

Las largas esperas para entrar a las catacumbas provocaban interesantes diálogos y éramos acosados por largos interrogatorios: “¿Quién es Jesucristo?”, o la pregunta más repetida: “¿Por qué lo mataron?”, y la tradicional curiosidad de saber por qué los curas no nos casamos... Niños, jóvenes por miles, adultos, obreros, militares, profesionales, turistas, solicitan todavía ver las "catacumbas" y hasta hace poco me preguntaban qué tenían estas que recibían más visitantes que otros museos de la ciudad.

Mucho hemos conjeturado buscando una explicación a tal hecho. Un periodista me dijo un día que aquel era un museo único en Cuba, pero no me convenció; finalmente, la respuesta creo que me la ofreció, casi sin pensarlo, un visitante soviético, que labora como técnico en nuestro país. Después de un inteligente y animado diálogo me hizo esta observación, señalándome un viejo sagrario de plata: “¿Por qué usted no le ha puesto fecha de construcción a ese sagrario? No recuerdo bien qué le contesté, excusándome. Y entonces él me dijo con tono cordial, en un español no muy castizo, como quien hace una confidencia: “Póngasela, porque la mayoría de las personas que visitan este lugar y que a usted le preocupan, vienen buscando "las raíces" que las revoluciones suelen cortar”. Aquel día descubrí a mi iglesia en clave de abuela, de esas abuelas raíces que sostienen el árbol, que explican el pasado, sostienen el presente y aseguran el futuro.

Y es que mi iglesia ha sido como una gran abuela. Cuando se produjo el choque de los años ´60 y los templos fueron cerrados en mi diócesis- en dos ocasiones por más de 15 días-, las abuelas acudieron ante las puertas cerradas y frente a ellas rezaban el rosario. Cuando unos estaban presos, otros se exiliaban y otros escondían su fe o la negaban, las iglesias se mantuvieron abiertas gracias a unas cuantas abuelas- físicas o espirituales- que conservaban las llaves, tocaban las campanas, rezaban el rosario, limpiaban el templo- quizá sucio de cristales y piedras lanzadas contra los ventanales-, llevaban a sus nietos a bautizar, le preparaban comida al cura que les iba a celebrar la misa algunas veces al mes…

Fueron esas abuelas las que conservaron a toda costa, entre críticas, burlas y súplicas de conveniencia, las imágenes del Sagrado Corazón o de la Virgen de la Caridad en la sala de la casa, antes de ser quemadas, regaladas o escondidas en la última habitación o detrás del armario, como la abuela negra que tanto molestaba en el poema mencionado.

Y hoy, cuando miles de jóvenes inquietos por ese hombre llamado Jesucristo o eso que llaman “iglesia” acuden a las catacumbas o al paso de la cruz de los quinientos años de evangelización, ellos manifiestan que conocen algo de religión: una medalla, una estampa, una oración que su "abuelita" conserva en la casa. Más allá de lo folklórico de una cena de nochebuena abolida y de una procesión prohibida, de una estampa dulzona del Sagrado Corazón en la sala de la casa o de los miles de exvotos, flores y velas de la Basílica de la Virgen de la Caridad en El Cobre, brota en estos jóvenes la savia que viene de la misma raíz del pueblo, un pueblo de fe, un pueblo forjado con portavoces de Jesús como Varela, Caballero, Martí, Echeverría, Lazaga , Vitier ...

El templo de La Merced lleva ya ocho años cerrado y apuntalado esperando una reparación de la Comisión de Monumentos, que no llega. Mientras, sigue siendo, en el corazón mismo de mi pueblo, un testigo que, aunque callado, en su calidad de testimonio cultural reclama una respuesta en el presente.

Y mientras esa iglesia necesita muletas y mantenimientos para que no se derrumbe definitivamente, Dios obra maravillosamente. De entre la vieja estructura medio destruida, desde la entraña misma de la tierra, surge una fuente de vida a donde acuden sedientos buscando su raíz, como me dijo el amigo soviético. En una larga y casi interminable procesión se asombran de encontrar la Belleza y la Verdad, el Camino y la Vida aparentemente ocultos en la vieja estructura de la Iglesia. ¡Qué abuela más maravillosa ha sido mi iglesia! ¡Benditas también las mujeres que pudiéramos llamar Ana, Verónica, María, Salomé…!

Dios tiene sus propios caminos y aquello que comenzó con el éxito popular de un discutido librito de un fraile dominico, aquella vieja historia de la que la abuela sabe algo, es latir de un pueblo que busca en el presente su propia raíz, su propia identidad, para hacer su propia historia.

¡Qué iglesia la mía!, profetizada por algunos como condenada a desaparecer, pero que tiene una respuesta para el hombre de hoy; que nos habla de nuestro Padre, que era “igualito”; de que el hombre crece entre errores y aciertos; de que no puede decir no a su pasado sin quedar juguete de cualquier viento; de que hace falta conservar el tesoro sagrado de verdades que vienen del pasado, y que evitan la confusión de Babel. Iglesia que habla de lo sagrado, de la trascendencia, del misterio, mientras anuncia entre cantos un mañana mejor. Qué iglesia la mía que cumple aquello que Pablo nos dejó dicho: “Cuando soy débil soy fuerte porque brilla en mí la fuerza de Cristo…”

Y permítanme que haga otra digresión. Un día de aquellos de visitas a las catacumbas apareció un grupito de adolescentes con sus pantalones amarillos- el uniforme de las escuelas de enseñanza media-, el natural y casi insolente desenfado de la edad y una dosis de falta de educación. Preguntaron de muertos y antiguallas, hubo una que otra burla disimulada, para finalmente decirme que ellos tenían un casete con cantos de un cantante popular- Leo Dan- que mencionaba a Dios. Yo les hablé de las canciones religiosas de ese pre- evangelizador en Cuba que se llama Roberto Carlos. En fin, nos sentamos a oir aquella horrible grabación- que es un tesoro para ellos- donde adiviné, más que oi, que, efectivamente, se mencionaba a Dios entre los suspiros amorosos de una canción romántica. Aquello era un signo: ellos se extrañaban de que un cantante popular mencionara a Dios.

Algunos de ellos continuaron viniendo, especialmente dos, que aún lo hacen después de dos años. Uno no se decide a recibir el bautismo porque titubea ante la posible reacción de su familia; el otro, de quien les hablaré a continuación, un chiquillo que más parece de estas tierras que de las nuestras por el color de su piel y de su pelo, se sigue declarando ateo. Su abuelita es creyente practicante, pero él no “ve” a Dios. Entre Luisito- así se llama- y algunos otros jóvenes creyentes y yo se ha establecido una amistad. Por él supe que su padre murió siendo él pequeño y que su mamá, pocos meses después de aquel primer encuentro nuestro se ahorcó, creo que por cuestiones amorosas. Luisito dice: “Si yo me bautizara pondría contento al Padre, que es mi “padre”, pero sería una falsedad de mi parte. Pero desde que vengo aquí y me reúno con estas personas, soy un poquito mejor”.

Como Luisito hay miles de jóvenes y adolescentes cuyos padres no se ocupan de ellos o están divorciados; muchos le cuentan a su madre tres o cuatro esposos, más el actual, que no lo es, y declaran tener hermanos de dos o tres padres diferentes. ¡Bendita iglesia abuela que ha asumido esa misión de la más auténtica caridad porque es bueno proteger al huérfano y a la viuda! Y es que nuestra iglesia ha venido a ser, no solo raíz, sino espacio de libertad y ternura que hace posible que los hombres sean tal como son, para llegar a ser como Dios los quiere; iglesia que es espacio de diálogo y personalización, fuerza liberadora de pobres que no tienen a dónde acudir mendigando no precisamente oro o plata- quizás eso lo tienen-, sino al Señor Jesús hecho presente por su amor; iglesia que suprime parálisis, da vista al ciego, hace oir a los sordos, sana leprosos, perdona pecados, da paz al angustiado, resucita muertos, acoge a los hijos que se marcharon de casa…

Me pidieron que les hablara de la iglesia en Cuba: presente y futuro. Les he hablado del presente, en donde germina ya el futuro. Si me permiten ser poético, como dice Gregorio Magno en su tratado sobre el libro de Job, la iglesia es como un amanecer y, comparándola con la vida humana, mi iglesia hoy es una hermosa y prometedora adolescencia en transición histórica con mi pueblo; es semilla enterrada que comienza a germinar.

En mi país es común usar este dicho popular cuando alguien tiene mucho trabajo o muchas emociones: "Es mucho para un solo corazón", y es esta la sensación que hoy vivimos sacerdotes y laicos comprometidos. Hace algunos años, quizás solo meses atrás, nos veíamos pocos labradores para sembrar tal campo que nos parecía estéril o esterilizado, pero hoy las cosas son diferentes: el Señor ha sembrado un campo inmenso, ¿fue el testimonio de la abuela?, ¿fue la estampa del Sagrado Corazón conservada fielmente por la abuela arrinconada?, ¿fue la maternal mirada que desde las lomas de El Cobre cobija amorosamente a los hijos dispersos?, ¿es ciencia-ficción?, ¿será un milagro? Lo cierto es que vemos en esos campos que antes no pudimos sembrar brotar los retoños; todo comienza a cobrar nueva vida, se oyen cantos diferentes y no precisamente cantos de sirena. Los jóvenes vitalizan la misión atendiendo pequeñas comunidades en donde visitan las casas de los creyentes y los invitan a participar en celebraciones sin sacerdotes. Muchos de ellos, con una especie de unción apostólica, visitan a los enfermos sin familia en hospitales y casas; otros atienden alegremente a grupos de minusválidos y acompañan a ciegos, sordos y paralíticos en una peregrinación a El Cobre.

Más de 18 000 personas visitaron en dos semanas la Cruz de la Evangelización en la parroquia de La Soledad. Personalmente puedo contar a mi alrededor a seis jóvenes decididos a ser sacerdotes. No, no es ciencia ficción: es que Dios ha hecho a la mujer estéril dar a luz siete hijos…(4)

Hace algunos años un hermano sacerdote de la diócesis, el padre Paquito, en un retiro espiritual de los que solemos hacer frecuentemente, nos invitó a meditar sobre la visión de los huesos secos de Ezequiel. No sé si realmente él creía lo que nos dijo, era hablar de esa esperanza contra toda esperanza. No sé si fue profeta, lo que sí sabemos es que hoy es verdad de fe y vida. Ciertamente sentimos que es "mucho para un solo corazón” la tarea que nos espera, que no es precisamente enterrar a un muerto, sino alumbrar vida, cosechar un campo que florece.

Mi presencia aquí para compartir es también para decirles que aquella iglesia necesita mucho, pero no como mendigo moribundo que reclama el amor militante a lo Teresa de Calcuta, sino como alguien que, igual que Pedro, grita a sus compañeros de la otra barca: “Ayúdennos, que se rompe la red por tantos peces”(5).

Pienso que tal vez esperaban algo más académico, pero no es esa mi capacidad. Quizás los he entretenido con algunas incursiones poéticas o sentimentales. Pero es que vengo de esa iglesia pobre donde un ser humano, un Luisito cualquiera, es una riqueza incalculable; una iglesia carente de técnicas, pero rica en perseverancia y paciencia histórica, que sabe que “la Palabra tarda pero llega”, donde el amor es fuerza liberadora engendrando hijos de Dios de las piedras; una iglesia que vive de la fe que transforma las peñas en manantial de agua; una iglesia en la que la fe permite ver lo esencial, que es invisible a los ojos.

Un hermano sacerdote, el padre José Luis, repite a menudo: “La casualidad no existe”. Qué verdad tan grande es esta, porque el hoy y el mañana de la Iglesia en Cuba no es fruto de la casualidad ni de simples coordenadas históricas. La gran lección bíblica se ha hecho carne en nosotros: Dios escribe derecho con renglones torcidos; Dios escoge lo pobre del mundo, lo que no cuenta, para confundir a los poderosos, para demostrar que los últimos serán primeros y que la cruz es fuerza y sabiduría de Dios.

Con palabra profética Teresa de Calcuta afirmó en algún momento que nuestra iglesia tenía la mayor riqueza: la cruz. Una cruz entregó el Papa Juan Pablo II a nuestros obispos para iniciar una nueva evangelización y esa cruz, como señal discutida, recorre el pueblo anunciando una esperanza, despertando conciencias dormidas, mostrándonos a veces que somos “tardos y necios de corazón" para entender que aquel lema que nuestro obispo escogió para su episcopado se ha hecho verdad y vida en la iglesia en Cuba y que al concluir estas palabras quisiera dejarles como mensaje que viene de aquella isla: es bueno confiar en el Señor.
Gracias

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  1. Cfr.
  2. Cfr.
  3. El declamador es Luis Carbonel.
  4. Cfr. 1S. 2,5.
  5. Cfr. LC. 5,6-7.

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Ver en el blog En Memoria de Pepe Sarduy

Saturday, July 25, 2020

¿Se debe enviar a los niños a los centros escolares? (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


La Sociedad Americana de Pediatría dice que sería lo más adecuado para mantener la continuidad, pero ¿cómo saber si nuestros hijos estarán seguros en las Escuelas o Centros de cuidados infantiles?

Según estudios realizados conocemos que los niños pueden ser asintomáticos y ser positivos al coronavirus.

Lo más preocupante es que ellos al regresar a casa pudiesen contagiar a su familia o también a las maestras en el mismo centro escolar.

Esto implica que no tienen síntomas, pero que son transmisores, así mismo, ellos pueden presentar síntomas muy leves como una gripe común, no siendo así con el adulto.

Si el adulto llega a contagiarse y tiene una enfermedad preexistente las consecuencias podrían ser muy lamentables.

Los niños normalmente suelen recuperarse muy pronto, no sucediendo lo mismo con las personas mayores, ellas requieren mucho más tiempo y un cuidado más delicado en caso de ser adultos mayores.

La evidencia científica ha comprobado que los centros de estudios pueden se propicios para enfermedades contagiosas como el Covid- 19 y la influenza, debido a que los niños se relacionan, interactúan entre ellos, están juntos y también la manera de movilizarse de la casa a las escuelas, en los buses pueden ser un espacio y motivo de contagio.

Recordemos que por más seguridad que se tenga es casi imposible mantener a nuestros niños y jóvenes aislados.

CON RELACION A LAS ESCUELAS Y CENTROS DE CUIDADOS INFANTILES

Deben de tener las medidas y regulaciones de seguridad necesarias.

Un protocolo que brinde seguridad al niño y al padre.

El uso adecuado de las mascarillas y la higiene, es muy importante.

Desinfectar la localización y todo lo que el niño vaya a manipular.

LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD Y CONTAGIOS

Aún no se comprueba que nada nos garantizará que existiendo todas las medidas necesarias de seguridad, no puedan producirse contagios entre los niños y adolescentes.

Por lo tanto, esas medidas no serán óptimas, pero igual deben de ser tomadas en cuenta como medida de prevención.

Solo cuando se llegue al semáforo verde vamos a poder decir que posiblemente estemos fuera de peligro o cuando se encuentre la vacuna adecuada.

RECOMENDACIONES ANTE LA INCERTIDUMBRE

Visite el lugar en caso de que tenga que obligatoriamente dejar a su niño en un centro de cuidado
Investigue sobre las medidas de seguridad y el protocolo del lugar
No todos los Centros están cumpliendo con lo establecido.

Recuerden que muchos lugares son netamente comerciales y la seguridad de nuestros hijos no es lo más relevante para ellos.

Envíelo a un Centro donde haya la cantidad de personal necesario para el debido cuidado de su niño
Existen muchos lugares privados que solo tienen dos o tres maestras para todos los niños.

Y en estas condiciones por más que se desee tener al niño con el distanciamiento requerido, no se lo podrá lograr.

Por lo tanto, establezca prioridades y busque información adecuada que tenga credibilidad y asesórese si donde va a dejar a su hijo están cumpliendo con el protocolo establecido.




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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora de los libros: "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle). "Los símbolos del Amanecer" (Editorial Voces de Hoy, 2020)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Administra:
www.vivencialhoy.blogspot.comwww.facebook.com/vivencialhoyFacebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3
orlandatq@gmail.comtorres_q@yahoo.com

"Pollo griego y Alcachofas" (Cocina sabroso con Ani)


Nota del blog Inicia esta semana, la sección Cocina sabroso con Ani. Cada sábado compartiremos una receta tradicional con el toque único que nos ofrece Ani, su excelente manera de unir en cada plato: sabor, cultura y amor. 

En su canal de Youtube, además de sus maravillosas recetas, puedes encontrar consejos de nutrición, participar en sorteos, disfrutar de sus lives, e interactuar con ella y la comunidad de sus seguidores.


Te invito a suscribirte a su canal de Youtube 



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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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