Thursday, October 17, 2019

Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia (por Marcos A. Tamames Henderson)

Notal del blog: A partir de este jueves publico  nuevamente la sección semanal de Marcos Antonio Tamames-Henderson, quien compartió (desde septiembre de 2014 y durante 2015)  una selección de su libro  Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 

Aparecen hoy la Introducción y el Indice, y cada jueves se podrá disfrutar de la historia de una calle camagüeyana.

Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

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Detalle de la Maqueta de la ciudad de Camagüey
(Foto/Blog Gaspar, El Lugareño)
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Los antecedentes de este texto aparecieron en febrero de 1997 cuando en medio del análisis de la configuración urbana de Puerto Príncipe entre 1800 y 1868, las fuentes de archivo me revelaron las contradicciones existentes, no solo entre nombres oficiales y populares de calles, plazas y plazuelas, sino también entre las tipologías de esos elementos. Llamar plaza a un espacio que por concepto no sobrepasa una plazuela lejos de ser un simple error semántico constituye en el plano connotativo un valioso signo de los anhelos y aspiraciones de quienes desde su cotidianeidad viven, construyen y escriben la historia de la ciudad. 

Los primeros resultados del tema aparecieron en el 2001. La editorial Ácana, en el Cuaderno de historia principeña no. 1, publicó el artículo “Toponimia urbana en el centro histórico de Camagüey”, un bosquejo general de su comportamiento desde el período colonial hasta entonces, y la revista Enfoque socializó en sus páginas la conferencia “Cultura católica e identidad urbana en Camagüey”, en la que desde fuentes documentales de los siglos XVIII y XIX demostraba la estrecha interrelación existente entre la toponimia urbana y el catolicismo, factor modélico de la cultura caribeña e hispanoamericana. 

Con el tiempo la tarea de entregar a los camagüeyanos un texto con la historia de los nombres de las calles devino una necesidad que se fue posponiendo ante la urgencia de tratar otros temas, a lo que se sumaba la laboriosidad que encierra una investigación de tan amplio período histórico cultural; máxime si se pretendía que resultara útil para entender en los cambios de nombres, procesos culturales inherente a la conformación y enriquecimiento de la identidad local y regional por erigirse en expresión de las coordenadas que en el orden económico, político, religioso, filosófico, social, moral y cultural le acompañan.

Sustancial motivación para el proyecto lo constituyó el que asumiera el concurso histórico del programa “Musicalísimo” de Radio Cadena Agramonte, a partir del 2006; primero, bajo la dirección de David Rodríguez Serrano y luego, de Joaquín Varona Lezcano. El tema de la toponimia urbana es uno de los más disfrutados por los oyentes, quienes confiesan haber redescubierto en él fragmentos de la historia de la ciudad que no habían imaginado. Sin embargo, el factor decisivo lo jugó un conjunto de placas con nombres de calles en la colección de objetos históricos del Museo Provincial Ignacio Agramonte y Loynaz (MPIA); esto permitió asumir la investigación con el apoyo de esta institución en particular de su director, Adalberto Hernández del Valle. 

Dos primeras interrogantes fueron necesarias responder: ¿Qué tipologías urbanas tratar? ¿Qué área de la ciudad, la del XVIII, la del XIX, la del XX? En este libro se centra la atención solo en las calles y callejones registrados en tres fuentes fundamentales: el índice del fondo “Anotaduría de Hipotecas (1734-1883)”, que atesora el Archivo Histórico Provincial de Camagüey (AHPC); el “Padrón de fincas urbanas de Puerto Príncipe de 1865”, del Archivo Nacional de Cuba (ANC), y la Colección de datos históricos geográficos y estadísticos de Puerto Príncipe y su jurisdicción de Juan Torres Lasqueti de 1888. En total se abordan 127 ejes; quedan al margen aquellos que desaparecieron morfológicamente o no dejaron huellas en el imaginario urbano; entre ellos el callejón del Gran Capitán (1720), la calle de la Concepción (1734), la calle de San Francisco de Paula (1730), la calle del Santo Rey (1734), el callejón de La Mayor (1837-1912), el callejón de la Lonja (primera mitad del XIX) y la calle Plaza de Paula. 

¿Sobre qué presupuestos construir la historia de sus nombres? Si se trata de hacer una historia cultural a partir de la toponimia urbana, entonces sus puntos de mira deben ser tan plurales como lo permitiera la información consultada; trato así de abarcar ese objeto tan dinámico y complejo que es la ciudad tanto en lo morfológico como en lo funcional. 

La historia del nombre de la calle, en la medida en que así lo posibilite la información localizada, se organiza internamente en cuatro partes. La primera corresponde a la ubicación del eje dentro de la trama urbana, su trayectoria y extensión, siempre en términos del topónimo primario con el interés de que el lector quede atrapado desde el comienzo en el ejercicio de relacionar nombres antiguos y modernos. Al estudio de los planos de la ciudad se añade un trabajo de campo para verificar modificaciones tanto morfológicas como de cambios toponímicos. 

La segunda aborda el nombre primitivo, tanto su versión oficial como popular. En relación con la oficial, en su mayoría vinculada al santoral católico, se toma como tesis la consideración de que el uso de esos nombres en Puerto Príncipe rebasa la mimética apropiación de los horizontes de la madre patria y, por tanto, aunque desconocidos, los factores causales debieron ser específicos para cada caso. Entender los nombres del santoral en la toponimia urbana como imposición cultural no es un criterio válido para comprender su uso en Puerto Príncipe. Para una aproximación al origen de esos nombres se contrastan las biografías de estas figuras en la Enciclopedia ilustrada de Espasa-Calpe con fuentes documentales y resultados de investigaciones desarrolladas en el tema del patrimonio local. La imprecisión de la información en algunos casos se indica en el texto y coloca sus resultados en el ámbito hipotético y, por tanto, como parte de la leyenda que atesora la historia de la ciudad. 

La tercera parte se centra en el proceso de modernización del nombre. Con el objetivo de que el lector pueda tener mayor acercamiento a las coordenadas que acompañan el acto de renombrar el topónimo, y sus protagonistas, no solo se abordan los cambios realizados, sino también las utopías. Los expedientes que forman parte del fondo de ayuntamiento en el AHPC y la colección del MPIA son esenciales en esta etapa. En la medida en que la información localizada lo ha permitido se ha tratado además de colocar, aunque brevemente, una síntesis de las personas o acontecimientos que se utilizan como referentes al nombrar la calles. Le otorgo prioridad a los criterios que en ese contexto avalan las propuestas, pues entre el topónimo y su referente existen barreras incalculables, como en los casos de “Solitario”, “28 de Enero” y “6 de Enero”. Resultaron vitales el fondo Juárez Cano que guarda el AHPC; la colección de trabajos publicados por la Dra. Ángela Pérez de la Lama en el libro El Camagüey legendario; la sección “Mis queridas calles camagüeyanas” que publicara el historiador Gustavo Sed Nieves en el Adelante y el Índice alfabético y defunciones del Ejército Libertador de Cuba, de Carlos Roloff y Mialofsky, entre otros. 

Por último, en la cuarta parte, se precisa la relación de la calle con el Centro Histórico, área de la ciudad que fue declarada Monumento Nacional en 1978 junto a los centros urbanos de las primeras villas cubanas, declaratoria que no se publicó en la Gaceta Oficial hasta 1980, así como los vínculos que guarda con la zona urbana que la UNESCO declarara Patrimonio Cultural de la Humanidad en el 2008. 

Como en materia de investigación histórica alguna conclusión habría que darse, se citan las consideraciones de dos cronistas que se asomaron al tema por coincidir plenamente con los resultados de este trabajo. En la edición de El Camagüeyano correspondiente al 11 de noviembre de 1924, Nicolás Guillén, bajo el seudónimo Interino, escribía en uno de sus pistos manchegos:
No sé por qué le cambiaron el nombre a más de cuatro calles en nuestro Camagüey, si después, a la hora de usar el nombre nuevo, nadie se ocupa de él y todos emplean la misma antigua denominación. A San Esteban no hay quien le diga Oscar Primelles, ni a San Patricio, General Espinosa, igual sucede con Horca, a quien muy pocos dicen Maximiliano Ramos.
Por su lado, en 1939, Gerardo Castellanos hace un análisis histórico cultural del problema y comenta con sensatez en Pensando en Agramonte:
El complicado problema del nombre de las calles es sensible que no se resuelva de modo certeramente lógico e histórico, conforme lo ha propuesto para su término el Historiador oficial de La Habana, Dr. Emilio Roig de Leuchsering. Las ciudades de las colonias hispanoamericanas surgieron en torno a un núcleo y por un plan determinado, con nombre fijados con sujeción a la cultura, sucesos y particularidades del lugar y sus vecinos. Resulta que al cabo de años los nombres son los del dominio público, determinantes, estudiados minuciosamente, desde ese origen, ofrecen la verdadera historia, no solamente de cada calle, plaza, fuente, rincón, edificio, sino de la villa o ciudad. Fueron los nombres prístinos que recibieron en la concha bautismal. Y es injusto, antihistórico, herético, antilegendario suprimirlos y sustituirlos por otros, hijos de nuestras ideologías. La historia de los nombres de las calles de La Habana que nos ofrece José María de la Torre en su curioso libro La Habana antigua y moderna y Torres Lasqueti en su Colección de datos, dan la mejor idea de ambas ciudades. A pesar de mi radicalismo patriótico, odio al régimen español en Cuba y a tantas cosas malas que nos legaron, entiendo y sostengo que, salvo muy raras excepciones, es rigurosamente necesario, mantener a las calles y parques sus originarios nombres. En Camagüey ambulo desconcertado, porque en la mente sólo guardo los nombres antiguos. Y aunque quise y admiré mucho a Gonzalo de Quesada, al parque de su nombre le digo Casino Campestre. Repito que hay excepciones, cual la calle Puello, aquel mal patriota dominicano y pésimo general español. Por falta de uniformidad y porque el pueblo juiciosamente siempre se aferra a la tradición impera algarabía en la moderna nomenclatura y roturación de calles y parques. Por lo menos debiera seguirse la norma de la ciudad de México, cual es fijar placas artísticas que recuerden los nombres originales. ¿Por qué suprimir su nombre a la calle de Alegrías y a la de Desengaño, y a la de Micaelitas, y a la Palma, y a la de Ángeles, y a la de Arrieta, y así a otras de clásico colorido local? El patriotismo no está en el ropaje. Despojar a Camagüey de esa tipicidad es cual revocar con yeso y argamasa las coloniales fachadas de sillería tallada.
Para la rotulación de calles realizada en el verano del 2002 por la Dirección Municipal de Comunales, se rehicieron un total de 2 621 placas para colocarlas en aquellas esquinas que las habían perdido. El levantamiento se hizo por distrito y se entregó el listado general a la empresa Paco Cabrera para su fundición. Como una auténtica lección de historia proliferaron en la ciudad los nombres por los que se reconocían los ejes desde la cotidianeidad; fruto de esa dinámica cultural que no deja espacio para reglas generales. Los nombres antiguos proliferaron por doquier, incluso debajo, al lado o frente al moderno. La tarea había sido cumplida, de forma inconsciente, desde la antropología cultural. 

Conocer las posturas que asumen determinadas personas e instituciones puede ser aleccionador para los lectores, pero eso siempre estará en dependencia de la posición del receptor en relación con el tema o cualquiera de los asuntos relacionados con él. Esta puede ser una lección de moral y cívica, de historia, de religión, de cultura, de política o todas ellas al mismo tiempo, solo que parcial y no acabada. 

En un tema tan complejo se contó con varios profesionales y amigos que apasionados por la cultura local me sugirieron algunos libros e importantes orientaciones; por sus colaboraciones mi agradecimiento a Rolando García Parés, Yordanis Barrera Salas, Dayán Rodríguez, Pedro Montalván Felipe, José Luis Hernández Moro, Elda Cento Gómez, Gaspar Barreto Argilagos, Alberto Chío Rojas, Filo Torres Betancourt, Verónica Fernández Díaz, Mirtha Hidalgo Pedroarias, Caridad Fernández Luján, Esperanza Palacio Martínez, las hermanas María del Carmen y María Ramírez Fernández y Diego Cuello Gallo. A la UNEAC, particularmente a su presidente Sergio Morales.

Por su apoyo y colaboración mi gratitud al colectivo de trabajadores del Museo Provincial Ignacio Agramonte y en particular a su director Adalberto Hernández del Valle y a los técnicos del departamento de animación: Bárbara Oliva García, Mayleny García Cuenca, Yudenia Martínez García, Mirtha Felipe Hemmings, Isdelis León Andújar y Adys Claret Ramos. A Elsa María Cardoso Esteban, Liliam Aróstegui y Yolanda González Fariñas, por aquellas primeras informaciones que reunimos en el Departamento de Investigaciones Históricas Aplicadas de la Oficina del Historiador de la Ciudad a partir de 1998 y que ahora resultan básicas para este texto. A Dayán Rodríguez Rodríguez, que se mantuvo vinculado al proyecto con verdadera pasión por la historia. 

El libro se estructura a partir del índice de calles organizado alfabéticamente tras un análisis de las tres fuentes documentales utilizadas para definir el área a tratar. Los criterios seguidos para el nombre de entrada fueron antigüedad, modo en que se reconoce popularmente y estructura sintáctica, este último de cierta complejidad si se tiene en cuenta que cada tiempo cultural modifica desde la praxis el modo de llamar a las calles como en los siguientes ejemplos. ¿Calle de los Pobres (1748, 1865, 1888), Pobres o Pobre?, ¿Calle del Rosario (1766, 1865), Nuestra Señora del Rosario (1888) o Rosario?, ¿Callejón de Correas (1850, 1865), Callejón de las Correas (1888), Correas o Correa? ¿Callejón de las Peñas (1838, 1865, 1888) o Peña? Similar situación acontece en la ortografía: ¿Pueyo o Puello? ¿Keyser o Keiser?, utilizándose en este libro el modo en que aparece de forma sistemática en las fuentes primarias: Pueyo y Keyser, por ejemplo. 

A lo largo del texto se utilizan los argumentos que ofrece el historiador Juan Torres Lasqueti en su Colección de datos históricos geográficos y estadísticos de Puerto Príncipe y su jurisdicción, a fin de hacer más comprensible el libro y por tratarse de una obra en el que su autor presenta los topónimos en orden alfabético entre las páginas 117 y 126, no se refiere en las citas y notas, sino solo en la bibliografía general; similar proceder se sigue con la Enciclopedia ilustrada, de Espasa-Calpe, obra que ha sido utilizada para el caso de las biografías de santos y santas.

Se utilizan siglas para los siguientes casos: Centro Histórico (CH), Patrimonio Cultural de la Humanidad (PCH), Departamento de Secretaría de Administración Municipal de Camagüey (DSAMC), Ejército Libertador (EL), así como para derecha (D) e izquierda (I).

Marcos Antonio Tamames Henderson
30 de mayo de 2013


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Índice
1. Adriano, calle San; Academia; Ramón Guerra
2. Alegrías, callejón de las; Capitán Víctor Pacheco
3. Alonso Frutos, callejón de; capitán Eladio Rodríguez
4. Ana, calle Santa; del Calvario; General Gómez
5. Ángel, callejón del; Paco Recio
6. Ángeles, callejón de los; del Cañón, Finlay
7. Antonio, calle San; 28 de Enero; Nicolás Guillén
8. Apodacas, callejón de las; Valdés Domínguez
9. Arrieta, callejón de; General Javier de la Vega
10. Arucas, callejón de; del Rosario, Coronel Borrero
11. Astillero, callejón del; Aurelia Castillo
12. Calvo, callejón del; o del Infierno; José Álvarez Varona
13. Camposanto, callejón del; Doña Cirila; Carmela Barreal
14. Candelaria, calle de la; Independencia
15. Candelaria, callejón de la; Teniente Coronel Faico Benavides
16. Cárcel, callejón de la
17. Caridad, calle de la; Avenida de la Libertad
18. Carmen, calle del; Capitán Marín Varona
19. Carnicería, calle de la; Contaduría; Lugareño
20. Castellanos, callejón de
21. Catalina, calle Santa; Aurelio Castillo
22. Cielo, calle del; Plácido
23. Cipriano, callejón san; Ramón Fonseca
24. Clemente, calle san; Raúl Lamar
25. Comercio, calle del; de los Mercaderes; Maceo
26. Coronel Bringas, calle del; Regino Avilés
27. Coronel Gutiérrez, calle del; Domingo Puentes
28. Correas, callejón de; Narciso López
29. Cristo, calle del Santo; Alfonso XII; Ignacio Agramonte
30. Cuba, calle
31. Cuerno, callejón del; San José; Manuel de Quesada
32. Cura, callejón del; del Silencio; Víctor M. Caballero
33. Chumbo, Callejón de Ave. Del Casino Campestre; Humboldt1
34. Damas, callejón de las; Capitán Sabino Montes
35. Desengaño, callejón del; de la Cruz; Eugenio Sánchez
36. Diego, calle San; Martí
37. Domingo Castillo, callejón de; Brígida Agüero y Agüero
38. Esteban, calle San; Oscar Primelles
39. Fernando, calle San; Bartolomé Masó
40. Ferrocarril, calle del; Paseo de Pueyo; Ave. de Bélgica; Ave. Finlay
41. Francisco, calle San; Antonio L. Luaces
42. Francisquito, callejón de; Cano; Doctor Jorge Rodríguez
43. Fundición, callejón de; Del Huerto, Comandante José Cruz Pérez
44. Gabriel, calle san; San Mateo, Magín Díaz
45. Gertrudis, callejón Santa; del Perro; Coronel Barreto
46. Gloria, calle de la; Industria; Sofía Estévez Valdés
47. Glorieta, calle de la; Dolores Betancourt
48. González, callejón de las; Capitán Federico Contrina, Luis Suárez
49. Hospital, calle del; Nuestra Señora de Loreto; Carlos M. de Céspedes
50. Ignacio Sánchez, calle de; Chicho Valdés
51. Ignacio, calle San; Hermanos Agüero
52. Ildefonso, calle san; del Paseo; Bembeta
53. Inés, calle Santa; del Medio; Ángel Castillo Agramonte
54. Isidro, calle San; Rosa la Bayamesa
55. Jaime, callejón de; Transversal del Sol; Coronel Aguilar
56. Jesús María, calle de; Pablo Lombida
57. Jesús, María y José, calle; del Teatro Principal, Padre Valencia
58. Joaquín, calle San; Coronel Aurelio Batista
59. José, calle San; Manuel Ramón Silva
60. Juan de Dios, calle San; Doctor Emilio González Hurtado
61. Juan Nepomuceno, calle San; Coronel Labrada
62. Juan, calle San; de las Carreras; Avellaneda
63. Keyser, callejón de
64. Lanceros, calle de los; Coronel Pichardo
65. Lorenzo, calle San; 10 de Octubre
66. Luis Beltrán, calle San; 20 de Mayo
67. Magdalena, callejón de la; Benicia Perdomo Valdés
68. María del Rosario, callejón; Pica Pica; General Carlos Agüero
69. Martín, callejón San; 6 de Enero
70. Martín, calle San; Fidel Céspedes
71. Martínez, callejón de los; Belén Miranda
72. Masvidal, callejón de; Hermanos Padilla
73. Matadero, calle del; Martina Pierra de Poo
74. Mata, callejón de; San Gregorio
75. Mayor, calle de; de la Parroquial; Salvador Cisneros
76. Merced, calle de; Lope Recio
77. Merced, callejón de la; de la Popular, Guerrero
78. Micaelitas, callejón de las; Ramón Pintó
79. Miguel, calle San; 27 de Noviembre
80. Miseria, callejón de la; Tula Oms
81. Mojarrieta, callejón de; Guerrero
82. Montalván, callejón de; de Palma o Moscú
83. Montera, callejón de la; Félix Caballero
84. Muñoz, callejón de; de Corona
85. Niñas, callejón de las; Teniente Chapellí
86. Nueva, calle; Van Horne; Mario Aróstegui
87. Owen, callejón de
88. Pablo, calle San; Juan Torres Lasqueti
89. Palma, calle de la; Ángel Ciro Betancourt
90. Pancha Agramonte, callejón de; Comandante Mauricio Montejo
91. Paso Chiquito, calle del; Carretera Central Este.
92. Paso Chiquito, callejón del; Francisco Vilardell Tapis
93. Patricio, calle San; General Espinosa
94. Pedro Alcántara, calle San; Honda; 24 de Febrero
95. Peñas, callejón de las; Peña
96. Perdomo, callejón de; Monitor
97. Pintor, callejón del; Melchor Loret de Mola
98. Plaza de la Merced, calle; Charles A. Danna; Ramón Guerrero
99. Plazuela del Puente, calle
100. Pobres, calle de los; Padre Olallo
101. Poza del Mate, callejón de la; Funda del Catre; Ramón Ponte
102. Príncipe, calle del; Goyo Benítez
103. Progreso, calle del; Esteban Varona
104. Rafael, calle San; Matías Varona
105. Rafael, callejón de San; Rito Arencibia
106. Ramón, calle San; Enrique José Varona
107. Reina, calle de la; República
108. Risa, callejón de la; Joaquín Barceló
109. Rita, calle Santa; El Solitario
110. Rosa, calle Santa; Florentino Romero
111. Rosario, calle Nuestra Señora del; Enrique Villuendas
112. Rosario, callejón del; Teniente Coronel Enrique Miranda
113. Sacristanes, callejón de los; Reverendo Padre Carlos Jofre Palmer
114. Santiago, calle; de la Horca, Maximiliano Ramos
115. Sedano, callejón de; Capitán Escobar
116. Serapio, calle San; Heredia
117. Sifontes, callejón de; Teniente Coronel Nolasco Rodríguez
118. Sin Salida, callejón; de la Gallería
119. Sociedad Patriótica, calle
120. Soledad, calle de; Estrada Palma; Ignacio Agramonte
121. Soledad, callejón de la
122. Teatro Principal, callejón del; Tatán Méndez
123. Templador, callejón del; Pedro Bruno y Pamela Fernández
124. Ticunicú, callejón de; Zanja, Antonio Barrio
125. Tío Perico, callejón de; De Atocha, Vate Morales
126. Triana, callejón de; Cruz Olivera
127. Vigía, calle de la; Avenida de los Mártires

Los primeros gobernadores y alcaldes cubanos de la Florida (por Frank de Varona)


Durante el largo período colonial de España en la Florida, el cual abarcó 288 años (de 1513 a 1763 y de 1783 a 1821), cuatro gobernadores de la Florida nacieron en Cuba. El primero fue Laureano de Torres de Ayala, Marqués de Casa Torres, quien nació en La Habana, Cuba en 1645 y murió en España en 1722. Torres de Ayala gobernó la Florida de 1693 a 1699 y terminó la construcción del Castillo de San Marcos. Posteriormente fue gobernador de Cuba. El segundo fue Juan de Ayala y Escobar, quien sirvió de gobernador interino en la Florida de 1716 a 1718. El tercero fue otro gobernador interino, Manuel José de Jústiz, quien sirvió sólo un año en 1737. El cuarto y último gobernador español de la Florida, quien nació en Cuba, fue José Coppinger, el cual sirvió como gobernador de la Florida Oriental de 1816 a 1821. El 7 de julio de 1821 el coronel Coppinger bajó por última vez la bandera española en San Agustín al pasar la Florida a los Estados Unidos. 

Durante el siglo XIX varios alcaldes nacidos en Cuba gobernaron ciudades en la Florida. El primero fue el hijo del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes y Céspedes (1840-1915). Céspedes fue electo alcalde de Cayo Hueso en 1875. 

En la actual ciudad de Ocala se creó una pequeña ciudad fundada por cubanos en 1880. Luego de una visita de José Martí le cambiaron el nombre a esta ciudad de Havanatown a Martí City. Entre 1889 y 1906 hubo 20 fábricas de tabaco en esta área. La mayoría de los alcaldes y los concejales de Martí City habían nacido en Cuba. Fernando Figueredo Socarrás fue electo alcalde de West Tampa en junio de 1895 y obviamente no fue el primer cubano electo a este cargo.

Anterior a los alcaldes cubanos de la Florida dos hispanos ocuparon este cargo. El primero fue Joseph Mariano Hernández, el cual fue electo alcalde de San Agustín en 1848. Los padres y abuelos de Hernández habían llegado procedentes de Menorca a Smyrna, Florida en 1768. Joseph Mariano Hernández nació en San Agustín en 1788. El mismo año que los Estados Unidos adquirió la Florida en 1821, Hernández se hizo ciudadano de los Estados Unidos.

Hernández fue nombrado delegado del territorio de la Florida al Congreso de 1822 a 1823. En 1825 Hernández fue nombrado al Consejo Legislativo del territorio en Tallahassee. Durante la Segunda Guerra contra los Seminoles, Hernández capturó a Osceola. De 1832 a 1845 Hernández sirvió como Brigadier General de la milicia de la Florida de la caballería de voluntarios. Hernández se convirtió en uno de los hombres más ricos de la Florida. Tenía más de 20,000 acres y en 1850 era dueño de 148 esclavos. En 1845 se postuló para el Senado federal y perdió. Después Hernández se mudó a Matanzas, Cuba donde murió en 1857.

En 1852 o 1853, hay discrepancias en los sitios Web, Fernando J. Moreno fue electo alcalde de Cayo Hueso. Esto ocurrió más de 20 años antes de la elección de Carlos Manuel de Céspedes Y Céspedes. Moreno nació en Pensacola en 1824 y a la edad de 16 años se mudó a Cayo Hueso. Hablaba inglés, español y francés perfectamente. Posteriormente sirvió de U.S. Marshall de 1857 a 1861 y en 1888. En 1887 Moreno fue electo senador estatal y sirvió un término. Murió en Nueva Orleáns en 1905. No he podido encontrar información sobre los padres y antepasados de Moreno para saber si procedían de Cuba o España. En Pensacola vivían españoles y cubanos como en San Agustín, Cayo Hueso y otras ciudades de la Florida. Moreno fue sin duda el primer alcalde hispano de Cayo Hueso.

En este siglo muchos cubanos e hispanos han sido electos alcaldes y a otros cargos políticos en nuestro estado. Uno de ellos es el hispano Bob Martínez, quien fue electo alcalde de Tampa y posteriormente fue electo a gobernador de la Florida. Otro cubano, Mel Martínez, fue electo al senado federal y varios cubanos son congresistas.

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Frank de Varona is an educator, historian, journalist, and internationally known expert on politics, economics, foreign affairs and national security issues. He was born in Cuba and, at the age of 17, he participated on the Bay of Pigs invasion in an effort to eradicate communism in Cuba. After spending two years in prison, he returned to the United States, where he earned three college degrees. He is married and has a daughter and a grandson.

Mr. de Varona had a 36-year career in the Miami-Dade County Public Schools as a social studies teacher, principal, region superintendent, and associate superintendent of instruction. He also was an associate professor of social studies in the College of Education at Florida International Education for seven years. Currently, he is a part-time Adult Education Coordinator in the Miami-Dade County Public Schools.

He has written 20 books and many articles in newspapers and magazines. Among his books are Hispanics in U.S. History Volume 1 and Volume 2 (1989), Hispanic Presence in the United States (1993), Latino Literacy: The Complete Guide to Our Hispanic History and Culture (1996) and Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario (2013). Mr. de Varona is the only Hispanic in the nation who has written three books in Spanish about Barack Obama: ¿Obama o McCain? (2008), El verdadero Obama (2010) and ¿Obama o Romney? (2012).

Wednesday, October 16, 2019

Jorge Ferrera presenta "Peer Gynt" en Miami (por Wilfredo A. Ramos Vázquez)

 
 

Nuevamente el disfrute de un trabajo teatral nos hace sentirnos agradecidos por el bien que el arte nos hace en el existir cotidiano de los seres humanos. Es impensable el vivir sin tener a la cultura como compañera de andaduras en este tormentoso camino. Un poco de arte nos cambia nuestras vidas, nos ayuda a vivirlas, nos convierte en seres humanos algo más sensibles y por qué no, tal vez hasta en mejores personas.

Hago esta filosófica reflexión debido a los sentimientos que me produjo la visión en escena del actor cubano radicado en Madrid, Jorge Ferrera, con el excelente despliegue actoral de su muy bien concebido trabajo unipersonal "Peer Gynt", construcción creada a partir de esa obra del escritor noruego Henrik Ibsen, que se está presentando este fin de semana en la sala Artefactus Teatro, dentro de la segunda edición de Open Arts Fest que organiza dicha institución.

Desde 1997 no habíamos podido ver más el trabajo de este actor, fundador y director además del grupo de Teatro El Puente, cuando en aquella ocasión presentaba una de sus propuestas en el patio del Centro Cultural Wifredo Lam, en la Habana, durante una de las bienales de artes plásticas que organiza internacionalmente esa institución. Ya para aquella ocasión Ferrera era poseedor de una estética bien precisa y personal, que lo deslindaba del modo de hacer de la casi totalidad de agrupaciones teatrales del país, reuniéndolo en el selecto grupo formado por Teatro Buendía, dirigido por Flora Lauten y Teatro Obstáculo, en manos de Victor Varela.


Por ello, la noticia de la venida a Miami de Teatro El Puente, era un reencuentro con un viejo conocido, que había seguido construyéndose su camino, ahora en tierras españolas.

Concebir "Peer Gynt" como el trabajo de un sólo actor, resulta en una idea no tan solo atrevida, sino además en algo descabellada, teniendo en cuenta la diversidad de personajes (todos imprescindibles) y escenarios que contiene dicha obra, la cual se sale del realismo viceral del cual es un maestro este dramaturgo noruego, para incursionar en un mundo fantástico de duendes y renos voladores. El resultado es una síntesis aplastante y magistral.


El actor, que es a su vez el adaptador y el director de este trabajo, realiza una magnífica unión de los diversos pasajes de la obra y una excelente caracterización de los varios personajes a que da vida escénica. Con un muy preciso dominio de su cuerpo como instrumento de trabajo, se puede decir que el actor danza en escena, su plasticidad, limpieza y control, hacen que sus movimientos escénicos creen la ilusión de la no corporeidad, fluyen suavemente sin costuras. Sus cadenas de acciones son precisas y fluidas, no hay nada dejado a la casualidad o a la improvisación. Ferrera es capaz de hacernos visible en el escenario el lago en donde se hunde Peer o el cielo por donde cabalga al reno, tal es la magia de su acertado hacer. Si como la sabia y atormentada madre de Peer es una dulce ansiana, como el maligno rey de los duendes es maquiavélico y monstruoso. Sus personajes lo son y al mismo tiempo detrás está el actor y su cuerpo múltiple, no por gusto Ferrera se ha movido cómodamente por los caminos del teatro antropológico, que tiene al hombre como centro del mismo. No podemos dejar de mencionar el muy buen trabajo de voz del actor, utilizando registros, tonos, modulaciones, que son sólo posibles cuando se domina el uso de los diversos diafragmas que permiten ese variado universo vocal.

 

Otra magistralidad al momento de presentar sus personajes en escena es la idea de hacerlo a través de pañuelos de diferentes colores, que salen de una larga vara de bambú, con el que con cada uno de ellos se da vida a un personaje femenino. Hermoso, sutil e ingeniosa manera de hacer presente a personajes sobre la escena.

Tenemos que agregar que el hermoso y acertado diseño de luces, así como de la banda sonora completan la magia encantadora de la puesta en escena de este unipersonal, lo que demuestra que no está en el formato, sino en su entrega, la grandeza de un espectáculo.

Podríamos continuar hablando sobre las impresiones causadas por tan soberbio trabajo y no agotar el análisis de lo que es sin duda alguna ejemplo de perfección actoral, pero mejor los invitamos a que sean ustedes mismos quienes lo descubran en cualquier escenario en donde sea anunciado.

 


Wilfredo A. Ramos
Crítico de Teatro y Danza.

Fotos/Arturo Arocha.


Recuerdos del Puerto Príncipe de 1888 (por Carlos A. Peón-Casas)


Recuerdos del Puerto Príncipe de 1888
 y una exposición muy sonada en el Casino Campestre


por Carlos A. Peón-Casas


La anécdota sobrevive en formato de un folleto muy bien conservado que con motivo de una visita a la otrora ciudad del Príncipe, de un viajero villareño: el Sr. Rafael Tristá, quien de paso visitó la muy famosa Feria Exposición, que discurrió aquel mismo año en el mes de septiembre, como ya fuera costumbre en al otrora comarca.

Su periplo de cinco días, desde la ciudad de Santa Clara, lo ubicaba al término de aquellos, en la ciudad del Tínima y el Hatibonico, con más detalles en el entonces muy acogedor Hotel Telégrafo.

La mejor descripción de la entrada a la otrora ciudad, desde el camino que usualmente venía de Caobillas, y se aproximaba desde el Norte, viene dada por la admiración de los villareños, al poder contemplar, todavía a unas tres leguas de la ciudad, las enhiestas torres de las Iglesia de la Merced y La Soledad, destacables sobre la planicie, como los puntos más sobresalientes de aquel Puerto Príncipe decimonónico.

La Feria de marras discurría en el entonces quizás más arbolado Casino Campestre. Incluía una pormenorizada exposición de todos los rubros de interés económico en la otrora comarca: desde reses de las razas Durham, Debon, Air Hereford y Brahma, importadas de Jamaica, y ya aclimatadas en la región principeña, hasta caballos ingleses de carrera con una alzada de siete cuartas…quesos imitación de Patagrás y de humo, que al decir del cronista eran exquisitos ..e innumerables obras artísticas como marinas de Don Pedro Larraza, cuadros al creyón de Argylagos, una escribanía de carey de Hernández Ardieta, y un aparato ortopédico de Pollini, que resultó premiado.

Igual, el convite expositivo presentó por primera vez, los planos del ferrocarril de Puerto Príncipe a Santa Cruz del Sur, del estudio del Ingeniero Civil Don José Primelles, y se dio a conocer una importantísima obra de investigación histórica, la Colección de Datos Históricos de Puerto Príncipe, de Juan Torres Lasquetti, una obra capital aun día para entender los entresijos históricos de la región camagüeyana en su devenir, que le merecía a su ya anciano autor “una medalla sobredorada y certificación de buen amigo del país que le adjudicó el Jurad"(1).

Los visitantes villareños, desanduvieron la otrora ciudad con liberalidad, y Tristá deja evidencia de ciertos lugares pintorescos, como lo era entonces lo que el describe como “cuartelillo de Bomberos Municipales”, ubicados entonces cerca de la Plaza Mayor. Su descripción nos sirve de muy interesante referente:
el material de que disponen es una bomba de mano y escasa manguera de lona; sobre un armero tienen un buen número de palas, picos, zapaicos, cubos cuerdas y escaleras: preguntamos a los bomberos si eran muchos y nos dijeron que dos compañías. El local es pequeño(2).
Estando en Puerto Príncipe para el 8 de Septiembre, los visitantes fueron testigos igualmente de la famosa Procesión de la Caridad. A bordo de una de las tradicionales volantas tan al uso en Puerto Príncipe. La descripción que nos hace el viajero del suceso es ciertamente notable, y así la transcribimos para el curioso lector:
Daba gusto ver el sinnúmero de volantas, particulares unas, otras de alquiler, que circulaban por ese paseo con un orden admirable(…) David, el calesero del Señor Sariol, debe ser bien diestro, pues ni una sola vez nos tropezamos en el mare-magnum de volantas, ginetes y gente a pie que allí nos cruzábamos.
Un buen trecho seguimos la procesión lentamente; la procesión va del templo al puente por un lado de la Alameda y regresa por el otro; ocho o diez mil personas se agrupaban en los portales, a ambos lados, aquella tarde(3).
Su observación de los más populares medios de transporte tirados por caballos, queda igualmente como una singular estampa de la ciudad principeña de aquel 1888:
En Puerto Príncipe hay pocos coches y tílburis; las calles son más adecuadas para las volantas, una carrera cuesta cincuenta centavos en billetes, que es la moneda corriente allí. Todos lo cocheros usan quitasol, que llevan siempre en sus volantas(4).
Otra mirada curiosa a las costumbres principeñas, lo fue su presencia en la retreta pública en la Plaza de Armas. Su alusión a la presencia de las bellas damas que colmaban el sitio “para tomar el fresco” y disfrutar de la “ópera económica”, contrasta con otra observación sobre la ausencia de alumbrado público en la ciudad y su aclaración de que “cada vecino pone un farol, que quita al cerrar su puerta; excepción sólo hecha para la Plaza de Armas, pues según testimoniaba: “estaba perfectamente iluminada con faroles de brillantina o petróleo”(5).

Al partir, los villareños lo hicieron por el mismo camino de llegada, por toda la calle Reina, y a la altura del Cuartel de Caballería, entroncando con el camino de la Vigía, rumbo, otra vez a Caobillas, oyeron los clarines que desde la fortaleza militar tocaban diana, justo antes del amanecer.


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  1. Recuerdo de Puerto Príncipe (La Exposición de 1888) Rafael Tristá. Santa Clara, 1888. p.24
  2. Ibid. p 41
  3. Ibid. p.44
  4. Ibid.
  5. Ibid.

(Miami) "Décimas nada más", con Nuvia Estévez y Sahíly Aguilera



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Nuvia Estévez en el blog
Sahíly Aguilera en el blog

Monday, October 14, 2019

Colón un héroe (north) americano

Colón, quien en todas partes veía la tierra más fermosa, no llegó hasta la Yuma. Sin embargo, historiadores y poetas lo convirtieron en un mito (north) americano.

Sunday, October 13, 2019

Ballet “Parade” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


“Parade” es un ballet en un acto con coreografía de Léonide Massine, con música de Erik Satie, argumento de Jean Cocteau y diseño de vestuario y escenografía a cargo de Pablo Picasso. Esta obra fue creada para los Ballet Russes, entre 1916 y 1917, con producción de Sergei Diaghilev. El estreno tuvo lugar 18 de mayo de 1917 en el Théâtre du Châtelet de París, con las interpretaciones del propio Massine, Lydia Lopokova, León Woizikowsky y Nicholas Zvereff, y la dirección orquestal de Ernest Ansermet.


Dado lo convulsionado de la época, en medio de la Primera Guerra Mundial, al proceso creativo no le faltaron momentos de tensión. La idea original fue de Cocteau tras escuchar "Trois morceaux en forme de poire" de Satie. Al proponerle al compositor utilizar su obra para un ballet, Satie se negó a utilizar obras preexistentes, pero le pareció interesante realizar una partitura especialmente para ser danzada. Así fue que, entre idas y vueltas de Bélgica, Cocteau comenzó a escribir el argumento sobre diferentes grupos circenses tratando de atraer público a sus presentaciones, y Satie comenzó a componer en ese mismo sentido. En un principio, Misia Sert (mecenas de los Ballet Russes) se opuso y Diaghilev que seguía todos sus consejos al pie de la letra, tampoco estuvo de acuerdo. Finalmente Cocteau consiguió el apoyo de Diaghilev, quien le encargó la coreografía a Massine, su flamante primer bailarín y amante, tras la partida de París de Vaslav Nijinsky, poco antes del inicio de la guerra. En febrero de 1917 se reunieron casi todos los involucrados en Roma, con excepción de Satie, para preparar el estreno programado para mayo.


Es interesante destacar que Guillaume Apollinaire, en la crítica periodística que realizó tras el estreno, describió a “Parade” como “un tipo de surrealismo”, utilizando este término para una obra artística tres años antes de que el movimiento surrealista surgiera como tal en París. Del otro lado del espectro, el crítico musical Jean Poueigh le dio una reseña muy poco favorable a la obra, generando un altercado epistolar con Satie, quién lo acusó de ser un “estúpido sin música”, lo que le valió al compositor varios días de prisión. Sucede que la música de Satie incorporó ruidos de la vida cotidiana, como máquinas de escribir y sonidos de botellas, incentivado por Cocteau, lo que generó un éxito de escándalo (nuevamente para una composición de los Ballet Russes, como ya lo había sido “Le Sacre du Printemps” de Igor Stravinsky).


El argumento de la obra es sencillo. Dos productores circenses intentan llamar la atención de los transeúntes parisinos para que vean sus espectáculos. Con esa intención diferentes artistas muestran sus habilidades: un prestidigitador chino, una niña americana que baila tap, un caballo amaestrado y una pareja de acróbatas. Sobre el final, ante lo fallido de sus intenciones, todos los personajes aparecen en escena.


La originalidad del argumento reside en la presentación de un único espacio abierto, las calles parisinas, y la representación de un arte popular, muy de moda en los salones de la París de principios del siglo XX, influenciados por la llegada del cine norteamericano a la ciudad luz. De esta manera, y como ya había sido anticipado por “Pretrushka”, “Parade” introduce el tema del entretenimiento popular en el marco de la danza académica, lo que antes de los Ballet Russes era inadmisible en el mundo elitista del ballet.




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Ver en el blog 


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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO)

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Friday, October 11, 2019

(Camagüey) "Aquí nació Luis Casas Romero..."

Estado actual de la casa natal, de Luis Casas Romero,  calle Pobre 95, actualmente P. Olallo, 462. Fotos Octubre 11, 2019.
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por Joaquín Estrada-Montalván



Luis Casas Romero (Camagüey, 24 de mayo de 1882 - La Habana, 30 de octubre de 1950) camagüeyano a quien se le reconoce ser el fundador de la radio en Cuba, el pionero en transmitir (22 de agosto de 1922), a través de su emisora 2LC. Asimismo, estableció en el año 1933 la COC, primera emisora de onda corta en el país. 

Además, se le considera el creador del género musical conocido como "criolla". 

La Escuela Vocacional de Arte de Camagüey lleva su nombre.

Comparto estas fotos, de su casa natal, realizadas en el día de hoy, 11 de octubre de 2019. 


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El mambí

Allá en el año noventa y cinco,
Y por las selvas del Mayarí,
Una mañana dejé el bohío,
Y a la manigua salió un mambí.

Una cubana que era mi encanto,
A quien la noche llorando vio,
Y al otro día con su caballo
Buscó mis huellas y me siguió.

Aquella niña de faz trigueña
Y ojos más negros que la maldad,
Unió sus fuerzas a mi fiereza,
Y dio su vida a la libertad.

Un día triste cayó a mi lado;
Su hermoso pecho sangrando vi,
Y desde entonces fue ardiente,
Cuba adorada mi amor por ti.

Música: Luis Casas Romero
Letra: Sergio La Villa




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Ver en el blog



Fragmento de "El diario de Lola" (por Thelma Delgado)

Nota del blog: Selección de textos, que serán parte del libro (en preparación) El diario de Lola, de Thelma Delgado.

Para leer sus escritos en el blog, en este enlace.



Querida Mimí:

Hoy fue el último día de trabajo del Muchacho de las Islas aquí en el restaurant. Se va porque consiguió otra cosa. Debo confesarte que me dió pesar verlo ir. Pero estoy contenta de saber que se va porque encontró algo mejor. El ya me había dicho que es veterinario pero no había encontrado trabajo. Al despedirse me dio un beso en la mano y me dijo -estoy enamorado de ti y me voy triste porque no podré verte más; pero al mismo tiempo me voy feliz de haberte conocido. Si no estuvieras comprometida te pediría que fueras mi reina. Uf! Esa manera de mirarme me estremeció, me puso nerviosa. Su piel tan suave, sus labios carnosos y ese olor tan suyo a canela y miel. Yo siempre me mantuve a distancia pues el es 15 años menor que yo; de no ser así esta historia hubiera tenido un final diferente.

Por la tarde saludé a Sandra y le pregunté por su papá -Estable, me dijo y siguió para su apartamento cabizbaja. Le pido a Dios por ella y por Don Rigo.

Sabes, tengo muchas ganas de ver “A Quien Ya Tu Sabes” Lleva varios días fuera de la ciudad por motivos de trabajo. Debe llegar mañana por la noche. Le dije que venga directo aquí; que le haría una cena rica y de postre le daré mil besos

Bueno, ahora me voy a dormir y a soñar que el y yo nos amamos hasta el amanecer

Buenas noches Mimí.




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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

Thursday, October 10, 2019

Conducta (un filme de Ernesto Daranas)




Conducta (Año 2014)

Director Ernesto Daranas
Director de Arte Erick Grass

Actúan:
Armando Valdés Freire
Alina Rodríguez
Amaly Junco
Miriel Cejas
Yuliet Cruz
Armando Miguel Gómez
Silvia Águila
Idalmis García
Tomás Cao
Héctor Noas
Aramís Delgado.

Monday, October 7, 2019

Madagascar (un filme de Fernando Pérez)



MM. Ficc. 1994
Productora: ICAIC


Ficha Técnica

Guión: Fernando Pérez y Manuel Rodríguez
Dirección: Fernando Pérez
Producción General: Santiago Llapur
Dirección de Fotografía: Raúl Pérez Ureta
Montaje o Edición: Julia Yip
Música Original: Edesio Alejandro
Sonido: Ricardo Istueta

INTÉRPRETES
Zaida Castellanos, Laura de la Uz, Elena Bolaños, Jorge Molina, Roberto Delgado, Nancy Rodríguez, Carmen Rivera, Yolanda Ruiz, Susana Alonso, Ramón Brito 


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ver en el blog: Filmes Cubanos  

Saturday, October 5, 2019

Volver a creer (by José José & Yanni)





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Ver en el blog

(Video completo) Consistorio en el que fue creado cardenal Mons. Juan García





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ver en el blog 

Una foto con más historia que mil libros (por Lorenzo Ferrer)

Volando en Solitario. Pensamiento XVIII (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


La vida está hecha de triunfos y fracasos de derrotas y victorias, en eso consiste su dinámica.

Vive tu presente, aunque esté lleno de dificultades, estamos preparados para sobrellevarlo, solo dependerá de nuestra actitud y de nuestra inteligente aceptación.

La postura que le pongamos al presente posiblemente nos asegure un futuro fortalecido y vencedor.






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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.

-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy

Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección

Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer

Florida National University
- Podcast - Un dia con Bereshit la silla VIP - Conferencia Sobre mi libro " Volando en Solitario"
-Panelista en los Foros literarios Books and Books
-Participacion en el Primer Encuentro de Escritores "Mision Gratitud" - Barnes & Noble

Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Friday, October 4, 2019

Teatro Avellaneda, recuerdos de la infancia (por Joaquín Estrada-Montalván)


El Teatro Avellaneda de Camagüey (nombrado en honor a Gertrudis Gómez de Avellaneda), centro cultural construido en la esquina de la cuadra donde está la casa de la Avellaneda, en la calle Avellaneda (se le recuerda a la Tula, en su lugar).

Teatro de estilo neoclásico o ecléctico, edificado a inicios del siglo XX (inaugurado el 20 de mayo de 1913), con sobriedad y elegancia, diría con "alma camagüeyana".

Lo conocí de niño (inicio de los 70), ya venido a menos (más allá de su otoño).

Era el cine infantil de la ciudad. La entrada 20 centavos. Las butacas de madera, cada semana quedaban menos. Gigantescos ventiladores al frente (combinaban mucho ruido y poco aire). La programación que recuerdo, fragmentos de películas de Chaplin (silentes ellas, como para no interrumpir el aeroruido de los ventiladorsones), y materiales audiovisuales soviéticos, que en el aburrimiento nos hermanaba a los niños cubanos y postrusos.

En especial recuerdo (como pesadilla, a veces, como sueño) una película, o algo así, soviética que mostraba un grupo de campesinos con trajes típicos que lo mismo vivían dentro y fuera del mar, de donde entraban y salían cantando y bailando, uno de ellos tenía como barriga una pecera y esa imagen y "canción", me ha acompañado toda mi vida.

Los sábados en la tarde, eran de cine, mi mamá me dejaba en el Avellaneda, me entraba, me sentaba y se iba al Casablanca, a ver el estreno de la semana. Cuando su película terminaba, regresaba por mi y al Coppelia, sunday o copa lolita yo pedía siempre. Chocolate y Almendra, mis sabores preferidos.

Luego crecí (o gané en años) y ya iba solo al cine, historias muchas por contar.

A la misma vez que fui adolescenteando, el cine teatro Avellaneda desaparecía en su interior, hasta que fue clausarado y habitado por gente sin casa.

Relativamente hace poco tiempo fue reconstruido (reabierto en octubre de 2016).

Tampoco volvió a ser el cine infantil, donde repetían los fragmentos silentes de Chaplin y de los soviéticos con pecera de barriga, que entraban y salían cantando del mar.

Pero aun existe el Teatro Avellaneda, donde transcurrió parte de mi infancia.

A Camagüey se le conoce como la ciudad de las iglesias, de los tinajones, de Agramonte. También, pudo ser conocida ... de los cines (aunque pocos queden, numerosos fueron).

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"Juan Guarch es, además, un hombre de ideas nobles; y es amante de Camagüey en donde reside desde hace algunos años y el amor a Camagüey lo ha demostrado ahora embelleciendo la población con un bello edificio cual es el Teatro Avellaneda." (Bohemia. Junio 22, 1913)


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Foto tomada del Adelante
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Notas: 

- Según refiere el blog de TV Camagüey, el Avellaneda fue construido "con una capacidad, que era de un total de 1006 personas, entre lunetas, palcos, galerías y entradas generales" Datos de un estudio de Yuldys Márquez Díaz.

- Según refiere el blog Radio Camagüey la capacidad actual es de 500 espectadores. En algunos otros sitios web dice 600 espectadores.

- "El  público pudo apreciar allí Ana Bolena (1923), La dama de las Camelias (1923), El león del desierto (1925), El acorazado Potemkin (1928), El rescate de Sanguily o esto sí es Cuba Libre (1928), La quimera de oro (1930) y Luces de la ciudad (1931), entre otras cintas." Yuldys Márquez Díaz. Adelante.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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