Saturday, June 13, 2020

Reflexión (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


Hay que saber trabajar tus emociones, para que evites lastimar a los seres que te rodean y puedas asegurarte un futuro limpio.

Humanicémonos más para poder vivir una vida emocionalmente sana.

Recuerda que la vida tiene su fragilidad y esa fragilidad puede verse evidenciada en cualquier momento.

Deja atrás las banalidades, los egos inflados, el protagonismo y las competencias.

En eso no radica verdaderamente que tus conocimientos sean los más valiosos.

Se tú mismo no compitas con nadie, mientras más sencillo seas, demuestra cuan valioso eres.

¿Pregúntate cual es el propósito que tienes aquí en la tierra, para que has venido?

¿Cuál es el legado que deseas dejar para que trascienda?

Camina siempre por la vida con dirección, con proyección, descubre tu esencia y lo que te define.

Aprende a ser sencillo, mientras menos desees figurar, es porque has reconocido tu verdadero valor.

Recuerda que tú no necesitas el reconocimiento de nadie, eres tú el que debes saber reconocerte.

Acercándote hacia la auténtica realización de tu ser, viviendo en armonía con los demás para que puedas asegurarte un camino sosegado, tranquilo e impregnado de paz.



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Nuevo libro de Orlanda Torres
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---------------------------------------Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora de los libros: "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle). "Los símbolos del Amanecer" (Editorial Voces de Hoy, 2020)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Administra:
www.vivencialhoy.blogspot.comwww.facebook.com/vivencialhoyFacebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3
orlandatq@gmail.comtorres_q@yahoo.com

(Social. Marzo 1931) Atlántico. Un poema de Eugenio Florit


(Bohemia. Abril 4, 1954) Boda de Guillermo Alvarez Guedes y Elsi Guerra.


Friday, June 12, 2020

San Francsico de Paula, la epidemia de 1602 y la Alameda (por Teresa Fernández Soneira)


Al principio La Habana era una población junto a la bahía, con casas de madera y techos de guano, sin calles trazadas ni edificios de importancia. Después comenzaron a llegar artistas y albañiles; arquitectos, gobernadores, prelados y marineros, y el antiguo caserío fue cambiando de fisonomía. Las casas empezaron a crecer y se vieron mansiones mayores, plazas y columnas, conventos, patios y fuentes entre troncos de palmeras y vegetación tropical…y paseos. Uno de los preferidos de los habaneros era el de la Alameda de Paula.
No. tenía nada, de extraño que te inspirase la escena urbano-marina que se despliega ante este balcón. En efecto, quien que abriga un alma de poeta no se inspira a la vista de esa hilera de casas desiguales de nuestra derecha, ¿en qué sobresalen los altos balcones de la solariega del Conde Peñalver? o la de esta Alameda sin árboles que termina en el café de Paula ahora a oscuras y desierto? o la del Hospital del mismo nombre en el fondo que parece una pirámide egipcia, desde cuya ennegrecida cima, según dijo Bonaparte, nos contemplan los siglos?
Esta es la descripción de la Alameda en el siglo XIX que nos ha dejado Cirilo Villaverde en su novela Cecilia Valdés(1). En esta Alameda se construyeron la vieja e histórica iglesia de Paula, y un hospital para mujeres que llevaba el mismo nombre. Pero volvamos atrás las páginas del almanaque y vayamos a la Cuba del siglo XVII.

HISTORIA DE UNA FUNDACIÓN

Alrededor del 1650 La Habana contaba con casi 10,000 habitantes, cifra impresionante si se tiene en cuenta que la inmigración entonces era muy escasa y que 1as continuas epidemias hacían grandes estragos entre la población. Residía por entonces en esta ciudad el presbítero Nicolas Estebes Borges, natural de Islas Canarias, Dean de la Iglesia de Cuba. Se decía en La Habana que este poseía una gran fortuna y que generosamente había distribuido sus bienes. Una de sus grandes obras fue la de la fundación de la Iglesia y el Hospital de Paula.

El 10 de diciembre de 1664 Borges hizo testamento en el cual dio potestad al Obispo de Cuba, Juan de Santo Mathia Sáenz de Mañozca y Murillo, y al Maestre de Campo y Gobernador, don Francisco Dávila Orejón y Gastón, para que ambos pudieran llevar a cabo los deseos de su testamento. Estebes dictó el testamento al cura de la santa Iglesia Parroquial Mayor y lo firmó el 1ro. de enero de 1665. Solo dos días después, el 3 de enero, fallecía.

El 25 de abril de aquel mismo año el obispo y el gobernador se dieron a la empresa de llevar a cabo los deseos de Borges según la cláusula número 49 de su testamento referente a la fundación de un hospital para mujeres pobres bajo la advocación de San Francisco de Paula. Dicha cláusula consignaba:
Y del remanente que de todos mis bienes quedaren, nombro por mi único heredero a mi alma para que goce de los beneficios que de ellos se hicieren y principalmente primero y ante todas las cosas, quiero que se fabrique una ermita o capilla con la debida descendencia al glorioso patriarca San Francisco de Paula.
¿Por qué san Francisco de Paula? En el 1602 se había desatado una terrible epidemia en La Habana y los vecinos se habían puesto bajo la advocación de San Francisco de Paula. Muchos experimentaron una milagrosa curación y se cree que debido a esta devoción popular Estebes Borges decidió que la iglesia y el hospital llevaran el nombre de este santo. Para comenzar la construcción de los dos edificios, el Gobernador pidió al Cabildo habanero que le cediera cuatro solares y recompensar a los vecinos por el terreno que iba a utilizar para la construcción de la iglesia y el hospital. Así, con la ayuda del señor Obispo se comenzaron las obras el 27 de febrero de 1668.

LA ANTIGUA IGLESIA DE PAULA


Todas, o casi todas las iglesias cubanas de este siglo XVII hasta la terminación de la tercera década del siglo XVII, constituyen un grupo de edificios bien definidos por sus grandes analogías y calidad ya que muchas de ellas han perdurado en el tiempo llegando hasta nuestros días. Se cree que la primitiva iglesia de Paula del 1600 tenía forma rectangular con una nave corrida a cuyo fondo se situaba el presbiterio. Esta estructura se construyó con muros de rafias y techos de madera cubiertos de tejas donde predominaban las características moriscas por la mezcla de estilos y formas constructivas que caracterizaron a la escuela morisco-plateresco que trajeron a Cuba los alarifes andaluces.

En el 1730 tanto la iglesia como el hospital, del que hablaremos más adelante, quedaron destruidos por un terrible y violento huracán. Tomó entonces a su cargo la obra de reconstrucción el Obispo Lazo de la Vega y Cancino y las renovaciones quedaron terminadas para el 1745. La nueva construcción que es la que ha perdurado hasta nuestros días, se realizó con planta de cruz latina, naves cubiertas por bóvedas de cañón, y una pequeña cúpula sobre el crucero. Joaquín Weiss(2) en su libro Arquitectura Cubana Colonial(3) nos dice:
La cúpula de esta iglesia es probablemente la más interesante de las pocas que nos ha legado la colonia, y la composición de masas de la cabecera de la iglesia reflejando en su desnuda reciedumbre el temple de los hombres de la época es, en su actual estado ruinoso, del mayor efecto.
En esta segunda construcción se le añadió a la iglesia viviendas para mayordomo y capellán, así como un buen retablo. La composición de la fachada, con el arco, las columnas a los lados y las imágenes en piedra, es típicamente española. En este conjunto se puede observar un elemento que le da singularidad. Es la espadaña, hoy sin campanas, que sustituye al frontón usual en las iglesias de España. Es también curiosa la colocación de las ventanas, desproporcionadamente altas pero valiosas por el efecto del claroscuro que producen. Esta iglesia del barroco cubano se encuentra entre las iglesias de más calidad que nos dejaron los arquitectos del siglo XVIII de innegable valor artístico hoy considerada Monumento Nacional.



EL HOSPITAL DE RECLUSAS

Comenzó este a funcionar con una donación del obispo, así como con las contribuciones del vecindario. Tenía el Hospital solamente cuatro camas en las que se trataban y curaban mujeres pobres y desvalidas. Para su cuidado y asistencia se dispuso de una enfermera o monja; de una esclava o criada, y de un médico. El historiador Jacobo de la Pezuela en el 1863 nos habla del hospital:
...e1 hospital de Paula es uno de los más correctos v regulares de los de La Habana, entre la bahía, la alameda de su nombre y la calle de San Ignacio. Constan de dos salas altas para mujeres blancas, una de medicina y otra de cirugía. Dos bajas para las de color; la de enfermedades contagiosas y la llamada del Palenque, destinada para refugio de negras y mulatas viejas(4).
Es dato interesante que el novelista Cirilo Villaverde aprovechara el hecho de que este antiguo hospital admitiese solamente a mujeres, algunas con el carácter de reclusas, para que en su novela Cecilia Valdés, Doña Rosa de Sandoval, al ocurrir la violenta muerte de su hijo Leonardo de Gamboa y movida por el instinto de venganza, propiciara la condena de Cecilia Valdés, como cómplice del asesinato y fuera internada en el hospital de reclusas de Paula. Y fue en este lugar, nos narra la novela, donde Cecilia encontró a su infortunada madre.

En el 1907, con el fin de trasladar el hospital a otro lugar más conveniente (donde se encuentra actualmente en Arroyo Apolo), la propiedad fue vendida por su patronato a una empresa portuaria que lo utilizó como almacén cayendo en un completo abandono por muchos años. Esta empresa obtuvo el permiso para demolerlo en la década de los años 30, pudiéndose salvar la iglesia.

LA ALAMEDA DE PAULA


En el 1802 el Gobernador de Cuba, Marqués de Someruelos añadió a este conjunto de edificios la hermosa Alameda de Paula. Originalmente se le llamó Salón O’Donnell por el Mariscal de este nombre que fuera inspector de la Isla. De su original apariencia nos habla Samuel Hazard(5), durante su visita a la isla en el 1870:

El primero y más impresionante de estos paseos es el de la Alameda de Paula. Está situado entre la calle de Luz y el bastión de Paula frente a la bahía. Tiene asientos en piedra, árboles del lado de la ciudad, y un parapeto del lado del mar formado por una balaustrada de concreto con adornos del mismo material alternando con barandas de hierro. En el medio hay una glorieta semicircular o mirador con asiento, y atrás de esta una bella fuente de piedra que tiene en el centro una columna en mármol adornada con trofeos militares y emblemas nacionales de muy buen gusto.

Así quedaron para la historia esta Iglesia y Alameda de Paula en las que tantos y tantos hombres trabajaron en una sociedad limitada económicamente y con una mano de obra pobre. Aquellos arquitectos y maestros de obra de los siglos XVI y XVII crearon un estilo que ya empezaba a mostrar el desarrollo de la cubanidad: el barroco cubano.

En aquellas abiertas y parlanchinas calles de La Habana Vieja, entre persianas y rejas, vitrales y balcones; volantas y quitrines; iglesias y paseos, se fue moldeando la personalidad de la villa de San Cristóbal de La Habana, punto de escala de las flotas y enlace del comercio y el tráfico con las Américas y Europa. Por eso de ella diría el Gobernador y Capitán General de la Isla, Dávila Orejón en el 1683:
¡Oh, Habana!, puerto libre, erario seguro, reposo de los mayores tesoros que ha visto el universo. No solo conozco lo que eres, sino también lo mucho que intrínsicamente vales.



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Nota: Este artículo fue publicado en el libro Apuntes desde el Destierro, Ediciones Universal, Miami 1989. Posteriormente la Iglesia de Paula fue remodelada, y desde el año 2000 es sede de las presentaciones del grupo de música antigua Ars Longa, y donde periódicamente se celebran conciertos del Festival Internacional de Música Antigua Esteban Salas.








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  1. Cirilo Villaverde: Cecilia Valdés, Instituto Cubano del Libro, La Habana 1972.
  2. Joaquín Weiss y Sánchez (La Habana, 1894- 1968) fue un arquitecto racionalista cubano.
  3. Joaquín Weiss: Arquitectura Colonial Cubana, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1979.
  4. Diccionario geográfico, estadístico, histórico, de la isla de Cuba, por don Jacobo de la Pezuela, Imprenta del establecimiento de Mellado, enero 1863
  5. Samuel Hazard: Cuba with pen and pencil, Sampson Low, Marston, Low, & Searle, Londres 1873.




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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas.

Ahora (un poema de Thelma Delgado)


Porque la vida es tan incesante,
Habítame hoy, que el tiempo no espera
Quiéreme cuerda, quiéreme loca
Tal vez mañana sea muy tarde

Como la ola acaricia la playa
Bajo la cándida luz de la luna
Con guantes de seda te acariciaré todo,
Y tuya seré, como no fue ninguna

Porque el amor está hecho de instantes
Fugaces, efímeros, pasajeros
Amémonos ahora, no esperemos más,
Seamos amigos, amantes, y siempre compañeros.




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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

Thursday, June 11, 2020

(Bohemia. Junio 1933) Vuelo Sevilla Camagüey, 11 de junio de 1933. Estancia en la Habana, junio 12 al 20 de 1933

El 11 de junio de 1933, Mariano Barberán y Joaquín Collar, aterrizaron en Camagüey desde Sevilla, luego de un vuelo de aproximadamente 40 horas.



Homenajes a Barberán y Collar en la Habana.

Luego de su aterrizaje en Camagüey (11 de junio de 1933), viajaron a la Habana donde permanecieron del 12 al 20 de junio de 1933. El 20 de junio salieron rumbo a México y ...?

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El "Cuatro Vientos", donde volaron Barberán y Collar, en junio de 1933, desde Sevilla a Camagüey, a la Habana y desaparecieron rumbo a México.
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Monumento en Camagüey

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de las Damas, Capitán Sabino Montes (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.    

Foto/Blog Ala y Raíz
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Se origina en Jesús, María y José, y en su recorrido corta Santa Ana o del Calvario y Santa Inés o del Medio; intercepta Pasaje de Sedano (I), corta de Santiago u Horca y limita a los callejones B (I) y B (D); supera a San Ramón y a Calle 2da. del reparto Santa Rosa; obstruye a Calle 1ra. (D), troza San Diego y cierra San Lorenzo (I) para luego cruzar la Carretera Central Oeste. En su prolongación da límite al callejón Benítez (D), pasa Cinco Metros y Cuba Libre; cierra el callejón Teniente Riberón (I), el Pasaje C (D) y el callejón de Robirosa (I) para fundirse luego con la calle del Cielo y desaparecer en la carretera de Vertientes. 

Su primigenio nombre está asociado a la femineidad, ya sea por la hermosura o por distinguirles particulares modales, educación o zalamería de las que allí vivían o, tal vez, por ser este el género predominante entre sus habitantes, como apunta Lasqueti. Resulta curioso que precisamente la primera calle de La Española, Santo Domingo, fuera reconocida popularmente como “Calle Las Damas” y que sobre ello los historiadores argumenten al hecho de que al principio de la colonia las damas se paseaban por ella. Construida durante el gobierno de Nicolás de Ovando, el eje conectaba la Torre del Homenaje y el Alcázar, de ahí su nombramiento oficial como calle de la Fortaleza o a partir de 1659, por orden del Ayuntamiento, calle Colón; pero a todo ello ha sobrevivido el de calle de las Damas, un discurso que cualifica el conjunto que fuera declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. 

El rebautizo estuvo a cargo de Emiliano Agüero Varona, teniente del EL con residencia en Joaquín Agüero no. 23 en el reparto La Vigía, quien en representación de una comisión de veteranos de la independencia de Cuba dirige al Ayuntamiento una carta fechada el 20 de febrero de 1929 en la que suplica “le concedan cambiarle el nombre al callejón que hasta hoy se nombra Las Damas y que hoy es una calle bastante habitada, ponerle el nombre de un patriota cubano que luchó en las dos guerras, que falleció el 21 de marzo de 1928 a la edad de 73 años: Sabino Montes Barreto”, bajo el título Capitán Sabino Montes. 

El 7 de mayo el Dr. Domingo de Para, en funciones de alcalde municipal, firmó un documento en el que comunicaba a los concejales que “el Callejón Las Damas hasta la fecha carece de nombre nuevo”, el cual fue leído en la sesión del día 24, sin embargo, no fue hasta meses después, el 16 de agosto, que definitivamente se toma el acuerdo del cambio de nombre, publicándose para conocimiento de la población en el Boletín Oficial de la Provincia de Camagüey correspondiente al martes 10 de septiembre de 1929.

De sus cuadras solo corresponden al Centro Histórico las comprendidas entre Jesús, María y José, y San Ramón. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Sombra (un poema de Janisset Rivero)


Tender la mano
hacia la sombra donde habitas;
tender la mano abierta y vacía
como un amanecer,
y extenderla,
hasta romper el grito de la noche,
la distancia aparente
entre dos soledades cardinales.
Tender la mano hacia tus pasos
y tocar el camino, levemente,
como rozando el agua de un estanque…
y extenderla
hasta encontrar tu mano solitaria
al final de la sombra.







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Janisset Rivero (Camagüey, 1969) ha publicado los libros de poesía Ausente, editorial Aduana Vieja, octubre 2008 y Testigo de la noche, Editorial Ultramar, Miami, 2014.

Santa Cruz del Sur (un texto de Eduardo F. Peláez)

Nota del blog: Texto incluido en el libro Un Buen Escrito, Cuentos y Pesadillas (Alexandria, Miami 2020).

Agradezco a su autor, el fraterno Eduardo F. Peláez, por hacerme llegar su más reciente obra y comparta uno de sus cuentos con los lectores de este espacio virtual.


¡Mira que éramos incautos! Yo te digo a ti que estamos vivos de milagro. Nosotros éramos unos jóvenes idealistas, pero no necesariamente gente de acción, ni teníamos madera de mártires. Nada, que uno se va envolviendo sin darse cuenta con la cuestión patriótica, los compañeros, y cuando vienes a ver, estás metido hasta los huesos. Claro, que había que luchar contra el comunismo, pero ninguno de nosotros era militar, ni sabíamos andar con armas. Éramos unos vitongones, que vivíamos en la tierra del la-la-la y que no estábamos preparados ni pa’ tirarle un gollejo a un chino. Fíjate tú que un día me mandan de buenas a primeras a que me vaya a hacer contactos a Santa Cruz del Sur con otro que era nada más y nada menos que el responsable militar del movimiento. Un hombre que estaba más que cujeao en toda esta desgracia. El tipo era ex capitán rebelde y se la arrancaba a cualquiera. Era un guajirón con aspecto de más guajirón, y yo: el hijo de papá con mi camisita de El Encanto. ¿Sabes cómo fuimos a Santa Cruz?: ¡Con un botero! ¡Le zumba el merequetén! Imagínate tú una máquina con un chofer, una mujer con un niño y el ex capitán rebelde sentados delante, y yo atrás con un guajiro y su gallo, su mujer y una parienta. Solamente con preguntarme, “¿Qué vas a hacer en Santa Cruz?”, me hubieran cogido preso, porque no hubiera sabido responder. Para colmo de los colmos, tenía todos los bolsillos cargados de propaganda subversiva del periodiquito que tirábamos en Camagüey y que yo tenía que entregarle a mi contacto allá.

Recuerdo que iba muy confiado hasta que, llegando a un puente, me doy cuenta de que unos milicianos estaban parando a todas las máquinas, abriéndoles el baúl, chequeando y registrando a los pasajeros. ¡El fin del mundo! Me bajo de la máquina todo nervioso y descubro que uno de los milicianos que cargaba un tremendo fusil Fal al hombro era Frank, el que se ocupaba de las taquillas en el club, y a quien yo conocía. Sin pensarlo dos veces, le pego un grito: "¡Frank!". Me le tiro con un abrazo y "Frank, ¡qué alegría verte!, ¿qué estás haciendo?, cuéntame de tu vida”. Y Frank, contentísimo de verme, que ¿cómo estás mi hermano?, que ¿cómo está la pandilla del Tennis?... Mientras tanto, pillo p’atrás y estaban registrando a los pasajeros de la máquina. Hasta al gallo lo estaban chequeando. Yo no paraba de hablar y de pasarle el brazo a Frank por la espalda para dar tiempo a que acabaran. Era cierto que lo conocía del club desde hacía muchos años pero no era pa’ tanto cariño. Cuando veo que ya está todo el mundo montado, me despido de Frank con un último abrazo y me meto en la máquina. ¿Tú puedes creer que nadie me dijo ni pescao frito? Ni pitoche, mi hermano. El chofer arrancó, nos alejamos del puente y empecé a rezar un Ave María tras otra. ¡Treinta años me hubieran clavado en las costillas por el chiste! ¡Treinta años, si Frank no hubiera estado en el puente!

Llegamos a Santa Cruz del Sur y sólo me acuerdo de que nos fuimos a una botica que era el punto de contacto y todo lo solucionamos en un segundo. Solté la propaganda a la velocidad del rayo a un individuo que se presentó después de una llamada que le hizo el boticario con la contraseña convenida que era cualquier oración que contuviera la frase “globos azules”. ¡Qué cosa más absurda! Pero así andábamos. Me fui con el individuo, y el ex capitán se fue con otro hombre que llegó al poco rato. Quedamos en encontrarnos otra vez en la botica y no lo volví a ver hasta que llegó la hora de la partida. Cogimos a otro botero y “pa’ Camagüey, que se va Panchita…”.

Esa fue la primera y la última vez que fui a Santa Cruz del Sur. No me acuerdo de nada, ni de las calles, ni de las casas, ni de los parques. No vi el mar y si lo vi no lo recuerdo. Solamente guardo en la memoria al gallo, al puente, a Frank, al ex capitán y a la botica. Me imagino que el puente debe seguir allí, el gallo tiene que haber pasado a un buen caldo o un buen arroz, Frank debe de estar añorando la época en que trabajaba en el club, la botica debe de haber cerrado por falta de medicamentos, y el ex capitán… esa parte sí es triste: Desafortunadamente lo prendieron unos meses después y lo fusilaron.


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