Showing posts with label Marcos Tamames. Show all posts
Showing posts with label Marcos Tamames. Show all posts

Thursday, January 16, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de Arucas, Del Rosario, Coronel Borrero (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 

El callejón de Arucas se encuentra paralelo a San Idelfonso y nace en Santa Ana para extenderse a la derecha hasta Jesús, María y José. Su nombre debe encontrar origen en el apellido de uno de los vecinos asentados en su entorno, probablemente a don Carlos de Aruca, de la parroquia Santa Ana en 1797. El apellido puede estar vinculado al hecho de que este vecino fuera originario de Arucas, municipio perteneciente a la provincia Las Palmas, al norte de Gran Canaria en España, donde el modo de llamar a la ciudad es tan fuerte que se reconoce su iglesia, bajo la advocación de san Juan Bautista, como Catedral de Arucas, amén de que no alcance esta jerarquía eclesiástica.

En cuanto a del Rosario, parece estar vinculada a la devoción religiosa. No olvidemos que una de las capillas laterales de la iglesia Mayor está bajo la advocación de esta virgen y son varias las esclavas que, en el entorno de esta calle y desde finales del XVIII, ostentan el nombre de María del Rosario, entre las que se encuentran la de casta arará que perteneciente a doña Catalina Ortega en 1798 y la mandinga de Ignacio Marrero en 1799. No hay que descartar la posibilidad de que para citarle se tome como referente solo el nombre femenino tal y como aparece en el Plano topográfico de Puerto Príncipe y sus cercanías (1883) que dedicara Tomás Valiés y Benabarre al ilustre don Enrique Capriles y Asuna, defensor de las Carolinas y primer gobernador civil nombrado para Puerto Príncipe, donde coloca el texto “C. del Rosario”.

En relación con el cambio de nombre según el listado levantado el 21 de diciembre de 1927 por el DSAM consta la permanencia de su nombre y se especifica que se le reconoce indistintamente por callejón del Rosario o de Arucas, informe que se lee en sesión del 12 de marzo de 1928. De modo que a partir de esta fecha se incorpora al potencial de espacios urbanos donde legitimar o rendir tributo a una personalidad del ámbito político o cultural.

El nombre Coronel Esteban Borrero Echevarría aparece como propuesta de una de las calles de la ciudad el 23 de agosto de 1927. Para entonces el concejal Luis R. Sala Céspedes sugiere el callejón de Tío Perico, mas ante la duda del estado en que se encuentra el nombre de esta calle se solicita informe a secretaría. La segunda oportunidad se anuncia en sesión del 11 de abril de 1930 y se realiza en relación con el callejón de las Micaelitas; y la tercera y definitiva días después, en la del 28 de abril; ocasión en la que Sala comunica que no han sido modificado los nombres a los callejones Tío Perico y de Aruca, razón por la que rehace la sugerencia de rendir tributo en este último a Esteban Borrero, acuerdo que se confirma el 7 de mayo de ese año.

Así, incorporaron los camagüeyanos en la ciudad un referente para recordar a Esteban Borrero y Echevarría (Puerto Príncipe 1849-San Diego de los Baños 1906), el médico, literato, educador y patriota que alcanzó el grado de coronel. Antonio Barreras Núñez lo llama el gran cervantista cubano y destaca como signo de perseverancia el hecho de combinar el trabajo en un taller de zapatería con el de repartidor de pan en tiempos de postguerra. Dentro de sus obras el historiador Jorge Juárez Cano destaca la composición A la mujer, publicada en el Correo de las Damas en 1876 y anota que “junto a Varona, Tejera, Betancourt, los Sellen y Valera Zequeira redactó Arpas Amigas, calurosamente juzgada por Revilla en El Globo de Madrid”. Apunta Juárez que se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidad de La Habana el 8 de octubre de 1879, al tiempo que subraya que sus tareas literarias le consagraron como “exquisito poeta y cuentista admirable”; que partió a Cayo Hueso al iniciarse la Revolución el 24 de Febrero de 1895 y más tarde “el austero don Tomás Estrada Palma lo nombró Delegado General del Partido Revolucionario Cubano en Costa Rica y El Salvador”. El académico de la Historia de Cuba, Sr. Chacón y Calvo insertó sus poemas “De lo más interno” y “Flor de un día” en Las cien mejores poesías cubanas (Madrid, 1922).

En de Arucas debían encontrar los camagüeyanos el referente para recordar a uno de los protagonistas en la fundación de la Sociedad de Estudiantes Clínicos de La Habana y la Sociedad Antropológica, así como de las publicaciones Gaceta Médica, la Revista de Ciencias Médicas y la Enciclopedia Médica, entre otras. La memoria colectiva ha mantenido en la cotidianeidad el nombre de Arucas, este fragmento urbano que cualifica el CH, pero dista considerablemente del área declarada PCH.


--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, January 9, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de Arrieta, General Javier de la Vega (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 
 
Se ubica en el barrio La Caridad. Nace en la calle del Paso Chiquito y en su recorrido cruza San Joaquín, de la Caridad y Cuba. Da inicio al callejón del Cura (I) y cierre a la calle 1ra. del barrio Vista Hermosa (D); para culminar en el nodo del que parten de la Glorieta (I) y la Calle 3ra. de Vista Hermosa. A partir de dicho nodo se prolonga bajo el topónimo Carretera de Santa Cruz del Sur.
Al sobrepasar del Paso Chiquito y hasta la calle Cornelio Porro, adquirió el nombre de calle 1ra. del barrio Garrido; aunque no son pocos los vecinos que lo siguen llamando de Arrieta o Javier de la Vega (nombre moderno); tramo en el que recibe a una calle que da entrada al Casino Campestre (I) y al callejón de Freyre (D); tras el puente recibe a Braulio Peña (D) y culmina en Cornelio Porro.
En cuanto a su nombre y clasificación Tomás Valiés y Benabarre en su Plano topográfico de Puerto Príncipe y sus cercanías (1883) la llama calle de Arrieta, mientras Lasqueti en la obra que publicara en 1888 la presenta como callejón de Arrieta. Argumenta que el nombre lo aporta el apellido del propietario de los terrenos en los que el eje se abre paso. Los Arrietas forman parte del patriciado principeño en el siglo XVIII: Emeterio de Arrieta, con riqueza urbana en San Ildefonso y quizás por ello protagonista en el financiamiento de la ermita Santo Cristo del Buen Viaje en 1723; doña Juana de Arrieta, registrada con propiedades en la céntrica calle de la Mayor entre 1779 y 1794, y Francisco de Arrieta, en el eje Santiago o de la Horca entre 1805 y 1813, son ejemplos de ello.
Su nombre se encuentra entre los que no han sido modificados en diciembre de 1927, según informe del DSAM, revelando su potencialidad para rendir homenaje en él a una figura relevante de la localidad. Un año después, en sesión del 12 de noviembre de 1928, el concejal Jorge Martínez Barreras propone cambiar el nombre a la calle Arrieta por el de General Javier de la Vega. Se toma el acuerdo de manera inmediata y es confirmado por el alcalde municipal, el doctor Domingo de Para el día 20. Sin embargo, en sesión del 20 de septiembre de 1930 el propio Martínez se quejaba de la ausencia de tablillas que indiquen el cambio de nombre, oportunidad que aprovecha el concejal Filiberto Silva Varona para sugerir que sean puestas el 10 de octubre en honor a tan conmemorativa fecha.
Al renombrar este callejón se recordaría al general Javier de la Vega (Puerto Príncipe 1851 - 1934), el principeño que con solo 17 años se incorporó al grupo insurrecto que operaba bajo las órdenes de Federico Castellanos Arteaga y participó en las dos guerras subordinado a Ignacio Agramonte primero y Máximo Gómez luego. Este camagüeyano fue herido en Manajanabo el 14 de mayo de 1896 y ascendido a general de división en diciembre de ese año. Durante la república neocolonial presidió el Consejo Territorial de Veteranos de Camagüey desde donde realizó una fuerte obra en el cambio toponímico de las calles y callejones de la ciudad.
Dista del área declarada PCH y solo dos de sus cuadras se integran al CH, las limitadas por del Paso Chiquito y Cuba.
--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, January 2, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de las Apodacas, Valdés Domínguez (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  


Morfológicamente de las Apodacas está definido por una cuadra que enlaza dos importantes ejes de la ciudad, Santa Ana o del Calvario y San Diego, extremo en el que junto a la calle San Pablo define una plazuela que en la década del 30 del siglo XIX fue nombrada de Isabel II.
Según refiere Lasqueti este callejón debe su nombre a unas beatas de ese apellido que vivieron en él muchos años. Sin embargo, no es desacertado inferir cierta analogía con el caso de la calle Apodaca de La Habana, cuyo nombre, según Emilio Roig, rinde homenaje al capitán general Juan Ruiz de Apodaca, “Conde de Venadito que gobernó acertadamente la Isla de 1812 a 1816”. Los documentos de archivo muestran sistematicidad en las órdenes que sobre la toponimia urbana se emitían desde la capital a los Ayuntamientos de pueblos y ciudades.
Su inscripción dentro de la reescritura de los nombres de las calles se inicia el 24 de noviembre de 1921 por intervención del señor Mariano Agüero Poveda, vecino de Lope Recio no. 2, quien escribe a los concejales del Ayuntamiento con el objetivo de invitarles a reflexionar acerca de la inexistencia en la ciudad de calle o lugar público en el que se perpetúe y honre “la memoria del general venezolano Narciso López, así como tampoco la del coronel del Ejército Libertador Fermín Valdés Domínguez”; al tiempo que propone para este callejón el topónimo Valdés Domínguez. El 16 de diciembre se aprueba la propuesta y es firmada por el alcalde municipal el día 27.
Así, a partir de noviembre de 1922 se rinde homenaje en el callejón de las Apodacas a Fermín Valdés Domínguez (La Habana, 1853-1910), médico cirujano y periodista que alcanzó el grado de coronel en diciembre de 1896, joven que coincide con Martí en la cárcel en 1869 y que estuvo involucrado en el fusilamiento de los estudiantes de Medicina en 1871.
En su biografía no aparecen relaciones directas con el territorio camagüeyano, aunque lazos afectivos debió establecer con los hijos del terruño tanto en la isla como en el extranjero. Su profunda amistad con Martí debió haberlo puesto en contacto con la camagüeyana Carmen Zayas Bazán.
Como parte del patrimonio cultural, otorgándole autenticidad al área PCH desde el sistema toponímico pervive callejón Apodaca, un eje secundario por el cual escapar o alcanzar la tienda El Encanto.
--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, December 26, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Antonio, 28 de Enero, Nicolás Guillén (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.   

 Calle San Antonio, 28 de Enero, Nicolás Guillén
-------------------------------------------------------------


Se extiende desde la calle del Santo Cristo hasta de la Carnicería o Contaduría, donde se integra a la plazoleta de Don Lucas, nodo que sirvió de referencia a la organización de la villa en 1774. En su recorrido traspasa San Diego y San Ignacio.

Su nombre original está relacionado con el monje franciscano de origen portugués san Antonio de Padua (1195-1213), canonizado por el papa Gregorio IX en 1213, año de su muerte, y su festividad se celebra el 13 de Junio. ¿Existía una marcada relación entre el universo de este religioso y los principeños? La biografía destaca en este franciscano una profunda vocación por la predicación y un exhaustivo conocimiento de las Sagradas escrituras, actitudes que le permitían combatir las herejías de su tiempo y le colocan en sintonía con las características que distinguieron a los principeños durante las primeras centurias. A ello se añade el hecho de haber sido estudioso de Teología, disciplina de la que posteriormente ejercería como docente en las universidades de Bolonia y Montpellier; en relación con ello varios fueron los camagüeyanos de los siglos XVII y XVIII que se distinguieron por similar dedicación, entre los que gozan de legítimo espacio en la historiografía regional el juez apostólico y real subdelegado de la Santa Cruzada de la villa Diego Varona de la Torre y el doctor en Teología y Cánones el sacerdote Matías Boza Vergara. Por otro lado, san Antonio goza de profunda popularidad por el hecho de que bajo su advocación se buscan aquellos objetos que se han extraviado. El hecho de que sea el santo patrón de Padua y de Portugal podría también hacernos suponer que entre los primigenios vecinos de esta calle se encontrara un portugués. No se olvide, por ejemplo, que de esa nación era José Patricio Torres, el padre del historiador Juan Torres Lasqueti.

La iniciativa de sustituir el nombre religioso aparece el 24 de septiembre de 1919 cuando en el seno del Ayuntamiento el concejal Eusebio Cantero Cantero propone que sea rebautizada por 28 de Enero, “conmemorando así la fecha en que, en la segunda intervención americana, se le entregó a los cubanos, nuevamente el gobierno de la República”.28 El pedido coincide temporalmente con la que realiza Ramón Antonio Cisneros de Zayas, quien sugiere rendir homenaje a Rafael Arce, en memoria del patriota “fusilado en la época triste del mando del feroz Brigadier Ampudia, por asuntos políticos”, intento hecho el 12 de marzo para el callejón del Astillero. 

La propuesta del concejal Cantero no tuvo discusión y el 4 de octubre de 1919 fue aprobada por el alcalde municipal. Así, las esquinas de San Antonio pasaron a ocupar una tablilla con el nombre 28 de Enero y no fueron pocos los que con posterioridad asociaron la fecha con el nacimiento del Apóstol. En Historia de Cuba, tiempo después, Le Riverend recuerda el acontecimiento al que rendían homenaje los concejales camagüeyanos con las siguientes frases: “el 28 de enero de 1909 tuvo lugar el cambio de poder, ese día la gobernación yanqui entregó el mando de la República al presidente José Miguel Gómez, iniciándose un nuevo período de la República Neocolonial Cubana”.

Sustancioso impacto dejaría en el topónimo de esta calle la muerte de Nicolás Guillén Batista en la etapa revolucionaria; pues en conmemoración del 90 aniversario de su natalicio se sometió a consideración de los vecinos colocar su nombre a esta calle, retirando de allí el nombre colocado en 1919. Así, en julio de 1992, con la presencia de familiares del escritor y dirigentes del PCC y el Gobierno “se procedió solemnemente a descubrir la placa con la nueva denominación”. El Adelante, del 20 de febrero de 1993, avalaba la modernización del nombre con el siguiente texto: “Al hecho de que el joven Guillén se movió en este ámbito se unen el que su abuela materna Josefa Arrieta, residió en esta calle, donde también vivieron la poetisa y escritora Domitila García de Coronado y el periodista Salustiano Ramón Arteaga; allí radicó la primera Escuela Municipal de Varones a cargo de Román Cermeño, maestro de Ignacio Agramonte, y también la imprenta de Perón”.

Una aproximación sociológica a esta calle avala la permanencia de San Antonio en lugar de sus posteriores, prueba de la funcionalidad de los nombres colocados bajo la cultura católica en los primeros siglos de la villa. Íntegramente San Antonio forma parte del área PCH y la validez de su primer nombre legitima su valor patrimonial.



--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, December 12, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Callejón del Ángel, Paco Recio (por Marcos A. Tamames-Henderson)


Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 


Nace en la calle de Mayor y tras cortar San Juan de Dios culmina en la intercepción de San Rafael y de la Carnicería o Contaduría. Con apenas dos cuadras el callejón del Ángel es uno de los más concurridos del Camagüey al servir de acceso a dos de los espacios patrimoniales de mayor interés en el CH: la plaza San Juan de Dios y la plazuela del Ángel o Las Cinco Esquinas. 

La modernización de su nombre tuvo como antecedente el de la plazoleta cuando, en sesión del Ayuntamiento correspondiente al 5 de diciembre de 1898, se dio lectura a una carta en la que vecinos de esta ciudad solicitan a los concejales que a la plazuela de Montoro se le “restituya” el nombre de Paco Recio, propuesta que se aprueba el 23 de enero del siguiente año. Se eliminaba así de la toponimia urbana el nombre del abogado, orador y político Rafael Montoro y Valdés (1852-1933), habanero elegido Diputado a Cortes en 1893 por Puerto Príncipe; figura importante en el parlamento español y uno de los más asiduos defensores de la implantación del régimen autonómico, posición que mantuvo durante la Guerra del 95 y le impidió entender la revolución. 

La propuesta para el cambio toponímico se acompaña de la modificación del de San Rafael y está a cargo de Ignacio Rodríguez Messa, sargento del EL, quien el 30 de julio de 1915 solicita a la alcaldía poner a Ángel el nombre de Paco Recio, bajo el argumento de rendir homenaje al comandante Francisco Recio, considerando que cayó en el campo de batalla en el fragor de la contienda envuelto en el humo y atravesado por un mortífero plomo de los rifles de los soldados del gobierno de España.
El silencio del Ayuntamiento hizo que el sargento repitiera su solicitud el 21 de octubre de ese año y la toma de acuerdo tiene lugar en sesión del 15 de noviembre, ratificado por el alcalde municipal el día 25. El acto de sustitución de las tablillas se realizó en conmoración “al día de la patria”, el 24 de febrero de 1916, y que participaron miembros del EL y estudiantes de escuelas públicas y privadas. Respaldaba este acuerdo la relación entre el patriota y el espacio urbano. En “Mis queridas calles camagüeyanas” Gustavo Sed Nieves precisa de Francisco Recio López del Castillo: “Teniente coronel del Ejército Libertador, combatiente de la Guerra de los Diez Años, quien residió por los alrededores de las cinco Esquinas y cayó combatiendo en la acción de Guareao el 29 de septiembre de 1895”.

Pero el enriquecimiento de la imagen urbana con las nuevas tablillas no modificó el nombre tradicional y sus habitantes se encargaron desde la cotidianeidad de dar permanencia al topónimo popular, intención que se afianza en el hecho de que el eje desembocara en la plazuela del Ángel o de las Cinco Esquinas. En su totalidad, Ángel, como se reconoce popularmente forma parte del PCH. 

--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, December 5, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Calle Santa Ana, del Calvario, General Gómez (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Notal del blog: Cada jueves publico en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.



Santa Ana es uno de los ejes que definieron la morfología urbana de Camagüey y se erigió en expresión del universo sociocultural de sus habitantes a lo largo de la historia. Nace en la plazuela de Avellaneda y atraviesa en su recorrido la calle de la Reina, da inicio al callejón de las Apodacas (I), corta a la calle del Comercio, de la Candelaria, de Mayor y San Ramón. Da origen, además, al callejón de Masvidal (D) y cierre al del Príncipe (I). Traspasa de la Carnicería o Contaduría y limita al callejón de Santa Gertrudis o del Perro (I); intercepta San Miguel, finaliza a la del Carmen (I), da apertura al callejón de las Niñas (D), supera San Ildefonso, inicia el callejón de Aruca o del Rosario (D); intercepta al de Sedano (I) y culmina el de los Martínez (I); fragmenta la calle de las Damas y luego intercepta el callejón de Herrera o Pasaje B Estrecho (I); da culminación al callejón de la Condesa o Pasaje de General Gómez no. 558 (D), termina a San Ramón (I) y da lugar a la avenida Amalia Simoni (D); abre calle Primera (I), cierra Segunda (I) y origina a Pasaje A (D) para una vez que pasa el puente de San Lázaro dar inicio a Palomino (D) y culminar en Calle no. 7 del reparto Simoni y la Carretera Central Oeste.

La primacía de que la advocación a santa Ana esté entre los primeras en encontrar expresión en la toponimia urbana podría estar determinada, en primer orden, por el hecho de que sea esta santa la titular de la Catedral de Canarias y patrona de la ciudad de Las Palmas de Gran Canarias en España, importante núcleo en la conformación cultural del Puerto del Príncipe. En segundo, por la relación que guarda la santa con Jesús dentro del pensamiento católico. En el texto El arte y la pintura, publicado en 1649, Francisco Pacheco, en su descripción de las pautas para pintar el tema de san Joaquín y santa Ana ante la puerta Dorada, subraya: “Habremos de dar principio a la pintura de los misterios de Nuestro Salvador Jesucristo por la vida de su Madre santísima”. 

Existe en la historia de santa Ana y san Joaquín un pasaje estrechamente vinculado al pensamiento de los principeños de las primeras centurias. Cuenta la leyenda que Joaquín y Ana formaron una pareja acomodada, pero estéril y por no poseer descendencia Joaquín fue rechazado en el templo, motivo por el cual se dirigió a la montaña y bajo un ayuno de 40 días y 40 noches rogó a Dios le diera un hijo. La respuesta al exvoto fue anunciado por un ángel y en gratitud Ana dedicó el fruto, la pequeña María, al servicio de Dios. En la contemporaneidad pudiera parecer dicho fragmento inverosímil, sin embargo, no fueron pocas las familias en el Camagüey de los siglos XVII y XVIII que hicieron gala de este proceder: la promesa del matrimonio integrado por don Carlos Bringas y de la Torre y doña Juana de Varona y Barrera; la manifiesta consolidación de un personal eclesiástico de origen local y el fomento del Monasterio de las Ursulinas en la primera mitad del XIX. 

A ello habría que añadir que a Ana se le ha considerado patrona de las mujeres trabajadoras y los mineros, pues se considera a Jesús el oro y a María la plata; y en relación con ello debemos recordar que existe en la historia de esta ciudad una etapa que aunque corta (1516-1527) no deja de ser importante para la formación de su imaginario; aquella en que “en un llano que llaman sabana”, sus hijos se dedicaron a la explotación de las minas. No en vano a la plata aluden importantes elementos del escudo de la ciudad: uno de los dos cuarteles, en representación de limpieza, riqueza e integridad, y las palomas que en símbolo de amor, pureza, sencillez y fidelidad portan en sus picos dos hachones encendidos.

En vínculo con el topónimo que nos ocupa su origen está en los lazos que establecen la ermita que la india Carmona construyera en 1587 en el entorno de la plaza San Francisco y la erigida por el vicario Lope Recio de Zayas en 1697, en el lugar que ocupa actualmente la iglesia Santa Ana. De que fue este último edificio el que dio nombre a la calle lo muestra una nota redactada por el notario Juan Antonio Alcántara González como parte del testamento de don Antonio Puebla y Barrero, fechado el 6 de abril de 1734: “Declaro por mis bienes la casa de mi morada de madera y teja que está en la calle que va para Santa Ana”. Santa Ana estuvo entre las iniciales advocaciones de los principeños, a ella consagraron un templo y este dio nombre al eje que en perspectiva encuentra pintoresco cierre en su fachada de torre central. De fiesta habrían de estar sus vecinos en su nombre cada 26 de julio.

Su nombre popular, del Calvario, se asocia a la procesión del Vía Crucis establecida por los franciscanos en el siglo XVII, un recorrido que según Lasqueti se extendía por los 1575 m existentes entre el convento San Francisco y la iglesia Santa Ana; de ahí el nombre popular de la ceremonia en que se recordaban las escenas de la pasión y muerte de Jesucristo en la cruz, auténticas muestras del espíritu medieval latente en la barroca villa de Puerto Príncipe hasta entrado el siglo XIX.

Un momento clave de su imagen aparece en la segunda mitad del siglo XIX, cuando los comerciantes de la ciudad proyectan un paseo en el tramo comprendido entre la iglesia Santa Ana y la plaza de La Habana. La pavimentación y la siembra de árboles a ambos lados marcaron la diferencia con el tramo original y en lo toponímico, en honor al gobernador general de la isla, se le nombró Calzada O’Donell.

El cambio de su nombre por General Gómez resultó una propuesta de varios vecinos y propietarios de casas situadas en esta calle en diciembre de 1898 y cumpliendo con lo establecido para estos casos se aceptó “en principio, a fin de que cualquiera que se crea perjudicado pueda alegar lo que en derecho juzgue le corresponde, se haga pública la petición de referencia, señalando el término de ocho días a la publicación”. Definitivamente la calle Santa Ana o del Calvario pasó a llamarse General Gómez en enero de 1899, figura con la que el Ayuntamiento de la ciudad sostenía franca y abierta correspondencia tanto en relación con cuestiones políticas como en lo personal. Recuérdese que con su presencia en las tropas camagüeyanas a partir del 3 de julio de 1873, fecha en que Máximo Gómez Báez (República Dominicana, 1836- La Habana, 1905) asumió el vacío dejado por el mayor general Ignacio Agramonte en la jefatura del Tercer Cuerpo de Camagüey, se establecieron profundas relaciones entre el militar y los camagüeyanos. Los combates de La Luz, Atadero, La Sacra, Palo Seco y Camujiro; los ataques a Nuevitas y Santa Cruz del Sur, a San Miguel de Nuevitas y Cascorro debieron contribuir a ello. 

Con el nuevo nombre, en Santa Ana rindieron homenaje los lugareños a quien desarrolló la táctica y la estrategia al más alto grado, al maestro de los principales jefes militares cubanos, y probablemente el movimiento comercial y administrativo que ha caracterizado este eje incidió en la aprehensión del nuevo topónimo. Pocos son los que recuerdan el nombre de Santa Ana.

En su totalidad está comprendida dentro del CH, pero solo las cuadras limitadas por San Juan y San Ramón, participan del área PCH.

--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, November 28, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Francisco, Antonio Luaces (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 



Fotos/Flickr (by Harukoa)
--------------------------------- 


En sus inicios nacía en la puerta de la iglesia adjunta al convento de San Francisco de Asís, pero con posterioridad a su demolición en el primer cuarto del siglo XX su origen pasó a ser San Fernando para en su trayectoria dar inicio a las calles San Juan (D), Plaza de San Francisco (D) y San Adriano (I); cortar a la de la Reina en su proyección de línea quebrada, primero a la derecha y luego a la izquierda; a San Pablo, de la Candelaria y culminar en la de la Mayor. Su nombre lo otorga el convento, obra iniciada por el fraile Francisco Amado, de la orden franciscana, quien arriba a la villa para establecer un convento en la segunda mitad del XVII. 

Su legitimidad crece desde lo cotidiano en la medida en que importantes vecinos financian proyectos que engrandecen la construcción como don Gaspar Alonso Betancourt y don Tomás Gerardo Cisneros y, por tanto, majestuosas celebraciones debían colmar esta calle cada 4 de octubre, día de su festividad.

El rebautizo de su nombre fue propuesto y aprobado en sesión del Ayuntamiento del 29 de mayo de 1907 con el objetivo de honrar la memoria del patriota Antonio Luaces Iraola y la sugerencia tiene por base el hecho que en ella naciera el homenajeado. El 3 de junio, por sugerencia del Sr. Maya se define que las tablillas lleven como texto “Dn. Antonio Luaces”. Más allá de la estrecha relación existente entre Antonio Luaces y esta calle, ¿qué connotación alcanza en el ámbito histórico y sociocultural? El Diccionario enciclopédico de historia militar de Cuba, ofrece significativas referencias sobre ello. 

En primer orden es preciso salvar el error del apellido del patriota, en tanto su nombre legítimo es Antonio Lorenzo-Luaces Iraola (1842-1875). Lorenzo-Luaces participó en la Guerra de Secesión norteamericana y por ejercer la cirugía fue designado médico de la división de Camagüey, subordinado al mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz y nombrado, en julio de 1869, jefe de Sanidad de Oriente, cargo que se le ratificara mediante decreto presidencial el 4 de abril de 1870. Dentro de sus hazañas militares se destaca su participación en el rescate del brigadier Julio Sanguily el 8 de octubre de 1871 y los combates de La Sacra, Palo Seco y Las Guásimas. Diana María Díaz Luaces lo valora en un sentido más humano: “Noble es la labor de un médico que desafiando en los campo de batalla la ira de las balas se reclina sobre el lecho del herido para curar sus heridas; noble también la actuación del patriota que abandonándolo todo se sacrifica por su patria”. 

Luaces, como se reconoce cotidianamente este eje, pertenece íntegramente al área Patrimonio Cultural de la Humanidad.


-------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, November 21, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de las Alegrías, Capitán Víctor Pacheco (por Marcos A. Tamames-Henderson)


Notal del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro -en imprenta- Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 



El callejón de las Alegrías se inicia en el de la Montera y culmina en la calle de La Soledad. Recibe en sus finales, por el lateral izquierdo, al callejón de Fundición o del Huerto. Su nombre aparece impreso en el Plano topográfico de Puerto Príncipe y sus cercanías (1883), e inexplicablemente no se señala en los posteriores, lo que podría dar la impresión de su irrelevancia cuando en verdad es, por su contribución a la irregularidad de la traza urbana y su paisaje arquitectónico, un sustancioso sujeto en el patrimonio cultural de la ciudad.

Varias son las ciudades que poseen una calle conocida con el nombre Alegría; algunas quizás por estar de manera permanente bajo el influjo de cierta festividad. Cabe suponer la presencia aquí de esa planta herbácea de semillas oleaginosas conocida como ajonjolí, a la que se nombra alegría. Juan Torres Lasqueti señala en 1888 que debe su nombre al hecho de que durante muchos años vivieran en ella varias hermanas de apellido Alegría, hipótesis que no avalan los documentos consultados en archivo, pero que pudiera encontrar argumentos en el arribo a este espacio de la ciudad de algunos de los hijos de Alegría de Álava, del País Vasco; aunque los estudiosos de este antropónimo consideran que su origen se encuentra en Navarra y Victoria o particularmente en la villa Alegría de Oria, en Tolosa. Razonable resulta lo planteado por Lasqueti si se reconoce que Alegría es un apellido bastante extendido en Hispanoamérica. 

La modernización de su nombre se anuncia el 31 de mayo de 1926 cuando en sesión del Ayuntamiento se dio lectura a una carta firmada por el presidente y el secretario del Consejo Territorial de Veteranos de la Independencia, el teniente coronel Luis Suárez y A. Silva Rivas, respectivamente, solicitando honrar en esta calle al capitán Víctor Pacheco, quien había sido jefe de la banda del Tercer Cuerpo del EL. La propuesta fue aprobada por el alcalde municipal el 9 de junio y así lo comunicó a la población el periódico La Región a partir de su edición correspondiente al lunes 28 de junio de 1926.3 Con este acuerdo homenajeaban los camagüeyanos a Víctor Pacheco Áreas (Manzanillo 1835-Camagüey 1910), compositor de valses como El Campamento, Tropical, la diana La aurora, concertador de orquestas para compañías de óperas y zarzuelas que arribaban a la ciudad; el creador del paso doble El triunfo, pieza en la que dirigió la banda Libertad del EL en su entrada a la ciudad el 30 de noviembre de 1898 por la antigua alameda de la Caridad. Este patriota se incorporó a la guerra el 5 de diciembre de 1895.

De sus nombres, la memoria colectiva ha dado continuidad a Alegría, y aunque su valor dentro del CH es indiscutible, no forma parte del área PCH.


--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, November 14, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Callejón Santa Gertrudis o del Perro, Coronel Barreto (por Marcos A. Tamames-Henderson)

 Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.

  

Santa Gertrudis es uno de esos pintorescos espacios urbanos que suma a su serpenteo el hecho de nacer y desembocar en una calle. Parte de San Ramón y en su trayectoria corta Santiago u Horca, origina a Santa Inés o del Medio (I) y culmina en Santa Ana o del Calvario. Su nombre debió oficializarse en la segunda mitad del XVIII. 

¿Por qué Santa Gertrudis? Como topónimo aparece en el Fondo de Anotaduría de Hipoteca entre 1779 y 1794, muestra de que su génesis se encuentra afianzado en la segunda mitad del XVIII. En cuanto a su connotación religiosa pudiera dar fe el hecho de que entre 1805 y 1813 está realizando trámites, con la riqueza urbana que posee en esta calle, el presbítero José Antonio Díaz.181 ¿Existe algún vínculo entre la vida de santa Gertrudis y el Camagüey? ¿Según la Enciclopedia ilustrada de Espasa-Calpe se trata de la venerable, la virgen holandesa del siglo XIV con festividad el 23 de febrero; de la viuda de la tercera orden de san Francisco cuya festividad se celebra el 31 de mayo; la de Lorena, aquella que fue muerta por dos de sus hermanos por escapar de la voluntad de contraer matrimonio por haber consagrado a Dios su virginidad, celebración que se realiza en el día de la Ascensión, del 30 de abril al 3 de junio? Como santa Gertrudis de Altenberg, las principeñas levantaron monasterios y hospitales con los bienes familiares, y no solo financiaron las fiestas del Corpus, sino que además legaron dinero para su continuidad. Como santa Gertrudis de Nivelles, no fueron pocas las hijas de esta ciudad que ante una desdicha familiar se encerraron en un convento, postura que como signo identitario de la localidad recrea Gertrudis Gómez de Avellaneda en Sab. ¿O acaso el referente del topónimo es santa Gertrudis La Magna?, ¿la insigne escritora mística benedictina que se distinguió por el don de la palabra y tuvo como sacrificio la lucha contra el amor propio y la impaciencia? 

Su nombre popular: del Perro, pudiera indicar la presencia de un feroz canino en una de las construcciones que dan inicio al callejón: San Ramón o Santa Ana o del Calvario. De ambos nombres el de mayor eficacia sería el segundo; resulta casi imprescindible como referente urbano y un ejemplo de ello es el anuncio impreso en la página 3 de El Camagüeyano, en su edición del jueves 18 de octubre de 1906: “El guardapolvo de la casa no. 6 del callejón de Santa Gertrudis, conocido por Del Perro, se halla en deplorable estado, pues amenaza ruina y debe echarse abajo para evitar imprevistos accidentes”. Nombre oficial y popular forman parte del legado del período colonial al republicano; el oficial, de profundo origen católico, y el popular, marcado por hechos cotidianos. 

El cambio de sus nombres coloniales se anuncia en la sesión del Ayuntamiento del 9 de noviembre de 1921 como iniciativa del consejo territorial de veteranos de Camagüey, cuyos miembros acuerdan solicitar a la municipalidad nombrarla Coronel Barreto “seguro de que hemos de ser complacidos por ser dicho acuerdo patriótico”. El 15 de noviembre se lee la comunicación y los concejales Hernández, la Hera y Paisán proponen someterlo a estudio; mientras Adán Montejo, Adán Martínez, Chapellí, López, Marrero, Quevedo, Ruiz, Acosta y el presidente votan por el cambio y queda aprobado por mayoría de votos. El 22 de noviembre de 1921 el alcalde municipal confirma el acuerdo. 

Pasó el nombre del coronel Joaquín Barreto Arango a formar parte de la toponimia urbana de su natal Camagüey, una muestra de reconocimiento al hombre que ingresara a la Guerra del 95 el 8 de julio de ese año, “el mismo día que gracias a su tía Carmen, y a su tío político Adolfo, se libró de un inminente fusilamiento, y fue puesto en libertad”. Participó en el ataque a las columnas españolas en Jimaguayú y El Caimito y los combates de Macagual, Laguna Grande y El Infierno. 

Entre los tres nombres que reporta la historia de este callejón es común que sus vecinos reconozcan el de Perro y en su integridad forma parte del Centro Histórico.

-------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, November 7, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Callejón De Alonso Frutos, Capitán Eladio Rodríguez (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.
 
  

Tomás Valiés y Benabarre en su Plano topográfico de Puerto Príncipe y sus cercanías (1883) dispone su inicio en la calle del Paso Chiquito, cortando en su recorrido San Joaquín, de la Caridad y Cuba. Con la creación y consolidación del reparto Vista Hermosa sobrepasó la calle Cuba bajo el reconocimiento de Calle no. 6. 

Acerca de su nombre original Lasqueti señala la existencia de una casa en una de sus esquinas cuyo propietario se nombraba Alonso Frutos. El referido vecino debió tener su morada con frente a la alameda, y ante la ausencia de un elemento de relevancia que distinguiera el eje lateral, pasó su nombre a la historia urbana. 

En relación con el cambio de su topónimo la investigación del DSAMC, finalizada en diciembre de 1927, revela a los concejales del Ayuntamiento la permanencia de su nombre colonial, y la marcan como potencial para rendir en ella homenaje a una persona de reconocido crédito en los nuevos tiempos. Tres años después, el 9 de abril de 1930, el concejal Agustín Pueyo Rodríguez propone modificar los nombres de los callejones de Sifontes, de Triana y de Alonso Frutos; propone para este último Capitán Eladio Rodríguez, sugerencia que se aprueba de forma inmediata y se ratifica el 2 de mayo de 1930. Es firmada por el alcalde municipal el 16 de junio. 

¿Se trataba de honrar a Eladio Rodríguez Zayas, hijo de Gabriel y Candelaria? Este patriota ingresó el 10 de febrero de 1897 a la Guerra del 95 como soldado del regimiento de infantería Jacinto del Tercer Cuerpo de EL.8 Cotidianamente mantendría entre los vecinos y forasteros el original Alonso Frutos, modo de revivir la historia local desde la memoria colectiva. De sus cuadras corresponden al CH las limitadas por las calles del Paso Chiquito y de Cuba.

--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, October 31, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Calle de la Gloria, Industria, Sofía Estévez Valdés (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.

 
-----------------------------------------

La calle de la Gloria consta de tres cuadras; parte de Santa Rita y corta San Serapio y San Martín, para culminar en San José. Desde el catolicismo local su nombre debe entenderse como máxima aspiración de los principeños en su espiritualidad, entendida la gloria como ese estado del que gozan los cristianos en presencia de Dios y que en la historia del arte ha quedado en el quehacer de artistas de las artes plásticas, la música, el teatro, el cine y la arquitectura.

Por su lado el topónimo Industria está relacionado con la ubicación en ella de fábricas que demandaron inmuebles tipológicamente en función de una producción y almacenaje de nuevo tipo en la segunda mitad del XIX. Obsérvese en el cierre de esta calle con San José una fábrica de jabón que en 1946 remodela su sede en un magnífico edificio neocolonial. Entre los inmuebles en esa función se destaca a principios del XX Gloria no. 31, sede de la Cía. Licorera y Jabonera de Camagüey y sus almacenes; y el no. 39, la fábrica de licores La Camagüeyana, de Buenaventura Vallvey. 

Pero su integración al proceso de renombrar las calles de la ciudad que cobrara fuerza después de 1902 se manifiesta en la sesión del Ayuntamiento correspondiente al 23 de agosto de 1927 a iniciativa del concejal Luis R. Sala Céspedes, quien propone el nombre de Flor Crombet. En esa ocasión, como signo del carácter maratónico que ha alcanzado la modificación de la toponimia urbana, resulta necesario solicitar informe al ejecutivo para conocer si esta calle no posee ya el nombre de un patriota, respuesta negativa que ofrece la municipalidad meses después, en informe del 21 de diciembre. Para entonces el interés de rendir en ella homenaje a Flor Crombet había sido olvidado. 

Transcurrido más de veinte años, en sesión del 14 de marzo de 1951, se manifiesta la segunda propuesta para rebautizarla, esta vez a cargo de la Gran Orden de la Perseverancia, cuyos miembros habían tomado el acuerdo en reunión del 8 de marzo se comprometían además; a asumir los gastos de las tablillas que, con el fin de oficializar el cambio de nombre, se pondrán en las esquinas. La moción la lee en sesión del Ayuntamiento el concejal Juan Alfonso Sedrés Guerra y hace saber el interés de poner a la calle Industria el nombre de Sofía Estévez Valdés bajo las siguientes bases: “Sofía se encuentra entre los escritores cubanos que dieron gran pábulo y lustre a las letras cubanas en el tiempo comprendido entre los años de 1848 y 1901, poetisa camagüeyana, esposa del patriota Mariano Rodríguez y la cual tuvo que emigrar a Cayo Hueso con sus hijos en la Guerra del 95”. Dos días después, el 16 de marzo, como acuerdo no. 6 de la Cámara, se aprueba por unanimidad ponerle a esta calle el nombre de la “muy ilustre Poetisa camagüeyana”. 

Por otra parte, la no colocación de las tablillas en sus esquinas o la poca divulgación del nuevo topónimo, conllevó a que tres años después, en septiembre de 1953, se propusiera rendir homenaje en esta calle al teniente del EL Abelardo Chapellí Marín, pero al menos en los documentos del Ayuntamiento el rebautizo por el de Sofía Estévez Valdés de Rodríguez, ya era un hecho. Quedó vigente la placa que rememora a la principeña que junto a Domitila García fundó el semanario El Céfiro en 1866, la escritora que exiliada en Cayo Hueso continúa escribiendo bajo el seudónimo La hija del Indio Bravo, la autora del poemario Lágrimas y sonrisas y las novelas Alberto el trovador y María.

Muy pocos son los que utilizan el nombre religioso o el de la escritora camagüeyana, en su lugar permanece en la memoria colectiva Industria, a pesar de que no existe en este entorno un inmueble con esta función. La colocación de una tribuna para orquestas durante las festividades del San Juan en la etapa revolucionaria debió revelarla como un distinto estado de gloria para algunos forasteros, al tiempo que para sus vecinos, aquellos que durante siglos se acostumbraron a habitar un eje en el que, por secundario, reinaba la tranquilidad, debió ser interpretado por esos días como calle del Calvario. En su totalidad está incluido en el Centro Histórico.



-------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, October 24, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Calle San Adriano, Academia, Ramón Guerra (por Marcos A. Tamames-Henderson)


Notal del blog: Cada jueves publico, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro -en imprenta- Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.  

Detalle de la Maqueta de la ciudad de Camagüey
(Foto/Blog Gaspar, El Lugareño)
-------------------------------------------------------------

Calle San Adriano, Academia, Ramón Guerra


por Marcos A. Tamames-Henderson


Hasta finales del XIX se le refiere como un callejón de 170 m de largo que nace en la calle San Francisco y tras cortar San Cipriano culminaba en la calle de los Pobres. En el siglo XX desbordó este eje para dar inicio a Nuestra Señora del Rosario (D) e insertarse luego en Prolongación de Rosario. 

La advocación por san Adriano o san Adrián en Camagüey podría encontrar origen en el establecimiento de un vecino procedente de San Adrián de Besós, municipio de Cataluña que en su catedral atesora una magnífica cruz de plata del siglo XVII, pasaje paralelo al Santo Sepulcro de la iglesia de la Merced en Puerto Príncipe o quizás del municipio que lleva ese nombre en Navarra, donde en el siglo XVI erigieron sus habitantes una iglesia gótica al venerable santo. Tal vez de san Adriano de Tuñón en Asturias, donde Alfonso III, El Magno, y su esposa doña Jimena erigieron una iglesia prerrománica a san Adrián como muestra de gratitud por concederles un heredero; historia que emparenta con la de los Bringas y el santuario a la Caridad en Camagüey o procedente del municipio gallego de Lorenzana en Lugo, donde resulta notable la fiesta que en honor a san Adriano realizan sus hijos cada 16 de junio. La confluencia en Puerto Príncipe de habitantes de estas regiones avalaría cualquiera de estas hipótesis. Lo cierto es que en la primera mitad del siglo XVIII esta calle aparece bajo el nombre San Adrián o San Adriano. 

El llamarle popularmente Academia se debe a que en la intercepción con la plaza de San Francisco se encontraba una academia de música, propiedad de Andrés Francisco Cisneros con sólido reconocimiento en la prensa local en los años 80 del siglo XIX. 

El acto de renombrarlo tiene su génesis en la iniciativa del comandante del EL Ramón Antonio Cisneros de Zayas, vecino de Paco Recio no. 15, quien en su nombre y de varios vecinos envía al presidente del Ayuntamiento una carta fechada el 12 de marzo de 1919 en la que solicitan le sean sustituidos los nombres de las calles del Carmen, del Astillero, Jesús María, del Hospital o Nuestra Señora de Loreto y Academia. Indican para esta última el de Comandante Guerra, en memoria de Ramón Guerra Guerra, patriota que se incorporó desde los primeros días a la revolución del 95 en el regimiento de caballería de Agramonte y terminó con los grados de teniente coronel.

Por acuerdo de los concejales el asunto quedó bajo estudio y parecía ya olvidado cuando el militar volvió a la carga unos meses después, el 24 de septiembre, agregando esta vez las calles del Progreso, San Cipriano, San Antonio y del Pintor. El cambio de San Adriano por Ramón Guerra fue aprobado por los concejales Eusebio Cantero Cantero, Pablo Gonfaus Palomares, Abelardo Chapellí Marín, Salvador Paisán N. de la Cabada, Raúl Adán Montejo, Agustín Tomé Varona, Emilio Varona Lastre y Joaquín Varona Mola. El 7 de octubre de 1919 el alcalde municipal firmó el acuerdo2 y comenzó así el proceso de divulgación del nuevo nombre de San Adriano. Academia, como se le reconoce cotidianamente, forma parte del área PCH.

--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Thursday, October 17, 2019

Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia (por Marcos A. Tamames Henderson)

Notal del blog: A partir de este jueves publico  nuevamente la sección semanal de Marcos Antonio Tamames-Henderson, quien compartió (desde septiembre de 2014 y durante 2015)  una selección de su libro  Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 

Aparecen hoy la Introducción y el Indice, y cada jueves se podrá disfrutar de la historia de una calle camagüeyana.

Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

----------------------------------------------------
Detalle de la Maqueta de la ciudad de Camagüey
(Foto/Blog Gaspar, El Lugareño)
-------------------------------------------------------------

Los antecedentes de este texto aparecieron en febrero de 1997 cuando en medio del análisis de la configuración urbana de Puerto Príncipe entre 1800 y 1868, las fuentes de archivo me revelaron las contradicciones existentes, no solo entre nombres oficiales y populares de calles, plazas y plazuelas, sino también entre las tipologías de esos elementos. Llamar plaza a un espacio que por concepto no sobrepasa una plazuela lejos de ser un simple error semántico constituye en el plano connotativo un valioso signo de los anhelos y aspiraciones de quienes desde su cotidianeidad viven, construyen y escriben la historia de la ciudad. 

Los primeros resultados del tema aparecieron en el 2001. La editorial Ácana, en el Cuaderno de historia principeña no. 1, publicó el artículo “Toponimia urbana en el centro histórico de Camagüey”, un bosquejo general de su comportamiento desde el período colonial hasta entonces, y la revista Enfoque socializó en sus páginas la conferencia “Cultura católica e identidad urbana en Camagüey”, en la que desde fuentes documentales de los siglos XVIII y XIX demostraba la estrecha interrelación existente entre la toponimia urbana y el catolicismo, factor modélico de la cultura caribeña e hispanoamericana. 

Con el tiempo la tarea de entregar a los camagüeyanos un texto con la historia de los nombres de las calles devino una necesidad que se fue posponiendo ante la urgencia de tratar otros temas, a lo que se sumaba la laboriosidad que encierra una investigación de tan amplio período histórico cultural; máxime si se pretendía que resultara útil para entender en los cambios de nombres, procesos culturales inherente a la conformación y enriquecimiento de la identidad local y regional por erigirse en expresión de las coordenadas que en el orden económico, político, religioso, filosófico, social, moral y cultural le acompañan.

Sustancial motivación para el proyecto lo constituyó el que asumiera el concurso histórico del programa “Musicalísimo” de Radio Cadena Agramonte, a partir del 2006; primero, bajo la dirección de David Rodríguez Serrano y luego, de Joaquín Varona Lezcano. El tema de la toponimia urbana es uno de los más disfrutados por los oyentes, quienes confiesan haber redescubierto en él fragmentos de la historia de la ciudad que no habían imaginado. Sin embargo, el factor decisivo lo jugó un conjunto de placas con nombres de calles en la colección de objetos históricos del Museo Provincial Ignacio Agramonte y Loynaz (MPIA); esto permitió asumir la investigación con el apoyo de esta institución en particular de su director, Adalberto Hernández del Valle. 

Dos primeras interrogantes fueron necesarias responder: ¿Qué tipologías urbanas tratar? ¿Qué área de la ciudad, la del XVIII, la del XIX, la del XX? En este libro se centra la atención solo en las calles y callejones registrados en tres fuentes fundamentales: el índice del fondo “Anotaduría de Hipotecas (1734-1883)”, que atesora el Archivo Histórico Provincial de Camagüey (AHPC); el “Padrón de fincas urbanas de Puerto Príncipe de 1865”, del Archivo Nacional de Cuba (ANC), y la Colección de datos históricos geográficos y estadísticos de Puerto Príncipe y su jurisdicción de Juan Torres Lasqueti de 1888. En total se abordan 127 ejes; quedan al margen aquellos que desaparecieron morfológicamente o no dejaron huellas en el imaginario urbano; entre ellos el callejón del Gran Capitán (1720), la calle de la Concepción (1734), la calle de San Francisco de Paula (1730), la calle del Santo Rey (1734), el callejón de La Mayor (1837-1912), el callejón de la Lonja (primera mitad del XIX) y la calle Plaza de Paula. 

¿Sobre qué presupuestos construir la historia de sus nombres? Si se trata de hacer una historia cultural a partir de la toponimia urbana, entonces sus puntos de mira deben ser tan plurales como lo permitiera la información consultada; trato así de abarcar ese objeto tan dinámico y complejo que es la ciudad tanto en lo morfológico como en lo funcional. 

La historia del nombre de la calle, en la medida en que así lo posibilite la información localizada, se organiza internamente en cuatro partes. La primera corresponde a la ubicación del eje dentro de la trama urbana, su trayectoria y extensión, siempre en términos del topónimo primario con el interés de que el lector quede atrapado desde el comienzo en el ejercicio de relacionar nombres antiguos y modernos. Al estudio de los planos de la ciudad se añade un trabajo de campo para verificar modificaciones tanto morfológicas como de cambios toponímicos. 

La segunda aborda el nombre primitivo, tanto su versión oficial como popular. En relación con la oficial, en su mayoría vinculada al santoral católico, se toma como tesis la consideración de que el uso de esos nombres en Puerto Príncipe rebasa la mimética apropiación de los horizontes de la madre patria y, por tanto, aunque desconocidos, los factores causales debieron ser específicos para cada caso. Entender los nombres del santoral en la toponimia urbana como imposición cultural no es un criterio válido para comprender su uso en Puerto Príncipe. Para una aproximación al origen de esos nombres se contrastan las biografías de estas figuras en la Enciclopedia ilustrada de Espasa-Calpe con fuentes documentales y resultados de investigaciones desarrolladas en el tema del patrimonio local. La imprecisión de la información en algunos casos se indica en el texto y coloca sus resultados en el ámbito hipotético y, por tanto, como parte de la leyenda que atesora la historia de la ciudad. 

La tercera parte se centra en el proceso de modernización del nombre. Con el objetivo de que el lector pueda tener mayor acercamiento a las coordenadas que acompañan el acto de renombrar el topónimo, y sus protagonistas, no solo se abordan los cambios realizados, sino también las utopías. Los expedientes que forman parte del fondo de ayuntamiento en el AHPC y la colección del MPIA son esenciales en esta etapa. En la medida en que la información localizada lo ha permitido se ha tratado además de colocar, aunque brevemente, una síntesis de las personas o acontecimientos que se utilizan como referentes al nombrar la calles. Le otorgo prioridad a los criterios que en ese contexto avalan las propuestas, pues entre el topónimo y su referente existen barreras incalculables, como en los casos de “Solitario”, “28 de Enero” y “6 de Enero”. Resultaron vitales el fondo Juárez Cano que guarda el AHPC; la colección de trabajos publicados por la Dra. Ángela Pérez de la Lama en el libro El Camagüey legendario; la sección “Mis queridas calles camagüeyanas” que publicara el historiador Gustavo Sed Nieves en el Adelante y el Índice alfabético y defunciones del Ejército Libertador de Cuba, de Carlos Roloff y Mialofsky, entre otros. 

Por último, en la cuarta parte, se precisa la relación de la calle con el Centro Histórico, área de la ciudad que fue declarada Monumento Nacional en 1978 junto a los centros urbanos de las primeras villas cubanas, declaratoria que no se publicó en la Gaceta Oficial hasta 1980, así como los vínculos que guarda con la zona urbana que la UNESCO declarara Patrimonio Cultural de la Humanidad en el 2008. 

Como en materia de investigación histórica alguna conclusión habría que darse, se citan las consideraciones de dos cronistas que se asomaron al tema por coincidir plenamente con los resultados de este trabajo. En la edición de El Camagüeyano correspondiente al 11 de noviembre de 1924, Nicolás Guillén, bajo el seudónimo Interino, escribía en uno de sus pistos manchegos:
No sé por qué le cambiaron el nombre a más de cuatro calles en nuestro Camagüey, si después, a la hora de usar el nombre nuevo, nadie se ocupa de él y todos emplean la misma antigua denominación. A San Esteban no hay quien le diga Oscar Primelles, ni a San Patricio, General Espinosa, igual sucede con Horca, a quien muy pocos dicen Maximiliano Ramos.
Por su lado, en 1939, Gerardo Castellanos hace un análisis histórico cultural del problema y comenta con sensatez en Pensando en Agramonte:
El complicado problema del nombre de las calles es sensible que no se resuelva de modo certeramente lógico e histórico, conforme lo ha propuesto para su término el Historiador oficial de La Habana, Dr. Emilio Roig de Leuchsering. Las ciudades de las colonias hispanoamericanas surgieron en torno a un núcleo y por un plan determinado, con nombre fijados con sujeción a la cultura, sucesos y particularidades del lugar y sus vecinos. Resulta que al cabo de años los nombres son los del dominio público, determinantes, estudiados minuciosamente, desde ese origen, ofrecen la verdadera historia, no solamente de cada calle, plaza, fuente, rincón, edificio, sino de la villa o ciudad. Fueron los nombres prístinos que recibieron en la concha bautismal. Y es injusto, antihistórico, herético, antilegendario suprimirlos y sustituirlos por otros, hijos de nuestras ideologías. La historia de los nombres de las calles de La Habana que nos ofrece José María de la Torre en su curioso libro La Habana antigua y moderna y Torres Lasqueti en su Colección de datos, dan la mejor idea de ambas ciudades. A pesar de mi radicalismo patriótico, odio al régimen español en Cuba y a tantas cosas malas que nos legaron, entiendo y sostengo que, salvo muy raras excepciones, es rigurosamente necesario, mantener a las calles y parques sus originarios nombres. En Camagüey ambulo desconcertado, porque en la mente sólo guardo los nombres antiguos. Y aunque quise y admiré mucho a Gonzalo de Quesada, al parque de su nombre le digo Casino Campestre. Repito que hay excepciones, cual la calle Puello, aquel mal patriota dominicano y pésimo general español. Por falta de uniformidad y porque el pueblo juiciosamente siempre se aferra a la tradición impera algarabía en la moderna nomenclatura y roturación de calles y parques. Por lo menos debiera seguirse la norma de la ciudad de México, cual es fijar placas artísticas que recuerden los nombres originales. ¿Por qué suprimir su nombre a la calle de Alegrías y a la de Desengaño, y a la de Micaelitas, y a la Palma, y a la de Ángeles, y a la de Arrieta, y así a otras de clásico colorido local? El patriotismo no está en el ropaje. Despojar a Camagüey de esa tipicidad es cual revocar con yeso y argamasa las coloniales fachadas de sillería tallada.
Para la rotulación de calles realizada en el verano del 2002 por la Dirección Municipal de Comunales, se rehicieron un total de 2 621 placas para colocarlas en aquellas esquinas que las habían perdido. El levantamiento se hizo por distrito y se entregó el listado general a la empresa Paco Cabrera para su fundición. Como una auténtica lección de historia proliferaron en la ciudad los nombres por los que se reconocían los ejes desde la cotidianeidad; fruto de esa dinámica cultural que no deja espacio para reglas generales. Los nombres antiguos proliferaron por doquier, incluso debajo, al lado o frente al moderno. La tarea había sido cumplida, de forma inconsciente, desde la antropología cultural. 

Conocer las posturas que asumen determinadas personas e instituciones puede ser aleccionador para los lectores, pero eso siempre estará en dependencia de la posición del receptor en relación con el tema o cualquiera de los asuntos relacionados con él. Esta puede ser una lección de moral y cívica, de historia, de religión, de cultura, de política o todas ellas al mismo tiempo, solo que parcial y no acabada. 

En un tema tan complejo se contó con varios profesionales y amigos que apasionados por la cultura local me sugirieron algunos libros e importantes orientaciones; por sus colaboraciones mi agradecimiento a Rolando García Parés, Yordanis Barrera Salas, Dayán Rodríguez, Pedro Montalván Felipe, José Luis Hernández Moro, Elda Cento Gómez, Gaspar Barreto Argilagos, Alberto Chío Rojas, Filo Torres Betancourt, Verónica Fernández Díaz, Mirtha Hidalgo Pedroarias, Caridad Fernández Luján, Esperanza Palacio Martínez, las hermanas María del Carmen y María Ramírez Fernández y Diego Cuello Gallo. A la UNEAC, particularmente a su presidente Sergio Morales.

Por su apoyo y colaboración mi gratitud al colectivo de trabajadores del Museo Provincial Ignacio Agramonte y en particular a su director Adalberto Hernández del Valle y a los técnicos del departamento de animación: Bárbara Oliva García, Mayleny García Cuenca, Yudenia Martínez García, Mirtha Felipe Hemmings, Isdelis León Andújar y Adys Claret Ramos. A Elsa María Cardoso Esteban, Liliam Aróstegui y Yolanda González Fariñas, por aquellas primeras informaciones que reunimos en el Departamento de Investigaciones Históricas Aplicadas de la Oficina del Historiador de la Ciudad a partir de 1998 y que ahora resultan básicas para este texto. A Dayán Rodríguez Rodríguez, que se mantuvo vinculado al proyecto con verdadera pasión por la historia. 

El libro se estructura a partir del índice de calles organizado alfabéticamente tras un análisis de las tres fuentes documentales utilizadas para definir el área a tratar. Los criterios seguidos para el nombre de entrada fueron antigüedad, modo en que se reconoce popularmente y estructura sintáctica, este último de cierta complejidad si se tiene en cuenta que cada tiempo cultural modifica desde la praxis el modo de llamar a las calles como en los siguientes ejemplos. ¿Calle de los Pobres (1748, 1865, 1888), Pobres o Pobre?, ¿Calle del Rosario (1766, 1865), Nuestra Señora del Rosario (1888) o Rosario?, ¿Callejón de Correas (1850, 1865), Callejón de las Correas (1888), Correas o Correa? ¿Callejón de las Peñas (1838, 1865, 1888) o Peña? Similar situación acontece en la ortografía: ¿Pueyo o Puello? ¿Keyser o Keiser?, utilizándose en este libro el modo en que aparece de forma sistemática en las fuentes primarias: Pueyo y Keyser, por ejemplo. 

A lo largo del texto se utilizan los argumentos que ofrece el historiador Juan Torres Lasqueti en su Colección de datos históricos geográficos y estadísticos de Puerto Príncipe y su jurisdicción, a fin de hacer más comprensible el libro y por tratarse de una obra en el que su autor presenta los topónimos en orden alfabético entre las páginas 117 y 126, no se refiere en las citas y notas, sino solo en la bibliografía general; similar proceder se sigue con la Enciclopedia ilustrada, de Espasa-Calpe, obra que ha sido utilizada para el caso de las biografías de santos y santas.

Se utilizan siglas para los siguientes casos: Centro Histórico (CH), Patrimonio Cultural de la Humanidad (PCH), Departamento de Secretaría de Administración Municipal de Camagüey (DSAMC), Ejército Libertador (EL), así como para derecha (D) e izquierda (I).

Marcos Antonio Tamames Henderson
30 de mayo de 2013


-------------------------------------
Índice
1. Adriano, calle San; Academia; Ramón Guerra
2. Alegrías, callejón de las; Capitán Víctor Pacheco
3. Alonso Frutos, callejón de; capitán Eladio Rodríguez
4. Ana, calle Santa; del Calvario; General Gómez
5. Ángel, callejón del; Paco Recio
6. Ángeles, callejón de los; del Cañón, Finlay
7. Antonio, calle San; 28 de Enero; Nicolás Guillén
8. Apodacas, callejón de las; Valdés Domínguez
9. Arrieta, callejón de; General Javier de la Vega
10. Arucas, callejón de; del Rosario, Coronel Borrero
11. Astillero, callejón del; Aurelia Castillo
12. Calvo, callejón del; o del Infierno; José Álvarez Varona
13. Camposanto, callejón del; Doña Cirila; Carmela Barreal
14. Candelaria, calle de la; Independencia
15. Candelaria, callejón de la; Teniente Coronel Faico Benavides
16. Cárcel, callejón de la
17. Caridad, calle de la; Avenida de la Libertad
18. Carmen, calle del; Capitán Marín Varona
19. Carnicería, calle de la; Contaduría; Lugareño
20. Castellanos, callejón de
21. Catalina, calle Santa; Aurelio Castillo
22. Cielo, calle del; Plácido
23. Cipriano, callejón san; Ramón Fonseca
24. Clemente, calle san; Raúl Lamar
25. Comercio, calle del; de los Mercaderes; Maceo
26. Coronel Bringas, calle del; Regino Avilés
27. Coronel Gutiérrez, calle del; Domingo Puentes
28. Correas, callejón de; Narciso López
29. Cristo, calle del Santo; Alfonso XII; Ignacio Agramonte
30. Cuba, calle
31. Cuerno, callejón del; San José; Manuel de Quesada
32. Cura, callejón del; del Silencio; Víctor M. Caballero
33. Chumbo, Callejón de Ave. Del Casino Campestre; Humboldt1
34. Damas, callejón de las; Capitán Sabino Montes
35. Desengaño, callejón del; de la Cruz; Eugenio Sánchez
36. Diego, calle San; Martí
37. Domingo Castillo, callejón de; Brígida Agüero y Agüero
38. Esteban, calle San; Oscar Primelles
39. Fernando, calle San; Bartolomé Masó
40. Ferrocarril, calle del; Paseo de Pueyo; Ave. de Bélgica; Ave. Finlay
41. Francisco, calle San; Antonio L. Luaces
42. Francisquito, callejón de; Cano; Doctor Jorge Rodríguez
43. Fundición, callejón de; Del Huerto, Comandante José Cruz Pérez
44. Gabriel, calle san; San Mateo, Magín Díaz
45. Gertrudis, callejón Santa; del Perro; Coronel Barreto
46. Gloria, calle de la; Industria; Sofía Estévez Valdés
47. Glorieta, calle de la; Dolores Betancourt
48. González, callejón de las; Capitán Federico Contrina, Luis Suárez
49. Hospital, calle del; Nuestra Señora de Loreto; Carlos M. de Céspedes
50. Ignacio Sánchez, calle de; Chicho Valdés
51. Ignacio, calle San; Hermanos Agüero
52. Ildefonso, calle san; del Paseo; Bembeta
53. Inés, calle Santa; del Medio; Ángel Castillo Agramonte
54. Isidro, calle San; Rosa la Bayamesa
55. Jaime, callejón de; Transversal del Sol; Coronel Aguilar
56. Jesús María, calle de; Pablo Lombida
57. Jesús, María y José, calle; del Teatro Principal, Padre Valencia
58. Joaquín, calle San; Coronel Aurelio Batista
59. José, calle San; Manuel Ramón Silva
60. Juan de Dios, calle San; Doctor Emilio González Hurtado
61. Juan Nepomuceno, calle San; Coronel Labrada
62. Juan, calle San; de las Carreras; Avellaneda
63. Keyser, callejón de
64. Lanceros, calle de los; Coronel Pichardo
65. Lorenzo, calle San; 10 de Octubre
66. Luis Beltrán, calle San; 20 de Mayo
67. Magdalena, callejón de la; Benicia Perdomo Valdés
68. María del Rosario, callejón; Pica Pica; General Carlos Agüero
69. Martín, callejón San; 6 de Enero
70. Martín, calle San; Fidel Céspedes
71. Martínez, callejón de los; Belén Miranda
72. Masvidal, callejón de; Hermanos Padilla
73. Matadero, calle del; Martina Pierra de Poo
74. Mata, callejón de; San Gregorio
75. Mayor, calle de; de la Parroquial; Salvador Cisneros
76. Merced, calle de; Lope Recio
77. Merced, callejón de la; de la Popular, Guerrero
78. Micaelitas, callejón de las; Ramón Pintó
79. Miguel, calle San; 27 de Noviembre
80. Miseria, callejón de la; Tula Oms
81. Mojarrieta, callejón de; Guerrero
82. Montalván, callejón de; de Palma o Moscú
83. Montera, callejón de la; Félix Caballero
84. Muñoz, callejón de; de Corona
85. Niñas, callejón de las; Teniente Chapellí
86. Nueva, calle; Van Horne; Mario Aróstegui
87. Owen, callejón de
88. Pablo, calle San; Juan Torres Lasqueti
89. Palma, calle de la; Ángel Ciro Betancourt
90. Pancha Agramonte, callejón de; Comandante Mauricio Montejo
91. Paso Chiquito, calle del; Carretera Central Este.
92. Paso Chiquito, callejón del; Francisco Vilardell Tapis
93. Patricio, calle San; General Espinosa
94. Pedro Alcántara, calle San; Honda; 24 de Febrero
95. Peñas, callejón de las; Peña
96. Perdomo, callejón de; Monitor
97. Pintor, callejón del; Melchor Loret de Mola
98. Plaza de la Merced, calle; Charles A. Danna; Ramón Guerrero
99. Plazuela del Puente, calle
100. Pobres, calle de los; Padre Olallo
101. Poza del Mate, callejón de la; Funda del Catre; Ramón Ponte
102. Príncipe, calle del; Goyo Benítez
103. Progreso, calle del; Esteban Varona
104. Rafael, calle San; Matías Varona
105. Rafael, callejón de San; Rito Arencibia
106. Ramón, calle San; Enrique José Varona
107. Reina, calle de la; República
108. Risa, callejón de la; Joaquín Barceló
109. Rita, calle Santa; El Solitario
110. Rosa, calle Santa; Florentino Romero
111. Rosario, calle Nuestra Señora del; Enrique Villuendas
112. Rosario, callejón del; Teniente Coronel Enrique Miranda
113. Sacristanes, callejón de los; Reverendo Padre Carlos Jofre Palmer
114. Santiago, calle; de la Horca, Maximiliano Ramos
115. Sedano, callejón de; Capitán Escobar
116. Serapio, calle San; Heredia
117. Sifontes, callejón de; Teniente Coronel Nolasco Rodríguez
118. Sin Salida, callejón; de la Gallería
119. Sociedad Patriótica, calle
120. Soledad, calle de; Estrada Palma; Ignacio Agramonte
121. Soledad, callejón de la
122. Teatro Principal, callejón del; Tatán Méndez
123. Templador, callejón del; Pedro Bruno y Pamela Fernández
124. Ticunicú, callejón de; Zanja, Antonio Barrio
125. Tío Perico, callejón de; De Atocha, Vate Morales
126. Triana, callejón de; Cruz Olivera
127. Vigía, calle de la; Avenida de los Mártires
Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!

Gaspar, El Lugareño Headline Animator

Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!