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Wednesday, March 1, 2023

Algunos pormenores de la educación en la jurisdicción de Puerto Príncipe ca. 1868. (por Carlos A. Peón-Casas)



Los detalles para tan sugerente tema los seguimos reiterando al curioso lector desde los anales rememorativos del libro: Guía del profesorado cubano para 1868 de Pablo Guerra.

Aludimos esta vez a la situación más general del rubro educativo en aquella jurisdicción principeña.

Se contabilizaban entonces 10 escuelas municipales de varones y 4 para niñas, léase públicas. La matrícula de las primeras sumaba 520; las de las segundas 125.

Sumaban también unos 120 educandos en las Escuelas Pías, y una cifra aún mayor en las de carácter privado y de ambos sexos donde contabizaban 400 estudiantes.

Otras escuelas se registraban como: las del Bazar para niñas pobres termino medio, donde asistían 30 educandas; igual se sumaban las de educación doméstica, y las de los pueblos, campos y caseríos.

Una estadistica sugerente declaraba que de los 66. 516 habitantes de la jurisdicción se educaban 1 por cada 24. Lo que sumaba un total de 1695.

De aquella cifra total recibían instrucción primaria superior completa 120; de carácter elemental completa, 550; y en modalidad incompleta: 1025.

Otros detalles igualmente reveladores los transcribimos desde el original y dice que:
Entre las escuelas municipales y privadas solo hay 13 cuyos directores tengan título: 3 tienen permiso despachado por el Ayuntamiento y las 42 restantes, ni uno ni otro tienen. Las escuelas municipales, las Pías, y seis más privadas admiten solamente hembras o varones según su institución; pero en las 41 restantes se admite la promiscuidad de sexos, así como niños blancos y de color. Los profesores que dan clases particulares no pasan de veinte.
Respecto a los peculios dotaciones, y salarios leemos que:
La dotación de las 14 escuelas importado año 11,032 pesos y agregando a esta parte la consignada para entretenimiento y premios de las escuelas, y los gastos de secretaria por año importa el presupuesto total de las 14 escuelas al año la cantidad de $ 11,610... El término medio del número de alumnos de cada escuela es de 47, y el término medio del costo anual de cada niño pobre es $ 18. El término medio del sueldo de los maestros por año $ 788, y el idem del mes $ 65. En lo general están muy mal pagados...
En cuanto a los locales, no teniendo el Ayuntamiento edificios propios, se hacía saber que los preceptores tenían que pagar de sus bolsillos el alquiler de las casas, así como sueldos a ayudantes y auxiliares.




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Friday, February 24, 2023

La violinista camagüeyana Marta de la Torre Campuzano, una mujer de estos y otros tiempos (por Verónica E. Fernández Díaz)


Las primeras décadas del siglo XX fueron marco propicio para la participación activa de las mujeres en el contexto social y cultural de América Latina y en particular Cuba. En nuestro país se desarrolló un movimiento feminista que logró, finalizando la segunda década, la aprobación de leyes como la Patria Potestad, la del Divorcio y luego, el derecho al voto. En ese contexto aparecieron sociedades lideradas por mujeres como Pro Arte Musical y el Lyceum que mucho hicieron a favor de la enseñanza artística, la promoción y difusión musical de alto calibre; siendo paladines de un nacionalismo cultural donde el descendiente de africanos no tenía cabida.

Es en ese entramado sociocultural en el que se suceden una serie de conciertos a cargo de la violinista camagüeyana Marta de la Torre Campuzano, quien había sido pensionada por el gobierno para estudiar en el Conservatorio de Bruselas, con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de la Habana bajo la dirección de Gonzalo Roig. Pero… ¿quién fue Marta de la Torre y cómo logró posicionarse en uno de los mejores conservatorios europeos a inicios del siglo XX?

La familia de la Torre en Camagüey

La violinista camagüeyana Marta de la Torre nació el 29 de julio de 1888 y murió en Maryland, Estados Unidos el 1 de septiembre de 1990. Fue parte de una familia de músicos y artistas que tuvieron un especial vínculo con Europa, su cultura y el arte.

Como he señalado en otras ocasiones, la cultura principeña (decimonónica) y la actual, camagüeyana han tenido en la mujer una fuerza de avanzada, tanto en pensamiento, como en obra y acción. Repasando la historia lugareña encontramos los nombres de Gertrudis Gómez de Avellaneda y Aurelia Castillo en las letras -ambas con una visión del rol de la mujer en la sociedad principeña que se adelanta en muchos sentidos a los estudios de géneros actuales; Amalia Simoni, Ana Betancourt directamente en el campo insurrecto o aquellas que lucharon desde el exilio como María Luisa Sánchez. En la música, he señalado antes las posiciones de avanzada -sobre todo para el contexto latinoamericano-, que asumió María de las Mercedes Adam en la composición de grandes géneros como la ópera y la sinfonía. Terrenos en los que la mujer solo aparecía como cantante o instrumentista y este último no era tampoco muy usual; pues en lo fundamental, la mujer en la música se desempeñaba como profesora, cantante o instrumentistas-pianista y en menor medida como compositora, directora de orquesta o instrumentista de cuerda y viento. Mucho menos en la categoría de concertista, terreno destinado al hombre.

Pero Marta de la Torre nació en el seno de una familia de músicos, sus padres fueron educados en conservatorios europeos y esa formación influyó no solo en el virtuosismo y las destrezas técnicas alcanzadas, sino en la formación de todo un pensamiento musical enfocado en la milenaria música europea(1).

Aunque compuso algunas obras para piano y violín, el principal desempeño musical de Marta de la Torre fue como violinista. Al igual que sus hermanos recibió instrucción musical primaria de la mano de sus padres. Cuya academia, ubicada en el propio hogar, tuvo repercusión en el contexto musical lugareño pues allí se realizaban también los «conciertos familiares» donde tuvieron presencia, además de la música, las representaciones teatrales, la recitación y la interacción con artistas de renombre en la época como el gran Brindis de Salas, quien compartió con los discípulos de la Academia de la Torre. Estos «conciertos familiares» propiciaron a la familia de la Torre un reconocimiento y prestigio nacional que contribuyó a su posicionamiento en la capital como pedagogo y extendió las redes de socialización iniciadas en Camagüey.

A inicios del siglo XX, en 1905, Marta de la Torre fue pensionada por el Consejo Provincial de La Habana para estudiar en el Conservatorio Real de Bruselas(2). Allí recibió clases del profesor, compositor y musicólogo François-Auguste Gevaert (1828-1908); el violinista y compositor César Thomson (1857-1931) y el compositor y organista Adolphe-François Wouters (1849-1924. En este conservatorio ganó el primer premio en la clase de violín y dos premios en la de armonía.

Su carrera como violinista tomó un nuevo rumbo y desembocó en la de concertista, no solamente para ejecutar como solista acompañada de piano, sino para hacerse acompañar de orquesta sinfónica con todo lo que acarreaba a inicios del siglo XX ser líder de un grupo tan numeroso de hombres. Téngase en cuenta que en su accionar como concertista la anteceden, sobre todo, pedagogas, pianistas, compositoras y cantantes. Después de sus años de gloria en escenarios del mundo es que aparecen directoras de orquestas, violinistas y otras instrumentistas en la vida de concierto tanto europea como latinoamericana(3).

Como concertista cubana, realizó también una amplia labor en su tierra natal. Para 1910 se presentó en La Habana junto a su hermana Ángela. También realizó giras por el interior del país presentándose en escenarios de Cárdenas, Camagüey y Santiago de Cuba -donde tuvo especial acogida por el maestro Rafael Salcedo-.

En marzo de 1913 se trasladó a Estados Unidos y fijó allí residencia. Es en aquel país donde la compañía fonográfica Edison la contrató para hacer dieciocho discos que circularon con gran demanda por el mundo. Entre ellos, el musicólogo Cristóbal Díaz-Ayala ha recogido varios sencillos que contienen obras como Me’nuett de Porpora-Kreisler, Bygone days de R. Friml, “Hindoo chant” de la ópera Sadko de Rimsky-Korsakov y Canto amoroso de Sammartini-Elman grabados y publicados en 1920. Los titulados Air violin concertó y Mazurka in A Minor grabados en el mismo año pero que no fueron publicados y La Paloma acompañada por su esposo Aníbal Valencia, grabado y publicado en 1922. Grabar para la Edison en aquellos años era señal de dominio técnico y destrezas únicas. De hecho, una publicación norteamericana, New York Telegraph, dijo de Marta de la Torre luego de su debut en el Aeolian Hall de New York en 1920: “El hecho de que esta joven violinista imprime discos fonográficos de Edison, constituye una prueba evidente de su dominio de la técnica(4). Años después, en 1929, grabó junto al violinista Daniel Manso y el pianista Nilo Menéndez la obra Último recuerdo de M. Sánchez.

Asentada en Estados Unidos Marta de la Torre realizó viajes esporádicos a Europa y Cuba para ejecutar conciertos. En 1923 fue contratada en tres ocasiones por la Sociedad Pro-Arte Musical para ofrecer conciertos, junto a la orquesta sinfónica de La Habana y las batutas de Guillermo Tomás y Gonzalo Roig.

En aquellos años, una parte de la cultura musical cubana y en particular habanera debatía los estudios etnológicos de Fernando Ortiz ―Los negros brujos y Hampa afrocubana, ambas de 1906; Los negros esclavos en 1916 y Glosario de afronegrismos en 1924 por ejemplo―. Y, aunque las composiciones que muestran una asimilación de organologías, patrones rítmicos y melódicos procedentes de las culturas africanas y la defensa de estas por parte de compositores como Alejandro García Caturla y Amadeo Roldá(5) todavía no se habían escrito, ya en el ambiente sonoro se hacía sentir toda la sabia musical del descendiente africano en obras como Chivo que rompe tambó y Paso Ñáñigo de Moisés Simons, así como La comparsa de los congos y Lamento esclavo de Eliseo Grenet.

Sin embargo, la prensa que se hizo eco de estos conciertos de la violinista camagüeyana Marta de la Torre aluden a otro tipo de repertorio y un trato a la mujer como otredad. Un análisis de este corpus nos lleva a las siguientes observaciones:
Califica de alta novedad la audición de violín acompañada por orquesta de esta mujer. El concierto de Marta de la Torre, dice el articulista: “es el acontecimiento del día, y acaso, el más grande de todos los acontecimientos musicales que se hayan sucedido en nuestra patria”(6), quizás por la presencia de una mujer como solista concertista, un rol destinado a los hombres.
Y es que, por esas mismas fechas se habían presentado los españoles Pablo Casals y el violinista Juan Manen junto a la orquesta sinfónica, por lo que las expectativas estaban en lo que podía hacer aquella mujer pequeña de estatura, delicada y nada robusta que tanta fama había alcanzado en el extranjero. La novedad estaba en que esta vez el concertista era mujer.
El repertorio interpretado está integrado por obras europeas, no aparecen composiciones de autores cubanos o latinoamericanos. Aunque al menos uno de esos compositores se inscribe dentro de un nacionalismo con elementos folclóricos: el polaco Henryk Wieniawski(7).
Se publican fotografías acompañadas por comentarios que tienen por objeto mostrar a Marta de la Torre como la atracción del momento por su virtuosismo en el instrumento y por traer un repertorio actualizado del concierto europeo. En ocasiones, el ser mujer no se echaba a ver ante tantas cualidades musicales. En estos artículos se resalta la maestría técnica, seguridad y limpieza en la ejecución; poder de expresión y sonido portentoso mostrado por Marta de la Torre en el Concierto No. 2 en re menor de Henryk Wieniawski(8). Un artículo en el que su autor demuestra conocimientos musicales y profesión de crítico al señalar: “Armónicos, dúos de cuerda, dicción clara y precisa, colorido perfecto de la frase, con su expresión amable y encantadora; arpegios, sencillez, elocuencia, rasgos distinguidos de un estilo propio, poses brillantes, todo, todo eso fue ayer evidentemente presentado por la dama cubana, que, lejos de su patria, nos da prestigio y aquí nos subyuga y enloquece”. A lo que se suma el criterio de Waldina Escobar de Crespo, que igual de enaltecedor asegura: “su obra de intérprete háyase caracterizada por la distinción de un arte personal, espontáneo y sincero.”
No obstante, se nota una diferenciación entre el rol del hombre y la mujer en la música, cuando el articulista continúa diciendo: “La orquesta, ha tenido, bajo la dirección acertadísima de Gonzalito Roig, las más plausibles atenciones, los más solícitos cuidados” como si el trabajo con la obra musical, su comprensión e interpretación fuera diferente en fuerza y carácter para hombres y mujeres. A ello se agrega que Luis Baralt(9) (quien escribe el artículo) en un trabajo publicado en La discusión el 23 de abril de aquel año comparó la interpretación de Marta de la Torre con la del español Pablo Casals en la sinfonía inconclusa de Schubert al señalar: “El allegro moderato de la sinfonía inconclusa de Schubert no perdió bajo la correcta y segura batuta de Gonzalo Roig, los matices delicados y la elegancia en el fraseo que le había imprimido Casals”; dando a entender que una mujer lo hace bien cuando tiene al hombre como ejemplo y no por esfuerzo, voluntad, aptitudes e inteligencia propia.

¿Cómo logró Marta de la Torre, siendo mujer, tan alta estima y reconocimiento social?

1923
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Entre otras cosas porque triunfó en Europa y Estados Unidos antes de presentarse en Cuba. Su debut como solista había sido en la ciudad de Detroit con la orquesta sinfónica de Madison. Según la prensa: “Fue calurosamente recibida y por su talento, técnica y escuela probó ser la violinista más grande de América Latina”(10). Había realizado más de 40 conciertos en diferentes escenarios del mundo: Bruselas, París, España, Puerto Rico, Santo Domingo, Estados Unidos y solo cuatro en Cuba: tres de ellos con orquesta sinfónica (2 en 1920, 1923 y 1924).

Muchas de las instituciones que se iban creando en La Habana durante aquella década del 20, tenían el objetivo fundamental de dimensionar la cultura del país y desplegar una política divulgadora de la música de concierto. Entre esas instituciones estuvo Pro Arte Musical creada en 1918 fundada e integrada en su totalidad por mujeres: “[…] educadas bajo los preceptos burgueses de la cultura musical como adorno femenino y solaz del espíritu”(11). Una cultura musical e intelectualidad burguesa para la que, bajo el gobierno de García Menocal, lo negro y lo campesino eran considerado atrasado y vulgar; donde solo tenía valor la música y la cultura diluida en moldes europeos. En este sentido, Irina Pacheco también afirma que: “Las fórmulas de cubanidad del nacionalismo burgués se hacen visibles en las estrechas relaciones de María Teresa García Montes con ideas del compositor y teórico Eduardo Sánchez de Fuentes (por tanto) el debate sobre el contenido de la música cubana de la época y la proclamación de la cubanidad de lo indígena y lo campesino, (prima) frente al escándalo que representaba la introducción de elementos africanos en la música culta"(12). Además, Marta de la Torre había triunfado en España acompañada por el pianista y compositor Ernesto Lecuona, que era uno de los músicos mejor acogidos entre los intelectuales de aquella década del 20, todavía sin esa obra rica en valores afrocubanos. Sobre esta gira comentó Lecuona al cronista musical José Calero: “Artísticamente no nos podemos quejar, pues hemos tenido muchos éxitos, y toda la crítica nos ha tratado muy bien […] Ella tocará en Sevilla, con el insigne compositor (Joaquín) Turina (en el teatro San Fernando de Sevilla entre febrero y marzo de 1925), que la ha designado entre todos los violinistas, que ahora están en Madrid, como la mejor intérprete de sus obras […] Un triunfo para Marta, y para todos los cubanos.”(13)


Lo que hoy conocemos como políticas culturales llevó a Marta de la Torre primero, a posesionarse de espacios públicos europeos y aprehender esos modelos culturales en detrimento de lo afrocubano, lo criollo y lo nacional. De esa forma, se hizo visible en la sociedad habanera y formó parte de su cultura oficial y de élite, hegemónica. El grueso de sus presentaciones en La Habana transcurre en un momento en el que el feminismo estrecha vínculos con la vanguardia literaria del veinte y se proyecta una imagen de la mujer intelectual. En el propio 1923 tuvo lugar el Primer Congreso Nacional de Mujeres, antes habían sido aprobadas la ley de la patria potestad y el divorcio. La mujer se iba haciendo visible y empezaba a ocupar un lugar en la sociedad, la cultura y la nación por esfuerzo propio. Aunque la cultura habanera de élite la haya visto como otredad, Marta de la Torre fue la violinista concertista que, desde la capital, con ese dominio de la técnica y el repertorio musical europeo, representó a las féminas de Camagüey en el cambio de época hacia su emancipación futura y definitiva.


Anexo: Cronología artística de Marta de la Torre luego de terminados sus estudios en Bruselas(14).

1910, 20 de diciembre. Teatro Nacional. La Habana. Cuba. Según la prensa: “La ovación que recibiera el martes en la noche esas señoritas (se refiere a Marta y su hermana Ángela: violín y piano respectivamente), dos grandes artistas, compatriotas nuestras, estaba prevista, tenían que recibirla, como la han recibido en el extranjero, para satisfacción y orgullo de los que saben lo que representa triunfar, como han triunfado Ángela y Marta, fuera de su patria, lejos de toda recomendación, de toda influencia, y sí solo por su gran talento, más admirable a su edad, y que tan prodigiosas artistas las hace.” Revista Bohemia, 24 de diciembre de 1910.

1911, octubre. Gran Teatro Polyteama. La Habana, Cuba.

1911, 6 de diciembre. Teatro Nacional. Junto a la Banda Municipal de La Habana dirigida por Guillermo Tomás. Según la prensa: “Sin duda. Por estas tierras de América, no se ha escuchado una artista tan notable. Sin llegar a la hipérbole, se puede asegurar que Marta de la Torre es una gloria de América en general y una inmensa gloria de Cuba. […] Esta gloria cubana debe ser impulsada y protegida por el Gobierno para satisfacción de él mismo y prestigio nacional. Guillermo Castillo. Diario de la Marina, 3 de enero de 1913.

1920. Presentación en Pro Arte Musical. La Habana, Cuba

1920, 20 de noviembre. Concierto en Aeolian Hall, New York, EEUU.

1922. Se presenta en el Town Hall, New York y en Detroit, EEUU. Según la prensa: “… Fue calurosamente recibida y por su talento, técnica y escuela, probó ser la violinista más grande de América”. The Detroit press.

1923. Comentó Isidoro Coro en la prensa habanera: “Heredera de Maud Powell (violinista norteamericana 1867-1920), recibe la crítica musical americana el dictado de «la más grande violinista de los Estados Unidos» […] No hay centro artístico de aquel gran país, pródigo en manifestaciones intelectuales, donde no se tenga a honor ser visitado por Marta de la Torre, que recorre de victoria en victoria todas las salas de concierto. Su nombre es pronunciado con respeto y veneración, como los de esos grandes virtuosos que se llaman Kreisler (violinista. Austria 1875-New York 1962), Joachim y Kubelik (violinista y compositor checo 1880-1940)”. Isidoro Corzo, Diario de la Marina, 23 de febrero de 1923.

1923. Gira por Puerto Rico.

1923. Gira por República Dominicana.

1924. Gira a España con Ernesto Lecuona y Aníbal Valencia. Contrato con la Sociedad de Conciertos Daniel.

1925, febrero-marzo. Teatro San Fernando de Sevilla. Representó a Cuba en Exposición de Artes Decorativas de París.

1925-1927. Conciertos en varios escenarios de Francia como la sala Gaveau.

1927, junio. Funge como profesora de la cátedra de violín de la academia de su padre. La Habana, Cuba.

1929. En Cuba musical se dice: “Marta de la Torre […] es una de las máximas estrellas del violín que actualmente brillan en el mundo y una de las artistas más puras y completas que ha producido Cuba, para gloria de la misma patria”

1940, 12 de noviembre. Se presenta en Unión Panamericana. EEUU.

1942, 29 de marzo. Realiza concierto en el Teatro Auditorium. La Habana. Para el Círculo de Amigos de la cultura francesa. Al respecto se expresa en la prensa: “… excelsa virtuosa, una de las más extraordinarias que ha producido Cuba y cuya fama en el extranjero ha prestigiado durante veinticinco años el nombre de nuestra patria”. ¡Alerta!



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  1. Los padres de Marta de la Torre: Lina Campuzano y Gabriel de la Torre, fueron músicos y pedagogos muy reconocidos en Cuba a inicios del siglo XX. Su madre fue Primer Premio de Piano en el Conservatorio de París en 1886. Su padre fue discípulo de los músicos españoles Felipe Pedrell e Isaac Albéniz. Este último lo calificó como un pupilo “… dócil, estudioso y obediente”. Gracias a él, Gabriel de la Torre publicó sus primeras composiciones en Barcelona. Una vez de regreso a Cuba, el matrimonio de la Torre-Campuzano se asentó en Camagüey donde creó una academia de música, ofreció veladas y formó una pequeña orquesta. A inicios del siglo XX, el matrimonio se trasladó a la capital para dedicarse por entero a la pedagogía. En tal sentido destacan varios artículos, conferencias y métodos de estudio que tuvieron una importante repercusión en la época. Entre ellos: “Cómo debe estudiarse la música” 1914, “Cómo debe estudiarse el solfeo” 1928, Método Elemental para la Enseñanza del Piano 1931 y “Nuevos procedimientos pedagógicos para la enseñanza del piano” 1935.
  2. Este conservatorio se establece oficialmente en 1832 y fue desde esa época el más importante centro musical y teatral de Bélgica gracias a la obra de su primer director François-Joseph Fétis y profesores como François-Auguste Gevaert —profesor de Isaac Álbéniz, quien a su vez instruyó al padre de Marta de la Torre durante sus estudios en Barcelona— y Joseph Jongen.
  3. En la historia de la música aparecen varios casos excepcionales de mujeres destacadas, entre ellas: la compositora nacida en Constantinopla conocida como Kassia (810-867 aprox); la trovadora provenzal Beatriz de Día (finales del siglo XII -mediados del XIII); la compositora trovadora Leonor de Aquitania (1120-1204); la cantante, compositora e intérprete de laúd Maddalena Casulana (154-1590); la organista, clavecinista, compositora y directora de coros Vittoria Aleotti (1575-1646); la cantante, profesora y compositora Francesca Caccini (1587-1640); la veneciana Barbara Strozzi (1619-1677) compositora y cantante destacada durante el Barroco. Ya en el siglo XIX tenemos a la pianista y compositora Clara Wieck de Schumann (1819-1896); la parisina de origen español Pauline Viardot-García (1821-1910) quien destacó como mezzsoprano y compositora; la pianista, organista y compositora sueca Elfrida Andrée (1841-1929) que también fue una importante activista del movimiento de mujeres de Suecia; la parisina Augusta Mary Anne Holmes (1847-1903) destacada pianista, cantante y compositora; la pianista venezolana Teresa Carreño (1853-1917), con una carrera de concertista de fama internacional iniciada junto a la Orquesta Filarmónica de Berlín dirigida por Gustav Kogel; la compositora francesa Cécile Chaminade (1857-1944); la norteamericana Amy Marcy Cheney Beach (1867-1944) pianista y compositora; Ana Merkje Cramer (1873-1968) compositora y pianista holandesa; la compositora de ópera y pedagoga norteamericanas Mary Carr Moore (1873-1957). Preceden a la violinista cubana Marta de la Torre la compositora y violinista polaca Grazyna Bacewicz (1909-1969); la violinista, compositora y docente venezolana Ana Mercedes Azuaje; la neerlandesa Antonia Brico, primera mujer directora de orquesta con su debut a los 28 años en 1930 y otra larga lista de compositoras, pianistas, cantantes y pedagogas. Como se puede apreciar muy pocas violinistas como Marta de la Torre.
  4. Revista Pro-Arte Musical Año VI, No. 1. La Habana, 15 de enero de 1928.
  5. Alejandro García Caturla escribe sus obras afrocubanas más importantes después de 1923. Entre ellas, No quiero juego con tu marido (1924), Danza del tambor, Dana Lucumí, Tres preludios (1925). Y Amadeo Roldán a partir de 1925: Obertura sobre temas cubanos (1925); Tres pequeños poemas: Oriente, Pregón, Fiesta Negra (1926); La Rebambaramba, ballet de 1928, Rítmicas (1930) y Motivos de son (1932), entre otras.
  6. “Arte Musical”, El Mundo, 22 de abril de 1923. MNM
  7. El repertorio estaba integrado por: Der Freischutz, Obertura de C. M. Weber; Capricho Vasco de Sarasate; Allegro moderato de la sinfonía incompleta de Schubert; Hejre Katy de Hubay; Aria de J. S. Bach; Concierto en re menor de Wieniawski; Allegro moderato, Romance: andante non troppo (a lla zíngara). Cfr. Heraldo de Cuba, 20 de abril de 1923. MNM.
  8. Henryk Wieniawski (1835-1880) compositor y violinista polaco de la época en que Polonia estaba gobernada por Rusia. Su concierto No. 2 es una obra de madurez y el más importante de su producción musical.
  9. Luis A. Baralt: profesor, médico y diplomático cubano (1849-1933). Ejerció el periodismo en publicaciones como el Heraldo de cuba, El Ateneo de La Habana (1902) y el periódico neoyorquino The World. En su mayoría, artículos dedicados a la vida cultural.
  10. Compilación de opiniones sobre Marta de la Torre publicado en diferentes periódicos norteamericanos como el New York Telegraph, New York Tribune, New York Time, Musical courrier y The Detroit press. Publicadas en la revista Pro Arte Musical, 1924.
  11. Sigryd Padrón: La Sociedad Pro Arte Musical. P.12.
  12. Irina Pacheco Valera: La sociedad Pro Arte Musical. Testimonio de su tiempo. P. 37.
  13. Orlando Martínez: Ernesto Lecuona. Pp. 28-29.
  14. Elaborado a partir del texto Ernesto Lecuona. Cartas. Selección y anotaciones de Ramón Fajardo Estrada. (2 Tomos)




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Verónica E. Fernández Díaz. Nació en Camagüey, el 28 de enero de 1972. Doctora en Ciencias sobre Arte, Profesora Titular e investigadora Auxiliar de la Universidad de las Artes y el Centro de Estudios Nicolás Guillén. Premio Anual de Investigación Cultural 2007 con “Diccionario de la música camagüeyana. Siglo XIX” y 2015 con “Música e identidad cultural. Puerto Príncipe 1800-1868. Premio CUBADISCO 2014 en Producción de Investigación Musical con el CD Páginas de vida. Música camagüeyana del siglo XIX. 3er Premio de Musicología Argeliers León de la Uneac 2017 con el estudio de la obra de José Marín Varona.

Tiene publicado el libro Diccionario de Música camagüeyana. Siglo XIX, y varios artículos en Cuadernos de Historia Principeña de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, el Anuario de la Universidad de las Artes y la revista Antenas de su ciudad natal. También tiene trabajos publicados en la revista Videncia de Ciego de Ávila, Sic de Santiago de Cuba y Clave de Ciudad de La Habana, así como artículos en varios libros. Otros trabajos suyos se han publicados en Lisboa, Portugal; Baeza, España y Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

Guillén queda detrás del muro

 
Fotos/Febrero 24, 2023
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Wednesday, February 22, 2023

"Antonio Valle y Valle. Ex-Alcalde de Nuevitas y futuro Alcalde por el Partido Conservador de ese Término. Además de ser persona ilustrada, es de agradable trato y goza de muchas simpatías en dicho Término." (Foto/Bohemia. Febrero 1926)

 

La Escuela Municipal de Niñas en Puerto Príncipe. ca.1868. (por Carlos A. Peón-Casas)



En la ciudad del Príncipe no sólo se educaban los varones, que contaban a saber por aquella época con al menos cuatro buenos colegios: el San Casiano, el San José, el San Ignacio de Loyola, y el San Ramón.

Las niñas también contaban con el suyo nombrado el Santa Isabel, y localizado por entonces en una casa recién construida en el número 45 de la calle de San Juan, hoy Avellaneda.

Estaba regentado por Doña Basilia Catoira de Ocampo, natural de Pontevedra en España y entonces con 40 años de edad.

Tenía por ayudante a la Srta. Dolores Agosto y Betancourt, natural de Puerto Príncipe y de 21 años de edad.

Otros colaboradores eran Don José Manuel de la Torre, también oriundo de la ciudad príncipeña, y el Sr. Don Alfonso Miari, italiano de origen.

Se nos dice además en la fuente que consultamos: la Guía del profesorado Cubano de 1868 a cargo de Pablo Guerra, que el sueldo de la directora era de 50 pesos mensuales que se aclara eran pagados "con muy poca regularidad".

El colegio que poseía condiciones muy ideales para su función por "su capacidad, arreglo, luz y ventilación", recibía alumnas gratuitas y pensionadas, estas últimas abonaban 2 y 3 pesos mensuales. El pago del alquiler del local era de 40 pesos mensuales y lo abonaba la Directora.

El mobiliario era sin embargo escaso, no acorde, "por su escasez y mal estado a las condiciones de la escuela". La asignación para reparaciones era de solo 6 pesos al año.

La matrícula era de 50 alumnas municipales y 2O pensionistas, de ellas 2 internas.

El currículo de la enseñanza era impecable para la época. Constaba de clases diarias de:
Lectura en prosa y verso, Escritura (forma inglesa), Costuras, bordados y tejidos y Lecciones de Memoria. Cuatro veces por semana: Gramática y Aritmética. Tres veces por semana: Dibujo Lineal y Música. Dos veces por semana: Geografía Universal y de la Isla, Religión, Moral, Urbanidad y Economía Doméstica. Una vez a la semana: Historia de Cuba y de España.
La escuela tenía una asistencia diaria promedio de 56 niñas.

La institución databa en la ciudad del año 1856. Cuando su primitiva directora se ausentó en 1863, asumió la actual que era hermana de la anterior.

Sunday, February 19, 2023

Fallece una persona en Camagüey víctima de un derrumbre

Informa La Hora de Cuba, que lamentablemente ha fallecido una persona, víctima de un derrumbe parcial del edificio conocido como "las Cariátides". Edificio que lleva años perdiendo sus pedazos, como toda la ciudad de Camagüey. (JEM)


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La Hora de Cuba
Tomás Rodríguez & Neife Rigau
Foto/Rosa Sifontes y Facebook/ José Luis Tan Estrada

Un hombre falleció en la tarde de este sábado tras ser golpeado por un pedazo de balcón que se desprendió de un antiguo edificio en peligro de derrumbe, en la ciudad de Camagüey. El fallecido era custodio de la empresa SEPSA, y trabajaba en las cercanías de donde se produjo el derrumbe, en la esquina de Avenida de los Mártires y Rotario.

"Me acaban de confirmar que el señor que le cayó el pedazo de balcón encima, falleció este mismo sábado (...)", lamentó el periodista agramontino José Luis Tan Estrada en su perfil en Facebook; quien informó además que la víctima había sido llevada "muy mal para el hospital".

La Casa de las Cariátides -nombre por el que se conoce la edificación en peligro de derrumbe- en otras ocasiones ya ha perdido partes de su fachada, así como de su techo por desplomes. En los bajos de ella hay diversos establecimientos de venta donde personas se aglomeran diariamente; y dentro del edifico habitan familias que ya han denunciado a través de La Hora de Cuba y otros medios el peligro en el que viven. Hasta el momento no ha habido acciones concretas por parte de las autoridades estatales para solucionar el problema, a pesar de que existe hace años.

Mientras que las autoridades provinciales ejecutan labores constructivas enfocadas en el turismo, se desatienden aquellas que no resultan de interés para las empresas turísticas gubernamentales en la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Solo luego del incidente ocurrido ayer, fue cerrada con vallas metálicas la esquina donde ocurrió el accidente.



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Ver en el blog

Wednesday, February 15, 2023

La Escuela Municipal Superior de Varones en el Puerto Príncipe de 1868 (por Carlos A. Peón-Casas)



Hacemos rememoración hoy sobre un particular espacio educativo de la ciudad príncipeña en el año 1868.

Los datos para tan valioso acercamiento, que nos dará pie para futuras rememoraciónes, los hallamos en una interesante publicación de la época: Guía del profesorado Cubano para 1868, de Pablo Guerra.

El susodicho colegio que hoy nos ocupa estaba situado en la calle de San Antonio número 6 esquina a la de San Ignacio (Hermanos Agüero).

Los datos concernientes a ese espacio educativo en Puerto Príncipe los refiero desde el original citado:
Director. - Don Gabriel Román y Cermeño natural de Tamara provincia de Palencia, casado de 49 años. Nombrado por ascenso el 19 de Octubre de 1855, por el Dr. Don José de la Concha, al crear seis escuelas municipales en la ciudad, de ellas dos superiores para varones. (...) Tiene el Director las certificaciones universitarias de haber cursado Latinidad, Filosofía, Teología y Cánones, que le dan acceso a los grados académicos. Fue profesor del Colegio La Unión, que dirigió en la Habana Don Feliciano Carreño. Fundó en Puerto Príncipe en 1849 el Instituto Lancasteriano de Santa Teresa de Jesús, hasta que el 17 de Marzo de 1854 fue nombrado por concurso Director de esta escuela, que fue primeramente elemental.

Ayudantes: Tiene tres, uno de ellos hijo suyo...

Emolumentos: Goza $150 al mes por toda asignación. Al año se le pasan 19-3rs ftes para gastos menores.

Local: La casa es grande, espaciosa, clara y ventilada, dos grandes salas con doce departamentos o cuartos, dos colgadizos y demás comodidades. El alquiler es de cuenta del maestro.

Mobiliario. Casi todo es de la propiedad del Director, y está muy completo. No tiene aparatos de Física ni de Historia Natural y carece de un Archivo.

Alumnos: Concurren hoy 126: de ellos 96 son costeados por el Ayuntamiento, pupilos 10, medio pupilos 3 externos 17.

Enseñanza: Todos los ramos que abraza el Plan de Estudios prudentemente ampliados, se inculcan durante las siete horas de clases: todas las asignaturas, son diarias excepto las de Física, Historia Natural, Geografía General y de la Isla que son alternadas. Asistencia diaria por término medio 95 a100 según las épocas.

Historia: Está escuela fue creada con carácter de elemental en 1815 y era de patronato de los ascendientes del Marqués de Santa Ana y Santa María, Don José A. Castillo y Don José Manuel de la Torre Izquierdo...

Thursday, February 9, 2023

Guáimaro cumple 232 años de fundado (por Desiderio Borroto Jr.)

Obelisco dedicado a los
constituyentistas de 1869.
Erigido en el año 1944.
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Iglesia La Purísima Concepción 
de Guáimaro.
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El Apóstol José Martí en su artículo 10 de Abril publicado ese día de 1892, en el periódico Patria, en prosa profunda y sublime define a Guáimaro, la villa donde se celebró la Asamblea Constituyente que dejó conformada la República Cubana y donde sus habitantes en acto de sacrificio patrio incendiaron sus casas para darle al enemigo “cenizas donde esperaban fortalezas”, como un pueblo sagrado y una ciudad santa. Este pueblo sagrado y ciudad santa cumple este 10 de febrero 232 años de fundado.

Fue el domingo 10 de febrero del año 1791, en el que en acto fundador y desafiante para la época el cura fray de Gregorio de Jesús Caballero y Miranda abrió el primer libro de bautismos de personas blancas y españolas de la parroquia Nuestra Señora de la Concepción de Guáimaro y bautizó al niño Andrés María Millán y de la Cruz, el acto sacramental del bautismo del niño Andrés María Millán y de la Cruz fue también un acto fundador porque hasta ese instante los nacidos en Guáimaro tenía que bautizarse en Puerto Príncipe o Bayamo, a partir de ese momento ya los nacidos en el pequeño asentamiento tuvieron legalmente una identidad propia: guaiamreños.

Guáimaro la villa fundada aquel 10 de febrero, moldeó su historia a las coordenadas de la historia de la Patria y, aquí gestó Joaquín de Agüero algunos de sus proyectos reformadores y libertario, en Guáimaro se fraguó la unidad cubana, el ser nacional y alzó el vuelo acogedor la República de Cuba, desde aquel instante los cubanos todos, dejamos de ser súbditos de España para ser ciudadanos de una nueva república, propia, auténtica, éste 10 de febrero, como hace 232 años Guáimaro y sus gentes respiran el aire puro de la sabana y viven en el arremolinado acontecer cotidiano.

Escudo de Guáimaro
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Ver artículos, del autor, sobre la historia de Guáimaro

Wednesday, February 8, 2023

Los cines en la memoria. Un recuento a la camagüeyana. (por Carlos A. Peón-Casas)

Apolo (1909-1962)
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Confieso que por mi edad, ni tan corta ni tan larga en este hic etc nunc, solo conocí de oídas, y de leídas, los avatares cinéfilos de esta ciudad que tuvo el encanto y la magia del cine desde muy temprano.

Primero en su formato mudo, y ya a finales de los años veinte del pasado siglo, la llegada del sonido incorporado, y luego el color, y los grandes formatos del CinemaScope y hasta la inigualable experiencia del Cinerama, de la que mi padre me contaba en mi primera niñez.

Social
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De esa evolución cinematográfica la ciudad fue un inédito testigo. Salas de exhibición las hubo y muy buenas, en su formato simple como las más humildes de algunos cines de barrio: el Social, el América o el Camagüey, el recordado y muy popular Apolo de tantas evocaciones...

También aquellas con doble funcion: cine y teatro, todo en uno.

Casablanca, o Casa Blanca
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En el centro urbano, en ese downtown más clásico, que acá los camagüeyanos bautizaron como " el pueblo", el término lo usaba aún mi padre en mi infancia, se contaron unas cuantas: Avellaneda, Encanto, Casablanca, el Principal, Guerrero... luego el exquisito Alkázar...

Avellaneda
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De oídas, igual le escuché a mis mayores, de aquellas infinitas tandas corridas que disfrutaban los pequeños de casa, igual de los innumerables delicatessens que degustaran los muchachos de entonces: los refrescos de producción local y los importados de muchos sabores y marcas, los cucuruchos de rositas de maíz, y un largo y muy dulce etcétera.


Alguna vez me fue referida la anécdota quizás contada por mi inolvidable padre, de una muy popular y divertida costumbre de su infancia y acaso primera adolescencia: hacer rodar por el piso inclinado de la sala de marras, las botellas vacías, que con inusitado estrépito y susto para los más concentrados, se rompían al llegar a la zona más próxima a la pantalla de exhibición. cuántas otras de aquellas travesuras muchos que ya peinan más canas que yo podrán recordar.

Alkazar 
(cuando todavía era cine-teatro)
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Igual recuerdo de lo que me fuera referido, lo que serían las grandes producciones que llegaron a los circuitos de aquel Camagüey cinéfilo a todo trapo, provenientes de las grandes casas y estudios de fama hollywoodense y mundial, cito solo algunas como botón de muestra: la francesa Gigi con Gaby Morlay, las también oscarizadas: La vuelta al mundo en ochenta días, El Rey y yo, Anastasia, Gigante, La Strada, El Hombre que sabía demasiado....

O todas aquellas con premios en Cannes, Berlín o Venecia: El Mundo del silencio, Otello en una versión soviética, Mañana Lloraré con Susan Hayward, Invitación al Baile, la inglesa Ricardo III, la inolvidable Trapecio con Burt Lancaster, la cinta española Calle Mayor, o la india Father Panchali.

Guerrero
(a un costado de la Popular)
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Ir al cine, sumergirse en el rito y la magia de la sala oscura, era entonces una fiesta, inombrable al decir lezamiano, pero además una experiencia celebrativa y con un signo de neto provecho espiritual.

El clásico formato de 35mm, la sala oscura y los grandes proyectores hacian el resto. Aún la era analogica nos mantenía a salvo de los formatos de esta hora digital, inevitables en los tiempos de internet y Netflix, pero igual carentes de esa patina que extrañamos...

Aún en mi infancia citadina de los años 70's, el cine tenía esa coordenada de los grandes rollos de celuloide, que a veces se velaban, por accidente o vaya ud asaber, y que de pronto alcanzaban la rechifla general contra el esforzado y anónimo proyeccionista.

Luego ya en los ochentas y los tempranos noventa, aún recuerdo la misma experiencia hasta que un buen día ya fueron escasas las proyecciones y llegó el final, se impusieron las video casseteras, y luego los DVD's y the rest was silence... parodiando a Shakespeare.

Encanto
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No recuerdo cuál sería la última cinta en el formato clásico que viera en algún cine de esta ciudad, si alguien memorioso tiene el dato, que me lo comparta, y se lo agradeceré.

Creo y lo digo sin tapujos, que la última vez que fui al cine como lo concibo y lo recuerdo, no fue precisamente por estos lares.

Me sucedió en Chile, en un pequeño y animado cine de pueblo, en la quinta región chilena, cerca de Valparaíso. El filme fue aquella inolvidable Antz en el año 1998.


"Calle de los cines"
Camagüey
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Con notas de la Guía Cinematográfica. 1956-1957. Centro Católico de Orientación Cinematográfica.Litografica Ramallo La Habana , Cuba, 1957.

Sunday, February 5, 2023

Recuerdos del Casablanca, o Casa Blanca (por Joaquín Estrada-Montalván)


Leo que el cine Casablanca, o lo que fue el cine Casablanca, está cumpliendo su 75 cumpleaños.

Casablanca es un lugar que es parte de la historia personal de los camagüeyanos, crecimos y "adultamos" visitándole. Los nacidos a partir de los 90s, imagino, solo conocen su fachada y, han escuchado, que detrás de ella existió el principal cine de la ciudad.

Recuerdo las colas que ordenadamente (a veces no) se extendían hacia la calle Lope Recio. Entre las más populares, en mi memoria, las de Sandokan.

A Casablanca iba con menos de 12 años (luego de "graduarme" del cine Avellaneda) a intentar colarme en las películas de mayores de 12, y con menos de 16, a intentar colarme en las de mayores de 16.

Octavo grado, en la Mártires por la tarde, me "alzaba" de las clases para ir a "apretar" al "Casablanca". Los domingos en la tarde a apretar con la novia y luego al Coppelia.

Luego fui "más mayor", y al cine iba más por las peliculas y algun que otro beso con la novia (la "comunicación plena" se disfrutaba en otros escenarios).

Casablanca, cine de estreno cada semana, a veces (cuando mucho público) compartía con Guerrero, Encanto (y a veces creo con el Alkazar). Cuando esto sucedía, el siempre bien recordado Tororico corría por la ciudad intercambiando los rollos del filme, para que pudiera ser proyectado casi de manera simultánea en más de un cine a la vez.

Llegaron los años 90s, se empezaron a evaporar los cines, y a llegar televisores con un equipo VHS y a eso le llamaban Salas de Video. En el Casablanca montaron una en el segundo nivel, era donde los jurados visionaban los audiovisuales en competencia en el Almacén de la Imagen (también en la sala Nuevo Mundo). Tuve la dicha de integrar el jurado OCIC, luego SiGNIS en varias de sus ediciones.

Creo que hoy del Casablanca solo queda la fachada, ojalá que en el final no corra la suerte del cine Alkazar y sea recuperado como cine.

Camagüey no tiene cines hoy, creo que solamente los fines de semana el Encanto, pero Camagüey fue una ciudad que disfrutó del cine, y una ciudad que parió gente que ama el cine, que lo promueve y que sueña y trabaja porque Camagüey vuelva a ser, también, un lugar que permita disfrutar de lo que se conoce como el séptimo arte. (JEM)



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Comentario de Juan Antonio García

"En Casablanca sí se siguen dando películas y de hecho, el sábado 4 de febrero en la noche fue la premier de Oscuros amores, de Gerardo Chijona. Y la proyección es en pantalla grande, con un proyector de primer mundo. Lo que pasa es que constructivamente, cuando se convirtió en multicine, la cuestión de sonido quedó hecho un desastre porque se contaminan las salas. Por eso se suele proyectar en una sola, que es la de arriba. Creo que donde más calidad hay hoy en cuanto a proyección es Nuevo Mundo. Y, por supuesto, ese Casablanca de ahora, no tiene nada que ver con el que nosotros conocimos. Como en todas partes, las salas cinematográficas se han visto obligadas a transformarse, y acá la Calle de los Cines permanece en un limbo administrativo. Saludos."

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Comentario de Roberto Méndez Martínez

"En realidad el cine al fundarse se llamaba Casa Blanca. Le puso así su dueño Armando Garrido por su esposa Blanca. Pero la gente lo asoció con la famosa película y así quedó.

Recuerdo que en mi infancia en la sala del cine había creo que sobre la pantalla una especie de escudo con las siglas TCB. De modo que aunque sonara casi igual dejaba clara la previa de Blanca. Por cierto ellos vivían en la casa de los altos y eran muy amigos de mi familia pues Garrido y mi abuelo fueron copropietarios del Teatro Principal y del cabaret Morocco, luego Caribe."

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Comentario de Sonia Agüero

"Entre el 48 y el 59 no solo fue un magnífico cine con gran acústica, la "casa" del Cine Club de Camagüey, sino también un magnífico Teatro, "casa" de la Sociedad de Conciertos de Camagüey, donde se presentaron primerísimas figuras artísticas como Arthur Rubinstein, Jascha Heifetz, Alicia Alonso, Orquestas Sinfónicas, etc. Y también se celebrarones graduacione de escuelas locales y otras actividades culturales.


Friday, February 3, 2023

Homilía del Cardenal Mons. Beniamino Stella en la Misa de la Catedral de Camagüey, el 2 de febrero de 2023.

Fotos/Frank Luis García Castañeda
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Queridos hermanos y hermanas, hemos venido hoy a esta Catedral Metropolitana como Simeón y Ana, para recibir de María y de José a Jesucristo; para proclamar con la vida y con el corazón que Cristo es Luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo.

En la escena tan sugestiva del Evangelio de esta fiesta se abrazan las generaciones, los ancianos que esperaban al Mesías prometido y los jóvenes esposos que, cumpliendo con las tres lecciones de la ley Mosaica, llevan a Cristo al encuentro de su pueblo.

Fue también esta tierra camagüeyana hace veinticinco años el lugar donde se abrazaron un Papa anciano con los jóvenes cubanos. El Santo Padre, San Juan Pablo II señaló ya al inicio de sus palabras el objetivo de aquella cita, decía: “los jóvenes cubanos se reúnen hoy con el Papa para celebrar su fe y para escuchar la Palabra de Dios que es el Camino para salir de las sombras del mal y de las tinieblas y revestirse así con las armas de la Luz para obrar el bien.

El actual pontífice, Papa Francisco, insiste a los jóvenes que hablen con los abuelos y nos asegura que en ese diálogo, en ese recíproco donarse y enriquecerse entre abuelos y jóvenes, se juega el futuro de la humanidad.

En estos días la Iglesia en Cuba hace memoria agradecida de la visita del Papa Santo a esta amada nación. Me complace sobremanera poder compartir con ustedes estas jornadas de acción de gracias. Agradezco al Señor el testimonio que ha regalado a esta Iglesia en Camagüey, con todos esos buenos ancianos que, como Simeón y Ana, han mantenido y conservan la llama de la fe, de la esperanza en las promesas del Señor, y la apertura para salir al encuentro de los demás. En este sentido no puedo no mencionar al querido Monseñor Adolfo Rodríguez, ejemplo de luminoso de hombre de Dios y de pastor entregado a su grey. En él agradecemos simbólicamente lo que tantos cristianos y cristianas antes de nosotros legaron a nuestra fe y a nuestra vivencia eclesial.


Los que estuvimos aquí hace veinticinco años recordamos muchas cosas de la presencia del Santo Padre San Juan Pablo II en esta tierra de Agramonte, pero si tuviéramos que decir algo con sabor a pueblo de aquella celebración alegre y festiva del Papa Santo en este lugar, seguramente que pensamos en el estribillo que muy pronto entonó aquel coro gigante en que se convirtió toda la plaza: “el Papa se queda en Camagüey”. Obviamente el Papa no podía quedarse físicamente en Camagüey, pero sí podía y debía quedarse su fe, su amor a Cristo y a la Iglesia, su fidelidad y coherencia debía quedarse en cada joven cubano.

San Juan Pablo II habló a los jóvenes cubanos con cariño, como un padre habla a sus hijos. Les habló de aquello que todo joven busca y anhela, cómo llevar adelante la vida, concretamente y en palabras del Salmo 19, que cito: “¿cómo podrá el joven llevar una vida limpia viviendo de acuerdo con tu Palabra?” Y el propio Santo Padre apuntó, y cito “el Salmo nos da la respuesta al interrogante que todo joven se ha de plantear si desea llevar una existencia digna y decorosa, propia de su condición. Para ello (decía el Papa) el único camino es Jesús. Los talentos que han recibido del Señor y que llevan a la entrega, al amor auténtico, y a la generosidad, fructifican cuando se vive, no sólo de lo material y de lo caduco, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”.

Y continuaba el Papa: “Los animo a sentir el amor de Cristo siendo conscientes de lo que Él ha hecho por ustedes y por la humanidad entera; por los hombres y mujeres de todos los tiempos; sintiéndose amados por Él podrán amar de verdad. Experimentando una íntima comunión de vida con Él que vaya acompañada por la recepción de su Cuerpo, la escucha de su Palabra, la alegría de su perdón y de su misericordia; podrán imitarlo, llevando así como enseña el salmista, una vida limpia”. Tenemos que confesar que llevar una vida digna y limpia, por decirlo con otra frase muy popular en Cuba, “no es fácil”.

En efecto, y ya lo señalaba San Juan Pablo II, alertando de los peligros del relativismo moral, tan extendido por desgracia en tantos lugares del mundo, decía el Santo Padre: “ese relativismo moral genera egoísmo, división, marginación, discriminación, miedo y desconfianza hacia los otros. El vacío que produce estos comportamientos explican muchos males que rodean a la juventud: el alcohol, la sexualidad mal vivida, la prostitución, las motivaciones fundadas en el gusto, las actitudes egoístas, el oportunismo, la falta de un proyecto serio de vida en el que no hay lugar para el matrimonio estable, huyendo del compromiso y de las responsabilidades para refugiarse en el mundo falso cuya madre es la marginación y el desarraigo”.

Y continúa el Papa: “ante esa situación el joven cristiano que debe llevar una vida limpia, firme en su fe, sabe que está llamado y elegido por Cristo para vivir en la auténtica libertad de los hijos de Dios que incluye no pocos desafíos. Por eso, acogiendo la Gracia que recibe de los Sacramentos, sabe que debe dar testimonio de Cristo con su esfuerzo constante para llevar una vida recta y fiel a Jesús”.

Queridos jóvenes, conozco también que en estos últimos años se han deteriorado en Cuba ámbitos de la convivencia social y que la situación económica que viven es crítica; es muy difícil para todos pero especialmente lacerante para ustedes los jóvenes. Enfrentarse a la opción de formar un hogar cuando el salario no alcanza o no existe la posibilidad de tener una vivienda y de llevar el pan cotidiano a la mesa de los hijos. Muchos de sus coetáneos y amigos han emigrado a otras tierras. Las mismas comunidades cristianas han visto mermadas la presencia de jóvenes y de adolescentes, de niños en la catequesis, de las familias enteras. Y que en ocasiones los que emigran, en virtud de múltiples causas, se alejan de la iglesia y de la práctica de la fe que tenían aquí. Todo esto genera tristeza y podemos sentir la tentación de la desesperanza.

Sé que mis hermanos, los Obispos Católicos de Cuba, no han cesado nunca de alentar y de invitar a crear las condiciones adecuadas para que los cubanos puedan desarrollar en su tierra sus legítimos proyectos personales y familiares. Para que Cuba pueda acoger y desarrollar los anhelos y los sueños de todos y cada uno de sus hijos, sin exclusiones. Así que al tiempo que oramos por el bienestar y el progreso integral de nuestro querido pueblo; no puedo no recordar que y si bien hay responsabilidades en la vida de una nación que atañe, por así decirlo, a las autoridades o a los servidores públicos, hay un ámbito personal e intransferible donde incluso en medio de la Cruz hay que decidirse a ser fieles y a ser santos.

San Juan Pablo II les pidió: “sean fuertes por dentro, grandes de alma, ricos en los mejores sentimientos, valientes en la verdad, audaces en la libertad, constantes en la responsabilidad, generosos en el amor e invencibles en la esperanza”.

Al saludar con afecto agradecido al Arzobispo Monseñor Willy, al señor Nuncio Apostólico Monseñor Gloder, al presbiterio, a los diáconos y a toda la vida consagrada en este día en que celebran memorias gratas, a los laicos de esta amada Iglesia del Señor; los felicito también en esta fiesta patronal de la Arquidiócesis. Le suplico a la Virgen María, Nuestra Señora de la Candelaria, que nos conserve siempre unidos y alegres en el servicio siempre hermoso de la evangelización. Un saludo cordial también a las distinguidas autoridades que hoy participan con nosotros en esta extraordinaria celebración.

San Juan Pablo II vele por la juventud cubana, para que del mismo modo que él recibió la Gracia de la fidelidad a Cristo en medio de las difíciles condiciones de su Polonia natal, así los jóvenes de esta tierra puedan conservar su amor a Cristo y a la Iglesia, su santidad de vida, su entusiasmo en medio de las coordenadas tan complejas y difíciles que hoy enfrentan. No olviden las promesas de Jesús: “en el mundo tendrán aflicción, pero ánimo, Yo he vencido al mundo”. Y cuando todos nos sintamos tentados de “tirar la toalla” recordemos también las palabras de Monseñor Adolfo en el discurso inaugural del E.N.E.C. cuando decía, y cito: “En Él, en Cristo, miramos el futuro con serena confianza porque sabemos que mañana antes que salga el sol habrá salido sobre Cuba y sobre el mundo entero la Providencia del Padre”. 

Amén.

(Texto/Arquidiócesis de Camagüey)

Fotos/Carlos A. Peón-Casas
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Fotos/Carlos A. Amador
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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