1. Son ampliamente conocidos las dificultades y desafíos que atraviesa el pueblo cubano.
2. Tras el paso del huracán Melissa, nuestros hermanos del Oriente del país viven una situación catastrófica, muy dolorosa y triste.
3. La Iglesia Católica en Cuba, en comunión con todas las Iglesias del mundo, se sabe llamada para anunciar el Evangelio, dar el culto debido a Dios, comunicar la gracia de la salvación a través de los Sacramentos y servir en la caridad a todos, especialmente a los más pobres y necesitados.
4. Hoy quiere seguir respondiendo a su vocación, en las nuevas circunstancias que la historia nos depara.
5. Hemos recibido un ofrecimiento de carácter humanitario de la Administración de los Estados Unidos, que pasa a través de instituciones de la Iglesia Católica en ese país, para ayudar directamente a los damnificados por el huracán Melissa, con tres millones de dólares en recursos.
6. Los Obispos Católicos y la Cáritas de Cuba están dando los pasos necesarios y sosteniendo conversaciones útiles y positivas con todas las partes, para que este ofrecimiento se pueda convertir en realidad.
7. Reiteramos nuestra petición a la oración y a la solidaridad, de modo particular, para los que más sufren en las diócesis de Santiago de Cuba, Guantánamo, Bayamo y Holguín. (cf. Mensaje de la Conferencia de Obispos Católicos del pasado 30 de octubre de 2025).
8. Contamos igualmente con sus plegarias para que estas gestiones en curso y todas las ayudas que se van ofreciendo a nuestro pueblo, por diversas vías, alcancen un resultado satisfactorio y contribuyan al bienestar de los afectados y a generar la esperanza, que Cuba anhela y necesita.
9. Que la Virgen de la Caridad del Cobre nos conceda lo que le cantamos con tanta frecuencia y devoción: "¡Todos tus hijos a ti clamamos, Virgen Mambisa, que seamos hermanos!"
Secretariado General de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
La Habana, 2 de noviembre de 2025.



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