Monday, September 26, 2022

Te estoy amando ya en el umbral de la Muerte. Dos. (poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.



DOS

Te estoy amando ya en el umbral de la Muerte.
Sálvame del odio, del olvido plúmbeo, de la negación
que envían los falsos odaliscos,
las falsas colibríes,
ellos y ellas saben despedazar el aire
despedazan el aire
me negaron tres veces tres veces al día
me envían cuervos autómatas cada noche
directamente hacia mis ojos
ven
ayúdame a perdonar su saña, sus traiciones
perdona mis traiciones para ti
y ayúdame a orar para que Dios y los traicionados perdonen mis traiciones

“Mujer de mi vida”
te estoy amando ya en el umbral de la Muerte
temo decir tu nombre porque quizá se me parta el aliento

Estoy lejano, triste y viejo
No demores
Llega antes de que el páramo me tome por completo
antes de que se termine la luz de mis manos

Ven
hagamos la última fiesta
invitemos al sinsonte nocturno que canta en el árbol de mi patio
hagamos nuestra última fiesta
la última danza de la medianoche
trae el polen y no olvides traer tu voz, la fundadora
del remanso,
cantemos de nuevo como cuando cantábamos querernos para toda la vida

Dios mío, qué sería del mundo sin tus senos

Hagamos la última fiesta de la medianoche
Celebremos bien alto aquel, este amor, oremos
por no tener que celebrar nunca las cenizas
ven
trae tu Sur, tu Norte, tu Este y tu Oeste, los verdaderos
puntos cardinales

“Mujer de mi vida”
estoy lejano, viejo y triste
Los días caen como truenos, como lágrimas las noches

Qué sería de la espuma sin ti

No demores
Te estoy amando ya en el umbral de la Muerte

Ven
no demores
Estoy a punto de llorar como lloran los hombres
o mejor dicho como lloran las mujeres, que son las que saben llorar,
amar, arribar a los finales

No demores,
ven,
dame tu agüita.


Miami, 9 de agosto de 2022





2.


Ti sto amando già sulla soglia della Morte
Salvami dall’odio, dall’oblio plumbeo, dalla negazione
che mandano le false odalische,
i falsi colibrì,
loro sanno come fare a pezzi l’aria
spezzettano l’aria
mi hanno negato tre volte tre volte al giorno
ogni notte mandano dei corvi automi
direttamente nei miei occhi
vieni
aiutami a perdonare la loro cattiveria, i loro tradimenti
perdona i miei tradimenti verso di te
e aiutami a pregare perché Dio e i traditi perdonino i miei tradimenti.

“Donna della mia vita”
ti sto amando già sulla soglia della Morte
ho paura di pronunciare il tuo nome perché mi si potrebbe rompere il respiro.

Sono lontano, triste e vecchio
Non indugiare
Arriva prima che la terra desolata s’impossessi di me completamente
prima che termini la luce delle mie mani

Vieni
facciamo l’ultima festa
invitiamo il tordo notturno che canta sull’albero del mio cortile
facciamo la nostra ultima festa
l’ultima danza di mezzanotte
porta il polline e non dimenticare di portare la tua voce, la fondatrice
delle acque di mare,
cantiamo di nuovo come quando cantavamo di amarci per tutta la vita.

Mio Dio, cosa sarebbe il mondo senza i tuoi seni

Facciamo l’ultima festa di mezzanotte
Festeggiamo a gran voce, quest’amore, preghiamo
di non dover mai celebrare le ceneri

vieni
porta il tuo Sud, il tuo Nord, il tuo Est e il tuo Ovest, i veri
punti cardinali.

“Donna della mia vita”
sono lontano, vecchio e triste
I giorni cadono come tuoni, come lacrime le notti

Cosa sarebbe la schiuma senza te

Non indugiare
Ti sto amando già sulla soglia della Morte

Vieni
non indugiare
Sto per piangere come piangono gli uomini
o meglio come piangono le donne, che sono quelle che sanno piangere,
amare, arrivare alla fine

Non indugiare,
vieni,
dammi la tua acqua.


Miami, 9 agosto del 2022




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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.


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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

("Vocabulario Cubano", de Constantino Suárez. Año 1921) Camiseta y Camisón de corpiño

 

Míster Camagüey



No recuerdo su nombre. Se le conocía como Míster Camagüey, el mito urbano era que había alcanzado ese título en algún certamen pre 59.

Su orgullo, era que a su edad podía colocar una copa en sus pechos, sin derramar el líquido que contenía. Era su demostración de que aún era Míster Camagüey, y así lo presumía con su "acto de la copa" en La Plaza (la de la Merced).

Eran tiempos (los 80s del siglo XX), entre otras cualidades, de los mechadores: Onitín, Mandy, .... (JEM)

Sunday, September 25, 2022

P. David Pantaleón: "Nos interpelaban diciendo que la iglesia no debería meterse a acompañar presos, esa fue una de las razones principales", de la expulsión de la Isla. (Entrevista en la televisión dominicana. Video)

 

Programa "El Despertadot"
Noticias SIN. República Dominicana
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Ver en el blog

Ana Sánchez Agramonte. (Social. Enero 1916)

 

Jerome Robbins (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


Jerome Robbins nació en Nueva York (Estados Unidos) el 11 de octubre de 1918 con el nombre de Jerome Rabinowitz, hijo de una familia rusa inmigrante. En su adolescencia tomó clases de danza moderna con Gluck Sandor, de ballet con Ella Daganov. Además, asistió a clases de piano. Esta formación artística le permitió abrirse paso en el mundo del espectáculo, tras la gran depresión de 1930.

En 1940 se unió al Ballet Theatre (luego denominado American Ballet Theatre), realizando su primer éxito coreográfico, en 1944, “Fancy Free”, con música del también debutante Leonard Bernstein. En 1948 se incorporó al Nueva York City Ballet, donde llegó a ser subdirector entre 1950 y 1959. A lo largo de su carrera creó más de 50 ballets para diferentes compañías, incluyendo “Interplay” (1945), “Variaciones Goldberg” (1971), “Watermill” (1972), “Glass Pieces” (1983) y “Brandenburg” (1997), su última obra.

En 1958, formó la Lena Robbins Foundation para promocionar los trabajos de nuevos coreógrafos, y ese mismo año fundó su propia compañía, Ballets USA, que funcionó entre 1968 y 1971, debutando en el Spoleto Festival. Igualmente, fue miembro del Consejo Nacional de las Artes de EEUU desde 1974 a 1980.


Fue ampliamente reconocido por ser el creador del musical “West Side Story” (“Amor sin barreras”), estrenado en cines en 1957 y por el que ganó un premio Oscar. Asimismo, coreografió otras obras musicales para los escenarios de Broadway, como “El rey y yo” (1951), la misma “West Side Story” (1957), “Gypsy: A Musical Fable” (1959) y “El violinista en el tejado” (1964). Por estos trabajos obtuv varios premios Tony.

Falleció en su casa de la ciudad de Nueva York, el 29 de julio de 1998.


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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Saturday, September 24, 2022

(Social. Enero 1916) El dandismo de tres cubanos. Julio Sanguily, Nicolás de Cárdenas y Edelberto Farrés. (por Francois G. de Cisneros)

En los últimos años coloniales, la sociedad habanera, formaba un grupo de refinados y aristócratas gentiles hombres, mujeres de supremas bellezas donde el arte de la conversación tenía muchos sectarios, se narraban aventuras deliciosas, se formaban dulces idilios, nacía la crónica social y se cultivaba el dandismo, ya en los palcos del Unión Club, en los salones de los Condes de Fernandina o en los grupos airosos de la acera del Louvre, donde el abejorro del buen humor bordoneaba la frase, mientras hervía el blondo licor de la Certosa o espumeaba el jocundo vino de la Champagne.


De aquellos elegantes, garridos, fuertes, varoniles, no podré olvidar al General Julio Sanguily, claudicante y rosado, byroniano y sonriente.

Representaba la fina raza criolla. De la culta cuna de una familia legendaria, traía la belleza masculina de sus antecesores, nacidos allá en los Pirineos franceses, un algo de fanfarronada provenzal, una despreocupación de gascón pronto a requerir la tizona como a rimar la estrofa de amor.

Amaba las violetas. Siempre en el ojal de su frac vi el ramo de primavera y en sus ojos azules la viva llama de la alegría del vivir. Tenía todos los detalles del dandy que ama escribir sus cartas en fuerte pliego coronado por blasón heráldico y sonrie desdeñoso si al baccarat pierde una fortuna.

Su emoción era ruidosa y su causticidad filosófica. En el juego y en el amor era victorioso. Amaba el efecto porque conocía la admiración. Entraba en la ópera a mitad de acto y a su paso todas las cabezas se inclinaban y todos los corazones latiían.

Sus manos eran casi eclesiásticas, finas, largas, lustrales; manos para esgrimir la espada o acariciar frentes; manos que gesticulaban triunfadoras acompañando su discurso, con gestos precisos, gestos de jefe que comanda o de amante que cautiva.

Tenía un culto por la estética de la moda y en el trópico cruel donde es una heroicidad ser esclavo de la hora, el General nunea faltó al código del buen vestir; cada noche lo vieron los salones del Cerro, las antiguas casas feudales de los Condes de Casa Bayona, de los Marqueses Du-Quesne y de la Sra. Rita del Valle, pasar apoyado en su baston, fenguantado, brillante, llevando el frac con esa desdeñosa negligencia, irguiendo su busto militar, mientras su boca sonreía bajo su bigote rubio.

De tarde, reclinado, en la victoria, camino del Tulipán, sus ojos turquies encerraban el paisaje de su tierra por la que el sacrificó juventud y riqueza; y emergía vestido de blanco como un mármol apolíneo, una ofrenda de Cuba, un recio retoño de ese árbol de los Sanguily que floreció allá en los montes pirenaicos y vino al Caribe como una gloriosa floración.

Como Bocaccio podía narrar cien capítulos galantes, como Artagnan cien combates bien ganados; como Loti cien viajes exóticos; y su conversación interesaba y fascinaba porque a su charla criolla, vernacular, prendía la frase elegante, la interjección épica y la sentencia del observador.


Colín de Cárdenas es nuestro chevalier d'Orsay, nuestro genuino y perfecto cubano. Como el Conde Boni de Castellanne representa el francés; Colín afecta el criollismo en su blanda charla, en su pulcritud estética y en sus suaves ejercicios corporales, la equitación tropical, la esgrima de la calle del Prado y la lenta cruzada por las calzadas habaneras, sorprendiendo en los balcones los ojos negros y las voluptuosas figuras.

Afrodita es su Diosa. EI ha tejido guirnaldas de azaleas para ofrendar el templo de la Belleza- la criolla belleza trigueñia!

Ama el panamá de finísimo tejido; el flus blanco de dril número 100 y los zapatos amarillos, pequeñitos y relucientes; jinete en una arcaica mula, en el arzobispal sillón cubano, con arneses donde la plata forma dibujos. Colin de Cárdenas simboliza en la imaginación de sus amigos "el último criollo".

Hoy el Sr. Nicolás de Cárdenas es un diplomático con el physique du role, un Ministro que enorgullece representando nuestro país en el viejo país de los Incas; y los más severos salones de Lima, lo han visto gallardo y triunfal con el uniforrne de la carrera, minucioso, discreto; pero siempre irreprochable; el pantalón cayendo impecable, el frac bordado de oro sin producir una arruga y el espadín inútil y ornamental caer no como el sable del militar, sino como e1 amable juguete del diplomático para emplear la mano izquierda.

Yo lo recuerdo en aquella época de esgrima; cuando Lafourcade, Alonso, Antolín Martínez, el Dr. Remírez, eran maitres d' epee. Colín de Cárdenas era un fanático del acero, una herencia oculta de sus conquistadores antepasados; menudito, ágil, sonriente, cruzó su hoja con los pontífices del arte; plantó su figura harmónica frente al clasicisismo de Merignac y frente a la brutalidad de Pini; y de noche cuando el plastrón inmaculado sustituía el plastrón de cuero, paseaba sus gemelos sobre los palcos donde flordelisaban las bellezas de otras épocas, y su mano calzada de guante blanco se movía en un saludo íntimo y confidencial.

Lo recuerdo hace algunos afios en Long Branch con un traje de franela blanca rayada de negro; con zapatos de lona istriados eon cuero amarillo; admirando las venusinas formas de las bañistas; y recuerdo lasaaéncdotas, las narraciones, los cuentos que me hacía de su vida en París y de su vida en la Habana, cuentos que servirían de tema para algun volumen de crónicas galantes del siglo XVI.


Edelberto Farrés ha sido el verdadero Beau Brummel habanero, sibarita, conocedor de todo lo exquisito, desdenIas acuarelas de Watteau, los sombreros de copa de Lock, los automóviles Rolls Royce hasta la ciencia del jardinero Le Notre y la ciencia del cocinero Brillat-Savarin.

La quinta de la calle Domínguez era un museo de armas antiguas -yataganes árabes, mosquetes de Flandes, cuchillos sikhs, lanzas, arcabuces, viejos arcones aragoneses, tapicerías, vasos de Sevres, candeleros de Venecia, encajes de Malines, alfombras de Teherán- por los salones de su morada paseó la fastuosa sociedad del faubourg Tulipán y sus fiestas se rememoran como las del Marqués de Ganay y la Duquesa de Uzes en París o las del Duque de Bedford en Londres.

Su hermosa cabeza de regularidad varonil era la más admirada en las fiestas de Tacón o en los bailes de Palacio; y hoy cuando los años han pasado, siempre se mantienen el rosa de sus mejillas, la albura de sus cabellos, su busto erecto, su sonrisa de hijosdalgo y su voz robusta, vibrante, algunas veces tonante. No he oido una voz más robusta ni más sonora que la de Edelberto Farrés. Tiene esa franca harmonía de los seres que saben vivir -discutir, con él es perder tiempo- todo desaparece si irritado inicia un crescendo en su órgano vocal.

Sacerdote del buen tono, cada aparición en el mundo era una aurora de estilo y de chic. Ama el traje azul, rimando con su bigote cano, ondulante y sus ojos profundamente glaucos. 

Siempre me ha parecido un británico que hubiese vivido en Lutecia. Cada detalle marca una era de buen gusto. Sus joyas son simples; perlas y en una piedra rojiza el escudo de la noble casa catalana de Farrés que ya en el siglo XIII combatían como Alféreces al lado de los Condes de Berenguer. 

Clubman fanático. Ha sido uno de los más queridos Presidentes del Unión Club y su presencia en la mesa del Louvre, años antes de la guerra, era deseada, porque nadie como él para combinar menus dignos de Paillard y contar de sobremesa las más espirituales anécdotas entre el viejo cognac o el café de Oriente.

A la villa gitana y sureña prefiere la campiña ancha y lejana, desde su bungalow de la Víbora, claro, gracioso, abierto a todos los vientos contempla la ciudad que hierve con la filosofía del ateniense, mientras pasa ante sus ojos toda la vida mundana de hace treinta años llena de poemas y de tragedias, de luchas y de aspiraciones.

Hoy, es el Ministro de Cuba en Colombia, debiéralo ser ante la corte de Saint James o el Palacio del Eliseo porque el apuesto caballero cubano ha sido y es uno de los más aristocráticos dandies de nuestra tierra tropical, y como me decía una extranjera:

-Pocas veces he visto un hombre tan gallardo y tan peligroso como Edelberto Farrés ...

Enero, 1916.

¿Se puede encontrar la paz? (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.



En la actualidad se escuchan muchas personas con un deseo profundo de sentirse en paz.

¿Se puede verdaderamente encontrar la paz?

¿Se la puede alcanzar?

Para muchos se hará difícil, para otro quizás más fácil, pero percibir paz es fundamental en el ser humano.

Quién no tiene paz en su interior, no puede irradiar bienestar a los demás.

El que vive sin paz se convertirá en un prisionero de sus propios sentimientos oscuros como: el odio, la ira, irritabilidad y la mezquindad.

Cuando vivimos en armonía, somos seres transparentes, optimistas, amigables y hasta dadivosos.

Cuando somos seres insatisfechos, irascibles, hostiles y egoístas, es porque en el fondo albergamos sentimientos nocivos que nos producen un gran descontento interno. No vivimos en armonía con nuestro ser.

Debemos alejarnos de las personas tóxicas y de aquellas que viven arrastrando odios, sentimientos sombríos que no han permitido que sanen jamás su cuerpo ni sus heridas abiertas.

El vivir en desarmonía tanto física como espiritual, producirá que la persona nunca pueda lograr sentirse en paz y siempre arrastre una sensación de descontento e insatisfacción.

Empieza cada mañana con el deseo absoluto de reunirte con Dios en el lugar más íntimo que tu escojas para conversar con él, comulga y despójate de todo aquello que atrase tu vida y perturbe tu estancia.

Cuando hacemos esta rutina diaria, estoy convencida que nos ayuda a vivir menos angustiados y con nuestra conciencia liviana.

Este procedimiento te producirá paz para comenzar tu día y alimentará tu estancia, es así únicamente que todo lo que tu ejecutes a lo largo de tu día, será en completa armonía espiritual.

Porque te enseñará a sobrellevar los avatares y a disculpar a los seres equivocados para poder avanzar y crecer en la vida.

Procura que cada día que tengas frente a ti, hacer el bien a los demás con pequeños detalles, da ayuda al necesitado, provoca la empatía.

Recuerda también que dar será un acto sanador que te dará tranquilidad, porque todo lo que des será multiplicado en la vida y todo lo que tu entregues con amor, alimentará tu espíritu, porque producirá felicidad a otros seres humanos.

Conoce el verdadero significado de "amar" aprende amarte para que puedas amar a los demás, es así únicamente que se puede vivir en plenitud.

El ser que ama y es amado, vivirá seguro que podrá transitar su camino en la vida invadido de sosiego y de quietud.

No pierdas la paz una vez que la hayas alcanzado, es una de las cosas más valiosas que tenemos en la vida.

Recuerda que, si encuentras paz en tu interior, todo lo demás fluirá.







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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora de los libros: "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle). "Los símbolos del Amanecer" (Editorial Voces de Hoy, 2020)

-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.

-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy

Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección

Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer

Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Friday, September 23, 2022

(Miami. Septiembre 24, 2022) El PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio invita a un Encuentro con el Poeta Manuel Vázquez Portal




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Ver Manuel Vázquez Portal en el blog

Recordando a Juan Morciego (Poemas publicados en la Revista Enforque, de la Arquidiócesis de Camagüey)

Juan Morciego (1946-2000), hombre afable e intelectual enciclopédico. Entre sus talentos se encontraba la poesía, aunque rehusaba publicar.

Gracias a su amistad con el P. Alvaro Beyara (hoy obispo de Bayamo-Manzanillo), accedió a publicar en la revista Enfoque de la Comisión de Cultura de la Iglesia Católica en  Camagüey (la que lamentablemente ya no circula)

Como me encargaba de la Edición y dirección de Enfoque en esos tiempos, tuve el privilegio de leer varios de sus manuscritos (o mecanuscritos) en interesantes conversaciones en su casa, en los pasillos de la Merced o en las valiosas tertulias culturales que tuvimos algunas tardes,  en casa del P. Alvaro Beyra, donde también participaba Roberto Méndez, amigo de años y parte del Equipo de Enfoque.

Sean estos poemas, un homenaje al inolvidable Juanin Morciego. (JEM)

Revista Enfoque.
Abril-Junio 2000
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Revista Enfoque
Enero-Marzo 1998
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Gracias a Carlos A. Peón-Casas, por facilitar las páginas de la publicación.

Camagüey. San Juan 1962

 

En enero de 1978, Bohemia le da la bienvenida a las "Colmillo Blanco". Interesante el "Reglamento para el usuario del Servicio Especial"

 

Thursday, September 22, 2022

Gala de las Estrellas del XXVII Festival Internacional de Ballet de Miami (por Baltasar Santiago Martín)



El sábado 13 de agosto de 2022 tuvo lugar, en el Adrienne Arsht Center, la Gran Gala Clásica de las Estrellas del XXVII Festival Internacional de Ballet de Miami, que comenzó con las palabras del Maestro Eriberto Jiménez, director artístico del Festival, quien remarcó en su discurso de apertura el compromiso con el legado de Pedro Pablo Peña, el fundador del Festival hace ya 27 años, y su mentor y maestro.

A continuación, se procedió a la entrega del premio “Una vida por la danza” –una estilizada estatuilla del artista plástico mexicano David Camorlinga, inspirada en la prima ballerina Maya Plisétskaia– a la Maestra Gloria Castro Martínez, quien en su emotivo discurso de agradecimiento rememoró los difíciles inicios de su batalla por la difusión y el apoyo al ballet clásico en su natal Colombia.


Eriberto Jiménez / Eriberto Jiménez, Gloria Castro y David Camorlinga en la entrega del premio. Fotos: Abelardo Reguera
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La función comenzó con el ballet Aguas primaverales, presentado por la Compañía Colombiana de Ballet –cuyo director artístico es José Manuel Ghiso–, con coreografia de Asaf Messerer y música de Serguéi Rachmáninov, interpretado por Nicole Nathalia Duque y Andrés Felipe Vargas, quienes supieron imprimir juvenil énfasis, amén de un cuidado trabajo, tanto técnico como interpretativo, a este chispeante ballet.


Nicole Nathalia Duque y Andrés Felipe Vargas 
en Aguas primaverales. Foto: Simon Soong
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La compañía Unblanche, de Japón, con Rainer Krenstetter como director artístico, presentó a continuación el pas de trois de las Odaliscas, del ballet El corsario, coreografía de Marius Petipa y música de Adolphe Adam, bailado por Natsuki Tsunoda, Eri Kusakabe y Shun Nagasue, quienes con elegancia, musicalidad y acople salieron airosas de su encomienda.

Natsuki Tsunoda, Eri Kusakabe y Shun Nagasue en el pas de trois de las Odaliscas, del ballet El corsario. Foto: Simon Soong.
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De nuevo Unblanche –pero ahora aliada al Miami City Ballet–, salió a defender otra de sus propuestas para este festival: Adagetto, coreografía de Renato Zanella para una partitura de Gustav Mahler, con Tricia Albertson (MCB) y Rainer Krenstetter como impecables ejecutantes, realzados por un enigmático vestuario de negro de ambos –el de ella, con un peto remarcado con una doble línea dorada, con una figura en el medio del mismo color, de ahí lo de enigmático.

Tanto Tricia como Rainer evidenciaron lo cómodos que se sienten bailando esta coregrafía tan intimista, desde la sutil sujeción de los brazos de ella sin lucir apresada, hasta las medias cargadas de fuerte contenido erótico sin provocarle rechazo. En fin, una verdadera joya coreográfica, excelentemente bien interpretada.

Tricia Albertson y Rainer Krenstetter en Adagetto
 Fotos: Simon Soong/Abelardo Reguera
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El pas de deux del tercer acto de Coppélia, coreografía de Arthur Saint-Leon y música de Leo Delibes, fue la selección de Arts Ballet Theatre of Florida, dirigida artísticamente por Vladimir Issaev, para su participación en este festival, interpretado por Saaya Okada y Remina Tanaka, donde, como si fuera un ballet de la Escuela Danesa –al estilo Bournonville, me refiero–, el hombre se destacó mucho más que su compañera, con entrechats six, saltos y giros sin fallos, mientras que ella no terminó los fouettés y los dio desplazándose de lugar, con el atenuante de problemas de salud en una pierna que provocaron la acertada cancelación de su presentación en la Gala de Clausura.

Saaya Okada y Remina Tanaka en el pas de deux del tercer acto de Coppélia. Foto: Simon Soong
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Nota: Aclaro que el estilo con que se debe bailar Coppélia no tiene nada que ver con el Bournonville, pero tiene sus peculiaridades “eslavas”, como la mano detrás de la cabeza en algunos momentos, como énfasis de que estamos en un pueblo de la Europa Central, algo que los dos debieron tener presente.

Karina Moreira y Norton Fantinel, de Arles Youth Ballet Company/Compañía Ballet Joven de Arlés, Francia –cuyo director artístico es también Norton Fantinel– se presentaron a continuación con Reminiscencias, coreografía de Craig Davidson, música de Olafur Arnalds, vestuario de Kate Venables y luces de Salvatore Scollo; dos jóvenes hermosos, en forma, poseedores de una técnica evidente, al servicio aquí de una inquietante coreografía que nos deja pensando, en un dueto con Norton a torso descubierto y una falda negra nada ajustada –y al parecer plisada–, en contraste con la gris y casi tubular de Karina, cual mensajes subliminares de un relación que, ya por el título, tuvo y tiene sin dudas un pasado.



Karina Moreira y Norton Fantinel 
en Reminicencias. Foto: Simon Soong
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A continuación, el Ballet Teatro Alla Scala, con Manuel Legris como director artístico, presentó el pas de deux del ballet Silvia o la ninfa de Diana, coreografía de Manuel Legris y música de Leo Delibes, bailado por Martina Andruino y Marco Agostino.

Martina Andruino y Marco Agostino 
en el pas de deux del ballet Silvia o la ninfa de Diana.
 Foto: Simon Soong.
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Equivalente a lo dije al comentar la actuación de los chicos franceses de la Compañía Ballet Joven de Arlés, en la Gala Contemporánea del 7 de agosto de 2022, me contenta muchísimo que en el país donde comenzó la historia del ballet como tal – la Italia del Renacimiento en los siglos XV y XVI– la danza clásica siga gozando de tan buena salud, evidenciada por el exquisito desempeño de Martina y Marco, tanto técnico como interpretativo, léase excelente partneo, sincronización, cargadas, giros y arabesques; todo ello con suma elegancia “italiana”.

Del Templo de Diana con su ninfa Silvia, la magia del ballet dio continuidad –¿sin querer? – a este tema mitológico para disfrutar de Diana y Acteón, un pas de deux con música de César Pugni, coreografiado e incorporado por Petipa en 1886 a su versión del ballet Esmeralda, coreografía de Jules Perrot (1844), pero que el Ballet Clásico Cubano de Miami ha montado con la de Agripina Vagánova.

Yaman Kelemet (SNG Opera & Ballet de Slovenia), si bien satisfizo la exigente coreografía con fuerza y vitalidad en su baile, con arabesques, balances y jettés elegantes y precisos; y unos fouettés intercalados con pirouéttes en la apoteosis de su variación, no debió estar sonriente durante toda su actuación, pues la diosa Diana está furiosa con el pastor Acteón y lo que quiere es herirlo con sus flechas como venganza por su voyeurismo.



Yaman Kelemet y Ihosvany Rodríguez
 en el pas de deux Diana y Acteón.
 Foto: Simon Soong.
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Yaman Kelemet en el pas de deux Diana y Acteón.
Foto: Simon Soong.
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Ihosvany Rodríguez, como el perseguido pastor, supo hacer girar a su compañera con total verticalidad –como debe ser–, y a sus saltos no les faltaron altura ni volteretas acrobáticas, pero sus giros sí carecieron de la velocidad y la cantidad a las que este talentoso bailarín nos tiene acostumbrados, amén de que debe tapar esos ostensibles tatuajes que no tienen nada que ver con su rol de humilde pastor de ovejas.



Ihosvany Rodríguez en el pas de deux Diana y Acteón.
Foto: Simon Soong.
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Al desfile de arte de la gala se sumó el Miami City Ballet (Estados Unidos), bajo la dirección artística de Lourdes López, con Amorada, coreografía de Ariel Table Rose y, como música, Birthday Variations, de Giuseppe Verdi; a cargo de Jennifer Lauren y Renan Cerdiero, quienes evidenciaron, desde el inicio, el gran gusto y la delicadeza con la que bailan, sin descuidar en absoluto la técnica, que en ellos estuvo completamente supeditada a la interpretación de sus personajes de felices –y hasta ingenuos– enamorados.

Jennifer Lauren y Renan Cerdiero en Amorada.
 Foto: Simon Soong
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Esta variada Gala de las Estrellas ofreció su escenario a continuación a la Compañía Colombiana de Ballet, con José Manuel Ghiso como director artístico, para que Nicole Nathalia Duque y Andrés Felipe Vargas “revivieran” el pas de deux del tercer acto de El lago de los cisnes, conocido como “El cisne negro”, coreografiado por Marius Petipa y la maravillosa música de Piotr I. Tchaikovski.

Para empezar, la Odile de Nicole Nathalia careció, ya desde el casi nulo maquillaje, del drama de engaño y maldad que ella lleva implícito, porque la sola técnica sin interiorización del personaje no basta en absoluto, amén de que tampoco convenció en lo técnico, pues los fouettés no los dio clavada en el lugar ni tampoco los completó, aunque sí le alabo el port de brass evocatorio de Odette para confundir a Sigfrido, quizás el mejor momento de su Cisne negro.

Nicole Nathalia Duque y Andrés Felipe Vargas en el pas de deux El cisne negro. Foto: Simon Soong.
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Andrés Felipe Vargas, en cambio, fue mucho más convincente como Sigfrido en lo interpretativo, y un partenaire muy solícito y entregado, con lucimiento en su variación.

Dimensions Dance Theatre of Miami, la innovadora y refrescante compañía creada por Jennifer Kronemberg y Carlos Guerra, sus también directores artísticos, tomó a seguidas el escenario “por asalto”, con sus muy bien entrenados bailarines Chloe Freytag, Brian Gómez, Kevin Hernández, Maikel Hernández, Mayrel Martínez, Alexey Minkin, Miranda Montes de Oca, Selah Jane Oliver, Calista Olson, Yanis Eric Pikieris, Massiel Valderrama, Daniel White y Paulina Zambrana –todos de blanco–, quienes lo “invadieron” para bailar la dinámica, refrescante y muy movida Lluvia ligera / Light Rain” (3er Movement), con la estupenda coreografía de Gerald Arpino y la no menos rica –y muy rítmica– música de Douglas Adams & Russ Gauthier, que casi me puso a bailar en el asiento, como nunca me había pasado viendo un ballet; staged por Cameron Basden y vestuario de Dance Now Miami.

Selah Jane Oliver,
 de Dimensions Dance Theatre of Miami, en Light Rain.
Foto: Simon Soong
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Dimensions Dance Theatre of Miami
 en Light Rain.
Foto: Simon Soong
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Dimensions Dance Theatre of Miami 
en los saludos de Light Rain.
Foto: Abelardo Reguera
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Y para finalizar esta gala tan estelar, Marizé Fumero, del Milwaukee Ballet (Estados Unidos) y Jorge Oscar Sánchez, del Ballet de Washington, nos trasladaron al Medio Oriente, con el Pas d’Esclave del ballet El corsario (coreografía de Petipa y música de Adolphe Adam), en el que, tras un adagio bordado y muy bien partneado, con giros totalmente centrados, ambos se lucieron también en sus variaciones y cerraron con una coda impecable; en fin, un cierre digno para esta Gran Gala de las Estrellas del Festival Internacional de Ballet de Miami, en su vigésimo séptima edición.

Marizé Fumero y Jorge Oscar Sánchez en el Pas d’Esclave del ballet El corsario. Foto: Simon Soong.
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Marizé Fumero y Jorge Oscar Sánchez 
en el Pas d’Esclave del ballet El corsario
Fotos: Simon Soong (iluminadas por el autor de la reseña).
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Gracias, maestro Eriberto Jiménez, por tanta entrega y devoción por el ballet y el arte en general, fiel continuador del legado del inolvidable Maestro Pedro Pablo Peña.




Baltasar Santiago Martín
Fundación APOGEO & ACE Miami

Hialeah, 20 de septiembre de 2022.

Fotos: Simon Soong & Abelardo Reguera

Wednesday, September 21, 2022

P. José Conrado: "Que el Papa no haya hecho referencia a los hechos, a los acontecimientos [del 11 de julio] ... para mí fue una desilusión, algo triste" (Entrevista en Radio Tv Martí. Video)


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(Carteles. Octubre 1922) Tórtola Valencia. La Danzarina Trágica. Un poema de José Santos Chocano.



Tórtola Valencia: tu eres la cadencia
de una vieja raza que el compás perdió
en los arrebatos de tanta pendencia
pero cuyo ritmo de sobria elocuencia
en los pies desnudos lo he encontrado yo.

Eres elegante y a la vez gitana,
dándote lo mismo gozar que sufrir;
complicadamente tu espíritu hermana
la rufianería bravía de Triana
con el donjuanismo del Guadalquivir.

Echas la baraja y abres la navaja;
desprendes las rojas hojas de un clavel;
golpeas en lo alto la redonda caja
de tu pandereta de vibrante maja;
pero al fin, te ofreces en mirra, oro y miel.

En tus actitudes de gracia armoniosa
sospéchanse ocultos fragores de lid,
como que tu danza de ágil mariposa
es un fuego fatuo que corre en la fosa
en que se deshacen los huesos del Cid.

Eres tú la España de hierro: la mía!
La España gloriosa y antigua eres tú...
Eres tú la España bélica y sombría,
que, como previendo tu arte, hizo un gran día
acuñar la frase de "¡Vale un Perú!"

Eres tú la España negra en la que me hundo
a pasear mi sombra por el Escorial;
la del displicente Felipe Segundo:
la del Duque de Alba, Tirana de! Mundo;
la Conquistadora, la Inquisitorial...

Tal cuando sacudes tu figura entera
en la espiral de una desesperación,
pienso yo, evocando cosas de otra Era,
en una hechicera que se retorciera
dentro de una hoguera de la inquisición.

Gala de Danza Moderna y Contemporánea del XXVII Festival Internacional de Ballet de Miami (por Baltasar Santiago Martín)


La ya tradicional y esperada inclusión de esta Gala de Danza Moderna y Contemporánea dentro de la programación de esta prestigiosa fiesta del ballet y la danza en los Estados Unidos, es uno de sus más grandes logros, pues su fundador, el maestro Pedro Pablo Peña (E.P.D), desde sus inicios, tuvo el gran cierto de convocar a las compañías y bailarines que apuestan por proposiciones más innovadoras, para que el público miamense no se viera limitado solo a ver el repertorio más clásico y tradicional.

El Amaturo Broward Center for the Performing Arts de Fort Lauderdale fue el tercer escenario donde se ofreció esta atractiva gala, el domingo 7 de agosto de 2022, en horas de la tarde.

La función comenzó con Convergence of Pathways/Convergencia de caminos, coreografía y diseño de vestuario de Craig Davidson, luces del mismo junto con Salvatore Scollo, y música de Ludwig Beethoven, presentada por la renovadora Arles Youth Ballet Company/Compañía Ballet Joven de Arlés, Francia, cuyo director artístico es Norton Fantinel; bailada por los excelentes bailarines Diana Brandao, Sofia Sulpizi, Lola Arnaud, Tess Sheppard, Hiyori Ushikubo, Hannah Tokely, Gianluca Bianconcini, Maxence Devaux y Ugo Frediani.

Antes de detallar la presentación como tal, me alegra enormemente que en el país considerado como la cuna de la primera escuela de danza del mundo: la Académie Royale de Musique, en la Ópera de París, creada por el rey Luis XIV en 1661, haya surgido y se mantenga una compañía con bailarines tan jóvenes, que con su pasión honran ese gran legado de Francia, pero sin el “polvo” del siglo XVII.

Y sí, completamente “desempolvados”, la juvenil troupé se desplazó por el escenario cual una fluida cascada de dúos, sextetos, tríos, solos y parejas; en fin, variadas composiciones grupales para danzar la hermosa música de Beethoven, que culminaron con un adagio como al inicio.

Diana Brandao y Maxence Devaux en Convergencia de caminos.
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Después de estos “espumeantes” jóvenes bailarines franceses, Ballet Inc, de Nueva York, con Aaron Atkins como director artístico, trajo a escena a Alexa Goldberg y al propio Aaron Atkins, para danzar El Toro, con música de Edith Piaf (La vie en rose, pero cantada por un hombre) & Lhasa de Sela y una intrigante coreografía también de Atkins.

¿Intrigante por qué?, se preguntará el lector, y yo lo argumento con que hay un escarceo, un juego sensual y muy erótico en los danzantes, tanto en sus respectivos solos como en pareja, que no deja claro quién es el toro y quién el torero –o la torera–, como muchas veces sucede en la vida real con los amantes.

Alexa Goldberg y Aaron Atkins en El Toro
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Y muy en sintonía con el tema de la inmigración que a tantos nos compete, sea del lado en que nos encontremos, Stephanie Bejarano, de la Compañía Colombiana de Ballet, bajo la dirección artística de José Manuel Ghiso, salió a defender Aquel día, con la infaltable maleta de toda fuga como partenaire; coreografía de Felipe Nuñez y música de Andrés Peláez, con Arlai González como regisseur, en la que Stephanie logró con su interpretación reflejar los variados matices del drama del que parte, léase riesgo, duda, temor, vacilación, esperanza, incertidumbre, fe –y hasta prematura nostalgia.

Stephanie Bejarano en Aquel día
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Pasando ahora a un terreno donde ya “esa” maleta yace en un estante, vacía de ropa mas no de nostalgia, la Compañía Octavio de la Rosa, de Suiza, ya habitual en nuestro festival, trajo esta vez Carmen, interpretado por Camilla Colella y el propio Octavio, también directores artísticos de la compañía, con coreografía de Mauro Bigonzetti y música del multifacético De la Rosa.

Camilla Colella y Octavio de la Rosa en Carmen
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En esta inusual Carmen –porque no es ni la de Merimé/Bizet ni la de Alberto Alonso/ Bizet/ Schedrin–, esta estilizada y sensual pareja demostró por qué se han ganado el ser invitados de nuevo al festival, desde la original coreografía que trajeron –vestuario rojinegro incluido–, hasta los alardes técnicos de ambos como bailarines, en una complicidad que se rompe cuando, tras una aparente entrega en el piso, esta moderna “Carmen” lo abandona.

El Ballet Concierto Dominicano, cuyo director artístico es Carlos Veitía, acudió a continuación a “refrescar” el escenario con Espíritu de mar y vientre de tierra, con música de Bienvenido Bustamante y coreografía del propio Carlos Veitía, que Lya Gómez y Pablo Walls salieron a defender my dignamente, al punto de que dejaron muy buen sabor de boca con esa especie de paella valenciana /dominicana que “cocinaron” en el escenario, desde que Pablo arrojó su red de pesca y, tras una voltereta muy aérea, cayó “exhausto” al piso. Lya, entonces, quizás como la mujer-pez que es toda sirena (y toda femme) –¿salida de esa red? – apareció para confortarlo e integrarse ya como una sensual pareja, con excelente “partneo” por parte de Pablo, en una bella composición que terminaron abrazados en el piso. En fin, ¿quién pescó a quién?

Lya Gómez y Pablo Walls en Espíritu de mar y vientre de tierra.
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Y después de esta “pesquería sentimental” de final tan terrestre, regresó la Compañía Colombiana de Ballet –ya dijimos que con José Manuel Ghiso al mando– para ofrecernos Latente, coreografía de Collective Creation, música de Entropia Bostro Pesopeo y Arlai González como regisseur, interpretado por Stephanie Bejarano, Juan David Viveros –y la enorme falda roja de la que leerán a continuación.

Juan David, de espaldas al público, ataviado con esa mentada enorme falda roja extendida sobre el escenario, no vaciló en envolverse con ella como capa, para luego despojarse de la misma y arrastrarla hacia un lado; pienso que en un momento muy oportuno, pues apareció Stephanie en escena, y un hombre en falda –a no ser escocés o Bad Bunny– es todavía muy desconcertante para las masas.


Juan David Viveros en Latente
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Juan David Viveros en Latente
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Con la tela roja como aparente zona de confort de ambos, es ella ahora la que se la ciñe, con su hombre detrás, pero el juego de roles sigue –diría yo– “Latente”.

Le siguió Ya te olvidé, por el Ballet Concierto Dominicano (director artístico Carlos Veitía), con música de Marco Antonio Solís y coreografía de Flavio González; un solo interpretado sin tropiezos por Patricia de León, pero sin que la música ni la coreografía dieran para más.

A seguidas, el Ballet Clásico Cubano de Miami, bajo la dirección artística de Eriberto Jiménez, presentó To Zero Point (que no voy a traducir al español porque a los cubanos nos va a traer un muy mal recuerdo), con Beatriz García y Armando Brydson a cargo de defender con sumo brío su original, “descoyuntada” y sorprendente coreografía para la partitura de Arvo Part.

Beatriz García y Armando Brydson 
en To Zero Point
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La pieza que prosiguió a esta juvenil pareja de cubanos me recordó una conversación que tuve con Octavio de la Rosa en una visita anterior, en la que me refirió que está abordando varias manifestaciones artísticas diferentes en sus espectáculos, y esta su Volverá la felicidad de 2022 es una muy buena muestra de ello, pues Octavio tocó el acordeón y luego bailó un tango estilizado de salón con Camilla Colella –quien, por cierto, hizo alarde de una extensión a 180 grados que no deja dudas de su reserva de posibles arabesques penchés–, con una música que también es “fruto de su inspiración”, como se decía antaño; totalmente sensuales y “emparejados”.

Camilla Colella y Octavio de la Rosa 
en Volverá la felicidad.
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El Ballet Concierto Dominicano retornó a escena con Hispaniola, con música de Vangelis y coreografía del propio Carlos Veitía, dueto interpretado por Lya Gómez y Luis Pérez Ovalle, con una omnipresente tarima como apoyatura conceptual, quizás también zona de confort para ambos personajes como comenté sobre la falda roja de Latente.

Considero muy importante destacar el evidente entrenamiento de ambos bailarines, que tanto en sus solos como en acoplada pareja se pasearon por el escenario con total dominio técnico y acentuada expresividad, lo mismo sobre que desde y hacia la ¿protectora? tarima.

Lya Gómez y Luis Pérez Ovalle en Hispaniola
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Y como cierre de esta Gala de Danza Moderna y Contemporánea, los chicos de Arles Youth Ballet Company se desbordaron por el escenario para abordar –y bordar– Miniaturas, coreografía y vestuario de Julien Guérin y luces de Salvatore Scollo, con música de Johann Paul von Westhoff, Frédéric Chopin, Ludwig van Beethoven, Max Richter y Huma Utku –Wim Mertens; ballet en el que Diana Brandao, Eva Missana, Emily Sapsford, Lola Arnaud, Sofia Sulpizi, Hiyori Ushikubo, Jessica Coffey, Hannah Tokely, Javier Zotano, Gianluca Bianconcini, Matteo Ghidoli, Maxence Devaux y Ugo Frediani subieron la parada todavía más que con su Convergencia de caminos del inicio, desde el moderno pero a la vez suntuoso vestuario, hasta las composiciones de grupo, tanto de los hombres solos como en todas las combinaciones posibles, fiel reflejo de la vida real.

Arles Youth Ballet Company en Miniaturas
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Saludos finales
 de todos los bailarines participantes.
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Baltasar Santiago Martín
Hialeah, 14 de septiembre de 2022.

Fotos: Simon Soong
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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