Thursday, May 30, 2019

Una Medea del ayer y del hoy (por Wilfredo A. Ramos Vázquez)


Durante todo el mes de Mayo, algo raro en nuestra cartelera teatral, se ha estado presentando en la Sala Artefactus Teatro, de Kendal, la obra de teatro “Medea Prefabricada”, del joven dramaturgo cubano residente en la provincia de Pinar del Río, Irán Capote y bajo la dirección de Miriam Bermúdez, en una producción del Proyecto Teatral Puertas. Esta puesta contó con las actuaciones de Simone Balmaseda, Vivian Morales, Héctor Alejandro González, Laura Alemán, Rafael Farello y Javier Alemán.

Medea es un pesonaje de la mitología griega, hija de Eetes, rey de la Cóoquida y de la ninfa Idía, consagrada como sacerdotisa de Hécate, de la que obtuvo los principios de la hechicería. Medea es el arquetipo de la bruja o hechicera, portando la condición de mujer autónoma e inusual, muy distinta al prototipo de mujer ideal para la época. Este personaje fue utilizado por distintos autores teatrales de la antiguedad griega para crear otro carácter del mismo nombre, que tomará vida sobre la escena y que ha llegado hasta nuestros días, retomado por una gran cantidad de dramaturgos fascinados por tal personaje, pero que tiene en la “Medea” de Eurípides, la máxima representación dramática, en donde el autor exalta los valores femeninos, defendiendo su condición de mujer, que está consciente de sus desventajas sociales frente al hombre y la sociedad. Este autor nos presenta a una mujer inteligente y sabia, respetada por algunos y temida por otros, que cobra venganza de Jasón, su esposo, ante su secreto futuro enlace con la hija de Creonte, rey de Corinto, matando a la prometida y a sus propios hijos, para después huir. Muy interesante resultan las palabras que en su huida se intercambian Medea y Jasón, para poder entender el carácter de esta mujer:

Medea: Oh niños, como habéis perecido por la locura de vuestro padre! 
Jasón: ...pero no los destruyó mi mano derecha!

Medea: No, sino tu ultraje y tu reciente boda!

Del anterior parlamento se desprende como esta mujer no siente ningún vestigio de arrepentimiento por la terrible acción realizada al asesinar a sus propios hijos, sino que pone la responsabilidad de la misma en manos del esposo por abandonarla, mostrándonos que para ella su papel como mujer en su sociedad es más importante que su función como madre. De aquí, que el personaje de Medea haya sido tratado por la dramaturgia posterior y la literatura teatral como el de una mujer cruel, desalmada, vengativa, despiadada, mujer por encima de todas las cosas y carente de sentimiento materno alguno, pero si entráramos en un análisis profundo de dicho personaje y su comportamiento, que aquí no es nuestro objetivo, podríamos realizar diversos análisis que ofrecerían alguna justificación a su actitud.


Teniendo en cuenta lo anterior, Capote, el autor de esta nueva Medea, nos trata de recontar el antiguo mito, pero desde los postulados de una actualidad rebosante de elementos que nos pueden contextualizar una completa paradoja hacia otra realidad insular, utilizando para ello alusiones a elementos, situaciones y lenguaje que nos llevan de inmediato a querer visualizar una Medea caribeña, es decir, casi cubana. Al leer el texto detenidamente, podemos apreciar como un ambiente conocido para nosotros los cubanos, de putrefacción moral, de pérdida de valores, de habla vulgar, de encerramiento, de violencia, de falsos valores, de desesperanza, de escape, que forman parte de nuestra piel, se pasean por el entorno de esta nueva Medea, uniendo sus conflictos originarios a otros muy actuales y conocidos.

No podemos dejar de señalar que la dramaturgia cubana contemporánea, tanto la del cine como la teatral se ha estado nutriendo de historias sacadas de la dura y dolorosa cotidianeidad que envuelve al cubano de hoy, como tomando prestadas otras historias, de otros tiempos y otras latitudes, para reflejar el sombrío escenario insular. Bajo estas premisas, estos autores buscan en las situaciones más retorcidas y dolorosas para tratar de presentar las inquietudes que los agobian como artistas y como pueblo. Es por ello que abunda el lenguaje vulgar, las situaciones groseras, la violencia extrema. La dramaturgia nacional ha hecho una oda a eso que se le ha dado en llamar “literatura sucia”, Nuestro cine, nuestro teatro actual, tiene de sobra y ya demasiados ejemplos de ello.

Volviendo al texto de la puesta en escena que nos convoca, se puede apreciar como Capote pudo enlazar perfectamente ambas historias, la de ayer con la de hoy, ofreciéndonos una Medea que manteniendo todo su destino trágico griego, incorpora toda la tragicidad contemporánea. Mediante un vocabulario obviamente muy cubano y elementos de la acción que giran hacia esa realidad, podemos decir sin miedo a equivocarnos, que la tragedia de esta otra Medea, pudiera ser la de una Yurislaidy cubana de hoy.

Teniendo estos elementos en la mano, Miriam Bermúdez, la directora de esta puesta en escena, también se lanzó a realizar su “propia dramaturgia”, tratando de deslocalizar un poco el texto, para presentarla con una lectura más globalizante y uniéndola aún más al texto original mediante la incorporación de una otra Medea, la verdadera, como alter ego del personaje que vemos sobre la escena. Este gran acierto al momento de armar la dramaturgia escénica brinda al espectador la oportunidad de observar un diálogo entre ambas mujeres, que a la vez es un soliloquio, mostrando sus mismos puntos de vista pero desde realidades muy diferentes: la del ayer clásico y la del hoy irreverente. Con pocos recursos escenográficos, pero bien concebidos, se construye el ambiente escénico, que como bien en el texto se hace alusión, tiene que ver con un espacio en donde los materiales de construcción se convierten en el centro de la acción actoral y pretexto para el desarrollo de la misma acción dramática, emparejando la supuesta construcción material a la construcción dramática. Al buen ver del espectáculo se suma un sencillo pero eficaz diseño de luces y una banda sonora apropiada, todo dentro del reducido pero efectivo espacio escénico que oferta siempre la sala Artefactus Teatro, la cual tiene el privilegio de hacer dialogar cualquier puesta directamente con el espectador.


Con respecto al elenco, creo que debemos comenzar hablando del excelente trabajo que realiza la actriz Simone Balmaseda, en su rol de la nodriza de Medea, quien recibe el muy poco dramático nombre en este texto de Yuyú, aunque en esta versión, su autor le da un carácter homosexual a este personaje, el cual aparece en escena como una mujer algo machorra por cierto, que no nos deja imaginarnos, que en realidad, según esta nueva historia, es un hombre que ha asumido el rol de mujer y que le sirve a Jasón como desahogo sexual también en ocasiones, algo de lo que nos enteramos a través de una de las mejores escenas de la obra en las que se produce un fuerte diálogo entre ambos personajes. Simone, hija del conocido actor cubano Mario Balmaseda, enfrenta este complejo personaje con algo que es vital para el trabajo de todo actor, el creérselo y dejarse llevar por él. La actriz trabaja con gran intensidad dramática su personaje, manteniéndose en un punto neutro entre el texto clásico original y el contemporáneo, lo que le permite un registro actoral creible y sincero, sin impostaciones, ni llevando su personaje por carriles demasiados actualizados. Con un buen trabajo vocal y dicción, algo prioritario en el actor, su potente voz llega a todos en todo momento, tanto en los violentos como en los de introspección. Su presencia se hace casi constante en la escena y siempre se justifican sus acciones y tareas escénicas. Sin duda, para nosotros el mejor trabajo en escena.


Héctor Alejandro González, asume el rol de Creonte, padre de la nueva esposa de Jasón, el cual para esta actualizada versión deja de ser rey de una nación, para convertirse en el ricachón y mafioso del barrio, que se hace acompañar con “guardaespaldas negros en motocicletas”, que alardea de su poder económico y gansteril. mostrándonos con su indumentaria esa estrafalaria y escandalosa ostentación. Héctor, es un actor al que hemos podido ver en escena en diferentes trabajos y siempre sentimos la sensación de estar frente al personaje interpretado, desapareciendo el actor. Su fuerte energía en el escenario no pasa desapercibida en momento alguno, dotando a su personaje de vida propia, a ello contribuye en gran medida su potente voz, de clara dicción y excelente proyección. Otra de las grandes escenas de la puesta lo incluye a él en su enfrentamiento con Medea, en el que logra llevar a la actriz a su zona de conflicto dramático. Aunque con una sola escena, el trabajo de este actor deja su huella en la puesta.


Medea, el personaje protagónico, centro de toda la trama, le corresponde incorporarlo a la joven actriz Laura Alemán, sin duda todo un reto y del cual sale bastante airosa, con más logros que desaciertos, aunque su trabajo de incorporación del personaje no nos convenció del todo, ya que sentimos cierta falta de credibilidad en el mismo. La actriz necesita sentir más el drama, pero desde la interiorización del mismo, no desde su exteriorización, DRAMA no significa siempre tensión externa, gritos, acciones violentas. Aunque esta Medea es de otros tiempos y otras realidades, nada le impide mostrar gradaciones en su temperamento. La contención y el silencio también pueden ser dramáticos.


Vivian Morales, también es una actriz conocida de nuestras tablas y que para esta ocasión asume un personaje creado e introducido con gran acierto por la directora a este texto, que enriquece la acción dramática y tiene a bien acercarnos de nuevo al texto original, permitiéndonos ver en escena a la Medea de la antiguedad clásica junto a esta otra Medea de hoy en día, convirtiéndose en su “alter ego” e interactuando ambas todo el tiempo. Sin duda la incorporación de este personaje le da otro vuelo al texto, aumentándole su valor literario. Esta Medea hablará con textos clásicos, extraídos del original, que se imbrican perfectamente entre los textos de marcada contemporaneidad de la puesta. En cuanto a este punto, nos quedamos con la necesidad de algo más de incorporación de esos parlamentos originales para que aumentaran el enlace entre ambos textos, el de ayer y el actual. Con respecto al desempeño actoral de Vivian, su trabajo va por el camino de la tragedia clásica griega, sus movimientos consiguen llevarnos por esa vía, marcando la diferencia en el escenario entre el actuar de ambas mujeres. Algo que tendríamos que señalarle a la actriz, es acerca de lo que podemos considerar un vicio de actuación muy presente en ella, nos referimos al tratar de hablar siempre con los ojos, apoyándose en una excesiva y algo exagerada expresividad de los mismos, como refuerzo a su trabajo. No lo necesita en lo absoluto, ella es una actriz que emana fuerza y sabe trabajar sus personajes. Otro aspecto a señalar es una necesidad de más energía o carga dramática interna en algunos instantes de su trabajo, que por su característica de personaje totalmente clásico lo necesita, para no dar la sensación en algunos momentos de estar ajena a la acción que se desarrolla sobre la escena. No obstante estos señalamientos, la actriz nos entrega un personaje creible, de peso y trabajado, que al final recibe la aprobación del público y de la propia puesta en escena.

Creo necesario hacer un alto para comentar otro de los aciertos de la dirección en esta puesta y es para referirme al intercambio de roles que en un momento muy avanzada la obra, se realiza entre las actrices que han venido incorporando a ambas Medeas, pasando la actriz que venia desarrollando el personaje actual a incorporar el personaje clásico, mientras que la otra actriz se despoja del personaje original para asumir el contemporáneo. Este cambio de personajes por parte de la actrices no solo acerca ambos textos, el de ayer con el de hoy, sino que enriquece la dramaturgia de la puesta en escena y ofrece a ambas actrices un mayor trabajo de asimilación e interiorización del espíritu de ambos personajes, que al final no es más que el mismo.


Por último nos queda hablar sobre el trabajo Rafael Farello, quien incorpora al Jasón y Javier Alemán quien asume el personaje de Egisto. Con respecto al desempeño del primero de estos jóvenes actores, nos quedamos con una sensación de personaje impostado, no elaborado, actuado, no vivido, de nada valen las acciones violentas o una entonación fuerte de la voz, cuando por dentro no se incorpora por entero el personaje. En el trabajo de este actor siempre se vio un distanciamiento entre actor y personaje, estuvimos en presencia de una “representación” y no de una “actuación”. Creo que es muy necesario para los actores tener siempre presente la escencia de los postulados de Stanislasky para construir los personajes y llevarlos a escena. Rafael posee buena voz, presencia y buen desplazamiento en el escenario, pero requiere a nuestro entender de más rigor a la hora de preparar y trabajar sus personajes. Con respecto a Javier, el segundo de estos actores, no podemos decir mucho, solo que realizó un discreto trabajo, teniendo en cuenta que no es actor y era primera vez que subía a un escenario para tratar de resolver esos problemas que ocurren demasiado frecuentemente en las tablas de Miami, cuando los actores abandonan ya un trabajo comenzado por diversas razones, y surje la imperiosa necesidad de encontrar a “alguien” que asume el espacio abandonado por aquel otro irresponsable actor. Se le agradece su espontaneo trabajo y su arriesgada entrega.


Sin duda, aplaudimos esta nueva entrega de Miriam Bermúdez, que a pesar del viento en contra siempre trata de entregarnos un trabajo de calidad y grandes vuelos artísticos, algo que siempre se agradece y valora.

Para concluir, tenemos que reafirmar nuestro apoyo a todos aquellos que se involucran en cualquiera de los proyectos teatrales que suben a los escasos escenarios de nuestra ciudad de Miami, son héroes de las artes y la cultura, que se enfrentan a la indiferencia de instituciones, empresarios, publico e incluso artistas día a día, pero que a pesar de ello no cejan en su tenaz empeño de subir a las tablas y ofrecernos TEATRO, que es lo mismo que ofrecer VIDA. Por eso hoy, 30 de Mayo Día del Teatro y la Dramaturgia Cubana del Exilio le hacemos llegar nuestras felicitaciones a todos que, aún lejos de sus orígenes, luchan por mantener vivo el Teatro Cubano.


Wilfredo A. Ramos
Crítico de Teatro y Danza

"Proximidad espiritual" (En 150 palabras de Félix Luis Viera)



El primer Papa argentino y latinoamericano, Francisco, en varias ocasiones ha aludido a la necesidad de construir puentes, no muros.

Una referencia directa al muro que pretende construir el presidente estadounidense Donald Trump, allá, en la frontera sur de su país.

Hasta ahora, Francisco no se ha pronunciado de modo contundente para que, por ejemplo, cese en la isla de Cuba la represión, la miseria, el pánico que la asola desde que él, Francisco, tenía 23 años de edad. Gracias a un régimen que ha levantado muros entre compatriotas; incluidos entre religiosos y marxistas.

Claro, resulta exagerado lo que proclama mi amigo de allá del barrio, el negro Papo, cuando afirma que el Papa es comunista, o algo así.

Recientemente, el Papa le ha escrito una carta al izquierdista expresidente brasileño Lula, quien cumple condena por corrupción.

En la misiva, Francisco le hace saber a Lula la "proximidad espiritual" entrambos.



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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado siete poemarios; tres libros de cuento; cuatro novelas y una noveleta.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

Su poemario La patria es una naranja, que aborda el tema del exilio a la par que incursiona en la realidad mexicana, ha tenido una buena acogida de crítica y público y recibió en Italia el Premio Latina in Versi en 2013.

Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.

Astrid Alcayaga expone en Toledo


Astrid Alcayaga (astridalcayaga.com) expone en Toledo, siendo parte del grupo artístico español Trazo 7.

La muestra colectiva fue inaugurada el pasado 4 de mayo y se puede apreciar hasta el 3 de junio de 2019, en la sala de exposiciones temporales del Museo De La Celestina en La Puebla de Montalban, Toledo.

La heroína Luz Noriega (por María del Carmen Muzio)



por María del Carmen Muzio
(para el blog Gaspar, El Lugareño)



Desgraciadamente, fueron más las mujeres que colaboraron de alguna forma (soldados, enfermeras, comités de apoyo) en nuestras guerras de independencia, registradas de forma escueta en nuestra historiografía; y pocas, –para no pecar de absoluta– poseen un valedero estudio biográfico. Nuestros avezados mambises jamás vieron con buenos ojos la presencia femenina en los campamentos militares y cuando estas además de enfermeras, combatían rifle al hombro, las consideraban de un «valor varonil» que no era de sus agrados.

La escritora ucraniana Svetlana Alexievich (Premio Nobel de Literatura 2015) en su libro La guerra no tiene nombre de mujer explica que, aunque desde la antigua Grecia hubo mujeres combatientes, solo vinieron a ser reconocidas a partir de la II Guerra Mundial por la participación de inglesas, soviéticas, francesas y demás. Así que tampoco podemos pedirles mucho a nuestros antiguos patriotas.

Luz Noriega es un caso singular, pues –afirmo sin temor a equivocarme– resulta la más mencionada en los testimonios y diarios de campaña. De ella escriben Manuel Piedra Marte, Miró Argenter, Bernabé Boza, Cosme de la Torriente y hasta el norteamericano Flint. Exceptuando a Miró, que se limita a mencionar su incorporación; los demás son injustos con ella y con su esposo el médico Francisco Hernández. No voy a repetir los errores cometidos por ellos, si le interesa a algún curioso, que busque sus libros.

Y fue tan mencionada porque nadie podía ignorarla. De gran belleza, lo mismo servía de enfermera en los hospitales de sangre junto a su esposo, que combatía, a caballo, con su rifle o su revólver. Participó en cruentas batallas: Paso Real de San Diego, Río de Auras, Moralitos y Hato de Jicarita.

Sin embargo, una especie de fatum la perseguía. En 1897 en el hospital «Las Llanadas» en Sancti Spiritus, sorprendidos por un grupo de guerrilleros al mando del coronel Orozco, su esposo es macheteado en su presencia y ella, prisionera, enviada a Isla de Pinos.

En 1901, enferma de dolor, se suicida en un hotel de Matanzas. Aún después le ha seguido una especie de leyenda negra, aunque por suerte también ha tenido sus defensores. El antiguo reportero de las tropas de Weyler, Juan José Cañarte, en El Mundo en 1901 intentó denigrarla y al paso le salió el general Enrique Loynaz con su artículo en La Discusión, octubre del mismo año; además, en sus Memorias de la guerra, 1989, le dedica un breve capítulo. En 1930 en carta al periódico La Semana, Enrique Yanis, médico y coronel mambí, asegura haberse casado con ella; Loynaz, en cambio, lo pone en duda, aunque no descarta un romance. Aún en 1950 Rafael Soto Paz en Bohemia se hace eco de una anécdota contada por Bernabé Boza en su Diario; y le refuta, en la misma revista, Pedro Rodríguez Abascal.
 
No obstante, sobre su vida son pocos los datos que existen y no todos confiables. La cita la Dra. Vicentina Elsa Rodríguez de Cuesta en su Patriotas Cubanas; César García del Pino en Mil criollos del siglo XIX y también el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar, Tomo I, Biografías; por solo mencionar algunas de las referencias más importantes. Pero lo que hasta el momento nadie había podido dilucidar con certeza, por la serie de datos controvertidos, era su fecha y lugar de nacimiento.

Gracias al auxilio irrestricto del Diac. José Vicente Concepción, canciller del obispado de Pinar del Río, y Adelaida Caridad Rodríguez (Cachita) de la parroquia San Ildefonso de Guane, así como de las archiveras de las distintas iglesias de esa provincia, se encontró su Fe de Bautismo.

En el Libro 12 de Blancos, Folio 278, Acta 859 se lee que el jueves 4 de noviembre de 1875 se bautizó una niña con los nombres María del Carmen de la Luz Noriega Hernández, nacida el 29 de mayo de 1875. Padres: Domingo Noriega, natural de Guane; Isabel Hernández, de San Juan y Martínez. Abuelos paternos: José y Ma. Florentina Deisano; maternos: José y Mariana. Padrinos: Bernardo Maviedo y Carmen Hernández.

Antiguamente la Iglesia celebraba los 29 de mayo la Virgen de la Luz; en la actualidad se hace los 2 de febrero, día de la Candelaria.

En el mismo libro aparecen bautizadas sus hermanas María del Santísimo Sacramento Crescencia, 1866; y María Domitila Filomena, 1872.

De estos datos se concluye que en 1896 cuando se incorporó a las tropas invasoras del general Maceo, al pasar estas por Pilotos, donde residía con su esposo, tenía 21; y cuando se suicida en 1901, 26 años.

Incluso su belleza y valentía han opacado algo la figura de Francisco Hernández, quien al ser asesinado poseía el grado de Teniente Coronel de Sanidad, según el Índice de Defunciones de Carlos Roloff.

La foto más divulgada de Luz Noriega, y casi se puede asegurar la única que existe, aparece en la revista El Fígaro, febrero de 1899, en su Álbum consagrado a la Revolución Cubana.

Pocos la describen y se contrastan: para la Dra. Vicentina Cuesta era de ojos verdes; y, para otros, de pelo y ojos negros. Quizás la descripción más fiable corresponda –único de los que la conoció que lo hace– al reportero Cañarte en el periódico La Lucha, 1897, cuando cae prisionera después de asesinado su esposo. Es un extenso artículo titulado «La reina de Cuba» que debe leerse con cuidado para desbrozar las falacias de las verdades. Según este admirador de Weyler la llevan ante él entre cuatro soldados: «representa por su presencia, 25 años de edad; es rubia; de ojos azules, estatura regular, envuelta en carnes […]».

A lo largo del tiempo, en cada ocasión que se escribe sobre mambisas, no deja de mencionársele: Ecured, revista Mujeres, y otros.

En 1962 en la revista mexicana Cuatro Vientos dirigida por Alfonso Camín, el académico cubano Antonio Iraizoz, gran enamorado de la historia, publica su texto «La heroína de Paso Real» donde narra la heroica participación de la capitana mambisa en el combate y que le valiera la exclamación de Maceo «¡Viva la reina de Cuba!». Finaliza su texto con un sentido homenaje del que me hago eco: «Al evocar estos penosos recuerdos de la intrépida y serena mujer que fue Luz Noriega, pongamos una orquídea blanca, aromosa y exótica, sobre la tumba incierta que le dio paz».




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María del Carmen Muzio Zarranz (La Habana, 1947). Tiene publicadas las novelas El camafeo negro (1989), Sonata para un espía (1990), La Cuarta Versión (2000) y Dios no te va a entender (2015), así como los ensayos Andrés Quimbisa (2001), María Luisa Milanés: el suicidio de una época (2005) y el libro de cuentos para niñosLos perros van al cielo (2004). Ha merecido varios galardones y reconocimientos entre los que destacan su mención en el Concurso Internacional Relato Policial, Semana Negra, Gijón, España (2002) y la del centro “Juan Marinello” por su ensayo sociocultural sobre la figura de Andrés Petit.

Catolicismo y Política (Juan M. de Prada y José R. García)


Wednesday, May 29, 2019

Un soneto dedicado a Gaspar Betancourt Cisneros, El Lugareño (por Carlos A. Peón-Casas)


Mirando en un ya amarillento periódico local: Acción Cívica Camagüeyana, órgano local que fuera de la organización homónima que nucleó a lo mejor y más comprometido de las clases vivas camgüeyanas; precisamente en una de sus últimas ediciones que vio la luz en sus talleres de la calle Lope Recio No 8, allá por 1960; descubrimos con agrado, esta bella composición poética dedicada a aquel prohombre nuestro: Gaspar Betancourt Cisneros, salida al vuelo de la más noble inspiración, de un rimador y profuso hombre de letras, malogrado en la flor de la edad, y ciertamente desconocido o casi nada divulgado, a pesar de la enormidad de su obra activa y pasiva en verso y en prosa: Gustavo Sánchez Galarraga.

El texto, escrito en versos alejandrinos, de arte mayor, asume en sus catorce versos y sus inevitables catorce líneas, del que Lope de Vega insiste: sumad si son catorce y está hecho; la preclara y siempre trascendente historia de aquel ilustre varón que siempre supo velar por “la suerte de su amada patria”, y de su tierra chica, con igual y entrañable prodigalidad.

El recuerdo poético sobre su figura, empieza destacando las enormes cualidades de  quien fuera El Lugareño, como hombre de letras y pensamiento, lo mismo que con suficientes arrestos libertarios. Dice el primer cuarteto:
Cuando serenamente se apagó su mirada
Nos legó al confundirse con la serena bruma,
Una espada que tuvo el fulgor de una pluma
Y una pluma que tuvo el temple de una espada
En el segundo cuarteto el poeta, resalta con vehemencia, los anhelos que lo hicieron en algún minuto buscar “del Libertador Bolívar su ayuda valiosa para libertar a Cuba”, unido a otros nombre preclaros de los que se hace escasa memoria como “Fructuosos del Castillo, José Aniceto Iznaga, Arango, Miralla(…)” Y así lo testimonia el poeta uniendo dos bellas imágenes la del cóndor potente de los Andes, y la del fogoso corcel de las sabanas principeñas:
Fue la Patria su Norte, y en su sangriento altar,
Ofició tercamente, sin rendirse su anhelo
Al cóndor de los Andes no le fatiga el vuelo
Ni al caballo de raza le cansa el galopar.
El cierre magistral de este soneto, en sus dos tercetos conclusivos, alude en telúricas oleadas, a las nociones más preclaras de esa historia del Camagüey, que El Lugareño ayudó a gestar, y que todavía, le debe al patricio, el mármol eterno que perpetue entre nosotros su memoria
Camagüey: Tierra heroica, crisol donde fundido
Como de bronce de siglo, toda virtud ha sido
Matrona venerable de entrañas de león.
Para que Cuba entera te adore arrodillada
Alza su egregia imagen en mármol modelada
Y por primera piedra ponle tu corazón.

(Camagüey) La casa de Carmen Zayas-Bazán

 
Casa familiar de Carmen Zayas-Bazán
(actual) Calle General Gómez esq. San Ramón
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Enaltecer a Carmen Zayas-Bazán, quien no dudó en casarse por amor con José Martí y cambiar radicalmente su estilo de vida, pero que tuvo la dignidad y el coraje  de separarse de él, debido a las infedelidades y desamor de su esposo, no disminuye la grandeza del patriota e intelectual, quién entregó su vida en la búsqueda de la independencia de Cuba. Se falta a la verdad, al acusar a Carmen de no comprender la lucha de Martí, como la causa de su separación, por "embellecer" la figura del Apóstol.

Hoy 29 de mayo, se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de Carmen, su ciudad no la recuerda.

Pedí unas fotos de su hogar y recibí estas imágenes. Una casona en ruinas,  "de pie", que se niega a desaparecer. 

Camagüey, "ciudad legendaria", Patrimonio de la Humanidad,  no sólo le debe respeto, sino admiración a Carmen Zayas-Bazán (parafraseando carta de ella a Martí)

Esta casa debería ser restaurada y plantar placa en su frente, anunciando con orgullo a lugareños y visitantes, que este fue su primer lugar. (por Joaquín Estrada-Montalván)

Carmen Zayas-Bazán
Puerto Príncipe 29 de mayo de 1853-La Habana 15 de enero de 1928



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Ver update:
(Camagüey) Reparan parte de la casa de Carmen Zayas-Bazán




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Ver en el blog: 

30 de junio: Día de la Dramaturgia y el Teatro Cubano del Exilio

Tuesday, May 28, 2019

"Monseñor Adolfo, santo arzobispo de Camagüey: ¡mira complacido este Hogar de Ancianos que, a partir de hoy, llevará tu nombre!" (Palabras pronunciadas por Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey, en la inauguración del Hogar Mons. Adolfo, el 25 de mayo de 2019)

Foto/Fidelito Cabrera
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Palabras pronunciadas por Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey, en la inauguración del Hogar Mons. Adolfo, el 25 de mayo de 2019. 

A: Querido Monseñor Giorgio Lingua, Nuncio de Su Santidad en Cuba.

Queridos hermanos obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y fieles todos.

Madre Zelia Andrighetti, Superiora General de las Hijas de San Camilo de Lelis.

Hermana Esther Cusma, Provincial en Perú de las Hermanas Camilianas.

Hermanos de distintas Confesiones religiosas.

Distinguidas autoridades políticas y de gobierno en nuestra provincia.

Doctor Reinaldo Pons, Director Provincial de Salud.

Historiador José Rodríguez Barreras.

Trabajadores del Hogar.

Obreros que construyeron esta Casa para los ancianos.

Personalidades invitadas a este acto.

Familias vecinas de este reparto.

Primeros abuelos y abuelas que inauguran su nueva residencia.

Considero que debo empezar agradeciendo al Papa Francisco la gentileza que ha tenido en enviarnos ese afectuoso mensaje que hemos escuchado y su apreciada bendición. Creo que, al inaugurar este Hogar de Ancianos, estamos cumpliendo una aspiración muy personal del Santo Padre, cuando expresó: “¡Deseo que las comunidades cristianas brinden al mundo un testimonio de respeto y veneración hacia los ancianos, conscientes de que ellos pueden transmitir de forma privilegiada el sentido de la fe y de la vida! Invito a todos a empeñarse en la construcción de una sociedad a medida del hombre, en la que haya espacio para la acogida de cada uno, sobre todo cuando es anciano, enfermo, pobre y frágil” (11 de marzo del 2015).

Gracias les damos al Papa Francisco y a su representante en Cuba Monseñor Giorgio Lingua, a quien debemos la presencia de las Hermanas Camilianas entre nosotros.

Hoy también está con nosotros Monseñor Domingo Oropesa, obispo de Cienfuegos. No sé cuántas cosas pasarán en estos momentos por su mente, porque él es “el padre de esta criatura”. Como escuchamos hace unos momentos, fue él quien gestionó las importantes primeras ayudas recibidas desde España, su país natal. Camagüey guardará memoria perpetua de su nombre.

También quiero asegurar el agradecimiento de la Iglesia camagüeyana a tantas personas e Instituciones, de dentro y de fuera del país, que, con sus donaciones económicas, según sus posibilidades, hicieron posible esta construcción. Dios les recompensará abundantemente.

Mucho hay que agradecer, además, a los obreros y al personal técnico que trabajó durante 13 años para regalarnos esta maravilla que hoy se inaugura. Me gustaría decir los nombres de Morel, Salazar, Jorge, Yadián… pero son casi 100. Sin embargo, pienso que todos estamos de acuerdo en que debemos agradecer públicamente el trabajo del incansable Juancito Boutros. Sabemos, Juancito, que no fueron pocos tus dolores de cabeza, y que, en muchas ocasiones, por encargo nuestro, tuviste que insistir una y otra vez. A ti, y a cada uno de los que hicieron posible este milagro, mi gratitud personal, la gratitud de la Iglesia y del pueblo de Camagüey.

Considero que Salud Pública y la Iglesia hemos dado un ejemplo de cómo se puede trabajar juntos para conseguir un bien común. Y eso es algo que debemos seguir manteniendo. Hemos ganado en confianza mutua y aprendimos un estilo de trabajo que ojalá se multiplique en otras esferas en que la Iglesia y el Estado cubanos podrían trabajar juntos. En fin de cuentas, todos estamos al servicio de un único pueblo cubano.

A la Madre Zelia, Superiora General, y a la Hermana Esther, Provincial en Perú, mucho tenemos que agradecer. Gracias a su vocación en favor de los ancianos de cualquier parte del mundo han regalado a nuestra Cuba a las Hermanas Giovanna, Lidia y Beatriz, a quienes hemos aprendido a querer en los nueve meses que llevan entre nosotros. Debemos reconocer que ellas ya parecen cubanas.

Permítanme ahora mencionar a alguien que, por su trabajo, ha sido una inspiración para mí en estos últimos meses. Se trata de Brooks, un cubano con apellido inglés, y que con su ayudante Ernesto y con su pareja de bueyes Trigueño y Pimienta, ha ido venciendo, día a día, el marabú que rodeaba este edificio, y como ustedes podrán apreciar después, alrededor del Hogar hay ya cientos de matas de fruta bomba maradol, plátano macho, guanábana, aguacate con parición en meses diferentes, guayaba roja suprema, boniato, yuca, maíz, calabaza y habichuela. Todo esto, unido a las matas de mango, de tamarindo y de coco ya existentes, será una buena ayuda para la alimentación de nuestros ancianos.

Por supuesto que no voy a olvidar a todos aquellos laicos, diáconos, religiosas y sacerdotes que vinieron en diferentes días de los últimos meses para ayudar a la limpieza de cada rincón del Hogar. ¡Gracias por el ejemplo que nos dieron de recordarnos que esta obra no es propiedad de un grupo sino de todos!

Termino recordando a Monseñor Adolfo, cuyo nombre lleva este nuevo Hogar de Ancianos. Hace casi 18 años, el 3 de octubre del 2001, Monseñor Adolfo, en carta dirigida a una autoridad del país sobre el tema de este Hogar que él quería construir, escribió: “…Aprovecho la ocasión para reiterarle que la Iglesia no busca competencia ni hacerle sombra a otras instituciones de esta naturaleza. Desde hace siglos (y en Cuba desde hace 500 años), la Iglesia, por un mandato de Jesucristo, ha levantado las primeras escuelas, hospitales, leprosorios, asilos, cuando no había con quien competir ni a quien eclipsar. La experiencia, también en Camagüey, antes y ahora, enseña que una escuela, un hospital, un asilo… no compite sino estimula, establece una emulación sana que beneficia a todos. Un Hogar de Ancianos no es un negocio productivo sino un servicio muy ingrato a favor de un sector humano muy difícil que es la ancianidad.”

¡Todos los que lo conocimos, nunca vamos a olvidar al santo Obispo que nos enseñaba, de palabra y con sus obras, a confiar siempre en el Señor, convicción que lo hizo ser sereno y positivo aun en las horas oscuras y difíciles de nuestra historia!

¡Cómo olvidar al hombre que le dedicaba a la persona que tenía delante todo su tiempo como si no tuviera otra cosa más que hacer… que la atendía como si fuera la única persona existente demás de él!

¡Cómo olvidar al obispo de los detalles, de las delicadezas, de las felicitaciones en los aniversarios y del cariño a todos por igual, creyentes o no, importantes o no! ¡Era el pastor que conocía a sus ovejas, y las ovejas lo conocían a él!

¡Camagüey nunca podrá olvidar a un obispo que llamó a abrir ventanas donde los hombres cerraban puertas, a un hombre que quería dialogar con todos, incluso con los que no querían dialogar!

¡Ningún camagüeyano podrá agradecer suficientemente a Dios el regalo de Monseñor Adolfo para esta Arquidiócesis, su sabiduría de corazón y de mente, su visión de las cosas, su luz larga ante los problemas de cada día, sus repetidas llamadas a no perder la virtud de la paciencia!

¡La Iglesia de Camagüey nunca olvidará la elegancia, la discreción y fortaleza espiritual con las que hacía frente a cualquier adversidad! Fue un experto en distinguir entre un acto y una actitud. Siempre pensó que, como afirmó en la Toma de Posesión de su sucesor, Monseñor Juan, aquí presente: “El diálogo será siempre el camino mejor, necesario, posible y único, en todos los niveles… Mucho más en Cuba que está llena de once millones de cubanos dialogantes de los que proverbialmente se dice: “Los cubanos, hablando, se entienden”.

¡Cómo podremos olvidar la confesión que hizo en la misa por sus 50 años de sacerdocio cuando dijo: “Si volviera a nacer, volvería a ser sacerdote, y si alguien me preguntara dónde, le contestaría que en Cuba, incluso con sus nubes; en esta Iglesia cubana que es todo menos aburrida, y con este pueblo cubano que cada vez veo más claro que es un pueblo religioso y que quiere seguir siendo religioso”!

Monseñor Adolfo, santo arzobispo de Camagüey: ¡mira complacido este Hogar de Ancianos que, a partir de hoy, llevará tu nombre! Amén.


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Ver en el blog
(Camagüey) Inaugurado Hogar Mons. Adolfo

Museos de cera en Puerto Príncipe. La increíble novedad de 1820 (por Carlos. A. Peón Casas)


Fue en aquel año de 1820, a casi dos siglos de distancia, que dos expositores del interesante rubro de las figuras de cera trajeron sus colecciones a la incipiente ciudad, reconocida desde 1817 por su Majestad Don Fernando VII, luego de habilitado de todos sus cargos y prerrogativas al frente de su clausurado reinado, posteriori al regreso desde su forzado exilio en Bayona.

El primero de aquellos intentos de museos con figuras de cera, acaecía en agosto de aquel 1820. El por entonces gobierno local de la muy fiel y muy leal recién estrenada ciudad de Puerto Príncipe, autorizaba por el consiguiente Auto, al establecimiento de un local al uso en la entonces calle de la Candelaria (Independencia) esquina a San Francisco (hoy Luaces). Del hecho deja la consabida constancia histórica el historiador local Torres Lasqueti
Se concedió licencia el 16 de Agosto á D. Juan Delmonte, natural de Santo Domingo, para exhibir un museo de figuras de cera, al precio de 2 reales la entrada. Fue el primero de su género que se conoce en esta ciudad, habiéndolo situado en la calle de Candelaria esquina á la de San Francisco casa de D. Waldo Arteaga(1).
El incipiente negocio constituía sin dudas una sonada novedad para la adormilada ciudad, que veía llegar tan novedosa manifestación artística tan poco usual y conocida en las mediterráneas llanuras de la extensa comarca del Camagüey. El sitio de exposición, coincidía en su localización con lo que seria luego conocida casa comercial entendida en el expendio de abarrotes y ultramarinos.

Llama poderosamente la atención el precio de la entrada, valuada en dos reales de plata de la época, o lo que es lo mismo la octava parte de un escudo de oro, no poca plata para tal minuto en que discurría el hecho, y señal de que los principeños, o al menos los mas acomodados como es natural, se podían dar el lujo de abonar la susodicha cantidad, correspondiente a la pequeña moneda de plata, que igualmente tenia las denominaciones de cuatro reales, o la famosa pieza de ocho reales o real de a 8, que fueron emitidas lo mismo en la metrópoli que en las colonias durante los siglos del XVI al XVIII 

Poco después otro emprendedor hombre de negocios del mismo giro que el anterior, pedía al Cabildo las necesarias licencias para promover la exhibición de sus muy particulares figuras de cera. A falta de una, ya obraban dos exposiciones de tan reputada técnica entre los principeños. Los detalles de aquella nueva exhibición se recogen entre los mas connotados sucesos de aquel año del Señor de 1820, en la enjundiosa Colección de Datos Históricos del ya citado historiador local.
El 31 de Octubre e1 italiano D. Domingo Grisanti, exhibió en la casa de alto de D. Graciano Betancourt, situada en la plazuela de Paula, el 2o museo de figuras de cera traído a aesta ciudad. Era según la tradición, un espectáculo sorprendente no solo por la naturalidad de las figuras y la riqueza de sus vestidos, sino porque allí se encontraban representados con notable propiedad los personajes históricos más renombrados en aquella época, como Napoleón 1°, el Estado Mayor de su grande ejército, algunos Soberanos de Europa, Rafael del Riego y otros hombres políticos de gran talla, todos presentados con lujoso aparato(2).
Sin dudas, aquella segunda y bien reputada muestra, le subía la parada a la primera, y en definitiva, encontraba acomodo muy cerca del lugar de aquella, mediando entre ambas no mas que un par de cuadras.

La ciudad podía considerarse bien provista, en cuanto a poseer en tan corto espacio y tiempo, de aquellas dos particulares muestras del difícil arte de las esculturas de cera. Al parecer para ambas habría siempre un público ávido de visitarlas, y sumarse a la no poca clientela interesada en aquella manifestación del arte en aquel Puerto Príncipe recién estrenado como urbe al interior de la Isla.

No sabemos a ciencia cierta la duración de aquellos dos incipientes muestras, en aquellos casi improvisados museos de cera, quizás, pálidas manifestaciones de un arte ya reputado para entonces en Europa y Norteamérica, pero para entonces una singularísima novedad cultural, hasta donde sepamos no repetida en minuto posterior, en aquella nuestra naciente ciudad del Príncipe.

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1. Colección de Datos Históricos-Geográficos y Estadísticos de Puerto del Príncipe y su Jurisdicción. Torres Lasqueti 1888

2. Ibíd.

Amor y Respeto: las dos caras de la relación de pareja (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.




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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado diez libros entre los que se encuentran: Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019)

Saturday, May 25, 2019

(Camagüey) Inaugurado Hogar Mons. Adolfo


por Carmen Luisa Hernández
Texto y fotos periódico Adelante


Nueve campanadas llamaron la atención de los presentes. El trabajo de 13 años de la Iglesia católica en el territorio de conjunto con las autoridades políticas y gubernamentales rendía frutos. Aun el impetuoso sol no amilanó las grandes sonrisas y las galas de cuerpo y de alma que se extendían en cada abrazo y en cada felicitación; porque el día de la inauguración del hogar Monseñor Adolfo Rodríguez es fiesta entre los fieles.

La instalación con una capacidad para atender a 95 ancianos de forma permanente, y a 20 más durante el día, tiene una superficie de 6 000 m² donde pueden disfrutar de áreas exteriores con parques y zonas para la rehabilitación física.

El centro, con tres pisos, tiene elevadores, consultas, de enfermería, farmacia, lavandería, peluquería y barbería, central estéril, local para la terapia ocupacional, la residencia de las religiosas, y 45 habitaciones para los abuelos, entre otros espacios comunes.

Desde que se colocara la primera piedra de la edificación, el 8 de mayo de 2006, varios han sido los principales autores de este empeño; entre ellos se reconoció a su inspirador, Monseñor Adolfo, primer Arzobispo de Camagüey; Mons. Domingo Oropesa, obispo de Cienfuegos, y Mons. Juan García Rodríguez, arzobispo de la Habana.

El hogar será atendido por la congregación de las Camilianas, presentes en 21 naciones de cuatro continentes. Con estas tres hermanas, que llevan nueve meses en la provincia, quedó establecida la entrada permanente de la orden a Cuba, “este hermoso país y en este acogedor pueblo de Camagüey”, al decir de la hermana Celia, Superior General de la Hermanas Camilianas.“Nuestra misión aquí es lograr que los ancianos se sientan en su hogar, que se presencie de amor y de misericordia. Fieles a la misión de San Camilo de Lelis de asistir a los enfermos como hace una madre con los enfermos”.

Giorgio Lingua, embajador del Vaticano en Cuba, trasmitió un mensaje de afecto y bendición del Papa a los presentes y responsables del “Mons. Adolfo” y señaló que las Camilianas realizarán en el lugar “no solo una obra social sino una obra de amor. Espacios como este deberían ser el pulmón del barrio, !porque hace tanto bien atender y visitar a los ancianos!”.

Momento especial fue la recordación del Arzobispo camagüeyano Wilfredo Pino a Mons. Adolfo “en santo obispo que nos hizo confiar en el Señor. El obispo de los detalles, del cariño a todos por igual, creyentes o no: era el Pastor que conocía a sus ovejas y sus ovejas lo conocían a él”.

También dedicó palabras de elogio y agradecimiento a quienes participaron de la realización de este proyecto, en especial a casi 100 obreros y personal técnico que laboró a diario así como a quienes en los últimos meses dieron los últimos detalles al hogar. A ellos ofreció “mi gratitud personal , de la Iglesia y del pueblo”.

Antes de concluir añadió, “Salud Pública y la Iglesia hemos dado un ejemplo de como se puede trabajar en el bien común porque todos estamos al servicio del pueblo cubano”.En ese espíritu abrió sus puertas oficialmente el Hogar Mons. Adolfo, justo el día del nacimiento de San Camilo de Lelis.

Una institución, que se suma al total de 40 unidades asistenciales en la provincia y a los 13 hogares, además del hogar Padre Olallo, bajo el lema de la congregación de las Camilianas hacer bien todas las obras, seguros de que no hay obra mayor que el respeto y el cuidado de nuestros ancianos.



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Ver en el blog

Hogar de Ancianos Monseñor Adolfo Rodríguez de Camagüey (por Eduardo F. Peláez Leyva)


"Pasajero Diciembre", las secretas razones de otra Penélope (por Manuel Vázquez Portal)

 

por Manuel Vázquez Portal
(para el blog Gaspar, El Lugareño)



Una isla agotada. Una mujer que espera. Un viajero itinerante y díscolo. Un Diciembre (que) es hoy lo roto,/ la luna disipándose/ sobre aquel mar de siempre. Belleza grande y decires hondos. Neblinosos misterios que la lírica devela en sugerencias sutiles. Tristezas sin aspavientos ni poses. Amor sin imposturas ni cosméticos. Pasión sosegada llegando al tuétano. Juego de esperas y esperanzas. Espuela que punza el deseo de no perderse el espectáculo magnificente.

Eso es Pasajero Diciembre, el más reciente libro de la poetisa cubana Maylen Domínguez Mondeja, publicado por la Editorial Letras Cubana, 2018, en el que se delinean las muchas razones de una Penélope contemporánea para la espera de un Ulises de ida y vuelta que en cada regreso tensa un arco que solo él puede, pero de cuya cuerda no parte nunca la saeta salvadora.

La puja que entabla Maylen Domínguez entre la imago de que la dota el universo y la voz que ha conseguido a fuerza de consagración, deja un saldo de tesoro estético y conceptual duradero.

La circunstancialidad, de asuntos cotidianos -que pudieran parecer menores- se transforma en trascendencia con la pericia del poeta maduro que es Domínguez Mondeja. "De su corazón a sus asuntos" ennoblece, perfila, engrandece lo que toca, y acarrea poesía de aquella que se torna imposible de explicar.

La palabra es usada para calar en la otra ladera de la razón -la ladera difícil y misteriosa, privada pero compartible cuando es burilada hasta la dimensión del arte- para indagar en el espíritu, nunca para adornar con sonoridades vacías. Es el libro en el que una mujer se juega la vida sin llorosos requiebros ni melifluos acentos.

Y no son estos apuntes míos elogios cómplices o gratuitos. Todo lo contrario, intento acumular aliento para poder desentrañar lo que el libro propone, y creo pecar por defecto ante todo lo que debiera descubrir en textos laboriosamente conseguidos, textos raigales que se elevan, textos que se despojan de mojigaterías o puerilidades para restallar sin permisos o bajo cánones preelaborados.

Pasajero Diciembre, titulo que ya en sí valida la polivalencia al sugerir, por una parte, que todo es volátil, perecedero, efímero y por otro, lo insinúa como sustantivo sinónimo de viajero estacional y recurrente, está dividido en tres secciones perfectamente estructuradas sin que se pierda la progresión dramática que cada poema va proponiendo.

Desde "Noche insular", primera parte del poemario, la mujer -como ser humano, no como género- es el hilo conductor que enhebrará el libro en su totalidad. Pero esa mujer/ser humano llevará la pesada carga, ancestral diríase, de un eterno, y retornante, y mal disimulado entorno machista y falocràtico que ha invadido e invade "el sitio en que (no) tan bien se está" y convierte su existencia en un doble quehacer, un doble padecer, un doble esperar, en el cual la abuela muere pobrísima, luego de "sembrar una estirpe melancólica/ hecha para el cansancio y la esperanza inútil", en que la madre se ha gastado pedaleando una máquina de coser, y la hija, a quien vendieran un "espejito mágico", mitómano además como todo buen "espejito mágica" travestido de utopía, se asfixia "atrapada en la niebla de un mundo alucinado" y comprende que, a pesar de su ahínco liberador "todo ha venido a ser/ con el tiempo/ una metáfora".

Ya a la altura de "Exilios", segunda sección del poemario, para nada nos sorprende que asuma un retozo estético con rítmicos yambos de sonetos apacibles desde lo estructural, y borrascosos desde lo conceptual. La cadencia sostenida con versos musicales desde la arrancada del libro: "y el tiempo que lentamente te acerca/ es el mismo que arrasa los fervores", acusa un dominio pleno de las fórmulas clásicas, solo que ella no se conforma con seguir a pies juntilla la disposición puramente académica, sino que la embrida y conduce por donde su necesidad expresiva lo requiera, y así, tanto la métrica, la acentuación o la rima, no la obligan sino que la obedecen, y va del endecasílabo brioso al sereno alejandrino sin que se le quiebre la voz o la armonía tartamudee.

En la sección final, "Fragor de lo inasible", retoma el restallante verso libre. Lo necesita, le es imprescindible. El fragoroso concepto no le permitirá ceñiduras o estrechas hendijas formales por donde brotar. El verso manará desbordado, indetenible, arrasador. Arrastrará en su torrente evocaciones rotas, lágrimas fosilizadas, fulguraciones apagadas, extintos ecos y un intenso murmullo de esperanzas, aunque haya descubierto cierta inexorabilidad del destino y la noria inútil del eterno retorno. Tendrá un tono dolorosamente eglológico, un fluir expansivo, un ritmo galopante, a veces, tropeloso por lo muchedumbroso que se vuelve el sentimiento. Será un surtidor de voluntades ígneas a pesar de los descalabros y "juegos contra el tedio".

Maylen Domínguez Mondeja ha conseguido con Pasajero Diciembre, un libro memorables, perdurable, a mi modo de ver. Y si alguien cree que exagero o miento, lo invito a que lo lea y se tope, frente a frente, con una mujer transida pero dispuesta a seguir creyendo en la fuerza de su fe.


Maylen Domínguez Mondeja, Cruces, Villa Clara, 1973. Ha publicado más de una decena de libros en Cuba y el extranjero. Ha sido compilada en varias antologías y premiada en múltiples certámenes literarios. Ha incursionado también con éxito en la literatura para niños y jóvenes.

Aquí un par de poemas de la autora para probar que no exagero.


Ciudad de paso

He vuelto
queriendo a un hombre que siempre está de paso.
Padezco oyéndole hablar de antiguos esplendores
o irrenunciables etapas por venir.
Ahora que amos sus sonidos
y su fatiga
por qué unas fotos,
velando extinta los ecos de otra tarde.
No puedo estar aquí
sino esperando
o inventándome el atajo de seguir.
Y adoro sus destellos
en los despojos de la estropeada sombra.
Querría decirle que no amo esta ciudad.
Mas permanezco
viéndole ser la memoria que se aleja.


Esta costumbre

                    (Con Eliseo Diego)

Esta costumbre de soñar lo mismo
tentación de existir; cuánto me resta
ver mi espejo entre agónicos gemidos
de una noria forzada y polvorienta.

Reproduzco sitiada los caminos
memorables del ansia. Mi tristeza
va del polvo al milagro con que escribo
tercamente el deseo que me apremia.

Otra vez sigo urdiendo una salida,
casi a punto de recalar al fondo.
Persevero en hallar la suerte mía,
asilada en el aire más remoto
de un país interior, que me reanima.
Como quien sueña un sueño y eso es todo.

Obreros de la construcción (por Víctor Mozo)

Nota del blog: Sección semanal a cargo de Víctor Mozo. Cada sábado comparte un texto, de lo que será un libro sobre sus vivencias durante los primeros años de la llamada "revolución cubana" y su cautiverio en los campos de trabajo forzado, conocidos como UMAP.

Los textos anteriores se pueden leer en este enlace.


De siete pesos pasábamos a ser asalariados, lo que equivaldría a un sueldo mínimo, para que el lector pueda tener una idea. El trabajo se haría en lo que llamaban la Planta de Prefabricados que se encontraba en el kilómetro 7 de la carretera de Nuevitas, no lejos del aeropuerto. Se fabricaban allí losas, vigas y demás, todo prefabricado con hormigón. Y si torpe fui en el campo lo sería también en la construcción. Como muchos en mi caso, puesto que ya habíamos dado bastante, la idea era trabajar lo mínimo y aprovechar la cercanía de la casa.

El trayecto para ir a trabajar no era largo. Por la mañana los camiones que nos conducirían a la planta llegaban al campamento a una hora razonable. Si por un lado los sargentos nos acompañaban, los jefes de obra eran todos civiles, y si dentro de ellos había gente buena, había otros que de haberlos dejado nos habrían esclavizado más que los militares. Había quienes nos miraban como si fuéramos lo peor.

El primer día de trabajo me encontré con la gran sorpresa de ver a Jorge Llaguno Cuéllar, aquel confinado de Cárdenas que un día había conocido en la Catedral y me había hablado por la primera vez de las UMAP. Gracias a él formé parte de un pequeño equipo que se ocupaba de transportar losas prefabricadas que salían fresquitas de los moldes hasta el lugar donde se almacenaban. Nos alegramos de vernos.

Aquella planta de prefabricados era enorme y al gobierno le salía muy barato emplearnos. No nos habían sacado del campo para mejorar nuestras maltratadas vidas de aquel entonces sino antes bien para dorar una imagen que en cuestión de derechos humanos estaba más que deteriorada. No había que hacerse ilusiones, seguíamos siendo esclavos, aunque con los grilletes menos apretados.

Gracias a Llaguno nuestra brigadita se las arreglaba para no trabajar mucho, aunque como siempre la alegría en casa del pobre duró poco y tuve que hacer otras cosas como carretillar cemento o arena o cargar camiones que venían a buscar las losas y vigas ya mencionadas.

Gracias al batallón 30 pude reanudar contacto con gente de Camagüey como Osvaldo Betancourt Sanz y José Pradas Casellas quienes vivieron tremenda odisea en el primer llamado. Allí encontraría de nuevo a aquel flaco desgarbado apodado Cucuta quien al cabo de tener seis hijos varones seguía buscando la hembra, y como decía él hasta que no la tuviera no paraba sin que la opinión de su esposa contara para algo, creo.

No había testigos de Jehová porque casi todos habían parado injustamente en la cárcel. Había muchos adventistas, entre los que recuerdo sobre todo a los hermanos Marcano, ambos avileños y a un negrazo descendiente directo de jamaiquinos, Asmond William Thomas Foster, buena gente y con un cuerpazo que imponía. Thomas, como lo llamábamos, dejó de ser adventista tan pronto nos dieron la baja. Había también muchos homosexuales, pero como dice el dicho, estábamos juntos pero no revueltos.

Había también gente de Vertientes, Florida y sus alrededores y de Morón. Algún que otro habanero como el mulato Casuso que era todo un personaje, pero en la inmensa mayoría éramos camagüeyanos. Eran otros tiempos también y gracias a algunos que tenían radio podíamos escuchar un poco d Aznavour, Becaud e incluso, aunque tímidamente, a los Beatles.

Gilberto Castillo Domínguez, el 20, seguía contando los días, mientras que el 18, Pedro Valero Caballero, había logrado ser el cuartelero de la barraca, o sea, nunca iría a trabajar y se volvería, así como se dice en buen cubano, un chivatón de primera. Solo quedábamos tres de aquellos primeros tiempos y nuestros números serían cambiados según cambiábamos de unidad. Siempre recordé aquel número 28 como si lo tuviera impregnado en la piel, los otros números nunca los retuve. La huella dejada por aquellos seis primeros meses en las UMAP nunca se borrarían.





La cosa (por Carlos Ruiz de la Tejera)



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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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