Fotos cortesía de
Daimí Ruiz Varela
En uno de los desastres que sufrió el Santuario el carpintero echó mano inadvertidamente de aquella madera y cortó un pedazo para hacer un arreglo. Cuando se dio cuenta de que había cortado la madera que se tenía tradicionalmente por la que había servido de balsa a la Virgen en Nipe, el carpintero quiso reparar su descuido y prometió cubrir de plata la que quedaba[2]
Los barcos eran bautizados con advocaciones de la Virgen y en sus tablas onomásticas empleaban el verbo sustantivado de manera que una inscripción así: “soy la Virgen de la Caridad”, podía referirse a la embarcación o a la imagen. Sabemos además que cuando las embarcaciones iban a ser atacadas por piratas, los españoles echaban las imágenes al mar para evitar profanaciones. En medio de una tormenta también las echaban al mar para conseguir buen tiempo por intercesión de la Virgen. Las historias nos cuentan igualmente que si las naves encontraban una gran calma, colocaban sobre el mar una madera con un objeto mariano con el fin de determinar la dirección de las corrientes (…)[3]
muy frecuentado de muchas partes de la Isla por los que vienen en romería a visitar el famoso santuario de la milagrosa Virgen[4]
unas rogativas a la Virgen practicadas en Camagüey en 1851 se consideraron sediciosas y la medalla llegó a equipararse a los otros dos símbolos de la nacionalidad: el himno bayamés y el tricolor de la bandera”[5]
Una viejita de color le contó al P. Manuel (capellán durante la peregrinación) que cuando era niña había conocido a Maceo porque su mamá le lavaba la ropa: una vez olvidó Maceo la medalla de la Caridad en su camisa, y cuando se la devolvieron le preguntaron si era católico, y en seguida contestó:-Sí, y a mucha honra; y sobre todo devoto de la Caridad, como me lo enseñó mi madre desde niño.[6]
Cuando Maceo salióMaceo y Quintín BanderasCon el cañón de maderaQue en la Yaya reventó,El artillero cayóHerido por todo el suelo.Se quitó Maceo el sombreroY le dijo a Socarrás:¡Válgame la CaridadSi de este caso no muero![7]
En Baire le contaron las hijas del Mayor General Jesús Rabí que en una ocasión su padre sorprendió abundante pertrecho de los españoles por la Sierra Maestra, pero llegaron a perder el camino; entonces el General le rezó a la Caridad porque era muy devoto de ella y había ido muchas veces al obre; de pronto se sintió inspirado al mirar el cielo y le dijo a su soldados:-Vamos a seguir esa estrella que brilla más porque es la caridad- Así lo hicieron y llegaron al campamento.[8]
(…) después de darle a besar la medalla de la Virgen (…) le preguntó el Capellán: -Le habrá pedido usted a la Virgen por su Partido-Y Chibás le respondió: -No, Padre, le he pedido por la Patria. La Caridad está por encima de todas la políticas.[9]
El mural tiene 747 pies cuadrados, donde aparecen 63 figuras (...) Empecé por el Niño Jesús y la Virgen que lo sostiene...Venía cada noche con mi ayudante y buen amigo, Orlando Cabañas. Pintaba, después de pintar todo el largo día y no me sentía cansado. Esta obra la he hecho con tanto amor que me mantenía la inspiración todo el tiempo.Leía la historia de Cuba y la escuchaba de la boca de las personas más autorizadas de nuestro pueblo. Quiero agradecer a todos aquellos que me facilitaron datos y me hicieron más fácil el conocimiento que precede la composición de un cuadro.A veces pinté hasta la una de la mañana y he pintado 364 horas. (Leer texto completo en el website de la Ermita de la Caridad)