Showing posts with label Juan Pablo II en Cuba. Show all posts
Showing posts with label Juan Pablo II en Cuba. Show all posts

Tuesday, August 5, 2008

La imagen que ampara

26 de julio de 2008

Foto/Getty Images
-------------------------------------------------------
Misa del Papa en La Habana

Foto/AP

Saturday, March 1, 2008

Card. Bertone still in the Cuban News



---------------------------------------------------------------------------------------------------
Second part of an exclusive interview with Vatican Secretary of State, Cardinal Tarcisio Bertone, given to Vatican Radio on his return from Cuba. (Full text)
------------------------------------------------
The Cardinal reflected on issues of International interest discussed with the Cuban President.


“We spoke about the problem of detainee assistance. Above all about spiritual assistance to Catholic and non Catholic prisoners. I presented president Raul with a list of names of prisoners to be taken into consideration for humanitarian reasons, in complete respect of Cuba’s sovereignty, of the rights of all involved and therefore also the rights of the Government. I expressed the Churches’ concern for the families of the detained”.

“The President underlined the importance of reciprocity on an International level; he expressed his willingness to deal with all problems in an open manner and to take concrete steps, where there is reciprocity, in full respect of the identity and sovereignty of the Cuban people. As is well Known the crucial issue in Cuba regards the embargo imposed by the United States and the European Unions’ economic sanctions which prevent development and limit capacity to tackle the grave socio-economic difficulties which afflict the Island. In this regards the President underlined the problem of five Cuban prisoners in the United States and the issues of humanitarian aid to them, with the eventual possibility of an exchange”. The Cardinal also pointed out that “It is a well known fact that those who suffer the most because of the embargo, are the Cuban people…. For my part I assured the Holy See’s support for a reduction, if not the elimination of these sanctions. Of course, this will have to then lead to greater freedom, towards a recognition of personal, social, political and economic rights. There are already promising steps forward, that Cuba is next to signing two United Nations Conventions on these personal, social, political and economic rights”.

The Cardinal also spoke of the perception that the Church in Cuba is a persecuted Church.

“….The Church in Cuba is not a persecuted one. It meets with certain difficulties, such as those already mentioned, the building of new churches or education. We spoke with President Raul on the issues of the Catholic Faith being taught in state schools. It is clear that this is a gaol that cannot be realised at this present time…. The Church in Cuba is not a persecuted Church in the Historic sense of persecutions, even if it is a fact that authorities are particularly vigilant of some Pastors of Church. Despite this there is the possibility of publically expressing one’s faith. Naturally, the problem of relations with political dissidents cannot be ignored, but returning to the Church there has been greater openness to public demonstrations, such as processions and open air celebrations. Media gave a discreet amount of time to my visit. At particular moments the Cardinal, bishop of Santa Clara and the bishop of Guantanamo even spoke on television. Naturally only for very few minutes, but these are small steps which show a concrete warming. The young people, students in the Latin American School of Medicine publically manifested their Catholic identity, their belonging to the Church and their commitment to bringing Christian values to Cuban Society . During my visit to the Latin American School of Medicine, the aula magna was crowded with young people; some had even raised a banner «somo de Cristo» (I am Christ’s) and no one had it removed. Despite the limitations … we must accept these small steps…, the politics of small steps, which have been made in these past ten years and which continue to be made”.

--------------------------------------------------------------------------------------------------
El Nuevo Herald. Raúl cambiaría a disidentes presos por los cinco espías.

Global Catholic News. Cardinal Bertone Brings Pope Good News of Cuba.

ACI. El Cardenal Bertone hace un balance de su visita a Cuba.

La visita del Card. Bertone según Yoel Prado

Foto: El Card. Bertone celebra misa en Santa Clara



Reproduzco la opinión de Yoel Prado sobre la visita del Card. Bertone a la Isla, que publica hoy el El Nuevo Herald.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------
El traspié del cardenal Bertone

La diplomacia vaticana, una de las más finas del mundo, acaba de dar un traspié. Esa es la lectura que yo hago de la reciente visita a Cuba del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Su Santidad.

No me parece mal que el prelado haya ido a la isla, pues cruzó el Atlántico para conmemorar los diez años del histórico viaje de Juan Pablo II. Además de las misas que celebró al aire libre, también inauguró una hermosa estatua en honor del Pontífice que las futuras generaciones podrán admirar en la ciudad de Santa Clara.

Tampoco le reprocho a su eminencia que se haya entrevistado con Raúl Castro, porque la visita tuvo un carácter oficial, además de pastoral, y era lógico que hablase con el nuevo dueño del país. Lo que sí considero una equivocación de Bertone fue haberle dejado al oficialismo un rosario de gestos y frases complacientes. Nadie espera discursos incendiarios de un dignatario de la curia romana, pero de ahí a sintonizar con el discurso del régimen hay un largo trecho.

El cardenal Bertone condenó con vehemencia el bloqueo norteamericano; sin embargo, no hizo la menor alusión al clima represivo que impera en Cuba. Pidió la apertura del mundo hacia la isla, mas no se pronunció por una amnistía en favor de los presos políticos. Creyó encontrar una juventud ''entusiasta de su vida'', pero no descubrió la enorme frustración que agobia a las nuevas generaciones.

Debo decir que conocí personalmente a Tarcisio Bertone cuando estuvo por primera vez en Santa Clara, a principios de esta década. Me pareció un hombre afable e inteligente. Por eso me resisto a creer lo que reportan ahora las agencias de noticias, y es su llamado para que la Iglesia católica esté al lado del gobierno. Craso error. La Iglesia sólo tiene que seguir a Jesucristo y estar junto al pueblo. ¿O es que la jerarquía está dispuesta a sacrificar su voz profética a cambio de algunas migajas, como ese prometido espacio en los medios de comunicación? Si es así, pobre Iglesia y pobre Cuba.

Yoel Prado
West Palm Beach

-------------------------------------------------------------------------------------------------
Textos de los dicursos del Cardenal Bertone en Cuba. (Ecclesia Digital)

Tuesday, February 26, 2008

Dos caminos ...

Luego de conformado el Consejo de Ancianos de Cuba, la Nota de Prensa de los Obispos Católicos y los discursos del Card. Bertone,

quedan (por ahora) dos caminos a seguir:


este:



o este:

Se reúnen Raúl Castro y el Card. Bertone (update)

Foto/Reuters

English version (here , here and here)


Raúl Castro y el Card. Bertone sostuvieron un encuentro esta tarde, en lo que constituyó la primera reunión con carácter internacional del nuevo "presidente" cubano. Además, estuvieron presentes:

Representando el "gobierno": Carlos Lage Dávila, Vicepresidente del Consejo de Estado; Esteban Lazo Hernández, Vicepresidente del Consejo de Estado; Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores; Caridad Diego Bello, Jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; Eumelio Caballero Rodríguez, Viceministro de Relaciones Exteriores y Raúl Roa Kourí, Embajador de Cuba ante la Santa Sede.

Representando a la Iglesia: Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana; Monseñor Luigi Bonazzi, Nuncio Apostólico en Cuba; Monseñor Juan García Rodríguez, Arzobispo de Camagüey y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba; Monseñor Juan de Dios Hernández Ruiz, Obispo Auxiliar de La Habana y Secretario General de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba; Monseñor Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín y miembro del Comité Permanente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba; Monseñor Jean Marie Speich, Consejero de la Nunciatura Apostólica; Monseñor Nicolás Henry Thevenin, Funcionario de la Secretaría de Estado y Monseñor Lech Piechota, Funcionario de la Secretaría de Estado.

De esta manera concluyó el programa oficial de la visita del Secretario de Estado del Vaticano a Cuba. Este viaje tuvo como motivo central celebrar el décimo aniversario de la visita del Papa Juan Pablo II a la isla. (otros detalles: AIN, ACI, Prensa Latina)

Covertura de la visita del Card. Bertone por la revista Palabra Nueva de la Arquidiócesis de La Habana. (Texto)
-----------------------------------------------------------------------------------------
Discurso del Cardenal Bertone en la Escuela Latinoamericana de Medicina. (Texto)

-----------------------------------------------------------------------------------------
La disicencia critica la visita

El opositor cubano Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), lamentó que el diplomático vaticano haya dado una "impresión de complacencia" con el Gobierno de este país que "no es justa" con el pueblo y la Iglesia de la isla.

"La impresión de complacencia no es justa con el pueblo cubano y con la Iglesia cubana, y no hay porqué dejar de decir que en Cuba hay prisioneros políticos, que están presos por defender la verdad y los derechos humanos", dijo Payá tras confirmar que no se reunió con Bertone, aunque lo había solicitado.

Payá, premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2002, indicó que "en Cuba hay un pequeño grupo colectivo que en todos estos años ha sufrido la persecución pero que se han mantenido con firmeza".

"Pensamos que la imagen que se ha dado con la visita no se corresponde con esa presencia humilde, pero digna y profética, de los católicos en Cuba", afirmó, y aseguró que esa es la imagen "que han recibido muchas personas con las que he hablado". (leer más/El Mundo)


Conferencia del Card. Bertone en la Universidad de la Habana

La cultura y los fundamentos éticos del vivir humano



Magnífico Señor Rector,

Honorables Autoridades,

Señor Cardenal y Señores Obispos,

Ilustres profesores,

Señores representantes del mundo de la cultura,

Señoras y Señores, amigos todos.

Con gratitud por la amable bienvenida que me han dispensado, quisiera comenzar esta tarde recordando con aprecio dos grandes figuras apasionadas por Cuba y vinculadas a este lugar. El primero es el Siervo de Dios Félix Varela, padre de la patria cubana, cuyos restos reposan aquí y del que hoy celebramos el aniversario de su fallecimiento. La segunda es el Siervo de Dios Juan Pablo II, quien habló desde esta misma cátedra hace diez años. Pocos han sabido glosar con tanto acierto la figura del Padre Varela como lo hiciera el Papa Juan Pablo II en el discurso que pronunciara en este mismo lugar. Ambos personajes encarnan un egregio modelo de humanidad, siendo reconocidos unánimemente como hombres de paz y de bien, incluso por aquellos que no comparten sus ideales ni sus creencias. Uno y otro son la confirmación de que no es necesario diluir la propia identidad para entablar un diálogo fecundo y creativo con todos los hombres.

La aventura existencial del Padre Varela nos ofrece el marco ideal en el que situar el tema que se me ha encomendado, –la cultura y los fundamentos éticos del vivir humano–, considerando en particular la cultura cristiana como sustento e inspiración de la ética.

Como es sabido, el joven sacerdote Félix Varela ganó por oposición la primera Cátedra de Constitución, establecida en el Colegio de San Carlos en 1821. Es significativo el modo en que el novel catedrático, en su brillante lección inaugural, definía su cátedra: ésta, decía, debería llamarse más bien, «la Cátedra de la libertad, de los derechos del hombre, de las garantías nacionales,... la fuente de las virtudes cívicas, la base del gran edificio de nuestra felicidad» (Discurso en la inauguración de la cátedra (21.1.1821). Para él, aquella Cátedra le ofreció una ocasión inmejorable para reflexionar sobre el modo de construir una sociedad, sobre los valores que deben fundamentar la convivencia entre los hombres, entre los cuales, la libertad, —«uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos», en palabras de Don Quijote (II, cap. 58)—, ocupa el primer lugar, y junto a ella, los demás derechos del hombre y la rectitud de sus obras. La preocupación por la formación de la juventud fue constante en el Padre Varela, consciente de que no son las leyes las que salvan los pueblos, sino sus virtudes en el orden personal y en su actuación pública. En su visión de una nueva patria cubana, Varela, como antes de él el Padre Agustín Caballero y José Martí después, muestran un catolicismo comprometido con la modernización del país, los derechos del hombre y la libertad. Muestran, en definitiva, que el cristianismo y la modernidad no son incompatibles, sino que se encuentran en la defensa de la dignidad del hombre. Es más, el mundo necesita de esta gran alianza.

José Martí, preclaro cubano, afirmó que «ser cultos es la única manera de ser libres». Esta afirmación me ofrece la posibilidad de examinar ahora, con un poco más de detalle, la relación entre la cultura y los fundamentos éticos de la vida del hombre.

Todos los hombres aprecian la cultura como un bien importante. Pero, ¿por qué la cultura es un bien? Juan Pablo II lo expresó magistralmente cuando recordó que «la cultura es aquello a través de lo cual el hombre, en cuanto hombre, se hace más hombre, “es” más, accede más al “ser”» (Discurso a la UNESCO. 2.6.1980). Por medio de la cultura, en efecto, el ser humano «afina y desarrolla sus múltiples cualidades espirituales y corporales; pretende someter a su dominio, por el conocimiento y el trabajo, el orbe mismo de la tierra; hace más humana la vida social» (Gaudium et Spes, 53). Si la cultura es un bien, debe estar entonces al alcance de todos y no ser un lujo reservado a algunas élites.

La cultura, sin embargo, es algo más que la simple voluntad individual por adquirir nuevos conocimientos. Tiene una fundamental dimensión histórica y comunitaria y se nos presenta como un gran esfuerzo por brindar una visión que dé sentido a toda la vida, abarcando todos sus aspectos. A este respecto, la cultura está siempre marcada por una tensión que la lleva a superarse continuamente a sí misma, en una doble dirección: en sentido horizontal, hacia las demás culturas, enriqueciéndose mutuamente; y en sentido vertical, hacia la trascendencia, hacia la fuente última de la verdad, la belleza y el bien.

Podemos decir, pues, que la cultura es el ethos de un pueblo. Es un modo de comportarse y, a la vez, un ideal normativo, aun cuando no siempre sea vivido y respetado. En este sentido, ethos y ética están estrechamente relacionados, no sólo por su etimología, sino también porque la cultura es el resultado de la praxis del hombre y, a su vez, condición del obrar humano. No hay cultura que no remita a una ética, ni una ética sin referencia a una cultura. Ambas caen o se mantienen unidas.

Una simple observación, sin embargo, pone ante nuestros ojos el fenómeno de la diversidad cultural, uno de los rasgos más característicos de nuestro tiempo, que provoca a veces un saludable cambio de costumbres y obliga a replantearse convicciones consideradas inmutables. Pero puede provocar también una dolorosa pérdida de identidad, con consecuencias difíciles de prever.

Para algunos, la diversidad cultural y de normas de comportamiento conduce inevitablemente a afirmar la inexistencia de una norma moral común y objetiva. A partir de la experiencia de la diversidad se deduce la imposibilidad de normas morales universalmente válidas. El relativismo moral sostiene que una afirmación ética sería verdadera únicamente en el contexto de una cultura determinada. No habría por tanto convicciones ni principios éticos mejores que otros, ni nadie tendría derecho a decir lo que está bien y lo que está mal.

Las tesis del relativismo cultural y del relativismo ético se han visto reforzadas por el desarrollo de la razón moderna, un proceso descrito magistralmente por el Papa Benedicto XVI en su lección en la Universidad de Ratisbona. En extrema síntesis, este proceso ha consistido en la reducción de la razón a la ciencia experimental, que combina la verificación empírica con la formulación matemática. Sólo sería racional entonces aquello que es susceptible de experimentación y formulable matemáticamente. Con ello, sin embargo, las grandes cuestiones de la existencia del hombre, los problemas de la ética y la estética, la metafísica y, sobre todo, el problema de Dios, quedan fuera de toda consideración, porque son pre- o a-científicos (Cf. Discurso en la Universidad de Ratisbona. 12.9.2006).

Ahora bien, este estrechamiento de la razón contemporánea, conduce inevitablemente en el plano ético al subjetivismo de la conciencia. A pesar de los intentos de Kant por mantener una moral universal tras haber descartado la metafísica al afirmar que el único conocimiento racional posible es el de la ciencia, se ha de confinar la moral al ámbito puramente subjetivo: no sería posible hablar de normas morales universalmente cognoscibles. Pero entonces, «el sujeto, basándose en su experiencia, decide lo que considera admisible en el ámbito religioso y la “conciencia” subjetiva se convierte, en definitiva, en la única instancia ética» (Ibid.). La consecuencia es clara: de este modo, el ethos y la religión pierden su capacidad para dar vida a una comunidad y se convierten en un asunto totalmente personal.

El subjetivismo ético llevado hasta el extremo conduce a la situación paradójica de tener que admitir la inmoralidad como moralmente buena. Puesto que no hay modo de determinar lo que está bien y lo que está mal, habría que concluir que todos los comportamientos son igualmente válidos. El sentido común se rebela contra esta conclusión, a la que, sin embargo, se llega necesariamente desde las premisas de partida.

La lógica de este dinamismo lleva a lo que Benedicto XVI ha denominado la dictadura del relativismo. Es decir, ante la imposibilidad de establecer normas comunes, con validez universal para todos, el único criterio que resta para determinar lo que está bien o lo que está mal es el uso de la fuerza, sea la de los votos, sea la de la propaganda o bien la de las armas y la coacción. «Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos» (J. RATZINGER, Homilía en la Misa para elegir Sumo Pontífice. 18.4.2005). A partir de estos presupuestos, resultaría imposible construir o mantener la vida social.

Existe, por tanto, una distinción fundamental, de cuyo reconocimiento depende la subsistencia misma de la comunidad humana. Esta distinción es la línea de demarcación entre el bien y el mal. Sin esta distinción, no queda otra alternativa que el reino de la arbitrariedad.

Es necesario, por tanto, subvertir el axioma del relativismo ético y postular con fuerza la existencia de un orden de verdades que trasciende los condicionamientos personales, culturales e históricos y que conserva validez permanente. Este orden es lo que la filosofía denomina la ley natural. No pretendo entrar ahora en la problemática en torno a este término, sino subrayar únicamente el hecho de que con esta expresión se hace referencia a un orden previo al hombre, que él no se ha dado, que ningún gobierno ha promulgado y que únicamente puede reconocer. Es la constatación de que frente al derecho positivo, que puede ser injusto, tiene que haber un derecho que procede de la naturaleza misma, del propio ser del hombre. Este derecho tiene que ser hallado y constituye el correctivo para el derecho positivo.

La idea de derecho natural presupone un concepto de naturaleza estrechamente asociado al de razón. Presupone la idea de que la naturaleza está permeada de razón, de que hay en ella un logos que el hombre con su razón, participación e imagen del Logos creador, puede reconocer. La ciencia misma, a la que debemos increíbles avances en todos los campos, resultaría imposible sin aceptar una racionalidad en la naturaleza. Más aún, si el mundo es mero producto de lo irracional, nuestra misma libertad es, a la postre, una ilusión.

La ley natural aparece así como una especie de «gramática» trascendente que permite el diálogo entre los pueblos, es decir, un conjunto de reglas de actuación individual y de relación entre las personas en justicia y solidaridad, que está inscrita en las conciencias, en las que se refleja el sabio proyecto de Dios.

La Iglesia no pretende imponer su visión de las cosas a todos los hombres, como si tuviese la exclusiva del discernimiento moral. Sin embargo, no puede renunciar al profundo conocimiento que tiene del hombre y de la sociedad. Ella es experta en humanidad y desea ofrecer respetuosamente su contribución para la creación de la sociedad de los hombres en medio de los que vive.

En este punto, el pensamiento de algunos teóricos, como John Rawls o Jürgen Habermas, ha defendido la necesidad de la contribución de las confesiones religiosas al debate público (Cf. Benedicto XVI, Discurso a la Universidad de la Sapienza, 17 enero 2008; J. HABERMAS, «Vorpolitische Grundlagen des demokratischen Rechtstaates?», en J. Habermas – J. Ratzinger, Dialektik der Säkularisierung, 34). Éstas, en definitiva, desempeñan un papel social no sólo como elementos de integración social, que prestan subsidiariamente servicios sociales a la comunidad, sino también como fuente de saber y conocimiento.

A este respecto, el Papa Juan Pablo II recordaba que el principio de la libertad religiosa entendido en su sentido pleno, es como la prueba de los demás derechos. Y recordaba que, «del mismo modo que se daña a la sociedad cuando se relega la religión a la esfera privada, también la sociedad y las instituciones civiles se empobrecen cuando la legislación -violando la libertad religiosa- promueve la indiferencia religiosa, el relativismo y el sincretismo religioso, quizá incluso justificándolos mediante una comprensión errónea de la tolerancia. Por el contrario, todos los ciudadanos se benefician cuando se respetan las tradiciones religiosas en las que cada pueblo está arraigado y con las que las poblaciones generalmente se identifican de un modo particular» (Discurso a la Asamblea de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. 10.10.2003).

La objeción que se adivina inmediatamente es que en la sociedad actual, las iglesias y las confesiones religiosas deben limitar su actuación al ámbito puramente personal de los individuos que quieran adherirse a ellas, pero no tendrían algún lugar en la constitución de una ética social. El Estado moderno, se afirma, debe estar por encima de las religiones, las cuales, en muchos casos, no son vistas de modo positivo y equilibrado.

La sana laicidad conlleva, naturalmente, la distinción entre religión y política, entre Iglesia y Estado. Creyentes y no creyentes encuentran el fundamento de esta distinción en las mismas palabras del Evangelio, cuando Jesús recordó que había que dar «al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios» (Mt 22,21). Pero esta misma laicidad no puede significar que Dios sea una hipótesis puramente privada o que excluya la religión y la Iglesia de la vida pública. La célebre frase de Hugo Grocio etsi Deus non daretur, interpretada erróneamente como la fundamentación del ordenamiento político «como si Dios no existiese», significaba, para los jusnaturalistas del siglo XVIII, más bien la necesidad de establecer principios que tuviesen validez permanente «aun en la hipótesis de que Dios no existiera», es decir, con validez permanente para todos.

Como contribución de los cristianos a la construcción de la sociedad, el entonces cardenal J. Ratzinger, desde el marco sugestivo de Subiaco, poco antes de ser elegido Sucesor de San Pedro, lanzó al mundo una propuesta que yo me permito hoy evocar ante todos Ustedes: «el intento, radicalizado, de plasmar las vicisitudes humanas prescindiendo completamente de Dios, nos lleva cada vez más al borde del precipicio, a la marginación total del hombre. Deberíamos transformar completamente el axioma de los ilustrados y decir: también quien no fuese capaz de encontrar el camino para aceptar a Dios debería, en cualquier caso, vivir y orientar su vida veluti si Deus daretur, como si Dios existiese. Éste es el consejo que ya Pascal daba a sus amigos no creyentes; y es el consejo que quisiéramos dar a nuestros amigos que no creen. Esta invitación no limita la libertad de nadie y ofrece a todas las vicisitudes de nuestra vida el apoyo y el criterio que necesitan urgentemente» (J. Ratzinger, L’Europa nella crisi delle culture, Subiaco 1 aprile 2005. Ed. Cantagalli, Siena 2005. Edición multilingüe, con el texto español 75-84, aquí, 83).

Llegamos así al final de nuestro recorrido y retomamos la pregunta inicial. ¿Cuál es la contribución de la cultura cristiana al fundamento de una ética del vivir humano?

La respuesta podría ser ésta: presentándose como la religión del logos y del amor, la Iglesia ofrece una sabiduría milenaria, que pone a disposición de todos los pueblos y todas las culturas, convencida además de que es posible un diálogo y un enriquecimiento mutuo. En este sentido, se presenta ante la sociedad como memoria y como recuerdo de la existencia de un fundamento de los valores. Se presenta, en definitiva como testigo de lo imperecedero. Ella, al proponer con respeto su propia visión del hombre y de los valores, contribuye a la creciente humanización de la sociedad. La fe, por tanto, no destruye cultura alguna, sino que coopera a la purificación de todo lo que entorpece la dignidad, los derechos y el desarrollo de las personas y de todo lo que se opone a la humanización de la sociedad. Si en una nación crecen los ambientes y actitudes deshumanizantes, algo está sustancialmente dañado en el ethos de ese pueblo. La fe contribuye además a dar plenitud a todo lo bueno, verdadero y bello, abriendo al hombre a una visión siempre más elevada de sí mismo y de su convivencia en sociedad. Una convivencia sin valores es igual a una cultura sin ética, es una cultura deshumanizada y deshumanizadora que invierte la escala de valores y coloca el mundo al revés.

Precisamente porque toda sociedad digna se basa sobre el principio del valor supremo del hombre, de su responsabilidad ante la historia y ante sus semejantes, necesita el recuerdo permanente de valores perdurables, que existían antes de que él fuese y que seguirán existiendo después.

La sociedad necesita personas que manifiesten con sus vidas la existencia de unos valores fundamentales y dignificantes, necesita testigos que con sus vidas trabajen para recordar a todos los hombres el valor de la conciencia, santuario de Dios en el hombre, y de la verdad.

Los cristianos, mediante figuras como la del Padre Varela y una muchedumbre incontable de audaces personas semejantes a él, no piden más que poder dar testimonio de esta verdad entre sus contemporáneos.

Distinguidas Señoras y Señores, hemos reflexionado sobre la cultura como apoyo e inspiración para la ética. La cuestión es encontrar caminos concretos para que cultura y ética, Iglesia y sociedad, puedan colaborar en la construcción de un mundo más humano, anclado en los grandes valores de nuestra historia: la libertad, la paz, la solidaridad, la justicia y el desarrollo integral de la persona, de todo el hombre y de todos los hombres.

Permítanme que concluya con las palabras finales que el Santo Padre había escrito para su discurso en la Universidad de La Sapienza de Roma, que no pudo pronunciar personalmente por motivos de sobra conocidos.

El Papa, dirigiéndose a los universitarios de Roma, respondía a la pregunta «¿Qué tiene que hacer o qué tiene que decir el Papa en la universidad?». Nosotros podemos parafrasear esta cuestión preguntando «¿Qué tiene que hacer o decir la cultura cristiana como fundamento ético del vivir común?». La respuesta que dio entonces, estimo que conserva toda su validez para nosotros: El Papa, —la Iglesia católica, los cristianos podríamos decir—, «seguramente no debe[n] tratar de imponer a otros de modo autoritario la fe, que sólo puede ser donada en libertad… De acuerdo con la naturaleza intrínseca de su ministerio pastoral, tiene[n] la misión de mantener despierta la sensibilidad por la verdad; invitar una y otra vez a la razón a buscar la verdad, a buscar el bien, a buscar a Dios; y, en este camino, estimularla a descubrir las útiles luces que han surgido a lo largo de la historia de la fe cristiana y a percibir así a Jesucristo como la Luz que ilumina la historia y ayuda a encontrar el camino hacia el futuro» (Alocución preparada para la inauguración del año académico en la Universidad La Sapienza de Roma. 17.1.2008).

Muchas gracias a todos.


Publicada en Ecclesia Digital


-----------------------------

Elogia el Card. Bertone la Escuela Latinoamericana de Medicina

Discurso del Card. Bertone en el encuentro con el Cuerpo Diplomático acreditado en La Habana



------------------------------------
Conferencia de Prensa (Texto)

------------------------------------


Honorable Señor Ministro,

Honorable Señor Decano y miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante el Gobierno cubano,

Honorables Representantes de los distintos Organismos Internacionales,

Distinguidos Oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores,

Señoras y Señores.

Agradezco al Señor Ministro de Relaciones Exteriores el haber organizado este cordial encuentro con los representantes de varios países e instituciones del mundo, lo que valoro mucho y considero un gesto de especial respeto y deferencia hacia la Santa Sede y al Santo Padre Benedicto XVI, del cual quiero transmitirles su más afectuoso saludo.

Es para mí un gran honor estar en esta noble tierra para conmemorar el décimo aniversario de la histórica visita del amado y recordado Papa Juan Pablo II a Cuba, país que en estos diez años ha dado muestras de entrega y capacidad de desarrollo. Es evidente el progreso alcanzado en el ejercicio de la solidaridad con países de África, de Asia, del Caribe y de América Latina, especialmente en los campos de la salud y la educación. También en el escenario internacional la presencia de Cuba ha ido afianzándose claramente. A este respecto, es muy significativa su actual presidencia del Movimiento de los Países no Alineados.

Teniendo la posibilidad de intercambiar algunas consideraciones con Ustedes, me parece oportuno dedicar estas breves palabras a las relaciones entre la Iglesia y el Estado, dada su relevancia en la historia pasada y reciente de la Nación cubana.

Basada en su plurisecular experiencia diplomática, que le ha permitido establecer relaciones de diálogo y de amistad con casi todos los Estados, la Santa Sede encuentra hoy una luz particular para su actividad internacional en los pronunciamientos del Concilio Ecuménico Vaticano II, sobre todo en su constitución pastoral Gaudium et spes. En el número setenta y seis de dicho documento se puede leer lo siguiente: “La comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas en su propio campo. Sin embargo, ambas, aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social del hombre. Este servicio lo realizarán tanto más eficazmente en bien de todos cuanto procuren mejor una sana cooperación entre ambas, teniendo en cuenta también las circunstancias de lugar y tiempo”.

También en Cuba, así como en el resto del mundo, la Iglesia, inspirada en la verdad del Evangelio, procura con humildad y solícita dedicación ofrecer su propia contribución de pensamiento y acción para la edificación del bien común, respetando la identidad y las leyes propias del Estado.

Otro pronunciamiento del Concilio Ecuménico Vaticano II, la declaración Dignitatis humanae, nos recuerda que el compromiso de la comunidad civil por el bien de los ciudadanos no se puede limitar a algunas dimensiones de la persona, como la salud física, el bienestar económico, la formación intelectual o las relaciones sociales; el ser humano tiene también una dimensión religiosa, que se refleja en actos voluntarios y libres, con los cuales él se dirige inmediatamente a Dios.

Pero, la libertad religiosa no sería integral y verdadera si no comportara también una dimensión pública, la libertad religiosa no pertenece sólo al individuo, sino también a la familia, a los grupos religiosos y a la Iglesia misma. Un Estado que quiera respetar esta libertad no puede eximirse del crear condiciones propicias para el desarrollo de la vida religiosa, de manera que los ciudadanos tengan la posibilidad real de ejercer sus derechos y cumplir con sus obligaciones espirituales.

Como ya dijera el venerado Papa Juan Pablo II, dando la bienvenida al actual Embajador de Cuba ante la Santa Sede: “la Doctrina Social de la Iglesia se ha desarrollado mucho en estos últimos años, precisamente para iluminar las situaciones que requieren esa dimensión solidaria desde la justicia y la verdad. A este respecto – continuaba el Papa Juan Pablo II - la Iglesia en Cuba, con su presencia evangelizadora y con espíritu de servicio sincero y efectivo al pueblo cubano, se esfuerza por poner de relieve ese magisterio, no sólo de palabra, sino también con sus empeños y realizaciones concretas. El conjunto de valores y propuestas que integran la Doctrina y la consiguiente acción social de la Iglesia forman parte de su misión evangelizadora y, consecuentemente, de su propia identidad”.

Estas palabras siguen siendo de gran actualidad. Pero, cabe decir que el desarrollo de la misión social de la Iglesia cubana se basa en las buenas relaciones que existen entre las instituciones eclesiales y estatales, con la esperanza de que aún sigan progresando: siempre hay posibilidades de mejoría, y esto no sólo vale para las relaciones con Cuba, sino con todos los pueblos y naciones del mundo.

Un gran Pastor de la Iglesia en Cuba, el benemérito Arzobispo de Camagüey, Mons. Adolfo Rodríguez Herrera, expresaba poco antes de su muerte: “Nuestro sueño es que la Iglesia cubana sea la Iglesia, y nada más; y que las instituciones civiles de la Patria sean las instituciones civiles, y nada más. Y que la Iglesia pueda ser en Cuba la Iglesia de la caridad, del servicio, de la comunión, de la misión”.

Antes de concluir quisiera enviar mis deferentes saludos al Presidente Fidel Castro que pude encontrar personalmente en octubre de 2005, con mis mejores votos para èl.

Desde ayer Cuba tiene un renovado Consejo de Estado, al que la Santa Sede con toda la Comunidad Internacional le desea mucho acierto y la capacidad de escuchar e interpretar más y más las necesidades de cada ciudadano, el cual tiene el derecho de sentirse orgulloso de ser cubano y respetado, valorado y representado por quienes lo gobiernan.

En estos días de mi visita, acompañada por la exquisita hospitalidad y cortesía de las Autoridades cubanas que agradezco vivamente, además de constatar la vitalidad de la Iglesia católica cubana y su solícita dedicación al bien común de la Patria, he encontrado gran disponibilidad al diálogo y a la cooperación en los Gobernantes del País – tanto en temas nacionales cuanto internacionales. Esto es un positivo impulso a las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica en Cuba, que permite mirar con serena esperanza la nueva etapa – ciertamente ardua y exigente – que Cuba se dispone a afrontar.

Muchas gracias.


Texto publicado en Ecclesia Digital

Monday, February 25, 2008

Declaración Oficial de los Obispos Católicos de Cuba (update)

NOTA DE PRENSA

Los Obispos de Cuba, nos hemos reunido en Asamblea Ordinaria, al final de la cual recibimos al Cardenal Tarcisio Bertone SDB, Secretario de Estado de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, que fue enviado a nuestro país por el Santo Padre para presidir las celebraciones conmemorativas de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, hace diez años.

Durante nuestra reunión fue hecho público el mensaje del Presidente Fidel Castro Ruz donde manifestó su decisión de no aspirar ni aceptar el cargo de Presidente del Consejo de Estado ni Comandante en Jefe. Pocos días después se instalaba la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular surgida de las elecciones del pasado 20 de enero. Ambos acontecimientos revisten un carácter de excepcionalidad, pues confluyen en la configuración de un nuevo Consejo de Estado que incluye un nuevo Presidente.

En ocasión de conocerse el 31 de julio del año 2006 la dejación temporal de su cargo por el Presidente Fidel Castro y la nominación por él de un equipo responsabilizado más directamente de la marcha del país durante el tiempo de su enfermedad, los Obispos de Cuba pedíamos a los fieles católicos su oración ante los momentos difíciles que vivía nuestra Patria. En nuestra oración incluíamos una petición a Dios nuestro Señor para que nada perturbara el bien superior de la paz en nuestra nación. Hoy queremos dar gracias a Dios porque esa paz posibilitó, en su momento, que las más altas autoridades del país invitaran a trabajadores, estudiantes y pueblo en general a debatir los problemas más urgentes de toda índole que afectan a nuestro pueblo. El llamado instaba a que esto se hiciera con claridad y valentía.

En nuestro Mensaje de Navidad decíamos que este debate prometedor había creado muchas expectativas en el pueblo de un mejoramiento en sus condiciones de vida.

En estos momentos nuestra oración se eleva al Señor y a la Virgen de la Caridad , nuestra Madre, Patrona de Cuba, porque esta Asamblea renovada que acaba de inaugurarse, el Consejo de Estado y su nuevo Presidente tengan la luz de lo Alto para llevar adelante con decisión esas medidas trascendentales que sabemos deben ser progresivas, pero que puedan comenzar a satisfacer desde ahora las ansias e inquietudes expresadas por los cubanos.

Como lo hicimos en Navidad, queremos también ahora renovar nuestros votos de confianza, y con esperanza cristiana, formular estos deseos al nuevo Presidente Raúl Castro Ruz, al Consejo de Estado y a la Asamblea del Poder Popular, teniendo siempre ante nuestros ojos el bien común del pueblo cubano al cual servimos, y pidiéndole al Señor el don de la paz para nuestra nación.

Los Obispos Católicos de Cuba

La Habana, 25 de febrero de 2008

---------------------------------------------------------------------------------------------------

Todos los discursos e intervenciones del Cardenal Bertone en Cuba. (leer)


Saturday, February 23, 2008

Card. Bertone bendice hoy monumento público, en honor a Juan Pablo II, en Santa Clara (update)







Santa Clara, la ciudad que el 22 de enero de 1998, acogió la celebración de la primera Misa del Papa Juan Pablo II en Cuba, dedicada a la familia, donde el Mensajero de la Verdad y la Esperanza, invitaba a toda la nación: “Cuba cuida a tus familias para que conserves sano tu corazón”, amaneció este sábado 23 de febrero acogiendo a cientos de personas que se trasladaban en peregrinación religiosa desde muchos pueblos de toda la Diócesis, que comprende las provincias civiles de Villa Clara y Sancti Spíritus y desde las vecinas de Cienfuegos, Ciego de Ávila, Matanzas y Camaguey, para celebrar junto al Cardenal Tarcisio Bertone, S.D.B., Secretario de Estado de la Santa Sede, los 10 años de aquellos días inolvidables.

Muchos de ellos venían con sus pullovers blancos, donde se veía la foto sonriente del Siervo de Dios Juan Pablo II, a la vez que en sus rostros y miradas, traían las alegrías y esperanzas de sus respectivas familias y comunidades.

A las 8 de la mañana fue acogida en el lugar de la celebración, la imagen peregrina de la Virgen de la Caridad, imagen que a finales de 1996, fue ofrecida a Mons. Fernando Prego, Obispo de Santa Clara, por una familia católica, para que recorriera todos los rincones de la Diócesis, presidiendo la misión preparatoria a la Visita del Papa Juan Pablo II a la ciudad de Santa Clara. Esta imagen atrajo y convocó a tantas personas en aquellos meses de 1997, que comenzó a llamarse por todos, “La Virgen peregrina”.

Delante de esta imagen oro el Papa Juan Pablo II, aquel 22 de enero de 1998 y en sus manos fue colocado un rosario, que el Siervo de Dios envío desde el Vaticano, el 8 de septiembre del 2002, con el Cardenal Tarcisio Bertone, siendo Arzobispo de Génova, cuando estuvo en la ciudad para coronarla.

Momentos antes de comenzar la celebración eucarística, en el Convento de las Siervas de Jesús, el Cardenal Bertone dirigió unas palabras a los diáconos, sacerdotes y obispos allí presentes, haciendo presente la cercanía del Papa Benedicto XVI, comentando que antes de comenzar esta visita pastoral a nuestra tierra, había estado orando en la tumba de Juan Pablo II, por toda la Iglesia y el pueblo cubano.

Mons. Arturo González Amador, segundo Obispo de Santa Clara, acogió con palabras sencillas y afectuosas al Cardenal Bertone, al comenzar la celebración, recordando aquellos momentos inolvidables de enero de 1998 y pidiéndole que en su oración en el altar tuviera presente a toda la familia cubana, a los que estaban presentes, a los que habían quedado en sus casas y no habían podido peregrinar al lugar por diferentes motivos y a los hijos de esta tierra, que estaban por muchas razones dispersos por el mundo.

En su homilía el Cardenal Bertone hizo presente “el saludo y el afecto del Papa a todos los lugares de esta Diócesis”, a la vez que recordaba a los presentes que “el Señor los quiere y nunca los deja solos”. Como buen salesiano, el Cardenal Bertone no olvido a los jóvenes y les invitó a que abrieran su corazón a Jesucristo, a que pusieran en él su mirada y confiaran todos sus anhelos y esperanzas.

Momentos hermosos de la celebración fueron:

- La presencia de 206 acólitos, pertenecientes a todas las comunidades de la Diócesis, que encabezaban la procesión de los ministros del altar.

- El envío misionero de un grupo de niños y adolescentes de la Infancia Misionera, que recibieron de manos del cardenal la cruz misionera, que los envía a anunciar el Evangelio en sus familias, escuelas y pueblos.

- El acercarse al altar a 50 personas que fueron escogidas, representando a todas las comunidades cristianas para que recibieran la comunión de manos del cardenal.

Al finalizar la celebración, el Cardenal Bertone se acercó hasta el monumento levantado en el lugar, en recuerdo de la primera Misa celebrada por Juan Pablo II en suelo cubano, para bendecirlo y orar ante la estatua del Siervo de Dios.

La construcción de este monumento comenzó el 17 de noviembre y tiene como centro una estatua de Juan Pablo II, regalada por el Cardenal Secretario de Estado, debajo de un techo en forma de curva, que evoca la Loma del Capiro, signo de la ciudad y a un lado las palabras del Siervo de Dios: “ABRAN LAS PUERTAS A CRISTO”.

Los peregrinos marcharon a sus comunidades respectivas, con la alegría de quien ha estado celebrando la fe, orando, dando gracias por la bendiciones recibidas y con la huella en el corazón de la mirada de esperanza que queda en el que contempla la estatua del Siervo de Dios, que hace decir a muchos en estos días, que Santa Clara, es la ciudad del Papa en Cuba.

Muchos testimonios he escuchado de las casi doscientas personas que me acompañaron a esta peregrinación, que ha hecho de este día 23 de febrero, como lo había hecho del 22 de enero de 1998, una jornada inolvidable, quisiera quedarme con uno, me lo ha dejado escrito Laura Lucía, niña misionera de Quemado de Guines, de 11 años:

“La mañana de hoy fue muy diferente a las demás, porque estuvo llena de paz y felicidad. Sucedieron cosas muy hermosas y bonitas, la que más me impresiono fue el monumento de Juan Pablo II. Había mucho sol, pero acudieron muchas personas.”

Texto y Fotos/P. Raúl Rodriguez. Santa Clara

Friday, February 22, 2008

El Papa pronto en Cuba?


AP Photo/Ariana Cubillos

El Card. Bertone, (quizás) anunció visita:


[El Papa]'Conoce los anhelos y preocupaciones de todos ustedes', dijo, en referencia al Papa, al manifestar su esperanza de que 'en un futuro el Santo Padre pueda visitar' Cuba, atendiendo a la invitación que le hizo el Gobierno cubano en 2005. Noticia completa

El Partido Comunista de Cuba fue a misa en la Catedral de La Habana

Asistieron a Misa con el Card. Bertone: Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, Pedro Sáez, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Ciudad de La Habana, el Canciller Felipe Pérez Roque, Caridad Diego, jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC; Juan Contino Aslán, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular en Ciudad de La Habana, y Eusebio Leal, director de la Oficina del Historiador de la capital cubana, entre otros dirigentes. AIN . Noticia completa.
Foto AP

Thursday, February 21, 2008

Carta de el Papa Benedicto XVI a los Obispos Cubanos

Obispos de Cuba. Foto del sitio de la COCC

...


El rememorar diez años después aquellas inolvidables jornadas para la Iglesia y el pueblo cubano, vividas también bajo la mirada emocionada de todo el mundo, es sin duda un deber de gratitud para con mi venerado Predecesor, así como manifestación de un ardiente propósito de renovar el auténtico impulso evangelizador que él dejó profundamente impreso en el corazón de todos.
...

Anunciar la recta doctrina, iniciar en la escucha y profundización de la Palabra de Dios, promover la participación en los sacramentos y fomentar la vida de oración, son metas primarias de la acción pastoral, pues llevar a todos la salvación de Cristo es el núcleo mismo de la misión de la Iglesia.
...

En efecto, una pequeña luz puede iluminar toda la casa, la levadura es poca cosa, pero hace fermentar toda la masa (cf. Mt 13,33). Cuántas veces pequeños gestos de amistad y buena voluntad, gestos sencillos y cotidianos de respeto, atención al que sufre o entrega desinteresada al bien de los demás, hacen entrever el amor sin límites de Dios por todos y cada uno.
...

Por eso adquiere también una gran importancia la misión que la Iglesia en Cuba desarrolla en favor de los más necesitados, con obras concretas de servicio y atención a los hombres y mujeres de cualquier condición, que merecen ser sostenidos no sólo en sus necesidades materiales, sino acogidos con afecto y comprensión.
...

Queridos Hermanos, tenéis en vuestras manos el cuidado de la viña del Señor en Cuba, donde el anuncio del Evangelio llegó hace cinco siglos y cuyos valores tuvieron gran influencia en el nacimiento de la Nación.
...

Esta herencia ha calado hondo en el alma cubana, que hoy necesita de vuestra generosa solicitud pastoral para reavivarla cada vez más, mostrando que la Iglesia , centrando su mirada en Jesucristo, tiende a hacer el bien, a promover la dignidad de la persona y, sembrando sentimientos de comprensión, misericordia y reconciliación, contribuye a la mejora del hombre y de la sociedad.
...

Sabéis que contáis con la cercanía del Papa y la fraterna oración y colaboración de otras Iglesias particulares diseminadas por el mundo entero.

...


Texto completo de la Carta

Iglesia en Cuba enfrenta cambios con serenidad, afirma Mons. Mons. José Félix Pérez

LA HABANA, 20 Feb. 08 / 06:01 pm (ACI).- Días de serenidad y confianza. Así viven los obispos cubanos tras la renuncia de Fidel Castro a seguir gobernando Cuba, según informó el secretario ejecutivo del Episcopado, Mons. José Félix Pérez.
En declaraciones a la agencia SIR, Mons. Pérez indicó que "estamos viviendo este momento con serenidad, a diferencia de lo que la gente fuera de Cuba puede pensar. Como para cualquier otro caso, la actitud de la Iglesia es siempre la de confiar en la providencia de Dios y en el sentido común de quienes se harán cargo ahora".
Contactado en La Habana durante la reunión de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) y a la espera de una declaración oficial de los obispos, Mons. Pérez describe este momento histórico con calma.
"Estamos muy tranquilos, hacemos las mismas cosas de todos los días y estamos a la espera de la toma de posesión del nuevo presidente el domingo, con las estructuras y las competencias típicas del Consejo de Estado. Sólo tenemos que esperar a la próxima semana y ver cuál será el perfil y los objetivos de las instituciones del Estado. Ahora mismo, es difícil comprender qué medios usará el nuevo presidente y con qué velocidad, porque no hay duda de que los medios serán aprobados lenta y no apresuradamente. Pero, por el momento, es de esperar que todo marche como de costumbre", declaró.
Mons. Pérez admitió que "Fidel es un hombre que ha tenido una notable importancia histórica, que ha concentrado todos los poderes y todos los símbolos en sus manos. A partir de ahora, algo va a cambiar, pero es difícil predecir cómo".
Cuestionado sobre si los cubanos, a pesar de su bajo nivel de vida, temen los riesgos potenciales del consumismo y el liberalismo que ingresan al país, Mons. Pérez pide mirar este asunto "desde una perspectiva diferente. Por el momento, esto no parece probable que suceda. Todo irá lentamente y con normalidad. No creo que se dé ningún tipo de cambio repentino hacia un consumismo salvaje".

Card. Bertone comienza su visita a Cuba


LA HABANA, 21 Feb. 08 / 12:30 am (ACI).- Altas autoridades del gobierno cubano recibieron este miércoles por la noche al Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, quien permanecerá en la Isla hasta el próximo 26 en visita pastoral para conmemorar el 10º del viaje del Papa Juan Pablo II a Cuba.


El avión comercial con el Cardenal Bertone llegó al aeropuerto internacional “José Martí” cerca de las 9:30 p.m. –hora local- donde lo esperaba Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba; Caridad Diego, jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; Eumelio Caballero, vicecanciller, y Raúl Roa Kourí, Embajador de Cuba ante la Santa Sede.


También se encontraban en el aeropuerto el Arzobispo de la Habana, Cardenal Jaime Ortega y Alamino, el Nuncio Apostólico Mons. Luigi Bonazzi y varios obispos cubanos.


Luego de un breve departir informal con las autoridades en las instalaciones del aeropuerto, el Cardenal Bertone se dirigió a la Nunciatura Apostólica.


Durante su permanencia en Cuba, el Cardenal Bertone realizará diversas actividades de carácter pastoral en la Ciudad de La Habana, Santa Clara, Santiago de Cuba y Guantánamo.


Además, sostendrá reuniones con autoridades cubanas, aunque aún no se ha definido si sostendrá una reunión con el Presidente, ya que, tras la renuncia de Fidel Castro, el mismo debe ser elegido por la Asamblea Nacional el próximo domingo.


Se espera que el designado sea el septuagenario hermano de Fidel, Raúl Castro.

Javier Legorreta opina que Presencia del Cardenal Bertone ayudará a transición pacífica en Cuba


LA HABANA, 20 Feb. 08 / 03:22 pm (ACI).- Javier Legorreta, director de la sección de América Latina de la agencia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) consideró que la presencia en Cuba del Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, durante el anuncio del sucesor de Fidel Castro, colaborará a que este cambio ocurra en paz.
En declaraciones difundidas por la agencia mientras el Purpurado arriba a Cuba, Legorreta estimó "como una gran gracia de Dios que la renuncia de Castro coincida con la visita del Cardenal Bertone", quien llega a la isla para celebrar el décimo aniversario de la visita del Papa Juan Pablo II.
"El Cardenal Bertone realmente puede jugar un papel importante en la transformación política del país. Después de 49 años de gobierno de Fidel Castro lo que ocurra el 24 de febrero (NDR: cuando se anuncie a su sucesor) es muy importante para Cuba. El Cardenal Bertone puede ayudar a que este cambio de poder se desarrolle en paz y en un espíritu de reconciliación dentro del país. Esto es algo que la Iglesia Católica en Cuba ha visto desde hace mucho tiempo como su misión y el Cardenal Bertone tratará de fortalecerla".
Asimismo, explicó que "nadie podría sorprenderse con la renuncia de Fidel Castro. Ha sido algo esperado desde que se enfermó. Su decisión del 31 de julio de 2006 de entregar las riendas de la presidencia a su hermano, fue un signo claro. Algo tenía que ocurrir, y esto es lo que todos han estado esperando".
También indicó que en este tiempo, "la misión de la Iglesia será difundir la reconciliación y la paz. Trabajará por ayudar a que la transformación del país ocurra en paz y justicia humana. Un desafío particularmente importante para la Iglesia y los cristianos en general, será trabajar por un mejor entendimiento y colaboración entre los exiliados cubanos y quienes han permanecido en el país".
Legorreta precisó que el principal obstáculo de la Iglesia en Cuba "es la carencia de manos, de colaboradores, de gente que quiera comprometerse en la tarea como lo harían los sacerdotes nacidos en Cuba. Miremos la diócesis de Guantánamo, por ejemplo. Esta diócesis fue establecida por el Papa Juan Pablo II durante su visita del 24 de enero de 1998. Actualmente hay diez sacerdotes que trabajan juntos, de los cuales solo uno es cubano. En el seminario hay solo un candidato de la diócesis, por ello la situación no cambiará tan rápido en los próximos años. La Iglesia en Cuba depende de los misioneros extranjeros; pero para ellos suele ser difícil obtener una visa de entrada".
"Espero que el deseo expresado por el Papa Juan Pablo II en su visita de 1998 –y tan anhelado por los cubanos- se haga realidad: ‘Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba’", concluyó.
El Cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado vaticano, partió hoy del aeropuerto romano de Fiumicino con destino a Cuba, donde arribará a las 17.00.
Mañana, el Cardenal Bertone se reunirá en La Habana con la Conferencia de Obispos Católicos Cubanos. Por la tarde, visitará el seminario de San Carlos y San Ambrosio, y después presidirá una Misa en la catedral de la capital cubana.

Programa de la Visita del Card. Bertone a Cuba

Foto Iglesia de La Merced. Camaguey
Miércoles 20 de febrero

La Habana 21.10: Llegada al aeropuerto internacional “José Martí” de La Habana.

Jueves 21 de febrero

La Habana 09.45: Encuentro con la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) en la Casa Sacerdotal San Juan María Vianney. 17.45: Visita al Seminario “San Carlos y San Ambrosio” de La Habana y encuentro con los seminaristas. 19.30: Santa Misa en la Plaza de la Catedral de La Habana.

Viernes 22 de febrero

La Habana - Santa Clara 07.30: Santa Misa y encuentro con religiosas de Clausura (Carmelitas Descalzas y Dominicas), en el Monasterio de las Madres Carmelitas. 10.00: Encuentro con la Presidencia de la Conferencia Cubana de Religiosos (CONCUR). 17.00: Salida a Santa Clara (avión cortesía del Gobierno cubano). 17.45: Llegada a Santa Clara.

Sábado 23 de febrero

Santa Clara-Santiago de Cuba 09.00: Santa Misa e Inauguración del Monumento dedicado a Juan Pablo II en Santa Clara. 11.45: Regreso al Obispado de Santa Clara. 15.30: Salida a Santiago de Cuba. 16.45: Llegada a Santiago de Cuba y salida hacia El Cobre. 17.45: Santo Rosario en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, con jóvenes y fieles, con ocasión del X Aniversario de la Coronación de la Virgen. 20.00: Cena en El Cobre 21.30: Regreso a Santiago de Cuba.

Domingo 24 de febrero

Santiago de Cuba - Guantánamo- La Habana 08.00: Salida a Guantánamo. 08.30: Llegada al aeropuerto de Guantánamo. 09.00: Santa Misa en la Plaza “Pedro Agustín Pérez y Pérez”, con ocasión del X Aniversario de la creación de la Diócesis de Guantánamo-Baracoa.12.00: Inauguración y Bendición del Obispado de la Diócesis. 16.00: Regreso a La Habana (avión). 18.15: Llegada a La Habana.

Lunes 25 de febrero

La Habana 10.00: Sesión de trabajo en el MINREX. 16.00: Conferencia en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. 20.00: Cena ofrecida por el Cardenal Secretario de Estado a las Autoridades del Estado cubano y al Comité Permanente de la COCC en la Nunciatura Apostólica.
Martes26 de febrero

La Habana 07.30: Encuentro con la “Familia Salesiana” en Peñalver. 10.10: Visita a la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).12.00: Encuentro con la prensa católica de la Iglesia en Cuba en la Nunciatura. 23.15: Regreso a Roma desde el Aeropuerto Internacional “José Martí”.

Conferencia de Obispos Católicos de Cuba

Card. Bertone declara que la visita a Cuba no tiene carácter político sino eclesial.

CIUDAD DEL VATICANO, martes, 19 febrero 2008 (ZENIT.org).- El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Benedicto XVI, ha aclarado que su próxima visita a Cuba no tiene carácter político sino eclesial.
Por casualidad, en el día en el que el diario oficial «Gramma», Fidel Castro anunciaba que no aspirará ni aceptará el cargo de presidente del Consejo de Estado y de comandante en Jefe, por motivos de edad y de salud, el colaborador más cercano del Papa aclaraba en una entrevista al diario italiano «Avvenire» los motivos de su viaje pastoral.
Según el programa anunciado este lunes, el purpurado italiano visitará Cuba del 21 al 26 de febrero para celebrar el décimo aniversario del viaje apostólico de Juan Pablo II a la isla caribeña.
En la entrevista, el cardenal Bertone constata la gran atención que suscita este viaje, «sobre todo por parte de los medios de comunicación», y confiesa «que he quedado algo sorprendido» por este motivo, pues es natural que el secretario de Estado vaya "en misión" a los diferentes países del mundo».
«No concibo mi actividad en clave geopolítica, sin eclesial --aclara--. Y este viaje no es una excepción, como no lo será el que poco después realizaré a Armenia y Azerbaiyán».
«En Cuba voy sobre todo a visitar a la Iglesia local que, a pesar de las conocidas dificultades, goza de una gran vitalidad», anuncia. «Obviamente la visita se desarrolla por una invitación, particularmente cálida, de las autoridades civiles, además de la conferencia episcopal».
Por lo que se refiere a las relaciones entre Cuba y la Santa Sede el purpurado aclara que «ahora son relativamente buenas, como lo reconocen ambas partes».
«Nadie niega que en el pasado se han dado dificultades --matiza--. Pero siempre hay que recordar que, a diferencia de otros casos análogos, entre Cuba y la Santa Sede no se dio nunca una ruptura de las relaciones diplomáticas».
Bertone cita el ejemplo del nuncio apostólico, el arzobispo Cesare Zacchi (1914- 1991) «que tanto hizo en este sentido y con éxito».
«Cuba es la prueba de que el diálogo, si es sincero, siempre da frutos. Asimismo hay que recordar que la Santa Sede siempre ha gozado de la debida libertad en la elección de sus propios pastores», añade.
Por lo que se refiere a las divergencias de la Iglesia con el gobierno cubano, el cardenal pide al periodista, Gianni Cardinale, no comentarlas ahora, pues «no sería delicado ni oportuno hacerlo antes de la visita».
Por lo que se refiere a los derechos humanos, el cardenal afirma que «todo países tiene sus dificultades. Y la Iglesia nunca deja ni dejará de hacer escuchar su voz. Con todos».
El cardenal Bertone ya visitó Cuba en octubre de 2005, siendo arzobispo de Génova, siendo recibido por Fidel Castro.
En aquella ocasión, revela, «fue el presidente quien pidió reunirse conmigo. Fue un coloquio muy largo. Hablamos de muchos argumentos. Del hambre y de la pobreza difundidas en el mundo y de la necesidad de una mayor solidaridad entre los pueblos y los gobiernos. Hablamos de las guerras e curso».
«Me impresionó la manera en que Fidel Castro habló del Papa Benedicto XVI: "Es un Papa que me gusta --me dijo--, es una buena persona, lo he comprendido inmediatamente viendo su rostro, el rostro de un ángel". Luego Fidel Castro me pidió también que invitara al Papa a visitar Cuba. Hasta ahora no ha sido posible. En el futuro, veremos», afirma.
Castro pidió en aquella ocasión que se beatificara a Karol Wojtyla, «y comparó la figura de Juan Pablo II a la de la Madre Teresa de Calcuta», revela Bertone.
Aquel viaje del cardenal fue criticado, incluso en ambientes eclesiales, pues según algunos el purpurado pareció ser demasiado condescendiente con el «líder máximo».
«He escuchado esos rumores. Obviamente con Castro hablamos, de las maneras debidas, de las relaciones con la Iglesia local y de sus buenos obispos. Y tengo que añadir que un mes después a mi visita los obispos locales y el nuncio fueron recibidos por el presidente en una larga conversación. Hacía mucho tiempo que no sucedía eso».
El cardenal aclara que por el momento no se ha fijado ninguna posible entrevista ni con Fidel ni con su hermano, Raúl Castro, quien está ejerciendo interinamente sus funciones de jefe de Estado.
«Por ahora el Ministerio de Asuntos Exteriores ha predispuesto una acogida oficial y se ha establecido encuentro de trabajo con una delegación gubernamental. Lo demás se verá durante la permanencia en el lugar», concluye.
Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!

Gaspar, El Lugareño Headline Animator

Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!