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Saturday, September 9, 2023

Crean en la Buena Noticia (Obispos Católicos de Cuba)


1. “Crean en la Buena Noticia” (Mc 1,15) es la invitación que hace Jesús a los hombres al inicio de su misión en nuestra tierra. Ante la cercanía del Reino de Dios, que Jesús encarna y trae hasta nosotros, la llamada que Él nos hace es a creer, esto es, a recibir con fe la Buena Noticia que el propio Jesús es. En efecto, Jesús es el Hijo Eterno de Dios que se hizo hombre en el seno de la Virgen María. Al ser Dios como su Padre, nos comunica la vida y la verdad de Dios. Al ser hombre como nosotros, nos las hace asequibles, familiares. En la Persona de Jesús vemos todo lo que Dios es y hace por nosotros. Él mismo dijo: “Nadie va al Padre sino por Mí (…) Quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre” (Jn 14, 6. 9).

2. Hace 30 años, los obispos de entonces publicaron un mensaje titulado “El Amor todo lo espera” y 20 años después, otro con el título “La Esperanza no defrauda”. Sería útil volverlos a leer en el contexto actual para redescubrir la vigencia de tantos análisis y propuestas que ellos contienen. Sin embargo, para nosotros los cristianos, el amor y la esperanza no son principalmente disposiciones o sentimientos humanos, sino que provienen de la fe y junto a ella, se reciben como dones de Dios. La esperanza es hija y hermana de la fe. El amor es el fruto más pleno de ambas. Sin fe, la esperanza es débil y el amor es precario. La vivencia y el testimonio de la fe, la esperanza y el amor pueden definirse como la vida e identidad del cristiano.

La fe nos une a Cristo y nos da una nueva vida

3. El autor de la carta a los Hebreos nos dice que “La fe es garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve” (Hb 11,1). San Marcos, en su Evangelio, nos presenta la fe como la respuesta humana ante la persona de Jesús y sus propuestas. Quienes se acercan a Jesús y le manifiestan su fe humilde y confiada son transformados, experimentan sanación, se llenan de alegría y dan gloria a Dios.

4. Los obispos católicos de Cuba queremos hacer resonar para este pueblo, también hoy, esa invitación de Jesús a creer en Él, a aceptar su persona y sus enseñanzas. Recibir a Cristo y dejar que Él nos cambie, nos ayuda a sanar el corazón, nos llena de su vida y su amor, y nos permite mirar el mundo con esperanza. Así nuestras personas, transformadas por Él, renovarán siempre más nuestras familias, nuestras relaciones cotidianas, nuestro modo de ser pueblo.

5. La verdadera fe hace que el discípulo de Cristo termine viviendo con y como Cristo, lo cual se traduce en mirar a los demás, servir, perdonar, sonreír, acariciar, sufrir, entregar la vida y amar al estilo de Jesús.

6. Nos dirigimos a los cubanos bautizados en la fe de la Iglesia, pero también a aquellos que sin estar bautizados, creen que Jesucristo es el Hijo de Dios y que tienen a bien frecuentar nuestros templos para pedir el bautizo de sus hijos, orar por sus difuntos o participar de la celebración de la fiesta de algún santo o aquellos días significativos que marcan la vida de la Iglesia.

7. Nuestro saludo va también ahora a los adolescentes, jóvenes o adultos, que se han acercado a la Iglesia recientemente y han pedido el bautismo, o han hecho su primera comunión o la confirmación, o se están preparando para acceder a alguno de estos sacramentos. Nuestra felicitación especial para los que han celebrado su matrimonio ante el Señor o se están formando para ello. ¡Déjense renovar por Jesucristo! ¡No tengan miedo de vivir una fe coherente! ¡En la oración y los sacramentos encontrarán la fuerza para ser fieles! ¡En la comunidad cristiana hallarán una nueva familia donde experimentarán el gozo de creer! ¡Tengan el coraje de ser como Cristo Jesús!

8. Agradecemos a todos aquellos que han transmitido y cuidado la fe del pueblo, incluso en medio de persecución y rechazo. Pensamos ahora en los papás, abuelos, catequistas, misioneros, visitadores de enfermos, responsables de algún servicio de Cáritas, profesores de nuestros centros de formación, diáconos permanentes, religiosas y religiosos, seminaristas y sacerdotes. Igualmente llevamos en el corazón a todos los que, en un tiempo atrás, dieron tanto por la Iglesia y por Cuba, y hoy están alejados de la comunidad por diversos motivos, a los que residen en otras partes del mundo y muy especialmente a los que ahora están enfermos en sus casas o acogidos en hogares de ancianos, imposibilitados de ir a la Misa, pero ofreciendo sus cruces por la evangelización, por el bien de las familias, por el Papa y la Iglesia, por las vocaciones sacerdotales y religiosas, por el progreso material y espiritual de Cuba. A esos que cada día anuncian a Jesucristo al pueblo, con su testimonio, con sus oraciones, con sus ofrendas y con su palabra, toda la gratitud, el reconocimiento y el cariño de sus obispos. ¡No se cansen de dar testimonio de su fe!

La fe ayuda a vivir cada acontecimiento con la Presencia de Cristo

9. Jesucristo nos dice: “Yo he venido para que tengan Vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Él, con su muerte redentora y su resurrección gloriosa, y con el envío del Espíritu Santo ha destruido el poder de la muerte y del mal. Y al unirnos a Él por el bautismo, nos ha dado su vida abundante.

10. En múltiples pasajes del Evangelio, la fe se muestra como una ayuda a vivir una vida más plena y feliz. Cuando Jesús devuelve la vista a los ciegos, nos dice que la fe es luz que hace ver el mundo y nuestras propias realidades de manera nueva y clara (cf. Mt 20, 29-34; Lc 18, 35-43). Los encuentros de Jesús con paralíticos, lisiados y cojos, nos dicen que la fe es fuerza que capacita para caminar, para andar por la vida con ánimos nuevos (cf. Lc 5, 17-26; Jn 5, 1-18; Hch 3, 1-5). La fe es también poder que cura lo más profundo de la persona y expulsa del corazón humano las secuelas del pecado, la tristeza y el desánimo. (cf. Lc 8, 26-39)

11.La falta o ausencia de la fe cierra las puertas al obrar de Dios y obstaculiza su acción revitalizadora y sanadora. Un día le llevaron a Jesús un niño enfermo, hijo único, que sus discípulos no lograron curar. Y Jesús pronunció una palabra fortísima y desconcertante: “¡Qué generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos?” (Lc. 9. 41). Y en otra ocasión, por el contrario, nos aseveró: “Tengan fe en Dios. Les aseguro que si uno, sin dudar en su corazón, sino creyendo que se cumplirá lo que dice, manda a esa montaña que se quite de ahí y se tire al mar, lo conseguirá” (Mc 11,22).

12. La fe nos ayuda a descubrir el sentido y el cómo enfrentar aquellas situaciones fuertes, contradictorias y hasta antagónicas que se presentan en la cotidianidad.

13. Por la fe el discípulo de Cristo aprende a asumir con amor todas esas realidades difíciles y adversas que a diario tenemos que afrontar. Es la fe la que nos impide perder las esperanzas de un mañana mejor a pesar de todas las dificultades tan presentes entre nosotros, asociadas a la escasez de bienes materiales y otros males sociales, acrecentados en lo que estamos viviendo. Es la fe en Cristo la que nos va a permitir hoy, a pesar de la emigración de nuestros seres queridos, el aumento de la pobreza, el deterioro social y tanto sufrimiento, vivir confiados en que el futuro será luminoso, porque el futuro del hombre es Cristo y Cristo es la Luz del mundo.

14. La fe en Dios nos lleva a vivir en esta tierra como peregrinos, caminantes con esperanza, trabajando por un mundo mejor, pero con la mirada puesta en el cielo, en la vida eterna. Cuando Jesús llegó al lugar donde habían enterrado a su gran amigo Lázaro, dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que crea en Mí, aunque muera, vivirá; y el que está vivo y cree en Mí, no morirá para siempre” (Jn 11, 25). El anuncio de que Cristo ha resucitado es el núcleo de la fe en Él. Creer en Jesucristo es creer que Él está vivo, nos acompaña en cada momento de nuestra vida, nos comunica su vida en los sacramentos de la Iglesia; está presente entre nosotros, especialmente en los más débiles y necesitados (cf. Mt 25, 31ss) y nos aguarda en la casa del Padre, donde ya Él ha ido a prepararnos un lugar (cf. Jn 14, 1-4).

15. Por esta fe nos consuela celebrar la Misa y orar en favor de las almas de nuestros difuntos. Con estas súplicas, damos gracias a Dios por el bien que hicieron y ofrecemos el sacrificio salvador de Cristo por el perdón de sus pecados. Nos anima la esperanza de volvernos a encontrar en el hogar del Cielo.

16. En el Credo, compendio de nuestra fe, anunciamos: “Creo en la comunión de los santos”. Santos son aquellos cristianos que por su vida de fe, esperanza y caridad están en comunión con Cristo Resucitado. Los que ya han fallecido y que la Iglesia reconoce están en el cielo, nos acompañan con sus oraciones y ejemplo. Ellos nos indican que el ideal de la santidad es posible, siempre que nos dejemos transformar por la gracia de Dios.

17. Los obispos vemos con agrado la devoción de ustedes, pueblo de Dios, a María Santísima y a tantos santos y santas del Señor que, con su testimonio de vida, nos ayudan a acercarnos más a Cristo. Los invitamos a imitarlos en su desempeño como discípulos de Jesús y a aspirar a ser santos como ellos.

Cristo único Salvador

18. Para acoger la fe y dejar que ella transforme nuestra vida, necesitamos ser salvados por Cristo con la firme convicción que “ningún otro puede salvar; bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos” (Hch 4, 12).

19. Quizás no tenemos claro en qué consiste la salvación y de qué necesitamos ser salvados. A veces creemos que la salvación sería lograr una vida mejor en el orden material e incluso conseguir avances en el campo de la medicina para paliar el dolor y encontrar los remedios necesarios a enfermedades que nos afligen. En efecto, para algunos la salvación tendría que venir de la ciencia, de la invención y aplicación de nuevas tecnologías. Dios no es enemigo del progreso integral del ser humano. Pero sabemos que ninguna aportación científica o técnica puede enseñarnos a amar, librarnos de la soledad, capacitarnos para superar los vicios, hacernos felices o darnos la vida eterna.

20. La salvación tampoco se encuentra en cualquier experiencia religiosa. Cuando se parte del temor y se nutre de él, se hace negocio económico con el sufrimiento humano y no hay compromiso ético de mejorar la vida y hacer el bien, esa religión deshumaniza al hombre y lo convierte en esclavo del miedo, de tabúes y de supersticiones. El ideal del hombre religioso tampoco es alcanzar una especie de autocontrol, serenidad o equilibrio psicológico; sino la unión con Dios que se manifiesta en el amor concreto y servicial al prójimo.

21. La verdadera salvación es la liberación del mal, del poder del pecado, que esclaviza física y espiritualmente. Es una transformación integral del hombre, cuerpo y alma. La verdadera salvación es participación en la vida de Cristo y por eso mismo, participar de la vida eterna, vida que por la gracia empezamos a tener ya en esta tierra desde el momento del bautismo, pero que se hará plena y definitiva en la comunión perfecta con Dios en el cielo[1].

22. Esa salvación acogida en la fe y recibida en los sacramentos de la Iglesia, produce alegría en los discípulos de Cristo. Y como sucede siempre cuando estamos alegres, queremos compartir esa dicha con los demás. Por eso, la fe genera en nosotros un dinamismo misionero. No se concibe un verdadero cristiano que no comparta su fe con los otros: familia, amistades, vecinos, compañeros de trabajo o estudio.

23. La fe cristiana es también esencialmente comunitaria. No se vive la fe en Cristo en solitario, sino en el seno de la familia de los hijos de Dios que es la Iglesia. La comunidad de los creyentes en Cristo es un pueblo santo, el pueblo de Dios, llamados a caminar juntos, ofreciendo un espacio de fraternidad y acogida, y compartiendo con todos la alegría del Evangelio.

María de la Caridad, Madre de la Fe de los cubanos

24. Al concluir nuestro mensaje, los obispos dirigimos nuestra oración agradecida a la Virgen María de la Caridad del Cobre. Ella ha sido, sin lugar a dudas, la madre de la fe de muchos cubanos. Ella sostuvo la fe y la esperanza de nuestros mambises, en aquellos tiempos difíciles de nuestra historia cuando luchaban por la independencia de la Patria. En los momentos en que manifestarse cristiano suponía riesgos y hostilidad para los discípulos de Cristo, Ella fortaleció la fe de los fieles y custodió en el silencio del corazón la fe de los débiles. No son pocos los que le han dirigido sus súplicas, cantos, flores, velas y lágrimas, en momentos de dolor o angustia, o para darle gracias por su intercesión ¡Cuántos de nosotros no hemos llegado hasta Cristo porque la devoción a la Virgen de la Caridad nos condujo hasta Él!

25. La Biblia nos dice que, cuando María llegó a visitar a su pariente Isabel, esta la saludó así: “Feliz tú, la que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” (Lc 1, 45). En ese bello saludo, María adquiere por así decirlo, un nombre nuevo y propio: la que has creído. Esto es, la mujer de la fe. Porque creyó al Ángel cuando este le hizo la propuesta de acoger en su vientre bendito al Salvador (Lc 1, 26-39). Porque creyó en las bodas de Caná que Jesús podía darnos lo mejor (Jn 2, 1-11). Porque creyó en el momento de la Cruz que su Hijo estaba salvando al mundo por el amor (Jn 19, 26-27). Porque creyó que, en medio de la Iglesia naciente, estaba presente y actuando el Espíritu de su Hijo Resucitado, y que este se manifestaría a todas las naciones y que se harían discípulos en todas ellas (Hch 1, 14).

26. Madre de la Caridad. Mujer de fe sencilla, fuerte y perseverante, custodia la fe de este pueblo e indícanos siempre el camino para llegar a tu Hijo Jesucristo. Amén.

Con nuestra bendición y afecto,

+ Cardenal Juan de la C. García Rodríguez, Arzobispo de La Habana

+ Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba

+ Wilfredo Pino Estévez, Arzobispo de Camagüey

+ Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín y Presidente de la COCC

+ Arturo González Amador, Obispo de Santa Clara

+ Álvaro Beyra Luarca, Obispo de Bayamo-Manzanillo

+ Domingo Oropesa Lorente, Obispo de Cienfuegos

+ Juan de Dios Hernández Ruiz SJ, Obispo de Pinar del Río y Secretario General de la COCC

+ Juan Gabriel Díaz Ruiz, Obispo de Matanzas

+ Silvano Pedroso Montalvo, Obispo de Guantánamo-Baracoa

+ Marcos Pirán, Obispo Auxiliar de Holguín

+ Eloy Ricardo Domínguez Martínez, Obispo Auxiliar de La Habana

Dariusz Josef Chalupznski, Administrador Diocesano de Ciego de Ávila


La Habana, 8 de septiembre de 2023
Solemnidad de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre



[1] cf. Placuit Deo. Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe. 22 de febrero de 2018.

Procesión de la Virgen de la Caridad. Camagüey, 8 de septiembre de 2023. (Fotos de Daimí Ruiz Varela)

 
Fotos cortesía de
Daimí Ruiz Varela

Tuesday, September 5, 2023

(Ermita de la Caridad, Miami) Programa. Viernes, 8 de septiembre de 2023. Fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba.


7:00 AM – 5:00 PM: Peregrinación al Santuario para venerar la imagen de Nuestra Señora de la Caridad. La imagen de la Virgen se colocará al aire libre en el área del Malecón para la veneración de los peregrinos.

El acceso a los terrenos de la Ermita será solamente peatonal, pudiéndose acceder por las rejas de entrada o desde el parqueo que se accede a través del colegio La Salle. El templo en estará cerrado.

5:00 PM: Se retirará la imagen de la Virgen del área del Malecón en preparación para la Misa Solemne.

6:00 PM: Rezo del Santo Rosario.

7:00 PM: Desfile de los Movimientos Apostólicos de la Arquidiócesis de Miami.

7:30 PM: Procesión de entrada con la bendita imagen de Nuestra Señora de la Caridad.

8:00 PM: Comienzo de la Misa Solemne al aire libre presidida por su Excelencia Reverendísima Monseñor Thomas Wenski, Arzobispo de Miami.



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*Todas las actividades de ese día serán en los exteriores de la Ermita de la Caridad.

*Parqueo adicional disponible a partir de las 4PM para la Misa Solemne en los garajes del Hospital Mercy.

Monday, September 4, 2023

Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey, pide ayuda a la diáspora para el Hogar de Ancianos "Mons. Adolfo"



Queridos hijos e hijas del siempre legendario Camagüey:

Además de saludar a cada uno quiero, por medio de estas líneas, apelar nuevamente a su preocupación de ustedes por Ia Iglesia que peregrina en Cuba y, especialmente, por el Hogar de Ancianos Monseñor Adolfo que ha recibido su apoyo desde el mismo momento en que se colocó la primera piedra. Esta obra de misericordia (tan elogiada por muchos hoy día) no solo ha sido una labor de los que estamos aquí sino de ustedes, los que están allá.

Las religiosas que administran este Hogar pertenecen a la Congregación de las Hijas de San Camilo de Lelis, por eso les llaman "Hermanas Camilianas". Ellas son tres, y nacidas todas en Perú. Su trabajo lo hacen atendiendo a los 95 ancianos residentes y otro grupo que pasa el día. Yo he querido que la superiora, la Hna. Beatriz Chune. vaya a visitarlos a ustedes para que conozcan de primera mano la labor que realizan. EI viaje no ha podido ser porque ella necesitaría tener la visa de Estados Unidos y, en este momento, se ha vuelto difícil poder conseguirla. Pero espero que algún día podrá lograrse esta visita.

La gran dificultad que tenemos ahora es que los elevadores de este Hogar de tres pisos han dejado de funcionar y los técnicos dicen que no queda otro remedio que reemplazarlos. Y todos estamos preocupados con la posibilidad de que ocurran accidentes subiendo y bajando las escaleras.

Les comparto que los elevadores los podemos comprar en una firma en España con la que ya hemos hecho contacto, pero hay que reunir los fondos necesarios. Y es en este punto donde les pido su contribución. ¿Cómo ayudar?

Camagüeyanos Católicos, Inc., es una organización sin fines de lucro y formada por un grupo de voluntarios camagüeyanos en la diáspora, en los que confío plenamente y está a cargo de la recaudación. Pueden enviarles su contribución, por pequeña que sea, por Zelle o cheque a Camagüeyanos Católicos, Inc., 8558 SW 114 Place, Miami Fl 33173, o por Pay Pal: https://tinyurl.com/mvtevcn7 .

A la Virgen de la Candelaria, Patrona del Camagüey, le pido que consiga muchas bendiciones de Dios para cada uno de sus hijos camagüeyanos, los de aquí y los de allá.

Me despido dándoles la bendición: ¡Que Jesucristo, el Señor, esté siempre a su lado para defenderlos ¡Que Él vaya delante de ustedes para guiarlos y detrás de ustedes para protegerlos! ¡Que El vele por ustedes y los sostenga! Y que la bendición de Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe hoy y siempre.

Amén.

Mons. Wilfredo Pino Estévez.
Arzobispo de Camagüey



Wednesday, August 30, 2023

Fotos de los inicios de la Ermita de la Caridad y su mural

 Mons. Agustín Román, presenta la maqueta de la Ermita
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 La obra en sus inicios
La primera piedra fue bendecida el 20 de mayo de 1967.
 La Ermita fue inaugurada en el año 1973.

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Teok Carrasco, creador del mural de la Ermita, 
durante la realización de la obra.
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Testimonio del artista:
El mural tiene 747 pies cuadrados, donde aparecen 63 figuras (...) Empecé por el Niño Jesús y la Virgen que lo sostiene...
Venía cada noche con mi ayudante y buen amigo, Orlando Cabañas. Pintaba, después de pintar todo el largo día y no me sentía cansado. Esta obra la he hecho con tanto amor que me mantenía la inspiración todo el tiempo.
Leía la historia de Cuba y la escuchaba de la boca de las personas más autorizadas de nuestro pueblo. Quiero agradecer a todos aquellos que me facilitaron datos y me hicieron más fácil el conocimiento que precede la composición de un cuadro.
A veces pinté hasta la una de la mañana y he pintado 364 horas. (Leer texto completo en el website de la Ermita de la Caridad)

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Agradezco a Anthony Suárez, quien tuvo la cortesía de facilitar la publicación de estas históricas fotos. Las mismas pertenecen al archivo de La Voz Católica 

Monday, August 28, 2023

"Confesiones" (por Joaquín Estrada-Montalván)

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Día del Bautizo y Primera Comunión
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Hoy, día que la Iglesia dedica a San Agustín, no pocos camagüeyanos recordamos especialmente al P. Sarduy (Agosto 28, 1933- Enero 28, 2017).

José Agustín Sarduy Marrero, Pepe Sarduy, fue devoto de San Agustín, a quien rindió un gran homenaje al lograr que el Seminario fundado por él en Camagüey, fuera dedicado a este Santo.

En los tiempos previos a mi bautizo (a los 23 años), ya tenía el privilegio de la amistad del P. Sarduy. En mi pedantería de recién graduado de la Universidad (con la ignorancia del que se cree que mucho sabe), me dio por "analizar" los pasajes bíblicos únicamente desde (lo que yo entendía era) la "razón". Imagino que luego de varias conversaciones en esa línea, la paz-ciencia de Sarduy llegaba al agotamiento y la manera que encontró para resolver esos infinitos "debates", fue prestarme un ejemplar de las Confesiones de San Agustín diciéndome, "léete esto, lo escribió alguien que se creía saber todo como tú".

Ese libro, fue lo que finalmente me abrió los ojos a la fe.

Muchas gracias a Sarduy y a su Santo preferido, San Agustín, por hacerme amigo de Dios. 

Sunday, August 20, 2023

(Miami) “50 Años bajo el Amparo de la Caridad”. Mensaje del Rector del Santuario Nacional Ermita de la Caridad en ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora de la Caridad 2023


Queridos hermanos todos,

Cercana la Fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba, me dirijo a ustedes para invitarles a comenzar a prepararse desde ya para esta ocasión especial que cada año nos congrega en torno a nuestra Madre del Cielo.


Esta sagrada fiesta la venimos celebrando en Miami desde 1961 cuando llegó la imagen de Cuba y se ofició la primera Misa en Honor a la Virgen de la Caridad en el exilio con la asistencia de treinta mil cubanos en el extinto Miami Stadium.

Desde ese momento se comenzó a soñar con una casa propia que acogiera la bendita imagen llegada de Cuba, sueño que se materializó en 1973 con la consagración de la Ermita de la Caridad, gracias al entusiasmo, esfuerzo y compromiso de todo un exilio bajo el liderazgo espiritual de Monseñor Román.

Han transcurrido 50 años desde que abrió sus puertas este Santuario, convirtiéndose en uno de los lugares de fe, historia y cultura más importantes del Sur de la Florida. Son incontables las historias que se han vivido en esta Ermita, donde generaciones de inmigrantes han encontrado una casa espiritual, lugar de oración y encuentro bajo el amparo de la Santa Madre de Dios, la Virgen de la Caridad.

Les invito a vivir gozosamente la Fiesta de la Virgen de este año en que el Santuario cumple su 50 aniversario, celebrando juntos el gran legado de la Ermita para esta comunidad y para cada uno de nosotros en particular.

Las celebraciones comenzarán con la tradicional novena preparatoria del 30 de agosto al 7 de septiembre. El sábado 2 de septiembre realizaremos la procesión con la Bendita Imagen de la Virgen de la Caridad por las calles de Miami, visitando lugares emblemáticos y parroquias de nuestra ciudad. El jueves 7 de septiembre tendremos la vigilia artística a las 9 PM con la presentación de destacados artistas.

El viernes 8 de septiembre abriremos el Santuario de 7am a 5pm para que los devotos de la Virgen puedan visitarla y traerles sus ofrendas. La Misa Solemne se realizará nuevamente en los terrenos de la Ermita, comenzando con el rezo del Santo Rosario a las 6 PM, la entrada de la imagen a las 7 PM y la Celebración Eucarística a las 8 PM, presidida por nuestro arzobispo, Monseñor Thomas Wenski.

Les espero a todas en estas celebraciones y pedimos de modo especial este año a la Virgen de la Caridad, para que este Santuario continue siendo símbolo de fe y unidad, lugar de oración constante por la libertad.

Que el Señor les bendiga abundantemente,

Rev. P. José Espino
Rector.

Thursday, August 17, 2023

Historia del templo católico de Cascorro. Una leyenda en el tiempo. (por Mariem Gómez Chacour y Marum Gómez Chacour)


¡GRACIAS! ¡MUCHAS GRACIAS!

Andar en el tiempo pasado de un pueblo pequeño, es andar esas vidas que lo levantaron del polvo de los caminos. Verbos que asedian desde senderos antiguos, insospechados… y saltan en medio de la niebla para llevarnos de vuelta… ¡al asombro de los encuentros!

¡Agradecer es un privilegio! Jamás es una soledad de empeños… convocan al agradecimiento un sinfín de experiencias humanas; pasadas y presentes, que a veces tienen rostros y apellidos, pero la más de las veces son gestos de entrega generosa y desconocida… ¡dádivas de manos llenas!

Por eso, en el santo destino de palaras y de buenas intenciones, a todos: ¡Nuestra oración agradecida!

PRELUDIO

Un poco más acá del fondo de los tiempos… cuando la Tierra se expandió hasta nuestras costas caribeñas y Boabdil, el último moro fue expulsado de Granada, la corona española se trasforma en un imperio, ascendencia de poder en el concurso de la vieja Europa… y entonces la Santa Sede le otorga lo que se conoce como el Patronato Regio.

El Patronato Regio o indiano para la Monarquía Hispánica, fue confirmado por el Papa Julio II en 1508. En el mismo, se conferían prerrogativas a los monarcas para crear diócesis, nombrar obispos, clérigos y otras dignidades eclesiales, lo mismo que establecer curatos, erigir parroquias o construir templos… entre otra larga lista, que limitaba al máximo la autoridad de los pontífices en las nuevas tierras.

Al mismo tiempo, la monarquía española se comprometía a establecer la nueva fe cristiana en los territorios conquistados, -lo que se conoce como la Evangelización- de difícil acceso para la Iglesia. Este punto, se concretó sucintamente por parte de los conquistadores en la enseñanza a la población prehispánica, también la libertad otorgada a los que acogieran la doctrina cristiana y se bautizaran.

Una consecuencia de aquel Patronato, fue el otorgamiento del palio episcopal, dado por la reina Isabel II al sacerdote Antonio María Claret, junto con la orden de tomar posesión de la arquidiócesis de Santiago de Cuba, donde llegó en el año 1850. También la llegada de muchos misioneros a Cuba.

Y una derivación directa en nuestra sabana fue el nombre del pueblo, tomado del apodo o mote del “…cacique para quien Manuel de Rojas, gobernador interino de la isla después de morir Velásquez, y según decreto establecido, pidió en una carta a los Reyes la libertad de un indio que se dice Cascorro y suele ser cacique del cacicazgo, luego de una visita de inspección …” (1)

ACOTACIONES

El conglomerado humano, persistió en renuevo generacional siempre a la derecha del río, sobre lo que fue la aldea aborigen, asentado en tierras de don Francisco Lino de la Torre, don Juan Colón y don Enrique Balboa. Las viviendas eran muy pobres y sus habitantes debieron ser los peones de las haciendas correspondientes.(2) También se levantaron unas pocas casas de mejor construcción, con paredes de barro y altos puntales con horconadura de jiquí o ácana y techadas con tejas. La ocupación fundamental giraba (siempre ha girado) en torno a la tierra y al ganado.

En el año 1838 una comisión de algunos vecinos y hacendados de Cascorro, se dirigen al capitán general de Cuba: Joaquín Espeleta Enrile, con el objetivo de solicitar la autorización de construir un templo y la permanencia de un sacerdote en el lugar.(3) La autorización fue denegada… hecho curioso, que muestra el abandono religioso de aquellos parajes anónimos por parte de los colonizadores, anotación constante de san Antonio María Claret en su autobiografía, donde se queja también de la conducta de algunos clérigos. A manera de constatación está la novela “Doña Guiomar” de Emilio Bacardí Roseau, publicada en 1917, aunque inconclusa narra los tiempos de la conquista de 1536 a 1548.

Para los católicos, el templo es el lugar físico de la liturgia o cultos. El vocablo Iglesia es el conjunto de bautizados, se refiere a las personas. La capilla “San José de Cascorro”, ha pertenecido siempre a la parroquia de Sibanicú, fundada en 1781, que como todo el territorio de la actual provincia de Camagüey perteneció eclesiásticamente al arquidiócesis de Santiago de Cuba desde 1850, hasta que en 1912 se creó la diócesis de Camagüey, hoy también y desde 1999 elevada por el Vaticano a rango de arquidiócesis.

Era legítima y comprensible la aspiración de los lugareños de tener un templo con un presbítero en el lugar y no tener que viajar hasta Sibanicú… Aún se conserva en esa Parroquia, el libro primero de bautizos de pardos y negros, donde están asentadas las partidas ya algo ilegibles, de muchos cascorreños, con la firma del presbítero don Esteban de Jesús Vega, correspondiente al “Año del Señor 1802”. También se conserva el segundo libro de blancos a partir de 1836… el primero desapareció, presumiblemente en un incendio del año 1868.

UN VISITANTE ILUSTRE

El día 21 de enero de 1852 el caserío ― al que en ese propio año se le otorgaría categoría de poblado(4) ― amaneció como de fiesta y sus habitantes vistieron sus mejores galas. La nube de polvo levantada por el trote de cincuenta caballos les indicó que llegaba un ilustre visitante: el arzobispo Antonio María Claret y Clará, quien regresaba a Santiago de Cuba luego de su segunda visita pastoral a la villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Estaba previsto que el prelado descansara, luego de dos horas de viaje en coche, en una de las mejores casas del lugar. Se asegura que fue en la del matrimonio de doña Juana de Dios Manresa de la Torre y del francés don Bruno Michel Vilminé.(5)

No solo se encontraban en Cascorro las personas que por entonces registraron los censos: alrededor de trescientas, entre blancos, negros, mulatos libres y esclavos. De todos los alrededores llegaron hombres y mujeres atraídos por la figura de aquel que luego de su muerte, fue llevado a los altares. Aquella tarde el arzobispo Antonio María Claret predicó en la sala de la casa, e inició las confirmaciones que continuó a la mañana siguiente, hasta llegar al número de 300 ―según refieren sus biógrafos― y no es de extrañar, pues este sacramento de iniciación de la Iglesia Católica sólo puede ser administrado por obispos, raras veces por presbíteros. Monseñor Claret debió sensibilizarse con los cascorreños, y dejó en el lugar a uno de sus misioneros, nombrado Lorenzo Sanmarti, para que predicara durante diez días.
Al continuar el viaje, los habitantes del caserío, al parecer, habían deseado emular con sus vecinos de Sibanicú, y ciertamente los superaron: prepararon setenta briosos caballos que reunieron por las haciendas, y acompañaron al arzobispo hasta que entró en Guáimaro.(6)
PRESENCIAS

El año 1856 prueba que monseñor Claret no olvidó a Cascorro y envió desde Oriente, a dos de sus colaboradores; el padre Esteban Adoain y el padre Antonio María Galdácano, ambos de la Orden Menor de los Hermanos Capuchinos (OFM), con el empeño de que se edificaran templos por la zona.(7) Los misioneros eligieron dos lugares: uno en el poblado y otro a unos veinte kilómetros, en un lugar nombrado como “Las Piedras de Juan Sánchez.” En este último se conformó un singular campo santo que permanece hasta hoy en el camino vecinal de San Miguel de Nuevitas: el “Cementerio de las Piedras”. Los lugares escogidos fueron bendecidos y los vecinos plantaron en los mismos sendas cruces de jiquí “gigantescas” según las crónicas inéditas. La del poblado sobrevivió hasta 1912, la de Las Piedras, hasta la segunda mitad del siglo xx.(8)

Monseñor Claret no pasó por alto los detalles… la tendencia cultural de torres y campanarios de la Europa Gótica llegó al pueblo en forma de dos campanas de bronce, que envió desde su sede episcopal en oriente(9) con los frailea capuchinos. Pero el trabajo de transportar los pesados instrumentos en maltrecho carruaje, fue en vano. El lenguaje de aquellas campanas nunca tuvo el final feliz para el concebido por san Paolino de Nola, el santo de los campaneros, allá por el Medioevo: Convocar a los fieles.

DESTINOS PERDIDOS

Una de las campanas enviadas por Mons. Claret al pueblo, la destinada al templo de “Las Piedras”, se quedó en el poblado con diferentes propósitos. En la época colonial fue colocada en una guácima que sobresalía de un tambor del fuerte El Principal, a la orilla del Camino Real y se utilizaba para distintas señalizaciones: horas de trabajo, alerta de peligros, toque de queda, etc... al pasar los años, se colocó en el Vivac del pueblo. Según el número de los toques se cerraban los comercios o se daba la alerta de algún peligro y marcaba horas de clases. Dicen que ahí estuvo hasta la primera década del siglo xx. 10 Aunque no se precisa la fecha, fue descubierta en mal estado en el patio de una casa, donde se utilizaba para almacenar agua de lluvia. Fue entregada por los dueños de la vivienda, desconocedores de la historia, al establecimiento de recuperación de materias primas y canjeada por algún utensilio necesario para ellos. (11)

La otra, destinada al templo del poblado, siempre fue resguardada por los vecinos incluso luego de los incendios en las guerras de independencia. Sin embargo, aquella campana histórica, “desapareció” una noche, en la década de los años 60 del siglo XX, del portal de la vieja casa que servía de capilla. Es difícil, y más en aquellos tiempos, que un robo así fuera ignorado en un lugar transitado del pueblo a toda hora… y de hecho se conocen nombres pero… a pesar de las indagaciones, se perdió su rastro.(12)

INTENTOS

En el año 1867, costeado por los pobladores, se dio comienzo a levantar el primer templo en el lugar bendecido por los misioneros de Claret. Se supone que estuviera por donde hoy se encuentran los edificios de viviendas circundantes a las calles del centro del pueblo, que entonces era una parte deshabitada. En los primeros años del siglo pasado era aquel lugar, un terreno condicionado para jugar pelota. Allí también, acampaban circos, los “Caballitos de Waldo de la Fe” y alguna que otra vez los campamentos de gitanos… estos últimos dejaron secuela de historias y leyendas…

La proyección del templo fue sencilla, su tamaño equivalente a unos 18 metros, de madera y barro con el campanario y la cruz. Cuando comenzó la Guerra Grande, el 11 de mayo de 1869 el caserío fue quemado por las fuerzas del comandante Pedro Ignacio Castellanos. Los vecinos se dispersaron y, aunque ello no se precisa se supone que el templo también desapareció entre las llamas. Los vecinos se dispersaron… se marcharon a Puerto Príncipe, otros cerraron las talanqueras de sus haciendas… los más pobres volvieron a levantar las casuchas entre las cenizas.

A finales de diciembre de 1894 se inició la construcción de otro templo. El albañil fue José Monteagudo que, aunque no nació en el pueblo residía en el lugar, posteriormente fue sargento primero del Ejército Libertador hasta caer en combate por Cuba libre. Como en el caso del templo anterior, la madera empleada fue cedro, pero la construcción alcanzaba veinticinco “varas” (un aproximado de 18 metros) de largo. No se levantó exactamente en el mismo lugar que el primero, sino algo distante de la cruz de jiquí, pues entre los años 1870 y 1873 se les dio sepultura a muchos cadáveres por esos alrededores, debido a las epidemias de cólera y viruela que asolaron al vecindario. Tampoco llegó a ofrecerse misa en aquella construcción.(13)

Tampoco llegó a ofrecerse misa en ese lugar, porque en 1895 las autoridades coloniales decidieron adaptar la edificación a un nuevo empleo, quedó en la historiografía como Fortín La Iglesia. El 21 de septiembre de 1896, el general Gómez emprende lo que se conoce como: “El sitio de Cascorro”. Ataca por todos lados y un cañón, continuamente disparado daña las edificaciones sin destruirlas, incluyendo al citado fortín, desde donde un francotirador hostigaba con saña las huestes mambisas. Los proyectiles no explotaban, su efecto era rasante.

Al transcurrir más de quince días del asedio a Cascorro, el general español Jiménez Castellanos decide rescatar a los soldados que había abandonado a su suerte. Era una fuerte columna de tres mil hombres de las tres armas (otras fuentes dicen que 2500). No pudieron o quisieron mantener la plaza, se limitaron a recoger la guarnición y abandonar el lugar al incendio. La tradición refiere, que los soldados españoles pudieron marcharse sin ser visto por los mambises debido a la espesa niebla. El fortín La Iglesia sucumbió a las llamas. (14)

SIGLO XX ...


A principio del siglo xx se vuelve a construir otro templo, más o menos por el mismo lugar escogido por los misioneros del arzobispo Claret. Pero esta vez la mala calidad de las maderas empleadas dio al traste con el viejo anhelo: la edificación se desplomó sin terminar… también el sueño de muchos vecinos. La última tentativa de edificar el templo en el lugar bendecido en 1856, sucedió en el año 1912, y esta vez fue destruido por la descarga de un rayo.(15) A raíz de aquel suceso comenzó a circular el rumor de que: “en Cascorro no se puede construir un templo…sin que ocurra una desgracia”

Para el 19 de marzo de 1916, llegó al poblado en visita misionera, el primer obispo de la diócesis camagüeyana Mons. Valentín Zubizarreta y Unamuzaga. Personalmente cumplía la solicitud de doña Balbina Gómez de Blanco, que le había hecho saber la necesidad de un sacerdote en el pueblo para celebrar las fiestas patronales. En casa de la propia doña Balbina, situada en la esquina de las calles que hoy se nombran Ignacio Agramonte y Oscar Primelles, Monseñor Zubizarreta ofreció misa, catequizó, bautizó, realizó matrimonios… Toda una misión cuyo recuerdo perduró hasta nuestros días.(16)

Se sucedieron los años y la esquina se convirtió en un rústico local de fama internacional: la zapatería de Vita, que confeccionaba botas tejanas. Por esas esquinas estuvo el club de ajedrez de los años cuarenta del siglo XX.(17)

Por ahí estuvo también el Vivac que casi siempre vacío, a no ser por algún borracho trashumante o alguna mala broma de vecino. Hoy, cuatro adustos jiquíes permanecen clavados como testigos de otros entonces. En aquellos años, si algún sacerdote visitaba al pueblo en alguna misión esporádica, alquilaban alguna vivienda o se establecían en casas de familia de manera esporádica. No existía local propiedad de la Iglesia Católica, no consta en el arzobispado.

Fue en los últimos años de la década de 1930, que monseñor Enrique Pérez Serantes, segundo obispo de Camagüey, al comenzar la atención regular al poblado, compró un local con el terreno correspondiente ubicado en la calle que hoy se nombra Oscar Primelles. El inmueble, que había sido vivienda y luego una talabartería, se condicionó para capilla. Aunque allí se celebraban las misas y todo acto litúrgico, incluyendo catequesis, reuniones, etc. no resultaba un lugar idóneo; además, la construcción estaba deteriorada por los años.(18) Es por ello que en 1940 se solicita un solar para la construcción del templo. Correspondió al alcalde Juan Nepomuceno Gómez Fernández gestionar y otorgar el terreno del viejo cementerio para la edificación del templo católico.(19) Por aquel entonces, los sacerdotes franciscanos, unieron para atender, la extensa zona de las parroquias de Sibanicú y Guáimaro, que comprendía desde Sibanicú hasta el entonces central Francisco, aún hoy la administración diocesana llega a esa zona.

Como ya desde 1920 se estaban efectuando las sepulturas en el lugar que ocupa el cementerio actual, las damas de Acción Católica, para apremiar los trabajos pagaron el traslado de los restos mortales que aún se encontraban en el viejo cementerio de la Carretera Central. En él había restos desde la época colonial incluyendo los de soldados españoles.(20)

Ello suscitó que el propio alcalde junto a otras autoridades y personas prominentes tuvieran que interceder por aquellas damas católicas, que se atrevieron a realizar el traspaso de los restos sin la debida orden de exhumación.

Cuando es el caso de extranjeros también puede mediar la embajada del país en cuestión.

A principios de los años cincuenta, fueron famosos los bailes y verbenas para recolectar fondos para el nuevo templo con el desagrado de algunos adustos señores, quienes alegaron,” si ese es el pretexto, el fin no justifica los medios”. Se daban en un ranchón levantado con ese fin en un extremo del terreno del entonces campo de pelota, curiosamente por el mismo lugar donde estuvo plantada la cruz de jiquí para construir el templo.(21)

SE CUMPLE EL PRESAGIO...


Por fin… en enero de 1955 fray Luis de Albizu, párroco de Guáimaro y Sibanicú, invita al pueblo a monseñor Carlos Rius Anglés, tercer obispo diocesano, para que bendijera la primera piedra de la edificación,(22) en esta piedra como era costumbre hacerlo en las edificaciones públicas, al menos en Cascorro, se fundió un peso plata cubano… por ello se divulgó entre los lugareños algo que llegó a nuestros días y fue recordado al iniciarse los trabajos de reconstrucción del edificio actual, comentaban que se había enterrado oro o una especie de tesoro.(23)

En ausencia del párroco Albizu, quien viajara a su país España, la obra fue proyectada con grandes dimensiones. Como resultado de la imprudencia, la administración de los fondos no fue la mejor, lo que provocó que la construcción fuera cada vez más lenta, hasta que se paralizó en 1958,(24) primero por la guerra y luego por la implantación del sistema socialista similar al de la antigua Unión Soviética… el templo quedó otra vez varado en la historia de lo inalcanzable…

Mons. Mario Mestril, en la actualidad obispo emérito de Ciego de Ávila, entonces el sacerdote diocesano que atendía al pueblo, ofreció una misa, en la más rústica circunstancia de la edificación con el objetivo de rescatar el lugar para templo, pero hubo fieles que prudentemente aconsejaron continuar en la capilla debido a que, en ese tiempo mantener creencias religiosas era muy cuestionable y peligroso y varios creyentes habían sido advertidos por las autoridades vigentes de no ver bien su asistencia a la Iglesia y al efecto dejaron de asistir… sólo quedó un reducido número de fieles. Se había oficializado el ateísmo. (25)


El edificio de ladrillos desnudos se fue deteriorando con la intemperie… la dirección estatal estableció un mercado campesino, los vecinos lo utilizaban indistintamente para parqueo de carros viejos, resguardar cabalgaduras, etc. También falleció un anciano indigente que hizo allí su albergue.

La vieja capilla se derrumbó totalmente en el año 1978, y un domingo de junio de 1980 comenzaron a oficiarse las misas en la edificación de ladrillos desnudos y piso de tierra, sin ventanas... Fue el carismático sacerdote José García, conocido en la entonces diócesis como Padre Pepito, quien en su pequeño Volkswagen arrastró los viejos bancos desde los restos de la capilla hasta la edificación en construcción. Sobre los viejos restos de lo que fuera una guagua Willis, con sólo un corporal para el copón y una patena para las formas, ofreció la santa misa a los acordes de un guitarra… la joven, que la tocaba hizo callar a los curiosos con aquello de: “Se busca… su nombre Jesús de Nazaret… si le encuentra sigue sus pasos”(26) la joven de la guitarra llegó en unión de otros jóvenes de la Parroquia de la Caridad, de Camagüey.

No pasamos de diez los lugareños, que nos mantuvimos de pie durante la misa entre risas, sátiras, agresiones verbales y gritos de “Oye... ¿Hay carne?” …burlas de algunos que se mantuvieron en las ventanas desnudas de puertas.(27) Al finalizar el sacerdote nos bendijo a creyentes y no creyentes por igual. Desde entonces en ese local comenzaron a celebrarse todas las misas y actos litúrgicos, porque allí, en medio del polvo de su piso de tierra, del aire libre sin puertas ni ventanas, a veces en medio de la lluvia; estaba el Señor cada semana, como ha sido y será, según su promesa, hasta el fin de los tiempos…

LA HISTORIA RENOVADA

A principio de la década de 1980, un delegado del Estado le propuso a Mons. Adolfo construir un local en el solar de la calle Oscar Primelles a cambio de que se entregara el edificio del templo de la Carretera Central. Contrasta este hecho soberbio, autoritario, con la generosidad y la amable condescendencia de Mons. Adolfo –por eso se recuerda-, quien asistió al pueblo y explicó la situación a los fieles, inquiriendo el parecer de todos y cada uno de nosotros. Todos nos opusimos… hubo hasta quien lloró, pero fueron los argumentos convincentes: Ese templo estaba levantado sobre el viejo cementerio, tierra sagrada para los lugareños, además… el pueblo siempre crecería hacia el este y el lugar era asequible a todos desde cualquier punto…También los fieles expusimos que, imperioso delegado elegido por el pueblo no nacido en el pueblo, para dar por la espalda, solapadamente, sin exponerlo de forma previa, como parte del pueblo que éramos… Monseñor nos comprendió y el maltrecho edificio siguió en su lugar.

El día 26 de julio de 1988, comenzó una etapa nueva en la Iglesia de Cascorro, cuando a los pies de una imagen centenaria de la Virgen de la Caridad, que desde el Cobre recorrió varios pueblos y ciudades, se aglomeró prácticamente todo el pueblo, a pesar de que por la fecha hubo varias actividades simultaneas. Aquel día… hubo momentos verdaderamente emocionantes, personas que regresaron a la Iglesia tras largos años de ausencia con lágrimas en los ojos y personas que entraban por primera vez. Aquel día… luego de muchos años de tan solo bautizos esporádicos, se bautizaron 114 niños. El párroco de ese momento era el padre José Manuel García Sardiñas, quien en su estancia en la parroquia de Guáimaro estuvo acompañado por el padre Rodolfo Lamas.

El día de la Virgen asistieron otros sacerdotes de la diócesis y la religiosa salesiana Sor Celina Arango. Cuando a las cuatro de la tarde se dijo adiós a la Imagen peregrina de nuestra Patrona Nacional, con pañuelos blancos, se puede decir que terminaba en el pueblo la Iglesia del silencio.

Posteriormente al pasar la Cruz de la Evangelización, que con motivo de los V siglos de haber comenzado la misión de la Iglesia en estas tierras americanas, recorrió pueblos y ciudades de Cuba, también se llenó durante tres noches consecutivas el templo de ladrillos. Por ese entonces nuestra comunidad era atendida por los sacerdotes diocesanos padre Ernesto Pacheco López y padre Eugenio Castellanos Pesantes.

DE LA HISTORIA MÁS RECIENTE

El pueblo de Cascorro también sintió la emoción de la visita de su Santidad Juan Pablo II a Cuba y especialmente a la provincia camagüeyana, el inolvidable viernes 23 de enero de 1998. Tras una noche insomne, más de 150 personas llenamos cinco ómnibus de marca “Girón” que esperaron en el parque viejo y se incorporaron a la caravana de carros de la hermana provincia de las Tunas y a la caravana de Guáimaro.(28) Más de 300 Girones rompieron la madrugada de aquel viernes a una velocidad uniforme hasta el corazón de lo que otrora fuera tierra del cacique Camaguebax.

Fue emocionante la larga fila de luces serpenteando la carretera al amanecer, que esa vez sí unió distancias. Luego… muy emocionante la procesión de nuestros sacerdotes llevando humildemente en hombros, la imagen de Nuestra Patrona hasta el altar donde se ofrecería la misa.

Emocionante e irrepetible, aquella mañana de san Juan Pablo II… perderse en la multitud… aquella multitud con alegría espontánea, libre y liberadora… coreando a grandes voces con toda el alma: “El Papa se queda en Camagüey”. El sacerdote que atendía a Cascorro en ese tiempo era el filipino Filemón Libot, claretiano, muy cercano a las personas, quien debió marcharse a otras tierras por sus osadas homilías…

El 19 de marzo de aquel año de 1998, el pueblo colmó el viejo y deteriorado edificio de ladrillos, y le pidió a monseñor Adolfo Rodríguez Herrera que diera feliz término a la ansiada edificación. El cuarto obispo diocesano y primer arzobispo de Camagüey envió casi inmediatamente, a la ingeniera Enriqueta Vigil y luego al ingeniero Avalos, posteriormente fue el ingeniero Juan Butros, quien terminó de dirigir la proyección y trabajos,(29) que no fue sencilla, pues implicaba la demolición de la placa de la nave central. En enero de 2003 comenzaron los trabajos, y el día 9 de mayo se fundió la nueva placa del techo… como triste coincidencia, esa misma noche fallecía en Camagüey, monseñor Adolfo Rodríguez Herrera.


La noche del 11 de junio de 2004, sobre las siete de la noche, veintiséis años después de la Misa del padre Pepito, comenzó la celebración a templo lleno, con pantalla en los laterales para muchísimas personas en la calle que no pudieron entrar… Se inauguraba ¡al fin! el templo del pueblo de Cascorro, y con ello se daba fin a la vieja leyenda que contaban los mayores, quienes sentenciaban la imposibilidad de erigir la edificación. En esta celebración se mantuvo en el presbiterio un sillón vacío en recuerdo de Mons. Adolfo. El entonces arzobispo de Camagüey Juan de la Caridad García, quien presidía la Misa invitó a Mons. Mario Mestril, en esos momentos obispo de Ciego de Avila. El ingeniero Juan Butros acompañado de su esposa la doctora Sury Arias, en gesto oficial y simbólico, le entregó la llave a Mons. Juan en medio del aplauso y la alegría general.

La historia había comenzado casi dos siglos antes, en el año 1838, cuando los hacendados de Cascorro solicitaron a la Capitanía General de Cuba la autorización para construir un templo y la permanencia de un sacerdote en el poblado. Si no se erigió en el lugar bendecido por los primeros misioneros de san Antonio María Claret, allá en el año 1856, la inauguración, por feliz coincidencia, estuvo presidida por misioneros claretianos.

Hoy, contra toda leyenda, por la Gracia de Dios, el templo se levanta donde un humilde patriota cascorreño, tabaquero de profesión: Manuel Torres, fiel a la causa de Cuba, apresado por los coloniales, decidió no delatar los campamentos y hospitales cubanos y prefirió la muerte en la anónima mañana del 15 de abril de 1870, cuando elevó su estoico grito, recordado de generación en generación: ¡Viva Cuba libre!






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1. Zayas y Alfonso, Alfredo: Lexicografía Antillana: Imprenta Siglo XX de Avelio Miranda, La Habana 1914.

2. Agradecemos el dato del Archivo Provincial de Camagüey a la Licenciada Amparo Fernández historiadora del Arzobispado de Camagüey. (entregado en las oficinas del arzobispado el 16 de marzo de 2011)

3. Dato de archivo de alcaldía del Sr. Juan N. Gómez Fernández

4. En otras fuentes como Bustamante se menciona el año de 1858. Estas categorías se daban retrospectivamente según demografía.

5. “Un soplo de niebla en la llanura” Mariem Gómez Chacour

6. Copia textual de la biografía de Claret.

7. Autobiografía de Claret

8. Testimonio oral de vecinos

9. “Un soplo de niebla n la llanura” Mariem Gómez Chacour

10. Tradición oral de vecinos y familiares

11. Testimonio de dueños de la vivienda

12. Testimonio personal

13.  “Un soplo de niebla en la llanura” Mariem Gómez Chacour

14. Ibídem

15. Testimonio fotográfico

16. Testimonio oral de descendiente de doña Balbina de Blanco

17. Testimonio fotográfico

18. Libro de Actas de la Juventud de Acción Católica (JAC) del pueblo

19. Archivos de alcaldía de Juan N. Gómez Fernández

20. Archivo civil de Cascorro

21. Tradición oral

22. Testimonio fotográfico

23. Testimonio oral y fotográfico

24. Testimonio oral y fotográfico

25. Testimonio personal de los autores

26. Canción de José Luis Rodríguez, El Puma

27. Testimonio personal de los autores

28. En archivo personal se conservan los nombres de las personas en las seis listas que conformaron los seis ómnibus

29. Al no tener condiciones la construcción, éstas y todas las reuniones se efectuaron en la casa de mis padres, Juan N. Gómez Bueno y Rafka C. Chacour Abinegen. También la efectuada por el ingeniero Butros, los padres claretianos y las autoridades del PCC en la gestión del permiso de construcción. Lo expongo como testimonio.


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FUENTES

Agradecemos al padre Ernesto Pacheco López datos y fechas, además fue quien nos estimuló a realizar la exposición en el año 1996. Así mismo como la aprobación de quien fuera historiador de la ciudad de Camagüey Sed Nieves.

Archivos Parroquiales de Guáimaro y Sibanicú

Archivo Provincial de Camagüey

Archivo de Alcaldía del Sr. Juan N. Gómez Fernández

Bustamante, Luis J. Enciclopedia Popular Cubana, S.A. La Habana

Claret y Clara, Antonio María: Autobiografía, Editorial Claret. Barcelona España, 1996

De la Pezuela, Jacobo: Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba. Tomo I. 1863. Imprenta del Estado de Mellado. Madrid 1863-1866

Fernández, Cristóbal: El Beato Padre Antonio María Claret, Historia Documentada de su vida y empresas Editorial CMF. Madrid.

Juárez Cano, Jorge: Apuntes de Camagüey, Imprenta El Popular. Camagüey, 1929

Gómez Chacour Marum y Mariem: "Presencia de la Iglesia en el pueblo de Cascorro. Dos tradiciones". Revista Enfoque No.56 Año XVI Camagüey 1998 Basado en crónicas inéditas de Víctor Somonte Bueno.

Marrero Artiles, Levi: Cuba economía y sociedad, Editorial Playor. Madrid, 1978.

Márquez, José de J.: Diccionario de la Isla de Cuba 1876. Imprenta Pérez Sierra y Co. La Habana 1926

Zayas y Alfonso, Alfredo: Lexicografía Antillana: Imprenta Siglo XX de Avelio Miranda, La Habana 1914.

Testimonio oral de vecinos y familiares.

Pichardo Viñals, Hortensia: La Fundación de las primeras villas en Cuba, Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1986

“Un soplo de niebla en la llanura” Mariem Gómez Chacour.





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Texto basado en el proyecto que se presentó hace 27 años en el Primer Encuentro Nacional de Historia “Iglesia Católica y Nacionalidad Cubana”. Publicado en la Revista “Enfoque” de la entonces diócesis de Camagüey octubre-diciembre 1996.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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