Thursday, February 27, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle de la Caridad, Avenida de la Libertad (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.


 

La calle de La Caridad, como se nombra en los planos del siglo XIX, nace tras cruzar el río Hatibonico y en su trayectoria separa la Carretera Central en Este y Oeste; da inicio al callejón de Chumbo (I) y al de La Candelaria (D); corta los callejones de Alonso Frutos, de Sifontes, de Arrieta, de Pancha Agramonte, del Coronel Gutiérrez, del Coronel Bringas y Sociedad Patriótica, prolongándose a María del Rosario y culminar en la inserción de Padre Felipe en la Carretera Central Este. 

La calle de la Caridad es uno de los primeros signos de Modernidad del Camagüey legendario, aunque en verdad su connotación sociocultural desborda la novedad de una morfología de manzanas ortogonales y un paisaje arquitectónico en el que predominan los portales. Comenzó a formarse cuando el matrimonio de don Carlos Bringas y de la Torre y doña Juana de Varona y Barrera ofreció un santuario a la virgen mambisa si les concedía un heredero. El edificio religioso abrió sus puertas el 8 de septiembre de 1734, fecha desde la cual se definió un eje estructurador del naciente “pueblecito” de La Caridad.

En su definición, un momento significativo lo ocupa el proyecto de la Sociedad Patriótica de Puerto Príncipe de habilitar en el eje un Paseo o Alameda en 1843, lo que conlleva a que se reconozca como alameda de la Caridad. El acto de rebautizo se vincula con la entrada de las tropas insurrectas a Puerto Príncipe por este eje el 30 de noviembre de 1898, acuerdo que se aprueba el 23 de enero de 1899 junto a calles principales como de la Mayor, de la Candelaria, del Príncipe, de la Merced y las plazas de Armas y de Paula. 

A partir de 1899 la antigua alameda de la Caridad rememorará en su nombre un acontecimiento histórico cultural que Abelardo Chapellí Marín describe con entusiasmo en su artículo “La gloriosa vuelta de los libertadores”. Asomarse a algunos de sus fragmentos ayuda a comprender el sentido ético que acompaña a sus protagonistas no solo con la causa por la que han estado dispuestos a ofrendar su vida, sino también por la lealtad que reina entre ellos:
A las seis de la mañana dio comienzo la formación en la antigua carretera de Cuba. Una escuadra de infantería venía a la vanguardia, siguiéndoles los batallones de infantería de Gómez, de Jacinto, de Oscar Primelles con sus respectivos jefes y oficiales, luego el Cuartel General del Tercer Cuerpo con su General Lope Recio Loynaz, con su Estado Mayor y Ayundantes etc., después los regimientos de caballería de Agramonte, de Eduardo, de Camagüey, de Caonao, todos igualmente con sus jefes con sus coroneles, Braulio Peña, Aurelio Batista, Benjamín Sánchez Agramonte, Rafael Labrada, Joaquín Barreto, Balolo Fernández, Fernando Fernández, Gonzalo Moreno, y los generales Carlos Agüero, Fernando Espinosa, Maximiliano Ramos etc. // Aun recordamos con cuanta alegría oímos las campanas de la iglesia de La Caridad, que repicaban intensamente, a medida que se aproximaban las fuerzas cubanas. Nuestra banda de música Libertad mandada por el inolvidable Capitán Víctor Pacheco entonaba el magnífico paso doble El Triunfo, original de dicho capitán. // Todo el elemento civil de la Revolución con sus capitanes, prefectos, gobernadores, subprefectos y jefes de postas y de predios, en fin, todos cuanto de una manera u otra habían contribuido al triunfo de la Independencia de la Patria, venía en aquella formidable parada militar, que hacía su entrada en Camagüey al grito de Viva Cuba Libre.
Obsérvese que todos los oficiales referidos, dado el compromiso para con su tiempo y su generación, harán que unos y otros pasen a formar parte de la toponimia urbana durante la primera mitad del entrante siglo. En los nombres de las calles y plazas dejaron los signos de la historia de las guerras de independencia de Cuba; para su lectura e interpretación se contaba con los centros de enseñanza y las sociedades de instrucción y recreo. 

Sin embargo, no por ello la calle dejó de estar amenazada con un nuevo cambio toponímico. En 1941 corrió el rumor para colocarle a la Avenida de la Libertad el nombre General Menocal, para perpetuar al recién fallecido Mario García Menocal Deop (Jagüey Grande, 1866-La Habana, 7 de septiembre de 1941); pero la Asociación de Veteranos de la Independencia gozaba de fuerza aún para defender su legado y el 22 de septiembre de 1941 envió carta al Ayuntamiento en la que hacía constar: “se nos hace difícil a los Directivos de esta Delegación y la mayoría de los veteranos, creer que se piense en semejante desatino, pues aparte de todas las glorias conquistadas por nuestros héroes, es lo cierto que la Avenida de la Libertad se santificó con la entrada triunfante de nuestro Ejército Libertador […] esperamos que si llegara a ese Consistorio de dignos Concejales la aludida proposición sea rechazada en respeto a lo que otra Cámara aprobó en señal de agradecimiento a nuestros libertadores”. 

La memoria colectiva, desde el plano cultural, haría lo suyo. La Avenida de la Caridad, como se le reconoce familiarmente, forma parte del CH. 


--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

No comments:

Post a Comment