Thursday, October 31, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Calle de la Gloria, Industria, Sofía Estévez Valdés (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.

 
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La calle de la Gloria consta de tres cuadras; parte de Santa Rita y corta San Serapio y San Martín, para culminar en San José. Desde el catolicismo local su nombre debe entenderse como máxima aspiración de los principeños en su espiritualidad, entendida la gloria como ese estado del que gozan los cristianos en presencia de Dios y que en la historia del arte ha quedado en el quehacer de artistas de las artes plásticas, la música, el teatro, el cine y la arquitectura.

Por su lado el topónimo Industria está relacionado con la ubicación en ella de fábricas que demandaron inmuebles tipológicamente en función de una producción y almacenaje de nuevo tipo en la segunda mitad del XIX. Obsérvese en el cierre de esta calle con San José una fábrica de jabón que en 1946 remodela su sede en un magnífico edificio neocolonial. Entre los inmuebles en esa función se destaca a principios del XX Gloria no. 31, sede de la Cía. Licorera y Jabonera de Camagüey y sus almacenes; y el no. 39, la fábrica de licores La Camagüeyana, de Buenaventura Vallvey. 

Pero su integración al proceso de renombrar las calles de la ciudad que cobrara fuerza después de 1902 se manifiesta en la sesión del Ayuntamiento correspondiente al 23 de agosto de 1927 a iniciativa del concejal Luis R. Sala Céspedes, quien propone el nombre de Flor Crombet. En esa ocasión, como signo del carácter maratónico que ha alcanzado la modificación de la toponimia urbana, resulta necesario solicitar informe al ejecutivo para conocer si esta calle no posee ya el nombre de un patriota, respuesta negativa que ofrece la municipalidad meses después, en informe del 21 de diciembre. Para entonces el interés de rendir en ella homenaje a Flor Crombet había sido olvidado. 

Transcurrido más de veinte años, en sesión del 14 de marzo de 1951, se manifiesta la segunda propuesta para rebautizarla, esta vez a cargo de la Gran Orden de la Perseverancia, cuyos miembros habían tomado el acuerdo en reunión del 8 de marzo se comprometían además; a asumir los gastos de las tablillas que, con el fin de oficializar el cambio de nombre, se pondrán en las esquinas. La moción la lee en sesión del Ayuntamiento el concejal Juan Alfonso Sedrés Guerra y hace saber el interés de poner a la calle Industria el nombre de Sofía Estévez Valdés bajo las siguientes bases: “Sofía se encuentra entre los escritores cubanos que dieron gran pábulo y lustre a las letras cubanas en el tiempo comprendido entre los años de 1848 y 1901, poetisa camagüeyana, esposa del patriota Mariano Rodríguez y la cual tuvo que emigrar a Cayo Hueso con sus hijos en la Guerra del 95”. Dos días después, el 16 de marzo, como acuerdo no. 6 de la Cámara, se aprueba por unanimidad ponerle a esta calle el nombre de la “muy ilustre Poetisa camagüeyana”. 

Por otra parte, la no colocación de las tablillas en sus esquinas o la poca divulgación del nuevo topónimo, conllevó a que tres años después, en septiembre de 1953, se propusiera rendir homenaje en esta calle al teniente del EL Abelardo Chapellí Marín, pero al menos en los documentos del Ayuntamiento el rebautizo por el de Sofía Estévez Valdés de Rodríguez, ya era un hecho. Quedó vigente la placa que rememora a la principeña que junto a Domitila García fundó el semanario El Céfiro en 1866, la escritora que exiliada en Cayo Hueso continúa escribiendo bajo el seudónimo La hija del Indio Bravo, la autora del poemario Lágrimas y sonrisas y las novelas Alberto el trovador y María.

Muy pocos son los que utilizan el nombre religioso o el de la escritora camagüeyana, en su lugar permanece en la memoria colectiva Industria, a pesar de que no existe en este entorno un inmueble con esta función. La colocación de una tribuna para orquestas durante las festividades del San Juan en la etapa revolucionaria debió revelarla como un distinto estado de gloria para algunos forasteros, al tiempo que para sus vecinos, aquellos que durante siglos se acostumbraron a habitar un eje en el que, por secundario, reinaba la tranquilidad, debió ser interpretado por esos días como calle del Calvario. En su totalidad está incluido en el Centro Histórico.



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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

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