Wednesday, January 16, 2019

Hemingway:”Mi casa de Cuba”. Una página olvidada de la revista Bohemia (por Carlos A. Peón-Casas)



Verdaderamente revisitar viejas publicaciones nos trae gratas sorpresas. Este ha sido el caso al tener la suerte, que ya pocos tienen en Cuba, de poder hojear con la fruición que da saborear un fruto casi prohibido, una vieja edición de la benemérita revista Bohemia, el número 15, que viera la luz el 10 de abril de 1960.

Justo al abrir el número de marras, apareció como por ensalmo el ya referido reportaje que firmaba Emma Pérez, a la que supongo en mi ignorancia supina, periodista o corresponsal del bien reconocido staff de la revista en aquel minuto. 

El amplísimo trabajo, que por momentos bordea el ensayo literario, enhebrando para el lector muchas de las facetas biográfico-creativas del hombre y el escritor, va muy bien calzado con fotos de Papa, y de Finca Vigía, sin identificar a su autor o autora, que quizás pudieran ser la propia reportera, o alguno de los fotógrafos de turno de la publicación, qui lo sa?

En uno de los comentarios al pie de uno de los fotogramas, esta vez una serie muy bien lograda de close ups del autor de Fiesta, acota la cronista un dato muy singular sobre la perspectiva creativa de un Hemingway que aquel año estaba por cumplir sus sesenta y un cumpleaños:
¿Cual es el secreto de Hemingway?-El ha prometido dejar de escribir a los sesenta y cinco años. ¿Cómo puede estar cierto de ello? Hasta que no desvele su último secreto, tendrá que escribir como un forzado, cumpliendo su destino de creador, que es el más implacable de todos…(2)
La promesa, lastimosamente, tendría cumplimiento mucho antes de lo que muchos hubieran imaginado, el ciclo creativo del Maestro, se cerraría trágicamente con su muerte, sólo diecinueve días antes de su cumpleaños 62, en su casa de Ketchum, Idaho, el 2 de julio de 1961.
Otras de las instantáneas a las que aludimos y que reproducimos para el lector curioso, tienen que ver con Finca Vigía, y es la que retrata el singular portón que daba entrada a la propiedad con un muy sui generis cartel: “Prohibidas las visitas sin previa cita”. La admonición, que nos queda claro no estaba precisamente destinada a los amigos habituales de Papa, parecía empero en aquel minuto un valladar para cualquier advenedizo que viniera a distraer la infatigable faena creativa del creador. 

Otra, es bien peculiar, se trata de un Hemingway que posa frente a uno de sus más significativos trofeos de caza que adornan las paredes de aquella mítica Finca Vigía. Se trata de un Hemingway que insinúa una sonrisa ante la cámara, que nos descubre quizás ese hálito de sensibilidad humana que a veces se diluye en la dureza de sus propios alter-egos creativos, la autora acompaña el bien logrado retrato con un texto al pie:
He aquí a un escritor tan interesante- y tan ejemplar- como sus creaciones. ¿Cuál de sus personajes, enfrentados inminentemente con la muerte, conoce mejor el peligro que él. Este Ulises de nuestro siglo, cuya Isla de Ítaca es la Isla de Cuba, ha integrado todo acontecimiento importante del mundo desde hace cuarenta años. No ha habido un evento sacudidor de toda la tierra que el no haya presenciado como testigo, y, lo que es más, como protagonista(3)
Para el minuto en que este reportaje veía la luz, Hemingway se debatía furiosamente en la escritura de lo que sería su último trabajo creativo publicado en vida: The Dangerous Summer, título que aludía a “una serie de mano a mano corridas”(4), entre dos toreros de gran fama Antonio Ordoñez y Dominguín, suceso del que Hemingway fue testigo en su penúltima visita a España en 1959. Para Julio de aquel año 1960, Hemingway salía de Cuba para no volver.


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  1. Emma Pérez. Revista Bohemia. No. 15. Abril 10 de 1960.
  2. Ibíd. p. 34
  3. Ibíd. p.36
  4. Ernest Hemingway. A Life Story. Carlos Baker. New York, 1969. P 544. (Se respeta la original construcción sintáctica de la frase de Baker)

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