“Hacemos teatro para que alguien más lo disfrute y para que lo goce en complicidad con nosotros”. Adrián Vázquez, director Los Tristes Tigres.
En representación de México, llegó al XXXIX Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami (FITHM), la compañía teatral Los Tristes Tigres, con la obra “Los que sobran”, un trabajo con dramaturgia y dirección de Adrián Vázquez, la cual contó con un elenco integrado por Fátima Favela, Quetzalli Cortes, Larisa Juárez, Paula Zepeda e Iván Carbajal, propuesta que subiera a las tablas del Westchester Cultural Arts Center y recibiendo una gran acogida por parte del público.
Esta agrupación teatral, con el singular nombre de Los Tristes Tigres -cuidado con no confundir con otra agrupación española de parecido nombre- debe el mismo al conocido trabalenguas ‘Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal’ y su sentido humorístico, característica esta que va a encontrar presente en sus producciones, aunque el mismo en muchas ocasiones tenga un sabor ácidos. Este colectivo que ya arriba a sus 20 años de fundado gracias a la voluntad de Adrián Vázquez, Fernando Soto y Rubén Reyes, subió su telón inaugural en la ciudad de Xalapa, Veracruz, con las obras “Los días de Carlitos” y “No fue precisamente Bernardette”, puestas que han permanecido vivas por más de una década sobre todo tipo de escenarios. Con posterioridad y producto a su empeño dicho colectivo se trasladó hacia Ciudad de México, donde prontamente lograron capturar la atención del público, especialistas y crítica. Con alrededor de tres docenas de puestas formando parte de su repertorio, esta compañía de teatro independiente ha logrado tener hasta cuatro obras sobre las tablas de manera simultánea en diferentes teatros del país y lo que es aún más sorprendente, manteniéndose con ingresos provenientes de su propia venta de boletos. Un extraordinario ejemplo de dedicación, inteligencia, esfuerzo y perseverancia.
Algunos otros de los títulos que integran su amplio repertorio son: Tres tristes tigres, Cosas raras, El hijo de mi padre, Tonta, Obrando en grande, Lo que queda de nosotros, Crea fama y échate a reír, El insólito caso del señor Morton, Donde los mundos colapsan, Fractales, Los vuelos solitarios, Dos para el camino, El hombre y la garza, La ráfaga, Visceral, Algo de un tal Shakespeare y Wenses y Lala, de los cuales los dos últimos también han subido exitosamente a nuestros escenarios en ediciones anteriores del FITHM. Por su parte Adrián Vázquez, director de la agrupación se ha presentado también en esta ciudad como integrante del elenco de la obra "Más pequeños que el Guggenheim", en una producción con texto y dirección de Alejandro Ricaño. La agrupación Los Tristes Tigres ha tenido la posibilidad de participar en otros festivales internacionales como en los españoles de Cádiz y Almagro.
Vázquez, quien se ha labrado una fructífera carrera tanto como dramaturgo, director o actor teatral, igualmente posee una sólida trayectoria en cine y televisión, pero han sido las tablas quienes lo han hecho merecedor de múltiples reconocimientos en cada uno de sus distintos desempeños, lo que habla inobjetablemente del rigor con que enfrenta su trabajo. Su obra se destaca por un discurso cargado de fuerza, donde el dramatismo y el humor se entremezclan de manera humana, mostrándonos los derroteros de nuestras vidas. Por sus textos dramáticos corren paralelamente lo narrativo, lo dramático y lo poético a través de historias sencillas -para nada simples- dando como resultado obras con las cuales es imposible no quedar identificado.
"Los que sobran", obra presentada en esta oportunidad en los escenarios miamenses, narra las historias de cinco amigos que desde la adolescencia unen sus destinos, mostrándonos al unísono los acontecimientos personales que marcaron sus vidas junto aquellos que vivieron en común y que los convirtieron en compañeros inseparables, en familia. A través de dos horas la obra explora las peripecias de sus vidas marcadas por la tragedia, el desamparo, los sueños, la incomprensión, la crueldad, la violencia, transformándose en un grito de rebeldía frente a todas las injusticias humanas dentro de una sociedad, un país “como el que les tocó vivir”. Un aspecto interesante en la concepción de este texto dramático es que a pesar de que los personajes poseen vida individual sobre el escenario, la historia se presenta ante nuestros ojos como la experiencia personal de alguien que vivió entre ellos y se encarga de contárnosla. Hay un rejuego constante entre sus diálogos y esa voz externa, que al mismo tiempo va narrando los acontecimientos e incluso algunos de los mismos diálogos, conduciéndonos hasta un sorpresivo e inimaginado final.
Adrián Vázquez de nuevo nos ofrece un texto de una bien manejada fluidez en la acción, rico en recursos e intenciones para el lucimiento actoral y manejando el desarrollo dramático de manera cautivadora, atrapándonos en medio de historias comunes pero integradas a una madeja de intrincadas situaciones que van dibujando el acontecer diario del individuo. Con humor, gracia, casi a modo de juego, los personajes vuelcan sus interioridades y nosotros, los espectadores nos dejamos arrastrar a través de historias de tropiezos y realizaciones personales que inesperadamente nos sumergen en un trágico desenlace, donde aquella voz narradora que desde el principio nos ha acompañado, adquiere todo su sentido de legitimidad.
Con tan solo cinco sillas en escena como elementos de trabajo, el desempeño de los actores se desenvuelve con agilidad y seguridad, obteniendo una acertada incorporación de cada uno de los personajes, creciendo en edad ante nuestros ojos y marchando por sus propios senderos, haciendo evidente los conflictos de manera clara, sin recurrir a innecesarias elaboraciones en sus caracterizaciones. A ese cierto sentido lúdico que recorre la obra, los actores se entregan abiertamente, logrando como resultado un ambiente de ligereza que va a dominar la dinámica de la acción en escena. Los intérpretes con un magnífico trabajo de proyección de voz y dicción logran el que se pueda disfrutar totalmente de tan interesante texto, aspecto este muchas veces echado de menos sobre las tablas.
Sin duda alguna la participación de la agrupación Los Tristes Tigres dentro de esta edición treinta y nueve del FITHM, trajo a nuestros escenarios la posibilidad de disfrutar una vez más del trabajo de un colectivo de artistas que se entregan con amor y compromiso a la tarea no solo de brindar arte, sino además de contarnos por medio del teatro historias íntimas del ser humano. Y por supuesto, ya quedamos en espera de una próxima visita a nuestros escenarios.
Texto y fotos Wilfredo A. Ramos.
Miami, octubre 3, 2025.

















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